#no se como sentirme al menos le dejaron la marca de agua
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#i already knew someone post them there but i never had the chance to see it until now#no se como sentirme al menos le dejaron la marca de agua
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Habitar
Creo que mi problema inicia en el hecho de sentirme una sombra, un eco, alguien que se queda a dormir en una casa como un invitado. En las noches, en algunas ocasiones, me he levantado buscando un vaso de agua, la sed parece infinita. Pero es como si las paredes no me reconocieran, como si estuvieran en la espera de alguien más. Cómo si jugaran conmigo, un juego absurdo y humillante. Juegan a cambiarse de lugar, primero lentamente pero van subiendo la velocidad... después colapsan sobre mi, pidiendo a gritos por que su huésped original regrese a habitarlas. Habitar... si habitar, porque eso es lo que hacen los recuerdos, habitan casas, lugares, cuartos... habitan almas. Los recuerdos habitan almas y las convierten en propias. Y yo? Yo soy una simple visitante, sentándose al borde de una cama que no logro reconocer como propia, un comedor en el cual no me siento con el derecho de mover una silla de su sitio. Porque aún cuando tuviera el valor de hacerlo, el lugar reclamaría que se le devolviera a su sitio original. Yo soy una invitada en su alma, la cual reclama a su huésped original. Es como si caminara con cuidado de no romper nada, con cuidado de no alterar el orden. Es una casa vacía y llena simultáneamente, una casa que se quedó congelada en el tiempo, como si sus habitantes hubieran tenido que marcharse súbitamente, no les dio tiempo de llevarse ninguna pertenencia. Como si aún pudieras oler su perfume. Un aroma particular que todos perciben, menos los que viven en esa casa. Cómo explicarle a alguien que su hogar tiene un aroma a guayaba y pinol, pero no te creen.
Los anteriores inquilinos dejaron cosas increíbles, un sillón de lo más cómodo, unas lámparas que alumbran divinamente, unas cortinas que dejan entrar la cantidad exacta de luz. Pero también dejaron una puerta que rechina, no siempre se escucha (le puse aceite) pero parece no funcionar, el sonido regresa. Una llave que gotea... plop plop plop (he ajustado la llave pero se que se burla de mi) algunas noches aún puedo escuchar el goteo sobre los trastes sucios, como si conspirara en mi contra para lavarlos a mis espaldas y regresarlos a su estado original. También hay una mancha sobre la alfombra, cuyo origen desconozco (he lavado la alfombra con cuanto producto puedan imaginar) pero a cierta hora del día, la luz hace brillar la mancha (no puedo hacerla desaparecer)
Tal vez hubiera sido más sencillo adquirir una casa sin inquilinos anteriores. Sin una historia que cuenten sus muros. Sin una puerta que rechine, sin una llave que gotea, sin una mancha con vida propia que aparece y desaparece cuando se le antoja. Una casa sin un sillón cómodo, el cual tiene una marca permanente por su uso. Que aún cuando el espacio está vacío (prefiero no sentarme en el) mantiene la forma de quien lo uso anteriormente.
Si, hubiera sido más fácil encontrar una casa nueva, que me reconociera como su inquilina original. Una casa que no oliera a guayaba y a pinol... que oliera a mi. Una mezcla entre vainilla y cigarro, cerveza y libros viejos. Una casa en donde no se escuchara por las noches el rechinar de las puertas, ni las gotas sobre los trastes sucios. Una casa en donde se escucharan mis sonidos, una pluma sobre una hoja de papel, el sonido de una cuchara contra una taza... yo preparando el café.
Pero me gustan los lugares con historia, los muros que susurran (cuando quieren) lo que han presenciado. Porque cuentan historias y anécdotas que las casas nuevas carecen. Porque en cada rincón hay sorpresas ( Si, hay cajones con moho pero también hay cajones con diamantina y botones de todos los tamaños y colores) porque a veces las paredes lloran, pero también ríen.
Me sigo sintiendo como una invitada, a quien no le dieron el juego de llaves completo. Hay habitaciones a las cuales no puedo entrar, porque por mucho que toque la puerta no hay quien responda del otro lado, porque los fantasmas no pueden abrir puertas. Porque soy una soñadora que se imagina lo qué hay del otro lado, aún cuando se puede percibir el olor putrefacto del cadáver que la habita. Porque me gustaría pensar qué hay algo más.
Aún camino quedito, intentando no hacer mucho ruido en ciertos lugares, todavía ajusto la llave, lavo diariamente la alfombra y engraso las puertas ( en vano)
Al final soy un simple invitada en un alma que ya se habitó... porque yo sé que el ya amó.
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