Tumgik
#relatoscotidianos
galaxia-de-escritos · 6 years
Text
Stranger
A mi italiano
Sólo he de agradecer infinitamente que avivaste mis ganas de volver a escribir, cómo un volcán violento, o una lluvia de estrellas, el universo te envío como un regalo para el alma, cuando te fuiste - dejaste tanto-... No tuve más que escribir (te) y así es cómo renací. Nadie pudo lograr eso más qué tú, aunque no estés y tampoco deseo que vuelvas.
Estación: Vagón de palabras
31 notes · View notes
zapatillalunar · 7 years
Text
El Encuentro.
Voy a dejar claras algunas cosas que describen este momento… La música de fondo es una pieza de jazz que acabo de encontrar casi oculta entre tantas melodías que suelen andar por ahí, la tarde es anormal; en el sentido de que llueve casi como ningún domingo. También hay un olor a fresco que logra penetrarse por la ventana y llega justo aquí. Conocí a  la distancia a un “alguien” podría ser él o ella, pero no es determinante para esta historia, es mejor saber que logra colorear con letras este pentagrama en la tarde y su recuerdo me trae varios cafés a la mesa. Recuerdo perfectamente la tarde aquella donde decidimos dejar en letras esos pensamientos que se cruzaban en algunos momentos, queriendo quizás ver configuradas  palabras que le dieran algo tangible a nuestros encuentros, cuerpo a el espacio entre los dos. Recuerdo que la piel ardía, como si tuviese un incendio entre los poros, y todo se volvía un poco más eterno;el reloj parecía detenerse, el viento se enredaba en las manos y había algo de domingo en los labios porque comenzaban a suspirar ante ese encuentro que el destino había tejido. Conocí a alguien que me abrió el alma y se quedó ahí a dormir muchas siestas y hacer de mis adentros una poesía. Me hizo abrir las ventanas y anudar todas mis dudas a un adiós para así deshacerme de ellas de una vez. Conocí a alguien que me volvió mar, y sus olas rompían en mis pies, y me hacían cosquillas sus vaivenes. Llevaba y traía magia…y un poco de sal. Una vez logramos acampar bajo las estrellas, la noche nos consumió hasta dejarnos sin sombra, el aire traía olor a vino y las nubes parecían espuma…  le dije que me gritara en silencio para así escuchar lo más profundo que tenía por decirme, por el contrario lo que hizo fue despejar el cielo de mis dudas y traerme a la cabeza una constelación de pensamientos, me sentí fugaz. La noche se nos amaneció en los pies y de ese encuentro me quedo este vicio de detenerme a escuchar  lo que la penumbra trae consigo, también el vicio de contar las estrellas más lejanas para expandirme en el universo. De ese momento me queda el sabor a los labios de lo infinito y la plena certeza que el amor cabe en las manos que se quedan juntas y se reconocen. Habían veces que me contaba sobre el color del viento, o sobre cuántos pasos se necesitaban para llegar al país de los sueños. Yo sonreía, desconocía las respuestas pero quería decirle que  allí, cuando estábamos juntos, todo era posible, todo era respuesta, todo tenía sentido por más absurdos que fueran sus cuestionamientos. Porque el encuentro de dos almas que solas se abrazan, ya es milagro y certeza. La música ha dejado de sonar, la penumbra poco a poco desaparece dejando colar algunos rayos de luz por medio de las montañas, el frío de la mañana se desliza por tu espalda y ese rocío ahora lo atrapo con mis labios. Volvería a besarte, lo se, pero buscaría la forma de que esa vez sea en una noche de luna llena.
Mariani Sierra  Andrés C. 
Escritos distantes para acercar cotidianos…
69 notes · View notes