#deja de leer el mapa Thomas
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4 images that expose your taste in men
Loki Smoke (stop reading the map Thomas) and Reptile (Syzoth) Luis Sanji (with his accent and kicks)
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Los lin kuei si fueran michis 🐈
Head canon en el pie de cada imagen
Bi han: perro traidor, ¿has tenido un gato naranja? ¡SON EL DIABLO! Definitivamente es celoso y como todo gato naranja hace ese Side eye tremendo si haces algo que le desagrada. ¿Celos? Definitivamente, ¿Locura? *la locura está en mi creator* OBVIO
¿Qué más puedo decir de este loco?
Si no estuviera tan estresado definitivamente sería del tipo coqueto o tal vez de esos directos. Tanto en humano como en gato celoso y posesivo, ¿¡te metes en su territorio?! Rasguños es lo más leve que te puede hacer y encima ,¡Exigente!
¡Ataques nocturnos, maullidos en la madrugada, cosas destrozadas y si le das mimo a alguien que no sea su familia (Ajem Thomas) Se resiente!
Además de escaparse de la casa por perseguir machos (*Cof cof* Tsang sung *cof cof*) lleva por el mal camino a sus hermanos y deja abandonado al pobre Thomas. Minino travieso, ¡definitivamente el diablo!
----Ahre, que si habeís visto un gato león alguna vez, son super guapos y ariscos encima, aparte de super desconfiados.
Thomas: ¡El engreído! Es que míralo no más, es super Dulce (a veces) Definitivamente aventurero, ¿Has visto al gato blanco traerlo del lomo porque se perdió al no saber leer su propio mapa felino? Tiene un poquito de orgullo (su papá lo llenaba de besos y atún por eso está subidito de peso) Juguetón al nivel del naranja, usualmente no sabes quién de esos dos rompió las cosas.
¿Haz visto su carita? Trae pájaros y ratas vivas a la casa. Sabe pelear y te araña y muerde hasta sangrar, pero es que no sabe controlar su fuerza, solo mira su carita y se te pasará. (Usualmente para siguiendo a Bi-han naranja para "pelear" y el blanquito le da lamiditas en la cabecita)
Scorpion: Desconfiado, siempre está alerta, para cerca de sus hermanos y tiene un carácter ahí un tanto "especial". Es el más tranquilo de esta camada de leones, pero se agarra a pelear en los techos con el naranja por el dominio del barrio. Solo será cariñoso siempre y cuando tengas su confianza y él se te acerque, sino pues se irá tranquilamente no sin antes mirarte con desdén. Para más en manada que con su humano, si lo bañas al día siguiente aparece del mismo color que Thomas. Tiene su arranque de energía, pero eso usualmente lo usa para pelear con los otros gatos. ¿Hembras? No lo sé, bro, esa palabra no existe en sus maullidos, está muy ocupado defendiendo la manda y desconfiando de los humanos (usualmente juzga a Thomas en secreto por lanzarse al humano que les da de comer) ¡Está guapísimo! ¡Se mira, no se toca!
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Prólogo. Parte 00
¿Qué tan fuerte puedes ser cuando la tormenta sigue en el cielo, y tienes que correr a un refugio? ¿Cómo puedes no tropezarte en la huída? No sé cómo pude lograrlo, finalmente, había encontrado un lugar donde descansar de haber estado corriendo por todo el bosque de Northwich, los cultivos del señor Thomas eran una bruma amarilla, algo borrosa y con mucho movimiento provocado por el viento. Habían dejado de seguirme, tengo la rebeldía de robar en las casas de las personas, vivo en un pueblo. Muchos me conocen, nadie sospecha de mí, hasta ahora. Ella me vio, no tenía que pasar, cometí un error al no fijarme en que el hogar estuviera vacio. Denise Thompson era la nieta del hombre más humilde y astuto de todo el pueblo, muchos le agradaba su hospitalidad, siempre llevaba el trigo a las tiendas, y la otra parte era destinada a las distribuidoras.
-¡Vamos, Mike! ¡Muéstrate! ¡Devuélveme el camafeo!-gritaba Denise a unos metros, me agache más hasta tocar el suelo mojado, donde mis zapatillas estaban hundiéndose en ella.- ¡Mike, vuelve!
No respondí. Ella siguió caminando muy cerca de donde me encontraba. Sentí que algo sonaba cerca de mi escondite. ¡Maldita sea! ¡Mi móvil! Denise se sobresalto pegando un salto hacia atrás, se resbalo cayéndose de espaldas. Intente no reírme, apague el celular aunque era inútil, porque ella estaba acercándose tras reincorporarse del suelo.
-¡Eres un imbécil! ¿Por qué le robas a mi abuelo? Ese collar era de mi abuela, lo único que tenemos de recuerdo.-me espeto con ira, sus mejillas se encendieron como un rojo carmesí, entonando con sus cabellos algo rojizos.- ¡Dámelo!
-No.-me negué retrocediendo hasta tropezar con una piedra, Denise cayó conmigo tras haberla agarrado de la manga de su campera.
Caímos por una colina golpeándonos con raíces, troncos y arbustos. Terminamos sobre un gran tronco que pudo frenar la barrida. Me queje al sentir latir con fuerza mi cabeza, Denise estaba maldiciéndose por arruinar su campera deportiva, bufe. Ella me miro con odio, éramos buenos amigos cuando éramos pequeños, ahora dejamos de tener contacto.
-Mike, ¿Por qué haces esto?-me pregunto frustrada de estar persiguiéndome durante veinte minutos por la casa, y luego otros quince minutos por la carretera hacia las haciendas del señor Bauer.- No creí que fueras capaz de robar. Ahora, entiendo, eras tú quien estaba metido en los delitos del pueblo. Robando a los pueblerinos, a gente conocida y encima para llenar la bolsa de acusaciones, le robaste dinero a la parroquia.
-Sí, si.- asentí haciendo gandulerías frente a ella.- Denise, la presidente del comité escolar viene a hacer justicia por su propia mano de derechos humanos. ¿Acaso tienes corona de reina?
-¿Puedes callarte, y devolverme el collar?-insistió Denise.
Suspire, si no lo hacia ella seguiría acosándome, y seguro que iba a hablar sobre esto con el aguacil Roger Thompson, su padre.
-Sólo una cosa, Denise.-le dije con una mueca, extendí mi mano para entregarle el collar, cuando ella lo tomo, cerré el puño sobre su mano.- Dices algo de esto, y seré tu pesadilla.
-No te tengo miedo, Mike.-se defendió con el ceño fruncido, le apreté con fuerza, ella se quejo con una mueca de dolor.
-¿Hacemos un trato?-le propuse.- Tú te callas, y yo no robare más.
-Eso es imposible.-me dijo con esfuerzo, hice más fuerza.- ¡Me lastimas, idiota!
-Esa es la idea.-le dije con fastidio, jale de su mano haciendo que trastabillara, ambos caímos al suelo, nuevamente.
Me gire para sacarla encima mío, ella comenzó a llorar. ¿En serio, que estaba dándome pena su objetivo de ser una heroína? Tomé el collar del camafeo, que dudaba que fueran genuino, existe la posibilidad que si lo sean, porque la familia Thompson hace un tiempo pasado eran las personas más ricas del pueblo, incluso heredaron grandes hectáreas que se perdieron en un incendio, al igual que la mansión. Perdieron todo, solamente conservaron la popularidad en Northwich.
-Debo irme, niña llorona. Quédate con tu collar, lastima no conseguiré suficiente dinero para salirme de este lugar aburrido y jodido.-le espete poniéndome de pie, lance el collar frente a ella.- Adiós, Denise. Nos veremos en la escuela.
La lluvia iba cayendo con más fuerza a medida que caminaba por un lado de la carretera, paso un auto que casi me hace tropezar con una piedra, ¿Cuántas veces iba a caerme hoy? Increíble. Seguí caminando hacia la entrada del pueblo, ya que la casa de los Thompson estaba a unos kilómetros de Northwich.
[…]
-¡Oh, Dios mío, Mike!-grito asustada mi madre, Margaret, estaba cubierto de lodo, y tenía un labio partido, un corte en la muñeca y muy desprolijo.- ¿Qué hiciste? ¿Fue Tony? Ese chico nunca me agrado, ¿Cómo pueden ser amigos?
-Marge, tranquila.-intervino mi padrastro, Patrick Sanders.- Con esta tormenta pudo haberse desorientado en el camino a casa. ¿Estuviste corriendo en el bosque?
-Digamos que si.-le dije dubitativo, sabía que estaba tratando de ayudarme.- Me encon…Me perdí, y me tropecé, caí por un árbol caído. Sí, fui a correr un poco. Estoy bien, mamá.
Margaret tenía los ojos en lágrimas, algo más estaba pasando porque ella no reaccionaba de esa forma, me quite la campera de lluvia y las zapatillas tirándolas a un lado de la entrada para no seguir ensuciando la casa.
-Tenemos que contarte algo, Micky.-dijo mi madre con una voz chillona, estaba llorando y por lo visto, lo que se venía no era bueno.- Vamos a la sala.
Pasamos a la siguiente habitación, ellos se quedaron parados frente a mí, cada uno me trasmitía diferentes expresiones; Mamá echada en lágrimas, y Patrick estaba serio como si esto no le afectara.
-Tu abuela murió esta mañana, y encontraron veneno…Alguien entro a la casa.-dijo en lamentos, me deje caer sobre el sillón sin importar que lo manchara.- ¡No te sientes!
Pegue un salto, reincorporándome. Mi abuela Gladys fue la primera en darme educación en mi infancia, ya que mis padres en esos tiempos estaban muy ocupados con los trabajos que tenían. Gladys me enseño a tocar el piano, a leer mapas y, a montar a caballo, entre otros recuerdos.
-¿Dónde está ahora? Es decir, ¿En qué hospital?-intente reaccionar de la mejor forma, no sabía exactamente porque quería saber eso, supongo para conocer el lugar donde estarían examinando su cuerpo fallecido. Era ilógico, ¿no?- Olvídalo.
Salí de la sala dejándolos solos, justo cuando Margaret rompió en llantos. Subí corriendo las escaleras hacia mi habitación del primer piso, me detuve en la primera puerta que estaba semi abierta, entre con cuidado de no despertar a mi hermanastra, Sophia, de quince años. Tomé su laptop del escritorio, regrese al pasillo lentamente, mientras me alejaba en silencio hacia mi dormitorio. En la computadora de Sophia tenía algunos datos del ayuntamiento hackeados por mi mejor amigo, Thobias Turner. Ya que, la mía la había roto en un ataque de ira por pelear con mi padre hace dos meses. Estábamos investigando las inversiones en el campus del colegio, porque quería extender la edificación, asique, aquí podíamos intervenir en los presupuestos para las constructoras que estaban por venir al pueblo dentro de un mes. Rompimos las reglas establecidas, ahora Thobias estaba haciendo servicios caritativos, luego de salir de la reformatorio juvenil. No tenía buenas influencias sociales, era un rebelde. Termine de copiar algunos datos al pendrive para después regresar la computadora a mi hermanastra. También, copie algunos exámenes de historia rusa y física, ambos profesores eran exigentes con honores en sus vocaciones. Termine tras unos minutos, por suerte, Sophia seguía durmiendo tranquilamente abrazada a un osito de felpa que tiene desde niña. Sonreí. Dejé la laptop en el escritorio.
-Mike.-me llamo ella volteándose.- ¿Dónde estabas? Ronica no deja de llamarte.
-Lo sé. Me envió cinco mensajes, y tres llamadas.-le correspondí, Sophia regreso a sus sueños.
Me alivie que no me descubriera. Baje a la cocina por unos waffles con crema batida, no había comido desde que regrese de la casa de Thobias para ponernos al día sobre nuestro plan de ir a la fiesta de Ronica, esta chica estaba enamorada de mí, tenía una gran reputación en el instituto, ya que era la capitana de voleibol.
-Tu padre llamo hoy desde Boston, vendrá el lunes.-dijo mi madre que estaba preparando café.
-¿Y, qué quiere?-pregunte mientras buscaba las cosas para mi waffles.- La última vez, vino por negocios con los Harrison, y estuvimos peleando todo el día. ¿Piensa, que puede hacer la diferencia al viajar tanto por Inglaterra? Creo que esta mejor en Estados Unidos que viniendo a verme.
-No seas duro con él.-le defendió, arquee una ceja.- Es decir, es tu padre, claro que quiere pasar tiempo contigo.
-Pudo haberlo hecho anteriormente, cuando era pequeño.-le señale, ella suspiro sirviéndose una taza de café.
-Inténtalo, ¿de acuerdo?-me dijo tomando un sorbo de su taza.- Sé amable.
-Claro.-dije para no generar una discusión con ella.
Mi padre, Michael Johnson, un empresario de grandes cadenas de edificaciones guiadas por arquitectos. Él estaba trabajando en la nueva escuela que esperaba el ayuntamiento a ofrecernos a los jóvenes de Northwich. Sabía los movimientos de su prestigiosa compañía, conocía cada plan de construcción, cada inversión económica, y también, tenía por enterado, que estaba relacionado con el alcalde. Era obvio, que no estaría conmigo, sino trabajando como siempre lo estuvo, ningún lugar en su agenda estaba para mí. Acabe de preparar los waffles, me senté sobre la banqueta frente a la isla de la cocina. Mi madre se retiro para contestar el teléfono que estaba sonando al otro lado. No me emocionaba ver a mi padre. Miré mi celular pensando en llamar a Ronica, solamente para saber que tanto tenía para decirme, aunque, en verdad, únicamente era por curiosidad.
-¿Hola?-salude en duda, porque escuche otra voz detrás del llamado remitente.-¿Roni?
-¡Micky!-se alegro la chica de cabellos negros, ojos azules y una piel tersa, delicada y fina. Muchos chicos babeaban por ella.- Estaba pensando en llamarte. ¡Qué bueno que lo hayas hecho tú!
-No te hagas ilusiones, bonita.-le detuve, ella suspiro.- ¿Aún quieres las fotos?
-Sí, claro.- asintió. Tenía unas fotografías, donde su primo estaba manejando un negocio de drogas, ahora estaba metido en la cárcel de la jefatura policial, ella lo odiaba y me pidió que le hiciera el favor de espiarlo hace unas semanas.- ¿Estás seguro que no estarás en problemas?
-Son anónimas, bonita.-le dije sonriendo.- Nadie lo sabrá. En tal caso, que lo sepan, tengo un abogado familiar.
-Entiendo.-me correspondió.- Te veo en la escuela, ¿no?
-Siempre presente.- asentí, ella se rio. Termine la llamada.
-Veo, que sigues dándole importancia a su obsesión contigo.-menciono Sophia abriendo la nevera para tomar la botella de zumo de naranja.- ¿Qué planeas quitarle a la pobre chica? Ella te ama.
-Lástima que no sea correspondido.-le dije con una mueca, le dio un bocado a mi waffle.- ¿Qué paso contigo y George?
-Nada que te importe.-me atajo tomando un vaso del mueble que estaba a unos centímetros de su cabeza.- Sí, no te pregunto por tus "trabajos", no te interés por mi vida amorosa.
-De acuerdo, princesa.-dije rodeando los ojos.- ¿Me sirves un poco de eso?
-Hazlo tú mismo.-me dijo guardando el zumo de naranja en la heladera.- Adiós, Micky Mousse.
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