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When I see the full name of Isco
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Fanfic Isco Alarcón - Cinco caminos a Grecia
Muchísimas gracias por leer!! El resto del fic aquí
Capítulo 8
Diciembre estaba resultando verdaderamente extenuante. Nunca había tenido tantos turnos de veinticuatro horas en este mes en el que los accidentes caseros estaban a la orden del día, los resfriados a pesar de nuestro compasivo invierno proliferaban y las enfermedades estomacales, ya sea por indigestión o por experimentos, causaban emergencias bastante desalentadoras. Sin mencionar a los enfermos crónicos, reumatismos acostumbrados a nuestras cálidas temperaturas empeoraban de forma alarmante al más leve asomo de una brisa templada y aquellos diabéticos, hipertensos y afines, también acababan en urgencias por abusar de la comida.
Sin embargo, estaba complacida de este cansancio porque me serviría de práctica y preparación para la verdadera carrera. A los estudiantes se les perdonaban los días festivos en la mayoría de los casos, a los médicos no. Yo seguía pagando mis turnos caídos por Dino y no me iba a quejar por eso, aunque sí puedo decir que la guardia de vísperas de navidad fue un coñazo. Habíamos llevado de todo para comer e incluso uno que otro vinito para brindar, pero a duras penas pudimos celebrar. Emergencias estaba a reventar, muchas veces tuvimos que pedir apoyo de traumatología porque ginecología nos chupaba a todos. Madre mía, como pare la gente en noche buena.
Suerte la mía que había iniciado guardia el día anterior, pero honestamente me sentía muy culpable de pirarme a las siete de la noche cuando todo el mundo estaba corriendo. Los relevos ya habían llegado, pero eso no me consolaba. Los miraba a todos correr, ya con mi equipaje listo, y a la doctora Perdomo apurar un vaso de sidra y pellizcar una menestra a la rondeña que había llevado una de las enfermeras.
-Que te vas ahora mismo, ¡te me vas! – me regañó, cuando le ofrecí quedarme.
-Pero…
-Que yo nunca te he nalgueado, ¿eh, Grecia? Vete a estar con tu familia, niña.
Me reí de su amenaza. Le conté que mi familia no haría gran cosa y que sentía que hacía más falta en el hospital.
-Cuidado esa cabezota no te pasa por la puerta – me dijo en tono de burla – que aquí resolvemos nosotros, vamos a estar bien. Aprovecha de estar un año más con tu familia, que no sabes si el año que viene te toca jornada médica en Chechenia o qué se yo.
Al fin y al cabo, le hice caso. Mamá se alegró mucho al verme cruzar la puerta, luego de haberle escrito que me quedaría. Me apuró a vestirme cuando ya ella se ponía los pendientes en lo alto de la escalera. Me apetecía poco ir a casa de la tía Mercedes, pero vamos, sabía que tenía que ir, era como algo de rigor. Me alisté lo más rápido que pude, me coloqué unos leggings gruesos, un suéter tejido de un bonito tono marsala, botas a la rodilla y el cabello suelto. La cebolla que me había hecho durante la guardia me había dejado unas ondas que me gustaron. Apenas me puse algo de base, delineador y labial para salir a la carrera, colocándome los zarcillos junto a las escaleras como mamá.
Para mi sorpresa, Mario iba con nosotros y papá se había puesto chaqueta. Por lo general, Mario siempre llegaba antes de las doce, comía y volvía a desaparecer y papá, pues era bastante difícil sacarlo de su suéter polo. A pesar de mi cansancio, el ambiente festivo terminó por colarse en mi sonrisa, ayudó mucho el exquisito vino tinto que tío Lucio había llevado para brindar y por supuesto, la buena comida. No me salvé de alguna consulta express, tías, tíos y la abuela viniendo a preguntarme por algunas circunstancias de salud y porqué les dolía allá o aquí cuando hacían tal cosa. Ya estaba acostumbrada, mi familia jamás desaprovechaba cualquier oportunidad para recordarme que la bata había quedado guindada en mi habitación, pero que sería médico a donde fuera.
Mario y yo éramos los más jóvenes de nuestra generación, pero sólo los primos más grandes tenían niños. Por eso mi familia se constituía mayormente en gente grande y nuestras navidades se hacían muy repetitivas. Llegábamos a casa de tía Mercedes, quien intentaba sembrarnos un vaso de ponche tan pronto llegar, comentábamos los pormenores de nuestras vidas desperdigados por la acogedora sala con la chimenea eléctrica encendida y luego ayudábamos a servir la comida. Pasando fuentes y bandejas de aquí para allá y de allá para acá, comíamos hasta no poder más y nos sentábamos de nuevo en la sala para cantar flamencos o boleritos con la guitarra de tío Manuel. Y vaya, yo la estaba pasando bien, con esa copa de vino que hacía juego con mis labios, sintiéndome afortunada porque tenía a mi familia una vez más conmigo y porque la verdad, estábamos llenos de voces privilegiadas –yo era una triste excepción- sobre todo la niña de diez años de Josué, Paloma, que cantaba como si tuviera diez pulmones.
Mamá daba abrazos espontáneos cuando estaba feliz y ya me había dado cuatro, el ponche la tenía contenta. Al contrario de papá que se había quedado lelo escuchando un bolero, la cara nostálgica y las lágrimas reprimidas brillándole tras los lentes, seguramente acordándose de sus viejos y de sus navidades.
Poco después de que llegara Papa Noel y Paloma, Martina y Gabriel abrieran sus regalos, decidí que era hora de irme, estaba muerta del cansancio. Mario se fue justo después de comer con sus amigos y el coche estaba disponible, pero sabía que papá aun no quería irse y no tardaría en hacerlo. Josué se ofreció a llevarme, tuvimos una de esas conversaciones de casado-exhausto pero feliz cuya conclusión fue, irónicamente, “no te cases”.
Llegué a casa y aunque lo único que quería hacer era meterme en mi pijama, me senté en la soledad de la sala para embeberme de ese momento de quietud y repasar la noche, como para guardar firmemente el recuerdo en un lugar seguro. No sé cuánto tiempo estuve así, hasta que la cerradura de la puerta me sobresaltó. Era Mario.
-¿Ya de vuelta tan temprano? – le pregunté.
-¡Joder! ¡Que me matas del susto! – brincó.
Me reí con fuerza al verlo lívido.
-¡Valiente! – me reí - ¿Has venido a por algo?
-A por mi cama. ¿Y tú qué haces ahí sola como una loca?
-Sola como una loca – me encogí de hombros – No te creo que ya estés de vuelta, ¿te pasó algo?
-¿Y por qué no? Estoy madurando, ¿eh? Que ya las fiestas no son tan lo mío…
Le dediqué una mirada entre severa y divertida para indicarle que aun así no le creía.
-Vale, pues estaba con los chicos – exhaló, sentándose junto a mí – fuimos a parar en casa de Mónica, una amiga y pues… de un momento a otro, Martín y yo quedamos solos en la sala… Isco y Javier habían subido con las chicas… y yo no iba a quedarme ahí…
Sentí un odioso retortijón en el estómago y el ceño se me frunció enseguida.
-Pues que groseros.
-Ah, estoy acostumbrado – dijo Mario, restándole importancia, pero se le notaba que estaba molesto – Martín quería seguir bebiendo, pero no, yo no iba a quedarme ahí… Esto es lo malo de salir con ellos…
-¿El qué?
-Que siempre se quedan con las chicas y no les importa desaparecerse y dejarnos a nosotros.
-Que amiguitos los tuyos – le respondí con enojo. Él se echó a reír.
Mario seguía hablando y me llenaba más de rabia. Qué bajeza abandonar a un amigo, con quien en principio decidiste salir, por un revolcón. No iba a decirle a Mario que él también se merecía quedarse con las chicas o que él era mejor que eso porque encontraría a una única chica que valdría la pena y no como esa Mónica y su amiga, pero se hubiese burlado en mi cara. No sabía que decirle. Es más, no sabía porqué estaba tan indignada si él se lo estaba tomando con tanta calma.
-Vale, que no los culpo. En su lugar, yo probablemente haría lo mismo.
-Bueno, sí, tú no eres mucho mejor que ellos – solté en un tono casi resignado.
Mario me miró y vi en sus ojos verdosos la sinceridad inminente.
-No sé si mejor, pero soy un tonto buena gente casi siempre – me confesó en voz baja – y por eso me pasan las cosas.
Me reí por lo bajo. Me sentí exactamente igual e impulsivamente, le di un abrazo.
-Feliz navidad, Guecha.
-Feliz navidad, Mayo – y le di un beso antes de irme a dormir.
_______________________________________________________________
No tenía idea de la hora, pero cuando Dino empezó a ladrar como loco sentí que apenas había dormido un rato. Se subió a la cama y ladraba a todo pulmón como para defenderme del intruso. Alguien me voló la almohada y la cobija y se me tiró encima, mientras un Dino aterrado seguía chillando, interponiéndose entre las dos.
-¿Pero qué haces tú aquí? – pregunté, confundida y adormilada.
-Te vine a rescatar – rió Paula.
Me costó un par de minutos asimilar que Paula estaba ahí conmigo y no en Valencia con su familia, que era navidad y ella había venido dispuesta a pasarla aquí. Me contó todas las eventualidades de su noche buena y los planes que había hecho para hoy en mucho menos tiempo del que yo podía procesar. Insistió, como siempre, en que me pusiera guapa y que la ayudara a cocinar algo porque había invitado a Lorena, Sergio, Martín y Carlota para pasar un buen rato.
-Y no vengas a regañarme que tu mamá fue la de la idea, ¿eh?
-¿Y yo he dicho algo? Hostias… - me quejé, con la boca llena de espuma mientras me cepillaba los dientes.
-Apúrate que quiero darte tu regalo, pero para eso tienes que ponerte guapa…
Por primera vez, Paula no rebatió el atuendo que saqué del closet. Una maxi falda de un bonito tono durazno claro y un crop-top floreado, sandalias amarradas a los tobillos y las pulseras que resultaron ser mi regalo me combinaban a la perfección. Me recogí la mitad del cabello y dejé que las ondas de la noche anterior duraran lo que tenían que durar. Ella llevaba un lindo vestido azul muy sencillo que mostraba los hombros y un sombrerito marrón que le iba muy bien a su cara. Yo le había regalado una agenda que no tuve tiempo de envolver, pero es que yo no esperaba verla hasta el año nuevo.
Bajamos a la cocina y ya mamá le había calentado de todas las sobras habidas y por haber a Paula, que se moría por probar nuestra comida de navidad. Ella también había llevado unos dulces típicos de su zona. Mientras se zampaba todo lo que mamá le había puesto en el plato, pasándolo con una copa de ponche, yo tostaba pan en el horno para unos crostinis de capressa y llenaba vasitos para jelly shots, que si íbamos a montar la fiesta, pues a hacerlo bien, aprovechando que estaba de ánimos. Hasta que Paula comenzó a ofuscarse. Sergio, con un drama digno de telenovela, fondo musical incluido, nos dijo que ya no iba a poder acompañarnos. Martín no respondía, Carlota decía estar varada en casa de sus abuelos fuera de la ciudad. La única fue Lorena que prometió estar en casa dentro de una hora y muy puntualmente cumplió.
Hice un coctel con apenas un toque de ginebra para que nos instaláramos mientras se terminaba de cocinar y asentar lo que Paula y yo habíamos preparado para picar y que ahora parecía comida para un batallón, considerando que sólo estaríamos las tres. Mamá y Papá a media tarde decidieron volver a casa de tía Mercedes y Mario había salido. Sin embargo, la felicidad no nos duró tanto tiempo cuando Mario apareció con sus amigotes, Francisco, Kike y su respectivo Martín.
Francisco había llegado con una bolsa de lo que parecían chocolates y bombones y una gigantesca torta borracha. La colocó en la mesa y antes de saludar, preguntó por July. Le dije que no estaba, pero que podía decirle donde encontrarla y se limitó a pedirme que le entregara los regalos. Pensé que eso era todo y seguí preparando los crostinis, pero él se acercó y casi con un aire distraído, me saludó rápidamente con un beso en cada mejilla.
Paula fue la encargada de presentar a Lorena y, como era de esperar, de invitar a los recién llegados a nuestra pequeña tertulia que se había quedado corta de invitados.
-Espera, espera… - atajó Mario, riendo, divertidísimo por la situación – ustedes no nos invitan a nosotros, ¡ya nosotros habíamos planeado quedarnos a beber aquí! Si quieren, ustedes también pueden quedarse…
Paula lo miró entre sorprendida y divertida. Toda su expresión me decía que había recibido como una cachetada aquella grosería.
-Quedarse y compartir con nosotros – saltó Francisco con encanto, siempre recogiendo los desastres detrás de Mario.
-¿Qué ya no lo estamos haciendo? – dijo Kike con aire relajado, acomodándose en uno de los sillones al final de la cocina.
Lorena nos miraba, incómoda, sin saber qué hacer.
-Vale, que esto es muy fácil de resolver – intervine, alcanzándole a Mario sus six-packs – ustedes se van afuera a hartarse de su cerveza y nosotras nos quedamos aquí dentro y listo.
-Cómo me llena su espíritu navideño, ¿eh? – dijo Alarcón, sarcástico y rodando los ojos, tomando una cerveza para salir a la terracita.
Vi ese proceso de revelación en la cara de Paula y en su forma de desencajar los hombros, inminente a pesar de lo mucho que le desplegué los ojos en advertencia, su espíritu de conciliación.
-Isco tiene razón, ¿por qué no podemos compartir todos?
-Vale, socializar – sonrió Lorena, alzando su coctel.
Y fue así como me vi forzada a integrarme al grupo de amigos de mi hermano, cosa que por un montón de años nunca pensé en hacer, incluso antes de la vuelta de Francisco, hace poco, pero mis amigas parecían gustosas de la inesperada compañía. Paula, pues porque es extrovertidisima y le encanta el rollo del grupo grande, y Lorena porque desde que llegaron había adoptado un colorado en el rostro no muy propio de ella y parecían darle infartos exprés cada vez que Alarcón hablaba y que seguramente no solo nosotras notábamos.
Lo que llamábamos terraza era apenas un pedacito de tejado que sobresalía de la casa sostenido por vigas de madera. Había banquitos de madera envejecida adornados con cojines y unas bonitas sillas de patio, una mesita a juego y muchas macetas con helechos y enredaderas que guindaban por todos lados. En la pared habíamos clavado unas vigas a modo de estantes en las que yo cuidaba un ejército de mini cactus y plantas diminutas y más allá de nuestro trocito de piso adoquinado, se extendían unos diez metros de césped, apretujados en el estrecho que dejaban la casa y la cerca. Salí con la primera tanda de entremeses y fui recibida con vítores. Mi amiga aprovechó la algarabía para proponer alguno de sus drinking games.
-¡Ay, Paula! ¿De verdad? – me burlé yo.
-¿Por qué no? Es una excelente herramienta para romper el hielo y conocernos mejor ¡Ve a por los jelly shots!
La moción fue aceptada por unanimidad. Como era costumbre, casi de inmediato Paula se había convertido en la líder y el primer juego en cuestión fue el popular “Yo nunca”. La verdad era muy fácil que se convirtiera en juego de sexos, habiendo cosas muy marcadas que chicos y chicas hacíamos de forma exclusiva. Sin embargo, habían excepciones graciosísimas, como el “yo nunca he usado maquillaje” y Martín pegándose hasta el fondo la lata de cerveza, o “yo nunca me he ligado a la mamá de un amigo” y Lorena alzando su jelly shot. Yo trataba de afectar lo menos posible a mis chicas, pero casi todas mis sentencias terminaban condenando a Alarcón. “Yo nunca me he rapado”, “yo nunca he viajado a Asia” o –una que sí dije con mala intención para Paula- “Yo nunca he vivido en Valencia”.
-¿Me quieres emborrachar, Finlandia? – me acusó, luego de sacudirse el último trago seco de una botella extraña que Mario había traído a colación.
-Y a ver cómo te portas – le dijo Lorena, sonriéndole y cambiándose el cabello negro de lado.
-La verdad, no muy bien – confesó él, alzando las cejas.
-Mejor así – respondió ella con una risita.
Paula me miró, cómplice, con algo de sorpresa ante la escena y yo procuré cambiarme de sitio, para estar más cerca de mi amiga, que por su parte estaba siendo receptora de las vibras cachondas de Martín. Al parecer siempre tenía algo que decir ante los “yo nunca” en los que a Paula le tocaba beber y buscaba cualquier excusa para decirle lo afortunado que era de estar con nosotros en este momento. Enseguida cambiamos la estrategia para jugar beer pong, una vez más chicos contra chicas.
-Que con nuestro Martín no estuvieras en estas, ¿eh? – le susurré a Paula mientras los demás armaban la mesa de ping pong de Mario.
-Hala, tía, lo has dicho tú. Que mi esperanza era que saliera del closet tan pronto le hicieran efecto los shots y Sergio empezara a soltar plumas… En cambio, ha venido Chayanne y quiere ser mi torero…
Nos reímos en el momento justo, los chicos parecían tener problemas armando la mesa y Lorena más que animarlos, les estorbaba. La veía próxima a darse un buen machucón como los que ya yo me había dado con ese puñetero trasto.
-¿Y qué hay con esta, eh? – pregunté como quien no quiere la cosa.
-Pues que reacciona como deberías hacerlo tú – dijo Paula con saña.
-Ya sabía yo que ibas a salpicarme a mí.
-Venga, Grecia, que está guapísimo con su jean roto y su barba de chico malo… Y su camiseta de puntitos y su risa de niño bueno…
-Que ya es tu crush, venga… Y el de Lore… - respondí, risueña.
-Vale, deja los celos.
-¿Celos? Por favor, Paula – me reí con ganas y al mismo tiempo sentí un jalón en las tripas.
-Por favor tú, que nunca me llamas por mi nombre a menos que sea para mentirme, ¿eh? – me dijo en un tono de advertencia, pero con gesto divertido – Pero yo tampoco sabía que la Lorena tenía su zorrita por dentro… aunque al chaval hay cosas que verle, admítelo.
Asentí, sin mirarla.
-Aunque si no le has mirado los ojos, no le has visto nada – dije, casi para mí misma y eso a Paula pareció bastarle.
Los juegos, aunque algo infantiles, me habían insuflado un ánimo fiestero bastante satisfactorio, pero ahora solo sentía un malestar odioso en la boca del estómago que no lograba identificar como acidez ni dolor abdominal. Era una incomodidad fuera de mis poderes de diagnóstico y se lo achaqué al alcohol, por lo que me desentendí del evento. Fui abucheada cuando dije que no bebería más y al estar el equipo incompleto, Mario propuso hacer de árbitro mientras Martín hacía pareja con Paula y Francisco con Lorena para ser más justos. Vaya, que mi hermano es más imprudente que Paula en esto de cupido. Hasta ahora no me percataba de que faltaba un cabeza hueca. Kike estaba sentado sobre la cerca, sumergido en lo que parecía una estresante conversación telefónica que parecía iba a extenderse mucho rato más, debía llevar al menos una hora allí.
Los jugadores se veían bastante cómicos, pues Martín y Paula eran larguiruchos y rubios, mientras que Alarcón y su compañera eran más bien de baja estatura y de pelo oscuro. Esto parecía un Family Feud de borrachos. Entonces, al árbitro se le ocurrió una idea y desapareció dentro de la casa para volver con adornos que probablemente había arrancado del árbol de navidad. A la primera pareja, le colocó unas tiras de confeti a modo de cintillo y a la segunda, unos gigantescos y brillantes lazos a modo de corbata.
-Los linguini versus los oompa loompas – presentó Mario.
Esto hizo que nos desternilláramos de la risa y yo fui recuperando poco a poco el buen humor. Martín se comportó entonces y no se le puede acusar de haber violado el espacio de Paula, estaba siendo amistoso y muy buen jugador. Lorena, que ya parecía haber tenido suficiente de tomar, saltaba sobre Francisco, lo abrazaba cuando acertaban y le masajeaba los hombros cuando éste iba a lanzar.
-��sta va por ti, Uruguay – me señaló y falló el tiro en uno de los vasos de Paula.
Lo abuchearon y pitaron, sobre todo Mario y yo no pude evitar reírme.
-Pero no le pongas tantas ganas – le dije con ironía.
-A mí mejor me dedicas tus goles que esos sí los sabes meter – le dijo Lorena, otra vez moviendo el cabello como si fuera un pavo real abriendo la cola.
-Goles y algo más – agregó Martin.
Todos se reían, en especial Francisco que se había sonrojado hasta las orejas.
Me levanté para ir a por la comida que quedaba, que no me gustaba para nada estar en medio de un flirteo y en realidad, me parecía de mal gusto que ellos estuvieran con esas niñerías cuando estábamos en grupo. A lo mejor, eso que sentía era hambre o rabia de que las cosas no nos hubieran salido como pensábamos, o cansancio o sueño o qué sé yo, pero no celos. Nada de eso.
Estaba trasteando en la cocina mientras me comía unas fresas que conseguí en la nevera. Hacía más ruido del necesario porque me funcionaba como catalizador y me acallaba la mente. Las chicas entraron con intención de ayudarme, habían declarado un receso en el partido y Lorena aprovechó el momento para abordarme. La lengua ya se le enredaba y tenía los ojos adormilados, pero el espíritu más vivo que nunca, a juzgar por el favor que me pidió.
-Hey, Grecia, ¿tú podrías conseguirme su número de teléfono?
-¿De quién? – le pregunté asombrada. Paula, detrás de ella, sufría de algún tipo de ataque, seguramente de risa contenida y es que en mi cara debió leerse todo.
-¡Pues de Isco!
No podría explicarme porqué, pero sentí que me había cacheteado. Me quedé mirándola unos segundos, sin saber qué decir.
-No sé si estás segura de que eso es lo que quieres, maja – le dije en un horrible tono condescendiente – Ese chico no es de los que te convienen, créeme, yo lo conozco…
-Vale, que no te he pedido la ficha…
-Que me hago pipí, pero de aquí no me muevo – dijo Paula, divertida observando la escena.
-En serio, Lore, ese tío es un putazo. Si es para que te rompan el corazón, no cuentes conmigo.
-Joder, con quién cuenta una entonces – protestó y salió aireada de la cocina.
-¿Y desde cuando a ti te importan los corazones? – se cruzó de brazos Paula, dirigiéndome una sonrisa incipiente.
-Pues a saber tú que yo resulte ser cardióloga, ¿eh?
Volví al patio justo para ver cuando Lorena empinaba un vaso entero de cerveza y lo vaciaba para luego encaminarse hacia Francisco con suma decisión. Me acerqué con cautela y percibí en todo su lenguaje corporal y al leerle los labios que se había propuesto conseguir por sus propios medios lo que yo le había negado. Él la miraba, juntando las cejas y tratando de entender lo que en su idioma de lengua dormida ella le decía. Y no me siento nada orgullosa, pero ahí flipé.
-Venga, Lore, creo que ya has bebido suficiente y te haría bien acostarte – le dije en voz baja, tomándola por el brazo y apartándola de Alarcón.
-¡Deja, Grecia! ¡Que le estoy diciendo algo importante!
-Me lo agradecerás luego, ¿vale? – insistí, firmemente agarrándola para hacerla caminar conmigo.
-Pero… - comenzó él.
-Vale que te estoy salvando de una denuncia por abuso mañana, ¿eh? – lo atajé, en un tono casi amenazador.
Más que resistirse, Lorena lloriqueaba y ya habíamos alcanzado la cocina cuando Paula se encontraba con nosotros con cara de no entender nada. Le expliqué con suma autoridad lo que estaba haciendo por nuestra amiga, cuyos pasos se volvían cada vez más inestables.
-Con cuidado, ¿eh? – dijo alguien.
-Tranquila, Grecia.
Nos tropezamos con el escalón de la sala. Alarcón metió el brazo para sostenerme y yo, a mi vez, sostener a Lorena.
-Te tengo – dijo y me sentí casi ofendida. Me tomé un segundo para pensar y reevaluar lo que estaba haciendo, pero continué.
-Vamos, Lore, falta poco.
-Grecia… Tranquila… Estás siendo absurda – volvieron a decir, pero no hice caso.
Al alcanzar el final de las escaleras y la puerta de mi cuarto, Lorena volvió a lloriquear y protestar, alegando que estaba bien y que quería seguir la fiesta. Sin embargo, se quedó dormida casi al instante de tocar la cama y yo salí, sigilosa de mi cuarto, cerrando la puerta con extrema delicadeza.
-Grecia, tranquilízate, ¿bien? ¿Qué te ha pasado? – me dijo Paula que me esperaba en lo alto de las escaleras. Ella era la voz que me había estado llamando la atención todo el tiempo.
-¡Estoy bien! – susurré entre dientes.
Alarcón subía ahora las escaleras, quitándose la pajarita navideña y guardándosela en el bolsillo. Paula, al advertir la forma en que nos miró, se ha escabullido dejándome sola. Vaya, gracias.
-¿Estás bien? – me preguntó en voz baja.
Asentí, confundida. Me encogí de hombros, hice muecas. La suma de todo fue un poco exagerada solo para afirmar que estaba bien y me delataba por completo, no lo estaba.
-¿Te he hecho algo? ¿O fue ella? – inquirió. No me estaba acusando – Nunca te había visto así.
-Lo dije en serio, ¿vale? Evité que metieran la pata.
-Sólo quería conocerme mejor, supongo – se encogió él de hombros. Nos quedamos callados. Al ver que yo no protestaba, soltó lo que había venido a decir - ¿Estás celosa?
-¿Y tú quién te crees? – respondí, riéndome.
-Estás celosa – afirmó, sonriendo.
Y vaya que lo estaba. Estaba furiosa, casi histérica, absurdamente asustada cuando los vi hablando. Celosísima, pero no iba a admitirlo frente a él.
-Vale, di lo que quieras – y me dispuse a irme, pero él me cerró el paso.
-Escúchame, entonces – dijo en voz baja – No entiendo nada de lo que pasó ni porqué estás celosa. No deberías, porque es que… Siempre has sido tú.
Me recosté al marco de la puerta cerrada, evitando mirarlo porque es que me había descolocado ahí en la penumbra del pasillo con su tez pálida y su bonito pelo negro, peinado hacia atrás. La barba poblada, negrísima igual que su cabello y graciosamente llena ahora de la brillantina que le había dejado la corbata navideña. Paula tenía razón, pero yo también tenía razón, era increíble. Sus ojos brillaban a pesar de cualquier luz y ante esa confesión, una enorme bola de sentimientos se me estaba agolpando garganta arriba.
-Desde el colegio. Desde que usabas brackets y todos volteábamos a verte porque seguro sabías la respuesta, desde que pasabas de largo durante los entrenamientos y todas las chicas querían hablarme, menos tú – él también miraba el suelo, con una sonrisa cargada de nostalgia – Creí que Mario y yo nos habíamos hecho amigos porque estaba destinado a tenerte, tonterías de niño que uno cree… Pero no había forma, me detestabas – negó levemente – y creí también que ese evento del Leala era mi segunda oportunidad y ha sido lo contrario, he encontrado mil maneras de meter la pata contigo…
-Mira…
Pero me vi interrumpida por su mano que suavemente tomaba la mía, con esa amabilidad tan firme, tan cálida.
-Traté de mil formas llamar tu atención, la más efectiva parecía ser molestarte. Cosas que funcionaban con muchas, contigo me explotaban en la cara. Y sí, he buscado satisfacciones en muchas, pero en pensamientos sueltos que no venían al caso, te veía a ti, te veo a ti. Ha pasado mucho tiempo y todavía no me quito de la cabeza que seas para mí – él seguía sonriendo, jugueteando a mover el pulgar contra el dorso de mi mano – Perdona que me ría cuando estás molesta, pero es que estoy feliz… de que sientas algo por mí que te provoque rodar los ojos y sea a la vez, algo bueno.
Quise rodarlos por pura ironía, pero se me salió la risa. Al dejar de reírnos, dijo en voz aún más baja:
-Siempre has sido tú, Grecia.
El corazón me latía a mil, me atreví a mirarlo a los ojos y eran los de siempre. Enormes, brillantes, rodeados de pestañas inmensas. Sólo que cuando se clavaban en mí sentía que, en silencio, me hablaban. Y quería ser valiente, pero era demasiado pronto para desenmarañar todo eso que me pasaba por dentro, una enredina de pros y contras a los que sumaba esta declaración.
-Creo que has tomado demasiado – le dije por fin, suspirando – Y puede que mañana te arrepientas de todo esto que me dijiste.
Él negaba, apretándome la mano.
-Podemos hablar mañana y te juro que te diré esto mismo y hasta más.
-Vale, volvamos abajo – sentencié, en mi afán por romper ese momento - Y límpiate la barba que la tienes toda llena de escarcha…
Le pasé la mano por la cara con delicadeza durante casi una eternidad. Qué sensación más placentera la de sus gruesos y cortos vellos raspándome los dedos. Él reaccionó a mi tacto casi con un temblor y mis yemas tropezaron sus labios que se abrieron en una fuerte exhalación. No sé si lo atraje hacia mí o él se inclinó, lo siguiente fui yo poniéndome de puntillas para besárselos. Más que sorprenderse, me atrajo hacia sí de inmediato, acercándome a su cuerpo y ahora mis dos manos se paseaban por su barba. Ojos cerrados porque no hacía falta ver nada, los dos éramos uno en ese beso intenso que parecía ensayado. La boca nos sabía a cerveza y a fruta, pero el aliento olía a deseo.
Recordé de pronto a Lorena, noqueada en mi cama justo ahí, tras la puerta a nuestra izquierda. Me separé de Francisco, pero él volvió a buscarme, tomándome la cara ahora y besándome de nuevo, con más dulzura, con más paciencia. La ansiedad dio paso a un deleite prologado en el que exploramos todos nuestros sentidos. Me besaba casi con alivio, sonreía de pronto y eso me trastornaba. Saborearle la risa era incluso mejor que vérsela.
No sé cuánto tiempo pasó, pero parecía haber durado un instante. Me aparté nuevamente con mayor suavidad y noté que tenía los labios levemente hinchados, yo debía estar igual. Le pasé el pulgar por la boca, con intención esta vez, para quitarle rastros de mi lápiz labial. Él me tomo la mano y me besó los dedos, la palma, las mejillas, la barbilla haciéndome cosquillas con tanto frenesí que me dio un pisotón. Después de la pequeña carcajada, me miró largamente y a mí se me había olvidado que hacíamos ahí y porqué había tardado tanto tiempo en darme cuenta de que esos ojos no querían cegarme sino alumbrarme.
Él estaba renuente a volver con los demás, pero me siguió a regañadientes y en silencio. Al alcanzar la puerta que daba al patio, me acarició las puntas del cabello de modo que los chicos no vieran y con un gesto, me invitó a salir primero. Me negué y él me dejó donde estaba, yendo a reunirse con Mario y Martín. Kike ya había desaparecido del todo. Paula, sentada en el banquito pegado a la pared, con las rodillas al nivel del pecho, volteó a verme instintivamente. Le señalé la cocina con la cabeza y ella se levantó en el acto.
-Joder, ¿qué ha pasado? Tienes una cara – dijo a mi espalda, mientras yo fingía limpiar la encimera – A él se le ve contento, pero es que todo es chiste para estos chavales…
-No flipes, ¿vale? – le pedí, mirándola.
Paula se quedó de piedra. Mientras yo buscaba las palabras para contarles, fui poniéndome colorada y ella lo adivinó todo.
-¡Se han besado! – chilló, dando un salto.
-¡Shhhttt, cállate! – regañé.
-¡Es que es obvio! ¡Ay, que bonitura! ¡Olé, mi doctora! – increíblemente, gritaba en voz baja.
-Calla, calla.
-¡Finalmente y como nunca…! – canturreó la canción de Frozen, con pirueta de ballet incluida.
-¿Quieres celebrar o que te cuente? – pregunté.
Se sentó en el acto. De no haber tenido silla cerca, seguro caía en el suelo de inmediato.
-¿Te ha gustado?
-Mírame, estoy hecha un lío – le sonreí, avergonzada.
Y antes de que le contara, se levantó y me dio un abrazo. Quería decirle todo para ver si así, sacándolo de mi sistema, me lo sacaba de la cabeza. Sin embargo, sabía de sobra que Francisco me tenía –“Te tengo”- en la palma de su mano.
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Francisco Roman alarcon Suarez owns me in every single way possible 💕
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🌠 ❤️
1. alright imma be honest your url reminds me of seafood because we call them "mariscos" in spanishndbdjd 2. francisco roman alarcon suarez ❤️3. the pichabros ofc
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I TRUST ONLY FRANCISCO ROMAN ALARCON SUAREZ
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🌠
paulo bruno exequiel dybala, francisco roman alarcon suarez and… his son
plus biologyplus late night sleeps bc high fiveplus space
literally everything and i love you very much:')
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FRANCISCO ROMAN ALARCON SUAREZ
Isco on bench vs. Kashima Antlers | December 19, 2018
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Top 5 cầu thủ nổi tiếng dùng biệt danh thi đấu khiến bạn bất ngờ
Tên thật quá dài hoặc không đủ…ngầu hay trùng tên quá nhiều là lý do mà nhiều cầu thủ ưu tiên dùng biệt danh để thi đấu. Cùng tin thể thao điểm qua 5 cầu thủ nổi tiếng dùng biệt danh thi đấu khiến bạn bất ngờ.
Danh sách những cầu thủ nổi tiếng dùng biệt danh thi đấu
Hulk - Tên thật: Givanildo Vieira de Sousa
Không giống như Biệt danh của Messi, biệt danh của anh là do cha anh đặt do ông vốn là 'fan cuồng' của Marvel cũng như nhân vật người khổng lồ xanh Hulk.
Đến khi trưởng thành thì hình thể vạm vỡ và thể chất cũng mạnh mẽ từ khả năng tì đè đến lực sút khiến cho Hulk càng nổi tiếng hơn và 'chết' biệt danh Hulk trong cả sự nghiệp.
Nani - Tên thật: Christened Luis Carlo Almeida da Cunha
Cựu sao Manchester United được biết đến với cái tên Nani. Biệt danh này được đích thân ngôi sao người Bồ tiết lộ là do chị gái của anh đặt cho khi còn nhỏ.
"Chị thường chăm tôi khi còn bé và gọi tôi là Nani, chị nghĩ cái tên đó đáng yêu. Tôi cũng gắn liền với biệt danh này trong suốt sự nghiệp của mình."
Bạn là Fan của CLB Real Madrid. Bạn có biết Fan Real Madrid gọi là gì không? Cùng tìm hiểu nhé.
Jo - Tên thật: João Alves de Assis Silva
Một trong những cầu thủ có cái tên ngắn gọn và dễ nhớ nhất lịch sử bóng đá, chính là Jo - cựu sao Manchester City.
Nhưng tên thật của cầu thủ này, cũng như phần đ��ng cầu thủ quốc tịch Bồ Đào Nha hay Brazil, rất dài.
Isco - Tên thật: Francisco Roman Alarcon Suarez
Tiền vệ ngôi sao của Real Madrid có họ là Suarez, có lẽ đó là một trong những lý do anh chọn cái tên ngắn là Isco vì không muốn 'đụng hàng' với người đàn anh cũng đang thi đấu ở La Liga là Luis Suarez.
Pepe - Tên thật: Kepler Laveran Lima Ferreira
Trung vệ công thần một thời của Real Madrid được biết đến với biệt danh là Pepe. Nhưng ít ai biết nhà vô địch Euro 2016 cùng tuyển Bồ Đào Nha có cái têt thật dài không tưởng:
Đó có lẽ cũng là lý do tại sao anh lại dùng tên ngắn gọn là Pepe.
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*me, dead, about to enter heaven* “you can ask any 3 (three) questions that you wish to”
“why didn’t Francisco Roman Alarcon Suarez start versus Barcelona? Or Valencia? he has been consistently vital in every game he had started. why are our lineups so inexplicable? in fact, why is our squad built so disproportionately to begin with? what team could possibly need James & Isco & Vasquez & Bale along with Luka and Toni already in midfield? Why don’t we have a True™ holding midfielder since Xabi and since we forced Khedira into that position (like we tried doing with Toni now?) Who is Casemiro’s backup? Who is going to explain this? Why must we mess with perfection?
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10 biệt danh độc đáo của cầu thủ khiến bạn bất ngờ
Rất nhiều người có bi���t danh, và các cầu thủ cũng vậy. Trong bài viết này, hãy cùng với HT Sport tìm hiểu về 10 biệt danh độc đáo của cầu thủ thế giới. Nhiều biệt danh trong số đó có thể khiến bạn bất ngờ đấy.
1. Isco
Đây là ngôi sao nổi tiếng mang màu áo Real Madrid. Anh có tên thật là Francisco Roman Alarcon Suarez. Cái tên này trùng với một đàn anh nổi tiếng khác trong làng bóng đá là Luis Suarez.
Isco là một trong những biệt danh thú vị
Đặc biệt, tên thật của Francisco quá dài. Có lẽ hai lý do này đã khiến anh quyết định lựa chọn tên Isco khi thi đấu.
2. Nani – 10 biệt danh độc đáo của các cầu thủ
Ngôi sao một thời của đội bóng Manchester United cũng thi đấu bằng biệt danh. Cái tên Nani là do chị gái của anh đặt cho khi anh còn rất nhỏ. Và người chị đó đã chăm sóc anh từ khi còn bé.
Biệt danh Nani là do chị gái của anh đặt
Có lẽ đó chính là lý do cầu thủ này lựa chọn biệt danh Nani trong suốt sự nghiệp thi đấu của mình. Điều đó đã khiến nhiều người quên mất tên thật Christened Luis Carlo Almeida da Cunha của anh.
3. Hulk
Hulk là một trong những tiền đạo người Brazil nổi tiếng nhất thế giới. Biệt danh của anh là do cha đặt. Bởi cha anh là một fan cuồng của Marvel cùng anh chàng khổng lồ xanh Hulk.
Cầu thủ nổi tiếng Hulk
Khi trưởng thành, hình thể mạnh mẽ đã khiến Hulk càng nổi tiếng hơn. Hiện tại ít người còn nhớ tới tên thật Givanildo Vieira de Sousa của anh. Hulk đã trở thành cái tên gắn liền với sự nghiệp túc cầu của anh chàng này.
4. Jo – 10 biệt danh độc đáo của cầu thủ khiến bạn bất ngờ
Jo là cựu ngôi sao nổi danh của đội bóng Manchester City. Anh sở hữu cái tên ngắn gọn bậc nhất trong làng túc cầu thế giới. Tên thật của anh là João Alves de Assis Silva. Như phần đông các cầu thủ khác đến từ Brazil hay Bồ Đ��o Nha, tên của anh rất dài. Nó có vẻ trái ngược hoàn toàn so với biệt danh khi thi đấu của anh.
Jo là biệt danh ngắn nhất trong số các cầu thủ
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5. Koke
Tên thật của Koke là Jorge Resurrección Merodio. Anh là một trong những công thần nổi tiếng của Atletico Madrid. Anh đã và đang sử dụng biệt danh Koke cho sự nghiệp thi đấu nổi tiếng của mình.
Cầu thủ Koke
Nhiều người cho rằng, cái tên Koke vốn xuất phát từ người em trai của anh. Lý do là người em đó đã luôn gọi Merodio bằng cái tên Koke ngay từ khi hai anh em còn rất nhỏ.
6. Kaka
Kaka là cái tên không thể thiếu trong danh sách 10 biệt danh độc đáo của cầu thủ. Huyền thoại bóng đá của Milan có tên thật là Ricardo Izecson dos Santos Leite. Theo chàng trai này kể, em trai anh đã luôn gọi anh là Caca do do không thể phát âm chuẩn tên của anh.
Huyền thoại Kaka cũng sử dụng biệt danh
Trong tiếng Brazil, Caca có ý nghĩa cực tệ là cục phân. Chính vì vậy, mẹ của anh đã quyết định gọi con trai mình là Kaka. Vô tình, nó đã trở thành biệt danh gắn liền với sự nghiệp thi đấu của chàng cầu thủ nổi tiếng này.
7. Bebe
Vua bóng nhựa Bebe
Bebe còn được gọi đến với một biệt danh khác là vua bóng nhựa. Trong khi đó, tên thật của anh là Tiago Manuel Dias Correia. Biệt danh này do anh trai của Bebe đặt. Anh vốn mồ côi, thiếu vắng tình thương của cha mẹ từ nhỏ. Chính vì vậy, biệt danh Bebe có ý nghĩa rất lớn đối với anh.
8. Suso – 10 biệt danh độc đáo của cầu thủ
Cầu thủ Suso
Suso đã tham gia, trưởng thành tại lò đào tạo Liverpool. Tên thật của anh rất dài: Jesús Joaquín Fernández Sáenz de la Torres. Cái tên này cũng dễ trùng với nhiều ngôi sao khác trong làng bóng đá. Chính vì vậy anh đã lựa chọn cái tên Suso khi thi đấu.
9. Deco – 10 biệt danh độc đáo của các cầu thủ
Deco
Deco là huyền thoại bóng đá nổi tiếng người Bồ Đào Nha có tên thật Anderson Luis de Souza. Anh sử dụng cái tên Deco vì nó gắn liền với một người chú của anh tại quê nhà. Sinh ra và lớn lên tại Brazin nhưng Deco lại sở hữu quốc tịch Bồ Đào Nha. Đây là một trong những cầu thủ nổi tiếng từng chơi cho câu lạc bộ Porto.
10. Pepe
Cái tên Pepe vốn không còn xa lạ với người hâm mộ bóng đá trên toàn thế giới. Đây chính là trung vệ được xem là công thần hàng đầu một thời của Real Madrid. Tên thật của anh là Kepler Laveran Lima Ferreira.
Trung vệ thép Pepe
Nhiều người cho rằng, anh lựa chọn biệt danh bởi tên thật của mình quá dài. Tuy nhiên, chàng cầu thủ người Bồ Đào Nha này chưa bao giờ giải thích lý do về việc này.
Trên đây, HT Sport đã giới thiệu với bạn 10 biệt danh độc đáo của các cầu thủ nổi tiếng. Nếu bạn có bất kỳ thắc mắc nào, đừng quên liên hệ với HT Sport nhé. Là đơn vị hàng đầu trong lĩnh vực cung cấp đồ thể thao, đến với chúng tôi bạn sẽ có được những lời khuyên tuyệt vời nhất đấy.
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Goodnight everyone and a special goodnight to Francisco Roman Alarcon Suarez, you were great today hoe!
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el AMOR de mi vida...Francisco Roman Alarcon Suarez <3
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Ini Alasan Isco Puasa Media dan Televisi
KabarBola.co.id, Ini Alasan Isco Puasa Media dan Televisi – Bintang Real Madrid, Francisco Roman Alarcon Suarez yang lebih dikenal dengan nama Isco, mengklaim bahwa dia tidak membaca koran atau menonton televisi.
Mantan pemain Malaga, berusia 25 tahun, Isco sedang menikmati karirnya yang cemerlang saat ini, setelah memenangkan Liga Champions dan La Liga musim lalu, ia menyumbangkan tiga gol dan 3 assist di semua kompetisi pada musim 2017/18.
Namun, meski menuai banyak pujian dari para fans dan media, yang ditandai oleh pencantuman namanya dalam daftar 30 nominator peraih penghargaan Ballon d’Or, namun dia bersikeras bahwa dia selalu menjauh dari analisis penampilannya.
“Saya tidak menonton berita atau membaca surat kabar,” kata Isco kepada Marca. “Satu waktu Anda bisa seperti dewa dan kemudian jika Anda gagal lima kali berturut-turut mereka ingin Anda dikeluarkan dari Madrid.”
“Saya mencoba mencapai titik di mana Anda tidak terpengaruh oleh kritik atau pujian,” tegasnya.
Isco, yang memenangkan penghargaan bergengsi ‘Golden Boy’ di tahun 2012, kadang-kadang dikritik karena dampaknya saat pertama kali bergabung dengan Los Blancos, dan media Spanyol yang sering keras terhadapnya telah memberinya cukup alasan untuk Isco berhenti mengikuti berita.
Meski demikian, Isco sudah dalam penampilan yang luar biasa akhir-akhir ini, sehingga seharusnya tidak ada alasan baginya untuk tidak membaca berita. Pemain berusia 25 tahun itu telah menjadi pemain reguler di tim inti besutan Zidane musim ini, tampil di semua pertandingan liga yang telah dilakoni Los Blancos sejauh ini.
Dia juga mencetak dua gol dan memberikan dua assist dalam penampilan tersebut, sehingga tampaknya tidak ada kritik di media tentang dirinya saat ini.
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LIVE STREAMING - Spanyol vs Albania
Merisa Seana LIVE STREAMING - Spanyol vs Albania Artikel Baru Nih Artikel Tentang LIVE STREAMING - Spanyol vs Albania Pencarian Artikel Tentang Berita LIVE STREAMING - Spanyol vs Albania Silahkan Cari Dalam Database Kami, Pada Kolom Pencarian Tersedia. Jika Tidak Menemukan Apa Yang Anda Cari, Kemungkinan Artikel Sudah Tidak Dalam Database Kami. Judul Informasi Artikel : LIVE STREAMING - Spanyol vs Albania Francisco Roman Alarcon Suarez alias Isco juga mendapat sorotan menjelang duel Spanyol kontra Albania http://www.unikbaca.com
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Spanyol Permalukan Muka Italia 3-0, Inilah Hasil Kualifikasi Piala Dunia
Aruma Manis Spanyol Permalukan Muka Italia 3-0, Inilah Hasil Kualifikasi Piala Dunia Baru Nih Artikel Tentang Spanyol Permalukan Muka Italia 3-0, Inilah Hasil Kualifikasi Piala Dunia Pencarian Artikel Tentang Berita Spanyol Permalukan Muka Italia 3-0, Inilah Hasil Kualifikasi Piala Dunia Silahkan Cari Dalam Database Kami, Pada Kolom Pencarian Tersedia. Jika Tidak Menemukan Apa Yang Anda Cari, Kemungkinan Artikel Sudah Tidak Dalam Database Kami. Judul Informasi Artikel : Spanyol Permalukan Muka Italia 3-0, Inilah Hasil Kualifikasi Piala Dunia Dua gol tim beralias La Furia Roja dicetak oleh Francisco Roman Alarcon Suarez alias Isco pada babak pertama, sisanya berkat Alvaro Morata setelah jed http://www.unikbaca.com
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hahaha yes its from ocho apellidos vascos and im glad you now know where this came from hahaa. and yes btw this is francisco roman alarcon suarez greatest attackign midfielder of all gotdamn time taking the time to tell you this instead of celebrating the liga title. I
only a Tru Madriddie wouldve spellt out their entire name, title and life story like that so yes i Believ u ithco relax ... calma calma !
#jus tell marco u lov him and GO! GODT !!!#AIEJAPOIGJEOAPWGJOPE 'let it be known putas' is something that would come outta ithco's mouth stospotetepote#Anonymous
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