#lengua muerta
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floyymenor modula una palabra hdp ansjfifkek
#el ritmo esta bueno pero no se te entiende NADA literal dejan la lengua muerta para cantar ahora o que???#modo vieja on#yo se que sos chileno pero te fuiste al re carajo bro
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Si no me equivoco sería algo así 🧐 (?
Menos mal que no soy escriba egipcia🤣🤣
#hasta que no pueda maldecir en cada lengua muerta no paro (?#acabo de encontrar esto en borradores me faltaba hacer el jeroglífico 😂
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Ahora te miro y me doy cuenta de que no te conozco más allá de tu disfraz.
Lenguas muertas - Orion
#citas#escritos#notas#pensamientos#frases#excen-tricos#loquesemeocurraescribo#tristeza#escrituras#octubre2023
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ENG 1: so….in your world they also speak our language?
ENG 2: dude, of course, our people were allies!
ENG1: I never thought the day would come when I could sing this song but here you are little girl
ENG2: damn hours bidding for that idiot to get like this
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ESP: bueno me mori unos días por estar en finales pero no podia sacarme esto de la cabeza me gusta mucho pensar en las costumbres que pudo tener el cordero antes de que los obispos atraparan a toda su gente y viendo que la cabra sera un aliado me gusta pensar que estos 2 compartirían el mismo idioma que solo ellos sabrían entonar (aunque se puede contar como lengua muerta :p) y tambien quise dibujar como una costumbre que talvez tendrian los corderos al nacimiento de una cria como una canción que pase de padre/madre en padre/madre
(dude aun no se que nombre ponerle a la criatura quiero llorar)
ENG:
Well, I died for a few days because I was in the finals but I couldn't get this out of my head. I really like to think about the customs that the lamb might have had before the bishops caught all his people and seeing that the goat will be an ally, I like to think. that these 2 would share the same language that only they would know how to sing (although it can be counted as a dead language :p) and I also wanted to draw as a custom that perhaps lambs would have at the birth of a baby, like a song that is passed from father/mother to father mother
(I hesitate, I still don't know what name to give the creature, I want to cry)
#digital art#cult of the lamb#cotl narinder#narilamb#cotl#cotl goat#cotl lamb#doodle#cotl au#cotl fanart#fanchild#good memories au
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Romper una relación es romper con todo un lenguaje de complicidad, romper con chistes y referencias que sólo esa persona y tu entendían, romper con esas señales muy suyas, con esa complicidad , esos sonidos y esos gestos muy propios, cuando se rompe una relación se rompe todo un idioma que ya no va a volver a ser el mismo con otra persona...
Me pregunto cuántas lenguas muertas habrá en la memoria de cada ser humano.
Efimera Lunar Intemporal
#efimera lunar intemporal#tsuki no himawari no majo#marede petricor#octubre 2023#escritos tumblr#escritos originales#mrd
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Ok so this is for whenever you start posting again, and this contains a tiny spoiler for the new archon quest so if you haven't done it yet then you can ignore this So you know how during the archon quest Arlecchino confronts Furina when she's alone? That but with Dom Lyney (or Freminet if you don't do requests for Lyney yet i'll be happy with either one) and reader is Furina's assistant/servant (Not like neuvillette like they serve Furina and stuff) And instead of attacking the Reader Lyney (or Freminet depending on you choose to write) Fucks them? Yeah that's it, i feel like this is a little different from the other nsfw requests you've done so if this makes you uncomfortable then feel free to delete this
💖~ I haven't gotten to that part in the game yet, but I already wanted to write this kdhkdhd Sorry for the delay! :(((((
Writing Freminet crying and then Lyney horny is the most "sex mode: on" thing I've ever done.
I liked the idea of putting Reader as a lady-in-waiting in the care and service of Furina, I couldn't stop thinking that I would like to write for Furina with a Reader like this and the life they have together kdhkdhd ✨✨✨✨
Warning: smut, there is consent! Fem!Reader | Google Translate sponsors me (it's a lie) If I made any mistakes in the english translation, I would be happy to read your comments! | Content in spanish and english
Spanish:
La arconte Hydro te había enviado a buscar comida para gatos con la esperanza de hacer que un pequeño minino se dejara acariciar, parecía una misión sencilla comparada con las tareas que solían darte en los momentos más aleatórios, pero sonreíste, te inclinaste y seguiste la orden de tu señora. Poco sabías que ni bien cruzaras la esquina para ir a la cocina algo te interceptaría.
Una flecha había dejado la manga de tu camisa atravesada en la pared, el metal no te permitía liberarte y el olor a fuego que chamuscó tu ropa te alarmó. Entre las sombras apareció a quien menos habías esperado encontrar entre los pasillos tan cercanos a tu arconte y eso te hizo sudar más.
Lyney, vestido con su usual traje de mago con sombrero de copa, no te miraba con la galantería usual que demostró entre sus actos en los que acompañabas a la arconte Hydro, su sonrisa coqueta se mostraba muerta, con una expresión seria. Se acercó poco a poco a ti, acorralándote contra la pared en la que estabas.
"Monsieur Lyney, el uso de armas contra mi está restringido." Recordaste al mago que por fin te miró a los ojos, sonriendo de una manera extraña.
"Vamos, mon chéri, ¿el riesgo no es la parte más divertida de nuestra relación?" Las palabras burlonas de Lyney te golpearon salvajemente en el corazón, sonrojándote cuando su mano alcanzó tu mentón para mirarte mejor. "Habíamos hablado acerca de algo como esto antes, ¿o vine en mal momento?"
No podías dejar esperando a Furina tanto tiempo o te haría algún berrinche, pero las manos de Lyney en tu cintura y sus labios en tu cuello se sintieron más embriagadores que las anteriores veces en las que el mago se coló a tu habitación para un encuentro carnal. Sus dedos hábiles desataron tu corsé y solo pudiste tomar su cuello con un brazo para acercarlo para besar sus labios. Su semblante serio te daba una inquietante señal de que no te dejaría ir en mucho tiempo, y te lo confirmó cuando quitó la flecha de tu manga y te metió a una habitación cercana, un almacén en donde te presionó contra la pared mientras dejaba caer la vestimenta que usabas como dama de Furina. La falda larga cayó al suelo junto al corsé y la camisa chamuscada, la blusa interior desapareció entre la oscuridad del armario mientras Lyney creaba marcas en tus pechos.
"Lamento si... vine en un mal momento." Las palabras de Lyney estaban cargadas de arrepentimiento y culpa, pero su tono hambriento mientras se metía una de tus tetas a la boca, chupaba y su lengua masajeaba tu pezón con furia. Estaba tan necesitado, habiendo pasado semanas desde que te había visitado por última vez y ambos se necesitaban. "Pero puedes hacer esto por mi, ¿verdad? Puedes perdonarme luego."
Los dedos de Lyney jugaron con tu botón sensible a través de la ropa, manchando cada vez más la tela hasta que no fuera más que un mal necesario que quitaría del camino para tocarte más profundamente con dos dedos que entraban y salían manchados de humedad.
"O s-si quieres no me perdones." Querías preguntarle a qué diablos se refería, pero sus labios te besaron más rápido, callando lo que fuera que tuvieras en la cabeza y haciéndote mover contra sus dedos en busca de lo que ambos sabían que tendrían. El miembro de Lyney jugó con tus pliegues antes de entrar al mismo tiempo que sus manos dejaban marcas severas en tu cintura, sus jadeos se quebraron cuando te empezó a empujar fuertemente contra la pared y besaba tu pecho, en donde estaría tu corazón mientras se disculpaba por necesitarte tanto, por amarte tanto que lo único que quería ahora era llenarte hasta que el día acabe. "Te amo, de ve-verdad. Eso no es mentira, mon chéri."
Lyney lloraba por el placer mezclado con la culpa de estar engañándote para que Padre pudiera quitarle la gnosis al arconte Hydro, por haber empezado a visitarte para descubrir la rutina de Furina, por haberte usado hasta enamorarse de ti hasta el punto en que ahora gemía contra tu piel caliente y sudaba contra tu carne, machacando su polla contra tus paredes que apretaban su forma de manera perfecta.
La culpa no superó al placer cuando pintó tus entrañas con su semen y mordió tu cuello hasta dejar una bonita marca rojiza. Sus caderas no se detuvieron y siguió golpeando tus zonas sensibles y mojadas entre beso desordenados. Soltó más frases amorosas contra tu oído, maldiciendo internamente si luego pensabas que eran las mentiras más viles, marcó tu cuerpo para que no lo olvides si lo mandabas al diablo cuando te enteres de su engaño.
"Me dejarás follarte como disculpa, ¿verdad?" Lyney sonrió ante tu rostro bañado en lujuria, con tu perfecto maquillaje corrido y los labios de ambos manchados con labial. "Me aseguraré de follarte tan bien que me perdonarás todo, déjame mostrártelo."
English:
The Hydro archon had sent you to find cat food in the hopes of getting a little kitten to pet, it seemed like a simple mission compared to the tasks she usually gave you at the most random moments, but you smiled, bowed and followed the order of your lady. You didn't know that as soon as you crossed the corner to go to the kitchen something would intercept you.
An arrow had left the sleeve of your shirt pierced in the wall, the metal did not allow you to free yourself and the smell of fire that singed your clothes alarmed you. From the shadows, someone you had least expected to find appeared among the corridors so close to your archon and that made you sweat more.
Lyney, dressed in his usual magician outfit with a top hat, did not look at you with the usual gallantry that he showed between his shows in which you accompanied the archon Hydro, his flirtatious smile was dead, with a serious expression. He slowly approached you, cornering you against the wall you were on.
"Monsieur Lyney, the use of weapons against me is restricted." You remembered the magician who finally looked you in the eyes, smiling in a strange way.
"Come on, mon chéri, isn't risk the most fun part of our relationship?" Lyney's teasing words hit you savagely in the heart, blushing as his hand reached for your chin to get a better look. "We'd talked about something like this before, or did I come at the wrong time?"
You couldn't keep Furina waiting for so long or she would throw a tantrum, but Lyney's hands on your waist and his lips on your neck felt more intoxicating than the previous times the magician snuck into your room for a carnal encounter. His skillful fingers untied your corset and you could only grab his neck with one arm to bring him closer to kiss his lips. His serious expression gave you a disturbing sign that he wouldn't let you go for a long time, and he confirmed it when he removed the arrow from your sleeve and took you into a nearby room, a warehouse where he pressed you against the wall while he dropped the outfit you wore as Furina's lady-in-waiting. The long skirt fell to the floor next to the corset and the singed shirt, the undershirt disappeared into the darkness of the closet while Lyney created marks on your breasts.
"I'm sorry if... I came at a bad time." Lyney's words were laced with regret and guilt, but his tone was hungry for as he took one of your tits into his mouth, sucking and his tongue furiously massaging your nipple. He was so needy, it having been weeks since he had last visited you and you both needed each other. "But you can do this for me, right? You can forgive me later."
Lyney's fingers played with your sensitive button through your clothing, staining more and more of the fabric until it was nothing more than a necessary evil that he would move out of the way to touch you deeper with two fingers that moved in and out smeared with moisture.
"Or i-if you want, don't forgive me." You wanted to ask him what the hell he meant, but his lips kissed you faster, hushing whatever was on your mind and making you move against his fingers in search of what you both knew you'd have. Lyney's cock played with your folds before entering at the same time as his hands left severe marks on your waist, his gasps breaking as he began to push you hard against the wall and kissed your chest, where your heart would be as he apologized for needing you so much, for loving you so much that the only thing he wanted now was to fill you until the day is over. "I love you, really. That's not a lie, mon chéri."
Lyney cried out of pleasure mixed with guilt that he was tricking you so that Father could take Hydro Archon's gnosis, that he had started visiting you to discover Furina's routine, that he had used you until he fell in love with you to the point where he was now moaning against your skin hot and sweaty against your flesh, grinding his cock against your walls that squeezed his form perfectly.
The guilt didn't outweigh the pleasure when he painted your insides with his cum and bit your neck until he left a nice reddish mark. His hips didn't stop and he continued hitting your sensitive, wet areas between messy kisses. He blurted out more loving phrases against your ear, internally cursing if you then thought they were the vilest lies, he marked your body so you wouldn't forget it if you sent him to hell when you found out about his deceit.
"You'll let me fuck you as an apology, right?" Lyney smiled at your face bathed in lust, with your perfect makeup smudged and both of your lips stained with lipstick. "I'll make sure to fuck you so good that you'll forgive me for everything, let me show you."
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Muéstrame
La historia original pertenece a @logansargeantsbabymom
Carlos Sainz x Fem!Reader.
Advertencias: Maldiciones, obscenidades, calentamiento de pene, sobreestimulación, sexo oral, sexo oral, esposas.
La música en el club suena tan fuerte que no puedes escuchar tus propios pensamientos. Mis caderas se balanceaban al ritmo de la música mientras sentía un brazo alrededor de mi cintura. Al darme vuelta, vi al hombre con el que me había estado entreteniendo toda la noche, Carlos.
"Finalmente, estaba empezando a pensar que me dejaste plantada", me reí entre dientes mientras tomaba con gratitud la bebida alcohólica que me trajo. "Gracias Carlos", sonreí mientras tomaba un sorbo de la bebida.
—¿Y dejarte aquí sola con estos pervertidos? —Carlos se rió entre dientes antes de colocar su mano, que alguna vez estuvo preocupada, en mis caderas—. No me atraparías muerta dejándote aquí sola —la única mano libre que tenía se estiró para rodear su cuello, acercándolo más a mí.
El contacto visual que mantuvimos decía que todo lo que los demás necesitaban saber era: “Puedo verlo en tus ojos, quieres pasar un buen rato”, dijo Carlos lo suficientemente alto por encima de la música para que yo lo escuchara, pero nadie más, inclinándose más cerca de mí, sus labios casi tocando los míos. “Quieres poner tu cuerpo sobre el mío. Está bien, pero no cambies de opinión, no cambies de opinión”.
La distancia entre nosotros es tan peligrosamente pequeña que puedo oler el alcohol en su aliento y me está intoxicando de la mejor manera posible. Puedo ver la mirada de Carlos pasar de mis ojos a mis labios. "Tus ojos dicen por favor, pero tus labios se preocupan por preguntar".
Tengo muchas ganas de besarlo. No sé si es por su mirada, por las palabras que salen de su boca, por lo carnosos que se ven sus labios o por el alcohol que tengo en el organismo.
“No hay necesidad de luchar contra ello cuando sabes que se siente bien. Dices que eres una mujer que sabe lo que le gusta”. La mano que tenía apoyada en mi cadera se movió hacia mi nuca y me acercó más a él, pero solo para besarme la comisura de la boca. Luego comenzó a dejar algunos besos en mi mandíbula antes de susurrarme al oído: “Entonces, muéstrame”.
—Vamos, nena, sé que puedes con ello. No me des la espalda todavía —no podía pensar, Carlos acababa de sacarme mi segundo orgasmo esa noche y mis muslos no habían dejado de temblar desde el primero—. Mi nena, ni siquiera te he probado todavía, acabo de hacerte correr dos veces con mis dedos.
No pensé que fuera posible sacudirme tanto con solo tener dos orgasmos de las manos de alguien, pero Carlos siempre se propuso demostrarme que estaba equivocado.
"Te ves tan bonita ahora mismo, te ves bien para mí así de estirada. Necesito probarla", una mezcla de palabras incoherentes y gemidos se derrama de mis labios mientras sé que Carlos no se detendrá hasta que me saque al menos dos orgasmos más solo con su lengua.
La forma en que Carlos dejaba besos por mi cuello hasta el centro de mi cuerpo era celestial. No tuve tiempo de prepararme mientras lo observaba descender entre mis piernas antes de sentir que su boca atacaba mi clítoris. Un jadeo se escapa de mis labios cuando me sacudo hacia adelante y mis muslos se cierran instintivamente alrededor de su cabeza.
En lugar de abrirme las piernas, Carlos usó ambos brazos y los envolvió alrededor de mis piernas que lo estaban atrapando para asegurarse de que no pudiera detenerse, no es que quisiera hacerlo, antes de comenzar a comerme.
Pasó su lengua por mi raja con largos pasos antes de succionar mi clítoris, estoy bastante segura de que unas cuantas veces sentí su lengua entrar en mí, lo que hizo que mis manos encontraran su lugar en su cabello, empujándolo más abajo, lo que le hizo soltar un profundo gemido, que fue todo lo que hizo falta antes de que mis muslos, que ya lo estaban atrapando, se apretaran mientras mi tercer orgasmo se apoderaba de mi cuerpo.
Carlos lamió mis jugos antes de soltarme las piernas, mirándome con ojos oscuros y llenos de lujuria y un mentón brillante mientras se arrastraba hacia mí y me daba un beso casto en los labios, permitiéndome saborearme a mí misma en él. Sin interrumpir el beso, Carlos comienza a quitarse los pantalones deportivos y los calzoncillos.
—Carlos, por favor, no puedo hacer más ahora mismo —murmuro, rompiendo el beso.
"Shh, está bien. Yo me encargaré de ti. Necesito que te sientes en mi polla, ¿de acuerdo? ¿Puedes hacer eso por mí o realmente quieres parar?" Justo cuando pensé que no podía enamorarme más de Carlos, él saca esta carta.
Presiono mis labios contra los suyos en un beso de pura adoración. “Mmhmm, necesito tu polla Carlos, por favor”.
"Esa es mi buena niña, ven aquí", sus manos callosas encontraron su lugar en mis caderas mientras me tira hacia su regazo, dándole a su polla algunas caricias antes de alinearse con mi entrada permitiéndome hundirme en él.
Carlos es bastante grande, así que tiene paciencia conmigo mientras lo llevo centímetro a centímetro hasta que toca fondo por completo y me permite adaptarme a su tamaño. Justo cuando me sentí lo suficientemente cómoda para empezar a rebotar y levanté las caderas, una de las manos de Carlos que todavía descansaba sobre mis caderas se tensó y me tiró hacia abajo.
—No, nena, te sentarás aquí y hablaremos —sus manos ahora dibujan círculos imaginarios en mis caderas—. ¿Cómo ha ido tu día, linda? Una pequeña sonrisa aparece en su rostro. Bastardo , sabía lo que estaba haciendo y lo estaba disfrutando.
Un gemido escapó de mis labios mientras mi centro ansiaba fricción. En un patético intento de hacer que Carlos se rindiera y me follara, apreté su polla y sonreí para mis adentros mientras escucho un gemido gutural bajo de él.
—Por favor, Carlos, necesito moverme. Necesito sentir que te mueves dentro de mí, necesito e-esto. Por favor, por favor.- Nunca he rogado por nada en mi vida como le estoy rogando a Carlos que mueva su polla dentro de mí. ¿Quién podría culparme? Puedo sentir cada cresta y vena de su polla, comencé a apretarlo tan fuerte que juro que sentí que la sangre seguía fluyendo por sus venas cuando dejé de apretar. Estaba tan absorta en saborear la sensación de su polla enterrada profundamente dentro de mí que ni siquiera noté que Carlos me estaba hablando, al menos hasta que sentí una mano firme en mi mandíbula y otra que me golpeó suavemente la mejilla unas cuantas veces.
—Oh, ¿mi bebé se ha vuelto tonta conmigo? Te estoy haciendo una pregunta, pero apuesto a que lo único en lo que estás pensando es en cómo mi polla está enterrada tan profundamente dentro de ti que si me corriera ahora mismo, te garantizaría que te metería un bebé.- No pude soportarlo más, en contra de mi mejor juicio comencé a mecer mis caderas. Algo en la forma en que Carlos me hablaba como si no tuviera neuronas me hizo algo y estaba decidida a hacer que no solo él se corriera, sino que yo también me corriera por cuarta vez esta noche.
La cabeza de Carlos cayó hacia atrás en pura felicidad mientras las manos que estaban plantadas en mis caderas comenzaron a ayudarme a moverme, no duró mucho ya que Carlos volvió a sus sentidos rápidamente deteniendo mis movimientos. "Ahora, no te dije que podías moverte, ¿verdad?" Silencio . "Te hice una pregunta, cariño. Contéstame o acortaré esta noche". Las palabras escaparon de mi boca, quería responder. Realmente quería, pero no podía formar palabras y eso molestó a Carlos.
—Bueno, tenía planeada una noche divertida para nosotros, pero como no puedes seguir instrucciones simples —Carlos me levantó de sus caderas, dejando escapar un pequeño siseo por la repentina pérdida de contacto—. Creo que mis planes contigo se han desperdiciado —todas las palabras que se me escaparon hace un segundo ahora vuelven a fluir a mí.
—No, por favor, Carlos. Lo siento, seré buena. Te obedeceré. Necesito tu polla, necesito que me hagas correrme otra vez. —Me di cuenta de que mis palabras lo estaban afectando, pero no lo suficiente como para que me perdonara.
—No, no lo creo. Te he dado muchas oportunidades y creo que es apropiado que me mires mientras me doy placer y te dejo tirada. —Mis muslos se tensan al pensar en Carlos haciéndome mirar mientras se toca y eso no pasó desapercibido para él—. Oh, pero te gustaría, ¿verdad? No te habría tomado por una zorra sucia, pero no me quejo.
La amenaza de tocarse mientras observaba incapaz de hacer nada ya no era una amenaza cuando vi a Carlos levantarse de su cama y caminar hacia la mesa de noche, sacando dos pares de esposas negras y esponjosas y dirigiéndose hacia mí mientras abría las esposas.
—Siéntate contra la cabecera —me ordenó, y dejé escapar un chorro de humedad entre mis muslos. Obedecí sabiendo que no debería presionarlo más a menos que quisiera que esta noche terminara de verdad.
Mientras me pongo contra la cabecera, miro intensamente a Carlos mientras agarra mi muñeca y la esposa a la cama antes de subirse a la cama y casi sentarse a horcajadas sobre mí mientras esposa mi otra mano a la cama. Su polla estaba colgando frente a mi cara, así que también en contra de mi mejor criterio le doy un lametón antes de darle un beso. Una vez que las esposas hicieron clic, Carlos agarró mi cara.
“¿Me estás desobedeciendo mientras te estoy castigando? Realmente no quieres que te cuide esta noche. No, no, creo que quieres que te castigue toda la noche hasta la mañana”. Su voz era baja y seductora.
Tiré mi muñeca contra la cabecera de la cama tratando de agarrar su rostro y atraerlo hacia mí para besarlo, pero fue en vano. Observé a Carlos sentarse frente a mí mientras comenzaba a acariciar su pene y a limpiar el líquido preseminal de su cabeza usándolo como lubricante. Marca un ritmo lento mientras mueve sus muñecas, no se está tocando por placer en este momento. No, se está tocando porque sabe que quiero hacerlo pero no puedo debido a este castigo.
Me mordí el labio inferior mientras observaba el ritmo insoportablemente lento de Carlos. No sé por qué me molesta, ya que no es a mí a quien está complaciendo. Pero puede que sea eso, es tan perfecto que no debería tener que ser complacido a un ritmo tan lento, merece ser adorado, tener a alguien a quien pueda usar cuando quiera.
Carlos parecía haber tomado nota de mis pensamientos: “Te está afectando, ¿verdad? ¿Viéndome tocarme tan lentamente, sabiendo que harías lo contrario?”. Un asentimiento fue todo lo que pude hacer. “Necesito tus palabras si quieres que tu castigo termine pronto”.
—Sí, sí, me está matando, Carlos. Quiero tocarte, chuparte, quiero tu semen, lo quiero todo. Quiero todo lo que estés dispuesto a darme. —Es patético, en serio. ¿Por qué es él el único hombre que tiene este efecto en mí? Soy una mujer, por el amor de Dios, debería ser independiente y no perder el tiempo con un hombre, pero algo en Carlos me hizo tirar a la basura todo sentido de feminidad.
Si este hombre me dijera que dejara mi trabajo y me quedara en casa como en los años 50, con mucho gusto dejaría mi trabajo ahora mismo.
"Esa es mi buena chica sucia", mientras Carlos me elogiaba por usar mis palabras, aceleró sus embestidas. Me di cuenta por la forma en que su rostro se contorsionó que estaba cerca. "Cariño, me voy a correr. ¿Dónde lo quieres?" El ritmo de sus embestidas me dijo que no duraría mucho.
“En mi boca necesito saborearte”
Eso fue todo lo que hizo falta antes de que Carlos se pusiera de rodillas y empujara su polla hasta mi garganta, moviendo su polla dentro y fuera de mi garganta. Mientras Carlos seguía follándome la garganta, estaba lo suficientemente cerca como para que apenas pudiera tocarlo, pero lo hice de todos modos. Sus caderas se tambalearon y con un último empujón estaba empujando su polla tan profundamente en mi garganta mientras se corría que mi cabeza se deslizaba hacia un lado de la cabecera, pero me dio más espacio para agarrar sus caderas y empujarlo más profundamente dentro de mi garganta.
Con los muslos temblorosos, Carlos se apartó y se sentó sobre mis muslos mientras me observaba mientras yo tragaba todo su semen como dije que haría. En el momento en que Carlos se sentó, su pene semiflácido rozó suavemente mi clítoris, una ola de euforia me invadió y me corrí. Sin embargo, esta vez fue diferente, me corrí como si hubiera sido la primera vez en mi vida y todo el semen cayó sobre Carlos
"Oh, nena, te espera una larga noche", dijo Carlos mientras lamía todo lo que podía de nuestros estómagos antes de quitarnos las esposas. "Prepárate para no caminar por un tiempo".
Aquí les dejo en enlace de la historia original por si quieren ir a leerla.
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ME GUSTAS
Me gustas. Me gustas un montón.
Y cuando digo que me gustas me refiero a que te quiero pa’ toda la vida, llevarte de la mano pa’ que sepan que soy tuya
besarte en la plaza a medianoche entre parejas taciturnas, que nos miren y se crean que las pelis de amor no se comparan a lo que tenemos.
Me gustas tanto que por ti hago lo que sea, tronar los dedos y que el mundo improvise tu musical favorito, hacer que el Big Bang pase de nuevo frente a tus ojos solo pa’ que las estrellas te iluminen la piel, hacer que los peces vuelen y las aves naden, me vuelvo puente en la corriente nomas pa’ que no te mojes los pies.
Me gustas mucho, tanto que apenas duermo por estar pensando en ti, no necesito comer porque me alimentas el alma y ahora ocupa hasta mi estómago para quedarse dentro de mí, me han salido alas pa’ llegar más rápido a ti si me necesitas,
hablo todos los idiomas, lenguas muertas si tú quieres, para decirte, cada día, de otra forma que me gustas, tal vez te quiero, más bien te amo.
#noelle#noellesokhna#poema#poesia#poesia en español#amor#me gustas#crush#poema original#español#escritos
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...Le cedí el control de mi cuerpo con la promesa de arrodillarse ante el y en el altar escondido entre mis niveos muslos rendirle veneración.
Su perfidos labios deseosos de cometer sacrilegio profanaron mi excitado templo, su boca revivió sobre mi sex♡ las olvidadas lenguas muertas y consiguió que brotaran de mis entrañas el elixir que alimenta a los Dioses...y él que es un demonio probó por vez primera la dulzura y adicción de semejante maná.
Sus dedos obraron el milagro, gemidos de placer llenaron la estancia, música celestial que enaltece el poder de mi demonio seductor deseando ser poseedor no solo de mi cuerpo, sino también de mi voluntad.
Encendió mi fuego interior, despojandome de cualquier atisbo de timidez, me dejo vislumbrar el infierno al que pretende llevarme con él y me acerco una y otra vez al extasis hasta que imploré...🖤🖤🖤
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en esta noche en este mundo las palabras del sueño de la infancia de la muerta nunca es eso lo que uno quiere decir la lengua natal castra la lengua es un órgano de conocimiento del fracaso de todo poema castrado por su propia lengua que es el órgano de la re-creación del re-conocimiento pero no el de la re-surrección de algo a modo de negación de mi horizonte de maldoror con su perro y nada es promesa entre lo decible que equivale a mentir (todo lo que se puede decir es mentira) el resto es silencio sólo que el silencio no existe no las palabras no hacen el amor hacen la ausencia si digo agua ¿beberé? si digo pan ¿comeré? en esta noche en este mundo extraordinario silencio el de esta noche lo que pasa con el alma es que no se ve lo que pasa con la mente es que no se ve lo que pasa con el espíritu es que no se ve ¿de dónde viene esta conspiración de invisibilidades? ninguna palabra es visible
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Me ayudaste a cruzar cada río que nacía de mis heridas que han germinado a la par de los suicidas.
Descendí a tu pecho de latidos, tan vastos, como la arena del mar en calma que aguardaba en tus pupilas, la lengua muerta que resucitamos cuando bebí de la miel de tus labios, y seguirá tan flameante en medio de nuestra partida.
Haru
#textos en español#citas#frases en español#textos#poemas#palabras#frases#español#escritos#citas textuales#oceano de letras#vintage#poetry#text post#relevant
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𝙉𝙊 𝙎𝙊𝙔 𝙔𝙊 (2)
» Temática: SKZ Han x Lectora (Uso de la segunda persona "tú") » Género: Angst. Hurt/Confort. Final feliz. » Warning: Menciones a problemas con la comida. Inseguridades. Mención a la ansiedad. NO PROOFREAD. » Tipo: Mini serie. | 2.296 palabras.
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PARTE 1 | PARTE 2 | PARTE 3 - FINAL
En apariencia, todo había vuelto a la normalidad.
No habías vuelto a llorar —aún— y esa noche, Jisung te encontró dormida en la cama como tantas otras veces. Creyó que era verdad y lo habías perdonado, porque en cuanto enrolló sus brazos en torno a tu cuerpo, no lo apartaste. La presión en el pecho remitió un tanto, bajo la promesa de compensarte cada día de su vida a partir de ese momento.
Pero a la mañana siguiente, al despertar y no verte a su lado —siendo las siete de la mañana y consciente de que empezabas a trabajar a las once—, supo que algo iba mal. Miró el móvil: Nada. Ni un mensaje de buenos días, ni una llamada perdida. Silencio.
Bajó corriendo las escaleras hasta el recibidor, encontrándose allí a Jeongin, que se había pasado por la casa de los cinco para desayunar con el grupo. Sin embargo, nadie parecía haberse despertado, y el maknae se estaba tomando un café a sorbitos pequeños con la mirada perdida y el cabello revuelto.
Cuando vio a Jisung, sonrió y le indicó que se sentara con él en el sofá. La televisión emitía uno de los programas de variedades que presidía Yoo Jae Suk. No es que alguien le estuviera haciendo caso, en realidad.
— ¿Cómo es que estás levantado tan temprano? No es propio de ti. —le preguntó Jeongin.
Jisung se encogió de hombros y le contó que no estabas.
— Estoy preocupado. —se sinceró—. Siempre me da un beso cuando se va, y me deja un mensaje con cualquier tontería en el teléfono.
— Ugh, no hace falta que me restriegues que tienes a alguien que hace eso. Es asqueroso.
— Lo digo en serio, Innie. —se miró las manos—. Esto no es normal.
— Quizá se le ha olvidado. —le restó importancia el menor—. O quizá tenía prisa. Pueden haber sido muchas cosas.
— Ayer… —se mordió el labio inferior, indeciso de si debía contárselo—. Ayer le falté al respeto. Todo por esto. —se señaló la frente.
I.N frunció el ceño, intentando averiguar a qué se refería. Al percatarse del problema, abrió mucho la boca.
— ¡Ahhh! ¿Fue por eso? Estaba enterado de la situación gracias a Minho, pero no del motivo que desencadenó el problema. —se cruzó de brazos—. ¿En serio? ¿Por un grano que puede quitarse con Photoshop? ¿Tú me has visto la cara? Soy un grano humano cada dos por tres y, ¿me oyes quejarme?
Así que Minho se había ido de la lengua en cuanto cruzó la puerta de la casa… Genial. Estupendo. Todos sabrían lo que había pasado. Los chicos sabrían lo increíblemente idiota que era Han Jisung. Felix lo miraría con disgusto, y Seungmin lo juzgaría hasta el fin de los tiempos. Y si se juntaba con Hyunjin, el resultado sería incluso peor.
— No sé qué me ocurrió, Innie. Tuve un momento de histeria, me bloqueé y la herí en el proceso. Ayer la llamé…
— ¿Pordiosera? ¿Muerta de hambre? ¿Mendiga? ¿Vagabunda? ¿Sin estilo?
El corazón de Jisung tocó fondo, y las lágrimas empezaron a picarle en los ojos. Era más grave de lo que pensaba.
— Creía que lo entenderías, Innie…
— Lo único que entiendo de lo que he visto esta mañana cuando se ha marchado tras saludarme es que has metido el pie en arenas movedizas, y es posible que mueras en ellas antes que lograr que te perdone. Tendrías que haberle visto la cara.
— ¿Tú no podrías hablar…?
— Ah, no. —Jeongin negó con la cabeza, serio—. No voy a meterme en vuestras peleas. Ni yo ni nadie lo hará. Sé que con el tema de la ansiedad y demás te ayudamos y te protegemos, pero en esta cagada estás solo. Aprende un poco a valerte por ti mismo.
Fue como una bofetada en toda la cara, pero sabía que tenía razón. No podía involucrar al grupo en asuntos tan personales sin dañarlos en el proceso. Era uno de los requisitos que aceptó cuando pidió que te mudaras con ellos. Se llevó las manos al rostro, estresado. Estaba en blanco y apenas lograba respirar con normalidad.
— ¿Y qué hago? —preguntó con un hilo de voz.
— No lo sé, hyung, pero tienes que hacer “algo”. Hacerla sentir querida, valorada. El problema es el dinero y la imagen, ¿no? Asegúrale que no te importan tanto. Pero créetelo, no lo digas por decir.
— Vale… eh… —la cabeza del rapero iba a mil por hora—. Pensaré en algo. Sí, lo haré.
En ese mensaje había tres cosas que hicieron que las alarmas se le disparasen: La primera, el uso de su nombre completo. Ni un “cariño”, ni un “Hannie”. Solo “Jisung”. La segunda, “tu casa”. TU casa. Se había excluido de la ecuación. Y la tercera y más importante: No le habías dicho “te quiero”. Tu siempre terminabas con un “te quiero”, un “te echo de menos”, un “necesito mimitos” … Algo. Siempre.
Las manos empezaron a temblarle, y el labio inferior no podía estar más rojo y despellejado por el incesante mordisqueo ansioso. No, no, todo estaba mal y no tenía ni idea de cómo arreglarlo.
Tu casa, tu casa, Jisung, Tu casa, Jisung, Jisung…
Esta constante se alargó durante una semana más, y la situación empezó a afectarle seriamente dentro y fuera de casa. Se había vuelto lento en las prácticas, fallaba notas a la hora de grabar y colisionaba con los demás en coreografías que ya tendría que tener asumidas. A pesar de las miradas de Minho que le pedían estrictamente que se dejara de tonterías y se centrara en lo importante, nadie se atrevió a sacarle el tema. Aún quedaba poco más de un mes para el nuevo comeback.
Tampoco cabe explicar que, en el fanmeeting que se celebró tres días después del incidente, nadie, ni fans ni staff, se percató del grano que tanto revuelo había causado. El maquillaje de las estilistas obró milagros, y en caso de notarse algo en las fotos, fueron retocadas de manera profesional.
Al ver que el centro del problema había tenido una solución tan sencilla, Jisung se hundió incluso más en su desesperación. El lunes siguiente por la noche, tras un día de descanso, el líder del grupo sacó al rapero de su ensoñación en el sofá.
— ¿Jisung? —preguntó Chan, desde la cocina—. La cena está casi lista. Ven a poner la mesa.
— Sí, claro, voy… —dijo de manera automática.
No se había movido de allí en lo que llevaba de día, ya fuera viendo la televisión, jugando a algún juego de móvil o hablando con los miembros que pasaban. No quería ir a la habitación y recordar una vez más el daño que te había hecho. Si se quedaba solo, su mente entraría en una espiral tóxica de la que le sería muy difícil salir.
La comida no era nada ostentosa, tan solo arroz y bulgogi con una sopa de miso que Minho les había traído el día anterior. Si estuviera bien, Han ni parpadearía mientras se llenaba las mejillas de carne y legumbres. No obstante, ahora, allí, junto a los chicos que charlaban animadamente, se sentía fuera de lugar. El estómago se le revolvió y apartó el plato suavemente.
No tenía hambre. No sabía si volvería a tener en el futuro próximo.
¿Cómo podía haberlo fastidiado tanto? ¿Cómo podría solucionarlo a largo plazo? La puerta de la entrada se abrió, y de ella emergiste tú cargada con la mochila del trabajo y la bolsa de la comida de mediodía.
—¡Hola, chicos!
— Hey. —saludó Chan en inglés sin despegar la vista de la sopa. Estaba disfrutando demasiado de la comida como para permitirse levantar la cabeza.
— ¿Cómo ha ido? —quiso saber Changbin.
— ¡Bien! El mismo rollo de siempre. Papeleo, papeleo, jefes gritando… Un día normal. —depositaste la fiambrera de cristal en el lavavajillas y te apoyaste en la encimera, encarándolos.
Han no la miró, no quería enfrentarla. Sabía que lo había hecho mal y estaba seguro de que en el momento en que vuestras miradas se cruzaran, se pondría a llorar. Hyunjin sonrió.
— Si trabajaras para nosotros, el sueldo y los jefes serían mejores. —te tentó. ¿Por qué daba la sensación de que sabía algo que los demás no?
Soltaste una carcajada.
— ¿Y tener que veros no solo en casa, sino en el trabajo? No, gracias. —le sacaste la lengua—. Lo siento, pero ya estoy bien donde estoy. De hecho… No os lo he contado, pero, ¡he conseguido un segundo trabajo! Puede que tarde un poco más en llegar a casa, y saldré algo más temprano… Aun así, eso significa más dinero para mí.
— ¡Eso es genial! Seguro que puedes hacerlo. —Changbin aplaudió—. Cuando tengas un día libre que coincida con el nuestro, ¡hay que celebrarlo!
— ¡Claro! —miraste la hora—. Vaya, ya es bastante tarde. Tengo que irme a dormir ya si quiero descansar para mañana.
— ¿No comes? —preguntó Chan, extrañado.
— He comido tarde, si te soy sincera. —te encogiste de hombros—. Así que no, no tengo hambre. Desayunaré algo mañana y ya está. ¡Buenas noches!
Pasaste por al lado de Jisung sin ninguna clase de contacto físico, cosa que todos los presentes notaron. Han enterró la cabeza entre las manos. Notó la mano de Hyunjin en la espalda, intentando consolarlo.
Este tipo de interacción llegó casi al mes. ¿Cómo lo soportó Jisung? Bueno, ni él mismo lo supo. Te despertabas temprano, salías sin decir una palabra y lo máximo que interactuabas con él eran castos besos a la hora de dormir. Ni siquiera lo mirabas a los ojos más de tres segundos seguidos. Habías palidecido un poco, quizá bajado unos quilos de peso, pero todos podían ver una rara determinación en tus ojos. ¿En qué estabas pensando?
Chan te interceptó en la escalera una noche cuando volvías sin comer del trabajo. Empezaba a tener suficiente de tu actitud esquiva con su compañero.
— Oye. —dijo, más serio de lo que pretendía—. Quiero hablar contigo.
— ¿Por qué? Si no pasa nada—
— ¡Y una mierda! —exclamó entre dientes. Cerró los ojos, tratando de contener la rabia que burbujeaba en su pecho. Respiró hondo y tiró de la manga de tu camiseta—. Vamos, hablemos en la cocina.
Dudaste. No porque no quisieras hablar con él, sino porque sabías que tendrías que explicarle el porqué de tu actitud con todo lujo de detalles. Y ahí te rendiste. Te dejaste caer en la silla frente a la de Chan y mientras jugueteabas con el extremo de tu camisa, rehuías su mirada imperativa. No tuvo que presionar demasiado para que al final soltaras lo que te rondaba por la cabeza, y cuando lo hiciste, la cara del chico pasó de la sorpresa a la incredulidad y después soltó una carcajada.
— ¿En serio? ¿Eso es lo que estás intentando hacer? No quiero faltarte al respeto, pero considero que es una estupidez. Conoces a Han: Te quiere con locura. Y no justifico lo que te dijo… Sin embargo, creo que ya lo has torturado suficiente.
— Solo quiero estar a su altura. —enrojeciste.
Jisung no debía estar despierto a esas horas. Al rodar sobre su lado de la cama, descubrió que aún no habías llegado y frunció el ceño. ¿No se suponía que llegabas sobre las once? Sentía la boca seca, así que bajó al primer piso… Y se detuvo en seco el escuchar voces en el interior.
— No se trata de estar a su altura, ¿sabes? —escuchó decir a Chan.
— Lo sé. Nunca lo estaré, al menos de manera económica.
— Vivís en mundos diferentes. Todos nosotros vivimos en un mundo diferente al tuyo.
— Sí. Por ese motivo debería dejarlo ir cuanto antes.
Han se llevó una mano a la boca, anonadado. Las lágrimas se le desbordaron por las mejillas en aquel instante, y rápido como el rayo se dio media vuelta y regresó a la habitación. Sus suposiciones eran ciertas. Planeabas dejarlo. La ansiedad creció a tal punto que, en medio del pasillo, tuvo que sentarse a intentar recobrar el aliento. Respiraciones cortas entre las rodillas, sí, así era. Una adentro, una afuera… Series de cinco, o de diez, dependiendo de la necesidad. Esta vez necesitó veinte.
La peor parte fue sentirse traicionado por quien se suponía que era su amigo. ¿Te estaba incitando a que te fueras? ¿Por qué no lo ayudaba a él en vez de perjudicarlo? Debía hacer algo. No estaba dispuesto a perderte a casi dos años de relación, no cuando sabía que eras el amor de su vida y que jamás lograría recuperarse de una ruptura así.
Te necesitaba como se necesita respirar.
En la cocina, la conversación seguía normal y completamente inadvertida.
— Pero… —añadiste—. No voy a hacerlo a menos que él me lo diga. Quiero demostrarle que soy digna de estar a su lado. Como has dicho, es estúpido. Quizá estoy reaccionando de manera infantil…
— Pues sí.
— Vale, gracias Chris, ya sé tu opinión, era una frase retórica.
— Mira. —puso los codos sobre la mesa y cruzó los brazos—. Es verdad, estoy metiéndome donde no me llaman. Pero lo que ocurre es que estás con uno de mis amigos, que está en mi grupo de música, a quien todo el mundo conoce. Y esto está afectando a su carrera.
Bajaste la cabeza.
— Lo siento.
— No te disculpes. Son cosas que pasan. Es por eso que voy a ayudarte. ¿Has dicho que cobras mañana de los dos trabajos?
— Sí. Me he embolsado un buen pellizco, aunque estoy bastante cansada. ¿Cómo pretendes ayudarme?
— Iré contigo a donde quieres ir. Necesitas a alguien con sentido de la moda.
— Auch.
— Es la verdad. Y I.N está de promoción individual, así que… Soy el único que conoce tu secreto.
Soltaste una risa por lo bajo.
— Te odio. —le espetaste.
— Sabes que no, pero finjamos que sí.
.
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Tercera parte mañana~
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© LUNEARTA, 2024. 𝘕𝘰 𝘦𝘴𝘵á 𝘱𝘦𝘳𝘮𝘪𝘵𝘪𝘥𝘢 𝘭𝘢 𝘤𝘰𝘱𝘪𝘢 𝘵𝘰𝘵𝘢𝘭 𝘰 𝘱𝘢𝘳𝘤𝘪𝘢𝘭 𝘥𝘦 𝘤𝘶𝘢𝘭𝘲𝘶𝘪𝘦𝘳𝘢 𝘥𝘦 𝘮𝘪𝘴 𝘰𝘣𝘳𝘢𝘴 𝘦𝘯 𝘯𝘪𝘯𝘨𝘶𝘯𝘢 𝘱𝘭𝘢𝘵𝘢𝘧𝘰𝘳𝘮𝘢.
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Elisa García es una Master en Chaldea (anteriormente secretaria), que sobrevivió a la explosión a la sala de comando, ya que, al igual que Ritsuka, fue expulsada de la charla por Olga Marie. No tiene talento para la magia, lo que la hace tener poco aptitud para invocar servants.
Sin embargo, logró invocar a Gilgamesh clase Caster mediante su catalizador, unos pendientes que le regaló Gilgamesh dentro de la singularidad de Babylonia.
Ella mide 152 cm y pesa 42 kg, causando que se ganara el apodo de Little Mongrel (Little Gullum posteriormente). Pero no la llamen enana, es peor que un sicario cuando se enoja.
Relaciones:
Gilgamesh caster: Es su compañero servant, aunque existe una tensión que es evidente para todos... menos ellos.
Ngen: El espíritu dueño de los animales en la mitología mapuche con apariencia de gato, siempre lo regaña ya que toma la forma de serpiente para molestar a Gilgamesh.
Fujimaru Ritsuka(♀): Al principio era fría con ella, ya que fue por su causa que fue expulsada de su charla, pero después se hacen amigas ya que le salvó la vida de forma indirecta.
Mash: Ambas tienen bastante confianza, aunque al principio les costó comunicarse.
da Vinci: Se volvió una figura materna(?) para ella, era su principal apoyo en la séptima Singularidad.
Roman: Una figura paterna, aunque le parece extraño.
Archer Emiya: Es lo más cercano a un hermano mayor.
Curiosidades:
-Tiene en su habitación un peluche de Juan Carlos Bodoque.
-Es Chilena, pero no usa el dialecto porque si habla español Gilgamesh no le entiende nada.
-Se lleva bien con Emiya.
-da Vinci le hizo unas gafas donde puede leer lenguas muertas, incluyendo el Sumerio.
-Al principio será fría y distante, pero si te ganas su confianza es bastante amigable.
-Le gusta cocinar, especialmente la repostería y suele preparar postres con Fujimaru y Mash.
-Por su culpa Gil se hizo adicto a la cafeina para trabajar.
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La mantis religiosa
Mi mirada cansada retrocedió desde el bosque azulado por el sol hasta la mantis religiosa que permanecía inmóvil a 50 cm de mis ojos. Yo estaba tendido sobre las piedras calientes de la orilla del Chanchamayo y ella seguía allí, inclinada, las manos contritas, confiando excesivamente en su imitación de ramita o palo seco. Quise atraparla, demostrarle que un ojo siempre nos descubre, pero se desintegró entre mis dedos como una fina y quebradiza cáscara.
. Una enciclopedia casual me explica ahora que yo había destruido a un macho vacío. La enciclopedia refiere sin asombro que la historia fue así: el macho, en su pequeña piedra, cantando y meneándose, llamando hembra y la hembra ya estaba aparecida a su lado, acaso demasiado presta y dispuesta.
. Duradero es el coito de las mantis. En el beso ella desliza una larga lengua tubular hasta el estómago de él y por la lengua le gotea una saliva cáustica, un ácido, que va licuándole los órganos y el tejido del más distante vericueto interno, mientras le hace gozo, y mientras le hace gozo la lengua lo absorbe, repasando la extrema gota de sustancia del pie o del seso, y el macho se continúa así de la suprema esquizofrenia de la cópula a la muerte. Y ya viéndolo cáscara, ella vuela, su lengua otra vez lengüita.
. Las enciclopedias no conjeturan. Esta tampoco supone qué última palabra queda fijada para siempre en la boca abierta y muerta del macho. Nosotros no debemos negar la posibilidad de una palabra de agradecimiento.
_ José Watanabe
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Ahora que ya no estás
Me gustaba el cielo azul de aquel día, evocaba las primaveras donde fue feliz, pero ahora yacía perdido en los laberintos de la vida añeja de su tez.
Al final del jardín de aquel gran baldío verdeante estaba un árbol, sus hojas bailaban al son del viento, mientras las flores blancas se abrían de par en par, como si fuera joven otra vez. Pero los años que pasaron por su corteza no pueden ser borradas, sus ramas temblorosas sacudían su corazón marchito, así como el mío.
El sonido esclarecedor del viento que azota el atardecer golpeaba su mente cansada con una agresiva caricia, y yo, que me acuno en su pecho para perseguir los latidos de su corazón, contemplo en medio del silencio su aspecto absorto en pensamientos que desconozco.
Jamás olvidaré el rico sazón que nutre mis huesos al sentir su calor ni la serena esencia que saboreo en mi lengua cada vez que sonrío cuando mis ojos la encuentran.
Y las semillas bajo el césped crecieron formando maleza y la hiedra se extendió por las paredes de la casa, avejentando su aspecto. Las fotos pegadas a la pared y el tapiz colorido que mis ojos infantes grabaron se han desteñido poco a poco.
Pero ella continúa meciéndose al final de la habitación solitaria en la que el sol alumbra cada mañana, nacen gardenias en verano y llueve en otoño, justo a lado de la ventana donde el mundo parece girar en pequeñas porciones. Será un árbol de cenizas y estrella al que podré abonar tierra nueva, ahí volverán los canarios brillantes a hacer sus nidos.
A veces puedo sentir los ingredientes cremosos de su amor invisible resbalando por mi paladar. Ahora, después de tanto tiempo ahogada en recuerdos rancios, deseo limpiar mi polvorienta memoria.
En su cuerpo habita una soledad inmensa que acalla en el transcurrir de los minutos marcado por las manecillas, el tiempo es cómplice y yo solo una espectadora más. Mirando con insistencia recolecté pequeños puntos de luz que resplandecen sobre los tejados, era ahí donde estaba toda mi Fe.
Hija de la tierra y del aire, tu mirada arrugada y tus manos débiles han traído la dicha a este mundo del que me debo sentir dichosa por haberte conocido; tu voz es humo y tus gestos algodón. Hoy cayó muerta el último girasol sobre la encimera, una muerte rápida y letal que alcanzó hasta el gramo más diminuto de mí.
A través de mis pupilas dilatadas vislumbro ese lugar lejano donde mi sombra pasea por el pasillo, cuartos vacíos y suelos fríos, nostalgia antigua y tristeza amarga. El espeso oxígeno me acongoja y me hace dudar de la existencia de tu figura que parece irreal.
Abrí los ojos y observé fijamente la llegada del amanecer, pero el llanto de un niño a media noche brotó de mis labios cerrados.
Es tan doloroso saber que ya no estás, déjame llorar…
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Conocer el cuerpo de una mujer es una tarea tan lenta y tan encomiable como aprender una lengua muerta. Cada noche se añade una nueva comarca a nuestro placer y un nuevo signo nuestro ya cuantioso vocabulario. Pero siempre quedarán misterios por desvelar. El cuerpo de una mujer, todo cuerpo humano, es por definición infinito. Uno empieza por tener acceso a la mano, ese apéndice utilitario, instrumental, del cuerpo, siempre descubierto, siempre dispuesto a entregarse a no importa quién, que trafica toda suerte de objetos y ha adquirido, fuerza de sociabilidad, un carácter casi impersonal y anodino, como el del funcionario o portero del palacio humano. Pero es lo primero que se conoce: cada dedo se va individualizando, adquiere un nombre de familia, y luego cada uña, cada vena, cada arruga, cada imperceptible lunar. Además, no es solo la mano la que conoce la mano: también los labios conocen la mano y entonces se añade un sabor, un olor, una consistencia, una temperatura, un grado de suavidad o de aspereza, una comestibilidad. Hay manos que se devoran como el ala de un pájaro; otras se atacan en la garganta como un eterno cadalso. ¿Y qué decir del brazo, del hombro, del seno, del muslo, de...? Apollinaire habla de las Siete Puertas del cuerpo de una mujer. Apreciación arbitraria. El cuerpo de una mujer no tiene puertas, como el mar.
Julio Ramón Ribeyro, Prosas apátridas (fr. 5).
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