#pero anda tranquilita
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licncr · 2 years ago
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🥂 LIONOR NORONHA - ha compartido un atuendo.
SILVER FACTORY - 📍 West Chelsea, NYC.
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mearpsdyke · 2 years ago
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Para mí ese meme va mejor con Falfan agarrando a nuestra desquiciada favorita, es decir Romi Nuñez, porque aldi raspa más que caer en calle de pavimento pero no está tan demente
EU RE SÍ kajdkakska romi anda demasiado desquiciada últimamente, les calza muy bien. igual aldi tuvo su tiempo de demente, en su momento era la jugadora con más amarillas de la ex-iberdrola 🙏🏻🙏🏻 ahora está más tranquilita, ya casi no se come amarillas
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conperspectiva · 4 years ago
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EXPERIENCIA EN CITAS TINDER.
Juan, funcionario (o sea, poli). 38 años
La cosa empieza así: Yo un día de mierda en el que me cabreo con el mundo porque no tengo trabajo, ni dinero, estoy tirada en mi cama y he dejado de fustigarme por las cosas que he hecho mal en mi vida, solo estoy harta y asqueada de no estar contenta y que eso sea lo mismo de siempre, asique por una vez, en lugar de pensar como quiero que las cosas cambien, simplemente cojo el móvil y busco una manera de entretenerme más allá de la clásica app de juegos.
Abro Tinder, pongo tres fotos que tengo por ahí. Una de cuerpo entero, otra de mi cara y la última de viaje y contemplando el horizonte, (muy profunda ella). Luego, una simple y llana descripción que no ocupa ni 8 palabras. “Hay mucho más que la primera impresión”. Solo por llevar la contraria a la frase de “la primera impresión es lo que cuenta”. Rotundamente no, pues anda que no hay mierda detrás del escenario.
Anteriormente, daba likes incluso a tíos que no me gustaban solo porque la razón de estar ahí era que me aburría, pero comprendí que era un gran error, porque les inducía a pensar que tendrían alguna posibilidad conmigo, y eso se convertía en algo incómodo de llevar a la hora de quedar con el fulano en cuestión. De modo que esta vez deslicé a la izquierda cada vez que una cara me molestaba, que fue prácticamente todas las que vi (a excepción de la del protagonista).
Este sujeto tenía una foto en la cima del Teide, otra buceando, otra contemplando el horizonte tras el mar (como la mía) y por último solo la cara. Su descripción era que es sincero, inquieto y curioso. Por todos los factores que teníamos en común le di match, sin más.
Hay que decir que, hasta este instante, apenas habían pasado cinco minutos. Pues ya era recíproco, él me estaba esperando a mí. Empezamos a hablar y la magia saltó al instante, la conversación se hizo amena y divertida en cuestión de segundos, aunque no tardó ni una hora en confesarme que solo estaba de paso, que la razón de su presencia en la app era para pasar los días de vacaciones. Así que por el feeling presente, acordamos vernos al día siguiente.
Sobra decir que durante el resto del día hablamos más veces… no voy a ir a lo loco por hablar solo una hora, ¿no? Por muy aburrida que esté, necesito preámbulos.
Ahora lo bueno.
Nos vemos las caras
Primero que todo, la hora de queda fue a las 5.30 pm, pero aparece a las 7,30pm. No se qué que surgió y blablablá, menos mal que yo estaba tranquilita en casa mientras hacía mis cosas, porque habría sido motivo de cancelación seguro. ¡A ver qué pasa aquí!
Cuando bajo, la primera impresión me la esperaba, a posta me puse mis tacones para no parecer un pitufo porque ya advertí (a causa de experiencias anteriores) lo que pasaría… Mide 188cm, asique aun así tenía que inclinar la cabeza hacia arriba.
Chocamos el puño para decirnos hola (ya dijimos que la quedada era sin ilusiones) y empezamos a caminar hacia el garito donde pasar la tarde-noche. Solo en ese trecho, me dejó más que claro que era friki, es más, se atrevió a llamarme friki a mí, A MÍ. Si concebía cierta esperanza para encontrar algo de chispa en la cita, se esfumó en ese momento.
Bueno, llegamos al bar y nos sentamos, y la cosa empezó a relajarse, creo que fue al quitarnos las mascarillas, sinceramente. El hecho de poder verle la boca a alguien da seguridad, o eso pienso ahora, nunca me lo había planteado.
Durante las dos horas que estuvimos allá, estuvimos hablando sin descanso ni silencio. Tenía una pregunta tras otra sobre mí, mi forma de ser, pensar y mi vida. Y obvio yo quería que hubiese un balance, así que me interesé por él también.
No es que fuera muy importante, pero hablamos sobre los viajes que hemos hecho, la familia, los estudios, y otros temas random que fueran cruzándose por la conversación. Me preguntó sobre la impresión que me dio verle, y fui sincera, me pareció que tenía unos ojos bonitos, de color del ámbar y con un toque de verde, y en sí la cara estaba bien compuesta, sin embargo, SIN EMBARGO, tenía cuerpo de comodidad total, y a mí eso me corta muchísimo el rollo…
Pero bueno, todo iba rodando sin mucho esfuerzo hasta que empiezo a notar que el colega está cada vez más cerca, sus manos juegan con mi rodilla, agarrando mis dedos “sin querer”, y cuando me quiero dar cuenta su cabeza está invadiendo mi espacio vital.
“Perdona, me estoy empezando a sentir invadida, o sea, ¿ves esto? Es una burbuja de espacio vital, ¿no es muy grande, a que no? Pues tú estás aquí, sobrepasando el límite de lejos.” (Señalando con la mano el espacio frente a mi costado derecho)
No dijo nada, se quedó riendo por lo bajo de la situación, su cuerpo se relajó hacia la pared y yo pude inclinarme tranquilamente hacia delante. Por lo que pensé, que el asunto quedó ahí. PERO NO.
Cuando salimos del bar, a solo dos pasos de la puerta va y me da un abrazo de oso, arrima cebolleta e intenta una especie de beso de esquimal con la mascarilla puesta mientras yo intento zafarme estirando el brazo como un gato cuando lo agarran pero no quiere que lo cojan. (Ojalá encontrara el meme que tengo en mente) En serio, fue como si me intentase comer Homer La Masa.
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Los siguientes diez minutos fueron una discusión sobre lo correcto-incorrecto del comportamiento civilizado. Él proclamando la injusticia del rechazo hacia el cariño y yo reclamando RESPETO por todo lo alto, teniendo en cuenta de que ni siquiera me había pedido permiso para cierto acercamiento. En fin.
Dado que estamos en alerta, (un show en la historia de la humanidad) no se puede estar en la calle más tarde de las 11pm, como en la época de Franco. Así que era hora de despedirse, por lo que le acompañé al coche.
En el camino yo ya no me sentía tan cómoda con él, más allá del intento de engullirme a cariños pre-desarrollados, estaba hablando como por cuarta vez de si por qué le había dado like o no a su perfil, (hablar dos veces ya es raro, cuatro es un poco insano) y además, mi conclusión final fue que para tener 38 años, sentía que estaba hablando con uno de 24 (y no solo por la forma de expresarse, sus movimientos escénicos ladeando la cabeza y colocándose el pelo daban mucho que pensar).
Pero aquí es cuando viene y lo remata.
«Ahora vas y la cascas»
Llegamos al parking, nos plantamos delante de su coche y me pide que le dé un beso en la boca. ¿HOLA?
Es curioso porque teniendo en cuenta lo rápido que piensa, lo bien que escribe, lo observador que parecía, de repente se salta todas las normas y se patina de esa manera. Pero lo más gracioso no es eso, lo gracioso es que durante el rato en el bar, ya me sugirió que nos lanzásemos a la piscina, pero no me lo tomé en serio… me pareció un tema de conversación como otro cualquiera. El saber si coincidimos en donde están nuestras bases, cuándo y por qué. Me pareció haber sido suficientemente clara cuando le dije que no le iba a besar.
Y sin embargo, aun lo intenta, ¿no te vale un NO como respuesta, eh?
Le digo que si puedo darle un abrazo esta vez, por el simple hecho de que es un abrazo de despedida, no sé si nos vamos a volver a ver y al fin y al cabo pese a lo rarito, me cae bien. Y cuando me engulle de nuevo y con su cabeza a escasos centímetros de la mía, me pide que le mire a la cara, que no me iba a besar. (Claro que sí amigo…)
Pues bueno, como no me fio ni un pelo me veo hablándole a sus tetas para decirle que no me parece buena idea y que se conforme con el abrazo. Y el muy cabezota, como quiere si o sí juntar morros, me agarra del cuello para sujetarme bien y besa mi mejilla al estilo abuela, así, frondoso y carnoso, uno en cada lado y con ruido incorporado. Para que no se me olvide. Mi cara era un poema.
Lo primero que siento cuando me suelta es el aire de vuelta. La liberación.
En realidad, me da rabia porque parece que estoy exagerando, y hasta me siento mala persona o fría con ese sentimiento de querer huir como si el amor me diera calambre. (¿En qué momento acabaron conmigo?) Por otro lado, si alguna vez me vi como él, agradezco haber evolucionado.
Fin de la historia, él se fue a su casa, yo a la mía y no sin un sentimiento de vaivén extraño por dentro. Las citas de Tinder son así.
https://conperspectiva.es/experiencia-en-citas-tinder/
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