#sdfasdfasfd xD
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Con la premisa de la irrelevancia de las palabras propias como el leitmotiv que narraba la socialización del par, este era un mundo bastante simple, donde las incógnitas eran resueltas de manera irrisoria. El interés por el otro no podía ser, los comentarios insurgentes una equivocación, como si se tratase del letárgico narrar de un cálculo inconcluso. Con cautela alejó la cercanía al tiempo que constató en sí mismo su poco profesionalismo. -Supongo que puedes diferenciar los comentarios de acuerdo a donde estos tienen lugar, te sobra inteligencia. - admite antes de cerrar el inconveniente, después de todo, era su propia actitud la que había desertado el campo de comunicación con el contrario.
Esfuerza los músculos del brazo derecho para compartir aquello que en una instancia objetiva, paga su deuda, pero para lo que con el paso del tiempo constituyó en su motivación de vida. -Supongo que es complicado existir siendo un sujeto tan hermoso, aunque no sea de mi incumbencia. - Posiblemente había sometido sus pensamientos a la reflexión para cambiar el resultado de su intención comunicativa, pero el resultado podía proseguir en el mismo orden de su anárquica vida. No existía algo que Mateus desarrollara con perseverancia, sus pensamientos parecían tornarse efímeros dentro de la continuidad constituida por su memoria.
Adelantó el pasó al tiempo que uso la mano izquierda para sostener la mano contraria que yacía en su brazo. La vista nublosa de su campo denotaba el frío del lugar, si iba a negar sus cuidados, entonces al menos debía encontrar una forma de sustentar la violencia perpetuada por la brisa. Una vez que sus pasos terminaron la oscura y fría triada, se encontraron con la puerta del auto, misma que abrió sin descuidar al otro. -¿Debería llamarlo, su majestad? – sonríe coqueto, al tiempo que usa la mano contraria para guiar el camino a trazar por la joya.
nowakityphoon
Al margen de todas las luces que perfilan las siluetas del centro de atención en la noche, esperando por aquello que le han encargado, confiando su anatomía al marco de la puerta final en el corredor, yace el sujeto con una mano apoyada al mural en su espalda y la otra ocupada con un tabaco encendido, desprendiendo humo en el aire. Sus vestimentas oscuras performan el ímpetu por la vida que de él había sido removido, desde niño fue usado como asesino, por lo que a estas alturas muy poco le interesaba. Ahí estaba, sin saber si era una cuestión de voluntad propia o por el contrario una acción sin motivo, pues le había sido confiado un elemento más valioso que su propia vida, para eso existe, sin siquiera cuestionarlo, hace mucho había dejado de hacerlo. El sujeto de tez pálida había perdido la dirección de su vida hace mucho tiempo, estar envuelto en tal ambiente le había arrebatado parte de su empatía, pues para llegar hasta ese momento pasó por demasiados hechos violentos para una persona de su edad. Inmóvil, pero con la vista en su joya favorita, esperaba al final del corredor, vigilando de cerca los pasos ajenos, como si también fuera parte de su trabajo. Su vida había devenido en monotonía desde hace mucho tiempo, pero al menos podía divisar las figuras de los otros usados como meros objetos de gozo. Muchos de los presentes quisieran tener su lugar y compartir con ellos de cerca, sin duda era un perfecto deleite. La sombra del otro se conectó con la suya de manera progresiva, hasta terminar justo a su lado. —Olvidé el abrigo de nuevo, pero en un segundo puedo traerlo, claro que puedes usar el mío, de todas maneras no hace tanto frío.— Su cuerpo reaccionó a la presencia ajena como si de a poco fuera impulsado a hacer algo que ni el entendía, por lo que evocó lo primero que se le vino a la mente, fiel a su personalidad impulsiva. —Ahora que lo pienso te ves lindo sin él.— sonríe lascivo al tiempo que lanza el tabaco al suelo, para terminar su calor.
El aroma a nicotina y cenizas frescas hace que su nariz se arrugue por inercia, encontrándolo desagradable desde que tiene memoria. Aun así, eso representa el menor de sus problemas, pues es su escaso tiempo libre el cual debe administrar perfectamente para conseguir un mínimo de descanso. Por suerte, es él quien encabeza la llamativa fila de joyas abandonando temporalmente el recinto, todas y cada una destinadas a reunirse con su ‘protector’, un custodio más convertido en su sombra, un eterno acompañante. Y el suyo, como siempre, lo recibe con palabras innecesarias, con una actitud que raya en lo vulgar y la sonrisa que usa para seducir a todos, incluso si su impecable apariencia le confiere aires de grandeza, de porte, de otro elegante servidor al mando del gran jefe. “Es mi trabajo lucir bien”. Le recuerda en un murmullo, cualquier agradecimiento siendo innecesario pues Narong no considera el enunciado como un verdadero cumplido, no cuando tantas veces ha escuchado las mismas alabanzas repetirse incesantes a su alrededor; no cuando todos ven en él la misma belleza que podrían encontrar en un delicado y resplandeciente objeto, en la pintura que cuelga de la pared. Con un ademán, diestra moviéndose en el aire, demuestra su negativa ante la idea del abrigo, siendo la brisa nocturna aquello que necesita para refrescarse, intentando borrar la sensación térmica del abarrotado salón y que su piel deje de brillar tenuemente a causa de la fina capa de sudor que la cubre. Pasos cortos le acercan Mateus, ojos vacíos encontrándose con la misteriosa profundidad de las pupilas ajenas mientras se aferra delicadamente a uno de sus brazos, en busca de un soporte físico para apoyar el peso de su cuerpo exhausto. “Necesito descansar unos minutos y arreglar algo en mi vestuario”. La orden, disfrazada tras un comentario casual, es emitida, y el omega le observa de reojo, esperando que sea su guardaespaldas quien lidere la marcha.
#a.#No sirvo pa los fuckboys dice la Durán#Peroooooo#este se rolea sólo#sdfasdfasfd xD#And#ya eso(?)#Perdona#pero es trabajo honesto#:v
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