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Guiado por el Espíritu de Santo.

Alguna vez nos hemos subido a un taxi donde el taxista no ubica la dirección que le dimos y nos dice simplemente “ahí me va diciendo por donde irme, me va guiando” y nos toca decirle porque calles ir, donde dar vuelta, a cuantas calles cambiar de dirección, etc.

“Ser un guía es tener el control y responsabilidad de llevar al guiado a buen término del viaje.”

El diccionario de la Real Academia de la Lengua Española lo describe simplemente como:

·         Ir delante mostrando el camino

Romanos 8:12-14 12 Así que, hermanos, deudores somos, no a la carne, para que vivamos conforme a la carne; 13 porque si vivís conforme a la carne, moriréis; más si por el Espíritu hacéis morir las obras de la carne, viviréis. 14 Porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios, éstos son hijos de Dios.

Gálatas 3:26 dice que por la fe en Cristo Jesús es que somos hijos de Dios, ese es el punto de partida para nosotros, ese es el momento de nuestra adopción. “Somos hijos”

Ser guiado por el Espíritu de Dios es “vivir como hijo de Dios”. Él va dándonos las indicaciones del camino y está procurando que lleguemos a buen término de este viaje.

Él puede ser muy específico del rumbo que debemos tomar.

Hechos 10:19-20 (Pedro acaba de tener una visión en la casa de Simón el curtidor) Y mientras Pedro pensaba en la visión, le dijo el Espíritu: He aquí, tres hombres te buscan. Levántate, pues, y desciende y no dudes de ir con ellos, porque yo los he enviado.

Hechos 8:29 (Felipe viaja de Jerusalén a Gaza donde encuentra al eunuco etíope) Y el Espíritu dijo a Felipe: Acércate y júntate a ese carro.

Y Felipe le habla del evangelio y este hombre etíope fue bautizado. Después el mismo Espíritu de repente se llevó de ahí a Felipe.

Nosotros ¿Qué voz estamos oyendo?

Mientras vivamos en este mundo no podemos negar que todo a nuestro alrededor es una influencia. Que vestir, que gastar, que comer, que decir, que pensar, que desear, como conducirnos y ante estas tentaciones también la carne levanta su voz y muchas veces hacemos caso. Entonces como dice la Biblia, las obras de la carne son manifiestas

Gálatas 5:19-21 19 Y manifiestas son las obras de la carne, que son: adulterio, fornicación, inmundicia, lascivia, 20 idolatría, hechicerías, enemistades, pleitos, celos, iras, contiendas, disensiones, herejías, 21 envidias, homicidios, borracheras, orgías, y cosas semejantes a éstas; acerca de las cuales os amonesto, como ya os lo he dicho antes, que los que practican tales cosas no heredarán el reino de Dios.

Si escuchamos a la carne estamos muy lejos de ser guiados por el Espíritu. Es una situación que debes lidiar diario en tomar la decisión de a quien escuchar. Cuando te enojas y piensas en como desquitarte, ¿a quién escuchaste? Puede ser que estés oyendo alabanzas en tu casa, pero estas atento a las críticas en el grupo de whatsapp de un vecino o de un compañero de trabajo o de la escuela, ¿a quién escuchaste?

Recuerde el Espíritu de Dios va delante mostrándonos el camino, ¿para qué desviarnos?

No despega mi negocio, oro y no veo que Dios me oiga, diezmo y ofrendo, y sigo con problemas económicos. Es probable que el Espíritu te esté hablando y no le estas prestando atención. No es lo mismo sentirse espiritual que andar en el Espíritu.

¿Cómo saberlo?

Ezequiel 36:26,27 26 Os daré corazón nuevo, y pondré espíritu nuevo dentro de vosotros; y quitaré de vuestra carne el corazón de piedra, y os daré un corazón de carne. 27 Y pondré dentro de vosotros mi Espíritu, y haré que andéis en mis estatutos, y guardéis mis preceptos, y los pongáis por obra.

Debemos conocer los estatutos de Dios para poder andar en ellos, leer la Biblia, orar. No sirve de nada sentirse espiritual o la antigüedad de tu membresía en la iglesia.

Escuchar la voz del Espíritu nos lleva a la Santidad

Leímos en Romanos 8:13 que por el Espíritu hagamos morir las cosas de la carne. ¿Cómo hacemos esto? Si pensamos que es como arrugar un papel y tirarlo es muy probable que si repetimos una falta lleguemos a frustrarnos y entonces desistiremos de cambiar.

La clave para hacer morir las cosas de la carne es escuchar todas las veces que sea necesario la voz del Espíritu Santo.

Te dicen: si me das una comisión yo te tramito un crédito, aunque estés reportado en el Buró de crédito, el Espíritu seguro te está diciendo “Mía es la plata, y mío es el oro, dice Jehová de los ejércitos.” (Hageo 2:8)

La santidad se consigue en un pago inicias y varios pagos diferidos. Deje le explico:

·         Usted hoy toma la decisión de escuchar la voz del Espíritu Santo, ese es su enganche.

·         Después cada vez que el Espíritu le hable usted atiendo, cada vez que este frente aun atentación usted huye, cada vez que se equivoque y peque usted se arrepiente y decide no pecar más. Esas son sus diferidos.

Entre más veces usted se niegue a pecar y se deje guiar por el Espíritu un día vera manifiesto el fruto del Espíritu.

Gálatas 5:22-23 22 Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, 23 mansedumbre, templanza; contra tales cosas no hay ley.