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Berisso se prepara para ponderar los 150 años de su fundación
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Debido a la situación epidemiológica producto de la pandemia por COVID-19, los festejos fueron rediseñados, desarrollando una variada agenda de concursos, y se trabaja en la organización de diferentes eventos que se van a realizar bajo el estricto cumplimiento de los protocolos sanitarios vigentes, y que podrán verse a través de las redes oficiales del Municipio mediante transmisión en vivo, en…
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(Es bastante util sketchbook)
Buscando info sobre el libro "Angeles de buenos aires: historia de la Chacarita, Aleman y Britanico", me salio un link de un programa de radio donde hablan un poco sobre el y mencionaron a la familia Comastri.
Don Agustin Comastri fue un italiano nacido en un pueblo de la Toscana en 1830. Formaliza su noviazgo con Clementina Cataldi y juntos deciden "hacer la america" debido a aprietos economicos. Arriban a Buenos Aires en 1860 y se casan al año siguiente. Inicialmente vivieron en un conventillo (como muchos de sus compatriotas recien arribados) y luego por consejo, deciden buscar tierras a la altura del arroyo Maldonado. Con un dinero ahorrado, compran un predio en el valle de dicho arroyo, donde tendrian 10 hijos. No muy lejos de alli, se asentaban los jesuitas en la antigua "Chacrita de los Colegiales" (lugar de descanso de los colegiales del nacional buenos aires, mencionada en la novela Juvenilla). Las tierras de Comastri eran muy productivas: poseia una fabrica de ladrillos y varias cabezas de ganado.
Las tierras las compra en 1865 en sociedad con Don Francisco Terrero; una parte pertenecia a Pedro Nolasco Calderon (quien las habia adquirido a su vez en 1850), y la otra a la chacrita de los Colegiales. La casa y su mirador fueron construidos entre 1870 y 1875 junto a la calle que hoy conocemos como Av. Dorrego.
Vende en 1873, un terreno en el paraje La Chacarita a Juan Landi. Parte de este lindaba con el cementerio recientemente fundado. Meses mas tarde, se la recompro. Volvio a venderla en 1886 a Luis Cayol.
A partir de 1888, la situacion economica de Comastri empeoro. Entre 1868 y 1871 cedio tierras para el trazado del "tren de la muerte". Dividio sus posesiones y a posteridad se le expropiaron terrenos para agrandar el cementerio.
En 1889, vende a la sociedad industrial del Plata parte de sus tierras. El mismo año vende otra fraccion al ferrocarril del Pacifico. Fallecio 2 años mas tarde, en 1891 a los 61 años.
A su muerte, su viuda e hijos no quisieron continuar con el negocio agricola. Solo quedo la manzana donde estaba la casa. En 1921 los herederos arriendan el predio al consejo nacional de educacion. En 1949 el ministerio de educacion clausura la edificacion (funciono una escuela alli hasta 1947)y organiza una "residencia para estudiantes universitarios del interior" que funciona hasta 1957. Ese año ocupa la "escuela industral" que luego se transforma en la ENET N°4 "Ingeniero Enrique Martin Hermitte" que funciona hasta nuestros dias. El mirador y parte de la casa estuvieron en peligro de derrumbe y recientemente (2018) fue restaurado.
La familia Comastri posee una boveda imponente de marmol dentro de Chacarita (debo foto).
La familia Calderon
Don Pedro (hijo de Francisco Calderon y Dominga Quiroga) trabajaba para Juan Manuel de Rosas en su establecimiento, un matadero y saladero que empleaba a 285 personas. Anteriormente trabajaba de capataz cuidandole los caballos. Este se encontraba a orillas del arroyo Maldonado, que en ese entonces aun no estaba intubado, en lo que hoy serian las avenidas Santa fe, Luis Maria Campos y Dorrego. Don Calderon era tambien comisionado para la conservacion del camino de San Isidro.
Este habia contraido primeras nupcias con Mercedes Barrionuevo y tenia 7 hijos (Josefa, Rosaura, Nicanora, Mercedes, Pedro, Epistome y Meliton). Enviuda y en 1845 contrae segundas nupcias con una joven de 28 años, de nombre Candelaria Gonzalez con quien tiene 2 hijos mas: Julio y Eduardo. En 1850 enviuda por segunda vez. Fallece en 1852 a los 57 años. 4 de sus hijos mueren jovenes años despues que el.
Su vivienda estaba construida en los terrenos que bordeaban el arroyo Maldonado y a espaldas de la Chacarita de los Colegiales. Al oeste limitaba con la actual Av Dorrego y por el norte con Av Cordoba. A los dos años de morir Calderon, sus hijos se mudan a una casa alquilada por don Juan Nemopuceno Terrero (socio y consuegro de Rosas), hasta que es sacada a remate y comprada por Agustin Calderon.
Fuente: buenosaireshistoria.org
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LA AUTOCRACIA PATERNALISTA DE JUAN MANUEL DE ROSAS (primera parte). Por el historiador Esteban Alberto González.
LA AUTOCRACIA PATERNALISTA DE JUAN MANUEL DE ROSAS.
Nacimiento, educación y matrimonio.
Juan Manuel de Rosas nació en el campo (FLORIA y GARCÍA BELSUNCE. 1992. Vol. 2, p 13), porque perteneció a la clase de los estancieros. La administración personal de sus haciendas, la valorización económica del campo y la identificación cultural, como los “dirigentes naturales” de la clase popular rural, sus empleados gauchos de la peonada, caracterizaron a los hacendados. Esta clase de propietarios montaron sus caballos en recado, vistieron los trajes del campo, hablaron el lenguaje campesino y se manifestaron con sus modalidades (ROSAS. 1974. T. IV, pp 135 y 136).
La educación de Rosas era mediana, sin cursar la escuela superior y su lectura de los libros era fragmentaria. Esta carencia de la inteligencia universitaria no impidió el acrecentamiento de su patrimonio rural y se convirtió en el mayor estanciero bonaerense.
Juan Manuel de Rosas engañó a su madre con el embarazo de su novia, que resultó falso, para lograr la aceptación familiar de su pareja matrimonial. Se casó a los 19 años (FLORIA y GARCÍA BELSUNCE. 1992. Vol. 2, pp 13 y 13).
La civilización y la barbarie.
Buenos Aires era únicamente el centro de la ciudad en 1821, pero en 1827 se extendió a las orillas. La campaña no existió políticamente en 1827. Los hombres de “lo posible”, con las ideas de la civilización y las mercaderías importadas de Europa eran valoradas por “los decentes” (los vecinos de Buenos Aires eran los propietarios honrados) de la sociedad porteña. Los orilleros urbanos y los gauchos rurales eran la “barbarie incomprendida” y peligrosa, cuando ellos fueron dirigidos por un caudillo, contra la civilización. Recién en 1829 “la provincia” se amplió con la campaña y la pampa fue valorada por los habitantes de Buenos Aires. El gobierno rural incentivó este cambio. Dorrego fue el iniciador, seguido como líder por los orilleros, matanzeros, los quinteros y los libertos. Posteriormente, el caudillo de los gauchos fue Rosas; él fortaleció esta mirada a favor del ámbito rural (ROSAS. 1974. T. IV, p 136).
Su proyección política y su experiencia militar.
El comandante Rosas era el vocero de los hacendados bonaerenses. Era el estanciero con más tierras y se vinculó con las actividades económicas de los saladeros. Los hacendados quisieron la paz y el orden. La administración rural y la jefatura de su milicia aumentaron el prestigio de Rosas entre los hacendados de Buenos Aires. En la elección del 26 de septiembre de 1820 fue elegido gobernador Rodríguez, apoyado por Rosas, Anchorena y Rivadavia. Se creó la Logia Provincial, defensora de los intereses locales. El 1º de octubre ocurrió un motín, causado por los tercios cívicos. Rodríguez se fue a Barracas y esperó la llegada de la fuerza militar de Rosas. Los amotinados fueron derrotados y la campaña se convirtió en la “columna de la provincia”.
Las negociaciones de paz entre Buenos Aires y López fueron posibles, porque los bonaerenses tuvieron un militarismo suficiente. El Tratado de Benegas, el 24 de noviembre acordó la “paz perpetua” entre Santa Fe y Buenos Aires. Este Tratado no precisó la forma de gobierno del país, sino se comprometió a participar en el Congreso de Córdoba. Santa Fe recibió 30 mil cabezas de ganado por este acuerdo interprovincial. Una cuarta parte fue donada por el gobierno de Buenos Aires y el resto aportó Rosas (FLORIA y GARCÍA BELSUNCE. 1992. Vol. 1, pp 431 y 432).
Juan Manuel Rosas se obsesionó con “el orden y el principio de autoridad”, por su temor ante el caos y la anarquía. Practicó la autocracia y era antiliberal. Gozó de muy buen prestigio en el partido federal. Se destacó en la organización de sus haciendas y representó a los estancieros. Negoció con los aborígenes y escribió sus memorias, para conocer “la situación de la campaña y la línea de frontera”. Fue el defensor del orden y la autoridad en su intervención a favor del gobierno de Rodríguez. Se presentó como el “campeón de la paz” en el Pacto de Benegas (FLORIA y GARCÍA BELSUNCE. 1992. Vol. 2, pp 13 y 14).
La milicia fue utilizada, en sustitución del ejército de línea, por la clase de los estancieros, identificada con la masa rural, para acceder al poder. Los peones de las estancias integraron las compañías, dirigidas por sus capitanes. Estos jefes militares eran propietarios rurales o mayordomos; los más destacados, entre ellos, se convirtieron en los comandantes de los milicianos, más confiables para algunos gobiernos. Los cargos militares permitieron a Rosas sus experiencias guerreras. Fue capitán de los milicianos de San Vicente en 1813 y coronel del 5º regimiento (las milicias del sur asentada en Monte) en 1820. En 1827 se ocupó de la comandancia general de las milicias de campaña (ROSAS. 1974. Vol. 2, pp 136 y 137).
La guerra civil entre los unitarios y los federales.
La guerra con el Brasil y la renuncia de Rivadavia. En Ituzaingó, el 20 de febrero, los brasileños terminaron derrotados por Alvear, pero los vencidos no fueron perseguidos. Los refuerzos para Alvear no llegaron, aunque era posible conquistar Río Grande. Después de ganar en Padre Filiberto, el ejército abandonó su ofensiva contra el Brasil. El Tratado de García, en 1827, reconoció la pertenencia de la Banda Oriental a Brasil y se estableció la libre navegación de los ríos. Rivadavia denunció este tratado injusto en el Congreso y solicitó su rechazo. Él renunció el 28 de junio. El partido federal aprovechó la caída de los unitarios. El presidente provisional fue Vicente López y los ministros fueron Balcarce y Anchorena. Alvear fue sustituido por el general Lavalleja. El jefe del partido federal fue Manuel Dorrego y fue elegido gobernador de Buenos Aires. El Congreso fue disuelto el 18 de agosto y cesó el presidente provisional. El gobernador de Buenos Aires se ocupó de las relaciones exteriores. Después la Banda Oriental consiguió su independencia (ROSAS, 1992. Vol. 1 , pp 478, 479 y 480).
La revolución del 1º de diciembre de 1828 y el fusilamiento de Dorrego. Los oficiales del ejército, provenientes de la guerra contra el Brasil, desembarcaron el 26 de noviembre; el descontento con el gobernador Dorrego prevaleció entre estos militares. Lavalle representó a esta oficialidad y fue el jefe de una logia revolucionaria, integrada por Gregorio y Valentín Gómez, Juan Cruz Varela, Gallardo y Carril. Esta logia trabajó desde la caída de Rivadavia y quiso derribar a Dorrego. Rosas solicitó a Dorrego equipar a sus milicias de la campaña, con las armas de la ciudad, para resistir y vencer al enemigo golpista, pero Dorrego no creyó en la posibilidad de un golpe militar. Lavalle no aceptó el gobierno de Dorrego, por la caída de las autoridades nacionales y perder la guerra contra el Brasil ya ganada. Dorrego no tuvo éxito en la defensa de su gobierno, porque no contó con la lealtad de sus tropas; sus jefes militares Martínez y Olazábal no quisieron ayudarlo. La clase distinguida de la sociedad porteña apoyó a la revolución del 1º de diciembre. Después de la designación del doctor Miguel Díaz Vélez en el Ministerio de Interior, por Lavalle, trascendió el Manifiesto del 5 de diciembre, con la redacción de Pedro de Angelis, para denunciar: el traslado del tesoro provincial a interior, el plan de Bolívar para atacar a Buenos Aires, la falta de libertad en el acto electoral de 4 de mayo y la ley de impuesto, perjudicial para los comerciantes. La Asamblea de la capilla de San Roque, vecina al templo de San Francisco, designó gobernador a Lavalle. El Banco pagó los sueldos atrasados de las tropas.
Dorrego se escondió en la ciudad el 1º de diciembre y el 2 estuvo en Cañuelas. El 6 se reunió con Rosas, en Montes, pero no aceptó su propuesta para la división de las milicias y otras tropas. Juan Manuel de Rosas quiso irse al sur y aconsejó a Dorrego viajar al norte, para tener el apoyo de Santa Fe, pero sin buscar un enfrentamiento directo entre los ejércitos, sino hostilizar al enemigo de una manera más simple. Los milicianos llegaron no consiguieron las armas ni el dinero del capital. En Navarro ocurrió la derrota, con su “espantada”, de los milicianos de Dorrego. Juan Manuel de Rosas se dirigió a Rosario. Ambos escaparon, pero Lavalle terminó preso en el puesto del Clavo, en poder del mayor Acha y el comandante Escribano, porque confió en sus lealtades pero fue traicionado (ROSAS. 1974. T. IV, pp 92 a 96). Pacheco intentó el escape de Dorrego, con un caballo, pero fracasó (BUSANICHE. 1979, p 482). Dorrego fue fusilado el 13 de diciembre (ROSAS. 1974. T. IV, p 97).
Las campañas militares. Juan Manuel de Rosas era el aliado del general Estanislao López y eliminó al partido unitario, con Juan Lavalle, de la política porteña. Sin embargo, el General José María Paz logró triunfos importantes para la organización política del interior de su país, con su militarismo, a favor su de partido unitario. El general Paz pasó por el sur de Santa Fe y ocupó la capital de su provincia natal Córdoba el 12 de abril de 1829. El 22 de abril venció a Bustos, en San Roque, después de la dimisión de este gobernador de Córdoba. Bustos se trasladó a La Rioja. Las provincias de Salta y Tucumán se adhirieron a los unitarios, después de la victoria de Paz. La influencia política-militar del general Quiroga se extendió desde Mendoza hasta Catamarca. Paz dejó una guarnición en la ciudad de Córdoba, pero fue ocupada por Quiroga el 21 de junio. Paz y sus militares, mejores entrenados y equipados, vencieron al ejército más numerosa de Quiroga en la Batalla de la Tablada (22 y 23 de junio de 1829). La retaguardia del ejército de Paz fue atacada Quiroga el 23 de junio, pero terminó derrotado. El jefe militar estado mayor unitario hizo fusilar a varios prisioneros, entre los oficiales y los soldados. Paz volvió a derrotar a Quiroga en Oncativo, el 25 de febrero de 1830. El aliado de Quiroga era el mayor Villafañe; este jefe militar firmó con pacto con los unitarios, renunció a su mando militar y abandonó la provincia de Córdoba. Esta provincia se convirtió en el centro de una gran alianza unitaria. Javier López ocupó Catamarca para el partido unitario. Deheza echó a Ibarra de Santiago del Estero. San Juan y la Rioja fueron ocupadas por Lamadrid. Mendoza y San Luis fueron gobernadas por Videla (FLORIA y GARCÍA BELSUNCE. 1992. Vol. 2, pp 19, 20 y 21). El tratado de Alta Gracia entre Córdoba y San Juan, el 16 de abril de 1830, fue el primer acuerdo interprovincial unitario. El siguiente fue el de Córdoba, el 5 de julio, entre Catamarca, San Luis, Mendoza, La Rioja y Córdoba, para una alianza defensiva y ofensiva (ROSAS. T. IV, pp 145 y 146). Todas las provincias, excepto Buenos Aires y el litoral, delegaron el “Supremo Poder Militar” en Paz el 31 de agosto (FLORIA y GARCÍA BELSUNCE. 1992. Vol. p 21). El General Paz contó con el apoyo de la gente culta y su ejército era veterano de la guerra contra el Brasil (BUSANICHE. 1979, p 503). La Liga del Interior, mayormente integrada por las provincias con las arcas vacías, no gozó del poder financiero del puerto de Buenos Aires. Las nueve provincias, excepto Tucumán y Salta, fueron gobernadas con el apoyo del ejército de Paz. En 1828 un aliado era Santa Cruz, en Bolivia, para proveer de armamentos al ejército unitario. Paz contó con el apoyo de Gamarra, desde Perú.
Intento de pacificación de Paz. El jefe de la Liga del Interior intentó dividir la alianza entre el porteño Rosas y el santafesino López. Paz envió una carta a López para disminuir el temor federal por los unitarios, porque la posición militar de Córdoba era defensiva, después de la Tablada. Estanislao López no estuvo de acuerdo con el pacifismo de Paz, porque los militares unitarios auxiliares fueron enviados por Salta y Tucumán contra La Rioja; además, el unitarismo despachó otra fuerza militar a La Punta para deponer al gobierno. La invasión del ejército unitario no era estar a la defensiva, contestó López. Otro hecho militar importante fue la caída de Ibarra y su refugio en Santa Fe. Paz, como jefe del Supremo Poder Militar, invitó a Buenos Aires a su congreso nacional, para tener la mayoría por la cantidad de las provincias de la liga unitaria. Juan Manuel de Rosas no aceptó esta propuesta.
El Pacto Federal.
Tratado entre Santa Fe, Corrientes y Buenos Aires. Juan Manuel de Rosas organizó una liga de los gobiernos federales, para enfrentar a los unitarios de Paz. El correntino Ferré, con la aprobación de Rosas, hizo un tratado con López de Santa Fe, para tener una liga defensiva y ofensiva, enviar un representante por provincia a Santa Fe y delegar las relaciones diplomáticas en Buenos Aires (ROSAS. 1974. T. IV, p 140).
El planteo constitucional. El coronel Pedro Ferré fue a Buenos Aires y se firmó un tratado el 23 de mayo de 1830. Ferré quiso una Constitución, pero los empíricos, entre ellos Rosas, prefirieron organizar una “comunidad de intereses”. La economía influyó en el planteo constitucional. Farré defendió el proteccionismo para la industria local, pero Juan Manuel de Rosas apoyó el librecambio por la economía, las finanzas y la diplomacia internacional de Buenos Aires.
Las conferencias de San Nicolás. López, Rosas y Ferré firmaron, en las conferencias de San Nicolás, la alianza entre Buenos Aires, Corrientes y Santa Fe. La provincia de Entre Ríos no participó por el levantamiento de López Jordán, apoyado por los unitarios y derrotado por Echagüe.
El nuevo tratado entre las cuatro provincias federales. Las cuatro provincias del federalismo, finalizada la revolución entrerriana, hicieron un nuevo tratado en Santa Fe. La propuesta fue avanzar con la organización del país, el arreglo del comercio con el extranjero y la libertad para navegar los ríos Uruguay y Paraná. La disputa ocurrió por el abandono de Buenos Aires a su monopolio aduanero, exigida por el correntino Ferré y resistida por los porteños. Ferré insistió en la importancia del proteccionismo, para no depender económicamente del sistema agropecuario y engrandecer los negocios del librecambio. Entre Ríos y Santa Fe, para seguir a Buenos Aires, no aprobaron las atribuciones legislativas de la Comisión Permanente, pero permitieron su atribución para convocar a un congreso constituyente. Buenos Aires aceptó, porque temió un acuerdo pacífico entre Ferré y López con Paz, pero quiso demorar este congreso hasta lograr el orden, la tranquilidad y la libertad en las provincias, para reglar la navegación, la administración del país y sus rentas. Los aliados federales tuvieron que esperar para sus aspiraciones. Tiempo después, Corrientes reaccionó militarmente contra la hegemonía de Buenos Aires (ROSA. 1974. T.IV, pp 22 y 23).
El triunfo de los federales. La jefatura suprema del ejército federal, para las campañas militares de 1831, fue ocupada por Estanislao López. La victoria militar acompañó a Pacheco en Fraile Muerto, el 3 de febrero, contra Pedernera. López no enfrentó a Paz en Calchines, el 1º de marzo, cuando fue atacado por el ejército unitario, sino esperó la llegada del federal Balcarce. Su otra esperanza militar era el avance de Quiroga en el sur de la provincia de Córdoba. La defensa de Río Cuarto estuvo a cargo de Pringles, pero cayó en poder del general Quiroga, el 5 de mayo, después de tres días de enfrentamientos. Pringles fue asesinado porque terminó derrotado el 17 de marzo, en Río Quinto. Quiroga se dirigió hacia Cuyo, ocupó San Luis y llegó a Mendoza. Los oficiales de Videla, caídos prisioneros fueron fusilados, con posterioridad a la victoria de Quiroga en Potrero Chacón, el 28 de marzo. El fusilamiento fue el castigo, aplicado por el riojano, por el crimen unitario de Villafañe. Cuyo fue dominado por Quiroga.
En el avance militar de Paz, para derrotar a López, se acercó a un bosquecillo, ocupado por los federales, durante su exploración del campo conocido como “El Tío”. Paz quedó prisionero de los federales por este error, el 11 de mayo.
López aceptó la paz solicitada por los cordobeses. La elección del coronel José V. Reinafé, para gobernar Córdoba, fue apadrinada por López. Lamadrid se refugió en Tucumán, por la persecución del general riojano. Juan Manuel de Rosas ordenó la ejecución de 10 militares unitarios, entre los jefes y los oficiales de Paz. La provincia de Santiago del Estero fue gobernada por Ibarra. Lamadrid fue derrotado en Ciudadela, el 4 de noviembre, por Quiroga. Los jefes y los oficiales unitarios, prisioneros de los federales, terminaron ejecutados.
El acuerdo nacional del Pacto Federal. Las provincias litorales del federalismo concretaron su alianza el 4 de enero de 1831, antes del comienzo de las campañas militares de dicho año. En estas conferencias de Santa Fe se acordaron recíprocamente: la independencia, la representación provincial, la libertad, los mandos y los auxilios militares, la extradición de los asesinos, la importación, la exportación y la inclusión de otras provincias en el Pacto Federal. La caída de la Liga del Interior de Paz permitió la introducción de otras provincias al Pacto Federal, convertido en nacional.
La Comisión Representativa de los gobiernos de las Provincias Litorales. Con el Pacto Federal fue constituida, en Santa Fe, esta Comisión Representativa. Estuvo representada por un diputado por cada provincia. Sus facultades fueron: la declaración de la guerra, la celebración de la paz, la disposición de las medidas del ejército y la invitación, con “cláusula clave”, de las tres provincias para la organización nacional, a través de un Congreso Federativo.
El poder del país quedó bifurcado, porque las relaciones exteriores fueron para Buenos Aires, pero esta comisión tuvo atribuciones en las cuestiones del interior. Juan Manuel de Rosas quiso su disolución y retiró a su diputado, sin reemplazarlo. La tentativa para tener una organización constitucional terminó frustrada (FLORIA y GARCÍA BELSUNCE. 1992. Vol. 2, pp 23, 24, 25 y 26).
Primer gobierno de Rosas. Gobernador de Buenos Aires (1829-1832).
La vestimenta, la música y la cinta punzó.
Los “compadres” dejaron la vestimenta española y no utilizaron el zapato, el pantalón apretado y la chaquetilla abotonada. Utilizaron el chiripá, las botas y las chaquetas sueltas. No usaron la trencilla, sino la porra sujetada con la vincha. Los “compadres” aprendieron el lenguaje campesino y la música rural, cielito y tristes, se hizo popular en las pulperías urbanas (ROSA, 1974. T. IV, pp 136 y 137). La divisa punzó fue derogada por el gobierno de Viamonte, porque era contraria a la cohesión entre los partidos políticos. Juan Manuel de Rosas luchó para eliminar toda oposición política y la divisa punzó fue obligatoria para los empleados públicos. Posteriormente, era conveniente usar la divisa punzó para no ser considerado un enemigo de Rosas, con el peligro de terminar asesinado (FLORIA y GARCÍA BELSUNCE, 1991, p 17).
La política y las facultades extraordinarias.
Al finalizar 1929 y comenzar 1930 se evaluó, en la Legislatura, la actuación de Rosas. Fue ascendido a brigadier general y recibió el título de “Restaurador de las Leyes” (FLORIA y GARCÍA BELSUNCE. 1992. Vol. 2, p 16). El 6 de diciembre se aprobaron las facultades extraordinarias, concedidas al nuevo gobernador. Juan Manuel de Rosas resultó vencedor y el 8 asumió su cargo público. La Junta de Representantes estuvo en receso en enero (1830), porque caducaron los mandatos de la mitad de sus integrantes. El coronel Smith y el mayor Montero, federales aliados a los unitarios, se sublevaron contra Rosas; el primero huyó a Córdoba y el segundo fue fusilado, por la aplicación de las facultades extraordinarias otorgadas a Rosas. Algunos unitarios fueron enviados al pontón Cacique. Una ley fue elaborada para castigar la injuria contra Rosas. En un principio fue tolerado el periódico opositor Mártir o Libre, pero el 1 de febrero de 1832 se censuraron los periódicos de Buenos Aires, hostiles a Rosas, entre ellos el Nuevo Tribuno y El Cometa, porque se aplicó el artículo 6 del Pacto Federal. La libertad de prensa, vigente desde agosto de 1829, fue suprimida (ROSAS. 1974. T. IV, pp 129, 139, 149 y 170). Las facultades extraordinarias terminaron el 3 de mayo de 1830 y Juan Manuel de Rosas quiso exponer el uso de las mismas. El debate llegó a la Legislatura, por la denuncia de un detenido, con la propuesta de una comisión parlamentaria para renovar las facultades excepcionales (FLORIA y GARCÍA BELSUNCE. 1992. Vol. 2, pp 17 y 18). El 14 de mayo los ministros informaron, en una sesión secreta, la utilización de las facultades extraordinarias. Se planteó mantener y ampliar las facultades extraordinarias, para casi todas las decisiones de Rosas, excepto la celebración de convenciones o tratados. La guerra civil y las defensa de Buenos Aires, la existencia pública y la libertad de la civilidad influyeron en este planteo de las facultades extraordinarias de Rosas (ROSAS. 1974. T. IV, pp 140 y 141). Su gobierno se caracterizó por la exaltación de su partido político y la eliminación de los opositores. La utilización de la divisa punzó fue obligatoria, se censuró a la oposición política y el “reo de rebelión” fue perseguido. Juan Manuel de Rosas devolvió las facultades extraordinarias a la Legislatura, el 7 de mayo de 1932, por exigencia de la clase ilustrada (FLORIA y GARCÍA BELSUNCE. 1992. Vol. 2, pp 17 y 18). Los liberales fueron proscritos y se censuraron sus ideas, pero el liberalismo era poco conocido por gran parte de la población (LUNA. La época de Rosa. 2003, p 10).
La exhumación y el traslado de Dorrego a Recoleta.
El cadáver de Dorrego fue exhumado y trasladado, en diciembre de 1829, por una resolución de la Legislatura, desde Navarro hasta el cementerio de Recoleta, ubicado en Buenos Aires. Después de la llegada de su cuerpo muerto al templo religioso de la Piedad, se celebraron los “oficios religiosos”. El lunes 21, el ataúd estuvo en el Fuerte y fue presenciado por otros federales: las autoridades militares y civiles, las corporaciones y una gran cantidad de individuos. Tres mil soldados, entre milicianos y el ejército regular, escoltaron a Dorrego en una procesión. La misa en la ciudad de Buenos Aires se hizo con el “Réquiem de Mozart” (BUSANICHE. 1979, p 501).
La conscripción obligatoria.
La anarquía afectó al ejército regular, por la revolución de diciembre. Los jefes y oficiales, excepto Lavalle otros que huyeron a Montevideo o Córdoba, no fueron separados del ejército. La conscripción obligatoria, sin discriminación de clases, se estableció y las tropas alcanzaron a 10 mil soldados (ROSA, 1974, T. IV, p 144).
La economía.
La tierra. Juan Manuel de Rosas no hizo una revolución proletaria, en su primer gobierno. La tierra fue para los grandes propietarios y los enfiteutas. La administración de las estancias de Rosas se convirtió en modelo para las otras estancias.
El Banco y la Aduana. El Banco fue complaciente con el gobernador, pero era dueño del crédito. En la Aduana porteña se aplicó el librecambio.
La economía industrial. La industria local no pudo competir con la importación europea; la materia prima propia fue utilizada por las fábricas: los saladeros, las elaboradoras de los aceites de huesos, las zapaterías, los establecimientos de lomillería (taller donde se hacen lomillos, caronas, riendas, lazos, etc.), las tejedurías, las platerías, los artículos y los tejidos, etc.
La economía pública y el fisco. El proteccionismo. Buenos Aires y Corrientes no coincidieron con el debate por el librecambio o el proteccionismo, realizado en las reuniones de 1832. Dos años después, Quiroga publicó la correspondencia de Leiva y Marín sobre estas posiciones económicas. Corrientes fue criticada por Angelis, director del Lucero, por el proteccionismo defendido por Leiva. Ferré se quejó porque la “América Argentina” no combatió el sistema colonial, para convertirse en una factoría perteneciente al “antiguo mundo”.
Las industrias locales del interior fueron perjudicadas por las mercaderías de otros países, importadas libremente a partir de 1809. Viamonte aplicó un proteccionismo algo “tímido”, durante su interinato, con el recargo desde el 2 % hasta el 10 % en las tarifas aduaneras, para mejorar la recaudación fiscal. La protección a los sombreros se aplicó porque se utilizó mano de obra y materia prima local, pero no se extendió a toda la industria de vestimenta. Los molineros fueron protegidos, en enero de 1831, por un decreto de Rosas, con el arancel aumentado o disminuido acorde con el precio de la harina local (ROSAS. 1974. T. IV, p 234). Primero en la Conferencia de Santa Fe y después en la Comisión Representativa, en 1832, esta disputa entre librecambistas y proteccionistas se agudizaron. El defensor del proteccionismo fue el representante correntino Ferré; su argumento fue favorable al desarrollo industrial local, para no depender exclusivamente de los ingresos económicos por la ganadería. El delegado porteño no estuvo de acuerdo con el proteccionismo, por sus consecuencias negativas para la exportación pecuaria y el costo de vida; él afirmó que la industria nacional no era suficiente para satisfacer la demanda del mercado local (FLORIA y GARCÍA BELSUNCE. 1992. Vol. 2, p 34).
García era el ministro de Rosas, considerado un gentleman británico (ROSAS. 1965. T. IV, p 137). Los ingresos económicos fiscales y el comercio exterior argentino preocuparon a Juan Manuel de Rosas, en su primer gobierno, después de asumir en 1829. El fisco era deficitario. Juan Manuel de Rosas necesitó mejorar la economía pública porteña, con la práctica de la austeridad y el control gubernamental, sin aumentar los impuestos para favorecer a sus aliados: los ganaderos y otros propietarios.
El comercio exterior, perjudicado por la guerra contra el Imperio del Brasil y la guerra civil, era necesario cuidarlo y acrecentar el mercado para los productos locales. Las industrias provinciales progresaron, porque la importación no se favoreció con el bloqueo extranjero. Las tierras fiscales se ofrecieron a los precios más bajos posibles, para favorecer la explotación privada de la economía rural. La estabilización de la moneda y la contención del gasto público se aplicaron para no incrementar el déficit fiscal del presupuesto gubernamental y el costo de vida, por sus consecuencias negativas para el costo productivo. Esta estabilización monetaria, contraria a la inflación, fue difícil por la deuda pública, muy costosa para pagar. La falta del dinero público disminuyó el apoyo popular a Rosas..
Las políticas económicas de Rosas no fueron muy distintas a las aplicadas por los gobernantes Balcarce, Viamonte y Maza, pero la deuda pública era abultada y difícil de pagar.
Juan Manuel de Rosas no aceptó una nueva gobernación, porque no ofrecieron las facultades extraordinarias para él. Los diputados eligieron, el 12 de diciembre, al brigadier general Juan Ramón Balcarce como nuevo gobernador de Buenos Aires (FLORIA y GARCÍA BELSUNCE. 1992. Vol. 2, pp 33 y 34).
El gobierno de Juan Ramón Balcarce (diciembre de 1832 hasta noviembre de 1833).
Juan Ramón Balcarce era al ministro de Guerra y gozó de la confianza de Rosas. Se hizo cargo del gobierno de Buenos Aires en diciembre de 1832 (ROSAS. 1974. T. IV, p 173).
Los partidarios de Rosas y los federales doctrinarios no coincidieron y este enfrentamiento llegó al ámbito militar. El general Balcarce era neutral, pero dos generales: Martínez y Olazábal eran opositores a Rosas; el primero fue ministro de Guerra.
El periódico El Restaurador de las Leyes era defensor de Rosas y fue acusado, por un fiscal, de injuriar a Balcarce. Los seguidores de Juan Manuel de Rosas confundieron este diario con su caudillo y reaccionaron con indignación. La guardia de seguridad se enfrentó con los partidarios de Rosas (rosistas) y la pueblada se dirigió a Barracas. El mando de los revolucionarios estuvo a cargo de Agustín de Pinedo. Prudencio Rosas reunió a las tropas de Rosas en el campo. Un primer combate, muy breve, resultó desfavorable al oficialismo.
La campaña de Rosas en el desierto y los malones.
Antes de concluir su primer gobierno en la provincia de Buenos Aires (1829-1832), Juan Manuel de Rosas envió un proyecto a la Legislatura; con la aprobación del mismo, él realizó una expedición contra los aborígenes para conquistar las tierras ubicadas al norte de Río Negro. En 1833, la campaña del desierto de Rosas arrebató muchas tierras pampeanas de la agresividad aborigen, pero esta campaña no llegó hasta el Chaco (ALTAMIRANO, Marco Antonio. DELLAMEA DE PRIETO, Elba N. y SBARDELLA, C. R., 1987, p 104).
Los aborígenes pampas, borogas, ranqueles, pincheiras y guerreros de Chocory.
Las Heras otorgó, en 1825, plenos poderes a Juan Manuel de Rosas, para negociar una paz de mayor duración con los aborígenes. Juan Manuel de Rosas fue acompañado por Lavalle y el ingeniero Felipe Senillosa. Se negoció con los caciques pampas en Tan-hil. Se conoció como el Parlamento de Guanaco, porque fue realizado en la laguna de Guanaco, ubicada a 30 leguas del norte de Salinas Grande. Allí se reunieron los aborígenes pampas, borogas y ranqueles. Las fronteras de los indios se extendieron desde el cabo Corrientes, las tierras de Volcán, Tandil y la Cruz de Guerra, para terminar en la laguna de Potroso. Bahía Blanca (“pampa del diablo”) quedó en poder de los cristianos, para construir una fortaleza y un puerto. El “Soberano Congreso” y el gobierno de Buenos Aires se comprometieron a proveer los alimentos y “los vicios” a los aborígenes (ROSAS, 1965. T. III, p 348).
Buenos Aires cumplió con las prestaciones a los aborígenes, acordadas en el parlamento de Guanaco. Los indios recibieron tabaco, alcohol, yerba, yeguas y azúcar. Ellos se quedaron en su zona y sus malones no pasaron sus fronteras para atacar. Estas prestaciones se dejaron de enviar con Rivadavia, por la guerra con el Brasil, pero el comandante de campaña Rosas continuó con las mismas.
Los borogas, los pampas y los ranqueles desobedecieron a sus caciques y guerrearon, pero estas incursiones no fueron similares a los malones de guerra, ocurridos entre los años 1821 y 1825, sino eran para robar la ganadería y venderla en Chile. Desde el Colorado hasta Pichi Mahuida se extendió el “camino de los chilenos”, para atravesar el río Negro, su curso y el río Limay, hasta llegar hasta la cordillera y terminar en el Pacífico. Los malones eran provocados por este negocio de ladrones de vacas.
Los pampas. Ellos habitaron las sierras, con sus tolderías en Tandil (“la piedra que se mueve”) y Azul (Calfú). El parlamento de Rosas con estos aborígenes de Tan-lil fue un gran éxito y ellos lucharon contra los unitarios. Cachul y Catriel fueron sus jefes, más favorables a la paz que otros aborígenes.
Los borogas. Llegaron a Chile en 1810 y se establecieron en las Salinas Grandes. Su gran cacique, el “gulmen”, era Rondeau. Él hizo la paz con Rosas en el parlamento de Guanaco, realizado en su suelo. Los pincheiras incentivaron a los borogas para agredir con sus malones. La fortaleza Protectora Argentina, ubicada en Bahía Blanca, fue atacada.
Los ranqueles. Eran los habitantes de los cañaverales (rancul-ches). Se ubicaron en las proximidades de las lagunas del sur de Córdoba y San Luis. El oeste de Buenos Aires y Melincué, en Santa Fe, fueron otras tierras habitadas los ranqueles. Sus jefes eran peligrosos: el “gulmen” Yanquetruz y el cacique Payné. Los habitantes puntanos y mendocinos fueron atacados por los ranqueles, alentados por los hermanos pincheira y Chocory.
Los pincheiras y el robo del ganado. Cuatro hermanos Pincheira acaudillaron a los pincheiras, una horda integrada por los blancos y los indios, traficantes de la ganadería y prófugos de la justicia. Estos hermanos eran: Pablo, Antonio, José Antonio y Santo. Pertenecieron a una familia rica de Chile y recibieron instrucción militar en España. Ellos defendieron la causa realista de Fernando VII y pasaron la cordillera, porque fueron perseguidos por los chilenos. Dedicado a la trashumancia, ubicaron sus toldos en la región comprendida entre Chadi-Leofú, por el este, a Choele Choel, en el sur. Se refugiaron en una región pantanosa, con posterioridad a Chacabuco. Los borogas y los ranqueles, aliados de los pincheiras, robaron en las estancias de los colonos argentinos, para introducir las vacas en Chile, a través del “camino de los chilenos”. Esta ganadería se vendió en Valdivia y Llanquihué. Los aborígenes fueron retribuidos con las armas y el alcohol. La crisis política de 1823 en Chile permitió la impunidad de los hermanos Pincheira, porque prevaleció el partido pipiolo, enemigo de los dueños de las haciendas chilenas y simpatizantes del partido conservador. Los Pincheira alentaron la anarquía y la vuelta de Fernando VII y sobornaron a los guardias chilenos de la frontera. Los conservadores gobernaron en 1829 y los Pincheira fueron perseguidos. El general Bulnes, con su ejército de dos mil soldados, fue destinado a la zona cordillerana y entró en el territorio argentino. Los cuatro hermanos fueron eliminados, excepto José Antonio que se entregó y salvó su vida. Los pincheiras y muchos pehuenches murieron.
Chocory. Dos mil aborígenes chilenos y su jefe Checory habitaron la isla Choele-Choel. ubicada en el río Negro. La pastura de buena calidad de esta isla era el descanso para la ganadería, para después seguir el “camino de los chilenos”. Chocory se hizo independiente, después de secundar a los Pincheira. Yanquetruz y Rondeau, ladrones de las vacas, fueron pagados por Chocory con fusiles y licor. Chocory era un bandolero, se sirvió de los militares “renegados” y practicó el comercio de las cautivas blancas (ROSAS. 1974. T. IV, pp 172, 173, 174 y 175).
Los fondos públicos del gobernador Balcarce escasearon para la campaña del desierto de Rosas; no obstante, Juan Manuel de Rosas acudió a sus amigos, los estancieros ricos, interesados en el éxito de la misma. Al finalizar marzo de 1833, Juan Manuel de Rosas inició su campaña; él llegó al río Negro el 10 de mayo y a Choele-Choel el 30 de dicho mes; las columnas de Rosas guerrearon contra los aborígenes y avanzaron hacia la confluencia de los ríos Limay y Neuquén; esta expedición, prosiguió hasta el río Atuel y consiguió 2.900 leguas de tierras fértiles (FLORIA Y GARCÍA BELSUNCE. Vol. 3, pp 26 y 27). A pesar del éxito de Rosas, quedaron muchos indios en el territorio argentino; el jefe aborigen Martín Rondeau y sus indios borogas estuvieron en Guaminí; Cachul y Catriel el Viejo, con los pampas o puelches, habitaron la zona de Carhué; los ranqueles, liderados por el sustituto de Yanquetruz: Payné, vivieron en los cañaverales, ubicados en el norte. Juan Manuel de Rosas construyó fortificaciones en los valles del Colorado y el Negro para obstaculizar el denominado camino de los chilenos; él quiso mantener la paz con los borogas y acordó la entrega anual de las prestaciones: vacas, yeguas, tabaco, azúcar y aguardiente.
Las invasiones aborígenes posteriores. El emperador de la Pampa: Calfucurá.
Juan Manuel de Rosas favoreció la venida de Chile de Calfucurá para sustituir a un jefe aborigen: Rondeau, quien no respetó la paz y terminó asesinado por dicho gran gulmen chileno; la paz de los pinos trató de evitar los nuevos malones.
En 1852, el jefe de los pampas y los ranqueles: Calfucurá aprovechó la caída del gobierno de Rosas e invadió, con un gran malón de 5 mil indios, las estancias ubicadas en el sur de Buenos Aires; Bahía Blanca fue sitiada por estos aborígenes. Entre 1854 y durante el año siguiente, los malones atacaron Buenos Aires; las poblaciones de Tres Arroyos, Azul y Bahía Blanca fueron víctimas de dichos ataques. El gobierno de Obligado pactó con Catriel y aumentó las prestaciones acordadas con Rosas, en una época anterior, pero Calfucurá siguió guerreando. Otras expediciones militares para detener a los indios fracasaron, como la dirigida por Emilio Mitre contra los ranqueles. Callupán, hijo de Calfucurá, destrozó el fortín de Vallimanca en 1864. Los malones atacaron Pergamino en Buenos Aires, Renca en San Luis y la Paz en Mendoza. En 1868, el intento de ocupar el camino de los chilenos no duró. El 8 de marzo de 1870, los indios de Calfucurá sufrieron una gran derrota en San Carlos; en este enfrentamiento, los aborígenes de Catriel el Joven lucharon a favor de los militares argentinos. Calfucurá perdió toda la ganadería de dicho arreo y murió el 4 de junio de 1873, después cumplir más de 100 años de edad (ROSA, 1981, T. VIII, pp 119 a 128).
El reconocimiento de la independencia de las nuevas repúblicas hispanoamericanas.
El duque de Orleáns (Orleans), Luis Felipe, recibió el trono con la revolución monárquica de julio de 1830, a través de la “insurrección popular”. El nuevo monarca, sustituto de Carlos X, reconoció la independencia de los países hispanoamericanos. Este reconocimiento fue espontáneo y gratuito, sin exigir ningún tratado para mejorar la navegación y el comercio de los franceses, muy diferente al tratado de los ingleses con Buenos Aires, en 1825.
Rosas no aceptó al cónsul francés Mr. de la Forest y el marqués de Vins de Peyssac fue designado en su reemplazo. La disposición de los revolucionarios unitarios, vigente desde el 23 de junio de 1829, concedió la ciudadanía local a cada extranjero defensor de la ciudad, sin perder su ciudadanía natal. El delegado del gobierno revolucionario de Lavalle acordó con Venancuort, el 25 de mayo de 1829, exceptuar de las milicias a los franceses. Juan Manuel de Rosas derogó esta disposición unitaria, el 11 de enero de 1830. Los franceses no fueron convocados para la guerra civil, pero fueron obligados por el gobierno de Rosas a participar en los servicios sociales y cuidar el orden. Los ingleses no se incluyeron. Después de un año sin hablar con Vins de Peyssac, Juan Manuel de Rosas recibió al diplomático francés por una solicitud de Mariquita Sánchez, esposa del vicecónsul francés Mr. de Mandeville. El marqués no continuó con su reclamación (ROSAS. 1974. T. IV, pp 142 y 143).
El gobierno de Viamonte (noviembre de 1833 hasta octubre de 1834).
La Legislatura sustituyó a Balcarce por Juan José Viamonte. Este gobernador fue favorable a una reconciliación entre los seguidores de Rosas y sus opositores. Encarnación Ezcurra fue la inspiración para Cuitiño, Burgos, Salomón y otros, en la creación de la Sociedad Popular Restauradora. Esta organización se conoció con el nombre de la Mazorca y se dedicó a practicar el terrorismo contra los opositores políticos.
El bloqueo político no impidió la administración estatal de Viamonte. Este gobernador trabajó para normalizar las relaciones entre el Estado argentino y la Iglesia. Otra política fue sentar las bases para el ejercicio del Patronato eclesiástico.
Los apostólicos ganaron las elecciones, realizadas el 20 de abril de 1834. Rivadavia fue acusado de una conspiración monárquica, poco después de arribar al país. Su defensor fue García, pero este ministro solicitó el juicio de residencia, cuando fue acusado por el general Alzaga. Viamonte expulsó a Rivadavia y renunció el 5 de junio. Juan Manuel de Rosas fue elegido gobernador por la Legislatura, pero no aceptó varias veces, porque los diputados no quisieron conceder las facultades extraordinarias a Rosas.
La gobernación de Maza (octubre de 1834 hasta abril de 1835).
Juan Manuel de Rosas no aceptó la gobernación, sin las facultades extraordinarias, por cuarta vez. Fueron elegidos gobernadores: Manuel y Nicolás Anchorena, Juan Terrero y Ángel Pacheco, pero todos eran partidarios de Rosas y renunciaron. El Dr. Manuel Maza aceptó porque era amigo de Rosas y Maza, el Presidente de la Legislatura de Buenos Aires. Su misión fue facilitar la vuelta del Restaurador.
La disputa internacional por las Malvinas.
Los asuntos internacionales no fueron importantes para Juan Manuel de Rosas, hasta 1836. El gobierno de Buenos Aires inició la colonización de las Malvinas en 1823. En estas islas, heredadas de España, fue designado el gobernador Luis Vernet. Tres barcos de Norteamérica fueron detenidos por este gobernador de las Malvinas, por pescar ilegalmente en la soberanía argentina.
El asalto de Puerto Luis, en las Malvinas, por parte de la fragata Lexington de Estados Unidos, aumentó la crisis diplomática. La colonia argentina en las Malvinas quedó destruida, el pueblo de Buenos Aires se indignó, el representante de Norteamérica fue expulsado y las relaciones diplomáticas terminaron por una década.
La goleta argentina “Sarandí” se estableció en el Puerto Luis, pero los ingleses se interesaron en las Malvinas, para controlar el Atlántico Sur y el estrecho de Magallanes. Lord Palmerston quiso, en enero de 1832, la soberanía inglesa en estas islas. El “Sarandí” fue intimado a bajar la bandera argentina en las Malvinas, el 2 de enero de 1833, por la “Clio”de la Royal Navy. Los argentinos en las Malvinas se negaron y el puerto fue ocupado, después de la rendición de la guarnición argentina. El “Sarandí” fue obligado a irse. El gobernador de Buenos Aires, Manuel V. Maza, criticó el uso de la fuerza inglesa, la población argentina se indignó, se habló de quitar la representación británica en Buenos Aires y fue presentada una protesta en Londres, pero las relaciones con Gran Bretaña prevalecieron.
El nuevo gobernador de Buenos Aires, Juan Manuel de Rosas, no deseó un conflicto internacional. Las negociaciones continuaron hasta 1941, pero los británicos no quisieron ceder y gobernaron de facto las islas Malvinas (FLORIA y GARCÍA BELSUNCE. 1992. Vol. 2, pp 44 y 45).
La guerra argentina-boliviana.
Bolivia era gobernada por el mariscal Santa Cruz, ocupado en aumentar su influencia en el territorio peruano. Los residentes argentinos, emigrados por la guerra civil argentina, entre ellos Lamadrid, intrigaron contra los gobiernos de Tucumán y Salta. Chile hizo la guerra a la Confederación de Santa Cruz. Juan Manuel de Rosas declaró la guerra a esta confederación de Santa Cruz, el 19 de mayo de 1837. Heredia fue designado en la comandancia militar argentina, con las pocas fuerzas militares enviadas por Rosas, pero fue vencido en Cuyambuyo (Bolivia), el 24 de junio de 1838. Los chilenos vencieron a Santa Cruz en Yungay, el 20 de enero de 1838 y se cayó esta confederación, formada por Perú y Bolivia (FLORIA y GARCÍA BELSUNCE, 1992. Vol. 2, p 45).
El mediador Quiroga. Su asesinato.
El gobernador de Tucumán, Felipe Heredia, declaró la guerra al gobernador de Salta, general Latorre, el 19 de noviembre de 1834. Se aplicó el Pacto Federal y el general Quiroga fue designado por Maza como mediador para solucionar el conflicto. Juan Manuel de Rosas no quiso la organización constitucional y convenció a Quiroga sobre su posición política. Latorre fue asesinado por un movimiento opositor salteño y Quiroga se enteró de esta noticia cuando llegó a Santiago del Estero. El caudillo riojano logró un tratado de amistad entre Salta, Tucumán y Santiago del Estero. Conoció un posible atentado contra su vida, por orden del gobernador de Córdoba. El capitán Santo Pérez asesinó a Quiroga en Barranca Yaco, el 16 de febrero (FLORIA y GARCÍA BELSUNCE, 1992. Vol. 2, pp 27 a 30).
Entre los hermanos Reinafé, José Antonio Reinafé pasó por Catamarca y llegó a Antofagasta, pero fue detenido por Heredia y llevado a Córdoba. Guillermo fue encontrado en Ojo de Agua y confesó su crimen. Santo Pérez se entregó y Francisco Reinafé se escapó a Montevideo. Francisco culpó a José Vicente Reinafé, el gobernador, de ordenar el asesinato de Quiroga (ROSAS, 1974. T. IV, pp 236 y 237). Terminaron presos en Buenos Aires: Santo Pérez, tres hermanos Reinafé, Aguirre y los integrantes de la partida asesina de Quiroga. Juan Manuel de Rosas era el juez, por delegación de las provincias en Buenos Aires. Los hermanos Reinafé rechazaron la competencia de esta delegación por carecer de una constitución escrita y las leyes del “fuero judicial”. Juan Manuel de Rosas fue impugnado como juez, por uno de los defensores legales de los procesados, Marcelo Gamboa, porque la culpabilidad de los hermanos Reinafé fue prejuzgada por Rosas, en sus comunicaciones con las provincias. El sumario y la condena de este proceso judicial recayeron en Manuel Vicente Maza, por delegación de Rosas, sin renunciar al derecho de revisar la sentencia. Santo Pérez confesó su crimen, hecho por obedecer a los hermanos Reinafé: Francisco, Guillermo y José Antonio. La garantía de este asesinato, dijo Pérez, fue el acuerdo entre Reinafé, López y Rosas. Santo Pérez, sentado en el banquillo, culpó a Rosas de ser el asesino de Quiroga; esta acusación de Pérez se conoció a través de Sarmiento. Los 17 de los 28 soldados, involucrados en la partida criminal, fueron condenados al fusilamiento por sorteo. El delegado Aguirre fue sentenciado al destierro, por cuatro años. Maza y Lahitte aconsejaron a Rosas disminuir la cantidad de soldados condenados al fusilamiento (ROSAS, 1972, T. IV, pp 232 y 233). Después de este juicio, realizado en Buenos Aires, los criminales fueron ahorcados en la Plaza Mayor. Este ahorcamiento fue mostrado al pueblo, en los grabados de la imprenta estatal (HALPERÍN DONGHI- 1985. Vol 3, p 340). Antes del ahorcamiento grupal de los condenados por la muerte de Quiroga, los asesinos Santo Pérez, Guillermo y José Vicente fueron fusilados en la Plaza del Fuerte. Los demás culpables terminaron ajusticiados en la Plaza de Marte (ROSAS, 1974. T. IV, p 233).
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Nedela: "Nos convoca a todos los berissenses a buscar en nuestras raíces las fuerzas necesarias para superar las adversidades"
🌎 #Berisso | #149Aiversario | #Institucionales | #Sociedad 📬 #JorgeNedela: "Nos convoca a todos los berissenses a buscar en nuestras raíces las fuerzas necesarias para superar las adversidades" 💻
El ex intendente de Berisso, Jorge Nedela, envió un comunicado sobre el aniversario de la creación del Saladero San Juan en manos de Juan Berisso, quien luego dio nombre la ciudad ribereña del Río de La Plata.
El escrito:
1871-24 de Junio-2020
149° Aiversario de la fundación de Berisso Tierra de Paz y de Esperanza
Juan y Luis Berisso, pioneros y soñadores que forjaron las bases de nuestra…
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Acto por los 147 años de la creación del Saladero San Juan, funación de la ciudad de Berisso
Acto por los 147 años de la creación del Saladero San Juan, funación de la ciudad de #Berisso
El intendente Jorge Nedela encabezó esta mañana los actos conmemorativos por el 147 año de la Fundación de la ciudad de Berisso, establecida el 24 de junio de 1871 por la Ordenanza N° 2247/98, basada en el inicio de las obras del Saladero San Juan, día del calendario Católico Apostólico Romano de San Juan y bajo la título de ese Santo de la religión mencionada.
El izamiento del pabellón nacional…
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#24 de junio de 1871#Adrián Berisso#Berisso#Fabiana Giácomi#Gabriela Bulich#Iglesia Santos Pedro y Pablo#Jorge Nedela#Juan Berisso#Museo 1871#Museo de Berisso#Ordenanza N° 2247/98#Oscar Alcoba#Oscar Rodríguez#saladero San Juan
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Actos por la fundación de Berisso
Actos por la fundación de #Berisso
La Municipalidad de Berisso informa sobre los actos que se realizarán en conmemoración de la fecha fundacional de la ciudad, establecida el 24 de junio de 1871 por la Ordenanza N° 2247/98, basada en el inicio de las obras del Saladero San Juan, día de San Juan y bajo la advocación católica como Santo.
Las actividades para este 147 aniversario se iniciarán el viernes 22 de junio con la…
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#24 de junio de 1871#Acto Escolar Oficial#Aniversario de la Fundación#Casa de Cultura#Miriam Frida#Museo 1871#Ordenanza N° 2247/98#Parroquia Santos Pedro y Pablo#saladero San Juan
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El intendente municipal Jorge Nedela encabezó esta mañana el acto central en el marco de los festejos del 146º Aniversario de la Fundación de la ciudad de Berisso.
Las actividades, comenzaron con una recepción de autoridades en la sede de Casa de Cultura, para luego continuar con el izamiento del Pabellón Nacional a cargo del Jefe Comunal y la presidenta del Concejo Deliberante Ana Lara en el Parque Cívico (Avenida Montevideo entre 10 y 11).
Del acto participaron secretarios del Ejecutivo, delegados y otros integrantes de la administración comunal, la presidente del Concejo Deliberante, Ana Lara; concejales de distintos bloques; el impulsor de la ordenanza que estableció el 24 de junio como fecha de Fundación local, el concejal mandato cumplido Oscar Alcoba, el director del Hopsital Larrain, Alfredo Sanaroni, la jefa distrital de Educación, Sonia Morosiuk; abanderados, alumnos, profesores y maestros de escuelas del distrito; integrantes de instituciones, gremios y de las fuerzas de seguridad.
Junto a ellos más, estuvieron presentes la presidente de la Asociación de Entidades Extranjeras (AEE), Gabriela Ruszczyk; la actual Reina Provincial del Inmigrante Aldana Santillán Armoha junto a la primera y segunda Princesa, Giuliana Martins y Ludmila Wac Galuk respectivamente y representantes de las Colectividades; familiares y vecinos, entre otros, contando con la destacada participación de la Banda de la Escuela Naval, que acompaña con distintas interpretaciones cada momento del acto.
En la oportunidad, el cura párroco de la Iglesia María Reina, Cristian Gonzálvez, ofreció sus bendiciones a la ciudad y a los presentes con oraciones por la Paz y también lo realizó hacia la nueva flota de vehículos que sumó al parque automotor en los últimos meses el Municipio.
Seguidamente, la soprano local Gabriela Bulich entonó las estrofas del Himno Nacional Argentino con música a cargo de la Banda de la Escuela Naval. Luego, el público presente pudo disfrutar del Himno a Berisso, con la voz de la misma soprano y de la integrante de la Escuela de Canto de la Dirección de Cultura, Priscila Romero.
Oscar Alcoba fue el encargado ante los presentes de referirse en primera instancia a la fecha fundacional del 24 de junio de 1871. “Es un orgullo participar de este acto junto al intendente, las autoridades y el pueblo de Berisso en general porque es una fecha muy linda, la que quedó instaurada en el año 1998 tras la ordenanza que me tocó redactar”.
En cuanto a los fundamentos históricos sobre el establecimiento de la hecha de fundación, el ex concejal repasó que hay documentos de varios historiadores que permiten asegurar que el 24 de junio de 1871 se iniciaron las obras de construcción del Saladero San Juan, día de San Juan y que bajo la advocación del Santo, se organizaron una serie de festejos. “En este día hubo una plena participación de las escuelas, y es grato que esto suceda ya que los alumnos deben conocer quién fue nuestro fundador, cuáles son nuestras raíces para amar a esta ciudad, allí es donde se forma la conciencia nacional”, apuntó Alcoba.
Acompañado de su esposa Mónica Días Leal, el intendente Jorge Nedela se refirió a la celebración berissense. “Se cumplen 146 años desde la fecha en la que consideramos el inicio de las actividades del primer saladero, con Juan y Luis Berisso, que vinieron con muchas expectativas y esperanzas a trabajar esta tierra, donde convivieron nuestros antepasados que como ellos llegaron desde otros países y pudieron construir un hogar. Esta es una forma de honrar su memoria”.
“Al ver a los chicos, los distintos abanderados, los jóvenes que representan a las colectividades, pensamos que el futuro está en sus manos, y que como berissenses debemos pensar qué ciudad queremos en este siglo XXI”, indicó el jefe comunal.
Dirigiendo sus palabras especialmente a los estudiantes y representantes juveniles de las colectividades dijo. “Al verlos uno se llena de esperanza pensando en el futuro y renueva el compromiso de dejar todo para tener una ciudad mejor. Les pedimos que tomen el ejemplo de nuestros fundadores, que llegaron a un lugar que era solo campo y bañados y desde ahí sembraron con trabajo las raíces de nuestro Berisso”.
En ese mismo sentido hizo alusión a los distintos aspectos que le fueron dando una identidad propia a esta ciudad. “A los inmigrantes que ya estaban se le fueron sumando miles como consecuencia de las dos guerras mundiales que azotaron especialmente a Europa, ellos trajeron sus costumbres y supieron convivir en paz y con el esfuerzo de su trabajo. También hermanos latinoamericanos han llegado a estas tierras y los recibimos con los brazos abiertos. El Himno a Berisso es una síntesis de lo que somos, es nuestro documento de presentación”, subrayó.
Por último alentó a tomar los ejemplos de los antepasados. “Debemos unirnos y trabajar en conjunto para tener una ciudad mejor cada día, desde la gestión municipal estamos abocados a ellos. Cada uno desde su lugar debe hacer su aporte y soñar con un ciudad grande para nuestros hijos y nietos. Viva Berisso”, subrayó.
La colocación de una ofrenda floral marcó el cierre de las actividades del acto, el que continúo con la canción de Feliz Cumpleaños a cargo de la Banda de la Escuela Naval.
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@JorgeNedela encabezó el Acto Central por el 146º aniversario de la Fundación de la ciudad de #Berisso El intendente municipal Jorge Nedela encabezó esta mañana el acto central en el marco de los festejos del 146º Aniversario de la Fundación de la ciudad de Berisso.
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