#glúteos

[leregirenga]

Una mujer no es el maquillaje que usa, ni el tamaño de sus glúteos, ni lo ancho de sus caderas, ni el color de su cabello. Una mujer no es su fama, ni su número de amantes, ni los corazones que alguna vez destrozó. Una mujer es su forma de bailar, los poemas inconclusos, los suspiros que ha robado. Una mujer es la manera en que mira, es su libro favorito, la sonrisa que enamora.

Una mujer es su forma de existir.

...Y si no lo es, que pena!

Estefanía Mitre

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Autor: Antonio Costa

[capsulas]

Una historia sobre la rutina del gimnasio

El sol estaba apenas asomándose cuando llegué al gimnasio. Sabía que hoy sería un día duro, pero estaba decidido a darlo todo. Empecé con las sentadillas. Había llegado cansado y no esperaba mucho, pero mientras avanzaba en las repeticiones, me di cuenta de que podía más de lo que imaginaba. Aunque me sentía fatigado, decidí hacer otra serie. Apenas la terminé, pero llegué al fallo muscular y eso me hizo perder el miedo a ese punto. Ahora sé que siempre puedo hacer un poco más.

Luego, pasé a las pantorrillas libres. Solo logré hacer tres de las cuatro series programadas. Fue frustrante, y me di cuenta de que necesito enfocarme más para completar todas las series. Me prometí a mí mismo que la próxima vez no me daría por vencido.

El hip thrust fue un desafío diferente. Sentí el peso, pero pude hacer todas las repeticiones con buena técnica. Sentí el trabajo en mis glúteos y eso me dio una sensación de logro. Estoy mejorando en este ejercicio, y eso me motiva a seguir adelante.

Finalmente, las pantorrillas en máquina. Sentí cómo el músculo se iba fatigando y las repeticiones se volvían lentas y con un rango más pequeño. Pero, a pesar de eso, sentí que hice el ejercicio correctamente. Fue una sensación satisfactoria ver que mi esfuerzo estaba dando frutos.

Cada uno de estos ejercicios me enseñó algo valioso. Descubrí que puedo superar mis límites, que necesito enfocarme más para completar mis objetivos, y que la buena técnica es clave para maximizar los resultados. También aprendí a escuchar a mi cuerpo y a no tener miedo de llegar al fallo. Cada día es una oportunidad para crecer y mejorar, y estoy decidido a seguir adelante.

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Cuál de los dos se ve mejor?

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Dê uma olhada em Elástico De Tensão Para Exercícios Ombro Peito Costas Glúteos Biceps

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Miranda Cohen | Melhor vídeo motivacional 🏋️✨#mirandacohen #workout #fitne...

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PMMA na Estética: Promessas, Polêmicas e Recomendações da OMS

Neste artigo, abordaremos em detalhes o que é o PMMA, suas promessas e polêmicas, indicações e contraindicações, alternativas mais seguras e a visão da Organização Mundial da Saúde (OMS) sobre o assunto. O objetivo é oferecer informações completas e confiáveis para que você tome uma decisão consciente sobre sua saúde e beleza. O desejo de realçar a beleza e retardar os sinais do envelhecimento…

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Autor: Antonio Costa

[salud101]

Descubre los 6 Mejores Ejercicios en Casa para Esculpir tus Glúteos: Una Guía Paso a Paso para Alcanzar el Trasero de tus Sueños

¿Sueñas con esculpir esos glúteos perfectos que capturan todas las miradas? Ya sea que busques rellenar tus jeans o lucir tu figura con confianza, lograr glúteos bien tonificados puede elevar enormemente tu autoestima. Esta guía integral profundiza en los 6 Mejores Ejercicios en Casa para Esculpir tus Glúteos, ofreciendo una combinación de técnicas para construir músculo y reducir grasa. ¿Listo…

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Levantamento Terra é um dos exercícios mais completos da musculação

E se um único exercício pudesse trabalhar de uma só vez os músculos dos membros inferiores, superiores e ainda por cima ativar o core? Pois é, ele já existe. Conhecido nas academias e no universo do powerlifting como ‘Levantamento Terra’, ele é considerado central por especialistas tanto na preparação de atletas de alto nível quanto em programas voltados para pessoas que buscam o bem-estar. De…

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CÓMO BAJAR de PESO en UN MES🏋️‍♂️🏋️‍♂️🔥🚀🚀🚀

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con la facilidad de su mención, el recuerdo la golpeó de lleno volviéndose presente en la boca de su estómago. la sensación de incomodidad nació detrás de caja torácica, arrastrándose, traicionera, a través de pensamientos que no logró bloquear a tiempo. la imagen de los cuerpos inertes sobre el suelo fue la primera en llegar, siendo acompañada de los ataques presenciados apenas minutos atrás. y aunque quiso controlarse, fingir que no estaba alcanzando su límite, no lo logró; el empapar de mejillas se dio tan efímero como un suspiro, pasándose el dorso de la mano con nula delicadeza. ' ¿crees entonces que simplemente lanzaron la advertencia para darnos un poco de tiempo? ' quiso saber, el temor poco a poco regresando a su estado natural: la rabia. ' me gustaría pensar que no harían algo tan inhumano ' buscó convencerse a sí misma, mas falló en el intento. ' no hay motivos para dejarlos aquí a nuestra suerte con todo esto ocurriendo, sería ― ' ¿egoísta? ¿un acto de sacrificio por un bien mayor? negando con la cabeza simplemente ahogó una nueva queja, sabiendo que, incluso si la policía daba por perdido al pueblo, muchas personas irían en su búsqueda.

porque no le dejarían, pensó. no le abandonarían allí.

' no puedo creer que realmente estemos preparándonos para salvarnos de un grupo de ancianes dementes ' mientras sujetó propia arma con la izquierda, la verborrea se presentó entre susurros insistentes. los dejes de paranoia, aunque presentes, habían mutado lo suficiente para entumecer cualquier indicio de cobardía, volviendo de su interior un desastre. funcionó, sin embargo, para mantenerla enfocada por un instante, inhalando profundamente antes de agregar: ' si algo llega a atravesarse en nuestro camino lo mejor será separarnos y escondernos. ' estuvo de acuerdo. lejos de tratarse de un plan egoísta, fue lo que le pareció más lógico; eso le daría al menos a una de ellas la oportunidad de refugiarse o tener un destino más optimista. ¡como si fuese posible hallar la más mínima mota de esperanza en todo ese infierno!

lo que quiso decir después se perdió en su garganta, o posiblemente detrás del sonido gutural de una criatura acercándose a compartido escondite. ahogando un grito ―o soltándolo por inercia― retrocedió, mirando en todas direcciones en busca del peligro. mas otras palabras sirvieron como orden implícita para actuar, echando a correr en dirección a la puerta sin pensarlo demasiado. de lleno golpeó la madera sintiendo al oxígeno abandonarla tras el impacto, golpe sordo retumbando en sus oídos mas no se detuvo. con sus manos tironeó del pomo y volvió a empujar, segundo intento haciendo uso del tubo metálico al impactarlo contra la cerradura. ' ¡no abre! ' lloriqueó, siendo exitosa tras un nuevo intento. con la misma desesperación se adentró en impropio hogar, esperando a que harin le siguiese de cerca, mas el sentir de un par de manos aferrándose a sus hombros la detuvo en seco. y quizá fue la adrenalina mordisqueándole la piel, o el temor alcanzando un nuevo límite lo que la invitó a actuar ― aferrándose del tubo con todas sus fuerzas y utilizándolo como barrera entre el hombre y ella, se las apañó para golpearle la sien para alejarle de sí.

el pánico de los primeros momentos había comenzado a mitigarse poco a poco a medida que el tiempo transcurrió, aunque aquello no aseguraba que propia mente le jugara una mala pasada en cualquier momento y que, sin advertencia alguna, nervios y temor comenzaran a florecer en su actuar. por un instante agradeció a la rústica serenidad que le estaba haciendo compañía mientras intentaba idear un plan lo suficientemente bueno como para dejar la preocupación sobre propio bienestar atrás. parte de ella sabe que eso sería imposible, debido al estado de las personas que estaban en las calles, completamente descontrolados y fuera de sí. ahogó un suspiro y mirada se posó sobre figura femenina que aún permanecía en el suelo ' ¿quién no perdería la cabeza después ver lo que pasó hace un rato? ' aún estaba aquella imagen en su retina, la escena repitiéndose una y otra vez y, por alguna gracia divina, las nauseas no habían logrado afectarle del todo después de presenciar eso ' nadie te está pidiendo que lo hagas. ' otro pequeño golpe fue dejado en el mismo lugar, tal vez con la intención de molestarla, tal vez con la intención de distraerse del exterior por unos momentos ' seré sincera. ' empezó, sus sílabas llenándose de una incertidumbre que no estaba segura de querer compartir, dado al estado en el que se encontraba ella ' no sé si los helicópteros estaban aquí para ayudarnos a nosotras. ' lo único que habían hecho era lanzar el eco de una advertencia por los aires, para luego proceder a ignorarlos por completo. volverían más tarde, tal vez, sin embargo no quería dejar que sus esperanzas radicaran solamente ese tipo de ayuda ' puedes seguir perdiendo la cabeza cuando estemos en un lugar seguro, por ahora —— intentemos mantenernos a salvo. ' su atención se posó fugazmente sobre la varilla ofrecida, dejó pasar un segundo y su mirada subió hasta las facciones impropias ' podría. ' si es que sus acciones no eran paralizadas por un miedo que, creía, en cualquier momento iba a nublar su juicio. aun así sus dedos se cerraron con cierta delicadeza alrededor de lo que aseguraba ser su defensa en contra de terceros que intentasen atacarles ' el lugar parece estar vacío. a simple vista, al menos. ' era difícil decirlo con certeza, ya que el humo, las sirenas y los lejanos alaridos de una u otra forman habían comenzado a afectar su percepción. debería estar vacío ' puedo intentarlo. ' aquella fue la mejor respuesta que podía entregarle ' podría escapar de ellos, así que —— no me prestes atención si es que una de esas cosas se acerca a nosotras. ' una mueca torció su gesto cuando la idea surgió por entre labios impropios, pensó por unos momentos y, sin dudarlo demasiado, asintió ' la baranda parece lo suficientemente firme como para trepar hasta ese techo. ' murmuró mientras su mano libre le dio un pequeño tirón a la baranda antes mencionada ' aunque debo admitir que no sé si es que podré alcanzar el tejado con facilidad. ' agregó después de unos momentos, labios entreabriéndose para dar una nueva idea, mas nada llegó a ser pronunciado, porque fue un sonido gutural lo que provocó su silencio. un escalofrío recorrió su espinal dorsal al escucharlo nuevamente, una y otra vez los alaridos que pedían auxilio y que por favor le dejara ir fueron escuchados a través de las calles de bloomwood hasta que un nuevo silencio reinó en las calles ' no tenemos tiempo para esto. ' masculló con cierta frustración al negarse a mirar lo que había ocurrido a metros de ellas ' deberíamos forzar la puerta. es lo más fácil y rápido. '

[marrziy]

Um imagine hot do ator Nicholas Chavez

Nicholas Chavez x Qualquer!Leitor

—★"CROSSFoda"

★.Sinopse: você desconfiava que juntar sua hora de treino com a de Nicholas fosse uma má ideia, mas, a pedido dele, aceitou. Em menos de dez minutos após pisar na academia, você teve a confirmação de sua suspeita: ele não conseguia se manter mole dentro do short com você ao lado no recinto.

★.Gênero: hot (smut)

★.Avisos: sexo em local público (banheiro de academia), penetração a seco e aquele palavreado chulo de sempre. Não sei se dá pra considerar dub-con, mas tem um pouquinho de resistência no início.

★.Palavras: 1.7k

*tentei esquivar dos pronomes pessoais nesse imagine para que se adeque a qualquer gênero, então me avisem caso encontrem alguma palavrinha intrusa ♡

Nicholas afunda os dedos nas bandas da sua bunda, afastando-as para ver a ponta inchada do pau esticando sua entradinha ansiosa. Ele empurra os quadris vagarosamente, hipnotizado com a pré-porra acumulando nas bordas da sua abertura, que se estica conforme ele adentra até virar um 'O' liso.

O alongamento lhe arranca choramingos e te leva a apertar os dedos na beira da bancada onde se apoia. A cabecinha rosa esquenta e machuca; é um carinho para o qual seu buraco despreparado não está pronto. — Essa porra arde! — reclama, percebendo que as lágrimas do cacete não são suficientes para acalentar seu canal tenso, diferente do que o babaca atrás de você havia prometido depois de tanto insistir na rapidinha.

Esticando um dos braços para trás, você toca o abdômen suado de Nicholas na tentativa de tardar a penetração, mas tem o pulso agarrado e a mão levada às nádegas durinhas daquele que lhe abre.

— Caralho… — ele suspira, olhando para sua expressão chorosa refletida no espelho. — Só a cabecinha te deixa assim? Nossa… eu vou arrebentar você quando resolver meter de verdade. — o sorriso é largo, mas se fecha no momento em que a brincadeira de foder com a ponta grossa fica verdadeiramente divertida. Ambos os estômagos tremem quando os movimentos de Nicholas se intensificam. É estalado o som da glande molhada entrando e saindo.

Ele solta seu pulso e agarra sua cintura, mas você mantém a mão ali atrás, arranhando aquela bunda em movimento, inaugurando vergões no glúteo contraído. — "Cabecinha" é o caramba! — seu azar foi abrir a boca no instante em que teve o cabelo puxado, a pronúncia soando chorosa. — Não se deve usar diminutivo pra… pra… — seu raciocínio morre ao vislumbrar, no reflexo, Nicholas mordendo os lábios, com os fios castanhos grudando na testa e o suor brilhando na rigidez dos músculos, enfeitando cada veia saliente.

— Pra pirocão? — se não fossem seus olhares se encontrando - o que te deixa de bochechas vermelhas -, você teria respondido a fala idiota com uma cotovelada na costela. — Cê aguenta quatro séries de trinta agachamentos seguidas, mas uma cabeça de pinto é o que te deixa tremendo? — ele chama atenção para o fraquejar das suas pernas, te lembrando dos arredores.

O banheiro de uma academia.

— E-eu sabia que não daria certo! — o aperto nas suas madeixas acarreta uma careta na frente e contração lá atrás. — Eu disse que era ideia de jerico treinarmos juntos! — seu ritmo de fala é lento, atordoado pelo fôlego perdido na sala ao lado durante a sessão de exercícios interrompida.

Nicholas geme fragmentado com a pressão da sua entrada tentando expulsá-lo, e empurra um tiquinho mais, para se firmar dentro. — Tem razão, não rola mais isso de compartilhar horário. Não tem como te ver nesse cenário e não querer te comer. — de queixo erguido, ele te encara de cima, orgulhoso do tanto que extrai de você. — Mas a culpa é todinha sua… cê sabe, né? — Nicholas marca um dos lados da sua bunda com um tapa gritante. — Quem mandou aparecer usando esse shortinho de vagabunda? Você tava praticamente implorando por pica.

O tal "shortinho de vagabunda", caído nos seus joelhos, é o que te impede de se dividir num espacate quando Nicholas chuta seus pés, separando suas pernas.

— E quem sou eu pra te negar? — ele se inclina, unindo o peitoral às suas costas, sussurrando imoralidades no seu ouvido com o mais doce dos timbres. — Minha piroca tá tão dura… não aguento! — choraminga, pressionando mais e mais para dentro, fazendo seu corpo tenso inquietar.

— É… é demais! — aquela intrusão dilatando te enfraquece. Você praticamente abraça a bancada, fazendo do granito a sua central. Nicholas replica, envolvendo os braços vigorosamente ao seu redor. O aperto é tanto, que você sente as veias salientes da escultura que lhe prensa, os gominhos do abdômen suado contraindo e até os mamilos roçando nas suas costas; o suor desse atrito traz uma prévia do som molhado que ressoará do verdadeiro choque de peles que interessa.

Nicholas encaixa a cabeça na curvatura do seu pescoço, arrancando um gemidinho choroso de você ao esmagar mais do pau grosso na sua aberturinha, que se encontra vermelha nas bordas após tanto contrair em torno do cacete venoso. — Acho que estamos esquecendo que isso era pra ser uma rapidinha. — de olhos parcialmente fechados e vista turva, ele sussurra rouco na sua bochecha, deixando-a molhada com beijos carregados, lambendo e mordendo, fazendo bagunça enquanto busca preguiçosamente por seus lábios. — Temos que… — desmembra a sentença para abocanhar seu queixo, roçando os dentes ali. — ser rápidos. — sentindo desconforto com o short ainda preso ao quadril, Nicholas engancha a ponta dos dedos no cós do tactel, abaixando o suficiente para soltar as bolas pesadas. — Não faça escândalo, capiche? Sem muito barulho, alguém pode ouvir... Ou você é do tipo exibicionista? — provoca, cheirando seu pescoço.

As bocas finalmente se encontram, e um beijo sufocante é iniciado, sem jeito e desleixado. Todo o tato é reforçado quando os lábios trancafiam as línguas em um poço onde a doutrina é rígida.

Nicholas une as faces com brutalidade e inibe qualquer brecha de esquiva como meio de controlar sua voz, que vem potente no momento em que ele gruda seus quadris, afundando os centímetros restantes no seu buraco.

O impulso é tão latente que te leva junto, sincronizando os anseios. Nicholas geme durante o beijo, degustando seu grito com prazer, atordoando o eco como pode.

Lágrimas quentes escorrem por suas bochechas, suas pernas tremem, bambas da estocada, e seus olhos reviram com a sensação alucinante do comprimento duro exigindo espaço de maneira tão agressiva, te esticando até o limite. A ponta inchada umedece um lugar muito sensível no seu interior; é impossível não dar oi ao prazer, mesmo que ainda cumprimente o desconforto.

Sua voz, cada vez mais amena naquela batalha de músculos dentro da boca, passa a choramingar satisfação receosa.

Nicholas, com o tecido do short abafando o estalo das coxas, vê-se vulnerável no meio das pernas ao ter as bolas firmemente agarradas à sua entrada, selando seu buraquinho inchado. — Que delícia��� — ainda te beijando, ele apenas imagina, gostando de visualizar o próprio saco impedindo a porra cremosa de vazar do seu cuzinho arrebentado.

E isso o motiva a meter.

Ele suspira, puxando para fora até que apenas a cabecinha permaneça alojada, levando você a gemer em alvoroço. O pré-gozo facilita a retirada, assim como o arquear das suas costas. O beijo se encerra com um breve fio de saliva unindo a beira dos lábios.

Nicholas cobre sua boca com a mão, intensifica o aperto do abraço na sua cintura e então bate o quadril com tudo na sua bunda. — Apertado pra caralho! — rosna no ritmo da surra vestida das coxas e do choque das bolas agredindo sua carne, antes de ter que morder os lábios para conter os dengos que arranham a garganta.

O movimento é imediatamente repetido. Nicholas adquire ritmo, metendo fundo e rápido. Você não para de se contorcer, gemendo abafado na mão dele, que fica encharcada com a saliva que escorre da sua boca.

Os estalos de pele encontrando pele ecoam, e a respiração pesada de Nicholas entope seus ouvidos. Você teme um bocado de coisas, enxergando embaçado, e tanto sente que desorienta.

A cada estocada, você está mais e mais dependente, chegando a ansiar pelo próximo golpe, até não aguentar mais. A fartura de sensações e sentimentos é demais para conduzir, toda a emoção do ambiente arriscado também soma à conta que te leva ao ápice.

Você vem forte, posterior ao formigamento no estômago e na ponta dos dedos. Seu gemido, dessa vez, é mudo. Nicholas, sentindo a pressão arrebatadora das suas paredes espasmódicas contraindo em volta do vai e vem áspero, morde seu ombro, tentando apaziguar os grunhidos que libera ao ter o pau tão bem cuidado pelo seu canal acalorado.

Em desosso na cuba, você geme preguiçosamente, ainda sentindo os espasmos e arrepios pós-orgásticos, aumentando o tom pontualmente nas vezes em que o pau teso de Nicholas soca sua próstata, te levando a superestimulação.

Estar se contorcendo sobre a bancada gélida torna custoso para você continuar de pernas abertas. Na euforia crescente, o homem que te fode percebe isso e aumenta a pressão, enfiando-se o máximo que pode, chocando a pélvis na sua bunda com obsessão de estar dentro e medo do lado de fora. — Porra, porra, porra! Tô quase! — ele geme gostoso no seu ombro, roçando o abdômen nas suas costas, misturando os suores ao que deixa seu buraquinho ardendo na borda e dolorido por dentro com cada botada errática. As bolas, cheias de esperma para liberar, socando sua pele fumegante, produzem um som satisfatório de ouvir, e a frente do short de Nicholas se encontra úmida de suor e porra, com algumas manchas tão espessas que grudam a cada investida, retornando com linhas brancas de gozo unindo os corpos.

Ele empurra uma última vez, estagnado bem no fundo do seu buraco. O abraço é reforçado, assim como todo o contato imposto sobre você, que, em contenção e no auge da exaustão, lateja no aguardo de ter suas entranhas recheadas ao nível de vedar.

E é o que acontece.

Nicholas se esparrama em cima de você, esfregando os quadris soluçantes contra sua bunda de modo brusco, circulando a carne latejante dentro da sua caverna tensa. Ele geme rouco e falho, gaguejando no tremor dos lábios, salivando, se contorcendo...

E goza.

Goza demais.

Jatos duradouros de porra quente fervem seu buraco ardido e os centímetros selados dentro dele. Você nunca sentiu seu estômago tão cheio - talvez até pule a próxima refeição.

Ainda choramingando rouco, Nicholas fica colado em você até ter certeza de que gozou tudo o que tinha para gozar e que nem uma mísera gota transbordou. A cabecinha nervosa liberou muito; ele simplesmente não sente espaço livre dentro de você e quer ver tudinho escorrer quando se retirar.

O acastanhado nunca esteve tão aliviado; está até impressionado com a capacidade do próprio saco de acumular tanto leite. O cacete vagarosamente diminui o volume, o orgasmo bombástico varrendo a dolorosa rigidez.

O peitoral de Nicholas sobe e desce com a respiração ofegante, linhas de suor escorrendo sobre a pele a cada movimento. — Isso foi do caralho… — exprime, todo sorridente, enquanto ergue o torso, abre suas bandas e vê a própria porra escorrendo do seu buraquinho irritado, descendo em cascatas cremosas por entre as coxas. — Bora banhar! — ele limpa o suor da testa e pega seu corpo molenga no colo, te levando até a área dos chuveiros.

Para trepar mais uma vez.

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