#garbatzky
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ivanrosadx · 2 years ago
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El entrenamiento de la voluntad. La precisión sin ejercicios
«Suave, amoroso y extraviado en algún sentido es este libro
Llego al suelo. Tocarlo me transforma.
Mi experiencia con el yoga y vivir en un jardín
han provocado esta invitación a presentarlo.
Quiero ir a este gimnasio de la precisión
a ese piso
conocer cuán elástica es la mente y dispuesta a pulverizarse
Es un libro linterna: están los lugares, que son templos a los que a veces entramos
no tendré más miedos, me dije
ella piensa editando
luego edita
tenemos cierta experiencia en teletransportarnos
el modo real de vivir,
escribirlo es otra cosa, y que los ensambles sean tan suaves tan enigmáticos,
lo leí de un tirón una tardecita noche del 1 de febrero en la cama y con la compu entre las piernas
las primeras páginas me ubicaron en esa Berlín fría gris y cinematográfica,
de ese plano amplio
me aparecí en un living de plantas
con el sol del sur por la ventana.
Empecé a sentir que mi cuerpo o el de Irina se iban esfumando
hasta pensar que la mente es un punto que se puede dejar pasar,
lo que vuelve es la escritura elástica, tan flexible para evaporarse.
El cuerpo es un lenguaje, los practicantes de yoga entendemos que la respiración es un lenguaje.
Mientras respira, Irina baja sus sensaciones y las modela con plastilina, las hace unos rollos, que se espiralan, otro trocito queda simplemente aplastado, otro queda bolita ensimismada, otro se estira mucho hasta convertirse en un tallarín.
Ella fue migrante, su respiración amable lo sabe y lo sentís,
cómo llegar,
dónde comer,
dónde dormir,
ella migrante
su respiración antigua familiar conoce ese tono
el libro ha dejado abierto un canal…., para que otrxs puedan
vivos y muertos alcanzarle papelitos con frases
hace días que no duerme
hace días que no duermo
pasa el gato, y quien escribe puede ser el gato, o viste cuando acaricias un gato
todos los gatos del mundo se estremecen.
Esta escritura desinteresada dona sus bienes al continuo
Hay preguntas viejas
almas antiguas son aquellas que traen paz
por el caminito de la mini conciencia.
una campana con linterna suena ilumina
va y viene de lo doméstico a lo sagradito
a lo chico sagrando.
Mientras
hay una mujer preguntándose por su estado de sangre, de tierra, de guerra, de jardín, de capitalismo, de micropolítica, de amor
La página 36 revela abre una peli la revolución
Adiós a las madres y a las hijas y a los hijos
una por una las atenciones parece enfocar
quien observa gatos sabe cuánto espacio entra en el espacio
Vuelven las cosas y la memoria de los objetos describir ahora
es observar cómo envejecen el sillón y la sandalia
se van encriptando detalles, acaso está la explosión de calle salta?
cuando asoma la palabra heterotopía, lo hace con prudencia,
corro a buscar las conferencias de Foucault,
a partir de este libro pienso que se funda otra palabra para la idea de heterotopía
más juguetona, quiero encontrarla pero no aparece.
Un libro para pasear con ella, quieres pasear con Iri, ve por el libro.
El Entrenamiento de la Mente entonces
ingresa a esa constelación de libros de autoayuda
un reflejo del estado de confianza que me ha regalado.»
Claudia del Río en Bazar Americano
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tlatlandblog · 6 years ago
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BATATOGRAFÍAS DE LOS 80
Los Cómics Secretos de Batato Barea
Acaba de editarse Batato. Historietas obvias y otros numeritos, una compilación facsimilar de dibujos e historietas del genial artista performer de los años 80.
por Juan José Mendoza [Revista Ñ, 28/06/2019]
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BATATO. Historietas Obvias y otros numeritos Seedy González Paz (Curador) CosmoCosa y Milena Cacerola Editores. 300 págs.
“En el Departamento está todo lo que sirve. Porque todo lo demás ya lo tiré” le había dicho Batato a su madre. Estamos en 1991. Nené Bache entra al departamento de la calle Tucumán 3054 acompañada de Seedy González Paz. Batato acaba de morir, el 6 de diciembre, hace muy pocos días. Y allí, en el interior de una habitación oscura, Nené señala con un ademán el placard: “Allá. Fijate allá. Me dijo que lo que está allá arriba lo cuide como si fuera oro”. Y allí entonces Seedy abrió las puertas y encontró las cajas con los papeles: “había muchísimas hojas. Eran dibujos en blanco y negro, algunos collages” rememora ahora Seedy González Paz en ocasión de la reciente edición de Batato. Historietas obvias y otros numeritos, bajo su propia curaduría y en una exquisita coedición numerada de libros-objetos hecha entre la Galería Cosmocosa y la editorial Milena Caserola. Se trata de siete carpetas con matrices originales, hechas con trozos de telas fotocopiadas, servilletas, fibras y poemas. Cada carpeta tenía su respectivo rótulo manuscrito. Y allí destellando con su potencia cargada de futuridad estaban las Historietas Obvias. En la Tapa decía: Guión y dibujos Batato Barea.
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Entre marzo y octubre de 1987 Batato compuso sus siete revistas de Historietas. La Tapa de la Número 1 la diseñó Gumier Maier; el Número 3 está dedicado a Fernando Noy; el Número 4 a Copi; el Número 5 a Alberto Laiseca. Distintos nombres se van enlazando. Batato era un activista del no-género, alguien que hacía relaciones y tejía redes. Alguien que paseaba su alegría por casi todos los territorios. En el prólogo al libro Diego Trerotola lo define como “un Copi de línea gruesa”, resaltando esta desconocida faceta de historietista como una cara importantísima de ese Poliedro que fue Batato: “La poesía visual de Batato es puro collage”, añade para resaltar el tráfico definitivo que Batato ejerció entre el dibujo, la poesía, la performance, el teatro y el universo clown. Mirado desde las Historietas Obvias cobra un nuevo sentido todo su recorrido por el teatro y la performance. Hasta podría pensarse que Batato dibujaba a sus personajes sobre el escenario y, a la inversa, hizo de los papeles in collage sobre los que volcó los cuadros de sus historietas, un escenario compuesto a fuerza de líneas fuertes y diálogos sutiles, que resplandecían en el momento en que se se disolvían. Reflexión aparte merecen sus obviedades únicas. En sus escenarios de papel Batato le daba vida a personajes tejidos con la misma fibra con la que en el teatro le ponía cuerpo a la poesía. Todo lo hace entrever como un rapsoda de la bohème escénica de los 80, que le puso voz a la poesía de Alejandra Pizarnik. O, como en El método de Juana, donde junto con Alejandro Urdapilleta y Humberto Tortonese le puso cuerpos a la poesía de Juana Ibarbourou. En esa obra de 1990 que se estrenó en la Sala del Rojas y que ahora lleva su nombre, actuó también su madre Nené. Nené y Hugo Barea, con la complicidad de Seedy, entre 1992 y 2015 también llevaron adelante Batatópolis, el museo dedicado a la exposición del Set de Batato: sus vestuarios, sus objetos, sus dibujos y cuadernos.
La edición de Historietas Obvias se inscribe en la fuerte revalorización de los 80/90. La que despuntó con Los 80 Recienvivos (2014), el importantísimo libro de Irina Garbatzky y que ahora está explotando a los ojos de los grandes caminadores de museos con muestras y performances como la reciente reedición de recitales del Grupo Reynolds en el MALBA (3 y 5 de junio de 2019). Y como la que ahora revaloriza con verdadera conciencia documental la Galería Cosmocosa, que en su última participación en ArteBa dedicó su Cabinet completo a la jerarquización de la obra gráfica de Batato. 
En el prólogo Trerotola hace notar que hacia el final de sus historietas Batato arroja a sus personajes sobre un universo sin viñetas y sin globos de diálogos para hacerlos flotar sobre el territorio indómito de la libertad, despojados de la geometría cuadriculada del género. Y, lo más interesante, llevando a la historieta hacia el revés de su propia historia, proponiéndole una modernidad ultra-primitiva que cabalga a la vez entre el minimalismo y el barroco. Minimalismo-barroco, así se podría llamar también a esta estética hecha de cruces: que lo hace todo con lo mínimo. 
En el retiro de tapa del libro hay una carta mecanografiada en la que Batato explica el móvil profundamente simple de su proyecto: “Me dirijo a ustedes: Con el fin de hacerles llegar estas revistas de historietas obvias: ARACA CALA JACA que realizo, publico y distribuyo con mis propios medios. La revista es repartida a quioscos y librerías de la avenida Corrientes.”
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Entre las 300 páginas de Historietas Obvias desfilan Araca, “alguien que está o no”, Cala, la flor sin color y Jaca, el jacarandá bonsai. A este elenco estelar de personajes eurítmicos y perfectamente armónicos entre sí se añaden el Panadero, el Punto Asesino, la Luna, el Sol y la Nada. Los personajes se presentan solos, se narran a sí mismos. Y todo el tiempo suceden cosas cuasi-dadaístas y cargadas de un dramatismo sutil. A Jaca(randá) bonsai lo visitan canarios y jilgueros; le hacen cosquillas pero no se ríe: porque (como es un árbol) es de madera. Cuando Cala tiene sed, llueve. Araca habla del “hombre del futuro” y, en un collage vertiginoso, nos da las claves de las decisiones que cambiarán a nuestra especie. Todo eso en 1987, cuando el ocaso de la Primavera Alfonsinista, cuando la superinflación, en el umbral de los saqueos y el menemismo. Y en el ocaso de su vitalismo que parecía imparable pero que ya se apagaba. 
Había nacido en Junín en 1961, y desde su departamento de la calle Tucumán, con su historial de movimientos por el Abasto, Cemento, el Parakultural y el CCRojas, Batato le dio pulso al corazón de una época que ahora, de la mano del blanco y negro de sus dibujos, salta como un resorte hasta el presente.
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librerialasede · 3 years ago
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Recomendaciones de abril x Juan Laxagueborde
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Cada mes invitamos a distintos escritores, artistas y criticxs de arte a recomendar sus preferidos. Aquí Juan Laxagueborde ( Sociólogo, crítico de arte y docente forma parte del grupo editor de la revista Segunda Época. Escribe habitualmente en el suplemento Radar del diario Página/12 y en el blog Victorica. Su último libro se llama Tres personas: Bignozzi – Cantón – Vivanco (Ed. Iván Rosado).) recomienda sus 3 favs:
El prisma de Elba Bairon. Dibujos para Emeterio Cerro. Irina Garbatzky y Francisco Lemus Iván Rosado Este es uno de los últimos libros que leí y miré fascinado. Cuenta con dibujos, imágenes, entrevistas y cartas los trabajos que Elba Bairón desarrolló para las obras de teatro de Emeterio Cerro. Lo que más me gusta del libro es su capacidad de composición superpuesta, llena de detalles y datos uno al lado del otro. El estatuto de lo que nos cuenta no distingue entre formas de contarlo. Se nota en una frase hermosa y certera donde Elba define una tradición: "El barroco se explaya al punto de tomar como parodia el ornamento". En un boceto de vestuario rojizo y marrón con imaginería católica. En un afiche del boliche y lugar raso Cemento, de 1985. En una línea de la correspondencia donde Cerro le avisa que le mandó ejemplares de sus libros ilustrados por Elba. Aprendí sobre Elba, no solo por los datos históricos, las anécdotas o las explicaciones que ella misma da, sino por el brillo de los dibujos entendidos como bocetos y realidades a la vez. La historia aparece toda junta, abigarrada.
Black Out María Moreno Literatura Random House Elijo este libro porque tiene algo de I-ching porteño auspiciado por la ginebra Bols. Es un libro casi total, definitivo y abierto. Se le puede entrar por varios portones. Me parece un ensayo experimental y una autobiografía existencial sobre el amor y el dolor. Es un libro sobre Buenos Aires, sobre la amistad, los bares, las cuadras de Balvanera y del centro, la bebida, la familia, el rebote del yo consigo mismo, la memoria de los muertos, la risa, el patetismo, la intensidad, la gracia. Visto de lejos, leído en bloque, es una experiencia importantísima sobre la escritura. Un manual para escribir que no dicta maneras, que no puede aplicarse. Como si fuera más bien la transmisión de un procedimiento incopiable, un legado y una confesión.
Revolución en el arte Oscar Masotta, edición de Ana Longoni Mansalva Elijo este libro porque da posibilidades a quien busca teorías locales sobre el mundo (o al revés) y a quien quiera encontrar metodologías raras sin centro. Reúne los ensayos sobre artes visuales y conceptuales que Oscar Masotta escribió a lo largo de la década del sesenta. A esta altura es un clásico no solo para pensar los vaivenes entre el material y el concepto, entre la historia y la comedia, sino también para aprender una forma de mirar. Masotta fue un curioso genial. Hizo cruces entre variables impensadas y se dio cuenta que lo universal tiene algo de pensamiento en diagonal, medio apurado y sintético, que había que abordar con una actitud mandada. Esboza, puntea y desarrolla ideas sobre el pop, el artista obrero, los medios de comunicación, Levi Strauss, Polesello, las contradicciones según pasan los años, las conciencias posrevolucionarias, el barrio Villa Santa Rita, el expresionismo abstracto y así siguiendo.
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labolaeditora · 5 years ago
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«Me estoy convirtiendo en algo que atraviesa todo dolor, una forma mínima de la valentía.»
En estos días especiales de resguardo y conciencia, les acercamos una versión aumentada, rediseñada y digital de Los pacientes, de Ana Rocío Jouli.
"La lengua de Los pacientes, de Ana Rocío Jouli, es una lengua alucinada y quieta. Alucinada porque abre en el poema imágenes del afuera irrepresentable: una tarde de conejos, una casa de campo, el dolor, un hombre convertido en pescado. Y quieta, porque las voces del Señor muy enfermo, la Enfermera y la Nena provocan, en la quietud de un hospital, un pequeño teatro: dar forma y existencia, en el silencio, a un universo de seres y cosas." / Irina Garbatzky
Quedarnos en casa al resguardo es ayudarnos entre todos, por eso los invitamos a la lectura, a estar en contacto con todos los que queremos a través de las tecnologías y a practicar el ocio y la reflexión.
Google DRIVE https://drive.google.com/…/1Y4micJo6X0QlfSFj5S8mVP_gK9…/view
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blairemclaren · 5 years ago
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Gerda Garbatzky Death | Dead - Gerda Garbatzky Cause Of Death | Obituary
Gerda Garbatzky Death | Dead – Gerda Garbatzky Cause Of Death | Obituary
Gerda Garbatzky Obituary | Gerda Garbatzky Death | Passed Away – Dead | Cause Of Death | Funeral Plans – Gerda Garbatzky Has Died at the age 90, DeadDeath learned May 25, 2020.
Tributes and condolences are outpouring all over social media timelines as the death news of Garbatzkyhits online. Concerned individuals are gripped with sadness as they mourn the passing of their beloved who has just…
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tobias-k · 7 years ago
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Für Christine Schneider und Rico Garbatzkis Seat Mii ist dieses super reduzierte NIGRIN Autopflege Layout entstanden. Sauber foliert von Autofolierung Pforzheim waren die beiden neulich wieder zu Gast in unseren glorreichen Hallen. Da ist mir aufgefallen dass Ihr den ja noch gar nicht auf meiner Seite gesehen habt. Nun hier ist er TADA!
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ivanrosadx · 1 year ago
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Índices de la revista Unión y Amistad, publicada entre 2012 / 2015
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Unión y Amistad #1
Un artefacto de comunicación desde el Club Editorial Río Paraná Año 1, número 1, otoño 2012 Refinería, Rosario, Argentina Imagen de tapa: Maxi Masuelli
Colección brillo de poesía joven. Poemas de Alejandra Benz, Julia Enríquez, Agustín González y Virginia Negri
Ana María Ibáñez “La Cenicienta de la película” (poesía)
Julián Bejarano y Manuel Podestá “Somos jugadores de fútbol fracasados que intentan tirar fantasías editoriales” (poesía)
Nicolás Domínguez Bedini “Poesía inédita. Yo nunca estuve en África” 
Osvaldo Aguirre “En 1969 Mario Levrero pasó tres meses en Rosario” 
Guo Cheng “Comunicado de Guo Cheng” 
Damián Ríos “Desbunde y felicidad es una declaración de amor y de fidelidad absoluta” (comentario sobre el libro Desbunde y felicidad de Cecilia Palmeiro)
R. R. Montes i Bradley (editor de la revista Paraná) “Río que une i no divide” 
Éditions du cochon “Cómo será la laguna que el chancho la cruza al trote!” 
Delfo Locatelli. Conservación con Claudia del Río “Del Litoral no queda nada, Domínguez lo hizo todo” 
Octavio Garabello “Intensidad, agitación y calma. Una temporada en Amaicha del Valle” (crónica)
Maxi Masuelli “El hermano luminoso. Ricky Espinosa, año 1999” 
Enzo Nuñez “Retratos” 
Amadeo Gonzáles “Grabaciones artesanales y los fanzines que se resisten a desaparecer” (entrevista)
Biblioteca Popular D.G.Ponti Lagarde “Una biblioteca con un 80% de autores vivos y en plena producción” 
Unión y Amistad #2
Un artefacto de comunicación desde el Club Editorial Río Paraná Año 1, número 2, primavera 2012 Imagen de tapa: Jeremías Amaya
Francisco Garamona “El grado cero de las cosas. Entrevista a Raúl Escari”
Irina Garbatzky “¡Me gustaba tanto escribirte!” (reseña de Arrivederci amor mío de Agustín González)
Mariano Blatt, Alfredo Jaramillo y Pablo Katchadjian “Tres hombres en un bote”
Lila Siegrist y Georgina Ricci “Corazón valiente! Conozcamos a la editorial Yo soy Gilda”
Daiana Henderson “Como el recorrido de un hilo de oro” (poesía)
María Guerrieri “Desperté hecha un águila” (poesía y dibujo)
L.I.M.A.L Laboratorio de Investigación Mario Levrero
Biblioteca Popular D.G.Ponti Lagarde “Tesoro de la biblioteca: Norah Borges en Martín Fierro. Un cuadro sinóptico de la pintura” (póster)
Fernando Callero y Santiago Pontoni “Necesito amor en estado líquido” (poesía)
Tomás Boasso “¡Festejamos por lo inédito y por lo publicado!” (poesía)
Gustavo López “Liga de poesía bahiense” (poemas de Fabián Alberdi, Germán Arens, Mariela Gouiric, Nicolás Guglielmetti y Carolina Rack)
Pauline Fondevila “Los peces cantarán, las flores fumarán. Enciclopedia del náufrago”
Sociales del Club Editorial Río Paraná
Unión y Amistad #3
Un artefacto de comunicación desde el Club Editorial Río Paraná Año 2, número 3, otoño 2013 Imagen de tapa: Juan Hernández
Ernesto B. Rodríguez “Anécdotas y peripecias de Juan Grela”
Agustín González “Esperando por los cuentos de Corazón”
Francisco Garamona entrevista a Jacoby “¿Existe la obra de Jacoby?” 
Julia Enríquez “Poemas de un conductor de ambulancias” (traducción de poemas de Edward Cummings)
Cristhian Monti “Que no toque el piso” (plaqueta desmontable de poesía)
Damián Ríos “Otra vez que vino a mi cabeza el dibujo”
Ana Wandzik “Las populares tapas de Longo y amigos”
Unión y Amistad #4
La revista del Club Editorial Río Paraná Año 2, número 4, primavera 2013 Imagen de tapa: Ariel Costa
Pauline Fondevila “Escribo para no suicidarme” (texto sobre Édouard Levé)
Kiwi “Salir a cazar poemas” (poesía)
Raúl Martínez “Notas sobre Leo Gambartes”
Alejandra Benz “Un rato de diversión” (plaqueta desmontable de poesía)
Jorge Mario Varlotta Levrero “El llanero solitario” (historieta inédita)
Fernanda Laguna, Francisco Garamona y Mumi “Bocetos para el Manifiesto del Arte del Futuro”
Unión y Amistad #5
La revista del Club Editorial Río Paraná Año 3, número 5, otoño 2014 Imagen de tapa: Claudia del Río
Daiana Henderson “Sobre Al rayo del sol de Fernando Callero” 
Cristhian Monti “Sobre El entusiasmo de Tomás Boasso”
Francisco Gandolfo “¡Por siempre Gandolfo!” (relatos)
Diego Vdovichenko “Yendo de una ventana a otra” (poesía)
Pablo Montini “Espiga, letras y artes”
Coti Alberione “Payasitas” (dos pinturas)
Lila Siegrist “No se ve, o lo que se calla”
Virginia Negri “Un cuento del medio del monte” (cuento ilustrado por Maxi Masuelli) 
Unión y Amistad #6
La revista del Club Editorial Río Paraná Año 3, número 6, primavera 2014 Imagen de tapa: Alejandro Rosetti
Santiago Beretta “La búsqueda silenciosa. Entrevista a Rodolfo Elizalde”
Alejandra Benz (miembro de L.I.M.A.L.) “¡Salud, compañero Mario!” 
Jonatan Santos “Poemas infinitos”
Juan Laxagueborde “La obra pública de Lucas Martí”
Maxi Masuelli “T.R.I.P.A. Trabajo de Registro e Investigación sobre Paisaje Argentino” (plaqueta desmontable)
Nicolás Moguilevsky “En las mañanas de Argentina” (poesía)
Delfo Locatelli “La pintura. La forma. El dibujo” (ensayo)
Cristhian Monti “Hablemos de Folk” (reseña de Folk de Bernardo Orge)
Unión y Amistad #7
La revista del Club Editorial Río Paraná Año 4, número 7, otoño 2015 Imagen de tapa: Maxi Masuelli (con dibujo original en birome)
José Villa “Una ilusión objetiva” (reseña de La misma llama de Darío Cantón)
Francisco Bitar “Por la gracia de lo vivido y lo visto. Poemas de Charles Reznikoff” (traducción)
Carla Colombo, dibujos
Augusto Munaro “Vida de Santiago Dabove” (plaqueta desmontable)
Juan Laxagueborde y Santiago Villanueva “Conversación por zona Parque Rivadavia. Breve diálogo de interpretación”
María Salgado “Yo no soy más que mi deseo” (poesía)
Minireseñas “Una casa y un tambor de Pauline Fondevila por Damián Ríos” y “El libro de cuentos de Corazón de Agustín González por Rosario Bléfari”
Silvia Lenardón “Banda” (historieta)
Contratapa de Silvia Lenardón
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ivanrosadx · 3 years ago
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«A mediados de los 90, Luis Chitarroni —editor y escritor— arriesgó una síntesis: “la literatura es una forma de amistad y de hacer libros”. Lo que motivó esta frase fue la publicación de Amor a Roma, único libro de poemas publicado por C. E. Feiling, amigo entrañable de Chitarroni. En las mismas páginas donde se lee esa afirmación (C.E. Feiling, Con toda intención, Sudamericana, 2005) también se recogen dos intervenciones de un conocida polémica que sostuvieron César Aira y el propio Feiling a propósito de la reseña del último sobre Retrato de un albañil adolescente & Telones zurcidos para títeres con himen, libro escrito a cuatro manos por dos amigos de Aira: el poeta Arturo Carrera y Emeterio Cerro, pseudónimo de Héctor Medina, dramaturgo, poeta, narrador y licenciado en Psicología que pasó por la Universidad de la Sorbona para estudiar Lingüística, dato acaso no menor respecto de la impronta verbal de su escritura. Dados los argumentos y el tono de Feiling en contra del objeto de su reseña (no solo tilda de anacrónico el libro en razón de su impronta dadaísta sino que se pregunta “si C & C han sido asesorados por cierto popular animador televisivo; Raúl Portal ciertamente comparte con ellos la afición por tan ingeniosos juegos de palabras”), la frase de Chitarroni se torna reversible. Ensayo una versión: “la literatura es —también— una forma de enemistad y de destruir libros”. En cualquier caso, la tirria de Feiling está concentrada en Cerro, no en Carrera (“Es difícil saber qué puede haber movido a Arturo Carrera, el poeta de Arturo y yo, uno de los mejores libros de los últimos años, a entrar en asociación ilícita con Emeterio Cerro”) ni mucho menos en Aira: en la réplica de Feiling a la respuesta de Aira a la reseña, aquel califica a este como “cierto autor que admiro (esto es sinceridad, no captatio benevolentiae: temo que será malinterpretada)”, calificación que se confirma en la reseña de Feiling a Los fantasmas, de Aira, publicada en el número 21 de la revista Babel (diciembre de 1990), teatro de operaciones de la polémica. La respuesta de Feiling a Aira había aparecido en el número inmediatamente anterior al de la reseña que elogia Los fantasmas.
Volvamos a la formulación inicial. Dos libros publicados en menos de un año le dan la razón a Chitarroni y a su literatura formadora de amistad y hacedora de libros: el primero es Catálogo descriptivo de la obra de Emeterio Cerro (Blatt & Ríos, Buenos Aires, 2021), de César Aira, y el segundo, El prisma de Elba Bairon. Dibujos para Emeterio Cerro (Iván Rosado, Rosario, 2022), de Irina Garbatzky y Francisco Lemus. Ambos libros, a su modo, dan cuenta de la potencia con que la literatura hace circular amistades y libros, es decir, dan cuenta de los relatos que produce la vida literaria. Garbatzky y Lemus en el prólogo a su libro, “El prisma de Elba”, le dan una forma a esos relatos: “La amistad es un poliedro. Puede verse de un costado y entonces ilumina una historia. Puede verse de otro, y contará un cuento, tal vez, distinto. Puede verse en movimiento; entonces sus caras entablarán una música sincopada. Este libro se acerca a esa composición que es la amistad”.
El prisma de Elba Bairon, el más reciente de estos libros dedicados a la obra de Emeterio Cerro, agrupa materiales variopintos: una entrevista a Bairon, una sección con dibujos para las obras teatrales de Cerro, una con dibujos para sus libros de poemas y narraciones, otra con bocetos para afiches de las presentaciones de las obras de teatro más algunas reproducciones de estos y, por último, una selección de cartas titulada “Para Elba de Emeterio”. Estas secciones están precedidas, además del prólogo recién mencionado, primero por una biografía sintética de Bairon y luego por una reproducción facsimilar de una reseña a la obra de Cerro El cuiscuis aparecida en el número 40 de El porteño (1985) y firmada por Daniel Molina. La reseña apunta a dos cuestiones acerca de Cerro, a quien Daniel Molina llama “serio burlador”: se trata de la risa y el humor. Molina atestigua que “el público se ríe. ¿De qué?”. “No sé”, se contesta a sí mismo inmediatamente. Así, Molina empieza a interrogarse por el carácter desconcertante que provoca la risa en quien la oye. Es de quien oye reír y no está riendo desde donde provendrá siempre la pregunta del porqué de la carcajada: “¿A quién le hace gracia? La pregunta es siempre pertinente cuando se trata de un chiste (y no veo de qué otro modo interpretar este libro de Carrera y Cerro)”, comienza la citada reseña de Feiling. “Quizás”, sigue Molina, “el humor del horror que se ve dé risa” (recordemos el producto de la suma de humor más horror: “horroreír”, fórmula de Leónidas Lamborghini). Más adelante, la reseña arriesga una afirmación luego de una última conjetura: “Y nada tan conventillero como los chismes del realismo nacional que se susurran al oído de las niñas cautivas de los conventos de monjas, en las largas noches de invierno. Quizás eso dé risa. Eso es el humor de Emeterio Cerro cuando se encierra para leer las prístinas páginas de la historia real de la Nación o juremos con gloria morir. De cualquier forma, pero morir. Mejor si es con gloria. Eso, seguro, da risa”. El humor, causa del efecto que es aquí la risa, supone un punto de vista. En este caso, un lugar desde donde “leer las prístinas páginas de la historia real de la Nación”. Lo que devuelve ese punto de vista es un tono, una manera de decir. Pero lejos está El cuiscuis de una representación de episodios de la historia nacional y más aún de una con visos de parodia mecanizada. El cuiscuis suena así: “Una ser chentupies duna ser captive par les jesuites infecondes les plis cirs personas que vi llama guanacota” y también así: “Ye suis parti jesuita sur montañes... lacs... lacunes... montañes lcs lacunes motañes lacs lacunes... aucaliptus... aucaliptus... ine grande prairi...”.
Por supuesto que es imposible hacerle justicia a la obra, es decir, a la puesta singular que Molina reseñó, para lo cual fue, ante todo, espectador: “Puede decirse que el teatro de Cerro, así como su literatura, estaba más hecho para ver que para leer”, proponen Garbatzky y Lemus. Al aspecto visual hay que añadir la dimensión sonora, recién indicada, de “estos libritos sin pie ni cabeza que todo el mundo se apresura a descartar como glosolalias taradas”, advierte Aira en “El test. Una defensa de Emeterio Cerro” (Babel, número 18, agosto de 1990), su réplica a la reseña de Feiling. El prisma de Elba Bairon ilumina la dimensión visual tanto de la dramaturgia de Cerro —solo un libro, Teatralones, recoge parte de ella— como de sus poemas y narraciones. A la altura de la página 122 de su catálogo descriptivo, Aira precisa que “Un estudio serio de la obra de Emeterio Cerro no debería obviar este constante y extraordinario acompañamiento visual”. El “constante y extraordinario acompañamiento visual” al que se refiere Aira aquí, puntualmente, es la tapa del libro Vaca entalcada: un cuerpo de mujer desnudo, con tres cabezas de vaca y parado sobre lo que parecen espinas sobre un fondo magenta. De modo más general, el comentario de Aira engloba todas las ilustraciones que Bairon realizó para la literatura de Cerro. ¿Supo Aira de la pronta edición de Garbatzky y Lemus? La conjetura apenas si tiene valor: lo que interesa es el carácter casi de respuesta de El prisma de Elba Bairon a su afirmación, la curiosa sincronicidad, la apariencia de anticipación.
El libro de Aira parece tomar al pie de la letra el método que se infiere de la parábola del pez luna, popularizada en el mundo de las letras por Ezra Pound, quien la colocó al inicio de su ABC de la lectura (1934). La parábola cuenta cómo el biólogo Louis Agassiz pide a un estudiante avanzando que describa un pez luna común y corriente, pero el estudiante, en vez de describir de modo concreto y simple lo que tiene frente a sus ojos, recurre a las extensas categorías del reino animal y diluye el objeto de su descripción en un mar de abstracciones. La tapa del libro de Aira explicita su propósito: “No hago crítica ni interpretación, salvo el mínimo necesario para describir. Tampoco hice rastreo biográfico o bibliográfico; me limité a la relectura de los libros que compré o recibí de manos de mi amigo y conservé durante muchos años”. Solo en un lugar de la descripción de la obra de Cerro Aira se refiere al humor, ese tono que el mismo Aira ha querido expulsar del modo de leer su propia literatura. De hecho, la mención al humor es por la vía negativa. Dice Aira sobre Las carnes (1992): “Libro curioso (por más de un motivo), excepcional en la obra de su autor, no exhibe su lenguaje más característico, ni su temática, ni sus digresiones zafias o humorísticas”. Es decir, aquello por lo cual Molina se interroga, y que Feiling desecha, aquí queda apenas registrado pero como una ausencia.
El prisma de Elba Bairon sí nos deja entrever un registro del humor de la literatura de Cerro, de ese “grotesco de caricatura que anticipa los giros del poema”, como propone Aira a propósito de la ilustración de Bairon para la tapa de El bristol. No solo esta imagen —tres figuras femeninas y una masculina, compuestas apenas por trazos fuertes, en cuyo fondo priman los tres colores primarios— sino la mayoría de los dibujos de Bairon para Cerro tienden al grotesco que subraya esta literatura escrita más para la mirada pictórica que para la vista lectora, como proponen Garbatzky y Lemus. Además de las tapas de Bairon para los libros de Cerro desde 1988 hasta 1997, Garbatzky y Lemus compilan materiales de un archivo que excede la ya difícil de acceder obra de Cerro (se consigue muy poco en la web y, excepto que alguna mano amiga nos preste los libros, si optamos por revisar Mercadolibre, vemos que sus títulos oscilan entre los 10 000 y los 25 000 pesos): algunos dibujos para las obras teatrales —vestuarios y escenografía—, bocetos para afiches de las presentaciones teatrales e incluso alguno de ellos. La nota dominante de estas ilustraciones son las formas simples, el trazo curvo y ágil (los seres salidos de la mano de Bairon están siempre en movimiento, aun cuando a algunos se los ve parados o sentados) y el tono fuerte de los colores. Del mismo modo que la escritura de Cerro hace piruetas en su desliz significante (“Panama panamí para ti será pana sin lana con tana agujera como no hacer aguas paraqué”, se dice en Los fifris de Galia, de 1988) e inventa combinaciones inauditas, los dibujos de Bairon también presentan este carácter de objeto extraño, de combinatoria imposible. En la misma página de Los fifris de Galia donde se lee el fragmento recién citado, la ilustración de Bairon presenta un conjunto de curvas ascendentes, con algo de árbol o, por lo menos, de vegetal, en cuyo interior vuela un pájaro hacia arriba, en apariencia propulsado por un fuego o disparo que proviene de una larga c��nula que crece cerca de la base de un “tronco”, cuya forma recuerda a los órganos sexuales de algunas flores. A la derecha, casi como saliendo de un ala del ave, dos peces nadan cuesta abajo. Debe leerse esta descripción más como una conjetura que una transcripción de la imagen a la palabra.
A todas luces, preguntar “qué es” la obra de Bairon y Cerro es de escasa pertinencia. Solo nos queda el intento de describir lo que tenemos enfrente y cómo se vinculan entre sí los materiales. A contrapelo de la reseña de Molina sobre El cuiscuis, la escritura de Cerro y los dibujos de Bairon, como el Jabberwocky de Lewis Carroll o los Jumblies de Edward Lear, según el artículo “Humour” de G. K. Chesterton (1938), no son una parodia ni una sátira de nada o de nadie, sino que se asemejan a un nonsense en el que “las prístinas páginas de la historia real de la Nación”, apenas y solo en ocasiones, constituyen el lugar desde donde partir e ir tan lejos como se pueda.
En el código de cualquier amistad, los terceros quedan parcial o, a veces, totalmente excluidos, como Silvina Ocampo al oír las risotadas de Borges y su marido, producto de las maledicencias y chistes gruesos registrados en el Borges de Bioy Casares. Catálogo descriptivo de la obra de Emeterio Cerro y El prisma de Elba Bairon. Dibujos para Emeterio Cerro son un convite para esos terceros, cuyo nombre, en este caso, todavía no es legión. Daniel Guebel y Sergio Bizzio escribieron a cuatro manos El día feliz de Charlie Feiling (2006), una recordación jocosa por el amigo de ambos, muerto en 1997, apenas seis meses después del fallecimiento de Cerro. La narrativa de Feiling se ha vuelto a editar con el paso de los años. Quizás la publicación de los libros de Aira y de Garbatzky y Lemus propicie una reedición de una obra que, hasta ahora, ha tendido a la dispersión y sobrevive gracias a los vínculos que Cerro cultivó en vida —lo prueban los dos libros comentados— y a la circulación de mano en mano que, como una contraseña o como la risa, afianza toda amistad.»
“¡Magnífica galería de amigazos ennobleciendo tal desquicio de texto!” por Marcelo Bonini en Praüse
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ivanrosadx · 3 years ago
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«El prisma de Elba Bairon es un libro de la amistad y el amor en el arte, y de cómo las búsquedas se perciben compartidas. Elba y Emeterio, el arte visual y la literatura, el vestuario y la dramaturgia, pero también Garbatzky y Lemus hablando con Elba y Emeterio, el arte visual y la literatura… Intercambios, redes, acolutia (el cortejo de amigos que celebraba Roland Barthes), difuminan los lugares y los nombres para crear otra cosa o como dicen los compiladores del libro: para extender las búsquedas hasta el punto de no poder escindir a quién pertenecen, de quiénes son los materiales, las cartas, las ideas, las obras.
La figura del prisma del título, entonces, se nos presenta como un modo de nombrar las distintas aristas que forman parte del proceso artístico y amistoso entre la obra de Elba Bairon (1947), en las décadas del ochenta y noventa, y la dramaturgia y la literatura de Emeterio Cerro (1952). Aunque el prisma también es un modo de entrar al libro compilado por Irina Garbatzky y Francisco Lemus, editado a principios de este año por Iván Rosado. El libro está organizado a partir de seis zonas o caras. La primera es una breve presentación de la artista, titulada “Biografía de Elba Bairon”, seguida por El prisma de Elba, un estudio y una entrevista a Bairon a cargo de Garbatzky y Lemus. Si bien las imágenes de archivo aparecen a lo largo de las ochenta y dos páginas del libro, es en “Dibujos para obras teatrales” donde pueden observarse con nitidez los bocetos que hace Bairon en los ochenta para las obras teatrales de Emeterio; mientras que en “Dibujos para libros” se reconocen los diseños en las tapas e interior de los libros de Cerro; imágenes colmadas de colores, animales, ángeles y demonios, figuras voluptuosas que parecen salidas de un sueño o una pesadilla. Como un modo de cerrar el poliedro de la amistad, se presenta una selección de cartas —“De Emeterio para Elba”— que enfatiza el carácter afectivo con el que pensaban sus proyectos, seguida por “Fotos y afiches” de las obras teatrales.
En el estudio que da nombre al libro, Garbatzky y Lemus describen como un “frenesí” su encuentro con el archivo de Cerro en su casa de San Telmo, Buenos Aires. Ambos críticos, cuyos objetos de estudio se distancian y se acercan en una misma danza, subrayan el entusiasmo con que se sumergieron al momento de seguir los rastros del arte y de la amistad entre Elba y Emeterio. De hecho, el primer encuentro, en 1983, entre estos dos artistas se figura como un “flechazo de amor”. Frenesí, flechazo, amor: todos nombres del afecto. Este gesto también puede observarse en la entrevista concedida por Elba en septiembre de 2019; y, muy especialmente, en las cartas seleccionadas que Cerro envía desde París a finales de los ochenta y principios de los noventa, donde se referirá a su trabajo como un “matrimonio artístico”. Sucede que si existe un rasgo que caracteriza la obra de Emeterio, señalan Garbatzky y Lemus, es el trabajo colaborativo. Una marca que se desprende no sólo del hacer con otros sino también del gesto de incorporar en sus proyectos a artistas provenientes de diversas disciplinas. Claro que si pensamos en la naturaleza de las propuestas teatrales, la consideración no es llamativa, pero se convierte en sello cuando esta forma de trabajar se presenta también en sus libros de poesía y narrativa. Recordemos que Elba diseñó telones, escenografías y vestuarios para las puestas en escena de Emeterio, pero también ilustró las tapas y los interiores de sus libros. De modo que su trabajo visual se nos vuelve esencial para mirar en clave plástica la obra de Cerro: “Vemos mediante el prisma de Elba”, apuntan Garbatzky y Lemus, y su óptica extiende la escritura de Emeterio.
Como las tecnologías de la amistad que describe Roberto Jacoby, El prisma de Elba refracta los caminos que se tejen entre los artistas, sus obras y saberes. Las búsquedas se comparten y se sostienen dejándose atravesar por el afecto. La imagen del poliedro para pensar la amistad en movimiento, elegida por Garbatzky y Lemus al comienzo de su estudio, es definitivamente un modo feliz de leer los encuentros que componen el libro.»
Julieta Novelli en Revista Otra Parte.
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ivanrosadx · 3 years ago
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«Dicen que como se está por fuera también se está por dentro. Suele comentarse eso respecto al manejo de una casa, con cómo eso se relaciona con los nervios y la calma.
Este es un libro muy ordenado: a cada texto le corresponde una página. Este orden tiene un efecto, un movimiento consistente y rutinario, al pasar hoja tras hoja la mano adquiere un hábito acompasado. El gesto se toma su tiempo y lo que demora, en algunos casos, puede ser lo mismo que dura la lectura de cada página. No pasa lo mismo con esos libros con hojas repletas de letras minúsculas en los que uno debe reacomodarse en la lectura para codear la concentración. Entrenamiento para la mente tiene una relación extraña con el tiempo porque, a diferencia del gesto de lectura, al sumergirse en la historia, el tiempo se expande, se ralentiza.
Irina divide el tiempo en habitaciones. La habitación interna, la propia de la historia, es silenciosa y austera. Es el espacio propicio para la insistencia de una idea, es decir, para dar lugar a lo que ella llama la transformación persistente, que no se apura a terminar en una explosión rápida. Le da una progresiva calma camaleónica. Pero también está la habitación de quien lee, con la melodía rítmica del correr de las hojas. En esta habitación el tiempo es más veloz. El entrenamiento llega a su máximo esplendor cuando logra unir las dos habitaciones, como cuando las imágenes dobles del bizco se imantan y se hacen una. La persona lectora despega la mirada del texto y se sumerge en pensamientos como “¿Qué es lo que espero?” o “¿Un bondi a Villa Adelina cuenta como viaje?” o “¿Existen los comienzos?” El libro provoca una confusión temporal que el título transforma en ejercicio.
¿Es posible escribir sobre el libro por fuera de ese ambiente que propone? Irina abre un espacio íntimo que no finaliza al terminar la lectura, la unión de los espacios es una trampa. Quizás es porque la unión entre libro y autora es un acuerdo muy cercano. Bajtín dice que los libros que tienen menos de sesenta páginas son todos autobiográficos. ¿Por qué esa necesidad de intimidad compartida? Es la costumbre actual que elige lo cotidiano y lo subjetivo. Un de acá para allá entre las redes sociales y la literatura. Esta es una pregunta abierta, no es tan propia del caso de Irina. La diferencia radica en el silencio que su tono permite. El relato propone una imagen del silencio, aunque ella misma afirme que no existe. Es una ampliación del detalle que se contrapone a la multitud, al gran todo lleno de cositas que es la red social. Un detalle frente a la inmensidad, un detalle a la deriva. Este libro dice de sí muchas cosas que otro podría decir de él. Forma parte del juego de las habitaciones, no solo crea la propia del libro sino también el espacio de lectura.»
Magdalena Testoni sobre El entrenamiento de la mente de Irina Garbatzky en revista Segunda época N°4, junio de 2020, pp. 119-121.
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Obra en tapa: Constanza Alberione
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ivanrosadx · 3 years ago
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El prisma de Elba Bairon. Dibujos para Emeterio Cerro
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ivanrosadx · 3 years ago
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EL PRISMA DE ELBA BAIRON. DIBUJOS PARA EMETERIO CERRO es un libro que versa sobre la relación de amistad y trabajo en el arte que mantuvieron Elba Bairon y Emeterio Cerro entre comienzos de los 80 y finales de los 90. Bairon produjo vestuarios y escenografías para las obras teatrales de Cerro y dibujó mucho para las tapas e interiores de sus libros.
Con compilación y estudio de Irina Garbatzky y Francisco Lemus, este libro ahonda en la trama de colaboraciones y afectos entre Elba y Emeterio, dejando ver a su vez aspectos de esos años de posdictadura en el arte argentino.
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ivanrosadx · 5 years ago
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Dos prosas-poemas de Irina Garbatzky
en: El entrenamiento de la mente, 2020
Volver de un viaje es difícil. Borra la experiencia, la desagota. Las formas propias que despaciosamente el viaje se esforzó por desarmar, —esa sensación de libertad que da el anonimato en un mundo nuevo—, reaparecen en los gestos y en la voz con la fuerza que tienen las marcas familiares. Cuando uno viaja se ilusiona con el recomienzo, con que los desafíos de la intemperie fuercen una transformación. Así, las personas tímidas de repente se vuelven extrovertidas, las rígidas, más flexibles. Mientras estabas afuera, eso ocurre, mientras estabas en casa, eso deja de ocurrir. Lo más hermoso de los viajes de a dos es cuando esa fuerza de lo familiar se descompone, aunque sean dos que se aman y conviven hace años, aunque sean padre e hijo, o dos hermanas, o dos amigas, los que viajan. Así aparecen las anécdotas o los chistes, tan difíciles de contar. Cómo viajar juntos: si me lo imaginara, no sucedería.
La teoría del viaje transformador la sostuve con bastante superstición durante un tiempo, ahora creo que la voy a reformular. Los restos de un viaje serían como los restos de un sueño y están en una especie de realidad paralela, de sensibilidad inmaterial. La noche que llegué soñé con un Tiergarten rosarino tan exactamente igual al berlinés que en un momento empecé a dudar en dónde estaba. A lo mejor no había hecho más que recorrer lo conocido.
Pero eso, ¿no sería el lado b de la teoría del "borrón y cuenta nueva"? Lo único que existe es el sol débil del invierno y el fondo marrón de ramas secas. El paso por el cuerpo del paisaje.
*
A veces pienso que hay una sola cosa sobre la que escribir. Una sola, nada más: el crecimiento y la transformación. Días y días y días en donde sólo puedo pensar en las transformaciones de las plantas, del cuerpo o de la casa. Sentarme a pensar el mundo, pero en un mundo reducido, donde el sol pasa muy rápido de un punto a otro del cielo.
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labolaeditora · 7 years ago
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"Los Pacientes", de Ana Rocío Jouli Contratapa por Irina Garbatzky
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