#redphonecatober
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Hoy comienza el #RedPhoneCatober :D
Recuerde que tienen 2 días para cada reto (3 para el último). Mucha suerte y muero por ver sus entradas ❤️
Voy a tratar de participar con dibujos rápidos sólo porque si :)
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"Primera cita"
Hola, al fin podre empezar este reto.
Es la primera vez que participo en algo como esto aunque conociera el concepto.
Así que tengo el reto de cumplirlo a rajatabla.
Para quien no lo sepa El concurso es #RedPhoneCatober. Hecho por @oliverojostristes.
Ahora no hago esperar y os dejo el escrito. Por cierto si veis una falta de ortografía o otra cosa siempre escucho correcciones para mejorar.
Me encontraba en un café hermoso, que habían abierto hace poco. Aun estando en el interior del edificio rustico, tenia una estética como de bosque encantado; paredes de madera toscas, suelos de césped que debía ser artificial con caminos de baldosas de piedra, arbustos con flores silvestres y hierbas aromáticas e incluso había una fuente cerca que parecía una cascada.
Era gracioso verme a mí con mi cabello trenzado, un vestido crema de mangas anchas dándome un aire de bruja del bosque. Camuflada perfectamente con el ambiente. Mientras al otro lado de la mesa estaba Cato con chaqueta vaquera, ya en el respaldo de su asiento y con su estilo habitual. Solo había mirado por encima la carta. Viéndose completamente fuera de lugar.
Hacia rato que ya había visto que quería. Pero no quería aun soltar la carta para enfrentar a mí rommie. No era la primera cita que tenia en mi vida, pero si la primera tras lo de mi ex. Sinceramente no sabia que decirle.
Cato tras unos días de convivencia y viendo que con mi trabajo y mis rutinas, vio que no había salido mucho. Me vendió la idea como una forma de airear mi mente. Enseñarme a relajarme. Me pareció bien hasta que escuche:
-Sera una cita- Me dio un beso en la frente mientras el se iba silbando y yo me quedaba con cara de ¿Qué paso aquí?
-… Fortune- Escuche la voz profunda de mi acompañante que me saco de mis pensamientos.
-¿Si?- Claramente me veía distraída provocando la risa de Cato.
-¿Sabes que no muerdo a no ser que me lo pidas?- Le sostuve la mirada sin ver el sonrojo que subía por mi cara aclarando mi garganta antes de responder.
-Vaya, lo tendré que tener en cuenta.- No negare que la broma me hizo gracia conteniendo la risa. Relajando el ambiente.-Aunque creo que mientras ninguno digamos un terrible “tenemos que hablar”, vamos bien.
Cato me pone esa mirada felina de gato tras su premio. Le devuelvo una mirada con sospecha. No sabia aun porque pero no tardaría mucho en saberlo.
-¿Cato?-Le miraba claramente alzándole la ceja.
-¿Dulzura?- El estaba sonriente. Silenciosamente le estaba exigiendo respuestas y no tarde en recibirlas.- Puede que solo quisiera traerte a un sitio bonito y...- Pasa un panfleto con aire inocente. Le miro a el, miro de reojo el papel. Habla de la obertura de la cafetería y de la oferta de...parejas. Le vuelvo a mirarseria el me sostiene sin pudor la mirada.
-Me has traído a un sitio precioso donde me den café y dulces baratos y ¿solo para tener ese Edén debo ser la novia perfecta contigo?- En lo ultimo hubo una pausa mientras le miraba a los ojos haciendo mi mejor cara poker.
-También podemos no hacer eso y simplemente pago sin la ofert...-Mientras Cato intentaba no presionar demasiado a su acompañante Fortune, puso su asiento tranquilamente al lado de Cato, se sento y le puso el dedo indice en el labio pidiendo turno de palabra.
-Shhhh, no sabes lo que has despertado. Shhhh escucha atentamente. Somos dos personas que trabajamos mucho. Nos lo merecemos. Así que piensa que vas a pedir porque de aquí no nos vamos sin diabetes y cafeína en vena.-Digo mientras murmuro solo para Cato mi discurso alentador y no dudo en llamar al camarero.
-Quiero un trozo de “Muerte por chocolate” y un “Café otoñal”, por favor.-Le paso agarro la mano con una sonrisa radiante a Cato. Digo con voz medio risueña.
- Gatito -Frota la mano de Cato el cual lo había pillado con la guardia baja. Cato no tarda en volver a la realidad y hacer su pedido al camarero no hablar hasta que este se marcha.
- No conocía esa faceta tuya...No deberías provocarme de esa forma. Sabiendo como me siento.-Dice mientras se pone la mano en la cara y no puedo evitar tener una sonrisa divertida.
-No conoces muchas cosas de mi y lo mismo podría decirte. Pero no te preocupes tenemos todo el tiempo del mundo.-Digo eso guiñándole el ojo. Voy a apartar la mano pero ante de darme cuenta es Cato quien agarra la mano.
En verdad era extraño pero todo eso se sentía tan natural y cómodo. Como diría Matías era un extraño. Pero ninguno de los dos lo cuestionamos mientras hablábamos de películas y música o cualquier cosa que saliera a conversación.
Pero fue llegar las tartas y en una de esas noto la mirada de Cato sobre mi. Nos quedamos en silencio el pensativo y yo confundida. Hasta que veo a Cato dándome una cucharada de su pastel. Pone una expresión de travesura.
-Di ahhh Dulzura. -Cato dijo esto con una sonrisa provocando un sonrojo mio automático camuflando mis pecas con mi tono de piel.
-Cato, puedo usar la cuchara yo.-Intente recuperar mi paz pero claramente mi acompañante tenia otros planes.
-No es lo mismo Dulzura y hoy soy Gatito para ti. Va se que te lo quieres.- Suspiro sonrojada cediendo ante el trozo de tarta de nata con fresa.-¿Te gusta?
-Si-Digo desviando la mirada. Pero sigo viéndole con la misma mirada.- ...¿Que?
-Sigo esperando algo.- Al ver que su mirada cayo sobre mi tarta, me rio al caer a que se refiere.
-¿Podrías haberlo pedido?- Le doy una cuchara de mi pastel. Cato simplemente se encoge los hombros.- No a cualquiera le doy de mi tarta.- El peli morado se lo ve encantado comerse lo que le ofrezco.
El tiempo paso volando en aquella cita, hasta que empiezan a iluminarse las farolas. Viendo aquello, pagamos la cuenta e ir hacia casa en silencio.
Cato estaba silencioso desde que salimos de la cafetería con las manos en los bolsillos, simplemente caminando. Parecía algo tenso.
Me sabia tras haberlo pasado tan bien verlo con aquella cara. No sabia como preguntarle. Sentía mí mano fría entre el ambiente y tras haber estado agarrando la mano de su compañero. No sabia si le molestaría o no. Al final animándome agarrarlo del brazo. Al ver su sorpresa me alarmo. Solo se me ocurre un:
-Hace frio.-Desvió al mirada. Aparta con cuidado mi mano, pero antes de darme cuenta siento una tela cubrir mi espalda y hombros viendo la ancha chaqueta. Mientras Cato para el brazo por mis hombros frotándolos. Viéndolo ponerme una expresión afectuosa.
-¿Mejor?-Asiento contenta.
-...Me lo pase bien...quiero decir era extraño...no nos conocemos mucho, pero...-No sabia seguir la frase pero la sonrisa que no podía quitar y mi mirada sin preocupaciones hablaban por si solas.-Pero la próxima cita la elijo yo.
Dije dejando a un Cato conteniendo su alegría. Mientras miraba de reojo las pocas estrellas que se podían ver en la ciudad y pensaba.
"Ojala este sueño no acabara"
Bueno hasta aquí el relato. Espero que guste. Sinceramente me sorprende lo rápido que me salió la idea.
Ojala el resto del Catober me sea igual.
Me despido y espero ver pronto a los demás participantes.
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Buenas tardess, aqui esta los dibujos del catober de redphone
💜Los dias 1-2,3-4 y 9-10💜
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Les traigo el Catober ❤️ (#RedPhoneCatober)
Espero se unan y se diviertan con el reto :3
También les dejo las reglas y el pequeño concurso que se hará si cumples todos los días.
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Les traigo el Catober ❤️ (#RedPhoneCatober)
Espero se unan y se diviertan con el reto :3
También les dejo las reglas y el pequeño concurso que se hará si cumples todos los días.
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Catalina /Fortunato
Buenas, aquí rápida y rauda dejo mas escritos. Este fue muy divertido. Siempre me han hecho gracia los genderbends. Sobre todo el saber que modificar pero mantener la esencia del personaje.
Aunque me ha costado saber cuando cortar la escena. Ya que si no me corto te hago todo una novela. Pero bueno os dejo empezar antes de que me maten.
Estaba saliendo de un evento al que había sido invitado. Lo malo es que se me hizo demasiado tarde.
-Mierda.-Iba con una maleta donde estaba mi cosplay de "Fay D. Flourite" y las cosas que había comprado en el salón.
Evidentemente antes de salir fui al baño a quitarme el disfraz, para poder ir tranquilamente como Fortunato.
Mi cabello ondulado lila, suelto menos el flequillo de un lado, que estaba trenzado. Como siempre iba bien afeitado. mis ojos dorados que destacaban con la ausencia de iluminación, ahora sin el maquillaje se veía mi tez blanca llena de pecas.
Lo bueno de este cosplay es que ser alto, pero delgado me había dado puntos.
Al salir solo quería ropa cómoda. Por eso me había preparado mi camisa estilo pirata crema, que no tapaba al completo mis brazos vendados, chaleco a juego con la camisa, unos pantalones cuero morado oscuro, unas botas y mi inseparable sombrero de pico.
Al menos esta vez fui previsor en ese sentido. No podía decir lo mismo de mi trasporte a casa. Había perdido el ultimo tren.
Suspire hastiado mientras veía el vaho de mis labios salir. Al menos si no llevaba cosplay y no hablaba, nadie de ahí dentro me reconocía.
Me encantaba mi trabajo, pero era agotador cuando entraban con peticiones en bucle. Era difícil mantener la sonrisa agradable y servicial cuando entraban en modo intenso.
Pero ahora debía centrarme en mi problema principal. Estaba consultado mis opciones de vuelta a casa en el móvil, cuando este empezó a sonar.
Era una llamada de Cata. Me sorprendió ya que mire la hora y efectivamente ella debía estar trabajando.
-¿Si?-No pude evitar que se me curvaran los labios al contestar.
-¿Como estas Dulzura?-Tarde un poco en responder.-¿Me oyes?
-Si si si pero ¿Quieres una verdad o una mentira?-Digo con una risa nerviosa.
-Siempre verdad pero ¿Qué ocurre? ¿Te ocurrió algo?-Ella me pregunto claramente preocupada.
-Bueno, me estaba preguntando si seria tan malo por una noche hacer el mendigo en la estación. ¿Tu que opinas?-Intente bromear para rebajar la tensión. Pero el silencio de mi compañera me dio a entender que no funciono.-¿Estoy bien? Simplemente salí tarde y ya se fue mi ultimo tren. Creo que tendré que ir a pie.-Me froto el cuello y suspiro.-Debí estar mas pendiente de la hora. Soy un desastre.
-¿Quieres que vaya a por ti?-Cata me pregunto con voz comprensiva.
-Me alaga la posibilidad de que vengas en tu corcel negro a mi rescate, pero se que estas trabajando. -Intento resistir a pedirle ayuda. Se que ella si se lo pidiera vendría a por mi. Pero estaba ocupada y nunca me aprovecharía de su buena voluntad.
-Te llevaría a comer.-Ella dejo caer de forma tentadora, imaginándomela con esa sonrisa divertida. Escuche mi cuerpo traidor rugir con la posibilidad de comer.
-mmm ¿Sabes que es difícil ser un caballero amable contigo, cuando me provocas de esta forma Gatita? -Gruñí, claramente sabia que decirme para ceder. Escuche una risa femenina tras el auricular.
-Me lo tomare como un si, así que busca donde sentarte que seguramente en 20 minutos llegue a ti.
Me colgó sin darme oportunidad a responder. Al final ni le había podido dar la dirección. Puede que cuando le comente que iba al evento se lo hubiera dicho.
Aunque juraría que no mencione la dirección. Bueno es igual, a malas si no lo supiera ella tiene mi teléfono.
Al fin simplemente fui a las escaleras del edificio del evento con mis pies adoloridos. Como ella dijo no tarde en escuchar la moto frenar y verla llegar quitarse el casco.
Dejando ver su cabello purpura caer por su espalda, el rapado de un lado, esas cicatrices que adornaban su piel junto al lunar de su ojo.
La sonrisa emocionada que resaltaba rasgos como su pirsin de la ceja, sus ojos azules que me miraban con adoración y la sonrisa automática cuando me vio no dudando en aparcar la moto.
Ella iba con su chaqueta vaquera abrochada, unos pantalones marrones y unos guantes que cubrían las cicatrices de sus manos. Me levante arrastrando mi maleta con pena.
-Siento haberte hecho venir hasta aquí.-Dije apenado de haberla hecho dar tanta vuelta para recogerme.
-No te preocupes, no estaba lejos de la convención además siempre es un gusto llevarte.
Dice mientras con facilidad sujeta a la moto en la parte de atrás mi maleta. No esperando cuando lo deja el equipaje asegurado y se gira para darme un abrazo con los tonificados brazos.
Suspire sintiendo mi cuerpo relajarse. Era como ser abrazado a una roca térmica. No hacia mucho frio pero era agradable.
-Mmm si me sigues abrazando creo que me dormiré.- Me separo del abrazo para notar una fragancia que me cautivo. Y no era mi motorista.-¿Que es eso que huele tan bien?
-Te conozco lo suficiente para saber que debes estar hambriento así que pare un momento para pedir nuestra cena e ir directos a casa a descansar.
Fue escuchar eso y oler la pizza de mi restaurante favorito y no pude evitar el impulso de tirar de su chaqueta para inclinar la y llenarla de besos por todo el rostro.
Viendo a Cata como de un momento a otro se ponía como un tomate con una sonrisa tímida pero feliz.
-Aishiteru Catarina, no se que hice para tenerte. Eres la esposa de mis sueños.-Digo emocionado. Claramente mi reacción no la esperaba y menos mis palabras. Dejando a mi compañera muda. Yo al darme cuenta de que dije me veo sonrojarme y calarme el ala del sombrero para esconder mi vergüenza. Regulo para intentar sonar mas tranquilo de lo que me sentía.-Perdona, me pase.
Cata me sonrió feliz. Subí tímido a la moto desde atrás y la abrazara.
-Sera mejor que nos vayamos antes de que beses al primero que se te cruce.
Lo se es un final abrupto pero es que me pasaba de largo. Se que hay gente que no lleva bien las biblias. Aunque seguramente algún día lo intente seguir. Aunque también digo quise hacer a los dos personajes genderbend. Pero sinceramente Fortune Cato o Cata, no le es impedimento mientras sea este.
Espero que os divirtierais leyendo y nos vemos en otro escrito bye
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Boda
Y aquí el ultimo escrito de Catober. Y no me creo que lo haya conseguido. Aunque me disculpo si este no quedo tan bien. Como siempre tengo el síndrome de la idea de ultima hora. Al menos espero que lo disfrutéis.
Por cierto un aviso. Tumblr no tiene mas colores y es obligatorio que un personaje en concreto comparta color con Cato. Lo digo por si da a confusión.
No se que estaba haciendo. Sabia que solo era una formalidad. Un papel no iba a cambiar, lo que sentía por Cato.
Pero ahí estaba unos minutos antes de entrar al palacete para mi boda. En silencio, mirando mi reflejo en un estanque que había en el jardín.
Mi cabello lila lo habían trenzado para hacerme una tiara con este y decorado con lavandas para sujetarlo. Había querido solo un maquillaje sutil rosado.
El vestido era dorado, me había negado a verme de blanco. Me hacia ver más pálida de lo que era. Este tenia mangas anchas y largas.
El cuello de este no cruzaba mas alto de los hombros, un corpiño en purpura, como los detalles de estrellas pequeñas que se veían por toda la tela.
La falda era larga aunque la parte de delante fuera corta para no sentir mis piernas en una jaula. Tenia unas botas y guantes a juego para esa ocasión. Aun seguía sin creerme que hubiera hecho aquella ropa para mi.
Estaba tan metida en mis pensamientos, que no sentí cuando alguien toco mi brazo. Me pegue un pequeño susto girándome, teniendo que bajar la mirada y ver un hombre de cabello oscuro y gafas trajeado.
Mi mente tardo unos segundos en reconocerlo como el Pa de Cato. Este me sonreía y yo intente devolvérsela quedando una sonrisa algo nerviosa.
-¿Sabes que con este vestido y tan a la vista es difícil esconderte?- Dice el hombre de en un tono cómplice. No pude evitar reírme, mientras seguía ajustando los guantes a la mano de forma nerviosa.
-No me escondía...solo pensaba.
-¿Sin decir nada a nadie?- Ahora me veía confusa.-Tu amigo fue a verte, al no verte en la habitación donde debías estar, empezó a buscarte por todo el edificio, mientras pregunta a mi hijo que te ha dicho.-Mi cara de espanto al oír eso no tuvo precio. Por el contrario el recién llegado mantenía la calma por los dos.-Me alegra ver que estés bien, aunque creo que ahora lo que necesitas es sentarte un momento.
Suspiro y nos sentamos en un banco que había cerca.
-Debería volver rápido, Cato debe estar asustado y el resto nerviosos.-Al decir eso veo como él saco el teléfono, escribió algo y luego guardo el teléfono.
-No te preocupes, ya le avise a mi esposo. Así tendrás un poco de tiempo para decirme porque has necesitado de repente estar sola.
Estuve unos segundos valorando la sugerencia antes volver a sentarme y empezar a hablar.
-Bueno, no es que quisiera estar sola…mas bien mis pies se movieron por su cuenta...yo...solo pensaba en mis padres.-Me costaba poder explicarme. Aunque Cato ya me lo había presentado no sabia como actuar ante él.
-Ahora que lo pienso no los he visto. ¿No vinieron?- No hizo falta que respondiera a la pregunta notando mis ojos ponerse vidriosos. Solo pudiendo decir:
-...No pueden venir...hace 2 años…
-Oh no, por favor no llores. Si lloras, llorare contigo. Y si volvemos llorando mi esposo y mi hijo les dará algo.-Al escucharle tan alarmado me provoco una risa.- Nadie me dijo nada.- El suspira y me mira.-Lamento tu perdida, debes quererlos.-Mi expresión se suavizo sintiendo una nostalgia.
-Mucho, aunque creo que no me di cuenta de cuanto hasta que paso...Sonara tonto pero me hubiera gustado que estuvieran aquí.-Suspiro con pesar.
-Los sentimientos no son tontos. Puede que irracionales, pero entiendo que nadie podrá sustituir o decir nada que pueda quitarte ese sentimiento. No los conozco, pero se lo que es ser padre. Y no tengo dudas, que si te vieran hoy. Estarían emocionados y orgullosos de ver a su niña en quien se convirtió. Estas preciosa y aunque te hayan dado a la fuga. Me alivia ver que mi hijo haya encontrado que lo ame tanto como el lo hace.-Sus palabras me conmovieron. Y no pude reprimir el abrazo. Sonó el teléfono que no era el mío.- Creo que ahora si que deberíamos volver. No me hace falta contestar para figurarme quien me esta llamando.
Mi yerno me ofreció la mano y yo se la di mientras íbamos de camino a la ceremonia.
-...Oliver, ¿te podría pedir un favor?...¿Me acompañarías al altar?...me haría ilusión que una de las personas que velaron por él me escoltaran...si te parece bien claro.
-Me encantaría.
No tardamos en llegar juntos a la sala que nos adjudicaron. Teníamos pocos invitados, Mati, Lydia y los padres de Cato. Casi se me escapa el corazón del pecho al ver a Cato.
Este tenia el cabello peinado hacia atrás. Llevaba puesto un traje negro, la corbata estaba floja seguramente porque estaba acalorado. La chaqueta estaba olvidada en alguna silla. Sentí una paz al cruzar miradas con los ojos celestes de Cato con expresión amorosa.
No se cuanto tiempo estuvimos así hasta que note a mi yerno tirando suave de mi brazo para que nos acercáramos.
Lo primero que hizo Cato al llegar fue agarrar mis dedos para besar el dorso de mi mano y dar inicio a la ceremonia sin que este soltara mi mano en ningún momento.
Me aliviaba notar a través de su mano que no era la única con los nervios a flor de piel.
Sinceramente no preste mucha atención a la funcionaria.
-Señorita
Entre en pánico quedándome muda sin saber que decir. Note el apretón de mi novio, el cual le mire de reojo. Este empezó a mover lentamente los labios para que los leyera.
- ¿Si quiero?-Escuche algunas risas al decirlo confusa no esperando que me hubiera quedado en las nubes tanto tiempo.
-Pues yo les declaro marido y mujer puede b...-la funcionaria suspiro al ver que no había terminado la frase y Cato no perdió el tiempo en dar aquel primer beso como casados.
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El convite fue mas entretenido. Lo habíamos hecho en un lugar que una vez me llevo Cato en una de nuestras citas.
Era al aire libre, era fácil de acomodar para colocar mesas, sillas y lo necesario para una fiesta pequeña.
Tomamos algo mientras conversábamos y sigo sin saber en que momento o como consiguió Cato llevarme de la zona de la fiesta a un lugar mas apartado.
Me tenia abrazado mientras estábamos sentados en el césped.
-Esto es todo lo que necesitaba poder abrazar a mi esposa.-Dice encantado mientras le miro.
-Eso ya lo hacías Cato.
-No, antes abrazaba a mi novia, ahora consiento a mi esposa.-Dice con toda la tranquilidad del mundo. Actualmente tenia a Cato sin la chaqueta, ni el chaleco, ni guantes, en algún momento voló la corbata, y se arremango la camisa hasta los codos.-¿Estas bien?-Le mire confusa ya que no entendía el porque de la pregunta.-Matías me dijo que no te encontraba. Y nadie sabia donde estabas.
Ahora era mi turno de explicarme. Aclare mi garganta mientras pasaba mis dedos por el dorso de una de las manos de Cato.
-Bueno, Cato ¿has visto cuando me pongo a pensar en algo muy fuerte que pasa?
-Deambulas sin rumbo por la casa sin mirar por donde vas.
-...si que miro...bueno ese no es el punto. Pues me puse a pensar tanto...que el edificio no fue suficiente y termine en el jardín. Lo demás te lo imaginas.
Cato empezó a reírse.
-No es gracioso, lo que me sorprendió es que no aparecieras corriendo.
-Si no hubiera estado Pa, seguramente habría pasado eso...¿En que pensabas?
-...En mis padres, estoy bien solo me puse nostálgica. Además tu Pa fue muy amable al salir a buscarme y luego escucharme...-Le agarro de las mejillas mientras sonrió.-Cato estoy bien.-Aun diciéndole eso me dio un beso en los labios.-Deberíamos volver a la fiesta.
-No hace falta, seguro que ni lo notaran.-Le alce la ceja mientras hacia un gesto en las manos señalando el vestido dorado.
-Cato puedes mirarme y en serio pensar eso.
-Dulzura, si te miro ahora, solo pienso en tres palabras “noche de bodas”.-Me rio mientras le pego en el hombro.
-Eres incorregible...Esposo.
Llamo la atención de Cato. Tener su mirada sobre mi siento que se ocurre decir mil cosas que se atropellan en mi cabeza.
Suspiro antes de hablar. Tomando las manos de Cato para calmar mis nervios todo el rato desviando la mirada a todos lados menos hacia el.
-¿Sabes que te amo Cato, no? Quiero decir se que siempre te lo intento mostrar pero creo que no te lo digo tanto...No es que no lo sienta...y no se porque me cuesta. Pero si el simple hecho de haberme casado lo cual creía imposible no fuera prueba suficiente...me importas. Me haces muy feliz el estar contigo, da igual que sea viendo películas, durmiendo juntos o aunque simplemente estemos en la misma sala. No se porque me pongo muy feliz cuando sonríes. Y bueno yo…
No pude seguir hablando por el beso intenso que me dejo sin palabras, acompañado de un abrazo aferrándose como si fuera a irme. Noto como simplemente acaricia mi cabello mientras escucho su voz en mi oreja.
- Dulzura, ¿Qué haré contigo?
Bueno hasta aquí el ultimo escrito del Catober. Nada quise darle una sorpresa al creador del este juego que a tantos nos esta gustando.
Espero que le guste, fue muy divertido esto. Ahora si me disculpan iré a descansar.
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Hola, bueno me ha costado pero creo que lo conseguí, pero como me temía voy al ir al limite.
La idea era fácil, pero con tantas opciones de disfraz y personajes...necesitaba elegir el perfecto, con suerte alguien lo dibuje XD.
En verdad me ha gustado y seguramente será de los escritos que reescriba porque claramente quería poner mas escenas.
Disfruto mucho de Halloween así que claro que querría darlo todo con este.
Pero vamos con el escrito o me iré por las ramas.
Al fin era la noche de Halloween, en mí ciudad todos los años montaban, una pequeña feria, la cual podías entrar por la mitad, solo por ir disfrazado. A Mati y a mi nos encantaba y siempre que podíamos íbamos juntos.
Aunque los últimos años no habíamos podido por diversos factores. Este año los astros se nos habían alineado. Parecíamos dos chiquillos locos porque llegara el día.
Matías iba a traer a Lydia. Ella había estado en un caso sin descanso y mí amigo, la tuvo que sacar del despacho por el bien de su cordura.
En mi caso le pregunte a Cato con duda, pero esa noche por lo que decía no trabajaba. Aunque hubo una conversación...
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-Catito- Dije abrazándolo por la espalda. Estaba con su móvil en mano, paro su partida y me miro con la ceja alzada.-Bueeeeeno, pronto será Halloween...y hay una feria. Irán Mati y Lydia y pensé que bueno...-Dejo caer mientras frota mi mejilla contra la suya ilusionada. Hubo un silencio que parecía que iba ser una negativa pero escuche una simple afirmación.
-Claro.
-¿Tan fácil?-Sinceramente no se porque pensé, que Cato ese tipo de cosas no le llamarían.
-¿Quieres que te discuta? -Yo en respuesta empecé a negar, aun mirando a Cato. Sabiendo que aun me faltaba decirle algo.
-Buenooo pero también había una cosita más.-Digo con una sonrisa.
-¿Una cosita mas?- Mi sonrisa se ensancha. Y Cato soltó el teléfono divertido con la situación.
-Nada es simplemente que me dejes elegirte el disfraz. Me hace ilusión y no te preocupes yo me encargaría.-Ahí si que se lo pensó un poco mas.
-¿Cual?
-Lord Dimitrescu- Eso lo dije por lo bajo. Al ver su cara de confusión saque el teléfono mientras le mostraba la referencia y silbaba de forma inocente.
-Vaya vaya.-Lo veía muy indeciso.
-Es que nadie mas podría pedirle esto...Cato ¿sabes que puedes decirme que no?-Algo en su cara me decía que le incomodaba. Estirando la mano para quitarle el móvil. Este me sujeta la mano. Me va decir algo pero lo interrumpo.-Cato te crees que no noto cuando algo no te gusta. Puedo buscar otra cosa. Yo solo quiero pasar tiempo con los que me importan. No necesito mas.
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Al final quedo como que ese disfraz será solo en casa. Pero para esa noche le conseguí otro que sinceramente no espere que le quedara tan bien.
Viendo su reacción se veía contento. Aunque sigue sin decirme porque se rio tanto cuando le enseñe el disfraz de doctor de la peste. Solo me dijo “Padre querrá una foto”. No pude sacarle mas información.
Bueno eso y que el hizo su petición, vio un cosplay que había usado en una de mis ultimas convenciones.
Era de Yor vestida de asesina con sus agujas, mis manos ensangrentadas y algo de rojo en mi mejilla. Me veía con la ropa de cuero viendo la sonrisa de Cato. Supuestamente este cosplay no me daba pena pero bajo la mirada de Cato...era otro tema.
Nos encontrábamos ya en la feria, intentando encontrar a mi amigo y su novia entre tanta gente.
-No los veo. ¿Sabes como van?
-Lydia no lo se y Mati solo dijo busca algo verde y brillante.
Cato miraba por un lado y yo por otro. Había tanta gente que tenia que aferrarme al brazo de Cato para no perderlo.
Aunque era difícil no ver aquel hombre de casi dos metros con mascara de cuervo. Por eso mas que encontrar a Mati nosotros, él y Lydia nos vieron antes.
Cato tuvo la suerte de llevar mascara para que no viéramos señales de reacción al ver a Matías, vestido efectivamente de verde, camisa y mallas. Los zapatos en pico, las adorables alas de mariposa...llevaba purpurina por todas partes.
Yo no pude evitar la carcajada. Mati no dudo en ponerme una mirada hostil.
-ja ja muy graciosa pero pensaba que esto era Halloween.-Dice señalando mi disfraz. Giro con soltura la aguja en mi dedo.
-Yo entro en temática asesina y el cuero me sienta bien. ¿Cuál es tu escusa?-Lo señalo con la aguja. Mati clavo la imagen de campanilla enfadada. Tanto Lydia como Cato miraban la escena tranquilamente con una sonrisa.
-¿Porque Lydia no lleva disfraz?-Mati la oír la pregunta suspiro. Lydia dijo con toda la tranquilidad.
-Estoy disfrazada.- La miro solo viendo ropa negra y esta retirando un poco su cabello para ver sus mejillas con tres líneas negra en cada una y una diadema con orejas de gato.-de gato negro.
Me dejo sin palabras mientras Cato me daba unas palmaditas en la espalda. Empezamos a ir a diferentes atracciones.
En una de esas Cato sugirió mirar algún sitio para cenar algo. Mati y su novia se ofrecieron a ir a comprar algo mientras Cato me agarro la mano acercando me a él.
-¿Punto de referencia?
-Fortune tu y tu Gato sois dos pinos. Os veremos.
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Nos separamos viendo la zona de juegos de habilidad. Había de todo, pescar calabazas, lanzamiento de cráneos, pero me quede quieta en un puesto al ver un peluche de un puma negro que se notaba algo viejo lleno de remendados. Cato no tardo en mirarme confundido.
-¿En serio te gusta? Se ve viejo y parece bastante...-No termina la frase.
-No me ofendas a Bagheera, la vida en la selva es difícil. Además tiene ojos tristes.
Le digo tomándole el pelo. Para verlo quitarse la mascara y ponérmela en la cabeza. Y sin decir nada hablar con el dueño del puesto.
-¿Cuanto necesito para el puma?- El dueño le respondió que con explotar con explotar con 5 globos negros, estos eran mas pequeños que los demás aumentando su dificultad.
Cato con toda la confianza del mundo agarro uno de los dardos jugando con este entre sus dedos.
Y con la precisión de un cirujano lanzar el dardo justo en los globo y sin perder el pulso en con soltura lanzo los 4 restantes. Dejando a todos sorprendidos en silencio.
-Joven...un momento que voy a por el palo y la escalera para baj…
-No se preocupe lo bajo yo.-Rodea el mostrador y solo necesita estirar el brazo para desenganchar lo. Me mira con una sonrisa llamándome con el dedo mientras se apoya en el mostrador y se toca la mejilla.-Dulzura aquí tienes.
Le miro con una sonrisa feliz, la mascara ahora entre mis brazos. Me acerco a el se la pongo con cuidado para besarle sobre la mascara dejando una marca de mis labios.
-Gracias Cato.-Digo conmovida por la ternura de este. Intente llevar el peluche pero era de grande como yo.
Al final veías a Cato con un brazo rodeando al peluche y su mano libre sosteniendo mi mano mientras caminaba abrazando su brazo. No tardamos mucho en escuchar la llamada de Mati y Lydia.
Esa noche me lo pase bien, con las atracciones, jugando a los juegos de los puestos. Teniendo allí todo lo que necesitaba para ser feliz.
Mi mejor amigo, casi como un hermano, a Lydia que siempre era la serena del grupo y que evitaba que hiciéramos demasiadas tonterías y Cato, el cual en poco tiempo se había vuelto el hombre de mis sueños.
Sentía como todo lo malo que me pasaba como una pesadilla olvidada. Era tan raro estar tan relajada tanto tiempo sin sentir algún tic…
Cuando ya era tarde Mati y Lydia decidieron volver a sus casas y nosotros íbamos hacia la nuestra intentando salir de la feria.
Me encontraba relajada en silencio hasta que escuche una voz familiar que hizo que automáticamente apretara la mano que sostenía a Cato.
Sentía como me ponía pálida con una expresión de pánico, como si hubiera visto un fantasma. No tarde en verlo vestido de vampiro con esos aires altaneros. Solo deseaba desaparecer.
-(No me veas, no me veas, no me veas, …)-Suplicaba mentalmente.
-¿Dulzura?...estas helada.-Escucho decir a Cato mientras se pone delante mía solo pudiendo verle a el. Se quita su capa para ponerla en mis hombros.- Debes haberte agobiado...vamos a casa. -Pone su mano en mi hombro mientras me aleja
-Cato...yo
-Dulzura, no hace falta si no quieres. Tu nunca me has presionado a dar explicaciones, da igual lo extraño que fuera mi actitud...Y no sabes cuanto lo agradezco. Lo único que quiero es verte feliz.-Se explica mientras noto el toque relajante de la mano de Cato.-Ahora solo quiero ir a casa, echarnos en el sofá y ver las películas de Halloween. ¿Qué te parece?
Suspire relajada lejos de la masa de gente cubierta con la capa que era una estufa portátil. Riéndose al verse a ella y el, mas el peluche que Cato cargaba.
Y hasta aquí el escrito. Seguramente después de comer haga el de la boda. Así que tachare otro reto mas y dejare descansar mi cerebro un rato. Que tengan bello día.
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¿Qué pasaría si...?
Hola, madre mía no me creo que haya llegado hasta este punto del reto.
En este caso, sinceramente no se que ha pasado. Cuando lo escribí pensé, todo el mundo vamos a hacer el good ending. Y me dije, porque no intento hacer el final neutro con variaciones. El resultado...
Me siento confusa y no se si cuente. Pero mira de perdidos al rio.
Así que dejo el escrito y les dejo juzgar.
Colgué el teléfono y suspire incomoda. Una parte de mí, se había puesto nerviosa con esa llamada.
Quiero decir, entendía lo que decía. Pero debía aprender a ser más precavida, sobre todo con gente extraña. O eso pensaba.
Así nunca iba encontrar un compañero de piso, pero eso de la foto y los comentarios...
¿Por qué todo debía ser tan difícil? A veces sentía que yo era la que lo hacia difícil. Era muy frustrante.
Decidí salir a que me diera el aire. Necesitaba airear mis pensamientos. Me puse mi ropa de confianza y salí al parque. Serian como las 7 P.M.
Cada paso que daba me quitaba un poco de mis inquietudes, que me perseguían. Mostrándome una simple realidad.
Puede que tuviera problemas con los que lidiar. Pero el chico del otro lado del teléfono, no tenia culpa de nada. Me senté en un banco y mire el chat.
Seguramente este haya tirando la opción a la basura. Suspire. Seguramente ni mire el mensaje, pero algo dentro de mi, me pedía que resolviera esto.
Que no podía seguir huyendo de todo. Debía hacer un cambio de verdad. Yo no era una borde, me negaba seguir hundiéndome de esta forma. Saque valor y me puse a escribir el mensaje.
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Buenas Cato
Si, lo se, es raro que te escriba tras nuestra llamada.
Incluso entendería, que ignoraras este mensaje.
Pero quería disculparme.
Siento que me puse nerviosa y me puse a la defensiva…
Ahora que lo pensé, no debí hablarte así.
Me sabe mal.
Dios yo no soy así.
Se que esto no cambia nada.
Me figuro que aun así seguirás buscando un piso en esta zona.
Adjunte algunos enlaces de pisos de la zona que compartían características con los de mi piso.
Soy consciente lo que es dar una mala impresión.
Y que seguramente no quieras la oferta.
Pero al menos espero que esto te sirva de disculpa.
Y que encuentres un lugar que te sientas cómodo.
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Empecé a escribir, borrar y reescribir hasta que en una de esas envié el mensaje.
-¿Que escrito?-Pongo una mano en los ojos.-Bueno espero que al menos de verdad si le sirva. -Suspire mientras escuchaba el viento soplar, el aleteo de algún pájaro. El cielo ir pasando del naranja intenso a difuminarse en hacia la tranquila noche.-Debo volver a casa.
Me levante y empecé a caminar hasta mi piso. Al menos da igual lo que pasara me había quitado un peso de encima.
Casi pego un brinco al oír mi teléfono sonar. Y me quede confusa cuando vi en mi pantalla mensaje nuevo de CATO.
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¿Puedo llamarte?
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Tarde un poco en responder, ya que necesite leerlo varias veces. Además después de asimilarlo no se porque asentí como si lo tuviera en frente.
Mande un si. Y no tarde en ver el móvil recibir la llamada, que acepte con duda.
-¿Hola?
-¿Me acabas de rechazar por segunda vez?-Escuche la voz del extraño juraría que aguantándose la risa.
-¡¿QUE? NO NO NO! Yo...ufff sentí que estuve muy sensible. Y bueno se lo frustrante que es encontrar un piso...No sabia mejor forma de pedir lo siento...Me gusta tratar a los demás, como me gustaría que me trataran a mi.-Hablaba entre tartamudeos trabando me con mis propias palabras.
-¿Que hace alguien tan ..?-Lo escucho suspirar.- Es igual, ¿Eso significa que ya no necesitas compañero?-Me sorprendí al escuchar la pregunta no sabiendo porque sonreí.
-¿En serio? ¿Quiero decir si claro? Emm no entiendo.-No se porque sentí un gran alivio. Empezando a re colocarme mi sombrero como un tic nervioso para ocultar mi rostro feliz.
-Yo también se lo que es dar una mala impresión o ponerte nervioso. Ese mensaje puede que me me dejara ver algo...-Escuchaba esto confusa y no se porque emocionada. Era un extraño pero algo en esa voz tras una larga temporada me hizo sentirme comprendida. Puede que los dos hayamos tenido una mala primera interacción. Además era mas fácil hablarle sabiendo que ella no era la única que se le comían los nervios.-¿Como quieres hacerlo?...El vernos
-Oh si si si, pues hay un bar cerca de casa. Te puedo decir donde estaré y allí hablar sobre el piso. Además de si te guste puedas mirarlo. No se.
-Me gusta la idea, ¿Podría ser ahora?-La propuesta me sorprendió mientras miraba la hora.
-...Un poco tan tarde para una cita, ¿no?-Me pare en la calle algo pensativa. Seguramente el quería ver el piso. Y aunque estaba limpio me hubiera gustando revisarlo antes de que viniera cualquier potencial inquilino.
-...Perdona, tengo un horario complicado con mi trabajo y tu zona me viene cerca.-Me pareció que debía estar muy interesado en el piso como para tener tanta prisa.
-Oh entiendo pues nos vemos Cato
Me emocione no pudiendo ir a la quedada contenta . Estaba nerviosa con eso de verlo pero vamos tenia que ser mas valiente. Depende como fuera la quedada seguramente querría ver la casa. Algo dentro de mi sentía que iba a cambiar.
…...........................................................................................................
Me encontraba suspirando en mi coche. Mirando el techo con los brazos sobre los ojos. Yo casi...Estuve tan cerca de cumplir mi trabajo.
Estaba de camino al piso en cuestión, cuando vi el mensaje. No se porque pero algo este se me hizo tan...no sabia ponerle nombre.
Pero lo que me hizo soltar el cuchillo fue verla agarrar el teléfono.
Si yo también me sorprendí al oír la misma voz fuera del coche. Verla hablar conmigo y con esas reacciones genuinas…era muy expresiva, tanto con su tono, como sus caras.
Mierda solo se me ocurre una palabra cuando la vi sonreír contenta ‘Dulce’. Sinceramente no entendía como alguien podía poner esa cara por un extraño. Esa visión ahora la tenia grabada en la cabeza a fuego.
Ahora tenia una sonrisa de tonto mientras me quitaba el cubre bocas y guardaba las herramientas de trabajo. Aprovechando que no se me veía en el coche me cambie a mi ropa mas casual.
-Me va volver loco
¿Qué he escrito?, No lo se, iba ser el final neutral, parece que en algún momento se volvió el malo y redirecciono a otra posibilidad de good ending.
Los caminos de los escritos son inescrutables. Pero nada otro tic mas.
Al menos fue divertido. Bueno ahora toca descansito. Espero que les vaya bien pero hay una taza de café con mi nombre esperándome.
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Buenas, aquí vamos de nuevo con mas escritos para #RedPhoneCatober.
Me disculpo de ante mano si no he seguido muy fiel el concepto de Catrin. He intentado investigar pero no se porque esta tan confuso.
Además de que soñé esta escena y tuve que escribirla antes de que se perdiera por mi memoria de pez.
Pero no les hare esperar mas y aquí empezamos.
Me encontraba corriendo en mitad de la noche, aterrada por la persecución de aquel hombre, que convirtió mi vida en una pesadilla.
Ese mismo que un día ame con todo mi corazón, hasta que lo rompió.
Pero evidentemente no iba dejar que siguiera con ese tormento ni un día más. Sin dar ninguna clase de explicación a nadie, hui todo lo lejos que pude.
Había encontrado un lugar que llamar hogar, pensar que podía ser feliz. Pero todo lo bueno llega a su fin.
Por eso ahora estaba buscando la forma de dejar atrás otra vez a Dominic y sus lacayos.
Tenia tantos pensamientos en frenesí por mi mente, que sentía como mi cabeza iba a explotar;
¿Como me había encontrado en aquella pequeña aldea?
¿De donde saque las fuerzas para que mis piernas aguantaran tal carrera?
¿Por qué insistía tanto en atraparme?
El no me amaba y mucho menos le importaba. Simplemente era un juego que el no había terminado aun.
Tampoco pretendía quedarme a descubrir cual era el final de ese supuesto entretenimiento.
Sentía mi pánico crecer cuando lo vi, caminando hacia mi con esa mirada altanera y furiosa.
Él con un chasquido de dedos, hizo aparecer unos hombres intimidantes armados, viniendo tras de mi sin cuestionarlo.
Lo peor era el pueblo ayudándolo porque, como él dijo, había bruja entre ellos. No podía volver al pueblo, el verdadero terror llego cuando escuche a uno de ellos hacer un disparo cerca de mi.
Sentí un dolo agudo, pero mi mente se negaba a dejarme capturar.
-(Dolerá más si me llevan con él...Corre más...cuidado...más rápido...corre lejos...ayuda por favor)-Repetía esos pensamientos en bucle. Seguí mi carrera sin darme la vuelta hasta llegar al antiguo cementerio de la zona.
Actualmente estaba abandonado por los rumores, que rodeaban este lugar. Siniestras entidades que desdibujaban la vida y la muerte.
Pero no tenia tiempo para preocuparme de mas amenazas, salvo la que ya conocía.
Mis piernas se aflojaron quedando de rodillas en el suelo. Me veía como un desastre, mi cabello lila despeinado, sucia, llena de arañazos por correr por el bosque, mí vestido con algunos desgarros.
No era momentos para preocuparse por esas minucias. Estaba jadeando, aun con el miedo en el cuerpo, mientras las lagrimas caían por mi rostro.
Todo estaba en silencio hasta que sentí un escalofrió recorrer mi columna. No se había producido ningún sonido pero claramente había alguien en aquel lugar siniestro. Sentía como la fuerza me había abandonado tras aquella loca carrera sin fin.
Al mirar a uno de los pasillos, no tarde en ver la figura de un hombre. Era extraño porque era muy alto y corpulento. Incluso apuesto con esa presencia misteriosa que lo envolvía.
Pero a diferencia de aquellos matones, el se veía con unas ropas negras que alguna vez había visto a gente noble, tenia su cabello en una coleta que sujetaba las puntas de su larga melena purpura. Un sombrero charro que ocultaba la mitad de su rostro dejando ver un inquietante ¿maquillaje? Que me recordaba a una mandíbula huesuda. Sus guantes negros tenían cosidos en plata emulando los huesos de los dedos con los mismos daños que en la cara y cuello. Incluso la camisa negra tenia dibujado en hilo de plata la forma de una caja torácica. Camino hasta mi tranquilamente sin ninguna prisa. Ya no sabia que mas hacer. ¿Quién era él?
-Por favor no me lleves con él. -Le suplique escuchándome desesperada. - Me matara o…
-Dulzura, creo que me tienes que estar confundiendo. Él ya no te puede lastimarte mas. Parece que aun no lo notaste. Pobrecita.
El hombre misterioso se arrodillo ante mi. Me encogí al ver como extendía la mano esperando un golpe o algún tirón brusco.
Pero en su lugar solo sentí su guante retirar las lagrimas que caían por mis mejillas.
-Shhh ya termino todo. No tienes porque temerme.
Una profunda sensación paz me invadió cuando escuche esas palabras. Una parte de mi quería creer ciegamente en aquella afirmación.
Era de locos pero a estas alturas no podía atender a ninguna lógica.
-Vendrá a por mi-Intente decir con una voz rota. -No quiero volver a pasar por eso.- El me mostro una sonrisa que calmo mi pánico. Con su mano libre hizo un gesto de silencio.
-No te preocupes, donde iremos el no podrá seguirte.-Sus palabras trasmitían tanta seguridad y calma que no me di cuenta cuando mi cuerpo se sintió tan cansado. Que no opuse resistencia cuando este me cargo en sus brazos.-Me asegurare de ello. Descansa dulzura.-Este beso mi frente mientras me invadió un profundo sueño.
y hasta aquí otro escrito más. Sinceramente no sabia que pensar de crear un Au de un sueño. Quedo corto pero intenso. Que ganas de ver a los demás con Cato Catrín plis.
Si me disculpan volveré a mi Stardew Vallery. Bye
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No me mires
Aquí les dejo otra #RedPhoneCatober. Este fue más corto pero me fue relajante de escribirlo.
Bueno empecemos con la lectura.
Estaba leyendo un libro tranquilamente en el sofá, acurrucada entre las mantas. Era tarde pero estaba tan interesante, que “otro capitulo mas”, paso a “otro mas”. Y bueno ya se imaginan.
No me di cuenta de lo tarde que era, hasta que escuche la puerta principal del piso abrirse lentamente.
Me asome por un lado del sofá y vi que una sombra grande negra encapuchada entrando de forma sigilosa.
Por un segundo me asuste, hasta que reconocí la silueta robusta de Cato. Aun con aquella capucha me era inconfundible.
No dude en ir a lanzarme a sus brazos sin dar ninguna señal o aviso. Impacte contra él. Me sorprendí al sentirlo rígido y un gruñido de dolor salir de sus labios.
-Dulzura...-Fui a mirarlo alarmada pero sentí rápidamente, como intentaba separarse de mis brazos con cuidado.
Era difícil leer su lenguaje no verbal, ya que a duras penas veía su rostro entre su ropa y la oscuridad del pasillo.
-Bienvenido a casa.-Le intente decir con una sonrisa, Pero puede que mi inquietud se notara en mi cara.
-¿Que haces despierta?-Dice tranquilo, sin quitarse aun las capas de ropa que llevaba encima.
-Estaba leyendo y te escuche...¿te hice daño?- Cato suspira con las manos en los bolsillos.
-No, solo estoy cansado. Deberías dormir mañana trabajas.-Él se intenta escurrir, como si nada por el pasillo.
Parecía que quería estar solo. Por eso al menos intente recuperar mi libro para ir a mi cuarto.
Lo que no espere es ver a Cato sin capucha. Claramente había tenido un día difícil en el trabajo. Tenia el labio partido, un ojo morado, al verme se puso pálido.
El fue a decir algo, pero no le di oportunidad. Fui hacia el con expresión de tristeza genuina.
-Puedo ...-Di un paso hacia el, pero veía la incomodidad de Cato parándome a pocos pasos insegura.
-Lo se, pero no hace falta.-Claramente no me quería allí, pero no podía dejarlo así.
-Tienes mas, ¿verdad?-Otro silencio. Intente avanzar con cuidado sostener sus mejillas para no apretar en sus heridas o moratones.
Cato tenia la mirada en el suelo, hasta que le hice mirarme. Le decía con un tono suave.
- Se que me avisaste que esto podía pasar. Que no debía preocuparme...pero creo que también deberías saber que lo haría. Anda dúchate para que te desinfecte.
-No quiero mancharte…-Veía su pesar en intentar evitar la situación. No pude evitar sonreír le.
-No me importa eso, pero puede que tu seas otro tema.-Cato me miro suspirando, apoyando su cara en mi palma.
-Pero a mi si.-Respondió Cato, pero al final, viendo que no iba dar mi brazo a torcer.
Termino arrastrándose al baño, mientras yo sacaba el botiquín de primeros auxilios. En un rato llego a sofá y se sentó. Iba solo con el pantalón del pijama.
Me quede muda al ver todo lo que le habían hecho. Parece que Cato había tenido mucho trabajo aquella noche.
Además de lo de la cara, tenia algunos cortes en los brazos pero sobre todo las palmas.
Suspire antes de empezar a limpiar lo que quedara sucio en las heridas para desinfectar las. Cato estuvo en todo momento quieto en silencio.
Intentaba hacer mi trabajo sin lastimar lo demasiado. A veces soplando las heridas, para aliviar el escozor al desinfectante.
Le puso una bolsa de hielo para ponérselo en el ojo. Mientras seguía trabajando en ese silencio, centrada en limpiar la herida del labio.
-Se que odias que te vea así. No soy ciega y tengo en cuenta que tu trabajo a veces tenga...este resultado. Pero me duele que pienses que pueda verte así y que vaya a dejarte solo como un muñeco de trapo roto...Cato si me duele pensar que te hagan daño. Pero se y espero que ellos hayan terminado peor que tu. Y que te esfuerzas para hacer bien tu trabajo. Así que para la próxima vez no te escondas y déjame ayudarte para darte las gracias por tu duro trabajo.-Le doy un beso corto en la frente.
-Eso significa ¿Qué siempre que reciba un golpe tendré a mi enfermera personal. y mi beso para ponerme bien?-Me rio ante la ocurrencia mientras guardo las cosas.
-No tientes a tu suerte o prometo no ser delicada.-Estoy por devolver el botiquín y noto como abrazan mi cintura sentándome sobre sus piernas.
-Gracias Dulzura- Dice al oído mientras noto besos en el cuello. Notaba mi cara colorada hasta que noto que me alzan en sus brazos. El en cambio se ríe a carcajadas.
-Cato, ¿Qué haces? Bájame. Te acabo de curar.-Cato me mira con una sonrisa de oreja a oreja. Poniendo una sonrisa inocente.
-Soy un pobre hombre herido que necesita a su enfermera cerca para que lo consuelen.-Me acaba llevando a mi cama tumbándose el conmigo. En verdad ninguno de los dos tardo en quedar dormido tras tocar la almohada abrazados.
Bueno otro tic en mi lista de retos
El siguiente puede que se me dificulte un poco.
Pero al menos ya tengo una escusa para buscar sobre ese la leyenda de la Catrina.
Aun así los que sepan de esto se agradece la info.
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Buenas noches
Buenas a otro relato de Catober. Aunque sacar una idea era fácil. Sentía que todos íbamos hacer la escena de Y/N y Cato quedándose dormidos viendo una peli. Así que intente probar algo distinto.
Era ya casi la hora de comer. Salí de mi cuarto para tomar un descanso, con la esperanza de encontrar a Cato.
-Buenas Ca...-Iba a saludarle sonriente al verle, pero me quede muda y plantada en la entrada de la cocina.
No se porque, él solo estaba cocinando, lo veía de espaldas en su camisa de tirantes. Estaba moviendo el cucharon en una olla.
Pero, ambiente se sentía distinto a como era de normal. Incluso no había respondido a mi saludo.
Me acerque dudosa y preocupada. Simplemente toque con el dedo índice su espalda. Mi rommie giro la cabeza y me sonrió. Incluso su sonrisa no era la misma.
¿Algo estaba mal? Me saltaron todas las alarmas. Esa la pregunta empezó a dar vueltas por mi cabeza.
-Hola Fortune, le queda aun un poco. Espero que tengas hambre.-Aunque sonrió al verme, parecía cansado, incluso parecía, que tenia ojeras. Mis pensamientos debían ser muy evidentes. Puede que mi silencio y mi cara de preocupación diera ideas a Cato.
- ¿Puedes ayudarme con la mesa? -Asentí, desde ese momento paso el día...extraño. Era raro pero sentía a Cato...lejos. No me gustaba. Pero tampoco sabia verbalizar ese sentimiento o situación.
Fue llegar la tarde y ver a peli morado en silencio con su móvil con uno de sus juegos. Sin decir nada, me senté al otro lado del sofá. Estuve intentando leer, pero estaba atascada en la misma página.
-¿Un penique por tus pensamientos?-Él dijo sin mas sorprendiéndome, al escuchar de repente su voz grave. Me miraba directamente. Cato suspiro al ver ausencia de respuesta.
-Claramente algo te preocupa. Hoy has estado muy callada, tu cara es como un libro abierto. Y no me lo niegues porque te he visto muchas veces leer rápido cuando te gusta un libro. Ese es de tus favoritos y llevas 20 minutos en la misma pagina.
Me había calado en tres frases. A veces me dejaba muda el nivel de observación de Cato. No podía tener un secreto en su presencia.
En serio parecía fuera mentalista. Claramente mi expresión de sorpresa hizo reír a Cato. Esperando pacientemente para oír mi respuesta.
-¿Estas bien?- Ahora era el turno de sorprender a Cato, mientras acariciaba mí libro.- Pareces cansado...ademas, no se que te pasa exactamente, pero...-Sentí en cada palabra un nudo formarse en mis cuerdas vocales.-No me gusta...parece que sufres...y siento que no puedo hacer nada...-Aprieto el libro con mis dedos y tengo mis ojos en el libro.- Siempre que alguna vez estoy mal, sabes que hacer o que decirme para alejar eso de mi. Lo haces parecer tan fácil. Me molesta no saber hacer lo mismo por ti.
-¿Te preocupas por mi?-Pregunta Cato, le miro de reojo y veo una mirada intensa y afectuosa. Antes de darme cuenta las palabras salieron sin freno de mis labios. Con una convicción genuina y no daba margen para dudar o retroceder.
- Por supuesto que me preocupas, me importas mucho, nunca te dejaría solo y menos si te duele.
Ahora estamos los dos confundidos en el sofá mirándonos. Notando mi corazón ir a mil, pero me negaba a dejar esto así. Antes de que de mis labios saliera nada mas. Sentí los brazos de Cato rodearme arrastrándome con él, mientras ponía su cara en mí hombro.
-¿Como puedes ser tan dulce?-Algo dentro de mi se siente, como si me hubiera quitado parte de un gran peso de encima y me relajo entre sus brazos. Escucho la respiración del hombre que me provocaba las emociones mas intensas que había sentido en mi vida.
Hasta que lo escucho susurrarme al oído. Notando la grande mano en mi nuca, firme pero sin lastimarme.
- No pude dormir, tuve una pesadilla, me hizo pensar. No quería era preocuparte. Me suele pasar mucho. No hace falta que hagas nada. Solo déjame tenerte así un momento.
-¿Porque parece que me consueles, si el que esta mal eres tu?-Nos reímos los dos, suspiro notando mi voz estar en calma.- Cato, aunque creo que es evidente. Espero que sepas, que si necesitas ayuda, yo haría cualquier cosa por ti.-Froto mi mejilla contra la de él.-Por favor no cargues todo tu solo.
Todo estaba en silencio. No se porque me imagine, que Cato se había puesto como un tomate, por eso aun no había soltado mi nuca para enfrentarme. Notando como enrocaba mi cabello entre sus dedos como un tic nervioso. Me llenaba de ternura ver o sentir esos gestos tan tiernos en él.
-¿Que vas hacer, leerme un cuento para dormirme?
Es decir eso y surge una idea en mi mente.
-Eso es.- Me levanto de forma impulsiva, para ir a mi cuarto. Dejando un Cato confundido en el sofá. Busco entre mis libros y saco uno. Vuelvo con una sonrisa de oreja a oreja. Y no dudo en sentarme en su regazo. Cato me miraba esperando ver por donde iba los tiros, pero fue verme sentarme y le cambio la cara.
-Ya se, que no te gusta leer, pero esta demostrado. que los últimos pensamiento antes de dormir te ayudan a soñar en tu ultimo pensamiento. Cierra los ojos y yo leo por ti. Recordando las películas que sueles elegir creo que este te gustara. ...Por favor déjame intentarlo.
Digo con una sonrisa llena de esperanza. Cato me mira como si fuera lo mas preciado del mundo. Y sin darme un aviso, me rodea con sus brazos. Apoyándome en él, mientras se cómoda y siguiendo mis indicaciones con una sonrisa de oreja a oreja.
Cuando nos vi listos, empecé a leer en voz alta. Cato en ningún momento me interrumpió, notando a veces la mano de Cato acariciarme distraídamente sin soltarme, ya llevaba como una hora de lectura, cuando de repente me quede en silencio.
Hacia rato que la mano de mí único oyente, estaba quieta. Le miro de reojo. Y lo veo completamente dormido. No puedo evitar sonreír al verlo tan relajado. Me alegraba poder verlo un poco mejor, aunque fuera solo un momento en paz.
No tarde en sentir los robustos brazos enroscarse en mi cintura sin posibilidad de liberarme. Suspire sabiendo que si me intentaba levantar. Cato seguramente despertaría. Pongo el separador del libro, lo dejo en la mesita. Me poner todo lo cómoda que me dejo el bello durmiente.
-Dulces sueños Cato.-Le doy un beso con cuidado en los labios. Sintiendo una calma y seguridad que se me hacia extraña. No quise darle mas vueltas y me tumbo para dormir. Seguramente mañana me moriría de la vergüenza.
Pero eso sera un problema para la Fortunata del futuro. No tarde en quedarme dormida.
Sin llegar a ver la sonrisa que se formo en los labios de Cato.
Esto solo desencadeno, de repente una norma no escrita entre nosotros.
Siempre que los horarios lo permitieran y no teníamos noche de cine. Cato me sentaba en su regazo y me daba un libro, sin decir nada. Provocando una sonrisa.
Aunque sinceramente claramente a ninguno estaba disgustado. Y no iba ser yo quien pusiera la pega.
Y hasta aquí la historieta de hoy. Empiezo a preguntarme si son esos dos intensos o lo soy yo. Seguramente las dos opciones sean correctas.
Bueno me voy a descansar, espero que les haya gustado. Y que ganas de ver al resto ver sus dibujos. Hasta luego
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¿Cómo me ves?
Buenas, aquí les dejo el segundo reto.
Este la verdad a diferencia de otro tarde un poco mas en encontrar una idea que les pegara a los dos. Sigo gritando internamente de haber borrado el primer borrador que tenia varias paginas pero ni tan mal.
Creo que quedo mas cómico que otra cosa pero sinceramente el imaginar a Cato con ropa de otra persona no puede tener otro resultado.
Aquí dejo mi #RedphoneCatober. @oliverojostristes
Era un día normal en el apartamento, estábamos cenando en silencio. Hasta que Cato le dio por preguntar algo.
No era algo malo, simplemente hasta ahora lo había visto, como alguien reservado, por eso me sorprendí al oírle:
-¿Oye de que trabajas?-Al ver mi reacción, no tardo de intentar explicarse mejor.- A ver, en su momento hablamos de que trabajaba yo, pero ahora he caído que nunca he visto u oído de que trabajas tu.
-Bueno...tienes razón, doblaje y cosplay.-Noto la mirada de Cato sobre mi, sin decir nada.-¿Quiero decir esa persona que pone voz a ciertos personajes. Y lo otro es algo extra pero disfruto el poder por unas horas literalmente convertirme en otra persona...criatura.-Intento explicarme, pero siempre esto ultimo me había costado a otros explicarlo, siento lo mas habitual el que digan que esos no eran trabajos de verdad.
-Tus trabajos parecen divertidos...te pega.-Salvo mi amigo esta era la primera vez, que recibía una respuesta positiva. Mi sonrisa se planto en mi cara difícil de borrar. En mis ojos dorados se veía mi emoción, como si hubieran abierto una puerta que no solía abrir.
-En verdad disfruto mucho, pero en verdad hay mucho trabajo previo. Leer todo lo que hay de ese personaje, su personalidad, el como se siente, ver los detalles. Bueno y no hablemos de trabajar la voz y cuidarla para que sea distinta a otras. La gente en verdad, solo suele ver el resultado. Es genial pero lo mejor es cuando veo alguien poder ver a esa gente que admira de carne y...
Estaba hablando sin freno mientras Cato solo escuchaba y sonreía mirándome de esa forma que me hacia sentir como si viera hasta mi alma.
Una parte de mi se le fue por un segundo la voz y no pude evitar ajustar mi sombrero, para ocultar mi pena.-...perdona, hablo demasiado.
-Para nada, simplemente es adorable verte tan emocionada. ¿Por eso te encierras en tu cuarto cuando trabajas y me pones ese cartel de no molestar?- Yo simplemente asentí.- Ya veo ¿entonces podrías ser cualquier cosa?- Cato se froto la barbilla con el pulgar cuando de repente me recorrió con la mirada.
-Siempre que sea algo que conozca o tenga tiempo para conocer claro. Quiero decir cuanto mas sepa mejor puedo llevarlo.
-Yo-Me quede mirándole confundida. Cato explico casualmente al ver mi reacción mientras veía interesante la cena que aun le quedaba en el plato.- Nunca te he visto disfrazarte. Y fijo que nadie te ha pedido algo que no sea de una historia. Además …¿Me gustaría saber como me ves?-Al decir eso ultimo los dos nos quedamos mirándonos en silencio.
Algo en su petición me daba la impresión de que era mas profundo de lo que debía ser. Pero de antes de darme cuenta estaba aceptando.
-Pero con una condición, me dejaras cosplayearte de mi. Y no vale escaquear te. Yo te ayudo pero luego tendrás que ser como yo.-Cato me mira, no muy convencido.- No me mires así, yo también quiero saber como me ves. Además, quiero saber como me vería con músculos cual estatua griega.- No tardo en resonar una carcajada en la cocina, claramente Cato nos se vio venir la broma final.
-Vale pero solo en casa, me niego a salir de esa forma. No te ofendas Dulzura pero a ti todo te queda bien. No creo que sea mi caso.
Termino la cena con un apretón de manos. En los siguientes días fui mirando las diferentes cosas; pedir prestada la ropa a Cato, intentando acomodarla lo mejor que podía para no verme cual saco de patatas.
Usar unas lentillas azules, incluso pude reutilizar una peluca morada, que solo tuve que rapar un lado, incluso simular los pircings y la perilla fue tan fácil, como tapar mis pecas.
Lo peor fue las dichosas cicatrices, en concreto de las manos.
Las otras puedo usar mis dos manos para hacer magia, pero seguramente tuve que asustar a Cato con mis gruñidos de frustración, cada vez que me temblaba el pulso, porque tenia que dibujar con mi mano no dominante.
Unos días después, Estaba lista. Para que mi interpretación fuera como había planeado, me plante en la puerta principal del piso y toque el timbre. No tardo Cato en abrir suspirando, su cara claramente decía, que no tenia ganas de abrir la puerta, hasta que me vio una versión sorprendentemente parecida a él. Me frote el cuello con una sonrisa nerviosa y sin mirarte a los ojos y con un gran ramo de flores en mano.
-Ey Fortune.-Le solté. Cato se encontraba estático sin palabras, al haber escuchado, una versión de la voz de su rommie, más profunda a lo acostumbrado. No llegaba al punto del tono de Cato, pero si se escuchaba distinta a la de ella.-No quería venir con las manos vacías. Es todo.- Ofrezco insegura las flores a Cato, que claramente estaba sin palabras. Aunque habían quedado hacer esto, parece que no se vio venir como lo haría.
-¿Ofreces flores a todos tus inquilinos?-Le miro directamente a los ojos, con una expresión intensa, pero como si me contuviera.
-No creo que quieras saber eso Dulzura
Nos quedamos varios segundos en silencio. Cato se veía claramente pensativo, mirando las flores, antes de volver hablar confundido.
-Sinceramente nunca me defraudas dulzura...lo recuerdas...¿Por qué ese día?-Le di una sonrisa sincera mientras le miraba con cierto cariño.
-Bueno, cuando me preguntaste, como te veía yo. Recordé como te describiste ese día. Y una parte de mi quiso hacerte ver, que no eres simplemente eso. Que tienes mas cosas. Sabes que puedes de un momento, verte tímido y al segundo siguiente volverte alguien...seductor...-Empezaba ahora yo no poder mirarlo.-También puedes ser caballeroso, incluso creo, que me consientes demasiado...Desde que estas aquí. Me siento...apreciada.-En verdad iba decir una palabra mas fuerte, pero no podría mirarlo ahora mismo, si le decía amada.
Aunque significara lo mismo...creo que aun no estaba preparada, para decir eso a nadie.
Antes de darme cuenta Cato dejo a un lado las flores y no tardo en rodearme con sus brazos apretándome contra él. Y susurrándome al oído:
-No deberías decirme esas cosas. O puede que no te agrade mi reacción.-Notaba mi corazón a mil por hora. Su abrazo era cálido y claramente repentino.
-Si vas hacerte el tierno, para que olvide tu parte de la promesa. La llevas clara.-Cato se empezó a reír.-Aunque no negare que amo tu chaqueta. Te la robaría.
-Soy un hombre de palabra y sinceramente por mi usa mi ropa cuando quieras pero por favor no pongas mi voz. Me hace sentir como si hablara conmigo mismo.
Nos seguimos riendo. Pase el resto de día haciendo bromas con el soy Catherine.
Y como parte de la promesa, Cato un día libre, que tenia, se dejo trasformar.
Lo más difícil fue buscar ropa mía, que diera más de si, para no embutir al pobre hombre. En el caso de Cato, le di mas libertad para no agobiarlo, solo colocándole además de la ropa una peluca. Sin lentillas o maquillaje.
Pretendía que se divirtiera, no incomodar lo. Aunque en ningún momento se quejo. Incluso parecía encantado con la atención exhaustiva.
-Listo.-Le miro orgullosa de mi trabajo. Aunque Cato varias veces se lo vio luchar con mi sombrero.
-¿Como lo haces para que no se te caiga?- Me reí al verlo con la falda larga, que le llegaba a media pantorrilla, la blusa aun siendo por regla general elástica. Puede que Cato la llevara más apretada, que yo e incluso, no sintiéndose el cómodo con esa prenda para moverse. Intentaba detener la risa pero no la podía parar.
-Lo siento lo siento...es que claramente nunca creí que podría verte así.-Cato al oír eso puso una sonrisa que hizo que terminara mi risa. Se acerco contoneando sus caderas y se sentó a mi lado poniendo expresión de ángel.
-¿Te diviertes Gatito?-Este fue el momento de yo verme confusa. -Oh ¿creía que solo tu podías jugar a eso?- Parece que Cato estaba encantado con mi reacción y continuo.- Que lindo eres, pero sabes que, hay algo que tengo que confesarte. Ya no puedo más. Desde que te vi entrar, por esa puerta con ese precioso ramo de flores estoy profundamente enamorada de ti.-Iba exclamar algo avergonzada, pero Cato puso un dedo sobre mis labios, mientras decía haciéndose el tímido. Claramente se estaba divertido con meterse en su papel, mientras me sacaba los colores.-Por favor no me interrumpas o me arrepentiré. En su día no te di respuesta, porque no te conocía. Pero hoy si.-Me mira a los ojos.-Sal conmigo Ca..mmm- Le puse la mano en la boca, escuchándolo reírse.
-Vale, vale ya lo pille. No volveré a poner voz de Cato. Pero por favor no sigas. ¿Contento?
Cato aparto mi mano de su boca, sonrió por el resultado y se fue con cara de haberse salido con la suya, listo para ir a su cuarto a cambiarse. Me quede en el sofá pensando en lo que me había provocando esa reacción. Y en verdad lo sabia.
(Reaccione así porque se pareció demasiado a lo que en el fondo siento por él)
Claramente hoy aprendí cosas:
1. Es agradable poder compartir una parte de ti con otra persona.
2. Si juegas con Cato, debes ser consciente que puede devolvértelo.
3. Ojala fuera tan fácil poder decirle eso.
Bueno hasta aquí el escrito, ahora si me voy a descansar.
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Buenas, aquí dejo el siguiente reto del #RedPhoneCatober.
Tenia que elegir a un yandere y en honor a un amigo elegí a Flody Leech de Twisted Wonderlad
Creo que será el único reto de ropa que Cato no sufrirá por su complexión. Bueno voy a ir al grano y les dejo con el escrito.
Era temprano, y tras hacer mis rutinas de la mañana, estaba lista para sacar mi lista de tareas. Hoy iba sola ya que Cato, había estado trabajando.
Era importante que descansara, además aprovechando, que alguna de las tareas era fuera de casa, podría darme un paseo.
Hacia un clima agradable, ya llegaba el otoño y todo había pasado de colores intensos a gradualmente volverse tonos naranjas y marrones de distintas tonalidades. Me encantaba la ropa de entretiempo.
Iba con mi lista, la cual decía que necesitaba: comprar unas cosas para la nevera, ir a por unas telas, recoger unos paquetes en correos e ir a la tintorería.
Intente dejar para el final las cosas que implicaba cargar con cosas en los brazos.
-Creo que me excedí con las tareas. Puede que me cueste llevarlo todo yo sola.
Dije mientras iba distraída con la bolsa de la compra, las telas y las cosas de correos en un bolso grande, que uso para el trabajo.
Lo peor iba ser la tintorería, ya empezaba a sentir algo de cansancio, así que iba algo distraída.
Miro mi numero de pedido, y en una de esas, casi me da un infarto al sentir alguien a mi lado.
Era un chico, que perfectamente podría tener la altura de mi rommie.
La verdad era difícil no mirarlo, ya que era muy llamativo y no me refería solo a su altura.
Su cabello entre verde azulado con aquel mecho negro a un lado colgando, los ojos bicolores entre dorado y marrón.
Tenia puesto un traje negro bastante elegante, con una camisa lila, accesorios como un sombrero estilo panama negro, con un detalle en forma caracola en la cinta, una bufanda gris y una pajarita blanca.
Estas dos ultimas colgando de su cuello y hombros. Dándole a esa ropa elegante un aire informal por no llevarla bien abotonada.
Fue subir mi mirada curiosa y ver que el extraño me devolvía la mirada. Su cara paso de una expresión aburrida a una sonrisa que me provoco escalofríos, al dejar a la vista unos dientes afilados.
Algo dentro de mi sintió pánico, aunque internamente intentaba tranquilizarme:
-(Calma Fortune, solo te ha sonreído. No ha hecho nada malo para que...¿Por qué me mira fijamente?)
Pensaba mientras claramente en mi mirada se veía mi miedo. Y no sabia porque esto solo provoco en el extraño su sonrisa se ensanchara mas.
- (En serio porque este tío parece sacado de una peli de terror. Socorro, quiero irme.)
Le aparte la mirada y nunca fui tan feliz de escuchar mi numero como en ese instante.
Sin perder el tiempo fui al mostrador, agarre la bolsa, dando mi tiquet y salir como alma perseguida por el diablo.
No me atreví a mirar atrás, pero si que escuche una risa que no me fastidies claramente sonaba psicópata.
No se que me era peor el terror que me había provocado o el enfado que creció en mi.
-(Se esta riendo de mi, ¡Cretino! Ojala no volver a verlo).
Sonó mi teléfono, era Matías. Este me pregunto como estaba y le hice resumen de como me fue. Hasta que le dije todo lo que había hecho aun sin mencionar el encuentro desagradable.
Empezó a reñir me, porque no podía llevar todo eso sola. Y sin darme oportunidad me exigió saber donde estaba para pasar a recogerme.
No tardo mucho en aparecer con su coche. Era como ver a una padre recogiendo a su hija adolescente. Aparco para que descargaba mientras me miraba de forma desaprobatoria.
-En serio, Fortune ¿Cómo pretendías llevar todo eso a pie, tu sola a tu casa?- Me dijo con el ceño fruncido.
-Con fuerza de voluntad.-Dije con convicción. La mirada de mi mejor amigo dejaba ver que no estaba para bromas. Suspire algo resignada.- Vale, simplemente no quería molestar a nadie. Ademas técnicamente es mi responsabilidad.- Dije con un tono mas bajito. Escuche el suspiro de Matías.
-Me quemas el teléfono a mensajes para cosas estúpidas y para lo importante no. ¿Me recuerdas porque somos amigos?
-Mmm no creo que tenga nada que ver que aun con mis mierdas también me aprecias. ¿Si no porque has sido tan rápido en llegar?- Matías no hace comentarios.
-Oye en serio, ¿no podías llamar a tu Gato?, fijo que si se lo pides habría venido encantado.-Dice divertido. Yo me sonrojo y no dudo en saltar en su defensa con los brazos cruzados.
-Para tu información, se llama Cato, C A T O no Gato. Ya sabes que no le gusta que lo llamen así.
-Depende quien lo diga- Sonríe con soberbia sabiendo de alguna forma que eso era cierto.
-...sigue estando mal.-Le riño
-No lo negaste- Contrataca Mati.
-Y si no le pedí ayuda es porque esta durmiendo. Se paso la noche trabajando. No le voy a despertar por eso.
No tardamos en llegar a mi casa. Para mi sorpresa para cuando llegamos Cato ya estaba despierto. Lo peor de todo fue verlo por primera vez uniéndose a Matías en nuestra apoyando la postura de mi mejor amigo. Nunca creí ver a esos dos a liarse contra mi.
Tras una pequeña visita no tardo en irse Mati y quedarnos solos. Llego la noche estaba en el sofá jugando con mi portátil hasta que escucho a Cato llamarme.
Me giro y casi se me va el alma cuando veo a Cato pero llevaba la misma ropa del tío creepy de la tintorería. Joder incluso le venia bien. Por un lado, joder que sexy se veía Cato con un traje, pero que fuera la misma que aquel sujeto me provocaba sentimientos conflictivos.
-¿Dulzura de donde sacaste esto?- Claramente Cato estaba confuso.- ¿Es alguna clase de indirecta?
-No no no no. Quiero decir estas...estas bien...pero yo fui hoy a la tintorería… Había un tío creepy... Yo solo quería irme de allí. Debí mirar la bolsa antes de irme. Perdón Cato.- Hablaba a trompicones.
-Tio creepy? -Se sentó en el sofá. Poniendo una mirada algo fría. Esperando que diera mas detalles. Suspiro porque me sentía aun tonta por ello pero también puede que si se lo decía a Cato pudiera desahogarme.
-Bueno te acuerdas que estuve haciendo recados. Pues el otro día había dejado varias cosas para limpiar en la tintorería. Una de tus chaquetas que tanto te gustan tenia una mancha que no sabia quitar. Hoy tenia que ir a recogerlo todo. Pues mientras esperaba había un imbécil que no paraba de mirarme fijamente. Incluso llego a reírse. No me hizo nada pero no quise estar mas tiempo del necesario a su lado. Cogí la bolsa y le deje atrás. Lo peor...creo que me lleve su ropa.
Cato escucho todo en silencio sin cambiar la cara. Me era raro ver a mi compañero así.
-Lo recojo yo.
-¡No! Lo haré yo...no soy una cobarde- Digo con convicción aun teniendo en mi mente a ese extraño riéndose.- No le tengo miedo.
-¿Quieres ir sola?- Claramente la posibilidad no le gustaba a Cato. Y yo recordando al extraño tampoco era la cita de mis sueños. Me escurro hacia Cato.
-Puede que necesite algo de apoyo moral. Tu presencia tiene un efecto relajante.-No quería acobardarme pero apreté la mano acompañada de una mirada de suplica silenciosa. Cato suavizo la expresión y beso mi mejilla.
-No te puedo dejar sola. Y se que eres valiente pero no tienes por eso hacer las cosas sola.
Me voy a la cama feliz sabiendo que da igual a lo que me enfrentara con Cato a mi lado todo iría bien.
Y hasta aquí el escrito. Espero que les haya gustado. Otro Tic a mi lista.
Que ganas de ver a los demás sus respuestas de este día.
Hasta otra
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Vuelta a casa
Buenas y si mi ordenador funciona, mi inspiración no me dejo hoy. Y he conseguido terminar otro escrito mas. He querido hacer este escrito PV Cato, ya que el en este caso es mas protagónico. Aunque me da cosa haberlo sacado de personaje. Al menos espero que como mínimo entretenga.
Estaba tranquilamente esperando a mí ultimo trabajo de la noche. Preparado para la ocasión, vestido completamente de negro con mi sudadera con su capucha puesta. Un cubre bocas del mismo color y unos pantalones de chándal.
Mi identidad estaba oculta y protegida. Era como ser una persona distinta sin ninguna clase de limite.
Por ultimo pero no menos importante; mi cuchillo en mí bolsillo y mis guantes puestos para dejar el lugar limpio y sin rastros de mi presencia.
No tarde de verlo aparecer nervioso por la esquina. El sabia que estafar al bajo mundo, aunque lucrativo tenia unas consecuencias muy altas. Claramente estos no eran gente vulnerable como; una ancianita frágil o un niño inocente.
Todo el mundo habría pensado, que siendo tan paranoico, seria difícil conseguir la oportunidad. Pero soy un hombre paciente y detallista. También la avaricia de algunos rompe el saco.
No tardo en entrar en histeria, cuando emergí de las sombras, tapándole la boca, arrastrarlo con facilidad aquel callejón de forma mecánica.
Saque el cuchillo para ejecutar un corte limpio en cuello en su justa medida para desangrarse, pero que estuviera consciente en los siguientes apuñalamientos. Tenían que ser 15 a petición del cliente.
-Shhh calma James, tu amigo Bins, dice que le encanta premiar las lealtades como la tuya.-Digo con un tono monótono susurrándole al oído.
Me asegure de mantenerlo en silencio hasta que siento, como la vida abandona su cuerpo. Lo dejo tirando en un hueco oscuro del callejón, le quito la cartera, el móvil y el reloj simulando un robo. Todo perfecto para salir del lugar silenciosamente.
Era casi las 4 de la noche, hice mi llamada a mi jefe a una distancia segura, para confirmar que el objetivo estaba logrado.
Tire lo recaudado para no conservar ninguna relación con el cuerpo. Tras tapar cualquier cabo suelto que me conectara, empecé hacer el camino a casa de forma segura, aparque la moto, subí al piso.
Duramente mis horas laborales me encontraba apático, como si el mundo fuera en blanco y negro. Mi mirada azul se oscurecía ante las situaciones vividas.
Entre en casa con delicadeza sin casi esfuerzo. Solo por un segundo sentí algo cálido se instalo en mi pecho. La lamparita del comedor estaba encendida, su tenue luz dejaba ver a una Fortune dormida en el sofá.
Esta estaba de lado con las piernas contra su cuerpo, Recordando a un gato haciéndose un ovillo. No tarde en notar la razón de su cambio de cama. Tenia un libro abierto cerca de la mano que caía del sofá.
Me trasmitía tanta paz poder verla feliz y tranquila dormir de forma despreocupada, que no pude evitar acercarme. En estos momentos que la veía así era cuando mas sucio me sentía.
¿Cómo seria vivir en su mundo?
Deseaba tenerla entre mis brazos y no soltarla nunca, pero era ver mi guante con esa mancha y recordaba que era yo. Mi mano se detuvo. Me invadió un anhelo, mientras la dejaba caer y la apretaba en forma de puño.
No supe cuanto tiempo la estuve mirando simplemente descansar. No podía dejarla ahí, se dañaría la espalda. Aunque sabia que a ella le gustaba descansar en ese rincón de la casa. Pero, miraba mis manos sabiendo que no podía tocarla de esa forma.
Contengo el suspiro antes de ir al baño a cambiarme. Mi ropa de trabajo la coloco en una bolsa que yo mismo llevaría a la tintorería.
Tenia que evitar que mi rommie se hiciese preguntas de este tipo. Era bastante perceptiva.
Aunque seguramente si viera sangre lo primero que ella pensaría es que alguien me había lastimado. Era un riesgo innecesario que solo provocaría una mirada de preocupación en ella.
No puedo evitar sonreír mientras me limpio para ponerme cómodo. Me sentía tan cansado de esto, pero no podía terminar sin mas. Seria sencillo desaparecer como siempre. Pero algo me ataba a mi querida dulzura no me dejaba. Desde que la vi en aquella foto.
Salgo del baño dejando la ropa en mi cuarto. Vuelvo al comedor donde seguía descansando. Aun tras lavarme sentía la sangre por mis manos...No quería ensuciarla.
Puede que fuera tonto pero agarre una manta y la envolví en esta mientras con facilidad la cargaba en mis brazos.
Al sentir la fuente de calor que era, no tardo Fortune en acurrucarse contra mi suspirando relajada. Me tense al pensar que podría haberse despertado. La lleve a su cama, no era la primera vez que la encontraba allí.
A veces terminaba durmiendo con ella en este. Otras veces la llevaba pero me echaba con ella. Pero hoy…Necesitaba recuperarme para ser ese novio por el cual ella sonreía sacando unos hoyuelos en las esquinas de sus labios.
La pose en la cama, escuchando la gruñir quejándose empezando a temblar por el repentino cambio de temperatura.
-Buenas noches Dulzura.-La arropo y sin llegar a tocar su piel paso mi mano por su mejilla. Me deleito una vez mas de la visión de esta antes de ir al sofá a descansar.
Aquí dejo otra historieta mas para la lista
Si me disculpan iré a descansar.
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Lady Dulzura
Buenas y perdona la tardanza, este creo que ha sido el reto mas difícil mas que nada por intentar buscar una situación para ponerle a Cato esa ropa sin que quede fuera de personaje.
Además que mi ordenador hiciera la niña del exorcista enciendo y apagándose no ayudo. Al menos ya esta mejor y me podre el turbo de escritura. Soy una mujer con una misión.
No voy a crear mas hype y os voy a dejar leer esperando que les guste.
Estaba enferma y de bajón. Me había quedado afónica y vivía encerrada en mí cuarto, para todo el mundo. No podía trabajar sin voz y me sentía horrible.
No quería contagiar le a Cato. Por eso no quería salir de mi dormitorio, cuando sabia que él estaba.
Esto claramente provoco una tensión en este, aunque no hiciera quejas verbales.
Estaba tosiendo con los ojos cerrados, hasta que escuche unos ligeros golpes en la puerta.
-Dulzura ¿Estas bien?-Era la voz de Cato tras la puerta. Se le escuchaba claramente preocupado.
-Si- Digo como puedo pero en vez de salir mi voz de siempre. Escucho salir de mis labios una voz ronca, claramente irritada. Esta provoco otro ataque de tos.
-Tu voz parece que no opina lo mismo. Se que no quieres pasarme lo, pero no puedes seguir así...voy a entrar.-Escuche el pomo e intente alzar la voz:
-No...-Seguía con las toses. Entro de todos modos y me di la vuelta. No quería que me viera así. Se repetía en mi mente las palabras de mí mejor amigo:
-(Fortune no puedes depender de otros siempre. Debes valerte por ti misma. Imagínate que yo por lo que sea no estoy contigo...¿Qué harías?)- Se que aunque sonara fuerte, él estaba preocupado por mí.
Además tenia razón. Era tan agradable dejarse consentir por Cato. Pero también tenia que aprender a ser fuerte también. Ya estaba desvariando. Aunque al sentir esa mirada afectuosa era muy difícil decirle que no.
-Los enfermos no tienen voz ni voto.-Noto la mano cálida de mi rommie, que de normal tenia una temperatura elevada. Pero ahora la sentía tibia ante mi frente. Haciéndome suponer que claramente tenia fiebre. Suspire porque vi que Cato también lo noto.-Estas ardiendo, voy a...
El empezó a murmurar y yo suspire sabiendo que a diferencia de otras peticiones mías. Cato no iba a ceder en esto. Notándolo ir a por un paño y palangana con agua fría. Me lo coloco en la frente. La verdad me alivio un poco.
-¿Tienes sed?- Pregunto Cato. Yo me veía extrañamente apagada. Claramente no es que estuviera enfadada con Cato.
Al contrario el estaba siendo muy amable conmigo, pero me enfadaba conmigo misma. Puede que sonara tonto pero solo quería mejorar.
Sentía que era importante. Quería sentir la seguridad de que estaba, con aquel hombre fantástico, porque lo quería, porque me hacia feliz. No quería sentir ninguna dependencia o que lo usara.
No se merecía eso. Yo no le haría eso. Cato noto la mirada con la tristeza contenida. De repente se levanto y salió del cuarto.
En vez de alivio, me invadió un dolor intenso. Y sabia que este no era por la garganta. Lo gracioso fue escuchar abrirse la puerta un rato mas tarde y no sabia si sentirme sorprendida, reírme hasta provocar la molesta tos que ya empezaba a irritarme mas de lo que debería. Al final fue un poco de todo.
Apareció Cato con una bandeja con miel y limón cual mayordomo: pero lo gracioso fue ver un vestido azul oscuro con vuelo, un delantal blanco con bordado, que reconozco como algo que le borde hace tiempo como regalo al hacer cierto acuerdo.
Desde ese día siempre que esta por la cocina lo veo usarlo. Pero en aquella ocasión lo hacia ver lindo.
Usaba abajo de este una camisa una camisa negra, que nunca le había visto. Encima se lo había arremangado para su propia comodidad.
Incluso su cabello siempre suelto, ahora estaba recogido en uno lazo que se lo mantenía sujeto para que no cayera libre por el rostro.
Se oye mi risa con toses, Cato se acerca con una sonrisa para sentarse y darme el vaso de agua que iba en la bandeja.
-Lady Dulzura tome su vaso.-Mi de repente maid, me dijo teatralmente. No me ayudo a parar de reírme. Cato me ayudo a sentarme y agarro el agua para que bebiera un poco. Lo tomo, intento decir algo, pero en seguida tengo un Cato colocando su dedo sobre mis labios.
-Shhh me gusta tu sonrisa y si debo ponerme esto para poder verla. Lo haré aunque solo aquí, porque tengo una reputación que mantener. -Pasa su tono a volverse mas dulce captando mi atención.- Se que te preocupas por mi, pero me duele mas verte tan mal. Prefiero exponerme a estar unos días malo a verte así.- Me pasa la mano retirándome el cabello. -Siempre te veo intentando ayudar a otros. Déjame ser yo quien te cuide cuando no puedas.-Sus palabras me conmovieron, en verdad una parte de mi deseaba algo así.
Cuando vi a Cato mirándome, mientras me cambiaba los paños y tomaba lo que me preparaba. Me saco una sonrisa genuina.
Alejando todos los pensamientos negativos que me atormentaban un rato. Al saber que no me dejaría hablar agarre mi teléfono y le escribí algo para poder mostrárselo. Cato lo leyó en silencio.
No quiero ser la carga de nadie. Pero esto se siente bien. A veces me asusta acostumbrarme demasiado.
Intente explicarme en ese mensaje, mientras tomaba mi taza escondiendo mi rostro de mí acompañante. Cato empezó a reírse dejándome confundida.
-Demasiado dulce, pero… no me gusta que te hagas eso.- Cato aparta la taza ahora de mí y entrelaza los dedos mientras intenta decirme.- No eres ninguna carga. Si hago esto además de porque me gustas, es porque quiero. ¿Por qué te me apartas de ti?- Eso ultimo lo dijo con una suplica ante su propia frustración. No pude evitar apretar la mano de Cato mientras lo escucho. Este simplemente besa los nudillos y me mira con afecto.-¿Sabes que nunca me iría a no ser que tu misma me lo pidas, no?
No digo nada pero mi sonrisa emocionada y el abrazo que por un momento fui a darte y claramente lo notaste pero me contuve. Cato suelta mi mano mientras frota mi cabello y lo veo Levantarse y poner una silla cerca de la cama.
-Anda deja que hoy lo haga todo. Descansa y no te preocupes de nada.
Esas palabras debieron ser mágicas cuando me tumbe y sentí en paz conmigo misma. Puede que me estuviera forzando demasiado. No iba a olvidar el consejo de Mati.
Pero debía aprender hacer todo en su justa medida. Ser independiente pero también aceptar el afecto de los que me rodeaban. Esta conclusión me relajo hasta quedarme dormida viendo a Cato velando por mi mientras jugaba con su móvil.
Pues hasta aquí otro escrito mas. Bueno espero que les gustara. Y otro tic para el Catober.
A ver si con suerte consigo hacer el siguiente para poder estar al día.
Que tengan buen día, hasta otra.
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