#nestorjimenez
Explore tagged Tumblr posts
Text
QUIEN IBA A DECIR
por Andrea Peltier
Yo quería ver el nuevo documental de Alexander McQueen y se me ocurrió hablarle (ya que sigo utilizando este medio de comunicación) a Paloma Contreras. La mujer y yo disfrutamos de ver ropa inasequible y echar chisme. Para mi era la perfecta receta de un domingo cualquiera pero poco sabía yo que en realidad íbamos a ir a ver arte.
Me dijo que 3:00 en el Carrillo Gil. Y ya tenía una borrosa idea de la existencia de estas 3 exposiciones gracias a varios posts en instagram. Algo muy normal para quien sea que transita el espiral que hace el eje creativo y artístico de la Ciudad de México. No fue hasta que entré y subí al tercer piso que me di cuenta que ya contaba con más información de las piezas y artistas que lo que el texto museográfico o la guía de sala hubieran podido proporcionarme. La academia tiende a hacer de los textos finales una salsa de palabras que no adereza mi vida. Iba con la más indicada, ya que Paloma pertenece a este mundo y los chismes y anotaciones corrieron a surgir. También me dió gusto darme cuenta que conocía varios de los artistas ahí reunidos.
Solo como comentario, hablaré solo de las piezas que se quedaron en mi cabeza, ya que cuando fui no tenía ni la menor idea de que iba a escribir sobre de esto. Hasta semanas después las chicas me ofrecen esta oportunidad. Entonces no esperen descripciones largas, hermanos.
Al entrar lo primero que vi fue una de las pinturas de nuestro querido Néstor Jiménez. Una pintura con sus muy irremediables e imposibles perspectivas. Creo nunca había visto nada de Néstor en persona. Pasar del imaginario a la realidad no alteró mi gusto por su pintura lo cual siempre te deja tranquila cuando le tienes estima personal al artista. Me encantaría ver esas perspectivas en cuadros aún más grandes, pensé. Luego recuerdo las pinturas de Elsa-Louise Manceaux las cuales me parecieron muy bellas sin contar en este gusto a los volúmenes alrededor. Recuerdo haber hecho un comentado sobre mi muy personal desagrado por los pintores tratando de viajar muy desafortunadamente hacia el volumen. Después se llega muy orgánicamente por las proximidades del espacio a la pantalla de proyección de Erik Tlaseca con una pieza visual (no digo audio porque no recuerdo escuchar nada) de unos 2 por 2.40 M. Verde, cielos azules, tierra y demás bellezas que proporciona la fauna mexa. En la pantalla, dentro de esta selva, la graciosa aparición de un personaje salido de su propia y muy específica ficción. Paloma hace unas anotaciones a su praxis, ya que compartieron espacios en el FONCA. Compartimos el gusto por las piezas expuestas en el suelo, que paloma me comenta son props. Pero Paloma no dejaba de mencionar otras piezas mas adelante, entonces camine un poco más y fue ahí donde me encontré una de las 3 piezas de Víctor del (M)Oral Rivera. De pronto lo recordé todo. Tuve un flashback a la cocina de Juan Caloca la noche de su cumpleaños.
Mi flashback: Yo muy adulterada en la cocina de Juan a las 5:00 de la mañana abrazando a Yollotl con los ojos cerrados escuchando a Víctor, Yollotl y Gamaliel hablando de cómo es que iban a tirar las piezas. Sobre qué cámaras iban a utilizar, del tiempo, del aire, de la producción en general. Yo me imaginaba la pieza y lo único que me daba miedo era que en el primer intento no fueran a estar lo suficientemente organizados para captar bien el instante. A mi parecer el nervio venía de escuchar una buena idea salir de la boca de dos borrachos. Abrí los ojos y les dije que lo que necesitaban eran varias cámaras. Que lo grabaran con 3 puntos de vista. Tengo la impresión de que me dieron una muy ligera razón y siguieron con el tema. Luego cambiamos de tema porque Gama tenía hambre y despuesito llegó Juan a preparar unas quesadillas de flor de calabaza bastante insípidas o para después regañarnos que debíamos de tener una pool party en la azotea en ese preciso momento, pero Yollotl y Victor estaban hipnotizados hablando de la pieza y bajaron al estudio de Victor a seguir con el tema sin nuestras intromisiones. A mi lo que me impresionó de todo esto es cómo alguien podía hablar y hablar hasta las 5:00 de la mañana de algo tan técnico. Yo lo único que pienso en la fiesta a las 5:00 de la mañana es sobre si voy a coger o no, o cómo voy a regresar a casa.
La verdad me impresiono la pieza ya que la vi viva en el espacio. Me pareció genial el formato de las pantallas. Primero ves la pieza donde la letra A camina en una toma top del estacionamiento de la Torre Banobras. (Como comentario, los números del estacionamiento no coinciden con el orden numérico que esperas) Luego otra pantalla de igual tamaño con varios detalles de texturas y formas del edificio donde se cuelan imágenes de la Ciudad de México. La calidad de foco y la corrección de color es perfecta. Da mucho gusto verle las arrugas al edificio con tomas bien perspectivadas. Después te encuentras con la pieza central del trabajo de Víctor que es el momento en el que se tira la letra A de lo más alto de la torre en una pantalla vertical de unos 3.50 X 1.20 proporcional a la torre.
Casi lloro a decir verdad. Ver cosas rompiéndose es de mis más grandes pasiones. Fue de verdad grato pensar en el esfuerzo tan grande que debió haber sido llegar hasta ese momento. Con el aire a todo volumen. El sonido de este rompiendo contra tus orejas. Traz. La pieza choca contra el suelo. Es como si vieras escuchar un grito en el vacío. Choca y la toma termina con el vuelo en ascenso de un pájaro justo atravesando el cuadro. Todo es una cámara lenta. Volteo a ver a Paloma y le digo -Verga-. Me quedo otro rato ahí parada viendo de nuevo la acción.
Poco antes de llegar a esta pantalla, existe otro muy afortunado momento de la exposición. La obra de Rolando Jacob que es la creación de un espacio interior que nos lleva a 1972 según el calendario en la pared. Sillones, libreros, un tapete, la mesa las sillas, la consola, y una radio prendida. La pieza es el esfuerzo de recrear una típica sala-comedor de alguna familia promedio del norte del país. Estas piezas me fascinan porque entiendo el esfuerzo que es ambientar algo. Quien sea que tenga las fuerzas para conseguir un total de 50 objetos con el mismo lenguaje histórico se merece un pastel. Ni sé ni me importa qué quería decir el artista pero me parece que se merece un pastel, y uno chido hecho el mismo día.
Si Rolando Jacob merece un pastel, que alguien se la chupe a Víctor. Estaría interesante que así se le diera retroalimentación al artista, pero la sociedad es tan aburrida que prefiere pagar con dinero. Vaya falla.
De esta exposición PARASITAGE, RUIDOS NEGROS y en especial de este piso también quiero destacar la participación de Tania Ximena con sus piezas gigantes de tomas al volcán y a lo que creo es la prístina documentación de una de sus expediciones. Close ups de carámbanos de 4 x 2.40 metros siempre va a ser una estrategia ganadora. La verdad es que no recuerdo otra pieza en el espacio que se haya impreso en mi memoria con la misma fuerza que las piezas que acabo de relatar. Un saludo a los demás participantes.
La siguiente sala: ABUSOS DE LAS FORMAS.
Lo primero que viene a mi recuerdo es la pieza de Thomas Glassford de quien tengo un recuerdo muy cómico en la boda de unos amigos en Oaxaca en donde prácticamente le dije que se veía demasiado heterosexual y viejo para pertenecer al lanzamiento del ramo. Al respecto de esto mi tía Mariangel me diría algo como “Por este tipo de cosas no podrás figurar en sociedad”. En fin, la pieza son unos muy nacionales guajes montados en una dinámica física de fierro cromado en alusión a una máquina absurda con mangueras hacia sí misma. La relación entre materiales hace de la pieza una de mis favoritas de la sala.
De esta exposición lo que más se escucha es una voz susurrando lentamente -Identidad Nacional- y a lo que me refiero, es al tono general de la exposición el cual gira sobre ideas como lo prehispánico, la artesanía y la relación entre artista y artesano. Artista y cultura. El susurro regresa -Identidaaaaad Nacionaaaaaal- Y pues bueno, adivinen quien estaba exponiendo… ¡Claro! ahí andaba una pieza del Juan Caloca.
A continuación algunas piezas de los vestuarios del video de Ulrik López. Todo tiene tonos cafés. Es interesante como hay temas de investigación que ya tienen una paleta de color preestablecida. Las técnicas nos sujetan a una apariencia, por supuesto. La investigación de la artesanía o el archivo también nos sujetan a una veracidad, a contar las cosas bien. A utilizar tierra donde la tierra sepultó todo.
Aun así, ahí estaba una escultura de herrería con formas que nos llevan a pensar rápidamente en el trabajo de los zaguanes típicos de la vivienda mexicana. Solo que pintado en colores estridentes como el tornasol. Y me refiero a estas soleras roladas en espiral que aluden a flores y espirales decorativos los cuales siempre me han parecido una cosa rarísima salida directamente de un pensar típico del biedermeier o el arts and crafts. O sea, la voz de la primera revolución industrial perdida en colonias como La Industrial en Lindavista. Una pieza sobre arquitectura vernacular, muy a la orden del día. Después recuerdo unas pinturas muy monas de dos platos de cerámica color terracota. Un trabajo en conjunto de Jonathan Miralda con Andrés Villalobos. A lado, unas pinturas del muy genio de Francis Alÿs. Muy Francis, no sé. Es de esas cosas que ves y sabes quien es, y te dices “Ah vaya. Sí. Qué genio” pero enseguida sigues caminando.
Seguimos en el recorrido y en una esquina tenemos a Abraham Cruzvillegas con un tapete de mosaicos cocinados con esta técnica artesanal de barnizado color verde obscuro. Y la verdad es hoy en día es una opción asertiva utilizar este terminado. Es exactamente aquí, en esta parte del texto, donde me pregunto -Bueno pero, pues hoy en día ¿qué diablos puede salir mal de los procesos y piezas con técnicas artesanas? Y este, chavos, es un tema al cual no me pienso meter en este momento, les regalo mi duda. (Espero de sobremanera entiendan la ironía)
En este mismo cachito de sala también existen dos piezas salidas del horno de Parque Galería. Un video de María Sosa donde se tiene a ella misma jugando a las barbies con diferentes “vestidos” que quiero pensar son conceptos vistiendo u oprimiendola en una búsqueda deconstructiva y constructiva de su persona y de la imagen femenina antepuesta a una ficción cultural. Llamenme loca, pero eso fue lo que entendí.
Luego la gran pieza de Juan Caloca. Tal vez lo quiero mucho y como buena madre mexicana no puedo hablar mal de él. Agradezco y agradeceré siempre que se me sorprenda. Y la verdad me gustó su pieza. Una Coca Cola sujeta por la tensión de unas cuerdas de yute que utilizan la banda que carga en los mercados o centrales de abastos cuando no se tiene diablito. También me gusto que resolviera con manerales de acero inox sujetarse de ahí. No sé amigos. Muy Juan.
Después estaba esta pieza que no vi de quien era, pero eran unos tepetates con piedras de agua. Y el letrero decía ‘para disfrutar la pieza quítese los zapatos’. Y es que a mi las dinámicas del ‘toca, juega y aprende’ me gustan mucho, pero Paloma ya iba rápido en esta sección, y pues no me quería quedar atrás. Después pasamos a la parte en donde casi todo era archivo. De ahí estos textos que hablaban sobre cómo habían creado varias piezas para el museo de antropología. Y me dieron celos no haber pertenecido a ese momento en México. Ya me imagino las pláticas en los cafés de la zona rosa al respecto de lo que todos los artistas se esperaban del museo de antropología, que si los que tenían las manos dentro lo estaba haciendo bien o mal, que si el dinero, que si la dirección, que si yo también quiero.
Y pues, pasamos a la tercera y última exposición. EL NEGRO SOL DE LA MELANCOLÍA curada por Luis Felipe Fabre. A veces, cuando entras a una exposición entiendes el tono en el que se arma el show. A veces es muy poco personal, a veces el artista o los artistas resaltan sobre el espacio y no puedes más que escuchar sus voces. A veces solo escuchas al espacio triste y blanco esperar por algo más. Y otras veces, como en este caso, escuchas al curador completamente volcado dentro de su investigación. Me identifique mucho con él, así como él se identificó con esos fragmentos expuestos. Alguien que obviamente lee y escribe. Es un espacio de un color casi negro. El negro que se logra solo de pigmentos naturales. Las piezas en su mayoría pinturas y grabados y algunas esculturas medio ochenteras con unos fetos de animales en forma de círculo. Paloma me cuenta que cree son piezas de la colección del museo. Mi parte favorita son las fotocopias de libros, carteles y frases. Una pena porque para ese entonces ya estaba cansada y si daban ganas de leerlo todo. Pero bueno, he aquí un pedazo que me llamó mucho la atención:
y no roca si hubiese roca y también agua y agua un manantial un charco entre las rocas si hubiese solo el sonido del agua no la cigarra y el canto seco de la hierba sino el sonido del agua sobre la roca donde canta el zorzal entre los pinos clin clon clin clon clon clon pero no hay agua
Hemos llegado al final de este texto y he de confesar que nunca había entrado al Carrillo Gil y a manera de enriquecer este texto me metí al wikipedia de este recinto sólo para darme cuenta que el edificio lo hizo el arquitecto Augusto H. Álvarez quien fue el padre de Manuel Álvarez Fuentes a quien conozco personalmente por ser el padre de un gran amigo y colega, el arquitecto Lorenzo Álvarez casado con una aún más grande amistad mía la diseñadora Bibiana Colmenares y algo muy interesante y chusco es que en la boda de estas dos personas fue donde tuvo lugar la chusca anécdota con Thomas Glassford y el ramo de flores. Quien iba a decir. Esta es mi ciudad y ustedes solo viven en ella. Buenas noches.
#andreapeltier#alexandermcqueen#museocarrillogil#nestorjimenez#elsa-louisemanceaux#eriktlaseca#victordelmoral#rolandojacob#taniaximena#thomasglassford#abrahamcruzvillegas#juancaloca#ulriklopez#jonathanmiralda#andreavillalobos#parquegaleria#mariasosa#luisfelipefabre#augustohalvarez
11 notes
·
View notes