#lamentamos
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Mas há momentos na vida em que lamentamos, embora a única coisa que você pode dizer não seja suficiente.
( Renny )
#trecho#livro#serie#jessica#gadzialla#the#hanchmen#mc#remmy#renny#momentos#vida#lamentamos#unica#coisa#dizer#suficiente
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no es que estuviera mirándolo particularmente a él, probablemente se ha quedado con la vista fija en un curioso trance donde responsabilizaba netamente a las bebidas que ya ha consumido. sin embargo, pronto alza su mano, señalando una parte de su propio rostro, como si le hiciese una indicación al contrario. ' tienes un poco reseco aquí. ¿llegaste recién, no? significa que no te he hecho el ritual de iniciación' y ahí, se cruza de brazos. su índice lo apunta, mientras cruza una pierna, muy serio. ' todos pasan por una sesión de skin care en la residencia draco. nadie se salva. eres el siguiente. '
' ¿qué mierda de licor barato han traído? ' tira comentario soez al aire al mismo tiempo que repasa la comisura de sus labios con el dorso de la mano. tenía la atención fija en los tonos cálidos que danzaban entre los cubitos de hielo de su bebida hasta que notó que no se encontraba solo. sin embargo, los síntomas empeoraron porque al fijarse en el rostro de quien se encontraba a su lado una nueva oleada de mariposas alzó vuelo en la boca de su estómago. mal-di-ta-sea. ' uh — ' el color poco a poco fue subiendo hasta sus pómulos, ' ¿q—qué miras? ¿tengo algo en la cara? '
#este man tiene como una fijacion con el tema del skin care#JAJAJAJAJA#lamentamos esta terrible primera impresion para asahi#ft. asahi
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Un mensaje importante de algunas de las personas trans que forman parte de los equipos de Tumblr y Automattic:
Queremos que las personas trans (y toda la comunidad LGBTQ+ en general) se sientan incluidas en Tumblr, en gran parte porque quienes trabajamos dentro de los equipos de Tumblr y Automattic y también lo somos aspiramos a que esa misma máxima se aplique en nuestro caso. Queremos formar parte de una plataforma que nos apoye y garantice nuestra seguridad. Tumblr es un lugar mejor, más radiante, gracias a vuestra presencia, y las personas LGBTQ+ que ayudamos a que esta plataforma sea una realidad luchamos todos los días para que eso sea así —y por todo el colectivo— también desde dentro.
Hace unos días, Matt Mullenweg (el CEO de Automattic, la empresa matriz de Tumblr) respondió a una persona que preguntaba acerca del motivo por el que se había cancelado una cuenta de una forma que afectó negativamente a la comunidad LGBTQ+ de Tumblr. Creemos que la respuesta de Matt a esta pregunta y sus posteriores comentarios al respecto no están justificados y han sido perjudiciales. En cumplimiento de nuestras políticas, desde el equipo de Tumblr nunca comentamos nuestras decisiones en los procesos de moderación de contenidos ni los pormenores que entraña la gestión de las denuncias que recibimos en el día a día por una gran variedad de motivos. Uno de ellos es garantizar la privacidad de todas las partes implicadas. La desventaja de esta política es que facilita que circulen los rumores, las especulaciones y alguna información imprecisa o incorrecta sobre las acciones que decide tomar nuestro equipo de Confianza y seguridad sin que nadie pueda verificar esos datos. Por eso, queremos aclarar algunos aspectos que entran en juego en este asunto:
La situación en torno a la suspensión de la cuenta de predstrogen no se ha reflejado correctamente, ya que se ha dejado entrever que nuestro equipo busca oportunidades de prohibir que las personas transfemeninas usen la plataforma. No es en absoluto el caso. El ejemplo incluido en la publicación a la que enlazamos más arriba no cumple con nuestra definición de amenaza de muerte real, por lo que no fue un factor determinante al tomar la decisión de cancelar su cuenta.
En mensajes posteriores, Matt no reconoció como debería el daño causado a la comunidad a raíz de esta suspensión. Matt no habla en representación de las personas LGBTQ+ que trabajan en Tumblr y en Automattic, y no recibimos ninguna consulta relacionada con la preparación de una respuesta adecuada a estos acontecimientos.
El año pasado, algunas publicaciones quedaron marcadas por error con los avisos de contenido «Para adultos» y «Temática sexual». Un equipo externo de especialistas, contratado de forma independiente y a cargo de añadirlos, fue el responsable de esta tendencia que llevó a un etiquetado erróneo de contenidos relacionados con las personas trans. Cuando nuestro equipo de Confianza y seguridad descubrió este problema (gracias, en gran parte, a las denuncias de la comunidad), retiramos los permisos para aplicar avisos de contenido a este equipo y añadimos más medidas de supervisión para que no vuelva a suceder nada parecido. En la publicación que compartimos en nuestro blog en inglés acerca de este asunto, las personas LGBTQ+ de nuestro equipo hicimos presión para que la explicación fuera más transparente, pero quienes toman las decisiones optaron por no seguir ese camino. La finalización del contrato de la persona mencionada en la respuesta original a la pregunta a la que enlazamos más arriba se debió a un incidente no relacionado con esta situación y, por tanto, se atribuyó incorrectamente a ella. Lamentamos muchísimo que esos avisos de contenido se aplicaran en publicaciones que no los necesitaban y también el efecto negativo que tuvo este incidente en la comunidad trans de Tumblr.
Abordar aspectos relacionados con los procesos de transición no está prohibido de ninguna forma en nuestras Normas de la comunidad y no fue un factor que el equipo de moderación tuviera en consideración al valorar la cancelación de la susodicha cuenta ni las posteriores solicitudes de revisión. No tomamos medidas contra ningún contenido relacionado con los procesos de transición en el que se muestren los cuerpos de personas trans, a menos que supongan alguna infracción de las Normas de la comunidad.
En lo que respecta a la experiencia de las personas trans en Tumblr que se enfrentan a contenido transfóbico y a su interacción con personas intolerantes, entendemos y compartimos vuestra frustración. Las políticas tanto de Tumblr como de Automattic están concebidas para garantizar la libertad de expresión y de pensamiento, y prohibimos el acoso tal y como aparece descrito en nuestras Normas de la comunidad, pero sabemos que son insuficientes a la hora de proteger a todo el mundo de discursos dañinos, que por desgracia suelen dirigirse con frecuencia contra la comunidad LGBTQ+ y otros grupos que sufren la exclusión social.
A partir de ahora, desde Tumblr nos comprometemos a seguir estos pasos:
Priorizar la creación y la mejora de funciones que nos permitan evitar el acoso y lograr que todo el mundo pueda protegerse de forma más eficaz ante este tipo de situaciones.
Desarrollar más herramientas internas para que nuestro equipo pueda identificar de manera proactiva los casos de acoso y mitigar sus efectos.
Comprobar qué etiquetas que suele utilizar la comunidad trans están bloqueadas y revertir esta situación a lo largo de la próxima semana.
Sentimos mucho cómo se han ido desarrollando los acontecimientos y seguiremos luchando de forma activa para que nuestras voces se escuchen más y evitar que vuelva a suceder algo parecido. Sabemos de primera mano lo difícil que es tener que lidiar con situaciones de este tipo en Tumblr, sobre todo para quienes formamos parte de una comunidad tan frecuentemente señalada y acosada. También somos conscientes de que costará un tiempo recuperar vuestra confianza y vamos a hacer todo lo posible por volver a ganárnosla.
Valoramos mucho que se nos haya concedido este espacio para expresar nuestras inquietudes y nuestro disenso, y agradecemos el compromiso tanto de Matt como de Automattic con la libertad de expresión, que ha facilitado que esta publicación sea posible.
Seguiremos luchando para que Tumblr sea un lugar seguro para todo el mundo.
— Este comunicado está escrito y firmado por varias personas trans que forman parte del equipo de Tumblr y Automattic.
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As Gratificações serão desativadas em 1º de junho de 2024
Oi, Tumblr! (E um oi especial para quem é de Gratificação <3)
Apresentamos as Gratificações em fevereiro de 2022 como resposta ao feedback de vocês e, para muitas comunidades no Tumblr, elas foram um grande acréscimo. Nós adoramos lançar recursos que trazem alegria, e as Gratificações foram parte deste esforço.
Mas, infelizmente, elas não foram usadas da forma como esperávamos. Então, para que possamos focar nas coisas que realmente fazem do Tumblr o Tumblr, desativaremos o recurso a partir do dia 1º de junho.
Você já enviou uma gratificação a alguém ou habilitou o recurso em seu blog? Você não precisa fazer nada. O ícone vai desaparecer automaticamente dos blogs ou posts com o recurso ativado, e você não poderá mais enviar ou receber gratificações. Qualquer valor recebido será pago na conta registrada na Stripe até 15 de junho.
Embora isso afete um número muito pequeno de pessoas, sabemos que quem envia gratificações faz isso com grande admiração por seus amigos no Tumblr, e lamentamos remover essa possibilidade. Esperamos que vocês encontrem outras maneiras de demonstrar carinho e gratidão: com um selo que as pessoas vão amar ou impulsionando um post que vai fazer o dia de alguém.
Em caso de dúvidas, entre em contato com o Suporte. Obrigado, como sempre, por seguirem nesta jornada com a gente!
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Hallan muerto a Ociel Baena, magistrade que se convirtió en la primera persona en obtener un pasaporte no binario en México. Baena era un activista de la comunidad LGBT que se identificaba como persona de género no binario. De acuerdo con los reportes iniciales difundidos por la prensa local y colectivos activistas, junto con el cuerpo de Jesús Ociel Baena también fue localizada sin vida otra persona que sería su pareja sentimental, identificada como Dorian Herrera. Ociel Baena contaba con protección y fue precisamente uno de los guardias de seguridad quien se percató del suceso. Los primeros reportes señalan que el elemento de seguridad llamó a la puerta del domicilio y al no recibir respuesta decidió entrar. Fue en ese momento que identificó a le magistrade y alertó a las autoridades.
En redes sociales, el Movimiento por la Igualdad en México lamentó el deceso y lanzó un llamado a las autoridades para que investiguen lo ocurrido de manera debida.
“Lamentamos profundamente la muerte del magistrade Ociel Baena. Su legado en la lucha por la igualdad y contra la discriminación, a través del litigio estratégico y acciones incansables en favor de la diversidad sexual y de género, es invaluable. Exigimos el esclarecimiento total de los hechos. Su memoria y su obra seguirán iluminando nuestro camino”, fue el mensaje que acompañaron con el hashtag #JusticiaParaOciel.
Fuentes: Infobae, BBC,
Síguenos en: Instagram Tik Tok
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' ay por favor, no puedes ser peor que él. es decir, ¡míralo! ' señala al pobre hombre cuyo único pecado fue terminar parado dentro del campo de visión de sylvan. ' pf, claro que sé. ' bueno, sabe jugar, pero decir que es bueno en el juego es demasiado. ' prefiero otros deportes por encima de este, si te soy honesto. ¿a ti cu��les te gustan? ' tampoco es que le interese mucho lo que contraria tiene por contestar, pero duda que tengan algo mejor que hacer hasta el siguiente juego; seguir la conversación no viene mal.
"no lo conozco, pero juega mejor que yo." lleva un par de minutos observándole y su opinión del jugador era bastante decente, asume que se debe al mismo desconocimiento. "¿tú sabes jugar muy bien?" curiosea, fijándose ahora en el muchacho que sirve como juez de tercero. "¿te gusta el béisbol? yo descubrí que no está entre mis deportes favoritos."
#mana este hombre no sabe de eso#lamentamos decepcionar a harincita 8)#꙳ ✯ ∗ ⌗𝗱𝗲𝘃𝗶𝗹 𝗯𝘆 𝘁𝗵𝗲 𝘄𝗶𝗻𝗱𝗼𝘄 𓂅 interacción.#con harin.
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Reconectamos después de casi 3 años por un suceso que no pensamos llegaría tan pronto… Hemos pasado la tarde recordando lo que fuimos, recordando momentos como fans, como amigas. Jamás creimos que la razón de volver a hablar sería por el fallecimiento de Liam, lamentamos lo sucedido, nadie deberia morir tan joven. No importa cual sea su pensamiento hacia Liam, el respeto va sobre todas las cosas.
Le mandamos amor a su familia, amigos y fans. Esperamos encuentren luz en estos momentos oscuros.
Descansa en paz Liam 🤍
16/10/24
- LarriesHomeLat
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¿No es verdad que -no importa cúan lejos hayamos ido por nuestras provincias de persecución, ésas en las que lo que lamentamos nos acusa- una y otra vez regresamos a la fe compartida de la cual todos nos hemos alejado, a las manos, a los pies, a los rostros?
_ Cartas de Islandia, W. H. Auden y Louis MacNeice. Alba Editorial. Traducción de Menchu Gutiérrez.
_ McDermott & McGough, Souls Beauty Being Most Adored 1904, 1993, Minneapolis Institute of Art: Photography and New Media
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La heredera del Infierno
Aviso: La información sobre los días de la semana la saqué de esta página y sobre Hela aquí.
La canción que canta Adelina al principio es Shinig Light de Mono Inc.
Por último, mucho de lo que dice Adelina en su charla con Tomas se basa en las teorias de @evilbihan y le agradezco por dejarme usarlas en la historia. Espero haberlas desarrollado como era debido. Las pueden encontrar aqui y aqui.
Sentimientos
Los entrenamientos de Adelina con Bi Han retomaron con más fiereza, pero no hubo resultados positivos. Con cada golpe del Gran Maestro, Adelina le dificultaba usar su poder, ya que no pudo crear armas o escarcha de proporciones abundantes. Cubrían solamente una pequeña parte de sus manos y molestaba a Bi Han como nunca antes.
El resto de clases seguían su curso normal, pero con la presión del Gran Maestro, rezaba no ser entre las primeras en los combates de práctica. Los músculos le dolían de las golpizas y esperaba que, en algún momento, pudiera usar su criomancia con mayor naturalidad. Adelina seguía intentando de comprender el chino sin avanzar mucho. A veces, lograba entender insultos que decían sus compañeros, aunque fingía no saberlos.
Las limpiezas en los templos eran tranquilas, por más que le quitaran las mejores herramientas, se tranquilizaba con la tarea, perdiéndose en su mente. Cantaba canciones que recordaba y terminaba más relajada.
En las noches, cuando no tenía que hacer vigilancia, Adelina leía y dibujaba. Su mano había perdido agilidad por los entrenamientos, pero en unas horas logró perfeccionarla haciendo diferentes bocetos de los elementos de su habitación. La mesa, el futón con su almohada, las armas desperdigadas, los templos del lugar (como los recordaba en su memoria), entre otras cosas.
A veces, en las vigilancias de las murallas, se topaba con Tomas, pero por la presencia de aprendices se mantenían formales. Aunque, no podía negar que a veces, cruzaban miradas y la desviaban velozmente. Las mejillas de la joven se calentaban y sentía que el estómago le daba vueltas.
Por otro lado, las cartas con sus amigos no habían sido contestadas y se sentía bastante sola y desconectada. Seguramente los entrenamientos se incrementaron. Intentaba seguir escribiendo, pero sin respuesta alguna. Hasta que un día, llegó una respuesta y Adelina abrió el sobre con alegría e impaciencia.
Querida Adelina:
Lamentamos no poder escribirte. Estuvimos teniendo días bastantes bizarros… cuando vengas te lo contaremos. Además, Daniela se rompió una pierna en los entrenamientos. Está todo complicado y al revés.
Esperemos que te encuentres bien y queremos desearte lo mejor en los entrenamientos. Quisiéramos darte mayor presencia, pero no nos dejan salir hasta nuevo aviso de Liu Kang.
Por ahora, es todo lo que podemos hacer. Intentaremos seguir en contacto, pero con lo que ocurre se nos va a dificultar.
Mariano y Daniela.
Corrió hacia su habitación buscando birome y papel. Escribió apuradamente la respuesta. Le causaba dudas y curiosidad lo que le habían escrito ¿qué ocurrió durante su ausencia? ¿por qué Liu Kang restringió el envío de cartas?
Queridos Daniela y Mariano:
¿Está bien Daniela? ¿Cómo ocurrió? No sé si podré estar allá en poco tiempo, creo que voy a seguir aquí. Mi criomancia es bastante débil.
Por favor, cuéntenme lo que está pasando de a poco.
Espero su respuesta,
Adelina.
Entregó la carta a la paloma y la vio alejarse de Arctika. Adelina se dirigió hacia el gran salón para comer, preocupada por lo que ocurría en la Academia Wu Shi.
Adelina se enfocó en el entrenamiento con Bi Han. Cada golpe que le dio, lo esquivó con todas sus fuerzas y su criomancia apenas ayudaba. Una leve capa de escarcha protegía sus antebrazos, pero Bi Han lo rompió como si fuera vidrio.
–Tienes que neutralizar tus emociones, Acosta –espetó rompiendo la escarcha de sus manos y las débiles púas que creaba–. Sino no lo haces, tu destino será trágico en el combate.
Adelina no contestó y eludió los ataques hasta que Bi Han le asestó un puñetazo terminando el combate. La chica se levantó con dificultad del frío suelo y meditó con el Gran Maestro tratando de neutralizar sus emociones… crear hielo como lo había hecho al despertar de su pesadilla con Hela. Pero lo único que salía era una escarcha tan fina, que con solo tocarla se quebraba.
Bi Han la corrigió una y otra vez, pero la criomancia de Adelina seguía sin desarrollarse. Parecía no querer florecer del todo, más con el ataque de pánico que tanto Bi Han como sus hermanos le dijeron y ella no tenía recuerdo de eso.
Cuando las campanadas sonaron, se dirigió tambaleante a la siguiente clase, con los músculos adoloridos y una parte del labio roto. Fue ardua y tortuosa, pero mantuvo su firmeza y cualquier gesto de incomodidad lo ocultó. No importara cuanto costara, no dejó mostrar alguna inconformidad y se mantendría en pie.
Continuaron los entrenamientos hasta el sonido de las campanadas, Adelina se dirigió a la biblioteca en busca de respuestas sobre Hela o Kolbein. Entre los pasillos, repletos de muebles con diversas armas y antigüedades chinas, llegó a la biblioteca de los Lin Kuei. La entrada, decorada con dragones orientales, recibió a Adelina mirándola con fiereza y abrió las puertas.
El olor a hojas viejas invadió su nariz y se maravilló por los diversos estantes abundantes de libros de historia del clan Lin Kuei. Caminó por los pasillos e intentó entender las letras del abecedario chino. Cada carácter le fue más complicado que el anterior haciendo que Adelina se confundiera y perdiera en los pasillos. Harta, buscó runas en las estanterías volviendo a la entrada y reiniciar su búsqueda.
–¿Qué haces aquí? –preguntó una voz conocida.
Adelina se asustó y se volteó para ver a Tomas con los brazos cruzados y una mirada tranquila.
–Carajo, deja de hacer eso –exclamó Adelina en susurros–. ¿Por qué me seguís ahora, acosador?
–No te vi en el gran salón –dijo Tomas señalando la entrada con el pulgar–. Creí que habías ido a las ruinas de la entrada de Arctika. Pero los guardias me dijeron que estabas aquí.
–Acosador.
–Técnicamente, soy tu maestro y, por ende, tengo que saber dónde se encuentran los estudiantes –explicó Tomas con una sonrisa tímida.
–Touché, pero sigue siendo de acosador que nos encontremos en los mismos lugares.
–¿Qué estás buscando en la biblioteca? –preguntó Tomas acercándose a ella.
–Libros sobre mitología nórdica –contestó Adelina observando los estantes.
–No es posible que los encuentres. Solamente hay historia del clan.
–Eso mismo dijiste cuando vos y tus hermanos vieron las ruinas.
Siguió buscando entre los estantes, pérdida en los diferentes títulos. Suspiró frustrada y pasó los delicados dedos por los lomos de los libros rápidamente tratando de encontrar runas o algo parecido.
–¿Qué buscas específicamente? –preguntó Tomas acercándose a los estantes–. Esta parte habla de las batallas del Lin Kuei con otros clanes.
–Necesito encontrar algo sobre Hela o Kolbein –dijo Adelina alzando la vista a las repisas más altas–. Pueden que tengan runas o inglés.
–¿Inglés? –cuestionó el muchacho.
–Sí, es un idioma que deriva de los nórdicos –explicó Adelina observando las repisas elevadas–. Thursday viene de Thor, “Día de Thor”. Lo mismo en el latín, viernes corresponde a Venus o sea Afrodita, “Día de Venus”, según la cultura romana.
Ambos siguieron investigando en la biblioteca, en cada estante Tomas le mostraba a Adelina algún libro para ver si cumplía con lo que buscaba. Quedaba poco tiempo para que finalizara la hora del almuerzo y no encontraron nada sobre Hela o su hijo.
–Creo que encontré algo, Adelina.
Se acercó a donde estaba Tomas mirando uno de estantes más altos de la biblioteca y vislumbró lo que parecían runas nórdicas en un lomo.
–Sí, creo que debe serlo –la chica se puso de puntillas tratando de alcanzar el libro con la punta de sus dedos–. ¿Me ayudas a bajarlo?
Tomas tampoco pudo tomarlo y buscaron por todo el sitio algunas escaleras o incluso bancos pequeños, pero sin éxito.
–¿Cómo lo alcanzaremos? –preguntó Tomas mirando por todo el alrededor–. No hay nada que podamos usar como escalera.
–Súbeme –soltó Adelina abruptamente.
–¿Qué? ¿Cómo?
–Sí, eso. Me vas a subir –dijo la muchacha–. Cuando salte, me alzas para tomar el libro.
Las mejillas de Tomas se tornaron rojas como las de un tomate y Adelina sintió lo mismo.
–Será rápido.
El chico asintió, se posicionaron y Adelina brincó. Rápidamente, las manos de Tomas tomaron sus caderas y su rostro llegó a las repisas repletas de libros viejos. Sus manos tomaron el libro nórdico y buscó alguna pista de otro tomo.
Adelina no se percató hasta ese momento de que las manos de Tomas. Eran cálidas, bastante fuertes, reconfortantes y con varias cicatrices. Volvió a enfocarse y sus dedos pasaron ágilmente por cada libro sin encontrar otro con runas nórdicas.
–¿Ya lo tienes?
–Sí, ya está –contestó Adelina–. Podes bajarme, Tomas.
Con cuidado, la dejó en el suelo, pero sus manos seguían posicionadas en sus caderas y el corazón de la chica bombeó con mayor intensidad sintiendo que salía de su pecho. Se volteó con el libro en el pecho y se sorprendió ante la proximidad en la que estaban. Los hermosos ojos de Tomas la estudiaron y admiró los pequeños detalles de su rostro. Incluso vio con precisión la cicatriz arriba de su ojo atravesando la ceja. Quiso tocar, pero se contuvo.
–Deberíamos ver lo que dice el libro –dijo Adelina–. Antes de que el almuerzo termine.
–Sí.
Se separaron y se sentaron en una de las mesas de madera con un apoya libros. La cubierta era marrón, por el pasar de los años, con la runa Ear negra, junto a otras pequeñas inscripciones. Abrió con cuidado el libro escuchando el crujido de las hojas. Había ilustraciones nórdicas de demonios y Hela, de la unión con su esposo, Alarik y de su hijo, Kolbein.
–¿Qué dice el libro?
–Habla de la vida de Hela –respondió Adelina pasando hoja tras hoja con delicadeza–. Su ascenso y caída, lo que creó y amó.
–¿Qué hizo Hela?
–“Los seguidores de la diosa de los muertos han de dejar registro, antes de ser exterminados… –recitó Adelina, absorta en las runas y los dibujos–… Hela estableció el balance del Infierno, la balanza para los justos. Creó sus más bellas y terroríficas creaciones… –miró el dibujo de la diosa. Extendía las manos, la derecha putrefacta, una calavera y la izquierda, un corazón. Adelina pasó a la siguiente hoja–… Con la intención de crear orden en el Infierno, convenció a demonios a unirse a su ejército. Creció de centenares a miles hasta ser fuerte y conquistaron el Infierno… –la hoja estaba ilustrada con la deidad guiando a sus soldados. Adelina, nuevamente, pasó a la siguiente página–… El poder del reino le otorgó un estatus indiscutible, pero supo que no debía caer en manos equivocadas. Por eso, lo estudió y lo volvió algo de su ser. Con los dones de muerte que ya tenía, estableció el orden…”
–Tuvo mucho valor y convicción para hacerlo –dijo Tomas respirando en la cabeza de Adelina.
–Tenes razón –coincidió la muchacha–. “…Para concentrar su dominio, nosotros, sus leales sirvientes, construimos su palacio, Eliud, rodeado por rejas y enredaderas de hierro, con su puerta, Falanda Forad. Su vestíbulo, Bilkanda, hecho con huesos de criminales e iluminado con el fuego del Infierno y la mesa, Hungour… –recitó Adelina, observando la ilustración del palacio de Hela y pasó a la siguiente página–… Sus leales sirvientas, Ganglate y Gangleura, la vestían y mantenían el orden en el palacio, mientras que los lobos de Armenia, eran su guardia personal…”
–Qué nombres tan raros a los objetos –exclamó Tomas.
–Eliud, significa “la miseria”, Falanda Forad es “el principio” –explicó Adelina enfocada en las hojas–. Bilkanda se traduce como “la maldición” y Hungour significa “el hambre”.
–Qué macabro.
–“…Para llegar al palacio, Hela creó El Camino de los Muertos…”–recitó Adelina y su mirada se tornó de confusión cuando pasó a la siguiente página. No había nada, el papel estaba rasgado, pero quedaron unas hojas pequeñas–. Qué raro. Arrancaron la hoja.
–Ese libro no estuvo en nuestros estudios, ni tampoco se conocían –dijo Tomas–. Debió ser antes de que Bi Han se convirtiera en Gran Maestro, tal vez incluso mucho tiempo atrás.
–“…La diosa se aisló del resto de los reinos, resolviendo por su cuenta las adversidades…” –prosiguió Adelina–. “… Pocas veces, se reunía con los representantes del resto de los reinos, como el emperador Jerrod y su esposa, Sindel. Hicieron un trato para que las almas del Mundo Exterior descansarán allí…”
–El Bosque Viviente –soltó Tomas.
–“…Pero algo pasó en ese aislamiento…” –contó Adelina y se asustó– “…Demonios se alzaron en contra de Su Majestad. Con la idea de corromper su balance, invadieron el palacio con un poder desconocido… imposible a los ojos de Hela y nosotros… La diosa salvó a su esposo e hijo enviándolos a la Tierra y que vivieran ocultos…”
–¿Cómo que una revuelta en el Infierno? ¿No dice nada más? –cuestionó Tomas.
–Solo eso ¿a qué se refiere con balance? Esta hoja tiene agujeros –Adelina siguió con su lectura– “…Hela fue encadenada y encerrada en un lugar desconocido. Nosotros, sus más fieles seguidores, no pudimos rastrear sus últimos pasos. Lo único que sabemos es su hijo, Kolbein, estaba luchando por encontrar a su madre. Nadie ha podido encontrar al Príncipe de los Muertos… Dejaremos caminos con el poder de nuestra diosa para que lo encuentre y podamos reunir las fuerzas necesarias… Nuestros enemigos serán marcados y perseguidos por la locura y el dolor hasta el final…”
Adelina pasó a la siguiente hoja, pero el libro tenía más hojas rasgadas. Tocó con cuidado el papel roto y los pocos fragmentos que quedaban.
–Las páginas vuelven a estar rotas –soltó Adelina y buscó hojas del libro desesperada por encontrar respuestas. Se levantó y fue hacia el estante para corroborar–. No hay respuestas.
–¿Sobre qué respuestas? –cuestionó Tomas mirándola–. ¿No estás buscando sobre Hela?
–Sí, pero también algo más –respondió Adelina.
–¿Es sobre lo que no quisiste contarme hace unos días?
La chica dudó y se arremangó la manga derecha mostrando el tatuaje de los huesos. El frío agobió su brazo y quiso cubrirlo. Le explicó todo lo que sospechaba cuando tocó la daga de Hela, Sultin. Las visiones, los sueños que recordaba y cuando aparecía Hela frente a sus ojos para luego desaparecer.
–¿Crees que vas a morir?
Los ojos de Tomas la estudiaron con insistencia, pero había una mirada cálida en ellos y a la vez perturbada por algo más. Adelina no sabía lo que decían esas visiones, menos si eran respuestas a sus preguntas. Al mismo tiempo, quiso saber qué era lo que agobiaba al ninja.
–No lo sé, sinceramente –soltó la chica cruzada de brazos y cabizbaja–. Pensé que encontraría mejores respuestas, pero creo que las tendré en la siguiente ubicación de los objetos.
Tomas se acercó con cuidado a Adelina y tomó una de sus manos suavemente. El calor de sus dedos hizo que le recorriera una electricidad familiar. Se sorprendió por el pequeño gesto de Tomas, pero no quiso que acabara el momento.
–Enfócate en lo que tienes primero. Controla tu criomancia y luego sigues con tu investigación.
Los ojos de Tomas captaron los de ella y mariposas revoletearon por su estómago. Se acercó a Adelina y sus mejillas se calentaron.
–Gracias por el consejo, Tomas.
Se aproximaba a Adelina, pero el momento fue interrumpido por las campanadas dando por terminado el almuerzo. Disgustada, soltó lentamente la mano de Tomas y se pusieron firmes. Salieron de la biblioteca y volvieron a sus respectivos puestos.
Los días continuaron con su ritmo habitual. Los entrenamientos con Bi Han se volvían más brutales llevando a caminos bloqueados para la criomancia de Adelina. Se esforzaba el doble en los entrenamientos con los hermanos de Bi Han y los superiores. Cuando terminaba su jornada quería meterse a la cama y no volver a salir nunca, pero la mandaban junto a otros superiores a hacer limpieza o vigilancia.
Buscaba en la biblioteca más respuestas sobre Hela con cero resultados positivos. También, le costaba dibujar un poco por su falta de costumbre, aun así, le ayudaba bastante. Esbozaba objetos de su habitación, paisajes de su memoria y personas. Entre ellos, había hecho un boceto de Tomas y se sonrojaba perfeccionando los delineados en lápiz en cada parte del rostro del ninja. Terminaba con los párpados pesados y con la vela casi acabada. A pesar de eso, lograba mantenerse en las clases, pero las cosas cambiaron.
Un día, horas antes de que fuera la hora de la cena, Adelina le tocó prepararla por primera vez para todo el clan. Se fue con un pequeño grupo de principiantes, que conocía por rostros ya que estaban cerca de su habitación. Se apartaron de ella, mientras eran guiados por un superior hacia las cocinas.
Él abrió las puertas de madera y Adelina se sorprendió por lo inmensa que era. Ollas colgaban cerca de las hornallas, cucharones y cuchillos en las vastas mesas de maderas de años de cortar alimentos. Tablas para picar escondidas a los costados de los hornos y los platos se veían arriba de repisas junto a armarios con las puertas abiertas exhibiendo condimentos y especias de todo tipo. Adelina vislumbró una puerta abierta, mostrando los diferentes quesos, carnes y verduras.
Todos los estudiantes se posicionaron en algún área de la basta cocina, mientras el superior los dejaba hacer sus labores, yéndose por la puerta de madera. Pero en cuanto se marchó, Adelina escuchó hablar a sus compañeros entre risas y voces bajas. Uno de los estudiantes, un chico de cabello negro, corto y ojos color nuez, salió por la puerta con sigilo, seguido de otras chicas y luego el resto del grupo dejando a Adelina sola.
–¡Ustedes! Tenemos que hacer la cena –gritó desde la puerta, pero solamente oyó palabras en chino perdiéndose en los pasillos.
Adelina, resignada, buscó entre las repisas más altas libros de cocina china y sacó el primero que tocó. Por varios minutos, leyó una y otra vez el texto, sin comprender ni una palabra de lo escrito, solamente las viejas ilustraciones le daban una vaga indicación de los platillos.
Después de unos minutos de taladrarse la cabeza en comprender chino, se hartó cerrando el libro bruscamente y lo puso en su sitio polvoriento. Se ató mejor el cabello negro, se lavó las manos y comenzó a preparar lo que conocía. Mariano y Daniela tenían agujeros negros por estómago y ella hacia la comida cuando requería el momento, así que podía hacer la cena para todo un clan y su Gran Maestro.
Sacó de su uniforme su celular dejando que reprodujera música, mientras Adelina buscaba los ingredientes necesarios para preparar la cena. Tomó de la gran bodega nalga, peceto y cuadrada de carne de vaca, pan duro, harina, huevos, tomates, papas, zanahorias y muchos más.
Acompañada por la música, metió el pan duro en una bolsa de tela y lo golpeó con un martillo que encontró cerca de los cucharones hasta dejarlo bien molido, sin ninguna migaja dura desperdigada en la bolsa. Luego, la puso en un molde redondo, dejándolo en el horno sin encender, tomó un cuchillo grande y las partes de carne vacuna y empezó a cortarlas finamente.
La música pasó por los oídos de Adelina entonando algunas letras, mientras cortaba la carne, poniéndola en un plato hasta formar una pila bastante alta. Tras terminar, rompió varios huevos en un bol gigante, mezcló las yemas con algunas especias y lo dejó de lado para aplastar la carne con el martillo. Se perdió en la lenta labor calmada y lejos de las presiones del clan o miradas juzgonas. Se sintió libre y casi en casa, con las milanesas que preparaba.
Luego, buscó una olla, le colocó agua y tiró las verduras. Con un tenedor pinchó con fuerza las papas y zanahorias y, rápidamente, las tapó para que el calor las cocinara. Tras terminar, se enfocó en hacer las milanesas.
Una vez más, Tomas y sus hermanos tuvieron otra discusión sobre el manejo del clan. Tomas creyó que cualquier ninja que pasara cerca del complejo del Gran Maestro escucharía los gritos entre ellos. No le gustaba pelear con Bi Han, pero no quería que destruyera la tradición que su padre mantuvo en vida.
Para calmar las aguas, se separaron, seguramente Bi Han volvería a sumergirse en su trabajo como Gran Maestro, pensó el muchacho. Caminó entre los tantos ninjas que le hacían inclinaciones respetuosas, perdiéndose en los reconocidos pasillos que recorría desde que había llegado hace quince años. Le enojaba que Bi Han fuera tan obstinado en dejar las tradiciones y códigos que tenía el Lin Kuei para perseguir algo imposible… no le cabía en la cabeza.
Sus pensamientos fueron callados cuando escuchó una voz femenina familiar… la voz de Adelina. Tomas se percató de que había llegado a la cocina del clan y le sorprendió el poco ruido que había. Recordaba que ese sitio estaba atestado de ninjas corriendo de un lugar a otro buscando los ingredientes para preparar las comidas. Le resultó anormal no escuchar órdenes y platos sobre las mesas de la cocina.
Tomas se acercó a la puerta y vislumbró por una pequeña hendidura a Adelina cocinar. Estuvo enfocada en la olla que tenía en el fuego entonando letras de canciones desconocidas a ojos de Tomas. Después, se centró en la pila de carne cortada, la puso en lo que parecía un molde repleto de pan y comenzó a aplastar con su puño.
– I am the scream inside your head/I am the silence/The fear of your spirit…–entonó la muchacha enfocada en la comida. Tomas le sorprendió que no hubiera nadie en la cocina. Adelina no podía hacer sola la cena para todo un clan–. The lie and the loss of your grandeur/The lack of power and rage of your heartstrings/I'm the void that one day you'll be…
–¿Por qué no están el resto de los estudiantes?
Adelina maldijo en español y se volteó para encararlo. Sus ojos heterocromáticos volvieron a maravillarlo, eran preciosos y distintivos. Lo hipnotizaron queriendo analizar cada detalle de él, como si quisieran descubrir sus secretos más profundos. Las mejillas de la chica se volvieron rosadas, cubriendo las hermosas pecas que tenía.
–¡Deja de aparecerte a mis espaldas, acosador!
–¿Dónde están el resto de los estudiantes? –volvió a cuestionar Tomas con insistencia y Adelina siguió preparando la cena, mientras él la miraba con curiosidad.
–Responde, Adelina –pidió Tomas con furia oculta.
–Me dejaron sola. Eso pasó.
–¿Por qué?
–No sé ni me importa –Adelina se volvió a enfocar en lo que preparaba–. Te pido que no tomes acciones.
–Sí, lo haré –espetó Tomas mientras le daba la espalda–. Es una falta a nuestros juramentos y principios dejar un compañero solo. Eres Lin Kuei y mereces que te traten con respeto. Ya vengo.
Tomas caminó rápidamente, enfurecido. Lo que había dicho fue verdad, nunca dejaban solos a los compañeros. Por más que no hayan crecido juntos, se los trataban como hermanos. Sus pasos fuertes se escucharon en cada pasillo hasta llegar al complejo de estudiantes.
Muchos, se inclinaron ante Tomas y siguieron sus tareas. La mayoría de las habitaciones estaban vacías y silenciosas, pero vislumbró a un pequeño grupo de estudiantes pasando el rato. Se acercó a ellos furiosamente y se pusieron firmes. Sus miradas reflejaron pánico, pero lo ocultaron con seriedad.
–¿Por qué dejaron a Acosta sola? –cuestionó Tomas y los estudiantes guardaron silencio–. ¡Respondan!
–No lo sabíamos, maestro Smoke –respondió un chico de ojos color nuez–. Nadie nos avisó que la estudiante Acosta estaba en las cocinas.
–¡No mientan! –gritó Tomas–. Es una falta a sus juramentos como Lin Kuei. Deben ayudarse entre ustedes, porque son compañeros de lucha.
–No nos habíamos enterado, maestro –explicó el muchacho y sus compañeros mantuvieron la cabeza gacha–. Nadie nos dio una orden específica de ir a la cocina.
–Veremos lo que dice sus superiores –argumentó Tomas. Se dio media vuelta y llamó a los superiores–. Si lo que dicen es cierto ¿no habrá problema que lo corrobore, verdad?
Los estudiantes se miraron entre ellos con temor en sus ojos, revelándole la verdad a Tomas. Después de hablar con los superiores, le confirmaron lo que sospechaba y miró a los estudiantes con furia.
–Maestro Smoke… nosotros…
–Serán castigados –dijo Tomas sin titubear y observó a cada uno–. Harán la limpieza, guardia por varias semanas y lo que a usted se le ocurra, superior. Que vuelvan a aprender e incorporar los principios y juramentos del Lin Kuei.
Adelina se sintió confundida por lo que había hecho, pero no era momento para preocuparse por problemas futuros, debía hacer la cena para todo un clan. Se concentró en las milanesas aplastando la carne bañada en pan y huevo, para luego ponerla en la gran fila que tenía. Revisó las verduras brincaron destapando la olla. El calor invadió su rostro y las pinchó con el tenedor para ver si estaban blandas.
–Te conseguiré más compañeros –dijo Tomas, haciendo que la chica lo mirara fijamente.
–No los quiero ni los necesito –espetó Adelina volviendo a enfocarse en las milanesas–. Puedo hacerlo sola.
Tomas soltó una risa falsa.
–No puedes hacer la cena para todo un clan, Adelina –espetó el chico acercándose–. Terminarás muy tarde y Bi Han te castigará. No solo por no hacer la cena, sino porque no hiciste algo tradicional.
–Primero, viví con Daniela y Mariano que son la personificación de Goku y Luffy, así que tuve que hacer comida para un ejército –respondió Adelina–. Segundo, intenté leer libros de cocina china y no salió bien. Si tu hermano me quiere castigar que sea por no preparar la cena a tiempo, porque puse un plato en la mesa para todos. Tercero, el cocinero elige lo que se va a comer y si no le gusta puede hacerse él solito la comida. Yo no soy cocinera personal de nadie.
–Necesitas ayuda, Adelina –volvió a insistir el muchacho–. Lo digo de verdad.
La chica lo miró y sus ojos grises como la bruma la atraparon. Recordó el casi momento de la biblioteca y sintió que el estómago le daba vueltas.
–Si querés, podés ayudarme –dijo Adelina–. Lávate las manos y te enseño cómo hacer una milanesa. Espero que seas de los que aprenden rápido.
Tomas se fue hacia un balde de agua limpia, se quitó los antebrazos y vendas, colocándolas en una repisa, y se lavó las manos con el jabón en barra. Luego de secárselas, se puso al lado de Adelina y esperó las nuevas instrucciones.
–Bien, lo que tenes que hacer es aplastar la milanesa con el pan rallado –explicó la muchacha usando su milanesa como ejemplo–. La aplastas usando el puño con fuerza, pero evita romper la carne. Después, la pasas por el huevo y el pan rallado ¿entendés?
El chico asintió, imitó los pasos de Adelina y poco a poco le siguió el ritmo. La música los acompañó y quedó hipnotizada por las melodías, pero cuando miró a Tomas supo que no estaba bien. Sus ojos mostraron incertidumbre y perdido en sus pensamientos.
–Si no te molesta la pregunta ¿cómo fue tu infancia y adolescencia? –preguntó Adelina–. Me preocupan.
–Entrenar, cazar, convivir con mis hermanos y ver pocas veces a Harumi ¿la tuya?
Adelina quedó sorprendida ante esa respuesta tan corta. Ella pocas veces salía de la casa, pero incluso tenía algo de vida con Mariano y Daniela y recordaba haber hecho bastantes actividades en su infancia.
–Jugar, mirar Dragon Ball, ir a clases, aprobar las materias, salir y más cosas –respondió la chica con duda en su rostro.
–¿Dragon Ball?
–¿No conoces Dragon Ball? –Tomas negó la cabeza y una sonrisa adornó su rostro. Adelina cantó–: “…Un gran hombre sé que pronto serás/Algo en ti veo que es especial, un poder real/Te convertirás en un gran rival/Aventuras podrás disfrutar…”
–No, lo lamento.
–Tenés que mirarlo –afirmó Adelina sonriente y volvió a enfocarse en la milanesa–. Además de escuchar música y salir.
–Es muy exagerado de tu parte.
–No tuviste una infancia, pero lo que sí vas a tener es una vida joven –afirmó Adelina alegremente, mientras ponía la milanesa en la pila–. Vamos a ir de salida a ver lugares en Argentina y comer.
“…Once crucified, you forgave it all/But my own life condemned to fall/Where's the glory in your name?/My twisted soul still burns in flame/Hark, you angels; hear my call/Father witness to my fall/Between the lines of sin and pain/I walk the earth now doomed again…”
–Está bien –aceptó el ninja. Retornó un silencio, mientras se escuchaba la canción. Adelina percibió que Tomas guardaba cosas. Sus ojos lo decían, estaban brumosos y había incertidumbre–. ¿Cómo se llama la canción?
–Days of Future Past –contestó la muchacha. La canción siguió reproduciéndose en el celular llegando al intermedio musical acompañando con el sordo golpeteo de los puños en las milanesas. Adelina soltó una risita–. Cada vez que la escuchaba, siempre creía que hablaba de un rey malvado que había perdido a su reina por su codicia y lo castigaron para que sea inmortal.
–¿De enserio?
–Sí –contestó la chica y colocó la milanesa en la pila. Tomó otra y la cubrió con el pan rallado–. El Viejo Mario me decía que debía trabajar siendo cantante en el extranjero, pero no tengo madera de eso. Tampoco lo vi como algo posible para mi vida.
–Cantas bien –las mejillas de Tomas se tornaron rojas–. Lo poco que te escuché me lo confirma.
“…The days of future past to wander on the shore/A king without a queen to die forevermore/To wander in the wasteland/Immortal to the end/Waiting for the judgement/But the judgement never ends…”
Adelina sintió que su estómago dio un vuelco y sus mejillas se calentaron. No esperó esa respuesta. Pasó la milanesa por el huevo y tras sacarle las últimas gotas, lo colocó devuelta en el molde. La canción terminó y pasó a otra. À Tout le Monde de Megadeth.
–El Viejo Mario intentó que fuera a clases de canto, pero duré solo unas semanas –explicó Adelina nostálgica–. Escuchar toda la teoría me desesperó y no quise volver. Lo que sí me gusto fue dibujar, no me enloqueció tanto las perspectivas, las sombras y la anatomía.
–¿Dibujas? –preguntó Tomas con sorpresa.
–Es más un pasatiempo y tengo algo dinero –explicó Adelina y puso la milanesa en la gran pila–. Me gusta hacerlo, me relaja y aclara mis pensamientos.
“…So, as you read this, know my Friends/I'd love to stay with you all/Smile when you think of me/My body's gone, that's all…”
La música siguió con el silencio del dúo. Poco a poco, las milanesas se acumularon haciendo más grandes las columnas, se percató de que se le acababa el huevo y maldijo.
–Carajo. Se acabó el huevo –Adelina se agachó buscando más–. ¿Podrías sacar más especias de arriba?
–Está bien ¿Cuáles necesitas?
–Pimienta –Adelina se puso de pie y colocó con cuidado los huevos en la mesa.
–Ya lo tengo.
En el despiste un frasco con polvo negro cayó sobre Tomas haciendo que su pelo grisáceo se volviera negro junto a una parte su rostro. Adelina abrió la boca sorprendida y casi sonriente, soltó una risa. Tomas se limpió los ojos y se revolvió el cabello polvoriento.
–Ay, perdón –dijo Adelina entre risas–. Ya te busco un repasador.
–No te preocupes –sonrió el chico y se apartó del lugar de trabajo para limpiarse–. Sigue. Cuando termine de quitarme esto, te ayudo.
Adelina rompió los huevos y metió las especias en el bol. Mezcló lo más rápido que pudo los ingredientes y siguió preparando las milanesas, mientras Tomas seguía quitándose las últimas partes de polvo. La música siguió reproduciéndose alegrando el ambiente.
“…Moving on is a simple thing/What it leaves behind is hard/You know the sleeping feel no more pain/And the living all are scarred…”
–Es triste la canción.
–Oh, algo así –Tomas se acercó devuelta a Adelina y continuó ayudándola–. Dave Mustaine dice que para escribirla soñó con su madre. Bajó del cielo y le dijo “te amo”.
–El Viejo Mario decía que muchas de las cosas que hacen los artistas surgen de cosas pequeñas e insignificantes –continuó Adelina, mientras miraba a Tomas–. Creo que algo de razón tenía. Muchos de sus amigos hicieron algunas cosas para desahogarse.
–Mi madre también nos decía a mi hermana y a mí que de cosas pequeñas algo grande surgía.
–Debe ser una gran persona ¿dónde está?
El silencio de Tomas hizo evidente la respuesta y Adelina quiso que la tierra se la tragara. Recordó que durante su exploración en las ruinas le había comentado sobre ellas.
“…So, as you read, know my Friends/I'd love to stay with you all/Please smile, smile when you think about me/My body's gone, that's all…”
–Oh, perdón, Tomas.
–No, está bien –dijo el chico con una sonrisa triste–. Ella y mi hermana… ya sus fantasmas no me afectan. El clan creyó que eran enemigos y las mataron por accidente –Adelina se sorprendió por esa confesión tan abrupta–. El padre de Bi Han y Kuai Liang me adoptó por su honor y estuve con ellos desde entonces. Ahora, mi familia son los Lin Kuei.
–Está bien –Adelina quiso decir algo más y sus labios reaccionaron antes que su cerebro–. Mis padres también murieron.
–¿Qué les pasó?
–Los mataron narcos –Tomas la miró con desconcierto–. Cuando tenía cuatros años, vivía en Rosario, una ciudad portuaria de la provincia de Santa Fe. Hace tiempo, criminales querían establecer el narcotráfico, drogas básicamente –la música siguió su curso tranquilamente–. La ciudad se volvió insegura, jóvenes y políticos se metían en ese negocio y hubo muchos muertos. Cuando el gobierno combatió contra los criminales, no lo tomaron bien y para que cesen sus medidas. Comenzaron a asesinar civiles, entre ellos mis padres.
–¿Los vengaste?
–La policía encarceló a uno y al otro lo mataron en un tiroteo –explicó Adelina–. Yo estaba en el orfanato. Ahí, conocí a Daniela y unos años después, nos escapamos a Buenos Aires. El Viejo Mario nos crío, junto a Mariano. Fue un buen hombre.
–¿Murió?
–Sí, de viejo. Pasó por mucho, merecía un descanso.
–¿Qué le ocurrió? –dijo Tomas mirando a Adelina con curiosidad.
–Fue veterano de Malvinas –respondió–. Fue una guerra de finales del siglo XX, para recuperar unas islas pequeñas del poder ingles que están al sur de Argentina, cerca de Tierra del Fuego. El Viejo Mario, junto a otros soldados, eran jóvenes con poca experiencia, muy pocos sobrevivieron. Fue piloto y siempre nos contaba sus historias de cómo maniobraba su avión para derrotar los ingleses. Era como escuchar un narrador de cuentos, pero sufrió y perdió a muchos. Creo que por eso Mariano dejó la carrera de psicología para ser piloto y la curiosidad que tenía Daniela por todo lo que le contaba la llevó a ser periodista.
–Debió ser una maravillosa persona.
–Lo fue –Adelina sintió un cosquilleo en el estómago. Hacía tiempo que no hablaba del Viejo Mario y le causó nostalgia por los viejos tiempos–. ¿Cuánto falta para la hora cena?
Tomas volvió a su realidad, pero parecía seguir perdido en sus pensamientos. Terminaron de hacer las milanesas y Adelina le costó creer que lo hayan hecho los dos. Podrían terminarlo justo a tiempo si se apresuraban.
–Dos horas –dijo el chico–. No vamos a llegar.
–Sí, lo haremos –contradijo Adelina–. Tenemos las milanesas hechas. Falta calentar las sartenes de aceite, ver las verduras y hacer las mesas.
–Está bien.
–Lamento preguntarte, pero ¿qué te ocurre?
–No pasa nada, Adelina.
–¿Seguro?
Tomas pareció debatir por responder. Sus cautivantes ojos grises lo delataban y Adelina esperaba que quizás quisiera hablarle como lo había hecho con su asunto de la daga. Aunque, le hizo revolver el estómago y sintió mariposas.
–Tuvimos una discusión con Bi Han por el rumbo del clan –soltó Tomas, mientras Adelina encendía hornallas. Puso sartenes gigantes con la cantidad de aceite suficiente para muchas milanesas–. Sobre si deberíamos ser una nación y dedicarnos a otra cosa. Me es una locura.
–¿Por qué te parece una locura?
–Va en contra de la tradición –contestó Tomas secamente–. Todo lo que padre creó.
–¿Qué opina el resto del clan? ¿Están de acuerdo?
Esas dos preguntas dejaron confundido al ninja. Adelina lo miró esperando la respuesta y quedó fascinada por sus ojos grises.
–La mayoría del clan lo está –contestó Tomas–. Kuai Liang y yo, quizás otros más estamos en contra.
–Entonces, creo que tu hermano tiene un punto.
–¿A qué te refieres? Todo lo que quiere hacer va en contra de nuestros principios –argumentó Tomas con tranquilidad, pero Adelina detectó furia–. En contra de la tradición.
–Hay tradiciones, donde las nenas de diez años se tienen que casar con hombres de cuarenta años para empezar a ser fábrica de niños, Tomas. Si se atreven a opinar les pegan, ni hablemos si quieren divorciarse. Esas tradiciones siguen estando en países de Medio Oriente. Agradezco ser occidental y elegir cuando casarme –contraargumentó Adelina, mientras revisaba las ollas repletas de verduras que seguían sin ablandarse–. Hay tradiciones que deben quedarse, pero hay otras que tienen que irse, Tomas. Mira que no me cae bien tu hermano, pero tiene algo de razón. Solo un poquito.
–Pero nuestro clan no está dedicado a liderar, menos a ser una nación –explicó Tomas, a la vez, ayudaba a Adelina a sacar las sartenes suficientes para poner al fuego–. Servimos a la Tierra, pero lo que quiere hacer Bi Han va a terminar condenándonos.
–Tomas, ¿te molesta si te doy mi sincera opinión del tema?
–Dilo.
–Tu clan necesita modernizarse –soltó la chica con la mirada fija en el muchacho–. Necesita una mejora de armamento y de medicina. La sociedad avanzó mucho y si se siguen aislando, va acabar mal. En medicina se hicieron muchos avances, lo que antes parecía algo mortal, ahora nos parece miserable. Los ayudaría bastante. Con el armamento, si ustedes son la defensa de la Tierra necesitan actualizarse. No pueden estar con espadas, una bomba puede arrasar este lugar. Incluso si yo me lo propusiera, podría dejarte sin la mitad de soldados con el rifle y las pistolas que llevo.
–Pero el clan no ve que eso va en contra de nuestras costumbres.
–Si la mayoría decidió eso, tenes que aceptarlo. Se llama democracia –Adelina siguió pinchando las verduras para ver si se ablandaron–. Lo que puedes hacer es que reconsidere tus ideas y a la vez, escuchar las de él. Convencerlo, no atacar. Lo que no pueden ser con Kuai Liang, es un palo de la rueda porque eso va hacer que la mayoría tenga una fe ciega a Bi Han.
–Kuai Liang es el más habilidoso de nosotros. Deberían respetarlo y escucharlo por eso –argumentó Tomas.
–Que sea bueno en el combate no significa que lo sea en política –espetó Adelina–. Pero te digo esto, dejen que Bi Han pruebe su idea. Pongan límites para que los escuche, pero obviamente a quienes más va a prestar atención es a la mayoría.
–Pero está mal.
–La idea no es errónea, a menos que sea aniquilar a los que se oponen a él. Ahí, sí hay que preocuparse –explicó Adelina–. Porque querés poner tu idea la fuerza y créeme que cuando te digo que eso traerá problemas. También, recae en el método.
–¿Cómo lo harías, si fueras tú el Gran Maestro?
–No tengo madera de líder, pero sería como abrir la economía –respondió Adelina–. Lento y paulatino, porque si es abrupto explota. Además, si Bi Han quiere usar la fuerza para su idea, ya me opondría a él. Porque no escuchas un segundo punto de vista y con el pretexto de una buena intención, muchas personas hicieron desastres. Lo dice alguien que lo vivió.
El silencio inundó la cocina, solamente la música se escuchaba con el sonido burbujeante del aceite y Adelina colocó un pedacito de milanesa en una de las sartenes. Tras ver que burbujeaba, colocó el resto de la milanesa en la sarten y otra más. Luego hizo lo mismo en el resto de sartenes con la ayuda de Tomas.
–Gracias, por escucharme, Adelina.
–No hay de que, Tomas.
Las verduras saltaron de las ollas, Adelina revisó si estaban blandas con el tenedor y el vapor azotó su rostro. Les faltaba poco para que estén listas y revisó las milanesas. El olor a frituras le dio nostalgia, llevándola a viejos recuerdos y momentos. Se le hizo agua en la boca por la idea de volver a comer comidas de su patria. Extrañó el crocante sabor del pan y la carne, también las ensaladas sencillas.
Volteó las milanesas y Tomas la imitó, pero con algo de inexperiencia haciendo que saltaran gotas de aceite por doquier. Adelina rio y habló:
–Lo estás haciendo mal. Dejame que te enseño.
Adelina tomó la mano de Tomas y sintió el calor de su mano. Las mejillas se le calentaron más de lo que imaginaba, pero intentó mantener la calma.
–No tenes que tirar la milanesa –continuó y guio su mano–, porque si no el aceite va a salpicar y te quemas. Lo que tenes que hacer es deslizarla y pincharla desde las puntas, así evitas que se te caiga.
Sus miradas cruzaron y las mejillas se tornaron rojas, pero siguió enfocando sus ojos en Adelina. Todavía sintió el calor de su mano y la textura de las cicatrices. Era rígida y callosa, aunque a la vez suave y confortante. Se alejó de él y volvió a enfocarse en sus tareas con el corazón retumbándole en el pecho como si quisiera ser escuchado.
El burbujeo del aceite y el agua abundaba por la cocina. Tomas y Adelina se pudieron relajar un poco, pero siguieron vigilando la comida. Al mismo tiempo, empezaron a ordenar y colocar los platos sucios en la bacha, luego sacaron fuentes de vidrio y aluminio para las ensaladas y milanesas. La música cambió de tema en tema y calmó las ansiedades de Adelina.
–Ya está por salir la primera milanesa –informó la muchacha–. Esperemos que salgan las demás igual de rápido.
–¿Te ayudo con las ensaladas?
–Sí, coloca todas las verduras en las fuentes de vidrio, así luego les pongo sal y aceite.
Adelina sacó la milanesa la puso en la fuente de aluminio y le escurrió bien el aceite con papel de cocina. Después de quitarle, notó que Tomas miraba el alimento con hambre como si fuera un niño impaciente. Ella cortó la mitad de la milanesa haciendo que saliera vapor y desprendió el exquisito aroma a carne cocinada que tanto extrañaba. Tomó una mitad con la punta de sus dedos sintiendo el calor del pan cocinado y se la extendió a Tomas, mientras Adelina sostuvo su mitad.
–¿Querés probar?
–No, no sería justo.
–Tenemos lo suficiente para el clan. No habrá problema en comer una entre los dos –explicó Adelina y le tendió la mitad de la milanesa.
Tomas tomó el pedazo y maldijo por lo caliente que estaba. Antes de que se callera, Adelina sostuvo la mitad de la milanesa rápidamente y se la dio a Tomas. Con una sonrisa, Tomas se la aceptó y comió, mientras Adelina lo imitaba. Sintió el sabor del pan frito y la carne cocinada en su boca y se alegró como nunca antes en su vida.
Ambos sonrieron por el momento y siguieron preparando la cena con la música pasando por diversas canciones. El corazón de Adelina bombeaba como nunca antes lo había hecho y creyó que se escuchaba por sobre la música. Tomas la ayudó con poner las fuentes de las verduras y Adelina cuidaba que las milanesas no se quemaran. Al mismo tiempo, hicieron las ensaladas y sin darse cuenta, sus manos tocaron la misma fuente de vidrio.
La mano de Tomas seguía siendo cálida y cuando iba apartar la suya del contacto, él no se lo permitió. No fue fuerte ni brusco como la sostenía, sino tierno.
–Gracias, Adelina.
–¿Por qué?
–Por escucharme por el asunto de mi hermano… –los ojos de Tomas parecían no querer desviarse de la mirada de Adelina y se acercó a ella con cuidado–… También por exponer tu punto de vista sin miedo.
–Las mentiras tienen patas cortas, Tomas –dijo la chica–. Es preferible las verdades crueles. Duelen, pero son necesarias.
El muchacho se aproximó más a ella y sintió que el corazón le daba un vuelco al igual que su estómago. Tomas continuó mirándola queriendo capturar cada pedacito de ella a través de sus ojos grises como la bruma. Sin darse cuenta, su rostro estuvo cerca del de ella y no supo quién inició primero.
Adelina sintió que iba a explotar por lo tímido que fue ese primer beso. Percibió un té chino desconocido, pero dulce y curioso y, a la vez, la esencia del humo en los labios de Tomas combinado con el sabor de la milanesa de hace unos minutos. Se miraron mutuamente y Adelina lo acercó devuelta sin importarle lo que pasara y quien viera. Sus alientos se mezclaron y sus labios se juntaron en un beso más largo.
Tomas le tomó la cintura y ella enredó las manos en su cabello grisáceo, perdiéndose en el maravilloso momento. Siguieron aproximándose por más que ya estuvieran cerca e hizo que mariposas revoleteen por el estómago de Adelina. Se separó buscando aire, pero Tomas la acercó queriendo más aproximación y sus ojos grises la observaron.
Rápidamente, Tomas quitó sus manos de la cintura de Adelina y se enredó en su basto cabello negro y lacio. La tomó por sorpresa, pero aceptó dichosa el beso y siguió profundizándose hasta que tuvieron que respirar. Se miraron mutuamente y sonrieron soltando risitas silenciosas. Tomas apartó un mechón de cabello suelto de la muchacha y siguió mirándola con fascinación. Tocó sus mejillas con pecas y le daba pequeños besos en los labios.
Se apartaron lentamente, Adelina sintió el aroma de la comida y se apresuró a dar vuelta las milanesas con Tomas ayudándola. La chica sonrió por el momento previo y retornó a la realidad que tenía en frente. Sacó las milanesas de las sartenes haciendo que el aceite burbujeara y escurrió bien el líquido. Tomas la imitó y se enfocaron en condimentar todas fuentes de vidrio.
Algunas veces, Adelina percibía la mirada de Tomas mientras hacía sus tareas, sonrojándola más de lo que podía creer. Volvió a centrarse en las milanesas viendo que faltaban pocas y decidió hacer que las haría napolitanas. Tomó unos tomates y queso, los cortó con cuidadosa y finamente ocasionando que el jugo del tomate se escurriera en cada corte del cuchillo que tenía en mano. Condimentó las rodajas con un poco de orégano y las colocó en las últimas milanesas y encima el queso derritiéndose al instante por el calor.
–¿Por qué les agregaste tomate y queso?
–Porque vos y tus hermanos sabrán lo que es una milanesa napolitana –respondió Adelina, mientras alzaba su mirada a Tomas–. Me hubiera gustado hacer salsa de tomate, pero no hay tiempo. Espero que te gusten, Tomas.
–Ya quiero comerlas.
Adelina miró el reloj y vio que faltaba poco para que sonaran las campanadas anunciando la cena. Rápidamente, sacó todos los platos y vasos posibles y cubiertos que sus manos pudieran cargar y los dejó en la mesa. Apagó todo fuego que estuviera encendido y se lavó bien las manos.
–¿Segura que no necesitas ayuda en algo más, Adelina? –cuestionó Tomas tratando de sostener los platos–. No me molesta ayudarte.
–Gracias, pero ya hiciste suficiente –dijo Adelina sonriente–. Soy rápida haciendo la mesa. Anda con tus hermanos antes de que se den cuenta que no estás con ellos.
Tomas estaba a punto de marcharse y Adelina vio que sus antebrazos y vendas colgadas en la repisa. Las tomó y decidió hacer algo arriesgado.
–Tomas.
El chico se detuvo ante la mención de su nombre y Adelina le dio un pequeño y rápido beso en la mejilla. Luego le dio sus antebrazos y el muchacho sonrió.
–Gracias por ayudarme, de verdad.
Tomas se marchó colocándose los vendajes en sus puños. El rostro de Adelina adornaba una sonrisa y volvió a la cocina tomando todos los platos que pudiera cargar y caminó los rápido posible hacia el gran salón. Colocó los platos y retornó a la cocina para ubicar los restantes, luego siguió con los vasos y terminó con los cubiertos.
Poco a poco el barullo se acrecentaba en la entrada del gran salón y Adelina apresuró el paso cargando con las fuentes de vidrio repartiéndolas en las diferentes mesas y las que quedaban las dejó en del Gran Maestro. Por último, llevó las fuentes de acero repletas de milanesas y las napolitanas repartiéndolas velozmente. Las campanadas anunciaron la cena y entraron todos los estudiantes y superiores.
Adelina vio al grupo que se había marchado de la cocina con algunos moretones y miradas irradiantes de ira enfocadas en ella. Todos miraron con curiosidad la comida y se susurraron entre ellos observándola. Unos minutos después, Bi Han, Kuai Liang y Tomas llegaron con Cyrax y Sektor detrás mirando confundidos. Tomas, por su parte, mostró más tranquilidad y regocijo.
–¿Qué es esto? –preguntó Kuai Liang con indignación–. ¿Quién hizo la cena?
–Yo lo hice, maestro Scorpion.
La voz de Adelina sonó en el comedor y todos los ojos se posaron en ella. Kuai Liang, Bi Han, Cyrax y Sektor la miraron con incriminación generando que el corazón de la joven bombeara más rápido de lo usual. Mantuvo la cabeza alta ante ellos y vio que el grupo que la abandonó estaba frente a ella.
–Son milanesas con tomate papa, zanahoria y zapallo hervido –continuó con voz firme–. Para ustedes hice milanesa napolitana.
–¿Por qué no hiciste algunos de nuestras comidas, Acosta? –preguntó Bi Han y posó sus ojos gélidos en ella–. Pasaste mucho tiempo aquí, deberías saber cómo hacemos la comida.
–Mi chino no es del todo bueno, Gran Maestro –espetó Adelina firmemente y con tranquilidad–. Tampoco lo es en la comprensión de textos, así que decidí hacer comida de mi patria. Preferí eso a que no tuvieran un plato en la mesa.
–Está bien, Acosta. Siéntate y disfrutemos de tu comida.
Cuando Adelina empezó a caminar hacia su asiento, el líder del grupo que la abandonó alejó el plato y sus amigos lo imitaron.
–Yo no comeré esto, estudiante Acosta –espetó con orgullo–. Prepara algo de nuestra costumbre, por favor.
Todos callaron y Bi Han y Tomas miraron de la peor forma al estudiante. Adelina lo enfrentó posicionándose al costado de él y cruzaron miradas hostiles.
–Si pudiste hacer todo esto, Acosta ¿puedes preparar algo más nuestro? –preguntó su compañera.
–No hay otra cosa, es milanesa o milanesa –contestó Adelina de forma mordaz sin pensar en el tono que lo dijo haciendo que se sorprendiera.
–No queremos comer esto –comentó el chico de ojos color nuez y alejó más el plato.
Sin conciencia de lo hacía, Adelina le estampó la cabeza contra la mesa con un fuerte ruido y el crujido de la nariz rota del estudiante sonó emanando a borbotones sangre manchando su uniforme Lin Kuei. Los platos, cubiertos y vasos tintinearon por el movimiento brusco y rápidamente su compañera quiso levantarse, pero Adelina le tiró el cabello e imitó la acción. Esta vez le rompió el labio y la frente y el líquido carmesí escurrió de forma lenta por el rostro de la desconocida.
Todos se conmocionaron soltando exclamaciones de sorpresa, pero Adelina ni los escuchó. Las maldiciones en chino de sus compañeros sí que las oyó mejor que nunca. No le importó que Bi Han la estuviera mirando tampoco Tomas, pero esto era una total falta de respeto.
–Escuchen una cosa par de abortos de la naturaleza mal cogidos, yo no soy su puta cocinera personal –gruñó Adelina entre dientes, lo suficiente para que todos la escucharan–. Ni ustedes son chetos de Palermo. Son unos putos ninjas que se conforman con lo que tienen y lo que comen. Si esta noche decido hacer milanesa, todos comemos milanesa. Si quieren otra cosa, se lo preparan ustedes o se cagan de hambre. Pero no voy a tolerar que me desprecien la comida, es un lujo que no todos tienen. Lo dice alguien que pasó hambre –Adelina siguió sosteniendo el cabello del muchacho y no se dio cuenta que el comedor se estaba enfriando–. ¿Entendieron, manga de pelotudos infradotados?
Sin pensarlo dos veces, volvió a estamparles las cabezas contra la mesa y ambos emitieron quejidos de dolor y cayeron al suelo.
–¡Suficiente, Acosta! –gritó Bi Han soltando una ráfaga de escarcha delgada por la mesa y todo el mundo contuvo el aliento.
Adelina se alejó del par de estudiante y caminó velozmente hacia su asiento donde sus compañeros la miraron sorprendidos por su arrebato. Incluso, vislumbró la cara perpleja de Tomas.
Bi Han se sentó y empezó a comer con tranquilidad seguido de sus hermanos, luego Cyrax y Sektor. Poco a poco, el tintineo de los cubiertos se hizo presentes en todo el salón con el barullo de los estudiantes. Adelina mantuvo su silencio y disfrutó de la cena que había hecho. Aunque, detectó las miradas asesinas del dúo y las ignoró enfocándose en terminar su plato.
Se alegró de sentir la comida en su boca y calmó sus nervios y pensamientos procesando lo que acababa de ocurrir. Nunca pensó tener esa reacción tan violenta hacía unos extraños, tampoco del nivel de fuerza que tenía para poder estampar la cabeza de dos personas. Le resultó irreal y casi terrorífico. Recordó tener fuerza para pelearse con Mariano en su infancia, pero nunca el nivel de lo que había hecho hace unos instantes.
A veces, cruzaba miradas con Tomas y Adelina notó su preocupación y sorpresa por lo ocurrido, pero la desviaban lo mejor que podía. Recordó el beso que tuvieron y sintió las mariposas de su estómago revolotear con lo que había comido.
Tras terminar la cena, Adelina se fue a dar una ducha con el resto de las pocas mujeres que se encontraban en el clan y siguió escuchando los susurros, comentarios y miradas de desprecio y respeto que hacían. Vio al par que le despreciaron la comida metiéndose a sus respectivos cuartos y Adelina los imitó lo más rápido que pudo.
Soltó un suspiro, aliviada, de que el día llegara finalizara. Se colocó óleo para el cabello pasando sus dedos entre los mechones negros como la tinta y se lo peinó con cuidado rememorando lo que había pasado con Tomas. Recordó sus labios y su sonrisa, las manos en sus caderas y cómo se enredaron en su cabello. Sonrió mientras se acomodaba en las vastas colchas regocijándose en el calor que la abrazaban. Poco a poco, el sueño la atrapaba y sus párpados se cerraron completamente.
Adelina estaba en las puertas de una cabaña rústica y antigua y podía escuchar el alboroto dentro. El ruido de platos rotos y de los golpes se hacían más fuertes con cada paso que daba ella y al entrar vio a Kolbein. Estaba en posición de lucha enfrentándose a una mujer y logró tomarla desprevenida para sentarla a la fuerza en la mesa.
–¿DÓNDE ESTÁ? –preguntó Kolbein a una mujer, rápidamente le tomó el cabello y le estrelló la cabeza contra la mesa de madera–. ¿DÓNDE ESTÁ HELA, DEMONIO? ¡RESPONDE!
Adelina se acercó y vio que los ojos de la mujer eran negros sin un ápice de otro color. El demonio femenino se recompuso riendo con tranquilidad mientras Kolbein la miraba con furia en sus ojos heterocromáticos.
–No te diré nada, Príncipe de los Muertos –sonrió el demonio y se irguió en su asiento–. Tu madre debe estar pudriéndose en su tumba. Me alegro que su orden esté arruinado.
–Me encargaré de restaurar lo que mi madre creó –Kolbein acercó su rostro a la del demonio y mostró sus dientes–. Si tengo que hacerlo toda mi vida encontrar los artefactos que le arrebataron a mi madre, lo haré.
–No lo lograrás, Príncipe de los Muertos –el demonio femenino mantuvo su mirada seria e impasible en Kolbein–. No encontrarás nunca a nuestro líder.
–Nunca me pruebes, demonio.
Kolbein vio la funda de una daga y sus ojos mostraron sorpresa. Adelina mejoró su visión sobre lo que miraba el hijo de Hela y se dio cuenta que era la daga de su madre. Durante el encadenamiento de la deidad, seguramente el demonio femenino tomó la daga como trofeo.
Kolbein desenvainó su espada y sin titubear, le cortó la cabeza al demonio. La sangre brotó sin cesar manchando al muchacho por el rostro y una parte de su ropa vikinga. Tomó la daga de su madre y dejó la cabaña con un fuerte portazo.
–Por lo menos encontré tu daga, mamá. Te la daré cuando estes de vuelta.
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‘ tengo cargador portátil ~ ¿será que por fin se ha presentado mi oportunidad de ser la que te salva? ’ con una sonrisita, se alegra de llevar a todos lados su cargador, como si fuera un esencial. ciertamente, para ella, lo es. ‘ ¿quieres cargarlo? ’ ofrece, preparada para buscarlo en su bolso si ese es el caso. ‘ se me ocurren muchas cosas que podrían ir mal en esta noche, pero no sé si de verdad quieras oírlas. quizás es mejor tener la cabeza libre de todas esas ideas ’ y si ese es el caso contrario, no sería bueno que le comparta todas sus ideas. ‘ arañas, cucarachas... ¿y estos techos no se ven lo suficientemente altos como para servir de hogar para murciélagos? ’ avanza con la mirada en lo alto desconfiando un poco de lo que pueda habitar en él. ‘ tal vez sea mejor escanear la zona rápidamente... ¿recuerdas qué podíamos encontrar aquí? ’
# CABALLERIZAS — ‘ ¿tienes alguna estrategia para mantenernos seguros mientras exploramos? ’ @islariya
‘ rogar que no se acabe la batería de mi teléfono... ’ sonrisa tenue adorna pétalos. no tendrá cobertura pero la linterna aún funciona mientras la pila siga intacta, y espera así continúe porque iluminación interior no es la mejor. ‘ ¿crees que corramos peligro? ’ es lo que le genera intriga en realidad porque es verdad, el sitio luce antiguo pero nara no es de impresionarse fácil y quizás por eso su parámetro no es objetivo. ‘ admito que tantas arañas no vuelven muy acogedor el lugar... ’
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No busco piedad, ni tu perdón; tampoco la redención individual es admitida.
Ninguno es mártir o verdugo: fuimos tanto víctimas cómo perpretadores y en ambos papeles, disfrutamos y lamentamos los martiros infringidos o soportados.
No será redimida esta historia. Tampoco te apresures a declararte vencido; yo no me proclamaré vencedora.
Acaba la batalla, amor.
-Cinthyacabalga
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Todos tenemos momentos que lamentamos en la vida.
#pensamientos#frases#frases y pensamientos#las cosas como son#cosas que escribo#amor#citas de la vida#en tu órbita#confesiones#vida#citas cortas#desahogo#a tu medida#citas de desamor#notas de vida#notas de amor#frases tumblr#cosas que siento#cosas que pasan#lamentar#letras en tumblr#frases de amor#frases de la vida#verdades
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ANUNCIO
A diferencia de los anteriores mensajes que hemos hecho llegar, muy a nuestro pesar, este se trata de un aviso a razón de una situación que nos tiene sumamente consternados, apesadumbrados, como staff de Wicked Hearts.
El día de ayer, 28 de febrero, logramos abrir el foro después de arduos días de trabajo para renovar la imagen y ambientación. Nos esforzamos en crear nuevas zonas, un bestiario completo, apenas faltaban las tablillas de la tienda y las medallas, nada más. Era, literalmente, la única parte que faltaba. Fichas, tablillas de administración, perfiles, todo esta listo en un 100%. Hasta hoy, 29 de febrero, por las primeras horas de la mañana, el foro estaba funcionando sin ninguna dificultad, tampoco se había roto nada ni mucho menos. ¿Qué sucedió? Que hace poco tiempo, apenas un par de horas atrás, entramos al foro y vimos no solo que la skin era la antigua, sino que se estaba utilizando una versión de cuando Wicked ni siquiera había abierto al público.
Como staff, el equipo se puso en contacto de inmediato e intentamos entrar a las cuentas administrativas, pero ninguna funciona. Contraseñas cambiadas. Al revisar en el foro, incluso menciona que dos de las principales cuentas no se conectan desde noviembre del 2023 (absurdo, ayer estuvimos las tres cuentas conectadas). Posterior a esto, quien es Web Master del foro, encontró una contraseña vieja que funcionó para entrar a una de las cuentas. ¿El hallazgo? No tiene permisos, no puede hacer nada en el foro, absolutamente nada.
Lo que más nos provoca lamento es notar que muchos tumblrs compartieron la publicidad del cambio de skin y, justo después de eso, se generó todo este “extraño” suceso.
Estamos trabajando para saber qué ha pasado, existe la sospecha sobre un back up, pero todavía no sabemos qué ha pasado. Lo que más nos duele es que trabajamos, como muchos de los que abren y mantienen foros, del día a la noche, Duran Codes estuvo con el staff arreglando todo tipo de problemáticas, asistiendo en cada detalle, ayudándonos con imágenes y demás. Son muchísimas horas de trabajo, esfuerzo y dedicación para entregar un ambiente cómodo a los usuarios.
Lamentamos que existan estos inconvenientes para quienes nos acompañan fielmente en el foro, también para quienes han querido visitarlo o se habían hecho ilusiones con la nueva imagen. Tan pronto como podamos solucionaremos esto.
Muchas gracias por la colaboración y comprensión.
Atentamente, staff de Wicked Hearts.
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Subaru Sakamaki Chaos Lineage Capítulo 4
[Capítulo 3]
Lugar: Mansión Violet, pasillo
Subaru: Llegamos, entra.
Yui: Ehm, pero… Subaru-kun, ¿en dónde estamos?
Subaru: Solo entra. Rayos, deja de perder el tiempo.
Yui: S-sí. Está bien…
Lugar: Mansión Violet, cocina.
Yui: (¿Por qué Subaru-kun me trajo hasta aquí?)
Kou: Oh, ya llegó. Bienvenida.
Laito: ¿Eh? ¿De verdad trajo a Eva?
Azusa: Te estábamos esperando… que bueno que viniste…
Yui: ¿Qué hacen todos aquí?
Kou: ¿Qué hacemos? ¿Se puede hacer otra cosa aparte de cocinar en la cocina?
Azusa: Vamos… a preparar una fiesta de bienvenida… así que queremos que nos ayudes a cocinar…
Yui: ¿Una fiesta de bienvenida…? ¿Viene algún invitado?
Kou: ¡No! ¡Es obvio que es para celebrarte a ti!
Laito: Escucha, hemos reflexionado y estamos arrepentidos. Lamentamos haberte encerrado en el calabozo.
Laito: Por eso considera esta cena tanto como una disculpa, como una celebración de bienvenida.
Kou: Es una orden de Carla, así que no te preocupes. No estamos haciendo esto solo porque se nos antojó.
Laito: Aunque nosotros no sabemos cocinar nada complejo, así que incluso si eres la protagonista tendrás que ayudarnos.
Yui: Pues…
Yui: (Jamás imaginé que estarían haciendo algo así…)
Yui: (Están organizándome una fiesta de bienvenida.)
Yui: (¿Y Subaru-kun…?)
Subaru: …
Yui: (Lo sabía, sigue de mal humor. Me pregunto si estará en contra de esta fiestaa. Ayer estaba muy enojado.)
Yui: (No, no tengo que pensar negativamente. Debo aprovechar que el resto está preparando todo esto.)
Yui: Los ayudaré con gusto. Preparemos algo delicioso.
Kou: ¡Que bien!
Laito: Habría sido aburrido estar encerrado en la cocina con puros hombres.
Laito: Así que me hace muy feliz que nos ayudes, Eva.
Azusa: Sí, es un alivio…
Yui: (Ahora que lo pienso, no todos son buenos cocinando.)
Kou: Muy bien, entonces Eva, tu encárgate de picar los ingredientes.
Yui: Oigan, ¿hasta ahora quien se ha encargado de cocinar?
[Si tocas las flores:
Cabeza de Yui: ¡Oye! ¡No te distraigas! Podrías cortarte.
Mano de Subaru: ¡Deja de mirarme! ¡¿Es tan extraño verme cocinar?!]
Kou: Pues hemos colaborado los 4.
Kou: Pero Laito de inmediato se va a otro lado, mientras que Azusa y yo somos mejores comiendo que cocinando…
Kou: Mientras que Subaru-kun aunque sea a regañadientes se queda cocinando hasta el final, aunque sinceramente no le queda muy rico…
Subaru: ¡Pues lamento que sepa mal! ¡Entonces cocinen ustedes!
Kou: Miento, miento, contamos contigo, así que sigue esforzándote por nuestro bien.
Subaru: No bromees, te mataré.
Yui: Fufu… Que confiable eres, Subaru-kun.
Kou: Y eso que es el menor.
Laito: Es un buen chico.
Azusa: Subaru… es una buena persona…
Subaru: ¡De verdad que son un fastidio! ¡¡Deja de reírte Eva!!
Es que se me hace tierno♟
Disculparte♙
Es que se me hace tierno:
Yui: Eeeh, que tierno…
Subaru: ¡¿Aah?!
Yui: (Pensé que era tierno y como lo dije se enfadó.)
Subaru: ¿…Qué?
Yui: Lo siento, no es nada.
Disculparte:
Yui: Perdón Subaru-kun, fue sin querer…
Subaru: Tampoco tienes que disculparte.
Yui: E-es verdad.
Subaru: Oye, no te pongas tan triste. No estoy enojado.
Kou: Pese a ser tan maleducado eres muy amable, Subaru-kun.
Yui: (Incluso si aparenta ser un lobo solitario, en realidad es alguien muy cariñoso.)
Fin de las opciones
Yui: (…Me sentí un poco mejor tras reírme. Hoy no me sentí tan incómoda.)
Yui: Subaru-kun, voy a ayudarte, así que esforcémonos juntos.
Subaru: Tch… Bueno, está bien.
Subaru: Entonces, dame lo que cortaste.
Yui: S-sí.
Yui: …Oye, ¿está bien que lo haya cortado de este tamaño?
Subaru: ¿Ah? Ah… Creo que está bien. Espera, ¿por qué me preguntas a mí?
Yui: P-pues, porque eres quien mejor cocina en este grupo…
Subaru: Pero si la cocina es tú especialidad.
Subaru: …La comida te queda más deliciosa a ti.
Yui: (¿Eh…? ¿Qué acaba de decir…?)
Yui: (¿Me queda más deliciosa a mí? Pero si no he cocinado nada desde que llegué.)
Yui: (¿Acaso está recuperando sus recuerdos…?)
Yui: Oye Subaru-kun, ¿cómo es que sabes cómo cocino?
Subaru: ¿…Ah?
Yui: Es que acabas de decir “la comida te queda más deliciosa a ti”…
Subaru: …
Subaru: Pues… tuve ese presentimiento. Solo eso…
Laito: Ah, ¿acaso intentas llamar la atención de Eva halagándola?
Kou: ¡¿Eh?! ¡¿En serio?! Subaru-kun es todo un estratega.
Subaru: ¡No digan tonterías! ¡Dejen de parlotear y pónganse a trabajar!
Azusa: Tiene razón… si nos tardamos… Carla se enojará…
Laito: Ya estoy harto de los regaños de Carla. Aunque sea un fastidio me tomaré en serio la cocina.
Kou: Sí. Contamos contigo, Eva.
Yui: Bien, ¿entonces podrían decirme cuál es el menú de hoy?
Kou: Claro.
Laito: ¿Y si mejor Eva cocina todo? No tiene sentido que la ayudemos.
Subaru: Ni hablar. Oye Laito, ni se te ocurra escaparte hoy.
Azusa: Eva… Contamos contigo…
Monólogo:
“Empezamos a preparar la fiesta de bienvenida en medio de un aura amistosa.
Al hacer esto parece mentira que estemos viviendo una anomalía.
Unos recuerdos alterados y una relación de hermanos falsa. Pese a que sé todo eso, me divertí cocinando.
Como no estoy acostumbrada a esta cocina las cosas no me salieron igual que siempre.
Pese a eso pude terminar de cocinar y fuimos capaces de dar comienzo a la fiesta de bienvenida.
Tras limpiar la cocina fuimos al comedor.
Y cuando terminamos todo Azusa-kun fue a la habitación de Carla-san para traerlo.”
Lugar: Mansión Violet, living comedor
Carla: ¿Estamos todos?
Azusa: Sí…
Carla: Veo que les ha salido bien la comida.
Laito: Esta es la única tarea que siempre nos obligas a hacer. Eres injusto Carla.
Carla: ¿Acaso quieres que yo cocine? Además, siempre les he encargado las tareas del hogar.
Kou: ¿Eeh? Más que encargárnoslas nos las impone…
Azusa: Carla es quien arma los planes de batalla… así que tiene… mucho en qué pensar…
Kou: Tienes razón Azusa-kun. Ya lo sé.
Laito: Carla tiene gustos raros. Mira que querer pelear para ser el rey supremo. Que fastidio.
Carla: Como soy el hijo mayor de los Violet tengo el deber de liderarlos y protegerlos.
Carla: Además, no existe nadie más que merezca el título de rey supremo.
Kou: Para ti es natural posicionarte encima del resto, así que creo que estás hecho para ese rol.
Laito: Nació para ese puesto.
Yui: (Carla-san es el hermano mayor de ellos… Lo sabía, verlos como hermanos se siente fuera de lugar.)
Yui: (Me pregunto si ninguno de ellos es capaz de recordar quienes son sus verdaderos hermanos.)
Yui: (Especialmente Carla-san, él es un fundador, no un vampiro…)
Yui: (Pero bueno, se tomaron la molestia de preparar esta fiesta de bienvenida.)
Yui: (Así que por ahora me aseguraré de agradecerles.)
Yui: (¿…Eh? En mi servilleta hay una linda flor decorándola.)
Yui: (No hay ninguna decoración en las servilletas del resto. ¿Alguien habrá decorado especialmente la mía?)
Yui: (¿Esto también forma parte de la bienvenida? Si es así, entonces me hace muy feliz.)
Yui: (Demuestra que piensan en mí.)
Carla: Muy bien, ahora que ha empezado el banquete, hay algo que me gustaría decir. Eva—
Yui: Sí, ¿de qué se trata?
Carla: Perdona nuestra descortesía.
Yui: ¿Eh…?
Yui: (¿Carla-san se está disculpando conmigo? ¿Por qué…?)
Carla: Eres valiosa para esta casa. Es por eso que quiero volver a darte la bienvenida.
Yui: …
Yui: (Valiosa… Lo dice porque soy Eva.)
Yui: (Ha desistido de encerrarme en el calabozo y obligarme a cooperar.)
Yui: (¿Y ahora intenta que me una a los Violet por voluntad propia?)
Yui: (Carla está haciendo todo esto para poder convertirse en el rey supremo.)
Yui: (Si ese es realmente el caso… entonces estoy en una posición compleja.)
Yui: (Es probable que en realidad hayan armado esta fiesta de bienvenida con esas segundas intenciones.)
Yui: (Sin embargo, tras haber visto a todos divertirse se me dificulta rechazarlos.)
Yui: (Al menos por ahora debo agradecerles de corazón por haberme preparado esta fiesta…)
Yui: (Sin importar cuáles sean sus verdaderas intenciones…)
Kou: Azusa-kun, si no te comerás eso, entonces me lo quedaré yo.
Azusa: Ah…
Kou: Jaja, ya me lo comí.
Yui: (Ah, Kou-kun le robó la guarnición a Azusa-kun.)
Subaru: Oye Kou, ¿cuántas veces debo decirte que no le robes su comida a los demás? Ya deja ese mal hábito.
Laito: ¿No quieres detenerlos? Es cierto que es bueno que sean animados, pero así no podremos comer tranquilos.
Carla: No me importa. Deja que hagan lo que quieran.
Laito: No, de verdad creo que deberías detenerlos.
Carla: Yo no soy nadie para imponerle al resto cómo deben comer. Déjalos hacer lo que les plazca.
Subaru: Normalmente uno se quejaría de los malos modales…
Yui: (Estoy segura de que Ruki-kun los detendría.)
Yui: (Pensé que Carla-san sería más estricto con la etiqueta en la mesa, pero parece que en realidad es más relajado, que inesperado.)
Yui: (Aunque supongo que es porque nunca ha lidiado con gente como ellos.)
Yui: (O tal vez sea porque Kou-kun y el resto no son sus verdaderos hermanos. Quién sabe.)
Kou: Si Laito-kun me da de su guarnición prometo guardar silencio.
Laito: …Pues Subaru-kun tiene cara de querer darle su guarnición a sus hermanos mayores.
Subaru: ¡Claro que no! ¿Por qué yo…?
Azusa: …Subaru.
Subaru: …Ngh. No, no caeré ante esa cara.
Yui: Fufu. Kou-kun, Azusa-kun, si quieren puedo darles de mi comida.
Azusa: ¿Eh? ¿Segura…? Eres muy amable, Eva…
Kou: ¡Genial!
Subaru: Oye, no los malcríes.
Carla: ¿Segura Eva? Tú eres la protagonista de este evento.
Yui: Sí, ya estoy satisfecha.
Carla: Entiendo. Entonces haz lo que gustes.
Kou: ¡Gracias Eva!
Azusa: Soy muy feliz… gracias…
Yui: De nada. Verlos tan felices hace que valga la pena haber cocinado.
Yui: (En este lugar no solo han perdido sus recuerdos, sino que ahora sus relaciones familiares se han vuelto extrañas…)
Yui: (Sin embargo, esta vez parece que todo está bien.)
Monólogo:
“No creo que la situación actual sea buena. Pero solo por ahora quiero apreciar este momento de paz.
Al ver a todos ser tan amables y alentadores mi soledad logró disminuir.”
[Capítulo 5]
[Masterpost]
¿Te gustan mis traducciones? Puedes apoyarme en ko-fi nwn.
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¡ATENCIÓN!:
Muy buenos días, les informamos que la editorial Salvat a hecho un rebajo de dotaciones abrumador de está colección, por lo cual nos hemos visto afectados desde la entrega #53 de la misma.
Por lo cual estaremos suspendiendo momentáneamente la distribución de esta misma, ya que el resurtido de dotaciones de está colección no está siendo suficiente para completar los pedidos de cada uno de ustedes clientes que iniciaron la colección con nosotros.
¡PERO!, no quiere decir que no la vamos a concluir, pasará lo mismo que con la colección de "Construye tus Autos de Carreras".
A finales del mes de Diciembre, estarán surtiendo los fascículos #53, 54, 55 y los que hacen falta para concluir está colección de Construye el Castillo de Hogwarts.
Por si gustan esperar a finalizar está colección con nosotros, con todo gusto tienen garantizada la finalización con nosotros, solo les pedimos un poco de paciencia en lo que está editorial Salvat, nos proporcione los números faltantes, si no, favor de hacerlo saber vía inbox.
Sin más por el momento, lamentamos los inconvenientes ocasionados por parte de esta editorial, que sabemos, siempre falla con sus colecciones, seguimos a sus órdenes con todo gusto, que tengan un excelente día e e inicio de semana.
ATTE: ADMINISTRACIÓN GENERAL.
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Tudo o que fizemos foi malfadar aquilo que um dia foi bom.
Ruminamos de mal a pior aquilo que era belo e legítimo.
Corrompemos nossa própria inocência por conveniência.
Lamentamos em silêncio a nossa falta de providência.
Nos destruímos enquanto sorríamos.
Rimos enquanto nossas lágrimas - por nossas bochechas- desciam.
Abrimos mão de tudo que acreditamos - um dia.
Desistimos de ser aquilo que nos competia.
Morremos.
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