#que podía decir que no supieras
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siguiendo haciendo sufrir (aunque no tanto) a mis ocs(¿ me pregunto cómo se sentirá seba con sus rasgos físicos conforme haya ido creciendo
#los papás nunca le ocultaron que era adoptado la verdad; porque sabían que en algún momento iba a crecer#y le iba a causar curiosidad de que en realidad no se parece en lo más mínimo a ellos xd así que se lo adelantaron#para evitar futuras preguntas incómodas. que nació en prisión sí tardaron más en decirle; no querían que tuviera complejo#+ que se lo dijera a algún compañerito así como fun fact por no dimensionar o se le escape y le hicieran bullying por eso skdjfnjd#pero obviamente llegó el día en el que quiso conocer a sus papás biológicos. lo sentaron y le tuvieron que explicar que 'eran malos'#y que 'estaban pagando por eso en prisión'. también le dijeron por qué fox estaba ahí. luego preguntó por el otro obviamente así de ':0'#y ahí se arrepintieron de hablar en plural porque en el certificado de nacimiento no decía quién era xd así que no pudieron decirle#y aunque su curiosidad se sació un poco en ese sentido; igual le quedaron varias dudas. y el mirarse al espejo le daba curiosidad saber más#al conocer a fox al menos relacionaba su pelo con él. pero claramente no le cerraba el color de sus ojos con los suyos dskjfndjs#y fox por razones obvias no podía darle respuestas(¿ no más trataba de darle indirectas muy sutiles que seba no captaba#y tbh nunca reparó en la 'casualidad' de que siempre que iba golden siempre estaba ahí. ni tampoco se fijaba tanto en él#como para notar que también tenía rasgos suyos. así que quién era el otro padre siguió siendo un completo misterio#... hasta que se lo dijeron. y aunque nunca llegó al punto de odiar completamente sus ojos#que su pelo sea ligeramente más claro que el de fox; o hasta su propia altura que era mucho más parecida a la de golden que la de fox#sí le daba algo de cosa ver la mezcla general y pensar lo que la provocó. así que por un corto período de tiempo prefería no verse alespejo#o salir en fotos. y como tampoco se animaba a decirle a nadie no tuvo más opción que superarlo solito#la verdad le daría muchísimo menos conflicto todo si supiera que todo fue consensuado y no es la versión que se imagina#pero obviamente no puede hablar sobre eso con fox; y si llegara a animarse a hablar con golden siento que no le creería tanto#obviamente le va a decir que no hubo abuso de su parte para quedar bien; así que lo que diga no es tan confiable (según seba)#oc talk
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Creepin'
Eddie Alden x female reader
Summary: Enredados en una relación tan tóxica como apasionada, ambos saben que deberían mantenerse alejados, pero el deseo siempre los trae de vuelta.
Categories: Angst, Toxic Relationship, Hurt/Comfort, Make-Up Sex (Implied), Passionate Arguments, Lovers to Exes to Lovers, Unhealthy Coping Mechanisms {TW}: Emotional Manipulation, Toxic Dynamics, Light NSFW Themes.
...
La noche aún resonaba con la música del bar cuando me levanté de la mesa, reconocí mi chaqueta y salí casi sin mirar atrás. Mis pasos eran rápidos, tensos y el frío de la calle golpeaba mi rostro, calmándome solo lo justo para que no estallara antes de llegar al departamento. No podía creer que otra vez, como en una mala broma, Edie hubiera decidido coquetear con la maldita mesera justo delante de mí. Había sido descartado, como si estuviera buscando justo esta reacción. Y sí, lo había conseguido.
No era la primera vez que ocurría, ni la segunda. Era la tercera vez que él regresaba a ese departamento que compartíamos, prometiendo dejar atrás las actitudes que siempre llevaban a lo mismo: celos, discusiones, una ruptura que nunca parecía durar. Pero esta vez, creí que por fin había aprendido, que ya habíamos llegado al límite. Claramente, estaba equivocada.
Abrí la puerta con la llave y entre furiosa, tirando la chaqueta en el sofá. No tuve tiempo ni de cerrar cuando escuché sus pasos detrás de mí.
— ¿Vas a hacer esto otra vez? —dijo, cerrando la puerta con más fuerza de la necesaria, sus ojos buscando los míos en un intento de retarme, casi como si le divirtiera verme así.
—¿Yo? —solté, sin girarme, pero notando cómo el calor de su presencia se sentía a mis espaldas—. ¿Y qué esperas que haga, Edie? ¿Aplaudirte mientras coqueteas con la mesera?
Me volví hacia él, los ojos encendidos, esperando que dijera algo, que tratara de justificar su actitud, pero solo me miró, relajado, como si nada de esto fuera importante.
—Estás exagerando —dijo en un susurro bajo, desafiándome con esa calma que siempre me sacaba de quicio—. Fue solo una conversación, y tú sabes que te pones así cada vez que hablo con alguien.
—¡No era solo una conversación, Eddie! —casi grité, sintiendo la rabia ardiendo en cada palabra—. ¿Te divierte hacerme esto? Porque lo único que logras es recordarme que nada ha cambiado.
Sin darme cuenta, él ya estaba cerca, esa distancia en la que su respiración se mezclaba con la mía, y sus manos, que empezaron en mis hombros, descendieron lentamente, bordeando mis brazos en una roca que no pretendía calmarme. Al contrario, despertaba en mí algo igual de fuerte que el enojo.
—Dime que quieres que me vaya —dijo, en voz baja, y sus palabras, su mirada, parecían un desafío que no podía evitar lanzarme, como si supiera que mis sentimientos hacia él no eran tan sencillos.
—¿Que si quiero que te vayas? —reí con sarcasmo, mirando hacia otro lado para evitar perder la cabeza—. ¿Por qué te irías ahora, maldito? A fin de cuentas, estás en tu zona de confort, coqueteando con quien se te cruza. A ver si esta vez encuentras a alguien que te aguante esas… actitudes tuyas.
Noté cómo apretaba la mandíbula, y en su mirada destelló algo que no era tan fácil de ocultar. Por primera vez, parecía que mis palabras lo habían herido. Negó con la cabeza, sus ojos buscaban los míos con una mezcla de frustración y una pizca de vulnerabilidad, como si odiara que mis palabras lo afectaran.
— ¿De verdad piensas eso? —preguntó, dando un paso más hacia mí, su voz sonaba más tensa—. ¿Crees que me importa alguien más? Porque, si es así, entonces estás más equivocada de lo que pensaba.
Me sostuvo la mirada, desafiándome, y pude sentir cómo mis propios celos se transformaban en algo diferente, en una corriente de electricidad que recorría la habitación. Antes de que pudiera decir algo más, su mano alcanzó mi mentón, obligándome a mantener su mirada.
—No sabes de lo que estás hablando —susurró, y su tono era más bajo, como si intentara no ceder a la tensión entre ambos—. Tú eres la única que me pone así, y lo sabes. Pero si no lo entiendes, tal vez estoy perdiendo el tiempo aquí.
Mis palabras casi salieron antes de que las pensara.
—Entonces vete —respondí, aunque mi cuerpo traicionaba mis palabras cuando su mano se deslizó de mi mentón a mi cuello, sus dedos apenas rozando mi piel, enviando un escalofrío que quemaba tanto como el enojo.
Él chasqueó la lengua, soltando una risa corta y amarga que solo logró hacer que mi pecho ardiera aún más.
—Dilo otra vez, —me retó, sus ojos clavados en los míos mientras su tono se volvía más cortante—. Si de verdad quieres que me vaya, dilo. Y esta vez, lo haré.
Me miraba, esperando. Pero las palabras se quedaron atrapadas en mi garganta. Por más que intentaba convencida de que debería decirlo, de que debía dejarlo ir, la verdad era que no podía. No porque no quisiera, sino porque, en el fondo, sabía que esto era lo que me tenía atrapada. Este mismo juego, esta misma tensión que me quemaba por dentro y que no podía soltar.
Intenté hablar, pero la voz me fallaba, y mis manos, que habían estado tensas a mis lados, ya temblaban ante el roce de su mano en mi cuello. Era inevitable. Lo odiaba por hacerme sentir así, pero al mismo tiempo lo deseaba con una intensidad que no podía controlar.
—Eso pensé —murmuró, con una sonrisa apenas perceptible mientras sus dedos bajaban lentamente, acariciando mi clavícula en un toque que sabía que me destrozaba y me hacía quererlo más.
Sin darme cuenta, había cerrado los ojos, dejándome llevar por su tacto, por ese leve roce que no hacía más que intensificar el enojo, mezclado con algo más oscuro, algo que, en el fondo, no quería que se detuviera.
El silencio se rompió en un susurro apenas audible, pero cargado de todo lo que en verdad sentía.
—Ed… amor… —murmuré, mi voz apenas un hilo de aire entre nosotros. Sabía que no debería, que no hacía más que alimentar esta montaña rusa en la que nos encontrábamos, pero el peso de su cercanía, de su mano sobre mi cuello, era demasiado.
Él sonó, como si esperara justo ese momento de debilidad, y se acercó, dejando que sus labios rozaran la curva de mi oreja.
—Amor, ¿eh? —susurró en un tono juguetón, y pude sentir cómo sus manos comenzaban a deslizarse con una familiaridad que era tan peligrosa como irresistible. Una de sus manos bajó lentamente por mi cintura, rozando cada curva, cada centímetro de mi piel, sin apartar esa sonrisa casi burlona que hacía que mi corazón latiera descontrolado.
Sentí cómo sus dedos llegaban a la curva de mi cadera, su toque ligero pero firme al mismo tiempo, hasta que sus dedos se detuvieron en mi muslo, provocando un estremecimiento que me hizo aferrar mis manos a su camisa sin siquiera darme cuenta.
—¿Esto es lo que quieres? —preguntó, con esa mirada que hacía que me olvidara de cada pelea, cada palabra hiriente, y solo me quedara con ese deseo ardiendo en mi interior.
Sabía que debería alejarme, decir algo para detenerlo, pero, al igual que él, no estaba lista para dejarlo ir.
Lo miré con una mezcla de frustración y deseo, apenas pudiendo sostener el tono de mi voz mientras sentía sus manos en mi cadera.
—Eres un verdadero idiota, Edie. No tienes idea de lo que me haces pasar, de lo que…
Antes de que pudiera terminar, sentí el toque de sus manos bajo mi camiseta, ascendiendo suavemente por mi cintura. La calidez de sus dedos en mi piel me robó el aire, y mis palabras se desvanecieron en un suspiro cuando sus labios se posaron sobre los míos en un beso suave, apenas una roce que decía todo lo que no estábamos dispuestos a admitir.
Mis manos se tensaron en su camisa, y, a pesar de mí misma, respondí a su beso, dejándome llevar por esa calma que venía después de la tormenta, ese instante donde el enojo se convertía en deseo y cada palabra de reproche se volvió insignificante. .
Separó sus labios apenas un momento, sus ojos encontrando los míos con una intensidad que no necesitaba más explicación.
— ¿Vas a seguir hablando? —murmuró, con una sonrisa ligera, mientras sus manos permanecían debajo de mi camiseta, manteniéndome atrapada en ese momento que, aunque sabía que no resolvería nada, tampoco podía dejar.
Tomé un respiro, intentando encontrar las palabras y obligarme a decir algo que pusiera fin a esto.
—No puedes pretender que todo se resuelva así, Eddie —murmuré, aunque mi voz apenas sonaba firme.
Pero antes de que pudiera decir algo más, él rodeó mi cintura y me acercó a su cuerpo en un solo movimiento, eliminando cualquier espacio entre nosotros. La proximidad me dejó sin aliento, y el calor de su cuerpo era tan intenso que parecía envolverme por completo, derritiendo cualquier resistencia que pudiera haber tenido.
— ¿No? —preguntó en un susurro contra mis labios, sus ojos fijos en los míos, desafiándome con esa mezcla de seguridad y ternura que siempre me desarmaba—. Dímelo, y me iré ahora mismo.
Pero no pude. El contacto de su cuerpo contra el mío, sus manos firmes en mi cintura, y esa cercanía me hacían imposible formar una sola palabra. Toda mi frustración parecía desvanecerse, dejándome enredada en ese momento.
Sin esperar respuesta, él acercó sus labios a los míos de nuevo, en un beso más profundo, haciéndome olvidar cualquier argumento, cualquier intento de alejarme.
Mis manos subieron lentamente hasta su cuello, mis dedos enredándose en su cabello mientras me perdía en el sabor de sus labios. Cada beso, cada roce, era como una descarga que recorría todo mi cuerpo, encendiendo algo que sabía que no podría apagarse fácilmente.
Ambos lo sabíamos. Sabíamos que esto era una adicción, un fuego al que volvimos una y otra vez a pesar de todo. No importaban las peleas, las promesas de que esta vez serían diferentes. Cada vez que estábamos tan cerca, como ahora, todo dejaba de tener sentido excepto el uno para el otro.
Sus manos me aferraban con esa misma intensidad, como si tampoco quisiera dejarme ir, y por un momento, el resto del mundo se desvaneció, dejando solo este instante entre nosotros.
— Uhg, te odio… —murmuré, sin pensarlo dos veces, lo besé de vuelta con más ferocidad, dejando que toda la tensión y el deseo explotaran en ese momento. Me subí sobre él, aferrándome a sus hombros, mientras sentía cómo él respondía sin reservas, como si esta conexión fuera lo único que ambos necesitáramos.
Sus manos se deslizaron hasta mis muslos, sujetándome con firmeza mientras yo me dejaba llevar por el beso, por la intensidad de cada toque y la fuerza de sus manos, que me sostenían como si no quisiera soltarme jamás.
Nos perdimos en esa mezcla de rabia y deseo, atrapados en una espiral que ambos sabíamos que era imposible de romper. En ese instante, éramos solo él y yo, devorándonos en medio de la tormenta que habíamos creado.
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1a. historia de Amor
El siempre estaba ahí. Nunca a mi lado, pero tampoco lejos. Era una presencia constante, la sombra que aprendí a ignorar hasta que su peso se volvió insoportable.
Lo encontraba en todas partes: frente a la puerta del salón, en los pasillos, entre los estantes de la biblioteca. No decía nada. No hacía ruido. Solo me miraba, con esos enormes ojos negros, que parecían buscar algo que nunca encontraban.
Al principio, su forma de estar me intrigaba. Había algo hipnótico en cómo se mantenía siempre cerca, sin invadir mi espacio. Si me movía, él iba conmigo también, guardando esa distancia exacta que le permitía observarme sin cruzar la línea imaginaria que algún día él mismo trazó. Era el tipo de atención que, al principio, me hacía sentir importante. Alguien veía algo en mí, algo que quizá yo misma no entendía del todo.
Con el tiempo, esa insistencia comenzó a pesar. ¿Por qué nunca decía nada? ¿Qué quería de mí? Cuando sus amigos se reían conmigo o me hablaban, él permanecía callado, como si no quisiera romper ese ritual invisible que había construido entre nosotros. Si yo le pedía que hiciera algo, como vestirse de cierto color o sentarse en un lugar, o lo que fuera, él lo hacía sin dudar, como si eso fuera lo único que lo acercara a mí. Obedecer mis más simples deseos.
Un día, no pude más. Lo llamé, lo llevé a una banca bajo los árboles junto al gimnasio y cuando finalmente tuve la oportunidad de confrontarlo, sentí que el aire se volvía más pesado. “¿Qué quieres?”, le pregunté. Su mirada, que tantas veces había estado fija en mis ojos, ahora se desviaba. No respondió. Me devolvió la pregunta: “¿Tú qué quieres?” Un poco altanero.
Yo no dudé. Lo tomé de las manos con fuerza: “Te quiero a ti. Me gustas. Podemos intentarlo.” El silencio que siguió fue peor que cualquier palabra que hubiera podido decirme. Un corte seco, como si sus ojos, que siempre habían dicho tanto, ahora se cerraran de golpe.
No respondió. No dijo nada. Solo dejó que mis palabras flotaran en el aire, pesadas, sin un lugar donde aterrizar. Me quedé ahí, esperando, como si su silencio pudiera cambiar de forma y convertirse en algo tangible, pero no ocurrió. Y comencé a llorar.
Al día siguiente, llegó con ella otra vez a mi puerta. Una chica de veterinaria que nunca había visto antes. Llevaba una bata blanca, salpicada de sangre, como si acabara de salir de un ritual ajeno al mundo que yo conocía. Caminaban juntos hacia mi salón, y él, como siempre, me miraba. Pero esta vez sostenía la mano de ella con una firmeza que parecía un acto de desafío, y sus ojos me buscaban como si quisiera asegurarse de que yo los veía.
Me quedé inmóvil, mirándolo, tratando de entender. ¿Era una respuesta? ¿Un rechazo? ¿Una forma de demostrarme algo que no podía poner en palabras? No lo sabía, y esa incertidumbre comenzó a carcomerme. Ella era todo lo opuesto a mí: tosca, con una fuerza que parecía tangible, y una presencia que contrastaba con mi manera más sutil de estar en el mundo.
A partir de ese día, se convirtió en una rutina. Siempre había una nueva chica, y siempre me miraba mientras estaba con ellas. Caminaban juntos, reían, y él seguía buscándome con la mirada. Nunca dejaba de hacerlo. Era como si quisiera que supiera que, a pesar de todo, seguía allí, atrapado entre esas relaciones que parecían una respuesta indirecta a lo que yo le había dicho.
Pero no decía nada. Jamás volvió a decir nada. Incluso su mejor amigo alguna vez me dijo: es loco enamorado mas loco que he visto. Refiriéndose a que nadie entendía porque si tanto me quería no estaba conmigo.
Con el tiempo, me di cuenta de que no era a mí a quien rechazaba, sino al amor mismo. Quizá nunca supo cómo amar sin miedo, cómo aceptar que alguien lo quisiera sin sentirse expuesto, vulnerable. Y yo, con cada mirada suya, con cada silencio, fui aprendiendo algo que no entendí en ese momento: que amar también significa saber cuándo dejar de esperar.
Yo era un libro abierto, ofreciéndole cada palabra de mi historia. Y él, una página en blanco, dejando que yo escribiera en su lugar.
Pasaron casi ochos y todavía afuera del metro volviendo del trabajo lo llegaba a ver. Me acompañaba hasta el transporte o se iba conmigo pero jamás hablo, ni dijo nada de lo que algún día pudo ser.
Cuando finalmente dejó de aparecer, sentí un vacío extraño, como si algo que había estado allí tanto tiempo hubiera dejado de existir. Pero no fue tristeza lo que sentí. Fue alivio. Su ausencia me enseñó lo que su presencia nunca pudo: que amar no es mirar, sino moverse; no es esperar, sino actuar.
Mi primera historia de amor no fue un romance, sino una lección. Y aunque nunca escuché las palabras que quería oír, entendí algo que jamás olvidaré: el amor que no se dice deja huellas, pero son como pasos en la arena: que el tiempo borra, dejando solo el recuerdo de que quizá alguna una vez si estuvieron allí.
Maria Manuela
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Mientras veo a estos niños de secundaria en la piscina, lo único en lo que puedo pensar es en que aquí estoy de nuevo, llorando, pensando en ti, frente a mi mamá, y la miro con vergüenza, ¿que no se supone que ya era parte de mi pasado? Al parecer me encuentro llena de recuerdos y memorias que creí haber olvidado, pero aún siguen ahí, intactas, como si nunca te hubieras ido completamente, sigues aquí. Y solo miro a las nubes, esperando una señal de Dios de que algún día todo estará bien y este será solo un agrio recuerdo. Mientras mi papá escucha canciones felices durante su trayecto hacia su trabajo, el no sabe que muero por dentro una vez más, pensando en ti, y si supiera, ¿le importaría? Si supiera que estoy llorando por ti, de nuevo, ¿lo aceptaría?
Piensa en todo el daño que me hiciste, como el día en el que te vi por última vez en esa llamada en la cuál hablabas con ella mientras estabas conmigo, y por supuesto, a ella jamás le hubieras dicho que estabas conmigo, porque al parecer no era lo suficientemente importante para ti, como para decirle la verdad, ni eras lo suficientemente valiente para aceptar que a la persona que querías en tu vida era a mi, y no a ella. O al menos no sé que te haya dado ella que no te hubiera podido dar yo, o tal vez y ella te dio todo, y yo te di nada, a pesar de las mil y un veces que te intenté dar lo mejor de mi, pero como siempre, y como siempre será, nunca fui vista por ti. Aún recuerdo cuando te hablaba de mis canciones favoritas y ni siquiera podías entender una sola palabra de lo que estás trataban de decir. Debi haberme dado cuenta que jamás podrías haber sido capaz de entender las piezas que me forman como persona, así como todo lo que alguna vez me hizo ser yo, mientras estaba a tu lado. Yo siempre creí que contigo podía ser yo en todo momento, siempre creí que mi “para siempre” serías tú.
Y me consume por dentro que aún sigas con ella, ¿crees que no me he dado cuenta?, por si no lo sabías, sigo viendo a tus amigos, y de vez en cuando, pregunto por ti, e incluso puedo decir que me burlo de lo que alguna vez fuimos, porque para ti creo que todo fue una broma, y si para ti lo fue, lo será para mi, porque todo fue en vano, y aunque no quiera admitirlo, en parte pregunto por ti porque me encantaría saber cómo estás ahora que estás tú sin mi, ¿acaso eres feliz?
Puedo decir con certeza que ya son tres años desde nuestra relación fallida, y sigo recordando cada uno de nuestros momentos, los cuales eran mágicos para mi, cada vez que te miraba al lado de mi mientras ibas conduciendo a laberintos donde nos perdimos en el sello de nuestro amor, como cuando me besabas tan cálidamente y yo escribía en tu espalda en cualquier idioma, no importara cuál fuera un “te amo”, cuando creía que nuestro amor no podría haber estado mejor, y así mismo, mientras estábamos en ese sillón tuyo que tanto nos gustaba porque se parecía demasiado a él de nuestra serie favorita, Friends, o cuando nos encontrábamos en nuestras cenas familiares en las cuales ponías tu mano en mi rodilla y solo con sentir el roce de tu cuerpo me sentía en paz y calma, ¿como fue que quitaste el dolor de mi con solo sentirte cerca de mi? Pero una vez que estabas lo demasiado cerca como para notarlo, el dolor volvió a mi, y sin darme cuenta, lo causaste tú.
Explícame, por favor, ¿como fue posible esto?, me lastimas de a poco y no te das cuenta, te abrí la puerta de mi mundo y la dejaste caer en un segundo; la dejaste atrás…como si nunca hubiera existido, me hiciste sentir insignificante.
Pero, ¿como fue que pasamos de perdernos de amor en una realidad hecha solo por y para nosotros a estar tan lejos del otro, ahora?
¿Como podrías estar lejos de mi, sin extrañarme aunque sea solo alguna vez?
¿Acaso mientras estás con ella, piensas en mi alguna vez?
He caído tan bajo qué solo de pensarlo, sonrió al menos un poco, al pensar que esa sería la única vez que al menos podrías pensar en mi un segundo, incluso si estás con ella, pero recuerda, ella no es yo, ni será.
Nunca seré como ella, nunca seré como la foto que viste, nunca seré la misma; siempre seré yo.
Todos estos días he intentado encontrarte, en cada multitud te veo aunque no estes, aunque estes mas lejos de mi que nunca, y se que jamás llegarás, aún tengo la esperanza de que estes, es un futuro incierto entre tú y yo. Desearía poder estar ahí contigo, desearía bailar, cantar, pero no sola, sino contigo, a tu lado. Y dime, no puedes negar que aún quisieras bailar conmigo en este mundo lleno de farsantes, en el cual alguna vez bailamos tú y yo, pero cuando me tuviste, me dejaste ir una y mil veces, en lugar de atraparme, tan solo me soltaste y me dejaste caer en un lugar oscuro, pero al parecer, donde yo antes veía una luz en la cual seguir bailando a tu lado, y donde veía un nuevo comienzo entre nosotros, esa luz proveniente se apagó, y al parecer jamás hubo alguna luz aparente, solo era mi esperanza de mantener nuestro amor intacto, la cual intentó iluminar tu mundo, pero esa luz se esfumó por el descuido de tu amor y tu vista ciega hacia un mundo a mi lado. Y aún recuerdo el día en el que intentaste recuperar nuestro amor perdido, y tú manera de querer recuperarlo fue queriéndome llevar a un lugar lujoso con el propósito de intentar “arreglarlo”, como si llevándome a un lugar lujoso fuera a cambiarlo todo, ¿creías que nuestra relación se basaba en lugares y detalles brillantes? Nunca fue así. Yo lo único que quería y necesitaba era a ti.
Tu sigues en mi presente, pero ya no lo serás más, ya he conocido al verdadero tu y bueno, tal vez pensaba que eras diferente y que nuestro final sería diferente, o incluso interminable. Te quise de regreso, pero ya no más. Donde antes lo había todo, ya no queda nada, jamás podré confiar en ti de nuevo.
-Dani.
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Te amo. Las palabras que no te podía decir de frente y cuando te las dije y me respondiste que me amabas también, quise decírtelas tantas veces pero tenía tanto miedo de arruinarlo que me las callé.
Desde el primer momento en el que senti tus labios cerca de mi supe que serías mi verdadero amor, nunca conocí a alguien que me hiciera sentir tantas cosas como tú.
Al pasar los dias te convertiste en alguien tan importante para mí como nunca imaginé.
Me hubiera gustado mucho conocerte en mis mejores momentos, así no hubieras tenido que ver lo peor de mi. Me hubiera gustado que conocieras a esa mujer llena de vida con sueños y metas. Esto que soy ahora no es ni la mitad de lo que solía ser. Cambie. Las circunstancias me hicieron cambiar. El dolor me hizo cambiar. Y por las noches era completamente débil.
Siempre supiste lo que sentía por ti y te aseguraste de repetirme que me amabas también.
Nunca dejaste de tratarme como si fuera tu novia cuando estábamos solos o de repetirme que me querías.
Tu no fuiste una historia breve, yo te pensé mucho antes de que tu me correspondieras, siempre has sido importante para mi, nunca sabrás cuánto porque eso ya no se puede medir. Sólo se siente.
Nunca traté de alejarme de ti, ni de olvidarte. Le pedí al universo que pudiera seguir sin ti, pero aún no puedo. He aceptado que siempre te voy a amar, que siempre me vas a importar y que ahí estaré para responder tus llamadas en la madrugada con la esperanza de que un día quieras hablar conmigo.
A menudo entras y sales de mi vida, y cada vez que lo haces me conviertes en la mujer más afortunada y más triste. Cada vez más me imaginaba un futuro juntos y cada vez más también deseaba escuchar que me amas.
Para mí, eres el hombre que me ha dado las mejores lecciones de la vida, que me ha hecho saber quien hoy soy, el que me ha enseñado a amar y a preocuparme por alguien más que no soy yo.
Ya no tendrás que preocuparte más, ya no tendrás que pensar en mi, ya estaré lejos, sin darte más dolores de cabeza.
Eres el amor de mi vida, aunque sepa que nunca seré la mujer de la tuya.
Eres el hombre del que les hablaré a mis futuras hijas, eres el hombre por el que rechazo a cada chico que me invita a salir. Eres el hombre que desearía no haber conocido pero que agradezco haya aparecido en mi vida.
Eres el hombre que me hace odiarme a mí misma por querer estar siempre para ti cada que me necesitas. Lo que me diste, el amor, cariño y todo, nadie podrá quitarmelo. Tu ternura y amistad lo son todo para mi, que todavía puedo sentir tus caricias en mi piel. Todavía puedo sentirme feliz mientras te sigo viendo en mis pensamientos.
Espero que todo esto nunca me abandone.
Te convertiste en mi mejor amigo, alguien en el que podía confiar siempre, quien me tomó las llamadas en medio de la tristeza para escuchar mis problemas.
Hoy sé que amaras a alguien más, y es duro para mi saber que estarás feliz con ella, pero en el fondo deseo que hayas encontrado la felicidad en tu vida y que puedas experimentar el amor que yo siento por ti.
Hoy sé que eres la mejor persona que paso por mi vida, tienes un gran corazón. Eres inteligente, amoroso, protector y el hombre que siempre supe que serías.
Quiero darte las gracias por todo lo que hiciste por mí, por estar ahí, por sentir que me amabas cuando nadie más lo hizo. Por ser mi amigo cuando más lo necesité.
Gracias por recordarme quién soy, por todo. Ojalá supieras lo mucho que significas para mí y lo especial que siempre serás.
Siempre estaré ahí para ti, porque, después de todo, eres el hombre que tiene mi corazón desde el principio.
Gracias por tus labios, por tus manos, tus ojos y tu piel, gracias por tus sonrisas, tus palabras y tus mensajes para mi. Gracias por tus consejos, tu apoyo incondicional y tu inmenso amor.
Te digo adiós ahora y espero que un día como hoy me recuerdes.
Siempre estarás en mi corazón donde sea que este. Te amaré en la eternidad.
#te amo#amor#lo siento#te extraño#vuelve#enamorada#enamoradx#quotes#querido tu#te quiero#perdón#frases
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Hace tiempo que no escribo pero hay algo que quiero sacar de mí. En preparatoria me enamoré profundamente de una chica, salimos un tiempo... Tuvimos un romance intenso pero fugaz. Incluso nos escribíamos cosas cursis aquí por Tumblr. Por cuestiones del destino cada quien siguió su camino. Pasaron los años; ella se casó, tuvo una hija preciosa y demás. Hace unos días me enteré de que había fallecido. Me pegó con todo el tiempo, estuve navegando por su facebook. Note que nunca borro aquel vídeo donde cantamos juntos con el karaoke, ni la foto donde escribí su nombre con velas. Se me hizo un nudo en la garganta. Podía sentir todo tan reciente, tan solo de recordar.
recordar .. viene del latín recordari formado de re (de nuevo) y cordis (corazón). Recordar quiere decir mucho más que tener algo presente en la memoria. Significa: volver a pasar por el corazón.
Justo así se sintió.
Indagando más me enteré de que la causa de su muerte fue suicidio.
Me invadió una profunda melancolía.
Hace unas noches me abrigo el insomnio y le envié un mensaje privado por aquí por Tumblr.
Le escribí lo siguiente:
"A menudo te extraño. Por ahí leí que para las personas nostalgicas no existe el olvido... Todo lo que nos toca el corazón permanece. Así tú permaneces en mí. De lejos siempre te desee lo mejor y te tuve en oraciones. Pensaba que estabas viviendo la mejor temporada de tu vida. Veía tus historias, tus viajes, comidas.. fotos con tu hija y demás.
Entonces yo pensaba en que todo pasa por algo, en qué evidentemente estabas en el camino correcto. Malditas redes sociales... Son una mentira.
Ojalá un día te hubiera invitado a un café de la nada... Solo para charlar
Solo para saber que no la pasabas bien. Me hubiera gustado que supieras que para mí eras y seras siempre importante, que no tenías que darme nada más... Que tú amistad bastaba
Que podías contar conmigo, que yo veía más en ti de lo que tú puedes ver.. y que me creyeras ... Que te enamorarás de la vida.
Y que te quedarás, porque había muchas razones para quedarte. Pero me siento culpable.. por no estar
Por no decirtelas
Te quiero, donde sea que estés.. te envío amor.
Gracias por ser tan significativa, en éste mundo lleno de banalidades."
Fue así, un vomito emocional de madrugada. Yo escribiendo a destiempo, a alguien que no podrá ya contestarme. Y vuelvo aquí a darle vueltas a contarle a ustedes que no me conocen. Pero así quiero cerrarlo. Cómo un cúmulo de versos mal escritos, colmados de sentimiento.. arrojados a este mar de gente que escribe de todo aquello que les quema a gente que no conoce.
-A mi amor de verano, a lo que nunca fue.
CR.
#amor#poesia#desmotivaciones#desamor#poesía#amor propio#recuerdos#despedidos#despedida#quemar#versos de desamor#versos
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Desde el comienzo (Blas Polidori)
1/1
—————
Estabas tirada sobre tu cama esperando a que Blas pasara por ti, habían quedado en salir juntos. De fondo en tu reproductor de música estaba sonando "From the start" de una artista que habías encontrado recientemente, estabas fascinada con las letras y melodías de todas sus canciones, pero sobre todo con ésta, de alguna forma sentías que resonaba contigo.
cuando sonó tu celular esperanzada te abalanzaste a ver si era lo que esperabas. sí era un mensaje de él, pero no lo que imaginabas.
"Cami, se cancela por hoy, lo lamento mucho, me había olvidado de este compromiso. Pero nos vemos después, paso a contarte como me fue. :)"
Pasaron unos segundos, no estabas segura de qué contestar a eso, si bien ustedes se veían casi todos los días, era extraño que te cancelara así.
"dale, Blas, no te preocupes, pasátelo bien. 💗"
Luego de contestarle soltaste tu celular sobre la cama mientras te sentabas en el suelo apoyando tu cabeza contra el colchón. Justo en ese momento sonaba "That when i talk to you, oh, cupid walks right through and shoots an arrow through my heart."
Siempre visite a Blas como tu amor platónico, ese alguien maravilloso con el que sabes que no tienes chance pero aun así fantaseabas con cómo sería estar junto a él, cómo sería poder llamarlo por apodos amoroso, o incluso cómo se sentiría tomar su mano. Llegaste a pensar en que tus sentimientos podrían ser recíprocos, animandote a ti misma para confesarte, pero siempre había algo que te traía devuelta a la realidad.
Ya estaba oscuro afuera, eran las 23:45PM cuando escuchaste golpes en tu puerta. Sabías de quién se trataba así que no dudaste en abrir. Enseguida entró saludandote con un sutil beso en la mejilla y abriéndose paso hacia tu sala de estar para sentarse en el sofá grande.
Evidentemente venía feliz, traía una sonrisa de oreja a oreja.
¿Y? ¿Cómo te fue? Llegaste muy sonriente. —Dijiste sentándote a su lado dándole un suave golpecito en el hombro para molestarlo.
No sabés, boluda, no me sentía así desde hace mucho tiempo. Nos llevamos muy bien, ademas es muy linda. —Suspiró riéndose, mientras se llevaba las manos al rostro para ocultarse entre ellas.
Escucharlo hablar de esa forma hacía que tu corazón se acelerara de una forma inexplicable.
Pues muy bien, ¿cómo se llama la afortunada? —Le preguntaste tratando de sonar lo más natural posible.
Ya la conocíamos. Estuvimos con ella en los seminarios de actuación del verano. —Comentó alegre con esperanza de que yo supiera de quien hablaba. Es Nicole, viste que nos llevábamos super bien. —Hizo una breve pausa. Pues no hace mucho me contactó para salir y bueno, aquí estamos.
Su nombre quedó resonando en tu cabeza hasta poder recordar quién era. Como te quedaste unos segundos en silencio una pequeña incomodidad se hizo presente en la sala. Lo que tú más querías era felicidad para él, pero no te sentías bien sabiendo que existe la posibilidad de que esté con alguien más. Estabas ansiosa, quizás ese era el momento de decirle lo que te pasa al pensar en él.
¿Cami? ¿Todo bien? —Preguntó él con algo de inquietud.
Blas, ¿puedo decirte algo? —Dijiste sorprendiendote a ti misma por tus palabras. Él asintió algo confundido a espera de tus palabras.
Sin decir nada, te acomodaste frente, mirándole directamente a los ojos. Esto era algo que podía acabar bien o mal, no existía punto medio, o al menos para ti era así.
Tuve muchas oportunidades para decírtelo antes, lo sé, pero siempre había algo que me detenía. Supongo que estaba muy confianda. —Él te miraba con notoria confusión.
El cariño que siento por ti hace mucho tiempo que dejó de ser de amistad, Blas. —Te detuviste unos segundos. Me gustas desde el comienzo de nuestra amistad, no imaginas lo feliz que me sentía cuando comenzamos a pasar más tiempo juntos. —Estaba quieto, como procesando todo lo que habías soltado, pero te sentías relativamente mejor.
Lo que menos quiero es incomodar las cosas entre nosotros, me gusta como somos ahora, pero sentía la necesidad soltar esto y así dejarlo pas... —No lograste terminar la frase debido a que el más alto formó un agarre con uno de sus brazos alrededor de tu cintura y te atrajo hasta sí mismo.
Cami, te tardaste meses en hacer esto, y yo me acerqué a ti por eso. No sabes cuantas veces te imaginé confesandome tus sentimientos, siempre creí que me veías como un amigo. —Habló con un poco de timidez en sus palabras.
Sin hacerse esperar más, tomaste su rostro entre tus manos y juntaste sus labios con los tuyos. Un suave vaivén de emociones se formó en ese magnífico beso, estaban deleitados con la presencia del otro, y el saber que ambos se habían imaginado así los hacía apreciar aún más el momento.
Cuando la falta de aire se hizo presente en medio de ustedes, mordió ligeramente tu labio inferior para separarse lentamente, no sin antes dejar un último beso resonando. Ambos tenían una sonrisa de oreja a oreja, y estaban bastante colorados por la emoción.
Llena de felicidad observabas los ojos cafés del chico de tus sueños. Te sentaste sobre su regazo pasando tus brazos alrededor de su cuello derritiéndote ante el maravilloso aroma que desprendía de aquella zona. Él estaba en lo mismo, derretido ante cada acción que hacías, pasando sus brazos alrededor de tu cintura dejando suaves caricias sobre tu espalda baja y fundiéndose junto a ti.
Te quiero desde el primer momento en que te vi. —Habló con voz cálida.
q lindo q es blas, lo adoro mucho pipipi.
probablemente existan errores de redacción, pero lo hice en 40 minutos dkakfjwk así que estoy conforme (de igual forma lo corregiré).
#la sociedad de la nieve#society of the snow#blas polidori#enzo vogrincic#matias recalt#lsdln x reader#x reader#esteban kukuriczka#fluff#pipipi
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💭 park seonghwa x lectora femenino.
warning: contenido sexual explícito, seonghwa sumiso.
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FLAME.
— y ¿por qué ellos no se pueden enterar de lo nuestro?, me resulta un poco injusto. si tu dijeras que me amas en público estoy seguro que algunos de mis problemas disminuirían considerablemente, es decir, ¿por qué me tienes que esconder? ¿es que acaso te avergüenzo?— seonghwa te preguntó tomando tu mano con delicadeza, lo miraste soltando un suspiro por lo bajo.
el aspecto del muchacho era de un completo nerd, sus lentes grandes y negros resaltaban más que sus hermosos ojos, la ropa bien planchada de la cual sólo querías arrancar y colocarte de rodillas, para hacerle disfrutarte como sólo tu podía hacerlo. negaste con la cabeza de inmediato acercándote a él para tomarlo de las mejillas y besarle los labios por un par de segundos cosa que provocó un tonto sonrojado en ambos.
— para nada, sólo que sabemos que si mingi se entera de esto va a querer matarte, por favor, sólo aguanta un poco, en lo que los presento y todo eso, sé que van a poder a llevarse bien. él no te molestará ni nada de eso, sólo debo hacer que se lleven bien, mi hermano no es un demonio así como parece.— abultaste tus labios suavemente acariciando sus mejillas con delicadeza, robaste un último beso en su boquita y éste asintió con la cabeza para poder abrazarte por la cadera.
— está bien, entonces te veo hoy en tú casa hoy, llevaré mis cuadernos de matemáticas así podemos estudiar para la próxima semana, espero que tu hermano no me odie, no quiero perderte.— confesó con una suave mueca en el rostro y tú sólo sonreíste amplio.
— no dejaría que nadie nos separe, mi amor, eres todo lo que quiero.— susurró dejando un último beso en sus labios, se despidió para poder salir de la estrecha sala de conserje en donde se escondían en los recesos de los días viernes.
caminaste por el pasillo pensando en la situación, no tenía muy claro que hacer con respecto a tu hermano mayor, mingi era uno de los chicos más populares de la escuela, un chico que se metía en problemas con todo y por todo, sus victimas siempre eran chicos de buenas calificaciones, callados y ordenados, todo lo que tenía seonghwa, tu novio, el cual mantenían una relación de ya casi siete meses, en donde la sala del conserje y las salidas a escondidas eran sus mejores aliadas.
las clases, por fortuna de ambas habían terminado pronto, te dirigiste donde mingi que te esperaba en la salida de la escuela, a pesar de que él iba en un curso menor que tu, parecía ir en el último, con su altura y rostro de pocos amigos intimidaba a cualquiera que se colocara en su camino.
— mmh, hoy vendrá seonghwa a casa, me está dando clases de matemáticas. así que por favor comienza a comportarte con él, no me gusta la manera en la que lo tratas, ya es molesto ver como le quitas las cosas o lo metes en problemas. — murmuraste aferrada a las mangas de tu sudadera, mingi te miró alzando una ceja, confundido y es que era la primera vez que te quejabas de la actitud que tenía en la escuela, normalmente no te entrometías en sus asuntos. — y lo sé, es raro, pero me está ayudando gratis y mínimo quiero ayudarlo con algo.— dijiste encogiéndote de hombros y el contrario sólo asintió con la cabeza.
— si, puedo hacer una excepción con él si te está ayudando con las notas, de todas maneras no estaré en casa, volveré el domingo, nuestros padres están al tanto, tengo entrenamiento de volley y campeonato en otra ciudad, así que no podré estar.— sonrió un poco dejando un beso en su mejillas para luego entrar a la casa.— así que cualquier cosas que ese niño con pinta de loquito te quiera hacer, llamas a la policía, ¿entendido? — dijo y asentiste.
oh, si tan sólo supieras que tu eras la desesperada por tenerlo dentro tuyo.
[...]
— hola, mi vida, traje mis libros de matemáticas, también unos apuntes que acomodé muy bien, así no se te haga tan difícil practicar los ejercicios, estoy seguro que te irá excelente, con un poco de estudio y listo.— sonrió amplio entrando a tu casa con la cabeza agacha, sin percatarse de que llevabas un bata de seda rosa pastel, el cabello un poco húmedo y un perfume tan fino que seonghwa frunció el ceño un poco alterado. — cariño, tu hermano puede verte así... yo, yo iré a la cocina, puedo esperar ahí.— murmuró rápidamente y negaste riendo por lo bajo, él era tan adorable que te encantaba muchísimo.
— mingi se fue, no llegará hasta el domingo, mis padres siguen en el trabajo... estamos solos, y tengo una sorpresa para ti, mi amor.— sonreíste tomándolo de la mano para llevarlo hasta tu habitación en donde habían un par de juguetes sexuales en la cama, el muchacho estaba tan sonrojado que te fue imposible no abrazarlo con cuidado por la cadera. — quiero agradecerte por todo lo que haz hecho por mi, hwa, me haz hecho la chica más feliz del universo, no hay día ni momento en el día que no piense en ti, sólo eres tu en mi vida y sólo tú.— dijiste retirándote la bata quedando completamente desnuda, el chico tragó y asintió con la cabeza sonrojado, por supuesto que no era la primera vez que lo hacían pero él seguía siendo tan tímido y adorable.
tomaste su mano para que se sentara sobre la orilla de la cama, agarraste una almohada colocándola entre medio de sus pies para sentarte de rodillas, bajaste la cremallera de su pantalón bajándolo junto a su ropa interior, tomando su miembro para masturbarlo lentitud mientras que tu boca se dirigía a su glande chupandolo y trazando circulos con la lengua. el muchacho antes de que pudiera tocarte negaste tomando una de las esposas de color rosado detrás suyo.
— mmh, no, tu no vas tocarme hoy, quiero satisfacerte por completo, mi amor.— dijiste tomando las manos del chico para juntas contra su pecho y colocarle las esposas dejándolo de manos atadas.
nuevamente te acercaste a engullir su miembro una y otra vez tratando de cubrir todo la extensión, sin duda al principio si era lo más complejo, es que el tamaño protuberante de éste ni siquiera te dejaba respirar de buena manera, acariciaste sus muslos cuando lo viste mover su cadera en contra de tu boca, sabiendo lo desesperado que podía estar por correrse, seonghwa no era como los demás chicos, él era ruidoso y gemía tan ronco que la húmeda en tu vagina sólo crecía más, bajaste tu mano por tu entrepiernas tocando tu vulva humedecida por solo pensar que iba a montarlo hasta que más no pudiera. lo miraste con fingida inocencia en el rostro y los ojitos llenos de lagrimas que caían de vez en cuando por tus mejillas.
— mierda, muñequita, sigue chupandome así, estoy por llenarte esa boquita de semen.— el semblante caliente y serio de seonghwa apareció y tu no hiciste más que meterte los dedos de forma rápida, a compás de la felación que le estabas proporcionando, a los cortos segundos sin previo aviso y con cierta maldad, él se corrió en tu boca totalmente excitado.— ven y pone ese culo enorme sobre mi, quiero que me montes, pequeña.
gemiste mirándolo y te sentaste sobre su regazo tomando su verga para alinearla contra tu vulva mojada, de un sólo sentón metiste todo dentro de ti, gimieron al mismo tiempo y empezaste a dar saltitos rápidos y muy constantes, tu vientre se lleno de cosquillas y subiste una de tus manos su boca cubriéndola.
— yo mando hoy, así que guarda silencio, mi bebé.— susurraste cerca de su oído sin dejar de dar saltitos sobre su miembro endurecido por completo, el chico estaba tan caliente que aprovechaste de dejar chupetones y marcas por todo su cuello hasta que lo tomaste de la nuca y lo acercaste a tus senos lo cuales rebotaban ante tal movimientos duros. seonghwa se llevó uno de tus pezones a la boca, chupandolo y lamiendolos de forma tan constante que lo miraste sonriendo.
mordisqueó lentamente estas zonas, incluso dejó una mordida sobre tu seno derecho que sin duda dejaría una marca terriblemente notoria, pero poco le importaba porque sabía que él era el único que podía ver aquello. lo miraste tomándolo de las mejillas entre suaves jadeos que se combinaban entre ustedes dos.
— dios, mi amor, voy a correrme, tocaste mi punto sin siquiera moverte.— murmuraste saltando sobre él tan rápido que la cama chocaba contra la pared a la par.
a unos saltitos más seonghwa se corrió en tu interior y tu te corriste a chorro. mojandole el regazo e incluso parte de sus manos, sonreiste ampliamente con la respiración agitada, soltaste sus manos robandole besos en los labios.
— mgh, mi amor, eso estuvo tan bien, estuvo fantástico. quiero... quiero continuar.— tomaste sus mejillas con delicadeza y él chico te agarró de la cadera para abrazarte, luego te recostó sobre la cama con rapidez colocándose entre medio.
— vamos a continuar cuantas veces tú quieras, mi amor.— dijo seonghwa.
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CAP 38 - VERDADES Y MIEDOS
|| ¡Vaya, vaya! Hola, Riley, querida || me saludó Adelaida || Si deseas decirle algo a Regina, puedes hacerlo frente a mí. Al fin y al cabo, somos familia; ella es mi prima || exclamó con seguridad. No podía negarlo, pero en ese momento me sentía un poco nerviosa, aunque traté de mantener la calma.
|| Eh... hola Adelaida, que gusto… || Respondí con tranquilidad || Pero ¿Crees que pueda hablar con Regina a solas? || De repente Regina se rio de mí.
|| Por favor, Riley, ¿quieres hablar a solas en este lugar? No conseguirás más privacidad que esta, querida. No quiero ser grosera contigo, pero no estoy de ánimos para nada... Así que deja de hacerme perder el tiempo y di lo que tienes que decirme || exclamó visiblemente molesta. Parecía un mal momento, pero debía hacer mis preguntas. Así que aquí voy.
|| Regina, quisiera saber por qué no te agrado || pregunté con ansiedad.
|| ¿Qué? ¿Por qué no me agradas? || exclamó Regina, sorprendida || Mira, sinceramente no entiendo tu pregunta, Lady Riley. Tú me agradas a pesar de tu estilo de plebeya neoyorquina. Aunque, honestamente, nunca te vi como la futura reina. Pero al ver a Liam tan enamorado de ti, me hice a la idea de que él te iba a elegir la noche de la Coronación y estaba preparada para aceptarlo y aprovecharlo al máximo. Por lo tanto, lo que pasó esa noche fue una sorpresa para mí || respondió Regina con aparente sinceridad. Abrí los ojos, completamente sorprendida y confundida. ¿Será que ella realmente tuvo algo que ver con el complot contra mí? O quizás está simplemente actuando como si no supiera nada. Regina notó mi actitud y continuó || Es verdad, aunque no deseo que confundas lo que quiero decir, porque sinceramente me alegra que Liam no te haya elegido || añadió Regina con una cruda sinceridad que dolió. Adelaida, al escuchar sus palabras, se rio y me dio un fuerte codazo.
|| ¡Es impresionante! Mi primita sabe cómo encantar, ¿no lo crees, Riley? || dijo Adelaida, con una sonrisa maliciosa. Pero antes de que pudiera yo contestar, Regina se adelantó con desagrado.
|| ¡Adelaida, puedo ser encantadora cuando lo necesito! || exclamó Regina, claramente perdiendo la compostura.
|| Por favor, prima, puede que sea así, pero supongo que no sientes la necesidad muy a menudo, ¿verdad? || respondió Adelaida, provocándola intencionadamente || Digo, no todos pueden estar tan relajados y espontáneos como tú cuando están rodeados de nobles ||
Era evidente de dónde había heredado Madeleine su lengua afilada. Adelaida logró su objetivo, pues Regina no parecía estar ni divertida ni cómoda. De repente, noté que la canción de los chicos comenzaba a apagarse. ¡Mierda! Tengo que averiguar algo más, hay tanto que quiero preguntar.
|| Regina, yo--- || intenté decir, pero fui interrumpida rápidamente.
|| Bueno, lo lamento mucho, pero será mejor que me vaya || dijo Regina, comenzando a alejarse. La detuve rápidamente.
|| ¡Espera, Regina! || exclamé con desesperación. Ella se detuvo y se volvió a mirarme, confundida || Si hubieras podido, ¿habrías hecho cualquier cosa para alejarme del trono o de Liam? ||
|| ¿Hacer algo? Riley, esa acusación es un poco fuerte, ¿no te parece? || exclamó, Regina quien me miró asombrada, abriendo los ojos como platos. Sabía que había sido atrevida y directa, pero no podía perder la oportunidad || Honestamente, no entiendo tus preguntas. Pero para contestarte con la verdad, yo hubiera hecho muy poco para detenerlo. Aunque Liam no sea mi hijo biológico, lo conozco lo suficientemente bien para saber que nunca hubiera respondido a mis intentos de hacerle cambiar de parecer. Además, ¿cuál es el punto de presionar demasiado si al final no lograría obtener ningún resultado? || Su respuesta me dejó aún más confundida. Parecía que Regina no tenía nada que ver con todo este lío. De repente, las últimas notas de la canción de los chicos se desvanecieron y los nobles rompieron en aplausos || Ahora, si me disculpan, estoy lista para dejar esta fiesta del té que, si me preguntan, ha sido bastante decepcionante. La única solicitud que hice a los proveedores de catering fue que se aseguraran de que mi pastel favorito estuviera listo para hoy, pero no hay ni un solo 'religieuse' a la vista. ||
Adelaida soltó una risa y comentó con desdén:
|| ¡Oh no... la fiesta está arruinada!... Bueno, Regina, no todos pueden tener el gusto impecable y las conexiones correctas, ¿verdad? || Regina, sin poder contenerse, le lanzó una mirada furiosa antes de darse la vuelta y marcharse. Me quedé allí, procesando todo lo que había escuchado, sintiendo que, aunque había obtenido algunas respuestas, todavía quedaban muchas preguntas sin resolver || No le hagas caso, Riley || dijo Adelaida con una sonrisa, mientras pedía otra bebida al camarero. || Ella siempre ha sido así. ||
|| No sabía que eran primas... || le respondí, sorprendida.
|| Lamentablemente, sí, pero a ella no le gusta hablar del tema. No es un gran secreto, pero Regina prefiere evitar mencionarlo. Para ser sincera, no me sorprendería que intentara mantenerlo en secreto. Siempre se ha creído mejor que yo, de hecho, mejor que el resto de la familia, y cuando se casó con Constantino, solo empeoró las cosas. || De repente, se tapó la boca con las manos, llena de vergüenza. || ¡Diablos! Probablemente no debería haber dicho eso. ||
|| Tranquila, no divulgaré nada de lo que escuché || le dije con una pequeña sonrisa.
|| Sinceramente, te lo agradezco. || Adelaida comenzó a mirar a su alrededor y notó que algunos nobles empezaban a irse. || Bueno, como dijo mi prima, parece que esta fiesta ha terminado, pero espero que hablemos de nuevo en otra ocasión. Ha sido un placer, Riley. || Me dio una sonrisa y un beso en la mejilla antes de irse, dejándome sola en una esquina.
De repente, sentí cómo una ola de pánico comenzaba a crecer en mí. ¡Rayos! El tiempo se me estaba acabando y no tenía ni una sola respuesta. Respiré hondo y miré hacia los chicos que se acercaban a mí. Vi a Maxwell lanzando besos a la multitud mientras se acercaba.
|| Gracias a todos, mis adorados fans || gritó a las personas que acababan de ver su actuación. Al llegar a mí, escuché a Drake suspirar aliviado.
|| Me alegro de que haya terminado. ||
|| ¡Chicos, fue una buena actuación! Me encantó || dijo Hana, uniéndose al grupo y presionando ligeramente la mano de Maxwell mientras le guiñaba un ojo.
|| Honestamente, me divertí || comentó Liam, dándole una palmada en la espalda a Drake. || Quién diría que Drake todavía tiene algunas notas en él. ||
|| ¡Gracias! Pero creo que es mejor si estos pensamientos se quedan dentro de mí... Muy rara vez salen a la luz, como en esta ocasión que fue necesaria || Dice Drake, tomando un vaso y sorbiendo su contenido. Sin duda, estaba lleno de whisky.
|| ¿Y tú, mi flor? ¿Tuviste suerte con Regina? || me pregunta Maxwell, expectante. Lo miro con un poco de decepción.
|| Podría decir que obtuve algunas respuestas, pero no estoy segura de que sean las que buscaba. Además, Regina no estaba de buen humor hoy || respondo con un poco de tristeza. En estos momentos, no estoy nada segura de quiénes podrían estar involucrados en esto, o incluso si Regina sabía lo que estaba pasando.
|| Tranquila, Brown, mañana te queda la ópera || me dice Drake con calma y entusiasmo || En ese evento tal vez la encuentres con mejor ánimo y puedas sacarle más provecho ||
Con sus palabras, gano un poco de ánimo. Puede que Drake tenga razón, pero no puedo evitar que el estrés se refleje en mi rostro. ¡Cielos, otro evento más al que debo ir sin tener idea de qué tipo de información obtendré!
|| Eso espero || digo, tratando de animarme. Liam se acerca y me abraza por el costado.
|| No te desesperes... Aún tenemos tiempo || me dice. Le sonrío, aunque escondo un halo de tristeza en mi interior. ¿En verdad tenemos tiempo? || ¿Por qué mejor no nos vamos de aquí? || Al escuchar sus palabras, mi rostro se ilumina. Liam me mira y sonríe al ver la sinceridad de mi emoción.
|| Liam, ¿en serio crees que puedas escaparte de las garras de Madeleine? || pregunta Drake mirando a Liam con una mezcla de preocupación y humor.
|| Por supuesto, esto era lo último en la agenda. Necesito un poc-- || Liam no pudo terminar su frase, ya que Madeleine apareció a su lado y lo tomó por el brazo con firmeza.
|| Querido, tenemos una reunión con los dignatarios franceses que acaban de llegar. Han accedido a vernos después de este evento, así que no hay que perder tiempo. Debemos irnos ahora mismo || exclama Madeleine con una autoridad que no deja margen para la discusión. Nos dirige una mirada que claramente indica que no aceptará oposición || Lamento tener que robarles al Rey || Luego vuelve su atención a Liam || ¿Vamos? ||
|| Claro, Madeleine... || Liam se vuelve hacia nosotros, su expresión cargada de una mezcla de frustración y resignación || Con permiso, todos, debo irme || dice, su voz temblando con un matiz de decepción que no puede ocultar. Nuestras miradas se cruzan un momento, y en sus ojos veo el mismo pesar que siento en el mío. Es como si la partida de Liam dejara un vacío en el aire, acentuado por la realidad de que nuestras esperanzas de obtener respuestas se desmoronan con cada paso que da hacia la salida. Mi corazón se hunde al verlo alejarse con Madeleine; el tiempo parece desvanecerse a medida que nuestras oportunidades se desmoronan. Cada paso de Liam hacia la puerta es un recordatorio doloroso de lo mucho que me queda por resolver.
Nadie dice nada; el silencio se adueña de la sala. Los miro a todos con una determinación que apenas oculta mi desilusión.
|| En ese caso, creo que lo mejor será retirarnos también. Estoy algo fatigada || digo, tratando de mantener la firmeza en mi voz, aunque esta traiciona un atisbo de desánimo.
De repente, me doy cuenta de que la atmósfera ha cambiado drásticamente; la conversación se ha apagado y los nobles comienzan a dispersarse lentamente. Drake me observa desde lejos, pero prefiero evitar su mirada, sumida en mis pensamientos y en el sentimiento de fracaso que me embarga.
Mientras me preparo para salir, el eco de la música y las risas que antes parecían animar la noche ahora solo resaltan la soledad que siento. Me detengo un momento para asimilar el peso de la noche antes de girar y dirigirme hacia la salida, con una sensación de desilusión que parece inevitable.
**
Al llegar al tren, la atmósfera era silenciosa. Cada uno se dirigió a su habitación sin decir mucho, como si intentaran evitar hacerme sentir aún más desolada. Aunque no era que nadie quisiera ignorarme intencionalmente, su reserva solo acentuaba mi sensación de soledad.
En mi habitación, me dispuse a descansar, pero la inquietud me mantenía despierta. Las horas pasaban sin que pudiera encontrar consuelo en el sueño. Me daba vueltas en la cama, atormentada por la falta de respuestas y por la ausencia de pistas sobre Tariq. El miedo a no encontrar las respuestas que buscaba me atormentaba.
Finalmente, decidí ir a la cocina en busca de un vaso de agua. Mientras caminaba lentamente hacia allí, noté que la luz estaba encendida, lo cual me pareció extraño. Al acercarme, vi una botella de whisky abierta y supuse que era Drake. Sin embargo, al entrar en la cocina, me sorprendió encontrar a Liam allí. Sentado en silencio, perdido en sus pensamientos, observaba su copa con una expresión pensativa. Llevaba puesto un par de jeans y un jersey celeste, su postura reflejaba una tristeza que resonaba con la mía.
|| ¿Liam? || pregunté suavemente, notando su estado. Él se sobresaltó y, al reconocerme, esbozó una sonrisa desorientada || ¿Qué haces aquí? ¿Está todo bien? || Le pregunte con curiosidad.
|| ¡Rileeeey! Mi amooor… Tooodo estaaa bieeen… || dijo balbuceando, sus palabras arrastradas por el alcohol. Me pregunté si estaba completamente borracho ya que nunca lo había visto así || Me alegro de po…poder veeeer…verte… Veeen, veeen sientaaate con…conmigo || añadió, señalando la silla a su lado. Me senté junto a él, preocupada por su evidente malestar.
|| Liam, ¿por qué estás tomando? || pregunté, tratando de mantener la calma mientras el pánico se apoderaba de mí.
|| Porrrqueee es la uniiiicaaa maneraaa de deeejjarr de sentir lo que sssiiiento… Yooo no queeeriia deeecirte nada peeero el tiem…empo correeee muy rápi…pido y aun no… No hay reeeespues…tas. No sé quiieeenn raayooos sea el cuuulpableee y meee aterrra eeelll sabbber qquueee misss padreeessss fuerooon los culpa…bles… Siii esooo fueraaa asi ¿Pooorque meee hicierronn estooo? Meee siento impoootennte y esto me tie…tiene mal ¿sabes? || exclamó Liam, hundiendo la cabeza entre las manos. Sus palabras estaban llenas de desesperación y confusión. Me acerqué más, sintiendo el peso de su angustia. Comencé a acariciar su rostro, tratando de consolarlo. Liam cerró los ojos y dejó escapar un suspiro tembloroso. La fragancia del whisky mezclada con su aroma natural llenaba el aire, un recordatorio doloroso de su estado.
|| Mi amor, no estás solo en esto || dije con ternura, aunque mi voz temblaba ligeramente || Es normal sentirse así; después de todo, son tus padres. Está bien sentirse vacío o triste. Yo me siento igual a veces, y la ansiedad puede ser abrumadora, pero tengo esperanza de que encontraré respuestas ||
Traté de sonreír, pero el miedo a no encontrar respuestas y la sensación de que todo lo que estoy haciendo podría ser en vano me atormentaban. Decirle lo que realmente sentía solo empeoraría las cosas. Liam abrió los ojos, buscando consuelo en mi mirada. La preocupación en su rostro se mezclaba con una profunda tristeza. Me sentía impotente, atrapada entre el deseo de aliviar su dolor y la dura realidad de nuestra situación. La conexión entre nosotros parecía ser la única ancla en medio de la tormenta que nos rodeaba.
|| Gracias, miii aaamooor… || murmuró, su voz apenas un susurro || No seeee qué haría siiiiin ti. Queeeee bueno que maaaaaaaantengas esperaaaaaanzas muñeca. Yo... yooooooo muchas veeeeeeeeeeces me dejo lleeeeevar por el miiiiieeeedo... Pero es queeeee teeeeengo tantas cooooosas encima. Pero el ma... maaaayor de mis miedos es peeeeerderte. No quieeeeeero terminar caaaaaasado con esa muuuuujer. Sé que no vooooooooy a ser feeeee... feliz... Riley, me niego a perderte || Liam tomó mi rostro entre sus manos, mirándome fijamente con una expresión de vulnerabilidad poco común en él || ¿Riiiley? || preguntó de repente, su voz cargada de inseguridad por el efecto del whisky.
|| ¿Sí? || respondí, con el corazón acelerado por la tensión del momento.
|| Tú... ¿Tú me aaaamas? || preguntó Liam, con una claridad inusual para alguien en su estado.
|| Claro que te amo, Liam, y lo sabes… || dije mirándolo fijamente || ¿Tú me amas? || Liam se rio entre dientes antes de responder.
|| Clllarrroo queeee yooo teee AMOOOO, Riley Broooown, y loooo sabeeees. Cooomo te diiije en la noooche de la coooorona…ción. Tú ereees la muuujer con la que quiero casarme. Quieeerooo queeee seeeass la maadreee deee misss hiiijosss… Y quie… quiero que seas soooolo mía || exclamó con gran sentimiento. Sus palabras me llenaron de nostalgia. ¿Qué pasará si ninguno de nuestros sueños se convierte en realidad? Sentí el fuerte olor a whisky en su aliento y apreté la nariz. Liam notó mi reacción y me dio un beso en la nariz.
|| Estás muy borracho, ¿sabías? Nunca te había visto así || le dije, pero él se rio.
|| ¿Yooo boorraaachooo? Nooo, esooo nooo es cierrrto… || exclamó, sonriendo. De repente, su mirada se posó en mí || ¿Sabiiiias que ereeees muuuy hermosa? ||
Ambos reímos un rato. Luego, Liam volvió a beber de su botella. Miré hacia un costado y noté que Jacob estaba vigilándolo. De lo preocupada que estaba, no me había dado cuenta de que estaba cerca. Me alejé de Liam y me acerqué a Jacob.
|| Jacob, ¿desde hace cuánto está así Liam? || pregunté, algo preocupada. Jacob me miró y sonrió.
|| Más o menos desde hace una hora y media, Lady Riley… Intenté convencerlo de que fuera a su habitación, pero no he tenido suerte || respondió Jacob, con preocupación en su voz || Por eso me quedé vigilándolo; nunca lo había visto así ||
|| Tienes razón, yo tampoco. Pero no te preocupes, ya veré cómo lograr convencerlo || le dije, luego tuve miedo al pensar que alguien podría haberlo visto || ¿Alguien sabe qué Liam está así? ||
|| No, señorita. Me aseguré de que nadie se acercara || dijo Jacob, con una sonrisa sincera.
|| Gracias || le respondí, y rápidamente comencé a prepararle un café bien cargado. Cuando estuvo listo, me acerqué a Liam y le quité la botella.
|| ¿Heeey? || se quejó él. Lo miré fijamente, frunciendo el ceño.
|| Liam, es momento de parar de tomar || le dije con firmeza, mientras le dejaba la taza de café frente a él || Tómalo todo, ¿ok? Jacob me dice que te estás portando un poquito mal, y tal parece que es así, ¿no? ||
|| Haaablaaareee contigooo luegooo || Dijo Liam mientras miraba a Jacob con reproche por mi regaño. Jacob solo alzó los hombros mientras que Liam me miró de nuevo || Ereeeesss muuuuy liiiidaaa cuaaaanddoooo te poneees maaandooona || dijo, y comenzó a tomar su café. Yo delicadamente acaricié su mano.
|| Ahora voy a limpiar el desastre que dejaste aquí mientras sigues tomando tu café, ¿de acuerdo? || le dije. Él asintió con la cabeza. Comencé a limpiar rápidamente, poniendo todo en su lugar para evitar sospechas. De repente, me di cuenta de que Liam me estaba observando. Levanté una ceja, colocando mis manos en las caderas y sonriéndole. Él me miraba fijamente.
|| Me encaaantas Rileeey… Estoooy sheeeeguro de que Madiiii no hicieeeera lo mismo que estaaaas haciendo tú pooor mii en estoooos momentos. ¿Daaaaaarme un cafeeeee? ¿Dejaar liiimpiooo miii deeesaaastreeee? Jamás se atreveeeería. Ella es tan, tan… || exclamó, y luego comenzó a hablar entre sí cosas que no logré entender. Solo le sonreí y me acerqué para que no hablara demasiado alto.
|| Shhhh… ¿Te parece si hablamos más bajito? || le dije, y él asintió con la cabeza. Terminé lo más rápido posible el resto de la limpieza, y tomé dos aspirinas y una botella de agua para dejárselas en su habitación || Muy bien, su Majestad, creo que es hora de irnos. Es momento de portarnos bien, ¿ok? Y más te vale hacerme caso || le susurré, mientras le hacía señas a Jacob para que me ayudara a levantarlo.
|| Riileeey ¿Meee dejaaas tooomarrr un poqqquiiit…tooo massss?… Pooor faaavooorrr, ya meee tomeee el cafeee pero quieeeroo massss whisskyy || dijo con ojitos suplicantes. Ante sus palabras, levanté una ceja.
|| Liam… No quiero que la gente sepa que el Rey de Cordonia estuvo borracho en una cocina de tren || Dije con firmeza mirándolo atentamente.
|| ¡Ooohhh! Sí, sí, tiiiienes raaazzonnn. Coooomo siempreeee tieneeees razooon… Y realmeeeente no queremos eshoooo || dijo Liam, mientras yo me reía y le ponía una mano en la boca para que bajara el volumen. Jacob lo tomó de un lado y yo del otro, y juntos comenzamos a caminar lentamente hacia su habitación. ¡Mierda! Siento que es mucho más grande y pesado de lo que imaginaba, y no sé por qué, pero lo percibo más musculoso. Agradezco la ayuda de Jacob, especialmente que nadie nos haya visto; de lo contrario, la gente podría haber sacado muchas conclusiones.
Al llegar a su habitación, Jacob me ayudó a poner a Liam en la cama. Sin embargo, Liam, en un movimiento inesperado, me arrastró a la cama con él. Jacob se asustó, pero intenté tranquilizarlo.
|| Jacob, tranquilo… Gracias por la ayuda. No te preocupes, yo me encargaré de Liam ahora. Me quedaré un momento con él y luego lo acomodaré para dormir… Gracias de nuevo || le dije.
|| ¿Está segura Lady Riley, de que no necesita mi ayuda? || preguntó Jacob, con preocupación.
|| Muy segura, Jacob. Puedes irte tranquilo || respondí con sinceridad.
|| Siiii, Jacooob, veeteee… Estaaamooos biennn || exclamó Liam, a lo que Jacob solo me miró con atención.
|| Ok… Con todo, estaré pendiente de cualquier cosa || dijo Jacob antes de salir de la habitación.
Una vez que Jacob se fue, me acomodé en el pecho de Liam y comencé a acariciar su cabello para ayudarlo a relajarse y quedarse dormido.
|| Es mejor que duermas, mi amor. Debes descansar || le dije, y de repente levantó la cabeza para mirarme fijamente.
|| Rileeeey, mi amooor… Neceeeesito pediiirte alllgooo… Un graaan faaaavor || me miró con ojos tristes.
|| Claro que sí, dime… Lo que sea para ti || respondí, sintiendo un poco de ansiedad ante sus palabras.
|| Pooor favoooor, siiii nooo llegamooos a essstarrr junntosss, nooo te cases nuuuunca con Drake. Yooo seee que él es geniiiial, pero yoooo te amooooo con tooodo mi cooorazón… No te enamooooores deeeee él… Si me lleeeego a casar con Madeeeleine, no quieeeero perdeeeerte, Rileeey. No seee qué voooy haceeer siiiin ti… || Liam exclamó, abrazándome fuertemente, mientras balbuceaba más palabras ininteligibles. Su voz sonaba cargada de preocupación, y nunca lo había visto tan tomado. Me separé de él y lo ayudé a acomodarse en la cama. Aunque su preocupación era palpable, yo sentía una tristeza profunda que no sabía cómo explicar.
|| Amor, no hablemos de eso ahora, ¿de acuerdo? No te preocupes por esas cosas en este momento. Lo mejor es que descanses… || le dije, mientras él me sonreía con ternura. Me acomodé de nuevo en su pecho, sintiéndome segura entre sus brazos. Deseaba permanecer así, en un refugio que parecía a salvo de cualquier dolor. Solé un suspiro y continué hablando || Liam, estoy segura de que aun tene… || Pero mis palabras fueron interrumpidas por sus ronquidos. Me levanté rápidamente, sorprendida de que se hubiera quedado dormido tan pronto. Pellizqué suavemente su mejilla, pero estaba completamente inconsciente, lo que me hizo reír. Me sorprendía verlo así; Liam, con el peso de tantas responsabilidades, parecía haber encontrado en el alcohol un escape momentáneo a sus problemas. Me levanté con cuidado, le quité los zapatos y lo tapé con una manta que reposaba al final de la cama. Le di un beso en la mejilla y me aseguré de que en la mesita de noche estuvieran el agua y las dos pastillas. Sabía que al despertar tendría una resaca considerable y probablemente se arrepentiría de lo que hizo hoy. Lo miré por última vez antes de salir de su habitación. Al salir, encontré a Jacob sentado cerca || Jacob, ¿por qué no vas a dormir? El rey está plácidamente dormido || le dije con una sonrisa y un guiño.
|| Me temo que no, señorita. Por seguridad, lo vigilaré un rato más || respondió Jacob.
|| Está bien. Gracias por todo. Que descanses || le dije.
|| Igualmente, Lady Riley. Que tenga una buena noche ||
Mientras caminaba lentamente hacia mi propia habitación, mi corazón estaba lleno, pero también dolorido. Sabía que Liam me ama y desea estar conmigo, pero su miedo a perderme lo consume. Aunque existe la posibilidad de que Liam termine con Madeleine, mi decisión de no estar con Drake va más allá de un simple dilema amoroso.
Aunque Drake es un hombre admirable, me doy cuenta de que mi conexión con él no es lo que realmente busco. Mi relación con Drake, aunque afable y respetuosa, nunca ha tenido la profundidad que comparto con Liam. Iniciar una relación con él sería no solo una traición a mis sentimientos hacia Liam, sino también una forma de engañarme a mí misma.
Me siento atrapada entre la lealtad que le debo a Liam y el reconocimiento de que mi corazón no está disponible para nadie más. Aunque Drake podría ofrecerme seguridad y una vida sin conflictos, no podría saciar el vacío que dejaría Liam. Sentiría que estaría forzando una conexión que no es auténtica, simplemente para evitar el dolor de la pérdida.
Además, mi sentido del deber y mis principios personales me mantienen firme en esta decisión. No puedo permitir que mis propios miedos y ansiedades sobre el futuro me lleven a tomar una decisión que no es justa ni para mí ni para Drake. Aunque él es una persona maravillosa, no puedo ser deshonesta con mis propios sentimientos.
Así que, mientras el tiempo sigue su curso, me aferro a la esperanza de obtener las respuestas que necesito y me resigno a aceptar que, aunque Liam pueda casarse con Madeleine, estar con Drake no es una opción viable. No puedo lastimar a Liam de esa manera y tampoco puedo comprometerme con alguien que no puede llenar el espacio que él ocupa en mi corazón.
@tessa-liam, @kingliam2019, @choicesficwriterscreations
If anyone else wants to be tagged, just let me know. I hope you enjoy this wonderful love adventure.
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Yandere Platónico Lucifer/Mephisto Pheles x Hija! Lectora: Escape(TRADUCCION)
Esto fue solicitado por un anónimo muy encantador, espero que te guste cariño ❣️
Solicitud: Hablando de los Headcanons yanplatónicos Lucifer/Mephisto. Como primero que nada: ¡TRABAJO INCREÍBLE! Pero en segundo lugar, ¿qué pasaría si ambos lectores lograran escapar de alguna manera? ¿Quizás usando sus propios poderes heredados?
Y cuando escapan, se unen al lado de los demás (por ejemplo, la hija de Mephisto se une a los Illuminati/Lucifer se une al Vaticano)
Género: Headcanons
Lector: mujer
Advertencias: (aquí vamos) COMPORTAMIENTO DE YANDERE, YANDERE PLATÓNICO, Escenario de escape, persecución, acecho (?) tipo de infantilización, DAÑO MENTAL, AISLAMIENTO, Manipulación, problemas mentales debido a todo esto, Mephisto es un psicópata y Lucifer NO ES MEJOR, POST LARGO, creo que es todo.
Yandere Platónico Mephisto Pheles
Es el "más fácil" de escapar.
No me malinterpretes, NO ES FÁCIL escapar de este hombre-demonio, pero definitivamente es mucho más probable escapar de él que de Lucifer.
más que nada porque te da motivos para escapar.
Si recuerdas la parte interna, Mephisto es un yandere muy condescendiente y molesto. No sólo eso, sino que en general usted y él tienen opiniones DEMASIADAMENTE diferentes sobre cosas diferentes.
ideología por ejemplo.
En este punto de tu vida, habiendo sufrido tanto por culpa de tu "padre" y solo recibiendo burlas de él, comenzaste a simplemente desear que todo lo que él disfrutaba MURIERA...
que los humanos murieron, que sus alumnos murieron, que todo lo que el "hombre" podía amar o querer quedó completamente DESTRUIDO.
pero sabías que más que amar algo en específico, "amaba" el caos que generaba la humanidad, eso fue lo que lo mantuvo por tanto tiempo del lado del Vaticano.
Querías alejarte de él, pero sobre todo querías hacerlo SUFRIR. Ya no importaba si lastimabas a alguien en el proceso, sólo querías verlo herido, desesperado, ROTO como él te rompió a ti.
Entonces, con esta mentalidad, hiciste un plan para escapar.
Tomó mucho tiempo tener la oportunidad perfecta para que se cumplieran todas las condiciones de este plan, pero afortunadamente pudiste tener paciencia y, sobre todo, no dejar que tu padre se enterara.
Aunque para ser honesto, sabías que probablemente él ya tendría una idea, pero tenía curiosidad sobre lo que harías.
Usaste esto a tu favor y aprovechaste la primera oportunidad que tuviste para huir.
AHORA, lo que no esperabas era que aparentemente Mephisto no estuviera detrás de ti... era sospechoso por decir lo menos.
Así que te pusiste manos a la obra buscando a la ÚNICA persona que sabías que estaría a tu lado. la persona que tu padre intentó ocultarte.
Lucifer.
Lo más probable es que ya supiera los conceptos básicos de quién eras gracias a Shima, quien te dio información sobre tu "situación".
(es probable que incluso te hayas aliado con Shima para escapar y gracias a él sabes de los Illuminati)
pero fue un poco sorprendente cuando acudiste a ÉL en busca de AYUDA. Fuiste a buscarlo precisamente porque ya no te importaba lo que pasaría con los humanos, querías creer en los Illuminati.
incluso si fuera solo para lastimar a Mephisto. Pero ya no te importaba.
Lucifer quedó bastante intrigado por esto, ya que sabía que no eras un espía, y tus posibles poderes heredados de Samael podrían serle de gran utilidad.
así que te tomó bajo su protección sin pensarlo mucho, de la misma manera, si terminas siendo un espía, será mejor que te mantenga cerca.
Mientras tanto, Mephisto ya estaba preocupado de no poder sentirte cerca por un tiempo, así que fue a buscarte a los lugares cercanos a la escuela.
en edificios cercanos? nada.
¿Más dentro de la ciudad? ni rastro de ti.
¿Incluso el Vaticano? sin dejar rastro.
Ya se estaba impacientando y seriamente preocupado. ¿Qué diablos estabas haciendo? ¿Adónde habías ido?
De mala gana pidió al Vaticano un favor para ayudarle a buscarte, cosa que hicieron pero fue lo mismo, no hubo nada.
Mephisto comenzó a tener Ansiedad, e imaginó los peores escenarios: ¿tal vez estás usando tus poderes y por eso no pueden encontrarte? ¿Qué pasa si acabas mal por no saber utilizarlos? ¿O si algún demonio te ataca?
Mientras Mephisto está angustiado y parece loco por ti, honestamente no podrías estar mejor.
Aunque Lucifer es alguien neutral y muy estoico, al menos entiende que después de estar con Samael, debe ser cauteloso contigo para ganarse tu confianza. por lo que te brinda mucha más libertad de la que jamás imaginaste con Mephisto.
Shima saldría contigo a donde quisieras, los Illuminati te daban lo que querías, pero lo que más apreciabas era que te trataran (más o menos) como a un IGUAL, no de manera despectiva o condescendiente.
Gracias a esto tomaste mucho cariño por tu "tío", a quien incluso veías como un "salvador" por dejarte ser y alejarte de tu padre.
y sorprendentemente Lucifer empezó a encariñarse contigo.
No lo notó de inmediato, pero fue algo bastante inusual para él, pues se dio cuenta que poco a poco empezaste a preocuparte más por ti, tu seguridad, tu vida en general era preciosa para él, no sólo por su plan. .
Encontró curiosa, cuanto menos, tu determinación de hacer sufrir a tu padre, pero apropiada, parece que en general los hijos de los demonios están destinados a odiar a sus padres. Él entiende eso.
y a diferencia de Mephisto, Lucifer nunca te subestimó, pudo ver que tenías poca experiencia, sí, pero tenías una gran determinación por mejorar y hacer las cosas bien.
Te animó sutilmente a descubrir más sobre tus poderes demoníacos y definitivamente se sintió muy orgulloso cuando demostraste ser bastante fuerte. incluso para los estándares demoníacos.
Tú y él podrían incluso tener ciertas aficiones en común, como leer.
Incluso cuando está enfermo lo tratas con mucho respeto, pero sobre todo tienes una gran lealtad hacia él, él lo puede reconocer.
Si Lucifer se convierte en un Yandere platónico en este caso, puedo verlo siendo mucho más sutil acerca de sus tendencias, principalmente porque sabe que viniste a él buscando HUIR de ese tipo de comportamiento.
Generalmente es sorprendentemente suave contigo. Quiero decir, tan suave como puede ser un demonio. al menos te manipula menos de lo que lo haría el platónico Yandere Lucifer normal.
Si estás con él cuando Lucifer declara la guerra a la Verdadera Cruz, ten la seguridad de que Mephisto al menos resultará herido por la situación.
Por una vez en mucho tiempo se siente impotente, porque vuelves a estar a su alcance, estás bien, pero no puede ir contra Lucifer ni siquiera en su estado deteriorado, le enoja pero sobre todo le DUELE saber que has decidido. huir de él y correr hacia él. Lucifer.
Tal vez incluso bromee sobre el dolor: ¿puedes ver que está sufriendo, y honestamente? vives para ello.
Una parte de ti quiere poder echar sal en la herida de Mephisto, decirle lo feliz que eres y no estar atado a él y sobre todo, "¿Cómo se siente? ¿No se siente bien tener cosas fuera de tu control? y lo hará, ¿no es así?" ¿como esto? ¡ASÍ TE SIENTES! ¡IDIOTA!” Pero no te atreviste, simplemente le diste la sonrisa más arrogante que jamás te había visto darle.
que de alguna manera termina siendo mejor.
Definitivamente puedo ver a un Mephisto considerablemente deprimido después de esta revelación, aunque sabe que tiene la oportunidad de "recuperarte" por primera vez, no está tan seguro.
Mientras tanto, tú solo planeas el próximo golpe con tu tío Lucifer :)
Yandere Platónico Lucifer
Oh chico, tuviste MUCHA SUERTE por escapar de este psicópata.
Lucifer es el paquete completo, delirante, sobreprotector, manipulador, etc.
La principal diferencia que tiene con Mephisto es el hecho de que, a diferencia del caso anterior, no sabías que estaba mal hasta hace poco.
Lucifer precisamente te crió para que normalizaras sus conductas tóxicas y no tuvieras la necesidad de huir cuando lo veía como algo normal o incluso bueno, porque hizo todo esto porque “te ama”.
pero cuando despertaste tus poderes, fue cuando Lucifer entró en su fase más obsesiva, queriendo asegurarse de que no te pasara nada, puso muchas más restricciones.
Incluso consideró seriamente quitarte tus poderes de alguna manera, sin importar cuánto le rogaras que no lo hiciera, porque sabía que esos poderes podrían ayudarte a alejarte de él.
Fue entonces cuando notó las "banderas rojas" más fácilmente.
Lucifer cree firmemente que todo lo que hace (mentirte, aislarte, intentar quitarte poderes para evitar escenarios de Escape, etc.) es por TU BIEN, se niega a reconocer que está siendo egoísta o mal padre.
Fue un shock, fue triste, te hizo sentir muy perdido. pero sabías que no podías quedarte y dejar que tu padre te quitara la poca libertad que habías adquirido.
Generaste una ruptura masiva con tus poderes mientras tu padre estaba fuera, fue apresurado e imprudente, pero lograste huir lo más lejos posible.
y sabías perfectamente con quién podías ir ahora. Aunque no supieras si te ayudaría, no es nada.
Mefisto Feles o Samael.
Sabías que tu padre quería reclutarlo para su plan de unir a Assaih y Genema, pero era muy poco probable que se unieran, ya que Mephisto y tu padre tenían ideologías muy diferentes.
Eso te dio algo de esperanza.
Cuando llegaste a True Cross Academy, simultáneamente Lucifer regresó a la base Illuminati y encontró el desastre que dejaste, SIN TI ALLÍ.
Lucifer se volvió loco buscándote por cada rincón de la base esperando que todavía estuvieras allí, en vano.
Decir que estaba muy preocupado y asustado era quedarse corto.
Inmediatamente ordenó a todos los que aún podían caminar que fueran tras de ti, los que "te dejaron escapar" fueron asesinados y él mismo fue a buscarte con hombres de confianza.
Mientras tanto, estabas nervioso porque estabas ansioso de que tu padre apareciera de la nada para arrastrarte de regreso a la base de los Illuminati.
Cuando llegaste a la Academia True Cross, varios profesores y exorcistas de alto nivel vinieron a interrogarte, ya que era raro que un Nephelim tan poderoso fuera a la academia.
Pero en cuanto apareció Mephisto decidió que él se encargaría del asunto de ahora en adelante. salvando tu pellejo.
Aunque no fue saludado, quería saber qué hacías allí o si Lucifer estaba cerca. Cuando le explicaste el motivo por el que estabas allí y él comprobó que no mentías, Mephisto pareció un poco más tranquilo.
Resulta que él sí sabía de tu existencia, pero precisamente por las tendencias sobreprotectoras de Lucifer, nunca llegó a conocerte realmente, aunque eso le parecía bien debido a su ya de por sí mala relación.
Mephisto decidió que te quedarías con él sólo porque eras familia, y sinceramente al principio fue extraño.
más que nada porque nunca te impuso nada como Lucifer, aparte de que MUY ABIERTAMENTE reconocía que no era un sujeto digno de confianza.
Podías hacer prácticamente lo que quisieras siempre que alguien más estuviera contigo por seguridad.
cosas de las que te habían privado a causa de tu padre, por ejemplo. ensuciarse, tener acceso a internet, usar más ropa que no fuera de colores pasteles, comer cosas con alto contenido de azúcar, gluten o grasas, cosas COTIDIANAS.
Y lo más importante es que Mephisto estaba dispuesto a escucharte, más o menos.
Te trataba como a un niño, sí, pero de una manera amigable y burlona en lugar de exigente y estoica.
Te encariñaste con ese hombre muy rápidamente, no sólo porque era tu tío y aparentemente tu salvador, sino porque REALMENTE disfrutabas de su compañía.
Mephisto cree que tus poderes son muy interesantes, por lo que incluso puede enviarte a entrenar con Rin para 1-hacer más amigos y 2-desarrollar tus habilidades (y tal vez ser útil contra tu padre).
aparte de que se ríe de ti cariñosamente cuando fallas estrepitosamente en una tarea. No te preocupes, al final te echará una mano.
Por razones de seguridad, no conoces a mucha gente, por lo que pasas mucho tiempo con Mephisto, lo cual es gracioso porque él pasa su tiempo haciendo chistes HORRIBLES o juegos de palabras que te hacen reír.
El chico es un bufón ambulante, definitivamente le gusta jugar contigo en su forma de perro o salir a caminar contigo diciendo tonterías.
Mephisto se niega a admitir frente a ti que te ama, pero en cuanto está con otra persona empieza a presumirte como si fuera tu padre xd
Si se convierte en un yandere platónico para ti, definitivamente puedo verlo como muy infantil y muy pegajoso, pero no tan aislado como normalmente sería.
Sabe jugar bien sus cartas cuando se trata de ti.
Cuando Lucifer finalmente descubre a través de Shima que estás con Mephisto, el hombre está rompiendo cosas con ira, creyendo firmemente que Mephisto de alguna manera te manipuló para que lo dejaras.
y nadie se atreve a decir lo contrario.
Cuando va a declarar la guerra a True Cross Academy, y ve que estás ahí, más que nada se siente...triste, porque en ese momento realmente te necesita, esperaba que estuvieras DE SU LADO cuando él Hice esto, pero no. Él sabe que te obligó.
Él sabe que lo que te hizo estuvo mal.
¿Pero dejará de intentar recuperarte? nunca.
Él sabe que incluso si perdió una batalla contigo, ganará la guerra y te llevará a casa con él.
Hasta entonces, es bueno que estés del lado de Mephisto, él no te juzga por seguir amando a tu padre de cierta manera. Él es su hermano después de todo.
Antes de regresar, Lucifer sólo te lanza una mirada triste y un "te amo" apenas audible para el ser humano promedio.
pero lo escuchaste.
Ver de nuevo a tu padre te hace cuestionarlo todo. parte por el verdadero amor que le tienes como padre, parte por su manipulación durante tantos años para justificarlo.
Honestamente, resalta el lado más suave de Mephisto.
Decide que va a intentar consolarte de una forma “normal” según sus estándares, es decir, sin forma de perro, sin bromas ni trucos, simplemente estando ahí para ti.
Definitivamente le tomaste simpatía rápidamente, pero bueno, ese es el encanto.
Gracias por leer❤️
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¿Amor o amistad? Parte 48
Al final no pudo decir que no, así que informó a Alphys de que el rey quería las cámaras de la zona específica de Hotland apagadas, no dijo porque, simplemente dijo que era una orden y que no había necesidad de preguntas. Claramente iba a negarle cualquier tipo de información a su pequeña pero revolucionada asistente, ya tenía bastante material para escribir y suficiente imaginación como para que encima tuviera la oportunidad de ver en directo.
No, no iba a pasar nada más que disfrutar un poco el tiempo allí, no iba a seguir las ideas de una mocosa atrevida, aún si en cierto modo no le molestaría del todo si algo pasaba. Agitó la cabeza repetidas veces muerto de pena al notarse a sí mismo imaginando cualquier situación; suspiró por lo bajo, Asgore preparó todo en un bolso mediano para ambos, un segundo cambio de ropa que había conservado del primer mes donde lo cuido prácticamente todos los días, dos toallas grandes, bueno, grandes para él, no para el rey.
Asgore se tomó también la molestia de preparar algo sencillo de comer, para el camino o para hacerlo después de entrar, justo después de avisar a un centinela de que necesitaba la zona sin nadie, ya que quería “probar” que tan bien servía el agua termal con el doctor. Gaster no estaba muy a favor que la guardia real supiera, pero poco podía quejarse, si no, podrían encontrarlos en mal momento mientras estuvieran en el agua.
Antes de cualquier queja, Asgore lo levanto en brazos para poder ir por New Home.
—S-Soy perfectamente capaz de caminar majestad.
—Estás empezando a cojear, te bajare en el barco, solo sostén la canasta mientras.
El científico refunfuño, más no podía hacer nada una vez que lo cargaba, no es que no podía llevarle la contra, podría, pero sabía que era para tener una discusión que no iba a ganar y solo terminarían yendo de todos modos de mala gana porque ya habían ordenado todo; cuando vio el puerto suspiro con cierto alivio en el momento que lo apoyo en el asiento a su lado.
—Majestad, ¿está bien hacer todo esto?
—Necesitas relajarte un poco, si termina no siendo de tu agrado te regresare a casa.
—Supongo que es un buen trato.
Fueron tranquilamente por el trayecto del río hasta Hotland, donde Asgore lo llevo de nuevo en sus brazos aun cuando Gaster “podía” caminar, prefería no arriesgarlo a que dañe lo que se está curando lentamente, no es que se curara tan lento como los humanos, esas lesiones eran severas pero los monstruos podían curarse mucho más rápido, y su pareja lo haría si no fuera tan terco de forzar sus tobillos y rodillas en momentos innecesarios.
Una vez llegaron, Asgore lo dejo sentado en una roca media, para luego soltar la bolsa justo a su lado, Gaster lo miró ligeramente nervioso, no es que no viera su cuerpo ya quien sabe que cantidad de veces, es solo que hacerlo al aire libre, podría decirse que lo ponía un poco nervioso, por si algún monstruo se colaba a la zona por no llegar a oír la orden del rey.
—¿Te sientes nervioso? ¿No has vuelto a venir?
—Pocas veces, no he vuelto desde que mi cuerpo cambio.
—Podríamos venir más si te gusta cómo se siente ahora.
—A decir verdad, espero no terminar quemado.
—No es tan caliente como uno esperaría.
—Le tomare la palabra.
Sin mucho que decir, Asgore le dejo su espacio para poder desvestirse y a regañadientes lo dejaría meterse solo a las termas, como no eran muy profundas Gaster podía permitirse agacharse y entrar con cuidado; al final confirmó que el rey no mentía, las aguas estaban a una temperatura ideal para relajar los músculos. Luego de un minuto o dos, Asgore entro también a las aguas.
—¿Está en su punto verdad?
—Debo admitirlo, se siente realmente agradable.
—Igual luces un poco tenso todavía, nadie vendrá a ver Dings.
—Se que no, pero debe entender que aún estoy muy paranoico.
—Bueno, si alguien de todos modos viera, dudosamente le creerían.
—Si, se de eso, todos creen…. como sea.
Hundió la cabeza hasta que solo el hueco de su nariz y cuencas fueran lo único que se notara, claro que todos creían que el rey aun esperaba con esperanzas que la reina regresara, incluso sabiendo que eso no era así ya, sabía que probablemente le alegraría volver a verla, a veces esos pensamientos intrusivos le arruinaban el día o la semana entera hasta volver a ver a Asgore en los informes o en sus citas.
—¿Estás celoso? —Gaster lo miró de reojo y negó con la cabeza. —Sabes que eres un pésimo mentiroso cuando estás fuera del trabajo.
—Ugh —se enderezo un poco —no estoy celoso.
—¿Seguro? —le atrapo el mentón —te cuesta mucho mirarme a la cara cuando algo te molesta y no me lo quieres decir.
—Quizá… solo un poco. —Refunfuño inflando las mejillas.
—Oh vamos —lo jala para que se ponga sobre él.
—¡¿A-Asgore?! —lo mira un poco aturdido por la sorpresa.
—Te amo.
Asgore sonrió al verlo enrojecer por completo, terminó por pegarlo contra él para poder besarlo, adoraba ver su cara avergonzada, solía no decir demasiado aquellas dos palabras por costumbre con Toriel, que a veces lo sentía demasiado pegajoso y aún tenía un poco de reserva con su actual pareja, pero eso lo hacía más divertido, lo decía con poca frecuencia solo para que no se acostumbrara y sorprenderlo.
—A-Ah… e-es peligroso Asgore…
—Oh, no lo es, estamos solos tú y yo.
—P-Por favor…
—Oh, está bien, está bien —rio suave, soltándolo despacio. —¿Te parece hablar un poco?
—Eso suena bien.
Gaster suspiró un poco más relajado, con la pequeña charla de antes, no habían tenido su actualización de la semana, sobre todo saber cómo iban sus niños con sus tareas, que nueva cosa se le había ocurrido a Undyne para mantener a Papyrus entretenido, que nuevas creaciones culinarias había experimentado, donde Sans había caído dormido que fuera nuevo y tonterías varias, cosas cotidianas. También otro tema un poco más delicado.
—¿Qué tal la rehabilitación en casa?
—Se puede decir que bien, aunque Undyne tuvo que venir a explicarle a Papyrus que hay movimientos que ya no puedo hacer.
—Oh, ¿tomo mucho que entendiera?
—Bueno, un poco, lo teórico nunca fue lo suyo y enseñárselo de forma práctica no es una opción en mi estado.
—¿Entonces? No creo que se quede de brazos cruzados.
—Él hace la mitad de las curaciones, aplicando magia verde para sanar parcialmente mis rodillas, yo me encargo por mi cuenta de los ejercicios y de vendar adecuadamente mis tobillos, Sans a veces viene a ver que todo esté en orden, diría que me vigila un poco.
—Conociendo como velas por tu salud, no sería una sorpresa.
—¡Hey!
—¿Me lo vas a negar justo a mí Dings?
—Ugh… —desvió la mirada —puede que no sea un fanático de cuidar de mí mismo, pero no podría ni trabajar si no hago los ejercicios.
—¿Cómo sientes las piernas ahora?
—Han ido mejorando, a paso lento supongo —miró un poco el agua —las termas relajan bastante los músculos también, que complicado tener un cuerpo blando.
—Te acostumbraras —sonríe suave —¿Puedo ver que tal vas?
—Oh, supongo, deje que suba al borde.
Se levantó con cuidado para poder sentarse, dejando un poco sus pies aun remojándose en el agua, Asgore tomó gentilmente una de sus piernas para levantarla un poco, al menos podía decir que las marcas de las rodillas habían prácticamente desaparecido, pero las de sus tobillos se resistían a irse por completo, y ni siquiera tenía que mirar demasiado para no saber que las de sus muslos nunca se irían, ese marcador perverso, de ambos lados, un total de veinte marcas de líneas.
—Majestad… —junto las piernas.
— Oh, ah, lo siento, sé que no te gusta tenerlas al descubierto.
—No es algo que pueda evitar en ciertos puntos, las tendré para siempre probablemente.
—Fueron cortes profundos, —separa suave sus piernas, sin abrirlas demasiado. —¿Has pensado que hacer con ese bastardo?
—Tengo… muchas ideas, muchas de las cuales no estará de acuerdo.
—Haré la vista gorda, sé que seguramente quieras torturarlo, así que no me digas lo que piensas, solo hazlo cuando te sientas listo para verlo cara a cara.
—Aún tomara un tiempo, intente ir con la escolta de Undyne, pero…
—Me dijo, vomitaste en la puerta antes de poder entrar, aún no estás listo.
—Me pregunto si alguna vez lo estaré ugh… —se llevó una mano al vientre.
—Oh, ¿estás bien? —le acerca una mano al vientre.
—Es solo… que cualquier cosa relacionada con él hace que mi vientre duela…
—Oh, ven aquí.
Salió del agua también para sentarse a un lado y pasar la mano por su pecho mientras le sostenía con la que tenía libre, como otras veces que vio, su alma mandaba esas señales mágicas dolorosas para que dejara de pensar sobre ello, sobre lo que paso, si bien volvió al pasado, su cuerpo, alma y mente lo tenían muy fresco como si hubiese pasado de nuevo de todos modos, besó suave cerca de sus labios, mientras iba mitigando lentamente el dolor.
—Siento arruinar nuestra salida…
—Yo no debí mencionar nada en primer lugar —restriega la cara contra la suya —sabes que, si duele o lo que sea, puedes decirme siempre y haré que se vaya.
—Lo sé… —respiró aliviado —Asgore…
—¿Estás mejor? ¿Sigue doliendo?
—Estoy bien, no se preocupe… —se apoya un poco en él.
—¿Pasa algo más? Sabes que te escuchare.
—No, está bien así…
Asgore lo miró un poco y termino por ponerlo sobre una de sus piernas para poder abrazarlo cómodamente, claro que notaba que algo rondaba la mente de su pareja, cada que “eso” medio intentaba salir, él lo escondía, no quería presionarlo por el momento, aún estaba bastante estresado en todos los sentidos por lo que paso. Notó a Gaster quejarse un poco de nuevo por el hecho de que podrían verlos, pero siendo sinceros él no quería soltarlo todavía, no hasta saber que realmente su alma estuviera calmada.
Después de quizá un minuto, el científico se rindió y se acurruco contra él.
Lo mantuvo un rato más contra él hasta que su alma dejo de sentirse tan inquieta de forma negativa, también, que el calor del lugar hacía un poco más difícil mantenerse juntos, así que se separó suavemente, solo teniendo ambos el agua hasta casi las rodillas, ya habían pasado bastante rato en las termas, quizá un poco más de lo que cualquiera recomendaría, así que solo estuvieron unos cinco minutos más antes de levantarse para ir a secarse y volver a vestirse.
Miró un poco al otro cuando ya estaba listo, notando que estaba un poco en las nubes, si se podía decir de esa forma, quizá demasiado distraído o pensando demasiado, se dijo a si mismo que no iba a presionarlo, pero claro que la curiosidad era una mala consejera a la par de insistente. Respiró hondo antes de acerca una mano a su hombro para hacer que lo mire.
—¿Asgore?
—Dings, sé que dices que está bien, pero siento que hay algo que te ha estado molestando, ¿si me has dicho antes todo?
Pudo notar como se ponía rojo completamente y volteaba la cara, inquieto de quien sabe que ideas que cruzaban por su cabeza, pero eso solo avivaba su mala curiosidad, así que espero un poco a ver si tenía el valor de contarle que estaba molestándolo.
—N-No es…. no es algo que… haga… quiero decir… —mantenía la mirada desviada.
—Puedo notar que algo ronda tu mente, pero no podré saberlo hasta que me lo digas, como todo lo anterior Dings.
—N-No es… ah… —suspiró rendido —es… sobre algunas sensaciones que tengo…
—¿Sensaciones? —lo miro confuso.
—Sobre… lo que paso con Jack, q-quiero… borrar como se sienten, o la palabra sería reescribirlas.
—¿Puedes explicarme eso?
—Yo… quisiera… bueno… —desvió la mirada —la sensación en mi boca s-suele volver en los terrores también, o en mi vientre cuando… él…
—No pienses en ello, volverá a doler —le levantó suave el rostro —lo siento, estoy presionándote demasiado.
—No…—lo miró intranquilo —Asgore… quiero sacar esto de mi mente… dejar de sentir que sigue profanándome incluso en sueños… —tembló ligeramente.
—Puedo imaginar eso —le acaricia suave las mejillas —ah, siento que es muy pronto, aun así, si tú sientes que podemos ir más lejos, lo intentaremos.
—Hay… ¿hay posibilidad de intentarlo… ahora?
—¿No te oponías a hacerlo aquí como insinuó Undyne?
—¡N-No aquí! —sintió su cara arder. —S-Solo digo… i-ir a su hogar.
—Bueno, también podríamos ir al laboratorio, estará bastante desolado a esta hora ¿no?
—¿A-Allí? P-Puede que Alphys esté despierta…
—Podemos probar suerte, además si quieres ir un poco más lejos sería bueno que te prepare y sé que aún escondes el lubricante en tu escritorio.
—¡¿A-Aún recuerda eso?!
—Oh vamos Dings, lo hicimos bastantes veces allí.
—S-Se que sí, p-podríamos solo ir por el frasco.
—¿Seguro? Luces muy… impaciente. —No pudo evitar sonreír divertido.
—Y-Yo… ah —se cubrió la cara, completamente apenado.
Asgore tomó las cosas antes de llevar a Gaster de la mano para ir en dirección al laboratorio, que estaba relativamente cerca por lo que permitió que él caminara ese trayecto, no le tomó más de un par de minutos antes de llegar a la parte trasera del laboratorio, por donde estaba más cerca la oficina del científico. El rey lo termino por llevar en brazos cuando lo vio apoyarse en las paredes, como solía hacer, intentó hacerse el fuerte intentando no mostrarle que sus piernas no estaban bien para caminar tanto como quisiera.
Lo llevó al lugar para poder sentarlo en el sillón.
—Sabes que puedes decirme que no quieres hacerlo aquí. —Le miró de reojo mientras iba a cerrar la puerta con seguro.
—Ah —lo miró avergonzado —s-solo me preocupa que no estemos solos.
—¿Seguro? —se siente a un lado y le toma suave de las manos. —Quiero saber… ¿no te estas presionando a ti mismo?
—Yo… —levanto la vista, inquieto —quizá un poco… solo quisiera poder disfrutar como antes de que todo esto pasara…
—Cada ser supera las cosas a su manera, aunque debo decir que forzarte a superarlo rápido podría no salir tan bien como quieres.
—Lo sé Asgore, es solo que… mi libido sigue casi intacto.
—¿Oh? —lo miro curioso de aquel dato —bueno, muchas veces te quedas conmigo para tener un rato más íntimo, así que no es que me sorprenda.
—Es que cuando pasa… suele doler al poco rato si no hago algo… —murmuró por lo bajo, apenado. —Intento mantenerme en el trabajo, pero a veces pasa de todos modos.
—¿Desde cuándo pasa?
—Desde mi celo, pensé que mi libido se apagaría un tiempo por lo sucedido, no fue así…
—También me sorprendió un poco que aún quisieras… bueno, no es que fuera algo que me molestara —le besa los dedos.
—Yo… ¿debería intentar contenerme?
—No, solo será más doloroso, —miró a otro lado.
—¿Asgore? —Intento verlo a la cara.
—Ah, lo siento, solo divague un momento.
—Puedo suponer que lo dice por su celo.
—Ugh… ¿tal vez? En todo caso, no quisiera que terminaras reprimiéndote tampoco, ninguno de los extremos es bueno.
—Entonces… me permitiría probar… algo por mi cuenta…
—¿Oh? Adelante Dings.
Nerviosamente, el científico se puso un poco sobre el rey apoyando las manos en el pecho, haciendo que este se sorprendiera un poco, pero por mera curiosidad y sobre todo por mantener tranquilo a su pareja, dejó que siguiera hasta donde se sintiera cómodo en lo que trataba de intentar. Gaster se notaba bastante indeciso al principio, pero al final termino por empezar él un beso, lamiendo tímidamente los labios de Asgore, como si pidiera permiso; el rey le permitió hacer aquel acercamiento más intenso, tanto como pudiera hacerlo, él intento torpemente jugar con sus lenguas como lo hacía el rey cuando tomaba todo el control y claro que el otro que notó un poco de magia en aquel beso. Asgore no podía negar que tenía una gran tentación de tomar el mando, sin embargo, quería ver que tan lejos podía llegar su tímido científico.
Pasado solo un rato separó sus bocas, notándose bastante apenado.
—A-Ah yo… ah… —balbuceo nervioso.
—Ha sido una sorpresa, es la primera vez que tomas un poco de control —lo atrae de la cintura —también estabas intentando usar tu magia, ¿me equivoco?
—Y-Yo uah… —lo miro avergonzado —l-lo siento…
—Oh, no me molesta en absoluto, es lindo verte atrevido, —le pego a él —aunque creo que deberías practicar un poco lo de tu magia, ¿quieres hacerlo como yo cuando lo hago en celo?
—A-Ah, s-solo q-quería p-probar… si funcionaba.
—¿Quieres provocarme como yo lo hago contigo? —no pudo evitar sonreír divertido.
—N-No, yo… —sintió la magia acoplarse en su cara.
—Está bien Dings, —lleva su mano libre a la mejilla —debo decir que es una faceta tuya difícil de ver.
—A-Ah… —se apoyó en su mano, sin verlo.
—Rara vez te aventuras así.
—¿Es demasiado?
—Por supuesto que no, en todo caso yo te diría si es mucho —le besa suave —¿Qué tal si sigues? Quiero ver más de este lado tuyo.
Gaster solo asintió suave, volviendo a intentar usar su magia, aunque él lo sentía más aún que Asgore, quizá por el hecho de que inconscientemente buscaba su magia también; bajo tembloroso las manos por el pecho, queriendo sentirlo más, tocar un poco, siempre tuvo demasiada pena para intentar poner sus manos sobre él y el rey podía hacer que tocarlo fuera algo que no pensara mientras estaban juntos. Paso los dedos por su cuerpo, delineando sobre todo el pecho mientras pegaba más su cadera contra la suya.
—A-Ah —jadeo por lo bajo apenas recuperando el aliento.
—Nada mal Dings —sonríe suave, podía notar el sabor dulce de la magia en su boca.
—Asgore yo… —sus manos quedaron quietas justo en su vientre.
—¿Quieres tocar más? No voy a mentir, besar así puede que me encendiera un poco.
—¿E-En verdad?
—Sí, —le tomó suave una de las manos y la bajo más.
—¡¿A-Ah?! —pegó un salto al notar el bulto medio.
—Siempre note que mirabas, pero nunca te atrevías a tocarlo.
—Y-Yo ah e-es que… —murmuró sintiendo que moriría de pena en cualquier momento.
—Si es demasiado podemos detenernos.
—N-No… m-me niego —murmuró por lo bajo —y-yo… hay algo que… quiero hacer.
—¿Qué quieres hacer?
—Y-Yo… p-podría… —recorrió con los dedos inquietamente por el bulto.
—Haz lo que quieras Dings, yo te diré si no me gusta, ¿de acuerdo?
Lo miró nervioso durante unos segundos antes de asentir nuevamente y pasar ahora las dos manos por debajo de su vientre, decidiendo al final bajarse para estar a la altura de su cintura, pasó saliva, inquieto antes de tomar la tela que estorbaba, se estremeció por completo al tocarlo tímidamente con los dedos de forma directa, se veía más imponente de lo que recordaba además sentirse mucho más caliente, aunque siempre lo veía, no lo había mirado de cerca desde hacía mucho tiempo; acarició despacio, mientras mantenía la cara cerca, aún sin estar en celo ninguno de los dos, él podía sentirse un poco mareado por el calor que emanaba.
Asgore pudo soltar un jadeo ronco al notar los toques torpes y tímidos de su pareja, además de la suave respiración tan cerca de su piel que empezaba a arder; no iba a decirle a su esqueleto que el que estaba un poco reprimido era él, la mayoría de las veces solo tomaba un largo baño frío en la bañera para calmarse, así que cuando dijo de contenerse, sabía que sería peor para Gaster y agregar más dolor o incomodidades no era la idea.
Al final tuvo un salto de sorpresa cuando pudo sentir de repente la suave y caliente lengua de su científico comenzar a recorrer el largo de su miembro, acariciando la base cuidadosamente con sus dedos, él lucía tan concentrado en eso que no parecía notar que sus ojos estaban teniendo un cambio, a como lo solía ver cuando la excitación era mucha, esos lindos ojos de corazón.
Decir que eso no encendía su alma sería una mentira.
—Así que, ¿esto rondaba tu cabeza todo este tiempo?
—A-Ah yo… quiero… grabarlo en mi mente… —lo miró desde abajo.
—Oh, es así… —sintió que su erección se hacía más fuerte de oír aquello.
Pudo notar el jadeo en su piel mientras lo recorría con su lengua, como si no quisiera que ninguna parte de él quedara sin probarse, estuvo así alrededor de un minuto antes de decidirse a tomarlo con su boca, apretándolo con cuidado pero firme con sus labios, moviendo su lengua alrededor de la cabeza, también lo notaba temblar, aunque no como si le temiera como otras ocasiones, ahora parecía temblar más por los nervios y quizá por sentirse ansioso por saber si podría continuar.
Gaster de vez en cuando levantaba la vista cuando metía más dentro de su boca lo del rey, presionando con su lengua por debajo para poder apretarlo mejor dentro, podía sentir como su paladar ardía, pero de una forma completamente diferente, la sensación de como cada que frotaba su boca con su miembro sentía que su mente se entumecía, seguida de una pequeña ráfaga desde su nuca, haciendo el calor se sintiera placentero otra vez.
Su mente no estaba para pensar del todo con razonamiento, solo quería sentirlo hasta el fondo, así que cada vez que lo tomaba en su boca iba tomando con cuidado un poco más del miembro hasta que de un momento a otro después de una honda respiración lo tomó hasta la base de una vez, sintiendo un escalofrío recorrerle por completo cuando sintió la punta bajar más allá de su boca, golpeando su garganta.
—Ah mierda Dings eso… dios —jadeo roncamente y tuvo la tentación de querer tomar el control, pero se detuvo, dejaría que su pareja lo hiciera a su ritmo.
Pudo notar que torpemente aumentaba el ritmo, aunque curiosamente parecía saber bastante bien los buenos puntos, no preguntaría sobre eso ahora, prefería disfrutar de la vista, en especial cuando sus miradas se cruzaban, cada que lo hacía en el momento que lo tomaba entero, apretaba fieramente la cabeza con su garganta, haciendo que su miembro tuviera un fuerte tirón que le robaba algún gemido grave, haciendo eso aleatoriamente hicieron que su resistencia se esfumara a los pocos minutos, sin siquiera darle tiempo a retirarse y terminando en su boca.
“Este sabor…. es tan bueno… es como si quemara mi mente.” Pensó mientras sentía que tanta cantidad de magia apenas lo dejaba respirar.
Asgore miró de nuevo a su pareja, este se retiró despacio mientras aún su magia seguía a la vista, con la lengua y el interior de su boca teñida de blanco, cerró sus labios mientras temblaba levemente haciendo la mueca de tragar un par de veces antes de volver a abrirla soltando un gemido ahogado, con su interior completamente limpio.
Debía decir que esa imagen era más que excitante, nunca lo había visto tan malditamente ardiente.
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Parte 47
Parte 49
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Tienes que volver a casa
Ultimate Spider-Man (2000) #53 Brian Michael Bendis (Escritor), Mark Bagley (Dibujante)
— Peter Parker: Tienes que volver a casa. — Mary Jane Watson: No puedo… No puedo dejar que mi padre me haga esto. A mí y a ti. Necesito que estés en mi vida. Yo estoy en la tuya. Se pasó toda la noche amenazándome con mandarme a otra escuela. No quiere que te vea. Es un viejo miserable y triste, y en vez de intentar cambiar… Solo quiere que todo el mundo a su alrededor sea tan triste y patético como él. Quiere que mi madre y yo nos hundamos con él. ¡Ya te he dicho que la engaña! Así que ella se siente una basura todo el tiempo. Y cada vez que abro la boca para decir cualquier cosa… ¡Me la cierra! ¡Me manda a callar siempre! Y… Y… Y desde que descubrió que estábamos, ya sabes, juntos… no ha hecho más que despreciarte y ridiculizarte. Ha buscado cualquier razón para asegurarse de que no sea feliz. Ha buscado una razón para separarnos. ¿Por qué tengo que vivir allí? ¿Quién lo dice? Tu tía quiere que te vaya bien y que seas feliz. Porque es un ser humano. ¡Pero lo único que quiere mi padre es que no seamos felices! Oh, y Dios no quiera que me vaya mejor que a él en la vida. Te imaginarás que querría que me fuera mejor que a él, que llegue a algo en la vida. Antes era más fácil vivir con él. — Peter Parker: ¿Antes de qué? — Mary Jane Watson: Antes de que supiera que podía ser feliz. — Peter Parker: Tienes que irte a casa. — Mary Jane Watson: ¿No podemos escaparnos juntos? — Peter Parker: Ojalá. — Mary Jane Watson: Casémonos y huyamos. Por favor. — Peter Parker: Aún no. — Mary Jane Watson: Me van a castigar para siempre. — Peter Parker: Estaré esperando.
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(Neptuno) Regulus Black x OC
La primera vez que la vi, fue en la estación de King's Cross.
Tenía nueve años, y Sirius acababa de regresar de su primer año en Hogwarts. Me había pedido que me quedara a un lado mientras se despedía de sus amigos, y yo obedecí, porque en ese entonces aún lo miraba como se mira a alguien a quien admiras profundamente, aunque él ya no se diera cuenta. Mis ojos vagaban entre los rostros, intentando adivinar cuáles de esas personas que lo rodeaban hacían que se sintiera tan libre, tan distinto.
Fue entonces cuando la vi. Olivia. Ni siquiera sabía su nombre en ese momento; solo era una chica entre el grupo, de las pocas que estaban allí, lo que la hacía destacar, quizás, o al menos eso intenté decirme mientras me sorprendía observándola. Recuerdo que llevaba el cabello atado como si estuviera intentando detener un nido de pájaros que persistía, y cuando se giró para decir algo a Sirius, hubo algo en su risa, en el modo en que se movía... que me hizo quedarme quieto, sin apartar la mirada.
En ese entonces no entendí qué me intrigaba de ella; tal vez era su confianza, o el modo en que se plantaba en medio de ellos sin avergonzarse por hacerlo, como si perteneciera a un mundo que a mí me parecía tan lejano.
No pensé mucho más en ella hasta meses después, cuando la vi otra vez en la estación. No esperaba recordarla, pero lo hice al instante. La reconocí entre los demás, su risa atravesando el bullicio de la plataforma. Me di cuenta de que había vuelto a buscarla con la mirada, aunque no supiera por qué. Creo que me gustaba la forma en la que hacía que Sirius y sus amigos parecieran...felices.
Luego, cuando ingresé en Hogwarts, comencé a verla más seguido. Ahora ella estaba en tercer año y, de alguna manera, me parecía todavía más lejana. A veces la veía de lejos, en la biblioteca o cruzando el patio, siempre rodeada de gente, siempre con esa sonrisa tranquila y esa energía que no parecía apagarse. Me daba cuenta de que, sin pensarlo, mi mirada la buscaba cada vez que entraba en el Gran Comedor o cuando paseaba por los terrenos. Al principio, pensé que solo era una curiosidad pasajera, algo sin importancia. Pero en el fondo, sabía que había algo en ella que me atraía de una manera que no lograba comprender.
A medida que los años pasaban, me di cuenta de que quería saber más de ella, conocer su voz más allá de lo que alcanzaba a escuchar en la distancia. Había algo en Olivia que era como un sol, lleno de vida y yo el planeta que la rodeaba necesitado de su luz. Y fue en algún momento de mis catorce años, al verla sonreír en uno de esos encuentros casuales, cuando entendí lo que sucedía. Mi pecho se comprimió, y supe, sin poder evitarlo, que no era solo curiosidad o admiración.
Pensarla se volvió inevitable. En mi mente, inventaba escenarios , conversaciones, creaba una versión ideal de mí mismo, alguien que tuviera el ingenio y la seguridad suficiente para cruzar esa barrera invisible que me impedía acercarme a ella. En esas fantasías, sabía exactamente qué decir y cómo decirlo; en la realidad, apenas podía balbucear una respuesta sin sonar como un crío o un completo borde.
Ella era mayor, y seguramente nunca me vería como algo más que "el hermano pequeño de Sirius", el insignificante "pequeño Black". Y aun así, cada vez que nos cruzábamos, aunque fuera solo un instante, mi estómago se retorcía y mi pulso se aceleraba. Me volví adicto a esa sensación, al vértigo que me causaba cada roce de nuestras miradas.
Recuerdo un día, especialmente. Estaba en la biblioteca, pretendiendo estudiar pociones aunque, en realidad, no tenía ni idea de lo que leía. Entonces, ella apareció, buscando un libro en una estantería cercana. Nuestros ojos se cruzaron cuando estiró la mano hacia un tomo viejo y polvoriento, y me sonrió. En ese instante, todo el castillo dejó de existir, como si solo estuviéramos nosotros en aquel rincón silencioso. Intenté devolverle la sonrisa, aunque probablemente fue una mueca torpe; aun así, ella no pareció notarlo.
Solo dijo "gracias" suavemente cuando me hice a un lado para dejarla pasar, y me quedé allí, inhalando el aire fresco que dejó tras de sí con ese olor suave que tenía algo de misterio, como el té recién hecho.
Ese pequeño instante me dio la valentía que necesitaba. Decidí escribirle. No tenía una razón clara; quizás quería sentirme cerca de ella de alguna manera, o solo saber qué reacción tendría. La primera vez que le envié una carta fue durante el desayuno. Contuve la respiración cuando la lechuza dejó el sobre frente a ella. La vi levantar la carta con curiosidad, frunciendo apenas el ceño mientras desdoblaba el pergamino. Me escondí tras mi vaso de zumo, fingiendo escuchar a alguien que me hablaba.
La adrenalina me recorría el cuerpo, manteniéndome alerta, absorbiendo cada detalle de su reacción. Desde donde estaba, podía verla mientras leía, y por un momento, me pareció que sus ojos se iluminaban con sorpresa, para luego curvarse en una sonrisa que parecía estar destinada solo para mí.
Ese fue el momento en que todo comenzó.
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Querida Olivia,
No sé muy bien cómo empezar esta carta, o si debería estar escribiéndola en absoluto. Hay muchas cosas que quiero decir, pero apenas sé si alguna de ellas tendría sentido para ti, así que intentaré ser breve.
He visto cómo te ríes con tus amigos, cómo hablas con una seguridad que parece llenar cada rincón, y a veces... bueno, a veces me pregunto si alguna vez te das cuenta del efecto que tienes en quienes te rodean. No soy bueno para decir estas cosas en persona, y probablemente no soy quien debería decirlas en absoluto. Pero verte desde lejos es algo que se ha vuelto inevitable para mí, como si algo en mí estuviera destinado a buscarte.
Espero que esto no te incomode, y no tienes que responder, por supuesto. Solo quería... decirlo, aunque fuera en una carta. Solo quería decirte que hay algo en ti que hace que todo parezca diferente, incluso cuando los días son horribles y no puedo con mi propio peso.
Espero que este pequeño mensaje no parezca extraño, pero creo que todos necesitamos a alguien que nos mire de la forma en que, sin evitarlo, te miro.
Atentamente,
Neptuno"
Intenté ocultar mi sonrisa mientras escuchaba a mis amigas debatir sobre la carta. La escena tenía su encanto: Lily escudriñando cada palabra, Marlene haciendo conjeturas locas y Mary, siempre práctica, insistiendo en su análisis de la letra. Y yo, fingiendo que no me interesaba tanto como ellas, aunque en el fondo mi corazón latía rápido y una pequeña parte de mí no podía dejar de darle vueltas.
—¿Neptuno? —repetía Lily por milésima vez—. ¿Quién en su sano juicio se denomina a sí mismo Neptuno?
No pude evitar reír por lo bajo. Ni siquiera me sorprendía que eso fuera lo que más la intrigara. Sabía lo que estarían pensando todas: un nombre falso, una letra extraña, alguien jugando a ser galante.
Pero, por algún motivo, aquella carta me había resultado tan... honesta, tan fuera de lugar entre los juegos y burlas de todos los días. Había algo ahí, algo que se sentía especial, y por eso intenté mantenerla lejos de sus miradas, pero como no, fue imposible.
—Será algún Ravenclaw de esos raritos que siempre están detrás en Encantamientos —soltó Marlene con ese tono desenfadado que usaba para todo—. O es una broma de Sirius.
Negué con la cabeza mientras intentaba, por enésima vez, tomar la carta de vuelta. La verdad era que había pensado que podría tratarse de Sirius, pero después de analizarlo mejor, descarté la idea. Neptuno... Quien fuera que escribiera esas palabras no sonaba como él en absoluto.
—No es su letra, lo he comprobado —intervino Mary, siempre tan precisa.
—A mí me parece romántico —intervino Dorcas con un tono de ensueño en la voz, mientras yo rodaba los ojos. Lo último que quería era que convirtieran esto en una novela.
—Y a mí me parece que no sabéis respetar la privacidad —dije al fin, extendiendo la mano para recuperar la carta—. Ni siquiera se lo dije a Peter para que nadie se enterara y estáis aquí vosotras de chismosas... ¿Me lo podéis devolver?
Marlene sostuvo el papel fuera de mi alcance, con una sonrisa de suficiencia que me hizo querer lanzarle un cojín.
—¿Por qué? Si esto es muy lindo, tienes un admirador secreto —se burló—. No tiene nada de malo.
Suspiré, sin dejar de sonreír. En el fondo, sabía que sus intenciones eran buenas, pero había algo tan frágil y privado en aquella carta que me hacía querer guardarla solo para mí. Cada vez que leía aquellas palabras, algo cálido me invadía, y por una vez me gustaba pensar que, al menos por un rato, podía vivir en el misterio.
—No digo que tenga nada de malo, solo que preferiría tenerla yo, cotillas —repliqué con una sonrisa, extendiendo la mano para recuperar la carta.
Al fin conseguí alcanzarla. La doblé cuidadosamente, intentando que no se arrugara después de tantas manos y ojos curiosos, y la guardé entre las páginas de un libro. Con suerte, así dejarían de leerla una y otra vez, analizándola como si fuera un acertijo que resolver.
—Llego a ser yo y no dejo de enseñarla a todo el mundo —protestó Mary con una risa suave, observándome con ojos soñadores—. Las cartas románticas son lo más bonito...
—Siempre que el remitente sepa escribir —intervino Lily, divertida, mientras se acomodaba en su cama—. James intentó compararme con una escoba una vez. O con una snitch... creo que hasta me comparó con un plato de alubias.
Las risas estallaron en el dormitorio, y yo me uní a ellas, imaginando la expresión confusa de James al intentar buscar esas extrañas metáforas.
—Al menos lo intenta —rio Mary, divertida.
—Preferiría que no —replicó Lily, negando con la cabeza pero sin perder la sonrisa.
—Qué sosas sois todas —se quejó Dorcas, lanzando una mirada de reprobación a cada una—. Yo recibiría cartas como esta todos los días si pudiera. ¿Sabéis la suerte que tienes? Un admirador secreto, ¡Y con talento para las palabras!
Sonreí, pero no dije nada, aún sintiendo el calor en las mejillas. La verdad era que la carta me había dejado en una especie de burbuja algo que no quería compartir con nadie por ahora.
Entre todas aquellas bromas y risas, había algo que solo yo podía entender, algo que me hacía sentir especial, aunque el remitente se ocultara tras un nombre de un dios del mar.
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Para mi sorpresa, recibí una respuesta al día siguiente.
Debo admitir que no esperaba recibir una respuesta tan rápido. Ni siquiera estaba seguro de que me respondería, pero saber que le había gustado mi carta, y que quería saber también sobre mí, me produjo un calor indescriptible.
Desde entonces, comenzamos a intercambiar palabras a escondidas, manteniendo mi identidad en secreto. Y cada día, cada línea compartida, siento que este juego sin rostro me atrapa más, me acerca a ella de una manera que jamás habría imaginado posible.
Es curioso abrirme así, sin nombre, sin apellido, revelando mis pensamientos más íntimos a alguien que no sabe quién soy. Pero hay algo liberador en esta adrenalina que me impulsa a observarla de cerca, a pasar a su lado y saber que no tiene idea de que soy yo el responsable de las cartas. En las palabras que le escribo, le hablo de lo que significa ser siempre "el pilar," de la presión por cumplir expectativas que no me pertenecen. Lo sorprendente es que, pese a todo, parece entenderme mejor que nadie.
Cada carta de Olivia me da la esperanza de que quizás, algún día, podríamos ser tan cercanos en la realidad como lo somos en estos escritos. Ella se ha convertido en mi refugio, en el único lugar donde me siento libre de ser quien quiera. Pero soy yo quien se encarga de pisar el freno, esquivando sus preguntas cada vez que se acercan demasiado, cada vez que quiere saber mi casa o mi nombre. Es como si intentara recordarme que todo esto no deja de ser un juego en el que me oculto tras un alias.
Sin embargo, tras tantas cartas y secretos compartidos, me doy cuenta de que estoy llegando a un túnel sin salida.
Anoche, mientras leía su última carta bajo la luz temblorosa de una vela, sentí un impulso doloroso y casi incontrolable. En sus palabras había dudas, preguntas que parecían extenderse hacia mí, como si, de alguna manera, pudiera verme; como si supiera que cada palabra me alcanzaba de una forma que jamás podría confesar. Cada línea suya era una provocación, una invitación velada a revelar el misterio, a aparecer frente a ella de una vez y dejarme ver.
Pero hacerlo... sería exponerme como nunca antes.
Me había escrito sobre una fiesta de invierno en la sala común de Gryffindor, una de esas reuniones improvisadas de mi hermano. Me contó cómo, entre el bullicio y la música, sintió un vacío extraño, como si le faltara algo en medio de toda esa gente. "Estaba rodeada de amigos, y aun así... me sentí sola," escribió. "Como si la persona que quería a mi lado estuviera lejos, observándome sin poder tocarme."
Aquella confesión me produjo una sensación extraña, casi absurda. Que alguien como ella pudiera sentirse sola me parecía impensable, incluso ridículo. Y aún más, la idea de estar a su lado en esa fiesta me resultaba cómica y a la vez tentadora, como un sueño que se colaba sin permiso.
Tomé otro pergamino de la mesilla y, apoyándome en uno de los libros abiertos, empecé a escribir.
"A veces, cuando estoy cerca de ti, siento que podrías oírme respirar. Y otras, creo que ni siquiera sabes que existo. Es como si estuviera atrapado entre acercarme y temer que descubras quién soy. ¿Si lo supieras, cambiaría algo?
Dices que te sentiste sola en esa fiesta, rodeada de todos, y me pregunto si alguna vez me buscarías a mí entre esas caras. A veces estoy tan cerca de decirte la verdad que casi lo hago, pero el miedo siempre me detiene. No quiero que me veas solo como lo que otros dicen de mí; quiero que pienses en mí... en quien realmente soy.
Sé que suena egoísta, pero he dejado de pensar con claridad desde que todo esto empezó. Solo sé que, cuando cierro los ojos, te veo; y al abrirlos, todo lo demás desaparece. La sola idea de tenerte me reconforta y aterroriza a partes iguales.
Quisiera estar contigo ahora, abrazarte y decirte que no estás sola, que yo —completamente— estoy aquí solo para ti. Te veo, Olivia, tal y como eres, sin máscaras, y me maravilla conocer a esa Olivia, aunque sea desde las sombras."
Las palabras fluían más rápido de lo que podía escribir. Esperé a que la tinta se secara, y sin dudarlo más, guardé la carta. La urgencia por que la recibiera me arrastró fuera del dormitorio hacia la lechucería, sin importarme la hora ni el frío que se colaba en cada paso. Mientras me ajustaba la capa, subí las escaleras bajo el viento helado, sintiendo el peso de la carta en el bolsillo, como si su sola presencia me alentara a seguir.
Para mi sorpresa, al llegar a la lechucería, vi una figura en la penumbra: era Olivia con su lechuza. Parecía sorprendida al verme aparecer pero no se movió de allí.
—Mira nada más, el pequeño Black —me saludó, apoyada contra una columna de piedra—. ¿No es algo tarde para visitar la lechucería?
—Podría decir lo mismo —respondí, algo más cortante de lo que pretendía—. Y ya no soy pequeño desde hace un par de años.
Una sonrisa casi imperceptible, satisfecha, apareció en sus labios. Su lechuza extendió sus alas y se alejo.
—Si eso te hace sentir mejor...
Ella parecía estar a punto de girarse y darme la espalda, pero no me moví. En cambio, di un paso hacia ella, cerrando la distancia entre ambos. La poca luz que entraba por las ventanas le daba un toque plateado al cabello, y fue ahí cuando noté que, al menos esta vez, yo era quien la miraba desde arriba.
—No soy un niño, Olivia —mi voz salió con una firmeza que me sorprendió—. Y mis sentimientos no son un juego. Son reales, te lo digo en serio.
Ella alzó las cejas, visiblemente desconcertada. Durante un segundo, sus ojos me recorrieron, como si estuviera viéndome realmente por primera vez. Ya no éramos la chica y el niño que solían cruzarse en el pasillo; ahora, frente a ella, estaba alguien que podía sostenerle la mirada sin flaquear.
—¿Qué estás diciendo? —murmuró, intentando mantener la misma superioridad de antes, pero su voz tembló un poco.
Di un paso más, sin romper el contacto visual. Sentía el peso de la carta en mi bolsillo, como una promesa que aún me retenía. Abrí los labios, con la carta aún agarrada en el bolsillo de mi capa. Todo estaba yendo demasiado bien, pero me estaba atorando y no entendía el porqué.
Ella me miró, como si esperara que dijera algo más, pero yo apenas lograba juntar las palabras. El aire entre nosotros parecía cargado de algo que ninguno de los dos podía definir, algo que hacía latir mi corazón más rápido de lo que me gustaría admitir.
Ella me miró, su expresión de desconcierto ocultando algo que parecía no querer admitir. Durante un instante, pareció buscar una respuesta, pero sus ojos me recorrieron, casi como si estuviera viéndome por primera vez.
Di un paso más, reduciendo la distancia entre nosotros, y sentí la carta en el bolsillo de mi capa, cada vez más pesada, como si estuviera esperando el momento preciso. Abrí los labios, pero las palabras se atoraban en mi garganta. Todo estaba yendo demasiado bien, y aún así, no lograba entender el porqué de mi propio nerviosismo.
—Creo que lo sabes perfectamente —dije, manteniendo la mirada fija en ella, como si a través de esa fachada pudiera llegar a lo que realmente sentía.
Ella se quedó en silencio, con la respiración contenida y la vista atrapada en mis ojos. El tono firme de mi voz la descolocó por un instante, y en su expresión pude notar que, quizás, había comprendido más de lo que quería admitir. En ese instante, bajo la fría penumbra de la lechucería, su silencio fue suficiente para confirmar lo que había estado esperando.
Y allí estábamos, atrapados entre lo que no se decía y lo que ambos sabíamos, en una tensión que parecía a punto de romperse.
Su susurro fue tan suave que apenas lo escuché, pero fue suficiente para detenerme, para congelar cada fibra de mi ser en el borde de ese momento.
—Así que... eres tú —murmuró, con una mano cubriéndose la frente mientras se apoyaba contra la pared, como si la revelación fuera un golpe del que necesitaba recuperarse. El viento se colaba por la puerta, agitándole el cabello, y en ese instante, vi algo que no había visto antes en ella: vulnerabilidad.
Sentí un impulso, uno que no podía controlar. Su reacción, su desconcierto, todo parecía derrumbar las barreras que había construido en mi mente. Me acerqué otro paso, y cuando me incliné, ella levantó la mirada, sus ojos encontrando los míos con una mezcla de sorpresa y algo más.
—¿De entre todas las personas posibles...? —repitió en un murmullo, como si no pudiera creérselo.
—No es tan extraño —dije, la voz baja y suave, acercándome hasta que la distancia entre nosotros fue mínima—. No después de tanto tiempo... de tanto que he sentido por ti, Olivia.
Ella dejó caer la mano de su frente y me miró con una intensidad que nunca había visto antes, y pude ver que sus defensas se desmoronaban poco a poco. Antes de que pudiera decir nada, llevé una mano a su mejilla, apenas tocándola, pero lo suficiente para sentir el calor de su piel bajo mis dedos. Fue un contacto breve, pero suficiente para que el aire entre nosotros se tornara más denso, como si el mundo entero hubiera quedado reducido a ese espacio, a nosotros dos.
Olivia no se apartó. Al contrario, inclinó el rostro hacia mi mano, como si buscara más de ese contacto, y en sus ojos había algo nuevo, algo que encendió mi propia valentía. Ella quería decir algo, lo sentía, pero solo podía mirarme, como si hubiera descubierto algo que le costaba aceptar.
Lentamente, me acerqué a su oído y susurré:
—Dime que deje de escribirte y lo haré... si eso es lo que realmente quieres.
El silencio se volvió pesado, cada segundo una eternidad. Su aliento era irregular, su pecho subía y bajaba rápidamente, y en sus ojos había una chispa que no había visto antes.
Negó lentamente, y algo en su mirada me atrapó, me hipnotizó. La distancia entre nosotros parecía desaparecer, como si todo lo que existiera en ese momento fuera su presencia, tan cerca, tan real.
—No, me gustan tus cartas —dijo en voz baja, su tono suave y sincero—. En serio.
Mis labios se entreabrieron, incrédulo.
—¿En serio?
Asintió, y aunque su expresión era serena, noté una leve curva en sus labios, una sonrisa que apenas se atrevía a mostrarse. Me dejé llevar por el impulso y sonreí un poco también, sintiendo un calor en el pecho que me resultaba casi abrumador.
Sin pensarlo demasiado, mi mano volvió a buscar su rostro, esta vez con más seguridad, acariciando con el pulgar su mejilla. Ella no se apartó; en cambio, dejó escapar un suspiro que me hizo acercarme aún más, mi rostro a apenas un suspiro de distancia del suyo.
—Olivia —murmuré, mi voz apenas un susurro—. Si supieras cuánto he querido que llegue este momento...
La tensión entre nosotros era palpable. Sentía su aliento cálido, su mirada fija en la mía, como si quisiera descifrar cada pensamiento que cruzaba por mi mente. No podía detenerme, y ya no quería hacerlo. Me incliné hacia ella, despacio, dejándole tiempo para apartarse si quisiera. Pero no lo hizo.
En lugar de eso, se quedó ahí, expectante, permitiendo que el momento se alargara, como si supiera que ambos estábamos al borde de algo que no tenía vuelta atrás.
—Regulus... —susurró, su voz entrecortada, y fue lo único que necesité escuchar antes de cerrar los ojos y dejar que nuestros labios se encontraran.
Nuestros labios se rozaron apenas, y fue como si el aire entre nosotros se desvaneciera. Sentí una calidez que me recorrió el cuerpo, un fuego lento que crecía, despertando en mí una necesidad que desconocía hasta ese momento. Al principio, fue un toque tímido, suave, pero al instante supe que no era suficiente. Todo mi cuerpo parecía haberse secado de golpe, y mi mente solo repetía que necesitaba más de ella, más de este contacto que apenas había comenzado.
Mi mano, que hasta entonces había descansado en su mejilla, se deslizó lentamente hacia su nuca, aferrándome a ella como si temiera que desapareciera. Nunca había besado a nadie de esta manera, con tanto anhelo, y no estaba seguro de cuánto debía durar, de cómo debía moverme. Pero Olivia no se apartó; sus manos se aferraron a mi capa, acercándose un poco más, guiándome sin decir una palabra.
El mundo exterior dejó de existir. Solo estaban sus labios, su respiración entrecortada, y el latido frenético de mi propio corazón, que resonaba en mis oídos como un tambor. Su boca era suave, cálida, y cada segundo que pasaba sentía que el beso profundizaba, me envolvía, y me perdía en ella.
Ella respondió acercándose aún más, sus manos enredándose en mi cabello, y en ese instante comprendí que no necesitaba experiencia, solo necesitaba estar cerca de ella, de hacerla sentir todo lo que yo sentía.
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(final feliz? JA , no en este cap vv)
El sonido de pasos apresurados en el dormitorio me hizo abrir los ojos. Parpadeé, desorientado, y vi a uno de mis compañeros, completamente enloquecido, intentando ponerse el uniforme a toda prisa. En cuanto alcé las manos, lo comprendí: estaban llenas de tinta seca, y a un lado de la cama descansaba la carta que no había terminado de escribir anoche.
Todo aquello había sido un sueño. La confesión, el beso, el toque cálido de sus labios... todo se desvaneció en un parpadeo, dejándome con una sensación de vacío. Me quejé en voz baja, maldiciendo mientras intentaba levantarme sin manchar más las sábanas, que ya parecían una escena de crimen con tanta tinta esparcida.
Salí del dormitorio, aún frustrado y aturdido, sintiendo cómo la emoción de ese sueño aún se aferraba a mi pecho. Caminé hacia el baño, intentando ignorar el peso de la decepción. Al llegar, abrí el grifo y froté las manos con jabón, pero la tinta parecía haberse impregnado en mi piel, como si quisiera recordarme lo absurdo de todo.
Suspiré, enojado conmigo mismo, viendo cómo el agua se teñía de tinta y se arremolinaba antes de desaparecer. La realidad me golpeaba en cada trazo oscuro que se escapaba de mis dedos.
Froté las manos con más fuerza, casi con rabia, como si al borrar esa tinta pudiera arrancarme también la sensación de haber sido tan vulnerable, tan... débil. ¿Cómo había llegado a soñar con algo tan absurdo? ¿Por qué ella? Apenas podía creerme a mí mismo.
Mientras tallaba las manchas que parecían no querer desaparecer, mi enojo crecía. No sólo porque me había permitido soñar con algo que nunca debería haber imaginado, sino porque la claridad de aquel sueño me hacía sentir más perdido, como si el recuerdo de sus labios y esa sonrisa en mis cartas se quedara incrustado en mi mente, burlándose de mí.
No tenía sentido. Soñar con una confesión, con un beso... era ridículo. Yo no debería estar pensando en esas cosas, y mucho menos con ella.
Esos impulsos eran para otros, para Sirius quizás, o para cualquiera de esos tontos que siempre la rodeaban. Pero aquí estaba, sosteniendo el borde del lavabo con las manos aún manchadas de tinta y los nudillos blancos de tanto apretar, como si al hacerme daño pudiera arrancarme esa absurda idea de la cabeza.
"Debería olvidarlo, eso es todo" me dije en voz baja, esperando que el susurro sonara convincente. Pero mientras miraba las manchas que apenas comenzaban a desvanecerse, un suspiro escapó de mis labios.
Porque en algún lugar de mi mente, todavía recordaba lo real que se sintió. Como si por un instante, la distancia entre ella y yo hubiera desaparecido...
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¿Mi genero favorito? Hombres simps escribiendo cartas de amor, lo confieso.
Pensé mucho en hacer un happy ending pero como es Reggie,el no tiene finales felices
O si.
MUAJAJAJAJAJA~
¿Parte dos o dejamos a Reggie en depresión?
Nos vemos Potterheads <3
#regulus black#the marauders#oneshot#x reader#oc#one shot#harry potter#fanfic#slytherin#romance#love story#lovers#romantic#falling in love#coming of age
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Mi Cita de Tinder 🔥
Esto sucedió hace ya varios años, por lo tanto los sucesos ocurridos antes del climax total de la historia no son tan bien recordados, pero aquí vamos, recuerdo que estaba aburrido en casa metido en Tinder como buen hombre joven e inexperto, dándole ✅ a las chicas que me parecían atractivas hasta que de pronto hice mach con una que me llamó la atención, sobre todo su cuerpo era delgadita, nos pusimos a conversar, todo muy normal. Él: ¿cómo estás, qué cuentas? Etc, hasta que cayó la noche y ella de la nada me dijo: ¿quieres verme mañana? Yo, sin esperarlo, porque para una cita pensaba que había tener mucho más tiempo hablando, pero no en este caso; al parecer ella ya sabía lo que quería, ¡sin dudarlo le dije! claro ! (Cabe recalcar que esta sería mi segunda experiencia sexual).
Dicho esto yo estaba un poco nervioso pero como todo fue tan rápido no tuve tiempo para pensarlo tanto , quedamos en juntarnos en una plaza de dinosaurios ( los que son de conce sabrán ) ahí llege yo… ella ya estaba en el lugar , todo fue tan rápido… me recuerdo ir caminando directamente hacia ella hasta que llege frente a frente y sin ninguna palabra nos agarramos a besos por mucho rato una cosa llevo a la otra y empezó a subir la temperatura poco a poco nos fuimos caminando hasta un lugar que no había nadie quedaba como a la orilla de la carretera por lo tanto habían árboles y mucha vegetación ahí ella no se aguanto la calentura y comenzó a rozar su mano sobre mi pantalón y al ver que cada vez que pasaba la mano comenzaba a crecer mas mi amiguito no se aguanto las ganas se arrodilló y me miró a los ojos como si supiera lo que yo quería , yo sin pensarlo dos veces me baje los pantalones y ella comenzó a besarlo lentamente pasaba su lengua desde mis 🥚🥚 hasta lo más alto y así comenzó a chuparlo y vaya que lo hacía muy delicioso , Ami en un punto no se porque se me ocurrió que era buena idea grabarla y se lo dije y ella le encanto me dijo que lo podia subir a tumblr , entonces le saque su polera y tenia unas tetas deliciosas que incluso llevaba piercing en los pezones ahí supe que está chica era cosa seria , me dijo "grabame" y comenzó a pasar mi pene por sus tetas estaban tan calidas que siento que aun puedo recordar esa sensacion en mi paquete ,seguido a eso me hizo una rusa chupandola y mirando a la camara hasta que acabe en su cara.
Eso fue solo el inicio… Luego de un rato nuevamente no aguantó, se puso en 4 y yo ya estaba caliente de nuevo y se la metí de una… Estaba todo tan rico y mojadito que pasé bien dentro y comencé a darle despacio con movimientos ondulados hasta que poco a poco se lo empecé a hacer cada vez un poco más fuerte y más y más… Ella se aguantaba el gemir tan fuerte, pero se podía escuchar el choque de mis caderas junto a su culo. Cabe decir que estábamos en un lugar poco transcurrido, pero igualmente pasaba gente. Yo, como ya me había ido una vez, sentía que podía darle todo el día, así que ella no paraba de recibir… Por un momento me asusté porque ella no decía nada y le pregunté cómo estaba… Ella me dijo "estoy bien", así que seguí y seguí, la agarré, la di vuelta y empecé a darle en posición misionera. La mina estaba full mojada y sonaba delicioso cuando mi 🍆 entraba y salía… Derrepente se escuchó ruido; nosotros sin movernos nada ni un poco vimos pasar un caballero en bicicleta caminando. Él no sé si nos habrá visto porque literalmente estábamos completamente desnudos en el pasto; quizá se hizo el tonto pero siguió su camino. Nosotros, al ver esto, nos puso un poco más caliente, nos asustó, pero la adrenalina del momento fue un éxtasis que nos hizo tirar como nunca; en pocas palabras, tiramos bien rico por 5 minutos más… Luego ella pegó un grito y se fue con todo, salió mucho líquido y me mojó todo el pene… Yo al sentir eso me calenté y me fui al segundo después… Terminamos todo y cada uno se fue para su casa bien satisfecho.
Al regresarme en la micro, lo primero que hice fue ver el vídeo para recordar todo lo que pasó, porque fue una cita 10/10.
Nunca más la olvidaré.Cabe recalcar que fue mi primera cita y en la que menos palabras hubo… Tuvo mucha más acción, simplemente delicioso. 🤤
FIN
#tumblr chilensis#me#chilegram#tumblr chilenito#chilensis#chile tumblr#instachile#concepción#relatos#secretos#confession#chilean
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“vete al infierno” con gavi:
nota: combiné dos pedidos, el del prompt del título y uno que me pedía una cita en mcdonalds :)
- sabías que existían los electrones y los neutrones y también los gases nobles y la tabla periódica, y los continentes y la regla de tres o el teorema de pitágoras.
- hasta ahí todo iba bien, supuestamente. lo que te causaba conflicto era que todos esos diversos temas no tenían nada que ver en uno con el otro.
- o eso pensabas tú.
- “¿me estás prestando atención?” la voz ronca de pablo se hizo escuchar por toda la sala.
- ambos se encargaban de estudiar en la sala de estar de tu casa. sus madres hablaban felizmente en el jardín mientras los minutos pasaban.
- negaste. “no me puedo concentrar…”
- su sola presencia era distractora </3
- “¿quieres que descansemos un ratito?”
- preguntó y tú sólo asentiste lentamente, dejando tu peso recaer en la palma de tu mano sobre la mesa
- “¿podemos comer algo?” tenías hambre, la ausencia del desayuno comenzaba hacerse notar.
- “pediré el auto y vamos al drive thru” pablo amaba ese jodido restaurante cadena y tu no te podías negar a una hamburguesa.
- cerraron los libros y caminaron hasta afuera, pablo pidió el auto de su madre y partieron al mcdonalds sin más que decir.
- te gustaba poner la música muy fuerte en las bocinas del viejo auto, e incluso bajabas las ventanas para que todos afuera pudieran oír.
- en los altos, pablo, tu mejor amigo, se encargaba de echarte miradas discretas las cuales aceleraban su corazón <3
- al llegar se dieron cuenta de que la fila para el drive thru estaba groseramente larga, así que les tocó esperar.
- “háblame de algo, ya me hartó la música” pidió tu mejor amigo.
- pensaste en algo interesante pero nada llegaba a tu mente
- en momentos como esos, estando tan cerca de pablo te sentías vulnerable. no sabías cuando había comenzado ese sentimiento de culpa cada que lo veías más de lo necesario, o las mariposas recorriendo tu estómago cada que te decía algo.
- si tan solo supieras que él se sentía igual…
- “no entiendo cuál es la necesidad de estudiar tanto si en el futuro en mi empleo no me van a preguntar si la regla de tres y los enlaces covalentes fueron útiles en la revolución industrial”
- pablo te miró con una mueca confundida.
- tan solo querías escucharlo debatir, oírlo hablar de esa manera tan suave que él tenía con vos
- “todo eso es importante para la vida cotidiana, aunque creas que no tiene sentido todo lo que nos enseñan en la escuela es útil.”
- diferías ):
- “pablo, en las escuelas nos enseñan lo que les conviene, si la escuela realmente fuera útil nos enseñarían a pagar impuestos o a facturar, pero lo único que nos enseñan es como disecar una rana y dos o tres mapas mentales. así que no me vengas a decir que…”
- fue repentino. ni siquiera viste en qué momento se acercó a ti, pero de un momento para otro sus labios estaban pegados en uno solo.
- tu mejor amigo te había besado.
- el corazón de pablo sentía que eso era lo correcto de hacer, y su cerebro le daba luces verdes. te amaba, jodidamente eras la persona más extraordinaria que conocía.
- se separaron entonces, y concluiste en que había sido el beso más incómodo y extraño que habías dado porque solo unieron sus labios, no hubo toques de por medio.
- él estaba tan rojo que podría confundirse con un tomate.
- decidiste romper el silencio,,,,
- “eso fue… repentino.”
- pablo no encontraba las palabras para pedirte perdón, su rostro preocupado te miraba expectante.
- “lo siento, lo siento tanto, dios, fue un accidente en serio, perdóname, no quiero perder tu amistad yo te amo, perdóname no fue mi intención” “pablo…” “no tienes que decir nada solo perdóname, esta bien si no me quieres hablar ya, lo acepto, pero por favor perdóname” “…pablo” “y-yo lo siento tanto y…”
- lo tomaste por la camisa y lo acercaste a tu rostro para plantarle un beso justo como él te lo había dado.
- esta vez fue más largo TT
- sus ojos cerrados les impedían ver más allá de sus propias miradas, y el beso inocente que había comenzado hace unos momentos ahora se volvía más caluroso
- volvieron a separarse, esta vez con los labios hinchados.
- “wow” fue lo único que pablo pudo decir.
- “estás súper rojo” te burlaste :)
- “cállate”
- “literalmente tan rojo como una frutilla”
- “véte al infierno”
- se miraron con cariño, los ojos de pablo tan suaves con los tuyos que quisiste abrazarlo hasta morir.
- así que te limitaste a tomar su mano <3
- “¿deberíamos hablar de esto o…?” preguntó
- “¿hablar de qué? yo solo quiero mi hamburguesa”
- él agradecía que no se volviera todo incómodo
- pablo se alzó de hombros y apretó tu mano cuando ya la fila había avanzado suficiente como para ordenar en el interfón.
- “¿qué vas a querer?”
- pensaste un poco, y si te daban a escoger entonces realmente querías otro beso con pablo.
- pero eso no se podía ahora
- “dos hamburguesas con queso, una caja de nuggets, una tarta de manzana, dos cajas de papas fritas y… una coca sin azúcar.”
- …………..
- “bueno”
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Estrellé la mano con todas mis fuerzas contra un cristal irrompible, la cosa se había ido de mis manos una vez más ,pero esta vez iba a ver consecuencias… no estaba en un lugar seguro para mi , a mi familia se lo habían vendido como un centro de rehabilitación con todos los lujos y resultados milagrosos en un mes , pero yo estaba lejos de ser un milagro, más bien era una pesadilla, . Mi frustración era enorme me habían cancelado una estúpida visita familiar (otra vez)de fin de semana que llevaba esperando tres semana , así que la cosa no iba quedar ahí.Destrozé todo lo que pude como reflejo de lo destrozada que yo estaba por dentro, y sí mi mano sangró del golpe pero eso iba a ser el menor de mis problemas durante los próximos días.
Estaba llorando en brazos de mi terapeuta que me abrazaba como si fuese su propia hija , ella había estado en mis zapatos alguna vez y podía saber cómo me sentía; en ese sitio todos los terapeutas eran ex alcohólicos o adictos rehabilitados de gran prestigio al parecer , todos menos la directora que sentía muy poca empatía por mi . Yo en ese momento oía la conversación telefónica a lo lejos que ella mantenían con mi madre que estaba en a kilómetros de mi ,“ se va , se va la llevan a un anexo porque está descontrolada” yo pensaba bueno la he cagado ,esto de anexo no suena bien si ya estaba mal, la cosa se va a poner peor ,era mi primer ingreso y ya estaba haciendo méritos. Pasaron dos horas eternas y entraron y salieron con una bolsa negra de basura del vestidor con mis cosas y la pusieron en el hall de entrada, por un momento pensé “me he perdido parte de la conversación y lo que pasa es que me voy para casa porque he ganado yo “… nada más lejos . Al rato vi aparecer a tres personas ,una de ellas me resultó desagradablemente familiar, era la misma persona que cuando yo estaba durmiendo la borrachera en mi cama de la casa de mi familia me despertó junto con dos tipos más y me dijo “despierta te vamos a llevar a un lugar mejor” .Yo recuerdo abrir un ojo como pude y pensar “me he pasado con el alcohol me he muerto y estoy en el cielo” a demás era muy raro porque toda mi familia incluida mi madre estaban ahí mirándome llorando cuando esa gente me metió en un coche amarillo huevo y condujo durante un buen rato hasta la clínica del paraíso.
Pero esta vez no iba al paraíso esta vez iba al jodido infierno ,porque me llevaron de noche para que yo no supiera a donde iba en ese mismo coche amarillo huevo por unos rumbos que pintaban cada vez peor .Por mi cabeza pasaban mil cosas yo dije “la has cagado la maldita directora se ha vengado y ha dicho deshaceros de ella y tirarla por ahí en un cerro del México profundo o algo así “y yo pensaba en cómo bajarme y echar a correr ,pero no iba a ser posible así que me resigne a esperar… y claro llegamos al destino .Al principio dije “aquí me traen a matarme porque esto es como un cuchitril para matar a alguien y que nadie sepa nada nunca más “pero curiosamente yo hice lo que me decían y entré en un cuarto donde había cuatro camas en literas en las que se distinguían dos chicas .la cuarta , me enteré más tarde ,correspondía a una chica que venía en el coche conmigo vigilándome . Solo recuerdo que entré y dije “hola “y me contestaron con voz dulce “hola “y ahí por un momento me sentí mejor . Y claro me explicaron estás en un anexo , para el que no sepa lo que es una anexo ,un anexo es como una cárcel latinoamericana de las que salen en televisión que dan repelus con comida podrida y camas asquerosas pero para alcohólicos; es decir ,la función es que te rehabilites y no bebas mas a cambio de pasar la peor experiencia de tu vida . No hacía falta mucha información porque no había mucho para informar, lo importante era el pis en el cubo y la ducha la regadera ,los dientes en un micro lavabo ,tu cama la de los muelles salidos que tiene que estar tendida si no quieres consecuencias con un tal padrino que es el dueño y señor del lugar .Y aquí a servir para todo lo que te digan ,no protestar y no pedir nada .
Bueno al parecer no me iban a matar y si me iban a hacer algo por lo menos no estaba sola , .
La chica que me había venido cuidando en el coche se presentó y me dijo que ella estaba ahí trabajando durante sus vacaciones de verano porque ella conocía ese lugar ,ya que también la mandaron anexada como a mí por liarla y pensó que trabajaría ahí como terapia propia por un tiempo, , luego supe más de ella y nos hicimos amigas aunque no supe nunca entender como alguien cuya familia tenía tantísimo dinero decidió trabajar precisamente ahí, así que pensé “matarme no me matarán al final del todo mejor matarían a esta y pedirían recompensa o algo así.”
Esa misma noche fue la que recuerdo perfectamente la peor noche de mi vida porque era absolutamente una sensación de desconfianza y de no saber cuándo y si volvería a ver a mi familia ,si ellos pensarían que yo estaba tranquilamente en la clínica viviendo la vida padre y en verdad estaba en paradero desconocido ,o si algún día iba a volver a oír la voz de mi madre que es lo único que me tranquiliza en este mundo. Pero no podía hacer nada, así que me tumbé en esa litera asquerosa y sentí como un muelle se enterraba en mi muslo ,ahí llorando y sin parar de pensar me quedé dormida hasta que bien temprano el golpe de la puerta de metal de esa especie de celda se abrió y apareció la silueta de un hombre que gritaba como un loco.
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