#hongdaest

[raehoj]

“Para Choi Minsoo, afuera de la tienda de espejos al final de la calle.” Fue lo que le dijo el encargado al pasarle el pedido a un confundido Raeho que ya se acomoda el ridículo uniforme verde moco con el logo del lugar, un camarón enorme saltando un aro de fuego. La tienda de sushi algunas veces tenía encargos así, tan vagos y poco específicos que resultaban absurdos. Y era Raeho, el siempre servicial y necesitado de empleo Raeho, quién debía darse a la tarea de buscar a los susodichos si no quería que descontaran ese dinero de su, de por sí, triste sueldo. Es la tercera vuelta que da a la manzana voceando al tal Choi Minsoo, pero no tiene suerte. Negándose a volver con las manos llenas al restaurante, toma una decisión porque momentos desesperados requieren medidas desesperadas. Analiza los rostros de los transeúntes y se abalanza sobre el primero que se cruza en su camino. "¿Eres Choi Minsoo? Tienes cara de Choi Minsoo. Por favor, dime que tú encargaste esto.” Diciendo esto, casi le pone en las manos la bolsa de cartón que contiene la comida. En este punto ya está desesperado. Y se le nota, bastante, a juzgar por su mirada suplicante. 

[teaataee]

No quería admitir que estaba cansada, no quería verse totalmente vulnerable a apenas las 4 de la tarde pero esto de trabajar toda la noche y muy apenas poder llegar a casa para darse una ducha y llegar al gimnasio para cubrir su turno del día... no, no estaba cansada, tal vez un poco adolorida y adormilada, el café no había hecho efecto. 

Pero eso no importaba, no cuando después de bajar del metro y llegó a la pequeña tienda de conveniencia frente al campus, rebuscando monedas para pagar su bebida energética y su chocolate, nunca podía olvidar el chocolate. 

“Espera, espera” dijo al encargado “Sé que tengo más monedas por aquí” exclamó con una pequeña mueca y es que si, tenía dinero, pero se negaba a gastar un billete o sabría que no compraría solamente eso y, bueno, necesitaba el dinero “¿Cuánto me falta?” levantó la mirada, sus ojos cansados y su sonrisa nerviosa en el rostro, esperando por una respuesta.

[leegains-blog]

“Okey, pero considera que no me interesa, que ya olvidé lo que dijiste y que no tengo tiempo. Me están esperando” concluye, apuntando a la persona parada como tonta unos pocos metros más allá, como evidencia a su mentira. “Así que, si me disculpas…” Quiere hacer una salida limpia, pero el hombre tiene otros planes y entonces le sujeta el antebrazo y la empuja de vuelta a su lugar. ¡La audacia que se debe tener! “¡¿Ay pero qué haces?! Mi cita me espera nosotros nos arreglamos ya luego. ¡Hey, hey, Jisoo! ¡Jisoo!” sigue con la charada rogando que la persona responda al nombre que le acaba de designar,  pero no parece conseguirlo porque sigue ahí en su misma parada tonta, totalmente inadvertida. Entonces, entre sus propios gritos y los gritos del hombre que exige su atención, Gain logra con su mano libre sacar el monedero de lona de su morral y lo lanza en dirección a su supuesta cita, dándole al objetivo. “¡Jisoo mueve tu trasero aquí y ayúdame que me están acosando!”