#ligero vector x vainilla
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Vainilla
Bebé, Knuckles es un bebé, ¿Como ha pasado esto?, pensó la joven mujer mientras sostenía a un pequeño equidna que olfateaba el aire en busca de un olor familiar.
"¿Puedes cuidarlo mientras nosotros buscamos la forma de regresarlo a la normalidad?" La voz de Sonic reboto por las paredes, haciendo eco por toda la casa, ó, al menos así lo escuchó Vainilla.
"¿Eh?, ha, si no hay problema" Su voz se sentía lenta, atrapada.
"Gracias Vainilla, eres la mejor" Y con eso el erizo azul salio de su casa dejando una estela de polvo.
Vainilla solo se quedo parada, sosteniendo al bebé en su brazos, mirando la figura de Sonic perderse en la distancia, ella puede cuidar del bebé, no hay problema, no hay problema.
Bajó la mirada hacía el pequeño en sus brazos, no puede creer que sea Knuckles, es tan pequeño y adorable. Rascó la barbilla del pequeño y una mueca se formo en la cara del cachorro, aun de bebé es tan gruñón, Vainilla resoplo.
Suspiró y caminó a la habitación de su hija, no tiene una cuna para colocar al pequeño pero puede utilizar todos los peluches para formar una barricada alrededor del niño.
El pequeño Knuckles es inquieto, dándose vuelta sobre su estomago en cuanto sintió la cama y gateando por todo el colchón, la barricada de juguetes no servirá de nada a este paso.
Observa a Knuckles gatear y mordisquear los peluches a su alcance, no ve ni una solo pizca de sueño en el pequeño equidna, hmm, ¿que puede hacer?, necesita terminar una tanda de macarrones que tiene que entregar mañana a primera hora y Knuckles solo la atrasara.
Observando la habitación en busca de ideas una llegó a su mente, abrió el closed de la habitación y saco una frazada, tomo a Knuckles, le dio dos vueltas con la frazada, una vez envuelto lo sujeto en su espalda y la amarro con fuerza, cuidando de no lastimarlo pero asegurando que no fuera a caer.
Escuchó a Knuckles soltar unos cuantos gruñidos molestos pero no le prestó mucha importancia, se dirigió a la cocina para terminar los postres que había dejado inconclusos cuando Sonic tocó a su puerta.
Mirando su mostrador se dio cuenta de que aun le quedaba mucho trabajo que hacer, la razón principal por lo que ese día había dejado que Crema pasara el día con Amy era porque no tendría el tiempo necesario para estar al pendiente de ella y su clienta era una mujer muy delicada, cualquier error que encontrara en los postres y armaría un escandalo, por lo cual tampoco podía permitir que Crema le ayudara con los macarrones.
Ajusto su carga y reanudo su labor, los primeros treinta minutos pasaron sin ningún inconveniente, pero llegando los cuarenta minutos Knuckles comenzó a inquietarse, moviéndose demasiado en su espalda y soltando sonidos molestos, Vainilla tuvo que detenerse para prestarle toda la atención al niño que había logrado zafar sus brazos de la frazada.
Tomó a Knuckles en sus brazos y caminó nuevamente a la habitación de Crema, dejó momentáneamente al niño en el suelo alfombrado y cargo muchos juguetes, almohadas y cobijas a su sala, movió la mesa de cafe y los sofas, y armo rápidamente un corral improvisado, puso muchas mantas en el suelo para hacerlo mullido y así Knuckles no se lastimara, como muchas almohadas alrededor para evitar que saliera, así podría vigilarlo desde la cocina sin interrumpir su trabajo.
Sacó al bebé de debajo de la cama, a donde había logrado escabullirse, y lo colocó en el corral improvisado, había funcionado con Crema cuando esta era un bebé, solo espera que también funcione con Knuckles.
Retomó, nuevamente, su tarea con los postres manteniendo un ojo siempre sobre Knuckles, el ritmo de su trabajo era lento pero no podía dejar desentendido a un bebé eso lo aprendió a la mala cuando Crema aun era una bebé.
Recordando los años de lactancia de su hija una amargura invade su boca, ama a Crema más que nada en el mundo, pero debe ser realista admitiendo que, tener un hijo a tan temprana edad fue un error...
Vainilla cerro los ojos y negó con la cabeza intentando apartar los pensamientos negativos de su mente, los postres saben mejor cuando los haces con pensamientos felices.
Ya se encontraba en la recta final de su trabajo poniendo la primer tanda de macarrones al horno, solo esperaría veinte minutos, feliz de su avance giró hacia el mostrador y coloco las manos en su cintura viendo el desastre que era su cocina, por lo regular no es tan desordenada pero con tantas veces que tuvo que correr para evitar que Knuckles escapara del corral no pudo darse el lujo de tomarse su tiempo para ordenar todo.
Knuckles, para su sorpresa, resultó ser un bebé muy curioso -y muy astuto- mordisqueo todo aquello que estaba a su alcance y logro desarmar la zona segura donde estaba gateando lo más rápido que sus piernitas le permitían en cuanto escapaba de esta. Vainilla lo persiguió varias veces por toda la sala, evitando que se metiera por huecos que no sabia que existían.
Apartando la vista de sus trastes sucios observo a Knuckles que se encontraba mordisqueando un erizo de peluche, ¿Estarán brotando sus dientes o es una cosa de equidnas?
Ahora que lo piensa, ya casi pasaron dos horas desde que Sonic lo llevó y Knuckles no ha pedido de comer; Vainilla arrugó la frente, Knuckles tampoco ha llorado en todo el tiempo que ha estado aquí, solo se la ha pasado mordisqueando todo, haciendo ruidos enojados e intentando escapar. Es un niño muy silencioso, más silencioso que cualquier otro bebé que haya conocido.
Le dio una mirada al cronometro que descansaba sobre la estufa, aun quedan siete minutos. Caminó hasta donde estaba Knuckles que mordisqueaba otro peluche y quitó una almohada para permitir que el bebé saliera.
Knuckles gateo rápidamente en cuanto vio una salida, Vainilla dejó que el niño fuera a donde quisiera, vigilando que no se lastimara. Vio como la pequeña nariz puntiaguda olisqueaba el aire, buscando algo.
¿Tenia hambre?
Miro un tazón de frutas en su mostrador y tomó una uva de el, Knuckles es pequeño para hablar pero lo suficientemente grande para masticar cosas blandas. Le tendió la uva al pequeño y este enseguida la devoró buscando más desesperadamente.
Vainilla quedo impactada, ¿Por que no había llorado pidiendo comida?, ¿Así es como Knuckles sobrevivo allá arriba, buscando el solo su comida a tan temprana edad?, ¿Como es posible? es tan pequeño.
Vainilla, preocupada, busco con la mirada algo con lo que alimentarlo, no puede darle pura fruta... ¿o si?
¡PAPILLA!, puede prepárale una papilla y talvez un poco de leche para complementar, pero tendría que darse prisa, después de esa uva Knuckles quiere más e intenta alcanzar el tazón de frutas.
Vainilla tomó dos plátanos y los machaco en un cuenco de plástico, lo dejo en la mesa y busco en los rincones más profundos de su alacena si quizás había guardado algún biberón, nop, no guardo ninguno, pero encontró un vasito entrenador, talvez funcione.
De pronto un olor extraño inundo su nariz haciéndola casi tirar la comida de Knuckles, ¡Los macarrones!, ¡se están quemando!
Desesperada se colocó un guante y rápidamente sacó los macarrones del horno y los puso sobre el mostrador. Sus orejas se plegaron sobre su cabeza y un suspiro derrotado broto de sus labios. Arruinados, los macarrones están totalmente arruinados. Miró el reloj en su pared, si quiere tener esos macarrones hoy mismo tiene que ponerse ya mismo a trabajar sin parar, pero sollozos molestos le hacen mirar al pequeño hambriento que tiene bajó su cuidado.
Al mirar a Knuckles, que ha comenzado a lamer la madera de sus sillas, sabe que no puede volver a su trabajo.
Apagó el horno, busco leche en el refrigerador y la vació en el vaso entrenador, no es fanática del horno de microondas pero Knuckles esta hambriento y no quiere hacerlo esperar más, coloca el vasito en el microondas, solo lo suficiente para que estuviera tibia,
El niño esta muy inquieto,se retuerce buscando escapar al tiempo que gruñidos y quejidos salen de su boca, pero no un llanto, nunca un llanto. Como puede recoge el plato de papilla de entre los trastos sucios de su mostrador y se sienta en su sofa colocando a Knuckles recargado en una esquina cuidando de que no salga corriendo.
En cuanto la primer cucharada de papilla esta frente a su nariz Knuckles se abalanza sobre ella intentando arrebatarle la cuchara, ella lo evita y se asegura de darle de comer en la boca, ve como sus manitas se aprietan y su cuerpecito tiembla por no poder obtener la cuchara, pero su lengua lame toda la papilla sin dejar una sola gota; realmente tenia hambre.
Una vez acabada la papilla le paso el plato a Knuckles y dejó que lo lamiera mientras ella recogía la leche tibia. Fue mala idea, casi tuvo que luchar con el para que lo soltara después, una vez terminada su contienda, y con Knuckles arrugando el ceño y lanzando quejidos molestos, Vainilla lo tomó nuevamente en brazos e inclino el vaso entrenador, cuidando que Knuckles no se ahogara al tomar la leche.
Fue difícil, Knuckles no sabia mamar, y solo lamia las gotas que salían del vaso, ademas de que buscaba acurrucarse en su pecho al mismo tiempo que su larga lengua buscaba las gotas de leche, de alguna manera Vainilla se las arreglo para que esa extraña posición funcionara sin que se desperdiciara leche y Knuckles pudiera comer.
Han pasado diez minutos y Knuckles se ve mas feliz que cuando llegó, Vainilla no pudo evitar apreciar al pequeño en sus brazos, se pregunta que edad tendrá, ¿tal vez un año?, es tan pequeño y delicado, pero ya muestra un carácter fuerte. Se siente tan doloroso saber que nunca tuvo alguien que lo alimentara como ella lo esta haciendo, ¿Alguna vez hubo alguien en Isla Angel que lo cuidara? debió de ¿no?, si no ¿como sobrevivió?
No debe pensar en eso, no ahora.
Alzo la vista observando su casa, cuanto desorden causo un pequeño. Sentada así, con un bebé en sus brazos y una casa desordenada, le hizo recordar la época en que Crema era un bebé, ella era joven, demasiado joven como para ser madre, sus padres estaban totalmente en desacuerdo con su embarazo e intentaron convencerla de deshacerse del bebé, pero ella se negó, ella deseaba este niño, por que lo criaría junto al amor de su vida, pero en cuanto Crema nació él desapareció, se fue del pueblo el día que ella dio a luz.
Sus padres solo le dijeron lo tonta que había sido y le dieron la espalda, en el pueblo todos la señalaban, hablando mal de ella. No soporto tanto rechazo así que se fue.
Vendió las pocas posesiones que tenia y tomo el tren que saliera más próximo. Fue difícil, muy, muy difícil. Al principio vivió en refugios, pero al poco tiempo encontró en trabajo en una pastelería.
Los dueños eran tan amables, ya que le permitían llevar a Crema y atenderla cuando lo necesitara. Le pagaban poco pero logró ahorrar lo suficiente para rentar un pequeño departamento. Y, aunque financieramente le estaba yendo mas o menos bien, la vida como madre la estaba devorando.
Se recuerda a si misma, a sus quince años sentada en el piso de su departamento, con ropa y cosas esparcidas por todas partes, comida quemada en la estufa y Crema dormida en sus brazos después de un gran llanto. Se ve a si misma, perdida y asustada, sin tener idea de lo que estaba haciendo.
Las cosas como madre soltera no siempre fluyeron bien, pero tampoco fluyeron del todo mal. Aprovechó el tiempo en la pastelería para aprender todo lo que pudo, comenzó a tener sus propios clientes y en dos años pudo comenzar a trabajar desde casa sin descuidar a su hija.
Meció al pequeño en sus brazo que comenzaba a quedarse dormido, ninguno de los dos la tuvo fácil, ¿he?, pensó mientras acariciaba la cabecita de Knuckles.
Se quedó unos minutos admirando al pequeño en sus brazos y una resolución llegó a su mente, ama a su hija y no se arrepiente de su decisión, pero no cree quiera más hijos, no esta preparada mentalmente para vivir nuevamente esa experiencia.
toc, toc
La puerta sonó sacándola de sus pensamientos.
"Adelante" Gritó lo más suave que pudo para no despertar a knuckles, pero el niño tiene el sueño ligero porque este no tardo en revolverse en sus brazos.
"¡VAYA!, ¿Que pasó aquí?"
"Charmy"
La voz curiosa de la abejita y el regaño de Vector fue el saludo que Vainilla recibió.
Levantó la vista al ver a sus nuevos invitados.
"Buenas tardes, señorita Vainilla"
Espio, como siempre, mostrando ser el educado del grupo.
"Buenas tardes Espio, ¿En que los puedo ayudar?"
"En realidad nosotros venimos a ayudarte"
Contesto Vector acercándose.
"Sonic nos contó lo que le sucedió a Knuckles, él y los demás están buscando la manera de volverlo a la normalidad así que nosotros no eramos necesarios"
"¡Así que decidimos ayudarte a cuidar al pequeño Knuckles!"
Terminó de contar Charmy dando volteretas en el aire. Para después acercarse a ella con ojos suplicantes.
"¡¿Puedo verlo?!, ¡por favor!"
Ella solo sonrió ante la curiosidad enérgica del niño.
"Claro, solo habla despacio, esta durmiendo"
Vainilla se movió de modo que Charmy pudiera a ver a Knuckles que se encontraba acurrucado en su pecho, casi hecho un ovillo.
"Awwwww"
Charmy y Vector no pudieron evitar arrullar ante la vista, Espio solo sonrió levemente, para después caminar hacia su cocina. Al ver esto Vainilla no pudo evitar sentirse avergonzada por el estado de su casa.
"Lamento el desastre..."
"No te preocupes" la interrumpió Vector, "¿Porque no descansas?, nosotros nos encargaremos de limpiar"
Vainilla quería replicar, pero el cansancio en sus parpados la hizo detenerse.
"Gracias, chicos, se los pagare con una gran cena mañana"
"No hay necesidad" contesto riendo el cocodrilo, "Es lo menos que podemos hacer, hiciste un gran trabajo cuidándolo" señalo con la cabeza al pequeño dormido en sus brazos.
El corazón de Vainilla dio un vuelco, Hiciste un gran trabajo, es la primera vez que alguien le dice eso, Hiciste un gran trabajo.
Sus ojos se humedecieron y tuvo que luchar para evitar que lagrimas se derramaran. Permitió que Vector tomara a Knuckles de sus brazos y, poniéndose de pie, pudo ver una escena muy domestica.
Vector recostando con mucho cariño al bebé Knuckles en el sofá y al fondo Charmy y Espio lavando trastes bromeando y peleando entre ellos.
Siempre soñó con una familia así.
Al levantar la mirada Vector la miró y con un sonrojo en sus mejillas le dio una sonrisa tierna antes de apartar la vista, pudo sentir como sus propias mejillas se sonrojaban.
Quien sabe, talvez, si las cosas salen bien, y con un buen compañero a su lado, experimentar la maternidad nuevamente no sea tan aterrador.
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VOLVI!!!!
No podía sacar esta idea de mi cabeza, espero les guste!!!
#Vainilla the rabit#knuckles the echidna#tengo el headcanon de que Vainilla fue madre adolescente#a veces la maternidad puede ser aterradora#ligero vector x vainilla
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