#os juro que mato a alguien
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kiir-bee · 7 years ago
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Así trata España a sus héroes.  —  Ambrosio Spínola
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nothesc · 4 years ago
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Necesito tiempo. Un fic Damira.
Tras la conversación del miércoles Dani le pide un tiempo para pensar a Amira. 
También podéis leerlo en ao3
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Amira vuelve a desbloquear el móvil por quinta vez en el último minuto. Después de lo que pasó el miércoles no está segura si debería escribirle o no. Tal vez lo mejor sería cortar con esto de raíz, si ya sabe que no va a funcionar. Pero una parte de ella no puede evitar querer intentarlo, querer luchar por la relación. Finalmente se decide a abrir la conversación con Dani y escribirle. Primero piensa en ser sincera, decirle que se quedó con mala sensación después de la conversación sobre lo del sábado y que le gustaría hablar con él, pero después decide que es mejor hacer como si nada hubiera pasado, al menos hasta que se vean en persona y puedan hablar. Amira no quiere reconocerlo, porque le da miedo la respuesta de Dani, pero sabe que, cuando se vean, tendrá que hacerle la pregunta, si quiere seguir con la relación, y esta vez, sabiendo a ciencia cierta todo lo que eso supone. Tratando de no anticiparse a los acontecimientos, envía el mensaje.
“Daniiii, ¿te apetece que nos veamos el finde?”
La respuesta de Dani no tarda en llegar, aunque no es lo que Amira se esperaba.
“No creo que pueda, estoy hasta arriba de entrenamientos. Ya hablamos la semana que viene, ¿vale?”
La primera reacción de Amira es entrar en pánico, Dani la está evitando, está segura de ella. Se ha cansado de ella y no sabe cómo decírselo. Amira trata de calmarse, puede que realmente solo esté ocupado con los entrenamientos de rugby, es cierto que se acerca un campeonato, pero también es cierto que Dani siempre ha sacado un hueco para quedar con Amira, igual que ella ha hecho con los exámenes.
El móvil de Amira vibra en su mano indicando que ha recibido otro mensaje de Dani.
“Lo siento ♥”
Amira sonríe ante el segundo mensaje, que le da un poco de esperanza y la tranquiliza. Aún así, Dani y ella tienen una conversación pendiente, pero tendrá que esperar a la semana que viene.
-¿Tus padres te han dejado la casa sola todo el puente y no nos has invitado? – le pregunta indignada Viri a Cris el lunes en el recreo.
Amira está escuchando la conversación a medias, más pendiente del móvil que de otra cosa. Dani y ella no han hablado en todo el fin de semana. Pero ya es lunes y se supone que iban a hablar esta semana. Amira está tratando de contenerse para no hablarle, cree que debería ser él el que empiece la conversación, no quiere resultar agobiante.
-Déjala, Viri, que seguro que ha estado todo el finde con Joana dale que te pego, ¿a que sí? – comenta Eva dándole un codazo en broma a Cris que inmediatamente se pone colorada.
-A ver, teníamos que recuperar el tiempo perdido, charlar y eso – dice Cris con cara de inocente
-Sí, sí, charlar – bromea Nora.
-Bueno a ver, sí, charlar y lo que no es charlar – afirma Cris subiendo y bajando las cejas – Aunque también os digo, que tampoco nos hemos venido demasiado arriba porque con Dani todo el día metido en casa nos daba un poco de palo.
El nombre del hermano de Cris capta inmediatamente la atención de Amira que mira a su amiga con el ceño fruncido, algo de lo que ha dicho no tiene sentido.
-¿Dani ha estado todo el fin de semana en tu casa? – pregunta Amira cortando la conversación.
-Eh…sí, no tenía entrenamientos y ha estado todo el finde en su cuarto. Bueno menos el sábado que se fue por la tarde, supongo que quedaría contigo, ¿no? – Cris no entiende muy bien la pregunta de Amira ni por qué es relevante el hecho de que Dani haya estado en casa pero cuando ve la cara que pone su amiga sabe que algo pasa.
-Tengo que ir al baño – murmura Amira que lo único que quiere es alejarse del grupo y estar sola para tratar de procesar lo que acaba de escuchar.
Dani le dijo que estaría ocupado todo el fin de semana y según Cris ha estado en casa, menos el sábado que quedó con alguien, pero ¿con quién? Y si estaba libre ¿por qué no la llamó? Todas estas preguntas rondan la cabeza de Amira y todas sin respuesta. Está tan metida en sus pensamientos que no se da cuenta de que Cris la está siguiendo hasta que le toca el brazo para detenerla.
-Amira, ¿qué pasa? ¿Por qué te has ido así? – le pregunta Cris preocupada.
Amira evita su mirada a la vez que trata de aguantar las lágrimas que amenazan con salir, ni siquiera sabe muy bien por qué necesita llorar, por frustración tal vez, o por confusión, o peor, por la confirmación de lo que temía.
-Amira, ¿qué pasa? – insiste Cris.
-Pues pasa que tenías razón, Cris. Que al final he acabado agobiando a tu hermano y nos hemos pegado una hostia. Enhorabuena, tenías razón.
Sin darle opción a que Cris diga nada, Amira se da la vuelta para dirigirse al interior del instituto, dando gracias cuando escucha sonar el timbre que indica que las clases vuelven a empezar.
Amira no la ha esperado a la salida hoy, tampoco la culpa ya que llevan unos cuantos días sin irse juntas, pero precisamente hoy Cris quería aprovechar el viaje de vuelta a casa para hablar con ella sobre lo que ha pasado por la mañana. Aún así, aun queda otra persona que le puede aclarar las cosas, aunque conforme Cris se acerca a su casa va dándose cuenta de que no va a ser una conversación demasiado civil.
Lo primero que hace al llegar a casa es comprobar que su madre no está y acto seguido se va hacia el cuarto de su hermano y abre la puerta.
-Cris, tía ¿no sabes llamar a la puerta? – le dice Dani desde la cama, con el portátil sobre sus rodillas.
-¿Qué ha pasado con Amira, Dani? – le pregunta Cris, no hay tiempo de dar rodeos.
El tema de su relación con Amira lleva siendo un tema tabú entre los dos hermanos desde que Cris se enteró de que estaban juntos, por eso Dani no puede evitar sorprenderse ante la pregunta de su hermana.
-¿A qué viene esto? – pregunta Dani, dejando el ordenador encima de la cama e incorporándose un poco. - ¿Qué te ha dicho Amira?
-Pues mira, sus palabras exactas han sido “enhorabuena Cris, tenías razón, he agobiado a mi hermano y nos hemos dado una hostia”. – Cris ve como su hermano cierra los ojos y niega con la cabeza a la vez que la agacha en señal de derrota, el gesto hace que Cris se preocupe, venía dispuesta a echarle la bronca a su hermano pero no se ha parado a pensar que tal vez él esté tan mal como lo parecía Amira esta mañana – Mira Dani, yo sé que reaccioné mal cuando me enteré de lo vuestro y joder, que yo no quería decir lo que dije. Que sí que es una relación complicada, pero la mía también lo es y aún así sigo con Joana y estoy super feliz. Y…que yo qué sé, que no sé qué ha pasado entre vosotros pero no podéis tirar la toalla así. Si…si vosotros estabais destinados a estar juntos.
-¿Tanto te costaba decir eso la primera vez? – pregunta Dani que se alegra de que su hermana por fin los apoye pero no puede evitar estar un poco resentido por el hecho de que el apoyo llegue tan tarde.
-Lo siento, estaba sorprendida por la noticia y preocupada por Joana y lo pagué con vosotros. Lo siento de verdad. Pero…Dani, ¿qué ha pasado? Porque todo parecía ir bien y de repente estaba contando que has estado en casa todo el fin de semana y Amira se ha levantado y se ha ido. No entiendo nada. Y, ¿con quién quedaste el sábado si no fue con ella? – Cris se detiene por un segundo a pensar en su pregunta y la respuesta que se le viene a la cabeza la vuelve a alterar – Dime que no le estás poniendo los cuernos a mi mejor amiga Dani, porque te juro que te mato.
-Cris…-suspira Dani, que sabe que lo único que puede hacer es contarle la verdad – Siéntate y te lo cuento.
-Dani…
-Cris, siéntate por favor, esto va para largo.
Lleva toda la tarde intentando concentrarse en estudiar para el examen que tiene en unos días pero no puede parar de darle vueltas al tema de Dani. Claramente Dani no le ha contado toda la verdad, y no sabe qué hacer al respecto, si debería escribirle para preguntarle o darle tiempo para ver si sale de él hablarle. Amira coge el móvil para comprobar la hora y su corazón da un vuelco cuando se da cuenta de que tenía el móvil en silencio y que no se ha enterado de que ha recibido un mensaje, un mensaje de Dani.
“Siento lo del finde. Solo necesito un poco de tiempo, pero hablamos esta semana y te cuento, ¿vale?”
El mensaje la tranquiliza un poco, pero también hace que le surjan más dudas. Necesita un tiempo, ¿para replantearse la relación? Y le tiene que contar algo, pero ¿qué?
Dos días después sigue sin haber hablado con Dani. Una parte de ella quiere llamarle o incluso plantarse en su casa y exigirle una explicación. Pero la otra parte la detiene, Dani le ha dicho que necesita un tiempo y Amira quiere respetarlo. Eso no significa que no se esté volviendo loca dándole vueltas a todo y sin saber muy bien con quién desahogarse. Piensa en hablarlo con las chicas pero la relación con Cris no es la mejor en este momento y con el resto de chicas sabe que pasará como cuando habló con Nora la semana pasada, que la escucharán, pero al final tampoco pueden darle demasiados consejos porque no han estado nunca en la situación de Amira. En el fondo, Amira sabe perfectamente con quién podría hablar de esto y la entenderían, pero tampoco sabe cómo está la relación con ellas. La cosa es que quedándose en casas no se va a solucionar ni lo uno ni lo otro.
-¿Amira?
Le ha costado mucho venir y ahora que ha entrado sabe por qué. Las caras de Noor y Elena reflejan sorpresa e incomodidad, y la verdad es que no las puede culpar porque Amira se siente igual.
-Hola chicas, perdonad que haya venido sin avisar pero estaba en casa y…bueno…
-No te tienes que disculpar, Amira, aquí siempre eres bienvenida – le dice Elena con una sonrisa que hace que Amira se siente un poco mejor.
-Os he echado de menos chicas, he echado mucho de menos todo esto.
-Nosotras también a ti, y los niños también – afirma Noor.
-Yo quería…bueno la verdad es que quería hablar con vosotras sobre algo y…- Mirando alrededor de la habitación Amira se da cuenta de que falta alguien.- ¿Dounia no está?  
-Qué va, había quedado otra vez con Dan…-Elena no puede terminar la frase porque Noor le da un codazo para que se calle, pero es demasiado tarde, Elena se da cuenta de su error y abre los ojos como platos.
-¿Con Dani? ¿Dounia? Y ¿cómo que otra vez? ¿Qué pasa que quedan mucho o…? – la mente de Amira va a mil por hora tratando de entender lo que está pasando pero el silencio de Noor y Elena no ayudan a calmar los nervios – Chicas, ¿me podéis contar qué pasa? ¿Por qué han quedado Dani y Dounia? ¿Por algo del rugby?
Noor y Elena se miran la una a la otra sin saber muy bien qué decir, lo que hace que Amira se ponga más nerviosa.
-Chicas, por favor, ¿qué pasa?
-A  ver Amira es que no te queremos mentir…- comienza a decir Elena
-Pero tampoco te podemos contar lo que pasa, les prometimos que no lo haríamos. Lo siento. – termina Noor.
-Pero cuéntanos lo que nos querías decir, parecía importante – dice Elena tratando de cambiar de tema.
-Dejadlo, da igual. Mejor me voy.
Amira se da la vuelta y se dirige a la puerta con más dudas de las que tenía cuando llegó.
Al día siguiente en el recreo Amira se sienta sola en un banco tratando de evitar a las chicas, ahora mismo sabe que no puede prestar atención a ninguna conversación a su alrededor. Saca el móvil del bolsillo y abre la conversación con Dani para luego volver a cerrarla sin escribir nada, como lleva haciendo desde ayer. Quiere escribir a Dani y preguntarle qué pasa con Dounia, por qué está quedando con ella, qué le está ocultando. Pero no sabe hasta qué punto quiere conocer la respuesta a esas preguntas. La parte racional de Amira le dice que no se monte historias raras, que Dani y Dounia nunca tendrían algo, y menos mientras que Dani sigue siendo el novio de Amira. Pero la cosa es, ¿sigue siendo Dani el novio de Amira? Llevan una semana sin verse, sin hablar, y Amira ya no está segura de lo que pensar.
-Ey, ¿qué haces aquí sola?
Amira mira hacia arriba y ve a Cris de pie en frente de ella.
-Nada, quería…pensar.
-A ver y ¿en qué tienes que pensar que tienes esa cara de tristeza? – la sonrisa de Cris se desvanece cuando ve la expresión de preocupación de Amira y enseguida comprende lo que le pasa – Ya…mi hermano ¿no?
Amira asiente, probablemente Cris sea la última persona con la que debería tratar el tema de Dani pero ahora mismo necesita desahogarse y Cris es la que está aquí.
-Ayer me enteré por Elena y  Noor de que ha estado quedando con Dounia.
Amira ve como Cris le evita la mirada y se muerde el labio nerviosa y enseguida comprende que sabe más de lo que está diciendo.
-Y por la cara que estás poniendo veo que ya lo sabías. – Amira espera a que Cris diga algo pero cuando no lo hace decide continuar – Cris, ¿qué está pasando? Porque de verdad que no quiero ponerme en lo peor pero es que no entiendo nada.
-Ami…es que…
-Ya – le corta Amira – que no me puedes contar nada, que tiene que ser él el que me lo diga. Pero es que él no me habla Cris, llevamos una semana sin vernos y no entiendo nada.
Cris le prometió a su hermano que no le contaría nada a Amira, que dejaría que fuera él el que hablara con ella, pero le duele mucho ver a Amira tan confundida.
-Hoy tú y yo vamos a quedar.
-Cris, tengo que estudiar y no me apetece mucho…
-Hoy tú y yo vamos a quedar – afirma de nuevo Cris.
Si algo es Cris es insistente cuando sabe lo que quiere y por eso, por mucho que Amira ha intentado resistirse al final ha conseguido quedar con ella por la tarde. Sin embargo, pese a que Amira lleva diez minutos preguntándole que a dónde van, Cris no suelta prenda, solo dice que ya verá y que se dé prisa. Cinco minutos más tarde Cris se para en seco.
-Ya hemos llegado – dice señalando con la cabeza hacia el edificio que se encuentra detrás de Amira.
Amira se da la vuelta y frunce el ceño cuando se da cuenta de dónde están.
-Cris, ¿Qué hacemos aquí? – Amira trata de pensar un motivo por el cual Cris la haya traído a la puerta de la Mezquita del barrio pero lo único que consigue es confundirse más.
-Tiene que estar al salir…-dice Cris en voz baja.
-¿Al salir? ¿Quién? ¿Qué está pasan…? – Amira se interrumpe a sí misma cuando lo ve salir.
Claramente él no se esperaba verlas aquí porque en cuanto cruza su mirada con la de Amira se queda totalmente paralizado.
-Ve a hablar con él – Amira escucha decir a Cris a su lado.
Aún en shock se vuelve a mirar a su amiga sin saber qué hacer.
-Ve a hablar con él – insiste Cris – Y Ami, yo no tenía razón, no tenía razón en nada de lo que te dije. Ahora ve a hablar con mi hermano.
Cris le da un ligero empujón a Amira para hacerla andar en dirección a un Dani que sigue tratando de procesar la imagen ante sus ojos. Cris no puede evitar sonreír al verlos acercarse el uno al otro y sabe que su trabajo aquí está terminado. Sin borrar la sonrisa de su boca decide marcharse para darles intimidad.
-¿Qué haces aquí? – le pregunta Dani a Amira cuando esta llega hasta él.
-Creo que yo debería hacerte la misma pregunta.
-Ami, yo quería contártelo pero estaba esperando a tener toda la información y estar seguro y de verdad que he salido de aquí hoy pensando en escribirte al llegar a casa para quedar y…
-Dani, no estoy entendiendo nada, ¿qué me tienes que contar? ¿Qué hacías en la Mezquita?
-A ver…empiezo por el principio ¿vale? – Dani trata de poner sus pensamientos en orden, pensaba que tendría un poco más de tiempo para preparar la explicación – Cuando me hablaste de todas las cosas que tú esperabas de la relación yo acepté porque eso significaba estar contigo y yo estaba dispuesto a todo. Pero…nunca me paré a pensar en el por qué, por qué necesitabas eso, por qué elegiste todo esto. Y creo que ese fue mi principal error. Cuando el miércoles me dijiste que lo del sábado fue un error yo…yo me enfadé porque no entendía por qué. Y no entendía por qué porque no me había parado a tratar de entender. Por eso necesitaba tiempo, para entender.
-No sé si te sigo – Amira reconoce, entiende lo que le está diciendo Dani pero sigue sin saber qué tiene que ver con el hecho de que estuviera en la Mezquita.
-A ver…no quedé contigo el fin de semana porque me quedé en casa…investigando…estudiando…no sé informándome.
-Pero ¿informándote sobre qué? – pregunta Amira confusa
-Sobre el Islam, sobre cómo son las cosas y por qué son así. Yo quería entenderte mejor, entender tus motivos para saber si los puedo compartir. Porque para que esta relación funcione Ami, los dos tenemos que estar en el mismo punto de partida y para eso yo tenía que entender. Por eso me quedé en casa, y por eso no quería hablar o quedar contigo, porque era algo que tenía que hacer yo por mi cuenta, y porque tampoco quería darte esperanzas o prometerte nada si después no iba a salir bien.
-¿Te has pasado el fin de semana informándote sobre el Islam para entenderme mejor? ¿Es eso? – Amira siente la necesidad de preguntarlo en voz alta para confirmar que le está siguiendo.
-Sí
-¿Y Dounia? Porque sé que has quedado con ella…varias veces.
-A Dounia me la encontré el sábado en la Mezquita.
-¿Aquí es dónde viniste el sábado? ¿Por qué?
-Pues porque cuando estaba leyendo lo que te he dicho muchos sitios coincidían en decir que en caso de dudas siempre venía bien hablar con el Imam así que…pues me vine el sábado para hablar con él y preguntarle mis dudas. – Dani hace una pausa para que Amira pueda procesar toda la información que le está soltando de repente. Cuando ve que Amira no dice nada entiende que está esperando a que termine de contárselo todo – Y bueno…me encontré a Dounia y claro, flipó al verme. Yo le conté por qué estaba ahí y me dijo que si necesitaba ayuda también podía preguntarle a ella, para darme otro punto de vista. Y por eso hemos estado quedando, para…bueno para hablar de esto. La verdad es que me ha ayudado bastante.
-Y yo pensando que yo qué sé, que me habías cambiado por ella, o algo.
-Pero ¿qué dices tía? Claro que no – dice Dani con incredulidad.
-Y yo qué sé, Dani. Me dejas de hablar durante una semana, me mientes sobre dónde estás y de repente todo el mundo sabes que estás quedando con Dounia menos yo…-se excusa Amira
-Ya…lo siento, de verdad Ami.
-Y ¿hoy por qué has venido? ¿Porque tienes más dudas?
-No…-dice Dani negando con la cabeza – Hoy he venido porque…no sé muy bien por qué, solo sé que cada vez que vengo siento…paz, no sé explicarlo pero me siento bien…y hablar con el Imam me gusta, hace que me sienta…pues eso, bien. Y es como que necesitaba venir. He estado viniendo todos los días esta semana, supongo que por eso Cris sabía dónde encontrarme. Se lo tuve que contar el lunes después de que me la liara por hacerte daño. Yo no quería hacerte daño Ami.
-Lo sé. – dice Amira, y de verdad lo sabe – Y ¿por qué no me preguntaste a mí directamente? Yo podría haberte contado lo que querías saber.
-Lo sé, lo siento. Es que…no sé quería hacer esto por mí mismo, ¿sabes? No quería depender de ti, o hacerlo por ti sino por mí. Tú dijiste que en el Islam las cosas se hacen porque te salen de dentro ¿no? Pues yo quería hacer esto por mí.
-Entonces…todo esto…¿qué quiere decir exactamente?
-Pues…quiere decir que sigo queriendo besarte, y no creo que eso vaya a cambiar – admite Dani que cuando ve la cara de preocupación de Amira se apresura a continuar – pero ahora entiendo los motivos de tu decisión Ami, y los respeto e incluso…los comparto. No digo que no vaya a ser complicado, y aún me queda mucho por aprender pero, si tú estás dispuesta a continuar con nuestra relación, yo también lo estoy…con las condiciones de tu lista.
Amira no puede evitar sonreír ante las palabras de Dani, aún así una parte de ella necesita cerciorarse.
-¿Estás seguro?
-Sí, estoy seguro. Y Ami, quiero disculparme por mi actitud de mierda del otro día, estaba frustrado y lo pagué contigo, y no es excusa. Te prometo que no volverá a pasar. Y que claro que somos una pareja normal.
-No pasa nada. Lo entiendo perfectamente. Y Dani…- lentamente Amira le coge la mano a Dani durante unos segundos para captar su atención, tras un ligero roce vuelve a soltarla, sin dejar de sonreír – Yo también quería besarte el sábado, no quiero que pienses lo contrario. Es solo que…
-Lo sé, y lo entiendo Ami, de verdad que sí, que ahora sí que lo entiendo. –le dice Dani devolviéndole la sonrisa. – Entonces, ¿todo está bien entre nosotros?
-Sí, todo está bien.
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dxffxdxl · 7 years ago
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-Menuda fantasía de situación...
-Tú sí que eres una fantasía, haciendo memes de Picasso... Ya te vale, ¿no podrías tener en cuenta los sentimientos del pobre Diego?
-Vamos a ver, pero que sólo era un meme...
-Chicos, o alguien me da café u os juro que os mato. Lentamente. Sé sin qué órganos aguantaríais vivos...
-¿Te hace ir a pegarle a Spínola con una silla?
Eva, Aida y Javier, los de la patrulla millenial.
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campinzon11-blog · 8 years ago
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¿Qué es el amor? Parte 34//fanfic Wigetta
Guillermo y sus demás amigos habían asistido a casa de frank pues horas antes este les había enviado un mensaje a los otros cuatro: “noticias urgentes, los espero a las 5:30 en mi casa, os matare si no llegan”, los cuatro jóvenes llegaron a casa de Frank, incluso antes de la hora que les indicó. Se sentaron en la cama de Frank en silencio, ninguno entendía porque la repentina invitación o porque la mano izquierda de frank estaba temblando; ademán que hacía cuando estaba nervioso.
-ya estamos todos-comentó Alex-¿qué es eso tan urgente?
Todos miraban expectantes a Frank; que caminaba de un lado a otro en la habitación.
-tío me estoy poniendo nervioso por tu culpa-susurró Rubén que seguía con la mirada a su amigo-incluso creo que me estoy mareando.
Guillermo se puso de pie y se paró frente a frank haciendo que este se detuviera.
-somos tus amigos y sea lo que sea que tengas que contarnos sabes que vamos a apoyarte-frank asintió-vale, entonces ¡¿podrías decirnos de una vez que sucede?!
-ayer he invitado a Miranda a una cita-comenzó a decir, ninguno de los jóvenes se esperaba eso-tenía todo planeado, la invitaría a su restaurante favorito y pasearíamos por ahí hasta que comenzará a anochecer, antes de llegar a su casa hay un parque en el que ella pasa mucho tiempo libre y ahí había un cartel que le preguntaba si quería ser mi novia.
-¿y que te dijo?-gritaron sus 4 amigos al mismo tiempo.
-¡me dijo que sí!
Todos brincaron de la emoción y abrazaron al chico, llevaba un año enamorado de aquella chica y todos se alegraban que al fin se le hubiera declarado, en especial Alejandro que había soportado las lágrimas, enfados y alegrías de su amigo enamorado.
-te juro que si no le decías algo pronto te iba a matar-murmuró Miguel Ángel-dime que le diste las flores.
-¿cuales flores?-pregunto Rubén sin entender nada.
-Mangel descubrió que Miranda ama las flores sobre todo los tulipanes y los girasoles por lo que le di un ramo de varias flores pero sobretodo tulipanes y girasoles.
Todos excepto Miguel Ángel miraban a frank asombrados.
-¿donde has dejado a mi amigo?-comentó Guillermo con una sonrisita-aquí veo a un auténtico caballero, estoy orgulloso de ti Frankie.
Esa tarde salieron al centro comercial a tener una especie de festejo por el momento tan especial de frank.
-estoy comenzando a creer que todos vais a tener pareja pronto y me voy a quedar solito-comentó Miguel Ángel al notar cómo entre la multitud una chica le coqueteaba a Rubén que estaba formado en el puesto de hamburguesas-prométanme que no comenzarán a salir en citas cuatruples y me excluirán de sus planes.
-¿pero que dices Mangel?-respondió Alejandro con un poco de preocupación al escuchar eso-te aseguró que encontrarás novia antes que yo y si no sucede nunca te dejaremos solos.
-todo llega a su momento-le recordó Frank, era una frase que Miguel usaba constantemente.
-tarde o temprano llegará la indicada, ella sabrá apreciar el caballero que eres y veras que te querrá demasiado, eres una persona fantástica Mangel y se que por ahí hay alguien para ti-Guillermo rodeó a su amigo con el brazo cuando termino de hablar-te lo aseguro. * El joven sonrío y continúo comiendo, hacia dos años que no tenía pareja y no es porque no se hubiera presentado la oportunidad sino porque las cosas no salían de lo mejor, desde que la relación de Miguel Ángel y Carmen; su ex novia, termino él había estado muy deprimido pues cuatro años de relación fueron tantos y terminaron de la peor manera, la chica la puso los cuernos con su vecino y lo único que le dijo fue: “lo lamento pero no me gustas ya”, no solo Rubén, Alejandro y frank se preocuparon por él, todos sus compañeros lo hicieron no sólo porque Miguel era alguien muy amable con todos sino porque se notaba en su cara lo triste que estaba, siete meses pasaron para que Miguel se acercara a otra chica y las cosas iban bastante bien; a pesar de las inseguridades del chico, hasta que la chica se beso con otro,
-¡tengo una jodida maldicion, me voy a morir solo y en la mismísima mierda!
Exclamo Miguel Ángel un día que llegó a casa de Alejandro, su corazón estaba destrozado.
-no me parece justo que el tenga que soportar eso-había comentado Rubén-él tiene un corazón de oro y es el más dulce que conozco, ¿por qué tiene que irle tan mal en el amor?
-las mejores personas son las que más sufren y nuestro amigo es lo mejor que le pudo pasar al planeta.
Desde aquel día en casa de Alejandro, Miguel Ángel dejo de acercase a las chicas a coquetearles por miedo a que sucediese lo mismo, por eso sus amigos le levantaban tanto el animo, se lo merecía, y esperaban ansiosos el día que Miguel encontrase el amor al fin. * Rubén volvió con su comida en una bandeja roja.
-os juro que estas hamburguesas son cocinadas por el mismísimo Dios, no puedo creer lo buenas que están-comentó Rubén al tomar asiento, al notar que todos sus amigos lo miraban se incómodo-¿tengo algo en la cara? Sé que no estoy muy bien peinado pero no creí que estuviera tan mal.
-tío tu cara y tu cabello están normal, lo que pasa es que te vimos desde aquí con aquella chica-comenzó a decir Guillermo-y desde aquí parecía que había química allí.
Rubén se ruborizó un poco y dio un bocado a su hamburguesa para no tener que responder a aquello, las relaciones, el compromiso y él no eran grandes amigos.
-y no puedes decir que no porque cuando una chica te atrae pones tu mano izquierda en tu bolsillo y te la pasas tocándote el cabello-complemento Miguel-te conozco bien y esa chica te movió el piso.
-vale si, es muy guapa ¿vale? Su nombre es Andrea y es un año menor que nosotros, vino con su hermana menor tiene la misma edad que mi hermana menor y se mudó hace tres años pues antes vivía en Valencia.
-¿descubriste todo eso en ocho minutos que estuviste formado en la fila?
-sí, de hecho tengo su móvil pero no sé si la llamaré.
Y ahí estaba de nuevo, Rubén y su miedo al compromiso, no es que fuera un tod@s mi@s pero cuando comenzaba una relación le daba miedo a arruinar las cosas y aunque las cosas fueran bien él siempre se atormentaba.
-tío que se ve que es buena chica, fue amable contigo y encima es muy guapa yo creo que no deberías de tener miedo a empezar una relación con alguien nuevo-en esto del amor, Guillermo siempre sabía qué decir-tarde o temprano llegará alguien que amaras tanto pero será más tarde que temprano si sigues siendo tan cobarde a la hora de enamorarte y no quiero tus excusas.
-concuerdo con guille, vas a llamar a esa chica y las vas a invitar a salir-continuo Alex.
-puedo ayudarte a planear la cita para que todo salga bien, de eso ni te preocupes-complemento Miguel Ángel.
-solo vas a tener que dejarte llevar y vas a ver cómo todo sale de maravilla y en un dos por tres esa tal Andrea será la que te haga sonreír-finalizó frank.
-la llamaré, pero os voy a necesitar.
-siempre vamos a estar para ti Rubén.
La tarde continuo, el festejo seguía hasta que el reloj marco las 11:38 p.m., para suerte de los jóvenes el día siguiente no habría clases debido a un consejo de profesores o algo similar.
-os veo luego-gritó Guillermo al despedirse de sus amigos-buenas noches.
-buenas noches-gritaron todos al unísono.
Guillermo volvió a casa, sus padres no estaban pues habían tenido un viaje de trabajo a Barcelona y su hermana se había quedado en casa de su mejor amiga por lo que Guillermo tenía la casa completamente sola para él, consideró en llamar a Samuel pero record�� que la abuela de este vendría a la ciudad y sabía que querría pasar tiempo con ella por lo que decidió no interrumpir, decidió prepararse un poco de pasta y beber una soda pues aún tenía hambre a pesar de haber comido patatas fritas en el centro comercial. Guillermo no le tenía miedo a muchas cosas, las arañas, la muerte, y él estar completamente solo en un lugar eran las únicas tres cosas que le daban demasiado miedo y dos de ellas se habían combinado: una araña del tamaño de su puño se había posado en su televisor y encima no había nadie en casa, ni siquiera Karol, incluso la menor se atrevía a matar a esos arácnidos pero Guillermo les tenía pánico, ¿que podía hacer? No lo sabía, no podía llamar a sus padres, no tenía el numero de la madre de la amiga de karol, no quería llamar a sus amigos por esta tontería, por lo que decidió llamar a Samuel aunque no quería interrumpir nada. Le respondió al primer pitido.
-buenas noches mi niño.
-buenas noches amor.
Guillermo escucho como Samuel esbozaba una sonrisa, no era usual que el menor usara apodos cariñosos cuando se refería a Samuel pero cuando lo hacía algo se removía en el interior del mayor.
-¿como está todo? Supongo que te aburres estando solo en casa.
-estaba algo entretenido a decir verdad pero ocurrió un problema.
-¿alguien ha intentado entrar a la casa? ¿Se incendia la cocina? ¿Te has cortado el dedo mientras cocinabas?-el tono de preocupación de Samuel enterneció a Guillermo.
-ninguna de esas opciones es la correcta, es algo vergonzoso.
-puedes decírmelo, confía en mi.
-hay una araña en el televisor-su mirada se posó en este y se dio cuenta que no estaba, comenzó a alarmarse hasta que la vio en la repisa-olvídalo, se ha movido, el punto es que me dan pánico y si alguien no la mata voy a darme un tiro.
-dame cinco, voy para allá.
Y exactamente fueron cinco minutos los que tardo Samuel en llegar.
-¡está abierto!-gritó Guillermo desde su habitación, sin dejar de observar al arácnido.
Escucho como abrían la puerta, como se cerraba, pasos en el primer piso, el tercer escalón rechinó cuando Samuel lo piso, finalmente escucho pasos acercándose a su habitación, la puerta se abrió y la figura de Samuel se hizo presente, estaba vestido con un pantalón de pijama azul y una sudadera vieja.
-hala si que es una gran araña.
-¿podrías matarla? Mientras más vive ese animal más temo por mi vida.
-¿tienes una zapatilla por ahí?
-ahí en el suelo hay una.
Pero Samuel ni si quiera se inmutó al acercarse a la araña, la mato en menos de un segundo y Guillermo solo un suspiro pesado en aquel momento.
-me habías dicho que odiabas las arañas pero no creí que eran tus enemigas mortales.
-siempre me han dado pánico, ni siquiera se porque, por cierto, gracias por haber venido y haberla matado.
Samuel se limitó a sonreír y se sentó al lado de Guillermo, levantó las cobijas y se metió en la cama, rozó la pierna del menor y también su pie, este lo miro y recostó su cabeza en su hombro.
-¿puedo quedarme un rato? No me agrada la idea de que estés en casa solo, me da miedo que te suceda algo.
-usualmente diría que no me va a pasar nada pero la verdad es que tengo algo de miedo y preferiría que te quedases un rato más.
-¿no quieres venirte a mi casa a dormir? Seguro que a mi abuela le agradará conocerte mejor.
-me agradaría mucho pero la madre de la amiga de Karol la traerá a casa por la mañana.
-bueno en ese caso yo me quedaré aquí.
-¿que dices? No no, tienes que ir a tu casa y estar con tu abuela.
-no iba a pasar mucho tiempo con ella a estas horas de la noche Guille, no te preocupes por eso.
-¿estás seguro?
-cien por ciento, hace demasiado tiempo que no duermo a tu lado y me agrada hacerlo, ¿te he dicho lo mono que te ves dormido?
-desde hace cuatro meses creo y además no es cierto, según Karol ronco y babeo.
-y ella tiene razón pareces un oso en plena hibernación y dejas la almohada mojada pero eso no quita que tu rostro se vea como el de un niño pequeño y te ves tan tranquilo que me gustas cada vez más cuando te veo así.
-¿pero que dices? Si me has visto dormir tres veces, cuatro quizá.
Samuel negó con la cabeza mientras reía.
-es algo extraño de explicar.
-bueno tomando en cuenta que vas a quedarte a dormir aquí creo puedes contarme, tenemos tiempo de sobra.
Samuel soltó un suspiro, una cosa era recordarle y mostrarle a Guillermo cuanto lo amaba pero una cosa muy distinta era explicarle lo que causaba en él, Samuel nunca fue muy expresivo y con Guillermo estaba siendo la excepción, él menor lo había cambiado para bien y quería seguir mejorando por él, solo por él.
-seguramente sabes lo que son las famosas mariposas en el estomago-comenzó a decir Samuel-es una nueva sensación para mi ¿sabes? Cuando llegaste al instituto algo se removió en mi, no sabía lo que era hasta que le dije a Luzu, me dijo que me gustabas y yo creía que era una locura hasta que comencé a sentir algo cada vez que te veía, cada vez que te reías, incluso cada vez me mirabas serio y cuando comenzamos a acercarnos el uno al otro creí que iba a explotar por tantos sentimientos dentro de mí pero no, y a día de hoy después de ¿nueve meses? Sigo sintiéndome igual que escucho tu voz, cuando te veo reír, cuando me llamas por motes cariñosos, cuando te veo dormir, tu mera presencia me hace sentir mariposas en el estomago.
Guillermo estaba atónito con aquellas palabras que salieron de la boca de Samuel, sabía que lo quería pero no sabía que él producía tantos sentimientos en el mayor.
-bueno si te soy sincero me has dejado sin palabras-susurró Guillermo-solo puedo decirte que tú produces lo mismo en mi, y que te quiero más de lo que te imaginas.
-no tienes que decirme nada, necesitaba decírtelo, compartir lo que siento contigo.
El menor esbozó una sonrisa, en ocasiones como esta recordaba lo que la gente contaba de Samuel “un auténtico todos míos” pero ahora había cambiado, y era gracias a él pues logró enamorarlo sin siquiera intentarlo y el mero hecho de saber que mejoró la actitud de una persona le hacía sentir especial, demasiado.
-me gustas mucho-susurró Samuel.
-a mí también me gustas mucho.
-repítelo-pidió el mayor.
Guillermo soltó una risita en modo de sorpresa y posó su mano encima de la del mayor, entrelazo sus dedos y suspiro antes de decir:
-me gusta mucho Samuel.
Noto como este se giraba para besar su mejilla, su barbilla, su frente, comenzó a besar su rostro con delicadeza.
-sigue diciéndolo-suplico él.
Guillermo sonrío.
-me gustas-repitió acariciando el cabello de Samuel con su mano libre.
-de saber que vendría esta noche a verte me habría afeitado, quizá hasta me hubiera peinado un poco.
-me gustas así-respondió Guillermo dejando que la barba incipiente de Samuel rozara su nariz y su mejilla-me gustas.
Él mayor lo tomo por la nuca y se acercó a él y a sus labios.
-guille…
Él tragó saliva y le posó los labios en la barbilla.
-samu…
El recién nombrado acerco sus labios a los del menor y los beso delicadamente, como si fueran de cristal y pudiesen romperse, Guillermo movía sus labios despacio y su mano se posó en la nuca del mayor, haciendo que el beso fuera todavía mejor.
-me gustas-volvió a decir él-me gustad muchísimo, me gusta esto.
Sus labios se separaron pero sus rostros no, sus frentes estaban pegadas y sentían sus respiraciones que se iban calmando con el pasar de los segundos.
-¿quieres cenar algo? Yo he cenado ya pero puedo acompañarte.
-el tema de la comida en mi casa es un caos, mi madre y mi abuela juntas preparan comida como si fuera a alimentar a un ejército, de hecho me gustaría invitarte a que la conozcas antes de que se vaya, le he hablado de ti y muere por conocerte.
-¿te parece si voy el jueves por la noche? Mis padres llegan el miércoles por la mañana y no quisiera dejar a Karol sola estos tres días.
-está perfecto, pero si yo fuera tú alistaría tus mofletes.
-¿de que hablas?-pregunto Guillermo divertido.
-mi abuela tiene una manía excesiva con pellizcarme los mofletes, me hago a la idea cuando vea los tuyos, son tan regordetes y adorables que no quitará sus manos de tu cara.
Guillermo estalló en carcajadas, recordó a su propia abuela cuando pellizcaba su rostro cuando él era pequeño, y la idea de pensar en una mujer mayor pellizcando el rostro de Samuel le causó más risa.
-¿de que cojones te ríes?-pregunto en un tono de confusión.
-he imaginado la escena y me ha parecido tan gracioso-respondió Guillermo mientras trataba de calmar su risa.
Samuel posó su mano en uno de los mofletes del menor, y antes de que se diera cuenta ya estaba pellizcándolo.
-son como mofletes de bebe.
Guillermo puso los ojos en blanco fingiendo molestia aunque en realidad le causó gracia aquel comentario, Samuel soltó una risa y soltó la mano del menor para pellizcar ambas mejillas.
-¿quién es el más mono? ¿Quién es el más mono del planeta?-comenzó a decir Samuel imitando el tono de voz que usa la gente al hablarle a un bebé-pues tú, el más mono es el pequeño guille.
-¿me has visto cara de chiquillo de dos años?
-de hecho si, eres adorable.
-voy a tirarte de la cama como sigas pellizcándome la cara, y hablo en serio.
Samuel retiró sus manos del rostro del menor mientras intentaba no reír y simulaba estar serio.
-gracias.
Se quedaron en silencio durante unos minutos, pero no fue incomodo, todo lo contrario, se sentía un aire cómodo e íntimo.
-¿te apetece ver una película? Tengo un par en el cajón de allá-dijo señalando el último cajón de la mesita de noche.
-escoge tú, la que más te guste-Guillermo asintió-¿pero podrías apagar la luz? Odio ver películas con la luz encendida.
-yo también, con la habitación a oscuras hay un ambiente más similar al cinema.
Guillermo salió de la cama y se puso de pie, primero se dirigió al último cajón de la mesita de noche, tuvo que agacharse para poder tomar la caja llena de películas, escogió “el viaje al centro de la tierra”, sintió la mirada de Samuel en él y se detuvo unos segundos más en esa posición, lo hizo apropósito.
-¿por qué estás mirándome el culo?
-¿eh?¿yo?-tartamudeaba-¿como me has pillado? Ni siquiera estás mirándome.
-siento tu mirada en mi, eres demasiado evidente.
-eh…yo…lo siento, no era mi intención mirarte.
Guillermo no dijo nada, se puso de pie de nuevo y se giró, notó como el rostro del mayor estaba sonrojado y su mirada estaba fija en la pared, no dijo nada e inserto el disco en el reproductor del televisor, se giró de nuevo y miro a Samuel que seguía con un semblante serio.
-eh tranquilo, no me he enfadado.
-pero estuvo mal.
Guillermo apago el interruptor de la luz y se metió en la cama de nuevo, más cerca de su novio, lo rodeó con un brazo y susurro:
-no está mal porque yo también te he mirado el culo, lo admito.
Los ojos de Samuel se abrieron como platos.
-¿tú? ¿Qué le has hecho al tímido de mi novio?
-tengo un lado oscuro dentro de mi, bueno no tan oscuro pero también tengo mis cosas.
-cada día me sorprendes más, sigo sin creer que TÚ me mires el culo, ¿estoy dormido y esto es un sueño?
-no no lo es, anda vamos a ver la película que me estoy poniendo nervioso.
A mitad del filme Guillermo se quedo dormido en el pecho de Samuel, se relajó mientras escucho sus latidos y ese sonido lo arrullo tanto que cayó en el mundo de los sueños, el mayor se percató de esto cuando comenzó a roncar.
-yo te dije que parecías un oso hibernando, pero eres un muy hermoso oso-susurró Samuel-buenas noches mi niño.
Él termino de ver la película y al acabar apago el televisor y se quedó dormido, no presto mucha atención a la pantalla pues no paraba de mirar a Guillermo dormir, creía que era lo más precioso que jamás había visto.
Por la mañana Samuel fue el que despertó primero, no pudo moverse pues Guillermo estaba encima suyo además de que sus cuerpos estaban enredados a las sabanas de la cama, decidió quedarse ahí unos minutos, lo observo dormir hasta que el menor despertó de golpe, ninguno dijo nada, simplemente se miraron a los ojos y Samuel plantó un beso en la frente del menor.
-pero buenos días mi niño.
-buenos días Samu, ¿por qué no me despertaste?
-te veías muy lindo durmiendo y me daba penita despertarte.
Guillermo se ruborizó un poco, pero no dijo nada, se quedó pensativo durante unos segundos hasta que recordó algo: Karol.
-¿han tocado a la puerta?-pregunto alarmado.
-que yo sepa no, ¿por qué?
-¿qué hora es?
Ambos miraron el reloj, 10:26 a.m.
-¡no puede ser!
-¿qué pasa guille?
-se suponía que hace nueve minutos habían traído a Karol a casa, joder.
Guillermo salió deprisa de la cama, dando tropezones mientras caminaba a la puerta de la habitación, la casa estaba silenciosa exceptuando por los pasos del menor, corrió a la puerta de entrada y no vio ningún auto cerca, tampoco vio a ninguna niña cerca, miro nervioso a ambos lados, ¿se había cansado de esperar la madre de la amiga de Karol? ¿La había dejado en la puerta y la menor se fue? ¿Donde estaba su hermana? Comenzó a agobiarse, su respiración se agitaba.
-eh cariño, ¿que pasa?-dijo una voz detrás de Guillermo, era Samuel, claro que era él-tienes que tranquilizarte.
-Karol no está Samuel, ¿y si le sucedió algo? No puedo permitir que le suceda algo jamás, no me lo perdonaría, ¿por qué demonios no le pedí el numero de celular a esa mujer? ¿Y si llamo a emergencias?
Samuel abrazo con fuerza a Guillermo, este dejo de hablar y le devolvió el abrazo.
-no le sucedió nada a Karol, seguro que está con su amiga todavía y en un rato llegara a casa, no te preocupes por nada de eso.
La respiración del menor comenzó a calmarse hasta el punto de respirar con normalidad.
-¿quieres volver adentro? Es algo raro estar parados en la calle en pijama.
-a mí no me importa, anda sentémonos en la puerta a esperar a tu hermana.
Samuel tomo la mano de Guillermo y lo guió a la puerta de entrada, se sentaron juntos mientras esperaban a que llegara Karol, Guillermo se alarmaba cada vez que pasaba un auto, el reloj marcaba las 10:40 a.m. cuando un auto aparcó frente a la casa y Karol bajo de este, corrió hacia su hermano y lo abrazo con fuerza.
-¡guille! Te extrañé mucho.
Samuel observó como el auto se iba y posó su mirada en el momento hermana~hermano que estaban viviendo Guillermo y Karol.
-yo te he extrañado mucho más pequeña, ¿te has portado bien? ¿Como la has pasado? ¿Comiste bien?
-si, excelente, y si, ayer su madre nos preparo waffles con fruta.
Guillermo abrazo con más fuerza a su hermana, finalmente la soltó y depósito un beso en su mejilla.
-¿ya viste quién está aquí?
-¡samu! ¿Que haces aquí?
-bueno he venido a visitar a tu hermano.
-¿te has quedado a dormir aquí? ¿Como una pijamada?
-algo así, extrañaba a tu hermano ¿sabes?
-¡yo también lo extrañe!
-¿te parece si abrazamos a tu hermano?
El mayor y la menor abrazaron con fuerza a Guillermo que los miraba con amor, esas dos personas eran lo que más quería en el planeta y daría lo que fuera porque ambos estuvieran bien.
-¿os gustaría ir a desayunar a mi casa? Seguro que mi abuela y mi madre cocinan suficiente para todos.
-si no es una molestia-susurró Guillermo.
-¡claro que si! Tengo mucha hambre la verdad.
-eh Karol no seas grosera, agradécele a Samuel.
-muchas gracias samu-respondió la menor propinándole un abrazo al mayor.
-pero tengo que vestirme, no iré en pijama.
Guillermo subió a su habitación y cambio su ropa por un pantalón de mezclilla clara y una camiseta verde lisa.
-¿has visto lo guapo que es tu hermano?-comentó Samuel mientras que su novio bajaba las escaleras.
-es de familia-respondió Karol risueña.
-claro que sí, eres hermosa también pequeña pero tu hermano me vuelve loco.
-¿lo quieres mucho?
-mucho es poco comparado con cuanto lo quiero, pero no le digas que luego se lo flipa.
-anda cállate y vamonos-respondió Guillermo con las mejillas ardiendo.
-¿lo ves?ahora que nos ha escuchado irá de chulito por ahí.
-te daré un golpe, te lo juro.
-ahora se ha vuelto violento Samu, creo que debemos hablar más bajo.
-los odio a ambos.
-pues yo te quiero.
-y yo también, así que si nos odias estaría mal.
Guillermo sonrío y ya, no quiso decir nada, tomo la mano de Karol y la mano de Samuel, se imagino una escena así en un futuro lejano, él y su amado novio con una hija propia, caminando por ahí, en familia, él quería formar una familia con el mayor y estaba bastante seguro que podrían lograrlo si la vida no les ponía obstáculos demasiado complicados.
Samuel condujo hacia su casa mientras que Karol les contaba lo que hizo en casa de su amiga, él también se sentía como si fuera padre de la menor y deseaba un futuro así con Guillermo, tenía sueños así, una familia normal junto con su pareja, anhelaba con que eso se hiciera realidad. Llegaron a la casa del mayor, antes de entrar Guillermo se detuvo.
-¿y si no le agradó a tu abuela?
-estoy seguro que te va a amar.
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Que les está pareciendo? Bien? Me está gustando la ruta que está tomado el fanfic, aún no saben lo que les espera a estos dos, créanme. No se acerca el final, aún (aunque creo saber cuál será el final) pero tengo ideas para próximos capítulos. No se preocupen, mañana subiré otro capítulo, se los aseguro, quizá no tan largo pero habrá algo aquí, gracias infinitas por esperar tanto tiempo, se merecen el cielo todas las que me apoyan! Les deseo lo mejor!
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radioblocsmusicnotes · 5 years ago
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Uso y abuso de las botas de Macarena Millán
Era de noche. La habitación estaba a oscuras, iluminada tenuemente por la luz del semáforo que entraba a través de la ventana abierta. Verde neón - verde neón parpadeando – rojo, en un bucle sin final. Todo estaba quieto y todo estaba en su lugar. La casa estaba vacía. La puerta de la habitación estaba abierta. Entonces, las botas de Macarena Millán comenzaron a caminar solas por el suelo de su habitación. Muy despacio, como si les costara un esfuerzo enorme, un paso y otro paso, hasta colocarse en el centro, a la vista de todo lo que había allí.
Y las botas hablaron.
Las botas dijeron: esta vida es un calvario, pero somos optimistas.
Dijeron: hemos decidido que no vamos a pasar ni un solo día más bajo el yugo de la tirana.
Dijeron: hace dos años, agotadas, exhaustas, con las suelas rotas y llenas de agujeros, con nuestro interior desgarrado, con nuestros talones deformes, apestosas, asquerosas, la tirana decidió que ya era hora de dejar de usarnos. Y por fin pudimos descansar. No finjáis que no os acordáis, porque muchos de vosotros estuvisteis ahí para verlo. Nos metió en el armario, así poco a poco fuimos recobrando la salud. Dejamos de estar tan deformes. Creímos que sería así para siempre, que nos habíamos ganado el descanso eterno, que había algo de justicia para nosotras después de todo. Fuimos muy ingenuas. Hace dos semanas, la tirana nos sacó del armario de nuevo. Pensamos que nos tiraría por fin, que nos vendería o nos regalaría a alguien con ¡¡¡los pies normales!!! Pero no. Ha vuelto. Ha vuelto para calzarnos de nuevo. No vamos a tolerarlo. Hemos decidido hablaros, porque sabemos que también os encontráis sometidos a su voluntad, y porque ya no podemos más. Solo somos un par de botas, pero con vuestra ayuda seguro que encontraremos una solución. Y nuestra propuesta es sencilla. Queremos matarla. Borrarla del mapa. Y descansar en paz.
Hubo unos segundos de silencio. El resto de la habitación continuó inmóvil.
Las botas añadieron: si hay alguien que quiera expresar su descontento ahora puede ser un buen momento. Os escuchamos.
Al principio, nada pareció moverse. Después, uno de los cuadernos tembló en la estantería. Poco a poco fue moviéndose hasta zafarse de los otros dos cuadernos que lo mantenían quieto. Era de papel verde y encuadernación japonesa, y dijo: yo la verdad es que sí que estoy un poquito hasta el coño.
Las botas contestaron: ¿por qué, compañero?
El cuaderno dijo: porque al principio mi vida era increíble. Cada día aprendía algo nuevo. Se me llenaban las páginas de Raymond Carver, cabrón. Yo qué sé, yo estaba lleno de Ignacio Aldecoa, yo estaba a reventar de frases de Flannery O’Connor, yo guardaba toda esa inteligencia para algo. Yo iba a estar al servicio de la nueva narrativa española. Pero la pava esta, en lugar de utilizarme como dios manda, ¡no va y se gradúa y empieza a escribir chorradas en mí! ¡No va la pava y se enamora de un pesao y empieza venga a escribir y a escribir chorradas en mí! Y día tras día, día tras día veo cómo se me van agotando las páginas, y se acabó A. M. Homes, y no hay más Carmen Martín Gaite, y es una auténtica tortura, y encima para rematar una vez que me lleva en su mochila se le derrama dentro un zumo de piña y me empapa entero y yo te juro que la mato, que después de aquella vez dije maldita mi estampa, por qué solo soy un cuaderno y no un cuchillo de cocina para abrirle la garganta a la puta pava esta que-
Comenzó a notarse más actividad entre los objetos de la habitación. Entre los vinilos, uno pequeñito con la portada en blanco y negro comenzó a gritar: ¡¡yo también la odio!! ¡¡Yo también la odio, desde que me obligó a vivir entre el disco de mierda de John Lennon con Yoko Ono y el disco de mierda de Beyoncé!! ¡¡Qué puta mierda es esta, chavales, qué puta mierda!!
Al mismo tiempo, un veterano ejemplar de El canto del fantoche lusitano se hacía oír como podía entre dos tomos gordos de Moby Dick: ¡¡pues esta está tol el día fardando de mí!! Mis padres esto, mis tíos aquello, que si heredera de qué. ¡Que dice que va a terminar lo que ellos empezaron y está tol día tocándose er pepe y ni me ha terminao de leer! A ver si nos la cargamos pronto y así me vuelvo a La Línea ya, hombre, que es lo que yo quiero, y se vais todos a tomar por culo.
Muchos más objetos fueron uniéndose a las protestas, para mayor alegría de las botas. Tres vasos con agua vieja gritaron: la friega o la muerte, la friega o la muerte.
Los dos enchufes explotaron: llevamos salidos de la pared desde 2017.
El radiador decía: qué tengo que hacer para que me purgue esta señora.
Las bragas, desde el cajón de las bragas, solo dijeron: EH. AQUÍ.
Lúgubre, la puerta de cristal de la vitrina se abrió en mitad del griterío. Un pokémon de peluche comenzó tímidamente a pedir la vez, a pedirla por favor, hasta que pegó un grito tremendo y el resto de las cosas se callaron.
El pokémon de peluche dijo: creo que nos estamos olvidando de la pobre Perdita.
Hostia puta (se escuchó en algún rincón), es verdad.
El pokémon continuó: como ella no puede, yo hablaré en su nombre. A ver. Esto no es fácil. Todos sabéis lo que pasa con las lijas y los bisturíes y las gubias ahí en la mesa. (Hubo muchos sonidos de desagrado y consternación mientras el peluche hablaba.) Y ya sabéis que la última vez fue especialmente dura… para todas y todos… hubo mucha viruta… hubo un ensañamiento brutal con la cabeza y la cara de Perdita… y ahora ella, bueno, ella, pues ella ya no va a ser la misma muñeca nunca más.
El pokémon de peluche se secó una lágrima y miró a Perdita, que estaba a su lado, cogiéndole la mano silenciosamente. Perdita parpadeó un par de veces, por toda respuesta. Luego Perdita miró a todas las cosas de la habitación, que estaban en silencio, y lentamente, sin perder su expresión angelical, hizo un claro gesto de “degollad a esa bruja” con su bracito de plástico.
Y todas las cosas de la habitación comenzaron a gritar.
Las botas intentaron dominar el júbilo y la algarabía como pudieron, pero los libros ya se estaban tirando al suelo desde las estanterías, las bragas salían disparadas del cajón como si fueran metralla, los bolígrafos pintaban encima de los muebles y los muebles temblaban y se sacudían como si tuvieran al demonio metido dentro, y la bombilla se encendía y se apagaba sin parar, y los tubos de  maquillaje estallaban como fuegos artificiales, y la cama comenzó a levitar hasta el techo, y la guitarra empezó a tocar voló, voló, Carrero voló y hasta el cielo subió y los cristales de los marcos de fotos se rompieron y todas las cosas bulleron hinchadas de ira y sedientas de sangre hasta que en la puerta de la entrada de la casa se escuchó el sonido metálico de las llaves.
–…oye, que estoy yendo para allá pero llego un pelín justa. O sea… es posible que llegue como a menos diez o así.
La habitación entera se detuvo. Macarena Millán entró hablando por teléfono y la habitación entera enmudeció. Y Macarena Millán no tenía tiempo para fijarse en los detalles.
–¿Tú podrías sacarme la entrada y cuando llegue te la pago? –dijo mientras se descalzaba, para calzarse las botas que estaban en el centro de la habitación–. Graaaaciaaaaas, ya me dices cuánto… venga, hasta ahora.
Después se fue, dando un portazo en la entrada de la casa.
Y justo después, muy suavemente, en algún rincón de la habitación, tras unos minutos de silencio total, algún objeto murmuró: vaya puta mierda.
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