#porque jae seguiría siendo su amigo
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#VACACIONES: para un starter situado en las vacaciones. @crypticos
‘ ¿qué es lo primero que quieres hacer? ’ mira de reojo a su amiga. ‘ ¿vamos al bar a emborracharnos? necesito unos diez tragos para olvidar todo. ’ estaba estresado por la universidad y por todo lo que estaba sucediendo a su alrededor. ‘ después podríamos ir a la piscina o quizá sea mejor ir antes así no tenemos posibilidades de morirnos ahogados. ’ bromea con lo último, riéndose con pequeñas carcajadas.
#jaesang : 𝒊𝒏𝒕𝒆𝒓𝒂𝒄𝒄𝒊𝒐𝒏.#jaesang & dione : 𝒅𝒊𝒏𝒂𝒎𝒊𝒄𝒂.#crypticos#no sé si ubicarlo antes de que se llevaran detenida a dione o si después#porque jae seguiría siendo su amigo#tu decides ahr#tkm
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: 𝙚𝙡 𝙘𝙝𝙞𝙘𝙤 𝙜𝙪𝙖𝙥𝙤 𝙙𝙚 𝙖 𝙡𝙖𝙙𝙤. 𝙛𝙘 - Nakamoto Yuta. ( #HMT47 ) ( #HMTRPG ; #HINSP ) ᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝ (hace cinco años, edad: diecisiete)
Jung YoonOh no es un desconocido, sin embargo, no es alguien con quien comparte conversaciones a pesar de que sean vecinos. Él se mudó hace sietes meses atrás desde Corea del Sur, iba a su mismo colegio y compartían un círculo de amistades. Aunque éso lo descubrió hace semanas atrás, luego de juntarse con sus amigos y notar que JaeHyun (como lo apodaban) también formaba parte de su grupo. El muchacho lo saludó formalmente, y después se quedó en una esquina junto a tres chicos mientras hablaban cosas triviales. A Yuta le fue inevitable no preguntar cómo conocieron al más joven.
— ¿Es tu vecino, no? — pregunto Hiroto, uno de sus mejores amigos. Yuta asintió. — Pues, mi hermanito va a su misma clase y le calló muy bien el chico, así que compartimos temas hace unos días atrás. — destapó una lata de cerveza. — Compartimos gustos similares, ¿sabes? ¡Oh, pero no te pongas celoso, Yuta! Tú eres mi favorito siiempre. — No estoy celoso. — gruñó con desdén. — Ya estas parloteando idioteces, hermano. Y eso que bebiste una lata. — Deberías hablarle también, es un chico divertido y sociable. ¡Es tu vecino! Podrías volver con él a la noche, sabes que mi casa está muy lejos de la tuya, Nakamoto.
Tenía razón, pero, él no era ninguna niñera para cuidar de un quinceañero que venía a altas horas de la noche. Además, sería muy incómodo hablar con alguien que conocía por miradas y curiosidad. Se sentó en uno de los sillones, tomando una bebida con gas (no era partidario del alcohol, más que se emborrachaba fácilmente) y la bebió mientras miraba al muchacho hablar cómodamente con el hermano menor de Hiroto.
Bueno, sí, parecía muy simpático como alegaba su mejor amigo. Tenía rasgos surcoreanos definidos, piel blanca limpia, unos hoyuelos que se pronunciaba cuando hablaba o soltaba risitas y una cabellera oscura que brillaba bajo las luces de esa sala. JaeHyun era más alto que él, demasiado si se podía decir. Su cuerpo aún era un tanto puberto, pero podía notarse que, en algunos años, sería más ancho y marcado a como era actualmente.
Yuta se preguntó qué apariencia tendría YoonOh con veinte años, ¿seguiría siendo guapo o tendría la misma sonrisa de siempre?
Aguarda, dijo... ¿𝘨𝘶𝘢𝘱𝘰? Imposible. No. No. Él era un chico y JaeHyun también. No podía pensar que un hombre le parecía atractivo al mirarlo, ¡es más, a él le gustaban las mujeres y mantiene un pequeño crush con la senpai de tercer año!
Obvio. Midori tiene buenas piernas, ojos bonitos y pestañas que batían con una sola mirada, labios apetecibles, cuerpo definido junto a una cabellera oscura larga como a él le gustaba. ¡Ella era una bomba sensual! Y se la imaginó, dejando que las hormonas piensen por esta vez. Midori-senpai con un vestido blanco inocente, mostrándole una coqueta sonrisa y caminando hacia él mientras batía sus caderas en un compás que lo atraía.
Estaba por posar sus manos sobre aquel menudo cuerpo, sino fuese que la escena cambió y sus ojos se abrieron al darse cuenta que, al frente, ya no tenía más una inocente senpai batiéndole las pestañas con coquetería; no, ahora era a un YoonOh sin camisa, apretando sus brazos en torno a su cuerpo y susurrando su nombre gravemente. Mal-di-ción.
Abrió los ojos y despejó sus pensamientos mientras se levantaba atontado del sillón. Hiroto estaba todavía bebiendo cerveza, e iba por la cuarta y se notaba lo borracho. Algunos amigos suyos hablaban, jugaban o dormían. En cuanto al hermanito de su mejor amigo y JaeHyun, ellos seguían en la misma posición solo que portaban unas bebidas. Era cerveza, ¡espera, tenían quince años y no podían tomar!
Se acercó con autoridad, más siendo que era el único no-ebrio de la casa. Además, no quería que los padres de Hiroto se den cuenta que el menor bebía y por el descuido del mayor, también porque JaeHyun era su vecino y si lo llevaba borracho a la casa no lo dejarían juntarse más con ellos por 'mala influencia'.
— Ustedes son jóvenes, no pueden beber. — les arrebató las latas y miró la etiqueta: efectivamente, era cerveza. — ¡Keiji, no puedes beber ésto, mira si tus padres te ven! — ¿Y por qué mi hermano sí puede cuando es mayor que yo por dos años? — Yuta lo miró con el ceño fruncido. — Ya... perdona, Yuta... no debí actuar así... — Además, tampoco debes darle bebida a YoonOh. Él se mudó hace poco y si su familia lo ve, los responsables seremos nosotros. Piensa también que no lo dejarán juntarse más contigo.
Keiji asintió arrepentido de lo que hizo, mientras que el sujeto de la conversación no habló nada y se mantenía callado mirándolo. Yuta se sintió algo nervioso, siendo acosado por unos ojos negros y el sueño que acababa de tener hace unos pocos minutos atrás.
— YoonOh, son las... — vio la hora en su celular, chasqueó al ver lo tarde que era. — Joder... las dos de la mañana, ¿tenías un horario establecido? Vamos, vivimos a lado... te llevaré a tu casa rápido.
Y lo siguiente lo dejó aturdido: Jung hipó y empezando a reír. Tenían que estar jodiéndolo...
— Keiji... ¿cuántas latas tomó el mocoso? — Tres, no... — puso cara de horror al terminar de contar.— como seis... — Ay, no. ¡Está borrachísimo! — ¡Perdona, perdona! Y-Yo estaba muy centrado en la conversación que no noté cuánto tomó Jae-kun.
Yuta negó con la cabeza, aunque le hubiese gustado asesinar al hermanito de su mejor amigo. "𝘗𝘦𝘳𝘰 𝘯𝘰 𝘵𝘪𝘦𝘯𝘦 𝘭𝘢 𝘤𝘶𝘭𝘱𝘢 ", pensó. La culpa era de su mejor amigo por dejar que dos mocosos estén en la sala, y más sabiendo que sus 'salidas' eran de beber, leer porno y reírse un buen rato con anécdotas del pasado. Suspiró con nervios. Él era el único sobrio, y quien, por lo visto, tiene que tomarse la responsabilidad de todos los invitados. Si hubiese sabido que pasaría eso, entonces ni habría venido.
Le sonrió a Keiji, diciéndole que tomé todas las latas y que golpease al hermano de su parte. Nakamoto se encargaría de controlar a YoonOh por unas horas, le avisaría a los padres del coreano que se quedaría en su casa y así no descubrirían que anoche bebió. Aún quería seguir viviendo.
Lo llevó al baño, le tiró un poco de agua y trató de hablarle para que le diese su celular.
— Nno quiero... — No es de que quieras o no, Jung YoonOh. — bufó, sintiendo como su paciencia estaba rebalsando. — Tengo que avisarle a tu familia de que te quedarás a dormir en mi casa, ya que somos muy buenos amigos y esas idioteces. Ahora, dame tu celular... — Mhn... hyung... — calló. — Hyung, ¿por qué no me dices JaeHyun? Suena aburrido mi nombre, ¡eres el único que me dice YoonOh! Y eso que compartimos amigos... — Es porque no somos amigos, YoonOh. Ahora cierra la boca y dame tu celular. — Keiji me dijo que eras amable, ¿por qué conmigo no? Siempre te veo sonreírle a otros, ayudarles y reírte. Pero... conmigo eres frío, serio y formal.
El puchero que YoonOh formó hizo que su corazón se ablandase, sin embargo, no dio el pie a torcer. Se mordió los labios y negó tratando de sacar en la mente sus pensamientos de que JaeHyun era guapo y tierno a la vez. Bufó para cruzarse de brazos.
— Hyung... — No soy tu hyung, no estamos en Corea, YoonOh. — Hyung eres guapo. Hyung, me gustas... —... ¿Qué?
Ni le dio tiempo a procesar las palabras como a irse y dejar al menor ahí borracho pues, YoonOh lo rodeó entre sus brazos y movió sus labios en un beso torpe pero, a la vez, en uno que marcaba pasión, deseos y sentimientos qué no pudo comprender. El más joven sabía a cerveza, menta y su fragancia a cítricos lo estaba envenenando. Estaba desconcertado, sorprendido y con ganas de morir porque le estaba gustando esas sensaciones que YoonOh le estaba concediendo.
— Es...espera, J-JaeHyun. Está mal, está mal y ¡está mal! — ¿Ahora me llamas JaeHyun, hyuuung?
De vuelta lo envolvió en un beso, solo que éste fue más apasionado que el anterior. Y las manos del más joven también. Tanteaba entre costados, las metía e investigaba cada zona de la piel que Nakamoto poseía, mientras que le arrebataba suspiros que se perdían en su boca.
Estaba cayendo ante deseos prohibidos que jamás esperó sentir. Pero se sentía bien, tan, tan bien que no podía negarlo. Los suspiros ahogados se transformaron en gemidos, las manos nerviosas en manos curiosas y los besos en un sentimiento que los unía.
Sino fuese que JaeHyun cayó sobre su cuerpo dormido y él con una erección, tal vez... tal vez eso hubiese terminado en algo que mañana se arrepentiría. Por ahora trataría de pensar en otra cosa y explicar la situación. Soltó un hondo suspiro, cargando con todas sus fuerzas al menor hasta el cuarto de invitados que conocía muy bien pues, muchas noches se quedó ahí.
Lo arropó, acarició las hebras oscuras y tomó su celular para llamar a su madre.
— Ma... lamento llamarte a esta hora, sí... sé que te preocupé pero tuve un percance. — jugueteó con los cabellos ajenos. — ¡No, nadie me ha robado, mamá! Aish, pues... verás... ¿te acuerdas de nuestro vecino? Sí, el chico de corea. Se quedó dormido en la casa de Hiroto y no sé dónde está su celular, ¿podrías avisarle a sus padres que se encuentra sano y salvo? Y que no tenga miedo, que es amigo de su hermano. Ah, gracias, te adoro... — cortó a los pocos segundos.
Yuta se acostó a lado de JaeHyun, una porque tenía sueño y dos porque quería admirar más la belleza del chiquillo de cerca. Joder, ¿cómo alguien de quince puede ser tan guapo a una corta edad? Y se pregunta sí ya ha experimentado besos o esas cosas pues, le pareció impresionante que besase tan bien (aunque al principio fue torpe). Ja, gracioso, Nakamoto Yuta quien afirmaba gustarle los pechos grandes, piernas bonitas y ser un devoto amante a Midori-senpai; se encontraba a lado de un chico mientras depositaba chupones al largo cuello blanco con una sonrisa divertida.
Le gustaba ver esas marcas en su pálida piel, y esperaba la reacción del más joven al otro día. Sí, Yuta se había propuesto una cosa:
Enamorar a Jung YoonOh y tenerlo solo para él. ᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝ ( #insomnio )
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