#raeru
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Almost two thousand years have passed since the plague that decimated the populations of Sutviprra on the shores of the three lakes. The illness is a fact of life, and most Sutviprra and pet kúarruzèam groups - here called “nén” - survive by steering clear of the outsiders and relying on immunity. Their lifestyle is archaic, akin to the one that of their ancestor’s experience on the modern day Oujsooer desert. but now they have an ally - kúarruzèam alert them of dangers and potential camp sites, working somewhat like a service animal for generationally anxious sophonts. Relief from the worries frees up mental resources and allows sárrárr to observe, learn and interpret the world around them.
Rich mythos springs up from the observation of the nature around them. Lakes are important for life in a desert, so water is granted a fundamental role as the all mother and the patron of all life - náuynúvu, which created first community with the sun - ry'nzàum - a harsh teacher of life, moon - kyzerrèyn sóaevyàzayn, who was born male but after the creation had undergone protandry, a group of titans - ry'nóàm rrèaem - their image interpreted from the suspicious chaotic line of stone - glacial formation, the face bearer and a beauty patron ry'n sárrárrán and uninterested in the pleasures creator of mountains máarráavÿm ry'n vuzy'nóàm. Their polycule produced all known worlds, trees, animals and Sutviprra, be it because of phantasmagorical birth or miraculous creation. As the living walk this earth, so do the dead - there are claims of nèn sárráàm - army of the dead, composed of ancestors, as wise and as strong as they were in life. Rraeru, unfortunately, cannot enjoy a big company in life, so there is a promise of supreme union in death. Destitution and loneliness plays a big role in the culture, though one might theorize, how sárrárr is never alone. They see figures in the cracks of stone and eye-like structures on the bark of the coastal trees. Mòmárrárr jozén keep watch on their territory, will keep safe if pleased and will bring pestilence if angered. Most common dangerous critter for Sutviprra - hematophagic sóazèm - tic-like radiosimmetrical bug, dwelling on the shore of rivers and giving another test for Sutviprra’s immune system and hygiene tradition. So far, sárrárr use mud to protect their skin, hoping to close off the skin or deprive a sóazèm of air. Hygiene procedures are a luxury, affordable only on the settlements, under the watch of záyn zàurujÿm - the first evening star visible in the night sky. Her brother tùm ry'n ròm is not as reliable - this star travels across the sky, moving under the horizon and behind sóatevyázayn around the year.
Their spiritual belief is a reflection of their social structure. The nén is structured with an elder matriarch - náuyn - on the top, who makes the main decision after a discussion with other older members of the group - ty'nmezén, while parent age members look out both for the elderly and for the children. Both polyamory and asexuality are acceptable, though polyamory is permissible only with people who are higher in hierarchy and male asexuals are pressured to transition. If Sutviprra has a family member in the ty'nmezén, they are of the néunárr, they are considered more reliable and allowed to start polycules. Their children are brought up communaly, but their lineage is important for their status and who takes place in the ty’nmezén when the previous elder passes. There are also options to leave for another nén, but that makes you tùmròm and no longer welcome in this particular tribe. From there, splinterers can either start their own nén or join another one - they become sárrèmárr, treated with suspicion first until earn other’s trust, get invited into one of the polycules or start a family with another of your rank, in which case your lineage enters the institutions two generation later.
In this way Rraeru disperse over the southern shore of the lakes, split into Raeru and Ráàru. Raeru dwell on the Vuzy’fa shore, have a sporadic contact with Unu and even travel by boat, to the Jotèmeuzé, populations of which themself later drift from the original. Ráàru have a geographical access to the Jozén, but they are generally kept out of it by the indigenous sutviprra.
#sutviprra#art#speculative biology#worldbuilding#spec bio#alien design#exobiology#spec evo#speculative evolution#digital art
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Escrito pequeño
Estoy originalmente iba a salir en wattpad, pero por motivos de tiempo, ganas y curiosidad, decidí probar subirlo íntegro aquí. Eventualmente irá a wattpad, pero mientras tanto...
Quienes leen Mohr Sydän reconocerán a Raeru. Quienes no, bueno... Raeru es el co-protagonista de dicha historia, perteneciente a mi raza de dragones que adoptan forma humana; es un “ëmuhni”, un asesino a sueldo/espía/pseudo ninja XD. Confieso que me gusta mucho la idea que tengo de él y Sienna, que solo aparece aquí, y el tipo ES un fetiche andante asi que... disfruten. Creo Un,n
Sienna sintió un inexplicable nudo en la garganta cuando oyó a Raeru toser.
Tampoco es que fuera la gran cosa. Como sanadora, había visto mucho mas que un simple resfriado en cientos de pacientes, y por supuesto tenía el conocimiento para saber que una simple tos no era motivo de preocupación. Y sin embargo, por alguna extraña razón escuchar el gesto en Raeru la hacía sentir ansiosa e inquieta, como si fuera de pronto una catástrofe de proporciones épicas. No entendía…
…o quizás si, pero prefería no dar rienda suelta a ese pensamiento. Era peligroso, y por lo tanto era preferible pensar que su repentina preocupación era fruto de un cariño de amiga; después de todo, lo conocía desde hace mucho tiempo.
Cuando Raeru volvió a retomar la conversación, la sanadora soltó un suspiro resignado (tanto por su propia obsesión como por la manía del dragón) y decidió acercarse. Grave o no, tampoco podía dejarlo tomarse lo que parecía un claro resfriado a la ligera, y conociéndolo necesitaría mas que un tenue dolor para descansar. Terco.
“Ejem… ¿te importaría hablar conmigo un momento, Raeru?” preguntó ella, interponiéndose en la conversación con toda su autoridad. Su profesión era muy apreciada en la aldea, de modo que nadie se ofendía si decidía que los asuntos médicos eran mas importantes que un par de instrucciones rutinarias.
“¿Sucede algo?” preguntó el joven, y Sienna tuvo que contener un gesto. Notaba su voz algo ronca. El otro ëmuhni miró a la sanadora, luego a su líder, y retrocedió con una sonrisa nerviosa y un gesto que indicaba que podrían continuar la discusión otro día. Sabia decisión.
“Deberías cuidar mas ese resfriado” sermoneó la dragona, frunciendo el ceño. Raeru suspiró con aire de fastidio, algo bastante contraproducente en su condición.
“No empieces, Sienna. No es—” comenzó él, hasta que su propio malestar lo puso en evidencia y tuvo que voltear el rostro para ceder a un nuevo ataque de tos. Sienna lo miró mas preocupada que molesta con su terquedad: definitivamente esa tos no le gustaba nada.
“Eso no suena nada bien” le resaltó ella, una vez el dragón se recobró lo suficiente para escucharla. Sienna sintió un vuelco cuando Raeru tragó saliva con una mueca sutil, clara señal de que no se sentía nada bien. La sanadora se preguntó porque esa idea le provocaba un desagradable peso en el pecho.
“Estoy bien” afirmó Raeru, con total descaro.
“Estas resfriado” contraatacó ella. Raeru volvió a suspirar con un estremecimiento que a Sienna no le pasó desapercibido, de modo que la sanadora redujo la distancia antes de que él pudiera justificarse y extendió la mano para tocarle la frente. “Y tienes fiebre” añadió, tragándose de nueva cuenta la ansiedad.
“Sienna…” empezó Raeru, al parecer resignado en el fondo a no poder mantener la mentira. La dragona lo miró a los ojos, severa, pero por algún motivo no pudo contener la suave caricia de su mano en la mejilla del joven antes de apartarse.
“¡Nada de Sienna! Te vas a la cama de inmediato” lo regañó, y lo sujetó del brazo antes de que Raeru pudiese desaparecer o escabullirse; ignorando las protestas del dragón, Sienna prácticamente lo arrastró hacia su cabaña con paso firme y secretamente apresurado. Podía sentir el calor excesivo emanando de la piel de Raeru, y no le gustaba nada.
“¡Sienna, basta! Estas exagerando, es un resfriado ¡nadie se muere por un maldito resfriado!” se quejó Raeru, que pese a todo parecía dejarse arrastrar. Sienna lo conocía lo bastante bien para saber que podría ser un arma letal allá afuera, pero jamás se atrevería a imponerse ante ella aún cuando Sienna fuera la dragona mas torpe en combate de todo Nüanor.
“En primer lugar, Raeru: SI te puedes morir de un resfriado mal atendido. En segundo, la sanadora soy yo, y si te digo que te pares de cabeza bajo la cascada, vas y te paras de cabeza bajo ella, ¡y sin quejas!” lo regañó la dragona justo cuando ambos llegaban a la casa de Raeru.
Usualmente, eso habría provocado una segunda oleada de discusiones, que posiblemente habrían terminado con la voz de Sienna oyéndose en toda la aldea mientras lo amenazaba con reclutar a Iuro a su causa. Si Raeru no podía contra ella, mucho menos si su hermano menor se unía a la discusión… en realidad, era algo tierno pensar en lo fácil que Raeru cedía ante la preocupación de su hermano… en todo caso, no fue necesario. Para sorpresa y preocupación de Sienna, Raeru se limitó a soltar otro suspiro ronco y abrió la puerta sin protestar, como si supiera que era inútil hacerlo o se sintiera demasiado cansado para ello. A juzgar por la fiebre, Sienna sospechaba lo segundo.
Una vez dentro, la sanadora se dirigió casi de inmediato hacia el pequeño fogón de la cabaña. El hogar de Raeru e Iuro era un lugar familiar para ella; se conocían desde hace tanto que la sanadora se sentía en la pequeña cabaña tan a gusto como en su propia casa… si debía ser honesta, le agradaba mas que su propia vivienda, aunque quizás eso se debiera a que le traía recuerdos, y a la constante presencia de uno u otro ëmuhni que le daban una agradable sensación de hogar.
El ronco sonido de la tos de Raeru la hizo volver a enfocarse en el asunto inmediato. Este no era momento para pensar en… lo que sea que estaba pensando. Sienna se aclaró la garganta y colocó una gastada tetera con agua sobre el fuego, para luego voltear hacia Raeru. El joven ya ni siquiera se molestaba en fingir normalidad, y soltó un gruñido dolorido al tiempo que se sujetaba el pecho. Mala señal.
“Deberías quitarte ese uniforme, te sentirás más cómodo” sugirió ella, sin notar el momento en que su voz pasaba del reproche inicial a un tono algo maternal que, según Kumar y sus desvaríos, solo usaba con Raeru. Muy tarde se dio cuenta de que la frase se prestaba a cierta… malinterpretación. El mismo Raeru pareció algo turbado un instante antes de recordar que era Sienna, eran amigos de años y la sanadora solo sugería usar ropa mas abrigadora, no… lo otro. ¿Desde cuándo Sienna se sentía incómoda con una maldita frase inocente? La dragona volvió a aclararse la garganta. “Te prepararé un té mientras tanto” añadió.
“Está bien… sabes dónde están las tazas” respondió Raeru, resignado, con cierto tono que Sienna no entendió, mientras se dirigía sin mucho entusiasmo hacia su habitación sin molestarse en cerrar la ancha puerta que servía de única separación.
La dragona no pudo evitar voltear justo cuando Raeru se quitaba la túnica negra de ëmuhni. Estaba de espaldas a ella, pero aún así Sienna sintió un sutil nudo en la garganta que nada tenía que ver con la –envidiable- figura del dragón. Podía ver las cicatrices, resaltando pálidas y claras en la piel morena del joven; ella había atendido la gran mayoría, y casi podía recordar como y cuando había recibido aquel sutil corte en el costado, o el otro mas largo a media espalda… aquella extensa marca que iba del omóplato izquierdo, subía por el hombro y, aunque no podía verla, bajaba hasta parte del pecho y el cuello. Esa había sido la primera vez que Sienna había temido perderlo, la primera vez que había sentido ese nudo de inquietud y miedo en el estómago que normalmente prefería ignorar. Unos centímetros mas arriba o abajo, unos minutos mas tarde, y…
Raeru volvió a toser, y la sanadora aprovechó la distracción para volver a encaminar sus pensamientos. Sienna se regañó a si misma mentalmente por quedarse mirando como idiota. Raeru era atractivo con cicatrices o sin ellas, eso podía reconocerlo, pero de eso a quedársele mirando como adolescente tonta había una gran diferencia. Aquel camino era peligroso.
Para cuando el joven había terminado de cambiarse, Sienna ya se las había arreglado para ignorar la puerta abierta, buscar una taza y vaciar en ella una mezcla de hierbas medicinales para la fiebre, que afortunadamente eran parte de las reservas que solía cargar en la bolsita que traía al cinto. Al parecer la fiebre estaba empeorando, pues Raeru ni siquiera hizo intento de escapar de la habitación, de modo que cuando Sienna entró en ella con la humeante taza, el joven estaba sentado en la cama.
“La gente normalmente cierra la puerta al cambiarse de ropa” comentó ella, mordaz, preguntándose si el dragón lo había hecho a propósito; se arrepintió un segundo después: Raeru no era para nada ese tipo de hombre, y ella lo sabía de sobra.
“Se averió esta mañana; planeaba repararla al volver” explicó Raeru. Por supuesto. Sienna asintió restándole importancia, sin saber de pronto qué le avergonzaba más: el creer que Raeru intentaba algo, o el haberse puesto en evidencia. “¿Acaso estabas espiándome?” preguntó él a continuación, como era de esperarse.
“¡Por supuesto que no! Solo… me preocupa que huyas por la ventana” respondió ella, aunque notó el involuntario rubor que tiñó sus mejillas. Aquello le arrancó a Raeru la primera risa suave desde que lo viera ese día, de modo que Sienna ni siquiera pudo molestarse con él.
La risa de Raeru era extrañamente agradable, un sonido algo bajo y sereno que transmitía comodidad, o quizás era que el dragón no solía reír tan libremente con cualquiera, y aquello se sentía como un gesto de confianza y familiaridad… lástima que la enfermedad decidió interrumpirlo con un nuevo ataque de tos. Sienna respiró profundo y fingió indignación, al tiempo que le ofrecía la taza.
“Ten, bébelo. Te ayudará con la fiebre” aseguró ella. Otra de las cosas buenas de Raeru es que su terquedad terminaba cuando debía, y una vez estaba claro que estaba enfermo dejaba de resistirse a los cuidados de la sanadora. El joven aceptó la taza sin protestar y dio un tentativo sorbo, ahogando una mueca. Esta vez, fue Sienna quien rió en voz baja. “Nadie dijo que estar enfermo era fácil” añadió, burlona. Raeru puso los ojos en blanco pero, obediente, siguió bebiendo.
Ninguno dijo mucho después de eso. El resfriado y la fiebre parecían finalmente cobrarse su precio en Raeru, que se limitaba a sorber el té de hierbas con un sutil temblor que provocó en Sienna una mirada de preocupación. Es cierto que era un simple resfriado pero… algo dentro de ella odiaba ver a Raeru sufrir, por el motivo que fuera, y el no poder hacer mucho excepto dejarlo descansar no le gustaba. De pronto, su instinto tomó el mando pese a sus reservas, y se encontró cobijándolo con su propio chal para luego ayudarlo a recostarse, arropándolo con una calidez que, hasta ella notaba, provenía de algo mas que un simple afecto de amiga.
“¿Has comido algo?” preguntó con voz suave, mientras acomodaba las mantas sobre la figura temblorosa de Raeru. El dragón se acurrucó entre ellas con urgencia, y negó con la cabeza. Típico. “Creo que vi algo en la alacena” comentó a continuación, mas para ella que para el joven, mientras humedecía un pequeño paño en agua y lo colocaba sobre su frente.
“No tienes… que quedarte…” susurró Raeru, medio dormido ya, con una voz tan ronca que no parecía la suya. Sienna le acarició un hombro por sobre las mantas.
“No seas tonto, sabes que no me quedo por obligación” le recordó ella. Al demonio la discreción. En esos momentos le preocupaba mas la salud de Raeru que cualquier posible sentimiento que quisiera ocultar.
“Pero…” protestó él. Sienna le sonrió, y esta vez pasó los dedos por su cabello en una caricia gentil. Su largo cabello negro emitía destellos azulados.
“Duerme. Te sentirás mejor pronto” le prometió ella, y tras cambiar una vez mas la compresa salió de la habitación.
No le tomó mucho improvisar algo de comida. Le había bastado con ver las reservas de carne de conejo en la alacena para decidir que un caldo era la mejor opción. A Raeru le gustaba mucho el conejo, fuera como fuera, de modo que Sienna añadió unas cuantas verduras, unas pocas hierbas aromáticas y especias y dejó que la comida se cocinara sobre el fuego. No quería dejar a Raeru solo mucho tiempo: aunque la medicina bajaría la fiebre, debía vigilar en caso de que empeorara; con lo descuidado con su salud que era aquel terco, podría ser. El clima fresco de inicios de otoño no ayudaba en la aldea.
Se sintió ridículamente aliviada cuando, al volver a la habitación, se encontró con que Raeru estaba profundamente dormido. Seguía temblando un poco, pero aun era pronto para decidir que aquello era mala señal, así que Sienna volvió a humedecer la compresa y se sentó junto a la cama. Con infinita paciencia –y algo mas que no quiso ni aventurarse a definir- la sanadora comenzó a pasar suavemente el paño por el rostro y cuello de Raeru, buscando aliviarle la fiebre sin incomodarlo mucho.
Sienna sonrió suavemente casi sin darse cuenta. Dormido, Raeru lucía tan apacible y calmado, ajeno a todos los problemas y situaciones de un clan que prefería dejarse guiar por un joven a asumir sus responsabilidades. El tono moreno de su piel, el suave roce de sus pestañas en sus mejillas, el ritmo acompasado de su respiración, la línea firme donde su cuello se unía a su torso… la dragona detuvo lo que hacía y tragó saliva, de pronto acalorada como si fuese ella y no Raeru quien sufría de fiebre. Turbada, volvió a colocarle la compresa en la frente y se apartó un poco, sentándose en una silla junto a la cama.
No debía estar pensando en eso. No debía mirarlo como lo hacía. Raeru era su amigo… solo eso podía ser. Sienna no se engañaba; ya había probado en carne propia lo que era el amor de un ëmuhni, la decepción y el dolor cuando terminara por cansarse de algo que tenía en versión mucho mejor fuera de la aldea. La sanadora no era fea, cierto, pero tampoco era precisamente una belleza deslumbrante, y tras el fiasco con el error anterior sus atributos físicos tampoco le parecían una ventaja.
A él siempre le habían gustado sus curvas… hasta que había encontrado algo mejor.
Sienna se sentía asqueada de pensar siquiera en comparar a Raeru con aquel imbécil. Raeru era amable, tranquilo, la miraba a los ojos cuando le hablaba y no tenía miedo de disculparse si se equivocaba. Pero… era tan difícil confiar. Raeru era guapo, mucho, y con un carácter que sin duda lo hacía deseable para cualquiera que lo mirara. Quizás, en el futuro, alguien daría un paso al frente y lo cautivaría, y Sienna no se sentía tan segura de querer arriesgarse de nuevo a ese dolor.
Su mente de sanadora era consciente de que aquello era una soberana tontería, pero su corazón no podía evitarlo.
Raeru se quejó de pronto, y pareció jalar aire con cierto esfuerzo. Sienna, preocupada, hizo a un lado sus sombríos pensamientos y se acercó. El dragón parecía estar soñando, y a juzgar por la mueca en su rostro, no era un sueño muy agradable; creyó escuchar la palabra ‘fuego’ mezclada con algo sobre su madre y su padre, y no le costó mucho intuir lo que soñaba. En esos momentos en que se encontraba débil, ese tipo de recuerdos solía surgir con frecuencia. Raeru contuvo el aliento, como presa de un llanto silencioso, y se retorció un poco entre las mantas de un modo que hizo que Sienna sintiera un nudo en la garganta. En un segundo, la sanadora estiró la mano y le acarició el rostro, dejando por una vez que sus confusos sentimientos tomaran las riendas.
“Tranquilo, duerme” le susurró, con la voz más dulce que podía emitir, y sintió un estremecimiento cuando Raeru volvió a quejarse y acercó más el rostro a su mano, rozando su muñeca con el cálido aliento de su exhalación.
De pronto sus manos se movían por iniciativa propia, pasando de la caricia en su mejilla a su frente, pasando los dedos por su cabello negro con un gesto suave, repitiendo una y otra vez el movimiento mientras le susurraba en voz baja que todo estaba bien, que estaba en casa, que nada le haría daño.
“Sigue durmiendo, no pasa nada… tranquilo” continuó ella, hasta que poco a poco Raeru dejó de debatirse, y sus suaves gemidos de dolor dieron paso a un sueño más tranquilo y apacible. Sin embargo, Sienna no se apartó. “Eres una tonta, Sienna…” murmuró para sí, pero en vez de volver a poner distancia se sentó a la orilla de la cama para vigilar el sueño del joven.
Sin dejar de pasar los dedos por su cabello, Sienna comenzó a cantar sin darse cuenta. Una costumbre que, como la risa de Raeru, no mostraba con casi nadie. Mirando el rostro del joven dormido, se preguntó si, quizás, debería lanzarse al vacío en un salto de fe.
No, no podía. No se atrevía. Pero… quizás…
Quizás.
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drew my friend Raeru’s OC ✨
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I feel like Benperorsolo's Future HCs with the Solo family's domestic shenanigans and Beru and Breha as Ben and Rey's kids and your Future HCs with Ben and Rey traumatizing their children by still being lovey-dovey and extremely sexual in their old age belong to the same universe. the Solo Family Headcanon Universe or something
fasdfdskjfkas okay this is hilarious because Anna and I have TALKED ABOUT THIS BEFORE and pretty much all of our headcanons are shared and we���ve talked about them at length privately (like old!Rey and Ben scandalizing their grown children with all the sex they’re having is one we mutually came up with) and since nothing about them contradicts each other we can absolutely say they all happen in the same ‘verse. Anna once offhand called it RAERU (the Rachel/Anna Extended Reylo Universe lmao)
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Where can I get some of this RAERU it sounds awesome
SADLY most of it exists in @greyjedireylo’s and my DMs, or respectively in our ask tags (or as I said, I also tag the domestic Solo aus as ‘hcs’ or ‘domestic au’).
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Mohr sydän - Capítulo 19 (on Wattpad) https://my.w.tt/r823uHjRKN Cuando el General Aiguo Fang recibió la orden de investigar una serie de ataques en una lejana aldea, nunca se esperó encontrarse con una amenaza antigua y poderosa, capaz de destruir todo Nüanor. Cuando el experto asesino Raeru aceptó aquel contrato, jamás esperó que este exigiera algo mas que su vida, y que lo obligara a desviar su camino para evitar la destrucción de todo aquello que amaba. Ambos, general y ëmuhni, se ven de pronto envueltos en un plan que tiene como objetivo la destrucción completa de su raza, sin más opción que luchar o morir. Confiar, o perder. Si, soy muy mala con las sinopsis también. Dibujo de portaba: "Kirin", por Sandara
#aiguo#aventura#dragones#fantasia#hechicera#nuanor#original#raeru#yin#adventure#books#wattpad#amreading
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Mohr sydän - Capítulo 16 (on Wattpad) https://my.w.tt/rpPYa2uRbN Cuando el General Aiguo Fang recibió la orden de investigar una serie de ataques en una lejana aldea, nunca se esperó encontrarse con una amenaza antigua y poderosa, capaz de destruir todo Nüanor. Cuando el experto asesino Raeru aceptó aquel contrato, jamás esperó que este exigiera algo mas que su vida, y que lo obligara a desviar su camino para evitar la destrucción de todo aquello que amaba. Ambos, general y ëmuhni, se ven de pronto envueltos en un plan que tiene como objetivo la destrucción completa de su raza, sin más opción que luchar o morir. Confiar, o perder. Si, soy muy mala con las sinopsis también. Dibujo de portaba: "Kirin", por Sandara
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Mohr sydän - Capítulo 17 (on Wattpad) https://my.w.tt/nyOIjPUunN Cuando el General Aiguo Fang recibió la orden de investigar una serie de ataques en una lejana aldea, nunca se esperó encontrarse con una amenaza antigua y poderosa, capaz de destruir todo Nüanor. Cuando el experto asesino Raeru aceptó aquel contrato, jamás esperó que este exigiera algo mas que su vida, y que lo obligara a desviar su camino para evitar la destrucción de todo aquello que amaba. Ambos, general y ëmuhni, se ven de pronto envueltos en un plan que tiene como objetivo la destrucción completa de su raza, sin más opción que luchar o morir. Confiar, o perder. Si, soy muy mala con las sinopsis también. Dibujo de portaba: "Kirin", por Sandara
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Mohr sydän - Capítulo 15 (on Wattpad) https://my.w.tt/Tqs9ATdf0M Cuando el General Aiguo Fang recibió la orden de investigar una serie de ataques en una lejana aldea, nunca se esperó encontrarse con una amenaza antigua y poderosa, capaz de destruir todo Nüanor. Cuando el experto asesino Raeru aceptó aquel contrato, jamás esperó que este exigiera algo mas que su vida, y que lo obligara a desviar su camino para evitar la destrucción de todo aquello que amaba. Ambos, general y ëmuhni, se ven de pronto envueltos en un plan que tiene como objetivo la destrucción completa de su raza, sin más opción que luchar o morir. Confiar, o perder. Si, soy muy mala con las sinopsis también. Dibujo de portaba: "Kirin", por Sandara
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Mohr sydän - Capítulo 27 (on Wattpad) https://my.w.tt/gDjjlAyUsP Cuando el General Aiguo Fang recibió la orden de investigar una serie de ataques en una lejana aldea, nunca se esperó encontrarse con una amenaza antigua y poderosa, capaz de destruir todo Nüanor. Cuando el experto asesino Raeru aceptó aquel contrato, jamás esperó que este exigiera algo mas que su vida, y que lo obligara a desviar su camino para evitar la destrucción de todo aquello que amaba. Ambos, general y ëmuhni, se ven de pronto envueltos en un plan que tiene como objetivo la destrucción completa de su raza, sin más opción que luchar o morir. Confiar, o perder. Si, soy muy mala con las sinopsis también. Dibujo de portaba: "Kirin", por Sandara
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Sienna, para que la conozcan quienes hayan leído ese mini escrito. Cualquier parecido con Kikyo (la de InuYasha) es justificado: adoro el cabello de Kikyo, así que digamos que usé su peinado de inspiración para Sienna, pero la similitud acaba ahí, porque la dragona es una fiera XD Raeru no anda tan perdido... Pudo ser peor
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Mohr sydän - Capítulo 22 (on Wattpad) https://my.w.tt/RmsgRoiBjO Cuando el General Aiguo Fang recibió la orden de investigar una serie de ataques en una lejana aldea, nunca se esperó encontrarse con una amenaza antigua y poderosa, capaz de destruir todo Nüanor. Cuando el experto asesino Raeru aceptó aquel contrato, jamás esperó que este exigiera algo mas que su vida, y que lo obligara a desviar su camino para evitar la destrucción de todo aquello que amaba. Ambos, general y ëmuhni, se ven de pronto envueltos en un plan que tiene como objetivo la destrucción completa de su raza, sin más opción que luchar o morir. Confiar, o perder. Si, soy muy mala con las sinopsis también. Dibujo de portaba: "Kirin", por Sandara
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Mohr sydän - Capítulo 14 (on Wattpad) https://my.w.tt/3wg6jTwjVM Cuando el General Aiguo Fang recibió la orden de investigar una serie de ataques en una lejana aldea, nunca se esperó encontrarse con una amenaza antigua y poderosa, capaz de destruir todo Nüanor. Cuando el experto asesino Raeru aceptó aquel contrato, jamás esperó que este exigiera algo mas que su vida, y que lo obligara a desviar su camino para evitar la destrucción de todo aquello que amaba. Ambos, general y ëmuhni, se ven de pronto envueltos en un plan que tiene como objetivo la destrucción completa de su raza, sin más opción que luchar o morir. Confiar, o perder. Si, soy muy mala con las sinopsis también. Dibujo de portaba: "Kirin", por Sandara
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Mohr sydän - Capítulo 12 (on Wattpad) https://my.w.tt/CAzhMA70CM Cuando el General Aiguo Fang recibió la orden de investigar una serie de ataques en una lejana aldea, nunca se esperó encontrarse con una amenaza antigua y poderosa, capaz de destruir todo Nüanor. Cuando el experto asesino Raeru aceptó aquel contrato, jamás esperó que este exigiera algo mas que su vida, y que lo obligara a desviar su camino para evitar la destrucción de todo aquello que amaba. Ambos, general y ëmuhni, se ven de pronto envueltos en un plan que tiene como objetivo la destrucción completa de su raza, sin más opción que luchar o morir. Confiar, o perder. Si, soy muy mala con las sinopsis también. Dibujo de portada: "Kirin", por Sandara
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