#maica guerrero
Explore tagged Tumblr posts
Text
Islas
Maica ha escrito un cuento breve perfecto en esta consigna 3, valiéndose del concepto hybris como descripción del carácter desbordado de un personaje, sobre la pandemia que estamos viviendo. El relato es la descripción detallada de un positivo en COVID19, pero el golpe de efecto al final lo dice todo en su última frase.
ISLAS
Lamentamos informarle que la prueba dio positivo.
Me provocó mandarla a la mierda. Está loca, se han equivocado, es imposible. He tomado todas las precauciones necesarias.
Pero no le dije eso. ¿Está segura señorita?
Le repito que lamento…
Disculpe. ¿Está segura? (No era máquina contestadora, por dios)
Eso arrojó la prueba molecular, señora. ¿Es usted la señora Marta…?
Sí. La interrumpí con impaciencia. Sí, sí, soy yo. Gracias. ¿Esto está registrado en algún lado?
En los próximos días lo podrá confirmar entrando a un link de MINSA donde se dan los resultados poniendo sus datos.
Lo primero que hice fue tomarme la temperatura. No tenía fiebre. Tuve que sacudir el termómetro pues aún registraba los 38.7 grados que había tenido hace más de una semana por una faringitis debido al aire acondicionado. Como no veía bien, lo puse muy fuerte y me congelé esa noche. Desperté mal, ya por la tarde tenía 38, al día siguiente 38.5 y así fue subiendo la fiebre. Llamé al doctor de mi seguro.
Me siento muy mal, me duele todo, me falta el aire, vuelo en fiebre y tengo dolor de garganta. Le dije todo eso para que se alarmara y viniera lo antes posible. Mentí. Lo único cierto era la fiebre. Pero a veces uno tiene que optar por ciertos recursos para lograr su objetivo.
El doctor llegó al día siguiente, guantes, mascarilla y bata. Desde mi departamento vi el carro con el logo de mi seguro. ¡Qué vergüenza! Pensé. Ahora creerán que alguien de este departamento está infectado.
Tomó mi temperatura, comprobando lo alta que estaba, me auscultó por la espalda y ¡por fin! Me hizo abrir la boca.
Señora, tiene faringitis. Está muy inflamada.
Una sonrisa triunfal. Ahora tendría los medicamentos y este malestar pasaría pronto.
¿Qué me dijo que ha estado tomando?
Solo Paracetamol, pues dicen que es malo tomar Ibuprofeno, por si uno tiene el virus, que, claro, no es mi caso.
Pero aquí me indicaron que tenía falta de aire, dolor muscular. ¿Me podría decir cuándo tuvo esto?
Sí, claro, hace dos días. Pero muy ligero. La fiebre alta creo que fue la causa.
Bueno, sus bronquios están bien. De igual manera le llenaré el formulario solicitando a MINSA una prueba molecular.
Doctor, tanta gente necesitada, con síntomas. No creo necesario que vengan. Es imposible que yo esté con el virus. Lo dije por las puras, creo que ni me escuchó.
A los cuatro días, felizmente el sábado muy temprano, cuando en el edificio todos dormían, vino una doctora a hacerme la prueba. Al verme me dijo en tono autoritario que me ponga una mascarilla, y no entró. Lo hice. Regresé a la puerta y le pedí que pasara a la sala.
No señora. Aquí está bien.
En el lobby de ingreso había una consola. Sacó de su maletín un desinfectante y roció la superficie donde lo pondría.
Yo la miraba incrédula. ¡Pero si me trata como una infectada! No duró ni un minuto y se fue.
Le comenté a mi hija.
Acaban de llamar del MINSA y dicen que dio positivo la prueba. No tengo idea de dónde pude haberme contagiado. Para mí que es un error, solo he salido una vez.
¿Solo? Cuando fuiste a MACRO y te trajiste media tienda. ¿A ese solo te refieres?
Me quedé callada. Tuvimos una fuerte discusión por ese tema.
¿Y ahora? ¿Pediste que me hagan la prueba?
Tienes que llamar tú misma, eres mayor de edad.
OK, lo haré. Aislamiento madre, creo que no nos afectará mucho, hemos entrenado toda una vida para este momento.
AUTORA: Maica Guerrero
Derechos reservados
0 notes
Photo
Entre los mas exitosos temas que les trae este pequeña grabacion traemos y esperando que sea del agrado de todos: https://bit.ly/3DesTAY
TEMAS:
Caballo Viejo - Simón Diaz
Laguna Vieja- Reynaldo Armas
Carrao Carrao - Reyna Lucero
Besitos de Amor - Sexagesimo
En carne Viva- Scarleth Linares
Yo no vendo mi caballo - José Ali Nieves
Fiesta en Elorza - Eneas Perdomo
Apure en un Viaje - Francisco Montoya
Egoismo - Julio Miranda
Ella o Él - Luis Silva
La Tipica Parrandera - La Negra Linares
Añoranzas - Jorge Guerrero
La viuda millonaria - Santiago Rojas
La Vecina - Cristina Maica
No me corra cantinero - Vitico Castillo
Amiga, Novia y amante - Jesús Moreno
Cuatro Pa’ un Despecho - Luis Latuff
La flor de Zaraza - Rummy Olivo
Yo tambien tengo un guayabo -Tiso Avila
Mi Alcaravan - Fernando Tovar
Dos Mujeres en mi vida - Teo Galindez
Campesino hasta la cacha - Julio Pantoja
Es Diferente - José Gregorio Oquendo
El Gaban y la Gabana - Hector Hernandez
4 notes
·
View notes
Photo
@LLANOHITS | CANAL DE NOTICIAS 17/09/2019 03:12 p.m. *HOY DE CUMPLEAÑOS YOSMAR CABRERA * Yosmar Cabrera nació en Camaguan estado Guárico un 17 de septiembre de 1974, este ilustre músico venezolano inicia su carrera a los 5 años de edad como cantante y a los 12 años como cuatrista profesional, a los 14 años acompaña a Cristina Maica en su conjunto con el maestro Carlos Orozco y Joseíto González. Ha sido ganador de varios festivales de música llanera a nivel nacional e internacional en voz pasaje, estilizado y recio, tales como: La Panoja De Oro, Silbón De Oro, Samán De Güere, Internacional Del Joropo En Villavicencio entre otros. Ha participado en mas 800 producciones musicales en grabación como cuatrista con artistas de la talla de Reynaldo Armas, Cristina Maica, Jorge Guerrero, Walter Silva, Luis Silva, Ignacio Rondón, Alejandro Rondón, Rogelio Ortiz, Scarlet Linares, Alberto Castillo, José Gregorio Oquendo, José Alí Nieves, Francisco Montoya, Teo Galíndez, Yurayma Vásquez, por mencionar algunos. Actualmente es el cuatrista principal de la agrupación de Reinaldo Armas, y se encuentra en plena promoción de su nuevo tema NOS ROBAMOS AL MUCHACHA. Feliz cumpleaños Yosmar. SIGUELO: @yosmar.cabrera Por @jmherrerar para @llanohits SUSCRIBETE https://ift.tt/2YdfwP3 Instgram | twitter| Facebook : @llanohits #noticias #News #ÚltimoMomento #ÚltimaHora #espectaculos #entretenimiento #noticiasDelFolclore #laradioveguera #llano #caracas #lomásvisto #joropo #MusicaLlanera — view on Instagram https://ift.tt/31vzSBK
0 notes
Text
Córdoba. Lejana y sola.
Para la consigna 1, Maica inventa un hombre que siente un gran temor, imposible de definir, ante su compañera. Los hace viajar a Córdoba, lejana y sola como la llama Lorca, y para enfatizar la extrañeza sitúa el viaje durante la pandemia.
CÓRDOBA.
LEJANA Y SOLA.
La farmacéutica me vendió un par de mascarillas. No tenían ni alcohol ni gel antibacterial. Lo consideré una suerte, las otras boticas estaban desabastecidas. Ari trajo de Lima algunos frascos adicionales de gel. Era su costumbre tener uno en la cartera y esta vez con mayor razón, al enterarnos del virus. Pero el último andaba por la mitad y aún faltaban tres días para el retorno.
Cuando llegamos a Córdoba se veía gente en los restaurantes, comprando en las tiendas, haciendo footing o paseando con niños. Después de un par de días eran menos los que circulaban, habían cerrado algunos comercios, pero no los cafés ni bares. Para que cierre un bar en España la cosa tendría que ir muy mal, pensé, no era el caso pues ninguno estaba en esa condición. Eso me alivió. Lo difícil pasaba en Madrid, en todo caso. Y ahí solo iríamos para llegar al aeropuerto.
Enrumbé hacia el departamento airbnb. A diferencia de otros, este nos había resultado peculiar. Como casi todos los de pareja, tenía un dormitorio con baño y el área común. Se llegaba a él por un callejón angosto y desairado, tenebroso de noche, que partía la manzana y unía dos calles nutridas de comercio. Ari se encogía cruzando los brazos, al empezar a recorrerlo.
Llegué a la puerta del edificio y en el suelo había un mojón de perro. ¡Solo esto faltaba! Tendría que recogerlo para que no lo viera. Desde el accidente, no solo se había vuelto supersticiosa, recolectora de amuletos, sino que los objetos tomaban un vuelo insospechado, con un doble mensaje, casi siempre sombrío. Por eso me inquietó encontrarme con el excremento, sabía que para ella tropezar con eso era un signo de traición y mentira. Infortunio. Al entrar al lobby la sensación fría del mármol me volvió a perturbar. Los tres tramos de escalera y el piso de todo el departamento eran de ese inhóspito mármol blanco.
Pero si esto es un mausoleo, me dijo cuando llegamos. Y luego, al ver el dormitorio con las dos estrechas camas cubiertas de edredones oscuros me miró abrumada.
Y aquí están las tumbas. Este es el último destino de nuestra ruta. ¿Te das cuenta?
¿Una sentencia? No podría definir ni calificar la entonación de su voz. Tomé los coloridos cojines del confortable y los puse sobre las camas. ¿Te parece mejor así?
Poco pude hacer para que se animara apenas salimos a conocer los atractivos turísticos de la ciudad. Un hondo suspiro al oler los jazmines del Alcázar, una rauda expresión de asombro cuando entramos a la mezquita. Después de recorrerla se arrodilló frente a la virgen del Carmen y un largo silencio la envolvió. Ese día en el almuerzo saboreamos las berenjenas fritas con miel.
¿Era lo que esperabas?
Se parecen a nuestros picarones. Creo que el acierto fue el rabo de toro.
Su sonrisa me reconfortó. La tomé de la mano apretando mis dedos bajo su muñeca. Una manía que adquirí desde aquello, el pulso al mínimo, los ojos en blanco.
Aún sigo viva.
Me dijo mirando a una pareja que bromeaba y reía. Eran extranjeros, quizá croatas o rusos. Estaban ebrios. No era necesario entender lo que decían. La felicidad es un idioma que cualquiera comprende.
¿De verdad no crees que podamos adelantar nuestro vuelo?
No, Ari. He vuelto a hablar con la aerolínea, están a tope. Imposible hacer magia ¿entiendes? No puedo y me estás atormentando ¡Para ya con eso!
¡Que pare con qué! ¿Con qué debo parar? ¿Me lo puedes decir? O te lo digo yo.
Pedí la cuenta.
No estaba dispuesto a escucharla. A discutir lo mismo. Me terminaba exaltando y ella entraba en un mutismo de horas, a tal punto que a veces pensaba que no me volvería a hablar más. Llegaba al departamento, se echaba en el sofá y encendía la televisión para escuchar las noticias. Desde el dormitorio yo también las oía. Pasaba de un canal a otro. Cada vez eran más alarmantes las novedades del virus en Italia. Felizmente no estamos ahí, pensaba.
¡Felizmente no estamos ahí! Le grité desde mi cama. No me contestó.
El clima soleado nos invitó a recostarnos sobre el pasto, a la orilla del Guadalquivir. Desde ese recodo del río, contemplaba los arcos de piedra del Puente Romano; robustos, inexorables, milenarios. Esa estructura que podía soportar el peso de todo, empezando por la historia. Toda estructura tiene su historia y toda historia tiene su estructura. ¡Qué simple suena eso! Pensé aplastando mis puños contra la hierba. Ari dormía. Era tan ligera y diáfana, con esa fragilidad de porcelana que a veces me daba recelo tocarla. La primera vez que vi su vientre nacarado me pregunté si una mujer como ella podía ser amada con pasión, o solo venerada a la distancia. Pero sus enormes ojos la aterrizaban. Anclas a la tierra. Ahora estaban quietos, firmes como diques. Me complacía verla así, atemporal hasta el momento que abría sus párpados y el caudal azul se desbordaba inundándolo todo, arrasando con cualquier argumento teñido de razón o indulgencia.
"Este es el último destino de nuestra ruta" me dijo al entrar al departamento. Y estas palabras me martillaban el cerebro. Era una ironía, un despropósito llegar a una Córdoba cada vez más retraída. Anhelaba conocerla desde que leí el poema de García Lorca, La Canción del Jinete, tan breve e intenso. Y mientras la yema de mi índice se deslizaba sobre la vellosidad del brazo de Ari, recité algunos versos con voz trémula y queda, para no despertarla, desconfiando de pronto, de proclamar ese puñado de palabras.
Conseguí las mascarillas. Las últimas dos que quedaban. Qué suerte ¿no? Le dije forzando mi voz a un tono jovial. Ella se levantó de la cama, caminó hacia mí descalza con esa cadencia felina que nunca dejaba de sorprenderme. Estiró la mano para que se la diera. Dudé. Sí, dudé en dársela. Te la daré en el aeropuerto, le dije. Son las únicas que tenemos y de hecho ese es el lugar más vulnerable.
No. Dámela ahora, por favor.
Se la puso. Al verla, un escalofrío recorrió mi cuerpo. ¡Qué ingenuo había sido! Sus ojos me intimidaron. Desprendiéndose de ella, completaron el discurso, la arenga. La acusación. Su boca oculta tras la mascarilla.
Hubiera querido abrir la puerta y largarme. O emitir un bramido y llorar. Pero era incapaz hasta de decir una palabra mínima, tan simple como "no". No Ari, no. Y agregar por favor: no Ari, por favor, no.
Córdoba.
Lejana y sola.
Aunque sepa los caminos
yo nunca llegaré a Córdoba.
AUTORA: Maica Guerrero
© Derechos reservados.
0 notes