#pero preciso tener cerebro para revisarlo antes
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Ok latamtumblr me chupa un huevo es ese momento del año again:
#tengo q entregar un parcial mañana#y ya lo tengo pronto#pero preciso tener cerebro para revisarlo antes#y mi cerebro esta muy no existente en este momento
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Nuestra pareja (cap3)
Hola chicas y chicos, chicos y chicas.
He aquí el tercer capítulo de “Nuestra Pareja” espero que lo disfrutéis. La verdad, y como llevo repitiendo desde que empecé a publicar, soy muy exigente con lo que hago. En general me gusta que las cosas si no son perfectas estén cerca de serlo. Quiero decir a lo mejor es normal que después de estar un día entero corrigiendo un capítulo, cuando a la semana vuela a leerlo tenga que reescribir bastantes trozos porque no me gusta como está. Lo más probable es le suceda a mucha más gente, pero me da la sensación de que soy una rara excéntrica. Y aun así no puedo evitar hacerlo.
Como ya ha comentado, estoy esperando todos vuestro comentario, me gustas, lo que sea.
FANDOM: BECK (anime/manga)
Título: Nuestra pareja
Pareja: Koyuki x Ryusuke x Chiba x Taira x Saku
Personajes principales: Tanaka (Koyuki) Yukio, minami (Ray) Ryusuke, Taira Yoshiyuki, Chiba Tsunemi, Sakurai (Saku) Yuji, Minami Maho, Eddie Lee, Matt Reed
(por si no os habéis dado cuenta, si los nombres están en japones suelo escribir primero el apellido y luego el nombre propio)
Capítulo Nº: 1
LISTA DE CAPÍTULOS: Cap1 , Cap2
Nº de palabras del capítulo: 2678
Advertencia: Posibles Spoilers del anime/manga BECK, Poligamia, AU omegavers, Un omega con múltiples alfas, malos entendidos, (DE MOMENTO NO VA HA HABER RELACIONES SEXUALES, EN CASO DE QUE FUERAN A SUCEDER AVISARÍA EN EL ENCABEZADO DEL CAPÍTULO)
ACLARACIÓN DE LOS DERECHOS DE AUTOR: Los personajes no me pertenecen, son originales del manga de HAROLD SAKUISHI. Pero esta historia, a pesar de ir siguiendo más o menos (más que menos por lo menos al principio) la trama del manga y el anime, es de mi completa autoría. Así que hasta que diga lo contrarío no se puede usar para hacer una versión en otro fandom o traducir a cualquier otro idioma. En caso de querer hacerlo se debería de tratar el tema conmigo y yo decidiría si la acción se lleva a termino o se mantiene en el olvido. Espero no tener ningún problema.
Idioma: Español (España)
Velocidad de actualizaciones: muuuy lento (tened en cuenta que son capítulos largos y que a pesar de que tengo unos 12 capítulos escritos, quiero revisarlos todos antes de seguir escribiendo los siguientes. Así que si va a tardar lo suyo)
POSIBLE SPOILER DEL ANIME O DEL MANGA
ESTE FANFICS TRATA DE TEMÁTICA HOMOSEXUAL EN UN UNIVERSO OMEGAVERS, POR LO QUE LA FISIOLOGÍA DE LOS PERSONAJES NO TIENE PORQUE SER COMPLETAMENTE CIERTA DE ACUERDO A SU SEXO. SI NO AGRADAN O NO RESPETAS ESTE TIPO DE TEMÁTICA, POR FAVOR NO SIGAS LEYENDO POR TU BIEN.
QUIERO QUE ME DEIS UN TOQUE SI OS PERCATÁIS DE CUALQUIER FALTA DE ORTOGRAFÍA, PARA PODER MODIFICARLA .
ESTOY ESPERANDO VUESTROS COMENTARIOS, ESCRIBID UN POCO AUNQUE SOLO QUERÁIS LEER. ASÍ PODRÉ SABER SI GUSTA O YA ES HORA DE QUE ME TIRE A UN POZO.
CAPÍTULO 3
Sus glándulas suprarrenales estaban trabajando a pleno rendimiento, produciendo grandes cantidades de adrenalina. Su cuerpo luchaba por conseguir la energía suficiente para mantener la gran actividad que estaban realizando todas sus células, en especial las musculares. Contra todo pronóstico, estaba siendo capaz de desplazarse a una elevada velocidad, teniendo en cuenta la usual había muy considerable diferencia. Correr a esa velocidad no era nada fácil, aún que no lo sentiría las consecuencias hasta después de enfriarse. Por el momento, lo único que estaba presente en su cerebro era el irrefrenable deseo de encontrar al alpha. Solo era gracias a este pensamiento que era capaz de correr todo lo rápido que podía.
Aunque se quisiese evitar, era en este tipo de casos, en los que la fuerza física es lo más importante, que los omegas están en una considerable desventaja. Es cierto que hay omegas con cuerpos que no corresponden con su género secundario, “de todo hay en la viña del señor”, y que son capaces de competir en fuerza, resistencia y altura con los alphas; la mayoría de las veces resultaban ser bajitos, suaves y bastante malos en los deportes en general, aunque suelen destacar en flexibilidad, paciencia y agilidad. Koyuki es un omega. Por pura genética no podía correr demasiado rápido ni por mucho tiempo, a pesar de eso lo estaba dando todo. Aunque en su caso si que es cierto que cuenta más su mala preparación física que el hecho de que sea omega. A decir verdad, antes Koyuki estaba mejor preparado físicamente: bailaba, corría, saltaba. Pero en algún momento del camino dejaron de entusiasmarle esas cosas. Pero en ese preciso momento nada de eso tenía importancia. Cada gota de sudor que surcaba su rostro demostraba que se estaba esforzando al máximo para alcanzar a Ray. Costase lo que costase iba a llegar hasta él.
Sin darle un descanso a su fatigado cuerpo, seguía corriendo. En ese momento no era capaz del resentimiento de su cuerpo, pero cuando se detuviese y sus músculos dejasen de trabajar lo notará. Podrá sentir los pinchazos, el resentimiento de su cuerpo hacia su persona por forzarlo tanto sin preparación previa. Pero no podía hacer nada más, cuando le tocase sufrir sufriría, ahora seguiría concentrado al 100% en alcanzar su objetivo.
Había estado muy distraído siguiendo al grupito de senpais como para percatarse de la gran distancia que recorrieron hasta instalarse en ese local a comer algo. Con cada respiración su ritmo tartamudeaba, el vaho le cegaba por un par de segundos. Pero nada le importaba más en ese momento que llegar hasta Ray. No tenía muy claro cuál de sus cerebros está dando las ordenes, pero está siendo un cabezota de manual. En cierto modo era comprensible, no quería dejarlo al chico a su suerte, y ese pensamiento le guiaba y hacía reaccionar de una forma diferente a la usual. Porque solo estaba seguro de que no quería quedarse quieto, sin hacer nada, lo más natural era seguir a sus instintos. Además, el hecho de que no se tratase de su usual sentido de la justicia, que en tantos problemas le ha ido metiendo a lo largo de su vida, sino algo más profundo y extraño, era muy inquietante. Era más violento y arrollador. Sin saberlo, Yukio se estaba dejando manejar por el instinto que toda hembra posee de defender lo que es suyo, ya sean sus cachorros o a su propio macho.
Es este deseo irrefrenable que provoca que cuando un omega entra en celo, los omegas a su alrededor comiencen su rutina compitiendo por la atención de los alphas, aunque la parte racional de la persona no desee este tipo de atención.
Las calles que fue atravesando durante su carrera, tanto principales como secundarias, estaban iluminadas por un número concreto de farolas, colocadas estratégicamente para que con las justas se alumbrase toda la calle casi uniformemente. Pero esta luz apenas llegaba a los callejones laterales que permanecían en una penumbra constante. Lugares oscuros donde se juntaban por la noche los gamberros y gente peor que ellos.
Intentó dar un pequeño acelerón más, a ver si así llegaba antes, forzando como nunca a su cuerpo. Que como era de esperar, la resistencia no es una de sus principales cualidades. Pero sus piernas seguían en movimiento.
Corría todo lo que su condición corporal le permitía. Solo la firme convicción que lo hacía moverse era la que no le permitía detenerse ni para descansar dos minutos.
Después de girar una esquina, al fin, vió el Remedy lo que le provocó un último acelerón, adentrándose en el callejón lateral al local. Giró a la izquierda y lo encontró. Recostado contra una pared. En un primer momento el miedo le atravesó como un largo látigo de espinas. Pero a medida que se fue acercando más al otro chico se dio cuenta de que este respiraba y se movía tratando de acomodarse mejor.
—¡Ray! —gritó estando ya casi encima del alpha.
Cuando alcanzó al mayor se detuvo finalmente. Después de toda la actividad que había estado soportando su cuerpo, ahora el omega estaba apoyado contra sus rodillas luchando una vez más, pero esta vez para no caerse al suelo al tratar de estabilizar su errática respiración. Después de un par de minutos en los que su cuerpo consiguió estabilizarse por completo y, ahora sí, podía respirar sin jadear del esfuerzo, el omega se incorporó y miró al joven frente a él. En ese momento fue consciente del daño que le habían infringido esos adultos borrachos. Su cara, con lo hermosa que le parecía l omega, ahora estaba hecha un cuadro. Tenía las dos mejillas rojas de los golpes y su pómulo derecho y su nariz sangraban, aunque esta última más profusamente. También tenía el ojo derecho medio cerrado por culpa de la hinchazón y toda su ropa llena de polvo y casi desgarrada en algunas zonas.
El alpha que había estado mirando en silencio como el omega se recuperaba de su larga carrera le sonrió cuando el más joven consiguió mirar en su dirección. Pero no consiguió mantener su sonrisa por culpa del dolor que le causaban los cortes de sus labios, y los pinchazos del resto de músculos de su cara. No quería que el menor se preocupase más por él, estaba bien. Aunque la mueca, que pretendía ser una encantadora sonrisa, no ayudaba.
—¿Te duele mucho? ¿Cómo te sientes? —Preguntó rápidamente Yukio, en cuanto reconoció por encima los posibles daños, al alpha que seguía recostado contra la pared de ese oscuro callejón sin vida aparente.
Al mirarse a los ojos directamente, sin saberlo, sus almas inconscientemente se comunicaron. Pero la parte racional de su sistema nervioso central no era capaz de comprender lo que acababa de suceder frente a sus narices. Su omega y alpha internos querían un acercamiento mayor, pero el omega todavía no era uno solo con Yukio y el alpha de Ray siendo consciente de esto no le comunicó nada al chico. Se anhelaban con mucha fuerza, pero tendrían que esperar para estar juntos. Hasta que Yukio no se presentase como un omega adulto, después de sufrir su primer calor y sus hormonas y aroma se adecuase a su género no podría comunicarse con parte de su alma. Esa parte animal que habitaba en cada omega y alpha existente y que era la representación espiritual del instinto que en ocasiones les dominaba. Es a causa de su alma animal, según la fuerza de la presencia de esta, que algunas personas tenían más o menos presentes sus instintos. Por eso, hasta el momento en que se pudiese comunicar con su omega interno, no será capaz de interpretar las señales que le envíe el solitario alpha del mayor, que tampoco es consciente de lo que hace su cuerpo.
—Estoy bien, no te preocupes —Intentó tranquilizar al, aún, cachorro omega frente a él —Se verá peor de lo que me duele.
Yukio permaneció en silencio, inspeccionando las feas heridas del contrario. No podía articular ninguna palabra sin que la voz se le quebrase. Estaba atravesando una etapa de su vida en la que era pesimista, muy pesimista. No podía pensar bien ni de la vida ni de las personas que lo rodean. Siempre le rondaban una serie de pensamientos que solo demostraban una y otra vez la muy poca autoestima que tiene. Le resultaba imposible siquiera plantearse que alguien a quien acababa de conocer se metiese en una pelea por él. Pero había habido alguien que lo había hecho, destrozando por completo expectativas hacia él. A causa de sus acciones inesperadas el omega está experimentando, en ese preciso instante, un afecto por el chico que no había sentido hasta el momento por nadie más.
—Gracias —susurró tan bajito que apenas se le pudo oír, mientras se le resquebrajaba la voz en el interior de su garganta y sus ojos se llenaban de lágrimas que no podía retener.
A medida que sus lágrimas salían de sus lagrimares se deslizaban tranquilamente a través de sus pálidas mejillas, formando un incesante manto acuoso. Había sucumbido de una vez ante la desesperación insostenible que había estado sintiendo desde que había dejado que el alpha se marchase con esos hombres.
No era normal que se sintiese tan desesperado por el bienestar de alguien a quien acababa de conocer hace prácticamente tres días, pero era bastante indiferente ante las diferentes situaciones que pudiesen atravesar gente a la que había conocido durante años. Viendo que le era imposible para de llorar, le dio la espalda al alpha bilingüe y se restrego los puños de la chaqueta por los ojos. No quería que siguiese contemplándole en ese penoso estado, mucho peor que su habitual aburrido rosto.
—Por preocuparte por mí. —Continuó después de la gran pausa que había interrumpido su agradecimiento. —Porque hay veces en las que tengo la sensación de que si desapareciese de este mundo a nadie le importaría.
Un ligero silencio se instaló entre ellos. No era del todo incomodo, pero aumentó la ansiedad que ya estaba sintiendo el omega por culpa de toda la situación. Intentaba pensar en algo para romper lo pero el otro se adelantó y habló en su lugar.
—No hay de que.
Se quedaron mirándose el uno al otro durante un par de segundos más en los que habían estado ellos dos solos. Porque poco después de que sus ojos se encontrasen llegaron gritando el grupo con el que había estado gran parte de la noche. Y para gran desagrado de Yukio, Izumi-chan fue directa al alpha ignorando con gran maestría a su “amigo” omega.
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—Koyuki. —Le llamó Izumi-chan desde su espalda.
El omega se giró y vio como la omega caminaba en su dirección con una gran, y falsa, sonrisa decorando su rostro.
—Vamos a visitar a Ryusuke hoy —ordenó.
El día en el que Ryusuke, el verdadero nombre de Ray el cual les había comentado después de que el grupo interrumpiese su momento a solas, le había entregado un mapa, para llegar a su casa, al omega masculino.
Cuando estuvieron a la misma altura ambos omegas, el chico reanudó su caminar y siguieron uno al lado de la otra. Viéndose, prácticamente, obligado por la mayor sacó el descuidado mapa. Aunque no le molestaba para nada ir a visitar al otro chico, no quería que este e Izumi-chan se encontrasen más veces y mucho menos ellos dos a solas. Lo cierto es que hace unas pocas semanas habría deseado con todas sus fuerzas volver a pasar tiempo con su “amiga”, pero por alguna razón ahora solo le producía cierto rechazo que no podía comprender del todo. El cariño y amor platónico que había sentido hacía ella una vez se había desvanecido sin previo aviso, y era en esos momentos en los que el rechazo se hacía más fuerte, que se daba cuenta de que ya no quería estar más a su lado.
Ambos siguieron caminando juntos mientras se dirigían hacia la casa de su más reciente amigo.
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—¿Esta es la dirección correcta? —Se preguntó Yukio a si mismo mientras intentaba descifrar los garabatos de Ryusuke.
Después dar vueltas durante tres cuartos de hora completos, sin saber muy bien hacia donde iban, por fin habían llegado a la que debería ser la casa del alpha. O eso esperaban, aunque tenían ciertas dudas. Ambos omegas se encontraban frente a un estanque de pesca. No demasiados seguros de estar en el lugar correcto se acercaron a preguntar sin por casualidad es realmente cierto que Ryusuke vivía allí. La supuesta “casa”, si se le podía llamar así puesto que era más bien una habitación destartalada que en mejores tiempos había sido probablemente un almacén. Antes de poder acercarse más y buscar a alguien en el interior Beck salió a su encuentro.
Al parecer hoy no estaba de tan mal humor, pero de todas formas Yukio se echó un poco hacia atrás. A diferencia de él, Izumi-chan se aproximó al animal y este dejó que lo acariciase. Aunque sabiendo el chico como se ponía el perro cuando se cabreaba prefería mantener una distancia prudencial.
—Beck —llamó una voz varonil desde el interior de la estructura al extraño perro.
A los pocos segundos los dos visitantes vieron al alpha salir por la puerta corrediza de cristal y acercarse a ellos mientras Beck corría a su alrededor.
—Hey Koyuki. —Le saludó el chico haciendo uso su apodo. Apodo que adoraba escuchar salir de su boca.
El omega le saludó con un ligero movimiento de cabeza. Seguía mirando fijamente el drástico cambio de vestimenta del alpha. La noche anterior había utilizado unos vaqueros que se ajustaban a sus piernas y una camisa casual pero sensual. Ahora estaba usando unos pantalones anchos y cortos; y en la parte superior una camiseta de manga corta que parecía bastante vieja. Sus en vez de estar dentro de unas espectaculares botas negras, se encontraban apenas sujetos por las tiras de unas chanclas.
—Así que, ¿vives al lado de un estanque para pescar? —Quiso confirma la chica.
—Vivo y trabajo aquí. Es muy humilde, pero me gusta.
Después de que la abuela dueña del estanque se despidiese de ellos entraron a la casa, habitación, de Ryusuke. En principio parecía que todo estaba hecho un completo desastre, las ventanas estaban destrozadas en algunos puntos y las habían intentado reparar con cinta adhesiva. Y al echar un simple vistazo se podía deducir que no se limpiaba demasiado. Pero, cuando Koyuki le prestó un poco más de atención a la habitación se dio cuenta de un par de cosas. Hay una extensa cantidad de mangas shoujo y discos musicales de diferentes estilos. A parecer no se limitaba a escuchar un solo tipo de música, lo que aumentaba su riqueza musical. Ambos intrusos se dedicaron a fisgonear durante unos segundos en silencio.
—¿¡Este es el disco que Dying Breed sacó durante su época inde!? —exclamó extasiada Izumi-chan.
Había estado revisando los CDs del alpha a ver si encontraba alguno de las bandas que le gustaban. Y lo había conseguido. Después de todo Ryusuke tenía el primer disco de una banda de rock que estaba muy de moda últimamente en Japón, y que es incluso más famosa en el resto del planeta.
—Si, pero la canción sin editar es más country
En el momento en el que Izumi-chan y Ryusuke empezaron a hablar de la banda, Yukio tenía claro que sobraba. No tenía ni la necesidad de seguir prestándole atención a la conversación, sabía que en cualquier momento empezarían a coquetear. No quería presenciar eso. Sin razón aparente no quería que la pareja se hiciese más cercana de lo que ya era. Los celos, poco a poco, se iban instalando en lo más profundo de su pecho inevitablemente.
Negándose rotundamente a la autocompasión que estaba empezando a sentir se levantó y salió hacia el estanque. Distraídamente cogió una de las cañas y se puso a pescar durante un rato, no queriendo concentrarse en nada más que el ligero movimiento del agua que provocaban los peces. Lo único que deseaba era dejar de escuchar la estridente voz de su senpai.
[palabras: 2678; publicado: 25-04-2019]
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