#sí te hablo a ti wigetta
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Hoy hace 10 años que llegué a Tumblr. 🥳
Increíble, 10 años perdidos en esta wea
#10 year tumblrversary#tumblr milestone#purasweas#csm diez años de este blog callampa#y pensar que su existencia fue principalmente para ver yaoi de youtubers#sí te hablo a ti wigetta#jsksjd que soy wne la wea fue el 31 de octubre y me di cuenta 5 dias tarde
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Capítulo 5 > NO TE ESPERABA -WIGETTA
3 meses después. Realmente no podía explicar la sensación que recorrió su cuerpo. Principalmente porque no estaba consciente de lo que hacía y sentía que su cuerpo no lograba dirigir aquellos movimientos eróticos. Algunas gotas de sudor cayeron sobre el abdomen de Guillermo y levantó su vista posándola en el alfa. Aún tenía su pene dentro y cada segundo le enviaba descargar de placer a todo su cuerpo. El nudo se estaba bajando y su cuerpo se había logrado relajar; al fin tomando una posición que se pudiese llamar humana. -Deberías comer un poco antes de dormirte. Ya casi se termina el primer día. La vista del omega era borrosa y sentía sus oídos zumbar. Samuel limpiaba superficialmente el abdomen de ambos mientras el nudo terminaba de bajar. Se terminó por acomodar a un lado cuando al fin su pene salió de esa prisión tan placentera y se escuchó un sonoro suspiro de alivio. -Si abres tu boca yo te puedo meter la comida.- el omega negó cansado y se giró quedando apoyado en un costado. Tenía los ojos apenas abiertos y su mirada vagaba por la piel ligeramente bronceada de su acompañante. -Agua. -En un segundo.- el alfa se levantó y Guillermo le dio una rápida mirada. Cerró los ojos un segundo y al abrirlos vio al señor de Luque a centímetros de su rostro. Sintió como sus brazos lo acunaban en su bien definido pecho y le acercaba un vaso de agua. -Pronto volverá el celo. Bebe todo lo que puedas. Guillermo volvió a cerrar los ojos y cuando los abrió estaba solo en su habitación. Las cortinas cerradas le dejaban casi en una completa oscuridad y debió de inhalar profundamente para percibir si hubiese algún rastro de alfa en su cuarto. Pasó las manos por su cuerpo y sintió como el suave pijama se amoldaba a su cuerpo. ‘Solo un sueño. Solo un sueño con el maestro’. Volvió a enterrar su rostro en las sabanas y sintió las náuseas subir rápidamente por su cuerpo. *** -¿Alex crees que algún maestro esté por entrar en celo? Estos meses para Guillermo no habían sido nada fáciles. No tener al padre del bebé le estaba afectando de sobre manera en muchas cosas. A veces quería correr a por una hamburguesa de las que su amigo solía comer de vez en cuando, pero cuando llegaban al local, su estómago se contraía y sentía nauseas. Volvía a la ensalada o miraba a los demás comer. Debió gastar gran parte de sus ahorros en comprar ropa que cubriese el vientre que ya se comenzaba a notar y el que dentro de poco se podría nombrar como “el gran huevo kínder sorpresa Díaz”. Por las mañanas reservaba una cita con su retrete para vomitar. A media noche llamaba a Alex y lo abrazaba llorando hasta dormirse. -¿Por qué preguntas eso? -No es educado contestar una pregunta con otra Alejandro.- Guillermo tomó un tenedor y robó una de las patatas que Alex acababa de freír para su almuerzo. -Entonces deduzco que es por tu extraño comportamiento de quinceañera.- el más bajito envasó una porción para cada uno y las guardaron. -Es que las omegas se ven más revolucionadas estos días.- tomaron sus bolsos saliendo.- Creo que al señor de Luque le vendrá su celo. -Pensé que no te importaba ese maestro. Las primeras semanas no hacías más que quejarte de su fuerte aroma y ahora me dices que le hueles el celo. -Solo me preocupo por el bienestar de todo Alex. Imagina si llega a entrar en celo dentro del instituto. -Seguramente su celo será el día de nuestro examen. -¡No nos puede hacer eso! No podemos hacer un examen sin el maestro presente sabes…- 'No se me van las náuseas hasta que aparece’ -No creo que nadie se atreva a objetarse. Bueno, tú sí.- ninguno parecía dirigirse la mirada realmente. Sus ojos estaban perdidos en pensamientos infinitos y privados. -Hablare hoy con él.- ambos se miraron y quisieron comenzar a gritarse preguntas pero sabía que si uno comenzaba, ambos saldrían perjudicados. -Quizá te baje puntos.- Alex abrió su casillero y cayó un sobre que decía: “Estas fueron las que más me gustaron. PD: Ya desbloquéame de WhatsApp”. El omega guardó rápidamente el sobre y miró a su amigo. -Tenemos algo de qué hablar.- Guillermo abrazó sus libros y Alex su mochila. -No hay nada de qué hablar. -Yo si debo hablar de algo y no puede esperar. Si no vienes a mi casa hoy, le diré a tu madre lo que compraste aquella vez.- sus expresiones seguían aterradas. -Está bien pero ni pienses en volver a preparar esas cosas insípidas de la otra vez.- se colgó la mochila al hombro y camino rápido perdiéndose entre la gente. *** -Creo que hoy es el día indicado para decírselo Frank.- el beta le tedió su taza de café y se sentó a desayunar. -No te dejes cegar por todas esas feromonas y eso.- tomó un sobre guardando una diminuta tarjeta de memoria y lo selló escribiendo una nota. -Ya llevamos mucho tiempo en el mismo salón y me ofende que no pueda recordarme.- guardó el sobre en su maletín y escribió el número de casillero en su mano. -Quizá solo fuiste algo pasajero y su madre te mintió cuando te dijo que jamás había estado con un alfa. -Frank yo sé de lo que te hablo, él… -“Es mi omega”. Ya me lo repetiste varias veces y me quedó bastante claro. ¿Podemos hablar de otra cosa que no sea tu orgullo de alfa dañado?- el beta cortaba su desayuno como si se estuviese vengando del bacon. -Repíteme por qué hago algo tan arriesgado por ti. -Porque espero titularme algún día.- miró al alfa.- Yo aguanto tus discursos melancólicos a diario. -Todo esto es tú culpa en primer lugar. ¿Cómo esperabas poder asistir a un niño correctamente mientras toma fotos y eso? -Te digo que no es un niño. Es un niño genio y endemoniado.- apuntó a su amigo con el tenedor.- Tiene un cuerpo tan pequeño tío… no hay figura y creo que el culo se le perdió en algún lado.- siguió comiendo.- Estoy seguro que se endemonio cuando hizo el pacto con el diablo para ser más inteligente. -Existe la gente baja y la gente con carácter sensible. Como tú.- se levantó a servir más café. El beta le gruñía mientras seguía engullendo su desayuno. -Te prometo que todo iba bien. Paso de ser ese gato vagabundo que te encuentras en el basurero a ser de los adorables gatitos a los que le toman fotos dentro de tazas o en calcetas o en el césped… -¿Eso fue cuando te quedaste a dormir con él? -Fue una salida de trabajo, pero sí. En la noche me dijo que no podía dormir y yo tampoco. Escogimos las fotos que irían al álbum del trabajo y conversamos el resto de la noche. ¡Seguía siendo un gatito adorable cuando me fui de ahí! -¿Entonces ahora te das a la labor de recapacitar omegas con tu encanto? -Hasta a ti te hice más adorable.- negó.- Le entregamos el álbum al maestro. Nos reunió a todos y dijo que habíamos sido los únicos que no se habían pasado días tomando fotos de animales o paisajes. Mostró todas y cada una de las fotos en la sala de proyecciones. -¿Hasta esa última donde…? -¡Si! Samuel no te imaginas lo horrible que se sintió. ¿Alguna vez escuchaste un omega gruñir que no fuese en la cama? Yo sí y créeme que temí por algunas partes de mi cuerpo. -Solo temes que el niño renuncie y tú te quedes sin los puntos extra.- el alfa le veía relajado mientras bebía de su taza. -Tú también dramatizas tus historias.- se levantó y fue a lavar su plato.- El profesor nos felicitó y muchas banalidades. Me bloqueó de WhatsApp tío. Tenemos un trabajo que entregar para la otra semana y me dejó tirado. Ni siquiera un “no quiero seguir, vete a la mierda”. Lo peor de todo es que debemos de recrear las fotos pero con una nueva temática y con usos de… los temas que te aburren. -Hazlas tú y espera a que nadie note la diferencia. De todas formas en ninguna mostraba el rostro.- Samuel se encogió de hombros y tomó su maletín saliendo. *** -El examen es en dos días y espero resultados tan buenos o mejores aunque el último.- Samuel pasaba por el salón repartiendo una extensa guía.- Hoy no los aburriré con mi voz. Recopilé para ustedes algunos ejercicios parecidos a los que vendrán en el examen. No se permite trabajar en pareja y si tienen alguna duda ya se conocen el camino a mi escritorio.- al terminar se sentó tras aquel viejo mueble y sacó su laptop comenzando a preparar los apuntes para la siguiente clase. Guillermo había optado esa clase por sentarse en primera fila. Usualmente algo dentro de él le rogaba alejarse de los alfas pero hoy se sentía cómodo en ese lugar. Un par de veces escabullo su mano bajo la camiseta para acariciar su ligeramente abultado vientre y volvía a la realidad cuando sentía la mirada de su maestro sobre él. 'Solo lo imagino’ Quizá no era su maestro favorito en el instituto pero agradecía que sus clases no fuesen aburridas ni sus exámenes tan tediosos. Marcó con destacador menta aquellas cosas que debía recordar para su embarazo y de amarillo las que le eran importantes en el examen. -Díaz hay algo que debemos discutir.- Guillermo era casi uno de los últimos en salir y sintió como un escalofrió le recorría la espalda al escuchar a su maestro llamarle. -Claro señor de Luque.- se giró y vio aquella mirada. Dulce pero penetrante. -¿Le gustaría pasar a mi despacho para tener un poco más de privacidad?- Samuel colgó su maletín al hombro y quedo a escasos centímetros del omega. -Creo que este es un buen lugar…- instintivamente dio un paso atrás, chocando con el banco. El alfa asintió y se apoyó en el escritorio. -Mi deber como maestro es ayudar a los alumnos no solo en su rango académico sino también en su área social. Con esto no quiero decir que me esté incumbiendo en su vida personal.- 'Quizá solo en tu culo’.- Sino más bien, espero brindarle el mayor apoyo para que puedan desarrollar su vida escolar en tranquilidad junto a los demás alumnos. -Maestro lo lamento pero no entiendo como es que… yo no creo tener ningún problema con mis compañeros.- Guillermo se maldecía por no haber usado ese día la sudadera que tenía un gran bolsillo frente a su abdomen. Así no tendría que estar en estos momentos rasguñando aquel banco en silencio por los nervios que le daba el alfa. -Cuando entré a mi pasantía en este instituto, pedí la autorización para controlar de una manera más fraternal los celos de los estudiantes de mis clases. Ustedes rellenaron una encuesta en la primera clase y basándome en sus respuestas, llegue a la manera en que podía evitar los incidentes de celos omega – alfa en el salón. Sé que falto a esas clases así como a las de prevención. -Señor de Luque yo le justifiqué mi… -Entiendo su ausencia y a pesar de haber faltado tanto tiempo, sus calificaciones me impresionan. No es ese por el que le cite. -Yo jamás me metería en ningún problema ni… -En su test, usted indicó ser un omega de ciclo regular y está en conocimiento de lo que son los supresores. Imagino conoce como funcionan.- el omega asintió rápidamente a medida que sus mejillas tomaban un tono más carmín.- Por eso es que me intriga tanto Díaz. -Le aseguro que jamás tuve problemas con mis compañeros ni los tendré en un futuro señor de Luque… -Sé que actualmente no se encuentra tomando supresores y eso me preocupa bastante. Los días de su celo fueron más cortos de lo que indicó y en una fecha que no corresponde.- Guillermo no había calculado los días correspondientes a sus celos. Solo falto cuando se sintió que no podía despegar su rostro del inodoro. -Señor de Luque no sé que insinúa pero le prometo que todo marcha bien en mi vida.- los brazos del alfa se tensan y su olor se hace espeso. Las piernas de Guillermo le tiemblan sin permiso y no nota el momento en que su maestro se acercaba peligrosamente a él. -Si hay algún estudiante que le esté acosando puede confiar en mi para decírmelo.- su aroma era extraño para el menor. Aun no reconocía que sentimiento traía así al alfa pero realmente le tenía asqueado. Era muy fuerte.- Si hay algún problema en casa o si un amig… Las manos de Guillermo se aferraron a la camisa del mayor por los brazos. Sus dedos arrugaban la tela buscando casi un consuelo mudo y su frente se apoyó en el pecho del alfa. Los adorados botines desert de Samuel estaban siendo bañados por el desayuno de su alumno. Vio como su rostro se contrajo una fracción de segundo y luego todo fue sereno. Se desplomó a sus brazos y él ya se encontraba gritando por ayuda.
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Time Road fanfic wigetta - CAPÍTULO 13 y Final.
Miércoles 14 de junio del 2017, Madrid, Día del accidente.
Mi cuerpo estaba completamente paralizado, me sentía incapaz de tener el control, estaba sumergido completamente en el sueño gracias al efecto de las pastillas que me había dado mi tía.
El calor de las sabanas cubrían mi piel suavemente, haciendo muy reconfortante la sensación en mi piel, me acurrucaba más en mi acogedor lecho, cuando una voz insistente trataba de llamar mi atención.
-Guille, Guille,… ¡joder ya despierta! ya pasó la hora del desayuno, ¿Cuándo podremos arreglar tu cuarto?- escuchaba con tono molesto la voz de mi hermana.
Tras unos forcejeos a la sabana, me desperté muy adormecido, bostecé y despejé mi rostro para ver a mi hermana que estaba cerca, con un puchero en su rostro.
-¿Qué quieres karol?- alcancé a decir aún somnoliento.
-Has dormido mucho tiempo, mi tío dijo que no te molestara, pero es que ya son las dos de la tarde y tenemos que organizar las cosas…-.
-¡Alto! Dijiste… ¿dos de la tarde?- dije al escuchar la hora.
-Si, por eso vine a despertarte dormilón, venga vamos, a levantarse- dijo mi hermana destapándome completamente para tirarme con fuerza.
¿Dos de la tarde? No, espera… primero debo saber ¿Qué día es? ¿Cuándo iba a ser el accidente? Dios… me he quedado completamente dormido, solo espero tener aún tiempo.
-¡Karol! ¿Qué día es hoy? Por favor contéstame es muy urgente, día y año exacto- dije desesperado.
Mi hermana me quedó viendo de forma extraña, se acercó al celular que estaba en la mesa de noche y me enseñó directamente la pantalla después de hacerle uso.
-Son las 14:08, día Miércoles 14, mes de junio del 2017… acaso, ¿volviste a tener esas premoniciones que mencionaste ayer?- dijo sosteniendo fijamente el celular.
-Ostras… no, no, no, no, ¡No! ¡Es hoy! Tengo que apresurarme- dije levantándome con velocidad al baño para lavarme ligeramente y vestirme con rapidez.
-¿Hermano que sucede?- gritó mi hermana que estaba al otro lado de la puerta del baño.
-Karol, necesito que me prestes tu laptop, tengo que verificar algo, ¿puedes traérmelo rápido? ¡Por favor!-.
No escuché respuesta de parte de mi hermana, acabé de bañarme y me sequé a máxima velocidad, me puse la toalla alrededor de mi cintura y salí del baño, cuando escucho el sonido de mi teléfono.
Revisé el móvil donde marcaba un número desconocido, ¿Quién puede ser? No tengo tiempo ahora, pero… rayos, no puedo pasar hoy ningún detalle al descuido, esto es importante para la vida de Samuel.
-¿Diga?- respondí sujetándome la toalla que todavía tenía amarrada.
-Hola ¿Guillermo? Soy Luis, el dueño de la botillería, pude saber tu número gracias al curriculum que le enviaste a mi primo- contestó.
¿Luis? ¿Por qué me está llamando ahora? No recuerdo no haberle pagado o tener alguna clase de deuda monetaria con él.
Mi hermana llegó al instante con su laptop encendida, quería pasármelo apenas entrara, pero se dio cuenta que estaba al teléfono por lo que me esperó callada en la puerta.
-Si… dime Luis ¿en qué te puedo ser útil?- pregunté mientras trataba de buscar ropa que me quedara en el armario.
-Bueno, ¿te acuerdas que me dijiste que estabas buscando trabajo y te hablé de mi primo? Resulta que vio tu curriculum y le hablé de ti de buena forma para que lo pensara, me dijo que te envió hace unos días un correo, pero no le llegó una respuesta de tu parte ¿sigues interesado en el trabajo?- preguntó Luis.
-¿Trabajo? ¡Sí!, claro, es lo que más necesito, pero… ¿no puedes llamarme más tarde? Estoy algo apresurado- dije ya al ver que no podía tener tanta ropa en mi mano.
-Oh por supuesto, vas a ir hoy a la entrevista con él ¿no? Me comentó que era para hoy, pero si tienes algo que hacer… puedes decirme y yo hablo con él para agendar otro día, que está muy ocupado- respondió.
-¡Espera! ¿Hoy? tu primo, me mandó un correo para citarme a una entrevista de trabajo ¿para hoy?- dije sudando frio.
-Sí, eso creí escuchar, ¿no te llegó el mail?- dijo extrañado.
Le di una señal a mi hermana con la mano y ella se acercó sin hacer ruido y me entregó la laptop, abrí apresuradamente mi correo y empecé a buscar por mi bandeja de entrada todos los correos que tenía sin leer.
Esta semana con los sueños, no he podido estar al tanto de mi realidad actual, de mis cuentas, mensajes o correos, a penas y tenía cabeza para afrontar mis problemas, de que me haya llegado esta propuesta de trabajo así y en especial en este día… me temo que sea la entrevista que yo estoy pensando.
Encontré un correo con el nombre de una empresa que no conocía y le di clic para revisarlo.
“Estimado Guillermo Díaz, Junto con saludar, me presento. Soy el director general de la industria AB Mauri Food S.A., he recibido su Curriculum mediante su correo y también estoy al tanto de su persona gracias a mi Primo Luis, se realizó una gestión de derivación para ofrecerte una hora de atención a una entrevista de trabajo, que se realizaría el día Miércoles 14 a las 16:0 hrs.
Te comento que hemos estado muy cortos de tiempo y también de cupos para integrar nuevo personal, pero he querido hacer una excepción para esta situación.
Agradeceré su contestación en el caso de que usted no pueda venir ese día, para confirmar otra hora para el siguiente mes, ya que lo mencionado anteriormente, nuestra agenta se desocupa hasta el mes entrante. Quedo atento a su correo en caso de cambio de fecha y espero ansioso la entrevista que se efectuará en nuestro establecimiento situado en Av. de Manoteras, 46, 28050, Madrid.
Saluda cordialmente, Emilio Saavedra Mardones, Director general, AB Mauri Food S.A.”
Dios… todo estaba calzando, mis sueños, el accidente, el lugar… ¡La hora!, pero ¿Qué estoy haciendo? No falta mucho para que el suceso ocurra, tengo que darme prisa, tengo que estar en ese lugar para tomar el taxi de Samuel, es la única forma de que el sueño de mi hermoso futuro, no sea destruido.
-Sí, ¡estaré en la entrevista sin falta! Te llamaré más tarde para comentar cómo me fue, gracias por todo Luis- respondí después de haberlo dejado un buen rato al teléfono.
Hice una despedida rápida y comencé a buscar desesperadamente una ropa formal en el armario.
-No, esto tampoco… ¡no recuerdo jamás haber usado ropa formal y hay ropa que ya no me queda!- dije desesperado mientras buscaba entre las prendas.
-Pregúntale a mi tía, seguramente ella sabe donde tiene mi tío los trajes formales y pueda prestártelo por hoy- dijo mi hermana que aún seguía en un rincón de mi habitación.
-Karol… eres una genio- respondí al acordarme que ese día si llevaba puesto un traje de mi tío ¿¡cómo no lo pensé antes!?
Bajamos a pedirle a mi tía que estaba en la cocina, un traje de mi tío que me pueda prestar, le comenté que me salió una entrevista de trabajo urgente hoy y ella no dudó en subir al cuarto a buscarme uno.
-Este te puede servir- dijo mi tía extendiendo justamente la tenida que yo había llevado ese día, era increíble que todo estaba ocurriendo como debía ser, pero… el tiempo, no está a mi favor, debo apresurarme ya que son las 14:25.
-Gracias tía, es perfecto- dije mientras le di un fuerte abrazo.
Ella y yo aún no habíamos tenido esa conversación, en la que me explica sus miedos y también lo mal que se sentía con ella misma, por no haber sido un apoyo para mí. Cuando todo esto termine, me aseguraré de volver a vivir ese momento, ese día… yo no estaba con mi mejor ánimo, no después de haber sido presente de la muerte de Samuel, esta vez… quiero hacer bien las cosas, aún si tenga que revivir cada suceso una y otra vez, quiero optar a mi mejor futuro.
Corrí a mi cuarto y me cambié lo más rápido posible, mi hermana estaba muchas veces mencionando que tomara un uber o un taxi directamente, pero no, lo que más me importa, es ir al lugar donde yo conocería a Samuel, estoy seguro que yo llegué a ese lugar no por coincidencia, mis sueños me indicaban ese lugar, todo este tiempo me han dado el punto de partida para cambiar mi vida y yo solo le daba la espalda.
-Pues… cerca hay una parada de bus que te deja en ese lugar, no pasa muy seguido… por lo que debes darte prisa- dijo mi tía que nos veía discutiendo sobre el trasporte.
-Voy volando- dije saliendo disparado de la puerta, despedí de un grito a mi tía y a karol mientras corría lo más veloz posible.
Podía ver la parada, el bus ya había llegado por lo que corrí implorando que no se fuese.
-¡Esperé por favor, necesito subir!- gritaba a unos metros del bus, dándole señales al conductor como podía, una abuelita que estaba subiendo de las últimas, me vio y se demoró en subir para darme tiempo a llegar.
Yo apuré el paso y alcancé las puertas del bus impidiéndole cerrar.
El conductor me quedó mirando algo extraño, pero al ver que había pagado el pasaje, volvió a poner su vista al volante.
Mi respiración estaba agitada, mi pulso acelerado, me hacía pensar que me iba a desmayar en algún punto, por lo que me senté rápidamente mientras el bus me llevaba al lugar.
Miré el reloj de mi móvil todo nervioso, ya eran las 14:48 y no sabía cuánto más iba a durar el viaje hasta allí.
La señora que me había ayudado a alcanzar el bus se había sentado cerca de mí y al verme muy ajetreado, sacó algo de su bolso y me lo ofreció.
-Tenga un poco de agua, veo que vas muy apurado, si no te tranquilizas, te puede hacer mal- dijo con voz suave.
-Se lo agradezco- respondí aceptando su botella con agua.
-¿A dónde vas tan agitado?- preguntó una vez me vio más calmado.
-A una entrevista, pero antes… tengo que ver a alguien importante- respondí sin percatarme que solo era una extraña, de cierta forma, ¿Qué importaba? Ella fue amable conmigo y tampoco es que la vaya a ver de nuevo.
-Debe ser muy importante como para correr de esa forma- dijo mientras soltaba unas risillas.
-Lo es- dije algo sonrojado, al decir eso… sentía un extraño calor interior, reconfortante y familiar, esa era la magia que Samuel me trasmitía, las palabras que constantemente mi mente repetía, sus ojos brillantes que fijamente me miraba, no quería verlo nuevamente en esa camilla, tan pálido, tan frio…
Los minutos pasaban y yo impaciente, miraba por las ventanas por si reconocía el lugar, muchas veces me paraba a preguntar al conductor, pero solo me respondía que ya pronto pasaría, era una amarga espera que yo apenas podía tolerar.
15:17, apenas a tres minutos a la hora en donde yo supuestamente debía estar parado, lo bueno, es que ya reconocía el lugar, estaba tan solo a una cuadra de la parada, puedo hacerlo… definitivamente, puedo hacerlo.
Acomodé mis cosas y me arreglé un poco el cabello al ver que aún no estaba muy presentable, el haber estado tan nervioso, me dejó muy sudado y eso no era bueno para el traje formal.
Al mirar un poco por la ventana, pude notar, a un taxi que estaba a la misma distancia que el bus.
Mi cuerpo se quedó inmóvil, mis manos estaban sudando y mi corazón empezó a latir más y más deprisa.
Samuel, no puede ser… es Samuel, pude distinguirlo gracias a que llevaba la ventana del copiloto abajo, estaba serio en el volante, mirando a todas direcciones de la cera por si una persona lo hacía parar.
No, debo ser yo esa persona, pero… ¡aún estoy en el bus! Esto no puede estar pasando, debo de bajarme pronto.
Me acerqué a la puerta del bus sin quitar la vista del taxi, la calle estaba muy concurrida y el transito congestionado.
Podía notar que la parada estaba a unos metros de mí, había tocado para anunciarle al conductor mi bajada, estaba muy impaciente, podía ver que en la fila donde estaba conduciendo Samuel avanzaba, mientras que el bus aún le quedaba por llegar.
Vamos… Vamos… debo bajar…. Debo bajar, Samuel está ahí, es mi deber salvarlo, ¡demonios!
El bus avanzó y llegó a la parada, yo estaba listo para emprender la carrera, estaba casi pegado a las puertas esperando la mínima apertura.
¡Por fin!, abrió y bajé velozmente del bus, caminé a donde estaba la esquina volteando a ver la calle, pero el bus me tapaba la vista, por lo que apuré más mi paso, los autos empezaron a moverse y entré en pánico, porque el bus impedía el paso a los que estaban en la siguiente fila.
El taxi de Samuel había arrancado, había pasado la esquina que yo supuestamente debía estar.
No… no, ¡No! Esto no puede ser ¡joder!, ¡Samuel! ¡No te vayas!
Mis piernas les llegó un impulso ciego, corrí siguiendo el rastro del taxi, iba en dirección a la calle de Alcalá, el lugar del accidente.
-¡Taxi! ¡Taxi por favor!- gritaba a todo pulmón, imploraba que se detuviera y no siguiera su curso, el transito estaba aflojando por lo que se me hacía un poco difícil seguirlo.
Me tropezaba y chocaba con la gente a mi alrededor, me disculpaba simultaneas veces sin parar mi acción de correr, estaba desesperado, veía como el taxi de Samuel, se alejaba de mi alcancé, era estar viviendo una horrible pesadilla, sabía lo que pasaría al final de esa calle, Sabía que esto ya no era otra premonición, era mi realidad, no podré hacer nada más si yo no lo logro alcanzar.
Samuel se había cambiado de pista, la más cercana a la cera para doblar, en esa posición, sería el primer coche en recibir un impacto, más específico, recibiría el choque del otro auto.
-¡¡¡Samueeeel!!!! ¡¡Samuuuueeeeel!!- gritaba como loco, mucha gente se me quedaba mirando, pero no me importaba, estaba a unos segundos de perder a la persona que amo, iba nuevamente a perderlo, pero esta vez definitivamente.
Veía la calle, veía que el semáforo estaba por cambiar, pero Samuel podía perfectamente pasar, estaba perdido, ¡estaba jodidamente perdido!
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Corrí por la orilla de la cera a toda velocidad, por esa parte no había gente y se me hacía mucho más fácil pasar.
Estaba alado del taxi, a un metro del semáforo, era tarde para gritar y hacerlo para, por lo que solo me dejé guiar de impulso, donde sin pensar, me tiré a la parte delantera del taxi.
Sentí el impacto del capó, escuché una fuertes frenadas y bocinas esparcirse por el lugar, cerré mis ojos y me tapé el rostro para amortiguar el golpe.
Caí al suelo con un dolor en el estómago, escuché gente gritar y sonidos de puertas de coche abriéndose por mi alrededor.
Mi cuerpo estaba adolorido, me retorcía en el suelo sin siquiera ver lo que ocurría, cuando un agarre fuerte en mis hombros, me hicieron reaccionar.
-¡Oye chico! ¡¿Te encuentras bien?!- esa voz… estoy seguro… esa voz es de…
Abrí mis ojos apenas el chico me habló, era Samuel, estaba frente a mí, su rostro se notaba preocupado y pálido, me agarraba fuertemente ayudándome a ponerme de pie.
-Lo… hice…- dije tembloroso, mis manos se movieron solas a su camisa dejándome caer unas lágrimas de alivio y temor absoluto.
-¡¿Se puede saber que rayos estabas haciendo tío?! Estuviste apun-.
Un gran estruendo a nuestro costado, interrumpió el sermón de Samuel.
Un coche había patinado por la cera estrellándose a unos postes con rejas que había, el coche rodó y la gente que estaba cerca, salió huyendo rápido para esquivarlo.
Me quedé congelado al ver tan intensa y trágica escena, hacía pasado frente de mí, a unos ligeros centímetros, mi cuerpo estaba temblando y sudando frio donde solo, pude mirar a mi izquierda, asegurándome que estaba bien Samuel.
Él había quedado en shock, su fuerza había desaparecido en un segundo de sus manos, estaba inmóvil al igual que yo, frente a ese coche que de apoco se fue inundando de personas que quisieron socorrer al conductor.
-¿Estás bien?- me atreví a preguntar, lo había hecho bajo y tímido, no había tomado conciencia que era la primera vez… que había hablado con él.
Samuel reaccionó y me miró con unos ojos algo asustados, su rostro había cambiado de semblante a uno de extraña certidumbre que no sabía a la cual responder.
-Tú….- dijo apenas, yo traté de esquivar su mirada y me alejé un poco cuando sentí un poco de dolor por la caída.
-Aguarda, no estás bien- dijo tomando mi brazo para impedir que hiciera un movimiento brusco.
-E… Estoy bien, tengo que irme… llegaré tarde a una entrevista de trabajo- dije acordándome que aún me quedaba un asunto pendiente.
-¿Entrevista?- preguntó extrañado.
-S-Sí, AB Mauri Food S.A. allí es donde va a ser... Amm… disculpa las molestias…- dije alejándome para dar la vuelta cuando siento nuevamente que me detienen.
-Espera, te llevaré- respondió Samuel.
Esto… ¿es real? De verdad… ¿ha ocurrido todo esto? Por fin tenía frente a mí a Samuel, estaba vivo… yo lo salvé, ¡pude cambiar el destino!
La ambulancia llegó rápidamente, ya que los habían llamado mediante mi incidente, pudieron asistir al conductor del coche y Samuel me subió a su taxi para no perder más tiempo y evitar las preguntas de la ambulancia.
-Descuida, llegaremos en 20 minutos, no está muy lejos de aquí- dijo mientras estaba conduciendo.
Samuel se apuró de salir de la calle antes de que la cerraran por el accidente, no habló en todo el trayecto y tampoco había puesto andar el taxímetro.
Se había provocado un silencio peculiar, para mí era como un sueño, había conocido a Samuel y me estaba llevando… como debía ser.
El olor del taxi era agradable, incluso… algo nostálgico, me dio la sensación que esta cálida… y acogedora atmosfera, ya la había sentido antes, unos años antes.
El taxi seguía andando mientras que los dos seguíamos en silencio, no sabía qué decir tras tan extraño encuentro, yo me impacté contra su coche y luego pasó el accidente, ¿qué puedo decir tras eso? Seguro debe pensar que soy un fenómeno… o algo raro, no quiero que me odie.
El sonido de la radio quebró nuestro silencio, Samuel estaba cambiando los canales sin decidirse a establecer alguno.
-Aún… no dicen nada del choque…- dijo finalmente.
Yo tragué un poco de saliva y traté de calmarme, esta sería nuestra primera conversación y no quiero sonar como un tartamudo.
-Más tarde… seguramente saldrá por televisión…- respondí mirando a la parte baja de los asientos.
Estaba tan nervioso, me sentía realmente diferente, mi corazón estaba como loco todo el camino, retenía mis ganas de abrazarlo inmensamente, sentía que aún no asimilaba mi situación.
-Llegamos- dijo haciéndome alzar la vista a las ventanas.
Nos bajamos rápidamente donde un edificio con el nombre de la empresa me atrajo de forma intuitiva.
-¿Vas bien en la hora?- preguntó Samuel.
Me detuve a sacar el móvil y miré el reloj que marcaba las 15:56, había llegado a tiempo… Samuel lo logró…
Nos quedamos mirando algo inquietos, se suponía…. Que tengo que entrar, pero… ¿qué pasará ahora? ¿Se irá? Esto… ¿es todo?
Miraba a Samuel inconforme, me sentía realmente frustrado, quería hacer tantas cosas, pero no era la oportunidad, y si no lo es ahora, ¿habrá otra? Dios… esto es tan incómodo.
-¿Cuánto… te debo?- me atreví a preguntar, no quería irme, no aún.
-No es nada… yo…- otra vez, otro silencio se había producido entre nosotros, me ponía realmente nervioso.
-Gracias…-.
¿Qué? Alcé mi vista y Samuel me estaba mirando fijamente a los ojos.
-Es extraño para mi… agradecer que una persona se haya estrellado contra mi taxi, pero… de alguna forma… si no hubiera pasado… creo que yo hubiese estado en esa ambulancia- dijo con las manos nerviosas, trataba de esconderlas en sus bolsillos, al ver que solo le estorbaban, no sabía cómo plantearse frente a mí.
Yo… me quedé realmente aliviado… sus palabras, no sé… cómo es que él tiene ese don, puede cambiar mi mundo con solo una oración.
-S-Solo no quería llegar tarde, necesitaba un taxi, por lo que solo actué sin pensar- ¿pero qué acabo de decir? Es lo más tonto que pude haber dicho por los nervios.
-jajajaja vaya chaval, que forma tan rara tienes de parar los taxis tú- dijo estallando de risa, nuestra tensión se había quebrado, yo también sonreí por inercia ante su contagiosa sonrisa.
-Anda, que si no llegas tarde antes, lo harás ahora por estar aquí empanado- dijo Samuel apuntando al edificio.
Cierto… mi entrevista, creo… que ya no se puede hacer nada ¿no?... debemos seguir nuestros caminos, supongo…
Me acerqué de apoco a la entrada del edificio, miraba constantemente a Samuel por si se marchaba, pero seguía ahí, esperando en ese taxi.
-Oye- dijo haciéndome dar vuelta enseguida.
-Este es mi número, si estarás trabajando aquí, vas a necesitar de un taxi que te lleve- dijo con una ligera sonrisa.
-Pero… yo… aún no obtengo el empleo…- respondí.
-Lo tendrás, tengo fe en ello- dijo dándome su tarjeta en mi mano.
Ahora... puedo entender muchas cosas, el por qué tenía que conocer a esta persona… y cómo mis sueños… siempre me estuvieron ayudando, en el pasado... En el futuro… y hoy…
Samuel… siempre has estado involucrado ¿verdad? Ya te recuerdo, esa vez… en la lluvia, eres el taxi que me llevó a casa de mis tíos, él que me impulsó a tomar la decisión de vivir solo… no puedo equivocarme… has sido tú, todo este tiempo.
Y tal vez… Qué otras más circunstancias... fueron las que yo te pasé desapercibido, por estar mirando abajo, mendigando, ahogándome en mi alcohol… donde mis problemas me tapaban como si fuesen unas vendas.
Yo… que perdí todo… que creía no tener un futuro, fuiste el que cambió toda esa negra suerte y me llevó a un odisea interna.
Pude, haber destruido esa increíble historia junto a ti, irme por el mal camino y perder a las personas que más quiero, pero… me has hecho ver, que yo era el único que podía cambiar todo eso, que no estaba solo.
Ahora aquí, mirándote a esos ojos, puedo ver esa casa, puedo ver las fotografías llenas de historias y sucesos que pasaremos juntos, puedo ver las charlas y las peleas que tendremos, puedo verte ahí, tomando mi mano, sin importar lo duro que será nuestro destino… y también… veo a victoria, con esos brillantes ojos y esa voz tan dulce que me nombra, papá.
-So…soy Guillermo, Guillermo Díaz, lo siento, no me presenté en todo este tiempo- dije al percatarme que aún estaba mirándolo sin hacer y decir nada todo este tiempo.
Él soltó una risa y se volvió a su lugar en el taxi se dio vuelta y me sonrió apenas nuestras miradas se volvieron a conectar.
<<… nos conocimos hace dos años… tú ibas a una entrevista importante y yo te ayudé a llegar… la verdad… no sé cómo fue que generamos esa clase de química, pero los siguientes días… seguíamos en contacto…>>
Lo sé… puedo entenderte ahora Samuel, en este instante… sin siquiera escucharlo de tu boca incluso, puedo percibir esa química de la que hablas… y estoy seguro que tampoco querré perderla, nunca más…
-Un gusto Guillermo, soy Samuel… Samuel de Luque-.
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Lo sé, lo sé, ¿cómo es que me tomó tanto tiempo actualizar?, bueno con las épocas de fiesta, estuve muy ocupada, me ponía tensa, porque no encontraba el momento adecuado para escribir esta última pieza, quería que tuviese todo lo que tenía en mi mente y el vecino, mi familia, trabajo me impedía concentrarme y sacaba a mi mujer asesina interior xD
Bueno, este es el último capítulo, de verdad… muchas gracias por haber tomado tan bien esta historia, desde un principio, era un mero capricho, estaba todo este tiempo en mi mente esta historia hasta que decidí tomar el riesgo, pensaba que como era diferente, no lo leería nadie, pero yo seguramente lo estaría leyendo, por eso me atreví ;) y no puedo creer que gustó más que caso 777 xD bueno igual al ser policial, aburre más jajaja
De verdad, gracias, por todos los que me han impulsado a escribir, varias que ya no creen más en wigetta, le dan la espalda a este fandom, pero creo que hay que estar agradecido por todo lo que se vivió dentro de él, más allá del shipp, hay personas que compartieron y han impulsado la creatividad de muchas, por eso… yo les doy muchas gracias, a todos, sea hombre o mujer.
¿Tendrá esta historia una segunda temporada? Si, seguramente sí, pero más adelante, cuando genere y tenga en orden los capítulos, lo cual llevará unos meses, igual no será una historia tan larga, pero también me interesa la perspectiva de Samuel en la historia.
Cuídense hermosas personas, ya me estoy alargando mucho xD seguiré los cap del fanfic caso 777 y espero completarlo este año xD, sin más que decir, me despido, por fin… HISTORIA FINALIZADA.
#fanfic wigetta#fanfiction#samuel de luque#willy y vegetta#Guillermo Diaz#Wigetta#fanfic#fandom#shipper wigetta#lovestory#guimuel
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¿Por qué no estamos juntos?... || Wigetta One Shot
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- ¡Vegetta! ¡Que llegamos tarde a la función!
- Ya Willy, tranquilo que ya estoy, vámonos
Era bueno salir de casa de vez en cuando, después de grabar todo el día, una película en el cine no sonaba mal
- ¿Qué vas a pedir Willy? - pregunté a mi compañero mientras estábamos en la fila
- Hombre, pues palomitas, casi que solo vengo por eso al cine
- Sólo no pidas las más grandes porque al final soy yo el que tiene que comérselas y se enferma de la tripa
- Bueno, porque quieres, yo no te pido que las comas
- ¿Y que más quieres que haga si me las das? Pareces un niño pequeño, si es que me iré al cielo con la paciencia que te tengo
Ahí estábamos, Willy compartiendo su foto de las palomitas que acababa de comprarse y yo mirándole como siempre, era como un niño pequeño, recordaba la primera vez que lo conocí, su voz no coincidía con el chico que tenía frente a mí, sus ojos castaños que se achinaban cuando sonreía, su evidente inocencia a tantas cosas, sin embargo eso no aminoraba la madurez que llevaba consigo, aún a su corta edad, y esos mofletes que se teñían de un leve carmín con cada una de sus acciones...
Yo le admiraba, admiraba su valentía al ponerse frente a una cámara y que miles de personas lo vieran, yo mismo fui un subscriptor suyo... Jamás creí conocerlo, ni que sería mi compañero de trabajo, mucho menos que algún día dejaría la comodidad de la casa de mis padres en Madrid para irme a vivir con él a Los Ángeles... Jamás creí enamorarme de él...
- Ya está... no puedo creer que me convencieras de ver esta película
Salí de mis pensamientos para volver al presente, Willy miraba al frente mientras comía un puñado de palomitas
- Qué dices Willy, si ni siquiera es de miedo
- No, pero seguro un susto me saca, el bicho da miedo
- Un poco sí, pero da igual Willy que aquí estoy yo si quieres abrazar a alguien - dije con un tono coqueto a mi compañero
- ¡Uy si! No veas, primero vamos, salgo corriendo
- Qué mala gente eres chaval
- Shhhhhh que ya empieza
Las luces se apagaron anunciando el inicio de la película, pasé hábilmente mi mano frente a Willy y le robé un puñado de palomitas para disfrutar de la función
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- Ostras tío, pues si me gustó la película
- Pues, no estuvo mal, pero tampoco fue la leche
Salimos del cine y nos dirigíamos al estacionamiento de la plaza, estaba ya algo vacío, además de que habíamos aparcado un poco lejos de la entrada principal
Caminábamos en dirección al coche, miré a Willy, su cabello oscuro estaba despeinado ya que antes de salir se dio una ducha rápida y no se molestó en arreglárselo, se veía muy bien así, se me antojaba pasar mi mano por sus cabellos que seguirían húmedos en algunas partes... Lo miré de arriba a abajo, llevaba una sudadera nueva, últimamente había cambiado su vestimenta, era extraño verlo así, no era que no se viera bien, simplemente que me costaba creer que ese era el Willy que había conocido, solo bastaba que hablara con él para saber que detrás de esa nueva imagen, aún estaba el Willy de siempre.
Mis ojos se detuvieron en la mano que llevaba a un costado, estaba tan cerca de la mía... con un movimiento ágil tome su mano, él me miró con una ligera sonrisa en sus labios y correspondió el gesto, entrelazando sus dedos con los míos, ambos dirigimos la vista al frente y sin soltarnos, seguimos caminando hacia el coche.
Llegamos a casa, Willy dejo las llaves sobre la mesilla de la entrada y se dirigió al sofá, se dejó caer en este y tomó el control de la televisión, me acerqué al sofá y le rodee con mis brazos por encima del respaldo.
- Compañero ¿Que cariñoso estás el día de hoy no? - dijo mientras pasaba sus manos sobre las mías
No me consideraba una persona demasiado melosa, en realidad creía que en cualquier relación era necesario darse su espacio, sin embargo, disfrutaba mucho de la compañía de Willy, había algo que me atraía siempre hacia él...
- Me gusta estar contigo chiqui
- Y a mí también
Se giró en mi dirección y nos miramos fijamente, todo era mejor cuando estábamos juntos... dolía saber que no podíamos estarlo más
- Willy... ¿Qué estamos haciendo mal?
- ¿A que te refieres? - me miró extrañado
- ¿Por qué no estamos juntos?
- ¿Qué dices? Estamos juntos justo ahora ¿No es así?
- Sabes de lo que hablo ¿Por qué no estamos juntos... en plan pareja?
Willy se inclinó al frente, soltándose de mi abrazo
- Ya hemos hablado de esto vegetta…
- Ya lo sé Willy, es solo que, si dos personas se quieren, deberían estar juntas
- Ya no somos unos adolescentes Vegetta...
- Yo tenía tu edad cuando te conocí Willy… ¿Acaso la edad es un problema para ti?
Mi compañero se removió incomodo en su asiento, no me miraba, tenía una expresión seria, pero sus ojos delataban tristeza. Nunca creí que a Willy le importase que fuera mayor que él, en realidad sólo en número, ya que nunca me sentí conforme a la edad que tenía, inclusive en muchas ocasiones, Willy demostraba ser mucho más maduro que yo, seguramente eso estaba intentando justo ahora.
- No es por la edad Vegetta – se levantó del sofá y caminó frente a mi – ¿Es que no ves que no podemos permitirnos estar juntos?
- ¿Por qué no? Yo te quiero… ¿Tú no me quieres? – pregunté dudoso
- ¡Sabes que sí! Por eso es que he aceptado estar contigo a pesar de todo, ¿Crees que no es difícil para mí también?
- ¿Y entonces? Por qué nos hacemos los tontos con el tema
- Veg… Samuel, no podemos… Nuestra vida y nuestro trabajo no lo permiten
- Al demonio lo que piensen Willy, a mí no me importa perder seguidores si voy a ganar una vida libre contigo
Me acerqué a él, tomé su brazo para darle apoyo, se giró y se soltó una vez mas de mi agarre, pasó sus manos sobre su rostro en señal de desesperación y me miró suplicante
- ¿Acaso no quieres una familia? ¿No es lo que siempre has deseado? Yo no puedo dártela, tienes que estar con alguien que si pueda
- Eso no es problema Willy, hay otras formas, eso no es un impedimento
- Es que eres terco… - levantó los brazos para después dejarlos caer a sus costados, al parecer no tenía más excusas que decir
- Y tú eres tonto… Willy, yo te quiero – pasé mi mano por su cintura, el consintió el gesto y me abrazó – ¿A qué le temes?
- A todo… ¡Las cosas no son así de sencillas Samuel! ¿Qué pasa si después ya no funciona? ¿Que pasa si todo sale mal?
- ¿Y prefieres huir? ¿Aparentar que nada pasa?... ¿Crees que no me duele verte con ella? – Le dije al tiempo que lo tomaba de los hombros y le separaba un poco de mi para mirarle
- ¿Y crees que a mi no me dan celos cuando te escapas a saber donde con ella también?
- ¿Y que puedo hacer Willy? ¿Quedarme aquí solo? Al menos yo sé que no voy a quedarme con ella, porque al que quiero es a ti… ¿Tú que puedes decirme?
Sus ojos delataban tanto, sabia que él me quería, me lo había dicho y me lo demostraba muchas veces a su manera, a pesar de que había cambiado mucho en todos estos años, en el fondo seguía siendo aquel chico inseguro de sus acciones.
- No lo se Samuel, no podemos… No puedo
El sonido de un tono de llamada inundó el salón, era el móvil de Willy, seguramente ella lo estaría llamando, me miró con cierta decepción y pena.
- Anda ve, sé que tienes que responderle – le solté
- Samuel… Lo siento
Willy tomó su móvil de la mesa y se dirigió a su habitación, yo me quedé en el salón, di un leve golpe a la pared que tenía enfrente y cerré mis ojos…
- Yo también lo siento Willy, mucho más de lo que tú crees
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He vuelto!!! dejo esto y me voy corriendo, no me odien mucho, a mi me duele también T_T por eso tengo que sacarlo, tengo ya varias cosas pensadas para escribir así que espero vernos pronto por aquí.
Si dais like se agradece :3 un saludo muy grande a tod@s
#wigetta#vegetta777#willyrex#willy y vegetta#samuel de luque#guillermo diaz#guimuel#vegettagaymer#the willyrex#drabble wigetta#fic#mine#fanfic wigetta#one shot wigetta
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¿Qué es el amor? Parte 38// Fanfic Wigetta
¿Por qué justo cuando su vida está yendo tan bien apareció ella? ¿Por que el destino se empeñaba en recordarle a su querido Alonso? ¿Que le hizo al mundo para que después de tanta alegría la tristeza viniera de nuevo a atacarlo? Ahora mismo en su comedor se encontraba Beatriz, no era una persona común y corriente, tenía un impacto en la vida de Guillermo, mejor dicho, en su pasado, está mujer era la tía de Alonso, adoraba a su sobrino pero no le gustaba tanto el hecho de que fuera homosexual y termino tolerándolo pero Guillermo notaba que no lo amaba precisamente, ¿qué pintaba esta mujer en su casa? No lo sabía, pero mientras más rápido lo supiera más rápido se iría. -¿qué haces aquí Beatriz? Bien los haz dicho tú, ha pasado un año y ambos sabemos que no te agrado mucho, ¿para que vienes a la ciudad? -hala Guillermo, que entiendas que si fueras una chica te hubiera sonreído más pero que mi sobrino saliera con alguien de su mismo sexo era algo que no entendía. -¿y a ti que más te daba? Joder que no tienes derecho de hablar de sus gustos cuando el ya está muerto. Silencio, puro y absoluto silencio hubo en esa habitación durante unos segundos, hasta que Beatriz hablo de nuevo. -no he venido a discutir contigo Guillermo, venía a contarte que después de tanto tiempo el tío que provocó el accidente de mi sobrino, mi hermana, y su marido se ha entregado a la policía, según me contó el oficial que me llamó, dijo que no podía con la culpa y se estaba volviendo loco, me imaginé que igual y te interesaba esa información y querías ir al pueblo o que se yo, pensé que debías saberlo, era todo lo que tenía que decirte, buenas noches Guillermo. Y la mujer abandono la casa de la familia Díaz Ibáñez sin más, sin decir o hacer algo más, se fue. Aquella noticia dejo a aquel joven destrozado, ¿ por qué? ¡Si él lo que más quería en el mundo era que atraparán a ese imbecil ! ¿Por que se estaba sintiendo tan mal? -¿Guille? ¡Una mujer vino a verte! Dijo que era algo importan...te. Karol observó a su hermano confundida, este sin darse cuenta había comenzado a llorar y estaba de pie en medio del comedor sin decir nada, simplemente llorando. -¿Guille estás bien?-murmuró preocupada, a esto su hermano respondió negando con la cabeza-¿que ha pasado? Puedes decírmelo. El joven sintió como le fallaban las piernas por lo que se sentó en el suelo, comenzó a sollozar y abrazo a su hermana con todas sus fuerzas. -han atrapado al que provocó el accidente de Alonso, ese tío se entregó a la policía. -¿y por eso estás llorando? Si tú lo que más querías es que el responsable estuviese en la carcel. -necesito verlo Karol, necesito ir al pueblo y ver al cabron que me quito a mí Alonso. -podemos decirle a mamá que nos lleve mañana al salir del instituto. -¡no! No puedo esperar hasta mañana, tengo que verlo. -¿sabes la hora que es? Mamá y papá te matarían si se enteran. -iré rápido, no tardaré te lo aseguro, y si preguntan por mí diles que me he quedado a dormir en casa de Samuel. -¡no voy a mentirle a mis padres! Nos matarán a los dos. -no les digas nada entonces, ya les llamo yo. Y Guillermo después de besar la frente de su hermana corrió hacia la puerta principal, con la misma velocidad se montó en el auto y encendió el auto, su hermana corrió hacia al auto para intentar detenerlo, golpeando la ventanilla. -¡no puedes ir ahora guille! Tienes que calmarte, y aunque pudieses ir ahora, ¿para que? ¿Y si no te dejan verlo? O si lo ves, ¿que le harás? No tomes decisiones precipitadas Guille. -no importa que haré Karol, tengo que verlo, no por mi, sino por él, por Alonso. Y cuando la menor escucho aquella palabras decidió apartarse del auto, porque sabía que aunque llegara el mismísimo Dios a detener a su hermano, él haría lo imposible para ir. -al menos viaja en tren, es menos peligroso. -no hay trenes que partan tan tarde, no me sucederá nada pequeña, anda entra a casa y cierra con pestillo. Guillermo arrancó el auto y partió al pueblo, para su fortuna no había tráfico que impidiera que aumentará la velocidad, su cuerpo estaba lleno de adrenalina pues el joven Díaz odiaba conducir a más de 90km/h y ahora mismo iba a 130km/h, decidió llamar a su madre para avisar, colocó el móvil en el tablero y espero a que le respondiera, ella no tardó y le grito y rogó que no fuera cuando eran casi las 11p.m., pero Guillermo no la escucho y colgó la llamada, continuo conduciendo a una alta velocidad, la carretera estaba casi vacía, había un par de autos y algunos camiones. Pasó una hora, aún faltaban tres horas para llegar al pueblo pero a Guillermo le daba igual, aunque hubiera pasado una hora, él seguía derramando lágrimas y soltando algunos gritos de odio, ¿por qué la vida lo odiaba de esa manera? Si estaba siendo tan feliz con Samuel y de a poco se estaba olvidando de Alonso, ¿por qué aparecía de nuevo en su vida? Durante unos segundos mantuvo su mirada en la orilla de la carretera, observando un par de llantas que yacían por ahí, ¿que hacían ahí? ¿Pertenecían a un accidente? ¿Por que nadie las hacia quitado? Guillermo no se dio cuenta que su velocidad disminuía e iba en el carril de velocidad alta por lo que un auto toco el claxon sacándolo de sus pensamientos, ocasionándole un buen susto, volvió su mirada a la carretera y se aferró al volante, divisó a lo lejos un autoservicio y decidió que aparcaría ahí para descansar unos segundos. Cuando finalmente llego así hizo, decidió entrar en la tienda que había ahí para comprar un café que lo ayudase a mantenerse despierto, la adrenalina desaparecía de su cuerpo y tendría que requerir a la cafeína, cuando volvió a su auto espero a que el café se enfriara un poco, y mientras tanto cerró los ojos, fue como si una máquina del tiempo lo tele transportará al pasado; justo a aquella habitación numero 834 del hospital San Fermín, sentía como si estuviera de nuevo en el sofá que se ubicaba a un lado de la cama de Alonso, y lo vio: con el rostro destrozado, su pie y su brazo enyesados y su cuerpo entero conectado a máquinas que el no lograba entender, pero a pesar de ello seguía sonriendo y miraba a Guillermo sin soltar su mano con las pocas fuerzas que le quedaban. -te amo chiqui, jamás olvides lo importante que eres y siempre serás para mí, no me olvides jamás. Y así de golpe un ruido seco y abrumador llenó la sala. -¡Alonso!-exclamó en un grito desgarrador-¡No me hagas esto, por lo que más quieras no me dejes! Enfermeras entraron y salieron de la habitación alarmadas al escuchar las máquinas y los gritos del joven por lo que sacaron a Guillermo de ahí. -¡déjeme verlo por favor! Es mi novio, ¿que no lo entiende? No pueden separarme de él ahora. -lo lamento pero son instrucciones de los doctores. Él no lograba entender que sucedía hasta que ocho minutos después un hombre canoso le anunció lo peor. -¿Guillermo Díaz?-el recién nombrado asintió-Lamento informarle que el joven Alonso ha fallecido. El mundo se le vino encima a Guillermo, y desde ese día se prometió que jamás lo dejaría de amar. A la mañana siguiente el periódico anunciaba el accidente, y el corazón de Guillermo se destrozó más de lo que ya estaba, el auto había quedado hecho trizas, y fue cuando el joven de cabellos oscuros se preguntó por qué la vida lo odiaba. Abrió los ojos de golpe, todo había sido tan real que le estaba costando respirar, ¿qué demonios estaba sucediendo? Tomo un sorbo de café, y otro más, y otro más, hasta que el vaso de plástico terminó vacío, suspiro y se armo de coraje de nuevo, no cabía duda, debía averiguar quién le había quitado a aquel joven de ojos azules que quería con su alma. Volvió a arrancar el coche y se dirigió de nuevo a la carretera, revisó su ubicación en el móvil y se dio cuenta que faltaban tres horas y media para llegar al pueblo, ¿tanto había conducido? Una hora paso, decidió encender la radio y escuchar un poco de música, no era su género preferido pero le ayudaría a mantenerse despierto, durante esa hora comenzó a pensar si debía llamar a Samuel pues se preocuparía si no lo veía mañana por la mañana pero al ver la hora que era descartó esa idea, porque solo lograría asustar a Samuel, y hacer que se enfadase con él, o al menos eso creía Guillermo. Pasó una hora más, ahora solo faltaban una hora y media para llegar al pueblo, se arrepentía de acelerar tanto pero si conducía como lo hacía habitualmente tardaría más en llegar y lo último que quería era estar más tiempo en la carretera, apenas ha dejado de llorar, se dijo a sí mismo que tenía que ser fuerte como Samuel le enseño, y se recordó a si mismo las palabras que el recién nombrado le dijo una vez: "cariño, basta de tener miedo, tienes que ser valiente, no debes temerle a la muerte y mucho menos a la vida, pase lo que pase yo estaré ahí para ti pero anda, sonríe, yo te quiero con toda mi alma mi niño". -yo te quiero mucho más Samuel-susurró Guillermo, aún sabiendo que no estaba ahí para escucharlo-tú me haces valiente. Solo faltan diez minutos para llegar a su pueblo, puede ver un cartel que lo anuncia y se lo confirma. El terror comienza a apoderarse de él, ¿que hará cuando llegue a la estación de policías? ¿Lo dejarán ver a aquel hombre? Y ahora recuerda la pregunta de su hermana ¿que hará si lo ve? No sabe de lo que es capaz y tiene miedo, por su cuerpo comienzan a aparecer una mezcla de sentimientos: tristeza, desesperación, enojo, odio, estrés, y sobretodo nostalgia, ¿que sería de él si Alonso no hubiera muerto? ¿Sería más feliz? ¿Seguirían juntos? ¿Lo amaría más, o lo amaría menos? Pero continuó desvariando y recordó Madrid, la gran ciudad de España y también recordó a sus amigos y pensó que si Alonso estuviera vivo no hubiera conocido a Rubén, Frank, Alex, Mangel, y tampoco hubiera conocido a Luzuriaga, ni a Lana, pero sobre todas las cosas, no estaría con Samuel, no disfrutaría de sus besos, ni de sus caricias, no viviría días mágicos con él, no conocería lo que es encontrar la felicidad después de un mundo de tristeza, no conocería su particular risa que ilumina la habitación siempre que suena, no conocería su mirada tan preciosa, no lo conocería a él, y comenzó a pensar si el hecho de que Alonso falleciera sería un factor en su vida, y que si gracias a eso puede ser tan feliz como lo es ahora con Samuel y sus nuevos amigos y comienza a sentirse mal, ¿en que mierda piensa? Si con Alonso también era muy feliz, y Guillermo comienza a agobiarse, le cuesta respirar y para su fortuna ha llegado al pueblo por lo que aparca el auto en una calle cualquiera, lo apaga y sale de él, siente que el mundo se le cae encima de nuevo y decide recostarse en el césped de una casa, su mente está en blanco y solo piensa, ¿por qué a mí? Abrió los ojos de nuevo, el sol comenzaba a salir y Guillermo se dio cuenta que se había quedado dormido en el jardín de alguien que no conocía, se apresuró a ponerse de pie y sacudir sus ropas para seguidamente dirigirse al auto y conducir a su destino inicial, no se le dificultó ubicar la calle donde estaba y a cuantas calles quedaba la estación, decidió tomar el camino largo y dar un vuelta al pueblo, observó con nostalgia y alegría su antigua casa, la casa en la que vivía Alonso, el parque, la plaza, su vieja escuela, las casas de sus antiguos amigos y finalmente llegó a donde quería ir, para su sorpresa estaba abierto, miro su reloj y eran las 7:30, esperaba que lo atendieran y poder ver al hombre, sus manos comenzaron a temblar y a sudar, tenía miedo pero debía ser valiente, por Alonso, por Samuel, y sobretodo por él. Entró sin pensarlo, había pocos policías pero eso no le importo, se dirigió al escritorio donde había una placa que ponía "Jefe de policías" y un hombre de cabello oscuro estaba sentado en aquel lugar. -Buenos días, ¿En que puedo ayudarlo joven? ¿No es algo temprano? -Quizá lo es, pero necesitaba ver a un hombre. -¿Y de que hombre habla exactamente? -Me llegaron noticias de que el culpable de accidente de la familia Aragón Lara se entregó hace unos días, y quería verlo. -¿Guillermo? ¿Eres tú?-el nombrado asintió-vaya, creí que tú familia se había marchado. -Y así fue, ahora vivimos en Madrid pero tenía que venir, necesito verlo con mis propios ojos y saber quién es el desagraciado que les quitó la vida. Aquel hombre se quedó en silencio durante unos segundos, meditando la situación. -Por favor, tengo que verlo. -No sé si tendré esa autorización, lo consultare y vuelvo en un segundo Guillermo. Este asintió y espero, no le sorprendía que aquel oficial lo conociera, ¡Todo el pueblo lo conocía! Y no precisamente porque hubiera ganado un premio o algo similar, sino porque, después de la muerte de la familia Aragón todos conocían a Guillermo como "El novio del chico que murió" y todo mundo sintió lastima y pena por él, otro motivo porque el que se mudaron a Madrid, odiaba que sintieran lastima por él. Pasaron tres minutos exactos, y sí, los contó, para que aquel hombre volviera y con una media sonrisa en el rostro. -Puedes verlo Guillermo, solo que no puedes entrar a la habitación donde está. -Vale, no hay problema, gracias oficial. El hombre lo guió hacia un pasillo, este estaba lleno de ventanas y puertas, era completamente gris, continuaron hasta llegar al fondo, y ahí estaba, Guillermo no conocía a ese hombre pero si sabía algo de él: era un desgraciado alcoholico que no sabía conducir y encima había matado a gente que él amaba, pero a pesar de eso sentía lastima por él, su apariencia era deprimente: cuerpo delgado; demasiado, ojeras, poco cabello y una mueca de tristeza, aquel hombre estaba arrepentido y de verdad. -Cabron-susurró Guillermo-¡Ellos no lo merecían joder! Los pocos policías que estaban en el pasillo se sobresaltaron, quizá no se esperaban esa acción del joven de ojos rasgados, uno de ellos se acercó a preguntarle si estaba bien y este asintió. -¿Que pasaría si entro a la habitación con ese hombre? -No está permitido, solamente oficiales, abogados, o familiares pueden. -¿Y si él me quito lo más preciado que tenía? ¿Cuenta? Aquel hombre no tenía respuesta, era nuevo en el pueblo y no sabía la historia de Guillermo, pero sintió pena, sabía que aquel hombre en la habitación había provocado un accidente pero no sabía más detalles. -Lo lamentó pero no está permitido. -¿Pueden meterme en una celda si lo hago? -Técnicamente no, solo te sacarían a la fuerza de ahí. -Vale, pues tendrán que hacerlo. Y sin previo aviso Guillermo abrió la puerta de la habitación y la ira inundó su cuerpo. -¡Eres un grandísimo hijo de la gran puta! ¿En que mierda pensabas cuando conducías? Y cuando los mataste, ¿Paso por tu cabeza la idea de que en aquel auto había una familia con gente que los quería? ¡Murio un chaval de diecisiete años! Aquel hombre se quedó paralizado, no sabía quién era el joven que entro al cuarto pero a leguas se notaba que era un ser querido de la familia que murió en el accidente que el provocó. -¡Espero que te arrepientas! Porque es lo menos que puedes hacer. -Lo lamentó, me siento muy mal por aquello, por eso me entregado. -Eres un cabron, me quitaste al amor de mi vida joder. Y después de aquello, absoluto silencio, entraron tres oficiales a sacar a Guillermo de ahí, no se opuso, ya hizo lo que quería hacer, antes de salir logró escuchar. -Espero algún día me perdones chaval. Lagrimas habían comenzado a correr en el rostro de Guillermo, jamás imaginó que viviría un momento como aquel, pero sentía que tenía un peso menos después de aquello, no escucho cuando lo reprendían por haber hecho eso, no escucho cuando lo sacaron de la estación, no escucho cuando uno de los oficiales salió a sentarse a su lado en medio de la acera y le ofreció un café. -¿Me escucha?¿Joven? Parpadeo un par de veces y su mente volvió a la realidad. -Si, disculpe. -Lamentó lo de Alonso, y lo de María y Josué, eran mis amigos de la infancia y saber que habían muerto me jodió bastante, te vi en el entierro y me convencí de que el amor existía pues estabas deshecho, estoy feliz de que aquel hombre se haya entregado y espero que verlo te haya ayudado a superar las cosas. -Lo hizo, créame, y gracias. -¿Por qué? -Porque seguramente los demás oficiales me tacharon de loco u obsesivo y usted me entiende. Ambos sonrieron, por distintas razones: Guillermo porque se sentía diferente, mejor. Y aquel hombre porque aquel chaval de diecisiete años le mostraba que era amar. *Mientras tanto en ese preciso momento pero en Madrid* Samuel estaba entrando en desesperación, la primera clase del día estaba apunto de acabar y Guillermo había llegado, lo llamó pero este no respondió, y ninguno de sus cuatro amigos sabía dónde estaba, tampoco Luzuriaga y mucho menos Lana, pero los siete estaban igual de angustiados, igual y todos un poco menos que Samuel pero aún así. La clase termino y mientras esperaban a que el siguiente profesor llegara Samuel exclamó: -¡Sigue sin contestar mis mensajes! Por amor a Dios, ¿donde estás cari��o? -¿Ya intentaste llamando a su casa?-pregunto Alejandro-Quizá se quedó dormido. -Si llame y nadie responde, sus padres fijo que están en el trabajo o algo así y Karol se supone que está en clase. -No lo averiguaremos hasta el receso, solo tienes que tener un poco de paciencia-comentó Rubén, en el fondo estaba muriendo de nervios-¿Y si se fue de vacaciones? -Nos lo hubiera dicho, aunque sea a alguno de nosotros-respondió Borja. -¿Y si le sucedió algo?-pregunto Samuel que estaba al borde del pánico-¡Ustedes saben lo nervioso que le pone conducir a veces! -Samuel de Luque, tranquilízate por favor, estoy seguro que está bien, es Guillermo, ¡Lo tiene todo controlado! Si entras en pánico te daré un golpe. El profesor entro al aula, saludo como de costumbre y comenzó a dar la clase, de repente, el móvil de Samuel comenzó a vibrar, no se escuchaba pero Borja y Frank lograron percibirlo. -¿Puedo ir al baño?-pregunto Samuel. -¿Es urgente?-este asintió-Vale, pero no tarde señor de Luque. Samuel salió corriendo de la habitación, logró responder antes de que saltara a buzón, no había visto el identificador de llamadas para ver quién era pero al escuchar la voz de su pareja sintió que el corazón le volvía a latir. -Hola Samu-dijo este-perdona por no decirte pero... -¿Donde demonios te habías metido mi niño?-su voz era una mezcla de alegría, enfado, y tristeza a la vez-¿Sabes que preocupado estaba? Bueno estábamos. -Lo lamentó cariño, pero surgió algo-Guillermo comenzó a narrarle lo de anoche, Samuel estaba sin palabras-Y por eso decidí venirme ayer por la madrugada al pueblo. -¡¿Que hiciste qué?! -Perdona, sé que debí avisarte pero no me sentía capaz. Y a Samuel le importo muy poco quedarse una hora en el baño de hombres, se quedó a que su chico le contara todo, escucho como sollozaba y moría por estar a su lado y besarlo, consolarlo, abrazarlo, también le contó que ya iba de vuelta a Madrid, no tenía más que hacer en el pueblo, fue una estancia muy breve. -Llegare en unas horas, te veré por la tarde cariño. -Te esperare, llámame por favor. -Lo haré. -Guille, antes de que te cuelgues quiero decirte que te amo locamente. -Yo también te amo... Y el viaje de vuelta había empezado, y esperaba llegar a salvo porque era la primera vez que manejaba por la carretera con tantos autos y Guillermo estaba que moría de miedo.... ^ ^ ^ Espero les guste, a mí la verdad es que si me agrada como va está historia, gracias a los que apoyan a pesar de todo, se les aprecia mucho; por cierto el siguiente capítulo no será del todo wigetta... Que pasen una gran: noche/día/madrugada Un beso.
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Expresando sentimientos (Wigetta Fanfic)/ Amor de Tumblr. Capítulo 8.
Narra Guillermo.
Todos los fines de semana, es la misma historia.
Los golpes, los gritos, las peleas y las discusiones hacen parte de mi maravillosa rutina.
El grito siempre se atora en mi garganta y debo aguantar la respiración, para no salir corriendo con desesperación por la puerta de mi casa.
¿Cómo es que un sitio que te debería ofrecer tranquilidad y armonía, lo único que hace es agobiarte y convertirse en una prisión?
Cuento cada uno de los días antes del sábado, tratando de creer que aquella fecha, se encuentra lo más lejos posible. Salgo de mi casa ese día hacia la universidad, con tal de no tener que soportar mucho tiempo en compañía de mi familia y todos los días trato de llegar pasadas las diez de la noche, para sólo tener que posar mi cabeza sobre la almohada y así evitar un desagradable encuentro.
Pero no puedo huir para siempre.
Siempre estarán los domingos, los sábados en la noche, las vacaciones, los días de descanso y todas las noches.
Es inútil huir de tus problemas y por más que lo intentes, ellos siempre golpearán a la puerta de tu vida sin que puedas postergarlo.
A pesar de eso, no todo es tan malo.
La solución a ellos, es saber enfrentarlos y tener la suficiente fuerza, para no dejarte caer con fuerza.
Al menos eso es lo que le digo a la mayoría de mis seguidores...
Que yo aplique todos mis consejos, ya es otra cosa.
Lo más importante sin lugar a dudas, es tener a alguien que sea capaz de ofrecerte su ayuda, cuando más lo necesitas.
Una persona que te escuche, te de palabras de aliento, te ofrezca un consejo y sea capaz de animarte para que sigas adelante a pesar de todos los inconvenientes que se presenten.
Son contadas con los dedos de mi mano derecha, las personas a las que soy capaz de confiarles mi propia vida. Esas que siempre están cuando más las necesito. Quienes siempre me apoyan, notan cualquier mínimo cambio en mi personalidad y me ofrecen su ayuda, para cualquier cosa que necesite.
Como dicen por ahí: "conocidos muchos, amigos pocos".
Vives rodeado de miles de personas, pero cuando te encuentras en el peor momento, todos ellos desaparecen y sólo quedan los que realmente valen la pena.
"Sí pudiera contar el número de veces que él me ha humillado haciéndome sentir la peor basura de este mundo, podría llenar un estadio de fútbol con el resultado".
Cada día que pasa, me hace odiarme por tener tantos sentimientos negativos dirigidos a una sola persona y me hace desear hacerle pagar por cada una de las lágrimas que he derramado; por las que contuve y por aquellas, que ni siquiera valió la pena soltar.
Siento mi teléfono móvil vibrar en mi bolsillo ante un nuevo mensaje y cuando lo abro, no puedo evitar sonreír al leer el remitente.
Vegetta: Sí llego a verlo, me va tocar contener las ganas de darle un golpe en toda la cara te lo juro.
Reí al imaginar aquella divertida escena. Él saludándolo de forma emotiva luego de presentarlo como mi amigo y luego de unos segundos, lanzando un puño que dejaría a mi progenitor de vuelta al suelo.
Willy: ¿De quién hablas tío?
Supongo que en la mayoría de las ocasiones, siempre evitaba mencionar el tema, para que la gente no se preocupara en vano.
Vegetta: Sabes de lo que hablo Willy, no te hagas el loco tío.
Vegetta: Por qué fue ahora??
Willy: Lo de siempre :) Pero no pasa nada, ya me acostumbré a lidiar con sus tonterías.
Vegetta: Lo dudo, todavía te duele :'D
Willy: ¿Podemos cambiar de tema?
Vegetta: No xd
Vegetta: Pero lo admito, tal vez tu vida no sea tan fácil como creía.
Willy: ¿Vas a volver con eso? Mira que todavía sigo enojado por esa pelea y sobre todo porque te desconectaras.
Vegetta: TE DIJE QUE SE ME DESCARGÓ EL MÓVIL!!! D:
Willy: Esa no te la crees ni tú macho :)
Vegetta: Es la verdad, puedes preguntarle a mis amigos si quieres :(
Willy: Sí claro...
Willy: Iré a decirles. ¡Oigan amigos de Vegetta! ¿Es verdad que esta tarde, a eso de las 3 pm, a él se le descargó el móvil? Es que estábamos discutiendo y quiero saber sí es cierta la excusa que me pone, o sí sinceramente es un cobarde Att: Yo.
Willy: Espero que se note el tono de sarcasmo.
Vegetta: Qué es sarcasmo? :' D
Willy: Espero que la tontería no sea contagiosa...
Vegetta: Cambiando de tema, Sabes cuál sería la solución a tus problemas?
Willy: ¿Morirme? :)
Vegetta: Que emo eres Willy -.-
Vegetta: NO!!
Vegetta: Que vayamos a vivir juntos :D
Willy: ¡WTF!
Mi corazón comenzó a latir como loco y estoy seguro, que un sonrojo hizo aparición sobre mis mejillas.
No entendía por qué la idea me había deslocado tanto, pero aunque suponía que era una broma, una parte de mi no encontraba aquella idea desagradable.
¿Qué rayos me estaba pasando?
Vegetta: Es en serio tío, así todos seríamos felices. Yo trabajo, tú arreglas la casa y listo xD
Willy: No me gusta hacer aseo...
Vegetta: No pasa nada compañero!!! Entonces yo hago de cenicienta y tú trabajas.
Vegetta: Cenicientagetta me llamaban 7w7
Willy: Tú eres tonto xD
Vegetta:Y? Te parece interesante la idea?
Willy: Sólo hay un pequeño inconveniente...
Vegetta: Sí?
Willy: Todavía no acabo la carrera, pero sí robas un banco y tienes para pagar la universidad más cara del país, igual podemos lograrlo <3
Vegetta: No sería ni tan mala idea sabes...
Vegetta: Haría lo que fuera para que dejaras esa mueca de tristeza en tu rostro ^^
Creo que aquello era lo más bonito que me habían dicho en toda mi vida.
Sí hay algo de lo que jamás me arrepentiría, es de haberle dado mi número a un simple anónimo...
Eso puedo asegurarlo.
Narra Samuel.
Lo admito, los sentimientos que sentía hacia Willy antes de conocerlo, eran completamente obsesivos.
Me estaba dejando impresionar por una persona que no existía.
En mi imaginación él era el chico perfecto. Era amable, maduro, inteligente, divertido, gracioso, interesante y auténtico. No es que crea que todas esas palabras ya no lo definen, pero cuando tuve la oportunidad de hablar con él todos los días, me di cuenta que al igual que todos, era un simple ser humano.
Una persona llena de manías, problemas, inseguridades y defectos.
Madre mía, la cantidad de defectos que tenía ese niño, eran incontables.
Era orgulloso, sarcástico, cruel, imprudente, obsesivo, depresivo y tenía la costumbre, de encontrarle el defecto a cualquier cosa.
Era negativo no, lo siguiente.
Sin embargo, no había podido evitar caer en sus redes por completo.
Sí el antiguo Willy me hacía babear sobre la mesa del ordenador, este hacía que quisiera bajarle el mundo entero con tal de que me diera una oportunidad.
No miento cuando digo que haría cualquier cosa por hacerlo feliz.
Llevaba hablando con él a diario, por más de un año y estaba seguro que era la persona que necesitaba en mi vida.
Luego de todas las conversaciones, las risas, las películas que vimos juntos en la televisión desde nuestra casa, los audios y los millones de mensajes, nadie me haría creer lo contrario.
Lo quería en mi vida y ya no era suficiente ser simplemente su amigo.
Era hora de lanzarme al agua y esperaba no hundirme en el intento.
Lo había planeado por semanas y este era el momento indicado. Usando mis habilidades en el computador, había conseguido crear una especie de tarjeta que revelaba todos mis sentimientos. Utilicé sus colores favoritos, fui completamente sincero y sólo esperaba no encontrarme una negativa. Toda la mañana le había dicho que necesitaba decirle algo importante y estoy seguro que una parte de él, se moría por averiguar la razón de mis palabras.
Miré la imagen una última vez y con el corazón en la mano, pulsé el botón de enviar.
"Willy (Guillermo).
Sé que en este momento te estarás preguntando qué rayos me pasa por la cabeza y cuál es el motivo por el que he estado tan extraño todo el día. Pero sabes, no puedo ocultarlo más. Tú me gustas y me gustas muchísimo macho. Sé que para ti es raro y que no entenderás, cuáles son las razones que tengo; te diré que simplemente pasó y no hay nada que puedas hacer para evitarlo xd
Así como me gustan los unicornios, el color morado y las canciones de Marc Anthony, me gusta un tío raro, inteligente, listo y lleno de un montón de manías.
Sé que estarás diciendo que esto no tiene sentido, porque eres un tío "complicado" y un montón de cosas más, pero sabes que siempre te llevaré la contraria. Además, creo que no me gustarías sí fuera de otra forma :) Eres un chico amable, simpático, agradable y joder, que bueno estás macho xD (Tenía que decirlo, era inevitable : 'D ).
En fin, sólo quiero que me des la oportunidad de hacerte feliz y permanecer a tu lado, porque eres especial para mi y te quiero. Sé que debería decir esto de otra forma, pero siento que saldrán mal las cosas; que no podrás darme una respuesta sincera y que todo acabará mal. Además, soy nuevo en esto sabes? jamás me había interesado en alguien de esta forma y tengo miedo de arruinar las cosas por completo con mi tontería. En fin, creo que eso sería todo ^^
Att: Vegetta777.
Ahora sólo tenía que esperar su respuesta.
NA/ Los leo en un par de semanas <3
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Capítulo 1 > NO TE ESPERABA - WIGETTA
Ya para el lunes de la siguiente semana, Guillermo debía volver al instituto, aunque las cosas aun no estuviesen del todo solucionadas. Su madre le dejó quedarse en casa el resto de la semana luego de haber tenido ese agotador celo porque veía a su hijo algo “desorientado”. La verdad es que el omega no paraba día y noche, de buscar en páginas poco confiables, síntomas de algún posible embarazo. La paranoia le tenía los nervios de punta. ¿Cómo pudo ser tan descuidado de dejar los supresores en la ropa que rasgo y tiró por los rincones de la alacena mientras comenzaba su celo? Su madre ya se había ido al trabajo y Guillermo se encontraba en la barra realizando por quita vez un test de “¡cómo saber si estoy embarazada en tan solo 5 preguntas!”. Su cereal ya estaba remojado pero poco le importaba si a sus 16 años se encontraba en cinta. “¿Ya sacaste la cuenta desde tu ultimo celo?” -Claro que si página estúpida. Ya te dije ayer que fue hace solo unos días así que aún no puedo saber si tengo un retraso. Deberías ser más considerada con los sentimientos de la gente. Escribiré un comentario a tus creadores.- el omega sabía que la página no tenía la culpa, pero no había nadie más que pudiese “hablar” con él en estas circunstancias. “¿Tienes mareos o nauseas matutinas? Si haces clic en el siguiente enlace te damos algunos tips para los primeros meses.” -Técnicamente si tengo. No solo matutinos así que debería ver esos consejos. Tengo nausea desde que vi esa horrible nota. ¿¡Quieres que le diga a mi madre que puedo estar embarazado!?- apuntaba con un dedo a la computadora amenazantemente. “¿Tienes un apetito más grande? ¿Hay alimentos que ya no puedas ni ver? -¡Oh dios tienes tanta razón! Llevo comiendo como vaca todos estos días y mi madre aun no lo nota. Si sigo así voy a engordar tanto que para el primer mes pareceré de 9.- miró el tazón sobre la barra aun intacto y se convenció que de lo que decía era completamente cierto, aun cuando su apetito rozaba lo nulo al igual que casi todos los omegas del mundo. “Puede que tus pechos estén aumentando de tamaño e incluso se pongan algo sensibles” - No-puede-ser.- el omega se había quitado la camiseta en algún punto entre la barra y el espejo de la sala.- ¿Y esos pechos cuando llegaron ahí? Yo recuerdo tener unos pectorales de semi macho y…- puso un dedo sobre cada pezón presionando y se escuchó jadear levemente. ‘Maldición’ Escuchó el timbre de la casa y debió correr a cerrar la laptop. Su cuerpo ya había mejorado de todas las marcas que lo bañaban pero aún está a la vista ��tuve sexo alocado con un alfa y guárdate tus comentarios sobre cómo me dejó”. Ya tenía la camiseta puesta cuando un omega bajito entraba en dirección a la cocina. -En el instituto ya corre el rumor de que te hiciste mejor amigo de un consolador para este celo y por eso tardabas tanto.- guardó un par de frutas en su mochila y fue a inspeccionar al mayor. El omega que acaba de entrar es Alex. A pesar de ser omega, bajito y extremadamente delgado, es un niño maleducado respondón que en más de una ocasión se vio metido en líos. Sus padres son betas así que lo criaron con el lema “deja de comer tan poco”. Alex siempre venía por las mañanas a robar su merienda de la casa de Guillermo y algunas veces a preparar su almuerzo. En una casa con dos omegas jamás podría faltar todo aquello que es orgánico, de dieta y sin azúcar artificial mientras que en casa de un beta te puedes dar lujos comiendo algo de comida basura. -Cuando te refieres al “instituto” sé que eres solo tú que me extrañabas.- Guille tomó la mejilla de Alex plantándole un beso antes de salir. -De todas formas fue una semana bastante relajada.- ambos omegas caminaban hacia el instituto -¿Eso significa que no te metiste en problemas? De seguro insultaste a alguien -Me comporté, no insulté, no respondí mal y hasta entregué todos mis trabajos a tiempo. Me estas contagiando su esencia de niño bueno. -Aun te vistes como beta mi querido Alex, aunque, quizá guardes sorpresas bajo esos abultados pantalones. -Punto número uno. Yo no me visto como beta sino que no me corto la respiración por usar ropa ajustada. Punto número dos. Yo nunca iré a la sección de chicas a comprar ropa que parezca unisex. Y punto número tres. Jamás voy a usar bragas, cualquiera sea su fin. -Ya te pusiste gruñoncito Alex y tan bien que dijiste que te comportabas. -Quizá gruñón me pones tú y tus pantalones demasiado ajustados.- entraron al instituto mixto y fueron hacia sus casilleros.- Casi se me olvida contarte que el pre natal de la maestra de biología comienza la próxima semana. Dijo que vendría un estudiante a hacer su práctica. -De seguro todas ruegan por un alfa pero imagina la posibilidad de un maestro alfa en este instituto. Es ridículo.- tomaron sus libros y fueron a su clase. *** -Buenas tardes señora Díaz, soy Samuel, el alfa que.- ‘Le dio como caja a su hijo como mimo unas 20 veces, hizo que se la tragaras, lo grabó frotándose helado y montando un vibrador’.- estuvo con su hijo durante el celo. -Oh querido lamento no haber llamado antes para agradecerte. Simplemente olvidé el tema. Mi hijo no ha estado muy conversador desde entonces. -Justamente para eso le llamo. Me gustaría saber si lo lastimé o quedo de alguna manera incomodo con lo que sucedió. Imagino que debió ser muy agotador para el por ser la primera vez junto a un alfa. -Luego de su celo estuvo algo extraño y cansado. Lo dejé faltar a clases porque pensé que si salía algún alfa le haría algo. De todas formas gracias por tu preocupación Samuel. Le hare llegar tus saludos. -Señora días me gustaría pedirle un favor y espero no se sienta ofendida. -Después del favor que hizo por mi hijo, creo que le debo mucho. -Me gustaría que pudiese conocer a su hijo en unas circunstancias no tan… como decirlo… -Diremos que fueron unas circunstancias sucias. Pareces un muchacho agradable y será grato verte en otra ocasión. -Hasta luego señora días. Espero su hijo mejore y…- frente a él estaba su compañero de cuarto con el dedo presionando el botón para colgar la llamada. -Dijiste que me harías de comer hace más de media hora Samuel. Imagina que por tu culpa llego tarde a la selección para el nuevo asistente al curso de fotografía. Eso no te lo perdonaría jamás. -Tú mismo podías hacerte el sándwich de queso Frank.- el alfa dejó el teléfono y se encaminó a la cocina de la pequeña habitación.- No veo tu necesidad de depender de mí. En algún momento alguien dependerá de ti y esperas decirle “no se ni hervirte el agua” -Pero claro que se hervirle el agua a muchos omegas.- el beta se cruzó de brazos mirando a su amigo.- Pero luego llegas tú y ¿sabes lo que haces? La evaporas Samuel porque tú pudiste nacer alfa y yo beta.- le golpeó el trasero con un paño de cocina y se fue a tirar al sofá.- Es realmente injusto. Frank era un beta frustrado hasta las orejas. Si su sexualidad no estaba definida aún era gracias a que su amigo llevaba años robándole sus parejas debido a su característico olor. De sus padres ninguno sabía mucho ya que había pasado de varios hogares adoptivos a los cuartos residenciales de instituto y posterior universidad. Estudia fotorafia y conoció a Samuel cuando lo manipuló para usarlo como modelo. Si alguien le llega a preguntar, negará haber llegado a la cama con algún alfa. -Deberías vestirte para demostrar que eres un estudiante que busca practica y no uno que busca culos.- Samuel se sentó a su lado y puso el desayuno en la mesa.- No creo que a tu profesor le agrades o que te vea como tu primera opción si apestas a puerco y vas vestido como para un bar -Tú te vistes como si fueses a la iglesia.- el beta tomó de su plato comiendo.- El pobre chico que llegue a enamorarse de ti se perderá en esa enorme y horrible sabana que tu llamas camisa. Yo en cambio podre escucha un “Frank tengo frio”.- el beta le hablo a su sándwich haciendo su voz más aguda.- Y yo podré darle mi chaqueta. Ella se verá sexy y no como disfraz barato de fantasma en Halloween. -Pues yo creo haber encontrado al omega adecuado. Aun no quiero tus sermones Frank y se lo que estás pensando. -¿Entonces si es el del favor de tu mama?- el beta comenzó a descojonarse en el sofá. -Sí y ya deja esa conclusiones estúpida un segundo. Aceptó mi nudo Frank y eso… tu que vas a entender.- el alfa miro a su amigo sonriendo en venganza.- Lo que te digo es que jamás me había pasado aunque quizá fue porque estaba en celo y no pensaba bien. -Samuel por favor se racional y piensa con la cabeza de arriba. Aun no sabes su nombre y ya quieres marcarlo para vivir una vida de cuentos. Eres absurdo. -Quisiera invitarlo a una cita y conversar las cosas mejor, aunque su madre me dice que ha estado un poco mal estos días. Pensé que estarías aliviado de que al fin encontrase a un omega. Yo seré feliz el día que deje de escuchar tus rabietas matutinas de “¿Por qué el mundo te hizo alfa a ti y a mí no?” -Estere feliz cuando conozcas al omega de tu vida y no cuando creas que un culo puede solucionar todos tus problemas. Alfa patético. Yo debí nacer alfa y tú no. *** Su barba desprolija me hacía cosquilla entre las piernas. Si no me tuviese amarrado a la cabecera de la cama podría verle. Masajea mis muslos en círculo y los muerde suave gruñendo. No puedo evitan agitarme al contacto de su boca más cerca de mi agujero y mis muñecas tiran del cinturón que las tiene juntas. Ha tomado mi cadera y logro que mis rodillas se acomodasen bien en las sabanas para mostrarle como goteaba por él. Cuando dio la primera nalgada yo pedí por más y él se acercó a mi oído mordiendo el lóbulo. No entendí lo que dijo pero sentí los repetidos manotazos que se estrellaban en mis traseros, seguidos por suaves masajes y lamidas obscenas. Separó mis nalgas con ambas manos y dio la primera lamida mientras seguía hablado quién sabe cuanta barbaridad. Me estaba follando con su boca y se sentía condenadamente bien. Sentía como su lengua entraba en aquel lubricado agujero y en un segundo añadía sus dedos moviéndolos en tijeras. Se acercó como una vibrara hasta mí, con su pecho apegado a mi espalda y me susurraba “Guillermo…”. No podía entenderle lo que seguía. Tenía su erección en mi espalda. “Guillermo ya es hora…” “Por favor Guille, por mí. Hazlo” su voz no era del todo grave pero sí bastante provocativa. -Guille- balbucee “Si maldición, Guille ya despierta. Los alfas están por venir a quitarte la ropa” El omega abrió perezosamente los ojos y se encontró a si mismo sobre una gran laguna de baba en su escritorio. Alex lo miraba alarmado mientras lo sujetaba de la sudadera. ‘Tuve-un-sueño-erótico-en-clases-‘
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¿Qué es el amor? Parte 33//fanfic wigetta
Samuel y Guillermo cumplían tres meses: El tiempo se les había pasado volando, ahora que los padres de Samuel sabían sobre su relación podían pasar más tiempo juntos en la casa de alguno de los jóvenes o simplemente tenían más permisos para salir. En este punto Guillermo continuaba asistiendo al gimnasio, no sólo fue una sorpresa para Samuel sino para sí mismo pues él nunca había ido a hacer ejercicio tanto tiempo, cuando la apuesta de concreto y Samuel lo pago una cena, él continuó asistiendo al gimnasio con Samuel y cada vez se sentía mejor consigo mismo, su cuerpo no se parecía nada al del mayor pues él seguía siendo más fuerte y sus músculos se marcaban mucho más que los de Guillermo pero él menor comenzaba a notar un ligero cambio en él y eso le gustaba. Samuel y Guillermo cumplían cuatro meses. A los amigos de la pareja les sorprendía demasiado la noticia, ¿por qué? Porque todos conocían a Samuel y a pesar de que había cambiado ellos dudaban que él logrará mantener una relación; incluso Borja siendo su mejor amigo lo dudaba, para grata sorpresa lo lograron, y su relación se hacía cada vez más fuerte, ambos creían que tú pareja también tenía que ser tu mejor amigo, ¿que mejor que salir con tu mejor amigo? Se contaban todo, se acompañaban a todos lados, aunque en ocasiones Samuel salía solo con Borja y Guillermo salía solo con Alejandro, Rubén, Miguel Ángel, y Frank, eran una relación para admirar, se daban su espacio pero cuando estaban juntos disfrutaban cada momento juntos. Samuel y Guillermo cumplieron cinco meses. Estaban a punto de cumplir medio año juntos, ¡era la mejor noticia! Samuel estaba nervioso, él estaba comenzando a prepararle una sorpresa a Guillermo, algo que estaba seguro que le encantaría. Pero el menor no se quedaba atrás pues con Alonso el siempre fue bueno dando regalos, sorpresas, pues a pesar de hacerlo con menor frecuencia él siempre se esmeraba dando detalles. Los exámenes semestrales les arruinaron un poco el mes a la pareja pues ambos estudiaban bastante y eso les quitaba tiempo juntos. Samuel llamo una noche a Guillermo, tenían examen de lengua y Samuel comenzaba a agobiarse. -¿que tal?-susurró Guillermo al contestar la llamada. -me duele la cabeza, nunca entendí la sintaxis y sigo sin entenderla. -¿quieres que te ayude? -quizá por llamada sea algo complicado. -te llamo en cinco minutos. Guillermo colgó la llamada, dejando a Samuel confundido, ¿había dicho algo malo? El mayor no entendía hasta que alguien tocó a la puerta de su casa, se topó con la imagen de Guillermo con sus libros y una caja de las galletas favoritas de Samuel. -¿que haces aquí?-pregunto Samuel con una gran sonrisa. -ayudar a mi chico con la sintaxis, anda vamos a estudiar. La pareja subió a la habitación y cerraron la puerta para no despertar a los padres del mayor, la mesa de Samuel estaba llena de hojas con apuntes. -vaya, creo que lengua no es lo tuyo. -realmente no, ¿por qué tenemos que estudiar esto? Ya hablo español no tienen que mostrarme como hablarlo o escribirlo. -al parecer el instituto quiere eso y no podemos hacer nada el respecto, anda deja de ser tan quejica y estudiemos. -vale. Se sentaron el suelo, Guillermo comenzó a explicarle a Samuel y este con mucha fuerza de voluntad estuvo escuchando y prestando atención, durante media hora estuvieron repasando temas que vendrían en el examen. -¿has entendido todo?-Samuel asintió-si tienes alguna pregunta no dudes en decírmelo, vine para ayudarte en todo. -estoy seguro de que he entendido todo, gracias cariño. -no es nada Samu. Se quedaron en silencio durante unos segundos, ambos estaban agotados pues habían estado estudiando para los exámenes que tenían cada día. -te extrañe-susurró Guillermo. -pero si nos vemos todos los días. -lo sé, pero últimamente no he podido hacer esto. Y el menor tomo la mandíbula de Samuel y junto sus labios, Guillermo tenía razón, no se habían besado desde hace cinco días y había sido una tortura para ambos, el beso encendió una chispa en ambos, Samuel posó sus manos en las caderas de Guillermo mientras que él posó sus manos en los hombros del mayor, se aferraron el uno al otro. -extrañaba besarte, extrañaba abrazarte, extrañaba estar tan cerca de ti Samuel. No necesitaban aire, sus labios de se separaban. Hubo un punto en el que Guillermo apoyo su espalda en la pared de la habitación mientras que Samuel apoyaba su cuerpo encima del de Guillermo. -¿te he dicho lo mucho que te quiero? -muchas veces. -pues no me cansaré de recordártelo jamás Guille, eres lo mejor que me ha pasado en mucho tiempo. -iluminaste mi vida cuando todo era gris, gracias Samuel. El beso continuo, las manos de Samuel se posaron de bajo de la camiseta de Guillermo, acariciando su espalda lentamente, termino de despojándolo de su camiseta, el menor se ruborizó ante la acción pero intento no pensar en ello y continuar el beso, se le ponía la piel de gallina al tener contacto de las manos de Samuel con su piel. -se te empieza a notar el gimnasio guille. -¿tú crees? -claro que si, estás más sexy de lo que ya estabas de por sí. El rostro del menor ardía y no sólo por la situación, también por las palabras que su novio le decía. La desventaja de cuando duraban días sin besarse, o tener algún contacto físico es que cuando volvían a tenerlo llegaban a extremos como estos. Samuel continuo con el beso, sus labios se movían despacio, al compás de los de Guillermo, él comenzó a colar sus manos por debajo de la camiseta del mayor, tardó bastante en despojarlo de esta pero finalmente lo hizo, ambos estaban sin camiseta. La mirada del menor se posó en el abdomen de Samuel, lo miraba embobado, no le parecía ni medio normal la apariencia que tenían sus músculos. -¿te gusta lo que ves?-pregunto Samuel en un tono ¿erótico? Guillermo asintió tímidamente, el mayor tomo la mano de este y la poso en su abdomen haciendo que este se sonrojase, Guillermo decidió cerrar sus ojos y continuar con el beso, ¿cuánto tiempo llevaban así? ¿Diez minutos? ¿Veinte? No lo sabían y no les importaba, necesitaban compensar esos días en los que apenas y se vieron. Samuel volvió a posar sus manos en las caderas de Guillermo pero decidió no bajarlas de ahí, no quería que volviera a ocurrir lo que sucedió la vez anterior, pero Guillermo no paro esta vez, él seguía besándolo y sus manos ascendían y descendían en el pecho de Samuel. -¿guille, estás seguro? La pregunta le salió con un hilo de voz, él no quería parar sin embargo no se atrevía a continuar. Aquellas palabras frenaron al menor que se separó un poco de Samuel, lo miró a los ojos y negó con la cabeza, se recostó en su hombro y sollozo. -lo lamento. -eh cariño, que no pasa nada, que extrañaba tus labios y ya pero no haría nada más que tú no quieras, ¿vale? -gracias. Guillermo no dijo más, se quedó ahí abrazando a Samuel, a él le apenaba frenar las cosas siempre pero algo que ocurrió hace tiempo le frenaba, era su secreto, nunca se lo dijo a nadie y seguía sin decirlo, a veces se sentía mal por ocultarlo pero ¿como le contaba a la gente? Era complicado. -¿quieres quedarte a dormir? Creo que ya es muy tarde para que vuelvas solo a casa. -si no es molestia. -claro que no lo es mi niño, iré a darme una ducha. Guillermo se puso de pie y se sentó en la cama de Samuel, este salió de la habitación. -soy un tonto. Guillermo soltó un suspiro, decidió mandarle un mensaje a su madre avisándole que se quedaría en casa de Samuel. Samuel tomo una ducha de agua fría, tarareaba una canción mientras lo hacía, cuando salió, se vistió con sus pijamas y salió del baño. -¿que haces despierto tan tarde Samuel?-pregunto su madre tallándose los ojos. -Guille vino a ayudarme a estudiar y olvide ducharme por la tarde. -¿lo dejaste volver a su casa? A estas horas de la noche. -no mamá, está en mi habitación. -oh, está bien, salúdalo de mi parte. Samuel volvió a su habitación, se encontró con Guillermo dormido en su cama, abrazando a la almohada. -descansa mi niño. Samuel decidió dormir en el sofá de su habitación para no mover al menor, lo observó con una sonrisa y cayó rendido. Ambos aprobaron el examen con una buena calificación, se miraron mutuamente con una gran sonrisa. -creo que deberíamos estudiar juntos más seguido. -estarka Guillermo y Samuel cumplían seis meses. Para ventaja de ambos chicos el día de su "aniversario" cayó en sábado por lo que pudieron pasar casi todo el día juntos, desde la mañana; en la que Guillermo visitó a Samuel con un desayuno casero, a partir de ahí estuvieron viendo películas e intercambiando un par de besos en la sala de estar de la casa de Samuel, por la tarde asistieron al restaurante favorito de Guillermo, el mismo Samuel se encargó de que todo estuviera perfecto, incluso a la mesa que estaban comiendo llego un bello ramo de rosas y peonias. -¿son para mí?-pregunto Guillermo emocionado. -no, seguramente las compre para el mesero que está allí parado. Guillermo lo miro serio y Samuel río. -pero claro que son para ti cariño, feliz aniversario. -ya dijiste eso al menos ocho veces en las últimas dos horas. -lo sé, pero es lindo recordarlo. -te quiero y mucho. -yo te quiero más cariño. Al haber terminado de comer salieron a dar un paseo, sus manos estaban entrelazadas y sus respiraciones sincronizadas, ¿que es mejor que pasar un momento así con alguien que quieres? Volvieron a casa de Guillermo con la excusa de que Karol lo había llamado, pero en realidad era hora de que el menor le diera el regalo a Samuel. -¿quieres pasar? No tardó. Samuel asintió, como siempre Karol lo recibió con un abrazo. -Guille me dijo que era un día especial pero no quiso decir por qué. -lo que pasa es que justo hoy se cumplen seis meses que comenzamos nuestra relación. -¿y os vais a dar regalos y besos? -algo así-respondió entre risas-cuando tengas un novio lo entenderás. Cuando Guillermo bajo las escaleras, Samuel se quedó sin palabras. -tu, no tenías que, muchas gracias. Apenas y podía hablar, estaba impresionado. Guillermo tenía en sus manos el mejor regalo que Samuel había recibido: Una especie de collage con fotos de ambos y en el centro una frase escrita a mano por el propio Guillermo "eres la luz que ilumina mi camino", también llevaba una caja decorada con tonos morados; el color favorito de Samuel, y dentro de ella habían una camisa, y un colgante con el dije de una estrella; días antes Samuel le comentó sobre aquel colgante y Guillermo no dudó en conseguirlo. -eres el mejor novio del mundo. Exclamó Samuel cuando estaban en el auto, no había parado de abrazar al menor y de repartir besos por su rostro, estaba emocionado. -no tenías porque gastar en un regalo. -lo hice de corazón, quería darte algo que te gustara y que cada vez que lo vieras sonrieras porque te recordaba a mi. Pasaron la tarde en una especie de parque de atracciones que se ubicaba en el sur de la cuidad, intentaron hacer el día muy especial y lo estaban logrando con la cantidad de actividades que hacían. La noche llegaba, Samuel vendo los ojos de Guillermo. -¿por qué no puedo ver a donde vamos? -porque es una sorpresa y si lo vieras dejaría de serlo. No tardaron tanto en llegar, Samuel aparcó un poco alejado del lugar. -aún no te quites la venda. El mayor le abrió la puerta a Guillermo, lo ayudó a bajarse de el auto y lo guió por el camino. -cuidado con no tropezar. Finalmente llegaron, Samuel le quitó la venda a Guillermo. El menor estaba maravillado, no tenía palabras para describir lo que sentía. Estaban en el lugar en el que Samuel le pidió a Guillermo que fuera su novio, esta vez estaba adornado con luces en los árboles para iluminar el lugar, había una manta en el césped y encima de esta una canasta con cada alimento que Samuel sabía que su novio amaba, ¿era un momento de película? Era incluso mejor. No sólo se dedicaron a comer, a charlar y a darse besos, hubieron momentos en los que simplemente se recostaban juntos a mirar las estrellas. -si pudiera estar en cualquier parte del mundo yo seguiría escogiendo el estar aquí a tu lado, me has dado el mejor regalo del planeta Samuel. El reloj marcaba 3:25 a.m. cuando la pareja volvía a casa, se quedarían a dormir en casa de Guillermo ya que los padres de Samuel no estaban. No hicieron nada malo, intercambiaron un par de besos, un par de caricias pero nada más, dejaron que el momento fluyera y fuera especial, delicado, y sin duda alguna con amor. Samuel y Guillermo cumplían siete meses juntos. Fue un mes lleno de emociones para ambos, no sólo por las veces buenas en las que sonreían todo el día, también malas pues tuvieron su segunda discusión como pareja y ambos sentían que se les caía el mundo encima. Esto se provocó a que una ex pareja de Samuel se presentó en casa de Guillermo, le gritó, y lo agredió tanto verbal como físicamente, este no pudo hacer nada al respecto pues todo fue repentino para el. -¿pero quien fue guille?-pregunto Samuel con preocupación cuando vio el rostro del menor. -no se su nombre. -¿como era físicamente? -no lo sé-sollozo Guillermo-llevaba gafas oscuras y gorra no pude ver cómo era. -joder, si averiguo quién ha sido le daré su merecido. -no quiero que te metas en problemas samu. -¡se lo merece! Tú no le hiciste nada, si quería darle una paliza lo mejor es que hubiera sido a mi. -tú tampoco mereces que te golpee, tranquilízate. -¡no puedo estar tranquilo sabiendo que un hijo de la gran puta sabe dónde vives! Te grito palabras tan grotescas y ve como te dejo el labio mi niño, que se merece que lo deje peor. -tú no vas a golpear a nadie Samuel, tienes que calmarte y hablaremos de eso más tarde. -¿los golpes te dejaron tonto? Que no puedo permitir esto. -a mí no me estés hablando así Samuel. -¡yo puedo hablar como quiera a quien sea!-Samuel estaba gritando-y si golpeó o no a alguien es mi puto problema. -yo no te hice nada para que te comportes así conmigo-respondió Guillermo con lágrimas en los ojos-y sabes, tienes razón, es tu problema lo que hagas y de igual manera es mi problema lo que haga así que sal de mi maldita casa y no me llames. -¿qué? -como escuchaste Samuel. -no no, cariño, yo no quería. -¡no querías y ya lo has hecho! Sal de una vez Samuel. El mayor negaba con la cabeza, ¿por qué había reaccionado así? Guillermo ya estando molesto decidió empujar a Samuel y aunque este apenas y se inmutaba fue suficiente para que saliera de la casa del menor. Samuel no había querido hablarle así pero estaba tan enfado con sus ex parejas y las reacciones que tenían hacía él que su ego y rabia eran las que hablaban no él, no quería gritarle a Guillermo pero no pudo contener el enfado con él mismo. Estuvieron un día entero sin verse ni hablarse ya que Guillermo se incomunicó. No dejó de llorar en todo el día, no quiso responderle así a Samuel pero el hecho de que le hablara así lo saco de sus casillas. Después de un día de dolor para ambos, Samuel decidió colarse en la habitación de Guillermo mientras este no estaba, cuando llegó se llevó una buena sorpresa pues en el fondo esperaba que Samuel hiciera algo así, le explicó todo, y lo perdono al fin y al cabo fue un error humano ¿no? -solo te pido que no vuelva a pasar, ¿vale? -te lo juro. Pero bien dicen que después de la tormenta viene el arco iris pues los siguientes días los pasaron como niños. Guillermo y Samuel cumplían ocho meses juntos, este momento es el actual. Las vacaciones de Semana Santa se acercaban, era el momento más esperado para ambos, no sólo por el hecho de que querían descansar sino que también pasar tiempo juntos. -¿te gustaría hacer algo en particular cuando sean vacaciones? -quizá nadar, hace mucho que no voy a una piscina y me apetece usar bañador y esas cosas. -vale, a nadar iremos. -creo que con solo estar contigo me basta. Guillermo sonrío. -¿te he dicho lo cursi que eres? -a veces, me sale solo la verdad. Samuel siempre fue el típico conquistador, y con Guillermo no era la excepción pues siempre que podía le mostraba sus dulces frases que lo enamoraban más y más. Por primera vez en mucho tiempo comenzaron a besarse de nuevo, esta vez Guillermo estaba siendo más intenso, se movía mucho y sus labios eran rápidos y apasionados. -eh eh, cariño para-susurró Samuel. -¿ por qué? -no haremos nada más pero tienes que disminuir esa pasión que tienes. Guillermo se apartó de Samuel y se sentó en el sofá de la habitación. -eh Guille, no quería que te alejaras solo que paráramos un poco, estabas provocándome mucho. Guillermo sollozo, era hora de contarle a alguien lo sucedido en su pueblo. -nadie sabe de esto pero ya no puedo ocultarlo más-dijo Guillermo con la voz quebrada-una noche se hizo una fiesta en casa de Roberto un amigo de Alonso, la verdad es que casi todos bebimos exceptuando Alonso, Carlos y José, era de la primera vez que tomaba alcohol pues Alonso decía que no era para mí pero quería mostrarle que si, la verdad es que apenas y podía sostenerme por lo que Alonso decidió subir a la habitación de Roberto para que descansara, no sé qué me sucedió la verdad pero tenía las hormonas demasiado alborotadas, lo bese con mucha intensidad y le rogué que me hiciera suyo, él no lo hizo pues no quería aprovecharse de mi situación y además habíamos prometido que nuestra primera vez sería especial no en una borrachera en la que no estaba consciente, agradezco tanto que me hiciera eso pero en ese momento me moleste pues le sentí despreciado, como si no valiera la pena, creía que no me quería así que salí de la habitación enfadado y fui con otro chico que era gay, él estaba menos borracho que yo por lo que estaba consciente de lo que yo hacía, comencé a restregarme contra él solo para molestar a Alonso, se puso celoso y se enfadó pero no conmigo sino con el alcohol, le dio un solo golpe al chico y resistió las ganas de gritarme por lo que me saco de la fiesta con fuerza y me llevó a su casa pues no quería que mi madre me viera en ese estado, me dio una pastilla para el dolor de cabeza y me acompañó a su habitación, me quede dormido y a la mañana siguiente me desperté con una resaca espantosa y un dolor horrible, vomite durante horas y tome medicina, él y yo hablamos del tema y desde entonces el hecho de tener mi primera vez con alguien me aterra, me avergüenza. Guillermo estaba llorando, Samuel no resistió las ganas de abrazarlo y consolarlo. -cariño yo no tenía ni idea, tranquilo no tienes qué avergonzarte, no sabías lo que hacías y créeme que esperaré todo el tiempo del mundo solo por ti. -¿no crees que soy un imbecil? -¿qué? Para nada guille, eres valiente al haberme contado. Ahora todo quedaba claro, Guillermo se había quitado un peso de encima pues le contó a la persona que más confianza le tenía. Esa noticia fue un cambio, un avance en la relación de esos chicos, una etapa comenzaría.
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¿Qué es el amor? Parte 22/ fanfic Wigetta
Samuel se encontraba en el gimnasio, ya llevaba tres semanas sin faltar un solo día, se sentía bien consigo mismo pero había cierto problema en ajustar tiempo para él, para el instituto, para Borja y para Guillermo; este último era su prioridad. Hoy serían exactamente dos semanas y media de relación con Guillermo y para Samuel en verdad era un récord personal pues lo máximo que duraban sus relaciones anteriores eran una semana como máximo, y después los "desechaba" rompiéndoles el corazón, aunque ahora podía estar orgulloso de él mismo pues estaba seguro de que no había roto el corazón de Guillermo, en verdad por esta razón lo invito el día de hoy a cenar a las siete. -¿disculpa sabes dónde se encuentran las duchas?-preguntó una voz detrás suya. -subiendo las escaleras a la derecha-dijo sin prestarle mucha atención al chico que le hizo la pregunta. -oh muchas gracias, es mi primer día aquí y no conozco bien el lugar. Samuel fijó su mirada en el chico, se veía al menos un año menor que él, con ojos oscuros pero cabello rubio, era apuesto pero no tanto como su Guillermo. -pues suerte. -¿por qué? -la mayoría de los tíos como tú vienen una o dos semanas y jamás vuelven. -¿tíos como yo?, anda ya veras que en un mes me sigues viendo aquí chaval. -ya lo veremos. Samuel a veces era un poco rudo con sus palabras pero era sincero, había una gran cantidad de hombres o de mujeres que venían simplemente a "lucirse" "presumir" o ni si quiera eso y solo vienen a ver culos, Samuel conocía solo un par de personas que en verdad venían al gimnasio para mantener la figura y venían constantemente. -¿tan tarde y sigues aquí?-pregunto Alondra detrás de él. -¿tarde? Pero que dices tía si he llegado a las cuatro y treinta. -madre mía Samuel, si son las siete con quince. -¡¿que?!-preguntó Samuel nervioso-dime que estas jugándome una broma. -no es broma tío, anda mira-le mostró su móvil y precisamente eran las siete con quince. -mierda mierda mierda-exclamó Samuel tomando su mochila y metiendo su móvil. -¿pero qué pasa macho? -que he quedado con Guillermo a las siete-gritó antes de subir hasta las duchas. Samuel lavo su cabello tan rápido como podía y enjabono su cuerpo de igual manera, se secó con una toalla y la amarro a su cadera para dirigirse a los lockers y vestirse. -¿te vas tan temprano? Menos mal que los tíos como yo no durábamos. Samuel no le presto atención se vistió con rapidez, al percatarse que el chico lo seguía mirando le respondió fastidiado. -para tu información chaval llevo aquí desde las cuatro y si me voy es porque tengo cosas que hacer, así que si me disculpas. Samuel abotonó el último botón de su camisa y salió corriendo del gimnasio y se montó en su coche, mientras conducía a casa de Guillermo miro su móvil, tenía una llamada perdida de Guillermo y un mensaje suyo también, en este decía: "¿donde estás? ¿Está todo bien?". Como quería a su chico, en lugar de enfadarse por llegar tarde estaba preocupado por si le había sucedido algo. Al fin llego a casa de Guillermo, fue a tocar a la puerta y le abrió Karol que iba vestida con su pijama. -hola Samu. -¿que tal Karol? ¿Y tu hermano? -en su habitación, pero ahora voy por él. -no no, iré a su habitación pero gracias. La menor le sonrío y lo dejo pasar, este subió sigilosamente al segundo piso y abrió la puerta de Guillermo con cuidado, este estaba jugando a la consola con el volumen tan alto que no se percató de que Samuel entro hasta que este se sentó a su lado. -joder, menudo susto me has sacado tío, hubieras tocado. -lo hice, tres veces, y ya que no abrías decidí entrar-respondió Samuel con una sonrisa burlona. -vale, ¿nos vamos ya? Samuel asintió y tomo la mano de Guillermo. -lamento llegar tarde, estaba en el gimnasio y no me di cuenta de la hora que era. -no hay problema, en verdad. Hubo un silencio mientras bajaban las escaleras, ya abajo se despidieron de Karol y se fueron al auto de Samuel. -¿así que aún vas al gimnasio?-Samuel asintió-yo me propuse ir varias veces pero al mes dejaba de ir. -no eres él único, a muchos les sucede lo mismo, anda te tengo una apuesta. -dime. -ven al gimnasio conmigo, si vas por lo menos dos meses seguidos te daré ciento cincuenta euros y si no lo haces tú me los darás a mi. -aceptó, pero para hacerlo más interesante el que pierda tiene que hacer lo que el otro le diga por un día. -me parece perfecto, ve ahorrando Guille. -¿quien dice que voy a perder? Samuel se limitó a sonreír y a seguir conduciendo; ahora sería más fácil poder tener tiempo para él y para Guille, esta vez tenía pensado en llevar a Guillermo a un lugar nuevo donde servían malteadas y comida estadounidense, lo que más le gustaba de este lugar era su ambientación al estilo de los años sesenta en Estados Unidos, lucia genial según le habían contado y moría por llevar a Guillermo. Al llegar había bastante gente pero por suerte un par de mesas desocupadas al fondo del lugar, se dirigieron a una con vistas al centro de Madrid. -confirmado. -¿el que? -te gustan las mesas con vistas-respondió Guillermo-yo siempre me sentaba al lado de la cocina pues desde ahí se huele todo y es muy guay pero creo que mi nuevo lugar favorito para sentarme es donde haya alguna ventana. -con un paisaje tan bonito ¿como no querer sentarse aquí? Llego una joven a tomarles la orden, mientras que Samuel ordeno una malteada de vainilla con nuez y patatas fritas, Guillermo solamente ordenó una malteada de chocolate y fresa. -¿seguro que no quieres ordenar algo más Guille? -seguro, pero gracias. Samuel rodo los ojos con una sonrisa y le indicó a la joven que podía marcharse. Comenzaron a charlar sobre su día, Guillermo le contó que ayudo a Karol a un proyecto de dibujo y vio "El rey león" con ella, mientras que Samuel le contó que ayudo a cocinar a su madre antes de ir al gimnasio e incluso le contó la "pequeña discusión" con el chico ese en el gimnasio. -pero ten cuidado que luego no te quiera hacer algo el chaval, no discutas con desconocidos samu. -estaré bien tranquilo, pero que tampoco fue culpa mía, el comenzó a joder en primer lugar. -vale vale, solo quiero que tengas cuidado-respondió Guillermo con gesto preocupado. Samuel sonrío, ahí estaba Guillermo preocupado por el como siempre. -lo haré. Se limitó a decir antes de besarlo en los labios, lo hizo de manera suave y lenta. -te quiero Samuel-dijo Guillermo al separarse de él. -yo te quiero mucho más. Ambos sonrieron y observaron sus malteadas que recién habían llegado. -que aproveche-susurró Guillermo antes de dar un sorbo a su bebida-anda que está bastante bien. -ahora te doy mi opinión-dijo Samuel antes de dar un sorbo también a su bebida-pues si eh. Las papas fritas llegaron unos minutos después. -¿ya viste quién está en la puerta? Dijo Guillermo haciendo que Samuel voltease a la puerta para él tomar un puño de las papas de Samuel. -pero no veo a nadie chaval-dijo volviendo su mirada a Guillermo que estaba masticando las papas deprisa-pero que tramposo el niño , que eres un ladrón de papas fritas tío-añadió Samuel intentando no estallar en risas. Guillermo solo sonrío haciendo que sus mejillas se tornaran más regordetas, Samuel termino riendo ante tal imagen, le parecía tan tierno. -yo no he robado nada-respondió riendo. -¿que no chaval? Anda entonces la comida tiene vida y se metió en tu boca. Guillermo asintió divertido, Samuel se acercó a él y plantó un beso en su mejilla . La noche continuo bien para ambos, disfrutaron del resto de las malteadas y las papas fritas, al igual que las veces anteriores Guillermo y Samuel se fueron de lugar cuando estaban a punto de cerrar. -que estuvimos ahí tres horas pero las sentí demasiado rápido. -creo que es verdad cuando dicen que si estás haciendo algo o estás con alguien que te gusta el tiempo de pasa volando. Guillermo se ruborizó ante el comentario pero no dijo nada, salieron del lugar y se dirigieron al auto tomados de la mano, Samuel tomo el camino largo hacia casa de Guillermo para poder pasar más tiempo a solas con él. -bueno hemos llegado-dijo Samuel un tanto desanimado. -creo que te veré mañana. -hasta mañana Guille. Ni Guillermo ni Samuel se movieron, continuaron en el auto tomados de la mano. -no quiero irme-admitió Guillermo. Samuel suspiro, el tampoco quería que Guillermo se fuese, quería pasar más tiempo con él pero para su desgracia tenían que ir al instituto mañana. Guillermo se quedo mirando a Samuel, este se percató de aquello y se acercó a Guillermo lentamente. -¿puedo darte un beso? Digo para no extrañarte tanto. Guillermo asintió con una sonrisa y acerco a Samuel a él hasta juntar sus labios, fue un beso profundo, romántico, y delicado. Ambos se sentían en una película o algo similar, eran tan felices juntos. Al separarse se observaron en silencio, los ojos de ambos brillaban, no había duda del amor que se tenían. -bueno creo que tengo que irme. -por desgracia. Ambos soltaron un suspiro y Guillermo salió del auto, se despidieron con la mano y Guillermo entro a casa. -¿Guille?-preguntó su madre desde la cocina. -Sí mama, he llegado. -¿que tal tu cena con Samuel? -muy guay, fuimos a un lugar nuevo. -creo que tendrás que llevarnos a nosotros ahora. -claro, por cierto mamá. -dime mi niño. -iré al gimnasio. Su madre lo observo sorprendida y comenzó a reír. -eres mi hijo y te quiero mucho pero creo que me estás haciendo una broma. -hablo en serio, hice una apuesta con Samuel y tengo que ir al gimnasio al menos dos meses. -vale, creo que ese chico aporta muchas cosas buenas para ti. Guillermo sonrío y beso la mejilla de su madre antes de salir a la cocina, se dirigió a su habitación para ir a dormir, no sin antes pensar en Samuel. Samuel al llegar a casa se encontró con su padre mirando la TV. -buenas noches Samuel, ¿que tal te fue en el gimnasio? -excelente, sin duda no he perdido la condición. -me parece bien, ¿y donde estuviste después? ¿O pasaste seis horas en el gimnasio? Que si es eso déjame reprocharte que no puedes pasar tantas horas ahí, es malo para ti, pero si no es así me alegra que hayas salido con tus amigos. -pues si, he salido con Guillermo. -¿y Borja? -con su novia, ya sabes Lana y él tienen citas muy frecuentemente. -oh vale, ¿Guillermo es el chico que nos acompañó en el hospital y todo eso? -si, es un buen amigo. -me alegro mucho Samuel. Este sonrío y se dispuso a subir a su habitación. -espera, hijo ¿puedo preguntar algo? -claro. -¿por qué no has tenido novia? Sé que es difícil encontrar a la indicada, créeme tarde en encontrar a tu madre. Samuel no supo qué decir, quizá pudo haberle dicho la verdad y así ahorrase futuros problemas tanto con sus padres como con Guillermo, pero no lo hizo, por lo contrario decidió ocultarlo un poco más. -no ha llegado la indicada papá, pero no te preocupes, igual y pronto lo hará. Su padre asintió y esta vez Samuel subió a su habitación, odiaba mentir pero a decir verdad no quería ver la reacción de su padre, aún no. • • • • • • • • • ¡Hola! Una disculpa pero estoy teniendo semanas bastante ocupadas para poder publicar algo, igual y mañana subo un drabble o algo similar, en verdad espero les esté gustando la historia. ¿Que tal les va a ustedes ? Que tengan buen fin de semana y le imploro a Dios que no se pase rápido.
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