#lo voy a subir en unos minutos eeeee
Explore tagged Tumblr posts
rainbowbeanstyles · 2 months ago
Note
Hola Fer, vi tu post, the word is dinosaur... Liam love them and I always think of him when I see one so...only if you have time. Espero tengas un lindo día, te mando un abrazo. Si no puedes no te preocupes.
CC! no me acordaba de ese post jajaj mi cerebro ha estado en todos lados ahh muchas gracias por mandarme ask, y con una idea tan bonita oww, justo hoy quería dibujar así que llegó en buen tiempo⭐ Espero te guste mi pequeño paint doodle<3 tambien te mando un fueeeerte abrazoo:D
0 notes
cienaga-zine-blog · 8 years ago
Text
Richie, por Tao Lin.
El martes a la noche nos secuestran a mí, a mi mamá y a mi papá. Nos ponen bolsas de basura en la cabeza y nos empujan afuera. Adentro de la bolsa de basura pienso en mi profesor de Historia Norteamericana. Pienso en lo que me dijo. Dijo, Richie, tenés que hacerte escuchar, tenés que hablar en clase, sé más seguro. Pienso en lo que hago todos los días. Cuánto dormí en las vacaciones de verano. Pienso en que no me gusta nada. En que no tengo nada. Pienso en que tal vez esté pasando algo, finalmente. Algo más que la escuela o dormir. Me patean en la espalda. Me caigo al suelo. Me levantan. Estiro los brazos, los muevo. Le toco la cara a alguien. Escucho la voz de mi papá. Hace un ruido. Escucho a mi mamá. Dice, Richie, no te preocupes, sólo escuchá lo que dicen estos jovencitos tan simpáticos. Nos empujan adentro de una camioneta o algo así. Escucho a uno de los secuestradores. Conozco la voz. Es un chico de la escuela. Dice, Manejá. La camioneta arranca. Digo, No puedo respirar. La bolsa de basura se me pega a la cara. Se pone húmeda. Alguien hace un agujero en mi bolsa, me araña los labios. Siento que la piel me cuelga. Pienso que estoy sangrando. Pero ahora hay un agujero en la bolsa, cerca de mi boca, y respiro a través de él. Miro hacia fuera. Veo mis pies.
Estamos en una especie de sótano. Las paredes son grises. Estamos atados, con las manos detrás de la espalda. Estamos atados a sillas. Lado con lado con lado. Mi mamá, yo, mi papá. No tenemos atado el cuello. Miro de reojo a mi mamá. Dice, por favor, no te asustes. Miro a mi papá. Tiene una expresión intensa, está furioso. Sacude la cabeza. Despacio y con premeditación. Abre la boca. Pero no dice nada. Los secuestradores nos ponen bolsas de basura en la cabeza desde atrás. Mi mamá dice, Gracias. Permanezco callado. Mi papá permanece callado. Escucho pasos. Los secuestradores caminan delante de nosotros. Uno de ellos dice, Hubo un error. Dice, Queríamos secuestrar a dos de ustedes pero los secuestramos a los tres. Dice, Necesitamos liberar a uno. Dice, Después de que liberemos a uno, ese, sea quien sea, va a recibir una carta de rescate. Dice, Pero no somos estúpidos. Escucho toses, murmullos. Dice, Sabemos que si liberamos a uno entonces ese, sea quien sea, va a ir a la policía. Dice, No sabemos qué hacer todavía, nos estamos ocupando. Dice, Tenemos tarea, tenemos que preparar nuestras solicitudes para la universidad. Dice, Los vamos a dejar a los tres acá abajo hasta que tengamos tiempo de resolver qué hacer. Otra voz dice, Tenemos novias. Otra voz dice, La primera regla del club de pelea es. Escucho que golpean a alguien en la cabeza. Escucho a los secuestradores peleando, saltando unos sobre otros, rodando por el piso. Pienso en cómo resultaría ser uno de ellos. Jugar, divertirme. Pienso que me gustaría ser uno de ellos. Mi mamá dice, No te preocupes, Richie. La bolsa de basura se me pega a la cara. Doblo el cuello. Muerdo la bolsa de basura. Muerdo hasta hacer un pequeño agujero. Respiro. Toso. Sigo tosiendo. Mi mamá dice, Richie, ¿qué pasa, qué tenés?
Pasa una semana. Nos llevan a otro lado. Nos ponen en una jaula. Acá hay un baño, y una cocina. Todos los días nos dejan salir de la jaula una hora. Para comer, usar el baño. Un grupo de secuestradores baja, nos abre, vuelve en una hora, nos encierra. Cada día mi papá está más quieto. Sus ojos no se mueven. Sus pupilas están inmóviles y desenfocadas. Cada día el silencio es peor. Mi mamá me dice que no me preocupe. Dice, Richie, no te preocupes. Pero eso es todo lo que dice. Y lo dice cada día menos. Mi mamá y mi papá no hablan entre ellos. Están enojados uno con el otro. No hablan. Nunca lo hicieron. Pero siempre había algún lugar adonde ir. Otra habitación. Ahora no tienen adonde ir. No hablan. Están enojados. Cierro los ojos, trato de dormir. Todos los días trato de dormir. Trato de detener mi cerebro. Trato de que deje de funcionar.
Sueño que estoy en clase de Historia Norteamericana. El profesor me llama. Dice, ¿Cuántos japoneses murieron en la guerra? No sé de qué guerra está hablando. Digo, Diez mil. Dice, ¿Qué? ¿Qué dijiste? Hablá fuerte. Digo, ¿Qué guerra? Se acerca, como un monstruo. Todos en la clase crecen de tamaño. Digo, Qué, qué guerra. Tartamudeo. Dice, ¿Qué? No te escucho. Empiezo a llorar. Todos se ríen de mí. Me despierto. No estoy llorando. Mi corazón late muy rápido. Estoy en una esquina. Mi mamá está en otra esquina. Mi papá está en otra esquina. En la cuarta esquina no hay nadie. Miro fijo la cuarta esquina. Mi papá dice, Valgo doscientos noventa y un dólares con sesenta centavos por hora. Dice, No me puedo quedar acá, valgo demasiado. Dice, Tengo que escapar. Mi mamá mira fijo a mi papá. Mi papá mira fijo hacia otra parte. Yo miro fijo hacia el suelo. Trato de que las manos no me tiemblen. Tengo rígido el cuello. Después de un rato largo mi mamá dice, Estuviste todo este tiempo sentado ahí haciendo cálculos en tu cabeza, ¿no? Mi mamá dice, Nunca te importó. Mi mamá dice, Nunca te importé yo ni te importó Richie, sólo tu plata, tus negocios. Mi papá dice, Valgo cuatro dólares con ochenta y seis por minuto. Dice, Tengo que escapar. Mi mamá está tranquila. No miro a nadie. Voy a la esquina. Miro la esquina de la jaula. Miro fijo hasta que se pone borroso.
Los secuestradores vienen a dejarnos salir por nuestra hora diaria. Tienen máscaras. Se acercan a nuestra jaula. Nos ponen bolsas de basura en la cabeza. Escucho a mi papá gritar. Emite un grito primitivo. Escucho a los secuestradores caer al suelo. Escucho a mi papá gritar, Pendejos hijos de puta. Escucho gente que se golpea. Escucho a mi papá subir corriendo las escaleras. Escucho a los secuestradores gritar. Uno grita, ¿Qué mierda? Otro grita, Puta madre. Escucho a los secuestradores en el piso gruñendo. Escucho un portazo. Siento latir mi corazón.
Pasan dos semanas. Los secuestradores empiezan a dejarnos salir a mí y a mi mamá hasta cinco horas por día. Mi mamá ya no está tan enojada. Pero a veces está enojada. Se sienta por ahí y su cara se pone muy tensa. Sus cejas se arquean. Cuando está durmiendo su cara se pone como si estuviera peleando en la guerra. Pero a veces me abraza. Sonríe. Me pregunta cómo está mi vida. Yo digo, Bien. Digo, Perfecto. Pero ahora me pregunta de nuevo. Dice, Richie, contame de vos. La miro. Digo, No sé. Digo, Estoy bien. Se acerca. Me abraza. Dice, Richie, por favor, decime cómo estás de verdad, cómo es tu vida. Yo miro fijo el piso. Abro la boca. Me entra aire en la boca. Cierro la boca. Me abraza más fuerte. Digo, No sé qué me pasa. Digo, Cada día es peor. Mi cuello se sacude un poco. Digo, No sé. Mi cara se agita. Deja de abrazarme y me mira. Yo miro el piso. Me abraza. Dice, Richie. Llora. Pienso, No debería haber dicho nada. Pienso, ¿Qué puede hacer ella? Perdón, pienso.
Pasan más días. Mi mamá ya no parece enojada. A veces cuando está dormida llora en silencio. Su cara está tranquila. Cuando despierta se seca las lágrimas. Me mira. Sonríe. Yo la miro. Pienso en sonreír. Trato de sonreír. Pero no puedo. No sé cómo. Me siento extraño. Miro el piso de la jaula. Me acuesto. Me voy a dormir.
Hoy mi mamá me despierta. Me siento. Dice, Me acuerdo de cuando naciste. Dice, Me acuerdo de lo que me dijo tu papá. Dice, Después de que naciste tu papá dijo, Estoy muy cansado, me voy a casa a dormir. Dice, Nunca preguntó si yo estaba bien. Dice, Estuve en trabajo de parto más de veinte horas y nunca preguntó cómo estaba. Dice, Eso es lo que más me acuerdo de todo. Dice, Richie. Dice, Perdón, perdón por contarte esto. La miro. Me mira, empieza a llorar. Miro el piso. Pienso en mi vida. Pienso en dormir en clase. Pienso en dormir en casa. Pienso en gente. Empiezo a llorar. Me abraza. Empieza a decir algo, después para. Los secuestradores bajan. Ya no usan máscaras. Reconozco a uno de la escuela. Me seco las lágrimas. Me da vergüenza. El secuestrador viene hacia la jaula. Dice, Ey, Richie. Miro hacia abajo. Me seco las lágrimas de la cara. Dice, Nos parece que los vamos a dejar ir. Dice, Tu papá no está, se fue a Europa o algo, no llamó a la policía. Dice, Pero ustedes dos tienen que prometer que no van a llamar a la policía. Dice, Hicimos un contrato para que ustedes dos lo firmen. Miro fijo el piso. Mi mamá está callada. Dice, Acá está el contrato. Escucho el papel crujir cuando entra en la jaula. Dice, Ey, ¿se quieren ir o no? Dice, Ey, Richie, ey, mamá de Richie, ustedes dos ¿quieren volver al mundo o no?
  Tao Lin es un novelista, poeta, ensayista y escritor de relatos estadounidense, descendiente de padres chinos taiwaneses. Ha publicado tres novelas: Eeeee Eee Eeee (2007), Hurto de American Apparel (2009), Richard Yates (2010) y Taipei (2013); dos libros de poesía: Sos un poco más feliz de lo que soy (2006) y Terapia cognitivo-conductual (2008); una colección de relatos cortos: Bed (2007) y Ebooks: Hikikomori (2006), Hoy el cielo está azul y blanco con manchas azul brillante y una luna pálida y pequeña y voy a destruir nuestra relación hoy (2006) y Esta emoción era un pequeño e-book (2006)
1 note · View note