#reencuentros con sabor a café y caramelo
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drawingsmariae · 5 months ago
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Jalek con Jack barbudo
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alquimiadelpanico · 7 years ago
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Mi abuelo y Sasha.
Muchos dirán, o simplemente pensarán que Sasha era la amante de mi abuelo, yo pienso que fue mucho más. El reloj marcaba casi la 7 de la mañana, era miércoles y algunas pocas nubes ya afirmaban un soleado 12 de marzo de 1969. Hugo vivía en la casa de sus padres, con su esposa y su hijo de 5 años. A veces creía que no era la vida que había elegido, pero seguía adelante sin mirar atrás, porque realmente no estaba seguro de la vida que realmente quería. Se le hacía tarde, llegar en hora a su trabajo era lo más importante en ese momento. Su esposa había logrando hacer un desayuno perfecto para los dos, pero la responsabilidad era más fuerte y solo pudo dar un mordisco a un trozo de pan calentito y un ligero trago de café sin ni siquiera sentarse a la mesa; la saludó con un beso en la mejilla y se fue, mientras ella continuaba desayunando sola, en aquella cocina inmensa con olor a domingos en familia. De camino al trabajo, solo podía pensar si existía alguna alternativa para que su vida cambiase. El ómnibus partía a las 7:17, sobre las 7:13 encendió el motor y lo dejó calentar un poco. Durante las horas de trabajo, el tránsito ocupaba su mente aunque varias semanas atrás había notado que una mujer se subía algunas paradas después de la estación de salida, eso no era lo llamativo ya que en sus viajes estaba acostumbrado a ver las mismas caras, sino que la atracción que sentía al verla era única. No subía todos los días en su ómnibus, pero algunos días podía contar con su presencia imperiosa, era de aquel tipo de persona que siempre mira a los ojos. Sus ojos, color caramelo, podían reflejar los ojos de Hugo cada vez que ella subía a su ómnibus. Él pudo percibir su mirada en el espejo retrovisor en otras oportunidades, pero ese día no. Se sintió culpable porque tal vez la había incomodado mientras la sorprendía mirándolo por el espejo, pero también se sentía culpable por la atracción que le generaba, aunque calmaba su culpa pensando que su matrimonio ya no era feliz. Su matrimonio se había deteriorado muy pronto que su hijo había nacido, él tenía 24 años y Catalina, su esposa, tenía 23 años cuando Lucas nació. Siempre tuvieron la idea de tener más hijos, pero la convivencia, la rutina, el desinterés de Hugo y los prejuicios de Catalina habían acabado con la alegría de su matrimonio y consigo desaparecieron las ganas de agrandar la familia. Algunas veces se preguntaba si Catalina era su familia o simplemente la madre de su hijo, aunque Catalina debajo de su orgullo y sus silencios ocultaba una fuerte obsesión y devoción hacia Hugo que acostumbraba a confundir con amor. Ese día, aquella mujer de pelo castaño de un largo que apenas acariciaba los hombros no bajó donde habitualmente lo hacía, y tampoco miraba a Hugo por el espejo retrovisor. Hugo no entendía porque aún no se había bajado, aunque en su interior depositaba un puñado de esperanza y se sintió como un adolescente a punto de encontrarse clandestinamente con su primer amor. Al llegar a destino y encontrarse solos en el ómnibus, solo supo preguntarle si se encontraba perdida. Sasha - dijo ella simplemente. Hugo ya no podía pensar, había perdido la noción del lugar donde se encontraba, solo se dejó llevar por aquellos ojos color caramelo. Sasha al ver que él no le respondía le explicó que había decidido no bajarse en su parada habitual ya que sentía curiosidad antes las miradas de Hugo, la misma curiosidad que él sentía por ella. Él simplemente se ofreció a llevarla de regreso ya que una vez que llegaba a la estación de destino volvía hacer el mismo recorrido hasta la estación inicial, pero además se atrevió a decirle que le gustaría verla nuevamente pero lejos del escenario al que ya estaban acostumbrados. Sasha sonrió y sugirió un parque que se encontraba a las afueras de la ciudad. Esa noche, luego del trabajo, Hugo regresaba a su casa con un amargo sabor que le advertía que tal vez no debería haber invitado a Sasha, pero al llegar a su casa y verse inmerso en la misma realidad de siempre decidió hacer lo que le indicaba su corazón y no el deber. Algunos días más tarde, Hugo y Sasha caminaban bajo uno de los últimos soles de verano, inmersos en un calor agobiante, aliviado por una brisa que avisaba que el otoño estaba muy cerca. Sasha le contó a Hugo que estaba casada y que junto con su esposo eran propietarios de una panadería, que su deseo era ser madre pero que la naturaleza no le había dado la posibilidad de tener un hijo de su propia sangre y que por lo tanto había decidido ingresar en un proceso de adopción tedioso y frívolo si de darle un hogar a un niño y la felicidad de la maternidad o paternidad se tratase. A pesar de la angustia, Sasha le contó que no era su esposo quien no podía tener hijos, sino ella. La pérdida del confort de la comodidad y lo arriesgado de buscar otras alternativas habían logrado que su matrimonio ya no fuera tan alegre como al principio. Sasha estaba decidida a seguir adelante sola pero sabía que necesitaba de su esposo para poder lograrlo. Hugo también la hizo partícipe de su realidad, él ya no estaba cómodo en su matrimonio pero no quería que su hijo creciera con padres separados. Comenzaron a verse cada vez más seguido en aquel parque alejado de sus problemas, y el entendimiento y la empatía crecía cada vez que se encontraban. El parque en ocasiones era suplantado por bares o habitaciones de hoteles baratos. Algunos meses pasaron y verse se convirtió en una necesidad cada vez más peligrosa, continuaban viéndose en el ómnibus aunque fingían no conocerse y dos veces a la semana como mínimo se permitían algunos encuentros tan efímeros como sanadores, el parque ya había quedado atrás, ahora los encuentros se daban dentro de cuatro paredes para poder evitar que alguien los viera juntos. Fue entonces cuando Hugo le pidió a Sasha que se encontrasen en aquel parque nuevamente. Ese día el frío invernal le daba paso al calor de primavera, se encontraban sentados en un banco y fue en ese lugar donde Hugo le explicó a Sasha que no podía verla más. A Hugo le preocupaba demostrarle a su hijo que sus padres estaban juntos para criarlo, aunque esa unión fuera ficticia y en realidad el lazo que lo unía a Catalina ya hubiera desaparecido hace mucho tiempo. Sasha comprendió lo que sentía Hugo en su pesar por anhelar lo mismo que él. Les dolía el pecho al pensar en esa decisión, al recordarse e imaginarse juntos, pero entendían que era la única alternativa que les permitiría seguir adelante con sus vidas sin enfrentarse a un caos total. Sasha dejó de tomar la línea de ómnibus de Hugo y ambos acordaron no volver a los lugares que supieron verlos juntos. Con el tiempo supieron enfrentar la melancolía que este recuerdo representaba, pero siempre existió la esperanza del reencuentro. Una tarde de abril de 1991, Hugo estacionaba en la parada de taxis, había tenido que abandonar su trabajo de chofer de ómnibus varios años atrás, con la ilusión de poder elegir sus horarios. Al descender del auto uno de sus compañeros se acercó y le entregó una nota, su compañero le contaba que una mujer había dejado esa nota para él, porque le pareció verlo estacionar allí en otras ocasiones. La nota solo le indicaba una dirección y un horario, Hugo supo perfectamente de qué se trataba. Con un nudo en la garganta y en el parque donde alguna vez había estado con Sasha, los ojos de Hugo se volvieron a reflejar en aquellos ojos color caramelo, para dar comienzo a su nueva vida.
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drawingsmariae · 1 year ago
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Alek y Jack
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drawingsmariae · 11 months ago
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drawingsmariae · 4 months ago
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Jack, Alek y Nina
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drawingsmariae · 1 year ago
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Alek y Jack
Jun. '22 - Oct. '23
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drawingsmariae · 1 year ago
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Nina y Alek Pérez Volkov hijos de H y V en "Recuerdos con aroma a jazmín" y "Reencuentros con sabor a café y caramelo".
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drawingsmariae · 2 years ago
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Viktor y Alek Pérez - Volkov (su hijo en "Recuerdos con aroma a jazmín" y "Reencuentros con sabor a café y caramelo")
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drawingsmariae · 11 months ago
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Nina Pérez Volkova
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drawingsmariae · 2 years ago
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Algunos dibujos que hice para el au volkacio omegaverse "Reencuentros con sabor a café y caramelo"
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drawingsmariae · 2 years ago
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Jack Collins, Alek Pérez - Volkov y Rattan del au volkacio omegaverse "Reencuentros con sabor a café y caramelo".
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drawingsmariae · 2 years ago
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Algunos dibujos que hice para el au volkacio omegaverse "Reencuentros con sabor a café y caramelo".
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drawingsmariae · 6 days ago
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Alek y Jack
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drawingsmariae · 10 months ago
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Finalmente @vinisontheship y yo les traemos esta nueva historia, protagonizada por unos viejos conocidos...
CUANDO FLORECE EL ROMERO
Esperemos la disfruten mucho <3
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drawingsmariae · 2 years ago
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Familia Pérez - Volkov de "Reencuentros con sabor a café y caramelo", en Navidad❤
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drawingsmariae · 2 years ago
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Horacio con Nina y Alek.
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