#este siempre haciéndose el héroe
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* ambientado en : terraza.
' puedes pedir una bebida, si es lo que quieres, escuché que son gratis, cortesía de los vecinos. ' se detiene a pensar, observando a la persona a su costado, a un lado de la barra. ' si te la llegan a cobrar, me haré responsable, descuida. ' podría ser eso, o huiría a su apartamento, cerraría la pueta y se haría el desconocido.
#cuento likes y rb#pueden contestar con gif icons o grandes como se acomoden<33#de esta lado bibi un gustito uwu#este siempre haciéndose el héroe#djnsdf
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La canción de Aquiles (2011), Madeline Miller
Como siempre, llego tarde al baile. Trece años tarde a la publicación (en ese momento estaba en quinto grado, así que no me culpo) y unos sólidos dos, tres años a su estallido de popularidad en las redes. Pero bueno, ¡llegué al fin!
Miller ha logrado que esta historia trágica, cuyo final inevitable conocía de entrada, me doliera como no me había dolido leyendo a Homero. Me cuesta conectar emocionalmente con los antiguos, pero me encontré gritándole al libro cada vez que me chocaba con la ironía dramática (ej.: ver foto). No llegué a llorar, pero no lo interpreto como signo de fracaso porque no soy de llorar mucho con los libros; me encariñé igual con los personajes. Aquiles en particular me sorprendió. Tal vez esperaba que Miller cayera en el cliché del héroe griego, el Aquiles Fuerte y Enojado que conocemos. Me alegra que no haya sido así. Aquiles es franco, transparente, amable y humilde. Su ira es el punto de llegada, no el de partida, y el camino hacia allí se siente justificado. Cuando llegó el momento de que apareciera el héroe clásico, no lo reconocí del todo como el Aquiles que había llegado a conocer. Gracias a la gentileza que Miller le concede, su crueldad es más terrible.
También se valora el aporte a la personalidad de Patroclo, que acá se vuelve una persona un tanto más compleja. Curiosamente, aun siendo el narrador y protagonista de la novela, en cuando aparece Aquiles sentí que Patroclo se volvía un personaje secundario. Testigo, pareja, acompañante. Al final, un literal espíritu que solo puede observar. No sé si habrá sido intencional o no. Es la canción de Aquiles al fin y al cabo. Me quedé con ganas de un poco más de su parte. Más bien, de un poco menos de pasividad. La escena de su lucha en la guerra, haciéndose pasar por Aquiles, me resultó mucho más atractiva que varias otras partes, no porque fuera un momento de acción, sino porque Patroclo se volvió el centro de su propia historia.
Tuve sentimientos encontrados respecto a las mujeres de esta novela. Tetis y Deidamia son resentidas, manipuldoras, crueles. Hay atisbos de complejidad que podrían explorarse pero no lo fueron, recién en el último capítulo vemos a una Tetis un poco más humana. Briseida es la única que tiene algo de dimensión, me gustó mucho el personaje que armó la autora. Entiendo que el punto de vista de la narración limita estas construcciones, Patroclo tiene su propia forma de ver a estas mujeres. Pero cuando logra ser más “objetivo” al describir a los múltiples hombres y reyes, bien observador como es, no logra lo mismo con las mujeres. Este detalle, porque realmente no arruinó mi lectura ni mucho menos, solo me da más ganas de leer Circe para ver qué pasa cuando esta autora escribe desde la voz de una mujer.
Creo que toda persona que leyó alguna vez la Ilíada sabe, quiera reconocerlo o no, que la ira de Aquiles nunca fue Completamente Heterosexual(TM) como la crítica y la tradición tanto insistieron. Ni cuando Agamenón le faltó el respeto a su honor tuvo Aquiles una reacción tan pasionalmente violenta como cuando su ““mejor amigo”” murió en batalla, en parte por su culpa. Ya era hora de que ese hecho saliera de las sombras del fanfiction y los foros de Tumblr. No soy de usar muchas palabras anacrónicas para describir literatura clásica pero…. they were always gay!!!!!!! And lovers!!!!!!
Para quienes quieran aventurarse en el mundo de las reescrituras/reinterpretaciones de los mitos, recomiendo que vean o escuchen (legal o ilegalmente) el musical Hadestown, basado en el mito de Orfeo y Eurídice. Teatro de calidad, música de calidad, una interpretación tan actual como atemporal. Es el mito que más me ha cautivado desde la infancia y me encanta verlo tener su momento de gloria en un medio que tanto disfruto como el teatro musical.
Nota personal: llegué a este libro gracias al hecho de que trabajé en la Feria del Libro de Buenos Aires de este año. Fueron tres semanas de cansancio, pero agradezco profundamente la oportunidad que tuve. Conocí otro lado de este mundo que tanto me apasiona y, en especial, conocí a personas hermosas que espero volver a cruzarme en la vida (profesional y personal) :)
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En las entrañas del monumento más representativo de la Ciudad de México, al lado de los restos de los héroes que nos heredaron un país independiente, se encuentra la estatua de un hombre al que pocos conocen.
Este hombre está atado a un leño con el rostro ligeramente levantado como si elevara una oración al cielo clamando por su libertad.
Pues bien, esta estatua representa a Don Guillén de Lampart en el último día de su vida antes de ser devorado por el fuego de la Santa Inquisición.
Don Guillen de Lampart nació en Irlanda aproximadamente en 1611, fue un hombre católico, un estudiante destacado y sobre todo un gran patriota que estaba en contra de las injusticias, cosa que, le causó muchos problemas por lo que tuvo que salir huyendo de Inglaterra en un barco, cayendo en manos de piratas quienes lo hicieron prisionero. Vivió años sirviendo a sus captores, recorriendo los mares atacando a otros barcos, pero Guillén no sabía estarse quieto, aprovechó todo ese tiempo para convencer a los piratas de abrazar la religión católica y dejar esa vida. Por increíble que parezca siguieron sus consejos; se hicieron católicos y lo dejaron en libertad.
Don Guillén se dirigió a España donde prosiguió sus estudios en las mejores universidades, pero un personaje tan inteligente y culto no iba a pasar desapercibido en la alta sociedad donde fue bienvenido haciéndose amigo de condes, duques y virreyes. Fue el Duque de Olivares quien le pidió se embarcara a la Nueva España para que sirviera como espía en la comitiva del Virrey Diego López de Pacheco en el año de 1640. Así fue como el irlandés se embarcó una vez más a una nueva aventura ahora al nuevo continente. Guillén se encontró en la nueva España con un gobierno corrupto tal y como lo imaginaban en España, pero, sobre todo, fue testigo de la injusticia que sufrían los indígenas a quienes les habían arrebatado sus tierras y los mantenían en condiciones deplorables. Guillén mando su informe detallado al Duque y se dedicó a tratar de ayudar a los indígenas a recuperar sus tierras.
A los dos años de su llegada a la Nueva España, el día 26 de octubre de 1642, Felipe Méndez denunció a Guillén de Lampart ante los tribunales de la Santa Inquisición por prácticas de hechicería, pactos con el diablo entre otras cosillas.
Inmediatamente fue detenido y mandado a un calabozo, al registrar su casa encontraron dentro de un baúl varios manuscritos, entre ellos la propuesta al Rey Felipe lV para la liberación de Irlanda y la proclamación de Independencia para la Nueva España, ¡eso les basó!
Tenían las pruebas suficientes para refundirlo en un calabozo para siempre. Desde su celda Guillén fue testigo de las injusticias y los abusos que se cometían contra los judíos y todos los presos que se encontraban ahí. Como no les permitían tener tinta ni papel, con cenizas, agua y una pluma de ave que encontró en el patio escribió sobre telas las injusticias de las que era testigo. Después de ocho años recluido en ese espantoso lugar el día 25 de diciembre de 1650 Guillén logró escapar de la prisión, acogido por las sombras de la noche se dirigió a la catedral y a todas las iglesias de la Nueva España para pegar en sus puertas pedazos de telas que contenían las denuncias de la corrupción y abuso de poder de la Santa Inquisición que encarcelaba a la gente rica para incautar sus posesiones y riquezas.
Pero no solo las iglesias fueron depositarias de las denuncias, el irlandés llegó incluso hasta las habitaciones del virrey a dejar una denuncia más. Al otro día la ciudad se despertó con la noticia de las notas que describían las injusticias y el caso insólito de un hombre que había podido escapar del horror de la Inquisición.
Los sacerdotes mandaron quitar inmediatamente las telas que contenían las denuncias y el tribunal de la Santa Inquisición movió todos los hilos para encontrarlo lo más pronto posible.
La libertad de Guillén solamente duró un día, pues alguien denunció por temor su paradero y otra vez lo llevaron a la prisión inquisitorial. Esta vez fue torturado y golpeado salvajemente, ahí duró otros nueve años, sus amigos en España hicieron todo lo posible por liberarlo, incluso el mismo Rey Felipe intentó ayudar, pero siempre se toparon con la negativa de los inquisidores.
El día 19 de noviembre de 1659, Guillén, fiel católico, patriota intachable, salió de su prisión para ser quemado vivo en la hoguera. Dicen algunas crónicas que Guillén logró ahorcarse el mismo con la cadena que lo mantenía sujeto para evitarles a los inquisidores el placer de verlo morir devorado por las llamas. Aunque otros biógrafos aseguran que murió de la manera más dolorosa y cruel: amarrado a un leño devorado por las llamas. Tenía solo 48 años cuando fue asesinado el primer hombre que intentó la independencia de nuestra Tierra Sagrada.
Es por eso que don Guillén de Lampart se ganó su lugar en el monumento a la independencia de México rodeado de los héroes que lograron su sueño.
¡Viva Guillén de Lampart! ¡Viva Irlanda!¡Viva México!
Texto: Historias de tierra sagrada, mi México
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Shinsou says
Un suspiro entrecortado sale de tus labios mientras tu espalda se arquea fuera del colchón, las sabanas debajo de ti están húmedas de sudor. Las mantas a tus pies se derraman por el borde de la cama y una pila arrugada de estragos se acumula en el suelo. No puedes evitar retorcerte y gemir, al sentir tus dedos presionando suavemente contra tus paredes apretadas.
El reloj al otro lado de la habitación muestra números rojos, recordándote que es demasiado tarde para llamar a tu novio. Te habías ido a dormir a dormir a una hora razonable, pero te habías despertado sudando y con deseos lujuriosos ansiando mucho su toque. Sin embargo eres consciente de que tenía una profesión exigente y no podías molestarlo para que venga solo a satisfacer tus necesidades.
L a luz de la luna entraba por tu ventana de tu dormitorio a través de las rendijas entre las persianas iluminando el área con un suave resplandor blanco. Tu teléfono proyecta una luz tenue en la obscuridad de la habitación, tus auriculares de van enredando conforme tu cuerpo se retuerce. El video intimo que habíais tomado hace unas pocas sesiones ilumina tu pantalla, escuchas como sus respiraciones profundas llenan tus oídos mientras tus dedos se deslizan por tu centro empapado. Poniéndote a prueba a ti misma, sumergiendo los dedos profundamente y frotar tus paredes un momento antes de sacarlos de nuevo hacia el norte para tocar tu clítoris.
Cierras los ojos, dejas que tus recuerdos tomen el control e intentas reproducir los sentimientos que sabes que él puede darte. Engatusando a tu cuerpo para que recuerde como se sienten sus suaves palmas, mientras mantienes tus piernas abiertas “…sus besos húmedos recorren tu torso y pasan más tiempo en tus senos.” Joder la idea de él susurrando esos cometarios que siempre te volvían loca mientras que sus agiles dedos se adentran en tu calor.
No es de extrañar que no hayas escuchado la puerta principal abrirse.
Shinsou entra al departamento obscuro, la luz del pasillo de afuera tocando el piso de madera en contraste con la habitación en sombras. Frunce el ceño y saca la llave de repuesto de la cerradura de la puerta tan silenciosamente como puede ¿quizás no fue buena idea venir sin previo aviso en medio de la noche? Pero después de un día tan largo y unas pocas horas de intentar dormir sin éxito, se había encontrado caminando rápidamente el par de cuadras que los separaba a los dos. Se había dicho a si mismo que todo lo que había querido era meterse en la cama y envolver sus brazos alrededor de ti… pero de nuevo, estaba esa calentura que había estado luciendo durante la última hora.
Toda duda abandona su mente cuando escucha un suave gemido que sale de tu habitación, sus oídos se animan casi físicamente con interés mientras se quita los zapatos apresuradamente. Hace todo lo posible por no hacer un solo sonido, avanzando silenciosamente por el suelo hacia su puerta.
Ahora puede escuchar todos los ruidos que salen de tu garganta, tus gemidos de placer sin restricciones haciendo que sus dedos se empiecen a mover involuntariamente y el calor recorra su cuerpo hacia sus pantalones. La vieja puerta de la entrada de tu habitación apenas y permite que pueda ver algo y definitivamente no puede evitar deslizarse hacia tu habitación, encogiéndose cuando esta chilla en protesta. Pero no lo notas en absoluto, sus gemidos grabados impiden que tus oídos capten el ruido de alerta.
Shinsou se alegra que no lo hayas escuchado, porque la expresión en tu rostro es malditamente entera. Tus rasgos contorsionados en una euforia desenfrenada, el observa como tus manos se deslizan por el cuerpo que tanto adora, aspirando una bocanada de aire mientras tus labios se abren y dejan escapar un gemido particularmente fuerte.
“Ufff, Shinsou…”
Sus pantalones de repente se sienten increíblemente apretados y se lame los labios cambiando el peso entre sus pies. El ruido de tus dedos hundiéndose en tu coño mojado cae pesadamente en sus oídos, haciéndose morder el labio. Joder ¿Cuánto tiempo llevas tocándote? ¿Y eses es su sextape casero que suena en tu teléfono?
“Ahah. ¡Te sientes tan jodidamente bien!”
Tus gritos lo arrojan al borde, su cuerpo se mueve antes de que su cerebro pueda procesar la orden. Se encuentra al borde de la cama en tres zancadas, amenazando tu figura inconsciente rodeando su mano en tu muñeca.
“Mi gatito”
El grito ahogado que te atraviesa envía un coctel de terror y deseo a través de tus huesos, tus ojos se abren para encontrar su mirada depredadora.
“¡Shinsou!” esta vez lo gritas casi avergonzadamente, tus dedos salen volando de tu coño y aterrizan en la cama junto a tus caderas. La vergüenza es arrojada a tus mejillas una vergüenza que surge desde el interior, pero todo lo que emerge de tu rostro es una sonrisa. Sus parpados cuelgan hasta la mitad con sus violetas ojos mirándote.
“Ah, no te detengas por mi cariño, me tienes bastante entretenido con este espectáculo tuyo” dice mientas que sube lentamente al colchón.
Un gemido se te escapa, tus ojos se cierran brevemente ante su tono de voz. Puedes sentir que la cama se hunde mientras él se desliza más cerca de ti, quita los auriculares de tus oídos y los coloca junto a la almohada encima de ti. El coloca su cuerpo sobre el tuyo y con sus manos provocativamente cenca de ti.
“¿me escuchaste gatito? Dije, síguete tocando” exige con su voz profunda y clara.
Aun tienes los ojos cerrados, tus palmas están húmedas y se frotan contra las sabanas, mortificadas por haber sido descubierta y no poder seguir. “yo…Shinsou, es demasiado…. Estoy tan avergonzada…”, te quejas, frunciendo las cejas mientras te mueves un poco debajo de el con angustia. La fricción de tus muslos al rozar con sus caderas hace que la excitación se extienda, cubriendo toda tu piel de deseo.
Sus labios solo se retraen más, sonriéndote con alegría “¿Qué quieres decir gatito? Debería estar enojado porque estabas siendo traviesa y jugando sola de esa manera, pero sabiendo que estas tan desesperada por mi…” se inclina más cerca, sus labios rozan la sensible piel de tu mandíbula mientras mueves la cabeza hacia un lado. “¿qué tipo de héroe seria yo dejando a mi gatito solo sabiendo que esta tan angustiado?”.
Sus palabras hacen que un gemido sorpresa quiera salir de ti, tu espalda se arquea y empuja su tu cuerpo contra el suyo. Tu novio de pelo purpura realmente tiene una gran habilidad con las palabras. Tus dedos se encuentran con sus rodillas, deslizándose por sus muslos delgados y musculosos y arrastrando tus uñas a lo largo de ellos. “Por favor, yo…te necesito tanto” suplicas acomodando tus caderas mientras lo miras de nuevo.
Sus ojos te están bebiendo, viajando por tu gesto pecaminoso hasta llegar a las manos a los costados de tus piernas finalizando en ese reluciente coño tuyo que él sabe que esta jodidamente mojado. "Mmm… veamos cómo puedo ayudar entonces” sus labios impactan a los tuyos con fuerza, moviéndolos apasionadamente en un baile desesperado. Su mano se desliza por debajo de tu espalda curva, sus dedos secos generan un contraste con tu piel húmeda y el recorrido de sus uñas envían un escalofrió a tu columna. Se aleja y toma la mano que había estado en tu coño, capturando tu mirada mientras sus labios recorren tus dedos, su boca la toma y con su lengua saborea el sabor acido de tu deseo con una mirada intensa.
“¿Estas demasiado avergonzada para mostrarme como te tocas bebe? ¿Por qué tan tímida? Sus palabras solo te logran estremecer aún más y tu labio tiembla mientras sueltas ligeros quejidos en respuesta.
Shinsou acepta el ruido como respuesta, inclinando ligeramente la cabeza cuando una idea le viene a la mente. Se sienta, su mano se desliza hacia el centro de tu espalda y te levanta ligeramente para quedar frente a él.
“¿Quieres jugar un juego gatito?” su pregunta te tiene mirándolo curiosamente, tratando de ver si hay alguna mala intención persistente en él, pero no puedes encontrar nada, solo consigues ser absorbida por esos ojos hambrientos, trata de presionarte más para que sigas el juego “Te prometo que lo pasaras bien”.
Después de todo, confías en tu novio, nunca antes había negado tus deseos y satisfacía todas tus necesidades. Así que te encuentras asintiendo de nuevo, con los brazos rodeando su cuello con vacilación.
La sonrisa en sus labios acelera los latidos de tu corazón.
Las manos de Shinsou toman la parte de atrás de tus muslos, tomándote en brazos mientras se desliza fuera de la cama. El roba tu atención mientras que sus labios cubren los tuyos de nuevo y su lengua vaga por tu labio inferior que con mucho gusto dejas entrara tu boca; saltas un poco cuando tu trasero toca el frio suelo de madera. Al mirarlo, tu respiración se detiene en tu garganta ante la mirada depredadora en sus ojos.
“Vamos a jugar un juego llamado Shinsou dice” dejas escapar un gemido de inmediato, tu rápidamente trata de cubrir tu boca claramente segundos tarde. La acción pura hace que el chico se ría entre dientes dando con su mano un apretón juguetón a tu trasero “¿Estas familiarizado con él?”
“Si…” dices en voz baja preguntándote cuales son exactamente las intenciones de tu novio. Esto podría salir o muy bien o muy mal.
Puede observar que persiste la cautela en tus ojos a lo que sigue hablando “Te diré lo que debes de hacer y tu seguirás mis órdenes, si sigues mis instrucciones sin que yo diga `Shinsou dice´ el juego termina y pierdes”
“¿Hay un castigo por perder?” preguntas tal vez un poco demasiado rápido porque sus ojos lavanda brillan con hambre.
“No realmente… simplemente no obtienes el premio ganador” Eso aumenta tu interés y lo miras expectante
“Entonces ¿Cuál es el premio?”
“El premio es mi polla cariño” Tus ojos se abren y caen a su regazo, mirando la gran tienda de campaña en sus pantalones “Serás recompensada amablemente si me muestras que puedes ser una buena chica para mí, no puedo olvidar que te tocabas sin mí como una putita. Demuéstrame que eres mi niña obediente”
Sus palabras suenan tan tentadoras y si juegas el estará murmurando esos deseos embriagadores en tu oído toda la noche. Enderezas la columna con confianza, puedes demostrar que eres una buena chica.
“Si quieres detenerte en cualquier momento, podrás hacerlo, solo pídelo y nos detendremos ¿de acuerdo gatito?”
Tu labio esta entre tus dientes, asientes una vez más, la idea del juego te atrae. Seguirás sus instrucciones no podría ser tan vergonzoso ¿verdad?
Su sonrisa de satisfacción es suficiente para que tus pulmones tiemblen de emoción. Sus manos aterrizan en tu cintura, sus dedos masajean tu carne con ternura “Shinsou dice date la vuelta”.
Planeabas seguir sus órdenes, pero tu cuerpo ya lo estaba haciendo por su propia cuenta. Una pisca de excitación y una pizca de miedo burbujean en tu pecho al darte cuenta que está usando sus poderes contigo y honestamente ya te habías preguntado cuando lo iba a probar contigo. Cuando finalmente te diste la vuelta te diste cuenta que habías olvidado completamente del espejo de cuerpo completo el cual quedo justo frente a ti lo cual hizo que tus mejillas se sonrojaran de un rojo revelador.
Su peculiaridad es interesante, no se siente intrusivo, más bien como si tus movimientos fueran el verdadero deseo de tus extremidades y que el solo está dándoles un pequeño empujón para ejecutarlas. Esto ya supera tus expectativas.
Te observas vacilante en el espejo, mirando el esmalte resbaladizo que gotea por la parte interna de tus muslos. Shinsou sigue la acción y se sienta detrás de ti y deslizando sus manos debajo de tus muslos, separando tus piernas ampliamente y arrastrando sus dedos por tu piel. Te recuestas sobre su pecho poniéndote cómoda y lamiendo tus labios.
“Shinsou dice” refunfuña en tu oído, mirando tu reflejo mientras tu coño se aprieta con las palabras “acaricia tus pechos y pellizca suavemente esos pezones, gatito”
Tu exhalación es temblorosa mientras tus dedos se van acercando y recogiendo la carne pesada, tus palmas se deslizan a lo largo de la piel sensible. Sale un pequeño quejido de tus labios mientras que las yemas de tus dedos hacen girar tus pezones, tus acciones no son tuyas, pero no obstante te deleitan. Tus caderas ruedan lentamente en el aire, cerrando tus ojos y moviendo la cabeza sobre su ancho hombro.
“Sensible hoy ¿verdad?” su risa baja atrae otro ligero gemido hacia ti y el delicioso ruido solo lo estimula más “wow, nunca te había visto tan jodidamente mojada antes, mírate tú misma”
Mantienes la cabeza donde está, con una mirada casi de dolor en tus rasgos por tener que recordar el juego. La peculiaridad de Shinsou está ausente en tu mente confusa y ya no te está empujando a hacer nada.
“hmm, que gatito tan inteligente tengo” ronronea recorriendo con sus dedos tu piel. “ahora, Shinsou dice mira lo empapada que estas por mí, y no te atrevas a apartar la mirada”
Tu cabeza gira y tus mejillas se sienten en llamas mientras contemplas tu reflejo, así como la orgullosa sonrisa que Shinsou tiene en sus labios. Tus ojos viajan a tu sexo y dejas de respirar mientras los ajiles dedos de Shinsou avanzan lentamente hacia él, aterrizan delicadamente a lo largo de tu en hendidura, las puntas de estos se mueven entre tus pétalos de una manera burlona, rozan tu clítoris por un momento casi burlándose de ti para después retirarlos de ahí.
“Shinsou dice, tócate como acabo de hacer y sigue así.”
Incluso con su peculiaridad guiando tus movimientos, te das cuenta que realmente quieres seguir sus órdenes. Te arqueas contra su pecho, gimiendo mientras tus uñas le dan a tu hinchado coño una sensación diferente. Tus dedos actúan tan suaves y provocadores como los de él, tu lujuria se dispara cuando tu toque vuelve a pasar por encima de tu clítoris. Suspiras viendo como tus acciones hacen que tu coño claramente quiera más.
La acción no pasa desapercibida para Shinsou, quien parece encantado con lo que tu cuerpo le dice. Su polla esta dolorosamente dura pero la premisa del juego lo tiene intrigado. Quiere alentarte a que te sientas cómoda tocándote así enfrente de él, quiere que veas lo hermosa que eres cuando lo haces eso para él, que no tienes nada que ocultar.
“Shinsou dice, pasa tu dedo medio dentro de ese coño empapado para mi bebe” tu dedo se desliza en tu intimidad empujando hasta el nudillo y gimiendo cuando este no llega tan profundo como desearías, tan profundo como los dedos de Shinsou pueden llegar.
“por favor…Shinsou…joder” gimes, tus ojos todavía pegados a tu coño, tu dedo está ahí dentro de ti y tus caderas se mueven para encontrar estimulación.
“Ahora empiézalo a mover dentro de ti”
Haces un pequeño puchero, tu dedo todavía está congelado dentro de tu coño ¡que le sucede! No es justo, este juego es demasiado cruel y la angustia te invade mientras miras fijamente su reflejo.
El enojo que sale de ti lo hace reír, pero cierra los ojos y se inclina para comenzar a presionar besos suaves con la boca abierta en tu espalda y en tu cuello. “Shinsou dice, empiézalo a mover tu dedo dentro de ti gatito”.
Tu dedo comienza a moverse inmediatamente, curvándose dentro y fuera de tu coño resbaladizo con fervor. La yema de tu dedo presionando intensamente hace que tu cuerpo se estremezca ante la estimulación tan repentina “ahhh…Shinsou”
“Shinsou dice, agrega otro dedo”
Esto hace que tus piernas tiemblen y tu espalda presione su pecho. Continúa el asalto a tu cuello, pero sus manos te abandonan a favor de quitarse la chaqueta y la camisa. Sus rizos violetas salvajes se mueven mientras empuja tu cuerpo contra su piel desnuda, recogiendo tus muslos con sus manos una vez más.
Sus dientes pellizcan tu clavícula, la lengua se desliza sobre la piel enrojecida de un manera suave “Ojala esos fueran mis dedos en tu bonito coño ¿no gatita?”
Sus palabras hacen tú ya prominente rubor se intensifique y tus piernas hagan fuerza contra sus su agarre. Todo lo que puedes hacer es gemir, disfrutando la estimulación que brindan tus dedos, “más, por favor ¡lo necesito!” salen prácticamente como si te estuvieras ahogando.
Shinsou considera tu petición, observando la forma en que tus dedos se introducen a tu palpitante entrada, nunca te había visto tan desesperada y se pregunta de nuevo cuanto tiempo habías estando tocándote antes que el llegara. Frenética por más de su toque, tu cuerpo se retuerce con urgencia, respiras con fuerza mientras tu cadera se mueve contra su entrepierna.
“Shinsou dice, quédate jodidamente quieta”
Tu cuerpo se congela con dureza por si solo y tu ojos casi se salen de sus orbitas cuando la mano de Shinsou se desliza por tu pelvis, sus dedos se deslizan a lo largo de los tuyos que están a la mitad de tu coño. Lubrica sus dedos de tu excitación excesiva, deslizando las almohadillas hacia arriba para masajear tu clítoris.
“¡mierda!” aprietas tus paredes en tus dedos ante la nueva sensación y tus ojos casi se ponen completamente en blanco al sentir que su otra mano agarra tu muñeca empujando tus dedos adentro de ti.
“Shinsou dice, dime cómo se siente eso cariño.” Sus dedos sobre tu nervio no paran y su otra mano mete tus dedos en tu coño a un ritmo rápido.
Tu mandíbula esta floja, las palabras no pueden salir de tu boca mientras tus ojos se mueven entre su sonrisa orgullosa y sus manos celestiales. Pero tu cuerpo no es tuyo y las palabras que salen de tu boca hacen que tu vergüenza se multiplique por diez. “¡Se siente tan jodidamente bien papi!”
Sus movimientos se detienen y dejas escapar un gemido roto, tu orgasmo inminente se desvanece sin dejar rastro. Tus ojos abiertos se encuentran con los suyos en el reflejo, ambos en el estado de shock por el término que habías convocado.
Eres su gatito, eso se había establecido bastante rápido en su relación. Pero nunca antes había escuchado una palabra tan disoluto salir de tus labios.
Perdió el sentido de razón.
Sucede tan rápido que ni siquiera puedes jadear cuando su mano se cierra alrededor de tu garganta.
“papi ¿eh?”
Su mirada sobre la tuya es como lava, un deseo fundido rezuma del el con tanta fuerza que casi puedes oír el crujido y chisporroteo. Su otra mano empuja bruscamente hacia abajo sus pantalones quitando de una vez su ropa interior.
Su gran polla golpea tu pelvis y aunque no puedes verlo tu cuerpo tiembla de la emoción lista para partirse en dos y llenarse hasta el borde. Tu vergüenza es fugazmente aplastada por tu abrumadora hambre de él.
“por favor” suplicas, la emoción de todo esto es demasiada.
“el gatito perfecto de papi” gruñe, acomodándote para ponerte de rodillas con los muslos temblando. “¿quieres que papi te folle duro ese coñito mojado? ¿Eh, gatito?”
“¡Si! Si papi por favor ~por favor~” tus palabras salen prácticamente arrastrándose de tu boca en una oración delirante en tus labios.
La mano en tu cuello se desliza hacia atrás para sostener el cabello de tu nuca y él te empuja hacia adelante con brusquedad para que tus manos te sostengan para lo que viene. Tirando tu cabello te obliga a mirar tu reflejo además de levantar tus rodillas elevando tus caderas a la altura perfecta.
Tu corazón late en tu caja torácica mientras la cabeza de su polla de desliza por tu entrada vidriosa. Un gruñido retumba en su pecho mientras mira como tu entrada se estira al recibir su verga.
El murmura tu nombre, haciendo que tus ojos se abran y se fijen en los suyos. Tu trasero trata de acercarlo más a ti para que la punta roce tus pliegues otra vez, jadeando desesperadamente mientras él te sonríe.
“eres mi dulce gatito, todo mío ¿entendido?”
Asientes de nuevo, que las palabras salgan de tu boca es difícil esta noche.
La mano que no está en tu cabello golpea tu trasero abruptamente, provocando un fuerte gemido en ti. Sus dedos se clavan en la carne enrojecida mientras su lengua recorre ansiosamente debajo de sus dientes. “Ahora, papi dice…”
Te tiemblan los labios y tu coño se agita cuando lo miras una vez más.
“…córrete en mi polla.”
No necesita activar su peculiaridad esta vez. Tus caderas se estrellan hacia abajo, sus gemidos llenan la habitación mientras tomas cada centímetro de él, su polla dura abriendo tus estrechas paredes con facilidad, no te permites acostumbrarte a su tamaño intrusivo, inmediatamente empuja tu trasero hacia arriba antes de dejarlo caer.
Los ojos de Shinsou se mueven hacia atrás, su mano aun descansa sobre tu culo mientras rebotas en su polla robándole el aliento. Joder, la sensación de tu coño caliente apretándolo tan bien, hace que quiera dominarte.
Su polla gruesa golpea el lugar correcto en lo profundo de ti, y tu intimidad gotea en exceso debajo de ti. No puedes evitar los descarados gemidos y gritos que brotan de tus labios, tu orgasmo dos veces negado regresa y da a conocer su presencia.
El peli purpura también nota tu inminente clímax, los sonidos que estas liberando y la forma en que tu coño agarra su longitud con tanta desesperación… no es como si lo estuvieras escondiendo muy bien. Su mano golpea tu trasero de nuevo, y un gruñido sale de el al notar como aprietas su polla en respuesta.
Su mano deja tu cabeza haciendo que tu rostro caiga y tu barbilla se arrastre contra el suelo. Sus manos se clavan en tus caderas, abriendo tus muslos y forzando tus caderas lo más profundo que se pueda. Empuja mientras tu trasero se estrella, soltando un gemido delicioso de parte de ti, el igualmente gime forzando un ritmo que repite la acción con tanta rapidez que tu cuerpo zumba y estrellas brillantes bailan a lo largo de tu visión.
“¿Me escuchaste gatito?”
Tus ojos se abren con lágrimas en las pestañas por el puro placer que está causando. Su expresión es maliciosa, los ojos entrecerrados miran tu imagen reflejada en el espejo, como si te estuvieran tentando a seguir sus órdenes.
“Papi dice que te corras”
La presión en tu estomago aumenta repentinamente, tanto que tu mandíbula cae y tus piernas tiemblan y tu cuerpo se contrae, y luego estas teniendo un orgasmo, tu coño está exprimiendo toda la vida de su polla mientras el golpea tus caderas con éxtasis.
Sus manos solo aprietan tus caderas y su ritmo no disminuye mientras te golpea con facilidad. La estimulación continúa en tu punto G que hace que un rastro de baba corra por la esquina de tu boca, haciendo que tus ojos se muevan haca atrás por completo. El ritmo persistente de sus embestidas provoca una serie de suplicas ininteligibles de ti, y finalmente se detiene para darte un segundo para recuperar el aliento.
Tu cuerpo esta molido en el suelo, el orgasmo forzado te ha quitado una sorprendente cantidad de energía, Shinsou da un empujón tentativo que hace que un suave gemido se desprenda de ti. Envuelve sus brazos debajo y alrededor de tus muslos con sus manos aterrizando debajo de tu trasero, te levanta del suelo y se pone de rodillas frente al espejo. Abre tus piernas sin piedad, baja tu cuerpo y hunde su polla en tu coño adolorido.
“Mmmhhh…Shinsou” gimoteas mientras luchas por las palabras, tu cuerpo siente una confusa pesadez y ligereza. Tu mente esta desordenada, tratando de reajustase después de que tu orgasmo te ha devastado con tanta dureza. Tu cuerpo no había tenido suficiente tiempo para prepararse, Shinsou te hizo terminar antes de que estuvieras siquiera lista.
Tu cabeza cae hacia atrás en su hombro, otro gemido se libera mientras empuja su polla dentro de ti de nuevo.
“Shh, shh, gatito, no te preocupes, papi te va a cuidar bien como siempre lo hace” Shinsou gruñe en tu oído haciendo que las mariposas en tu estomago se agiten con renovada energía.
Los gemidos siguen saliendo de ti mientras sus fuertes brazos te guían para sentarte en su polla, enfundándose dentro de ti todo el camino y luego empujando sus caderas hacia ti para frotar ese punto que te hace temblar. Tu cabeza ya no esta tan turbia como antes, tu mano vaga hasta tu pecho y tiras de tu pezón con tus dedos.
“Mmmh ¿no se siente bien?” pregunta dejando caer tu cuerpo un poco más rápido en su longitud. Muerdes tus labios mientras que tu otra mano baja por tu muslo “¿quieres tocarte cariño?, ya no estás tan tímida ¿verdad?”
Sacudes la cabeza lamiéndote los labios en el espejo que tienes delante. Muestra la imagen disoluta de Shinsou empapándote con su poderosa polla, doblando tu cuerpo cual juguete.
“papi dice, lame tus dedos y frótalos en tu clítoris” ordena empujándote más rápido.
Tu mano en tu muslo vuela instantáneamente a tus labios, separándolos y metiendo tus dedos en tu boca. Sueltas un pequeño gemido en el momento que tu lengua moja tus dedos con salva, haciendo que Shinsou muerda la punta de tu oreja gruñendo a la vez. Tu cuerpo tiembla cuando tus dedos se encuentran con tu clítoris, todo tu núcleo se aprieta con el placer adicional. “¡mierda! Shinsou, ahhh-yo-ughhh” no puedes detener el gemido que se escapa, tu punto g esta sobre estimulado enviando euforia corriendo a través de ti con cada embestida.
“¿listo para correrte de nuevo gatito?” La tensión se amplifica en su estómago. Solo el juego ya lo había puesto muy caliente y ahora después de tu intenso orgasmo y mostrarte así... bueno el también está bastante cerca.
“Si, por favor solo…házmelo papi” te quejas, mientras tu cuerpo se prepara para el impacto de otro orgasmo, sin control sobre los dedos en tu clítoris, todo lo que puedes hacer es aceptar las chispas que recorren tus extremidades.
Shinsou deja caer tus caderas para encontrarse con las suyas mientras se mueven de arriba abajo a un ritmo rápido, el aliento de tus pulmones es robado cuando un segundo orgasmo te atraviesa. La presión que se alivia dentro de ti, tus labios se abren y un largo gemido sale. Un líquido claro se derrama mientras tiemblas contra su pecho resbaladizo, tu coño se contrae y libera violentamente.
Shinsou deja escapar un gemido suspendido, la imagen de tu liberación en ti combinada con la sensación que agarras su polla con tanta fuerza persuadiendo su orgasmo. El llena tu útero con calidez y su agarre en tus muslos se debilita.
La habitación se llena de respiraciones irregulares mientras ambos permanecen en un estado de felicidad, la longitud de Shinsou masajea tu coño mientras acuna lentamente tu cuero contra el suyo. Tus ojos están cerrados, tu intimidad palpita y hormiguea con las réplicas de tu clímax.
Shinsou presiona besos como plumas sobre la piel mordisqueada de tu cuello. Hay un chupetón ridículamente oscuro y grande formándose allí, pero claramente te importa un carajo, menos mientras lame la piel magullada con cuidado.
Observa atentamente una espesa corriente blanca que sale de tu coño rosado y baja por sus bolas. Tu cuerpo se inclina contra el de él, el cansancio se apodera de ti. Shinsou se aleja de ti y te quejas cuando su polla caliente deja tu coño haciendo que el estiramiento se pierda inmediatamente.
“¿Cómo te sientes gatito? ¿Estás bien?” pregunta acomodándote en sus brazos mientas se pone de pie sosteniendo tu cuerpo con discreción. Te lleva a la cama y te acuesta en las sabanas ahora frías.
Tu núcleo sobre estimulado palpita en protesta mientras te mueves, empujando el cabello de tu frente sudorosa “estoy bien, estoy cansada…” mirándolo con una mirada un poco sonrojada.
Shinsou sonríe, pero el orgullo se refleja en su expresión falsamente suave, se arrastra sobre el colchón a tu lado, sus largos brazos rodean tu cintura.
Te acurrucas en su cálido pecho y sueltas un suspiro mientras tu cuerpo zumba aturdido.
“lo hiciste bien cariño, estoy orgulloso de ti” sus palabras son suaves y dulces ahora, cálidas y consideradas; él siempre sabe que decir. “me lo probaste cariño, eres una chica buena.”
Tus labios se moldean en una sonrisa satisfecha, y presionas de nuevo sobre la piel de su musculoso pecho. Antes de que pudieras deslizarte hacia un sueño reparador, los dedos de Shinsou agarran tu barbilla, tirándola suavemente hacia arriba para que tus ojos se encuentren con los de él.
“Sin embargo, las chicas buenas no se tocan gatita, esta vez tuviste suerte de que vine aquí necesitándote tanto como tú, me necesitabas a mi” él te da un beso profundo haciendo que tus brazos se envuelvan alrededor de su cuello y tus dedos se deslicen por sus suaves mechones amatistas. El tatarea profundamente, retrocediendo y robando tu mirada con una entrecerrada pero posesiva.
“pero si alguna vez te encuentro tocándote de nuevo” hace una pausa, los ojos lavanda brillan con una lujuria renovadora que te hace temblar “papi se dará cuanta de cuantos orgasmos se necesitan para empapar estas sabanas por completo”.
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(2) Reencuentro
“No puedes huir del pasado, ni de las promesas rotas, ni de los sueños olvidados, porque un día te alcanzarán y ese será tu fin”
Cinco años después...
En otras noticias, los asesinatos múltiples de héroes y villanos de bajo rango han aumentado en los últimos días, ¿Quien será el asesino? ¿La Liga de Villanos? ¿Un seguidor de Stain? Esas son las preguntas que la población se hace; ahora entrevistaremos a algunos cuidadanos al respecto de este tema...
—¡Bakugo! Yo estaba viendo eso —Exclamó Denki en los vestidores con medio traje puesto.
—¡Deberias apresurarte idiota si no quieres llegar tarde otra ves! —Gritó un enfurecido Katsuki harto de ver la cara embobada de su compañero de trabajo para después marcharse del lugar había tenido una pesada noche lidiando con algunos villanos y tratando de descubrir alguna pista del nuevo asesino de héroes no se sentía con ánimos para tratar con el estúpido de Kaminari.
Sacó las llaves del auto de su bolsillo quería llegar a su hogar rápido cuando una voz conocida lo detuvo —Groud zero —dijo— Recuerda estar listo para el evento del ranking de héroes, la agencia está muy orgulloso de ti —susupiro y siguió su camino afirmando con la cabeza mientras salía al estacionamiento, entro al vehículo para después recostarse en el asiento cubriendo sus ojos con las palmas de sus manos intentando parar las lágrimas, era la quinta vez que eso le ocurría desde que se enteró que lo nombrarian símbolo de la paz y héroe número uno en Japón, estaba a un paso de cumplir sus sueños y la promesa que le hizo, pero entonces porque todo aquello lo hacía sentir culpable y un maldito bastardo ¿Por qué?
Sacudio la cabeza para alejar esos pensamientos, se seco las lágrimas y puso el automóvil en marcha tal ves lo que necesitaba era un buen descanso mañana tendría el día libre debido al evento.
Se levantó temprano como era costumbre, hizo su rutina diaria faltaba más o menos una hora para el evento, a pesar de no poder descansar bien como siempre se sentía de buen ánimo, abrochó el último botón de su camisa y se colocó el saco, tomo su móvil y un ramo de flores que había comprado después de correr en la mañana.
Después de cerrar su apartamento entro al ascensor observo las flores que llevaba y suspiró hoy era el día en que regresaría aquel lugar donde hizo aquella promesa que estaba a unas horas de cumplirse, dió un último suspiro y salió del elevador, para luego dirigirse a su auto, coloco con cuidado el ramo en el asiento del copiloto para luego salir del edificio, encontrándose con una calle vacía que lo hizo sentir ansioso, y su mente comenzó a dudar ¿En realidad el merecía ese premio? Esa pregunta lo hizo negar, el no merecía nada de eso, ni siquiera merecía el título de héroe todo lo que hizo lo hacía por Izuku solo por él, y por esa promesa, haciendo que esto solo fuera un paso más para poder redimirse de todo aquello que causó, ya que si alguien le preguntaba si se sentía culpable la respuesta sería sí, porque a pesar del tiempo seguia aquella culpa aplastandolo y haciéndolo sentir miserable.
El viaje habia durado veinte minutos, y el lugar seguía desolado, se arregló la corbata y se dispuso a entrar; por un momento se sintió como un adolescente preparándose para una cita, sonrió ante el estúpido pensamiento y de seguro si el estuviera vivo se hubiera reído de eso, suspiro una ves más había pasado un largo tiempo desde aquella visita,que por un momento regreso a su mente la plática que tuvo con Todoroki
Flashback
Después de su visita al cementerio, Bakugo se había encerrado en su habitación, llevaba allí desde que él había muerto, la escuela le había dado un permiso especial porque según la escuela el había sido el más afectado por lo cercano que fue con Izuku, se recostó en su cama esperando poder dormir un poco, se sentía agotado y aunque el peso de la culpa no se había ido ahora era un poco más ligera, cerró sus ojos pensando en los pocos recuerdos felices que tenían juntos.
—Bakugo —Se escuchó al otro lado de la puerta junto con unos golpeteos, suspiro resignando, está noche tampoco iba a dormir— Bakugo —se escuchó por segunda ves, de verdad que iba a matarlo, se levantó y abrió la puerta encontrándose con una figura pálida y triste, dándose cuenta que él no era al menos el único afectado— ¿Puedo entrar? —dijo, agachando la mirada—
—Supongo que no tengo opción ¿verdad? Respondió katusuki haciéndose aun lado para dejarlo entrar y cerrar la puerta con seguro para que nadie los interrumpiera.
Los minutos pasaron desde que Todoroki había entrado a su habitación para hablar, pero ninguno de los dos había dicho algo y el silencio se había vuelto pesado e incómodo, Todoroki lo observaba en silencio y luego suspiraba, mientras que él solo observaba la pared de su habitación.
Admitía que nunca odió a Todoroki, siempre lo considero un rival y en el fondo un buen amigo, cosa que jamás diría en voz alta, incluso lo envidiaba por lo cercano que era con él...
—¿Cómo estás? Se que toda esta situación con Mido...
—No vuelvas a repetir ese nombre, nunca en mi presencia, entendiste maldito —Respondió Bakugo, Tal ves en otro tiempo el antiguo Bakugo hubiera explotado su cara solo por mencionar esas palabras, pero el de ahora se veía como un muerto en vida, si veías sus ojos, no necesitabas de ser muy listo para ver que la culpa lo consumía segundo a segundo.
Todoroki suspiro, sabía que la relación entre esos dos estaba destrozada desde hace años por todo el daño que el rubio había causado en contra de Midoriya sólo por no tener un quirk, ya que el mismo Izuku le había contado todo de primera mano así que entendía que Bakugo se culpaba de todo esto y aunque los demás pensarán que no le importaba nada, Todoroki sentía que debía Intervenir para que Bakugo no se hundiera más en la culpa que lo carcomía —Está bien no lo mencionare, pero sabes que aunque no lo diga siempre va a estar allí y no vine aquí porque quisiera, vine porque a él no le hubiera gustado que te quedes encerrado mientras te culpas por cosas que simplemente no estaban en nuestras manos, nadie hubiera podido predecir que lo que paso ese día fuera a terminar en desgracia para todos nosotros —Todoroki hizo una pausa, viendo a Bakugo en silencio, y prosiguió— A todos nos afecto, porque se supone que nosotros teníamos una mayor responsabilidad al poder utilizar nuestros quirks pero ninguno pudo hacer nada así que su muerte está sobre todos nosotros, no cargues con toda nuestra culpa, Midoriya me confesó que no te odiaba.
Fue allí donde la expresión de Bakugo cambio, las palabras de Todoroki le habían caído como un balde de agua fría, que tan ciego había estado a causa de su orgullo y prepotencia, las lágrimas comenzaron a salir, ya no importaba si Todoroki lo veía llorar, no importaba nada.
Dejo las flores sobre la tumba, no había nada que decir, todos los errores del pasado lo habían llevado a ese punto, pero ya no había vuelta atrás, solo debía seguir adelante, llevando consigo el peso de la culpa y el arrepentimiento.
Se marchó del lugar, sintiendo la briza en su rostro como una buena señal, de qué tal vez después de ese día todo iba a cambiar en su vida.
Al llegar al salón, pudo ver a varios de sus ex compañeros de clase, saludando a varias personas y firmando autógrafos, algunos de ellos también estaban en el bufete hablando con varios dueños de agencias mientras tomaban una copa de vino.
Estaba a punto de ir hacia ese lugar cuando, se escucho por los altavoces que la premiación iba a dar inicio.
Tomó asiento en uno de los lugares, mientras veía como uno de los héroes veteranos daba un discurso para así iniciar la ceremonia, después de bajar del escenario las luces se apagaron y una pantalla apareció dando paso a pequeños vídeos e imágenes de algunos héroes realizando actos de buena fe hacia los ciudadanos, cuando en un segundo la pantalla quedo en blanco dando paso a imágenes grotescas y demasiado perturbadoras de los héroes recién asesinados, todos en aquella sala habían quedado en shock, y por alguna razón ajena a ellos no podía moverse ni apartar la vista de la pantalla que ahora mostraba un vídeo de mala calidad donde uno de sus compañeros era apuñalado repetidas veces por un hombre que reía de forma sádica.
Intento moverse pero no podía su cuerpo se sentía pesado y desequilibrado, cualquiera que estuviera haciendo aquello no iba a salirse con la suya, pero por más que trato no podía, fue en ese instante que se dió cuenta que estaban bajo el control de un villano.
#my hero fanfic#fanfic#boku no hero fanfic#boku no academia#anime boy#bakugou x deku#midoriya izuku#bnha bakugo katsuki#bnha bakugou#villain deku#deku midoriya#heroes and villains#boku no hero headcanons
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ROMA GALLARDO: ¿HÉROE O FRAUDE?
Todos lo conocen. Es un influencer/youtuber que se ha hecho muy famoso en poco tiempo, aprovechando los tiempos que corren de auge en ideologías políticas feministas modernas, cuestionables y sobretodo orientadas a corrientes hegemónicas y radicales, que han levantado una barrera en la sociedad.
Respecto al feminismo, actualmente hay personas que lo persiguen y atacan, personas que divulgan y difunden información abordando cuestiones referentes al tema de forma didáctica, personas que lo defienden y atacan a todo aquel que no comparta su punto de vista... y un sin fin más de variables. Por supuesto y desgraciadamente, siempre predominan los extremos.
Roma Gallardo se ha hecho famoso por divulgar información, de maneras también cuestionables, entrevistando a feministas enmascarándolo a modo de debate, y cómo no, ha perdido las formas en más de una ocasión haciéndose evidencia de ello públicamente. Vídeos donde insulta, es maleducado y agresivo.
Un vídeo reciente ha causado revuelo, dónde increpa a una mujer con la excusa de que “ella también ha sido mala”, exponiendo públicamente sus fotos personales (que no por ser públicas en otra red social significa que puedan utilizarse para este tipo de fines) mientras se dedica a insultarla. Lo más inquietante es que en una parte del vídeo, mientras profería insultos, se le va completamente la cabeza y comienza a gritar como un auténtico maníaco mientras sube cada vez más el tono. Ello lo ha puesto incluso en trending topic en españa durante un tiempo, y cómo no, ha sido la comidilla además, de otros youtubers/influencers.
https://twitter.com/CensoredJules/status/1395132638348853251
Por supuesto, algunos fans se han dedicado a defender su ataque aseverando, en resumidas cuentas, que estaba en su derecho porque la mujer “también había sido mala”. Otros, han despreciado su actitud y lo han bajado del pedestal. Evidentemente, ese vídeo ha sido un punto de inflexión en su reputación, y ha causado división entre sus propios fans. Roma, que no parecía muy consciente del evidente error que ha cometido (errar es de humanos), comunicó lo siguiente:
Resulta contradictorio que después de haber sido él quien se dedicaba a proferir insultos perdiendo indiscutiblemente la cabeza, y en su propia declaración sigue profiriendo insultos (llamando lumbreras a un grupo de personas que le insultan), quiera dar una imagen benevolente y pacifista, intentando camuflar sus injurias fuera de lugar por argumentaciones o “crítica”, cuando ni el comunicado ni el vídeo, son de ese carácter, y ha quedado constancia de ello sin que pueda ocultarse ni deshacerse. El vídeo, aunque esté borrado, ya ha sido resubido y puesto en la red, así como el comunicado. No ha sido precisamente un modelo a seguir, ni en su capacidad de argumentar sin quedarse en lo más bajo de la pirámide argumentativa, ni en reconocer sus errores con humildad.
Llegados a éste punto, no haría falta aclarar que el pensamiento de “si tú me insultas, lo utilizo como justificación para insultarte yo a ti” es inmaduro cuanto menos, y no es una conducta sana ni razonable en ningún tipo de debate serio e intelectual, ni mucho menos, puede provenir de una persona de buen criterio. Lo que nos lleva a lo siguiente.
ROMA GALLARDO ¿QUÉ ESCONDEN SUS ARGUMENTACIONES?
Es cuestión de tiempo, y más pronto que tarde, que se destape el verdadero conocimiento de una persona en los temas que aborda. Poco sabemos de Roma Gallardo, más allá de que se dedica a hacer vídeos de entretenimiento en YouTube utilizando argumentos, que por muy buenos que puedan ser a veces, son de origen desconocido, y cómo he mencionado anteriormente, de forma más que conflictiva y cuestionable.
Cuando vemos a personas como Roxana Kreimer, no hay lugar a dudas de que hay un verdadero conocimiento detrás de lo que divulga, y no porque detrás de su fotografía aparezcan un montón de libros (aunque sea un buen indicativo). Es una filósofa doctorada en ciencias sociales investigadora de la violencia social, la desigualdad, y percutora de la corriente Feminismo Científico, Filosofía Práctica y Filosofía Experimental (que utiliza los métodos experimentales en la investigación empírica de conceptos filosóficos), entre otros muchos proyectos, donde incluimos su crítica hacia el feminismo contemporáneo. También tiene varios canales en YouTube donde sube sus charlas en Café Filosófico, y hace críticas al feminismo contemporáneo de una forma más resumida y entretenida, apoyándose en datos, documentos y estudios académicos (algunos desarrollados por ella), utilizando metodologías de investigación cuantitativas y cualitativas, apoyándose, sobretodo, de la ciencia y siempre, siempre, mencionando sus fuentes.
Una persona con un auténtico pensamiento crítico y conocimientos (que no perfecta), no oculta las fuentes de donde se nutre. Tanto ella, como otros que se rigen por eso, dejan siempre constancia de todos los documentos y autores de los que han extraído su conocimiento. Sobre todo, porque si su trabajo es realmente divulgativo, lo que quieren es que tú seas capaz de consultarlo e informarte, para que puedas como ellos contrastar datos y llegar a tus propias conclusiones. Obviamente también suben sus estudios.
Y es que, personas con esta formación académica, difícilmente van a hacer lo que hace Roma Gallardo, sino que en su lugar, van a centrarse en tratar de exponer su trabajo o el de sus compañeros, por cuestiones evidentes; hay una dedicación detrás. Han dedicado esfuerzo a lo que hacen, son perfectamente conscientes del valor del reconocimiento y hacen lo mismo hacia sus colegas. Salvo contadas excepciones que esconden cosas más turbias detrás, pero que dejaremos para otra ocasión; no todos los académicos son un gran modelo de conducta, pero eso no va a propiciarles un gran progreso en su campo.
Roma Gallardo, se ha dedicado a dar argumentaciones sobre el feminismo. Y nos preguntamos de dónde vienen.
Aunque esto es solo una hipótesis, bien podría estar extrayéndolas de otros críticos del feminismo contemporáneo, y ser un fraude pseudointelectual. Todos podemos hacer una investigación superficial y hacernos los entendidos, repitiendo el discurso intelectual de otra persona. Y es que ¿Cómo alguien cuya formación en ese ámbito es desconocida, ofrece argumentos que requieren investigaciones tan profundas y podría mantener por mucho tiempo la farsa?
En algún punto, empezaría a contradecirse, se verían los fallos en su argumentación, se notaría que son un batiburrillo de extractos, y rompería principios que son inquebrantables que están sujetos a las metodologías que predecen a una investigación superior, denotando conductas y palabras que nos chirrían respecto a otras cosas de supuesto valor que ha hecho o dicho.
Todo eso son elementos sospechosos que podrían formar parte de una gran cortina de humo.
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6 comunidades online sobre funko-pop de animacion a las que deberias unirte
QUÉ SON LAS FIGURAS FUNKOS: DEFINICIÓN, HISTORIA Y QUE CANTIDAD DE MODELOS TENEMOS
youtube
Y llegó la invasión. En cientos de hogares en todo el mundo , una tras otra, estas figuras llamadas Funko Pop! fueron haciéndose un sitio en todas y cada vitrina que tenga en casa con un pequeño hueco libre.
Son los muñecos cabezones de siempre y en todo momento , como esos que podemos coleccionar durante nuestra aventura por el erial en el Fallout, pero en versión… En la versión que desees , esencialmente.
Y sucede que logramos hallar Funkos de cualquier serie de t.v. que tenga un mínimo de audiencia, lo mismo con los éxitos de la gran pantalla, hasta de animes, dibujos animados o de videojuegos.
Ni qué decir de todos y cada uno de los super-héroes y sus propios villanos si echamos un vistazo al catálogo de Funkos de Marvel y DC Cómics, considerablemente más de 30 compilaciones con gran cantidad figuras para escoger. La Super www.funkopopya.com/peliculas Sized (figuras gigantes ) de Thanos va a ser obligatoria para bastantes , y sucede que hay muchos géneros de Funkos, pero vamos por partes.
¿COMO ES EXACTAMENTE UNA FIGURA FUNKO POP?
Resumiéndolo rápidamente :
Un Funko-pop es una figura cabezona de vinilo que imita en forma a un individuo o personaje.
Pero esto va considerablemente más allá.
Para calar hondo entre los coleccionistas, había que hacer figuras destacables , limitadas y difíciles de encontrar. Hay precisamente 13 tipos figuras, y algunas son tan especiales que han sobrepasado los 200€ una vez agotados.
Podéis ver considerablemente más en aspecto todos los tipos de Funkos en el estupendo resumen que hacen de cada uno en nuestra web, vale la pena tirarle un ojo antes de comenzar a coleccionarlos.
Ah! Pero no les asustéis, los Pop! regulares no acostumbran a ocurrir de 15€ y tenemos la posibilidad de encontrarlos recurrentemente en Amazon en el medio o aun menos, solo hay que estar un tanto alerta.
LA HISTORIA DE ÉSTOS MUÑECOS DE VINILO
¿Les sorprendería que esta funko-pop de animacion empresa fuera de China? Ya que de esta manera es. La compañía Funko es desarrollador de varios géneros de juguetes, y cuenta, más que nada a causa de la fiebre de los Pop! con un montón de licencias de franquicias y marcas muy reconocidas en el mundo entero. No hay mucho más que echar un ojo al catálogo de Funkos, alcanzan las que desean sin inconveniente.
Mike Becker fue el primordial constructor , allí por 1989, y después la vendió al de hoy presidente: Brian Mariotti.
Mariotti fue el encargado de catapultar la empresa a donde está ahora , con firmas esenciales con muchos ceros y esas cosas de hombres de negocios. Lo esencial es que dio vida a los muñecos Funko Pop! tal y como los conocemos actualmente.
MIREMOS NÚMEROS, ¿CUÁNTOS FUNKOPOP HAY?
Estoy convencido de que ni por casualidad les imagináis que hay mucho más de 1000 muñecos Funko Pop!.
No hay que hacer varios cálculos. Cada vez sacan colecciones más veloz y las hay de muchas categorías: T.V. , gran pantala, juegos para videoconsolas , anime, estrellas del rock, héroes… Con múltiples decenas de compilaciones por categoría, y por su parte no menos de cinco figuras por colección , con algunas que sobrepasan los 30 muñecos como la situacion de Deadpool, que lo han disfrazado hasta de animadora.
Si sois de los que les agrada finalizar las compilaciones que comenzáis , huid. No vais a poder, les deberéis constituir únicamente con finalizar las compilaciones individuales , y aviso que algunas son asimismo complicadas , en este momento que al descatalogarlas hay que aflojar el bolsillo.
Pero, seas ya un comprador de estas figuras o te hayan entrado ahora las ganas de empezar una colección , quisiera que te haya dado gusto el artículo para comprender mejor este universo de los Funko Pop!, y si tienes dudas, no tengas dudas en dejar un comentario.
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Más Allá del Bosque: Capítulo 1 Aprendiz
Peter, un joven muchacho de 14 años, de cabello rizado del color del carbón y con un brillo (que casi nadie notaba) de tono morado, ojos celestes del color de una mañana sin nubes, piel pálida (demasiado paliducho dirían algunos) y con ropajes descuidados y enmarañados, caminaba sonriente y tranquilo por el caminito de tierra marrón que conducía a la zona de tala. Delante de él, un hombre muy robusto, fuerte y musculoso, que a ojos de Peter era una torre, la torre más amable buena y cariñosa del mundo. El hombre era de piel morena y ojos verdes, con una cicatriz en el ojo izquierdo a modo de arañazo, Clarisa no sabría decir si eso le realzaba la mirada o le estropeaba los hermosos ojos esmeralda, claro está, Clarisa cambiaría su modo de verlos dependiendo de quien tuviese delante. Este hombre portaba un hacha grande y filosa, al igual que Peter. Solo que la del chaval era mucho más pequeña y no portaba un estandarte en la cuchilla. Peter miraba con admiración al hombre y su noble hacha. Caminaban en silencio, con el ruido del río fluyendo y de los pájaros de cantando en los árboles y tejados de las viejas granjas. El pequeño camino salía del pueblo, y de los campos de cultivo, pasando por los prados de flores, cruzando el río y llegando a la gran muralla hecha de árboles. El camino se estrechaba y se hacía menos sinuoso y más recto. Y antes de cruzar al otro lado de los grandes y anchos árboles, el hombre se giro a ver al muchacho y con una sonrisa jovial pregunto:
-¿Que chavalote, estás listo para tu primera tala de árboles?-
Peter sonrió con algo de vergüenza, estuvo soñando con este momento toda su vida pero ahora que llego, no sabe porque, sus piernas temblorosas solo piden echar a correr y volver al pueblo a solo cortar madera, preparar leña y afilar hachas. Pero no, tenía que dejar su timidez y miedo atrás, no puede defraudar a su familia y mucho menos a su tío y maestro:
-Claro que sí, estoy listo para talar todos los árboles que me ordenes tío Angus- respondió poniendo pose de militar, haciendo sacar una pequeña carcajada a su tío- Llegare a ser tan buen leñador como tu.-
-De eso no me cabe duda, pequeñajo.-
Siguieron caminado, y al adentrarse en el camino del bosque Angus empezó a tatarear una canción en voz muy baja, y Peter detrás suya se distraía viendo los árboles, escuchando los pájaros y viendo el paisaje boscoso. Nunca había salido del pueblo y esta aventura le maravillaba al igual que aterraba. Poco a poco, mientras caminaban por el camino recto y perfectamente marcado, el joven escuchaba y sentía más la presencia del bosque, notaba como si alguien los estuviera observando, vigilando desde el otro lado del camino, pero su tío Angus lo saco del limbo, parándose de pronto y haciendo que Peter chocara con su espalda. Angus miro con orgullo el claro que estaba delante suya:
-Peter, estamos a punto de adentrarnos en territorio conquistado- la voz jovial y cariñosa de Angus cambió de pronto por una seria y neutral- Por décadas nuestro pueblo a luchado con los seres del bosque para ganar terreno, para nuestros hogares. Han sido muchas las personas que han muerto por un mísero trozo de tierra. Y después de mucho tiempo hemos ido ganando territorio. Este que estas a punto de pisar no es a causa de una feroz batalla, si no de un acuerdo entre los salvajes y nuestro reino. Nos quedaremos con esta etaria siempre y cuando no talemos los arboles ,que según ellos, son sagrados.-
-¿Como que sagrados?- pregunto con miedo y curiosidad su joven sobrino.
-Los arboles que hemos marcado con una cinta azul son los que no podemos talar. Según las criaturas del bosque aquellos árboles son el lugar de descanso de sus fallecidos, además de el hogar de multitud de seres invisibles, otros son árboles vivientes que guardan la sabiduría de la madre tierra o almas que aún no han ascendido a otro cuerpo, aunque según ellos todos los árboles contienen alma, solo que han escogido los más importantes, antiguos o sabios para no ser talados.....-Angus miro con respeto la entrada al claro antes de girarse a su sobrino nuevamente y volver con su humor habitual de alegría- Que tontería, ¿no?. Yo respeto toda creencia pero los árboles son árboles, los animales animales y las personas personas.-
Dijo dándole unas palmaditas en la espalda a Peter antes de entrar en el claro. Peter iba a preguntar que entonces qué son los espíritus del bosque, pero su boca se mantuvo cerrada al entrar en el claro. Ante él, había un claro de forma redonda, con un suelo plano recubierto de hojas secas, el limite estaba formado por un anillo de setos y en el claro estaban plantados multitud de árboles muy delgados, finos y de diferentes alturas, a excepción de 5 árboles que eran muy anchos y altos, sus raíces se escapaban del suelo y sus múltiples ramas que pasaban de fuertes y anchas a las más finas ramitas, todas recubiertas por un frondoso manto de hojas verdes. Angus le hizo una señal con el brazo para que entrara y se acercara a él. Peter entro sin dejar de alzar la vista a los imponentes árboles.
-Hermoso, ¿verdad? Imagínate un montoncito de casas al rededor, el barrio que construirán en esta colonia podrá disfrutar de la belleza de este paisaje.- admiró Angus agachándose y apoyando su cabeza en el mango del hacha.-Pero bueno, no podrán hacer las casas aquí si no hacemos espacio, ¿no es así? Pues vamos a empezar. Manos a la obra!-
A continuación Angus le mostró a Peter un pequeño árbol bajo y delgado, casi de la misma estatura que su tío. Él puso las manos sobre las de Peter y le enseñó la posición correcta. Luego se levanto y puso sus manos en la cadera con los ojos sonrientes y la boca mostrando su lustrosa dentadura. -Este es tu primer talo, nunca olvides este momento Peter, empieza con este árbolcito y sigue en línea recta hacia los árboles de enfrente. ¡Y recuerda siempr...!-
-Empezar con un pequeño corte seco y luego repetir hasta llegar al cuarto de árbol, luego dar fuertes golpes hasta llegar a la mitad y después dar la vuelta y cortar desde el otro extremo haciendo el mismo procedimiento. Sí tío Angus, ya lo se....- interrumpió Peter con una sonrisa y levantando la ceja izquierda. Angus río con fuerza y abrazo con un brazo por el cuello a Peter, mientras que con el otro lo despeinaba riendo:
-Jajajajajajajaja, así es mi sobrinito favorito. ¡Mi mejor alumno, aprendiz, pupilo y sobrino!-
-Porque no tienes otro.-respondió sonrojado Peter.
-Perdona, pero yo e tenido un millar de aprendices.-comento su tío soltándolo y poniéndose de brazos cruzados haciéndose el indignado.
-Digo sobrinos....-
El tío Angus asintió con la cabeza y se alejo a talar otros árboles de mayor dificultad, dando ánimos con la mano a su sobrino favorito. Peter se puso en posición, agarro con destreza y seguridad el hacha y se dispuso a marcar el primer corte, una brisa fresca soplo en el claro, Peter se preparo y alzo el hacha. Pero cuando hizo la primera estocada sus oídos escucharon un grito de desesperación:
-¡Nooooo!¡POR FAVOR!-
Peter detuvo el hachazo justo antes de rozar el árbol y del susto le hizo gritar y caer al suelo mullido por las hojas. Miro rápidamente a su alrededor y escucho unos susurros inteligibles. Del shok no pudo recordad de donde provenía la voz, pero estaba seguro que no y sí sabía de donde provenían aquellos susurros que se difuminaban cada vez más, venían de ninguna y de todas partes a su alrededor. Angus vino corriendo con hacha en mano cual guerrero vikingo dispuesto a atacar. Pero al ver a su sobrino tendido en el suelo y mirando a todas direcciones se quedo confundido y le pregunto mientras lo ayudaba a levantarse:
-¿Que paso?¿Que ha pasado? ¿Fue una criatura del bosque? ¿Te han intentado atacar?-
-No tío....solo....¿No habrás escuchado un grito de socorro?- pregunto confundido Peter, a lo que Angus negó con la cabeza aún más confundido-Escuche un grito cuando iba a talar el árbol-
Angus frunció el ceño y farfullo para si mismo, observo con una mirada de rencor al bosque y puso su mano en el hombro del sobrino:
-Seguro fue algún espíritu del bosque, supo que eras un novato y nos escucho decir que era tu primera vez y te ha intentado engañar.-
Peter observo a su tío, nunca había visto ese rostro de furia en sus ojos. Él siempre le había inculcado la enseñanza de que en todos los lugares hay buenos y malos, que aunque estemos en guerra con algo o alguien no lo convierte automáticamente en villano y a nosotros en héroes, si no que en sí todos somos antihéroes, su tío sabía que lo que estábamos haciendo era lo bueno, que solo estamos dando más hogares y más lugares y vida al reino, pero que los espíritus del bosque no eran malos, simplemente no sabían llegar a un acuerdo. Y aún así estaba viendo a su tío, tan bueno y cariñoso viendo con desprecio el horizonte del bosque:
-Tío Angus, ¿tu odias a las criaturas del bosque?-
Aquella pregunta lo pillo por sorpresa, haciendo que dejara de mirara al bosque y mirara a su sobrino con ojos cariñosos pero algo indecisos;
º-Oh, claro que no y odiar es una palabra muy fuerte, solo....Que me molesta que no puedan entender que nuestro reino es pobre y hay muchas familias sin hogar ni sitio, y necesitamos con urgencia expandir nuestras tierras.-
Su tío suspiro y guardo el hacha cargándola a su espalda:
-Creo que a sido mucho por hoy vámonos a casa....-
-Pero aún no he talado nada.- gruño Peter.
-Pero se esta haciendo tarde y pronto será el atardecer, sabes que es una hora de actividad mágica muy fuerte. Además, ya es casi hora de cenar! Venga, coge esa leña y vamos para casa.-
Peter cogió en coló a un montón de trozos de leña y Angus agarro con cada brazo un tronco cortado. Fueron por el sendero de camino a casa, Angus volvía a susurrar un cántico y Peter caminaba en silencio, no tan feliz e ilusionado como antes, ciertamente hubo un gran cambio de la ida a la vuelta. Ahora estaba pensativo, todo esto era nuevo para él, su tía Lorin nunca lo había dejado salir del pueblo, ya casi nunca lo dejaba salir de casa, y todo esto era nuevo para él. Sabía de la presencia de seres mágicos pero nunca experimento nada tan intenso, aun que menos tampoco. Al estar distraído, tropezó con una piedra del camino y se le cayeron casi toda la leña.
-¿Estas bien Peter? ¿Te as hecho daño?-
Juntos recogieron los trozos de leña y Peter con algo de sollozo susurro:
-Soy un desastre, soy un aspirante a leñador y no he talado ningún árbol y ni si quiera puedo llevar la leña a la aldea.-
-Anda, no seas tan malo contigo mismo. Ya iras mejorando, era tu primer día, mañana será mejor.-
Juntos, salieron de la mano y cuando cruzaron el puente se soltaron de la mano y entraron al pueblo. En esto, se encuentran de camino con un señor con barias cicatrices en el cuerpo, pelo marrón rojizo y vestido como cazador, en su mano llevaban dos correas que sujetaban dos perros grandes, fuertes y de colmillos afilados y en su espalda cargaba dos rifles de caza. Angus lo saludo alegremente con la mano y cuando estuvieron lo suficientemente cercanos se dieron un apretón de manos:
-Buenas. Etmon ¿Vas a ir de caza tan tarde?¿No será muy peligroso?-
-¡Ja! En la noche es donde se caza mejor.-
-¿No le teme a los espíritus del bosque?-
Interrumpió Peter intentando acariciar a uno de los perros el cual empezó a gruñir avisando de que no se acercara más, a lo que el muchacho retrocedió. Etmon amarro más a los perros y dedico una sonrisa falsa a Peter:
-Mira, niño. Yo no tengo miedo a ninguna bestia-
Peter iba a corregirle diciendo que él dijo espíritus no bestias, pero el rostro de aquel cazador lo mantuvo en silencio. Sus ojos vidriosos llenos de rencor, su rostro marcado por cicatrices de múltiples luchas y batallas, su pelo grasiento que le tapaba la gran parte del rostro y sus dientes casi tan desafiantes como los colmillos del perro. Decidió apartarse y dejar que su tío y su viejo compañero de batallas conversaran en paz. Se alejo un poco y se apoyo en la antigua muralla de piedras, acariciando con los dedos en musgo verde que crecía en las grietas. Las pocas veces que su tía le dejaba salir a jugar o a hacer encargos siempre se acercaba a algún punto de la muralla. Le encantaban las vistas del paisaje. Cerca de él estaban los hermosos y bien cuidados campos de cultivo, a continuación se mostraba un campo natural de flores silvestres que bañaba todo de un arco-iris caótico y bello, el paisaje del pueblo terminaba con el río de aguas bailarinas que ondeaban la luz del sol que llegaba a bañarse en su fresca agua, después más al horizonte se repetía un campo de flores de múltiples colores pero el campo tenía la hierba mucho más alta y salvaje, además de crecer setas y tener barios nidos y madrigueras de diferentes animales. Y finalmente se alzaba imponente el bosque. Y hoy era aun más especial porque nunca vio este paisaje con el cielo del atardecer. Peter se fijo en un punto en especial, había como un destello de luz en la frontera del bosque y cuando parpadeó el destello se convirtió en una muchachita de más o menos la misma edad de Peter, que jugaba a acariciar y cuidar las flores, tenía el pelo y la piel completamente blancos, su largo y fino cabello ondeaba con el viento, aunque parecía que ondeaba solo y sus ojos brillaban fuertemente con una luz verde intensa, vestía una túnica blanca pura y un cinturón azul celeste que más se asemejaba a una tela o un pañuelo de seda, calzaba una especie de sandalias echas con plantas azules aunque tenía la planta de los pies libre y descalza. Peter se quedo atónito quería correr junto su tío y gritar pero estaba paralizado no podía nada más que temblar y esbozar unos ruiditos inteligibles. Mirarla de dio un fuerte miedo y susto pero sin saber porque ese miedo se fue deshaciendo y calmándose poco a poco. La niña se percato enseguida de que la estaban observando, miro decidida al chaval, se le quedo mirando unos instantes y luego le dedico una sonrisa picara y traviesa. Y le mando una mueca enseñándole los colmillos, sí colmillos, la lengua y poniendo dedos al rededor de los ojos a modo de gafas o cuernos. Y mientras le dedicaba la mueca todo su cuerpo se fue llenando de pelaje blanco con brillo fluorescente azul, le salieron orejas y cola de zorro, y su cuerpo se fue adelgazando como cuando doblas un papel y empequeñeciendo como cuando viertes agua. Hubo un destello de luz blanca y azul y en vez de haber una niña, estaba un zorro totalmente blanco, su cuerpo era medio transparente, desprendía una luz azul y sus ojos brillaban como dos soles de color verde. Peter volvió a parpadear y ya no había nada. El destello, la niña, el zorro.... habían desaparecido. Sus piernas empezaron a hacerle caso y salió corriendo a contarse a su tío, quien se estaba despidiendo de el cazador.
-¿Como que has visto un espíritu? ¿Como? ¿Se dejo ver, y para que?-
-Creo que era solo una niña... o cría... o como sea el termino correcto-
-No sabía que habían crías de espíritus del bosque.-
Peter y Angus caminaban hacia su hogar por las viejas y sucias, pero algo bonitas, calles del pueblo. La gente los saludaba, ellos siempre saludaban a diferencia de Lorin y Clarisa, pero esta vez estaban enfrascados en su conversación.
-Pensé que lo sabías todo de los espíritus del bosque-comento Peter mientras entraban en la parcela de casa- ¿No participaste en las batallas de la meseta?-
-Claro que lo se todo o por lo menos eso es lo que creo saber, y claro que luche en mis años mozos. Siempre te contaba las historias que viví antes de que te acostaras. Que rápido creces-
De pronto la puerta de casa se abrió de golpe, una mujer de cabellos enmarañados del color del trigo y unos labios maquillados de carmín portaba una sartén y una mirada filosa y enfadada. Les apunto con ella indignada y seguido esto les tiro de las orejas arrastrándolos a dentro de la cabaña:
-¿Que horas son estas de llegar, si apenas os fuisteis hace una hora? Y apenas habéis traído leña...Menudo enclenque estas echo, ¿no podías haber cargado con más?....Y tú-dijo la mujer dirigiéndose a su esposo Angus- A ver cuando te apuntas a la legión de leñadores de caza, que no estamos para derrochar en carne del mercado.-
Los dos bajaron la vista y asintieron con la cabeza, cuando Lorin estaba de malas era mejor solo callar y escuchar. Se sentaron a la mesa junto con Clarisa.
-¿Que tal tu primer día talando en la colonia? ¿Te atacó alguna criatura mágica?- dijo su prima Clarisa, una adolescente de piel moreno pálido, ojos marró muy claros y cabellos rubio oscuro, era muy popular en el pueblo, básicamente porque su modo de pensar era muy camaleónica según con que grupo social se junte ese día. Su mayor sueño es ser alabada por todos y tener la aprobación de todo el pueblo, cosa que es normal en un adolescente pero ella lo llevaba a limites extremos e inimaginables, solo en casa mostraba como era de verdad.
-La verdad no se, tío Angus dice que me hechizaron por unos segundos para que no talara un árbol pero no vi a nadie-
Contesto Peter mientras jugaba con su tío y su prima a pasarse la pelota de pan. Pero en eso vino Lorin y colocó con desparpajo y mal humor una pota llena de cocido de rúcula y coliflor. Se sentó a la mesa y con un enorme cucharon sirvió a todos, Angus quiso ofrecerse a servir pero le aparto la mano y sirvió a todos una porción del cocido de rúcula y coliflor a todos, y como siempre a Peter la ración ultima y más pequeña:
-Odio a esas criaturas salvajes, si fuera por mi las cazaría a todas y las pondría en el cocido de coliflor y....y...siempre se me olvida la otra cosa-
-Rúcula, mamá, rúcula....aj, que asco.-dijo Clarisa dado vueltas a la coliflor aburrida.
-Eso, eso rúcula...-contesto mientras masticaba.
-¿Porque tenemos que comer esto? En casa de Mabel siempre cenan pavo asado-
-No te quejes niña, es lo que hay, no tenemos dinero para más.- gruno su madre con descortés y señalándola con la cuchara. La tarde siguió, Angus limpiaba los platos, Clarisa y Peter jugaban espadas en la sala, junto a Lorin que dormía la siesta en la mecedora. Cuando llego la noche completa y la luna y las estrellas ya se lucían brillantes en la noche, la familia se dispuso a irse a dormir. Lorin se despidió con asentimiento de cabeza a los dos niños, y Angus les dio un abrazo fuertemente levantándolos los dos a la vez por el aire, después de Clarisa, los soltó y les dio un beso de buenas noches en la frente a cada uno. Peter y su prima entraron en su cuarto compartido, en el lado izquierdo del cuarto estaba una cama rosada con mosquitera, un espejo enorme en la pared y una alfombra de piel de vaca, en el derecho unas literas, en la de abajo no había colchón y en el de arriba uno muy viejo y manchado con apenas una almohada y una manta. Y arriba de esta litera había un boquete en el techo, Angus quiso arreglarlo pero Peter le pidió que no lo hiciera le gustaba ver las estrellas y cuando llovía solo tenia que poner un tablón de madera que guardaba en la cama de abajo de la litera. En medio las dos camas, pegado a la pared había un gran armario de color negro con estampados de flores. Clarisa aparto su mosquitera y se lanzo a la cama estirándose relajada:
-Wow, lo que te paso fue alucinante estoy desando que llegue mañana para contárselo a Pili, y a Jazmín, y a Esmeralda, y a Jack, y a....-
-Te agradecería que no se lo contaras a nadie....-dijo Peter subiendo las escaleras de la litera- Es muy embarazoso....No quiero que nadie más se entere-
-¿Que dices, primo? Si es todo un bombazo, ahora los espíritus del bosque te pueden ordenar cosas telepáticamente, eso seguro que le interesa a la pandilla de Joaquin, que son aprendices de leñador-cazador, jope que guapo es....pero no tanto como Jack.- suspiro Clarisa- Y lo de la cría de criatura del bosque....tuvo que ser aterrador, ¿a que sí? Seguro que era como un fantasma como esos de los libros, ¿a que sí?, y, y....Y muy misteriosa como una dama del lago, ¿a que sí?. Daba mucho miedo y era aterradora, ¿a que sí?-
A Clarisa no le gustaba que le llevaran la contraría, siempre pensaba tener la razón y Peter se la daba porque no le gustaba discutir, pero esta vez se negaba a mentir:
-No, la verdad, parecía entre un hada y un ángel, solo que sin alas y ese aura de paz....Era más como una niña normal, me saco burla y todo...Y reconozco que era algo guapa-
Clarisa engruñó la nariz como cuando no entiende algo o como cuando no le dan la razón, y acto seguido se acostó dándole la espalda:
-¿Un espíritu del bosque guapo? Anda no digas tonterías, ellos son aterradores y espeluznantes.-
-¿Alguna vez viste uno?-
-Pues no, pero Joaquin sí, y dicen que son feisimos y horribles. A demás todo el mundo sabe que son aterradores, los únicos bellos son las hadas, duendes y gnomos. Y ningún humano los ha visto desde hace décadas....¿ No será que viste un hada?
-No tenía alas-respondió Peter con tranquilidad mientras se tapaba viendo el cielo nocturno.
-¿Duende?-se giró a mirarlo decidida, Clarisa.
-No tenía las orejas puntiagudas y era tan alta como una niña normal, a si que ni hada ni duende ni gnoma-
-¿Elfa?- pregunto a la desesperada, Clarisa, ya se estaba hartando de no llevar las riendas de la conversación y sobre todo de los hechos.
-Los elfos no se convierten en animales, y esa se transformó en un canino...creo que un zorro, o un lobo... no, no un zorro....bueno no estoy seguro-
Clarisa se volvió a girar dando la espalda a Peter y refunfuñando por no tener razón se tapo toda dispuesta a tener la ultima palabra y acabar la conversación por hoy:
-Si se transformo en animal no hay duda, era un espíritu del bosque.-
Después de unas horas Clarisa ya estaba roncando, pero Peter seguía mirando la luna creciente. Siempre le había gustado ver esa fase de la luna, era como una cuna, cuando era más pequeño se imaginaba a su madre meciéndolo en la cuna lunar, ya que ella estaba allí, en el cielo. Su madre murió en el parto, por lo que fue criado desde siempre por sus tíos, la tía Lorin era la hermana gemela de Merlina, su madre, aunque según Angus no se parecían en nada, lo bueno que tenía Merlina lo tenía de mala Lorin, aunque el siempre dijo que quien la cautivo fue la fuerza, seguridad, autoestima y fiereza de Lorin. Poco a poco Peter fue quedándose dormido. Soñaba con una mujer muy parecida a Lorin pero más joven y con un rostro tranquilo y sereno. La mujer abrazaba con una suave sonrisa a la figura de un hombre alto y fuerte, alto como una torre y de espalda ancha. De pronto Peter sintió un soplido gélido en la cara, fue abriendo los ojos y vio con sus propios ojos un enorme lobo blanco medio transparente que rezumaba un brillo verdoso y sus ojos eran dos soles amarillos como el oro, que desde el tejado metía su cabeza por el boquete y le rezumaba el gélido aliento del hocico. Peter miro su cuerpo canino era parecido al del otro perlo los brillos estaban cambiados, a lo mejor es como la aurora boreal y cambia. Si era cierto que los espíritus del bosque podían leerte el pensamiento y comunicarse telepáticamente, pensó "¿Eres la chica de antes?". El lobo no se movió los más mínimo, permanecía inmóvil mirandoles con sus dos ojos brillantes, mientras el pelaje le ondeaba como una alga en el río. Peter decidió no hacer ningún movimiento brusco ni gritar por miedo a que le atacase el lobo, pues había pocos centímetros de distancia entre el hocico del lobo mágico y la cara del chaval. Y cuando menos lo espero, el lobo saco la cabeza del cuarto y aulló a la luna, pero su aullido era casi melodioso y sorprendentemente Clarisa ni se había inmutado de nada. El lobo lo miro por ultima vez antes de salir del tejado dando un salto. Peter se levanto en el colchón rápidamente y saco la cabeza por el techo. Vio como el lobo daba saltos y corría por el sendero dejando un rastro de polvo brillante de color verde y amarillo, seguía el sendero hasta el bosque y antes de adentrarse en el miró por ultima vez a Peter y desapareció entre los árboles y setos. Peter estaba confundido, todo este día a sido una bola de acontecimientos seguidos y muy raros, pero se paro a pensar mientras veía como el polvo brillante desaparecía. Si el espíritu del bosque de esa tarde podía desaparecer con un solo parpado, porque esta vez a hecho todo el camino hasta el bosque, ¿quería que lo o la siguiera? Peter dudo unos minutos que para el se le hacía eternos y decidió ir, era un aprendiz de talador y una de las lecciones era nunca fiarse de una criatura del bosque pero otra era, si invadían el pueblo había que darle su merecido al intruso. Peter bajo un momento agarro su alforja, guardo una linterna de aceite y un abre cartas que podría servir de daga y se dispuso a salir siguiendo el poco que quedaba de rastro de polvo brillante que se iba yendo. Se subió al tejado y busco un buen sitio lleno de paja amontonada, rezo para que fuera suficiente para amortiguar la caída, bajo colgando agarrado de la ultima teja y se soltó. Y por, un buen golpe y un buen coscorrón pero nada grave. Corrió silencioso por las calles, cruzo el pueblo, paso los campos de cultivo, salió del claro de flores, atravesó el puente y se encontró con la entrada al bosque. El joven aprendiz de leñador estaba a punto de pasar al otro lado, puede que se encontrara con la mayor de sus aventuras, la más feroz batalla, la única y ultima lucha por el reino, o quizás lo más aterrador... Lo desconocido
LIBRO REGISTRADO Y CON DERECHOS DE AUTOR DESDE 2019
MUY PRONTO EL SIGUIENTE CAPÍTULO ( PERO TENEIS HASTA EL CAPÍTULO 9 EN WATTPAD)
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cuenta la antigua llamada ciudad del pecado que ha visto a FELICITAS BOURNE deambulando por sus calles, ¿será este nuevo año su oportunidad para redimirse o caerá en viejos hábitos? los BOURNE esperan que no. para su mala suerte: lo que pasa en las vegas, se queda en las vegas.
¡QUEEN! ya casi estás dentro. te agradecemos el interés y esperamos que disfrutes tu estadía en 𝐋𝐀𝐒𝐓𝐕𝐄𝐆𝐀𝐒𝐇𝐐. de acá en adelante cuentas con veinticuatro horas para hacernos llegar la cuenta de tu personaje. en caso de necesitar más tiempo, ¡no olvides comunicarte con nosotras!
OUT OF CHARACTER.
01. nombre: Queen.
02. edad: 25 años.
03. zona horaria: Uruguay.
04. nivel de conexión: 7/8.
05. triggers: cualquier tipo de abuso o discriminación.
06. en caso de unfollow, ¿nos permitirías el uso del personaje como no jugable?: sí.
07. ¿algo que añadir?: gracias por reabrir !!!
IN CHARACTER.
01. nombre completo: Felicitas Bourne.
02. faceclaim: Gideon Adlon.
03. cupo: 12.
04. fecha de nacimiento: 23 años, 20 de marzo de 1997.
05. ocupación: diseñadora en EVOLVE.
06. personalidad. Es una chica muy estructurada y auto exigente que nunca escapa de la caja en la que ella misma se pone día a día. No sale de su zona de confort, siempre siguiendo ciertos límites y ciertas reglas que solo están en su mente. Tiene un valor de la responsabilidad muy alto, cuando se compromete se mantiene al firme, sigue hasta el final, en verdad constante con todo lo que se propone. Puede llegar a ser muy seria en ocasiones, al haber tenido una infancia y una adolescencia estrictas, no teniendo demasiado tiempo para socializar, ir a fiestas o divertirse en general, hay mucho que no comprende de ese mundo. De todas formas suele ser amable cuando conoce a alguien, siempre está dispuesta a ayudar en lo que pueda y dar una mano incluso a quienes no son de su total agrado. Posee un carácter fuerte y para nada sumiso. Lucha por lo que cree a capa y espada, no se deja pisotear por nadie y cuando debe defenderse lo hace casi siempre con argumentos. Su lengua puede ir verdaderamente rápido y su cerebro aún más. De pequeña sus compañeros se burlaban de su inteligencia y de que supiera ciertos datos que nadie más en el aula sabía, sin embargo, tomó aquellas humillaciones y las utilizó como motor a seguir, enorgulleciéndose de su mente y haciéndose de una autoestima alta.
07. datos curiosos:
Siempre fue la niña de papá, desde que tiene memoria el hombre es su héroe, persona a quien admira y a quien sigue en todos sus pasos. Tiene un gran vínculo con su progenitor, en el cual muchas veces se ha apoyado para poder seguir adelante, ya que es recíproco. Mientras su padre la mira con orgullo ella pone sudor y lágrimas para mostrarse merecedora de llevar su apellido, de ser igual de fuerte y guerrera que él. La palabra “relajarse” no está en su diccionario, siempre supo que debía esforzarse el doble y más. A diferencia de muchas familias la suya no tenía dinero suficiente como para darse el lujo de que la diversión fuera su prioridad. Fue así que siempre intentó mantener en alto sus notas, estudiar día y noche para abrirse un futuro, para abrir esas puertas que sin contactos jamás se abrirían. Puso todo y más para destacar en lo que podía con lo que podía: su cerebro, tiempo y dedicación.
Cuando Daniel decidió iniciar el juicio contra los Sinclair su hija siempre estuvo a su lado, codo a codo, dándole tanto apoyo moral como intelectual. Ambos fueron un equipo unido y sólido, que enfrentó y ganó como los mejores. Desde ese momento ambos terminaron de volverse inseparables, y lo que es aún mejor: Felicitas pudo respirar. Por fin tenían dinero, por fin podía darse aquellos lujos que nunca pudo y hacer compras materiales sin sentirse totalmente culpable.
Cuando el romance de su padre se hizo público la destruyó por dentro, le costó caer en cuenta de que le había mentido, justamente él, la persona que más ama en el mundo. De todas formas y luego de reflexionar y pensar con detenimiento decidió que lo apoyaría, sus sentimientos y lealtad le impidieron soltarle la mano en un momento tan duro. Fue así que eligió el lado de su padre en el divorcio y no solo eso, sino que también permaneció viviendo con él. Por estos motivos es que la relación con su madre actualmente es muy tensa, teniendo demasiados roces y viéndose muy pocas veces para evitarlos.
Luego de graduarse con honores en la Secundaria decidió que estudiaría diseño gráfico, lo cual luego de unos años coincidió con un puesto en la empresa EVOLVE, en la cual actualmente trabaja como diseñadora.
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Mi nombre es Sheryl
Capítulo 1
25 de junio de 2010, Oxford, Inglaterra.
Dante había vuelto de Stanford a su tierra natal Oxford, tras un largo semestre en donde había sido explotado; según él era patético tanta historia para una clase de música después de todo, la creación podía tener fundamentos, pero lo más importante era la pasión y lo que se buscaba transmitir con la misma.
Tras despertarse aquel día se puso un bañador negro, sin más tomo una toalla y se dirigió a la piscina donde realizo algunos largos. Sin duda aunque amaba estar de vuelta en casa, a veces podía odiar a sus dos hermanos menores, eran un par de estorbosos y querían estar de un lado al otro con él, por lo que disfrutaba esos momentos en los que podía pensar en nada, ya que desde que ese par habían nacido esos momentos eran un completo lujo, claro, cuando estaba en Inglaterra. En américa su vida se había vuelto una aventura inigualable llena de libertad, fiestas y diversión, algo que seguro su familia reprobarían pero en tierras americanas él vivía el sueño; uno en donde sus roomies de la hermandad habían ganado protagonismo.
Cada brazada que daba rompía perfectamente el agua al entrar, una y otra vez sus brazos junto a sus piernas se sincronizaron en crol impecable que desde niño había practicado, haciéndose de uno que otro premio en la secundaria. Centrado en su tiempo libre se sorprendió cuando escucho una voz al fondo llamándolo “Dante, oye, tú”. Al detenerse en medio de la piscina alzo su rostro y con este goteante suspiro antes de peinarse el cabello hacia atrás.
— ¿Dime? —. Dijo dante en su típico tono de “por un momento déjenme en paz”. Su padre se cruzó de brazos, en ese instante él supo que de seguro su progenitor se había enterado de su última pelea en el campus, así que haciendo un ademan de que le estaba prestando atención le invito a hablar.
—Mira, no voy a discutir contigo. Estoy cansado de repetirte que dejes de golpear a la gente, veo que la terapia con el Dr. West no está teniendo ningún efecto, ¡estas jodido, me ha quedadp claro! Sólo te digo una cosa, una pelea más y no volverás a américa, provócame una vez más—. Sentenció Mark Brown, un hombre de carácter fuerte, por lo general era un padre comprensivo y él lo sabía, pero siempre jugaba con fuego y cada que podía se metía en algún lío; era su talento oculto.
Dante camino hacia la orilla y salió del agua un poco molesto, ¿desde cuándo su padre no escuchaba razón? Se acercó a Mark y alzando una ceja de forma retante le contesto.
—Sé que eres el padre en esta conversación, pero deberías aprende a preguntar que sucedió. Si te interesa, estaba en una fiesta y sí, había alcohol entre otras cosas. Vi a un par de compañeros de otra hermandad que estaban intentando abusar de alguien que al parecer estaba inconsciente—. En aquel momento Mark se inmuto, causando que Dante sonriera con cierta ironía y negó con su rostro—. No soy ningún héroe, pero no iba a permitir que eso pasara frente a mí. Menos a la novia de mi mejor amiga, así que, si para ti el abuso sexual o cualquier tipo de injusticia no es algo importante, ten por seguro que no me meteré si veo algo similar y dejaré que despojen a la persona de su dignidad—. Acercándose a la butaca donde algunos minutos atrás había dejado la toalla, la tomo y comenzó a secar su cabello sin detener su discurso—. Y como conozco tu discurso moralista, dejemos esto a acá, escuchar a alguien doble moral no está en mi itinerario para hoy —. Sin decir más Dante salió de aquel lugar y se dirigió al baño a darse una ducha antes arreglarse para ir a The Covered Market Oxford.
Tras aquel altercado con su padre lo menos que quería era saber de él, salió de la casa esperando que nadie le detuviera, así que tomo el Tesla y sin más puso a rugir el potente motor de aquel maquinote, de forma que avanzo por la ciudad hasta que llego a aquel lugar. Después de todo prefería salir a desayunar que compartir la mesa con su familia tras una batalla.
Había dado vueltas por el lugar hasta que por fin dio con un espacio libre, así que se parqueo de retroceso y tras apagar el motor salió un poco más tranquilo del auto hacia el mercado. Aquel era uno de sus lugares favoritos de su ciudad, ahí había un pequeño restaurante que conoció por unos compañeros del colegio. Al entrar al mercadillo se asombró de los colores tan vivos que se situaban en aquel lugar; se acercó a un puesto donde vendían bufandas, la verdad era que no pudo evitar pensar en su mejor amiga, ella tenía cientos de esas prendas, pero en unos días sería su cumpleaños
.—La que sea que elijas a tu novia le gustará —.Río al escuchar al vendedor y negó sutilmente antes seguir buscando entre la variedad de telas.
—Es para una amiga.
— Entonces esta será tu mejor opción, ¡toma, que no muerdo! —. Una voz suave como la seda le dirigió a él mientras unas delicadas falanges le entregaban una tela multicolor con algunos brillos, al levantar su rostro sé se topó con un par de ojos verdes y una melena espesa como el chocolate, aquella chica simplemente le sonreía—. Anda, tómala. Creo que es la única.
Dante aún seguía un poco anonadado por aquel repentino momento y sin más tomo la prenda—. Gracias, seguro le gustará. Lo siento, no escuche tu nombre.
—Sheryl, así me llamo ¿Y tú?
—Dante, un gusto
.— ¿Cómo el de, El Convivio? Curioso, ¡Único!
—Sí, justo como ese. ¿Me permitirías invitarte a comer?
—Claro. No creas que dejas de deberme una bufanda.
Aquellas palabras solo causaron que Dante colocará sus ojos en blanco, pero ella tenía razón después de todo le había ayudado con aquel obsequio, considerando aquello alzo su mano haciendo un ademan.
—Trato hecho, elige una. Por favor cobre las dos—.Indico antes de entregarle al comerciante algunas libras con las cuales cubriría el costo de ambas prendas.
Esa mañana tras la pequeña compra que hicieron aquel par de adolescentes, se dirigieron a un puesto de perros calientes y luego se sentaron en una mesa fuera de aquel lugar. Durante horas el par de jóvenes hablaron sin medida, no era mentira ese dicho que “las mejores pláticas se tienen con extraños”, y vaya que en el caso de ellos eso era un hecho. A eso de las dos de la tarde ellos seguían platicando cuando al mismo tiempo sus celulares sonaron, ambos tomaron la llamada sin querer, cuando terminaron se vieron. En ese preciso momento, con la mirada sé dijeron todo. Ese momento de espontaneidad había terminado.
—Lo siento Dante, debo irme. Por un momento he olvidado que tenía una cita, mucha suerte con ese regalo.
—Oh, claro…no te preocupes, quizás nos topemos de nuevo. ¡Gracias! Seguro que le encantará.Sin decir más vio con la melena marrón que se movía perfectamente con el viento se perdió de su vista detrás de un Mustand rosa pastel.
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Prendida la mecha
Me pregunto si existe en alguna lengua una palabra o expresión para nombrar lo siguiente; un encuentro entre amigos que, tras una tarde agradable de charlas y recuerdos, deciden cenar en un restaurante recomendado por uno de ellos, y todos lo pasan bien hablando y bebiendo y saboreando las palabras. Entonces una de las amigas o uno de los amigos anuncia que debe marcharse porque le esperan en casa y porque es adulto o adulta y debe atender otras ocupaciones.
Al salir del restaurante los amigos ponen en común sus rutas a casa, haciéndose un mapa mental de la combinación de transportes más conveniente para cada uno y descubriendo en ese instante con quién o quienes caminarán durante unos minutos más y quién (así lo ha querido el azar) volverá a casa solo. Es el amigo solitario, nuestro héroe noctámbulo, el que experimenta lo que intento capturar.
Se trata de una emoción que habita en un lapso de tiempo. Está acotada entre el lugar de la despedida del grupo (la bifurcación) y la situación de la vivienda propia (el destino). Se acomoda en esa distancia. Sucede así porque, al llegar a la vivienda, la emoción se transforma en presente, y en esa inmediatez queda rechazada cualquier posibilidad alternativa.
En este camino el amigo encuentra el verdadero desenlace de su noche social, su circunstancia propia, es decir, solitaria, frente a la cena de las palabras pronunciadas y escuchadas en común. En este camino de vuelta el amigo no habla más que consigo mismo, escucha las palabras aunque no aparecen en su boca. Este amigo camina y piensa que está volviendo a casa solo, tras una cena con amigos donde se ha sentido normal, donde ha sido aceptado y querido por sus acompañantes, e incluso ha creído verse feliz por momentos; justo antes de que les sirvieran la comida, al llevarse a los labios el primer bocado, al interrumpir la anécdota por aquellas risas grandes.
Ahora regresa consigo mismo, vuelve a él y a su locura de adulto que se ha quedado en casa toda la noche, esperándole, y camina hablando solo sin hablar siquiera. Es el trayecto en que se reconoce separado de los demás. Puede que algunos de sus amigos sigan acompañados caminando juntos, acompasando los pasos, y tal vez incluso deseando la despedida porque anhelan volver a casa y a otros conocidos que les esperan curiosos por saber de esa noche social, y esperan el relato en las almohadas contiguas donde enmudecerán para dar paso a los sueños. En cambio el amigo que regresa solo sabe que allí no habrá nadie esperándole más que su locura y los espejos que la desvisten justo después de cruzar el umbral. Mientras que a otros amigos les esperan las novias y los novios y otros amigos íntimos, a él no le espera nadie.
Y ya lleva un tiempo caminando (la distancia entre bifurcación y destino) pensando en que regresa solo de nuevo, consigo mismo, y en que pasará otra noche a la intemperie.
El desenlace de esa noche lo conoció nada más acordar el encuentro, nada más concretar el día y la hora de la cita con sus compañeros. Desde entonces, unas semanas antes, sabía que su destino sería caminar de vuelta a casa en soledad, tras despedirse de sus ociosos amigos, a los que quiere y de cuya compañía casi siempre disfruta. Regresa solo desde hace semanas. Se enfrenta a sí mismo con la soledad, sin poder quitársela ni acomodarla de tal forma que le sea indiferente y no bochornosa como suele presentarse. Ella con sus antorchas, escoltándole, él caminando solo.
Después de quince o veinte minutos de silencio siniestro (calcinado el pensamiento) y aceptando por fin que su destino es irremediable y que vuelve a casa sin más compañía que la suya otra vez, introduce las llaves en la cerradura de su casa, abre la puerta y se encuentra allí a oscuras. Entonces camina a tientas por las habitaciones, ocupándose de los zapatos y de los sonidos, se desviste, se lava la cara y se asoma al balcón encendiendo el último cigarrillo de la noche mientras la emoción se acomoda. Ya familiarizado con la locura del espejo, y de la cama, y del pijama, recuerda que ha disfrutado la cena de esa noche y que sus amigos agradecen verle aunque sea poco. Se acuesta, sintiendo una calidez que no estaba antes, sobre la almohada que huele solo a él.
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Formato Fic || La Muerte danza en la Nieve - Capítulo 03
Uff, este tomó más tiempo aún. He estado muy ocupada y como estoy alternando entre un capítulo del fic y uno de mi novela, pues no está fácil avanzar.
@trio-infierno,
Título: La Muerte Danza en la Nieve
Capítulo: 03 - El Príncipe Heredero
Capítulos anteriores: Cap. 01, Cap. 02
Personajes: OC: Sigmund; OC: Edda; Siegfried; Hilda.
Resumen: El príncipe heredero aprende múltiples cosas y, ciertamente no entiende a su hermana. No la entiende a tiempo, al menos.
Nº de palabras: 2593
Advertencias: No más que las que ustedes mismas pensaron que vendrían en este capítulo.
El Príncipe Heredero
―Así es, muy bien, estás listo para una estatua ecuestre como la de tu abuelo paterno ―dijo Hilda, aplaudiendo.
―Pero no puedo ver nada ―replicó Sigmund, desde lo alto de su viejo caballo, casi sin mover los labios, mientras avanzaba al paso, erguido y sujetando las riendas con una sola mano.
―No necesitas mirar por dónde va el caballo, él también tiene ojos ―oyó decir a madre, pero no podía verla, tieso como iba.
―Antes muerto que sencillo, hijo mío ―apostilló padre desde la orilla del río.
A él sí podía verlo, tratando de desenredar el sedal de Edda, que parecía estar arruinando sus clases de pesca a posta, posiblemente para que padre se demorara más con ella. Pero los hombres de la familia tenían que cazar el almuerzo, así es que pronto se internarían en el bosque para perseguir alguna presa. Sigmund estaba consciente de que hoy solo aprendería a mantener el equilibrio sobe el caballo con una lanza en la mano y que padre haría todo el trabajo, pero le gustaba pensar en que proveería para su madre y su hermana.
Mientras Edda aprendía los rudimentos de la pesca, madre aprovechó de enseñarle a Sigmund algunos trucos para desfilar a caballo, cosa que ella hacía a la perfección. No era fácil ir tan erguido y saludar con tanta gracia, pero como el heredero, debía aprenderlo.
―Listo ―dijo padre, entregándole la caña a Edda nuevamente―. Volveremos a intentarlo.
―¿No puedo simplemente hacerme vegana? ―preguntó la niña, sentada en una piedra, con el agua golpeándole contra las botas.
―Buena suerte con eso, pequeña ―replicó padre―. Con el poco pasto que hay en Asgard serías un esqueleto antes de que puedas decir Aëgishjalmur.
―Sería bueno para mi carrera como modelo ―dijo Edda, alzándose y poniéndose las manos en la cintura―. La abuela Rosamunde dice que tengo madera.
―Con un modelo en la familia basta. ―Padre corrigió la posición de los brazos de Edda para lanzar―. Mi madre está muy equivocada si piensa que dejaré que te embauque a ti como lo hizo conmigo.
―Vamos, Sigmund, otra vuelta ―dijo madre, batiendo palmas para llamar su atención.
El niño sacudió la cabeza e hizo lo que le pedían, aunque estaba muy claro que aprender a desfilar a caballo era cien veces menos entretenido que aprender a cazar sobre uno.
―Bien, al fin ―dijo padre después de un rato―. Ahora solo tienes que esperar que pique. Tu madre te ayudará a sacarlo y matarlo si resulta ser muy grande.
Edda no disimuló su desagrado. Edda casi nunca disimulaba nada, lo que a Sigmund le parecía tan extraño. Como hijos de la princesa debían aprender modales, cómo tratar con nobles y plebeyos, todas cosas que a su hermana parecían no importarle. Padre le hizo una mueca y la chiquilla se la devolvió. Sigmund movió la cabeza de lado a lado.
―¿Estás listo? ―preguntó padre, acercándose.
Sigmund asintió con entusiasmo.
―¡Qué calor hace! ―se quejó el hombre, mojándose la cabeza con un odre.
Era lo que todos los adultos decían: que hacía demasiado calor. Que los niños de hoy no soportarían un invierno como los de antaño. Edda tenía frío todo el tiempo de todas formas, aunque los climogramas que él había estudiado dieran la razón a los adultos.
―¡Tan serio!
Padre le había salpicado la cara y le hizo cosquillas como cuando era más pequeño.
―¡Y tú ahora eres toda mía! ―exclamó madre, metiéndose al río descalza, con el vestido amarrado a la altura de las rodillas para abrazar a Edda por la espalda.
―¡Mamá! ¡Ponte botas por el ojo de Odín!
―Las botas son cosas de noruegos y suecos. Los nacidos en Asgard pescamos así ―respondió madre, paseándose alrededor de la niña, como si fuera una compañerita molestosa.
―¿Estarán bien sin nosotros? ―preguntó Sigmund a su padre.
Sobre Grani, padre se veía exactamente como la estatua del duque Sigmund ―su homónimo― que estaba en el primer patio del Torreón de Fafnir, allá en la frontera donde la abuela Rosamunde era la señora.
―Ningún oso se acercaría jamás a tu madre si quiere conservar la piel.
Edda miró en su dirección, ignorando a madre que trataba de salpicarla con agua. Siempre había algo en los ojos celestes de su hermana que él no lograba entender del todo. “Cosas de chiquilla mimada”, supuso.
Las horas que pasó a solas con su padre fueron tal como las esperaba. Entonces no era el príncipe heredero que criados y guardias trataban con algodones, o que los amigos de la familia juzgaban por su “excesiva seriedad”. En momentos como ese era simplemente Sigmund, el compañero de caza de Siegfried el héroe. Sí, eso era lo que le gustaba de pasar tiempo afuera con su padre: lo escuchaba sin condescendencia, lo corregía sin avergonzarlo y no le decía “eres muy niño para esta conversación”.
―¿Crees que lo que dijo la señora Byrd sea verdad? ―preguntó, cuando ya hacían el camino de regreso.
Padre iba por delante, a pie, pues sobre el lomo de Grani iba un gran ciervo que él había ayudado a acorralar. Padre lo derribó con la lanza y se bajó de un salto del caballo para rematarlo apoyando una mano en su nuca y encendiendo su cosmos. “Si Edda pregunta, la muerte fue instantánea”, le dijo entonces.
―¿Escuchaste ahora a la vieja loca?
Sigmund abrió grandes ojos. No era así como su madre le decía que tenía que referirse a los súbditos.
―No, pero la escuché cuando habló contigo, la semana pasada.
―¿Qué opinas tú?
―Por lo que leí, en algunos lugares son las hadas las que abren los portales que comunican al otro mundo, en Walpurgis y en Samhain, que son esas fechas intermedias entre un solsticio y un equinoccio.
Padre se volvió a mirarlo, con una sonrisa. “¿Habré dicho algo mal?”
―¿Qué más leíste? ―preguntó el hombre, volviendo a mirar por donde guiaba al caballo de guerra.
―Que las hadas en las que cree la señora Byrd son… dan miedo. Si se topan con un niño, lo raptan, si se topan con un hombre lo ahogan o lo seducen, o primero lo seducen y luego lo ahogan.
―¿Qué le hacen a las mujeres?
―Les anuncian la muerte de parto… y si no colaboran con ellas, son capaces de hacerlas enfermar con la mirada. Hay muchas leyendas en el mundo acerca de lo malo que es que un ser del bosque te mire fijamente a los ojos.
―Pero también son muchas las leyendas que hablan de hombres enamorados de las hadas por su gran belleza, ¿qué tan malo podría ser?
―Enloquecer o morir.
Un escalofrío le recorrió el cuerpo cuando dijo aquello. Lo peor fue que padre se dio cuenta, porque cuando se volvió, haciéndose visera con la mano, estaba sonriendo de nuevo.
―¿Fenrir fue el que te dijo que tenías que leer menos y jugar más?
Sigmund asintió.
―Soy de la misma opinión ―agregó padre antes de reanudar la marcha―. Aunque claro, ya eres mucho más listo que yo, así es que asumo que sabes lo que haces.
Ya podían escuchar las voces de las mujeres.
Aún faltaba un rato para comer. Había que faenar la caza y era realmente un gran ciervo. “Un rey del bosque”, pensó Sigmund cuando lo abatieron. “¿No sería una mala cosa, considerando que una bean nighe, un espíritu de la naturaleza andaba suelto y de mal humor?”
Comieron pescado primero.
―Más de los que esperaba ―dijo padre cuando vio las truchas en la cesta.
Sigmund no estaba muy seguro de si Edda lo había tomado como un cumplido o no. Con las manos sucias de sangre y vísceras y un mandil de cuero, padre no era muy distinto del señor carnicero y madre tampoco era muy diferente de la señora que vendía arenques fritos ensartados en un palito cerca del puerto. Aunque sus padres eran capaces de muchas más cosas que la gente común. Y él y su hermana también.
Él estaba recibiendo entrenamiento desde los siete años. Edda también había comenzado a entrenar desde ese año y se quejaba como si tuviera los huesos rotos, aunque Sigmund sabía que padre era mucho mejor con ellos de lo que abuelo había sido con él. Solo jugaban a fortalecerse físicamente, y jugaban a concentrar su atención… Y él ya podía jugar a levantar grandes pesos y hacer reventar cosas. Comenzaba a escuchar la grave vibración propia de los cosmos del norte, dones de Odín el de ronca voz.
Conversaron alegremente y jugaron a adivinanzas y trabalenguas durante la comida. Edda falló a propósito varias de sus respuestas, o al menos eso creía él. También cabía la posibilidad de que su hermana fuera sencillamente tonta, pero aquello no era propio de un buen hermano mayor.
En la hora de más calor volaron las ropas y se metieron al río, todos. Los padres armaron una represa con rocas mientras los niños jugaban. Al poco rato, los que quedaron jugando en el agua ―más bien casi luchando― fueron solo padre y madre.
―¿Te acuerdas cuando éramos pequeños y jugábamos a que padre era una balsa? ―le preguntó a su hermana, sentándose en la arena junto a la roca en la que la niña hacía fotosíntesis.
Edda sonrió brevemente. A ella le fascinaba ese juego.
―Era un juego estúpido ―dijo de pronto y se bajó de la roca―. Voy a vestirme ―agregó, parando a su hermano que iba a seguirla.
“No hay manera. Chiquilla tonta”, pensó Sigmund. Minutos más tarde, padre y madre salieron a su vez del agua, arrugados y temblorosos. Se tendieron para secarse al sol y pareció que la tarde se estaba quedando dormida, con todos sus sonidos: los pájaros, el viento en los árboles, el goteo de los parches de nieve viajando rápidamente hacia el río. Sigmund sonrió: solo un asgardiano consideraría un lugar como ese un balneario apto para meterse al agua. Como heredero él había visto las audiencias de los extranjeros del barrio puerto y sabía que en pocos lugares de la tierra la nieve era tan persistente.
Edda no escuchaba la canción del río. Tenía los audífonos puestos y tarareaba una canción del ipod que le había regalado la abuela. Una canción que no era de Asgard, obviamente.
Un ronquido de padre hizo reír a la madre y al hijo. Sigmund se volvió a buscar a su hermana para ver su reacción, pero no estaba en su sitio. La buscó con la mirada y la divisó a cierta distancia, entrando al bosque. Miró hacia los adultos que seguían retozando al sol y no le pareció buena idea interrumpirlos por algo tan nimio. Así es que se adentró en el bosque siguiendo a su hermana. Era otra manera de acechar a una presa: lo consideraría un triunfo si conseguía sorprenderla sin que lo escuchara venir.
Tal vez sí lo escuchaba, porque Edda parecía zigzaguear por el bosque a propósito. Si se volvía, Sigmund aún podía ver el campamento improvisado de su picnic familiar, y hasta le parecía escuchar aún los ronquidos de su padre, pero Edda nunca miraba hacia atrás. El niño apuró el paso para acercarse a ella y entonces escuchó los sollozos.
―Edda, ¿qué te pasa? ―dijo, dando el juego por concluido.
No obtuvo respuesta: solo los sollozos, aunque callados, le llegaron con más claridad.
―Edda.
―Nno… los en…cuenttro, ¿dddonde estánn? ―balbuceaba la niña.
―Edda.
―No me escuchan.
―¡Edda!
Sigmund se adelantó a su hermana para cortarle el paso y tomarla de la mano. La niña tenía los ojos arrasados en lágrimas y angustia, mientras trataba de abrirse paso, mirando sobre el hombro de su hermano, como si él no estuviera ahí.
―¡Edda! ―repitió él, poniéndole las manos en los hombros.
Solo entonces los ojos de la niña se fijaron en él.
―No están ―dijo, llorosa.
―¿Quiénes?
―Papá y mamá. No los encuentro.
―¿De qué estás hablando? Están allá atrás.
―No los encuentro, no puedo encontrarlos.
―Tan solo tienes que volverte ―replicó el niño, tratando de forzar a su hermana a mirar hacia atrás. Estaban a pocos metros del río. O eso había creído.
Cuando miró, Sigmund solo vio árboles y parches de nieve allá donde hubiera un claro. No escuchaba a sus padres, ni siquiera escuchaba al río.
―Estamos perdidos ―dijo Edda.
―No, no lo estamos ―replicó Sigmund, tratando de concentrarse más en su hermana que en su repentina desorientación―. Solo tenemos que dar la vuelta y regresar.
―No, ¡no es por ahí! ¡Ella está ahí!
―¿Ella quién?
Sigmund la agarró del brazo y trató de jalarla, pero Edda se retorció, se soltó y echó a correr. El niño miró hacia atrás, indeciso entre gritarle a sus invisibles padres o salir tras su hermana. “No estamos lejos, no nos alejamos lo suficiente, yo escuchaba el río hasta hace poco. Solo tengo que atraparla y llevarla de vuelta”.
Corrió siguiendo a su hermana, pero ahora no tenía al héroe a su derecha, no tenía cómo acorralarla. Y, ciertamente, la niña corría rápido.
La perdió de vista y, por un momento, el estómago se le fue a los pies, pero mientras bajaba la velocidad de la carrera tuvo a su lado un solevantamiento de grandes piedras que generaban entre sí un hueco: una cueva.
La lentitud de sus movimientos contrastaba con la manera en que su corazón le golpeaba el pecho al introducirse entre las piedras. El interior de la cueva estaba frío, húmedo y mayormente oscuro, a excepción de la luz que se colaba por la entrada y de otra lucecita que dibujaba el perfil de una persona pequeña y asustada: la pantalla del ipod iluminaba de un blanco azuloso el rostro de su hermanita, sentada en el suelo de la cueva, hecha cajita, algunos pasos más allá.
―Edda, volvamos, papá y mamá se preocuparán ―susurró cerca de ella.
―No están. ―La niña seguía llorando.
―¿Por qué dices eso?
Su hermana ocultó la cara entre los brazos y sollozó un poco más.
―Edda…
Sigmund le puso la mano en el hombro y la niña se la quitó bruscamente, poniéndose de pie.
―¡No lo entiendes! ―Su grito retumbó entre las piedras―. Si te pierdes tú, te buscarán. A mí no van a encontrarme nunca.
―¿De dónde sacaste eso?
―Siempre es así: tú lo haces todo bien, siempre los haces sentir orgulloso, eres… eres… ―El ipod había caído al suelo y con su luz dejaba ver que las lágrimas de la niña ya no eran de angustia, sino de rabia―… Eres su hombrecito… Siempre tienen tiempo para ti y lo que tengas que decir siempre es importante, en cambio yo…
―¡No digas tonterías!
“Ias, ías” replicó la caverna, junto con un “ssss” de tierra avanzando hacia el suelo.
―Papá y mamá no son así, tienes que venir conmigo.
Edda retrocedió un paso.
―¡Ahora! ―gritó Sigmund, agarrándola del brazo y la cueva gritó con él, a dos voces, una grave y la otra aguda.
―¡He dicho que no! ―chilló la pequeña y entonces la voz de la cueva no se detuvo. ―¿Qué pasa?
―Shhh ― replicó Sigmund, apretando el brazo de su hermana hasta el dolor, pues las rocas se movían―. ¡Hay que salir! ―gritó cuando la tierra flotó hasta su nariz, dando pasos inseguros hacia la salida.
―¡No, ella está ahí!
Edda se quedó clavada en su sitio como una estaca. Con la última luz que se coló desde fuera, o quizá con una luz diferente, ambos hermanos vieron el perfil blanco de una mujer. Brevemente. Después solo hubo oscuridad.
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Ilness - Jotakak Fanfic
-Te has estado cansando mucho últimamente, estas bien? –el moreno se trago sus palabras al ver la mirada sarcástica que le había dedicado el otro –claro, claro…
-Estoy bien, solo que hace frió y me da sueño –siempre que Kakyoin le daba esa excusa le costaba más y más tragársela.
Desde hace unos días el pelirojo se había estado desvaneciendo no importaba el lugar ni el momento, cayendo sobre sus propias rodillas en el suelo, sentándose en cualquier lugar, echándose sobre el sofá cada vez que podía, había algo mal con el, estaba muy cansado y dormido todo el tiempo, además de eso siempre tenía muecas de molestia o caras no muy amigables.
Jotaro estaba haciendo la cena en la cocina viéndolo al otro descansar en el sofá con las manos tapándose la cara, le molestaba la luz o se sentía mal?
Estaba preocupado.
-Ah…ah…estas bien? Nori? Ah…
No mucho después de cenar y entrar a la habitación para irse a dormir entre toqueteos y mimos las ganas les ganaron y terminaron haciéndolo, al principio Noriaki se reía y se lo veía igual de vivaz y apasionado que siempre pero cuando realmente empezaron a hacerlo lo noto molesto, con caras difíciles de descifrar como si algo le doliera o le molestara, en especial cuando estaba montándolo donde se abrazaba así mismo el pecho como si buscara confort, lógicamente hubiera parado pero en cuanto se movía el otro no le daba oportunidad, agarrándolo por las muñecas con las manos, asegurándose de terminar lo que empezaron.
Aún así no podría decir que lo disfruto de sobremanera cuando lo estaba viendo sufrir así, y pudo notar como el si termino pero el pelirojo no, bajándose a gran velocidad de encima suyo luego de causarle su orgasmo para sentarse en la cama con la cabeza gacha y una mano en el pecho, el todavía seguía medio mareado de su orgasmo pero estaba sintiendo unas ganas incontrolables de abrazarlo y ver que le pasaba.
-Jojo –lo llamo con la voz quebrada, llamándole aún más la atención.
-Dime –intentando fingir calma se giró para verlo, poniendo una mano en su espalda y acariciándola, ahora que lo veía bien nisiquiera estaba erecto o excitado.
-Necesito decirte algo –aquello capto toda la atención del moreno, mirándolo atento –tengo cáncer –le soltó de la nada, sin antelación, levantando la mirada y clavándole los ojos, unos ojos llenos de dolor se encontraron con los suyos rompiéndole el corazón, su mirada se clavó en sus brillantes lagrimas las cuales siguió al ver cómo estas bajaban por su mejilla, viendo en su pecho como el pelirojo empezaba a agitarse y llorar.
Su boca se abrió de la sorpresa y el aire frio del ambiente empezó a entrar por esta.
Que?
Al ver la mirada incrédula de Jojo el chico se sintió desnudo, como si le hubieran cortado el pecho y hubieran tomado cada lado de sus pedazos de piel y lo hubieran abierto, dejándolo desnudo, frágil y débil frente a el, por lo que salió de la cama prácticamente saltando casi que cayéndose a agarrar la ropa que había quedado en el piso, tomando sus calzoncillos e intentando ponérselos aún cuando no podía siquiera meter una pierna por culpa del nerviosismo.
-Eh? –le susurro consternado, sintiendo una urgencia inexplicable en el pecho al verlo saltar de la cama y querer huir de ahí, el pelirojo lo miro con pánico por un momento para luego seguir intentando vestirse, finalmente poniéndose los calzoncillos y casi que tirándose al suelo para agarrar sus pantalones –Que? –pregunto de nuevo, sentándose en la cama con un tirón en el pecho, aún así el otro solo seguía derramando lagrimas –Nori –lo llamo con una voz muy asustada, moviéndose en la cama hacía el pero cuando esto paso el chico solo se hecho hacia atrás, pegándose con el mueble –Noriaki –volvió a llamarlo esta vez sintiendo mucho miedo.
-Me lo dijeron hace 5 meses –le susurro con la voz cortada y afligida, apoyándose contra el mueble intentando huir de el, viéndolo a los ojos con la constante molestia de las lágrimas aguándole la mirada y fastidiándole –tengo cáncer –repitió, viendo las cejas del otro subir de golpe y sus ojos achicarse.
Aquello le tomo un poco menos de tiempo de procesar que antes, en ese tiempo muerto el pelirojo se puso a calzarse el pantalón, con las manos temblorosas y chocándose entre si para cerrar un maldito cierre.
-5 meses es mucho –susurro Jojo, intentando analizar todo en su cabeza, en voz alta para obtener respuestas de parte del otro -5 meses es un montón de tiempo –esta vez su voz salió casi que enojada, sus piernas se estiraron hasta quedar sentado al borde de la cama, frente al pelirojo –no me dijiste nada en 5 meses!?
Aquello le envió una corriente muy dolorosa por su espina al pelirojo, castigándole y haciéndole doler de nuevo, sintiendo miedo y queriendo protegerse.
-Creí que podría manejarlo pero…-por un momento se sintió enfadado de que no le dijera nada, de que estuviera haciéndose el héroe solo pero eso ultimo desvaneció todo lo demás.
-Pero? –le exigió, apretando los dientes.
-Dijeron que mi tratamiento no está funcionando y…-aquello le cayó como un baldazo de agua fría, erizándole todos los pelos del cuerpo –me quedan 3 meses
El mundo se le paro a Jotaro, quería dormirse ahí mismo y no despertar hasta que todo estuviera bien.
Cerro los ojos, intentando calmarse, pero dentro suyo todo estaba rojo, rojo de furia y de enojo, sentía dentro suyo como si se hirviera agua caliente desde su estómago a su pecho, apoderándose de su garganta y concentrándose el resto en sus hombro, de su nariz empezó a soltar aire caliente y le estaba costando mantener sus dedos quietos, quería golpear algo, sentía demasiada adrenalina.
-No me dijiste nada! –le grito parándose de la cama, poniéndose enfrente suyo y opacando al pelirojo con su gigante figura, acorralándolo contra la pared con un golpe en esta y descargando toda su furia en el –como se si siquiera te estas tratando bien!? Como se siquiera que estas haciendo!? Como es posible que no me enterara de esto!?
-E-e-estaba…-aquellas palabras le costaron horrores salir de la boca del pelirojo, teniendo miedo de Jojo –intentando no preocuparte…o que no fuera nada…
-Te crees que puedes hacer el héroe o algo? –le susurro con odio, odio mas que nada para si mismo, de no saber nada y de estar tarde.
-No es eso, creí que sería una nimiedad pero…-al verlo con las cejas cruzadas el pecho le dolió, sintiéndose mal de estar tan molesto con el –y luego no podía…
Que era todo esto? El resultado de que era esto? Que había sucedido para que esto pasara?
-Voy a hacer unas llamadas –susurro molesto, mordiéndose los labios con tanta fuerza que pensó que iba a reventárselo, separándose de el otro aún desnudo y yendo al comedor a tomar su teléfono, necesitaba un poco de aire, de distancia, le iba a explotar la cabeza.
Pero antes de salir de la habitación…
-Me dijeron que me quedaba poco tiempo…hace una semana…
Aquello lo hizo pararse en seco, sintiendo sus músculos tensarse y tirarle.
-A ti no te queda poco tiempo.
Aún así ni el día siguiente, ni la semana siguiente fueron una alegría para el, para Noriaki era una tortura por que lo estaba haciendo sufrir pero…para Jojo era en cada visita al médico un sufrimiento, desde empezar un tratamiento de 0 o tener un médico nuevo o seguir con lo que ya tenía el pelirojo, siempre eran los mismo resultados, negativos.
Kakyoin no estaba equivocado.
Cada visita al médico era más y más deprimente, y no por el que hasta el momento solo las había estado tomando con decepción y tristeza si no por Jotaro a quien veía derrumbarse en cada una, al punto en que tenía que tomar su mano y abrazarlo para que no se pusiera a llorar en medio del consultorio, el odiaba que lo vieran llorar.
Hasta que pasadas unas semanas apareció una nueva posible solución, una que francamente al pelirojo no le agradaba, por que nisiquiera era nueva, era lo que había que hacer por defecto con los pacientes como el y era la peor idea del mundo…
-Estas seguro que estarás bien? –después de 2 semanas intensivas de estar faltando cada día al trabajo solo para acompañar a Noriaki a los consultorios a ver que soluciones le podían dar el tiempo le empezó a correr y tenía que volver y ocuparse, si es por el renunciaría pero cuidar al pelirojo también ocupaba mucho dinero –enserio quiero ir…
Noriaki se sentía inútil, por que había tenido que renunciar a su trabajo por insistencia de Jojo.
-No tengo nada más que hacer así que si y…estuve haciéndolo todo este tiempo –le susurro indiferente, evadiendo su mirada, dándole pinchazos en el corazón al otro quien agarro su barbilla para obligarlo a mirarle, tenía una cara super afligida.
-Estoy seguro que esto te ayudará, enserio –intento darle confianza con una sonrisa, pero honestamente tenía tanto miedo que no se lo creía, el chico agarro su mano y la encerró entre las suyas, dándole un besito y acariciándolas.
-Deberías irte o llegarás tarde –bajando la mirada con pena Jojo asintió, agachándose para darle un beso apasionado, últimamente los estaba disfrutando demasiado, con miedo de que cada uno pudiera ser el último, cuando ambos se separon el pelirojo le acaricio el cuello, dándole un beso en la nariz –te amo
-Yo también Noriaki
En tanto el pelirojo llego al hospital nuevo algo se revolvió en su estómago, enserio pasaría los últimos meses de su vida en una cama, con dolores constantes, demacrado y preocupando a Jojo cada día? Robándole el alma y la vida a cada segundo durante…3 meses más que le daban con ese tratamiento?
En sus manos apretó con fuerza los papeles de su historial clínico, dándose la vuelta con rabia y mordiéndose el interior de la mejilla, volviendo a casa.
El solo lo estaba protegiendo.
Los siguientes meses fueron actuación, una actuación que por suerte funcionaba por que Jotaro se encontraba estresadisimo no solo por eso si no por trabajo en general, típico Jojo, no era difícil fingir por que realmente…sentía tanto dolor como si estuviera en tratamiento como si no, y con tal de ponerse unas vendas y unas banditas como si lo hubieran pinchado sabría que el moreno se metería por miedo a arruinarlo, las pastillas de su pastillero eran mentitas y cada vez que salía a una “consulta” se quedaba dando vueltas por la ciudad, esperando que el tiempo pasara, insistiéndole a Jojo que era inútil acompañarlo y que solo le haría mal.
De todas maneras el ya estaba viendo los resultados de su supuesto “tratamiento”.
Aunque no se estuviera tratando.
Y se estuviera dejando morir.
Pero era lo mejor para ambos.
De todas maneras así el dolor sería menor y terminaría más rápido, se sorprendía que Jotaro biólogo no notara que estaba fingiendo…
-Deberíamos ir de vacaciones –dijo Noriaki, sentándose en su regazo de repente mientras Jotaro leía un libro en el sofá.
Aquello lo lleno de dudas –no lo se…
-Me dijeron que mi tratamiento apartir de ahora es solo rutina, al menos por un tiempo más, deberíamos aprovechar para salir antes de volver al médico de urgencia, puedo llevarme mis cosas y seguirlo ahí.
-Que tal si algo te pasa ahí, o te descompones? O te sientes mal? Últimamente estas sangrando mucho por la nariz y me da miedo…
-No se si voy a volver a salir de esta ciudad Jotaro
-Lo harás.
-Tomate un par de semanas, por favor –le rogo pasando sus brazos por su cuello, ocultando su rostro en este –necesito estar contigo –estaba mal, rogarle así y hacerse desear en su condición para que lo atendiera estaba pésimo, pero necesitaba que hicieran este viaje, antes de que todo fuera peor, antes de que cada musculo en su cuerpo dejara de responderle.
Últimamente sus rodillas no le respondían bien, no era de exagerar decir que estaba todo el día sentado o intentando moverse al mínimo, además estaba sangrando por la nariz y la boca en todo momento, intentaba ocultarlo lo mas posible del moreno para mentirle sobre que estaba bien pero a veces era difícil, no siempre podía ocultarse de su mirada protectora.
Y sabía que lo estaba lastimando, por que cuando se despertaba en medio de la noche por las lágrimas del moreno en su pecho no podía significar otra cosa.
El pelirojo se encargó de hacérsela lo más fácil posible a Jotaro, busco el una bonita cabaña en una playa bastante montañosa y reservo los días, intentando sentirse lo mejor posible y cuidarse para que su viaje no fallara, aguantando el dolor a cada momento y sintiendo el pecho oprimido cada vez que se sentaba o intentaba tomar aire para respirar.
Ya estaba en el tercer mes que le habían dicho desde el inicio.
Aparentemente para Jotaro todo iba como tenía que seguir su transcurso natural, según el pelirojo iba al médico y si lo veía inyectarse cosas y tomar drogas, además que estaba muy vendado toqueteado…aún así…se veía mucho mejor de lo que debería con ese tipo de tratamiento…aún conservaba su cabello…
Pero todo el mundo lo tomaba diferente, Noriaki no era capaz de engañarlo, aún si cada vez que le pedía un informe médico o algo el pelirojo tenía una recaída que hacía incapaz seguir el tema, era imposible que le estuviera mintiendo.
De verdad necesitaba ver esos papeles, tenía miedo.
O eso podía pensar con el pelirojo acostado encima suyo, estaban en un tren camino al destino que el había escogido para ellos, tal vez el aire fresco les vendría bien, tal vez el aire cerrado de su departamento los condicionaba mucho…tal vez estaba estresado, lo suficientemente estresado como para dudar de su amado.
La alarma de su reloj sonó, era la hora de las pastillas del pelirojo, su mano se dirigió al bolso de mano de este pero tan pronto lo toco…abrió los ojos alarmado, separándose de el al instante.
Cuidaba sus medicamentos y cosas con mucho recelo.
-Es…hora de tus pastillas Nori –le susurro algo consternado, viendo a este cruzar las cejas irritado y acomodarse de nuevo en su hombro.
-Las tomare luego, no quiero que me caigan mal en el tren, quiero tener un baño cerca –dijo fastidiado, estaba molesto que le hayan interrumpido su sueño por una mentira.
-Tienes un horario que seguir.
-Estoy bien así.
Al final suspiro, sin saber que más decirle, probablemente era lo mejor.
Después de todo no lo sabía.
Probablemente la semana que estuvieron en esa cabaña fue la mejor que tuvieron en mucho tiempo, pasando tiempo juntos y relajándose en la naturaleza, ayudar a Noriaki a nadar era algo muy satisfactorio que hacían ambos por que le ayudaba a calmar el dolor, y además era increíblemente divertido.
Salir a pasear de compras por el pequeño pueblito cercano a su cabaña también era divertido, por que cuando el pelirojo no se podía mover lo montaba a una bicicleta que había dentro de la cabaña que alquilaron y lo tironeaba con una cuerda como si fuera una carreta, dando lugar a situaciones muy divertidas y a un humor…que no recordaba hace cuanto no veía en el.
Ambos se sentían increíblemente calmados, como si la enfermedad del pelirojo solo fuera algo más de sus vidas, no estaban pasándolo mal.
-Buenos días –esa mañana el pelirojo había aparecido con el desayuno en la cama en una bandeja, tenía la barbilla con claros restos de sangre y honestamente olía como si hubiera vomitado, se lo diría después de comer para que se lavara los dientes y no se sintiera mal.
Eran cosas que estaba aprendiendo que si o si tendrían que ser parte de su vida ahora.
-No son estos los plátanos del árbol de afuera? –le susurro algo adormilado aún, viendo los omelettes dulces que había preparado el chico.
-Quiero un desayuno fuerte para hoy, me desperté temprano y prepare un almuerzo, quiero ir a escalar
Aquello le dio un escalofrió a Jotaro, no estaba muy seguro… estos días habían sido estupendos pero la movilidad del pelirojo no era la mejor, mucho menos para hacer actividades fuertes…
-No creo poder cargarte una montaña cuesta arriba…-le susurro intentando persuadirlo, el olor de los omelettes de plátano estaban distrayéndolo, eran de sus comidas favoritas…
-Me siento muy bien hoy, estoy seguro que puedo –incluso con la piel naranja de la sangre, se lo veía resplandeciente, con una mirada totalmente brillante.
-Estarás bien?
-Claro –con el tenedor dio vueltas el omelette pinchándolo en este, dándoselo a Jotaro en la boca.
Tenía un mal presentimiento.
Por miedos de Jotaro en general salieron bastante tarde, pero increíblemente el pelirojo tenía razón, estaba bien, estaba caminando normal y hacía rato que no lo veía caminar tanto tiempo sin agitarse ni cansarse, tenía que ayudarlo bastante para trepar y ni hablar cuando había que llegar a puntos más altos, lo cual los obligo a comer el almuerzo a bastante prisas y dejar la canasta abajo, como para que Noriaki pudiera colgarse a su espalda y Jotaro avanzar con el arriba cuando se encontraban con paredes, pero aún así el chico estaba vivaz, caminando sin tambalearse y dando saltos, con una fuerza que hacía un par de meses que no veía en sus piernas.
Tenía un cosquilleo en la espalda que le decía que algo saldría mal, pero todo se veía tan bien.
La montaña que estaban escalando tenía varias cuevas y bastantes descansos, pero era increíblemente alta por lo que el paseo duro un tiempo largo, además era divertido sentarse a charlar al borde viendo el hermoso paisaje de las playas rocosas, del agua chocando contra las piedras con tanta serenidad, el sonido del océano era lo que finalmente los había relajado tanto a ambos esos días.
-Nori –le llamo, tironeándole de su mechón de pelo para darle un beso en la mejilla, tenía el corazón hinchado de tanto cariño.
-Esto está bien –susurro Noriaki dejándose hacer –que vas a hacer sin mi? –la pregunta le corto totalmente el ambiente a Jotaro, no habían llegado a hablar de esto, de hecho Noriaki no era un paciente pesimista que hablaba todo el tiempo sobre la muerte, esta era la primera vez que tocaban el tema, francamente estaba sorprendido y aliviado de que fuera tan positivo sobre su expectativa de vida.
-No voy a quedarme sin ti, por que la pregunta?
-Solo piénsalo
-No me voy a quedar sin ti, todo estará bien
El pelirojo se separó de él, mirándolo a los ojos preocupado
-Deberías pensarlo sabes?
El moreno se corrió a un lado, levantándose molesto y siguiendo caminando para arriba, no iba a pasar nada, ambos estaban bien, todo estaba bien.
No paso mucho para que luego de un rato caminando finalmente el cuerpo de Noriaki empezara a ceder, comenzando a tambalearse y a caerse, llamando la atención del moreno que corrió al lado suyo olvidando su enojo para tomar su mano, no era lo más inteligente andar con estos trotes a la altura que iban.
-Deberíamos bajar
-No quiero –dijo firme, tomando aire y siguiendo con su caminata, Jotaro solo lo siguió para poder sujetarlo en caso de que se desmayara de nuevo.
-Hasta dónde quieres subir?
-Hasta la cima? Por que no? Nos falta relativamente poco
-No estás en condiciones
-Estuve peor toda la semana
El pelirojo estaba irritado, y no podía lidiar con el así, era realmente muy difícil discutirle.
Definitivamente caminar ya le estaba mareando, tanto así que tenía que caminar agarrado a las paredes y al brazo del moreno, quien no pensaba soltarlo ni por un momento, y no fue la excepción cuando en un momento una erupción de vomito del almuerzo del medio día salió por su boca, a lo que Jotaro quiso limpiarle con un pañuelo pero el…el solo siguió caminando…subiendo…
-Estas siendo estúpido, bajemos
-No quiero
-Noriaki
-Por favor –acaso era justo que le rogara de esa manera? Por supuesto que no, el sabía muy bien que no podía negarse, desde que esto había empezado lo había estado tratando como un príncipe.
-Al menos límpiate la boca.
Pero entre tanto más y más seguían caminando…finalmente sus rodillas cedieron, haciéndolo caer al piso rocoso, raspándose el rostro y todo el cuerpo, Jotaro al ver que no era nada grave se agacho enfrente suyo, golpeándole la frente con el dedo.
-No lo digas
-Ves que me tienes que hacer caso?
El chico rodo los ojos, cerrándolos, su nariz empezó a sangrar y sus piernas empezaron a dormirse, todo esto bajo la preocupada mirada de Jotaro, quien creyendo que solo era una descompostura normal ,lo cargo en brazos, poniendo su pecho contra su espalda y agarrando sus piernas y brazos, el chico solo se acomodó contra su espalda, manchando su camiseta de sangre.
-Lo siento –escucho un susurro desde atrás, la respiración del pelirojo le estaba dando frió contra la mancha húmeda en su espalda.
-Esta bien
-Enserio lo siento
-Podemos lavarla luego, y voy a ponerte alcohol para que no se te infecte, no es para tanto
-Perdóname Jotaro
-Te amo Kakyoin –cuando le dijo eso se paro, escuchándolo tranquilizarse, sintiendo una sonrisa contra su espalda.
-Yo también
La espalda de Jotaro era una roca, era una piedra casi tan grande como la montaña que habían escalado, de hecho de su espalda hasta su rostro había kilómetros de distancia, kilómetros de distancia marcados por el esfuerzo que requería su cuerpo para llegar hasta ahí, hasta algo tan básico y típico como un beso, no iba a poder escalar esa montaña de carne para el final del día, al igual que la que había subido hoy.
Su cuerpo ya no tenía fuerzas.
Tal vez estaba siendo pesimista, tal vez mañana podría levantarse otra vez.
Pero perder las fuerzas de esa manera y sentirse tan agotado al punto de que sus piernas se durmieron desde sus rodillas hacia abajo…y ahora estaba subiendo por sus muslos, tenía muchísimo frio, mucho, la mitad de su cuerpo estaba congelado, si Jotaro no lo estuviera sosteniendo seguramente se hubiera caído por la pendiente, era un inútil ahora mismo.
Por que le estaba diciendo lo siento antes? Por ser tan aparatoso? Por mancharlo? Por solo causarle problemas? Seguramente por otra cosa, seguramente por que lo dejaría solo, por todos los problemas en vano que le causo y por que no valía la pena, sería mejor que lo dejara a morir en esa montaña, se ahorrarían el dolor los 2, el dolor de ver quebrarse a Jotaro, el dolor de no poder despedirse de el con una sonrisa.
Su cuerpo se sentía helado, mas allá de sentir sus piernas dormidas las sentía pesadas, sus brazos intentaban agarrarse de su cuello, de su cuello cálido y venoso, pero le costaba demasiado, sus dedos no lograban hacer agarre en su ropa.
-Tienes sueño? –Jojo no se daba cuenta de lo que sucedía, lo sentía frió, si, lo sentía pesado, pero no se daba cuenta de nada por lo que estaba pasando el pelirojo.
Al intentar responder y hablarle empezó a dolerle el pecho, muy fuerte, dándole tirones desde la garganta a los pulmones, obligándolo a apoyarse más contra el moreno, por lo que solo asintió con la cabeza, no tenía sueño, tenía mucho dolor.
-Lo siento
-Esta bien, llegaremos y te preparare la bañera –aún si decía eso tenía por lo menos una hora y media de caminata para llegar hasta abajo, realmente habían hecho un buen progreso.
-Lo siento Jojo
-No pasa nada
-No me dejes solo –aquello le dio un escalofrió, de que tenía miedo?
-No te preocupes, estoy aquí
-Perdón –su voz se oía sumamente lastimada, como si le hubieran hecho un nudo en las cuerdas vocales.
-Para, estarás bien
-No quiero dejarte –el pecho del pelirojo se estaba moviendo con fuerza contra el suyo, sus piernas estaban inmóviles pero el pecho le temblaba y golpeaba contra la espalda
Que significaba todo esto?
-No me dejaras –susurro con miedo apretando sus piernas –te amo
-Yo también –le respondió, comenzando a sentirse mareado, necesitando cerrar los ojos, mordiéndose la lengua por el dolor que sentía en el pecho –perdón
-Intentare bajar lo más rápido posible si?
-Te amo
-Yo igual
Por que sentía que esa era la última vez que lo escucharía decir eso?
Cuando la luz dejo de entrarle al cerrar los ojos empezó a sentirse dormido, el dolor de su pecho oprimido pero su cuerpo entero dejar de responderle, solamente con el pecho golpeándole contra la espalda a Jotaro, ya no sentía los brazos y sus hombros estaban increíblemente fríos, quería hablarle a Jojo una última vez.
Siguieron caminando un rato, todavía estaba consiente, su nariz se deleitaba con el aroma a sudor del moreno, adormilándolo todavía más, sus ojos estaban clavados en la marca de estrella del moreno, su pecho poco a poco empezó a bajar el ritmo, pero había algo que también había bajado y era su corazón.
Al parecer era aquí.
Ya sentía todo pasar tan lento, cada pensamiento y palabra formada pasaba al ritmo de sus lentos latidos, los cuales ya no podían alimentar mas su enfermo cuerpo.
-Jojo –lo llamo, a lo que el otro gimió para hacerle saber que lo escucho, estaba cansado de caminar con tanto peso, realmente cansado, pero estaba preocupado y quería llegar lo antes posible a la cabaña, al menos ahora su respiración se había calmado –lo siento
Esta vez se lo decía de adentro, no podía aguantar más, no creía que su cuerpo se lo fuera a permitir.
Sus labios se levantaron lo mas posible en un morrito hasta su marca, dándole un besito suave.
-Esta bien, no me arrepiento, me gustaron estas vacaciones
En ese momento Kakyoin escucho todo lo que necesitaba escuchar, una sonrisa se formó en su rostro, forzando una última vez su débil voz
-Te amo –susurro con lágrimas que empezaron a brotar de sus ojos, quedándose en la camiseta mojada de Jotaro, ya no tenía fuerzas para nada, su mente empezó a apagarse lentamente, el sonido del mar cada vez se escuchaba más bajo y la cálida espalda del moreno cada vez se le hacía más lejana
Le hubiera gustado darle un último beso.
-Yo también Kakyoin
Aquello fue suficiente para sacarle un gemido feliz, su cabeza se acurruco más contra el en un último movimiento y…
Kakyoin Noriaki ya no estaba ahí.
Cuando consiguió bajar de la montaña ya estaba atardeciendo, había un precioso color naranja en el cielo y francamente sentía la piel caliente por el contacto de los rayos del sol, debía haberse quemado bastante, Kakyoin parecía haberse desmayado hace ya un rato, por suerte por que estaba muy cansado como para poder ocuparse de el, tenía las piernas muy adoloridas y por no hablar de la espalda, tan pronto toco tierra firme empezó a trotar hasta la cabaña lo más rápido posible, su cabaña quedaba frente a un lindo acantilado donde había un precioso ocaso con el océano enfrente.
-Nori, mira –lo llamo, moviendo sus piernas y sus brazos, llamándole la atención.
Estaba dormido?
Tan pronto pudo se agacho frente a los escalones de puerta y lo soltó ahí pero cuando su cuerpo hizo un ruido seco contra el suelo…
Una gota de sudor le corrió por la frente, trago saliva con fuerza y miro para atrás.
Sus ojos estaban cerrados.
-Nori? –lo llamo otra vez, agachándose para mirarlo, tenía la boca abierta y…no estaba respirando. Al tocar su pecho este estaba rígido, endurecido, había estado cargando un cadáver cuesta abajo, Noriaki había muerto en el camino –Nori? –volvió a llamarlo, inútilmente, moviendo sus hombros, zarandeándolos, sacudiéndolos, podría jurar que hasta se estaba mareando el –Noriaki! –le grito desesperado, viendo toda la carne de su rostro moverse sin reaccionar.
Lo había notado frió pero nada más.
-Nori –los hombros se le tensaron y un hueco se formó en su pecho, moviendo más el cuerpo inerte de su amado –Kakyoin! –hasta que una ráfaga de viento soplo no se dio cuenta que estaba llorando, corriéndole las lágrimas por las mejillas –mira, es el ocaso, no quieres verlo? No llegamos a verlo desde la montaña pero…-a este punto ya estaba hablando para si mismo, sus piernas se sentían sin fuerzas y sus brazos también cayeron, sin encontrar como levantarse a si mismo –Kakyoin di algo –sus ojos se sentían pesados, pesados de las lágrimas acumuladas que no podían bajar hasta que pestañara, pero era imposible quitarle la vista de encima –lo único que puedes decir es lo siento verdad? – cómo era posible que si ponía la mano en su pecho esperando sentir algún latido solo llegaba a la conclusión de que ahora, un cuerpo vivo como el suyo estaba más frió que el del mismo Kakyoin? –El océano tiene ahora un bonito color –susurro bajando la cabeza, sintiéndose incapaz de seguir viendo el cuerpo inerte de su amado -Me vas a responder? –le pregunto a la nada, viendo sus mejillas caer en sus propios pantalones, empapándolos.
La respuesta era no.
Por mera curiosidad miro a uno de sus brazos, los cuales estaban con una bandita por las supuestas pinchaduras de su tratamientos pero en cuanto se la quitó…
-Eres una mierda egoísta, al final ni te estabas tratando –susurro con rabia, mordiéndose la lengua para castigarse de no haberse dado cuenta antes –tampoco me dijiste de eso…al final si me dejaste solo…
Pasado un rato, cuando se acostumbró al hueco en su pecho y al dolor que iba a sentir por un largo tiempo llamo a la policía, era lo único que podía hacer, por que nisiquiera Noriaki había querido hacer algo con respecto a su propia vida.
Incluso aunque le hubieran dado unos pocos meses más, el los hubiera aceptado, no necesitaba un final tan abrupto y doloroso.
#jotakak week 2021#jotakak week#jotakak#joka#jotaro x kakyoin#kujo jotaro#kakyoin noriaki#jojo#jjba#Jojo no Kimyou na Bouken#jojos bizarre adventure#makahimefanfic
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Hola amigos ¿cómo están?, espero que bien amigos, bueno amigos, aquí va un nuevo dibujo y que presento a un cuarteto de villanos de un popular cartoon de Cartoon Network de los años recientes mientras vemos que conocen a quiénes ponen su voz para la región de América Latina y el Caribe y que lo hacen de una forma que es bastante usual y más si se toma en cuenta la actual contingencia que se vive en este momento y que ha llevado a avanzar hacia una mayor digitalización del mundo real para que el impacto económical, social, político, emocional y psicológico de la pandemia del Coronavirus sea lo menor posible y se pueda poco a poco a retomar cierto grado de normalidad, aunque ello no significa necesariamente que tengamos que hacernos menos adicto a las nuevas tecnologías que nos hemos acostumbrado a vivir durante el último tiempo y que este proceso puede avanzar más rápido en la medida que el tiempo vaya pasando, mientras veamos el cómo ello puede traer beneficios, pero también perjuicios que implican a darle un manejo más responsable a ellas, además de poder ver el cómo poco a poco el mundo va haciéndose más digital y menos analógico y que ello está generando cambios en dónde menos lo espeamos, bueno amigos sin dar más vueltas presento a Cobrangután, Ramarafa, Jefe Avestruz y Ratarang Conociendo a Alan Fernando Vázquez, Valca Pazonelli, Edgar Luna y Gabriel Juárez Aquí vemos al jefe hibrido cobra-orangután, la tanque jirafa, el caballeroso avestruz y el impulsivo chico rata del grupo conocer a quiénes ponen su voz para el doblaje en español de América Latina y El Caribe y que lo hacen como parte de una invitación que habían recibido para formar parte de una convención virtual y que ellos eran los personajes invitados, así que aprovechan la ocasión para conocer a Alan Fernando Vázquez, Valca Pazonelli, Edgar Luna y Gabriel Juárez y que los chicos se ponen a pasar un buen rato al ver que primero notan lo parecido que suenan sus voces a quiénes se las ponen en el cartoon de Mao Mao: Héroes de Puro Corazón, además de que tienen un breve espacio para ponerse a hablar de ellos y que ello les permite saber más sobre ellos mismos y con eso, puedan establecer una conversación grata y divertida dónde van notan en qué aspecto son parecidos y cuáles aspectos son diferentes, además de que al saber de ellos también tienen un momento dónde se ponen a hablar con los fanes de ellos y le hacen preguntas relacionadas con el cartoon y también para el caso de los actores de doblaje los diferentes personajes que han interpetado y el cómo algunos de ellos empezando haciendo voces adicionales en diferentes series y películas para que una vez que comienzan a aventurarse más al profesionalismo tras su formación en las escuelas de doblaje que existen que terminan comenzando a tomar roles más importantes y el cómo eso les ayuda a construir su propia fama, mientras observan el cómo poco a poco comienzan a participar en los diferentes eventos que se organizan para apoyar en el crecimiento de la industria del doblaje y notemos el cómo siempre van surgiendo nuevos talentos que van cosechando éxitos y también recuerdos que los convierte en varios casos en personas irremplazables para los roles más importantes que puedan tomar en sus carreras, mientras notamos que al volver al caso del cuarteto de villanos veamos el cómo los chicos se ponen a preparar nuevos planes para lograr tomar la joya que da de poder el Valle Puro Corazón y que sus propiedades son hasta el día de hoy desconocidas, pero que los pocos que han podido sentir su poder pueden ver que tiene un algo que lo convierte en una joya muy apetecida por monstruos y enemigos de todos los tamaños que lo convierten en una fuente de poder que el destino del Valle Puro Corazón pesa sobre los héroes que siempre se meten en su camino y que esperan poder poseer sus manos en ella y explotar todo el poder que ella tiene y que hasta hoy muy pocos han podido sentir el poder de ella, pero que la hacerlo han terminado descubriendo el poder oscuro que se esconde y que puede convertir a cualquier que posea tal joya en un peligro no sólo para el Valle Puro Corazón, sino que para el mundo que le rodea Bueno amigos, espero que les guste, ya que este dibujo tiende a ser una especie de continuidad a uno que hice el año pasado, pero que a diferencia de ese, quise hacerlo al estilo de una conversación online interactiva que se ha hecho bastante habitual dada la contingencia actual y que ha llevado a tener que reforzar las redes de telecomunicaciones, además de subir la velocidad de la banda ancha para evitar que los servicios de Internet y redes sociales se colapsen por el flujo continuo de información que hay y que este se ha acelerado por la pandemia del Coronavirus y que ha llevado a acelerar un proceso de digitalización que se iba a darse de manera lenta y gradual, pero que se ha tenido que ir a pasos acelerados para evitar un desplome mayor al que se ha sentido, mientras se lucha para mantener un estilo de vida lo más normal posible y que ello sólo puede llegar siguiendo las medidas sanitarias adoptadas por las autoridades y creando hábitos que ayuden a no sólo controlar enfermedades, sino que también sirvan para preparar mejor al mundo de futuras pandemias que pueden surgir en cualquier momento si no tomamos los ciudados necesarios para el caso, mientras vemos a los chicos pasar un buen momento que les ayuda a olvidarse de la enésima vez que Mao Mao, Badgerclops y Adorabat les frustra sus planes de tomar la joya del Valle Puro Corazón y que ello les ayuda a poder explorar una realidad diferente que puede servirles de inspiración para futuros planes y más tomando en cuenta que siempre andan buscando formas y formas de mejorarse a sí mismos y poder sentir la satisfacción que significa derrotar a sus enemigos de una vez por todas y que ese día pueda ser uno de sus mejores días en sus propias vidas,bueno amigos, disfruten el dibujo y nos vemos Cobrangután, Ramarafa, Jefe Avestruz y Ratarang (C) Parker Simmons, Cartoon Network y Timouse Inc. Alan Fernando Vázquez, Valca Pazonelli, Edgar Luna y Gabriel Juárez como ellos mismos
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(1) Pesadilla
“Que sucede cuando la pesadilla se convierte en tu realidad”
—¿Izuku? ¿Eres tú? —después de tanto tiempo se encontraba allí a unos metros de el con los brazos abiertos listo para recibirlo con aquella hermosa sonrisa que tanto anhelaba ver, no pudo esperar más y corrió a su encuentro estrechandolo contra su cuerpo —Izuku lo siento —susurro contra su oído— De verdad lo siento —volvió a decir a punto de llorar cuando se percató de lo frío que se encontraba el cuerpo del otro mientras sus manos se humedecian con aquel líquido rojo que brotaba de su espalda y torso —Tu me hiciste esto Kacchan —decía Izuku escupiendo sangre con cada palabra mientras se aferraba a su camisa— ¡Tu me hiciste esto! ¡Eres un mentiroso! —gritaba mientras se desplomaba y el no podía hacer nada más que observar —¡Te odio!— fue lo único que escucho antes de que su mirada se apagará por completo.
El viento empezó a hacer más fuerte mientras el charco de sangre se formaba al rededor de su cadáver y las palabras se Izuku empezaron a resonar por todo el lugar haciendo que se arrodillara frente a el mientras sostenía su cuerpo frío —¡No por favor! ¡NO ME DEJES! ¡TE LO SUPLICO!—gritaba una y otra vez aferrándose a el—¡IZUKU NO ME DEJES!
Despertó con el sudor recorriendo su frente y la garganta adolorida se hizo un ovillo en la cama mientras las lágrimas bajaban por su rostro estaba cansado llevaba un mes sin dormir mientras que cada noche veía a Deku morir de diferentes maneras y el sin poder hacer nada, aquella mirada verde sin vida lo hacía pedazos haciendo que la culpa creciera en su pecho.
Se levantó y fue a lavarse el rostro, las ojeras predominaban en su rostro pálido dándose cuenta que había perdido peso en esas últimas semanas, se vio una ves más en el espejo y empezó a cambiarse hoy era día sábado y la U.A. los dejaba ir a ver a sus padres ya que después de aquel terrible incidente la escuela decidió que era mejor crear recidencias para los estudiantes y así prevenir otro ataque, todo había cambiado desde aquel día.
Bajó con prisa los escalones y justo antes de atravesar la sala común escucho la plática y las risas de sus demás compañeros como si todo aquello jamás hubiera pasado y él jamás hubiera existido entre ellos, sus manos se hicieron puños y sintió un dolor en el pecho solo de pensar en eso, las lágrimas se hicieron presentes no podía más, el recuerdo de él riendo junto a los demás lo estaba destrozando, sintiendose débil por primera ves en su vida; quería tirarse al piso como un niño pequeño y llorar hasta que el dolor se fuera y lo hubiera hecho de ser por una mano que se había pasado en su hombro que pudo lograr recuperar la compostura —Bakugo, ¿Te encuentras bien?— pregunto el bastardo de Todoroki —Claro que estoy bien pedazo de mierda— le respondió sin volterase, mientras se secaba las lágrimas que habían empezado a salir —Ya veo, pensé que te ibas a desmayar en cualquier momento— contesto serio —Sabes hace tiempo que quería hablar contigo, después del incidente con...— coloco una de sus manos en la boca de Todoroki impidiendo que siguiera hablando —Hablaremos de lo que quieras Todoroki— Respondió frunciendo el ceño molesto —Pero no aquí— Todoroki asintió, todavía con la mano de Katsuki en su boca.
Después de esa charla, salió rápido de aquel lugar si sintiéndose un poco más ligero, llegó a la entrada para luego caminar a la estación de tren más cercana, se subió a uno y tomo asiento se sentía cansado y agobiado. Cada noche era lo mismo, la misma pesadilla se repetía una y otra vez en su mente, lo había visto morir tantas veces y cada una peor que la anterior haciéndose sentir culpable por todo lo que le había hecho, por no poder rescatarlo, y por ser un hijo de puta con la persona que lo consideraba como un amigo y que gracias a su maldito ego había tomado todos esos sueños y esperanzas y los pisoteo como basura, era un maldito hipócrita de mierda le prometió cuidarlo sin importar lo que pasará; pero a la primera dificultad lo abandonó y trato de la peor manera, era un maldito hipócrita de mierda y ese sería su castigo, ver a Deku morir en sus sueños sin que el pudiera hacer nada.
Sonrió de manera burlona a este paso se volvería loco, pero si así podía pagar por sus pecados lo aceptaría sin rechistar, porque si tan solo no lo hubiera tratado como la misma mierda , si tan solo lo hubiera apoyado, el estuviera a su lado con esa maldita sonrisa en su rostro diciéndole lo increíble que era estar juntos estudiando para ser héroes.
Al llegar aquel lugar, tan vacío y desolado, tan carente de vida quiso salir corriendo de allí, pero sabía que no podía era algo que le debía y tenía que cumplir una promesa rota y olvidada, camino con las lágrimas en los ojos tratando de ubicar su tumba mientras el viento soplaba tratando de llevarse el dolor en su pecho, pero sabía que nada haría que el dolor y la culpa se fueran de su vida, el nombre en la placa de concreto era tan visible que dolía verlo, un gemido lastimero salió de su boca dejándose caer de rodillas en el frío suelo frente a la lápida, las palabras no salían de su boca quería decir tanto y pedirle perdón de tantas maneras posibles, el orgullo y el ego que tenía se podía ir al carajo porque esas eran las consecuencias de sus actos y tenía que vivir con eso y pagar por todos sus pecados, tenía que pagar por ser tan hijo de puta con la persona más importante en su vida dejándose cegar por la fama y la gloria, sintiéndose tan superior que lo desprecio hasta la muerte —Deku— susurro mientras el viento mecía su pelo, —De verdad lo siento— expreso apretando con fuerza el ramo de violetas que había comprado destrozando algunas en el proceso —Soy un idiota que siempre te hace daño, incluso si no ya no estás— dijo mientras veía los pétalos volar, miro al cielo sintiendo un vacío que no parecía tener fin, y lloro, lloro como un niño pequeño delante de aquella lápida, delante de la única persona con la que se permitía ser débil y por un momento se sintió tan perdido, tan solo que quiso desaparecer junto con el, quería seguirlo así como el lo hacía, si tan solo hubiera hecho las cosas bien, si tan solo hubiera seguido a su lado, el estaría vivo.
Pero eso jamás lo sabrá, se levantó de aquel lugar para despedirse —Yo ya no seré un héroe— dijo —Eso fue lo que pensé hace unos días, pero ahora...— hizo una pausa para dejar las flores frente a la lápida —Sere el héroe que soñaste ser, ese será mi forma de enmendar mis errores y no volveré a este lugar hasta haberlo cumplido.
Se fue de aquel lugar con una nueva promesa y un nuevo objetivo el cual cumpliría sin importar que le costará la vida —Solo observame Izuku.i
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El Diego (Por Jorge Valdano)
Para aquellos que tuvimos la fortuna de ver a este virtuoso en todo su esplendor, de manera difícil podremos encontrarnos con otro futbolista de este tamaño. Jorge Valdano inmortaliza en esta columna a El Diego: “estaba por encima del bien y del mal”. Mejor Imposible!. Carlos Prieto
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Hay algo perverso en una vida que te cumple todos los sueños y Diego sufrió como nadie la generosidad de su destino
Aquellos que arrugan el rostro pensando en el último Maradona, con dificultades para caminar, problemas para vocalizar, abrazando a Maduro y haciendo de su vida lo que le daba la gana, harán bien en abandonar esta despedida que abrazará al genio y absolverá al hombre. No van a encontrar un solo reproche porque el futbolista no tenía defectos y el hombre fue una víctima. ¿De quién? De mí o de usted, por ejemplo, que seguramente en algún momento lo elogiamos sin piedad.
Hay algo perverso en una vida que te cumple todos los sueños y Diego sufrió como nadie la generosidad de su destino. Fue el fatal recorrido desde su condición de humano al de mito, el que lo dividió en dos: por un lado, Diego; por el otro, Maradona. Fernando Signorini, su preparador físico, tipo sensible e inteligente y, posiblemente, el hombre que mejor le conoció, solía decir: "Con Diego iría al fin del mundo, pero con Maradona ni a la esquina". Diego era un producto más del humilde barrio en el que nació. A Maradona lo sobrepasó una fama temprana. Esa glorificación provocó una cadena de consecuencias, la peor de las cuales fue la inevitable tentación de escalar todos los días hasta la altura de su leyenda. En una personalidad adictiva como la suya, aquello fue mortal de necesidad.
Si el fútbol es universal, Maradona también lo es, porque Maradona y fútbol ya son sinónimos. Pero a la vez era inequívocamente argentino, lo que explica el poder sentimental que siempre ha tenido en nuestro país y que lo hizo impune. Un hombre que, por su condición de genio, dejó de tener límites desde la adolescencia y que, por su origen, creció con orgullo de clase. Por esa razón, y también por su fuerza representativa, con Maradona los pobres le ganaron a los ricos, de manera que las adhesiones incondicionales que tenía allá abajo fueron proporcionales a la desconfianza que le tenían los de arriba. Los ricos odian perder. Pero hasta sus peores enemigos tuvieron que sacarse el sombrero ante su descomunal talento futbolístico. No había más remedio.
Con poco más de 15 años empezó a concursar para dios del fútbol. Lo hizo, además, en un país que lo acogió como a un mesías sentimental, porque el fútbol, en Argentina, es un juego que solo llega a la mente después de pasar por el corazón. La fascinación por el arte barrial que Diego llevó a los estadios trascendió al hinchismo. No importaba la camiseta que llevara, era un genio, era argentino y eso resultaba suficiente para desatar el orgullo.
Domador de la pelota
Como es su obra lo que lo hizo grande, y no su vida, empecemos por ahí. Hay una primera imagen de Diego dominando la pelota en un escenario humilde, concentrado como un burócrata y feliz como un niño que arma y desarma la pelota, el juguete de su vida. Primero la zurda y luego la cabeza, no la dejan caer en lo que parece una amable discusión con esa pelota que aún se le rebela. Está a punto de escaparse, pero Diego no la deja, la somete, como si la estuviera domando más que dominando. Tiene poco más de diez años y ya apunta para virtuoso, aunque la pelota y Diego aún se estén conociendo.
El idilio del domador con la pelota creció con el tiempo hasta llegar a un punto en que ver a Diego manejarla era un espectáculo aparte. Cuando entrenaba, y solo para dar un ejemplo, la tiraba hasta el cielo con un efecto que solo él entendía y, mientras la pelota viajaba, Diego hacía ejercicios como si no se acordará de lo que había dejado colgado en el aire. Pero cuando la pelota, ya cayendo, llegaba a su altura, volvía a mirarla haciéndose el sorprendido, para devolvérsela al cielo con otro efecto y olvidarse de ella otro ratito. Sabía exactamente el momento y el lugar del reencuentro. Lo demás corría a cuenta de su precisión milimétrica. Su infinito repertorio acomplejaba.
Si el fútbol es universal, Maradona también lo es, porque Maradona y fútbol ya son sinónimos
Estábamos en Berlín esperando un partido con Argentina y Bilardo insistía en la necesidad de depurar la técnica y, como las obsesiones nunca se quedan cortas, repetía sin parar que un jugador argentino tenía que vivir con la pelota en los pies: "Mañana, tarde y noche, siempre con la pelota". Días repitiendo lo mismo. Así las cosas, a la hora de comer Diego salió de su habitación dominando una pelota, tomó un ascensor en el que siguió haciendo jueguitos, llegó al comedor, se sentó y la pelota seguía sin caerse mientras picoteaba el pan. Bilardo entró, lo vio y con una sonrisa de oreja a oreja se llenó de razón: "¿Ven? Por eso es Maradona". Este episodio que siempre evoqué con una sonrisa, hoy llega envuelto en una inevitable tristeza.
El virtuosismo que alcanzó con la pelota, y que todos admiramos, lo llevó luego a la concepción del juego hasta hacer de la perfección una costumbre. Con esa mirada periférica de lechuza, con la noble elegancia de un mago para engañar y la potencia de un cuatro por cuatro para escapar, con pases sin defectos para asociarse, con tiros letales y con una personalidad napoleónica para afrontar las grandes batallas...
En ningún lugar fue tan feliz como dentro de una cancha. Ahí tenía una cita con su amor, la pelota, pero también un dominio espectacular de la escena, como si no se sintiera parte de un equipo, sino único. Como un roquero enloqueciendo a la multitud, antes que un futbolista. La seguridad que tenía con la pelota y la superioridad abusiva de su juego, la fue incorporando a su mentalidad hasta que llegó el día fatídico en que el personaje supero a la persona. Era distinto, se sentía distinto y actuaba distinto.
Un solista
En algún momento de la anterior reflexión se me escaparon dos conceptos que, mal interpretados, son injuriosos y conviene aclarar. El primero, cuando dije que era más cantante que futbolista. La imagen la escribí para exaltar al solista, pero nunca para rebajar al futbolista. Fue y murió con alma de jugador de fútbol. La segunda aclaración es sobre su condición de "solista". Sobresalía del equipo con un brillo incomparable, pero no solo se sentía parte, sino que era muy generoso con los compañeros. La felicidad que sentía dentro de una cancha lo convertía en solidario, valiente, hábil hasta el exhibicionismo y competitivo como un hambriento. Por esa razón, estoy convencido de que, solo por haber pisado gloriosamente esos cien metros por setenta, la vida le mereció la pena.
Como hizo Homero con su Ulises, conviene no hacer descripciones externas y reservar para Diego los mismos calificativos que para el héroe de la Odisea: "Sagaz", "mañoso", "certero", "de muchos trucos"
Como este recuerdo se propone también llamar la atención sobre la exagerada vida de Diego, hay que llegar a Nápoles, donde en ocho años intensos como un siglo, su fútbol alcanzó alturas desconocidas para el club y gloriosas para él mismo, pero donde su vida descarriló. El goce y el dolor, la luz y la oscuridad, la cima más alta y el pozo más profundo. La salud, que era el fútbol; y la enfermedad que le contagió la vida. Nadie, que yo conozca, hizo una travesía tan larga y sinuosa.
En las dos puntas (la de la cancha y la de la vida) habitó un superhombre. En la cancha porque, rodeado de jugadores normales, fue más fuerte que los árbitros, que el poder del norte, que el súper Milan de Sacchi y que la pobre historia del Nápoles. Era él contra el mundo. Y ganaba él. En el Mundial 86, donde jugó en estado de gracia, su genialidad conoció el punto más alto el día que venció a Inglaterra. Como hizo Homero con su Ulises, conviene no hacer descripciones externas y reservar para Diego los mismos calificativos que para el héroe de la Odisea: "Sagaz", "mañoso", "certero", "de muchos trucos". El fútbol de Diego estaba hecho de belleza, de creatividad, de orgullo, de hombría y, aquella tarde frente a Inglaterra, de argentinidad al palo, con proporciones parecidas de viveza y habilidad. Diego marcó un gol estratosférico y otro tramposo. Aquí está el mejor ejemplo de esa frase que aplicamos en ocasiones menos oportunas que esta: estaba por encima del bien y del mal.
También en la vida habitó un superhombre porque, si bien Jesucristo resucitó al tercer día, cosa que no es sencilla, Maradona resucitó por lo menos tres veces, que tampoco es fácil. Era tan fuerte físicamente, como grande era su genio futbolístico. De hecho, todos sus excesos fueron un atentado contra el deporte y, sin embargo, no lograron empañar su descomunal talento, aunque en ocasiones jugara en condiciones alarmantes.
En la admiración y en la pena caben distintos tipos de emoción. Hoy hasta la pelota, el juguete más comunitario que existe, se sentirá más sola y llorará desconsolada a su dueño. Todos los que amamos el fútbol auténtico, lloramos con ella a Maradona. Y quienes lo conocimos, lloraremos aún más por aquel Diego que, en los últimos tiempos, casi había desaparecido bajo el peso de su leyenda y de su exagerada vida. Adiós, gran Capitán.
© EDICIONES EL PAIS, S.L
Titulo original de la columna: Adiós a Diego y adiós a Maradona
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