#pero están en esto de bailar sobre hielo y no se pueden hablar mucho hlgñghhg

[mikrokosmcs]

No  podía  evitar  resoplar  de  nuevo  ante  la  muestra  bastante  patética  de  valor,  queriendo  imponer  un  poco  de  respeto,  pero  fallando  cuando  los  vocablos  no  salen  como  deberían,  con  la  rabia  que  seguramente  en  su  interior  sentía  al  ser  tratada  como  una  princesa  de  cristal.  Podría  respetarla  un  poco  si  le  hubiese  gritado,  o  mejor  aún,  no  le  hubiese  pedido  “por  favor”  que  le  respete  como  persona  y  patinadora.  Pero  no  tiene  mucho  tiempo  para  pensar  y  concentrarse  en  nimiedades,  no  cuando  el  violín  comienza  a  llorar  de  una  forma  desconsolada  y  le  obliga  a  entrar  en  su  papel  de  príncipe  azul,  persiguiendo  a  su  amada  que  huía  del  amor  que  se  profesaban  por  medio  de  movimientos  y  posiciones  en  el  ring  de  hielo. 

Es  el  primer  movimiento  donde  asecha  por  la  espalda,  su  cuerpo  está  cerca  pero  no  tanto  como  para  tocarse  y  perder  el  equilibrio  ninguno  de  los  dos,  una  de  sus  manos  se  posa  sobre  la  cintura  y  la  otra  pasa  al  frente,  presionándose  sobre  un  cuello  delgado  y  es  cuando  Moony  tiene  que  volverse  a  escabullir  de  sus  garrar,  siendo  parte  de  su  práctica.  Habían  pasado  siempre  por  esa  parte,  ahora  venía  el  seguirla  persiguiendo,  hacen  volteretas  ahora  en  el  hielo,  sus  ojos  se  encuentran  y  aquí  es  donde  comienzan  siempre  los  problemas.  Vuelven  a  posición  correcta,  Hyukbin  y  sus  manos  se  aprietan  seguras  sobre  la  cintura  y  carga  su  peso  sin  problema  alguno,  ahora  era  cuestión  de  esperar  a  que  su  pareja  se  sintiera  “ligera”  para  empujar  la  voltereta  y  esperar  que  esta  vez  funcionara. 

¿Cómo se suponía aprendería a convivir de esa forma? Agradecía las buenas intensiones de la abuela. Pero ojalá hubiera investigado un poco antes al prospecto, antes de someterla al infierno en patines y un vestido de lentejuelas. Escuchó el quejido de su compañero, y se esforzó tanto por no agachar la mirada y comprimir los hombros, pero falló. Se agachó para quitar los protectores de las navajas de sus patines, y se metió a la pista para seguirlo. Odiaba que la tuviera en ese concepto “Oye… prometo llegar a tiempo, pero jamás vuelvas a llamarme de esa forma, por favor” quizá hubiese deseado sonar un poco más impositiva, pero ese por favor al final no ayudó, pero tampoco lo pudo evitar. Dicho eso le arrancó la mirada de un solo arrebato y se colocó en su posición inicial.

"La princesa está lista" Dijo entre burlas y mentiras. Pues un factor de nerviosismo terminaba para darle la bienvenida al nuevo. Jamás había sido tocada de esa forma por un hombre. Claro que todo era ampliamente profesional. Aunque Hyukbyn jamás le hubiese insinuado nada sexual, el simple hecho de sentir su toque comprimía el interior de su cuerpo, y le era completamente imposible no sentirse cohibida por quién sea que la estuviese mirando. Podía sentir la frustración tomarla de los hombros y sacudirla de forma poco amable. Escuchó la señal del entrenador, y comenzó la rutina, iniciando a deslizarse sobre el hielo, inicialmente sola pero en conjunto. Si algo debía admirar, es que lo bien que patinaba Hyukbyn la motivaba a ser mejor en lo suyo. Se concentraba en sus pies, y en no perder la cabeza en la primera cargada.