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Mi ser en todas partes de Mitú

Este año Spotify en sus Wrapped me recordó que soy adicta a la creación de listas. No se que me impulsa a hacerlas si al escucharlas de nuevo, ya me suenan obsoletas y repetitivas. Como metidas en un cajón que nadie abre. Hoy me despierto con una de esas canciones de la lista. Se llama -En todas partes-, de Mitú.

Mi ser ama con el alma esa canción en todas partes por mucho tiempo. Siento ansias de escribirlo. Agradezco mil veces a Julián salirse de esa cosa rara llamada Bomba Stereo y encontrarse con Franklin.

Veo que Mitú me ha acompañado insistentemente con cariño durante 5 años. Me sorprende que me siga conmoviendo y moviendo cada canción. Cada vez que suena alguna de esa lista, la estudio con cuidado, no importa cuantas veces la haya estudiado ya. No se qué tienen. Pueden volverse un mantra, y digo mil veces en mi mente todo el día : “está como la sal, en todas partes” a distintas voces, en ritmo pacífico y profundo, con guitarras repetitivas… desde Colombia a todas partes.

No me parecen canciones normales, son como rituales, que duelen y liberan. Son canciones como ellos dos: blancos y negros, tambores y recuerdos, playas y grillos sonando constantemente. No son canciones, son mis fantasmas, son mi terquedad infantil de necesitar el cobijo del mar nocturno cerca de mí, un mar caribeño, cálido a más no poder, poderoso que da miedo.

Mitú se ha convertido en mi mantra, mi meditación con guitarras y olas. He caído en su misterio durante un tiempo muy largo, me siento en un loop. He tratado de no abusar de sus sonidos. Pero hay veces que no lo logro y los necesito demasiado. Cada sonidito que logran parece un grillo en el espacio que viaja del Caribe hasta donde yo esté. ¿Y donde ando yo?

Ya no se donde ando. No estoy aquí y ya no se de dónde soy. Se que soy una persona de las montañas cundiboyacenses que se llevaron de niña a vivir traumas y olas suavecitas en la costa caribeña. ¿Tal vez la zona palenquera? ¿Al fin qué? soy cundiboyacense o palenquera o de Turquía?

Escribo esto mientras suena -Treinta y dos- desde el frío mas intenso de un lugar donde jamás han visto los diferentes colores de la arena, ni saben lo que es amar la vida bajo 32 grados Celsius. Con Mitú tal vez estoy buscando mi cura. ¿Mi cura para el frío? Pero mi cura me da miedo. Me dan miedo los perros abandonados, heridos en el lugar de mis sueños y de mis más profundas y espantosas pesadillas. Tal vez sea una nececidad de llamar a la humanidad a abandonarse en el mar de una vez por todas y aprender a ser valientes y no buscar curas para el dolor.

Cada acorde de guitarra y voz de negra dulce me duele y me levanta. No se que me pasa. Tal vez yo no esté tan mal. Talvez no sea tan mala idea obsesionarme otra vez con un grupito, como lo hacía antes. Qué belleza emocionarme todavía tanto. Mitú baby yo te amo mo, mo, mo. Tú eres como el fuego, quemas, tu me vas a quemar. Eres todo Mi tú eres lo que necesito. Gracias.

Aquí la lista: