#suertudos ambos demonios
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levihan - oneshot
En una de las tantas visitas nocturnas de Hanji a Levi…
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Tres golpes en la puerta lo sobresaltaron. No era como si hubiese estado durmiendo de todas maneras. Era suertudo si alcanzaba a conciliar el sueño durante más de un par de horas durante la noche.
-¿Qué quieres, sucia cuatro ojos?- dijo a modo de saludo en cuanto ella apareció al otro lado. Ni siquiera había necesitado preguntar de quién se trataba; el sonido de sus nudillos golpeando la madera le habían dado la respuesta.
-¡Adivina lo que acabo de ver!- exclamó Hanji, con las mejillas sonrojadas y las pupilas tintineantes de entusiasmo. ¿Cómo era posible que tuviese tanta energía? Debían ser como las dos de la madrugada. ¿Es que esta mujer no descansaba nunca?
Levi cerró la puerta con cuidado para que nadie los oyera.
-No lo sé, ¿uno de tus asquerosos titanes corriendo a las afueras del cuartel?- intuyó.
-No…- Hanji negó con la cabeza y se sentó sobre la cama. Levi se esforzó por ignorar que sus sábanas limpias acababan de llenarse de polvo.
-¿Entonces qué?- gruñó.- Sólo un estúpido titán hace que te pongas así…
-¿Acaso está celoso de los titanes, capitán?- se burló ella.
-No. Nunca. Jamás. Ahora dime qué demonios viste.
Hanji dio unos pequeños golpecitos en el espacio libre que quedaba en el colchón, invitando a Levi a ubicarse junto a ella. Él lo hizo a regañadientes.
-Vi a Mike y a Nanaba besándose en el pasillo.- confesó en voz baja.
-¡¿Qué?!- masculló Levi, incrédulo. Hanji rió ante la reacción.
-¡Sí, los vi besarse!- repitió.- ¿Acaso no sabes lo que es un beso?
-¡Por supuesto que sé lo que es un maldito beso!- se quejó él.
Hanji sonrió de nuevo.
-Estaba yendo a mi habitación y me escondí detrás de una columna cuando los escuché hablar…
-Tch, idiota.- la interrumpió Levi.- Eso no se hace…
-Como si tú no hubieses hecho lo mismo…- ella puso los ojos en blanco y continuó con la historia.- La cosa es que Mike le dijo a Nanaba que le gustaba desde hacía ya un tiempo. Ella le dijo que él también le gustaba y luego… ¡se besaron! ¿No crees que es lo más adorable del mundo?
Levi fulminó a Hanji con la mirada.
-No, es repugnante y empalagoso.- mintió. Ella, lejos de mostrarse ofendida ante la actitud apática de su compañero, simplemente dejó escapar una carcajada fuerte y aguda. Pero ¿qué rayos le pasaba?
-No te hagas el duro, Levi.- se mofó.- ¿Qué nunca has besado a nadie?
Él se quedó callado unos segundos. La verdad era que jamás había sentido la necesidad de hacerlo. Siempre había sido relativamente popular entre las chicas, sólo que no había conocido a ninguna que llamara su atención ni por la que valiera la pena arriesgarse.
-¿Tú has besado a alguien, cuatro ojos?- reformuló la pregunta.
Ella se encogió de hombros, despreocupada.
-No. ¿Y tú?- volvió a insistir.
Levi temía que sus mejillas se tiñeran de rojo al abrir la boca. Sin embargo, se forzó a hablar.
-No.
Otra vez silencio. Un silencio un tanto incómodo, para variar. La tensión presente en el aire era palpable y hacía que Levi se sintiera raro, fuera de su elemento, como sapo de otro pozo. A él no solían sucederle este tipo de cosas. Observó a Hanji y ella le devolvió la mirada. Una mueca algo juguetona bailaba en la comisura de sus labios, y él temió que los dos acabaran de tener la misma loca idea.
-Tal vez deberíamos…- sugirió ella.
-¿Qué?- Levi se hizo el desentendido.
-Ya sabes…- balbuceó. De un momento a otro, se había puesto nerviosa.- ¿Besarnos?
-Ni lo sueñes.- se negó él.
-Leviiiii.- protestó Hanji.- Tomémoslo como un experimento, sólo para darnos una idea de qué se siente. ¿De acuerdo?
Él se cruzó de brazos y enarcó levemente las cejas.
-¿Así que ahora debo ser tu estúpido conejillo de indias?- repuso de mala gana. Hanji asintió con la cabeza, divertida. Cuando quería algo podía ser persuasiva hasta el hartazgo y Levi era consciente de ello, la conocía lo suficiente.
-Vamos, quedará entre nosotros…- sopesó, tratando de convencerlo.
Levi lo meditó durante algunos minutos más. Pese a que nunca lo admitiría frente a nadie, Hanji era importante para él. Con ella todo era diferente. Desde el primer momento en que hubo ingresado a las tropas de reconocimiento, había sido la única que no lo había tratado como a un jodido delincuente, la única que había sido realmente amable, que había mostrado un interés genuino en él y sus amigos. De todas las personas que conocía, Hanji era la única que entendía su retorcido sentido del humor, la única que había conseguido leer con éxito sus emociones más allá de la superficie. Si iba a dar su primer beso con alguien, entonces tal vez tuviera mucho sentido que fuera con ella.
-Bien…- suspiró con timidez, rascándose la nuca. A su lado, Hanji tragó saliva; probablemente no esperaba que accediera después de todo.- Sólo un beso y luego te irás a tu cuarto, ¿sí? No quiero levantar sospechas y que los mocosos empiecen a hablar del tema a mis espaldas.
-Suena justo.- aceptó ella en un hilo de voz, acercándose a Levi poco a poco, muy despacio. La tensión en el ambiente crecía más y más conforme Hanji se aproximaba y Levi tuvo la impresión de que el nudo que se apretaba en su garganta estaba a punto de asfixiarlo. Sus rostros estaban a escasos centímetros el uno del otro. ¿En serio iba a hacer esto? Sí, no quería ser un puto cobarde. Además, de verdad quería besarla.
Instintivamente, ambos cerraron los ojos en el instante en que dejaron que sus labios se tocaran. El roce era suave, cálido, incluso familiar. Hanji llevó sus manos hasta los hombros de Levi y se aferró a ellos lo más delicadamente que pudo, acariciando sus omóplatos musculosos y las puntas del cabello corto en su nuca. No era muy consciente de sus movimientos, simplemente trataba de imitar lo que Nifa y Nanaba le habían contado que hacían.
Levi que, preso de los nervios, hasta el momento había permanecido muy quieto, posicionó sus manos en la espalda de Hanji para luego subirlas con cuidado hasta su pelo. Sus dedos se enredaban en los finos mechones castaños, tironeando de ellos levemente para pegar más sus cuerpos. El soldado más fuerte de la humanidad y la más inteligente, ¿quién lo hubiese imaginado? A fin de cuentas, hacían un buen dúo. Sus labios se movían en perfecta sincronía contra los del otro, demostrándoles una vez más que su conexión era especial; algo difícil de obtener o de explicar con palabras.
Hanji entreabrió apenas la boca, permitiendo que su lengua se deslizara junto a la de Levi. Él se paralizó durante una fracción de segundo, sorprendido. Sin embargo, no tardó en seguirle la corriente. Podía jurar que no le desagradaba en absoluto la idea de acostumbrarse a aquella sensación. El contacto físico lo intimidaba, pero Hanji no lo juzgaba por ello. Por el contrario, con ella estaba cómodo, como en casa.
Los dos se separaron al cabo de no mucho rato. Tenían las respiraciones algo entrecortadas y estaban despeinados, producto de la adrenalina que acababa de apoderarse de ellos. Los ojos de Hanji observaban fijamente a Levi, resplandecientes en la penumbra de la habitación; primero el gris profundo de sus iris, luego el puente de su nariz y finalmente el rosado pálido en sus labios. Él, inmóvil, contuvo el aliento mientras accedía a que ella lo recorriera curiosa con la mirada. En su interior, un extraño cosquilleo le revolvía las tripas. Se sentía como… ¿mariposas en el estómago, tal vez? Recordaba haber oído a Petra hablar de eso; una especie de fenómeno que ocurría sólo cuando estabas frente a la persona que te gustaba. En aquel entonces no le había creído, pensaba que no eran más que bobadas adolescentes que carecían de coherencia. No obstante, ya no estaba tan seguro. Si las mariposas en realidad no existían, ¿qué rayos era aquel hormigueo que trepaba poco a poco hasta su pecho, acelerando sobremanera su ritmo cardíaco? Si había besado a Hanji únicamente como parte de algún estúpido experimento suyo, ¿por qué su cuerpo reaccionaba de esta forma ahora que la tenía tan cerca? Y lo que le resultaba aún más confuso; si había prometido que sólo sería un beso, ¿por qué demonios se moría de ganas de besarla de nuevo?
Ella pegó su frente a la de Levi y, con sus brazos aún sujetando sus hombros, esbozó una pequeña sonrisa. Tenía las mejillas más sonrosadas que nunca.
-¿Y bien? ¿Qué tal estuvo eso?- preguntó entre susurros.
Él no tuvo que pensarlo mucho.
-Asqueroso.- dijo. Hanji se rió bajito.
-¿Si volvemos a hacerlo quizás pueda cambiar tu opinión…?- sugirió. Levi arqueó las cejas, tampoco tenía que pensarlo mucho esta vez. Sin darle tiempo a reaccionar, tomó a Hanji por el cabello y bruscamente tiró de ella hasta pegar sus bocas. Allí estaban de nuevo, esas malditas mariposas.
-Idiota…- suspiró contra sus labios.
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Se habían besado varias veces más aquella noche. Hanji había dicho que era necesario hacer más pruebas para su experimento y a Levi, con tal de seguir besándola, no le importaba una mierda. Habían intentado hacerlo lento, más rápido, con lengua, sin lengua, incluso con los ojos abiertos, aunque Levi descartó esa opción de inmediato y Hanji, muerta de risa, tuvo que estar de acuerdo.
Ahora ella dormía plácidamente y Levi, todavía preso del insomnio, se había limitado a observarla. La luz pálida de la luna se colaba por la ventana entreabierta, delineando con delicadeza los rasgos de su rostro. Se la notaba tan pacífica durmiendo, como si no existiera nada en el mundo capaz de atormentarla. Levi no comprendía cómo era que hacía; al cerrar los ojos, sólo era capaz de ver muerte y destrucción a su alrededor. En cambio Hanji, a su lado, incluso esbozaba una pequeña sonrisa. ¿Con qué estaría soñando?
A veces se preguntaba a qué le tendría miedo, si los titanes que los acechaban fuera de las murallas no parecían ser una amenaza para ella. Entonces, casi de pronto, recordó aquella ocasión en la que, en una de las tantas visitas nocturnas de Hanji, le había confesado que temía morir sin haber recorrido el mundo, sin haber descubierto todos los misterios y maravillas que se ocultaban en él.
Levi extendió apenas la mano y, con las yemas de sus dedos, acarició suavemente su mejilla. Su piel era tersa y tibia, mucho más de lo que había imaginado. Quizás podía ser el soldado más fuerte en el campo de batalla, pero con Hanji tan cerca se sentía vulnerable, desnudo.
-Diablos. Creo que me gustas, sucia cuatro ojos.- confesó en un susurro apenas audible, sin dejar de acariciarla.
Ella, aún dormida, sonrió un poco más.
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Corazones Indomables 3
Notas del cap:
Ya tenía este capítulo desde antes pero bueno… me dio por actualizar demasiado seguido el fic de Suggar Daddy y bueno XD detalles, detalles XD en fin… espero que les guste porque ya mero vemos a Rusia XD… lo que sí, antes nos encontraremos con alguien especial ¬u¬… y no del modo lindo… en fin
¡A leer!
3 - Monstruos del pasado
-¡Estamos en casa!- se escuchó a lo lejos el grito de Jamaica coreado por Haití. Rápidamente, uno tras otro, cada integrante del circo de latinos comenzó a salir de sus habitaciones y de sus entrenamientos, viendo con cierta emoción que con todo el dinero robado y parte del logrado con los espectáculos habían comprado comida para varios días, tal vez algunas semanas más. Rápidamente, ante la emoción de ver tanta comida, Brasil y Guatemala avanzaron a pasos rápidos para tomar algunas de las bolsas y ayudarles a entrar a la carpa con la comida, pronto se sumaron también Costa rica y Argentina, Chile había guiado a todos hasta donde tenían la cocina y despejado la mesa para que pudieran dejar todos las compras, México miro esto sorprendido y algo emocionado… al fin tenían de nuevo comida para una larga temporada
-Más vale que hayan comprado todo muchachos- amenazo con una sonrisa algo dura Brasil al tiempo que miraba a la pareja, Jamaica sonrió sin interés y se encogió de hombros como si nada
-Descuida, se compro todo de buen modo… solo digamos que el señor de las pieles no podrá comprar por esta semana su tarro de cerveza como de costumbre- dijo el moreno de rastras guiñándole el ojo con diversión, Brasil lo miro con algo de sorpresa pero sonriendo y riendo divertido poco después
-Bueno, es bien sabido que necesita dejar de beber ese hombre antes de que mate a golpes a su pobre esposa e hijo- susurro Costa rica entre suaves risas ligeramente nerviosas. La conversación acabó ahí, cambiada bruscamente al comenzar a sacar las nuevas provisiones… pan, verduras, un poco, realmente poquísima carne además que uno que otro gusto extra, al menos uno para todos… un poco de cajeta, un poco de mantequilla y unas pocas flores para decorar algunos lugares dentro del circo. Como siempre que se trata de hacer cosas en “familia” todo el mundo ayudaba; entre risas, entre chistes malos o buenos, entre alegrías, burlas y de vez en cuando “golpes” de juego, charlando, contando cómo le va a todos durante el día, que hacen, que problemas han tenido… cosas simples que hacen ameno el tiempo, que hace que el tiempo mismo desaparezca hasta que alguien mas llega a avisar que ya es hora de un espectáculo de noche…
… … …
La noche, tranquila como fresca se cernía sobre todo el mundo, era ya bastante tarde. Hacia horas que se había dado el último espectáculo, todos estaban en sus hogares, la gente del circo se encontraba en sus carpas descansado de un agradable como ajetreado día. Jamaica y Brasil, los que por lo regular solían dormir al lado del mexicano, se encontraban tranquilos, ronquidos se escuchaban, ambos, inconscientemente peleaban por el dominio de la cama, Jamaica lanza su brazo sin ser consciente y golpea directamente en la cara de Brasil quien, ante el golpe directamente hacia su nariz le obliga a abrir sus ojos y ponerse de pie con molestia
-Con un demonio- gruñe el moreno sobando el puente de su nariz y viendo a su compañero de cama roncando como si nada, Brasil también nota curioso que sus piernas están entrecruzadas por ambos, de hecho, Brasil está casi encima de Jamaica y ríe divertido… no puede enfadarse con Jamaica si ambos tenían modos tan “extraños” de dormir. Ríe un poco hasta que escucha un gemido de miedo. Sus ojos, que ya se habían acostumbrado a la oscuridad giran en dirección de la otra cama que esta ligeramente distante de la suya. Justo en el otro extremo de la “habitación” se encontraba México, removiéndose con un gesto de medio entre sus cobijas
Brasil lo miro unos segundos, en el mismo silencio que permitían los ronquidos de Jamaica… Había una buena razón por la cual Jamaica y Brasil solían dormir en la misma habitación que México… la razón era fácil. Desde que el joven latino había llegado al circo rápidamente descubrieron todos que el pequeño solía tener pesadillas muy fuertes que en muchas ocasiones lo obligaban a despertar entre gritos y sudor llamando a sus padres y su hermano
Nadie hizo preguntas en su momento… pues, como a una flor, lentamente dejando al pequeño niño florecer a su ritmo, hasta que tuvo el valor de contar lo que había pasado, un incendio terrible que había destruido su hogar y acabado con la vida de su familia exceptuando la suya; todos entendieron, nunca preguntaron, aun cuando la curiosidad los embriago. Brasil suelta un cansado suspiro, “desenredándose” del lado de Jamaica, se pone en pie y avanza hasta sentarse en la orilla de la cama del latino comenzando a acariciar sus negros cabellos con suavidad
-shhh shhhh shhh… es un sueño México, no es real- susurra suavemente Brasil sin dejar de verlo, como aun continua removiéndose agitado he incomodo. Brasil recuerda que los primeros días desde que el pequeño había llegado, solía tener las pesadillas tan fuertemente que, después de despertar gritando y temblando, salía del circo y se perdía en los bosques o parques cercanos, allá donde hubiera vegetación para tratar de calmarse, jadeando y aferrando alguna que otra flor que solía encontrar por el camino; aunque, después de un tiempo, solo aferro una pequeña maceta que portaba esas flores tan raras llamadas Cempamiztli, las cuales, con el avanzar del tiempo, el mundo comprendió que eran importantes para el… nadie nunca lo juzgo
Pero habían ocasiones en las que casi se ponía en peligro por querer salir por su cuenta, así que los más grandes entre el grupo del circo decidieron que Brasil y Jamaica (ambos voluntarios) se quedaran a dormir en la misma habitación que México para poder cuidarlo mientras dormía… y así había sido desde entonces. Cada vez que escuchaban a México gritar y despertar agitado, sin lugar a dudas iban a su lado, lo abrazaban y lo dormían en el medio de ambos, llenándolos de pequeños besos y caricias gentiles hasta que los tres volvían a caer dormidos de nueva cuenta… aunque en ocasiones, eso no pasaba y se quedaban los tres despiertos hasta que el amanecer les llevaba (*)
O, como ahora, que Brasil se tiene que recostar en la cama de México, cubriéndose también con sus cobijas y estrechándolo entre sus brazos, dándole besos gentiles en su frente y cabeza, México por fin, lentamente deja de removerse y de mostrar un gesto nervioso o asustado para dejar ver un rostro apacible y una respiración tranquila… sus pesadillas desaparecen ahora que Brasil le abraza y ahora ambos duermen plácidamente… suertudo que es Jamaica que hoy tiene la cama solo para el
Brasil observa una última vez a ese niño pequeño que conoció cuando apenas tenía 7… ahora como un joven valiente de 15 años, fuerte, valiente y determinado a seguir adelante en su vida… Brasil, un joven de 18 años, mas moreno que México, con su cabello chino amarrado en una coleta sonríe enternecido al tener al joven de piel acanelada entre sus brazos… ese niño llorón que conoció, se ha vuelto fuerte, se dice antes de caer dormido también
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-Ho vamos… ¿Van a seguir discutiendo todo el día?- pregunta cansado México de ver a Jamaica haciendo pucheros y a Brasil sonriendo de un modo burlón y para colmo de las desgracias del latino, justo en medio de ambos para evitar que se lanzaran a pelear… resulta que Jamaica había despertado viendo la escena de un Brasil felizmente acurrucado, casi asfixiando en su abrazo de oso a México, literalmente, tenía sus brazos y sus piernas abrazando a México de tal modo que el latino se veía incomodo aunque aun cerrando sus ojos dormido… Jamaica había hecho un escándalo debido a que, según “pruebas” suyas, Brasil se estaba aprovechado mucho de las pesadillas de México para dormir juntos, México no podía decir mucho al respecto, a el no le era ni siquiera de importancia en realidad, ambos le ayudaban mucho a aliviar sus pesadillas, así que, mientras que el no tuviera pesadillas, lo demás era menos importante… al menos hasta que, de un tiempo para acá, Jamaica comenzaba a hacer ese tipo de “escándalos”
-Hehe, no es mi culpa que tú me despertaras… ¡Con un golpe a la cara!- gruñe ahora Brasil y ambos comienzan a discutir, México gira los ojos con fastidio y terminando el desayuno se aleja de todos, antes de que pueda prepararse para salir a hacer sus atracos siente el peso de un abrazo, asustado mira hacia su costado donde Chile le sonríe divertido y emocionado
-¿Qué hay weon? ¿A dónde nos toca ir a robar hoy?- pregunta con una gran sonrisa que alivia las tensiones de México con una increíble facilidad. Ahora ambos amigos se preparan para un día de robos y hurtos. Si la memoria de México no le fallaba “ y de verdad, no debía de fallarle o podrían ser descubiertos” se dedicaron a ir hacia la zona comercial del otro lado de la ciudad donde estaban. Una vez decidido, desayunados y ya preparados, parten en dirección, esta vez Argentina los despide con cierto ápice de preocupación, ya teniendo a Jamaica y a Brasil calmados (ligeramente) ya que ambos querían acompañar al latino a su “trabajo” claro que, como terminaron discutiendo, como “castigo” se quedaron a ayudar en el circo. Chile les hace burla a lo lejos mientras se lleva al latino hacia la zona determinada y los otros morenos gruñen dispuestos a írsele en contra sin llegar a más que amenazas al aire
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“A veces me pregunto… si esta vida no es demasiado buena para mi… simplemente, a veces, en mi corazón, me da la sensación de que todo esto que poseo… no me lo merezco en realidad”
-Pero mira nada más que hemos encontrado- se escuchan repentinamente las voces de un grupo de hombres. En esta ocasión, México y Chile iban vestidos como mujeres con dinero, supuestamente pavoneándose de tener un supuesto dinero que realmente no tenían en absoluto… al menos, todo iba bien hasta la aparición de esas voces de hombres interrumpiendo y saliendo desde un callejón oscuro… tal y como ambos latinos temían; los hombres no venían solos…
México y Chile, que habían tenido que entrar a un callejón luego de haber efectuado un atraco algo gordo, se vieron rodeados por un grupo de hombres por delante de la salida y a sus espaldas; tan rápido como se notan acorralados, ambos amigos pegan sus espaldas contra la del contrario mirando a todos lados, México en especial, se muestra especialmente tenso ante la situación, mirando con cautela a todos lados y solo mostrando un semblante serio… si bien, esta no era la primera vez que eran acorralados por una pandilla, al menos agradecía que le tocara con Chile… ambos eran buenos y bastante determinados a la hora de una batalla… sabia que estaría bien mientras no se separaran…
Sin embargo, algo que tenían que tener en cuenta los latinos era que debían de aprenderse las caras de los ladrones, mayormente por seguridad; saber quién era más peligroso que quien, cuáles eran los lugares donde los malandros solían aparecer y cosas así, era algo por obligación si se dedicaban al hurto y México, era bueno…
El problema era que esos ladrones no eran ni por asomo de conocidos, lo que significaba que al igual que el circo en el que venían, también eran forasteros; Chile fue el primero en tomar una bocanada de aire profunda, tratando de mantenerse tranquilo y preguntando lo debido…
-Largo weones, es nuestra zona de trabajo- tal cual, Chile había ido directo al grano apenas tomo aire, sin embargo, aquellos ladrones solo rieron con fuerza al tiempo que veían de un modo lascivo a ambos jóvenes; México, sintiendo que sus piernas temblaban por alguna razón sin motivo claro (no era la primera vez que lo acorralaban ya sea solo o con alguien) simplemente miraba a todos buscando entre sus memorias si no es que los había visto en algún momento, llegando al resultado imaginado… no los recordaba de nada, aun así, dio un paso adelante demostrando no estar nada amedrentado… sabía que no era el momento de todos modos y que tampoco era el momento para tener un mal presentimiento
-Perdonaran ustedes honorables caballeros de alcurnia, pero nosotras solo pasábamos, charlando incoherencias de damas de nuestra edad- dice de burla mientras hace señas a Chile para prepararse a correr o pelear, sin embargo, Chile sonríe divertido siguiéndole el ritmo del juego
-Seremos nosotras, en todo caso, quienes pediríamos que se apartasen de nuestro camino, caballeros; no queremos ensuciar nuestros costosos trajes de seda importada- se mofa ahora divertido, abrazando uno de los brazos de México como una dama y moviendo con su mano libre el vestido mostrando la “importante seda importada”; los hombres que miran las burlas hacia su persona gruñen, comienzan a mostrar armas… palos, cadenas, botellas de vidrio rotas y sogas, todos se preparan para la batalla, México y Chile hacen lo mismo, se preparan mentalmente para la batalla colocándose lado a lado dispuestos a todo
-Señoritas bastante atrevidas deberíamos decir… seguro que nuestro jefe jugara mucho con ustedes par de putas- dijo uno de los hombres de un modo enfermo, Chile sintió un desagradable escalofrío que lo hizo gruñir molesto, México sonrió divertido de medio lado comenzando a tronar sus nudillos en señal de intimidación, Chile hizo lo mismo sin embargo, justo cuando ambos latinos estaban más que preparados para saltar a la batalla y comenzar a golpear para escapar… un chasquido sonoro se hace presente seguido de una suave risa burlona y algunos aplauso mas
… … …
-¡Bravo, bravo!... de verdad eres fascinante; una persona cualquiera no te hubiera reconocido tan fácilmente mi preciada ave… pero bueno… es fascinante también admirar que sigues vivo- se escucho a lo lejos una voz varonil acercándose, México y yo nos miramos confundidos unos segundos, notando que delante de nuestra visión, lejos de los tipos que nos estaban cerrando el paso, se deja ver un hombre de tez blanca, cabellos rubios peinados cuidadosamente hacia atrás tal vez con demasiado gel, tal vez de 20 años, aunque muy seguramente lo mas intimidante para cualquiera seria ver los músculos que se veían… no insignificantes…
También se veía mucho mas elegante y con cierto porte peligroso, cubriendo su mirada con un sombrero que rápidamente aparta dejando ver unos ojos azules vibrantes pero llenos de malicia que nos miran a ambos… aunque estoy muy seguro que mayormente miran a México. Este tipo sin nombre pero que parece burlarse con su acento y su forma de hablar, parece fácilmente el líder, además de que, apenas se deja ver, los demás que nos rodeaban se hacen a un lado dándole paso a entrar al círculo y continuar su monologo mientras algunos por lo bajo logran llamarlo “jefe” o “líder”
-¿Quién eres tú?- pregunte de inmediato al comprender que esas palabras iban mas dirigidas a México, en especial por sus propias acciones… se podía ver tanto en sus palabras como en su mirada una doble intención oscura que me dio escalofríos… note movimiento de parte de México, un leve rose de su parte junto a un leve susurro llamando por un nombre que no comprendí en absoluto. Cuando gire mi mirada hacia México buscando por respuestas, solo pude verlo; ahí, la seguridad que le había visto hasta este momento se había esfumado, ahora mostraba un rostro asustado, como de aquellas presas que miran con miedo a su depredados aunque preparados para correr de ser necesario, no comprendía mucho ¿México conocía a ese sujeto de algo? No creo que hubiera esa posibilidad… pero…
-Has crecido mucho… aunque sigues siendo tan pequeño de estatura… ho México, sigues viéndote tan endiabladamente adorable- se burla aquel haciéndome saltar cuando escucho el nombre de México venidero de ese sujeto, mi mirada deja de ver a México para desviar la mirada a aquel que nos mira; yo, sin comprender que sucede vuelvo la mirada a México quien, cambiando la mirada intimidada, ahora se endereza dejando ver una mirada fiera como colérica únicamente dedicada para el
-Mucho tiempo USA… pensé que ya estarías muerto ¡¿Qué mierda quieres ahora?!- pregunta realmente molesto y serio que nunca; nunca tuve la oportunidad de verlo así de serio y, por lo que puedo ver y por lo poco (casi nulo) que puedo entender, las cosas no parecen ser buenas y tampoco creo que puedan ir a mejor... sino a peor… Si México, quien no solía ser alguien realmente violento y que, en realidad no gustaba mucho de la violencia, se ponía de ese modo… algo mas debería de estar pasando
-Ha nada… solo lo que sabes que me pertenece desde hace siglos- dijo el rubio idiota como si nada, como si aquello que “ le perteneciera” fuera cualquier cosa, México chasquea su lengua de un modo sonoro colocándose en modo de batalla y dando un paso al frente rebasándome y viendo aun mas colérico al contrario, de verdad, parecía que se le iba a echar encima en cualquier momento…
-Jamás me tendrás hijo de tu puta madre… ¿Me oyes bien? ¡JAMÁS SERÉ TUYO. NI HOY. NI NUNCA!- sentencia con una voz fuerte y demandante, una clara amenaza que me deja perplejo pero ahora creo comprender… y aun si no lo hiciera, no puedo dejarlo solo en esta situación tan confusa, así que doy un paso para ponerme a su lado con determinación; sin embargo, pese a que yo estaba más que dispuesto a la batalla que se avecinaban, México toma mi mano sin que nadie más se diera cuenta y en un suave apretón doble y luego una caricia sin malicia, me advierte que echará a correr; lo observo solo unos momentos de perfil, el se niega a desviar su mirada de aquel de nombre USA, yo desvío mi mirada a México una última vez y luego a aquel sujeto preparado para lo que estaba por pasar
-Hahahahahaaha ¿Y crees que te dejare escapar como aquella vez? No seas ridículo México. Admito que fue una desgracia lo que le paso a tu bello hermano, pero de todos modos el no me interesaba demasiado…- comienza a burlarse en un monologo que sorprende a ambos; puedo sentir como la mano de México de un momento a otro se congela y comienza a sudar frio, su cuerpo tiembla y yo lo agarro con fuerza para decirle silenciosamente que no está solo, el solo se aferra a mi apretando con fuerza mi mano…
-Esta vez me asegurare que tu lugar sea entre mis sabanas… ya verás cómo vas a terminar por suplicarme por mas luego de las primeras veces- dice burlón, relamiendo sus labios de un modo asqueroso que a ambos nos hace tener escalofríos de incomodidad, yo gruño comprendiendo ahora hacia dónde va todo esto… y no voy a permitir algo así jamás…
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-Hehehe… USA- se escucha sorpresivamente la risa nasal de parte de México, una aterradora como amenazante, el latino baja un poco su mirada en señal de amenaza, dejando que sus flecos ahora rosados (por la peluca) cubran un poco su mirada; Chile lo observa en silencio y en cuanto levanta de nuevo la mirada, solo se puede ver sorna y odio claramente combinados con la burla
-¿Qué te hace pensar que te dejare ponerme un dedo encima? Puedo ver que sigues siendo el mismo idiota que hace tantos años atrás…- susurra el aferrando con más fuerza la mano de Chile, al grado de comenzar a lastimarlo un poco, pero ni siquiera es momento para quejarse, se dice Chile mirando sorprendido las reacciones de su amigo y casi hermano
-Si no pudiste tocarme cuando era un niño pequeño… mucho menos lo podrás hacer ahora!- dicho esto, tomando del suelo un palo de escoba que había cercas, lanza el palo vuelto ahora un arma a su costado golpeando directamente a una agrupación de cajas y haciendo que estas caigan pesadamente junto a otro montón de barriles creando un caos en cadena. México toma rápidamente la mano de Chile y velozmente jala de él para comenzar a correr lejos de todo, claro, no sin antes, ligeramente pasar por encima de aquel de nombre USA golpeándolo con el palo directamente a sus genitales para que caiga y se retuerza
-¡Atrápenlos!- se escucha su voz colérica como adolorida, México corre como alma llevada por el diablo, Chile solo observa a México, su forma de correr, su mirada brillando en desesperación y miedo… un miedo que no le había visto jamás pero que México siente por segunda vez en su vida… casi tan claro como cuando escapaba del fuego junto a su hermano…
Para México, fue como volver a revivir esa pesadillesca noche otra vez… solo que esta vez, no es Texas quien lo está guiando, sino el, guía ahora a alguien inocente…
La carrera ha comenzado y se escucha a lo lejos las voces de todo el grupo de USA gritando que se detengan los latinos; México mira de cuando en cuando hacia atrás sabiendo que rápidamente se les estaba dando alcance… corre con desesperación y con miedo, rememorando alternadamente, a cada esquina que logra dar vuelta, el momento en que las llamas lo persiguen, en momento en que el llora y su hermano lucha por sacarlo del fuego, el momento, en que todo se viene abajo en su vida…
-¡Corre Texas! ¡No pares! ¡Sigue corriendo hermano!- en su desesperación… Chile observa sorprendido que México lo ha confundido… no es de extrañar se dice un segundo. Los primeros días cuando llego, solía confundirlo cuando eran sus pesadillas, solía llamarlo por su hermano fallecido Texas; era en ese entonces el único indicio de que algo terrible le había pasado, como lo llamaba con desespero con el nombre de Texas… aunque eso había cambiado, ahora le parecía doloroso…
Porque ni siquiera en sus pesadillas, Chile vio tanto terror y desesperación en México como en ese momento… Chile no dijo nada, solo apuro el paso, corriendo lo mas que podía para ir a su nivel y no ser una carga, era un problema que México fuera más rápido para correr que él, pero aun así, a cada esquina que giraban, notando como México a veces se confundía por los lugares donde estaban; tenía que ser Chile quien guiara a México para poder escapar juntos, logrando entrar a una tienda de ropas donde, luego de hacer a México golpearse contra un maniquí, parece reaccionar
No tienen tiempo para explicar cosas que por el momento no son de relevancia, simplemente cambian rápidamente sus ropas en la parte trasera de la tienda colocándose pantalones mas cómodos para correr, Chile observa que México tiembla y que torpemente acomoda las ropas en su cuerpo, tiene que ayudarlo en algún momento debido a los temblores que lentamente se hacen más notorios en su cuerpo y en sus acciones… incluso, Chile se atrevería a decir que México estaba pálido en esos momentos
-¿Qué ocurre aquí México? ¿Quién es el exactamente?- no aguantando las ganas y suponiendo que las cosas van de mal en peor, Chile termina por hacer la pregunta que lleva rato carcomiendo en su cabeza, ambos se miran fijamente, ahora el tricolor moreno se siente mal de haber hecho la pregunta pues puede ver lagrimas amenazando a caer de los brillantes ojos del tricolor aunque comenzó a negar nervioso, Chile tiene que tomarlo de las mejillas y obligarse a ambos a verse a los ojos para que el contrario se tranquilice, México toma bocanadas de aire entrecortadas por sus hipidos y lagrimas que por fin comienzan a salir
-Es un peligroso ladrón y asesino… hace poco supe que venía desde los mares del norte- niega entre hipidos, soltándose del agarre de Chile para tener espacio, negando agresivamente y moviendo su cabello al compas aunque aun se veía terriblemente asustado
-Ese sujeto es peligroso… l-lo conocí cuando éramos niños… ese tipo…- y se detuvo de golpe, viendo hacia la nada mientras ocultaba sus otras ropas
-¿México?- pregunto temeroso Chile de ver ese silencio abrupto y esas lagrimas acrecentar en su amigo moreno
-Es el responsable de la muerte de toda mi familia…- susurra por lo bajo, con mas lagrimas pero, tan rápido como termina la frase, limpiando sus lagrimas para seguir ocultando las ropas, aunque guardando el dinero que habían podido robar
-Él quería que fuera su novio y llevarme con él al otro lado del mar, pero me negué… dijo que iba a vengarse y que mataría su padre a los míos… yo…- no pudo seguir pues una vez más comenzó a llorar, ya habían terminado ambos de cambiar sus ropas y ocultar la anteriores, México corrió, con ese desespero que se le había visto dese que vio a USA; tomo un par de pelucas cualquiera, colocando una a Chile y la otra él
-No creí en sus palabras… hasta el día del incendio… yo no creí que fuera a ser cierto lo que decía pero… … … no importa; no es un tipo al que sea buena idea hacerle enfadar… según me he enterado, a la última persona que le hizo enfadar la asesino descuartizándola… n-no… no puedo quedarme aquí más tiempo Chile- susurro lo ultimo aterrorizado por completo, sorprendiendo de paso también a Chile ante sus palabras
Ahora por fin Chile podía comprender sus miedos e inseguridades… la razón de sus pesadillas, porque lo solía confundir… ahora comprendía porque México decía también estar huyendo de alguien… todo tenía sentido. Un doloroso sentido… Chile lo miro unos segundos, como salía con cuidado por la puerta trasera de la tienda mirando a todos lados con cierto temor y preocupación, Chile recuerda que México a veces (de las pocas que solía embriagarse feo) solía decir que mataría al hijo de puta pero sabía que en estos momentos, estaban en desventaja… no solo casi a punto de ser rodeados, sino que faltos de armas y siendo mayoría el enemigo… era claro que no iban a durar mucho tiempo…
Una vez listos, salen de la tienda cuidando que nadie los mire ni los siga; una vez fuera, corren una vez más con todas sus fuerzas hasta poder llegar al circo. Aun no estaban dentro de la carpa cuando Chile puede ver (junto a varios mas) como México comienza a quitarse la ropa y a dejarla tirada a su camino, llegando casi desnudo a su habitación y rápidamente tomando su propia ropa, tomando otra nueva, tomando tanto dinero tenia ahorrado y un poco del que acababa de robar
-Chile ¿Qué pasa? ¿Por qué esas prisas?- llega preguntando Brasil preocupado de las acciones de México, incluso de ver que aun a Jamaica está ignorando completamente mientras guarda todo para escapar
-Alguien viene buscado a México para matarlo- dijo Chile en cuanto pudo recuperar su respiración, todos los presentes soltaron una exclamación de sorpresa, mas México solo guardo todo, rápidamente dirigiéndose a un cajón donde solía guardar las semillas de flores y guardando tantas podía en sus bolsillos y mochila
-Espera México; debe de haber algo que se pueda hacer, no tienes porque salir huyendo- trata de decir Bolivia preocupado, sin embargo, por fin México parece hablar
-No puedo… es un sujeto peligroso, no quiero que mueran ustedes también por mi culpa… ya perdí a una familia así… no los perderé a ustedes también- susurra por fin, poniéndose derecho luego de tomar tantas cosas propias pudiera, ropa mayormente y algunas pertenencias que aun poseía junto a unas macetas y un par de Cempamiztlis que apenas iban a florecer
-No tienes porque, nosotros te protegeremos- susurra Brasil rápidamente tratando de evitar su huida, México lo mira con lagrimas en los ojos, sonriendo suavemente pero dándole un golpe certero directamente hacia la boca del estomago… Brasil cae entre jadeos tomando su estomago, México continua llorando con fuerza mirando la escena
-Lo lamento, en serio lo lamento… pero se dé que es capaz ese psicópata… no los arriesgare a ustedes también- solloza limpiando sus lagrimas, Jamaica se pone en frente con un mirar serio, Argentina se acerca a Chile mirando la escena y por sorpresa, es Jamaica quien salta y abraza con fuerza a México, este corresponde llorando también con fuerza pero aferrando las ropas del contrario con temor
-No sabemos suficiente de ti México… pero siempre podrás venir aquí, jamás te dejaremos solo- susurra él, con lagrimas en sus ojos, sabiendo que no puede detener a su amigo y hermano, México asiente entre lloriqueos, alejándose un momento y tratando de sonreír sin lograr más que un gesto destrozado por la tristeza aunque haciendo un movimiento con su cabeza para que todos miren detrás de él, las demás flores de cempamiztli
-No puedo llevármelas todas… piensen que soy yo y cuídenlas mucho… aun si no nos volvemos a ver otra vez… siempre estarán en mi corazón- susurro por lo bajo y así, con cierto aire de resignación como ese sentimiento amargo que las cosas no debían de acabar así… uno tras otro, cada habitante del circo se acerca a México dándole un abrazo, un poco de dinero, algunas cosas que tal vez podrían serle de ayuda y finalmente los últimos son Brasil, con el que se disculpa aunque este lo aferra con fuerza, Chile y Argentina lo abrazan al mismo tiempo, volviendo el abrazo en uno grupal, sintiendo las lagrimas caer por parte de todos
-Cuídate weon… siempre tendrás un hogar aquí- sollozo por lo bajo Chile, México le beso la mejilla y lo apretó con fuerza
-Quisiéramos que hubiera otra forma pelotudo- susurra Argentina también llorando, México limpia sus lagrimas sonriendo tristemente
-Tengo que hacerlo… el solo viene buscándome a mí, no les hará daño a ustedes si no estoy aquí- susurro una vez más con la voz quebrada por tratar de no llorar; no pudieran mas y por segunda vez, volvieron a fundirse en un fuerte abrazo los tres
-No vayas a morir México… tienes que volver con nosotros… somos tu familia- susurro Argentina sin voz, México asintió sonriendo suavemente
-Ustedes tampoco mueran… y ya dejen de pelarse, mejor bésense y háganse novios para que nadie más tenga que soportarlos- susurro por lo bajo soltando la ultima pequeña divertida, los tres se miraron, siendo Chile y Argentina quienes mostraban un puchero… no se dijo demasiado después de eso, solo, aferrarse una última vez
-Estás loco México- susurro suavemente Chile sonriendo, mirándose fijamente a los ojos… este, era el adiós definitivo… y así, con un nudo en la garganta por parte de todos y un sentimiento amargo de terror, los countrys que habían vivido en el circo en compañía del latino lo ven partir lejos, saliendo de la seguridad de la carpa para adentrarse lentamente a un bosque…
Hoy fue el ultimo día que México pudo tener un día de convivencia tranquila con su familia latina…
Notas finales:
*Yup, insinuación de Jamaica x México y Brasil x México XD muajajajaajjaajajaj soy malvada XD
…Verga… ya tenía desde hace rato este capítulo O.O… perdón, no me dejan andar antes XP pero bueno, algo lindo y ahora si… espero que ya dentro de poco (espero el siguiente cap) que aparezca por fin el tripaloski XD yey!
Datos extras:
*Este capítulo lo tenía tal vez desde septiembre??? Joder, lo que es estar ocupada DX
*México a veces tiene algo parecido a terrores nocturnos donde recrea la pesadilla de escapar de su hogar en llamas
*Ante esta situación Jamaica y Brasil duermen en la misma “habitación” con él pero claro, los niños crecen y ahora esos dos se quieren ukear al buen México ¬u¬ pero nadie ha hecho nada de nada, todo amor puro y lindo sin tantas malas intenciones XD
*Ahora sí, viene lo importante… como habrán visto, aquí, el “villano” de turno es USA, el wey, desde pequeño ya conocía a México, de hecho, el mismo México explica que USA quería que fuera su pareja y llevárselo al otro lado del océano junto a su padre y el, pero México se negó, encabronado, USA dice que mataría a su familia, México no le creyó… hasta que paso el incendio
*Si me conocen ¬u¬ hay todavía historia de trasfondo entre el padre de USA y el de México ¬u¬ espero explicar esto mas al futuro muajajajajajajaja
*USA es por mucho más grande que México, ya vieron, México tiene 15 años y USA 20… si lo quería agarrar shotita al México XD
*USA solo había estado interesado en México y eso no ha cambiado, en especial ahora que sabe que sigue vivo…
*(No me acuerdo, no he leído lo anterior y no tengo tiempo para leer en estos momentos pero) ¿Aquí puse sobre eso de donceles? Ya saben, los batos que pueden tener hijos como si fueran mujeres pero sin llegar al concepto de los omegas y alfas? Si no, ¡Sorpresa! México es doncel XD… hace ratito que no escribo sobre esta temática ya hasta la extrañaba xD…
*Me imagine bien pinche bastardo pero sexy al USA XP lo siento, me siento pekadora hahahaha
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Que tengan lindo día
¡Comenten!
¿¿Les gustaría apoyarme con alguno de estos???
Ko-fi
Patreon (No se muy bien como funciona)
#countryhuman#countryhumans#countryhumans México#countryhumans Rusia#countryhumanhs USA#Corazones Indomables#Mis Fanfics Yaoi#Yaoi#Romance
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Glee «Three Halloween stories»🎃
Octubre de 2011 -¿Que película es?... —pregunto Kurt instalándose en la cama al lado de su novio. -Es… «Sleep Tight» —respondió moviéndose un poco para hacerle espacio— pero el nombre original es «Mientras duermes» —agrego Blaine al tiempo que le entregaba la taza con té de hierbas que había servido para él -¿«Mientras duermes»? —repitió Kurt con un español medio trabado— ¿me obligaras a leer subtítulos Blaine Anderson? -Algo así… —dijo presionando la tecla «play» -¿No es muy sangrienta o si?... —añadió estirándose para alcanzar las caja de la películas— un momento… —dijo mirándolas por ambos lados— esa que dices que veremos no es ninguna de estas… -Te dije que veríamos la que ya estaba en el aparato, ya sabes, para no levantarme y todo eso… —recordó Blaine dando un sorbo a su propio té— te gustara te lo prometo… -Lo dudo, pero puedo darle una oportunidad al ser española… —respondió tomando su teléfono. -¿Si? -¿Estas bromeando?, ese es el mejor de los acentos, con todas esas «eses»... y «zetas»... y Antonio Banderas… —dijo haciendo una especie de tiriton cuando mencionaba al actor español, Blaine sonrió y se le quedo viendo un instante pensando en cuán feliz era con él, cuán maravilloso era tener a Kurt en su vida— Rachel pregunta por nosotros…. —añadió leyendo el texto que acababa de recibir. -¿Por lo de la fiesta? -Exacto… -¿Que le contestaras? -Que no podré asistir porque mi novio se comió 853 dulces y eso lo hizo enfermar…—dijo mientras escribía y sujetaba el teléfono con la misma mano -En serio… ¿le… le dirás eso?... —quiso saber Blaine tomándose una oreja. -Por supuesto que no… tu secreto esta salvo conmigo… —dijo riendo, termino de escribir las últimas palabras para luego apagar el teléfono del todo— listo... -¿No me dirás que le dijiste?
-No… -¡Kurt! -No necesitas saberlo… solo te diré que ambos quedamos muy bien con la excusa que invente… -Ok...—dijo sin convencerse del todo, dio otro sorbo a su taza y arrugó la nariz con desagrado— esto sabe bastante mal… que puedo decir… —añadió dejando la taza sobre la bandeja. -Lo natural y sano nunca ha sabido bien… ¿tendrás miel? —pregunto Kurt revolviendo su taza como si en el fondo se encontrará el sabor más agradable -¿En los labios dices tu?... —respondió su novio poniendo caras sexys. -No… —agrego Kurt mirándolo raro— y no se muy bien qué significa esa cara Blaine Anderson —dijo señalándolo— mejor voy a ver… —termino por decir bajándose de la cama. -Pero la película ya va a empezar… -Pues ponle pausa… es un DVD, esta diseñado para eso… —dijo poniéndose las zapatillas de levantarse de su novio, Blaine se estiró en su cama para alcanzar el control remoto del aparato y acto seguido emitió un quejido como ahogado. -¿Qué fue eso?... —quiso saber Kurt devolviéndose en su pasos. -Nada… nada, no te preocupes… —se apresuró en responder Blaine sentándose en la cama. -¿Como que nada?, acabas de quejarte como si alguien te hubiera apuñalado… —aseguro con las manos en la cadera -¿Has estado cerca de alguien que ha sido apuñalado?... -¿Que? -Estoy bien Kurt, aunque siento que me volvió un poco el malestar… —explicó tocándose la panza. -Creo que necesitas ir a urgencia Blaine Anderson… -Claro que no… no exageres… tal vez si me haces lo mismo que hiciste antes… puede que el malestar se me pase… —respondió poniendo cara de perrito con frío, Kurt lo miró con los ojos entrecerrados como si dudara de que existía tal malestar y que Blaine solo lo hacia para que él lo tocara. -Mejor voy a buscar la libreta telefónica de tu Mamá, si no quieres ir a urgencias, tal vez tu doctor de cabecera este de guardia o algo… ¿tienes doctor de cabecera?, ¿verdad?, los adinerados siempre lo tienen… -¿De donde sacaste eso? -Del cine… -Interesante, pero te recuerdo que los adinerados son mis padres no yo… -Como sea… vuelvo enseguida —dijo dando un par de pasos hacia la salida. -¿Bajaras solo? -Claro que sí, ¿por qué? -No lo se… —dijo Blaine acomodando su cabeza en las almohadas— tal vez porque es Halloween y cosas raras pasan en la casa de los Anderson… -Sí claro… —contestó Kurt haciendo ademan de abrir la puerta. -De verdad… una vez yo estaba en mi habitación y Cooper entró corriendo y jurando que había visto algo o alguien en la sala… -Querría asustarte sin duda… -El también estaba bien asustado sin saber que provocaba aquellos ruidos... -Seguro y eran tus padres… -Mis padres no estaban… —sentencio Blaine como si leyera el renglón final de un cuento de terror, Kurt trago un poco de saliva y miró hacia atrás por sobre su hombro. -Solo quieres asustarme para que no insista en lo del doctor… -Bueno… cree lo que quieras… yo en días como estos prefiero quedarme aquí, es más, siempre me aseguro de traer todo lo que necesitare durante la noche para no tener que bajar ni merodear por una casa oscura y solitaria. -¡Blaine!... —exclamo Kurt dando un zapatazo en el piso alfombrado, luego se cruzó de brazos y se le quedo viendo con cara de niño malcriado. -¿Que? -¿Ves lo que hiciste?, ahora estoy asustado y… y... creo que escuche algo... —dijo cambiando su expresión de malestar por una de pánico. -Por dios… yo también… —dijo Blaine poniendo oído hacia la sala. -¡Con un demonio!… —exclamó Kurt subiéndose a la cama de su novio de un salto, se acercó bien a él y buscó refugio en su pecho, Blaine lo abrazó de inmediato y sonrió travieso al ver que lo que había planeado le resultaba a la perfección y ponía fin a su primera noche de Halloween junto a Kurt de la mejor de las maneras, con su novio bien acomodado entre sus brazos. Octubre de 2018 -¿Aún no estás listo?... —pregunto Kurt llegando a la sala. -¿Listo?... —repitió Blaine mientras cambiaba canales en la televisión. -Si, listo… se supone… que debemos estar en la mejor tienda de New York en… cinco minutos…—dijo Kurt enseñando la hora en su teléfono móvil, su esposo lo miró de medio lado como si no supiera nada, ni para que debía estar listo, ni menos cual era la mejor tienda de New York— ¡vamos a comprar lo que necesitamos para nuestra fiesta!, es la primera fiesta de Halloween que tendremos como casados, la primera en New York, la primera como padres y la primera viviendo cerca de todo… vamos… —agregó dando unos aplausos, se acomodo el cuello del abrigo y caminó hacia la puerta. -¿Pudo corregir un par de cosas antes?... —dijo Blaine levantándose de mala gana. -¿Corregir?... —repitió Kurt dándose media vuelta como en cámara lenta con ceja arqueada y todo. -Si… corregir… —insistió su esposo apagando el televisor. -¿Y eso sería?... -Sería que… primero, no es nuestro primer Halloween en New York, segundo, tampoco es el primero como casados y tercero… -¿Tercero? -Creo que no hay un tercero… —dijo Blaine sonriendo— pero los dos primeros si son muy ciertos— añadió tomando su ropa de abrigo, Kurt se le quedo viendo un instante y luego desvió la mirada como para pensar en lo que su esposo le había dicho. -Por dios… es verdad… —dijo cayendo en la cuenta— ¿como pude olvidar que eso era así? -¿Será porque estás «ad portas» de estrenar una obra en Broadway?... —sugirió Blaine acercándose. -Tal vez… ¡en fin!… —exclamó como reaccionando— pero si es nuestro primerísimo Halloween como padres… eso no lo puedes rebatir... -¿Como podría?… —dijo Blaine aproximándose mas— oye… ¿que tal si nos olvidamos de la fiesta y seguimos con los episodios de «The Hill house»?, podría hacer palomitas… —añadió como cantando. -¿Por qué crees que me gusta ese show? -¿No te gusta?... yo lo encuentro interesante...—insistió tomándolo por las caderas. -Lo único interesante a saber, es como esos padres pudieron darle educación universitaria a cinco hijos y la cuenta de esas colegiaturas es lo único que causa terror… ahora vamos… —dijo apartándose. -Bien… ¿hasta que hora se quedara la Señora Esposito con Henry? -Hasta la seis, razón demás para ir de compras de inmediato… termina de arreglarte por favor. -Ya estoy listo… oye… ¿cuando veremos aquello de contratar a alguien para que nuestro hijo no ande de casa en casa como un nómada?, un pequeño e inocente nómada… -No lo se… y se por cierto que debemos solucionar eso… pero… no se… me gustaria estar seguro de que la obra será un éxito… no un éxito arrollador, pero si al menos uno que nos de para pagar algo extra, como es el servicio de una niñera exclusiva. -Será un éxito, ya lo veras… y tendrás el reconocimiento que mereces… —sentencio Blaine mientras chequeaba su peinado en el espejo de la mesita del recibidor. -Eso espero… y ahora vamos por favor… tenemos que comprar mucho alcohol para que la gente termine olvidando el tema de los disfraces y de la fiesta…. -¿Que?...¿por qué dices eso?... —quiso saber Blaine tomando sus llaves. -Escogiste como tema los cómics Blaine, alguien puede llegar disfrazado de no se que y nadie sabrá si esta cumpliendo las reglas de la fiesta…. -Solo lo dices porque perdiste en este sorteo de los disfraces… -Yo no perdí… solo no salio mi nombre que es diferente… —dijo abriendo la puerta— por lo demás, yo creo que hiciste alguna trampa… ¿como es posible que escogiera precisamente el papel con tu nombre?, habíamos agregado hasta el de Henry este año por todos los demonios… -Bueno… —dijo Blaine mientras cerraba la puerta y ponía llave a la cerradura— soy un hombre con suerte qué más puedo decir… -¿Así lo cree Señor Anderson-Hummel?... -¡Obvio que si!… te tengo a ti a mi lado, que mas suertudo podría ser… —acabó por decir encogiéndose de hombros como dijera lo obvio, Kurt sonrió sintiendo que se ponía colorado. Octubre de 2035 -Cuenta de nuevo lo de Alaska Princesa… —dijo Blaine riendo de antemano de la historia que su hija ya le había contado. -¿Que paso con Alaska?... —preguntó Henry al tiempo que comenzaba a comer del desayuno que Kurt preparaba para todos. -¿Te interesa mi amiga hermanito?... —pregunto la chica dándole unos piquetes en el costado. -Cuidado con tu taza cariño —advirtió Kurt poniendo más tocino en todos los platos. -Obvio que tengo cuidado…¡hola!... —respondió Lizzie tomándola con las dos manos, dio un sorbo bien largo para luego comenzar a contar lo que Blaine le había pedido— verán… —dijo comiendo dos trozos de tocino a la vez— Alaska… —añadió mirando a su hermano con ojos enamorados cuando mencionaba el nombre de su amiga, Henry negó con la cabeza y prefirió poner más atención a Noah y su empeño en coger pequeños trozos de fruta para llevarlos a su boca— se había comprado un disfraz de diabla bien sexy… tenía un escote hasta como por aquí —explico tocándose el ombligo— una cola, cachos y todo lo necesario, el asunto es que ayer cuando me invitó a cenar, se lo probó para que yo la viera… estaba en eso cuando entro su mamá y se puso como loca demente diciendo que no podía usar algo así, que parecía trabajadora nocturna y no se que… ¡hola! -¿Y eso es divertido…? ¿por qué?... —pregunto Kurt sentándose con todos, movio la silla hasta dejarla bien cerca de la que usaba su esposo y se acomodó más en el pecho de él que en el respaldo del mueble. -Aun no termino… ¡hola!... -Perdón… —dijo su Papá divertido. -En fin, el asunto es que... -¡Oigan!… ¡miren a Noah!… —interrumpió Henry señalando a su hermano que había conseguido tomar con sus dos pequeñas manos un trozo de fruta y se lo había metido en la boca, Blaine y Kurt rieron asombrados y Noah acabó por reír también sintiéndose la estrella de su familia -¡Henry!… ¡eres super extra maleducado!, yo estaba en medio de una historia… ¡hola! -Lo siento «Rizzie» pero creo que este logro de nuestro hermanito es mejor que cualquier historia de tu amiga Alaska… ¿cierto hermanito?… —dijo el chico haciendole un par de caras que hicieron al bebé reír con ganas, Lizzie blanqueo los ojos y se comió tres tiras de tocino seguidas para demostrar su disgusto— ¿no lo había hecho antes?... ¿o si? —preguntó Henry mirando a sus Papás de manera alternada. -No cariño… y deben saber que el más pequeño de la familia esta teniendo muchos progresos últimamente… ¿verdad Blaine? —dijo Kurt mirando a su esposo de medio lado. -Muy verdad… -¿A que se refieren padres?... —preguntó Lizzie con la boca llena. -Termina de tragar eso cariño… —pidió Kurt poniendo cara de asco, su hija se puso a masticar de manera más que veloz causando la risa en todos. -Lo que pasa hijos, es que Noah, dio ayer sus primeros pasitos… —contó Blaine sonriendo lleno de orgullo. -¡¿QUE?!... —exclamó Lizzie dejando escapar un poco de tocino sin digerir. -¿Es verdad eso «Papáblen»? —agrego Henry muriendo de ternura por su hermano menor. -Muy verdad… ayer estábamos en la sala y de pronto se puso de pie y camino… -Fue increíble… camino entre los muebles, luego hasta mi… increíble… —repitió Kurt bebiendo café. -Que maravilla… ¿asi fui yo también? —preguntó Henry haciéndole cariños a Noah. -Algo así, aunque a ti te vio primero Julianna, luego Blaine y después yo… -¿Y yo?... ¿no aprendí a caminar acaso? -Claro que lo hiciste cariño, un día de febrero, interrumpiendo el San Valentin de tu «Papáblen» y mio… -¡Ay Papá!... ¿como que interrumpiendo? -Disculpa cariño…no quise decir interrumpiendo, arruinando más bien… -¡Papá! —exclamó Lizzie alzando los brazos. -Estoy bromeando cariño —dijo Kurt levantándose— sabes que te amamos más que a nada —agregó acercándose a ella para darle un beso en la mejilla y un cariño en el cabello, Lizzie sonrió haciendo poses engreídas. -Ups, es Liang… ya llego… —dijo Henry mirando su teléfono, comió un poco más de lo que le quedaba de su desayuno y se levantó recogiendo todo para dejarlo en el fregadero— tengo una idea Papá...—añadió mientras revisaba su mochila— ¿qué tal si salimos a cenar para celebrar el logro del Noah? -Me parece excelente cariño… ¿Blaine? -No tengo problema… -¿«Rizzie»? -Yo no tengo ningún plan tampoco… -Genial —dijo colgándose la mochila a la espalda— así hacemos también el sorteo de los disfraces… ¿no creen? -No podría pensar en un mejor momento cariño… -Ni yo… —añadió Blaine comenzando a levantar la mesa. -Genial… —repitió Henry despidiéndose de todos, Lizzie hizo un par de caras burlándose del protagonismo de su hermano, Noah la imito moviendo sus manos llenas de banana.
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Capítulo quinto: El brazalete de las tres piedritas.
Creo que sería bueno irnos conociendo más, aunque sea de manera virtual (es lo de hoy); pues bien, uso un nombre ficticio en Tinder, hago teatro, últimamente me encanta escribir, amo bailar, amo el chocolate, el vino y la comida rica en general, estoy intentando ser vegetariana, mi estación favorita es la primavera, prefiero mil veces el calor al frío, mi color favorito es el rosa y tengo dos hermanas bien chidas, soy la hija de en medio, mis padres están separados, mi mamá es bien chida y mi papá no tanto, tengo un gathijo al que adoro y soy tauro, un signo de tierra.
He conocido muchos vatos que se sacan de onda cuando les preguntas por su signo, o que te miran con condescendencia al preguntar: ¿Crees en esas cosas?, como si fuera estúpido, o infantil o sin sentido. Hay tantas cosas estúpidas y sin sentido en las que creemos que sí, why not? ¿por qué no creer en el maldito horóscopo si tú sigues creyendo en la propiedad privada o en el punto G? Además, estoy convencida que esos weyes son los mismos vatos mecos que no saben dónde chingados está el clítoris. Así que sí, creo en los signos, no por completo, ni como una religión, pero claro que la alineación de los astros tendrá algo que ver con nuestros comportamientos o tal vez no… No lo sabemos, el caso es que yo sí me identifico como tauro, de hecho, soy tauro con ascendente en tauro, o sea, soy súper tauro. Creo que por ello a veces espero demasiado de los demás, formo vínculos demasiado pronto, me derrite el apapacho propio y el de otros, amo la comida y soy testaruda como el demonio, peeero eso que dicen de que amamos estar en nuestras casas metidas entre las cobijas no coincide nada con mi personalidad. Mi mamá dice que parece que me pica la cola y creo que es verdad, bueno, no en sentido literal, pero ustedes entienden.
Paso mucho tiempo fuera de casa y, aunque me gusta tener las cosas bajo control, como la mayoría de las tauro; me entusiasma mucho cuando salen planes improvisados. Si el plan es suficientemente atractivo, como un paseo nocturno en carro, una salida a bailar, una cena en algún lugar bonito o una expedición para romper cosas en la ciudad, casi nunca digo que no.
Así, que una buena noche de diciembre salí a bailar al centro con Guillaume, un belga altote bastante buena onda, su nombre se pronuncia: Guigoum, con un acentito francés, haciendo trompa en la última sílaba y alargando la m: Guiggoumm. Guillaume es el tipo más hippie que he conocido en Tinder, recuerdo que esa noche llevaba bermudas, botas de campista y un suéter de alpaca que olía como a ropero (el olor de ropero no me desagrada en absoluto).
Primero, caminamos un rato por el zócalo para conocernos, me contó que en Bélgica, estudió muchas cosas, pasó de mercadotecnia a comunicación y luego turismo, pero que nada le gustó, que se llegó a sentir estúpido y fracasado pero que encontró en viajar su modo de vida, que había estado en más de treinta países… Para mí eso es genial, dentro de 5 o 6 años a mi me encantaría emprender la vida de trotamundos. Él tenía un acento gracioso y ambos fuimos practicando tanto el inglés como el español, no perdí la oportunidad para enseñarle palabras como chido, vergas, chula, titipuchal y recóndito. Luego, fuimos a bailar a un lugar de reggae y él dijo que se sentía muy suertudo de haberme encontrado porque la mayoría de personas en tinder era medio estúpida, yo no pude llevarle la contra, también me sentía afortunada; Guillaume era de los que bailan con libertad y sonríen bonito, además, ambos nos divertimos mucho. En el escenario, donde estaba el DJ, había un hombre pequeño con traje y lentes oscuros como de sorfista, bailando increíblemente bien, a mí me dieron ganas de subir al escenario para bailar con él y fue estúpidamente divertido.
Cuando la fiesta terminó me preguntó si tenía algo que hacer al día siguiente o si quería quedarme con él, yo lo dude; el día siguiente era lunes y yo entraba a trabajar a las nueve de la mañana, pero al final no me importó y me fuí con él.
La verdad es que fue una noche bastante incómoda, no por él, sino por el hostal donde nos quedamos, Guillaume no le da mucha importancia a los lugares donde duerme, tenía una aplicación extraña que le decía los alojamientos más cercanos, no conocía la ciudad y yo no puse mucha atención a la dirección, nos fuimos en taxi y cuando llegamos tuve miedo, no sé qué calle de la colonia Hidalgo era pero se veía (¿cuál será el adjetivo?) cucarachoso (?), y yo ODIO las cucarachas de una manera incontenible y esquizofrénica. Pensé en largarme a casa, pero a esa hora ya no había transporte y estaba por lo menos a una hora de casa, rogué que el cuarto no estuviera tan mal, pero lo estuvo. Afortunadamente no había bichos (me aseguré de ello), pero, en vez de una camita confortable, había una litera dura que rechinaba toda, el cuarto era demasiado pequeño y había un hoyo en la pared… Me dieron ganas de llorar; Guillaume me pidió disculpas una y otra vez, me compró algunos dulces y me dejó la cama menos peor.
Dormí esperando que la noche pasara muy rápido, me levanté en cuanto dieron las siete de la mañana, mi cuello y hombros estaban contracturados, me lavé la cara y los dientes, Guillaume se ofreció a invitar el desayuno pero ya era tarde, así que sólo pedimos sándwiches y jugo de naranja para llevar, él intentaba hacerme reír pero yo estaba de malas. Luego de un rato comprendí que no era por completo su culpa, realmente estaba arrepentido, así que respiré, el jugo y el sándwich hicieron lo suyo y pude sentirme mejor. Nos despedimos con un beso en la entrada del metro Hidalgo.
De camino al trabajo me reí de mí misma, ¿por qué me atreví a ir con un casi-desconocido europeo? ¿cómo es que me meto en estos pedos? ¿por qué ahora me estaba riendo? La verdad es que, en general, la había pasado bien, el hostal estuvo horrible, pero Guillaume era un buen tipo, es decir, nada fuera de lo que debería ser normal: me trató bien, se preocupó por que yo estuviera lo más cómoda posible y, además, era realmente simpático y atractivo.
En fin, ese día pensé que sería el último en ver a Guillaume pero luego de dos días me mandó mensaje para invitarme a pasar la noche con él, lo dude, pero él escribió:
- Quiero pasar una noche bien contigo, no sé dónde buscar, así que te propongo que me ayudes a encontrar un hostal bonito, en donde tu quieras, además, te tengo un obsequio.
No supe bien qué hacer, y le pregunté:
- ¿Estás seguro? ¿En donde yo quiera?
- Sí. Bueno, que no pase de mil pesos por noche, casi nunca gasto en estas cosas pero tengo algo ahorrado y quiero hacerlo, así que tú elige, sólo mándame mensaje cuando lo encuentres y nos vemos allá.
Busqué en Coyoacán porque es bonito y quedaba cerca de mi trabajo, encontré un hostal muy lindo en el mero centro, tuvimos un piso entero sólo para nosotros, con una cama que nada tenía que ver con la anterior; esta era enorme, esponjada, con colchas y sábanas suaves que olían a mi mejor recuerdo, era una cama simplemente espléndida y la cocina estaba equipada con todo, hasta cereal, fruta y pancito, el hostal era completamente otro pedo. Ambos estábamos más que satisfechos, dejamos nuestras cosas y salimos a caminar a la plaza.
Me contó que vivía de hacer trabajos esporádicos y de vender sus artesanías, a donde fuera, conseguía alambre y piedritas para hacer collares, aretes, anillos…
Guillaume: Te quiero regalar una joya, ¿qué quieres que te haga?
Victoria: Un brazalete.
Guillaume: Sí, elige tus piedritas.
Guillaume cargaba con un saquito lleno de piedritas de distintos colores y materiales, de entre ellas, elegí una púrpura, una azul y una rosa, mis tres colores favoritos, y los acomode pensando en mí y en mis dos hermanas. Quedó un brazalete precioso que aún conservo.
Luego fuimos al mercado y le conté que había un señor que podía hacer cualquier figura en hot cakes.
Guillaume: ¿Cualquiera? ¿Incluso un animal híbrido?
Victoria: ¿Cómo un animal híbrido?
Guillaume: Sí, ¿algo como un monkey-squirrel?.
Yo me reí.
Guillaume: Es que es mi animal espiritual, si yo fuera un animal, sería un monkey-squirrel ¿cómo se diría en español?
Victoria: Mono-ardilla.
Guillaume: ¿Crees que pueda hacer un mono-ardilla?
Victoria: No lo sé. Habrá que preguntar.
Y sí, el señor de los hot-cakes de Coyoacán nos hizo un monkey-squirrel (me gusta más cómo suena en inglés jeje), el quiso conservarlo un rato pero luego recapacitó y nos lo comimos.
De vuelta a “nuestra casita”, nos quitamos los zapatos, nos hicimos masaje mutuo y el ofreció quedarnos dos noches, a lo que yo accedí encantada. Cenamos, vimos una peli extraña y luego hicimos el amor. No sé si esto sea demasiado raro, pero yo podría decir que sentí mucho cariño por ese wey, porque no hubo que esforzarse para pasarla chido, él no fingió nada ni yo, y por dos días, nos quisimos mucho.
Cuando le daba los últimos detalles al brazalete, yo lo miraba, acostada sobre nuestro sillón, él me pedía cada cierto rato mi brazo para medirlo, yo sólo lo estiraba y trataba de grabarme sus gestos, pienso que ese brazalete de lo mejor que me ha dejado Tinder.
El último día juntos yo tenía ensayo general muy temprano, él me preparó el desayuno y un lunch ¡Me hizo un lunch! Dijo: “Hoy es un día importante y los vas a necesitar” No sé ustedes, pero eso me hizo querer atacarlo a besos. Nos despedimos alegres, yo me puse un poco melancólica en el taxi, supe que si alguna vez llego a tener algo realmente intenso con alguien, justo así me gustaría que fuera, con la sensación de que todo está bien, de que hay alguien que disfruta de prepararte el desayuno y que no espera nada a cambio porque la pasa bien contigo y pensar en tí también le hace sentir que todo está bien.
Oootra vez me puse cursi amigas jaja, pero no hay pedo así es esto. Espero que, donde sea que ande Guilaume, siga sonriendo y brincando como mokey-squirrel.
Las quiero, gracias por leerme, me ha encantado contarles la historia del brazalete, espero les haya gustado.
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Vórtice - EcuPer Fanfic
Bueno, si me conocen saben que amo amo AMO el EcuPer. So, entre cosas y cosas se organizó una chévere actividad en el grupo EcuPer de Facebook.
Este es un prompt de Dan~ and I loved doing it♥
So funny thing? en Ecuador la cosmovision de los indígenas del norte creen en la reencarnación. y que la historia es un espiral. Esta temática me fascina.
Also, hace tiempo que no escribo algo que no sea académico, periodístico o político, así paciencia conmigo por favor. *hace ojitos*
Resumen: Y aun así, los susurros de la ecovía son película de niños en comparación con los sueños que tiene a diario. Cada noche es un mundo diferente, como si estuviera recordando incontables vidas que en algún momento olvidó. Todas las noches es perseguido por el fantasma de memorias y cada sueño es único, pero hay constantes en todos.
El chico de los ojos dorados esta siempre ahí, conectado a Francisco por un hilo de sentimientos tan fuertes que estremecen cada espacio de su ser.
Todo lo que ve es tan realista que a veces cuestiona qué es real y qué es un sueño.
Pero por sobre todo, cada noche, cada mundo, cada sueño termina en la misma conclusión.
Él y Francisco siempre mueren
Son las diez de la mañana y Francisco no puede pensar en nada más que el frío. Es una de esas mañanas quiteñas en las que el soroche parece abrazar tus huesos fuertemente y hacerte desear tu cama con una pasión que pondría celoso a cualquier amante. Podría estar durmiendo, pero Francisco tiene responsabilidades y, en este momento, eso lo lleva a que esté esperando la Ecovía para ir a clases.
-“La universidad es el castigo divino para la tierra”, suspira el ecuatoriano
Los murmullos de “chachay” se escuchan a su alrededor mientras mira de lado a lado.
-“Cuando uno quiere que venga el maldito vehículo nada que aparece” reprocha. Ah, pero si no lo necesitara, ahí estaría.
En eso llega una unidad de la dirección contraria. Estúpidos suertudos, piensa Francisco. El tumulto de personas es tal que empiezan a empujarse para poder salir, algo típico en Quito. Pero ecuatoriano que se respeta sabe que tiene que evitar la masa de gente si quiere tener esperanzas de mantenerse en la seudo fila de espera.
Claro, es cuando uno piensa moverse que el cuerpo no quiere cooperar y Francisco se da cuenta de ello cuando es empujado por alguien que, en su desesperación, no se dio cuenta que la estación está llena de personas. Francisco voltea con toda la intención de dar a conocer su enojo, sea con una mirada furtiva o con un argumento preparado (Longo de mier…), cuando su mundo para. La gente desaparece, el niño llorando es silenciado inmediatamente. Carajo, si hasta el mocoso escuchando reggaetón en su celular pasa a ser sonido blanco al verle a ÉL.
Cabello negro, oscuro como el cielo en luna nueva pero lo suficientemente brillante para reflejar las luces, como un ópalo negro.
Ojos miel, tan claros y brillantes que parecen dorados, lo cual obviamente es imposible excepto que aparentemente lo es, lo tiene frente a él.
No es muy alto, pero tiene la presencia de alguien con más estatura, algo impresionante e injusto considerando que Francisco, en todos sus 1.70 metros, se mueve con la elegancia y porte de un pato recién nacido (por lo menos de acuerdo a su opinión y la de su querido mejor amigo).
Por sobre todo, esta persona ignora por completo a lo que le rodea, viendo fijamente a un texto en un papel. Se mantiene en el vagón de la ecovía y su presencia es tal que parece estar rodeado por una burbuja impenetrable. Francisco se reprocha mentalmente por ser un imbécil y fijarse tanto en un extraño mientras ruega a todas las deidades y santos que no haya dicho en voz alta cualquiera de las tonterías que estaba pensando.
En eso se da cuenta que el carro que esperaba arribó a la vez que el otro vehículo, el del extraño de los ojos de oro, anuncia el cierre de las puertas. Se vira para ingresar al vagón y la poca cordura que había mantenido se desploma nuevamente.
Creí que te habías olvidado
Levanta su cabeza de golpe y mira a su alrededor. Ya está dentro de la ecovía y todos están encerrados en su propio mundo. El carro, afortunadamente, no está muy lleno y nadie le está prestando atención.
¿De dónde vino esa voz? Y más que nada, ¿por qué demonios siente tanta nostalgia? Su corazón palpita fuertemente y un sentimiento de desconcierto le acompaña todo el día.
Esa noche fue el inicio de varios eventos extraños
-Es oscuro y por alguna razón teme que la luz le atrape. Teme que su tesoro, aquella persona en sus brazos, le sea arrebatado cruelmente. El cansancio es tan pesado que parece hundirle en cada respiro. Sus parpados sienten que van a caer en cualquier momento y en su desesperación se muerde la mano para mantenerse despierto. No puede dormir, no puede cerrar sus ojos. Ante todo no puede dejar de ver la puerta. En una parte de su mente sabe que tal vez está siendo un poco egoísta. Sabe que sacar a su amado del área de cuarentena puede causar una pandemia en la ciudad. Pero, al mismo tiempo, no podía dejarlo ahí, encerrado, sabiendo que en cualquier momento su vida iba a terminar. Fue imprudente e irresponsable pero no se arrepiente de ello.
Se escuchan pasos en el pasillo y sabe que todos sus esfuerzos son en vano. Siente en su vientre una herida, ¿está sangrando? Y en ese momento sabe que él y su amado van a morir. Ojos dorados se abren lentamente, le miran con ternura, ni siquiera una pizca de reproche presente y Francisco siente nauseas (¿Por qué no le odian? Si a la larga todo es culpa de él, de su idiotez y falta de prevención. Si sólo….).
Su último pensamiento se centra en la vida que no podrá tener junto a su amado.
El golpe del machete en su nuca es una bendición en comparación al infierno que sería vivir sin ÉL
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……
…
Al levantarse Francisco tiene uno de sus peores ataques de ansiedad hasta la época.
Pasan dos semanas y Francisco siente que debió haber hecho algo terrible por lo que está pagando.
- Solamente el karma podría ser así de despiadado, piensa mórbidamente
Se siente como la muerte en vida y cada paso es más pesado que el anterior pero su mente vuela reviviendo cada detalle de los sueños que ha tenido después del encuentro con el extraño de cabello negro y los que le siguieron. Dos veces a la semana debe ir a la universidad a las once, lo que quiere decir que en esas ocasiones pasa por la parada de la ecovía a la misma hora que en el primer encuentro. No siempre lo ve pero las veces que se lo encuentra siente una fuerza que lo atrae hacia él. Es ilógico, estúpido e impulsivo, pero cada vez tiene que convencerse a sí mismo de no subirse al vehículo contrario.
Aún más extraño, cada vez que el carro cierra sus puertas, jura que puede escuchar una voz.
- ¡Osas burlarte del rojo!, ¡es mi color y lo sabes!!!!
- ¿Versión ecuatoriana de mi ceviche? Curuju que buscas formas de ofenderme
-¿No amas el atardecer? Es majestuoso y me recuerda a nosotros.
Cada día es una frase diferente y por alguna razón (lo más probable es que sea su fallido cerebro, piensa) jura que esa voz pertenece al extraño. Lo cual es ilógico ya que nunca ha conversado con él. Pero pese a que desafía todo sentido de razón al mismo tiempo siente, por tan mushpa que suene, que con cada frase conoce más al chico de ojos dorados.
Y aun así, los susurros de la ecovía son película de niños en comparación con los sueños que tiene a diario. Cada noche es un mundo diferente, como si estuviera recordando incontables vidas que en algún momento olvidó. Todas las noches es perseguido por el fantasma de memorias y cada sueño es único, pero hay constantes en todos.
El chico de los ojos dorados esta siempre ahí, conectado a Francisco por un hilo de sentimientos tan fuertes que estremecen cada espacio de su ser.
Todo lo que ve es tan realista que a veces cuestiona qué es real y qué es un sueño.
Pero por sobre todo, cada noche, cada mundo, cada sueño termina en la misma conclusión.
Él y Francisco siempre mueren
Sin importar el mundo o vida que lleve, la muerte de los dos es algo constante y fijo.
Están en la batalla del Pichincha luchando contra españoles (Y ambos mueren más tarde debido a heridas causadas defendiéndose mutuamente. Los gritos de victoria van desapareciendo a la vez que sus manos se aferran fuertemente hasta el último respiro)
Son líderes de clanes contrarios en la selva que se enamoran sin que el resto de pobladores sepa ya que deben pensar en su gente y el tratado de paz que están firmando (y son envenenados porque un jíbaro lo considera traición).
Francisco es la princesa de los Quitus, su mano prometida al príncipe de los Incas. Su corazón atado a aquel hombre mientras se aferra a su lealtad con su gente. Sabe del ataque que su propio gobierno planea y cada pensamiento es una tormenta de indecisión. Al final se encierra en sus sentimientos y decide que prefiere morir antes de ver a su esposo fallecer por las manos de sus súbditos. Su último respiro es en las manos de su amado quien, pese a los esfuerzos de Francisco, es víctima de un asesino.
Cada mañana se despierta desolado, muchas veces en llanto. Hay días en los que lo único que le puede consolar es estar con sus numerosas mascotas.
Y aun así no puede evitar pensar constantemente en aquel extraño a quien quiere conocer más que nada y con quien siente una conexión que supera el simple flujo del tiempo.
Lo único que le detiene es la posibilidad de que todo sea una mentira. Por alguna razón siente que necesita llegar al fondo del asunto, cavar profundamente para poder cubrir un hoyo que no sabía hasta este momento que estaba presente.
El tiempo pasa, los encuentros siguen. Los mundos, las muertes, se multiplican y Francisco siente que todos sus muros mentales desaparecen poco a poco. Cada día está más cansado, cada momento se siente más desesperado. Lo peor, aún peor que el sabor agridulce que dejan los sueños, es el miedo constante de que se está volviendo loco, el entrañable dolor que le genera ese pensamiento. Como si su propia alma rechaza la idea.
Eso lo ha llevado a investigar, a leer. A ver todo lo que pueda encontrar sobre reencarnación. Es en uno de sus viajes a la biblioteca de la FLACSO que encuentra un texto sobre cosmovisión indígena que relata con vívido detalle lo que está viviendo.
El tiempo es un vórtice en el que la historia gira constantemente, donde cambian ciertas cosas pero la esencia de lo que debe ser siempre encontrará su camino de regreso. Las palabras quedan quemadas en su cerebro. Dan vueltas constantes.
Y su mente, su corazón, su alma, siente cada duda, cada aseveración, cada palabra de forma tan íntima que no puede evitar seguir dudando. Aún más, cada vez que ve al extraño siente una atracción más fuerte de acercarse, hablarle, de intentar convertir en realidad la base de sus ideas. Porque pese a que todos sus sueños terminan en la muerte de los dos, es la felicidad pura de estar con él lo único que le da convicción de levantarse. Es el arrepentimiento y el anhelo de lo que pudo ser lo que destroza las esperanzas que guarda.
No es hasta un sueño especialmente vívido, una época reciente, que toma una decisión impulsiva.
La guerra fue el escenario de esa noche; es la guerra del 41 la que experimenta de forma vívida cada vez que cierra sus ojos. El olor a muerte, el sonido de los disparos acompañados a los llantos de dolor de soldados, cual sinfonía mórbida de desolación y destrucción. Y cada paso, cada movimiento, resuena en su mente.
Tú culpa.
Tú lo dejaste morir.
Tú disparaste.
Cada palabra, acompañada de imágenes, hace que se pierda cada vez más del ahora, de la realidad que debería ver hasta que llega a la parada de la ecovía, con el corazón en la garganta y los ojos quemándole con el esfuerzo de mantener las lágrimas en su lugar. Porque puede ser lo que sea pero todavía debe mantener un semblante de control, aun cuando internamente cada hilo de la soga que es su consciente se rompe.
Y su cabeza es una cacofonía deprecante que le llama a tomar acción. Porque en medio de pesadillas y deseos, sueños y desesperación, su cuerpo se ha convertido en un muñeco que realiza sus acciones a diario sin saber por qué, un títere que se mueve al ritmo de la rutina, prácticamente muerto en vida. Porque le golpea la fuerte idea que si sigue moviéndose siguiendo la corriente va a llegar un punto en el que no podrá reconocer quien fue, quien pudo ser. Porque sobre todo reconoce que arrepentirse por el pasado puede llegar a destrozar lo poco de él que queda.
Hazlo, dice su mente torturada por cientos de memorias
Hazlo, dice su corazón sediento de deseos y esperanzas
Hazlo
Hazlo
Las puertas de la ecovía contraria se abren y con ello toma su decisión.
Así que con toda la convicción y fuerza que le queda, corazón en la garganta y remordimiento en el corazón, muerde su mejilla lo más fuerte que puede, hasta probar el metálico sabor de la sangre, y da el primer paso de lo que puede ser un camino de destrucción o de redención. Es así que Francisco decide luchar, al carajo el pasado, el destino, sus inseguridades y responsabilidades. Al carajo su record perfecto de asistencia y la buena opinión de los profesores ante él. Y a medida que lucha con la corriente de personas para ingresar en la otra ecovía su mente decide recordarle cada pesadilla vivida. Cada memoria que su alma ha guardado por el trascurso del tiempo.
Un pie delante del otro, respiración errática cual latido de su corazón. Y cuando levanta su mirada de sus pies esta frente a él. Sus pulmones se contraen y reúne todo el valor que le queda. Parece que el tiempo nuevamente se detiene, pero la realidad no es tan amable. Y es con un fuerte golpe que se da cuenta que han llegado a la siguiente parada, que el golpe que sintió fue la gente que busca bajarse y que quien tormenta sus deseos ya no está en el carro. Las puertas se están cerrando, no va a alcanzar a salir. Siente el tiempo irse de sus manos cual reloj de arena y aun así trata de acercarse a las puertas cerradas, ignorando las miradas y quejas de los otros pasajeros. Golpea la puerta una, dos veces. A la tercera se congela, las palabras del libro leído le llegan como agua fría.
“Lo que debe ser siempre encontrará su camino de regreso”
Tal vez no debe intentar acercarse a esta persona. Tal vez todas las muertes eran un presagio para ello. Quizá el destino está hablando y diciéndole que hay cosas que no deben ser, esta siendo una de ellas.
Tal vez todo lo que piensa puede ser real pero eso no evita que mire con tristeza a la estación a medida que la Ecovía se aleja. Cree ver los ojos dorados una vez más pero en este punto concluye que debe ser un juego más de su subconsciente.
Francisco decide quedarse en la siguiente parada, regresar caminando a su casa. No está de ánimo para aguantar a otras personas por lo que se cubre con su capucha, el clima al menos le acompaña; el frío cubre sus huesos como una manta, una desolada cobija que combina con la tristeza que cubre su ser. Está encerrado en su mundo, pensando en fechas para agendar la cita con un psiquiatra, cuando es interrumpido por una voz.
“¡Disculpa!”
Y su mundo sale nuevamente del axis que lo sostiene, sus oídos retumban al escuchar la voz. Su ser se llena de una melancolía tan fuerte que le cuesta mantenerse de pie, pero es la esperanza que nace en su interior la que le hace levantar la mirada, ver ojos dorados cual el oro y cabello negro. Son las memorias de cientos de vidas, alegrías y pesares compartidos por igual, lo que le llega a sonreír, en medio de las lágrimas que siente en sus mejillas, y con voz partida responder.
“¿Puedo ayudarte?”
Es entonces que ve lágrimas reflejándose en los ojos del otro, reprimidas a la fuerza pero claras y ahí.
Es entonces que su corazón suspira: él recuerda mientras su alma se estremece: él te buscaba
No estás solo
No eres el único que se siente así
No dejes perder esta oportunidad
No estás loco
Es entonces que ve una sonrisa en el rostro de quien sabe va a ser la persona más importante de su vida y siente, intrínsecamente, como un futuro infinito de posibilidades se expande desde este momento.
Es entonces cuando cinco palabras, reflejadas en ojos dorados y susurradas al viento, cambian su futuro para siempre.
“Creí que te habías olvidado”
#latin hetalia#lh: ecuador#LH: Peru#EcuPer#PerEcu#Fanfic#my fanfic#its been a long time#without writing fics my friend#so patience#reincarnations and andean beliefs#also a bit Angsty
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PASILLO DE ADEREZOS
Nunca vas al súper con tus hijos, detestas lo latosos que se ponen cuando no les compras todo lo que quieren. Pero esta vez no tuviste otra opción más que cargar con los dos demonios.
Anoche me prepare una ensalada y hasta que terminé de ponerle los arándanos me di cuenta de la falta de aderezo. Una labor demasiado larga para ser desperdiciada, así que por primera vez en la vida me comí una ensalada sin aderezo.
Llevo un rato buscando mi aderezo, tanto que me empieza a dar vergüenza estar parada frente al mismo estante. Pero se que debe estar por aquí.
Entras al pasillo con un carrito y un niño a cada lado, yo no le presto atención. Al parecer con los años perdí el súper poder de sentir tu presencia, tu olor.
Finalmente encuentro mi aderezo, estaba en un estante muy por arriba del alcance de mi visión. Pero listo, hoy podre cenar una rica ensalada con un toque de aderezo orgánico sabor fresa, nunca deje de ser picky con la comida.
Debo ir a la caja a pagar, pues no haré el súper hasta la próxima semana, puedo ir por cualquier lado del pasillo, giro a mi derecha y ahí estás tú.
De repente ya no estamos en el supermercado que me queda de camino a casa y volvemos al antro 20 años atrás, te vuelves el centro de toda mi atención y no me importa todo lo que nos rodea. Espero a que me reconozcas y una sonrisa ilumina tu cara por completo, te ves idéntico a pesar de la barba y el peinado diferente, lo llevas mucho más corto de lo que un día me dijiste que te gustaba.
Decimos nuestros saludos, cero incomodidad, nunca existió entre nosotros. Me presentas a tus hijos y me dices que la chiquita se quedó en la casa con su mamá. Uno de ellos es todo pecas, todo sonrisa pícara, todo tú. El otro supongo se parece a su madre y no resisto las ganas de conocer a una pequeña con el color de tus ojos.
Nos ha ido bien a ambos, la vida nos ha tratado bien económicamente, somos suertudos o realmente buenos en lo que hacemos. Hablamos un rato de los amigos de la escuela que aún vemos de vez en cuando.
Te tienes que ir. Tus suegros vendrán de visita y deben preparar la cena. Por más curiosidad que tenga sobre tu vida, eso fue todo.
Nos despedimos y no hay un “hay que vernos” porque los tenemos prohibidos desde hace mucho. Yo te digo “cuídate” y es sincero a cada sílaba. Tu hijo el que se parece a ti, se despide moviendo la mano mientras siguen su camino.
Me quedo en el pasillo contemplando cómo se alejan y me empiezan a invadir pensamientos. Si es que alguno de tus hijos pregunta quién soy ¿Qué contestaras? Si le cuentan a su mamá que se encontraron a una amiga de papá en el súper ¿ella va a saber quien soy en cuanto menciones mi nombre?
Son muchas mis dudas, pasaron los años y tal parece que sigo perdiendo el tiempo contigo. Se que a tus hijos no les dirás que pude haber sido su madre, porque sé que ni si quiera lo pensarás, nunca fuimos así y sigo preguntándome si es porque nunca nos dimos la oportunidad de ser más que dos personas que sólo que quieren el fin de semana a la media noche.
No soy “la que pudo ser la madre de tus hijos” ni la “si hubiera peleado más por ella” y la verdad ni si quiera luché por ninguno de esos papeles, decidí ser la fácil, la que si sí bien y si no también. Pero ser la fácil era tan difícil a veces porque tú si me importabas y a pesar de todo el daño y todos los años te sigo teniendo cariño y te deseo lo mejor de la vida.
Llego a la fila preguntándome si tu hija se parece a la hija que imaginaba cuando estábamos juntos.
Entregó mi tarjeta a la cajera, me pregunta si voy a redondear, contesto que sí.
Camino por el estacionamiento buscando tu coche, como si tuvieras el mismo auto que llevabas a la escuela años atrás y permito la entrada a un último pensamiento en mi mente. En unos cuantos minutos tu saldrás con tu carrito lleno de compras y tus dos hijos para pasar la tarde con los abuelos. Yo, bueno, yo solo llevo un aderezo.
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▐ 「𝐃𝐎𝐍´𝐓 𝐁𝐑𝐄𝐀𝐓𝐇𝐄」 ▐ • ● •
❝ 𝚃𝚑𝚎𝚢 𝚑𝚊𝚟𝚎 𝚌𝚘𝚖𝚎 𝚝𝚘 𝚠𝚒𝚝𝚗𝚎𝚜𝚜 𝚝𝚑𝚎 𝚋𝚎𝚐𝚒𝚗𝚗𝚒𝚗𝚐, 𝚝𝚑𝚎 𝚛𝚎𝚋𝚒𝚛𝚝𝚑 𝚘𝚏 𝚙𝚊𝚛𝚊𝚍𝚒𝚜𝚎, 𝚍𝚎𝚜𝚝𝚛𝚘𝚢𝚎𝚍 𝚋𝚢 𝚝𝚑𝚎 𝚑𝚞𝚖𝚊𝚗 𝚛𝚊𝚌𝚎. ❞ ▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬ ━ [ Oldtown | 05/03/18 | 13:00 hrs ] ━ 「#SHH_DB」
➞ 𝑺𝒕𝒂𝒕𝒖𝒔: Abierto a reacciones. ➞ 𝑷𝒂𝒓𝒕𝒊𝒄𝒊𝒑𝒂𝒏𝒕𝒔. · #SHH_LichtL
En Secret Hollow Hill reinaba el silencio, un silencio distinto para quién sabía escucharlo. El primero era el más obvio; la calma inmensa y resonante constituida por los espacios abiertos, la naturaleza intocable y aún imprescindible que ocupaba cada espacio de la ciudad, diferenciando su mundo al del humano. A éste, se le añadía otro tipo de silencio, pequeño y furtivo, resonante y mayor. Se trataba de aquel constituido por los secretos encerrados en cada una de las paredes de sus habitantes; aquellos sórdidos actos que se cometían una vez cerrada la puerta y se guardaban en lo profundo de las mentes o corazones.
Licht conocía muy bien ambos silencios; los había escuchado en cuánto piso la frontera y participaba muy bien en el segundo. Sin embargo, por aquellos días había surgido uno nuevo; aquel que le pasó inadvertido durante un corto lapso de tiempo.
Este tercer silencio no era fácil de reconocer. Si se pasaba largo rato escuchando, quizá se comenzara a notar en el frío invernal del clima y en la ausencia de cualquier rastro de criaturas salvajes que habían desaparecido de pronto. Se hallaba en aquel sentimiento incómodo que traía el viento, en las huellas extrañas que aparecieron al rededor de Hollow Woods y en la tétrica atmósfera que envolvía la cuidad. Este silencio era profundo y ancho como el final del otoño. Era grande y pesado como una gran roca alisada por la erosión de las aguas del río. Era el mayor de los tres silencios, y envolvía a los otros dos con una capa de sangre, desesperación y miedo. Pues éste estaba compuesto de eso; miedo. Y Licht comenzaba a notarlo.
La demonio estaba apoyada en una de las ruinas de la vieja cuidad, cautivada por la idea de una bocadillo en el estómago. Paseó la mirada por el paisaje vacío y contuvo un enorme suspiro de impaciencia. Su cabello, rojo como el fuego, ondeaba cual bandera al aire, por la brisa pesada de la atmósfera, mientras sus ojos, bicolor y distantes, encerraban cierto sentimiento de incomoda ansiedad. Algo sucedía y no podía entender qué era; las cosas parecían estar fuera de lugar pero no hallaba la fuente de aquel desorden. Sus instintos no dejaban de palpitar, con aquella sensación de ataque que solía envolverla en su estadía en el infierno; estaba a la defensiva y no era un sentimiento que le agradara.
Ella solía ser el cazador, no sentirse la presa.
━ Tengo hambre ━ Soltó fastidiada, mordiéndose el labio inferior hasta hacerlo sangrar. Parecía que todos los animales habían perecido por la nieve ━ Quizá pueda sacarle comida a Morke ...
Sus palabras, sueltas en el aire e interrumpidas por la imagen frente a ella, se alejaron junto a su mirada. Al fondo de lo que parecía ser la antigua avenida principal se veía un rastró carmín que le abrió aún más el apetito. El camino de sangre se alejaba de su vista al doblar la calle en la primer esquina, por donde aumentaba su intensidad. Parecía ser un juego infantil en el que no dudaría en participar; tendría que seguir el rastro.
●●● ━ Sí que no te fue nada bien ━ Murmuró, llevándose ambas palmas a los labios para contener una severa e irresistible carcajada.
Su aventura había encontrado fin cerca del cementerio. Ahí, a pocos metros de dónde nacía la primer lápida, se hallaba el "cadáver", si aún podría llamarse así, de lo que parecía había sido una mujer. ¿Cómo lo sabía? Aunque por completo destrozada y carente de la imagen normal que debía tener; se podía diferenciar la vagina del resto del cuerpo.
A dos metros de lo que ya sólo eran restos de órganos y prendas, quedaron piezas dentales y parte de la mandíbula. Los intestinos, apenas clasificados como tal, yacían a un costado con otros vestigios nauseabundos de excremento y demás líquidos corporales; parecían haber sido licuados a medio proceso, pues la consistencia se antojaba viscosa, masuda y con pedazos semi-sólidos. Corazón, hígado, pulmones; ya nada parecía ser lo que era, más bien un conjunto de todo regado por el paisaje. Incluso, partes del cuero cabelludo vagaban en la ladera buscando el cráneo que había desaparecido.
La escena era de lo más retorcida; causaría el vómito de cualquiera. Mas para ella no figuraba ni de cerca a lo peor que había visto, o más bien, hecho. El cuerpo había sido despellejado y, por los pocos indicios que quedaban, la víctima aún estaba viva cuando lo hicieron. ¿Animales salvajes? ¿Algún lobo hambriento?
━ No, hasta Morket es más limpio para comer ━ Murmuró para sí, armando el rompecabezas en su mente. Aquella sensación que había estando agobiándola, tenía que ver con el acto frente a ella. Y además, el causante de la obra no debía estar lejos.
❝Crack❞
El crujido, parecido al de huesos romperse, llegó por detrás suyo. La piel de Licht se erizó a un nivel escalofriante; aquella presencia distaba a cualquiera que hubiese conocido antes. El olor, penetrante y putrefacto, le llenó los pulmones, y el silencio ... aquella criatura era la dueña del tercer silencio.
━ ¿Pero qué caraj ...? ━ El ente la había tomado por sorpresa. La cabeza pelirroja aún no había terminado de girarse para cuando éste logró ensartarle el primer golpe.
Las garras, tan afiladas como cuchillos, le rasgaron parte de la cadera y arrancaron de su garganta un bramido profundo que le obligó a enseñar los dientes; volviendo a atacar en seguida, ahora dirigiéndose al toráx, sin embargo, Licht logró evadirlas de un preciso y suertudo salto. Todo sucedió en un par de segundos.
Durante un momento, la demonio logró visualizar a su atacante. La criatura parecía un busto gigante andando sobre brazos largos y retorcidos. Poseía dos rostros en la parte inferior del tronco. Sus caras, horriblemente deformadas, compartían un cuerpo parecido al de una masa de carne cruda, aglomerada y viscosa, que andaba desnuda y se tambaleaba sin piernas. No había rastro de anatomía que pudiese indicarle dónde comenzaba el cuello o dónde terminaba el estómago. Simplemente era algo que jamás había visto.
━ Se ve que no te hicieron con amor ━ Bromeó furiosa, cubriendo la herida sangrante de sus caderas con la palma de la mano, y esquivando el siguiente ataque de la criatura.
El monstruo parecía carecer de inteligencia, mas sus movimientos eran lo suficientemente rápidos como para provocar un zumbido cada vez que tiraba a matar; acercándose peligrosamente con cada intento. Ciertamente, enfurecía cada vez más cuando la pelirroja hacia ruido al caer sobre sus pies, luego de esquivar sus movimiento; y esto no pasó desapercibido para ella.
━ No voy a seguirte el juego ━ Gruñó con fuerza, manteniendo el ego herido por haber permitido que aquel ser repugnante lograra tocarla.
La furia corría por cada extensión de su cuerpo, provocando que su cabellera se encendiera de un rojo vivo y encandilarte; no dejaría que volviese a ponerle ni un pelo encima. De un chasquido, Licht logró crear la chispa necesaria para encender el aire, creando una línea de fuego que simulaba un látigo de llamas anaranjadas. Éste, rodeó uno de los brazos de la criatura y logró derribarlo de un fuerte tirón; dejándola revolcada en el suelo y soltando alaridos desesperados.
Mediante el uso del poder psíquico, la menor expandió las brasas por cada extremo del cuerpo putrefacto que no hacía más que soltar zarpazos y trataba de pararse con un sólo brazo. Se veía tan patético y desesperado, su carne ardía con tanta facilidad y ella poseía tanto fuego ... mas la idea de victoria cesó por completo al escuchar lo siguiente.
❝Crack. Crack. Crack.❞
Cuatro nuevos enemigos saltaron desde las ruinas, propinándole más que simples arañazos al tiempo en que la pelirroja encendía por completo al primero de ellos. El ardor de sus cortes, el hedor de sus cuerpos y el sonido de más seres acarreados por el ruido, le nublaron la vista y llenaron su boca del delicioso sabor metálico que sólo la sangre portaba.
Licht era orgullosa, más no idiota. Sabía de sobra que no podría ganar, sus extremidades ya no respondían correctamente y su velocidad había logrado disminuir al igual que su fuerza. ¿Cuanto más podría resistir? Su fuego había alcanzado dos criaturas más, pero las restantes no dejaban de atacarla. Su rango de movimiento disminuía al esquivar un golpe sólo para recibir otro.
❝Crack. Crack. Crack. Crack.❞
De reojo, logró ver cómo una tercer figura caía rendida ante su fuego, más la sombra de otras varias amenazaba con aparecer en cualquier momento. No resistiría más, tendría que actuar ahora o nunca.
━ ¡Maldita sea!! ━ Exclamó, bañada en sangre propia, mientras se concentraba lo suficiente para hacer levantar los cuerpos enterrados a la distancia más próxima, y sonreía en el proceso ━. Juguemos entonces ━ Exclamó fuera de sí, satisfecha por la distracción que los muertos propiciaban para su escape; ni estando en la tumba se salvarían de ella. ●●●
La ropa, totalmente rasgada, dejaba al descubierto parte de su seno izquierdo, espalda y muslos, mientras de cada una de sus extremidades se derramaban hilos de sangre. Licht había comenzando a arrastrarse cuando el corte en la pierna le prohibió seguir, obligándola a recargar la espalda contra un roble de tronco torcido.
El incendio a sus espaldas le hizo mostrar una sonrisa afilada; aquel podía visualizarse desde la distancia. La locura disuelta en sus ojos no encerraba más que diversión y profunda excitación por lo acontecido; al final había logrado acabar con tres de aquellas criaturas, y algunas otras, distraídas por el sonido de los cuerpos al salir de la tierra, sufrieron quemaduras significativas en ciertas zonas del "cuerpo". Tan sólo había logrado sobrevivir al usar los cuerpos como cebos y desaparecer en el primer intento.
La adrenalina corriendo por sus venas, el roce contra los brazos de la muerte y la sensación de peligro ... ¿Hacía cuánto que no se sentía de aquel modo?
━ Joder ... ━ Murmuró, escupiendo las palabras con aparente alegría, casi riendo si no supiese lo mala idea que era ━. Juguemos de nuevo, queridos míos. Hagámonos de nuevo ... ━ Y cayó sin reparos en un profundo y reconfortante sueño.
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