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#MariaLuque

“Mi trabajo es autorreferencial, pero me encanta leer biografías de artistas, las colecciones de los museos, la música y las películas” responde la ilustradora María Luque durante una entrevista  en Gran Salón, Feria de ilustración contemporánea,  realizada en México. Rosarina con base en Buenos Aires, María disfruta documentando la música, su cotidianeidad o reuniones para darles vida y color en sus dibujos. “Desde una sopa hasta un sueño es un estímulo, siempre hay que estar atenta”, confesó.

Si la historieta argentina actual goza de buena salud,  es porque está representada por diferentes artistas con distintos estilos que la estimulan todo el tiempo y le asignan una forma: PowerPaola, Srta. Bian, Jo Murúa, Juan Pez, Paula Sosa Holt y claro María, que desde hace años dibuja de manera individual, con amigos e incluso impartiendo talleres en los bares notables de Buenos Aires. El año pasado,  publicó su primer libro: La mano del pintor, financiado a través de la plataforma Ideame, y editado por Sigilo Editorial.

- ¿Qué es lo que más disfrutás al dibujar? ¿Siempre lo vivís como una experiencia diferente?

- Lo que más me gusta es la manera en la que ocupo el tiempo mientras dibujo. Disfruto mucho preparando colores o eligiendo lápices, viendo cómo van apareciendo las imágenes. A veces dibujo con amigos y mientras tanto vamos charlando, otras veces estoy sola y escucho entrevistas o podcast o música. Me gusta estar distraída, no estar del todo concentrada me ayuda a que el dibujo se vea menos planeado.

- ¿Qué te gusta hacer en tu tiempo libre?

- Me gusta ir a museos, mirar obras de otros en libros o en internet. Leer en la cama, escribir en mi diario o caminar. A veces me cuesta descansar y tengo que obligarme un poco a hacer cosas que no sean estar dibujando.

-  ¿Cómo es tu vínculo con la literatura?

- Va variando. Cuando era chica leía de una manera más voraz lo que sea que se me cruzara, ahora no podría hacer eso. Voy leyendo varios libros en simultáneo y los alterno según el día o la ocasión.

- En La Mano del pintor elegiste contar una historia a partir de una leyenda familiar, ¿Cómo fue ese proceso?

- Era una historia que venía dando vueltas hace mucho tiempo. Conocía la obra de Cándido desde chica y siempre me había fascinado. A la vez sabía un poco sobre la guerra por las historias que mi papá me contaba sobre Teodosio, mi tatarabuelo. Cuando empecé a notar la proximidad entre Cándido y Teodosio me dieron muchas ganas de hacer algo con eso, pero no sabía qué forma darle. No había hecho muchas historietas antes y me daba un poco de susto pensar en un proyecto largo, que llevara tanto tiempo. Creo que un poco Cándido me ayudó, me gusta pensar que somos amigos de verdad.

- ¿Cuál fue el último libro que leíste y más te gustó?

- Puede ser el que estoy leyendo ahora, Conversaciones con Cézanne. Me encanta leer sobre la vida de los artistas, qué pensaban, qué cosas charlaban con sus amigos. Es lindo saber más sobre él y después volver a ver sus obras.