#mentira era capuchino
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deleznablex · 4 days ago
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el que tiene plata la gasta como quiere
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danielmontnez · 5 months ago
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Vive la France.
Viva la Francia, le petite mort, el vino y el queso. Viva la Francia porque esa tierra fue la primera que pisó Mouchette en cuanto tuvo la capacidad de ponerse en pie.
Pézenas fue el sitio que sus ojos cafés definieron como mundo en cuanto cobró conciencia. La casa vieja que heredaron sus padres de sus padres. Y ellos de sus padres también. El pintoresco ambiente de ese pequeño pueblo fue lo que la hizo querer ser. Fue la primera en su familia que quiso salir de allí, y andar de allá para acá, tomar fotos, pintar, escribir de sitios en los que jamás ha estado.
Encontró la verdad en copas de Pinot Noir y caladas de Gauloises. Soñó con alguna vez vivir como en «Madame Bovary» pero la obra de Cortázar fue lo que le hizo pensar que quizá tenía que buscarse un amante latino.
Y así transitó Mouchette por las calles viejas de su ciudad hasta que un día llegó el momento de irse a París. Estudiar la universidad era todo un logro de donde ella venía, meses antes de entrar, soñaba con paseos al lado del Sena, sentarse a comer en algún café de Champs Elysées. Quizá la misma forma en la que cualquier persona proveniente de un país pobre vislumbre la capital de la revolución. Pero esa imagen fue bruscamente eliminada en cuanto llegó, a un apartamento minúsculo sin ventanas, donde no había regadera. En un edificio donde solo habían ratas y obreros. Era todo lo que podían pagarle.
La torre Eiffel no era visible, para siquiera acercarse le esperaba una hora en metro. Comía poco. Por eso es que siempre fue delgada.
Mouchette se dio cuenta de la gran mentira que es el progreso. Odió sus primeros años en la escuela. Estudiaba arquitectura. Entendía poco, se esforzaba mucho más que los demás. En su flamante cuarto no cabía un restirador. Dibujaba en la misma mesa donde había moronas de pan y círculos de café impresos por la taza.
La luz amarilla del foco no ayudaba. Se sentía más sola que nunca. Nadie quería hablar con ella, nadie quería ser su amigo. Le llamaban «péquenaud». Peyorativamente.
Mouchette lloró mares durante años. La mesa con moronas de pan y círculos de café se manchó de lágrimas muchas noches. Manchó sus planos y su teclado.
En cuanto pudo aplicar para una beca, lo hizo. El destino fue bondadoso con ella. Le permitieron irse de intercambio. Eligió a México de una lista de veinte países. Tomó un avión. Aterrizó.
Su cuarto ya no tenía ratas, tenía ventanas. No más focos amarillos. Tenía regadera.
Vivía en un apartamento muy cerca del cruce de Periférico y Legaria. Un apartamento bonito, tercer piso. Su familia pagaba por ese sitio la mitad de lo que pagaban por el cuarto oscuro en París. Mouchette jamás estuvo más feliz.
Caminaba del departamento a la escuela. A Polanco, de Polanco hasta la Diana. A veces se desviaba en Chapultepec para irse a la Roma.
Su cuerpo delgado y paliducho se bronceó en poco tiempo. Se sentaba en el café que está abajo de la casa del lago y contemplaba los edificios de Reforma.
La gente en la escuela era amable con ella. Ya no se sentía sola. Todos querían ayudarle. Ella no necesitó ayuda pero igual agradecía. Se comunicaba en un español pobre y un inglés endeble. No entendía nada como en París pero aquí tenía una razón válida. Se guiaba por el instintivo lenguaje de señalar cosas y dibujar en el aire con los dedos. Y al final conseguía seguir el hilo. Por primera vez sintió que encajaba en algún sitio. Uno muy lejos de su casa.
En una de sus interminables sesiones de contemplación, sentada en una de las mesas de la cafetería Santa Dominga, perdida entre Sonora y Puebla, esperaba pacientemente a que pasara la tormenta que caía sobre el Valle de México.
Entre la cortina de agua, caminando con el paraguas roto de una pata, y los tenis empapados, llegó un tipo blancucho, con la cara triste y la barba de tres días. Se sentó en la mesa de detrás, atajando la lluvia en el voladizo del edificio. La mesera le tomó la orden. Un capuchino. Se encendió un cigarrillo y se quedó mirando a la torre BBVA. Sus luces. Eran las 8:15 de la noche. Un viernes de junio.
Mouchette se acercó y en una mezcla de lenguajes le preguntó si podía tomarle una foto.
El tipo blancucho de cara triste y barba de tres días le dijo que sí. Esbozando una sonrisa extra��a. Casi como conmovido, ocultando la risa nerviosa.
Mouchette le pidió que se colocara frente al cristal. Luego le dijo que mirara a la izquierda. Con el tabaco en la boca.
La foto salió bien. Mouchette le preguntó que cómo se llamaba.
Soy Daniel, ¿y tu?.
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jackcatman24 · 7 years ago
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¿Para Qué Vuelve Uno A Los Lugares Donde Fue Feliz?
Hoy escribo desde ese café donde nos vimos la primera vez; sé que puede parecer una total estupidez, pero es la primera vez que vengo desde aquélla vez. Incluso pasar por aquí me daba una tremenda nostalgia y no es que hoy no la tenga pero me siento capaz de enfrentarla, me senté en la misma mesa y en el mismo lugar apuntando a la calle principal, pedí el mismo capuchino y la mesera que solía verme seguido allí me dijo "¿qué milagro que vuelves? " a lo que vagamente respondí que no estaba en la ciudad, una mentira piadosa supongo... esperaba que en cualquier momento preguntara si estaba esperando a alguien; pero está lleno quizá por que se acerca el invierno y eso distrajo a la mesera y me dejó hasta que me trajo el café. —te veo algo desencajado, ¿está todo bien? —sí, pero ya sabes la situación mundial y la economía y demás. —bueno, ojalá te ayude el café a despejarte de eso.
Sabes, es demasiado raro eso que dicen que uno vuelve a los lugares donde fue feliz, digo jamás volví a Guanajuato, jamás volví al estadio, nunca me volvieron a llamar del aquél grupo de jazz, la cancha del barrio jamás me volvió a ver, a Puebla jamás regresé después de dejar la banda de rock... En fin aquí al café volví y dentro de mí lado más necio todavía esperaba verte llegar o quizá algún mensaje con el tradicional "llevo un leve retraso, pero estoy en camino", pero yo bien sabía que no iba a pasar, ese fue el café capuchino combinado más largo de mi vida.
Mientras bebía ese café; iba recordando ese día, había sol, quedamos a las 12 y llegaste 12:25, nos sentamos de frente, platicamos, recuerdo haber preguntado si te habías hecho algo en el cabello pero respondiste que no, noté tus nuevas pecas, hablamos de nuestra situación académica, incluso de la sentimental, yo hablaba de una chica que me tenía loco, que no sabía que pasaba con ella y no eras más que tú en identidad oculta por el miedo que tenía encima. Llegó un momento en el que casi me parto, pero me puse fuerte y me terminé lo que quedaba de café, pagué y salí corriendo de ahí en una batalla interna entre llorar y no. Escribí tu nombre en la bandeja de búsqueda del caralibro, eliminar amigo y lo mismo de las demás redes sociales. Puedes llamarme cobarde si quieres, pero no puedo seguir teniendo en mi vida alguien que no me deja tomar café sin tener ganas de ponerle sal...
-Jack
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tzuddang · 7 years ago
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                      an unfortunate accident                 𝙖𝙗𝙞𝙚𝙧𝙩𝙤 — 카페테리아                      20170515    El corazón golpea fuertemente su pecho cuando abandona la van y las piernas le tiemblan cuando el manager se despide después de haberla ayudado con el papeleo y le entrega la tarjeta que le ayudará a ingresar a su habitación. MiJoo odia estar sola pero la suerte no parece estar de su lado al tener la noticia de que, al menos por algunos días no tendrá compañera de habitación. Así que tan s��lo deja la maleta a lado de la puerta antes de cerrarla para desaparecer entre los pasillos, las ganas de desempacar aún no aparecen más cuando sabe que tiene tiempo de sobra para hacerlo. Necesita cafeína, así que la segunda parada que decide hacer es la cafetería, sí no estuviera tan agotada por las prácticas se habría contactado con SeulGi porque sabía que se encontraba ahí para decirle que había llegado sana y salva a Idol Boarding pero ahora alejar el cansancio parece un tema más importante. La cafetería no está tan concurrida y las personas a su alrededor parecen estar más interesadas en sus conversaciones y todo aparato electrónico que tienen entre sus manos. Con una sonrisa en sus labios observaba a la encargada tras el mostrador. — Un iced americano — asiente ligeramente mientras de su cartera y saca el efectivo para pagar la bebida. Se acomoda uno de los mechones rubios tras su oreja y probablemente por lo vació que está el lugar se le es entregada la bebida con rapidez. MiJoo tan solo logra voltearse con el fin de retirarse pero no lo hace cuando su cuerpo termina por ser golpeado y solo logra tambalearse hacia atrás(aunque no cae al suelo) pero lo que llama su atención es el hecho de que siente el líquido frío de su bebida recorrer el dorso de su mano, es poco, comparado a todo lo que le cayó a la contraparte o al menos lo que logra visualizar desde donde se encuentra.
jackson:
La estancia de Jackson en Idol Boarding School se resume a cosas buenas. Jaebum esperando para recibirle, su compañero de cuarto, el encontrarse con amigos, afianzar la confianza que el líder le tenía y el arribo de Mark y Yugyeom, por nombrar sólo algunas cosas, han sido grandes experiencias. Ha tenido mucha suerte y no se arrepiente de estar en donde está. Y su historial perfecto se ve, literalmente, manchado, una vez que se le ocurre llegar a la cafetería a pesar de no tener hambre. Es más bien el hecho de que tiene un tremendo antojo de algo dulce, quizás un capuchino con sabor a vainilla o un smoothie. Se forma en la fila, detrás de una despampanante cabellera rubia que no recuerda haber visto antes en el internado. Piensa con seriedad sobre qué ordenar, como si su vida dependiera de ello. Se halla cabizbajo y con el ceño fruncido, por tanto, no alcanza a darse cuenta de que por fin es su turno. De hecho, no alcanza a darse cuenta de cómo su chaqueta, la camiseta que lleva debajo y parte de sus pantalones terminan empapados de café frío, haciéndole soltar un gritito de sorpresa. — Oh my god! —observa a la fémina que se encuentra frente a él, que no es más ni menos que una de las integrantes de LOVELYZ (que él reconoce desde aquella presentación juntos en un show de finales de 2014)—. ¿Estás bien? ¿No te lastimaste? —suerte que en el mostrador se encuentra un dispensador de servilletas, mismo del que el rapero toma una, y en seguida se dedica a remover del dorso de la mano ajena los restos de café.
middyu:
Se maldice internamente por la torpeza cometida, sí tan solo hubiera puesto un poquito más de atención no habría terminado en esa situación. MiJoo no puede evitar sentirse algo intimidada a pesar que ni siquiera ha observado el rostro de su víctima pero no hace falta cuando lo escucha hablar, tiene ese tono de voz que (al menos para ella) es difícil de olvidar. — Estoy bien, estoy bien — Repite, antes de levantar el rostro para poder observarlo. Y su intuición no se equivoca realmente se trata de Jackson. Ella debería de ser la preocupada, quien se encarga de limpiar todo el desastre pero el miembro de GOT7 termina por sorprenderla al mostrarse tan amable que incluso le ayuda a limpiar los rastros que habían caído sobre su dorso. MiJoo aleja su mano y coloca el vaso sobre la barra con el poco líquido oscuro que le queda dentro. Toma del dispensador de servilletas un puñado de estas antes de comenzar a querer limpiar las prendas del muchacho, la chaqueta y la camisa que lleva por debajo están totalmente empapadas pero también sabe que el café no es una mancha fácil de sacar. — Lo siento, de verdad, no me fije — Y sus manos torpes continúan llenas de papel, que ahora le parece un acto algo tanto. — ¿Qué puedo hacer? Creo que he arruinado tu ropa — Se muerde el labio inferior y pasa una de sus manos por su cabellera rubia, está frustrada.
jackson:
Le hubiera parecido incómodo si la persona frente a él fuera un completo desconocido, lo bueno es que GOT7 y LOVELYZ debutaron en el mismo año y, por tanto, tuvieron la oportunidad de participar en presentaciones juntos y hasta competir por premios a los mejores novatos del año. Eso sí, Jackson no conoce muy bien a Mijoo, pero sabiendo que es de su misma edad, puede hablarle con más comodidad. No se muestra molesto porque en realidad no lo está, y tampoco quiere armar un problema donde no lo hay porque aquello ha sido un simple accidente y, de cualquier manera, un poco de tiempo en la lavandería arreglaría sus prendas empapadas de aquel líquido amargo—. No te preocupes, Mijoo-ssi —y con la diestra hace un ademán para quitarle importancia a todo lo ocurrido—. Sólo deberé darme una ducha, lavar la ropa y todo estará como si nada hubiera pasado. Toma el montón de servilletas de las manos ajenas y las deja caer sobre el bote de basura, que por suerte se encuentra a su alcance—. Quizás puedas repararlo invitándome a comer —pero en su tono de voz se nota que su propuesta es una broma y está bastante seguro de que la muchacha no le haría mucho caso—. Igual por mí no hay problema si lo dejamos así. ¿Segura que tú no te lastimaste ni nada? ¿Y tu ropa? —inclina el cuerpo con tal de ver si algún rastro de café, por más pequeño que sea, ha quedado sobre las prendas de la bailarina, pero a simple vista no encuentra nada.
middyu:
Por más que Jackson menciona que no hay problema y todo está bien, MiJoo continúa sintiéndose realmente por la situación y con la obligación de buscarle una solución al problema porque prácticamente había arruinado la ropa del rapero. Probablemente cuando sus compañeras se enteraran de esto, la molestarían de por vida, ni siquiera llevaba un día entero en el campus pero ya había hecho de las suyas. — No, no — negó con el rostro, las servilletas ya estaban arruinadas y ligeramente húmedas pero continuaba con la idea de "limpiarlo" — Yo debería de encargarme de tu ropa, al final fui yo quien la arruinó — asiente, porque esa parece la única solución y tal vez, la consciente de MiJoo se sentiría un poco más tranquila sí llegaba a toparse con el chico en alguna otra parte del campus. — Tengo una idea — murmura con una sonrisa después de haber escuchado su petición aunque sabe que probablemente no lo dice en serio. — Cuando te regrese tu ropa podemos ir a comer. Será mi manera de disculparme por todo este desastre — vuelve a sonreír, sabe que necesita moverse del lugar para que los pocos rastros de café que cayeron al suelo sean limpiados pero antes, necesita hacer que Jackson acepte su propuesta, después de todo, la bailarina realmente necesita en ese momento son amigos. Sin darse cuenta deja que el más alto le quite las servilletas, después de todo ya debía tirarlas — De verdad estoy bien, al parecer mi bebida te prefirió a ti. — se encoge de hombros y una carcajada escapa.
jackson:
No entiende del todo la insistencia de la rubia, pero si se ofrecía con tanta amabilidad a remendar su error, entonces tendría que ceder—. Yah, te digo que en serio no hay problema —y una de sus manos da un suave golpe sobre el hombro adverso—. Pero si tanto insistes, supongo que tendré que aceptar tu propuesta —le dedica una amplia sonrisa, encogiéndose de hombros—. Pasaré a dejarte la ropa luego, a menos que quieras que me la quite ahora —se da el lujo de bromear y suelta una carcajada, Jackson se ha puesto bastante cómodo ya, tiene esa facilidad para tomar confianza—. Es mentira. ¿En qué habitación estás? Pasaré a dejarla pronto. Toma un par de servilletas más tras percatarse de que hasta el suelo había sido víctima de aquel accidente, se pone en cuclillas y deja que el papel absorba el café. De todas formas es probable que el suelo quede pegajoso, pero al menos visualmente ya no hay rastros del líquido oscuro. Se yergue y arroja la basura en el lugar correspondiente—. Ah, es verdad. Te quedaste sin bebida por mí. Al menos te compraré una nueva, ¿está bien? Sin siquiera recibir una confirmación por parte de la bailarina, Jiaer alza el brazo derecho para llamar la atención de quien atiende el mostrador—. ¡Disculpe! Un iced americano para la señorita y un smoothie de fresa para mí —observa a Mijoo nuevamente, la sonrisa no se ha ido de su rostro, incluso ahora tiene un deje picaresco después de que Jackson se ha, en parte, salido con la suya.
middyu:
Sí no fuera porque Jackson deja escapar una carcajada después del comentario, que, ciertamente la distrae habría jurado que terminaría con las mejillas sonrojadas. MiJoo era una mujer y no negaba que el foráneo le parecía atractivo así que sabía sería interesante el formalizar una amistad con él. — Estoy en la habitación diez. De verdad, no lo olvides. — Entrecierra los ojos, realmente espera que el mayor cumpla con su palabra o la visual tendría que lidiar con la vergüenza de ir a buscarlo.
Supone que ahora lo correcto es retirarse, más tarde puede venir por otra bebida aunque tal incidente realmente la dejó un poco agitada que siente es necesario un descanso; tal vez se lo está tomando muy a pecho pero es que la de cabellos rubios es demasiado torpe en ocasiones que no entiende por qué se sorprende tanto de que esto le haya pasado. Da un pasito hacia atrás cuando el rapero se agacha para limpiar los rastros de café(parte de estos). Las palabras de Jackson la toman desprevenida y apenas logra levantar sus brazos cuando escucha la voz contraria haciendo la orden. — No debiste hacerlo — murmura y no está muy segura de que Jackson la escuche — Creo que ya debería irme — vuelve a decir, no es que la compañía de Wang le moleste, de hecho le agrada y está segura que los rumores sobre él son ciertos, parece buena persona pero Lee no se cree capaz de mantener una conversación fluida mucho menos con lo nerviosa que comienza a sentirse.
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