#resumen: es un asshole que tiene su merecido por andar jugando con cosas con las que no debe asnfod

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Aramis. 

Aparenta unos 21 años humanos, sin embargo, las sirenas no prestan atención a cosas tan triviales como la edad. 

Cis, bi.

Es uno de los hijos del Rey Dragón, representantes de las deidades acuáticas en la mitología coreana: los imugi, dragones menores que tras atrapar un orbe gigante se ganó el título de verdadero dragón. Aramis se crío en las comodidades del palacio del dragón marítimo del Océano Pacífico. Su padre, un dragón sensible, hablante y capaz de comprender emociones humanas como la devoción, la bondad y la gratitud, le crío lo mejor que pudo: pese a su apariencia pisciforme, su personalidad difícil. arisca y caprichosa: salta a la vista que Aramis no es un dragón marino, pero el orgullo que brilla en sus ojos es el de uno. Contiene una tormenta dentro de cada pupila, un regalo de su padre cuando su madre murió dando a luz al bebé. 

Siempre fue ignorado por sus medio hermanos mayores, que aunque no fueran dragones en su totalidad, tenían la capacidad de convertirse en unos en un futuro: tenían la forma, faltaba aprender a serlo. Aramis tenía que conformarse con su cola de pez, con su cuerpo incompleto; simplemente por el hecho de que su madre no era una dragona como la reina, y no era más que la amante del Rey Dragón. Por lo tanto, podría decirse que Aramis no es más que un mestizo, un bastardo, pero su padre decidió hacerle un sitio en palacio de todos modos, decidió criarle como si fuera uno de ellos. 

Sin embargo, nunca fue un ser disciplinado. Atendía las instrucciones de su padre en la misma sala que sus hermanos, en la misma mesa; con sus miradas encima, juzgándole. No era el hijo perfecto, pero tenía el potencial de serlo, podía conseguirlo con empeño... eso, si le hubiera interesado. Por mucho respeto que le procesase a su padre, la naturaleza salvaje e indomable de Aramis le imposibilitaba no escaparse del castillo cada noche, subir a la superficie, observar a los humanos que tanto detestaba por la influencia de su familia. Más de una vez, los poderes de dragón de Aramis crearon tormentas, que crearon naufragios, que acabaron en muertes. Tiene las manos manchadas de sangre, pero era intocable: por muy bastardo que sea, seguía siendo hijo del Rey Dragón, y todo el océano sabía que se estaba ganando su favor para convertirse en príncipe y pasar a la línea de herederos. Aramis, sin embargo, solo está interesado en los beneficios de ser príncipe, la inmunidad, la protección... ¿El peso de una corona, una herencia? Para quien lo quiera, que se peleen sus hermanos, que se arranquen la vida. 

                                                  Entonces, se le fue de las manos. 

En la última de sus escapadas se vio envuelto en su propia tormenta, y fue arrastrado por la corriente hasta un barco pescador. Aramis, intentando huir de la red con todas sus fuerzas, acabó herido, y aunque no le atraparon, sí que acabó entre las rocas de la una playa, moribundo. @arcanvss​