Capítulo 10.-La cueva de las pruebas
A la mañana siguiente, Claire estaba desesperada porque no encontraba su más preciado tesoro que era su diario; lo buscó desde la cocina hasta las habitaciones; lo que ella no se había dado cuenta es que este estaba guardado dentro de un baúl en el ático y que tres adolescentes por curiosos lo tomaron y lo leyeron sin siquiera pensar en las consecuencias y que tarde o temprano, la abuela comenzaría a buscarlo.
-No, No, No- esto no me puede estar pasando- Claire dijo entrando en pánico haciendo que su esposo, Madeline y Rosemary fueran a socorrerla.
-¿Qué sucede, abuela?- Madeline preguntó.
-No encuentro mi diario- Claire respondió al tiempo que seguía buscando. –estoy segura de que lo dejé por aquí-.
-con más calma, mujer. Vas a despertar a los niños-.
-Nosotras ya despertamos, abuelo- Rosemary respondió con suavidad. –si quieres te ayudamos a buscarlo-.
-gracias, mis niñas- Claire dijo con alivio. –Estoy perdida sin mi diario; en él se guardan todos mis secretos y nadie más debe saber sobre ellos-.
-Intenta hacer memoria- Madeline inquirió. -¿Cuándo fue la última vez que escribiste en él y en donde lo guardaste?-.
-fue después de la desaparición de Stanley- Claire explicó. –Desde ese día no volví a escribir nada en esas páginas; estaba tan deprimida que no le encontraba sentido a la vida y la primera vez que me sumí en una profunda tristeza fue cuando perdí a mi hermana Agatha para siempre-.
-¿Recuerdas en donde lo guardaste?- Rosemary quiso saber.
-Recuerdo que lo guardé en el baúl que está en el ático bajo llave precisamente para que estuviera seguro-.
-entonces ahí debe estar- Henry respondió con tranquilidad. –nadie sube a ese ático a excepción de ti y Evangeline-.
-No lo entiendes, Henry; acabo de subir al ático y no está ahí- Claire dijo angustiada. –lo único que encontré dentro del baúl fue mi vestido de novia y un álbum de fotografías-.
-¿estás pensando que Evangeline pudo subir al ático?- Madeline añadió.
-Evangeline limpió el ático- Claire recordó. –ahora lo recuerdo; pero dudo que ella haya tomado el diario sin permiso-.
-todavía no lo sabemos; de todos modos todavía hay que seguir buscando- Rosemary apuntó. –ba a aparecer.
Claire simplemente asintió y se dispusieron a buscar el famoso diario esperando lograr encontrarlo por mar y tierra; por otra parte, el perrito despertó totalmente confundido mirando a todos lados y dándose cuenta de que en realidad estaba en la cama de su hermana mayor humana y tenía cobijas encima, pero a quien no veía era a ella y comenzó a ponerse inquieto.
-¿Evangeline?- el pequeño inquirió sacudiéndose para que la cobija se resbalara de su pelaje y se estiró antes de comenzar la búsqueda de su hermana; hasta que no muy lejos la vio dormida en el sillón con el libro de Matilda contra su pecho. -¿qué haces ahí?-.
-Mm?- Evangeline inquirió abriendo los ojos e incorporándose. –hola, amigo; ¿dormiste bien?-.
-sí, gracias- el niño dijo acercándose a ella. -¿enserio te dormiste en el sillón?-.
-sí- Evangeline dijo colocando el libro a un lado de ella. –creo que sí, afortunadamente no me dio tortícolis- el perrito frunció el ceño en confusión. –no importa yo…estabas profundamente dormido y no te quería interrumpir el sueño. Además…me quedé despierta toda la noche leyendo “Matilda”-.
-creí que era una película-.
-fue antes un libro- Evangeline respondió. –ven aquí- el perrito subió al sillón a un lado de su hermana. -¿ya te sientes mejor?-.
-esa canción…la que cantaste cuando yo estaba asustado por culpa de la tormenta…es muy bonita. Gracias-.
-se la enseñó nuestra bisabuela a mamá y ella me la cantaba todas las noches antes de dormir…recuerdo que cuando yo tenía pesadillas…mamá me tranquilizaba con el sonido de su voz al entonar esa melodía-.
-¡No está! ¡mi diario no está!- una voz femenina sonó histérica en la planta baja de la casa y eso alertó a los dos niños.
-¡oh, oh!- Evangeline exclamó.
-¡El diario!- el pequeño exclamó también y después miró a su hermana. -¿y ahora que hacemos? Si la abuela se entera de que nosotros…o más bien que tú tomaste el diario nos va a fusilar-.
-A ver…déjame pensar- Evangeline dijo en tono pensativo. –no hay razón para que a los dos nos dé un ataque de nervios. Okey, ¿’qué puedo hacer?- ella se llevó los dedos a los labios y tamborileó.
-¡MI DIARIO TIENE QUE ESTAR EN ALGUNA PARTE! ¡NO PUDO HABER SALIDO VOLANDO! ¡QUIERO MI DIARIO AHORA MISMO!-.
-abuela, tranquila-.
-No puedo estar tranquila si mi diario no aparece-.
-Evangeline…corre. Ahora sí está realmente enojada- Stanley dijo nervioso.
-No me presiones, estoy pensando. Evangeline argumentó. –tú tienes la culpa-.
-¿qué? Yo no fui el que tomó el diario-.
-pero tú me metiste la curiosidad desde un principio.
-ese no fui yo; fue Anabel. ¿Te acuerdas que cuando subimos al ático ella estaba leyendo el dichoso diario?- el niño le recordó a su hermana. –En momentos así me gustaría ser un niño y no un perro-.
-¿para qué? ¿Para qué te salgas con la tuya? Jaja…ah no, mi chavo- Evangeline dijo en tono sarcástico.
-No me refería a eso. Era para ayudarte a buscar el diario- él dijo en un tono que sonaba demasiado obvio.
-No soy tonta, Stanley. Estoy tratando de pensar- Evangeline dijo reflexionando. –si no hubiera regresado por el diario al ático, se hubiera quedado dentro del baúl y ahora no estaríamos en grave problemas-.
-si…excepto que hay un gran problema…-.
-El hubiera no existe- ambos hermanos replican al unísono.
-¡Evangeline! ¡Stanley!!!- Claire volvió a preguntar.
-Ya voy a preparar mi funeral.
-Ay, no seas tan dramática. No es el fin del mundo.
-sí, para ti- Evangeline dijo poniéndose nerviosa. –no se me ocurre nada-.
-¡ya sé!- el perrito dio un brinco. –yo la distraigo mientras tú vas al ático y pones el diario donde estaba. Así nadie se va a dar cuenta de que desapareció desde un principio-.
-hermano mío… ¿se te olvidó que eres un can?-.
-¿y eso qué?- Stanley dijo. –puedo distraerla-.
-puede resultar pero…si trabajamos juntos- Evangeline lo miró. -¿estás conmigo?-.
-siempre- el pequeño contestó y él estrechó su pata con la mano de su hermana llegando a un mutuo acuerdo.
-¡LES JURO QUE SI NO BAJAN EN ESTE INSTANTE!!-.
-Claire, ¿quieres tranquilizarte?- Henry la llamó.
-¡Tú no sabes lo importante que es mi diario; ahí tengo toda mi vida!!-.
Los dos chicos, uno siendo un perro y la otra siendo humana bajaron corriendo las escaleras con la intención de controlar el alboroto de su abuela; quien de ser dulce y compasiva se convirtió en el increíble Hulk en cuestión de segundos y todo por culpa de un diario que no aparecía en ninguna parte; pero claro…el misterio estaba a un paso de resolverse gracias a Evangeline y Stanley que habían logrado llegar a un mutuo acuerdo.
-¡Si esos niños no aparecen en quince minutos estarán en graves problemas!!-.
-Hola!!!- Evangeline dijo efusivamente.
-¿EN DONDE ESTABAN?- Claire exigió.
-um…pues… ¿en el cuarto?- Evangeline respondió y el perrito llamó su atención rascando su pierna con su pata. -¿qué?- ella volteó a verlo.
-¿en qué habíamos quedado? Ya estás cambiando todo el plan.
-esa es sólo la introducción- Evangeline le respondió en el mismo tono. –Yo te voy a dejar todo el protagonismo-.
-¡Hola! Aún seguimos aquí- Madeline respondió. –la abuela está histérica porque no encuentra su diario y ustedes dos están secreteándose como si no hubiera nadie-.
-um…- Stanley susurró nervioso. –pues…nosotros…-.
-a mí no me engañan, jovencito- Claire dijo molesta. –Es claro que algo me están ocultando y nadie se va a mover de esta habitación hasta que me digan que hicieron con mi diario-.
-Stanley…tiene una canción que quiere cantarles. ¿No es así, hermanito?- Evangeline dijo mirando al perrito.
-¡sí!- él inmediatamente respondió y luego miró a su hermana. -¿la tengo?-.
-¿Recuerdas “Mi piquito de oro” esa está linda y estoy segura de que a los abuelos, a Rose y a Maddie les encantará escucharte cantar- Evangeline dijo con orgullo. –mi niño es súper talentoso- ella añadió guiñándole un ojo al perrito, el cual captó el gesto al instante y se dirigió hacia las escaleras para el ático.
-Un momento, jovencita; ¿y tú a dónde vas?- Henry inquirió con sospecha.
-olvidé algo en el ático- Evangeline dijo corriendo escaleras arriba sujetando el diario de su abuela firmemente bajo el brazo.
-¿con que sabes cantar?- Claire dijo mirando al perrito-.
-sí, abuelita- la música es el lenguaje para el alma y…a mí me apasiona- el niño dijo con emoción. –Al cantar puedo expresar lo que siento y transmitirlo-.
El perrito fue hacia un rincón por una guitarra que estaba colocada en su sitio (la guitarra de su hermana) y regresó al vestíbulo en forma humana, con un sombrero y traje de vaquerito al comenzar a cantar. Sus rasgos eran mexicanos y era muy lindo físicamente. Pero el siguió en lo que estaba y cantó con el alma.
[Stanley]
Yo tengo un amorcito que la quiero más que a mi vida
por ella me muero y sabe bien que es mi consentida
a ella le digo con cariño mi piquito de oro
le gusta que la bese y que le diga mi lindo tesoro
ahi viene, mi piquito de oro
ahi viene, a darme sus amores
ahi viene, mi piquito de oro
ahi viene, mi lindo tesoro
[Acto seguido el sacó a bailar a su abuela y a sus primas quienes confundidas lo miraban ya que ahora un niño. La música mariachi sonaba de fondo en la habitación mientras el
pequeño cantaba]
Yo tengo un amorcito que la quiero mas que a mi vida
por ella me muero y sabe bien que es mi consentida
a ella le digo con cariño mi piquito de oro
le gusta que la bese y que le diga mi lindo tesoro
ahi viene, mi piquito de oro
ahi viene, a darme sus amores
ahi viene, mi piquito de oro
ahi viene, mi lindo tesoro
Henry miraba sin palabras como su nieto cantaba y sonreía mientras bailaba con su abuela
y sus dos primas. Él hizo una pausa y tocó la guitarra mientras lanzaba un grito de mariachi.
Mientras tanto, Evangeline se apresuró a guardar el diario dentro del baúl y cerrarlo bajo
llave antes de colocar la llave en la mesa y abandonar el ático para dirigirse al vestíbulo.
Cuando regresó, todo había vuelto a la normalidad y Stanley nuevamente era un
cachorrito...el problema es que Henry, Claire, Madeline y Rosemary se habían quedado
inmóviles como estatuas. ¿¡qué había pasado aquí?!.
-¡Stanley!- Evangeline llamó a su hermano al tiempo que bajó corriendo las escaleras tras haber vuelto a colocar el diario nuevamente en su lugar.
-aquí abajo- El pequeño respondió y su hermana miró al perrito-
-¿qué pasó?- Evangeline inquirió confundida. -¿por qué todos están estáticos como estatuas? Se supone que los estabas distrayendo-.
-estaba cantando y de la nada me convertí en un niño- Stanley explicó. –y entonces mientras cantaba saqué a bailar a nuestra abuela, a Rosemary y a Madeline. Ellas me miraron raro porque mágicamente ya era un muchacho y no un perro…y que ni se diga del abuelo…él tampoco podía creerlo-.
-¿te convertiste en humano?- Evangeline dijo con los ojos abiertos como platos. –no puedo creer que me lo haya perdido- ella saca una fotografía del bolsillo de su chaqueta de mezclilla y se la muestra al perrito. –Encontré esta foto cuando estaba en el ático; eras tú de recién nacido-.
-guau- Stanley exclamó. –pero…si yo era…o soy así en la foto; ¿entonces por qué me convertí en un niño proveniente de México?-.
-a ver…no sólo te convertiste en un niño… ¿sino que aparte cambiaste de nacionalidad?- el perrito simplemente asintió. –eso es mágico y un poco raro al mismo tiempo. Seguramente eras muy lindo-.
-gracias, pero soy un perro otra vez- el cachorro se lamentó. –Creo que prefería quedarme como un niño aunque fuera de México-.
-Stan…la respuesta de por qué te convertiste en un chico Mexicano de trece años aficionado a la música ranchera es porque tú amas ese género. Llevas sangre mexicana en tus venas gracias a nuestros bisabuelos- Evangeline explicó. –en mi caso; mi cantante favorito es Phil Collins…así que seguramente me hubiera convertido en una chica británica. Aunque…la verdad me hubiera gustado verte en el momento en que bailabas con nuestra abuela y primas. Pero me lo perdí porque estaba guardando el diario-.
-aun así eso no explica por qué toda nuestra familia está petrificada- Stanley dijo caminando cerca de Claire, Madeline y Rosemary-.
-pues hace un rato yo hice…esto- Evangeline añadió con un chasquido de dedos. –Cuando recordé de que tenía que colocar la llave sobre la mesa-.
-¿Hola?- Rosemary preguntó tímidamente mirando a todos lados.
-Me siento extraña- Claire dijo tocándose la frente. -¿qué pasó?-.
-Hola, abuela- Evangeline dijo acercándose a ella y miró a los demás. -¿todos están bien?-.
Algo muy raro pasó- Henry continuó. -sólo recuerdo que cuando Stanley comenzó a cantar...él era un niño y no un cachorro. Incluso hasta bailó con tu abuela y tus primas pero...parecía que mis pies se quedaron plantados en el suelo porque no me podía mover. Y de la nada...todos nos convertimos en estatuas-.
-¿tú sabes lo que pasó?- Madeline quiso saber. -fue todo tan confuso que ya perdí la noción del tiempo-.
-si se los digo jamás me creerían- Evangeline respondió. -además yo ni estaba aquí-.
-a donde fuiste, querida- Claire preguntó. -no te vi en ninguna parte-.
-fui al ático a asegurarme de que todo estuviera en orden. Y tu diario...está en el baúl...donde debe estar- Evangeline respondió. -por si lo estabas buscando-.
-gracias, linda- Claire respondió aún confundida.
-de nada- Evangeline contestó en un tono condescendiente tratando de quitar la tensión en el ambiente. -Todo se trata de precisión- ella añadió chasqueando los dedos una vez más y todos volvieron a quedarse estáticos a excepción de Stanley. -¿hola? ¿Siguen ahí?-.
-Hermana, creo que volvieron a congelarse- Stanley replicó. -¿volviste a hacer esa cosa con los dedos?-.
-¿te refieres a chasquear?- Evangeline preguntó afirmando con un chasquido y todo volvió a la normalidad.
-voy a buscar el diario- Claire simplemente dijo al tiempo que subía las escaleras y se dirigía hacia el ático sin nada más que decir.
-¿Alguien más sabe que está pasando aquí?- Henry miró fijamente a sus 3 nietos esperando una respuesta. -exijo una explicación y no nos moveremos de aquí hasta que uno de ustedes hable-.
-es difícil de explicar- Stanley comentó. -y en realidad es una larga historia-.
-me gustan las historias. Así que podré conciliar esta- el anciano dijo con solemnidad.
-tal vez quieras sentarte- Rosemary dijo con suavidad. -porque lo que estamos a punto de contarte es algo que cambiará tu vida para siempre-.
-tal vez no sea una buena idea- Madeline enfatizó y después miró al anciano. -abuelo, ¿me permites hablar con mis primos un momento? Es realmente importante-.
-ah, ya entiendo; son cosas de jóvenes que un anciano como yo no debe oír- Henry puntualizó. -pues déjenme decirles algo, niños; yo fui adolescente como ustedes y he vivido casi todas las experiencias de la vida-.
-a lo que Madeline se refiere, abuelo. Es que si te contamos la verdad...nada vuelva a ser lo mismo- Evangeline respondió. -concuerdo con ella y...ahora no es el momento de decirle-.
-tiene que saberlo- Rosemary añadió. -no podemos seguir ocultando cosas y menos la verdad-.
-¿entonces no me tienen confianza?- Henry inquirió con tristeza.
-No es eso- Madeline empezó a decir pero el anciano interrumpió.
-creo que ya escuché suficiente- Henry dijo dándose la media vuelta y se dirigió a su habitación a pintar, quedándose únicamente en la sala todos los primos.
-¿y por qué no le dijeron la verdad?- Rosemary inquirió. -ahora nos odia a todos por haberle ocultado las cosas-.
-no queríamos hacerle daño- Madeline respondió. -el abuelo ya ha sufrido bastante y...no se trata de romperle más el corazón-
-fue peor no decirle- Stanley añadió. -él se va a terminar enterando tarde o temprano-.
-Stanley, tú apenas eres un niño...y fuiste convertido en un perro-.
-Hace unos minutos él era un niño, Madeline; no lo olvides- Rosemary le recordó a su prima. -el bailó con nosotras y hasta con la abuela-.
-sí, pero...- Madeline volvió a balbucear.
-No hay peros- Evangeline dijo mirando a Madeline. -tú misma me dijiste que hay que hablar siempre con la verdad y en la familia no debe haber secretos. Tu problema es que tienes tanto miedo de que yo fracase en esta misión que tratas de hacer que todos actúen normal pero te equivocas-.
-Evangeline, ¿de qué estás hablando?- Madeline dijo confundida.
-de que tal vez no esté lista para la misión después de todo- Evangeline dijo mirando a todos fijamente.
-¿Qué? No. No puedes renunciar ahora- Madeline protestó. -el mundo te necesita-.
-¿El mundo o tú?- Evangeline inquirió. -yo siempre fui una chica normal, Madeline y...ahora que tengo poderes me cuesta mucho trabajo asimilar que soy un fenómeno y que soy la elegida para restaurar las fuerzas de la luz. Es mucho peso para mis hombros y no sé si pueda hacerlo, lo siento- ella se dio la media vuelta y se alejó de la sala con profunda tristeza, pensando en que después de todo ella no se sentía capaz de ser la heroína del cuento que salvaba a todos al final.
-¡No! ¡Esto no puede estar pasando! ¡Maldición!- Agatha rugió en furia dando un golpe con el puño una vez que la escena en la bola de cristal se desvaneció. –Te odio, Claire- tú y tu desagradable familia van a pagar por esto. Y no habrá nadie…¡¡ni siquiera mi insoportable sobrina, Evangeline…que vaya a arruinar mis planes!!- de un salto, ella se puso de pie y se dirigió al calabozo para darle una visita a Rosemary cuando se dio cuenta de que la celda estaba vacía y que los barrotes habían sido derribados y ahora se encontraban en el suelo. -¡No!!-.
Inmediatamente, Agatha rugió de furia y bajó corriendo las escaleras dirigiéndose al vestíbulo principal en donde los guardias continuaban bailando como si aún sonara la música.
-¿Qué diablos está sucediendo aquí? ¡Exijo una explicación ahora mismo!- la hechicera aulló en cólera pero los guardias estaban tan concentrados en el baile que ignoraban lo que su gran señora les decía. -¡Reaccionen, inútiles!- como los guardias continuaban con lo suyo, a Agatha no le quedó más remedio que deshacer el hechizo de la misma. -¡ALAKAZAM!-.
¡POOF! Tras pronunciar estas palabras, todos los guardias cayeron al suelo completamente exhaustos y atolondrados por lo que acababa de suceder, aunque claro; Agatha no estaba para nada contenta y en cuestión de segundos ellos estarían en graves problemas por la falta tan grande que acababan de cometer contra la emperatriz del mal, que así era como Agatha se hacía llamar a pesar de que nadie lo creía de ese modo.
-¡su eminencia!- Roger exclamó poniéndose de pie de un salto y con dificultad se acercó a su ama. –por favor le suplico que perdone nuestra actitud tan indecorosa, no es lo que cree-.
-¿Quiere alguien explicarme que espectáculo tan truhán acabo de ver? ¿y en donde están los niños?- Agatha dijo furiosa. –exijo saberlo de inmediato!-.
-se fueron, mi señora- otro de los secuaces explicó. –y fue tan rápido que ni nos dimos cuenta. Nosotros sólo estábamos bailando-.
-Entonces me estás diciendo…¡¿Qué TODO ESTE TIEMPO TODOS USTEDES ESTUVIERON PERDIENDO EL TIEMPO HOLGAZANEANDO Y DEJARON ESCAPAR A ESOS NIÑOS?!-.
-No, su prodigiosa majestad- Roger explicó tratando de calmar la furia de Agatha, quien se veía que estaba a punto de despotricar contra los guardias y en cualquier momento les iba a lanzar un maleficio. –Nosotros estábamos vigilando que los niños no escaparan y de la nada salió un cachorro parlante vestido de mariachi y empezó a cantar-.
-eso es ridículo- Agatha empezó a decir. –Ese pulgoso no puede tener poderes con su voz…a no ser…- ella añadió con una rabieta. –TODOS USTEDES SON UNAS INSERVIVIBLES CUCARACHAS!!! ¡NO SIRVEN PARA NADA! ¡NI PARA CUIDAR A UNOS MOCOSOS DE PREPARATORIA NI A SU MASCOTA!-.
-mi, señora…-Roger imploró cayéndose de rodillas. –por favor perdone nuestras faltas. No volveremos a tener otro descuido como este-.
-Más les vale que esta vez no me fallen- Agatha amenazó. –la próxima vez los convertiré en leña para mi chimenea. ¡¿LES QUEDÓ CLARO?! ¡AHORA FUERA DE MI VISTA!!- Los guardias sin excepción de ninguno, salieron huyendo como ratones asustados, al tiempo que Agatha planeaba otro ataque a Evangeline y a su familia; ella por ningún motivo iba a dejar que unos adolescentes estropearan su objetivo de esclavizar a la humanidad y acabar con la luz para siempre.
Madeline se sobresaltó repentinamente tras la visión que acababa de presenciar y se apresuró a buscar a su prima, pero al no encontrarla comenzó a ponerse nerviosa ya que no la encontraba por ningún lado hasta que encontró a cierto y lindo cachorrito, el cual no estaba nada contento con ella.
-Stanley...que bueno que te encontré. ¿Has visto a Evangeline? Es de vida o muerte que aparezca- Madeline dijo con nerviosismo.
-yo te diría en donde está mi hermana, pero como la presionaste salió corriendo a quien sabe dónde- Stanley dijo con sarcasmo. -cada vez que Evangeline y yo tratamos de pasar un buen tiempo juntos, llegas tú y lo echas a perder-.
-Stanley, por favor. Ahora no necesito que te enojes conmigo. Agatha...ella se dio cuenta de que nosotros rescatamos a Rosemary, los guardias despertaron de su trance y....
-pero, ¿cómo fue que se rompió el hechizo?- el perrito inquirió confundido. -se supone que cuando yo canté "El viajero" los guardias comenzaron a bailar sin parar-.
-Al parecer Agatha fue la que deshizo el encantamiento y todo volvió a la normalidad- Madeline explicó. -pero después de que ella se enteró de que nosotros rescatamos a Rosemary y escapamos...ahora está realmente furiosa y no descansará hasta acabar con todos...pero en especial con Evangeline y al ser su hermano...también quiere destruirte-.
-eso no suena nada bien- el cachorrito dijo entrando en nervios. -¿entonces eso también significa que Agatha me hará papilla?-.
-no si hacemos algo para detenerla primero. Todo va a salir bien, ¿de acuerdo, Stan? Tienes que confiar en mí.
-en momentos así me gustaría ser un niño- Stanley se lamentó. -no es divertido ser un perro parlante todo el tiempo-.
-encontraremos la forma de volverte humano, lo prometo- Madeline dijo mirando a su primo. -con más razón tenemos que resolver nuestras diferencias y trabajar en equipo-.
-¿en dónde podrá estar Evangeline?- el perrito dijo con preocupación.
-más bien tú ponte a pensar... ¿si fueras tu hermana, ¿adónde irías?
-¡El parque!- Stanley inmediatamente respondió y miró a su prima. -ven, Maddie. Tenemos que ir por mi hermana. Ella puede estar en peligro-.
-no si hacemos algo para evitarlo-. Madeline respondió colocándole una correa al perrito y ambos salieron por la puerta trasera. -andando-.
Evangeline continuaba caminando tranquilamente en el parque para tratar de despejar su mente un rato ya que tenía una gran responsabilidad de salvar al mundo por una antigua profecía y de la cual ella no podía dar marcha atrás; mientras caminaba pudo notar que cierta chica pelirroja se encontraba sentada en una banca y no dejaba de llorar; así que la joven decidió ayudarla.
-Bethany?- Evangeline preguntó acercándose a ella al reconocerla. -¿estás bien?-.
-hola, Evangeline- Bethany dijo enjugándose las lágrimas. -no sé cómo puedes estar hablando conmigo después de lo mal que te traté y después de haberte hecho la vida miserable-.
-porque muy en el fondo no eres una mala persona- Evangeline dijo sentándose a su lado. -y sé que...bueno...veo que has pasado por momentos muy duros. Yo tampoco fui justa contigo, Beth. Lo que te dije el otro día fue bajo y no te lo merecías-.
-créeme yo pienso que sí- Bethany dijo apenada. -fue la mejor manera de desquitarte por todos esos años de tortura que te hice pasar-.
-no hay rencor- Evangeline dijo con suavidad. -pero ahora me preocupas; sabes que puedes contar conmigo; tal vez no seamos amigas nunca más pero...-.
-estoy embarazada- Bethany dijo rompiendo en llanto y colapsó en brazos de Evangeline; quién la abrazó inmediatamente.
-oh Dios mío- Evangeline exclamó horrorizada. -Bethany...-.
-yo no quería esto, Evangeline- Bethany sollozó. -yo...no estoy lista para ser mamá. Tengo diecisiete años y...cuando mis padres se enteraron ellos...me echaron a la calle-.
-¿y a dónde irás?- Evangeline dijo con preocupación. -no puedes andar en la calle tú sola y con un bebé. ¿Dónde está el padre? ¿No debería estar contigo?-.
-Jeffrey dijo que él ya tenía otras cosas en que pensar y que...lo sentía pero que él tenía otra familia y yo sabía a lo que me enfrentaría cuando salí con él- Bethany explicó avergonzada. -fui tan ingenua y tonta por dejarme manipular por él-.
-¿te metiste con un hombre casado?!- Evangeline dijo horrorizada. -Bethany, eso estuvo mal. Tienes suerte de que su esposa e hijos no se enteraran-.
-eso no fue lo peor; Jeffrey nos daba clases hace unos días hasta que...toda la escuela se enteró de que él embarazó a una estudiante y lo despidieron- Bethany continuó.
-ERA NUESTRO PROFESOR DE CIENCIAS?! Bethany... ¿en qué estabas pensando?!- Evangeline exclamó horrorizada y al ver que la pelirroja rompió en llanto una vez más, decidió consolarla. -escucha...yo no soy nadie para juzgarte pero..tienes que afrontar las consecuencias y madurar. No podemos cambiar el pasado pero...podemos aprender de él y seguir adelante. Lo que te hizo nuestro maestro fue algo muy vil y bajo pero también reconoce que tú también tocaste fondo y ahora debes aprender de tus errores para no volver a cometerlos. Es así como uno se vuelve auto suficiente-.
-¿por qué eres tan buena conmigo después de lo mala que fui contigo? No lo entiendo- Bethany dijo con tristeza. -¿no me odias?-.
-yo nunca podría odiarte, Beth. Recuerda que fuimos las mejores amigas en la primaria- Evangeline respondió. -yo voy a estar ahí para ti siempre-.
-gracias, Evangeline- Bethany exclamó poniéndose emocional y abrazó a la chica. -te lo agradezco de verdad. No merezco tu amistad después de todo el daño que te hice- ella añadió rompiendo en llanto. -¿por qué haces esto?-.
-porque la bondad siempre triunfa y...todo lo bueno que uno hace en este mundo tiene su recompensa- Evangeline respondió con suavidad. -no estás sola, Bethany-.
Bethany no dijo nada y continuó llorando amargamente en brazos de su amiga; todavía no eran las mejores amigas pero poco a poco llevaba un proceso. Lo que ellas no se daban cuenta es que Adam iba caminando en el parque y observaba con curiosidad como su novia estaba consolando a su archienemiga y eso lo confundía bastante; aunque después observó que Bethany estaba desconsolada y lo que necesitaba ahora era una amiga.
-¿qué pasa aquí?- Adam dijo con curiosidad haciendo que las chicas rompieran el abrazo y ambas miraran al chico un poco apenadas; Bethany inmediatamente se enjugó las lágrimas y aclaró su garganta para que el muchacho no sospechara de que ella estaba llorando.
-Adam! Hola, cariño- Evangeline saludó caminando hacia él y recibiéndolo con un beso en los labios.
-Hola, hermosa- Adam respondió con una sonrisa y luego miró a la pelirroja seriamente. –Bethany-.
-yo…ya me iba de todas formas- ella simplemente respondió con tristeza. –te veré luego, Evangeline-.
-adiós, Beth- Evangeline le respondió en el mismo tono y suspiró al ver como la chica se alejaba del parque en silencio, antes de voltear a ver a su novio un poco, más bien sacada de onda por lo que acababa de pasar. –amor, ¿qué fue eso?-.
-¿qué quieres decir?-.
-no te hagas el chistoso, sabes bien de que estoy hablando. Hasta Bethany se incomodó- Evangeline dijo con petulancia. –sé que la odias pero no tenías que ser tan obvio-.
-no la odio; simplemente no me agrada; ¿ya olvidaste por todos esos momentos de tormento que ella te hizo pasar? ¿y ahora la abrazas como si fuera tu gran amiga? El que está confundido en este momento soy yo, Evan. ¿Por qué de repente sientes lástima por Bethany si ella te ha hecho de tu vida un infierno?-.
-nadie es perfecto, Adam. Hasta yo cometo errores y casi todo el tiempo. Stanley odia cuando me desmayo pero no puedo evitarlo porque soy muy nerviosa y no sé reaccionar de otra forma-.
-y tu punto es…-.
-que todos metemos la pata en cierta forma y por lo tanto tenemos que afrontar las consecuencias de sus actos. El Karma es sabio y sabe cómo dar la lección para aquellos que hacen ya sea las cosas bien o mal. A lo que me refiero es…que tú sabías desde un principio que Bethany y yo éramos las mejores amigas en la primaria y sí, entramos en la secundaria, ella se volvió popular y empezó la tortura…pero ella en el fondo jamás fue mala. Y…lo que acaba de sucederle no fue algo que yo quisiera que le pasara…fue el karma que decidió castigarla por todo lo malo que ella hizo y…ahora tiene que enfrentar la vida siendo madre soltera- el muchacho trató de hablar pero Evangeline alzó una mano para detenerlo. –Bethany cometió el error de involucrarse con nuestro profesor y resultó que las cosas le salieron mal-.
-¿Bethany está embarazada de nuestro profesor?!- Adam exclamó y Evangeline inmediatamente le tapó la boca para que no llamara la atención y causara una gran escena que incomodara a los espectadores o atrajera la mirada de los chismosos.
-shh- Evangeline susurró discretamente. –no se trata de que se lo anuncies a medio mundo. Esto es algo muy delicado y no debes de juzgar a Bethany. Ella está consciente de que hizo algo incorrecto pero…al fin y al cabo es su vida y ella es libre de vivirla como quiera-.
-tienes razón; ahora que lo dices me siento terrible por Bethany. ¿cómo es que eres tan linda y tan lista al mismo tiempo?- Adam interrogó a su novia y ella simplemente se encogió de hombros, así que él simplemente se limitó para darle otro dulce beso. –a propósito…¿qué haces aquí en el parque tan sola?-.
-necesitaba tiempo para pensar- Evangeline confesó. –han pasado tantas cosas estos últimos días que…me sentido muy estresada y…quiero tener un momento como persona normal, como lo era antes. Francamente, todo ha pasado tan rápido que necesito descansar-.
-Lamento no haber estado ahí para ti. Soy el peor novio del planeta-.
-No digas eso. Entiendo que tienes otras responsabilidades; protegerme y aparte tú y Anabel son viajeros en el tiempo- Evangeline contestó. –además eres tan lindo que jamás me podría enojar contigo. Bueno…por unos minutos puedo enojarme y luego luego se me pasa el enojo- ella añadió besándolo en la frente. -¿y tú qué me dices? ¿qué haces en el parque?-.
-te estaba buscando porque no hemos pasado tiempo juntos; casi siempre estamos ya sea con tus primas, tus abuelos o con tu hermanito.
-Un minuto, ¿cómo sabes que Stanley es mi hermano?- Evangeline arqueó una ceja confundida. –hace unos días que pasó eso y tú ni siquiera estabas-.
-recuerda que somos los mejores amigos desde muy niños, amor. Estuve ahí cuando tu mamá estaba embarazada y también me enteré lo que Agatha le hizo a Stanley- Adam explicó. –pero, ¿sabes algo? Creo que no le agrado mucho a Stanley-.
-no es que no le agrades; es sólo que…tienes que entender que él es mi hermano menor y siente celos de que yo pase más tiempo contigo y no con él-
a lo lejos, Madeline estaba paseando en el parque con Stanley cuando ambos observan que Evangeline y Adam charlan casualmente e intercambian miradas, fue ahí cuando el cachorro empieza a lanzar una mirada asesina. –quieto-.
-no puedo evitarlo, lo siento. Tengo que proteger a mi hermana de ese psicópata- Stanley dijo con firmeza.
-¿qué? Piensas que Adam le va a hacer daño a Evangeline? Stan…conoces a Adam; él y tu hermana han sido los mejores amigos desde siempre aunque…su relación es diferente porque ahora son novios-.
-eso es asqueroso- Stanley dijo estremeciéndose. –con más razón tengo que alejarla de él-.
-hay cosas que aún no entiendes porque eres un niño- Madeline dijo tranquilizándolo. –así que no es bueno que quieras estrangular a Adam todavía. Además, no serías capaz de hacerlo. Eres muy noble-.
-si un zopenco quiere quitarme a mi hermana, soy capaz de hacer lo que sea para alejarlo de ella, Madeline. Y tengo unos cuantos trucos bajo la manga para espantarlo- el perrito dijo con una sonrisa pícara.
-ahora no. La prioridad es encontrar a tu hermana y llevarlos a un lugar seguro para que estén a salvo de los ataques de Agatha- Madeline dijo tratando de hacer razonar al niño-
-Pero…
-Stanley…-.
-¿Ni siquiera una pequeña travesura?
-no, jovencito- Madeline dijo con suavidad. –Tenemos que acatarnos al plan-.
-bueno…si tú lo dices- Stanley dijo y luego bajó un poco el tono de voz para que sonara como un secreto. –Pero luego pensaré en un plan para vengarme de Adam-.
-No creas que no te escuché-
-No es justo- El perrito dijo con tristeza.
-prioridades, Stanley- Madeline repitió. –Ya tendrás tiempo para hacerle travesuras al novio de tu hermana-.
El pequeño can no dijo nada y se dispuso a obedecer a su prima, aunque muy en el fondo moría de ganas por hacerle travesuras a Adam con tal de proteger a su hermana, y aunque no quisiera admitirlo el niño; tal y como Madeline lo había dicho…lo que sentía Stanley eran celos. Y no era el único que también los sentía, ya que al principio, tampoco Henry aprobaba que Adam cortejara a su nieta a pesar de que fuera un buen chico.
-En fin…Stanley no está aquí ahora. Así que podemos estar a solas- Adam dijo tomando la mano de su novia y la miró a los ojos.
-Eso es lo que tú crees- Stanley dijo con picardía.
-Stanley…- Madeline le advirtió.
-ya sé, ya sé- el pequeño dijo volteando los ojos. -¿podemos buscar a mi hermana y salir de aquí?-.
-sí, pequeño- Madeline respondió. –y descuida…sé que ya quieres volver a ser un niño, así que encontraremos el antídoto para romper el hechizo-.
-bueno… ¿y qué quieres hacer?- Evangeline quiso saber cruzándose de brazos al tiempo que coqueteaba con su novio. –es un día muy agradable como para dar un paseo romántico, ¿no crees?-.
-yo tengo una idea mejor- Adam añadió y comenzó a cantar sin dejar de mirar a su novia todo el tiempo y sin soltar sus manos.
[Adam]
Es por ti que veo ríos
Donde sólo hay asfalto
Es por ti que hay océanos
Donde sólo había charco
Evangeline sonríe y se une a la canción. Los dos comienzan a caminar por el parque mientras cantan e intercambian miradas; lo que ellos no se dan cuenta es que Madeline y Stanley atestiguan esto.
[Evangeline]
Es por ti
Que soy un duende cómplice del viento
Que se escapa de madrugada
Para colarse por tu ventana
[Adam]
Es por ti que no hay cadenas
si sigo el ritmo de tus caderas.
Es por ti que rozo la locura
cuando navego por tu cintura.
[Adam y Evangeline]
Es por ti que soy un duende
cómplice del viento
[Adam]
que se escapa de madrugada
[Evangeline]
Que se escapa de madrugada
[Adam]
Que se escapa de madrugada
[Adam y Evangeline]
para colarse por tu ventana.
Adam:
Y decirte…
[Adam y Evangeline]
Tus labios son de seda,
tus dientes del color de la luna llena,
tu risa la sangre que corre por mis venas,
tus besos la tinta de mis versos,
siempre te cuentan.
Oh, oh, oh…
Stanley no logra evitar sentir emoción al escuchar a su hermana cantar, pero luego voltea los ojos cuando Adam canta con ella. Aún así, Madeline lo carga para que él no trate de arruinar el momento con travesuras.
[Adam]
Es por ti que veo ríos
Donde sólo hay asfalto
[Evangeline]
Es por ti que hay océanos
Donde sólo había charco
[Adam]
Es por ti
Que soy un duende cómplice del viento
Que se escapa de madrugada
[Evangeline]
Que se escapa de madrugada
[Adam]
Que se escapa de madrugada
[Adam y Evangeline]
Para colarse por tu ventana
[Adam]
Y decirte…
[Adam y Evangeline]
Tus labios son de seda,
tus dientes del color de la luna llena,
tu risa la sangre que corre por mis venas,
tus besos la tinta de mis versos
que siempre te cuentan.
Oh, oh, oh…
siempre te cuentan.
Justo al terminar de cantar, tanto Adam como Evangeline se inclinaron el uno hacia el otro; la chica rodeó sus brazos alrededor del cuello del chico y comenzaron a besarse apasionadamente; Madeline sonrió al ver la tierna escena, pero cierto jovencito no reaccionó del mismo modo.
-¡NO!- Stanley gritó al ver a su hermana besuqueándose con Adam y cerró los ojos fuertemente. –Ahh!!! MIS POBRES OJOS!! ¡ESTO QUEMA!!! ¡MIS OJOS!!-.
-Stanley, tranquilo. Ya pasó- Madeline dijo cuando vio que Adam y Evangeline partieron el beso debido al grito de horror del perrito interrumpiendo su momento.
-acabo de quedar traumado; jamás lo superaré. ¡Es lo más asqueroso que he visto en mi vida! ¡Alguien écheme agua bendita!- el niño continuó gritando horrorizado.
-¿le pasa algo?- Adam dijo al tiempo que él y su novia se acercaban a Madeline, quién seguía sujetando al atolondrado cachorro parlante.
-¿Pues tú que crees? ¿Ya te sientes caníbal para que quieras comerte a mi hermana?- Stanley replicó indignado. –nada más inténtalo y te daré una buena paliza-.
-Stan…tranquilo- Evangeline dijo levantando al perrito del suelo-
-¡Evangeline, bájame! Aún no he terminado con él- Stanley dijo forcejeando. –voy a darle una buena mordida. Si fuera un niño yo…-.
-Amiguito, no quiero problemas- Adam contestó. –y no entiendo porque estás tan repentinamente molesto conmigo. Yo no te he hecho nada-.
-¡Quieres quitarme a mi hermana! Eso me hace detestarte; antes me agradabas pero ahora no-. Stanley replicó. –acabo de recuperar a mi hermana y no voy a dejar que me la quites-.
-Evangeline es mi novia. Tengo todo el derecho de verla y de estar con ella- Adam se defendió. –yo la amo, Stanley; y tú sólo eres un niño-.
-Mi abuelo tampoco estaría de acuerdo. Si le digo que tratas de robarte a mi hermana él va a sacar su escopeta y te va a disparar- Stanley dijo. –yo le voy a decir que te persiga-.
-oigan…- Evangeline trató de decir pero Stanley y Adam seguían discutiendo.
-Henry nunca me dispararía. Sé que yo no le agradó mucho pero sería incapaz de matar a alguien-.
-Obvio que mi abuelo no asesinaría personas. Lo dije en sentido literal, menso- Stanley continuó. –pero él puede prohibir que vuelva a ver a mi hermana-.
-Oigan…- Evangeline volvió a decir pero los chicos continuaban con su desacuerdo.
-No creo que te escuchen, Evan- Madeline le dijo a su prima. –Los chicos son tan orgullosos y obstinados que no escuchan-.
-Eso ya lo veremos- Evangeline dijo colocando a Stanley en el suelo pero el perrito seguía provocando a Adam.
-Bueno…¿y cuál es tu problema? Tú sólo eres un chiquillo atrapado en el cuerpo de un can. Yo soy humano y te llevo la ventaja del mundo-.
-¡Retráctate!- Stanley dijo furioso.
-Tú empezaste, Stanley. Así que no empieces a actuar como un cachorro asustado.
-¡No soy un cobarde!.
-Claro que sí. Te refugias bajo la sombra de tu hermana que…-.
-¡CÁLLENSE!- Evangeline finalmente gritó en frustración y cargó al cachorro en brazos para dárselo a Madeline; después se acercó a Adam y le dio una cachetada.
Repentinamente; todos se quedaron mudos ante el tono de enojo y autoridad con el que Evangeline se había dirigido a su hermano menor y a su novio; pero en cierto modo se lo tenían merecido por el espectáculo que acababan de montar en el parque.
-De acuerdo. ¡ya fue suficiente!- Evangeline refutó furiosa. –vamos a resolver esto como adultos-.
-pero yo soy un niño…-.
-¡cállate!- Evangeline le reclamó a su hermano y luego los miró fijamente. –ya me hartaron los dos. Esto se termina aquí y ahora. Me van a escuchar y se van a callar la boca-.
-¿pero por qué estás enojada?- Adam protestó tocándose la mejilla. –tu hermano fue el que empezó todo…-.
-¡No es cierto!-.
-¡Que se callen!- Evangeline volvió a gritar. -¿qué parte de cállense no fue la que entendieron? Ya no los quiero oír; yo voy a hablar y ustedes van a callarse- la chica tomó una gran bocanada de aire y miró a su prima; que seguía sosteniendo al perrito en sus brazos. –ay, Maddie; perdón ya me estaba olvidando de que estabas aquí-.
-No te preocupes; entiendo perfectamente tu frustración- Madeline dijo colocando a Stanley en el suelo y miró finamente a los dos chicos. –yo sólo voy a decir una cosa y los dejo a solas para que los tres hablen tranquilamente sin pelear. Adam, tienes que entender que Stanley acaba de recuperar a su hermana, y si quiere pasar tiempo con ella; entonces así va a ser y tú no tienes por qué impedirlo; sabemos que Stanley apenas tiene trece años-.
-Mi cumpleaños es en tres semanas- Stanley añadió.
-¿ya terminé de hablar?-.
-No-.
-Gracias. Ahora como iba diciendo…Stanley es aún muy joven para entender ciertas cosas de la vida pero aun así él está aprendiendo y tú necesitas ser cuidadoso con tus palabras, Adam. Porque tiendes a lastimar sin darte cuenta…y la verdad las palabras pueden entrar a tu corazón como una filosa espada y apuñalarte. Stan…tienes que entender que tu hermana ya es mayor y tiene derecho a vivir su vida como a ella le plazca- Madeline continuó. –De acuerdo…ahora los dejo solos para que hablen y traten de no provocar una escena que cause que los demás se acerquen- ella se dio la media vuelta y decidió dar un paseo por el parque para tomar aire fresco.
Una vez que los chicos y el perrito se quedaron completamente a solas ya que Evangeline hablaría seriamente con ellos sobre el altercado que sucedió y en en el cual ella estaba involucrada, aunque claro que ella nunca había participado en la pelea pero lamentablemente le había tocado ser testigo.
-Muy bien; ahora sí me van a escuchar- Evangeline dijo cruzándose de brazos. –jamás me había sentido tan humillada como hace unos minutos. Adam, después de hoy no quiero verte en un mes-.
.Amor, no puedes hacerme esto. No puedo alejarme de ti- Adam confesó. –no importa lo mucho que estés enojada conmigo y supongo que me merecía esa cachetada; pero…la vez que intenté estar separado de ti fue un calvario-.
-Por Dios, Adam; deja de ser tan melodramático y entiende que a veces necesito mi espacio. Estoy realmente enojada contigo y no te hagas el inocente porque sabes muy bien lo que hiciste; atacaste a mi hermano verbalmente en mi cara-.
-¡Pero si fue él quien empezó, Evangeline!- Adam protestó. –él se puso celoso desde un principio porque no quiere que salga contigo-.
-¡Porque quieres quitarme a mi hermana!- Stanley finalmente habló. –Ella es la única de mi familia que todavía me queda y todavía me la quieres quitar- él añadió con frustración y se le hizo un nudo en la garganta. –Tú no sabes lo que es sufrir una pérdida-.
-Stanley…perdóname si te hice pensar que quiero arrebatarte a Evangeline y más aún si la acabas de recuperar- Adam dijo con tranquilidad. –créeme que eso es lo que menos quiero-.
-Pero de alguna forma lo haces- Stanley replicó lloroso. –cada vez que quiero estar con mi hermana llega alguien y lo arruina. Primero fue Agatha, después Madeline y ahora tú también quieres quitármela- Evangeline y Adam se quedaron callados y decidieron escuchar al pequeño adolescente que pedía a gritos ser comprendido y sobre todo que él volviera a ser humano y el maleficio de Agatha se destruyera por completo. –fui separado de mis padres al nacer, secuestrado por una malvada bruja, convertido en un perro y estuve atrapado en la zona fantasma. Yo sólo quiero volver a recuperar mi vida y estar con mi familia y la única es Evangeline. Estoy cansado de ser un perro; llega un punto en que resulta ser frustrante porque no puedo realizar actividades como un adolescente; ¡ya he perdido todo y no quiero perder a mi hermana también!-.
Cuando finalmente terminó de hablar; el pequeño rompió en llanto y su hermana lo estrechó en sus brazos; Adam suspiró y no supo que decir; después de haber presenciado una ola de emociones en un pequeño de trece años.
-Stanley, no sabía que te sentías así- Adam dijo apenado. –yo…no sé qué decir simplemente que…no era mi intención tratar de quitarte a tu hermana-.
-Hay algo que tienen que entender los dos- Evangeline dijo acariciando el pelaje del perrito mientras que él continuaba llorando. –yo tengo mi propia vida y no pueden elegir por mí. Yo soy la que tiene que seguir su camino; Adam, apenas recuperé a mi hermano y él no tiene a nadie más que a mí. También necesito pasar tiempo con él y debes aceptarlo; aunque pase tiempo con Stanley…no va a cambiar nuestra relación- ella añadió dándole un beso en los labios.
-Entiendo- Adam dijo acariciando su cabello. –y no debí de haber insultado a Stanley; debí de haberlo escuchado y comprendido. Y si quieres estar con tu familia…no me opondré a eso-.
-Gracias- Evangeline dijo tomando una gran bocanada de aire antes de mirar al cachorrito que deseaba más que nada en el mundo volver a ser un niño. –y Stanley; te prometo que no vas a perderme; siempre estaremos juntos no importa lo que pase. Pero…debes entender que tengo mi propia vida y tengo que vivirla. El hecho de que yo me convierta en adulta no significa que me voy a olvidar de ti; podrás contar conmigo siempre-.
-¿y qué va a pasar cuando te cases, o te tengas que ir a vivir a otro lugar? ¿y si te pasa algo? ¿quién te va a proteger?- Stanley preguntó con tristeza.
-yo soy la que te va a proteger, Stan- Evangeline dijo mirando al perrito. –realmente aprecio mucho que quieras protegerme, pero…yo soy tu hermana mayor. Y por lo tanto yo tengo que protegerte a ti; no al revés, ¿de acuerdo? Pero nos tendremos el uno al otro-.
Mientras tanto, Madeline continuaba caminando por el parque, cuando la oscuridad comenzó a arrasar con todo a su paso, haciendo que la gente saliera despavorida de terror, un aire frío resopló y las visiones apocalípticas de destrucción, hambre, miseria y dolor se veían con claridad; la joven inmediatamente reaccionó y tras haber activado un escudo de luz que no era muy duradero pero soportaba lo suficiente para que la oscuridad no se la llevara…fue corriendo a buscar a sus primos y a su amigo para advertirles del peligro y formular un plan para proteger a Evangeline y a Stanley.
-Maddie, ¿qué pasa?- Evangeline dijo al ver que su prima estaba agitada y tratando de recobrar el aliento y además su cara lucía mucho más pálida que de costumbre.
-tú y Stanley tienen que salir de aquí. Ahora- Madeline respondió extendiendo el escudo hacia ellos y cubriéndolos completamente. –no es seguro que estén aquí-.
-¿de qué estás hablando?- el pequeño dijo confundido.
-La oscuridad está destruyendo todo. Es obra de Agatha- Madeline explicó. –supo todo; supo que rescatamos a Rosemary, los guardias fueron liberados del hechizo y…también se enteró de la abuela…es realmente horrible. El escudo no resistirá mucho- ella añadió cuando la oscuridad en forma de varias flechas fue atravesando el escudo.
-no puede ser. Debe haber más tiempo; aún no hemos entrenado a Evangeline y Stanley no puede quedarse como un perro para siempre- Adam trató de hacer ver. –la oscuridad no puede estar destruyendo tan pronto-.
-tú y yo somos más poderosos y fuertes, Adam- Madeline explicó. –pero Evangeline es una novata y aún no ha desarrollado sus poderes, y Stanley es un niño. Debemos buscar un lugar seguro antes de que la oscuridad nos siga alcanzando-.
-no entiendo; ¿a dónde vamos a ir, Madeline?- Evangeline dijo mientras observaba como el escudo estaba a punto de ser destruido.
-Ustedes sí. Nosotros no- Madeline explicó.
-¿qué? ¿Es un chiste? No pueden enviarnos a mi hermana y a mí a no sé dónde- Stanley protestó. –yo acabo de estar en una dimensión desconocida y fue horrible. No quiero volver a tener que pasar por eso. ¿Por qué tú y Adam no vienen?-.
-Madeline y yo podemos lidiar con los hechizos de Agatha; pero tú y Evangeline tienden a ser más vulnerables- Adam explicó y comenzó a notar que la oscuridad se acercaba cada vez más a ellos. –ya no hay tiempo, tienen que irse ahora-.
-¡¿qué? ¡No!- Evangeline insistió mientras sujetaba al perrito. –no sabemos a dónde ir-.
-estarán a salvo- Madeline explicó y con magia hizo que los dos chicos entraran en un vórtice.
-¡ESPEREN! ¡NO SE VAYAN!- Stanley gritó pero repentinamente él y su hermana ya no se encontraban en el parque y ahora estaban afuera de una cueva; pero él se miró de pies a cabeza y descubrió ¡QUE ERA UN NIÑO DE CARNE Y HUESO!!!! Y después miró a todos lados completamente confundido. -¿qué pasó aquí? ¿En dónde estamos? ¡¿Cómo es que soy un niño?!-.
-¡Stanley!- Evangeline exclamó sorprendida al ver a su hermano con forma humana por primera vez y era el milagro más grande después de haberlo recuperado. -¡Dios mío, eres un niño! ¡Un niño de carne y hueso!- ella añadió con inmensa alegría y lo abrazó.
-¡Soy un niño!- Stanley reaccionó feliz y abrazó a su hermana; ambos chicos estaban en shock pero al mismo tiempo se sentían felices. -finalmente estamos juntos y...soy un niño otra vez- él volvió a abrazar a su hermana. -¿te imaginas todo lo que podremos hacer ahora que ya no soy un perro?-.
-Son tantas cosas que ya perdí la cuenta- Evangeline admitió y junto a su hermano comenzaron a soñar despiertos sobre cómo iba a ser su vida ahora que Stanley era humano.
Todo comienza desde que los chicos pasan tiempo juntos como hermanos; cantan, juegan, practican deportes, cuentan historias, acampan, buscan tesoros perdidos y cuentan el uno con el otro; porque a pesar de que ellos eran hermanos también eran los mejores amigos y eso era lo más importante.
-pero... ¿me quedaré así para siempre?- Stanley inquirió haciendo que él y Evangeline volvieran al presente. -quiero decir...tendré forma humana por ahora pero... ¿y si vuelvo a ser un perro cuando regresemos a casa; bueno...si es que regresamos; porque sabrá Dios a donde nos enviaron-.
-Parece que estamos frente a una cueva- Evangeline exclamó. -lo que no entiendo es porque Madeline y Adam eligieron este lugar para nosotros-.
-Eso es lo que quisiera yo saber- el niño acentuó. -se supone que ellos nos dijeron, al menos eso fue lo que dijo Madeline; que a donde nos iban a enviar iba a ser un lugar seguro-.
-Se supone- Evangeline respondió. 'Tú quédate aquí; yo iré a investigar-.
-¿Enserio vas a entrar a esa cueva tú sol- Stanley añadió con suspicacia. -no quiero quedarme aquí-.
-estarás bien, peque; además recuerda que eres casi un adolescente- Evangeline le recordó. -espera aquí- la chica dijo decidida al tiempo que entraba a la caverna y encendió la linterna. -qué raro; no veo nada...no hay animales salvajes; hasta ahora todo va bien. Sólo seguiré investigando a donde va esto y...AHHH!!- la chica al dar un mal paso tropezó y cayó hacia el fondo.
-¡Evangeline!- Stanley gritó al darse cuenta de que su hermana se había caído en lo que parecía la madriguera de un conejo; al igual que en Alicia en el país de las maravillas. -Evangeline, ¿estás bien?-.
-Au, eso dolió- Evangeline comentó poniéndose de pie y sacudiéndose el polvo. -¡sí! ¡Estoy bien!- ella le respondió a su hermano asomándose a la superficie. -no te muevas, ¿de acuerdo?-.
-pero si te acabas de caer por un hoyo-Stanley dijo asomándose. -tengo que ir contigo-.
-Stanley...- Evangeline dijo a regañadientes y terminó suspirando de rendición. -bien; pero ten cuidado; ya viste que yo me caí-.
-Lo sé- el niño contestó. -seré cuidadoso; esa caída estuvo fea-.
-ya no me lo recuerdes- La joven refutó alumbrando el lugar con la linterna. -en pocos minutos; su hermano ya estaba a su lado sano y salvo. -¿cómo fue que no te caíste como a mí me pasó?-.
-Encontré un atajo- Stanley contestó al tiempo que caminaban por la cueva. -¿Qué es este lugar?-.
-Eso es lo que voy a averiguar- Evangeline inquirió. -Stanley, si tenías miedo; ¿entonces por qué decidiste entrar a la cueva?-.
-No tengo miedo- Stanley dijo y luego miró a su hermana. -¿no hay murciélagos o animales salvajes, verdad?-
-No- ella respondió y el niño lanzó un suspiro de alivio. -lo único que encontré fue ese hoyo que me hizo caer; tuviste suerte de que a ti no te pasara eso-.
-Disculpen- un hombre alto y corpulento se acercó a los dos adolescentes; mirándolos de pies a cabeza. -siento interrumpir su conversación pero... ¿ustedes son los chicos que van a realizar las pruebas?-.
-¿¡Qué?!- Evangeline y Stanley exclamaron al mismo tiempo; pues se suponía que su prima y Adam los habían enviado a un lugar seguro; y en lugar de eso se encontraban en una caverna extraña frente a un misterioso hombre al que no habían visto nunca en su vida.
-¿Qué? Acaso no saben que para poder regresar a su casa ustedes tienen que pasar por todas las pruebas que tiene esta caverna?-.
-Un momento. No vamos a hacer ninguna prueba hasta que usted nos diga quién es usted- Evangeline dijo cruzándose de brazos.
-soy Ben. Y es de crucial importancia que tú y el niño realicen las pruebas para regresar a casa; Madeline me dejó a cargo-.
-Disculpe a mi hermana, señor. Por un momento ella pensó que usted era un espía o algo relacionado a la oscuridad- Stanley respondió.
-Bueno, es que con lo que actualmente está pasando ya no se sabe- Evangeline respondió. –es difícil confiar en las personas; sobre todo en los extraños-.
-Tienes razón, jovencita. No se deben confiar en los desconocidos y más si te pueden engañar con las apariencias- el hombre Afroamericano respondió. –una de estas pruebas es…que ustedes deberán mantenerse juntos todo el tiempo e ignorar el canto de las sirenas- no confíen en nadie; o de lo contrario sus peores temores se harán realidad-.
-¿cuál será la primera prueba?- Stanley preguntó.
-Entrarán por una habitación en donde escucharán voces de sus familiares. Pase lo que pase no caigan en la tentación y continúen caminando; cuando logren pasar el desafío, llegarán a la siguiente etapa. Buena suerte- Ben dijo con una reverencia.
-Espere…aún no nos hemos presentado con usted…-.
-ya sé quién eres, niña- Ben la interrumpió con cortesía. –eres la última descendiente de la luz y la elegida para derrotar a Agatha. Así que estoy seguro de que lograrás pasar las pruebas-.
-yo me llamo…- el niño comenzó a decir pero el anciano volvió a interrumpir con suavidad.
-Stanley. Sí; también sé quién eres, muchacho. Eres la viva imagen de tu padre- Ben dijo con solemnidad. –y tienes el corazón de tu madre; así como tu hermana tiene la belleza de tu madre y la bondad de tu padre-.
-¿usted conoció a nuestros padres?- Evangeline preguntó.
-Robert y Helen fueron unas grandes personas- Ben dijo con tristeza. –Helen era la hija de Claire y Henry; ella tenía poderes al igual que Evangeline y al igual que ella también estaba destinada para restaurar las fuerzas de la luz y derrotar a Agatha-.
-por eso fue que ella fue asesinada- Evangeline murmuró y Stanley volteó a verla confundido.
-yo sabía que papá y mamá murieron; pero no supe cómo pasó- el muchacho confesó. -¿tú sabes la verdad?-.
-lo sé. Pero, Stanley; no quiero ponerte más triste- Evangeline intentó razonar con su hermano.
-creo que tengo derecho a saberlo- Stanley dijo en tono de madurez. –ya casi cumplo 13 años; así que tengo la edad suficiente para saber cómo funciona. Por favor, Evangeline. Me perdí doce años de mi vida por culpa de Agatha; necesito saber lo que en realidad le sucedió a nuestros padres-.
-Les daré un minuto a solas- Ben dijo dándose la media vuelta y alejándose del lugar para que los chicos pudieran conversar tranquilamente.
-Está bien- Evangeline respondió con un suspiro. -créeme que esto es muy duro para mí, Stan. Pero...prefiero decirte la verdad a que se vuelva a repetir el drama de nuestros antepasados y la cosa acabe mal- la chica tomó una vez más otra bocanada de aire y miró al niño fijamente a los ojos. -nuestros padres murieron en un accidente automovilístico pero...no fue un accidente. Agatha provocó que el auto se volcara y cayera al lago. Yo...viajé en el tiempo y vi cuando pasó- los ojos de Stanley se llenaron de lágrimas y negó con la cabeza.
-No. No es cierto- Stanley dijo lloroso.
-No es mentira, Stanley. Yo lo vi- Evangeline dijo con lágrimas en los ojos. -Agatha asesinó a nuestros padres. Ella supo que mamá era una amenaza y que iba a derrotarla y...los mandó a matar. Ella hizo una oscura magia para que el ángel de la muerte se llevara a nuestros padres-. El niño rompió en llanto y la joven no pudo resistir a llorar también. -por favor no me odies. Yo no quería decirte pero...tú me dijiste que lo hiciera. Sabía que iba a romper tu corazón. Oh, Stanley. Lo siento, lo siento mucho-ella estrechó a su hermano contra su pecho y ambos lloraron lamentando la pérdida de sus padres.
-no te odio- Stanley dijo minutos después cuando ambos chicos desahogaron todas sus penas. -no fue culpa tuya-.
-Agatha acabó con todo lo que nos hace feliz. Con más razón merece ser destruida- Evangeline dijo con firmeza. No puedo permitir que siga atormentando a gente inocente con la oscuridad-.
-Agatha no era malvada- Stanley le recordó a su hermana. -fueron el odio y la maldad los que la corrompieron-.
Entretanto: Madeline decidió regresar a la casa de los chicos junto con Adam; una vez que hubo lanzado un potente escudo de luz ahuyentando temporalmente a la oscuridad que buscaba destruir todo a su paso arremetiendo como un gran huracán y simultáneamente llevándose las almas de gente inocente.
Madeline volvió a colocar otro escudo luminoso alrededor de la casa en caso de que otro ataque de la oscuridad volviera a producirse y a su vez que Agatha volviera con más sed de venganza para acabarlas a todos.
-¿En dónde estaba- Rosemary dijo con preocupación. -el abuelo y la abuela salieron a buscarte a ti, a Evangeline y Stanley...-.
-todo está bien, Rose- Evangeline y Stanley están a salvo- Madeline explicó.
-¿Qué?- La rubia comenzó a preocuparse. -oh Dios mío; ¿Qué les pasó? ¿A qué te refieres con que están a salvo?-.
-es cierto- Adam confirmó. -Evangeline fue a dar un paseo al parque porque llegó un momento en el que se estresó; Stan y Maddie fueron a buscarla, y para cuando la encontraron; yo ya estaba con ella, pero mi novia y yo tuvimos un momento...-.
-A ver, Adam; sólo ve al grano y no nos eches tanto rollo- Anabel dijo impaciente.
-uy, alguien despertó de muy mal genio- Adam murmuró.
-No es eso- Rosemary añadió con suavidad. -simplemente que el destino de la humanidad está en nuestras manos; todos estamos aquí por una razón-.
-Evangeline es la elegida para derrotar a Agatha- Madeline les recordó. -así lo dice la profecía-.
-a mi punto de vista creo que le estás exigiendo demasiado a Evangeline y estás olvidando que ella era una simple adolescente- Anabel comentó. -ella tenía una vida normal hasta que nosotros llegamos a su vida y las cosas comenzaron a cambiar-.
-sé eso; pero...ya casi no hay tiempo y si no entrenamos a Evangeline ahora, cuando llegue la batalla final entre la luz y la oscuridad será demasiado tarde- Madeline explicó. -a lo que me refería con que los chicos están en un lugar seguro fue porque la oscuridad de algún modo; encontró la fuerza para llevar destrucción y comenzó a atacar a las personas en el parque así que tuve que activar un campo luminoso como protección para contrarrestar la magia oscura de Agatha; pero no duró mucho tiempo porque la oscuridad empezó a atacar a la luz y no tuve otro remedio que enviar a Evangeline y a Stanley a un lugar seguro hasta que la luz se vuelva más poderosa y ahuyente a la oscuridad-.
-¿Exactamente a donde los enviaste?- Anabel quiso saber. –tal vez Evangeline sepa encontrar el camino de vuelta; ¿pero que hay sobre Stanley?-.
-¿Qué pasa con Stanley?- Adam preguntó.
-él apenas tiene doce años y fue convertido en un cachorro por Agatha- Anabel continuó. –debe haber alguna forma de hacer que ellos regresen y buscar un antídoto para volver a Stanley a la normalidad. Él no puede pasar toda su vida siendo un perro-.
-Estoy segura de que ambos encontraron la forma de regresar- Madeline explicó. –y en cuanto al antídoto para convertir a Stanley en humano ya lo tengo cubierto-.
-¿A qué te refieres?- Rosemary inquirió confundida.
-De alguna forma, cuando él y Evangeline fueron enviados al lugar seguro; el hechizo de Agatha fue roto- Madeline comentó y todos voltearon a verla.
-¿Significa que Stanley ya es un niño para siempre?- Adam preguntó. –pero creí que al afectarle el hechizo de Agatha ya no habría remedio-.
-Nunca dije que no había remedio- Madeline respondió. –pero todos ustedes creyeron que no había esperanza para Stanley- Adam se quedó en un estado catatónico y se dio la media vuelta para irse.
-oye, ¿A dónde vas?- Rosemary dijo al notar que el chico se estaba escabullendo.
-yo…tengo que irme- Adam simplemente dijo y se alejó sin nada más que decir.
-¿Qué será lo que le pasa?- Anabel quiso saber.
-No tengo idea- Rosemary respondió. –jamás lo había visto portarse así-.
-seguramente tuvo un mal día- Madeline comentó. –ahora lo importante es ver que Evangeline y Stanley regresen a casa a salvo-.
-¿Siquiera sabes a donde los enviaste?- Anabel preguntó. –va a estar un poco complicado que los chicos regresen si los enviaste a quién sabe dónde-.
-creo saber a donde los envié, Anabel. Pero definitivamente no a la dimensión desconocida en la que Stanley estuvo atrapado y mucho menos al valle de la muerte-.
-pues espero que en donde quiera que se encuentren Stanley y Evangeline sea un lugar seguro- Rosemary comentó. –al menos puedo estar tranquila porque Stanley ya es un niño-.
-Hay que pensar positivo- Madeline apuntó con suavidad. –porque sin importar que pase, Stanley y Evangeline lograrán regresar ilesos contra viento y marea-.
De vuelta en la caverna y tras haber tenido una charla emotiva sobre sus padres, los chicos se reunieron con el hombre misterioso que respondía al nombre de Ben; para que les contara y explicara más a fondo sobre las diversas pruebas que los adolescentes tenían que resolver con el fino propósito de regresar a casa a tiempo.
-¿todo bien, jóvenes?- Ben preguntó al ver que Evangeline y Stanley estaban decididos a pasar las pruebas destinadas para ellos. –Ambos lucen como si acabaran de tener una revelación-.
-Stanley y yo estuvimos hablando y…decidimos que vamos a realizar todas las pruebas- Evangeline respondió.
-esa va a ser la única forma en que regresemos a casa- Stanley continuó. –y tal vez Madeline nos envió a este lugar por una razón-.
-¿Están seguros de que quieren hacerlo?- Ben miró a los chicos fijamente. –Debo advertirles que pasar las pruebas no es tarea sencilla; se requiere astucia, concentración y mucha paciencia-.
-Ay, no creo que sea tan malo- Stanley dijo en tono bromista aunque a Evangeline no le convenció mucho.
-no suenas convencido- Evangeline le susurró.
-Lo sé, pero no quería arruinar el momento entrando en pánico- Stanley le respondió.
-¿están completamente seguros de que quieren realizar las pruebas?- Ben volvió a preguntar. –el muchacho se ve inseguro-.
-será como un entrenamiento- Evangeline respondió. –Tal vez si mi hermano está asustado, yo pueda realizar las pruebas por mi cuenta-.
-¿Acaso piensas dejarme aquí?- Stanley protestó.
-no puedo hacer las pruebas contigo si tienes miedo, Stan- Evangeline dijo en tono monocorde.
-No tengo miedo- Stanley protestó. –sólo soy cauteloso-.
-uy, sí claro; ¿cómo cuando supuestamente distrajiste a los guardias para ir a rescatar a Rosemary? Agatha no terminó en darse cuenta y ahora quiere hacernos papilla; y eso que cuando pasó tú todavía eras un perrito; imagina lo que va a pasar esta vez-.
-pero ahora es diferente porque soy un niño- Stanley respondió.
-Tal vez tengas la inteligencia pero no tienes la suficiente fuerza- Evangeline le dijo. –lo mejor es que te quedes aquí y esperes con Ben mientras yo realizo las pruebas-
-No; yo voy a ir contigo; tengo casi trece años, Evangeline. No es que no pueda pensar por mí mismo- el niño respondió con un poco de frustración en su voz.
-Es suficiente, niños- Ben reprendió con suavidad a los adolescentes. –aquí no hay de que los dos entren en conflicto ahora; tendrán que trabajar juntos para realizar las pruebas y puedan regresar a casa; porque una vez dentro, no habrá marcha atrás-.
-Bien- Evangeline dijo.
-me parece justo- Stanley acordó.
-De acuerdo; comienza la primera prueba, manténganse juntos y hagan lo que hagan no se dejen engañar por las voces; tienen que encontrar el mapa que está escondido al final de la habitación y este los llevará al segundo lugar en donde van a realizar la segunda prueba- Ben explicó. –Buena suerte, niños-.
Una vez que el hombre Afroamericano se alejó, los 2 hermanos decidieron resolver sus diferencias y emprendieron la marcha para realizar la primera prueba, y en cuanto lograran todas las demás, finalmente podrían regresar a casa.
-Muy bien- Evangeline susurró encendiendo la linterna y alumbrando el lugar a la vez que ella y Stanley entraban a la habitación.
-Este lugar me da escalofríos- Stanley admitió.
-te dije que te quedaras con Bel si sentías miedo- Evangeline le recordó.
-ya te dije que no tengo miedo- Stanley refutó. –además, Ben dijo que sin importar lo que pasara nosotros teníamos que resolver nuestras diferencias y debíamos trabajar juntos-.
-Tienes razón, lo siento- Evangeline contestó. –a veces no entiendo que es lo que me pasa-.
-Estás nerviosa y lo entiendo; pero no hay que pelear por cosas que no vienen ni al caso- Stanley apuntó. –estoy consciente de que hay momentos en donde los hermanos se pelean; incluso hay casos en donde los hermanos ni siquiera se soportan. Nosotros no tenemos por qué ser así, ¿no crees? Podemos llevarnos bien-.
-te confieso que esto de ser hermana mayor es completamente nuevo para mí- Evangeline confesó suspirando.
-oye, únete a mi club; yo desaparecí durante 12 años y volví siendo un perro adulto; así que tener a una hermana mayor también es completamente nuevo para mí-.
-creo que ya estás comenzando a entenderme, Stan- Evangeline agregó dándole una ligera palmada en el cabello y luego río. –Vamos; hay que realizar la primera prueba-. El chico asintió y ambos se dirigieron a la habitación para iniciar la misión.
Regresando a las mazmorras de Agatha; una persona luciendo una túnica negra y una capucha entró al castillo y se aproximó a la hechicera arrodillándose ante ella como si se tratara de la misma reina de Inglaterra en persona.
-y bien, mensajero; ¿qué me traes de noticias esta vez?- Agatha inquirió.
-El hechizo fue roto- el mensajero contestó. –Al parecer cuando Anabel envió a los chicos a otra dimensión, Stanley se convirtió en humano-.
-¿qué?! ¿Cómo es eso posible?- la bruja argumentó. –Se supone que cuando convertí al niño en perro mi maldición no tendría cura-.
-De alguna forma algo pasó- el mensajero respondió. –perdóneme, su eminencia-.
-más te vale que cumplas misión, oíste? Debes ganarte la confianza de todos; en especial de Evangeline y cuando llegue el momento---las fuerzas de la oscuridad acabarán con todo el amor que hay en el mundo y al fin el mal reinará para siempre; ahora ve…y no me falles- ella añadió volteando a ver al mensajero, quien asintió, se puso de pie y se dio la media vuelta para alejarse.
Al salir del castillo de la bruja; el mensajero se quitó la capucha y ¡oh sorpresa! ¡¡¡Resultó ser nada más y nada menos que Adam!!!!
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