#maybe entre unos árboles o algo así
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"Si no me muevo no me verán." | con @harink
"¿qué pasa si además de ser veloces también pueden olernos?" y no está hablando de problemas de higiene, es una idea que se le vino a la cabeza para empeorar la situación en la que se encuentran. está quieto, pone en práctica las palabras de la chica al tener nulas intenciones de probar llevar la contraria. también emplea un tono bastante bajo, sin querer llamar la atención de los afectados por esa ola de locura, pero como no puede permitirse ni un segundo de paz añade otro elemento a los factores de riesgo. "de un segundo a otro todos son atletas para correr tan rápido, este episodio de... lo que sea, pudo darles otras habilidades."
#conversaciones.#harink#holaa<3#pensé en ellos en la calle#pero escondiéndose para que no los vean#maybe entre unos árboles o algo así#muchas gracias por enviar
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El reverso de los mapas
Sábados de súper ficción
El reverso de los mapas
“Detrás de la figura del amante y de la ciudad desconocida está, sin embargo, la misma promesa: volverse irreconocible, empezar de cero, renacer”.
18 de septiembre de 2021
por Luisina Gentile
Salieron del cine a buscar un bar y tomaron hasta que el bar cerró, y siguieron recorriendo la ciudad en busca de bares que también cerraban, hasta que ya no sabían dónde estaban y esa fue la primera vez que estuvieron juntas. El amor o su evento —esa desfiguración de la causalidad— era la razón detrás de todas las copas y el resto poco importa. Si se trataba de tomar hasta perderse como la protagonista de esa película de Akerman, yo también había estado enamorada. O era algo de ese orden, más que el alcohol y menos que el amor, lo que me llevaba a Canadá. El amor es el reverso del mapa de una ciudad sobre el que las personas se desplazan. Las personas se mueven pensando que el amor está en otra parte; o se quedan pensando que lo encontrarán ahí. Detrás de la figura del amante y de la ciudad desconocida está, sin embargo, la misma promesa: volverse irreconocible, empezar de cero, renacer; el viejo truco de encontrar lo que no se perdió porque lo perdido cambia de forma en su ausencia y lo que se encuentra es otra cosa. Entonces hay que elegir. O es la ciudad o es el amor. Yo intuía que todo había sido un error que no quería confirmar en público, viendo desde la ventana del auto cómo los segundos se iban tragando los árboles pelados y los carteles que achicaban los kilómetros al aeropuerto. La música no pegaba con el paisaje —puertas cerradas sin llave, calles sin veredas, formas ridículas que la nieve le daba a todas las cosas con total capricho, una cantidad inmanejable de color blanco para la vista— y yo la elegía por eso. La música me permitía construirme una cápsula, erigir una barrera entre Karolina y yo para compartir el tiempo pero no el espacio. Después de una despedida que sólo sé que ocurrió porque de un momento a otro estaba sola en el área de salidas, sin sospechar que iba a largarme a sollozar, me prendí un cigarrillo. Un tipo enorme vestido con un mameluco rojo me invitó a cruzar la calle. En este sector no se puede fumar. Pero a las palabras se las lleva el viento, en cualquier idioma. El amor comparte uno a uno la ciudad en un sistema de medidas equivalentes cuando existe, y cuando ya no lo hace, se repliega sobre sí mismo y elimina el resto del paisaje. Terminé el cigarrillo, me largué a llorar. No fue la última vez que estuve en Calgary .
Problemas populares
Espero el atardecer mientras los basureros se abren y se cierran, como campanadas de alguna iglesia. A lo lejos veo el Plotzensee, donde los nadadores sostienen la línea del horizonte con sus hombros. Sentada en este banco mi mundo interior se hace cada vez más grande y cada vez más intraducible. El pastizal crece y va rascando la pintura, apoderándose de las paredes. A veces pienso que ya me olvidé de cómo se habla con la gente, a veces pienso que creo en la telepatía, a veces pienso que creer en eso es una trampa de la ansiedad que en realidad es una enredadera que hay que estar podando y vigilando constantemente. Antes de los problemas con una segunda lengua, antes del español, hay un puente entre el adentro y el afuera, que me cuesta cruzar cada vez más. Me quedo sentada en una orilla o en la otra, mirando la costa muda, mientras el sol de Moabit se vuelve del color de los billetes de cincuenta euros.
Cuando todavía no había llegado a este barrio hablaba y hablaba, levantando palabras como los obreros levantan las construcciones. Ahora este mundo interior se expande como un inmenso patio descuidado o como una pampa que requiere un modo de producción extensivo pero donde a mí me faltan las herramientas para lograr una productividad que realmente dé dinero o algún modo de cambio para trocar con el afuera.
A diferencia de Nueva York todo en Berlín es bastante parejo. Los edificios no suelen tener más de cinco pisos, raramente hay un ascensor. Con la excepción de algunas torres cerca de Alexanderplatz, o algún que otro gran edificio gubernamental de los soviéticos, toda la ciudad es baja y se extiende horizontalmente. La semana que viene comienzo a trabajar. Probablemente intente salir de Moabit.
I will always do what I say I am going to do
Me anoté pensando que serían oficinas, pero al final se trataba de limpiar casas particulares. La segunda a la que fui era el departamento de un matrimonio con un hijo, cerca de Savigny Platz, una parte rica y elegante de la ciudad. La dueña de la casa se llamaba Inga y me pareció que aún sentía algo de culpa por contratar a alguien para hacer la limpieza. Al resto de la familia la conocí por fotos. La primera vez, pasando la aspiradora por el cuarto matrimonial, pensé que llevaban una vida que yo no querría tener en un par de años. La temática de la decoración eran ellos mismos: nuestro casamiento, nuestros quince días de vacaciones por año, los recuerdos recientes de nuestro matrimonio, el paso del tiempo en nuestro hijo. Me sofocaba. En realidad, mi trabajo era limpiar sobre limpio pero no dejaba de tener la sensación de que todo estaba cubierto de polvo. Al lado de la cama, una guitarra colgada era exhibida como memoria de otra vida, pero ¿cuántos años tendrían estas personas? En la cocina me espantaba una botella del detergente vestida con un delantal floreado. ¿Cómo llega una botella a ser vestida con un delantal con flores, volados y encaje?
Yo no tenía nada personal en contra de nada específico de todo su mundo (¿o sí?) pero no me imaginaba siendo feliz llevando la vida que, al menos en mi imaginación, llevaban ellos. ¿Pero por qué? ¿Cuál era el principal problema en eso? ¿La heterosexualidad obligatoria, contratar a alguien para limpiar sobre limpio, la centralidad que socialmente se otorga a la pareja como principal sostén material y emocional? Quizás el principal problema no era nada de eso sino la decoración del lugar. ¿Y si hubiera tenido un poco más de onda, qué? ¿Estaría pensando lo mismo?
Igual yo pasaba el trapo y me reía maliciosamente, imaginando a Jannine teniendo una vida así dentro de poco tiempo. No era una venganza, porque imaginaba que ella misma la anhelaba, pero yo lo sentía así. Mi compañera de doctorado, reuniéndose a tomar el té con sus amigas, intercambiándose halagos pasajeros bastante truchos del tipo: “Qué lindo tenés el pelo hoy!” o “Qué linda tu camisa, where did you get it?”. En alguna ocasión Jannine comentó que le interesaba la teoría queer y yo hice una mueca de horror para mis adentros (ahora que lo pienso ahí no hay nada que reprochar: se nota que le gustaba la teoría queer y no the queerness that could be found everywhere around, even beyond theory, perhaps even more beyond queer theory itself. Maybe that 's the only queerness that matters). Nunca entendí qué le interesaba del arte más que la dimensión social del prestigio. ¿La juntada con las arpías contaba como eso?
Estaba sola en la casa. Antes de irme, abrí la heladera y comí algunas cosas sin dejar rastro y me aseguré de que todo tuviera la cantidad necesariamente abundante como para que no se notara que había un par de rodajas de menos. Me acordé de mi mamá diciendo se lo habrá comido la empleada. Me cambié la remera por una musculosa negra y me fui al Hambüger Bahnhof a ver una muestra de Adrian Piper: The probable truth registry. La muestra era una especie de contrato social de tres cláusulas, suscrito por todos los visitantes que quisieran firmarlo.“I will always be too expensive to buy”, “I will always mean what I say” y “I will always do what I say I am going to do”. Había tres mostradores con recepcionistas, uno por cada cláusula, que entregaban el contrato a firmar. Firmé los tres con la seguridad de que sabía que en la tercera estaba mintiendo, pero me pareció que estaba relativamente bien, de esas tres, fallar en esa.
Görlitzer Park
Es viernes, pero bien podría ser cualquier otro día de sol en esta ciudad donde solo los turistas trabajan de nueve a cinco. En el medio del Görlitzer Park hay un cráter gigante, que lo parte al medio y la gente cruza la depresión despreocupada, que es como siempre luce la gente en los parques desde lejos. Otros entran y salen de los arbustos, abriéndose paso entre las ramas, viniendo de mear o de comprar porro. Los únicos que parecemos estar quietos somos los dealers y yo pero estamos todos en el parque por el sol, sacudiendo del cuerpo tantos días de lluvia como si fuésemos perros.
Con la vista fuera de foco pienso en Wittgenstein y en la idea de juventud. En 1916 se anotó en el ejército y pidió que lo mandasen a la posición que más lo enfrentara a la posibilidad de morir. Volvía todas las noches de la trinchera y escribía en su diario algo así como “hoy me dispararon, tuve miedo. Tengo ganas de vivir!” A Wittgenstein, la guerra no le importaba; quizás no tenía ni idea de por qué estaba sucediendo, en qué bando ni contra quien combatía. Las balas que casi lo matan eran las mismas que le metían las ganas de vivir en el cuerpo, como si las disparase alguna otra parte de sí mismo. Más bien era una guerra contra sí, usando la historia como excusa. Demasiado se habla de la ansiedad como un problema, pero vivir sin ella se parece a vivir en un cráter gigante. Sentirla se parece a sentirse valiente; a estar en el medio de los tiros, a ser el héroe de tu propia guerra. Era eso lo que Wittgenstein había descubierto.
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Luisina Gentile
Luisina Gentile (Resistencia, Chaco, 1989). Vive y estudia en California, Estados Unidos. El valor de las monedas es su primer libro y acaba de ser publicado por Socios fundadores.
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Espejismo. La noche, brillante y silente, se estremeció de pronto con los pasos lejanos, casi leves, que se sentían en aquella cortina de oscuridad brillante. Cada paso, hacía que las estrellas distantes brillarán con fuerza, como diamantes en bruto o el fulgor de la esperanza en el corazón de un niño asustado por la guerra. Y es que allí, en plena noche, en pleno desierto, en medio de la nada, ella, el, eso, caminaba en silencio o se arrastraba o tal vez brincaba, pero se movía, se movía tan lento pero a la vez tan rápido que el segundero de un reloj no alcanzaba a la figura, pero la aguja que marca la hora la acompañaba en su deambular. Entonces de pronto, eso se detuvo, mirando a la distancia o pareciendo que lo hacía, a un grupo de personas que caminaba en el desierto, en medio de la profunda noche, buscando algo que comer. En eso, la curiosidad, sentir de toda cosa viva o con algo de razón, hizo que se acercara al grupo de personas. Ellos por su parte, estaban detenidos, mirando fijamente al vacío, a la nada profunda y oscura del desierto, porque a pesar de no haber nada, algo ocurría en aquella distancia. Era como si de pronto, el suelo se levantaba y los árboles se torcieron hacia dentro de sí mismos. Las proporciones lógicas se doblaban y allí, por dónde esa anomalía pasaba, el suelo se pudría, los animales morían y se descomponen y se volvían flores extrañas y hongos abisales que brillaban y expedían un olor indescriptible. Pero también, de la nada, los animales nacían y corrían de allí en cámara lenta. Sus pasos cambiaban también la temperatura, haciendo que la arena que pisaba se fundiese en un vidrio espeso, que reflejaba los brillos estelares. Entonces de pronto el vacío comenzó a brillar con un fulgor inenarrable y sagrado, una Luz comenzaba a brillar de forma tal, que la noche se volvió día y que las estrellas se volvieron una con el sol, con la luna, con luz misma y colores desconocidos brillaban por el cielo. Entonces ellos, pasmados pensaban que estaban frente a un espejismo. Pero aún así, vieron como el ente curioso, que se dirigía a ellos, se dibujaba como algo indescriptible. Ruedas de metal y oro rodaban rápidamente alrededor de un orbe de color azul cristalino, que tenía en interior una serie de hileras de ojos y bocas que cantaban alabanzas a Dioses desconocidos o tal vez al Dios cristiano. También habían lazos de los que se desprendían de las ruedas y alas, alas blancas, azules, rojas, verdes, amarillas y de todos los colores circundan cada rueda y cada parte de dicho ser. ¿Era aquello un ángel? -Pensaba uno de los hombres- ¡Es un demonio que viene a devorarnos! -grito despavorido otro y comenzó a correr- pero entonces este ser tras un flash de incandescente apareció frente a este, y con una mano brillante que parecía el universo mismo lo tomo, lo cargó como si fuese una madre amorosa y le cantó con sonidos indistinguibles para cualquier ser vivo, pero que a la vez, se escuchaba como una nana dulce y llena de amor de madre. El hombre cayó dormido, y el ente, lo abrazó contra su esfera haciendo que el hombre desapareciera entre su gelatinosa superficie. Los demás hombres corrieron entonces asustados en todas las direcciones posibles, en aquella realidad distorsionada que se asemejaba a un espejo roto que reflejaba a otro espejo roto, pero aquello fue en vano porque todos fueron capturados por aquel ser adimensional. Solo uno estaba allí, de rodillas, con lágrimas en la cara y los en blanco, ciego por las auroras boreales que se veían tan cerca, que podía casi tocarlas. Entonces el ente se acercó a él y lo miró, con sus mil ojos y le susurró al oído -no temas- y el hombre lo escuchó como si fuese la voz de su hija, de su madre fallecida, de su padre, de su esposa, de sus compañeros, de sí mismo. Hasta que en la distancia aquel sonido fue apagado por una estruendosa explosión y la luz fue cada vez más fuerte. El ente entonces tomó al hombre y lo abrazó mientras el estruendo los dejaba casi sordos, hasta que el hombre perdió el conocimiento. La mañana llegó. El hombre despertó solo en el desierto, chamuscado,hecho un cráter y en silencio. Una bomba había caído ¿O tal vez había sido el espejismo? ----------------------------------------------- Mirage. The night, bright and silent, suddenly shuddered with the distant, almost faint footsteps felt in that curtain of shimmering darkness. Each step made the distant stars shine brightly, like diamonds in the rough or the gleam of hope in the heart of a war-scarred child. And there, in the middle of the night, in the middle of the desert, in the middle of nowhere, she, he, it, walked silently or crawled or maybe jumped, but it moved, it moved so slowly but at the same time so fast that the second hand of a clock could not reach the figure, but the needle that marks the time accompanied her in her wandering. Then suddenly, it stopped, looking off into the distance, or seeming to do so, at a group of people walking in the desert, in the middle of the deep night, looking for something to eat. In that, the curiosity, feeling of every living thing or with some reason, made him approach the group of people. They, for their part, were standing still, staring into the void, into the deep, dark nothingness of the desert, because even though there was nothing, something was happening in the distance. It was as if suddenly the ground rose up and the trees twisted inward. The logical proportions were bent and there, where that anomaly passed, the soil rotted, the animals died and decomposed and became strange flowers and abyssal fungi that shone and emitted an indescribable odor. But also, out of nowhere, animals were born and ran from there in slow motion. Their footsteps also changed the temperature, making the sand I stepped on melt into a thick glass, which reflected the stellar glows. Then suddenly the void began to shine with an unspeakable and sacred glow, a light began to shine in such a way that the night became day and the stars became one with the sun, with the moon, with light itself and unknown colors shone in the sky. Then they, stunned, thought they were in front of a mirage. But even so, they saw how the curious entity, which was heading towards them, was drawn as something indescribable. Wheels of metal and gold rolled rapidly around an orb of crystalline blue, which had inside a series of rows of eyes and mouths that sang praises to unknown Gods or perhaps to the Christian God. There were also ribbons coming from the wheels and wings, white, blue, red, green, yellow, green, and all colors of wings surrounding each wheel and each part of the being. Was that an angel? -thought one of the men. "It is a demon that is coming to devour us! -But then this being, after a flash of incandescence, appeared in front of him, and with a shining hand that seemed like the universe itself, took him, carried him as if he were a loving mother and sang to him with sounds indistinguishable to any living being, but that at the same time, sounded like a sweet lullaby full of motherly love. The man fell asleep, and the entity embraced him against its sphere, making the man disappear into its gelatinous surface. The other men then ran scared in all possible directions, in that distorted reality that resembled a broken mirror reflecting another broken mirror, but that was in vain because they were all captured by that dimensionless being. Only one was there, on his knees, with tears on his face and blank eyes, blinded by the aurora borealis that could be seen so close that he could almost touch them. Then the entity approached him and looked at him, with its thousand eyes and whispered in his ear - do not be afraid - and the man listened to it as if it were the voice of his daughter, of his deceased mother, of his father, of his wife, of his companions, of himself. Until in the distance that sound was muffled by a thunderous explosion and the light grew louder and louder. The entity then grabbed the man and embraced him while the roar left them almost deaf, until the man lost consciousness. Morning came. The man awoke alone in the desert, scorched, cratered and silent. A bomb had fallen, or perhaps it had been a mirage?
#relatos#dibujo#ilustración#historical#horror#misterioso#abismo#proyecto#art experiment#dark angel#lovecraft#fantasy
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Life takes you to unexpected places
2019
En el mar Caribe hay un lugar muy especial desde donde puedes ver la isla de las aves, convivir con monos, osos perezosos, tortugas, insectos, lluvia, sol, relámpagos o simplemente con otros seres, ha sido como mi hogar este tiempo y espero que puedas llegar aquí algún día y entiendas la razón por la que la vida te trajo, se que será por algo grande, algo más allá de lo tangible, algo que te llenará el corazón de gratitud.
Yo llegué una mañana, luego de tomar un bus, una camioneta, una lancha, un minibús y una 4 x 4 con la que me recogió Kathrin para llevarme a la propiedad en donde comenzaría mi trabajo como voluntaria. Uno de los lugares más hermosos que había visto, selva y mar, el camino misterioso, iluminado por la luz solar que pasaba entre los árboles, con subidas y bajadas, con olor a tierra húmeda, con sonidos de animales y con una sensación de admiración de ver y sentir todo eso junto.
Después de descansar durante la mañana, comencé mi primer trabajo, ¡CARPINTERÍA! (¡bueno! Esa tarde solo tuve que lijar, pero con el tiempo construí y creé cosas chéveres jaaa)
Esa misma tarde Math y los demás voluntarios me llevaron a conocer la laguna y en el camino a unos vecinos bastante particulares. Cuando llegamos me sorprendió tanta belleza de agua, WE WORK IN PARADISE dijo Luisa… siiii ¡tenía razón!
Bastó ese primer día para sentir que estaba en casa, me sentí familiarizada con todo el entorno, como si hubiese regresado a un lugar en el que nunca estuve antes. Algo o todo me conectaba bonito con ese pedacito de la tierra y con las personas que estaban ahí en ese momento, Kath, Mathew, Luisa, Pascal, Natalie, Ricardo…fluía todo naturalmente, casi todo el tiempo andábamos riendo, compartíamos proyectos de trabajo, arte, caminatas, desayunos, almuerzos y las tan esperadas cenas preparadas por Kath, tan ricas y sanas a la vez, que tragones le resultamos los voluntarios jajaja.
También compartíamos el miedo a ser partidos por un rayo en mitad de la noche…una noche mientras jugábamos cartas, salí disparada de la mesa cuando un rayo impactó muy cerca, en una playa por abajo del comedor, recuerdo el humo subiendo y a Luisa agarrándose el estómago de tanto reír por mi reacción jajaja, pero como no asustarme si la noche anterior no dormimos bien por la tormenta y los aullidos de los monos, mi casita estaba sola en medio de los arboles y realmente llegué a pensar que los monos estaban adentro, se oía todo demasiado aterrador, tuve que levantarme a cerrar las puertas y luego a pedirle a Dios que no me den ganas de orinar porque el baño estaba afuera.
Paralelamente a todos estos días, yo andaba extremadamente cuidadosa por no perder un collar que mi hermano Dito había hecho para mí, ya se había caído varias veces de mi cuello durante los viajes, por suerte siempre lo recuperé, lo usaba tanto que estaba viejo y rajado, me iba a causar mucha pena si lo perdía, aunque sabía que en realidad era a mi hermano a quien no quería soltar. Semanas atrás un hombre en un pueblo colombiano me dijo OFRENDE ESE COLLAR A LA TIERRA, así que mantuve esa idea en la mente para cuando estuviera lista.
A veces me sentaba a mirar el mar con una taza de café y me parecía loco estar en Centro América, yo solo había planeado ir a Ecuador, nunca pensé estar andando por ahí sin tener que preocuparme por volver. Pensaba en como las fronteras pierden poder cuando ya no se trata de tener una lista de países en check, sino de ir viviendo el presente de un solo camino, un camino que te conecta con tantas personas buenas y con su simple día a día en cualquier lugar del mundo, algunas se quedan en tu vida y otras solo aparecen para ayudarte a seguir.
Pero volviendo a lo que quiero contarte, es que una noche cuando todos se fueron a dormir, quedamos Mauro y yo en la cocina, viendo una serie en el computador, de pronto sonó algo muy fuerte que me asustó, cuando prendí la luz lo que había caído era un mango verde al piso. Lo raro es que yo vi el frutero antes de apagar las luces, era un frutero hondo y el mango que cayó estaba debajo de todos los demás frutos. ¿cómo pudo caer sin que caigan los demás frutos?
PUDO HABER SIDO UN ANIMAL dijo Mauro, una zarigüeya tal vez…con mucha fuerza y muy valiente para entrar estando nosotros.
A la mañana siguiente, estábamos en el desayuno, Luisa, Natalie, Kath y yo, les conté lo que pasó y les pareció raro y Kath dijo MAYBE IS YOUR BROTHER, y nos reímos…yo como para cambiar de tema rápido, no se! se me ocurrió hablar sobre los cumpleaños, les pregunté a Natalie y Luisa, respondieron 6 de enero y 4 de julio respectivamente…después de casi atorarme con el café, arrugué la cara diciendo EN SERIO?, miré a Kath y le dije ESAS SON LAS DOS FECHAS MÁS IMPORTANTES DE MI HERMANO, NACIÓ EL 6 DE ENERO Y PARTIÓ EL 4 DE JULIO, ella sintió escalofríos.
Después del desayuno me tocaba pintar las paredes de una casita para huéspedes, tenía todo listo para empezar, pero una abeja apareció y no dejaba de volar muy cerca de mi, no quería que me picara, tal vez estaba invadiendo su espacio, así que me fui un rato, regresé y seguía igual, esta vez me daba choques en el hombro, una y otra vez, pensé que ahora si me picaría, me fui por el camino que lleva a la cocina y me siguió, felizmente no me picó, igual para hacer tiempo y que se vaya me tomé un café y quise averiguar por google sobre las abejas, abrí al azar el primer resultado de búsqueda que vi y decía …”de Artemisa Diana, rodeada de abejas… las abejas nos llevan y traen mensajes del otro mundo, representan la inmortalidad” y ya no quise leer mas porque me dio miedo… jajaja de todas las publicaciones que hay en internet, tuve que abrir una que incluya mi nombre? Mas allá de que sea algo cierto o no.
El clima empezó a cambiar unos días después, los días pasaban nublados, por las noches los monos aullaban cuando sentían que venía la lluvia. Luisa y Pascal ya tenían fecha de salida hacia Colombia y Natalie hacia Costa rica.
Un sábado, regresando del pueblo de Bocas con los chicos, iba pensando que tal vez debía seguir mi camino también, por donde no estuviera lloviendo. Los días en Drago eran tan lindos, su mar me enseñó duras lecciones de supervivencia, la convivencia con mis amigos era tan buena y el paisaje tan bello, que decidí ofrendar ahí mi collar, a ese lugar que me había tratado siempre bien, quise obsequiarle el hermoso Ónix cielo que tanto me acompañó, escribí una carta dirigida a mi hermano, contándole mi propósito, de pensarlo sin pena, de soltarlo, de aceptar que ahora coexistíamos de diferente manera.
Al final de la carta le puse como broma “SI PUEDES DAME UNA SEÑAL DE SI ES EL LUGAR CORRECTO” , le pedí a Kath que me acompañe cuando tenga decidido la ubicación, encontré una planta bonita pero la sentí muy alejada. Ella me sugirió una, muy cerca de las terrazas, en una bajada hacia el mar, desde donde se podía ver la playa y la Isla de las aves, dijo que todas las tardes a la misma hora venía un colibrí, ¡me pareció buena idea!
Hice el hueco, leí la carta en voz alta y coloqué el collar en la tierra pero se me hizo un nudo en la garganta y lo saqué para verlo por ultima vez, lo agarré con dedo pulgar y el índice, poniéndolo hacia la luz para que se vean las betas del cristal…”MIRA ES LA PLAYA” dijo Kath, …solo nos reímos y lo enterramos juntas, sembrando una planta de piña, seguras de que era el lugar correcto. ¡Las rajaduras habían formado una especie de delineado sobre las betas marrones y celestes, realmente parecía la playa jajaja en serio!
Unos días después me tocó partir, seguiría hacia el norte, ya en el bus que me haría cruzar a Costa Rica empecé a recordar todo lo sucedido y recorrido, agradeciendo cada momento, extrañando a mi madre también, no tenia idea de que me esperaba pues no había recibido respuesta de ningún voluntariado, de un momento a otro se me vino a la mente la historia que Dito me contó una vez con una expresión muy alegre…”UNA VEZ ME PUSE A MEDITAR AFUERA DE MI CASA EN TARAY Y CUANDO ABRÍ LOS OJOS, UN COLIBRÍ ESTABA AL FRENTE DE MI CARA, VOLANDO EN MI CARA”…entonces me puse muy contenta del lugar de la ofrenda.
Siento que todo se unió para que llegara ahí y pudiera sanar con respecto a ese tema, solo me queda el deseo de que mi hermano continúe su viaje en la forma en la que él haya decidido hacerlo y que lo haga libre.
Dianaru - 2020
FOTOGRAFÍAS: BIRD ISLAND Bungalows
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