#taxonomy:genus= Diplophrys

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DIPLOPHRYS ARCHERI, LAS POMPAS DE SOL, ARRIBES DEL DUERO por Proyecto Agua Por Flickr: En Biodiversidad virtual y también en Instagram como @proyectoagua. Mientras extiende sus brazos queriendo tocar dos países, el brillo de ámbar que guarda Diplophrys devuelve al Sol la luz que de él tomaron las algas minúsculas que son su alimento, diminutas perlas en gotas doradas que acercan al cielo a esta pequeña ameba del agua. El cuerpo de la ameba Diplophrys está contenido en una fina membrana incolora e hialina y en ella, dos pequeños poros situados en extremos opuestos, dejan salir, en los individuos adultos, sus brazos arbóreos y finos que abrazan cualquier objeto que puedan encontrar a su alrededor, incluso al agua, por la que camina de puntillas. El interior del cuerpo de Diplophrys es transparente y en ocasiones aparece finamente granulado y deja ver un pequeño núcleo con un solo nucleolo. A veces también, en el reducido espacio que contiene la vida de esta ameba, pueden presentarse algunas vacuolas contráctiles que bombean hacia el exterior el exceso de agua que puede haberse acumulado en su interior, además su seña más característica: las gotitas de aceite de color ámbar que ocupan buena parte de su interior y que proceden del metabolismo de los pigmentos presentes en las diminutas algas de las que se alimenta. Diplophrys se reproduce multiplicándose por fisión o dividiéndose en cuatro. Las células jóvenes resultantes de este proceso continuado se agregan con frecuencia formando estas colonias circulares que fácilmente llegan a alcanzar y superar las 60 micras de diámetro o más...de cuya periferia y, a modo de flecos deshilachados, parten numerosos y diminutos pies/manos que son sus pseudópodos. Diplophrys es una ameba que puede vivir tanto de manera solitaria como en grupo y suele habitar en el plancton o en las plantas sumergidas y entre los detritus depositados en zonas de poca corriente. Hoy Diplophrys se columpia en el Duero sobre las gotas de agua, tendida sobre sus manos de hilo, sin miedo al abismo infinito que se extiende bajo sus manos, flota segura entre burbujas y arrastrada por suaves remolinos, pero siempre con la confianza de que estará allí donde el Sol pueda reflejarse su cuerpo dorado. Las fotografías tomadas a 1000 aumentos se han realizado utilizando la técnica de contraste de interferencia, proceden de las muestras de arrastre recolectadas por Laura Fernandes el 26 de marzo de 2019 desde la Estación Biológica Internacional Duero-Douro a su paso por los Arribes del Duero

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DIPLOPHRYS ARCHERI, LAS POMPAS DE SOL, ARRIBES DEL DUERO por Proyecto Agua Por Flickr: En Biodiversidad virtual y también en Instagram como @proyectoagua. Mientras extiende sus brazos queriendo tocar dos países, el brillo de ámbar que guarda Diplophrys devuelve al Sol la luz que de él tomaron las algas minúsculas que son su alimento, diminutas perlas en gotas doradas que acercan al cielo a esta pequeña ameba del agua. El cuerpo de la ameba Diplophrys está contenido en una fina membrana incolora e hialina y en ella, dos pequeños poros situados en extremos opuestos, dejan salir, en los individuos adultos, sus brazos arbóreos y finos que abrazan cualquier objeto que puedan encontrar a su alrededor, incluso al agua, por la que camina de puntillas. El interior del cuerpo de Diplophrys es transparente y en ocasiones aparece finamente granulado y deja ver un pequeño núcleo con un solo nucleolo. A veces también, en el reducido espacio que contiene la vida de esta ameba, pueden presentarse algunas vacuolas contráctiles que bombean hacia el exterior el exceso de agua que puede haberse acumulado en su interior, además su seña más característica: las gotitas de aceite de color ámbar que ocupan buena parte de su interior y que proceden del metabolismo de los pigmentos presentes en las diminutas algas de las que se alimenta. Diplophrys se reproduce multiplicándose por fisión o dividiéndose en cuatro. Las células jóvenes resultantes de este proceso continuado se agregan con frecuencia formando estas colonias circulares que fácilmente llegan a alcanzar y superar las 60 micras de diámetro o más...de cuya periferia y, a modo de flecos deshilachados, parten numerosos y diminutos pies/manos que son sus pseudópodos. Diplophrys es una ameba que puede vivir tanto de manera solitaria como en grupo y suele habitar en el plancton o en las plantas sumergidas y entre los detritus depositados en zonas de poca corriente. Hoy Diplophrys se columpia en el Duero sobre las gotas de agua, tendida sobre sus manos de hilo, sin miedo al abismo infinito que se extiende bajo sus manos, flota segura entre burbujas y arrastrada por suaves remolinos, pero siempre con la confianza de que estará allí donde el Sol pueda reflejarse su cuerpo dorado. Las fotografías tomadas a 1000 aumentos se han realizado utilizando la técnica de contraste de interferencia, proceden de las muestras de arrastre recolectadas por Laura Fernandes el 26 de marzo de 2019 desde la Estación Biológica Internacional Duero-Douro a su paso por los Arribes del Duero

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EL ENJAMBRE DE DIPLOPHRYS, ARRIBES DEL DUERO por Proyecto Agua Por Flickr: En Biodiversidad virtual y también en Instagram como @proyectoagua. Abrazados en enjambre los cuerpos de la ameba Diplophrys son ahora uno, burbujeante y esférico del que escapan sus finas manos de hilo, con las que Diplophrys rema en el agua o se ancla a cualquier grumo, dejándose llevar por el río como si fueran sus propias gotas de agua. La enigmáticas formaciones coloniales de esta ameba se han interpretado como fases juveniles resultado de sucesivas divisiones que siguen permaneciendo juntas, pero como en tantos organismos coloniales, el resultado de todas estas vidas que se coordinan parecen construir un organismo pluricelular. En esta masa esférica y flotante que se mueve sigilosa brilla el ámbar de las gotitas de aceite que se almacena en cada una de las células y que ayuda a estos individuos a permanecer cerca de la superfice. El cuerpo de minúscula burbuja de Diplophrys está contenido en una fina membrana incolora e hialina y en ella, dos pequeños poros situados en extremos opuestos, dejan salir, en los individuos adulltos, sus brazos arbóreos y finos que abrazan cualquier objeto que puedan encontrar a su alrededor, incluso al agua. El interior del cuerpo de Diplophrys es transparente y en ocasiones aparece finamente granulado y deja ver un pequeño núcleo con un solo nucleolo. A veces también, en el reducido espacio que contiene la vida de esta ameba, pueden presentarse algunas vacuolas contráctiles que bombean hacia el exterior el exceso de agua que puede haberse acumulado en su interior, pero hoy, en los individuos que forman esta agrupación, que apenas alcanzan las cuatro micras de diámetro apenas se ve otra estructura más que las gotitas de color ámbar tan características de este género y que proceden del metabolismo de los pigmentos rpesentes en las diminutas algas de las que se alimenta. Diplophrys se reproduce multiplicándose por fisión o dividiéndose en cuatro. Las células jóvenes resultantes de este proceso continuado se agregan con frecuencia formando estas colonias circulares que fácilmente llegan a alcanzar y superar las 60 micras de diámetro o más...de cuya periferia y, a modo de flecos deshilachados, parten numerosos y diminutos pies/manos que son sus pseudópodos. Diplophrys es una ameba que puede vivir tanto de manera solitaria como en grupo y suele habitar en el plancton o en las plantas sumergidas y entre los detritus depositados en zonas de poca corriente. Hoy Diplophrys cruza el Duero como un manojo de globos minúsculos y dorados y sin miedo al abismo infinito que se extiende bajo sus manos, flota segura entre burbujas y arrastrada por suaves remolinos, pero siempre con la confianza de que estará allí donde el Sol pueda reflejarse su cuerpo dorado. Las fotografías tomadas a 400 aumentos se han realizado utilizando las técnicas de campo oscuro, contraste de interferencia y epifluorescencia y proceden de las muestras de arrastre recolectadas por Laura Fernandes el 26 de marzo de 2019 desde la Estación Biológica Internacional Duero-Douro a su paso por los Arribes del Duero

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EL ENJAMBRE DE DIPLOPHRYS, ARRIBES DEL DUERO por Proyecto Agua Por Flickr: En Biodiversidad virtual y también en Instagram como @proyectoagua. Abrazados en enjambre los cuerpos de la ameba Diplophrys son ahora uno, burbujeante y esférico del que escapan sus finas manos de hilo, con las que Diplophrys rema en el agua o se ancla a cualquier grumo, dejándose llevar por el río como si fueran sus propias gotas de agua. La enigmáticas formaciones coloniales de esta ameba se han interpretado como fases juveniles resultado de sucesivas divisiones que siguen permaneciendo juntas, pero como en tantos organismos coloniales, el resultado de todas estas vidas que se coordinan parecen construir un organismo pluricelular. En esta masa esférica y flotante que se mueve sigilosa brilla el ámbar de las gotitas de aceite que se almacena en cada una de las células y que ayuda a estos individuos a permanecer cerca de la superfice. El cuerpo de minúscula burbuja de Diplophrys está contenido en una fina membrana incolora e hialina y en ella, dos pequeños poros situados en extremos opuestos, dejan salir, en los individuos adulltos, sus brazos arbóreos y finos que abrazan cualquier objeto que puedan encontrar a su alrededor, incluso al agua. El interior del cuerpo de Diplophrys es transparente y en ocasiones aparece finamente granulado y deja ver un pequeño núcleo con un solo nucleolo. A veces también, en el reducido espacio que contiene la vida de esta ameba, pueden presentarse algunas vacuolas contráctiles que bombean hacia el exterior el exceso de agua que puede haberse acumulado en su interior, pero hoy, en los individuos que forman esta agrupación, que apenas alcanzan las cuatro micras de diámetro apenas se ve otra estructura más que las gotitas de color ámbar tan características de este género y que proceden del metabolismo de los pigmentos rpesentes en las diminutas algas de las que se alimenta. Diplophrys se reproduce multiplicándose por fisión o dividiéndose en cuatro. Las células jóvenes resultantes de este proceso continuado se agregan con frecuencia formando estas colonias circulares que fácilmente llegan a alcanzar y superar las 60 micras de diámetro o más...de cuya periferia y, a modo de flecos deshilachados, parten numerosos y diminutos pies/manos que son sus pseudópodos. Diplophrys es una ameba que puede vivir tanto de manera solitaria como en grupo y suele habitar en el plancton o en las plantas sumergidas y entre los detritus depositados en zonas de poca corriente. Hoy Diplophrys cruza el Duero como un manojo de globos minúsculos y dorados y sin miedo al abismo infinito que se extiende bajo sus manos, flota segura entre burbujas y arrastrada por suaves remolinos, pero siempre con la confianza de que estará allí donde el Sol pueda reflejarse su cuerpo dorado. Las fotografías tomadas a 400 aumentos se han realizado utilizando las técnicas de campo oscuro, contraste de interferencia y epifluorescencia y proceden de las muestras de arrastre recolectadas por Laura Fernandes el 26 de marzo de 2019 desde la Estación Biológica Internacional Duero-Douro a su paso por los Arribes del Duero

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EL ENJAMBRE DE DIPLOPHRYS, ARRIBES DEL DUERO por Proyecto Agua Por Flickr: En Biodiversidad virtual y también en Instagram como @proyectoagua. Abrazados en enjambre los cuerpos de la ameba Diplophrys son ahora uno, burbujeante y esférico del que escapan sus finas manos de hilo, con las que Diplophrys rema en el agua o se ancla a cualquier grumo, dejándose llevar por el río como si fueran sus propias gotas de agua. La enigmáticas formaciones coloniales de esta ameba se han interpretado como fases juveniles resultado de sucesivas divisiones que siguen permaneciendo juntas, pero como en tantos organismos coloniales, el resultado de todas estas vidas que se coordinan parecen construir un organismo pluricelular. En esta masa esférica y flotante que se mueve sigilosa brilla el ámbar de las gotitas de aceite que se almacena en cada una de las células y que ayuda a estos individuos a permanecer cerca de la superfice. El cuerpo de minúscula burbuja de Diplophrys está contenido en una fina membrana incolora e hialina y en ella, dos pequeños poros situados en extremos opuestos, dejan salir, en los individuos adulltos, sus brazos arbóreos y finos que abrazan cualquier objeto que puedan encontrar a su alrededor, incluso al agua. El interior del cuerpo de Diplophrys es transparente y en ocasiones aparece finamente granulado y deja ver un pequeño núcleo con un solo nucleolo. A veces también, en el reducido espacio que contiene la vida de esta ameba, pueden presentarse algunas vacuolas contráctiles que bombean hacia el exterior el exceso de agua que puede haberse acumulado en su interior, pero hoy, en los individuos que forman esta agrupación, que apenas alcanzan las cuatro micras de diámetro apenas se ve otra estructura más que las gotitas de color ámbar tan características de este género y que proceden del metabolismo de los pigmentos rpesentes en las diminutas algas de las que se alimenta. Diplophrys se reproduce multiplicándose por fisión o dividiéndose en cuatro. Las células jóvenes resultantes de este proceso continuado se agregan con frecuencia formando estas colonias circulares que fácilmente llegan a alcanzar y superar las 60 micras de diámetro o más...de cuya periferia y, a modo de flecos deshilachados, parten numerosos y diminutos pies/manos que son sus pseudópodos. Diplophrys es una ameba que puede vivir tanto de manera solitaria como en grupo y suele habitar en el plancton o en las plantas sumergidas y entre los detritus depositados en zonas de poca corriente. Hoy Diplophrys cruza el Duero como un manojo de globos minúsculos y dorados y sin miedo al abismo infinito que se extiende bajo sus manos, flota segura entre burbujas y arrastrada por suaves remolinos, pero siempre con la confianza de que estará allí donde el Sol pueda reflejarse su cuerpo dorado. Las fotografías tomadas a 400 aumentos se han realizado utilizando las técnicas de campo oscuro, contraste de interferencia y epifluorescencia y proceden de las muestras de arrastre recolectadas por Laura Fernandes el 26 de marzo de 2019 desde la Estación Biológica Internacional Duero-Douro a su paso por los Arribes del Duero