#pista: su familiar es la banana
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179/365 - Acertijo
No soy de plata, plata no soy. Ya te he dicho quién soy.
El plátano.
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Carrera contra frio y sal
Esta es mi primera carrera de bicicleta, después de 8 meses viajando con mi compañera con ruedas me invitaron a está competencia de 70km, nada mas ni nada menos que en el salar de uyuni. El día comenzó con una fria mañana, -11grados, aún no s�� lo que me espera, por suerte la altura no me afecta (antes de llegar a uyuni pasamos por Sucre y Potosí). Una vez llegamos al lugar de la carrera me encuentro con multitud de ciclistas (100 y mas), con todo tipo de bicicletas de alta gama, mi bicicleta es simple, no me importa, me alienta a comprobar que vale mas quien pedalea. Mis amigos me alertan que competiré sin inscribirme, seré un infiltrado, eso me agrada, competiré y al menor costo. El frío que se siente penetra toda mi ropa, significa que debo abrigarme lo mas que pueda, a pesar de la poca preparación. Me doy cuenta que mis manos sufrirán, mis guantes son cortos y están dañados, me entrará viento por todos lados, me causa risa, da igual, hay que enfrentar lo que venga. Ya una vez que dan el pitido inicial todos los competidores comienzan su desafío, yo espero que se despeje un poco la blanca pista de sal y aprovecho de grabar la salida, es un espectáculo la cantidad de ciclistas y sus diversos colores de ropa. Comienzo a pedalear, la blanca vista es espectacular y el frio se siente de inmediato, sobretodo en mis manos, tendré que manejar con una y la otra calentarla con mi aliento, y así ir alternando durante el camino. A los 8km de pedaleo se encuentra un punto turístico muy visitado, me detengo, yo solo lo conocía por imágenes en internet, las banderas del mundo, observo 2 banderas de chile, no soy patriota, pero me son familiares, aprovecho de tomar un par de fotos, solo algunos competidores paran como yo, la mayoría se enfoca en su desafío. Yo continúo observando y tomando fotografías a mi bicicleta junto al lugar. Se me ocurre dejar un recuerdo, mi pañoleta de Bob Marley, me gusta la idea diferente, dejo mas que una frontera política, dejo un estilo de vida y un grande de la musica rasta, me acompañó durante mi viaje, es momento de dar una parte mia a este lugar. Luego de sentirme satisfecho continuo con la carrera, ya todos van más adelante, apresuro el paso, los alcanzo y comienzo a pasar entremedio, mis manos continuan heladas, prosigo con mi idea de manejar con una mano y calentarme la otra, aún así voy a buen ritmo y paso competidores. El lugar es un verdadero espectáculo, el blancor se observa por todos lados, en el piso se forman pentágonos de sal y de fondo se ven algunas montañas con tonalidades azuladas, hay partes que no hay montañas y el cielo azul se junta maravillosamente con la blanca sal, me cuesta creer que yo haya llegado a este lugar y que me encuentre pedaleando sobre él. El lugar le gana a todo lo malo que se pueda sentir, y son muchos los sentimientos que pasan por mi cabeza. Cada ciertos kilómetros se encuentran puntos de hidratación, aprovecho cada uno de ellos, sobretodo de comer bananas, aunque me cuesta pelarlas, debido al frio en mis manos, mis dedos están mas rígidos de lo normal y no los siento con la sensibilidad de siempre. Los militares que están en estos puntos me miran siempre con intriga, obviamente porque no llevo numero de competidor, pero ninguno de ellos me dice nada, me comporto con normalidad y les converso amablemente para evitar mas sospechas de las que ya deben tener, quizás no ayuda de nada, pero con tal que pase desapercibido todo bien. Continúo pedaleando con viento en contra, ya cada vez se nota mayor brecha entre competidores, hay momentos en donde no veo ciclistas ni delante ni detrás mio, mis manos continuan tan congeladas como antes, aún mas con este frio viento, a pesar de mis intentos por calentarlas con mi aliento, siento que no sirve de mucho, de hecho ayuda a marearme por soplar tanto, aún así es lo único que tengo para evitar que se congelen más todavía. Los talones de mis pies también se sienten helados, pero no pasa nada, mis dedos de los pies al estar en movimiento mantienen la mayor parte de mis pies sin tanto frio. A medida que avanzo voy tomando fotografías del hermoso lugar, me encuentro con agujeros en el piso que tienen agua medianamente congelada, paro una vez para tomar una fotografia de tan rara belleza, se me hace parecido a los agujeros donde los esquimales pescan su comida. Ya llevo 50 kilómetros recorridos, el cansancio se comienza a sentir, a mi izquierda veo 2 cicloturistas tomándose fotos junto a sus bicicletas, los saludo y ellos me saludan, les doy aliento como muchos otros lo han hecho conmigo, es gratificante, me vienen muchos recuerdos a la mente, hay momentos duros durante un viaje en bicicleta, mas aún con climas extremos, pienso en los cojones que hay que tener, esto me causa una reacción nunca antes experimentada, comienzo a reír y llorar a la misma vez, muchos sentimientos aparecen en ese momento, muchos miedos y alegrias, muchas experiencias aprendidas, todo esfuerzo vale la pena, mientras lo hagas con pasión. Siento dificultad al respirar, debo concentrarme en la carrera, solo faltan 15 kilómetros para llegar a la meta, me concentro en respirar hondo y seguir pedaleando. Veo nuevamente ciclistas, esta vez son los competidores de 140km que vienen de vuelta, los saludo y les doy aliento. Llego al siguiente punto de hidratación, ya solo faltan 10km. Me detengo un momento a comer bananas, mis dedos siguen igual de rígidos y congelados, aprovecho de descansar y pido que me tomen un par de fotografías. Me concentro y comienzo a pedalear nuevamente, es el ultimo esfuerzo, a pocos metros siento un calambre en la parte interior de mi muslo derecho, no me importa, sigo pedaleando, al poco tiempo se me pasa. Me doy cuenta que mas que una carrera contra otros competidores, es una carrera contra el frio, contra el cansancio, es un desafío personal contra las adversidades, es soportar todo lo que venga para cumplir un objetivo. El blanco paisaje vale mas que todo, el momento que vivo no lo viviré nuevamente. Cada vez me queda menos, logro ver la isla Incahuasi mas cerca, también veo conos que indican el camino a seguir hasta la meta, estoy a metros de llegar y siento nuevamente calambres, esta vez en el muslo izquierdo, bajo un poco el ritmo de pedaleo y se suma el anterior muslo derecho, con las dos piernas acalambradas atravieso la meta, noto que me toman una fotografia y yo con una cara de dolor que imagino no era muy agradable, no le doy importancia y paso por entre medio de personas que me observan y alientan. Ya está, llegué, ahora solo quiero descansar y quitarme el frio. Pido té para calentar el cuerpo, y aprovecho de calentar mis manos volteando agua caliente sobre ellas. Ya todo terminó, logré mi objetivo, solo me queda descansar y disfrutar del lugar, una isla de cactus en medio de un mar de blanca sal. Parece otro planeta.
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