#deja de ser tan maravillosa o me echarán por acabar con la plantación de rosas del mundo

[vienitas]

‘ tampoco lo negaste ’ y la tailandesa siempre se queda con la parte del discurso que le resulta más conveniente. junta los papeles entre sus manos y estira su mano para tomar la bolsa que dejó sobre la mesa entre ambas reposeras, los dobla en medio y los devuelve a su interior, pero esta vez deja la bolsa a un costado de ella sobre la reposera. ‘ entonces eres masoquista ’ canturrea con cierta gracia. ‘ estás investigando casos todos los días, ¿no saber cómo termina la historia no te genera incertidumbre? ’ eleva una de sus cejas, su diestra sube hasta los lentes que tiene sobre su cabeza y los devuelve frente a sus orbes. estira una de sus piernas sobre la reposera y la otra la deja doblada, el sol choca contra su dermis y lo considera un premio. ‘ no lo entiendes porque eres un hombre y está en tus genes, pero la mayoría de ustedes ’ recalca el número, porque ha conocido una excepción en su vida, le resulta hasta irónico el “no todos los hombres” saliendo de su boca. ‘ cuando tienen un poco de poder se piensan que son los dueños del mundo y pasan sobre los demás sin tapujos, lo peor es que luego los miran y dicen ¡son unos campeones! ’ último lo proclama con verdadera ironía. se puede ver en esa sonrisa torcida que aparece fugaz en su rostro y sentir en la risa débil que corona el final de sus palabras. ‘ en cambio, si una mujer hace los mismo, es una perra frustrada ’ está cansada que su valía dependa de si quiere tener hijos, una familia, un marido que la acompañe. que sea tratada de forma diferente entre sus pares, sólo por ser la persona que perdió al único hombre que podría haberla soportado. una viuda perpetua. ‘ a veces los motivos que parecen más estúpidos, esconden los peores sentimientos detrás ’ se encoge de hombros, ¿lo decía por experiencia? quizás. mirada se mueve del frente de la piscina hasta él cuando se presenta. ‘ de ahí venía ’ y hacía match perfecto. qué desgracia. ‘ no soy británica, soy tailandesa ’ precisa, a pesar de su acento marcado, no puede ignorar sus verdaderas raíces y la razón por la que está allí. mueve con sus dedos la pajilla de su mojito, antes de darle un nuevo sorbo con la esperanza de que tuviese un sabor diferente. ‘ vivo en londres hace más de dos años y aprendí inglés allí cuando tenía cinco ’ explica razones tras su acento, hablar de banalidades como esas le resulta mucho más simple, tal como si hablase del clima. se acomoda en su asiento, para enderezarse un poco. su mano libre va hasta su teléfono y con una de sus manos busca entre la lista de personas el puntaje masculino, y se sonríe de lado. ‘ me debes una cena ’ le recuerda la apuesta. ‘ ¿estabas siendo humilde ese día o en verdad fue un golpe de suerte? ’ pregunta con una ceja levantada, mientras vuelve a bloquear su teléfono y lo devuelve a su lugar en su bolsa. 

“Una vez más, nunca dije eso.” Con los últimos toques de bloqueador sobre su piel, el más alto se dispone a recostarse por completo y cerrar los ojos durante unos instantes. El calor del sol, más que irritante, le resulta extrañamente acogedor — un poco de calidez no viene mal para alguien que vive en un constante invierno, concluye para sus adentros. “No soy exactamente amigo de la incertidumbre.” Y le resulta un poco irónico cuando piensa que el día a día que ha construido de vuelta en casa, no podría existir sin ella; sin el desconocimiento y un poco (aunque odie tal idea), sin la maldad de las personas, también. Es lo que hay. Su mirada entonces vuelve hasta la mujer, parte de sí mismo dividido entre una genuina curiosidad y otra con una pizca de confusión. Una vez más, no sabe qué pensar de la Samhain. “¿Por qué?” Si el interés por saber su respuesta se cuela en su pregunta, Jasper no hace absolutamente nada para ocultarlo. Al contrario, sus orbes insisten un poco más cuando por fin la encaran. “¿Corazonada?” O quizás empatía hacia Javier Morales, quién sabe. A pesar de estar de acuerdo con ella y la cantidad considerable de sospechosos, considera que hay muchos más vacíos por rellenar... que las piezas faltantes no contribuyan a limpiar la imagen de la víctima, bueno, no le sorprendería en lo absoluto. “Para mí, a simple vista solo dos parecen tener un motivo de peso para el asesinato. Pero si el resto está ahí ha de ser por algo.” Para hacer el trabajo más difícil, de seguro. “Jasper.” Corresponde con tranquilidad, “Soy neoyorquino, estoy acostumbrado a que los británicos me detesten al menos un poco.”