#todos los gatos juntos
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Sleeping with them (Fontaine men ver.)
In which I tell you what it's like to spend a sleepover with them (I love sleepovers, they're so great, I want to go to one)
Includes Lyney, Freminet, Neuvillette and Wriothesley.
Warning: Nope now💖, Modern!Au(? idk, GN!Reader | Google Translate sponsors me (it's a lie) If I made any mistakes in the english translation, I would be happy to read your comments! | Content in spanish and english
Spanish:
Cuando no está ocupado y quiere darse un descanso de su vida, una pijamada es un sí para él.
Hacen algo de comer o piden algo para llevar y empiezan a hablar entre ustedes acerca de su día. Hay veces en las que te habla de sus preocupaciones y se da el lujo de dejar su máscara lejos, ya no necesita ser un Fatui o un hermano mayor ideal, solo es Lyney y lo estás alimentando con comida deliciosa y lo escuchas.
Te pide que le peines el cabello, puede ayudarlo a dormir más rápido, le gusta cuando lo acaricias.
Te pide muchos besos aleatoriamente o los roba.
Le gusta compartir una rutina de skincare contigo, verlos a los dos en el reflejo del baño mientras esperan a que la mascarilla se seque o verte aplicarle una crema humectante es muy íntimo para él.
Definitivamente se hacen manicura y pedicura (si te comes las uñas o las muerdes definitivamente te regaña).
Se cuentan chismes que han escuchado.
Cuando duermen juntos puedes escuchar sus ronroneos desde su pecho, también es alguien que le gusta ocultar su rostro en tu cuello y en algunas ocasiones rasguña tu cabello entre abrazos.
Si tiene sueño y tú te levantas para cualquier cosa, él te abraza más fuerte y puede morder tu hombro para que dejes de quejarte, luego besa dónde mordió (sabes, como ese vídeo tan lindo de los gatos siendo bonitos).
Le va a costar levantarse a la mañana siguiente, definitivamente te obliga a dormir hasta tarde con él. Es un gatito cansado, déjalo descansar contra el sol que se asoma por la ventana.
Le gusta mucho tener pijamadas contigo, sobre todo cuando están en silencio y está oscuro.
Tal vez hayan algunas velas para que puedan jugar algún juego de mesa o leer estando al lado del otro, pero cuando está oscuro se le hace más tranquilo.
Le gustan las velas aromáticas de olores suaves.
También deja que le hagas alguna rutina de skincare si quieres, le gustan cuando los productos son frescos contra su piel y huelen bien. También deja que le arregles las uñas.
Te ayuda si le pides que te ponga alguna mascarilla o rulos en el cabello.
Le gustan los susurros, cuando hablan en el mismo tono bajo lo hace sentir tranquilo, y el sonido de las hojas de los libros o las piezas de los juegos de mesa junto al crepitar de las velas lo relajan.
Te ayuda a peinarte el pelo antes de dormir.
Definitivamente se acuestan y se cubren con las mantas para abrazarse y descansar, en sí le gusta cuando están en silencio y están juntos.
Le gustan mucho los besos de buenas noches tanto como los besos de buenos días, entonces te los pide.
Pers duerme con ustedes como si fuera su bebé.
No tiene ni idea de qué es una pijamada pero le gusta dormir contigo, entonces acepta.
Definitivamente algún Melusine se entera de la pijamada y asiste, entonces están en una habitación gigante (espero que sí porque son un montón) y muchos Melusines están ahí riendo y hablando.
Se peinan entre todos, quienes están peinados ayudan a los demás y se llenan el cabello con adornos.
Neuvillette lleva el pelo suelto para estar más cómodo, para que las Melusines lo peinen y porque está cansado, entonces si se duerme de repente estará bien.
Se suele sentar entre todo el alboroto y bebe té a tu lado mientras tu y algunas Melusines le ponen mascarillas, crema y sérum con total tranquilidad.
Te mantiene a su lado y se deja guiar por lo que le pides, ya sea arreglarse las uñas o el cabello entre ustedes o para las Melusine.
Tal vez alguna Melusine se duerma en la cama y todas hacen lo mismo, Neuvillette las acomoda para que duerman cómodas, luego recogen todo y terminan el té ya tibio.
Te recuerda lavarte los dientes y él prepara una zona de la cama para que ambos duerman.
Duermen rodeados de sus hijitas, todos acurrucados y abrazados como si fueran una familia numerosa (que lo son), entre murmullos entre sueños y ronquidos.
Neuvillette te acaricia la espalda y el cabello para que duermas sobre su pecho.
Hace cualquier cosa que quieras porque se le dificulta decirte que no, por lo que cuando van a dormir ya tiene preparada una tetera y un buen té que les gusta.
Le gusta leer junto a ti, con tus piernas en su regazo para poder acariciarte. Es mucho más divertido cuando tiene una diadema de conejito en su cabeza y una mascarilla con forma de gatito.
Definitivamente usan el sofá y se quedan dormidos ahí. Puedes moverte por todos lados, traer cosas para pintar sus uñas y hacer que coincidan con las tuyas, bailar a su lado o incluso hacerte alguna mascarilla capilar, él estará en el sofá dándote algunas miradas y sonriendo, levantándose a ayudarte cuando se lo pides.
Deja besos en tu cuello cuando has terminado de enjuagar tu cabello y te besa la cabeza cuando terminas de secarte el cabello.
Le gusta poner música tranquila y dejarte jugar con su cabello despeinado, también puede acceder a que le peines el cabello en algún nuevo estilo.
Te da galletas para que comas mientras hablan, también puede burlarse y pedirte que comas de la galleta que está entre sus labios.
Te arrulla para que duermas, te abraza muy fuerte para que no caigan del sofá (a él le gusta su sofá, es muy suave y tiene cojines cómodos).
Si te duermes primero, se acaba el té y va al baño antes de acostarse junto a ti, si se duerme primero él se bebe el té frío en la mañana.
Por favor usa su brazo como almohada, a él le encanta cuando lo haces.
Sus ronquidos son altos, pero intenta no molestarte, te deja ponerle alguna camiseta en la boca para que duermas tranquila.
English:
When he's not busy and wants to take a break from his life, a sleepover is a yes for him.
You make something to eat or order something to go and start talking to each other about your day.
There are times when he talks to you about his worries and has the luxury of leaving his mask far away, he no longer needs to be a Fatui or an ideal older brother, he is just Lyney and you are feeding him delicious food and you listen to him.
He asks you to comb his hair, it can help him fall asleep faster, he likes it when you pet him.
He randomly asks you for a lot of kisses or steals them.
He likes to share a skincare routine with you, seeing the two of you in the reflection of the bathroom while you wait for the mask to dry or watching you apply a moisturizing cream is very intimate for him.
You definitely get manicures and pedicures (if you bite your nails you will definitely get scolded).
You tell each other gossip you have heard.
When you sleep together you can hear his purrs from his chest, he is also someone who likes to hide his face in your neck and sometimes scratches your hair between hugs.
If he is sleepy and you get up for anything, he hugs you tighter and he can bite your shoulder to stop you from complaining, then kiss where he bit (you know, like that cute video of cats being cute).
He's going to have a hard time getting up the next morning, he definitely forces you to sleep in with him. He's a tired kitten, let him rest against the sun peeking through the window.
He really likes having sleepovers with you, especially when it's quiet and dark.
Maybe there are some candles so you can play a board game or read next to each other, but when it's dark it makes him calmer.
He likes the aromatic candles with soft scents.
He also lets you do a skincare routine for him if you want, he likes it when products are cool against his skin and smell good.
He also lets you do his nails. He helps if you ask him to put a mask or curlers in your hair.
He likes whispers, when you talk in the same low tone it makes him feel calm, and the sound of the pages of the books or the pieces of the board games together with the crackling of the candles relax him.
He helps you comb your hair before going to sleep.
You definitely go to bed and cover yourselves with the blankets to hug each other and rest, he actually likes it when you are silent and together.
He really likes good night kisses as much as good morning kisses, then he asks you for them.
Pers sleeps with you two like it's your baby.
He has no idea what a sleepover is but he likes sleeping with you, so he accepts.
Definitely some Melusine finds out about the sleepover and attends, then you are in a giant room (I hope so because there are a lot of them) and many Melusines are there laughing and talking.
All of you comb each other's hair, those who have their hair done help others and fill their hair with decorations.
Neuvillette wears his hair down to be more comfortable, so that the Melusines can comb it, and because he's tired, so if he falls asleep suddenly he'll be fine.
He usually sits among all the commotion and drinks tea next to you while you and some Melusines put him masks, cream and serum with complete peace of mind.
He keeps you by his side and lets himself be guided by what you ask him, whether it's doing your nails or hair for each other or for the Melusines.
Maybe some Melusine fall asleep in bed and they all do the same, Neuvillette arranges them so that they sleep comfortably, then you put everything away and finish the warm tea.
He reminds you to brush your teeth and he prepares an area of the bed for both of you to sleep.
You sleep surrounded by your little children, all curled up and hugged as if you were a large family (which you are), murmuring between dreams and snoring.
Neuvillette caresses your back and hair so you sleep on his chest.
He does whatever you want because he has a hard time saying no to you, so when you go to sleep he already has a pot of tea ready and a good tea that they like.
He likes to read next to you, with your legs in his lap so he can caress you. It's so much more fun when he has a bunny headband on his head and a kitty mask.
You definitely use the couch and fall asleep there. You can move around, bring things to paint his nails and make them match yours, dance next to him or even do a hair mask, he will be on the couch giving you some glances and smiling, getting up to help you when you ask him to.
He leaves kisses on your neck when you're done rinsing your hair and kisses your head when you're done drying your hair.
He likes to play calm music and let you play with his messy hair, he can also agree to let you comb his hair in some new style.
He gives you cookies to eat while they talk, he can also tease you and ask you to eat the cookie that is between his lips.
He lulls you to sleep, hugs you very tightly so you don't fall off the couch (he likes his couch, it's very soft and has comfortable cushions).
If you fall asleep first, he finishes the tea and goes to the bathroom before lying down next to you, if he falls asleep first he drinks the cold tea in the morning.
Please use his arm as a pillow, he loves it when you do.
His snoring is loud, but he tries not to bother you, he lets you put a shirt in his mouth so you can sleep peacefully.
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𝐜𝐡𝐚𝐫𝐥𝐞𝐬 𝐥𝐞𝐜𝐥𝐞𝐫𝐜 — 𝐡𝐦𝐦... 𝐜𝐡𝐚𝐫𝐥𝐢𝐞?
onde se torna impossível não dar uns pegas no amigo do teu ex.
notas x avisos. agora uma com o monegato. e depois? sainz? russell? max? | exibicionismo, traição, handjob, sexo.
“Cê tá louca, né? Kika, o Carlos vai quicar de ódio.” — você faz o trocadilho afim de suavizar a situação. Mas era impossível.
Kika, namorada de Pierre, um amigo em comum do grupo de vocês, insistia naquela ideia maluca.
Você namorou por cerca de três anos com o Smooth Operator, piloto até então ferrarista, Carlos Sainz, que mexia com os pobres corações de jovens indefesas. Inclusive o seu. Até você pegar mensagens dele com uma loira sem sal, e descobrir a traição. Ou as traições.
Mesmo assim você entendia que fazer o que estava prestes a fazer, implicaria em milhares de problemas futuros dentro da garagem da gigante vermelha italiana. Não existia uma ordem secreta que proibia homens de ficarem com ex namoradas de amigos, ou algo assim?
Mas isso não impedia Charles Leclerc, o monegato, de estar encostado na parede da boate, ao lado de Pierre, com um drink em sua mão, secando todo seu corpo.
Não se leve a mal, Charles era gato demais, e você tinha essa noção. Além da beleza, ele tinha aquele jeitinho cafajeste de molhar a calcinha até da mulher mais séria do mundo. Com você não era diferente.
“Vai, cara!” — Kika incentivava. Ele ainda olhava para você fixamente, um sorrisinho nos lábios como quem soubesse exatamente o que estava acontecendo. Óbvio que ele sabia.
“Olha, você tá querendo armar um caos na Ferra…”
“Você vai contar? Por que eu não vou.”
“Hum.”
É só o que você responde.
A insegurança pesando em cada passo dado. Você deveria mesmo ter tanta consideração assim por Carlos, quando ele traia você inúmeras vezes? Mesmo você estando sozinha, chorando de saudades dele, enquanto ele estava em temporada de corrida.
Não. Não deveria. É por isso que quando chega perto do monegasco, sabendo de suas intenções, se deixa levar. Ele sorri quando você se encaixa no corpo dele, recostando-se no peitoral do mais velho, e voltando a conversar com os amigos como se fosse a namorada dele. A coisa mais natural do mundo.
A música eletrônica soava alto demais, por isso, para continuar sua conversa com Gasly e Albon, ele tinha que praticamente gritar. E aquela voz em seu ouvido… O sotaque francês carregado naquele inglês gostoso, o hálito da bebida de menta que ele tomava, o perfume forte e amadeirado.
Ou você já estava muito bêbada, ou em algum tipo de transe, porque estava adorando tê-lo colado em seu corpo.
Pierre e Alexander sabiam do interesse de Charles por você, e não se importavam em ajudar no rolo. Eles eram amigos de longa data, no que não dependia da fórmula 1. Sempre saiam juntos, cresceram juntos.
Por mais que Charles e Carlos fossem companheiros de equipe, não eram os melhores amigos. E bem… Charles sempre te achou muito bonita. Por mais que não pudesse dizer. Mas agora podia.
Você já sabia onde aquilo iria chegar. Todos estavam rindo, conversando, enquanto Charles estava apoiado na mureta da boate, e você basicamente sentada em seu colo. O braço dele envolvendo seu quadril, fazendo um carinho gostoso em sua coxa desnuda, fazendo seu pescoço arrepiar.
“Tá cheirosa.” — é o que o cafajeste diz pra você, no seu ouvido, aproveitando pra inalar um pouco mais do seu perfume doce.
“Hmm… Charlie.” — geme baixinho, pela sensação que tem com a barba por fazer roçando em seu pescoço.
“Você não sabe o quanto eu sempre quis pegar você assim.” — a força que ele fazia com a mão em sua cintura aumenta, e o calor que você sentia também. Era gostoso imaginar que enquanto você estava sendo traída e feita de idiota, tinha alguém desejando realmente você.
Você não se contém em rebolar em seu colo, ainda de costas. Percebe os amigos se distanciando, a medida em que você e Charles se envolviam. Todos pareciam bêbados demais para prestarem atenção em vocês dois. Você gira seu corpo, fica de frente para Charles, e passa a encarar seu rostinho bonito e bastante jovial: o bigodinho estilo Chico moedas, as covinhas, os olhos intensos e claros. Não era chamado de monegato atoa. Charles era gato pra caralho.
“Eu vou te beijar agora.” — ele diz se aproximando de você.
Era o mais perto que você tinha chegado do céu até então. Ele sentado na mureta, com você entre suas pernas, agarrando sua bunda com vontade, enquanto metia a língua na sua boca com um ritmo gostoso, macio. O gostinho da bebida estava ali, dançando entre a bagunça que era vocês dois naquele momento. Suas mãos bagunçavam os cabelos macios do monegasco, enquanto ele pressionava a boquinha em formato de coração com força na sua.
É aí que ele se levanta, e te pressiona contra a mureta desta vez. Percebe o quão mais alto que você ele é, quando ele praticamente te cobre com seu próprio corpo, te escondendo de possíveis olhares curiosos.
Charles é forte. E você percebe isso no momento em que esgueira a destra por dentro da blusa dele, arranhando a barriga durinha e definida. E se… Escorregar um pouco mais pra baixo? Seus dedos correm por finas penugens que descem até o caminho do céu: o cos de sua cueca. Mais alguns centímetros por dentro da calça jeans dele, e sua mão captura a dureza do monegasco, enquanto ele suspira agoniado contra sua boca. Passa a mão por todo o comprimento em uma massagem firme. Ele era grande. A cabecinha parecia inchada, e havia feito uma pequena poça molhadinha na cueca fina. Ele estava babadinho. Assim como você.
“Pega nele. Por dentro… Da cueca.” — diz palavras desconexas em um francês que graças aos Deuses você entende com facilidade. Você ri, gosta de como ele parece tão entregue naquele momento. As bochechas vermelhas, o olhar tão chapado quanto o seu, a boquinha inchada.
Você o obedece. Coloca a mão por dentro da cueca, e vê o quão quente ele está. Se alguém dissesse meses atrás que você estaria em uma festa de comemoração, batendo uma pro companheiro de equipe do seu namorado, em um cantinho escuro, você iria rir até se engasgar, e dizer que aquela era a coisa mais absurda que você já havia escutado.
Perto de vocês, Pierre e Kika observavam curiosamente o amasso de vocês dois.
“Eles ‘tão se pegando firme, né.” — Kika diz com uma risadinha.
Enquanto na cabeça de Pierre, só se passava alívio: Charles iria dar um tempo de falar sobre você. “Caralho, olha como ela tá gostosa com aquela sainha.”, “Alá Pierre, alá! Hoje ela tá muito gata, tá maluco.”
Charles, por sua vez, se controlava ao máximo pra não gozar ali mesmo na sua mão. Imagina a vergonha. Mas estava tão bêbado, que não consegue controlar os próprios impulsos. Queria te levar pro carro dele, pra qualquer lugar mais reservado, mas infelizmente estava a pé, para poder beber.
O beijo já estava descompassado, você sentia os pulsares dele em sua palma, e os gemidos manhosos entre os selares atrapalhados.
“Quero você. Quero agora, tá maluco.” — ele murmura, segurando com as duas mãos em seu pescoço, te beijando com mais força, e empurrando o próprio quadril pra frente, forçando mais em sua mão.
“Quer chamar um uber?” — pergunta tão entregue quanto ele, que confirma em um sussurro.
Quando se despedem dos amigos, recebem olhares maliciosos, mas nada dizem. Sabem que já era estranho por si só a situação de pegar a ex de um companheiro de trabalho, então optaram por não pilhar nenhum dos dois.
Durante o trajeto até o hotel no uber, vocês eram uma bagunça de corpos. Charles se sentia orgulhoso, uma gostosa com as pernas entrelaçadas nas suas, o beijando até não aguentar mais, enquanto um desconhecido mandava-lhes olhares curiosos pelo retrovisor.
Cambalearam do carro até o quarto de hotel, parando para se beijarem em qualquer parede possível. Elevador, corredor, até chegarem no quarto onde Charles estava hospedado.
Ele não hesitou momento algum em já tirar sua própria blusa, e voltar a te beijar com pressa. Provavelmente já tinha deixado marcas roxas em sua bunda, de tanto apertar com força. E não, isso não era uma reclamação.
Nem viu quando ele tirou o próprio tênis com os pés, junto com a meia, te arrastando para a cama.
Quando ele te deita na cama, você absorve o máximo que consegue do peitoral malhado, com algumas pintinhas na barriga durinha. A barra da cueca aparecendo com as calças meio caídas, e o botão aberto.
Ele torna a te beijar, subindo com pressa seu vestido apertado. Não demora muito a vocês estarem completamente nus.
Charles está sentado na beira da cama, com você em seu colo, com uma perna de cada lado. Vocês se beijam, enquanto se esfregam o máximo possível. Você já não aguentava mais.
“Charlie.” — separa o beijo murmurando. Ele se quer abre os olhos. Está totalmente entregue ao momento. “Me fode.”
Não precisou pedir duas vezes. Charles te fez dele por três vezes naquela madrugada. A primeira na cama. A segunda no chuveiro. E a terceira novamente na cama, desta vez de conchinha, com a voz rouca gemendo em seu ouvido, devagarinho, naquele calor surreal, a sensação de que poderia morrer ali mesmo.
Quando você acorda, na manhã seguinte, não se lembra muito bem de tudo que aconteceu. Só consegue sentir uma dor de cabeça insuportável, e entende que aquele peso em sua cintura, é o braço de Charles. Ainda estavam de conchinha. O bigodinho em seu pescoço te arrepia, mas mesmo assim você consegue se esgueirar para pegar seu celular na mesa de cabeceira.
Milhares de mensagens. Milhares de notificações. Uma foto sua com seus amigos, abraçadinha com o Leclerc como se fossem namorados.
Bom, mas isso era um problema pra você do futuro. Enquanto isso, permaneceria deitadinha nos braços do monegato.
Forza Ferrari!
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Tiempo - Enzo Vogrincic
+18! SoftDom!Enzo. Age gap, creampie, (posible) dacrifilia, dirty talk, fingering, (breves descripciones de) girly!reader, innocence kink (implícito), sexo oral, sexo sin protección. Uso de español rioplatense (y mucho texto, sorry).
Enzo recuerda la primera vez que te vio.
Llevaba ya un tiempo preguntándose quién había ocupado el departamento que dejó cuando terminó su última relación e intentando a su vez sepultar el pensamiento para no recordar nada que tuviera que ver con aquellos momentos, pero luego comprendió que su curiosidad poco tenía que ver con los fantasmas que creía ver en el edificio al que regresó.
Era la tarde de un aburrido sábado y él deambulaba por el corredor con su cámara en las manos, intentando encontrar el ángulo perfecto para capturar la luz del sol iluminando su puerta. Entre tantos viajes decidió recostarse sobre las cerámicas de su hogar, perdiéndose en la oscuridad y conteniendo la respiración hasta que la imagen que vio a través del lente logró convencerlo.
Tus zapatos arruinaron la fotografía.
Se apartó de la cámara con una expresión de disgusto dibujándose en su rostro y un sonido mitad frustración-mitad enojo dejando sus labios, aunque dichas emociones se esfumaron cuando alzó la vista y encontró tus ojos observándolo desde la puerta. Se reincorporó y permaneció sobre sus rodillas, con una extraña sensación recorriéndolo al mirarte.
-Hola.
-Hola- le sonreíste-. Enzo, ¿no?
-Sí. ¿Vos sos…?
Te presentaste con cierta timidez, confesando que sólo te detuviste porque te asustó ver la puerta abierta y aclarando también que en el tiempo que llevabas allí jamás habías tenido oportunidad de presenciar tal fenómeno. Se declaró culpable con una sonrisa y abandonó su posición.
-Vos vivías ahí, ¿no?- señalaste tu puerta y él asintió-. ¿Y por qué volviste?
Cruzó sus brazos sobre su pecho e hizo un gesto de indiferencia.
-Me gusta este lugar. Y tengo muchos recuerdos con mis gatos.
-Menos la lámpara- arqueó una ceja-. Una lámpara con rasguños, ¿la querés…?
-Era mía- apretó los labios-. Pero no, no la quiero, gracias.
-Bueno…- dijiste, alejándote lentamente de su puerta-. Fue un gusto.
Pero él no podía permitir que te fueras.
-¿Te molesta si subo la foto…? Te puedo etiquetar.
Y de pronto no había lugar en el que no se encontraran… Ya fuera en el parque a medio kilómetro de distancia o la vieja tienda de libros en el centro de la ciudad, sus caminos se entrelazaban y siempre emprendían juntos el regreso a casa. En alguna que otra ocasión se detenían a comprar alguna bebida –un simple espresso para Enzo y para vos una bebida con nombre e ingredientes que él no podría pronunciar-, flores o sólo para acariciar gatos del barrio.
Los no-tan-breves intercambios durante las caminatas se convirtieron en charlas interminables que tenían lugar en su cocina o en tu sala de estar. Allí Enzo descubrió por fin el misterio de la playlist que reproducías todos los sábados por las noches, el nombre de las canciones que no lograba encontrar y por qué decidiste no colocar tu apellido en el timbre de la entrada, entre otros detalles con los que completó el puzzle que era para él tu persona.
Recuerda también el día en que pediste su ayuda para decidir cómo decorar la sala para tu cumpleaños, comentándole que organizarías una pequeña reunión con tus amigas e invitándolo a acompañarte luego de preguntar por su agenda. Observó por un largo rato los productos que le señalabas en la pantalla de tu laptop y luego recordó preguntar:
-¿Y cuántos años cumplís?
-Veintidós… ¿De qué te reís?
-Dale- insistió entre risas-. Decime.
-Veintidós, Enzo.
Su sonrisa se esfumó y se desplomó contra los cojines del sofá, notando en ese entonces que sus jeans rozaban tus muslos. No pareciste notar su reacción o decidiste ignorarla, pero poco podía importarle aquello cuando la voz en su cabeza gritaba que había cometido un error. Cuando se despidió besó tu mejilla con cierta reticencia e hizo un esfuerzo para no voltear antes de cerrar su puerta.
Aquella noche lo encontró en vela. Contó ovejas hasta aburrirse, el té caliente que debía ayudar quemó su lengua y ningún programa en la televisión llamaba su atención el tiempo suficiente; releyó conversaciones, fingió tener la intención de borrar todas tus fotos y tu contacto, juró romper las notitas que dejaste cuando regaste sus plantas durante su último viaje. Gritó y maldijo contra la almohada a sabiendas de que no sería capaz de hacer esas cosas.
Pensó en todas las señales que pasó por alto: algunas de tus prendas y los moños en el cabello, los cuales creyó parte de la reciente y creciente aceptación de la feminidad, las bromas y referencias que no comprendiste, parte del contenido que consumías en redes y que habías compartido con él. Sin ir más lejos, había visto la forma en que interactuabas con otros habitantes del edificio o cómo huías descaradamente (cosa que él envidiaba) para evitarlos.
Todas las mañanas al despertar juraba frente al espejo que era el último día, que pondría fin a lo-que-fuera que estaban haciendo con vos y que era la decisión más sensata para protegerte… Pero entonces recibía un mensaje tuyo deseándole un buen día o te veía regando tus plantas, todavía en pijama y un tanto despeinada, y decidía que podía permitirse unas últimas veinticuatro horas disfrutando de tu compañía.
Fue en una de esas tardes que acabaste sobre su regazo mientras él guiaba tus movimientos. Sólo unas capas de tela separaban tu piel de la suya y eso fue probablemente lo único que pudo lograr que se detuviera a tiempo… Bueno, eso y el hecho de que horas atrás le habías enseñado una página donde se apreciaban fotografías tomadas de tu cuenta de Instagram y el artículo que regalaba detalles sobre tu vida.
Con sus manos aún sobre tu cadera, tal vez un poco más por debajo de lo aceptable, Enzo te obligó a detenerte y fingió no notar el hilo de saliva que conectaba sus labios con los tuyos. Tu respiración era agitada, tus párpados parecían pesar con los vestigios del placer que te arrebató y podía ver tus pezones erectos a través del adorable top floreado que llevabas puesto, pero por muy tentadora que fuera la imagen no podía permitir que cometieran una equivocación.
Acomodaste tu cabello, nerviosa.
-¿Hice algo…?
-No- se apresuró a contestar y besó tu mejilla-. Pero no podemos.
Un sonido dejó tu garganta y tus labios fueron incapaces de contenerlo. Cuando te arrojaste sobre el sofá abrazaste tus piernas, ignorando que la posición había desacomodado tu ropa y dejaba al descubierto tu lencería humedecida. Enzo apartó la mirada y tomó un par de respiraciones profundas, su mano acariciando tu tobillo para ofrecerte consuelo.
-¿Por qué?
-Porque sos muy chica para mí.
-¿De verdad importa?- asintió-. Es que pensé… No pensé que podía gustarte.
-Y yo no pensé que eras diez años menor.
-Nueve- corregiste-. ¿Y entonces...? ¿Por qué estábamos…?
-Porque soy un imbécil.
-Y… sí.
-Creo que tendríamos que… no sé, evitar vernos por un tiempo- lo miraste confundida y él señaló tu celular-. Si te ven conmigo van a hacer y decir esas cosas, es así. Perdón.
-Pero acá no nos ven- intentaste razonar con él.
-Los vecinos sí.
Ambos comprendieron en ese momento lo que significaba evitar verse por un tiempo. Tu labio inferior temblaba mientras hacías un esfuerzo para contener el llanto y cuando Enzo se estiró para acariciar tu mejilla apartaste su mano, te pusiste de pie y te dirigiste hacia la entrada.
-Andate- te aclaraste la garganta-. Andate, Enzo.
Abandonó tu hogar sin atreverse a mirarte a los ojos y la mañana siguiente no se acercó para dejarte la copia de sus llaves ni para reclamar la manta que había caído en tu sofá durante su visita el día anterior. Dejó el edificio con prisas, temiendo que ante el mínimo retraso ambos pudieran encontrarse y él se viera obligado a pensar todavía más en todo lo que hizo mal.
Jamás se había sentido tan ansioso en un avión… Por lo menos no en uno real.
Se arrepintió en ese momento y durante una semana sus conocidos parecieron tratarlo como si fuera un frágil adorno de cristal, aunque no lograba comprender si se debía al evidente estado anímico que arrastraba junto con su maleta o al mal genio que dejaba entrever cuando todas las entrevistas y eventos diarios comenzaban a abrumarlo.
En algún momento comenzó a sentir que había cometido un crimen.
Empeoró cuando lo bloqueaste en todas tus redes. Y cuando los periodistas no dejaban de preguntar si estaba soltero, si tenía novia, si podían saber tu nombre; cuando alguien difundió fotografías que habías subido a tus historias luego de que configuraras tu cuenta como privada, cuando notaron que la lámpara en tu sala era la misma que se apreciaba en viejas publicaciones en su feed, cuando señalaron que tu sala era también la misma sala que él posteó en ocasiones.
Se arrepintió entonces, por supuesto que se arrepintió. Y también se arrepiente ahora, aunque no puede precisar si su arrepentimiento es producto de haberte arrastrado al circo mediático que lo rodea o si se debe a la distancia que los separa. Tampoco sabe qué duele más.
El taxi se detiene en la puerta del edificio y al bajarse lo sorprende el característico sonido del cristal haciéndose pedazos bajo sus pies. Se aparta rápidamente y observa la lámpara destrozada en la acera durante unos segundos, sus ojos ardiendo cuando finge que chequea las suelas de sus zapatillas en caso de que el dolor que siente provenga de una herida.
Arrastra su cuerpo hasta entrar en el elevador y presiona el botón. Odiaría quedarse atrapado o sentirse encerrado como sucedió en el avión, pero está demasiado cansado y prefiere evitar el tramo de escaleras. Toma una respiración profunda antes de abandonar las paredes metálicas y se apresura hacia su puerta, sus manos temblando mientras introduce la llave en la cerradura.
Suelta su maleta de inmediato cuando nota las hojas marchitas de las plantas en su sala, el único sobreviviente de su ausencia siendo el cactus que dejaste allí la última vez que lo visitaste. Pasa una mano por su rostro antes de abrir las puertas del balcón, las ventanas de su habitación y por último las de la cocina, las cuales permiten que a sus oídos llegue la música que suena en tu departamento.
Revisa el calendario. Recuerda la foto de tus zapatos. Respira.
El reloj da las nueve cuando alguien toca tu puerta. Estás sola con tus pensamientos hace horas y te parece un tanto extraño ya que tus amigas te habrían enviado un mensaje en caso de haberse olvidado alguna de sus pertenencias, pero de todas formas echás un rápido vistazo a la cocina y la sala en busca de cualquier objeto que reconozcas como ajeno.
Cuando abrís la puerta te encontrás con Enzo esperando del otro lado, un ramo de flores en una mano y un regalo mal envuelto bajo el brazo: permanecés inmóvil a la espera de una explicación lógica a su presencia y él, que no deja de mirarte a los ojos, contiene la respiración preparado para que lo eches. Te hacés a un lado para dejarlo pasar.
-Esos son regalos para mí, ¿no? Porque si no me trajiste un regalo te tenés que ir.
El tono pasivo-agresivo de tu broma lo obliga a tragarse su risa y se planta en medio de tu sala.
-Te tengo que pedir perdón.
-En eso estamos de acuerdo- cruzás tus brazos sobre tu pecho-. ¿Y por qué, exactamente?
-Por todo.
Tomás asiento en el sofá y Enzo ocupa el otro extremo, manteniendo cierta distancia que para ambos resulta abismal. Coloca el ramo de flores sobre la mesita de café y también la caja, luego pasa sus manos por su pantalón una y otra vez, nervioso e inquieto como jamás lo habías visto. Te gustaría poder consolarlo pero aún te sentís herida y tu corazón latiendo en tus oídos no te permite pensar con claridad.
-Sé más específico.
-Primero me gustaría pedirte perdón por lo de tus fotos.
-No es tu culpa- negás-. De verdad, no sos responsable.
-Entonces te quiero pedir perdón por haber sido un pelotudo…- acorta la distancia entre ambos-. Sé que lo que hice estuvo muy mal, tendría que haberme quedado para que pudiéramos hablar bien y no tendría que haberme ido sin despedirme o prometer que íbamos a aclararlo cuando volviera. Seguro estás enojada y tenés todo el derecho del mundo, pero te pido que me dejes explicarte.
Suspirás y hacés un gesto para que te dé un momento. Buscás refugio en la cocina para ocultar tus lágrimas y deshacerte de la horrible sensación de opresión en tu pecho, colocando un par de cupcakes en unos pequeños platos de porcelana pintada que recibiste por la tarde. Estás a punto de voltear para regresar a la sala, pero la presencia de Enzo a tus espaldas es evidente.
-Perdón- susurra, tomando ambos platos para dejarlos sobre el mármol y poder sostener tus manos-. Sé que dije que sos muy chica para mí, pero sólo lo dije porque no me gustaría que en algún momento…
-¿Qué?
-No me gustaría que dejes de ser como sos sólo para encajar conmigo, que te pierdas de esas experiencias que yo ya viví, no me gustaría que la gente nos mire y piense “Ah, sí, ahí van Enzo y la nena”, no…
-No sos como DiCaprio, Enzo- te liberás de su agarre-. ¿De verdad te importa tanto lo que piensen los demás? Porque yo juraría que normalmente no sos así.
-¿Vos leíste todo lo que dijeron sobre nosotros? Tenés que entender.
-¿Entender qué…? ¿Por qué creés que hacíamos algo incorrecto?
-Porque yo ya sé muchas cosas que a vos te faltan aprender.
-Podés enseñarme- apoyás las manos en su pecho y sentís que tiembla bajo tus dedos-. Me dijiste todo lo que no te gustaría, ¿por qué ahora no me decís lo que sí te gusta?
Toma tu mano y besa tus nudillos.
-Me gustás vos, pero no sé si te merezco- cubre de besos tu palma antes de llevarla a su mejilla-. Perdón, chiquita, te juro que voy a encontrar la manera de…
-Podemos seguir donde nos quedamos- sugerís. Tus mejillas arden.
Enzo rodea tu cintura con sus manos y sus pulgares trazan figuras sobre tu ropa.
-¿Estás segura?- asentís.
Ataca tus labios con una delicadeza brutal, su desesperación evidente en los gemidos que dejan su garganta y en la urgencia con la que comienza a frotarse contra tu abdomen; entre besos y roces toma tu muñeca y te arrastra en dirección a tu habitación, deteniéndose sólo al ver su manta en tu cama deshecha. Cuando evitás su mirada toma tu mentón entre sus dedos.
-No te voy a dejar sola nunca más- besa tu frente-. Nunca.
Te ayuda a recostarte en la cama y se posiciona sobre tu cuerpo con cuidado. Comienza a besarte, su mano acariciando tu cintura con movimientos suaves que le permiten estudiar tus reacciones y sus labios delineando tu mandíbula, tu cuello y tus clavículas hasta hacerte estremecer.
Se aleja por un segundo para observar tu expresión y se siente casi orgulloso del efecto que tienen en vos sus besos. Vuelve a acercarse a tu boca y tus brazos rodean su cuello para acortar toda distancia entre sus cuerpos, tus piernas abrazando su cintura para poder sentir la evidencia de su excitación contra tu centro. Comienza a rozarte por sobre la ropa y se deleita al oír tus gemidos, tímidos al principio y desesperados con el pasar de los minutos.
-¿Puedo?- pregunta al deslizar sus dedos entre la cintura de tu pantalón y tu piel. Asentís-. Necesito palabras.
-Sí, sí podés.
-Muy bien- te sonríe y tira de la prenda hasta lograr deshacerse de ella. Observa los tiernos detalles de tu ropa interior pero lo que más llama su atención es la mancha de humedad en el centro. Comienza a deslizar sus dedos sobre la tela y jadeás-. ¿Querés que te toque?
-Sí.
Es adictiva la manera en que reaccionás a sus caricias y se siente casi cruel al preguntar:
-¿Dónde?
Cerrás los ojos, avergonzada, y presiona sobre tu entrada aún cubierta.
-Ahí.
-¿Acá?- repite el movimiento y gemís. Se acerca a tu rostro y besa tus labios-. Perdón, bebé, es que sos muy linda…
El temblor que te recorre hace que se apiade y te despoja de la última prenda que lo separa de tu intimidad. Se arroja sobre el colchón y besa tus muslos con algo similar a la devoción mientras te observa desde su lugar tal como lo hizo la tarde en que se conocieron. Arrastra sus labios sobre tu piel hasta acercarse peligrosamente a tus pliegues y tu entrada brillante.
El primer beso te hace gritar y mientras sus labios te recorren de arriba abajo Enzo aparta la mano que cubre tu boca. Su lengua caliente y experta juega con tu entrada, se introduce en ella y realiza pequeños movimientos hasta sentir que tus dedos se enredan en su cabello para acercarlo aún más, alejarlo y también guiarlo en busca de más placer.
Las yemas de sus dedos recogen tu excitación y frota tus pliegues para lubricarlos. Cuando se detiene brevemente sobre tu clítoris para dibujar círculos estos arrancan un sinfín de sonidos incomprensibles de tus labios y Enzo sonríe complacido contra tu piel ardiente.
Introduce un dedo muy, muy lentamente en tu interior y suspira cuando siente tus paredes contrayéndose hasta prácticamente succionar el dígito en tu interior: gira su muñeca y curva su dedo hasta hallar tu punto dulce, obteniendo un gemido casi pornográfico como recompensa.
Comienza a abusar de tu sensibilidad y no decide si prefiere ver la forma en que te retorcés sobre las sábanas o tus fluidos haciendo brillar tu piel y deslizándose hasta manchar su manta. Intenta obtener algo de fricción, frotándose desesperado contra el colchón y capturando tu clítoris entre sus labios para acallar sus propios gemidos.
Desliza en tu interior otro dedo y te oye quejarte segundo cuando tus paredes oponen resistencia, pero pronto tus gemidos cobran más y más intensidad y movés tu cadera para encontrar sus movimientos. Otro dedo le sigue y cuando sollozás Enzo se pregunta cuántas noches pasaste tocándote en soledad, tus manos incapaces de darte el placer que él logra brindarte en este momento.
Una serie de balbuceos -entre los cuales cree distinguir su nombre- son la única advertencia que ofrecés antes de alcanzar un orgasmo que arquea tu espalda y provoca que arañes las sábanas al intentar aferrarte de algo que te ayude a tolerar el placer. Enzo prolonga tu orgasmo hasta sentir que los espasmos dejan de sacudir tu cuerpo y ver que tu respiración agitada se regula.
Se recuesta a tu lado para poder apreciar tu rostro de cerca y besa tu mejilla.
-Feliz cumpleaños- dice contra tu piel-. ¿Querés más?
-Todo- asentís-. Quiero…
Se deja caer contra la almohada.
-Si lo hacés no voy a aguantar- lamenta-. Pero…
-Sí- te apresurás a decir-. ¿Y puedo intentar más tarde?
Besa la comisura de tus labios y emite un sonido de afirmación.
Se desnuda bajo tu atenta mirada y regresa a su lugar entre tus piernas. Descansa su peso sobre un brazo y acaricia su miembro, jugando con su punta brillante y suspirando sobre tu cuerpo sólo para tentarte más. Juega con tu clítoris, se desliza entre tus pliegues y te hace delirar posándose sobre tu entrada una y otra vez.
-¿Segura?
-Segura- acariciás su mejilla.
Aunque el ardor de la penetración te resulta placentero esto no evita que un par de lágrimas se deslicen por tus mejillas cuando agachás la mirada para ver la escena entre tus piernas. Enzo es grande y las venas que lo recorren parecen gritar pidiendo que tus dedos las acaricien, pero tus manos acaban sobre su pecho desnudo y tus uñas dejan marcas en su piel al sentir que alcanza los lugares más profundos en tu interior.
-Enzo…- temblás y su pulgar comienza a dibujar círculos en tu clítoris para calmarte.
-Ya sé, bebé, ya sé…
-Más, por favor.
Mueve sus caderas con suavidad para no herirte y arroja la cabeza hacia atrás, incapaz de contenerse ante el placer que siente y esforzándose por no perder el control. Abandona tu interior hasta que sólo la punta permanece dentro de tu cuerpo, que suplica contrayéndose deliciosamente, y cuando vuelve a introducirse lo hace de una sola estocada.
-Más, Enzo, más.
Acelera el ritmo y jura que podría morir en esa posición, con tu calidez abrazándolo y tus gritos opacando cualquier sonido que pudiera llegar a sus oídos. Se deja caer sobre sus codos y busca tus labios, embargado por la necesidad de besarte hasta olvidar cualquier pensamiento que no seas vos.
Su mano se desliza bajo tu camiseta hasta llegar a uno de tus pechos, masajeándolo y girando tu pezón entre sus dedos hasta que tus dientes muerden su labio inferior. Rompe el beso para poder observar las expresiones que transforman tu rostro cuando comienza a profundizar sus movimientos, el vaivén de sus caderas permitiendo que su pelvis estimule también tu clítoris.
-Ahí...
-¿Sí, acá te gusta?- la pregunta es casi retórica. Sin esperar confirmación comienza a atacarte con embestidas que te hacen delirar, su punta golpeando tu cérvix y sus movimientos provocando que tu cuerpo se mueva sobre las sábanas de manera casi violenta.
Tus pestañas brillan con las lágrimas que nublan tu visión y Enzo besa el rastro que estas dejan mientras se pregunta si alguna vez alguien logró hacerte llorar de placer, si te aferraste con tanta fuerza al cuerpo de otra persona para no perder la cabeza por la intensidad de las sensaciones… Sabe que no y los músculos de su abdomen se tensan peligrosamente al pensarlo.
Hace una breve pausa para recuperarse y acaricia tu rostro antes de manipular tu cuerpo con facilidad, recostándose contra las almohadas y posicionándote sobre su cuerpo. Puede apreciar en tu rostro tus dudas, por lo que te toma por el cuello para poder acercarte a él y besar tus labios de manera casi voraz.
Colocás tus manos sobre su pecho y comenzás a rozar tus pliegues sobre su miembro húmedo y brillante por los fluidos de ambos, un hilo de saliva cayendo de tus labios cuando bajás la vista para apreciar la imagen entre tus piernas.
Te cuesta creer que lo que sucede es real y que Enzo está con vos en todos los sentidos, más aún cuando humedece su pulgar -como si hacerlo fuera necesario- con la saliva que moja tus labios y lo lleva hacia tu clítoris.
-Enzo, no, me voy a…- intentás advertirle pero tus palabras sólo parecen motivarlo más. Gritás-. Es mucho…
-Hacelo.
Temblás y Enzo te empuja con su cadera hasta que el ángulo le permite volver a penetrarte. La intensidad de los estímulos sacude tu cuerpo y de tu garganta surge un sonido agudo cuando te golpea otro orgasmo que blanquea tu visión y te obliga a arañar su abdomen.
Tus movimientos se apagan gradualmente y las manos de Enzo acarician tu cintura, tu cadera, tus muslos y cualquier centímetro de piel que sus ojos ven. Su miembro palpita en tu interior mientras te recuperás de tu orgasmo, algún que otro espasmo atravesándote y una capa de tus fluidos haciendo brillar tus pliegues, tus muslos y también su abdomen.
La escena es terriblemente obscena y te sentís avergonzada al ver el desastre, pero Enzo no permite que te disculpes y te rodea con sus brazos para aprisionarte contra su pecho. Besa tu cuello y tus paredes se contraen sobre su miembro, tu cuerpo aún sensible rogando por más.
Llenás su hombro de besos y susurrás contra su piel.
-Adentro.
Un gemido resuena en su garganta al oírte y toma impulso con sus pies para volver a asaltar tu interior. Su miembro parece rozar cada fibra de tu ser y la habitación se llena con los sonidos de su piel colisionando con la tuya y tus sollozos cuando decide lamer y morder tu cuello. Mantiene en tu cadera un agarre lo suficientemente fuerte para dejar huellas.
Dejás caer tu frente sobre su hombro, rendida al sentir el cosquilleo entre tus piernas. Enzo tira de tu cabello para obligarte a mirarlo.
-¿Querés que te llene la conchita…?- asentís-. ¿Sí…?
-Sí, por favor.
Tu expresión es patética, pero Enzo cree que es tierna la forma en que tus cejas se curvan y tu boca entreabierta le permite ver tus dientes y tu lengua. Captura tus labios entre los suyos y jura que puede saborear su orgasmo en la forma en que permitís que invada el interior de tu boca.
Sus estocadas son frenéticas y erráticas y sus uñas marcan tu piel. Ahoga un gemido contra tus labios y en medio de la desesperación rompe el beso, mordiendo tu mejilla cuando su liberación mancha tus paredes hasta hacerte lloriquear.
Te abraza con más fuerza mientras las últimas gotas de su semen llenan tu interior y besa las marcas de sus dientes en tu rostro.
-Ahora sos mía.
Gemís en respuesta.
-Y vos sos mío- decís con voz temblorosa-. Para siempre.
-Para siempre, sí- jura, tomando tu mano para besar tus nudillos, tu palma y tus dedos, deteniéndose sobre estos cuando ve tu expresión de dolor-. ¿Qué te pasó acá?
-Estaba limpiando y se rompió tu lámpara. Perdón.
-No me pidas perdón. Nunca- vuelve a besar tu mejilla y te sonríe-. Creo que te va a gustar tu regalo.
-¿Cuál…?
-El que dejamos en la sala.
-Ah, sí- soltás una risa.
-¿Qué te parece si nos damos una ducha y terminamos de celebrar tu cumpleaños juntos?- propone-. Podemos pedir algo para comer y ver una película.
-Quiero quedarme así un ratito- descansás tu mejilla contra su piel caliente-. ¿Enzo…?
-¿Qué pasa, bebé?
-Te quiero.
La fuerza de su abrazo amenaza con dejarte sin respiración.
-Yo también te quiero. Mucho- toma tu mentón entre sus dedos para llamar tu atención-. ¿Puedo ser tu novio…?
Espero hayan disfrutado la lectura ♡
}taglist: @madame-fear @creative-heart @llorented @recaltiente @chiquititamia @delusionalgirlplace ♡
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I NEED MORE OF CROW PHIL AND CAT MISSA 2
Entonces, los gatos ronronean, y los cuervos hacen arrullos cuando están en compañía de otros, especialmente sus parejas, es como el ronroneo de los gatos y mi cerebro está trabajando con esa idea
Así que… Para Missa la mejor parte del día despues de estar trabajando arduamente en su parque de diversiones es regresar a casa y poder acostarse en la cama junto a su querido esposo e hijos
Acostarse en esa cama nido y dormir al calor de las cálidas mantas y el calor corporal que emana su familia le quitaba todo el estrés que acumulo durante el día
Los gatos adoran dormir acompañados, pues al tener a alguien que los acompañe en un momento donde bajan la guardia y son vulnerables los hace sentir seguros
Phil sabe perfectamente esto y también sabe lo cansado que esta su marido, así que una vez que este se acomoda en las suaves mantas sin decir nada mas procede a pasar una amable mano por la espalda de su esposo acariciándola lentamente y deposita un dulce beso en su cabeza.
Una sonrisa suave se instala en su rostro cuando empieza a escuchar un suave ronroneo provenir de la garganta de Missa, así que aumenta sus caricias en su espalda con el fin de que el ronroneo también aumente.
Sin poder evitarlo un sonido similar empieza a sonar desde su propia garganta y cuando menos se da cuenta el sueño se apodera de él y finalmente ambos se duermen acompañados de los ronroneos y arrullos que emiten estando en compañía del otro, sonidos que expresan la felicidad y seguridad que sienten en compañía del otro
ENGLISH VERSION
So cats purr, and crows coo when they are in the company of others, especially their mates, it's like cats purring and my brain is working with that idea.
So… For Missa, the best part of the day after working hard at her amusement park is returning home and being able to lie in bed next to her beloved husband and children.
Lying in that trundle bed and sleeping in the warmth of the warm blankets and the body heat that her family emanates took away all the stress that she accumulated during the day.
Cats love to sleep with someone, because having someone with them at a time when they let their guard down and are vulnerable makes them feel safe.
Phil knows this perfectly and he also knows how tired his husband is, so once he settles into the soft blankets without saying anything else, he proceeds to run a gentle hand over his husband's back, slowly caressing it and placing a sweet kiss on his head.
A soft smile settles on hIS face as he begins to hear a soft purr coming from Missa's throat, so he increases his caressing of his back in order for the purr to increase as well.
Without being able to avoid it, a similar sound begins to sound from his own throat and when he least realizes it, sleep takes over and finally both fall asleep accompanied by the purrs and coos that they emit when in each other's company, sounds that express happiness and security they feel in each other's company
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Aurora and Phantom Headcanons ﹒✦
Traducción en Español 💋
¿Sus colas son tiernas? ¡que no te ENGAÑEN! Son como los gatos. Cuando se enojan, sus colas se erizan!!
Aurora propuso (forzó) a Phantom a hacerse Piercings iguales. Phantom gritó cuando apenas Aurora le tocó la oreja.
A Aurora no le gusta peinarse. Todos los peinados con los que se la ha visto se los ha hecho Phantom. Él está dejando crecer su cabello, para enseñarle a Aurora a peinarse ella sola.
Phantom y Aurora SIEMPRE se sientan juntos cuando es la hora del almuerzo. Phantom es el que siempre quiere comer a su lado, a Aurora no le importa. Un día, Swiss se sentó al lado de Aurora, y Phantom no le hablo a él por una semana ENTERA.
Ellos (como casi todos los Ghouls) son bioluminiscentes. Aurora y Phantom tienen manchas en forma de constelaciones, y cuando están en la oscuridad brillan.
¡Espero les guste! Pronto les mostraré más Headcanons de los otros Ghouls 💗💞
I hope you like this! Soon I'll show you more Headcanons from the other Ghouls 💗💞
#the band ghost#ghost ghouls#ghost fanart#ghost bc#ghost band fanart#ghost band headcanons#headcanon#phantom ghoul#aurora ghoulette#phantom ghost#aurora ghost#aurora ghoulette headcanon#phantom ghoul headcanon#aurora ghoulette fanart#phantom ghoul fanart
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você e o kukinho
não tem pimbação, mas quem sabe não me da na telha de fazer uma pt2
Fantasias...
Meu bem você me dá água na boca... vestindo fantasias, tirando a roupa...
Era aniversário de Esteban. O elenco e equipe de LSDLN, que se aproximaram muito durante das filmagens, decidiram preparar uma festa surpresa para ele.
Festa à fantasia! Se perguntou a quantos bons meses não ia a uma festa à fantasia. Bom, primeiramente porque não morava mais no Brasil, segundamente porque não tinha taantos amigos assim na Argentina, eram mais as pessoas dos trabalhos que fazia e olhe la.
Bom, na verdade, eram poucos mas muito bons amigos.
Você e Kuku, por exemplo. Vocês eram bons amigos.
O tesão era palpável.
Mas só bons amigos.
Em sua casa, se arrumava toda linda e cheirosa. A fantasia de couro fake preto e brilhante com ombros a mostra foi realçada por ondas e cachos revoltos no cabelo que combinaram o delineado pontiagudo e batom vermelho.
A medida que andava pela casa o salto fazia barulho junto com as algemas que pendurou na cintura.
Observou a mistura de mulher-gato com dominatrix no espelho e se sentiu belíssima.
Fernando Contigiani vestido de Zorro te buscou em casa no horário combinado e foram para a mansão de Bayona onde seria a festa. O caminho foi tranquilo e animado e assim que chegaram lá, ambos colocaram as máscaras pretas que deixavam um ar misterioso e sensual.
Matí vestido de pirata desceu as escadas já bêbado ao lado da namorada para te cumprimentar, se jogou nos seus braços dizendo o quão gostosa você estava. A morena de cabelos curtos ao lado dele concordou.
Assim que entrou na mansão não aguentou e gargalhou ao ver o diretor do filme, J.A Bayona vestido como aquele prefeito malucão do filme Lorax, virou para o outro lado rindo ainda mais ao se deparar com Fran de Ariana Grande e Rafael Federman de Nicky Minaj no clipe de Bang Bang.
Abraçou os amigos e cumprimentou as outras pessoas que você não conhecia muito bem.
Dali a um pouco uma mão tampou seus olhos e quando se virou deparou com um Enzo de cabelo mais curto desde a última vez que tinha visto e fantasiado de Batman. O moreno brincou que as fantasias de vocês combinavam, já que ele estava de Batman e você de Mulher Gato Dominatrix Gostosa.
Blas do hominho de Noiva Cadáver, Pipe de jogador de futebol (óbvio) e Pardella e namorada vestidos de O náufrago e Wilson (a bola de volei com carinha), respectivamente.
A música torando, drinks pra dentro e sua ansiedade cada vez maior esperando o momento dele chegar.
- Eu disse pra ele que a gente ia tirar uma foto pra divulgação do filme - disse Bayona sentado ao seu lado em um dos vários sofas da casa - Aí ele tinha que vir fantasiado, aí o Fernando ia buscar ele e tudo mais.
- Ele acreditou?
- Sim! - ele respondeu empolgado e você pensou que bobinho Kuku foi - Ai, chica, eu- foi cortado.
- GENTE ELE TA CHEGANDO - gritou Fran já correndo meio atrapalhado para apagar as luzes.
- SHHHHHH.
- SHHHHHHHH
- SHHHHHHHHHHHH.
Demoraram uns bons dois minutos até todo mundo se ajeitar e ficar no completo silêncio. Vocês ouviram a portona da casa se abrindo, Fernando entrando então Kuku apareceu fantasiado de algum super herói. Todos gritaram "SURPRESA", o rapaz arregalou os olhos, pôs a mão na boca e começou a rir, Bayona trouxe o bolo com velas acesas até ele e então o parabéns foi iniciados.
Ele ficou emocionado e observou um por um meio tímido pela homenagem, mas o mundinho de Kukurizcka acabou quando botou os olhos em você. Você sorriu de canto e ele ficou hipnotizado. Foi difícil não imaginar a carinha de bobo que ele faria quando você estivesse montando no pau dele naquela noite, quer dizer, era o que você pretendia enquanto estava se arrumando. Planejava tomar dois drinks, criar coragem e beijá-lo.
Antes dele assoprar as velinhas você disse:
- Faz um desejo.
Ele sorriu e soprou te encarando.
Depois que o parabéns acabou, ele foi cumprimentar um por um e você esperou pacientemente a sua vez, escorada em uma bancada decorada com um copo de bebida na mão.
- O-oi, S/n. - ele gaguejou todo bobinho se aproximando.
- Oi, Kuku. - você respondeu e logo o puxou para um abraço - Feliz aniversário... - ele sorriu em agradecimento.
- Você tá... uau - você riu.
- Obrigada.
Só Deus sabe o que passava na sua cabeça naquele momento, ainda mais com a vodka subindo e aquecendo.
- É- ele ia falar alguma coisa mas Matías Apocalíptico Recalt apareceu puxando as mãos de vocês para a área externa da festa.
...
PROJETO X? Não, aniversário do Kuku mesmo.
Tudo rolou naquela festa, danças, shots de fogo, dancinha de passar por de baixo da vassoura, beijo triplo....
Acontece que você e Recalt estavam mais altinhos que qualquer um e no meio de risadas e shots decidiram beijar triplamente o máximo de pessoas que pudesses. Assim foi: você, Matías e Fran. Você, Matías e namorada. Você, Matías e Simon Putífero Hemp. Até ser você, Matías e Esteban.
A festa era intercalada entre a área externa e interna, e a uns bons vinte minutos você tinha perdido seu alvo de vista... mal sabia que ele estava la fora bebendo e tentando fazer o pau duro dele não transparecer tanto no macacão de super herói apertadinho que vestia.
E a culpa era sua, óbvio!
O jeito que dançava, sorria, sensualizava estava demais para ele.
Um dos top momentos foi quando você prendeu uma coleira no pescoço dele - coisa do kit de dominatrix que tinha comprado antes da festa - e saiu arrastando ele pela casa enquanto Cachorrinho da Kelly Key torava nas caixas de som.
E agora, do lado de fora, com poucas pessoas e Matí a espreita... você puxou o mais alto pelo pescoço, arranhando de leve a nuca dele.
Totalmente se fazendo de pão pra ganhar linguiça.
- Kuku - sussurrou no ouvido dele - Eu e o Matí tamo fazendo uma brincadeirinha, quer participar?
O rapaz corou e com muita coragem, colocou a mão na sua cintura,
- Que brincadeirinha, Sn? - te encarou com um sorrisinho.
- Ah... uma coisinha boba, mas antes de eu dizer você tem que concordar - brincou com o cabelinho da parte de trás do pescoço dele fazendo-o arrepiar.
Estavam tão próximos, você estava tão linda, a música tão gostosa...
- Tudo que você quiser, neña.
- Quero isso aqui - colocou o indicador na boca dele - aqui - então acima da sua.
- Quer é? - apenas assentiu com a cabeça, ele sorriu e encostou as testas de vocês.
Então foram se aproximando até as bocas estarem coladas... a partir dali, não tinha quem separasse.
- E EU? - questionou Matías com os braços esticados em questionamento, mas vocês nem ouviram, muito menos viram. Enzo deu um tapa na barriga dele assim que apagou o cigarro e logo depois Malena agarrou sua mão para saírem dali.
A área de fora era só de vocês.
...
Ninguém queria azarar aquele beijão de filme porno que davam, afinal, havia sido aguardado por muitos... principalmente por Kuku.
Ele agarrava sua cintura, descia timidamente as mãos para a bunda, apalpava os seios até subir a mão para seu pescoço te deixando fraquinha.
- Esteban - você gemeu baixinho.
Talvez a bebida, a meia-luz, a música, ou a junção de tudo isso, fazia com que você se sentisse cada vez mais melada, mais excitada, sem de fato ter a mão dele ali. O mais alto esfregava o pau duro contra a sua barriga e libertou um gemido quando você parou o beijo e encostou com a boca no pescoço dele.
Ambos estavam ofegantes e prontos para ter a foda mais selvagem do mundo! Mas ali não era o momento...
- Kuku - você gemeu - Eu quero você dentro de mim, AGORA! - ele riu, estava tão ansioso quanto você.
- Eu também quero, nena. Quero meter na sua bocetinha em todas as posições do mundo.... mas não agora.
- Não?
- Não - falou triste - Quero estar sóbrio e te sentir por completo. E te fazer sentir por completo. Vamos curtir o resto da festa, depois disso você é minha.
...
O after depois de não conseguirem nem andar de tanto pimbarem tomando uma aguinha na cozinha do Bayona:
#lsdln cast#lsdln imagine#esteban kukuriczka#esteban kukuriczka x reader#lsdln fanfic#lsdln smut#enzo vogrincic#lsdln#matias recalt#enzo vogrincic x reader
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Estoy en negación!
(Si no quieren spoiler de "Twist and Shout". No sigan leyendo xd)
Acabo volver a leer "Twist and Shout", y esta vez si lo acabe de leer por completo. Ahhh....
No puedo creelo, encima que en la serie no tienen un final feliz, los fans nos dejan más traumas con estos fanfics.
No puedo aceptarlo, y no quiero :(
El fanfic tiene momentos hermosos, hablan de temas reales, lo abordan de una manera natural. Pero... Wee, pobre Castiel, siendo valiente en sus últimos momentos y Dean, no puedo :(
Recuerdo que la primera vez que leí el fanfic era de madruga y llegué al momento donde Dean regresa de la guerra, y me picó la curiosidad porque faltaba demasiado para que acabe de leer todo el fanfic (poco menos de la mitad faltaba), así que decidi leer un fragmento del capitulo final. No debí hacerlo, por lo que entendí, Cas había muerto y Dean no lo podía superarlo.
"La curiosidad mató al gato" [jajajaj :(] , después de ello, entre en un estado de negación, lloré mucho (al igual que ahora) y como acto de compasión para mi mismo deje de leerlo y decidi ignoralo, incluso lo borre.
Ahora por curiosidad, recordé esos bonitos momentos del fanfic, y pregunte si alguien sabía el nombre, me lo Pasaron, por lo cual estoy agradecido (y a la vez no tanto jajajaj).
Porque no tuvieron un final feliz? :(
En fin, como dicen por ahí "en otra vida, se casaron y vivieron juntos, con un perrito de mascota (aunque Dean no hubiera querido)"
Pinches historias todas hermosas y que terminan mal, (tipo siempre es así) , y yo por ser alguien tan ingenuo y masoquista por leerlas Xd
En fin, pinché historia toda hermosa.[ Debian de tener un final feliz a que si? :( ]
Chao!
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CAPÍTULO 2: EL DESPERTAR.
Ambientación: 11 de Octubre, 08:30 a.m.
Clima: Lluvias moderadas a fuertes.
Vestimenta: Cómoda obligatoria. Llevar un pañuelo en la muñeca del color de su vecindario.
Al despertar por la mañana y encontrar una nueva carta en tu buzón, sientes de inmediato que algo no está bien. La caligrafía áspera y la ausencia de un saludo cálido siembran en ti una sensación inquietante que se intensifica al leer el citatorio. La carta solicita tu presencia urgente en la zona comercial del pueblo exactamente una semana después de la primera reunión.
¿Es esto otro juego? El tono impersonal del mensaje no proporciona pistas sobre lo que te espera, pero la mención de una "emergencia" deja en tu mente un incómodo sabor de incertidumbre.
[...]
En un día brumoso y grisáceo el pueblo despierta con una inquietante sorpresa: cadáveres de cuervos esparcidos por las calles y plazas, como si un presagio oscuro se hubiera desatado después de una semana de aclimatamiento. Los residentes a tu alrededor, atónitos, observan cómo los venados emergen frenéticamente del bosque, luchando con ferocidad inusual, mientras los perros aúllan descontroladamente en horas extrañas, sus aullidos resonando en la niebla.
Los gatos y otros animales también muestran comportamientos erráticos, desplazándose nerviosos y emitiendo ruidos extraños. La atmósfera está cargada de una tensión palpable que revuelve tu estómago y te impide estar en paz.
¿Qué está ocurriendo?
La secretaria del alcalde, Georgia, se encuentra en medio del caos, su rostro tenso refleja la preocupación que la consume. Con una voz firme pero agitada, alza la voz para hacerse escuchar sobre el bullicio de los residentes reunidos.
—Gracias por venir. Lamento profundamente tener que convocarlos a esta hora, pero la gravedad de la situación nos deja sin otra opción.
A su lado, el alcalde hace su aparición, sosteniendo en una mano unas bolsas negras y en la otra una pala. Su expresión, cargada de frustración, lo delata a simple vista. Tras unos momentos de tensión, se aclara la garganta y se dirige a la multitud.
—Necesitamos su ayuda para limpiar las calles —comienza, con un tono más grave de lo habitual—. Decenas de cuervos han aparecido muertos y aún estamos buscando una explicación, pero mientras tanto no podemos dejar que la ciudad se convierta en un riesgo para todos. Hemos pedido su asistencia para no sobrecargar a los residentes mayores. Esto es una tarea que podemos manejar juntos.
Los murmullos entre la gente aumentan, mientras el alcalde, todavía con la pala en mano, los observa con una mezcla de cansancio y determinación.
Sin dejar espacio para que la multitud reaccionara, el alcalde rápidamente añade:
—Las herramientas necesarias están listas. Podrán encontrar bolsas negras, guantes, palas y lo que necesiten junto a la plaza principal. Aprecio su disposición y les prometo que encontraré la forma de devolverles el favor.
Algunos intercambian miradas de desconcierto, mientras el murmullo general es ahogado por la prisa del alcalde en dar instrucciones. La tensión en el ambiente se siente palpable, pero nadie parece dispuesto a discutir.
En ese momento, entre la multitud, un rostro desconocido observa todo en silencio. Sus ojos, fijos en la escena, reflejan una calma inquietante en medio del caos.
¿Estás listo para enfrentarte a un nuevo desafío?
Archivos anexos: Vecindarios, secciones.
Tipo de desarrollo: Sentence starters.
Duración: 10 días, del 13 al 22 de Octubre.
Elecciones: Ninguna.
𝗔𝗖𝗟𝗔𝗥𝗔𝗖𝗜𝗢𝗡𝗘𝗦
TLDR; Safe Haven se despierta con una serie de extraños eventos que requieren la presencia de los residentes más jóvenes. Cadáveres de cuervos cubren las zonas principales del pueblo y se ve a los animales actuar de forma poco común, por lo que la actividad semanal obligatoria es el limpiar las calles.
La vestimenta debe ser cómoda y de preferencia llevar prendas que no les importe arruinar. El llevar un pañuelo atado a la muñeca del color de su vecindario (rojo, naranjo, morado y rosado) es obligatorio para todos los residentes.
Les pedimos por favor evitar ser selectivos a la hora de enviar y responder starters. Revisen cuidadosamente sus notas para evitar saltar a las personas.
Esperamos la actividad sea del agrado de todos. Cualquier duda pueden consultarla directamente en el main de forma anónima o con cuenta.
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EN LOS AÑOS 1600 Y 1700
Al visitar el Palacio de Versalles en París,
se observa que el suntuoso palacio no tiene baños.
En la Edad Media, no había cepillos de dientes, perfumes, desodorantes,
y mucho menos papel higiénico.
Los excrementos humanos eran lanzados por las ventanas del palacio.
En un día de fiesta, la cocina del palacio pudo preparar un banquete para 1500 personas,
sin la más mínima higiene.
En las películas actuales vemos a las personas de esa época sacudirse o abanicarse...
La explicación no está en el calor, sino en el mal olor que emitían debajo de las faldas (que fueron hechas a propósito para contener el olor de las partes íntimas, ya que no había higiene). Tampoco era costumbre ducharse debido al frío y la casi inexistencia de agua corriente.
Solo los nobles tenían lacayos para abanicarlos,
para disipar el mal olor que exhalaban el cuerpo y la boca,
además de ahuyentar a los insectos.
Los que han estado en Versalles han admirado los enormes y hermosos jardines que, en ese momento,
no solo se contemplaban, sino que se usaban como retrete en las famosas baladas promovidas por la monarquía,
porque no había baños.
En la Edad Media, la mayoría de las bodas se realizaban en junio (para ellas, el comienzo del verano).
La razón es simple: el primer baño del año se tomaba en mayo; así que en junio, el olor de la gente todavía era tolerable.
Sin embargo, como algunos olores ya comenzaban a molestar,
las novias llevaban ramos de flores cerca de sus cuerpos para cubrir el hedor.
De ahí la explicación del origen del ramo de novia.
Los baños se tomaban en una sola bañera enorme llena de agua caliente.
El jefe de la familia tenía el privilegio del primer baño en agua limpia.
Luego, sin cambiar el agua, llegaban los demás en la casa, en orden de edad, mujeres, también por edad y, finalmente, niños.
Los bebés eran los últimos en bañarse. Cuando llegaba su turno, el agua en la bañera estaba tan sucia que era posible matar a un bebé adentro.
Los techos de las casas no tenían cielo y las vigas de madera que los sostenían eran el mejor lugar para que los animales:
perros, gatos, ratas y escarabajos se mantuvieran calientes.
Cuando llovía, las filtraciones obligaban a los animales a saltar al suelo.
Los que tenían dinero tenían platos de lata. Ciertos tipos de alimentos oxidaban el material, causando que muchas personas mueran por envenenamiento.
Recordemos que los hábitos higiénicos de la época eran terribles.
Los tomates, siendo ácidos, se consideraron venenosos durante mucho tiempo, las tazas de lata se usaban para beber cerveza o whisky; esta combinación, a veces, dejaba al individuo "en el piso" (en una especie de narcolepsia inducida por la mezcla de bebida alcohólica con óxido de estaño).
Alguien que pasara por la calle pensaría que estaba muerto, así que recogían el cuerpo y se preparaba para el funeral.
Luego se colocaba el cuerpo sobre la mesa de la cocina durante unos días y la familia se quedaba mirando, comiendo, bebiendo y esperando a ver si el muerto se despertaba o no.
De ahí la que a los muertos se les vela (velatorio o velorio), que es la vigilia al lado del ataúd.
Inglaterra es un país pequeño, donde no siempre había lugar para enterrar a todos los muertos.
Luego se abrían los ataúdes, se extraían los huesos, se colocaban en osarios y la tumba se usaba para otro cadáver.
A veces, al abrir los ataúdes, se notaba que había rasguños en las tapas en el interior, lo que indicaba que el hombre muerto, de hecho, había sido enterrado vivo.
Así, al cerrar el ataúd, surgió la idea de atar una tira de la muñeca del difunto, pasarla por un agujero hecho en el ataúd y atarla a una campana.
Después del entierro, alguien quedaba de servicio junto a la tumba durante unos días.
Si el individuo se despertaba, el movimiento de su brazo haría sonar la campana.
Y sería "salvado por la campaña", una expresión utilizada por nosotros hasta hoy.
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cat rules
wen junhui x leitora
se relacionar com junhui era sempre tranquilo, porém você deixou passar uma das regras mais importantes.
gênero: fluff
pt-br
conteúdo: leitora fem, junhui namorado dengoso, carinho e cena cotidiana fofa de um casal que vive junto (de novo)
avisos: acho que nenhum, só apelidos carinhosos, como de costume.
contagem: ± 1200 palavras
nota: ok, eu amo o junjun. ele é simplesmente bem aleatório e gostei de imaginar ele fazendo isso, ficou na minha mente e eu escrevi, não tá exatamente bem revisado, porém queria muito postar algo :(
uma de suas coisas favoritas no mundo era passar tanto tempo quanto possível com junhui deitado em você, aproveitando a posição para fazer cafuné no cabelinho macio dele enquanto ambos veem algo — quer seja na tv ou em seus celulares —, como naquele momento.
jun havia abandonado o próprio aparelho depois de te mostrar alguns vídeos que fizeram vocês dois rirem ou te dar vontade de apertá-lo em seu abraço durante os surtos de fofura, agora ele estava deitado em silêncio há alguns minutos, quase te fazendo pensar que havia caído no sono.
gratidão era a palavra certa pra definir o que jun sentia por vocês terem conseguido empregos que permitissem que chegassem ao mesmo tempo em casa, sem ficarem trabalhando até horários tardios. logo, os fins de tarde eram sempre assim: vocês dois aproveitando todo o tempo livre que tinham.
claro que nem sempre a rotina seguia o mesmo padrão, porém sempre tirariam algum momentinho pra ser só sobre vocês.
junhui teria aproveitado bem mais se não fosse a sua pequena ideia.
foi quando você passava por um vídeo sobre itens de papelaria que se lembrou das caixas que viu sendo descarregadas na lojinha na esquina perto de casa, você tinha certeza que viu os marcadores que queria há tempos.
— junjun, licença — resmungando por ter que se movimentar depois de tanto tempo numa posição confortável, junhui rolou pro lado, te deixando livre pra levantar da cama.
ele ficou de olhos fechados, quase cochilando, enquanto você buscava algo mais apresentável do que seu pijama para sair de casa.
— ei, pra onde você tá indo? — a atenção de jun se voltou para você à medida que se movimentou mais pelo quarto.
— vou ver se aqueles marcadores chegaram na loja na esquina do quarteirão. coisa rápida, quer ir?
sua resposta foi um combo de gemidos e lamúrias.
— por que você não pode ficar aqui quietinha comigo?
— porque eu to muito curiosa, ué — você soube que foi preciso muito esforço da parte dele para levantar das cobertas macias quando o viu com a expressão mais derrotada do mundo na porta do banheiro. — bom, não precisa ir se não quiser. como eu disse, é rapidinho.
— deixa pra ver isso amanhã, por favor, amor.
era quase cômico como ele parecia estar sentindo dor física pois você iria logo ali por menos de 20 minutos.
— amanhã eu vou esquecer. eu já volto pra gente ficar de chamego, relaxa.
apesar de ter aparentemente cedido falando um "tá bom, então vai lá" do jeito mais junhui possível, ele te seguiu enquanto você pegava sua bolsa, suas chaves, até quando se sentou no sofá para amarrar o tênis que escolheu. mas bastou um segundo de distração sua para ele te pegar.
jun passou de sentado ao seu lado no sofá a deitado em cima das suas pernas e abraçado na sua cintura em milésimos de segundo.
— junnie, me deixa ir.
— nunca — a voz dele saiu abafada, já que ele fez questão de ficar o mais próximo quanto permitido pelas leis da física.
— gatinho, eu vou comprar e voltar. isso se tiver, né. de qualquer forma é rápido.
— você fica me chamando de gatinho, então tem que seguir as regras universais de ter um gato.
você exclamou surpresa, rindo logo em seguida. acariciando os fios — atualmente castanhos — de junhui, esperou que ele explicasse o que exatamente eram as regras universais, porém ele optou pelo silêncio.
— junnie, que regras são essas, hein?
— você sabe, devia saber.
àquela altura você não tinha muita intenção de sair. quer dizer, era extremamente confortável e marcadores coloridos não eram uma urgência. e como nenhuma tentativa para se soltar dos braços de junhui deu certo, pra que lutar?
presa ali, você quase pensou demais sobre o quão forte jun estava segurando você. não era novidade que a rotina de treinos dele dava resultados, até porque você se agarrava àqueles mesmos músculos com muita frequência. antes que entrasse de cabeça essa espiral, preferiu voltar sua atenção à questão atual.
— me conta, gatinho. senão nunca mais faço cafuné pra você tirar soneca no domingo à tarde — você chantageou, parando momentaneamente o carinho que fazia.
— você joga muito baixo, sabia?
— olha só quem tá deitado em cima de mim porque não quer que eu saia de casa.
— cada um tem seus métodos, amor. e, pra esclarecer, a principal regra é que se seu gato deita em cima de você, é proibido levantar até que ele se saia. principalmente quando ele dorme, não pode nem se mover muito. e eu estava quase dormindo lá na cama.
por alguns segundos, você ficou em choque com a seriedade da fala de junhui.
— eu não sei mais dizer se você tá brincando ou não.
— olha, não é como se eu fosse te impedir de sair — ele disse, sem fazer qualquer movimento que indicasse que te soltaria. — mas, pensa com carinho, é melhor ficar aqui comigo ou pegar esse vento pra comprar marcadores? é outono já, você sabe como dá uma ventania por aqui.
— eu to até de casaco, jun. eu até perguntei se você queria ir. só me empolguei porque vi num vídeo — junhui soube que estava acabado assim que olhou pra cima e viu aquela expressão sua que o convenceria a correr de costas numa duna de areia.
foi quase uma surpresa pra você quando jun não somente saiu de cima de você, como foi em busca de seus próprios pertences.
— juro que se não tiver aquelas canetinhas eu nunca mais vou com você a nenhuma papelaria.
— então você vai? não esquece um casaco.
você o ouviu resmungar um "eu sei, to indo pegar" do quarto, enquanto se animava mais uma vez. na porta, você o parou, lhe dando um beijo rápido.
— prometo que vai ser rápido e vamos ficar deitados juntinhos até a hora do jantar.
— eu vou é deitar em cima de você e só sair quando for alguma emergência de verdade. e não canetinhas.
— marcadores, junnie.
apesar de ter reclamado nos primeiros três passos que deram rumo ao elevador, não demorou para que junhui pedisse para você mostrar a ele o motivo de estarem saindo.
foi ele quem acabou ainda mais interessado, te puxando pela mão em direção a loja e perguntando ao vendedor no balcão sobre os marcadores. jun te ajudou a escolher e testar as cores, pegando algumas para si e mais coisinhas que viu pela loja e apontou, questionando se era algo que você precisava ou achava fofo.
porém nada mudou nos planos de junhui para quando retornassem, te dando tempo apenas para se trocar e colocar os novos itens junto de seus outros materiais de trabalho antes de te guiar até a cama.
óbvio que ele garantiu que você estivesse confortável o suficiente para passar um longo tempo para sem sentir nem o menor torcicolo.
no momento em que jun se ajeitou em cima de ti — tendo certeza de estar numa posição em que ele pudesse te prender ali o quanto quisesse sem te sufocar demais —, você quase questionou em voz alta se ele realmente não era um felino preso no corpo de um homem. mas preferiu guardar o pensamento pra si, dando uma risadinha ao ouvi-lo gemer satisfeito quando seus dedos começaram a acariciar sua nuca.
— já sabe as regras, certo? — você riu, abraçando-o um pouco mais.
— só sair quando meu gatinho resolver levantar.
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Fui muito bem comida e fiquei muito feliz.
By; Casada
Sou casada há 12 anos com um homem que amo e com o qual tenho um filhinho lindo. Contudo, após tanto tempo juntos, é natural que o tesão diminua e fiquemos um pouco cansadas da rotina. Comecei a fantasiar com outros homens, a me imaginar nos braços de machos viris, conquistadores e bem sacanas. Mas jamais acreditei que teria coragem de ir mais fundo nos meus desejos, por medo de prejudicar minha família e meu casamento.
Mas mudou quando sai do meu antigo emprego, comprei meu novo notebook e comecei a gastar minhas horas vagas circulando pela Internet.
Nunca gostei de vulgaridades e baixarias, mas acabei ficando fascinada ao descobrir os sites de contos eróticos. Num deles, acabei esbarrando com os de um homem que parecia ter um tesão incrível em mulheres casadas e comprometidas e se dizia experiente, discreto e muito atencioso em lidar com elas. Confesso que fiquei muito curiosa pela atitude e firmeza de suas palavras. Além disso, seu conto era bem escrito, muito quente e sacana.
Ele parecia ser um homem inteligente e sensual ao mesmo tempo. Uma combinação que costuma mexer demais comigo.
Fiquei ansiosa para escrever para o e-mail que ele deixara indicado ao final do seu conto. Hesitei muito, pensando que ele poderia ser um louco ou tarado da net. Mas criando coragem e me convencendo que jamais o encontraria pessoalmente, que iria escrever para ele apenas por fantasia e para extravasar meu tesão, fiz o primeiro contato.
Foi o primeiro de muitos. Ele era um homem envolvente, experiente, inteligente e muito sedutor. Um perigo para uma esposa carente e cheia de desejos a realizar.
Tenho 37 anos, sou morena clara, aparência normal, 1,67 de altura. Após um tempo trocando e-mails, marcamos um encontro.
O macho era tão persuasivo e bom de papo que me fez ir até ele (menti para meu marido que iria visitar minha mãe!), já que moramos em cidades diferentes.
Instalada em um hotel, fui encontrar com ele num restaurante de bom nível e bem público, onde, segundo meu futuro amante, poderíamos nos conhecer sem perigo para ambos (afinal nunca tínhamos nos visto pessoalmente) e com total liberdade para não seguirmos além da amizade caso não gostássemos um do outros. Ainda bem que ele era um gato de 33 anos, cabelos e olhos castanhos escuros, moreno claro, 1,75 de altura e peito peludo.
Com meu tesão represado, eu acho que o agarraria se ele tentasse fugir de mim. Felizmente ele me aprovou também, fomos para o hotel e lá sozinhos e cheios de tesão, caímos um na boca do outro enquanto ele me despia e me arrastava para o banheiro. Fomos pelados direto para debaixo do chuveiro. Lá nos beijávamos e acariciávamos o tempo todo. Ele me virou do costas, beijava minha nuca, dava mordidinhas, me chamava de puta, piranha; me dava tapas na bunda e eu adorava. Ia ao delírio.
Ele abaixou-se e beijou minha bunda, logo em seguida passou a língua em meu rego, o que me fez delirar de prazer. Pegava em meus peitos e chupava-os com vontade, dava mordidas e os apertava com força, me fazendo gemer e urrar.
Estava louca de vontade de chupar o pau dele que a toda hora encostava em mim. Eu fazia de tudo para tocá-lo. Abaixei-me e não mais resistindo comecei a mamar com toda a vontade. Engolia tudo, tirava, chupava com rapidez, beijava apenas a cabeça, lambia o saco de bolas peludas e grossas, passava a língua em volta da pica e deixava que ele fodesse minha boquinha.
Queria chupar o máximo que podia, colocá-lo todo em mim, senti-lo na minha língua. A sensação era ótima! Ter aquele cacete duro indo até a garganta, me deixava alucinada.
Tudo isso sempre estimulada por ele, meu macho, me chamando de puta, vagabunda, dizendo que eu era boqueteira e meu marido de corno. Não imaginava o quanto ficaria excitada com ele me dizendo essas coisas. Chupei até ele gozar em minha boca. Não resisti e engoli tudo; toda aquela porra quentinha e gostosa. Não deixei escapar nem uma gotinha.
O safado ainda me perguntou o que meu maridinho otário pensaria de mim se visse a mulherzinha dele bebendo o esperma de outro homem. Que forte e estranho tesão senti ao ouvir isso!
Após este banho maravilhoso, ele me enxugou, sempre me beijando e fomos para a cama, e nela continuavam as carícias e as chupadas. Me chamava de piranha e dava tapas em mim pedindo pra que eu o chupasse da forma que ele quisesse e eu adorava pois estava em minha boca aquilo que tinha esperado por tanto tempo.
Fazendo um 69, por cima de mim, ele caiu de boca na minha bucetinha. Que língua endiabrada!!! Desenhava os lábios da minha buceta, ia e voltava como um trem bala até o fundinho dela, babava e mordia meu grelinho. Sem parar, ele meteu um dedo forte e sacana no meu cu. Urrei de prazer e gozei. Gozei sem parar naquela boca que não dava alívio. Gozei até ficar acabada numa poça do meu próprio suor.
Ele mandou então que eu me deitasse e começou a penetrar a minha buceta com os dedos. Ele colocava e tirava com força; quatro, cinco dedos… Sentia uma mistura de dor e tesão. Na verdade, nem sabia direito o que estava sentindo, mas não queria que ele parasse. Estava mais molhada do que nunca.
Em certo momento disse que não aguentava mais e pedi que ele parasse, mas foi inútil. Ele penetrou também o meu cuzinho com os dedos! Colocou quatro dedos dentro de meu cu e a outra mão, por inteira, em minha buceta.
Me sentia aberta, arreganhada, mas mesmo assim sentia muito tesão. Eu gemia, pedia pra ele ir devagar e ele me dizia que eu era a sua puta, a sua piranha e era assim que estava me tratando. Disse para que eu me tocasse, fizesse uma siririca.
Sabia que tinha que atender aos desejos dele e assim obedeci, meio sem jeito, pois mesmo estando super molhada e com o tesão a mil, a dor também era bem grande. Mesmo estando sendo invadida daquele jeito, eu sentia que ia gozar…
Gozei como uma louca, a todo tempo: quando ele me tocava, quando eu me tocava, quando ele estava com a mão toda em minha buceta, fazendo movimentos fortes e intensos, ou quando ele tinha enfiado os dedos nos meus dois buracos ao mesmo tempo.
Ele mandou ficar de quatro e colocou novamente a sua mão toda em minha buceta arregaçada, e continuou colocando os dedos no meu cu, mandando que eu continuasse a siririca.
Eu estava exausta, e já não suportava nem ficar mais naquela posição… Sem dar folga, aquele filho da puta impiedoso me virou de barriga para cima e atolou a vara por inteira na minha xota esfolada. Sem dó, ele metia como um leão faminto. Não demorou para jogar minhas duas pernas sob seus ombros. Sentia agora aquela vara dura e cheia de veias indo fundo em mim, martelando meu útero. Ele parecia uma máquina de foder, mordendo meu pescoço, lambendo minha boca, dando tapas na minha cara, me chamando de piranha ordinária, corneadora, vaca, vagabunda e outros mimos que me faziam gemer ainda mais alto.
Aquele tesudo conseguiu me virar de ladinho e depois de quatro sem tirar o caralho da minha buceta. E ainda acelerava cada vez mais. O forro da minha xota ardia como se estivesse em carne viva. A dor e o tesão se misturavam, minhas pernas estavam meladas, eu estava totalmente acabada, quase chorava, mas não conseguia nem chorar, pois no fundo estava adorando aquela verdadeira surra de pica. Ele manteve a pirocada por quase uma hora até que explodiu gostoso, gritando no meu ouvido, com os dentes cravados na minha nuca, enchendo a camisinha de porra.
Nunca pensei que fosse capaz de suportar algo desse jeito, fiquei surpresa comigo mesma.
Ele me beijou, tomamos banho novamente, mas desta vez apenas trocando carícias e logo depois voltamos pra cama, onde ficamos nos acariciando e nos beijando.
O pior (ou melhor) estava para começar agora. Minha real provação de puta, nas deliciosas palavras daquele safado peludo.
Ele jogou minhas pernas para cima, me colocando literalmente de ponta-cabeça na cama. De pé, aquele canalha desceu a pica dura de uma só vez, toda, dentro do meu cu estraçalhado apenas poucos momentos atrás por até cinco dedos. Senti meu reto em brasas e, sem lubrificante algum ou tempo para respirar ou secar minhas lágrimas, o puto começou um vaivém alucinante. Quanto mais eu pedia para ele tirar por causa da dor, mais ele ria da minha cara. Quanto mais implorava entre gritos, urros e berros para pelo menos ir mais devagar, mais ele acelerava.
Para meu desespero e certeza de que aquele macho havia transformado uma esposa comportada numa puta desvairada, meu cuzinho arregaçado começou a irradiar prazer para todo meu corpo. Comecei a me contorcer tanto que ele atolou cinco dedos até fundo da minha xota para firmar meu corpo naquela posição, que de tão desconfortável me enlouquecia ainda mais.
Gente, gozei naquela hora como jamais gozei em toda minha vida. Um gozo profundo, forte, poderoso, a plenos pulmões, daqueles que parece não ter fim. Gozei pelo cu! Algo que nem em meus sonhos mais secretos julgava ser possível! Fiquei mole, mas o macho era insaciável. Sacou o pau de dentro de mim num movimento só, me colocou de quatro e tornou a atolar a vara na minha bunda. Metia já há tanto tempo que eu perdera a sensibilidade do ânus.
E continuou seu vaivém até se satisfazer numa esporrada farta, que ele começou na camisinha e veio terminar no meu rosto. Era tanta porra que chegou a colar um dos meus olhos.
Eu voltei para casa arrombada, dolorida, toda marcada, mas feliz, com um sorriso de orelha a orelha.
Através dele, conheci outra casada que ele comeu, trocamos telefones e ficamos amigas. Tricotamos sobre nossos maridos, nossas transas com ele, e agora estamos planejando um encontro a 3, que com certeza será uma delicia e contaremos aqui.
Enviado ao Te Contos por Casada
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Una condena agradable - Matías Recalt
Cap I. Cap II. Cap III. +18! Dom!Matías celoso y posesivo. Begging, creampie, degradation, exhibicionismo, fingering, grinding, nipple play, posible spit kink, sexo oral (male recibe), sexo sin protección, slapping, voyeurismo, edades no especificadas. Uso de español rioplatense.
Matías adora a sus compañeros de rodaje, de eso no hay duda... Adora el vínculo que se formó entre los integrantes del grupo durante los largos meses que pasaron en hoteles y en el set, la pasión que comparten por el trabajo que realizaron y el apoyo mutuo. Por esos motivos y más fue que decidió organizar una cena.
No fue un trabajo sencillo: cuando una mitad del grupo podía la otra se veía imposibilitada, el clima arruinaba las posibilidades de reunirse, surgía un evento al que debían asistir o alguien cancelaba y los demás también lo hacían, hasta que llegó el día en que –para sorpresa de todos- el plan se concretó gracias a Enzo.
Con un simple mensaje en el grupo de WhatsApp en el que dejaba saber que iba a estar en la ciudad y proponía hacer algo, el asunto se solucionó en menos de veinticuatro horas. Matías agradeció internamente al uruguayo por la acción, luego por la sugerencia de trasladar la cena al jardín para tener más espacio, y más tarde por ser él quien se encargara principalmente de hacer los arreglos allí.
¿Pero ahora…? Ahora se arrepiente de todo.
No recuerda en qué momento dejó su lugar a tu lado ni por qué, sólo sabe que cuando regresó alguien más había ocupado su silla y vos estabas inmersa en una conversación con Enzo. Puede que estén hablando de música, películas, libros o lo que sea que el mayor te haya enseñado en la pantalla de su celular que te hizo reír a carcajadas, pero a Matías no le importa eso. Sólo puede pensar en cuánto desea acercarse y rodearte con sus brazos o sentarte sobre su regazo y poner sus manos en tus muslos descubiertos.
Las voces de Esteban y Francisco lo regresan a la realidad con una pregunta que no logra procesar, por lo que responde con balbuceos mientras se pone de pie trastabillando. Se acerca lentamente, cada paso permitiéndole apreciar más y más cómo las luces con las que decoraron el jardín resaltan el color de tus ojos y hacen que tu cabello brille, y también ve la forma en que Enzo se inclina para hablarte al oído.
Pero siendo tan receptiva, siempre percibís la cercanía de tu novio y rápidamente volteás a verlo con una sonrisa, ignorando la acción de Enzo y lo que tuviera para decir. Matías te devuelve la sonrisa, una sensación de satisfacción instalándose en su abdomen bajo, y toma tu mano cuando extendés tu brazo hacia él a modo de bienvenida.
-¿De qué estaban hablando?- pregunta, tan simpático como siempre, antes de darte un beso en la mejilla. Su mano se desliza por tu hombro y tu cuello como si se tratara de un masaje.
-Enzo me estaba mostrando unas fotos de sus gatos, ¿querés ver?
Matías no quiere ver, en este momento poco le importa cualquier cosa que no seas vos, pero asiente enérgicamente para mantener la fachada y finge interés cuando ve las fotografías. Enzo explica el contexto y el anillo en su dedo brilla bajo las luces cuando el movimiento de sus manos acompaña sus palabras, las cuales Matías no registra en lo absoluto.
Alzás la mirada cuando sus manos se entrelazan inocentemente sobre tu pecho.
-¿Me acompañás…?- señala el interior de la casa-. Quiero buscar el número de una heladería.
No te da tiempo a responder y mucho menos comentarle que pueden pedir helado desde cualquier aplicación de delivery disponible, su mano en tu espalda te obliga a ponerte de pie y seguirlo. No te preguntás por qué no busca el número que tanto necesita en la cocina o por qué no se detiene junto al teléfono de línea, tampoco el motivo por el cual te arrastra escaleras arriba.
Sabés la razón desde que sentiste la forma en que te miraba.
Te dirige hacia la habitación más cercana y cierra la puerta a sus espaldas con tranquilidad: la expresión en su rostro no delata sus pensamientos (plagados en su totalidad con la imagen de su amigo acercándose descaradamente a tu figura) y sus hombros relajados te hacen dudar por un breve instante, pero su silencio es inquietante y tus labios tiemblan con una sonrisa nerviosa.
-¿La estás pasando bien?- se acerca lenta y sigilosamente, como si se tratara de un depredador, obligándote a retroceder hasta que tu espalda toca la pared junto a la ventana. Comienza a jugar con una de las tiras de tu vestido-. Te vi muy entretenida con Enzo
-Estábamos hablando de los Oscar.
-¿Viste qué lindo que estaba con ese traje?
Te mordés el labio para contener la risa… pero el daño ya está hecho y es sólo cuestión de unos segundos para ver los efectos: su palma impacta con fuerza sobre uno de tus pechos e inmediatamente comienza a pellizcar tus pezones, aún más sensibles de lo usual debido a la tela que roza tu piel. Desliza las tiras de tu vestido por tus hombros y la prenda cae hasta tu cintura, revelando las marcas que sus dientes y sus labios dejaron por la mañana.
-¿Ahora te quedás callada?- te pellizca nuevamente y esta vez no intentás reprimir el gemido que te provoca-. Contestá.
-¿Y si nos escuchan?
La sombra de una sonrisa maliciosa cruza su rostro, pero sólo comprendés lo que significa cuando sus manos ejercen presión sobre tus hombros para dejarte de rodillas. Te obliga a mirarlo a los ojos tirando de tu cabello con fuerza y la posición se torna dolorosa luego de transcurridos unos minutos, pero adora verte a sus pies y recordarte cuál es tu lugar.
El sonido de su ropa es distante y sus movimientos rápidos apenas te permiten asimilar lo que ocurre antes de sentir que su miembro golpea tu mejilla. Debería avergonzarte la forma en que tus labios se separan instintivamente, tu lengua asomándose con la esperanza de probarlo cuanto antes, pero en lo único que pensás es lo mucho que te excita ver a Matías así de celoso.
Mantiene el contacto visual mientras acerca su miembro a tu boca y delinea tus labios para humedecerlos con su excitación antes de deslizarse sobre tu lengua, el sabor más que familiar haciéndote suspirar. Tus labios se cierran sobre la punta y emite un siseo cuando comenzás a succionar, sus párpados luchando para no cerrarse cuando el calor de tu boca lo envuelve y el placer lo invade.
Los dedos en tu cabello te obligan a separarte de él, pero no te da tiempo a protestar porque el deseo lo lleva a adentrarse nuevamente en tu boca en menos de un segundo. Repite el mismo movimiento una y otra vez, hundiéndose más y más hasta golpear tu garganta con cada embestida y hacer que tus ojos se llenen de lágrimas. Parpadeás para disipar las lágrimas y tu máscara de pestañas comienza a correrse, pero él no piensa detenerse hasta arruinar todo tu maquillaje.
Sus movimientos se tornan desesperados y abusa de tu boca sin consideración, casi olvidando o eligiendo ignorar que necesitás oxígeno, pero su oído siempre está atento a los matices en los sonidos indecentes que provoca su accionar... Y también al efecto que este tiene en tu ser, nublando tus ojos con una bruma familiar y dilatando tus pupilas casi al máximo.
Una de sus manos cubre tu nuca para evitar que te golpees mientras la otra tira de tu cabello para mantenerte estática en tu lugar, una contradicción que señalarías si tu mente permitiera que fueras consciente de ello.
Matías se deleita con la imagen de tu labial difuminado y los restos que este dejó en su piel, la saliva que corre por las comisuras de tus labios y tu mentón ahora también goteando hasta manchar tus muslos y deslizarse entre ellos. Tus manos se acercan a tu centro y decide darte un respiro al notar la forma en que tus dedos se contraen debido a la necesidad de tocarte, pero no te deja ir sin antes golpear tus labios y tu mejilla con su miembro goteante.
Te ayuda a ponerte de pie y te conduce sutilmente hacia la ventana, empujándote con delicadeza hasta que las cortinas se deslizan sólo lo necesario para que tu espalda entre en contacto con el cristal frío. El contraste al sentir la calidez de sus manos sobre tu cuerpo te hace suspirar, sobre todo cuando sus dedos se deslizan bajo tu vestido y te rozan a través del algodón humedecido.
-¿Y si nos vienen a buscar?- preguntás en un susurro, como si los invitados ocupando el jardín pudieran oírte-. ¿Y si nos ven?
Sus labios se curvan en una sonrisa y podrías jurar que sus ojos se oscurecen por completo... Eso es precisamente lo que él quiere, lo comprendés una vez que sus dedos hacen a un lado tu ropa interior y se introducen en tu interior sin previo aviso, pero sin dificultad alguna gracias al estado en el cual te dejó luego de utilizar tu boca.
-Qué putita que sos- besa tu mejilla con suavidad-. Cómo te gusta chupármela.
No lo negás, por supuesto que no, porque es la verdad. Matías sabe cuánto disfrutás tenerlo en tu boca y adora torturarte recordándotelo cada vez que tiene la oportunidad, que es casi a diario; pero también adora sentir la forma en que tus líquidos brotan de tu interior y mojan sus dedos. Curva los dígitos rozando tus paredes y gemís con fuerza, tu rostro contrayéndose en una mueca de placer que hace palpitar su miembro. Comienza a aumentar el ritmo progresivamente y es recompensado con tus jadeos, tus súplicas y promesas.
Se detiene en seco al verte tomar aire y retira sus dedos de manera abrupta, el brillo en ellos evidente cuando serpentean con lentitud sobre la extensión de su casi dolorosa erección. Levanta la falda de tu vestido hasta descubrir por completo tu centro, así como la parte posterior de tus muslos y tus glúteos, y desliza su punta sobre tu ropa interior, la mezcla de tus fluidos y el líquido preseminal humedeciendo la tela hasta volverla prácticamente traslúcida.
Tirás de la prenda arruinada para descubrir tu intimidad y lloriqueás cuando su glande acaricia tu clítoris, deslizándose luego entre tus pliegues y cayendo en un vaivén que amenaza con hacerte perder la cordura. Observás casi en trance cómo su miembro ardiente desaparece entre tus piernas una y otra vez, resplandeciendo cuando la luz lo golpea.
-Mati…
-¿Qué?- sus ojos encuentran los tuyos-. ¿Qué querés?
-A vos, por favor- arquea una ceja-. Por favor, por favor, te necesito.
Te acaricia una última vez antes de sujetarte por los hombros y obligarte a voltear, una de sus manos presionando tu rostro contra la ventana mientras la otra tira de tu cadera hasta posicionarte a su antojo, en un ángulo que le permite apreciar la forma en que tu ropa interior se adhiere a tu piel. La idea de romperla es tentadora, pero se limita a hacerla a un lado.
Observa la forma en que tus ojos analizan el exterior, confiando en que vas a detenerlo si sentís que la situación te supera, y se oye suspirar contento cuando siente la forma en que tu cuerpo se relaja por completo.
Dirige su miembro hacia tu entrada brillante y acaricia tus pliegues, pero el evidente rastro de tu humedad en tus muslos lo distrae y sólo se recupera cuando movés tu cadera para incitarlo a continuar. Comienza a introducirse en tu interior, tan cálido y apretado como siempre, y tus gemidos se tiñen con desesperación ante la sensación de plenitud que te otorga.
-Más, Mati, por favor.
No hay forma de que se niegue.
Sus movimientos son lentos pero expertos y el sonido que produce la colisión entre su cuerpo y el tuyo es suficiente para hacer que tus rodillas tiemblen, las fuerzas abandonándote debido al placer que te consume cada vez que sentís su miembro alcanzar el punto más profundo de tu ser. Sus gruñidos y suspiros hacen que te contraigas a su alrededor, arrancando más sonidos similares de sus labios.
Sentís su respiración sobre tu cuello, sus labios entreabiertos dejando besos en tus hombros y en tu espalda, las palabras que susurra contra tu piel pero que no lográs comprender debido a otros sonidos. Sus dedos abandonan su lugar en tu cabello para masajear uno de tus pechos con fuerza y luego atacan tus pezones, ya erectos y sensibles debido al roce constante con la ventana.
Tus piernas amenazan con cerrarse cuando sus dientes capturan la piel sensible entre tu hombro y tu cuello, la sensación del dolor dejándote al borde del orgasmo. Te libera y su lengua se desliza sobre la zona afectada con intención de aliviar la irritación, pero el resultado es tu respiración agitándose y tus jadeos inquietos.
Una de sus manos danza cerca de tu centro y por un segundo creés que está a punto de tocarte, pero te sorprende el sentir que vuelve a arrugar tu vestido entre sus dedos para luego obligarte a sostenerlo. Rezás porque ninguno de sus amigos decida apartarse de la mesa, rogás que nadie se acerque al árbol y observe las ramas que ocultan la ventana, porque de lo contrario verían el completo desastre en el que te transformó Matías.
Dejás salir un gemido más que sonoro cuando sentís su mano acariciando tu abdomen bajo, el sonido repitiéndose y escalando en volumen cuando sus dedos se contraen y sus uñas rozan tu piel. Dirigís una mirada a tus pechos y a las marcas rojizas que los adornan en señal de pertenencia.
Un destello de luz llama tu atención y te alejás del cristal para estudiar el jardín, pero tu visión nublándose y el vidrio empañado por tus suspiros te impiden ver con claridad. Los movimientos de Matías no cesan y una embestida particularmente profunda hace que cierres los ojos al gemir, las lágrimas deslizándose por tus mejillas y humedeciendo tus labios entreabiertos. Cuando repite el movimiento soltás un grito, desbordada por el fuego que parece recorrer tus venas.
Sus dedos se deslizan sobre tu piel expuesta hasta llegar a tu clítoris, la humedad recubriendo la zona y dificultando un poco sus movimientos por un breve instante. Dibuja círculos con precisión, pero cuando ejerce todavía más presión pronunciás un hilo de palabras incomprensibles y sabe que tu orgasmo está a unos pocos segundos de distancia, sólo tiene que…
-¡Matías!- decís entre dientes, tu cuerpo rígido-. Enzo… nos está viendo.
La acción pasa desapercibida debido a que tus ojos están fijos en la silueta que se oculta a la sombra del árbol, pero Matías arroja la cabeza hacia atrás presa del éxtasis. Aumenta el ritmo de su mano, los movimientos de su cadera son brutales y su miembro está causando estragos en tu interior, que se evidencian cuando tus piernas flaquean al tiempo en que apretás tu vestido entre tus dedos.
Está mal. Está muy mal, pero…
Con la concentración suficiente, podés distinguir la forma en que Enzo mueve su mano de arriba abajo sobre su entrepierna. El anillo en su dedo brilla de vez en cuando, un débil hilo de luz delatando su presencia de la forma más descarada, pero lo que verdaderamente te provoca es la forma en que sus ojos se iluminan cuando da una calada al cigarrillo que sostiene.
-Sos mía, ¿entendiste? De nadie más- tu novio acentúa sus palabras con estocadas profundas que te roban el aire-. ¿Entendiste…?
Asentís, repitiendo tuya un sinfín de veces, sorprendida por el peso de las lágrimas formándose una vez que tu orgasmo te golpea. Intentás mantener los ojos abiertos, pero el placer te vence y cuando decidís dejarte ir Matías te sostiene entre sus brazos para evitar que te desmorones.
La cortina regresa a su lugar, pero tu atención está puesta en tu novio y el calor de su cuerpo envolviendo el tuyo, el cual está enteramente a su disposición. Tus gemidos no disminuyen y tu orgasmo se prolonga hasta que comenzás a quejarte debido a la sensibilidad, tu respiración agitada dificultando la articulación de palabras.
Con una última estocada, Matías llena tu interior con su semen. Se recupera mientras reparte uno que otro beso en tu cabello y toma tu mentón entre sus dedos para obligarte a voltear y besarte.
-Mía- susurra contra tus labios, su voz aún entrecortada y cargada de sexo.
-Tuya- jurás, sintiendo cómo abandona tu interior y acomoda tu ropa rápidamente.
Le dirigís una mirada suplicante al sentir la forma en que su liberación comienza a escaparse y humedecer tu ropa interior, pero su única respuesta son una sonrisa y un beso en tu frente.
Pequeñas aclaraciones:
1) El título y parte de la trama están fuertemente inspirados en Persiana Americana de Soda Stereo, pero la versión de los 11 Episodios Sinfónicos que fue el álbum que escuché mientras escribía. Lo recomiendo para acompañar la lectura en caso de que vuelvan a leer esto ♡
2) Si creen estar viendo esta publicación por segunda vez... no se equivocan, es porque nuevamente tuve un desencuentro con Tumblr 😭
taglist:
@madame-fear @creative-heart @recaltiente @llorented @chiquititamia ♡
#matias recalt#matias recalt smut#matias recalt x reader#enzo vogrincic#enzo vogrincic smut#enzo vogrincic x reader#lsdln cast#esteban kukuriczka#esteban kukuriczka smut#esteban kukuriczka x reader
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Headcanons Avatar, Universo Alterno Latinoamérica.
- Katara y Sokka crecieron viendo 31 minutos, se saben todas las canciones.
- Suki se agarró a golpes con un vato que le dijo que parecía la mujer del video de mi barrio me respalda. Suki ganó la pelea.
(Referencia del clip que se hizo viral)
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- A Azula le gustan las arepas.
- Ty lee casi no come picante.
- Mai le pone tajín a todo.
- Ozai está obsesionado con las dictaduras de latam. (Los idoliza)
- Ursa no se sube al transporte público.
- Aang tiene cara de que lo alburean pero les contesta bién bonito.
- Hakoda llora cuando escucha ciertas canciones de salsa, era algo que siempre compartía con Kya.
- Kanna escucha boleros.
- Mai ve los cuentos de la calle broca con Tom Tom.
- Hakoda y Sokka ven dragonball juntos cada chance que tienen.
- Katara ve Sailor moon y recuerda como su mamá lo veía con ella.
- Ursa sabe bailar tango y le encanta.
- Toph tiene un sentido casi paranormal para detectar que tan lleno viene el camión/colectivo/bus/micro.
- Toph se albureaba a sus maestros de la primaria.
- Zuko le dice a la gente que su cicatriz fué un accidente en una carne asada.
- Zuko y Azula son otakus y comparten una colección de katanas, wakizashis, etc.
- Azula se burla de Zuko porque a el le gusta evangelion.
- Ty lee se brinca los torniquetes del transporte público.
- Mai sabe de cerrajería.
- Katara es feminista y ayuda a víctimas de violencia doméstica.
- Sokka apoya el feminismo porque Suki lo convenció con argumemtos de alto impacto.
- Yue le pone chimichurri a todo.
- Después de volverse amigas, Azula y Katara ocasionalmente fuman mota juntas.
- Azula le cambió el sonido de notificación del celular de Zuko al sonido de notificación de grindr.
- Zuko estaba enojado hasta que Jet le empezó a coquetear.
- Para vengarse, Zuko y Jet cogieron en la habitación de Azula.
- Azula le dió el número de Zuko a los testigos de jehová. (O inserta grupo religioso que manda spam en tu región)
- Iroh adoptó a Zuko y Azula después de que Ozai los corrió por ser bi y lesbiana.
- Ursa se divorció
- Ozai se unió a un grupo antiderechos.
- Azula, Katara, Ty lee, y Mai traen una situación que nadie sabe quién se acuesta con quién. Zuko sospecha que es un rollo poliamoroso.
- A Jet le echaron gas lacrimógeno en una manifestación. Zuko le ayudó y lo dejó quedarse con el.
- Sokka y Hakoda siempre usan el meme de hasta aquí mi reporte Joaquin.
- Ty lee le dices michis a los gatos y usa la frase a mimir.
- Azula es super fan de Avenged Sevenfold.
- Mai ve la rosa de guadalupe com su mamá.
@azutara-lover @waterfire1848 @soyunmago @drpoisonoaky @bellatrixobsessed1 Creo que tu también hablas español.
@wingchunwaterbender
Etiqueten porfas a la banda hispanoablante y/o latina.
#atla#avatar the last airbender#atla azula#atla fanfic#atla katara#atla mai#atla toph#atla zuko#avatar el ultimo maestro aire#avatar la leyenda de aang#headcanons latam#universo alternativo latinoamerica#Youtube
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Lista de conexões do trio parada dura
Fiz uma coletânea de conexões para todos os meus chars baseadas em comédias românticas e algumas músicas, deixando mais livre qual papel você quer pra seu personagem e os meus nas cnns, tudo pode ser debatido e nenhuma das conexões românticas é fechamento de shipp já deixo avisado. Caso queiram saber o que se aplica para cada uma das conexões românticas, a Deirdre é Bissexual, a @tezorynna é lésbica e o @thaddeumano é hétero.
OBS: Caso você fique na dúvida em pegar uma cnn pq já em alguém nela, eu sou bem flexível com isso, então como fiz poucas cnns aqui só vão estar mesmo fechadas quando estiverem completamente riscadas.
Conexões para Deirdre, Zorynna e Thaddeus
Sintonia de Amor (Sleepless in Seattle)
Muse A e Muse B nunca se conheceram pessoalmente ou interagiram, mas suas vidas continuam se cruzando de maneiras inesperadas. De cartas enviadas por engano até encontros casuais a cada esquina, parece que o destino insiste em uni-los. Agora, ambos se perguntam: essas coincidências não passam de coincidências ou se seria algum sinal divino dizendo que deveriam dar uma chance um ao outro? - @aylaras & Thaddeus
10 Coisas que Eu Odeio em Você (10 Things I Hate About You)
Muse A e Muse B não conseguem passar cinco minutos juntos sem começarem uma discussão. Porém, por trás das trocas de farpas e do sarcasmo, há uma tensão que ambos preferem ignorar. Contudo, um amigo de Muse A está interessado em uma pessoa muito próxima de Muse B que virou uma pedra no sapato, então para ajudar esse amigo, Muse A decide se sacrificar e tentar conquistar Muse B apenas o suficiente para que seu amigo tenha uma chance com seu interesse amoroso.
Disaster - Conan Gray
This could be a disaster, there's so many factors | Like, what if you freak out and then we're losin' it all | At the critical chapter where I say, "I love you" | And you don't say it after
Não foi exatamente intencional que Muse A e Muse B se envolvessem de forma mais íntima, mas em meio a bebida e a solidão da noite acabaram na cama um do outro. E desde então a relação dos dois acabou ficando mais estranha e complicada, Muse A se vê confuse quanto ao que sente sobre Muse B, sem saber se deveria tentar dar uma chance aos sentimentos ou se Muse B está apenas vendo aquilo como algo casual e sem significado. Muse A sente que independente da resposta um desastre é iminente.
Creep - Radiohead
But I'm a creep, I'm a weirdo | What the hell am I doing here? | I don't belong here
Muse A é alguém que sempre se sentiu deslocade, mas encontrou em Muse B uma aliade inesperade. Elu nunca o julgou por suas peculiaridades, e talvez seja por isso que elu confie nelu mais do que em qualquer outro. A conexão é mais silenciosa do que falada, mas ambos sabem que, quando tudo desmorona, podem contar um com o outro. - @aylaras & Zorynna
What is this feeling? - Wicked
What is this feeling | So sudden and new? | I felt the moment | I laid eyes on you | My pulse is rushing | My head is reeling | My face is flushing | What is this feeling? | Fervid as a flame | Does it have a name? | Yes! | Loathing | Unadulterated loathing
Muse A e Muse B não se gostam desde o primeiro momento que colocaram os olhos um no outro, não sabem dizer exatamente o motivo ou sequer se existe algum, mas parece que tudo no outro lhe causa aversão completa. Para Muse A é como se a voz de Muse B fosse um gato arranhando uma mesa de vidro, enquanto para Muse B é como se perdesse neurônios toda vez que Muse A abre a boca para falar alguma coisa. Suas discussões já são bem conhecidas ao ponto de que ninguém dá mais bola, apenas esperam que acabe o quanto antes.
Amigo Estou Aqui - Zé da Viola
Amigo estou aqui | Amigo estou aqui | Se a fase, é ruim | E são tantos problemas que não tem fim | Não se esqueça que ouviu de mim| Amigo estou aqui | Amigo estou aqui | Os seus problemas são meus também | E isso eu faço por você e mais ninguém | O que eu quero é ver o seu bem | Amigo estou aqui
Muse A e Muse B são amigos para toda hora, seja nos momentos bons ou nos tempos difíceis sempre vão estar lá pra apoiar um ao outro. Pode ser uma amizade muito longa ou até mesmo uma amizade mais recente, mas que a proximidade foi rápida, como se estivesse destinado que seriam amigos inseparáveis. - @inthevoidz & Zorynna / @tadhgbarakat & Zorynna
Karma - Taylor Swift
You're talking shit for the hell of it | Addicted to betrayal, but you're relevant | You're terrified to look down | 'Cause if you dare, you'll see the glare | Of everyone you burned just to get there | It's coming back around | And I keep my side of the street clean | You wouldn't know what I mean
Muse A é uma pessoa ambiciosa e que por muitas vezes teve de fazer coisas que se orgulha ou não de ter feito, uma delas foi trair a confiança de Muse B, para conseguir conquistar seus objetivos. Desde então, Muse B ressente a traição, mas nunca fez nada contra Muse A, acreditando que o tempo e as forças do universo por si só já estão conspirando com a queda de Muse A, apenas esperando um único deslize de Muse A para que seu mundo inteiro desmorone. - @sigridz & Thaddeus
Happier Than Ever - Billie Eilish
I don't relate to you, no | 'Cause I'd never treat me this shitty | You made me hate this city | Never told anyone anything bad | 'Cause that shit's embarrassing, you were my everything | And all that you did was make me fucking sad | So don't waste the time I don't have | And don't try to make me feel bad | You ruined everything good | Always said you were misunderstood | Made all my moments your own | Just fucking leave me alone
Um dia Muse A e Muse B tiveram uma amizade muito forte e que parecia inabalável, agora Muse B não sabe dizer se apenas foi leniente demais com Muse A ou se elu apenas sempre foi essa pessoa e apenas Muse B não percebeu. Com o passar do tempo, Muse B percebeu que a amizade com Muse A não estava lhe fazendo bem já que apenas Muse B parecia se interessar pelos problemas do outro e ter compromisso com a amizade, enquanto Muse A apenas se afastava mais e mais, mas sempre que confrontado sobre o assunto assumia o papel de vítima fazendo com que Musa B se apiedasse até o dia que resolver dar um basta na situação. Desde o fim da amizade, Muse B se sente mais feliz do que nunca como se tivesse tirado um peso das costas, mas Muse A agora repensa se talvez não fosse mesmo a pessoa errada em toda a situação e se é tarde demais para reatar a amizade.
Conexões para Deirdre & Thaddeus
Como Perder um Homem em 10 Dias (How to Lose a Guy in 10 Days)
Muse A e Muse B começaram com um plano maluco: provar um ponto ou ganhar uma aposta. Muse A queria provar alguma amizade apenas o quão fácil é conquistar e enlouquecer um homem ao ponto de a deixar em tempo recorde, provando apenas o quão inconsistentes homens são em relacionamentos, sua amizade apontou que seu alvo deveria ser Muse B. Enquanto isso, Muse B foi pego em uma aposta com seus amigos que duvidaram que seria capaz de conquistar o coração de Muse A. Nenhum dos dois faz ideia dos planos um do outro, mas quanto mais tempo passam juntos percebem que o talvez a companhia não seja tão ruim assim. — Aberta apenas para khajols
A Proposta (The Proposal)
Quando Muse A precisou de ajuda para escapar de uma situação complicada, Muse B entrou no jogo e aceitou fingir ser sua noiva. O problema? Agora eles precisam convencer a todos de que o relacionamento é real, enquanto lidam com a confusão crescente de emoções que surge ao longo do caminho, entre manter a amizade intacta mesmo com os obstáculos ou talvez explorar caminhos não pensados anteriormente. — Aberta apenas para khajols
Castle - Halsey
I'm headed straight for the castle | They wanna make me their queen | And there's an old man sitting on the throne | Saying that I probably shouldn't be so mean
Muse A e Muse B são aliados estratégicos que compartilham um objetivo maior, mesmo que nem sempre concordem com os métodos ou com as decisões um do outro. Muse B aprecia a ambição e o pragmatismo de Muse A, mas desconfia de suas intenções quando os interesses pessoais se chocam. Ainda assim, ambos sabem que juntos são mais fortes e podem conquistar qualquer coisa, desde que as desavenças não atrapalhem o plano maior. - @aylaras & Deirdre
Conexões para Deirdre & Zorynna
Girls Girls Girls - Fletcher
I knew right then, right there it was so cinematic | Because it started to rain | And I said, "Oh my God, your body's speaking my language" | I told my mom it's not a phase 'cause | I kissed a girl and I liked it
Muse A sempre se sentiu atraída por mulheres, mas sempre achou que elas eram assustadoras demais para ter coragem de tentar algo e acabar sendo rejeitada. Contudo, Muse B sempre foi muito mais desenvolta e segura de sua sexualidade, quando percebeu o interesse de Muse A não levou muito tempo para tomar uma iniciativa e assim se tornou a primeira mulher que Muse A se envolveu. Podem ou não ter tido algum caso logo após, mas não deu muito certo e seguem amigas até hoje, com Muse B sempre caçoando da timidez e falta de jeito de Muse A na época. - @brynhcld & Zorynna
Conexões para Zorynna
Pretty Girls - Reneé Rapp
You say that I'm your favorite | With your hand between my thighs | Tell me if you were gonna | That I would be the one you tried | So you inch a little closer | Say your boyfriend, he wouldn't mind | You think that I'd be flattered | It's pathetic 'cause you're right
Zorynna já é conhecida por ser azarada, mas mesmo assim nunca deixa seu otimismo de lado, mas ela já aprendeu que quando se trata de mulheres ela não tem sorte mesmo! De quase todos os seus envolvimentos arrumando um namoro ou casamento pouco tempo depois de ficar com ela, decidiu que iria apenas viver o agora e não pensar na desgraça futura. E isso acaba sendo aceitando os flertes de Muse, aceitando até mesmo ficar com ela mesmo que seja em segredo já que Muse ainda não aceita bem sua sexualidade ou está tentando conquistar um outro alguém, vendo Zorynna como algo casual e fácil. - @yourfavoritebride
#se eu fiquei com preguiça de fazer conexões individuais pra cada um e medo de ficar tudo igual? sim ou claro?#apensa um compilado de ideias bobas da minha pouca criatividade#mas aceito todo tipo de conexão pros três
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FELINA
aconteceu-me há uns anos, em Hong Kong. fiquei em casa de um estranho através de uma aplicação que nos permitia pernoitar no sofá de anfitriões. fi-lo por toda a Ásia e grande parte da Europa. o que começou por ser uma noite, arrastou-se por quase uma semana.
ele era escritor, chinês, estava a divorciar-se agora da mulher, libanesa, que tinha ficado com tudo excepto aquela casa linda, na velha cidade de Sai Kung em Novos Territórios, junto à doca. tinha um cabelo meio alucinado, um bigode proeminente e um ar muito doce. levou-me a restaurantes tradicionais, caminhadas pela natureza, visita aos mercados e passeios à beira-mar. algumas noites, fumávamos erva com um amigo inglês que lá vivia perto e ríamos, dançávamos ou falávamos só do sentido da vida.
de manhã trazia-me sempre, sempre, o pequeno-almoço. a determinada altura, acolheu também outros dois amigos dele, um espanhol e um franco-guianense. ajudaram-me a pintar o cabelo de framboesa, entre copos e cigarros, enquanto alguém fazia o jantar e me contavam histórias deles de tempos idos. era uma espectadora da amizade deles que tinha sido adoptada temporariamente.
lembro-me de terem sido momentos muito felizes, como se fosse um episódio especial na novela da minha vida.
no fim, quando peguei na mochila e segui viagem, despedimo-nos com algum pesar por saber que seria a última vez que todos nos víamos. sorria sempre que me relembrava dos meus novos, e agora simultaneamente velhos, amigos.
uns dias depois, recebi um comentário de recomendação na aplicação que dizia:
"leve e engraçada, boa pessoa. ficou comigo uns dias e foi magnífico. tem perfil de felina, a espreguiçar-se ao sol, quando sossega não conseguimos evitar admirá-la e quando nos dá atenção, sentimo-nos os mais sortudos do mundo. o meu sofá terá sempre lugar para ti. obrigado".
o meu coração ficou cheio e a verdade é que, por vezes, quando dou por mim muito triste regresso a esse comentário para me lembrar que também eu sou gato, passível de carinho e admiração. a parte de mim que vive em Sai Kung haverá sempre de me sobreviver, nem que seja no meu perfil inactivo de uma aplicação qualquer.
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Fazia certo tempo desde que Maddox se refugiou na sua propriedade, a Mansão Cunningham. Ele sempre foi um duque recluso, preferia se refugiar em seus livros do que em bailes com pessoas que se achavam moralmente superiores. Com a recente morte de Catherine, sua esposa, os poucos motivos que o faziam suportar a superficialidade da alta sociedade foram enterrados junto de Catherine.
Apesar dos anos em que esteve com a esposa, o casamento nunca rendeu frutos. Foi o único filho, criado para herdar o ducado, mas nunca produziu herdeiros, o que era uma lástima para a sociedade — e uma satisfação para as donzelas solteiras que queriam um homem com um grande título e uma fortuna.
Era reconhecidamente um viúvo triste, que perdera seu grande amor; as pessoas comentavam com pesar sobre o que parecia ser um dos grandes contos de fadas da sociedade Londrina. O que era estranho para alguns porque, como seria possível duas pessoas tão aparentemente apaixonadas nunca tiverem filhos? As fofocas corriam soltas: um deles era infértil? Seria esse o infortúnio que carregava o soturno Duque de Cunningham? Para Maddox o motivo era bem mais claro: ele nunca se sentiu atraído por Catherine.
Ele a amava, ela era sua alma gêmea, mas não necessariamente num sentido romântico da palavra, e principalmente, não de um jeito sexual. Maddox apenas compreendeu “seu problema” quando conheceu um café para homens como ele, que preferiam divertir-se entre eles mesmos do que com mulheres. Mas, mesmo não sentindo-se atraído por mulheres, o seu objetivo do futuro era ter filhos.
Casar-se era necessário, ter herdeiros era necessário, não apenas pelo futuro do ducado, mas pelo seu desejo de ser pai. Maddox queria criar uma criança, cuidar com amor e carinho de seu filho, ensiná-lo as obrigações do ducado se fosse menino ou paparicá-la com presentes e boneca se fosse menina. Ele queria um casamento que lhe desse filhos, um negócio, não um ato de amor. Seu desejo era cortejar alguma mulher que soubesse disso.
Portanto, quando o convite que chegou naquela manhã, parecendo bastante íntimo, se tornou a oportunidade perfeita para escapar das frivolidades da sociedade londrina e, quem sabe, ainda conseguir o seu almejado negócio. Reconhecidamente, Mary Anne e James tinham um bom relacionamento; pelo que Maddox sabia, ao falar com James durante às vezes que dividiam a cama, é que ela parecia compreender a homossexualidade de James. Seria uma boa esposa, é claro, e seria a oportunidade perfeita para cortejá-la longe dos olhos de todos.
— O que acha de um período no campo, Senhor Sussurro? — ele perguntou para o gato, sentado exatamente na sua poltrona favorita. O felino que, apesar de não se comunicar com palavras, sempre demonstrava seu julgamento a partir das expressões, bocejou e se esticou. Para Maddox aquilo foi o suficiente para ele começar a se preparar para a sua estadia em Summerfield.
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