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© 2024 Roberto Ar. López

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A nadie se le escapa que este pequeño mundo anda a rebosar de llantos y lágrimas. Se vierten lágrimas en todas partes. Podemos encontrar llantos por doquier por casi todo lo imaginable… como cuando ganan los míos, o cuando pierden los tuyos; por el dolor que me causas, o por el daño que te hago; por aquellos que llegan, o por los que se van; por los gritos que se dan, y por los besos que pierden… Pero las lágrimas más horribles y feas de todas las que pueda haber, son las que se vierten porque yo estaba primero. ¡Pero qué cosa tan horrenda!

@robertoarlopez

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DE LLANTOS Y BRUJAS

Debió de suceder el día 27 de mayo, tal vez en aquel instante ya fuera día 28. Sé que era de noche. Sin embargo, no fue hasta el día 29 que lo anoté. Esa noche había estado llorando, y cuando acabé, escribí lo siguiente en mi diario personal:

29 de mayo de 2024. Anoche encontré los bocetos de un patrón con forma y aspecto de bruja. Tienen el tamaño propicio para una muñeca. Una muñeca-bruja. No sé qué es lo que iba a hacer con ellos. Creo que nunca tuvimos plenamente presente toda su capacidad creativa. Y después de todos estos años resultó que sí recordaba cómo hacer cosas sublimes. Cosas que le salían del alma. No recuerdo si extraje los cuadernos del armario el domingo o el lunes. Pero no importa. A fin de cuentas, ha pasado casi un año exacto y no me había dado cuenta de todo esto.

Según escribo estas líneas soy consciente de que si me hubiera planteado redactar este artículo con algún tipo de filtro, estaría faltando del todo al propósito del porqué estamos aquí y ahora, leyendo esto. Y es que escribir este artículo ha sido la inspiración que ha motivado mi intencionalidad para crear esta web [...]

© 2024 Roberto Ar López

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Voy a contaros un cuento. Es un cuento muy cortito. Chiquitín. Es tan pequeñito que casi no llega ni a contarse… Es la brevísima historia de un niño. Un niño algo solitario. ¡Qué digo algo! No, no no. Bastante solitario. Y muy tímido. Mucho. Era una de esas que ahora llaman personas introvertidas. O personas sensibles. O personas muy sensibles. Tampoco estoy muy seguro.

A las gentes modernas de ahora les encanta ponerle etiquetas a todo. Y clasificarlo todo en listados y en filas y en columnas. Y en estudios. Sobre todo en estudios. Dicen cosas como «tenemos un nuevo estudio que concluye que…», y sin embargo, yo que no he sido capaz de concluir nada jamás en toda mi vida. Y también gustan mucho de ponerle nombres a todas las cosas y a todos los casos. Pero yo esto no lo acabo de entender del todo, la verdad… Porque la vida es mutable, y entonces, las etiquetas son inútiles. Eso creo. Sí.

Pero bueno, a lo que voy.

A este niño le costaba mucho hacer amigos. Pero no le costaba tanto porque fuera un niño raro ni especial ni nada por el estilo. No, no no. Le costaba hacer amigos solamente porque se aburría mucho, muchísimo, con las cosas corrientes que el resto de los niños hacían.

Y se aburría tanto con sus iguales que desde muy pequeñito se hacía preguntas que los demás niños no se hacían nunca. ¿Qué hago yo aquí? ¿en qué consiste vivir? ¿adónde tengo que ir? ¿hasta dónde tengo que llegar?… Pero los niños en su inocencia, también pueden llegar a ser muy crueles, y él lo sabía porque así lo sentía. Y de esta forma es como del aburrimiento se pasa a la timidez. Porque sabes sin saber por qué sabes, que nadie te puede entender porque en el fondo no quieren hacerlo.

Y él seguía soñando…

[...]

© Roberto Ar. López 2024

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No, no soy mala gente, pero el resto del cuentito está en el enlace.

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Cierto día mi Hada me mostró con ese talento suyo, que todos estamos aquí para crecer juntos, ―puede que incluso alguna Bruja Buena y Bonita dijera las palabras «elevarnos juntos» (pero es que las Brujas Bonitas son así).

La cosa es que, nada hay más hermoso que aportar una pequeña gota de Belleza en este mundo para que otras personas la multipliquen.

—¡Ay Creep! ¡Eso que sientes es la energía!

—¿La energía?

—La energía de la creación —me precisó—. La energía de la Creación con minúscula y con mayúscula. ¿O para qué crees que estamos aquí? Para crear, y cocrear, y recrear la Creación una y otra vez. O tal como tú dirías, para evolucionar.

(pág. 100, Cuento Sentisciente, © 2023 Roberto Ar. López)

Abrazos sentiscientes

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Of cries and witches

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Fuente de la Belleza → https://sentisciente.com/catalogo/

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Sobre mí...

Autodidacta y defensor del auto-aprendizaje. Me gusta deleitarme con la metáfora. Explorador del alma, enamorado del amor, soñador entrenado, caminante con alas, viajero sin vuelo, poeta prosaico, cuentista y altruista por naturaleza, y también, un intruso en este mundo.

Y además…

Ensayista e investigador. Mentor, autor y editor. Desarrollador del pensamiento crítico, la creatividad y la argumentación lógica. Presto asistencia a estudiantes y no-estudiantes en diferentes niveles y disciplinas. Analista de problemas, procesos evolutivos y solución de conflictos (acción y efecto de disolver). Consultor filosófico y espiritual, naturalmente.

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