#de nuevo hay que entrecerrar mucho los ojos pero algo hay
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Han pasado diez años desde la última vez que escribí algo de Bleach, pero al igual que mucha gente en el anime últimamente, HE VUELTO, PERRAS. Os traigo un estudio de personaje de Grimmjow post-canon, necesitáis cuenta en AO3 para leerlo.
Título: Inoue, Kuchiki, Abarai y los demás
Resumen: Ichigo tiene muchos amigos. A Grimmjow no le gusta socializar. A Grimmjow, sin embargo, sí le gusta seguir moliéndose a hostias con Ichigo, y eso tarde o temprano significa que hay que socializar. Estudio de personaje de Grimmjow a través de su relación con los amigos más cercanos de Ichigo tras la Sangrienta Guerra de los 1000 Años.
#bleach#bleach thousand year blood war#bleach tybw#tybw#grimmjow#grimmjow jeagerjaques#orihime inoue#ichigo kurosaki#uryu ishida#sado yasutora#rukia kuchiki#renji abarai#yoruichi shihouin#kisuke urahara#fanfic#ao3 fanfic#character study#headcanon#grimmichi#si entrecierras mucho los ojos se ve#grimmhime#de nuevo hay que entrecerrar mucho los ojos pero algo hay#efectivamente el título es una versión de una canción de amaral#si alguien tiene un problema con ello que me lo diga con la cara descubierta
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El sobreviviente.
Tenia que estar muerto, seguramente estaba muerto. No podía haber resistido a ese último bombardeo. No solo estaba muerto, algo peor. Esas bestias cibernéticas lo habían convertido en uno de ellos. ¿Por qué había despertado si no fuera así? ¿Si esa bomba cayo justo frente a él? Nadie puede sobrevivir a una explosión como esa. Absolutamente nadie. Recuerda la ráfaga de metralla, la luz enceguecedora, la explosión en su cara, y luego, por unos segundos, ese terrible zumbido.
Joss, toca su cuerpo, se palpa el pecho, las piernas, la cabeza. Se mira las manos, luego se incorpora, lentamente. Apenas asoma su cabeza sobre la trinchera y observa, al ras del suelo. Hace silencio y solo logra escuchar su respiración agitada. Intenta mirar más allá de la oscuridad, de la niebla y no ve nada. Estaba solo. O muerto. ¿Qué había pasado con la guerra? ¿Dónde se habían ido los malditos droides? ¿Y los drones como cuervos carroñeros sobrevolando su cabeza? ¿Finalmente se habían aniquilado todos entre sí? ¿Hombres versus maquinas?
Joss, decide salir de su agujero, y se arrastra cautelosamente sobre la hierba. El olor a pólvora y pasto chamuscado lo ahoga y le hace entrecerrar los ojos, de repente no puede respirar y levanta un poco la cabeza para tomar aire. Y continua. A pesar de todo se siente bien, parece descansado, con fuerzas, como si no hubiera estado luchando solo desde hace semanas.
La hierba más allá de la trinchera, estaba húmeda, fría, regada por el rocío del amanecer. Pronto saldría el sol y podría ver un poco más y tal vez encontrar un refugio.
Se arrastra sin detenerse, casi sin respirar, unos cuantos metros, cien metros, calcula. Se da cuenta que es inútil seguir reptando como un animal. Da un salto y se incorpora, y un poco agazapado comienza a correr, en la misma dirección, sus piernas le responden perfectamente. Se siente tan bien estar en campo abierto, fuera de esa trinchera que había sido su refugio y defensa por mucho tiempo. Poco a poco, todo comienza a despejarse, mientras va avanzando y se aleja de ese paraje de muerte. A unos metros, divisa la carretera y del otro lado las luces de una casa. No lo duda un instante, y se dirige hacia allí. Llega con el alba a sus espaldas y un silencio que jamás había experimentado, en ningún amanecer. No había ruido de automóviles, ni canto de los pájaros, ni el murmullo incesante de la gente en las calles. La guerra parecía haberlo devorado todo, los droides al fin se hicieron con toda la humanidad. Ahora solo quedaba él, dispuesto a sobrevivir.
¿Pero que era él? ¿Un despojo humano? ¿Un hibrido con piel y circuitos? ¿O quizás lo dieron por muerto abandonado a su suerte? No, esas máquinas no fallaban, no dejaban heridos, su sistema era infalible, lo detectaban todo.
Toca la puerta una vez, y no obtiene respuesta, lo hace de nuevo, con el mismo resultado. Decide llamar para ver si hay alguien, pero grita varias veces y nadie le responde. Empuja la puerta y se abre, un aroma hogareño lo invade y lo tranquiliza. Entra y cierra tras de sí, inmediatamente. Todo parecía estar en su lugar, incluso había fuego en la estufa, se arrima para calentarse un poco los pies. Se da cuenta que están empapados, los calcetines rotos y mojados. Una radio suena de fondo y solo consigue oír el mismo mensaje que se repite, una y otra vez: “Soy Joss Campbel, este es el año 2341, ya no hay sobrevivientes en el planeta tierra, hombres y maquinas han sido exterminados. Si algún visitante escucha este mensaje, aquí los espero. Soy Joss Campbel, este es el año 2341…���
El mensaje tenía dos siglos, y era su propia voz. Ahora lo recuerda. Era el, siempre el, despertando en esa trinchera una y otra vez, repitiendo a la perfección cada movimiento, cada suceso, incapaz de tomar otra decisión, como si estuviera programado, para hacer todos los días lo mismo, como un reloj de pared, como un algoritmo perpetuo, como una máquina perfecta, en esa tierra vacía.
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ㅤㅤ; ✨ 。𝐇𝐚𝐩𝐩𝐲 𝐁𝐢𝐫𝐭𝐡𝐝𝐚𝐲 ㅤㅤㅤ 𝗙𝘁. Lan XiChen ㅤㅤ❪ #ShonenRPG #IntrotheBook #Transmigración ❫ ㅤ ㅤ Hubo una importante reunión de sectas de diversas regiones a la que Shen QingQiu asistió junto a su líder, fue decisión de este último que permaneciera un par de meses como invitado de la Secta Gusu Lan, el plan de Yue Qingyuan era que Shen distrajera su mente pues desde que su discípulo ‘favorito’ falleció se le ha visto muy alicaído, como una mujer en luto tras la muerte de su esposo, al menos así es como muchos lo han descrito, ¡qué vergüenza! Ojalá supieran lo que él sabe, ese discípulo en menos de cinco años regresará y lo hará picadillo convirtiéndolo en una vara humana.
Ya que de momento no habían muchos eventos que requirieran su atención e incluso el sistema que solía llenarlo de alertas parece haberse esfumado, no le quedó de otra más que “disfrutar” de ese tiempo en el que Luo BingHe está ausente, con un poco de suerte tal vez podría ganar un poderoso aliado que lo ayudase a no morir en el futuro, al menos que ralentizara la llegada de ese evento inevitable… después de todo, ¿quién le puede ganar al protagonista? ¡Nadie!
Inmediatamente formó una relación cercana con el primer jade, su carácter amable y cortesía eran sobresalientes, un cultivador excepcional en todos los aspectos, de un momento a otro se vio pasando la mayor parte del tiempo junto a él, acudiendo a emocionantes cacerías nocturnas y hasta disfrutar de una amena lectura, también ha tenido el privilegio de que XiChen tocase para él preciosas melodías en el guqin.
Como retribución a los gratos momentos que han compartido, QingQiu se dirigió a la residencia privada del mayor para presentarle un obsequio por su cumpleaños, cuando lo encontró fue sorprendido por este al ser acorralado contra un muro, ¿qué estaba pasando? ¿Tal vez el jade se había tropezado? El corazón se volcó dentro de su pecho y desvió la mirada avergonzado, ¡estaban demasiado cerca! —¿Zewu-jun...? —tartamudeó llamándolo por su título.
『𝐋𝐚𝐧 𝐗𝐢 𝐂𝐡𝐞𝐧』
Habían sido unas semanas gratas, el aire fresco que se respiraba con el nuevo invitado a su alrededor, le hacía recordar de cierta manera la presencia de Wei Ying en el pasado, claro, un poco menos ruidosa y extravagante su presencia, pero igual de refrescante para quebrar la monotonía y hacerle sentir un calor especial en el corazón.
QingQiu había llegado con una historia, un pasado que podía verlo pesar en su alma, incluso en los momentos tranquilos en que solo el sonido de su guqin amenizaba su tiempo juntos, el Primer Jade podía sentir el resonar de su alma, un ligero sufrimiento, ansiedad, algo dentro de él que no andaba bien y deseaba saberlo, de sus labios, no un rumor de segunda mano que había escuchado cuando se pactara el viaje del joven a sus tierras.
Aquel día no esperaba visitas tan tempranas, pero tan solo de escuchar sus pasos acercarse a su recinto, Xichen sabía de quien se trataba. Quizá fue la felicidad de verle ser el primero en ir a darle buenos deseos en ese día, tal vez la preocupación latente en su corazón, pero tan solo de verlo llegar fue hacia él, sus pasos eran suaves, tranquilos pero decididos, guiándolo sin malicia hacia la pared donde su mano suavemente se dirigió a su mejilla en un movimiento suave y gentil.
—A-Shen...— musitó el hombre para su visitante.
Su mano diestra recorría la piel del joven, sus delicados dedos corrían cual gota de lluvia sobre el camino hacia su cuello, delineando sus clavículas con cierta ternura, sus caricias, su mirada, todo su cuerpo se movía de manera armoniosa y elegante, en un momento tan íntimo como tierno, llevando el tacto de sus dígitos hasta su corazón.
—... tengo que saberlo ¿Qué es lo que te aflige tanto?—preguntó, subiendo su mirada lentamente, desde el pecho de del joven Shen hacia su mirar.
Shen QingQiu
¿Qué acaba de ocurrir? Está perplejo, se quedó completamente inmóvil hasta que la armoniosa voz del jade llegó a sus oídos, salió de su trance en ese momento y parpadeó algunas veces.
—Zewu-jun… —apenas murmuró antes de percibir el delicado tacto sobre su piel, misma que se erizó en respuesta, ¿por qué la sensación de esas caricias le hacían latir tan rápido el corazón? Era como una doncella virginal siendo cortejada por primera vez, ¡qué pena! La vergüenza le cubrió el rostro en forma de un intenso rubor en sus aterciopeladas mejillas.
Tragó saliva para lubricar un poco su garganta, en un instante se había quedado sin aliento y necesitaba algo de compostura. El maestro Lan incluso había encontrado el camino dentro de sus túnicas para alcanzar sus clavículas, si no se alejaba de él iba a derretirse en ese lugar.
—¿Qué me aflige? ¿Por qué preguntas algo como eso? —sonrió con semblante nervioso cuando ambas miradas se encontraron—. En realidad yo he venido a traerte un obsequio —se apresuró a buscar algo entre sus largas mangas, sacó de allí un abanico que estaba elegantemente envuelto en papel de seda.
『𝐋𝐚𝐧 𝐗𝐢 𝐂𝐡𝐞𝐧』
Con paciencia y lentitud su cuerpo fluía hacia el del contrario, la palma de su mano terminó posándose sobre su corazón y su frente se apegaba a la del contrario en un gesto cariñoso y tierno.
—Porque puedo notarlo, algo no deja en paz tu mente y me preocupa....¿Crees que no lo he notado?
Sus labios susurraban cerca de los ajenos, no tan cerca para ser un claro avance a besarlo, pero lo suficiente para crear una creciente tensión sexual la cual la mente de Xichen dejaba pasar desapercibida, más no su corazón el cual se aceleraba sin que el supiera del todo el por qué, sus labios se aproximaban cada vez más a los del joven visitante en sus tierras, sintiendo el delicado calor de su aliento hasta que sus ojos se abrieron ante sus palabras, girando el rostro y separándose un poco de él, retirando su mano lentamente de su pecho, camino hacia su vientre para luego separarla del cuerpo del contrario.
—Oh, es bastante lindo, A-Shen ¿Lo hiciste tu?— preguntó llevando ambas manos hacia aquel obsequio. —No debiste molestarte, tu presencia aquí es regalo suficiente en este día, tu eres mi invitado, soy yo quién debería entretenerte, pero agradezco el detalle, dime ¿Qué hacen en tus tierras durante los cumpleaños? — murmuró con curiosidad.
Deseaba hacerlo sentir en casa, darle a su mente un poco de paz y olvidarse de los problemas que quejaban su alma.
Shen QingQiu
Sus párpados bajaron lentamente hasta entrecerrar los ojos, sus frentes apoyadas la una en la otra le imposibilitaba mantener la mirada fija en él, era demasiado vergonzoso. Por otra parte sus labios casi rozándose le hizo sentir que se le saldría el corazón del pecho por lo rápido que latía, nadie le había coqueteado con tanto descaro antes, pero a pesar de esto Lan XiChen seguía viéndose tan elegante y amable, ¿cómo se puede ser tan encantador?
Le tomó unos segundos pero recuperó la compostura antes de responder —¿El abanico? No... es de mi colección, pensé que te gustaría, y por supuesto que no es ninguna molestia —despegó la espalda de la pared y se acomodó las túnicas que habían quedado un poco revueltas debido a la traviesa mano del primer jade, por suerte nadie los vio de lo contrario habrían pasado un rato muy incomodo intentando justificar lo que acaba de suceder.
—Hm, no mucho en realidad, quizá una cena y abrir algunos obsequios —estaba evitando deliberadamente la conversación de antes sobre su estado anímico y desviando la atención hacia el maestro Lan—. ¿Qué hay de ti? ¿Tienes planes para hoy?
#MDZS#Mo Dao Zu Shi#Lan XiChen#Sewu Jun#Lan Huan#Shen QingQiu#Shen Yuan#SVSSS#scumbag villain self saving system
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No quiero estar en la lista de cosas que amaste y renunciaste a.
Son las cinco de la mañana y me desperté porque necesitaba agua, sabía que si revisaba el celular vería algo tuyo, porque si no me aparecía por coincidencia lo buscaría, tenía más sed de ti también, al parecer. Ahora miro por la ventana y recuerdo cuando estabas acá y me dijiste que miremos el atardecer un ratito sin razón alguna, me acuesto en mi cama y se me hace insostenible pensando en lo mucho mejor que es cuando estoy desnuda y me estás abrazando. Recuerdo tu cara en la madrugada con la tele prendida en un hotel que no sabemos ni cómo se llama y me dan ganas de tocarla, tengo unas ganas incontrolables de besarla. Se me aprieta el pecho, se me salen las lágrimas. quiero tocarte. Hay tantas cosas que no puedo controlar, tantas variables que se me escapan, pero ninguna es tan importante como poder tocar tu pelo y hacerte dormir, esa la tengo perfectamente calculada. Si tan solo pudiera sentir un poco menos, un poquito menos seguro estaría durmiendo. Pero no puedo, pq el amor que te tengo esta haciendo a mí corazón bombear a mil y esta que se me sale del pecho y me hace entrecerrar los ojos de dolor por intentar calmarlo. En estos momentos no hay cosa más importante que como lograr escuchar un gemido tuyo en menos de 30 minutos porque sino desaparecere. Es de vida o muerte. Al menos rozar tus labios o tu cabeza en mi pecho, para lograr conservar al menos las ganas de seguir aqui, esta pieza te pide a gritos y no sé cómo acallarla. Ya no alcanza conmigo o quizás nunca lo hizo y siempre espero por ti. Quizás sonrió igual que yo cuando te apareciste por primera vez en mi ventana y te dio la bienvenida junto conmigo cuando hice un intento de saludo con mi mano pequeña y tímida. Y desde ahí no te olvidó más, te espera todos los días a las 2 y te extraña desde las 5, y no deja de decir tu nombre un solo segundo y quizás por eso te insisto tanto para verte, no soy yo es mi cama y esta pieza la que te reclaman. Quizás todas las feministas están mal y nunca naci completa y solo llenamos espacios cuando estamos juntos. Dijiste que los opuestos se atraen y te dije que no, los opuestos de la misma cosa te dije, el blanco y el calor no tienen nada que hacer juntos pero el blanco y el negro no pueden vivir sin el otro, y no sé de qué concepto tan extraño somos polos opuestos pero estoy segura que le damos vida de la forma más hermosa cada vez que nos besamos y yo, yo ahora mismo te amo demasiado y duelo proporcionalmente. Tengo ganas de escribirte un blues, pintarte un cuadro abstracto o pagar uno de esos aviones jumbo con un mensajito colgando de su cola diciendo eres mi hombre en la luna nachito, y que lo veas hoy cuando te levantes por la mañana y me ames más que nunca. Pero solo tengo este post de Tumblr a las 5 de la mañana con los ojos llorosos y la piel de gallina. Creo que soy capaz de abrir un agujero de gusano con toda la desesperación que tengo por volver a esos atardeceres mágicos en la playa o las miles de cogidas en mi cama. Te gustaría eso, mi hombre en la luna? Un agujero de gusano solo para nosotros dos, una paradoja del espacio tiempo para revivir eternamente cada sonrisa locura o beso. Y viajar en el tiempo a cuando nos despertamos en la madrugada y nada parecía mejor idea que ver planeta salvaje antes de volver a dormir, o cuando caminamos de Valparaíso a mi casa luego de ver el mejor documental de Allende en cerro alegre, y probablemente de beber el mejor vino en el mejor lugar, el día anterior habíamos intentando ser veganos y fallamos rotundamente, o volver a la electricidad de nuestro primer beso o a mi primer orgasmo contigo en la playa, quizas quedarnos atrapados en la noche en los balcones y repitiendo Sin mí de Camila Moreno besarnos por siempre. Como Joel y Clementine en eterno resplandor de una mente sin recuerdos, caminando por la playa en un loop infinito, una y otra vez, como la primera canción de Medrano que nos dedicamos. Te gustaría que te regale ese agujero de gusano, mi hombre en la luna?. Sabes, esa metáfora nunca me hizo sentido, hasta ahora. Yo una nube dispersa y ligera, rodeandote e intentando penetrar tu suelo y cada parte de tu satélite, y tú en el centro intentando atraparme, protegiéndome, comprendiendome, alunizandome, impenetrable, mi hombre en la luna, pero nunca tocarnos porque no soy más que una idea luminosa alrededor de tu universo. Quisiera dedicarte cada tierno verso que ha escrito Turner, quizás el EP de Submarine completo, porque son mejores que cualquiera que podría escribirte y quedó en deuda. Así que, aquí va uno:
Mi boca no ha dejado de hablar de ti desde que la besaste, la idea de que la beses de nuevo me da vueltas en mi mente, la que no ha dejado de pensar en ti mucho antes que cualquier beso. Y ahora la expectativa de esos besos parece liquidarme como cuando te caes por las escaleras y uno de los escalones te golpea en medio de la espalda.La idea de que continúen en lo que es tradicionalmente un terrorífico por siempre, me emociona hasta un nivel desconocido
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Furs - 01
Resumen: Historia corta sobre cómo Furs conoció a Ponpon y qué pensaron ambos al verse el uno al otro.
Palabras: 1829 (Duración corta-media)
Personajes: Furs!Sans y Ponpon (OCs)
Gotas de agua cristalina brillaban desde los árboles debido a la luz del ocaso, a la vez que un frío viento invernal soplaba con suavidad, alcanzando a desprender leve cantidad de nieve cuyo ruido hizo reaccionar a un monstruo. Moviendo sus orejas, se apartó ligeramente del abrazo para voltear hacia atrás y oler el aire, descartando sus sospechas.
— Sans, sabes que nadie viene aquí. — La humana a su lado habló, haciéndole entrecerrar uno de sus ojos.
Se mantuvo callado, como solía hacerlo.
El esqueleto de rasgos cánidos se negó a acomodarse con ella de nuevo, alejándose un poco antes de acostarse sobre la nieve y rodar para camuflar cualquier olor que podría haber contraído al estar tanto tiempo con la chica. Sacudió el pañuelo que cubría su boca y nariz antes de escuchar una leve risa de la contraria.
— Eres tan lindo cuando haces eso… — Él, de nuevo, no respondió… aunque no pudo evitar hacer una mueca de desagrado. — ¿Es hora de irte?
— En efecto.
— ¿Y podré verte mañana? Últimamente siento que… — En realidad, no deseaba verla nunca más. — Si es por la guerra entre humanos y monstruos, creo que no hay de qué preocuparse. Yo sé que ustedes no son malos… mi padre y el resto llegarán a un acuerdo.
Ambos se levantaron, quedando casi a la misma altura y antes de que Sans literalmente huyese fue tomado de la mano. Cerró los ojos y suspiró profundo, calmando su ira para evitar hacer algo estúpido, estaba demasiado tenso con toda la situación. Era… extraño, sentir los huesos de sus manos contra la mano tan cálida de la contraria, usualmente usaba guantes pero asumió que se los había quitado sólo para eso.
Los humanos podían ser tan estresantes, casi sentía que estaba ‘sudando’…
— Sans… — Giró ligeramente.
— Es tarde. — Se excusó, tratando de sonar convincente.
Ella sonrió un poco, llevando su mano con la intención de retirarle su pañuelo a lo cual el esqueleto reaccionó más rápido y tomó su mano, soltando un leve gruñido de advertencia. No se esperó jamás que ella aprovechase la situación para presionar sus labios contra aquel pañuelo, justo en el sitio donde debería estar su boca.
Rápidamente se separó y retrocedió un par de pasos, viéndole con una mirada llena de incomprensión antes de irse corriendo a gran velocidad de vuelta hacia el bosque, camino al pueblo donde vivían el resto de monstruos… junto a su familia.
Al haberse alejado muchos metros se detuvo, quitándose el pañuelo y lanzándolo contra el suelo nevado antes de pisarlo en una mezcla de desprecio y asco. Negó con fuerza y no se calmó hasta hacerlo trizas con sus manos, continuando su carrera debido a la ansiedad que estaba sufriendo.
Todavía recordaba el día en que se había metido en ello, alejándose de su grupo hasta toparse con aquella chica y recibir un ‘no tienes que irte’ antes de huir. Al principio, pensó que quizás podía aprovechar para aprender un poco sobre ellos… pero todo se había vuelto un lío romántico que no le gustaba ni mucho menos entendía.
¿A qué se debía esa insistencia…?
———
El desastre ocurrió en una noche nublada, aquella humana había llegado demasiado lejos al tratar de llegar al pueblo donde los monstruos vivían, así que apenas Sans la olió no dudó en escaparse de casa e ir a su encuentro antes de que fuese demasiado tarde.
Por algún motivo… su vista fue borrosa esa noche, recuerda a la chica montando un caballo y recuerda haberse quedado con ella en una cueva cercana, encendiendo incluso un fuego para evitar que se congelase con aquel clima helado que a él no le afectaba. Hubiese sido incluso capaz de pelear contra cualquier animal que representase un peligro.
Él no recuerda sus palabras exactas, pero sí cuando la chica le ofreció su alma como muestra de su amor verdadero y él alcanzó a tener, por al menos una vez en su vida, algo tan poderoso como ello en sus manos.
Pero a Sans nada de eso le interesaba, nunca sintió amor… ni siquiera cariño o interés. Simplemente la trató amablemente como solía hacerlo con otros monstruos, ¿Es que acaso los humanos llevaban una vida tan dura que la mínima muestra de aprecio la consideraban amor? No lo entendía.
— Nunca estaría contigo.
Él se negó en todo momento, evitando verla y tratando de calmar su ansiedad. Tanta insistencia lo había cansado, quizás ella había intentado algo así en el pasado pero jamás había insistido tanto como lo hizo en aquel momento. ¿Qué juntos podían detener la guerra? Qué pésimo chiste…
Todo el estrés acumulado sólo necesitó un detonante para que sus instintos tomasen riendas en el asunto… y dicho detonante fue cuando ella tomó su mano como solía hacerlo cada vez que él trataba de alejarse.
Fue un corte justo y certero de la hueso-espada que acababa de invocar, partiendo su alma en dos y haciéndole un corte profundo en el pecho a la contraria. Cuando volvió en sí, esperó sentir pánico… pero no sintió nada, ni siquiera lástima.
Incluso estaba aliviado de que todo aquel tormento que había durado meses terminase.
— ¿Creíste que amaría a algo como tú…?
Los humanos eran monstruos sin corazón que destruían o doblegaban todo a su paso.
Uno más, uno menos… ¿Cuál era la maldita diferencia al fin y al cabo?
Al final, aquella humana faltante sí que hizo diferencia.
Después de eso, todo se volvió borroso, como voces en un túnel que van apagándose en cuestión de segundos, ¿Llantos? ¿Gritos? ¿Su nombre? Poco lograba entender.
———
Despertó súbitamente de aquella pesadilla, sintiendo su alma latir a mil durante unos instantes en los que se mantuvo quieto para tratar de que la ansiedad se calmase. No se movió hasta que su respiración volvió a ser normal y se sentó en la cama, secando el agua que caía por su frente y suspirando profundamente.
Se colocó su chaqueta y sus zapatos antes de salir de casa, fue bastante rápido especialmente porque dormía con casi toda su ropa puesta, incluyendo su bozal (que casi por nada del mundo se quitaba).
Aquel universo alterno llamado FursTale estaba siempre vacío y frío, poseía todas edificaciones pero sencillamente nunca aparecía nadie. Él entendía por qué, sabía que cuando el AU fuese terminado las líneas temporales comenzarían a fluir y tendría ‘quizás’ una radiante vida junto a… quien sea que fuese a habitar ese sitio.
Solía caminar por el lugar todos los días, buscando que algo hubiese cambiado o esperando escuchar a alguien. Pero todo era siempre igual, comenzaba a desanimarse un poco.
No le gustaba demasiado la soledad.
Fue hasta el bosque donde solía pasearse siempre, pues aquel paisaje le recordaba al sueño que acababa de tener. Sueños como aquel lo perturbaban, se supone que eran fragmentos de la historia de su AU que iban agregándose poco a poco pero… muchos no solían ser agradables.
Se preparó para sentarse en la puerta de las ruinas donde pasaba tiempo a veces cuando escuchó un par de pisadas detrás de él, en un principio fingió que no había escuchado… hasta que estás se repitieron y volteó ágilmente con espada en mano listo para defenderse.
Sus ojos entonces captaron a alguien que no había visto antes, un esqueleto de cabello largo y celeste le devolvía la mirada. Sintió un choque extraño en su alma, como un chispazo algo doloroso, casi como si de alguna manera simplemente entendiese que había algo desconocido que los conectaba. Notó que el contrario sujetaba su pecho con curiosidad, ¿Habían sentido lo mismo o era sólo su imaginación…?
Al volver a verlo, no dudó en sonreír y acercarse un poco. El de ojos amarillos apretó su arma con fuerza.
— No sé quién eres… pero no perteneces aquí. — Retrocedió un par de pasos. — Vete. — Hubo un corto silencio.
— No voy a hacerte daño, sólo quiero hablar. — El contrario negó, temblando de miedo levemente. — Si eres el Sans de FursTale… ¿Está bien si sólo te digo Furs? — Sus orejas se movieron, había escuchado ese nombre antes. — Bueno, Furs. Mi nombre es Ponpon, ¡Y estoy muy feliz de conocerte!
— Déjame…
— Está bien, Furs. Prometo que no voy a hacerte daño.
Apenas dio otro paso hacia él, el recién nombrado “Furs” lanzó unos cuantos huesos y corrió adentrándose en el bosque, atravesándolo en poco tiempo al igual que Snowdin debido a su gran velocidad. Se detuvo en la entrada de Water Falls para mirar atrás unos instantes, viendo que se encontraba solo antes de suspirar algo aliviado.
Aunque pronto sintió una mano sobre su cabeza.
— Psst, creo que lo perdimos. — Murmuró Ponpon.
Furs volteó y lo atacó por reflejo, aunque el mayor lo esquivó con facilidad y continuó esquivando el resto de sus desesperados ataques hasta que se alejó unos instantes, viendo al de rasgos cánidos jadear algo cansado.
— ¿Pelear te cansa tan rápido? Supongo que no has tenido mucho ejercicio aquí tú solo, aunque ahora que te encontré ya no volverás a estar solo nunca más. — Al menor de cierta manera le hartaba un poco que hablase tanto, no le entendía.
— ¿Qué… qué demonios quieres de mí? — Preguntó finalmente, todavía jadeando por la acción.
— Verás, tú y yo nos parecemos más de lo que crees. — Explicó. Ambos se miraron, viendo que físicamente sus semejanzas no pasaban a más de ambos ser esqueletos.
— Aunque eso fuese cierto, ¿Qué tiene que ver? — Ponpon cerró su ojo y negó, casi riendo. — ¿Qué se supone que es tan gracioso…?
— Furs… siento que ya te conozco desde antes, ¿También lo sentiste, no? — Extendió sus brazos, como si le ofreciese un abrazo. — Y eres un hermano menor un poco gruñón, pero voy a hacer todo lo que pueda para protegerte… porque ahora somos familia. — El aludido bajó sus orejas.
— Pero qué...
Ponpon parecía convencido con lo que decía, pero para Furs aquello no era nada más que una locura sin sentido. Claro que se había sentido extraño al verlo y, ahora que estaba más calmado, su olor también le resultaba familiar de alguna manera… pero eso no significaba que fuesen hermanos, ¡Ni siquiera pertenecían al mismo AU!
Dio un paso atrás, dispuesto a huir nuevamente hasta que un grupo de huesos le cortaron el paso.
— Vaya, creí que por ser un perro sería fácil convencerte…
— ¡NO SOY UN PERRO! — Gruñó con fuerza. — Soy un lobo, Ponpon o cómo te llames. — El contrario sonrió al escuchar su nombre.
— Tranquilo, Furs… — Se sentó en el suelo frente a él. — Todavía no sé usar esto bien… pero quizás cambies de opinión luego de oír una canción.
Claro que en ese momento, Furs no tenía ni idea de que aquel que se denominaba su hermano poseía una magia bastante interesante, y era el poder de transmitir sus sentimientos a otros por medio de su voz al cantar. No podía controlarlo demasiado bien, pero sólo bastaron un par de canciones para que ‘el gran lobo malo’ se convenciese lo suficiente como para liberarlo.
Era raro… pero quizás podrían llevarse bien juntos.
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Un Año Sin Ti... Un Año Sin Escucharte Un Año Sin Tocarte Un Año Sin Verte Un Año Que No Estás Con Nosotros. ¿Pero Que Son 365 Días Sin Ti? ¿Te Parece Poco? Adaptarse A Sido Complicado, Me Dejaste Tan Mal Acostumbrada, A Ver Tu Sonrisa Hermosa, A Ver Tus Ojitos Tan Llenos De Brillo, A Hacerme Reír Cuando Más Lo Necesitaba, A Estar Acompañada A Infinidad De Cosas... Aún Recuerdo Nuestra Plática De Horas Por La Tarde, Las Risas Eternas Y Las Bromas Agrias. Aún Recuerdo Nuestras Promesas, Aquellas Que Guardábamos. Recuerdo La Manera En La Que Me Mirabas, Esa Manera De Entrecerrar Los Ojos Dejando Escapar Una Risa Coqueta, s Sabías Como Volverme Loca. Como Olvidar Nuestras Miradas, Esas Que Decían Mucho Más Que Palabras ¿Cómo Iba A Olvidar Tu Forma De Verme? Como Si No Hubiera Nada Más Alrededor Solo Tú Y Yo. ¿Cómo Te Voy A Olvidar A Ti? Los Días Pasan, ¿Estamos Más Cerca A Nuestro Propósito? ¿Estamos Dispuestos A Darlo Todo Por Nosotros? Yo Sí, Sin Duda No Hay Algo Que Quiera Más Que Estar A Tu Lado Por Toda Mi Vida. Despertarme Y Ver Esos Ojos Que Me Encantan, Caminar De Tu Mano Será Un Placer, Crecer Juntos Es Una Meta Alcanzable Pero, ¿Por Qué El Miedo Intenta Ser Parte De Mis Pensamientos? Miedo A Perderte Cuando Todavía No Te Tengo, Miedo A Ser Olvidada, Miedo De Que Olvidemos Lo Nuestro. Miro Al Cielo Y Pido Que Seamos Eternos Y Que Nada Nos Separe, Porque Te Amo. Te Amo De Mil Formas, Las Inventadas Y Las Que Faltan Por Demostrar. Empecé Un Año Nuevo Sin Ti, Duele, Quisiera Superarlo. Quisiera Que Mi Mente Comenzara Desde Cero, Y Lograra Olvidarte. Pero No, Aquí Sigo Rendida A Ti, Así Que Hoy Se Cierra Nuestro Ciclo Y Con Ello Nuestro Amor Sólo Queda la Resignación, Voy A Guardar Tu Mirada En Mi Memoria, Dejaste Marca En Mi, Por Lo Tanto Siempre Voy A Recordarte Y Amarte, Se Que Ya No Cuidas De Mi Físicamente Pero Se Que Desde Arriba Lo Haces. Ily♡
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HIJO DE UR
Corríamos por las calles de Zaun. Las tuberías y el cristal manchado estaban borrosos, los colores eran de un tono corrompido por la Calima y por la neblina que yacía en cada callejón bañado en químicos. Zori estaba a mi izquierda. Tenía el cabello enmarañado y navajas oxidadas. Su sonrisa era el único indicio de que era hermosa debajo de toda la suciedad. Blenk estaba detrás de ella con una lata de aerosol de pintura brillante y una cabeza que escurría ideas. Scuzz andaba por la retaguardia. Todo lo que se esperaría de un bobo llamado Scuzz. Pero era nuestro Scuzz, cada parte holgazana de él.
Gritaba el nombre de nuestra pandilla entre el ondulante humo y marcaba la noche como nuestra.
"¡Jinetes del Sumidero!"
Nosotros reíamos y también lo gritábamos. Éramos jóvenes y estábamos llenos de vida. Nada podía detenernos. Tendría que atraparnos primero y aún estábamos corriendo.
La misma ciudad parecía ayudarnos a avanzar mientras nos escabullíamos por las profundidades para alejarnos más y más del chatarrero del Sumidero, al cual acabábamos de robar y dejamos desangrando en la alcantarilla. Sus engranes aún tintineaban en nuestros bolsillos. Más que suficiente para un poco de diversión. Estábamos en camino hacia las Vías Negras, el mercado en el centro de Zaun.
—¿Creen que nos venderán algo de vino centella? —preguntó Zori—. Hacer sangrar a ese sujeto me dio un poco de sed.
Blenk soltó una pequeña risa. —Venden centellas a los niños en las Vías. Después, venden a los niños.
—Guarden silencio los dos —gruñó Scuzz mientras los alcanzaba—. Su rostro reflejaba una especie de preocupación que nunca había visto antes. Era una mueca que se formó lentamente. —¿No escuchan eso?
Entrecerré mis ojos y miré hacia la oscuridad. No es posible entrecerrar los oídos, ¿sabes? No sin algunas mejoras. —No puedo escuchar nada —dije mientras me encogía de hombros—. Ni siquiera la tos de una rata parda de la plaga.
—A eso me refiero —murmuró Scuzz—.
Y el silencio posterior... pesaba más que Piltóver, el cual brillaba sobre nosotros.
Al adentrarnos lentamente en el mercado después de atravesar la niebla, encontramos carretas volcadas. Sus ruedas aún giraban. Los puestos estaban abandonados, pero repletos de mercancías exóticas. Había un hedor en el aire que me recordaba al chatarrero del Sumidero; un hedor tan fuerte que provocaba que me lloraran los ojos. Algo que ni siquiera verlo sangrar lo había ocasionado.
También había cuerpos. Muchos usaban el emblema del barón químico. Estaban despedazados, los adoquines debajo de ellos estaban teñidos en rojo.
Era una masacre.
—Un trabajo muy desagradable, ¿verdad? —Blenk sonrió mientras hurgaba en uno de los bolsillos de un hombre muerto. Retiraba con cuidado los trozos de carne que le estorbaban—. Supongo que eso significa que obtendremos un descuento.
Zori solo se estremeció. —Hay alguien... ahí —susurró, y señaló una nube de tecnoquímico crudo que se escapaba de una tubería más allá del claro—. Era la fuente del hedor que se estaba haciendo más intenso. El hedor que destrozaba mis sentidos, que provocaba, de alguna manera, que mis oídos zumbaran. —Es... es un hombre.
—Eso no es un hombre —murmuré siguiendo su mirada hasta el creciente halo verde—. Ya no lo es...
Era una forma corpulenta con piernas metálicas y muchas pistolas fusionadas de una forma inhumana a su piel de la misma forma que un mecánico fusionaría dos tuberías... Con llamas abrasadoras. El hecho de verlo me hizo estremecer. En una mano sostenía algo mucho más pequeño en el aire. Un hombre, el cual se asfixiaba en la nube de tecnoquímico. Cuando se retorcía, el monstruo se burlaba de él. Su voz era un vibrante zumbido en mi estómago, el cual amenazaba con perder las entrañas de mi interior.
—Esto es lo que quieres —susurraba de forma casi tentadora mientras forzaba con crueldad el rostro del hombre dentro de la tubería que seguía brotando tecnoquímico alrededor—. Respíralo. Hazlo tuyo.
Pero el hombre solo se retorcía y pateaba, aunque era en vano. Se debilitaba cada vez más hasta que, finalmente, solo su brazo aumentado era lo que se movía. Sus últimos y desesperados pensamientos resonaron. Incluso después de que terminaron.
Con un destello metálico, lo comprendí. El cadáver colgante pertenecía a un barón químico, el único tipo de persona que podría costearse un equipo moderno como ese. Barón Crimson, o algo así. Estos eran sus hombres, lo que estaba esparcido a nuestro alrededor.
Eran sus hombres. Y ahora...
—Tenemos que salir de aquí —jadeé mientras me alejaba de la masacre y me dirigía hacia mis amigos—. Pero no pude verlos. El gas de la tubería estaba esparciendo una nube verde y tóxica, lo que hacía cada vez más difícil poder respirar... más difícil... poder...
Correr. Debíamos correr.
Podía escuchar a Zori, a Blenk y a Scuzz entrando en pánico y tosiendo en algún lugar cercano. Me adentré en la neblina para alcanzar a alguien, o algo, que pudiera llevar conmigo mientras escapaba. Pero solo estaba el sonido de un cuerpo desplomándose con lentitud en el suelo y una lata de aerosol repicando en los adoquines.
Blenk. Me tropecé mientras la verdad me golpeó. Se había ido.
Y lo peor aún estaba por ocurrir.
El monstruo se impulsó a través de la niebla. Una gigantesca pierna acorazada se azotó a mi lado, y después otra... y otra. Todas revelaron tuberías llenas de tecnoquímico y sobresalientes cañones que humeaban con el mismo calor que aún ardía en los cuerpos que nos rodeaban.
Podía saborearla en el fondo de mi garganta, una verdad tan amarga como el putrefacto aire. Moriría aquí.
El monstruo me tomó por mi desaliñado cuello y me levantó lo suficientemente cerca para ver su rostro. Era un semblante terrorífico, y lo más aterrador fue que era humano. Al menos más humano que el resto de él. Su máscara tóxica brillaba mientras exhalaba alquimia pura, pero sus ojos eran aún más brillantes. Inteligente. Parecía casi sonreír mientras absorbía mi miedo.
—Un hijo de Zaun. ¿Cómo te llamas? —gruñó mientras me acercaba más—. Su acento era rasposo, pero no podía ubicarlo. Sus palabras golpearon mi determinación. Cada una atacaba con la fuerza de su odio.
Ni siquiera pude balbucear una respuesta.
Él se rio. —El barón. ¿Lo reconoces? Como muchos, intentó gobernar la ciudad. Arrojó a un sin fin de personas hacia las profundidades, para minar esta... —respiró profundamente mientras los gases se arremolinaban—, esta miseria... Ya no existe. Asesinado por aquello que le dio poder sobre otros. Eres tú, rata de alcantarilla, quien sobrevive. Así que, dime, ¿quién de ustedes es más fuerte? ¿Quién de ustedes merece vivir?
Repentinamente, caí de vuelta al suelo y aterricé sobre mis amigos. Ellos se estremecían y asfixiaban como el barón químico. La boca se Scuzz se llenaba de espuma. Y Zori... cerré mis ojos llenos de lágrimas antes de ver lo que le había ocurrido.
—Corre —dijo el monstruo—. Dile a la ciudad de cómo sobreviviste y el barón no. Serás mi testigo. —El primero de muchos
—dije dudoso—.
—¡Corre! —exclamó—. Entonces vi a Zori sollozar. Intentaba pedir ayuda con sus últimas fuerzas. No quería que esta fuera la forma en la que la recordaría. Quería recordar su sonrisa. Aún lo hago.
Pero estaba corriendo de nuevo por las calles de Zaun.
¿Pueden imaginarse lo que se sintió comprender, con los pulmones ardiendo y respiraciones pesadas, que mis gritos eran el mensaje que estaba por dar?
Estaba con vida. Mis amigos no.
Yo era digno.
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El escenario al revés de los Filis – Rumores comerciales de MLB
Para un equipo de gran presupuesto que en los últimos años ha agregado jugadores de alto perfil como Bryce Harper, Andrew McCutchen y Jake Arrieta, los Filis seguramente no han recibido mucha atención últimamente. Tal vez sea el hecho de que el resto de la División Este de la Liga Nacional se ha dedicado a actividades más interesantes. No pasemos por alto los desafíos que enfrenta la organización de Filadelfia en 2020 y más allá. Los Nacionales acaban de ganar una Serie Mundial y aún tienen talento de élite. Los Bravos han tomado los dos últimos títulos de división y permanecen cargados. Los Mets sufrieron un golpe con la pérdida de Noah Syndergaard, pero aún tienen una rotación imponente y una cantidad subestimada en el lado del jugador de posición. ¿Y los Marlins? Bueno, tendemos a pasarlos por alto, pero tal vez es hora de que reconozcamos que el pitcheo joven del club es bastante interesante. Incluso gastaron algo de dinero para traer a algunos veteranos en esta temporada baja. Quizás un renacimiento no está muy lejos. ¿Podría el tan esperado regreso de los Filis a la cima del montón? Existe un riesgo real de ello. Los sistemas de proyección en su mayoría parecen ver la lista actual como generalmente promedio, apenas un contendiente infalible. Y el sistema agrícola no está exactamente lleno de jóvenes de primera línea que solo esperan su oportunidad en las Grandes Ligas. Es necesario reconocer que la imagen puede nunca llegar a ser tan completa como lo imaginaron el presidente Andy MacPhail y el gerente general Matt Klentak. Pero también consideremos la ventaja realista en el grupo de jugadores que han reunido. Campo abierto Bryce Harper: Han pasado algunos años, pero solo tiene 27 años y es uno de los pocos jugadores que ha demostrado ser capaz de producir una temporada de ~ 10 WAR. Andrew McCutchen: Cutch también fue casi tan bueno en su apogeo, aunque está mucho más lejos en el pasado. Pero no debemos ir demasiado lejos en la otra dirección. McCutchen ha sido un jugador cotidiano de alta calidad incluso desde que se mudó del estado de superestrella. El descanso adicional para su rodilla probablemente ayude. Adam Haseley / Roman Quinn / Jay Bruce: No voy a decirte que estoy enamorado de este grupo, pero puedes entrecerrar los ojos y ver cómo puede funcionar. Statcast odiaba la calidad de contacto de Haseley y Quinn no ha cumplido con sus posibilidades. Pero ambos son jugadores jóvenes que aún pueden avanzar. Bruce no fue genial en Filadelfia el año pasado, pero ha sido principalmente un productor ofensivo superior al promedio, incluso en sus años de declive. En el campo J.T. Realmuto: Los Filis sienten que es el mejor receptor en el béisbol y es posible que haya aún más en el tanque. Ha hecho más ofensivamente que en 2019. No habrá escasez de motivación con señas de agencia libre. Rhys Hoskins: se derrumbó a fines del año pasado, pero aún lideró la liga en caminatas. Si puede descubrir qué salió mal … fue un monstruo de .263 / .401 / .530 a través de sus primeras 392 apariciones en el plato en 2019. Didi Gregorius: Estamos viendo a un tipo que era un campocorto defensivo de calidad que produjo aproximadamente un 25% más ofensivo que el jugador promedio en 2018. No volvió a ese nivel después de defenderse de la cirugía de Tommy John, pero al igual que con Hoskins , el techo establecido no está tan lejos en el espejo retrovisor. Jean Segura: un productor estable durante tres temporadas antes de que los Filis lo adquirieran, Segura tropezó un poco el año pasado. Pero cuando miras debajo del capó, él parece ser el mismo jugador, por lo que no sería sorprendente en absoluto si se recuperara a los treinta años. Alec Bohm: El principal prospecto del equipo subió la escalera el año pasado y terminó publicando grandes números en Doble A (.269 / .344 / .500; relación 38:28 K / BB). Es un candidato para irrumpir a su llegada a la MLB. Utilidad Scott Kingery: Es importante recordar que los Filis pueden apoyarse en Kingery en el cuadro o en el jardín. Eso deja flexibilidad para acomodar el auge de Bohm, las necesidades en el jardín central u oportunidades para agregar nuevos jugadores. Kingery tuvo algunos altibajos en su segunda temporada en los grandes, pero finalmente hizo grandes avances y se convirtió en una temporada ofensiva promedio de la liga. Josh Harrison / Neil Walker / Logan Forsythe / T.J. Rivera: Los Filis prometieron oportunidades para competir en el campamento a una serie de veteranos que tuvieron bastante éxito en las Grandes Ligas. No es probable que eso resulte necesariamente en un puntaje afortunado de un regular de alta calidad, pero es posible. Y el equipo puede esperar razonablemente que haya agregado algunas piezas útiles a bajo precio. Rotación Aaron Nola: Dio un paso atrás el año pasado, pero aún fue bastante bueno. Y Nola hizo un esfuerzo de calibre Cy Young en la temporada anterior. Zack Wheeler: Esta firma se debió al goteo positivo del brazo derecho de alta potencia de Wheeler. También hay riesgos, pero también existe una posibilidad real de que los filipinos peguen un jonrón aquí. Jake Arrieta: Al igual que con McCutchen, sería una tontería anhelar un regreso a los días de gloria. Pero Arrieta había entregado resultados de calidad incluso con cosas disminuidas antes de encontrarse con problemas más grandes en 2019. Fue un lanzador de menos de 4.00 en las dos campañas anteriores. Vince Velásquez / Nick Pivetta / Zach Eflin: es una tradición anual maravillarse de los grandes brazos de Velásquez y Pivetta mientras se pregunta si pueden tener éxito como titulares de la MLB. Realmente no ha sucedido todavía, pero ha habido destellos y han sucedido cosas más locas. Los periféricos de Eflin se cayeron el año pasado y no se perfila exactamente como un as, pero ha convertido en 291 1/3 entradas de 4.23 ERA en las últimas dos temporadas. Cole Irvin / Enyel De Los Santos / Adonis Medina / Spencer Howard: Irvin y De Los Santos han alcanzado (pero apenas dominado) las mayores. Es posible imaginar una producción sólida proveniente de uno o ambos. Hay algunas armas de gran prestigio no muy lejos. Parece que a estos dos lanzadores les queda algo de desarrollo, pero cuando el talento se da cuenta, puede moverse rápidamente … Toril Héctor Neris: consiguió controlar las bolas largas en 2019 y volvió a ser uno de los cerradores más efectivos del juego. Tommy Hunter / David Robertson: Es difícil contar con demasiado, pero estos veteranos consumados ciertamente podrían tener un rebote. El despido dará tiempo extra tanto para descansar como para rehabilitarse. Bud Norris / Anthony Swarzak / Blake Parker / Drew Storen: También hay un buen número de otros veteranos que buscan revivir sus carreras en Filadelfia. Es difícil decir qué esperar, pero hay buenas probabilidades de que haya algo de productividad aquí. Norris es un candidato particularmente interesante; fue bastante útil en 2018, pero se perdió la temporada siguiente cuando el interés no se desarrolló como se esperaba. Victor Arano: Fue bastante bueno en 2018 y ahora ha agregado tiempo para recuperarse de una cirugía de codo. Deolis Guerra: El historial de la MLB es bastante escaso, pero prosperó en un ambiente difícil de Triple-A el año pasado. Adam Morgan / José Álvarez / Guardabosques Suárez / Francisco Liriano: No es un grupo de zurdos repleto de estrellas, pero hay al menos suficiente profundidad. Los Filis también tienen un grupo bastante grande de lanzadores más jóvenes que ya están en los 40 jugadores, muchos con experiencia en MLB. Si bien pocos saltan de la página por su evidente beneficio, los Filis aún pueden esperar que alguien salga del grupo. Edgar García puede ser el más interesante, con grandes tasas de golpes oscilantes y buenos resultados en los menores superiores. Hay tres zurdos con fuertes números de ponches de menores superiores, pero otras preguntas: Austin Davis, Garrett Cleavinger y Kyle Dohy. Recuerde, es probable que el bullpen termine con algunos efectos secundarios de la rotación, con Pivetta como un candidato particularmente probable para pasar tiempo en el corral. Queda la esperanza de que sus cosas podrían jugar un papel de alivio. En general Es una tontería contemplar un escenario donde literalmente todo se rompe para un equipo. Eso es más o menos imposible. Pero las posibilidades al alza realistas son bastante interesantes. Existe el potencial para una mega estrella (Harper), al menos un jugador de primera clase (Realmuto), y varios otros con capacidades All-Star en la mezcla posición-jugador. La imagen de pitcheo es similar, con un conjunto de lanzadores en el prime-prime que podrían emerger como ases gemelos y una mezcla razonablemente interesante detrás de ellos. Muchos han calificado a los Phils como el cuarto mejor equipo en el Este de la Liga Nacional, y eso es muy posible cuando se mezclan todas las desventajas. Pero este club todavía tiene el potencial de estallar, particularmente si una buena presentación temprana facilita inversiones adicionales a mitad de temporada (suponiendo que exista esa oportunidad).
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3 consejos en pintura que no has escuchado
Artículo de Tim Rees publicado en la revista Artist on Art y traducción de google.Cuando uno decide prescindir de la idea de que convertirse en pintor implica algo de misticismo, se puede lograr un progreso real. Mi carrera como pintor comenzó con un supuesto: hay artistas muy hábiles que pintan realismo hoy, y si aprenden cómo hacerlo, yo también puedo.Consejos de pintura para artistas. Tim Rees, "La ascensión de junio", óleo sobre lienzo, 36 x 72 pulg.Solo necesitaba la comprensión, o la ciencia. Como más tarde descubrí, esta era la mentalidad de Harry Houdini, el formidable mago. Él había hecho lo que yo había hecho: recogió los libros de instrucciones, realizó todo lo que describieron hasta que se pudieron hacer trucos sin ellos y luego comenzó a inventar cosas nuevas. Esto trae otro hábito que los estudiantes tienden a tener: acumular una gran biblioteca de libros caros que no se leen. Ocasionalmente se han leído, pero casi nunca se han copiado o se han replicado los procesos. Este fue uno de los pilares de la educación artística en talleres y academias desde la década de 1500 hasta la década de 1800: ¿Quieres aprender a dibujar y pintar? Copia el master. Una vez que comienzas a aprender cómo se hace cada "truco", comienzas a revelar la magia.Esta fue la base de mi educación artística. Leer y replicar. Observa a otros cometer ciertos errores y no los hagas. Repasar cada pintura y compararla con obras maestras. Poco a poco mi conocimiento creció. La enseñanza cimentó este conocimiento y lo ayudó a crecer. Siempre fui demasiado reservado para hacer cualquier declaración para la que no pudiera citar a un maestro profesional o muerto como la fuente de la información. De vez en cuando escribía todo lo que sabía sobre un tema en particular para encontrar las lagunas en mi conocimiento, y alentaba a mis alumnos a hacer lo mismo.Todo esto no quiere decir que no tuve que resolver algunas cosas por mí mismo. Espero poder revelar algunos de ellos para ahorrar un poco de problemas. Aquí hay tres consejos artísticos que la mayoría de los estudiantes no han escuchado.Consejos de pintura para artistas. Tim Rees, "Craig (y en Notan)," óleo sobre lienzo, 8 x 10 pulg.1. El Notan es el camino más rápido a una semejanza. Aunque tiene muchos nombres, Notan es un patrón en blanco y negro (el término se refiere a un diseño japonés) que revela la luz en un objeto y, por lo tanto, la estructura del objeto. Los estudiantes que se centran en las características y los detalles primero están condenados a volver a trabajar. Notan le permite al estudiante entrecerrar los ojos y ver un patrón abstracto para replicar, que a menudo es más fácil que dibujar algo complejo como una cara. Piense en una vieja fotografía de un periódico: todo es blanco y negro, pero las personas son fácilmente reconocibles.Consejos de pintura para artistas. Tim Rees, "Sunset", óleo sobre lienzo, 18 x 24 pulg.2. Los bordes hacen más trabajo del que crees. La mayoría de los estudiantes ya saben que puedes usar bordes para sugerir diferentes ambientes. Algunos saben que puede usar bordes para describir "lo que está enfocado". Pocos parecen darse cuenta de que los bordes desempeñan un papel importante en la descripción de la calidad de la luz. Las luces intensas y el sol tienen bordes ásperos. Una luz difusa o tenue tiene bordes más suaves. Si su pintura de un modelo bajo una luz dura tiene bordes suaves pero el patrón de sombra de un foco, será confuso y nunca se verá bien. El rango de valores con el que pintamos es casi el mismo para cada pintura. Los valores de luz no describen un foco de luz; los bordes hacenCómo pintar para principiantes. Organiza los colores en tu paleta con intención.3. La coincidencia de colores es tan fácil como 1-2-3, o rojo-amarillo-azul. Combinar colores, especialmente para pintar de nuevo en una pintura, siempre fue un poco estresante para mí, hasta que me sorprendió lo que puedo decir que es la única epifanía que me ha cambiado la vida. Sabía, como la mayoría, qué son las primarias y que el rojo y el azul se vuelven de color púrpura, etc. Sin embargo, me di cuenta de que al organizar mi paleta de cierta manera, y cambiar mi enfoque para mezclar el color, podría coincidir fácilmente con cualquier color que quisiera. (con pintura directa opaca) sin necesidad de una carta de colores.Lea el artículo completo en la revista Artists on Art (Primavera 2016, Número 18) Read the full article
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Happy birthday, my darling. (06042017)
Lúthien
Un baúl. Lúthien llevaba un pequeño baúl entre sus manos. De apariencia antigua, algo desgastada, con un candado y una llave única, similar a aquellas llaves que se ocupaban para guardar secretos en las épocas antiguas. De color oscuro y madera barnizada, con bordes de acero, lo depositó justo a los pies de la cama.
Luego de eso, gateó de forma perezosa sobre ella. Estaba vestida con unas pantaleta y con el polerón que había recibido para su primer mesversario; y la forma que tenía de despertarlo era similar a la de él para con ella ese 26 de marzo. La diferencia es que ella se había levantado mucho más temprano, porque había sido la que había preparado los panqueques con manjar que reposaban ahora sobre la mesa de noche, junto a un cafecito para su pareja, sabiendo ya como era que le gustaba. Le gustaba la idea de cocinar para su pareja, incluso si los doggen estaban a su servicio.
"Amor, despierta" susurró ella, con suavidad, mientras le movía suavecito. Lo necesitaba despierto, para poder darle su regalo.
¿Y? ¿A qué se debía todo esto? Su novio, su pareja, el amor de su vida, cumplía años ese día. Era ya, oficialmente, seis de abril del año dos mil diecisiete, y ella había preparado algo para él.
"No seas flojo" reclamó ella, subiéndose sobre su espalda. Si, tal vez no era la mejor manera de despertarlo, pero aún así, continuaba susurrando contra su oído. Quería ser la primera en decírselo, más que nada por un pequeño capricho.
"Mingyu" dijo su nombre humano, porque le gustaba más, le gustaba ser la poseedora de ese secreto, de esa única forma de llamarlo que le pertenecía "Feliz cumpleaños".
Mingyu
MinGyu estaba en esos días en los que se acababa su ciclo de insomnio, pudiendo al fin tener un par de merecidas horas de sueño, y cuando caía en esos casi comas, era difícil hacerlo reaccionar en primera instancia, además; realmente estaba agotado, porque las luchas últimamente parecían sentirse mucho más intensas de lo normal. Literalmente la noche anterior ¿o mañana? No recordaba siquiera cuándo habían llegado a casa, o cómo. Solo recordaba haber caído sobre el colchón luego de quitarse las ropas de batalla, quedando fuera de combate enseguida. Por eso, cuando Lúthien le habló e intentó despertarle de varias formas, el no reaccionó, o bueno, solo balbuceó, mientras se acurrucaba de nueva cuenta en la cama, abrazándose a una almohada, pero los segundos fueron pasando, y obviamente lo que abrazaba no se sentía familiar, algo le hacía falta. Se quejó un poquito más, apretujó de nueva cuenta la almohada, y fue cuando su cuerpo finalmente reaccionó, o comenzó a hacerlo por partes, en especial su estómago, que gruñó del hambre, ya que tampoco había comido nada al llegar, llevaba horas con fatiga, y su olfato era tan bueno, que podía sentir el aroma de la comida en el aire. Movió suavemente su nariz, olfateando como cual cachorro, y finalmente soltó un bostezo. Ahí fue cuando sintió el peso sobre su cuerpo. Desorientado, abrió los ojos lentamente. —Ya, ya… —Balbuceó más dormido que despierto. —Desperté. —Finalizó. —¿Pasa algo? —Y sí, MinGyu seguía tan adormilado, plus la noche anterior, que había olvidado de forma temporal, que esa mañana en específico era la de su cumpleaños.
Lúthien
Ella no pudo evitar soltar una pequeña carcajada ante la imagen que se veía ante sus ojos. Su hombre, todo un guerrero, parecía un pequeño cachorrito olisqueando la comida y quejándose por culpa del sueño. Pero ella lo había dejado descansar lo suficiente, y es por eso, además, que comenzó a dejar muy lentos besos sobre sus hombros y su nuca. — Pasa algo dice este — comentó, con burla y casi para si misma. Lo observó durante unos segundos, más no dijo absolutamente nada. Simplemente se inclinó de nuevo para unir sus labios brevemente —. Hay panqueques y café en la mesa de noche, aliméntate — dijo, saliéndose con bastante pereza de encima de su espalda. Ella nuevamente gateó, esta vez hasta el final de la cama. Ella tomó delicadamente el regalo entre sus brazos, que tenía la llave sobre la tapa. Después de todo, no podría abrirla sin esa llave, la cuál tenía escrita en la parte superior los números "06042017" con el objetivo de que jamás olvidara que ese era su cumpleaños, el primer cumpleaños que pasaban juntos. El primero de muchos esperaba. — ¿Recuerdas cuando discutimos...? Bueno "discutimos" — dijo, haciendo las comillas con una de las manos y con los ojos ligeramente en blanco —. ¿Y me dijiste que a veces querías acercarte a mi después de discutir y no sabías como, y ninguno de nosotros sabe como arreglar las cosas? No soy idiota, sé que es probable que algunas discusiones similares se vengan de ahora en más. Y bueno, aunque no... puedes ocuparlas cuando quieras — dijo, antes de inclinar el regalo hacia adelante —. Por eso te he preparado esto. Y entonces, le entregó el baúl en cuestión ( https://www.protectedtext.com/chestofwishes0604 ) junto con la llave del mismo. ¿Qué había dentro? 20 "vale por". Si, vale por. Cada uno de ellos, los podría ocupar cuando quisiera, siempre que lo deseara, y venían todos cuidadosamente enumerados. Lúthien sabía que no era el mejor regalo del mundo, pero le había parecido... útil, y era la única forma que imaginaba para darle un regalo sincero. De pronto, se puso colorada y se avergonzó. — Puedes ocuparlos siempre que quieras y yo los cumpliré, sin importa como, sin importar si estamos enojados o felices, si estemos juntos y separados, si nos vimos hace cinco minutos o si no nos habremos visto durante cinco años. Es una promesa, los cumpliré siempre — susurró. Pero su voz fue totalmente firme —. El último es opcional. Y creo que te gustaría más que nada abrir el número tres.
Mingyu
Gruñó, porque sí, era gruñón, y acababa de despertar, la risa había llegado directo casi contra su oído, removiendo todo su cerebro. Pero obviamente no era un gruñido de los malos, solo mañas. Mañas que desaparecieron casi al instante cuando los besos comenzaron, y una boba sonrisa de enamorado de apoderó de su rostro, porque dios, no se cansaría jamás de pensarlo, que esa mujer tan hermosa y maravillosa, era suya, y le hacía tan, tan feliz… Sus palabras le hicieron entrecerrar los ojos. Los engranajes poco a poco comenzaban a encajar, pero cuando estaba a punto de recordar que era su cumpleaños, la mención de la comida empujo todos los demás pensamientos hasta el fondo. Porque MinGyu era un glotón de primera. — Eres la mejor. —Le robó un beso perezoso de los labios, aunque por los movimientos de ella, terminó más que nada besando su mejilla. No prestó mucha atención (por el momento) hacia dónde se dirigía ella, solo tenía ojos en ese momento para la bandeja de comida, metiéndose la mitad de un panqueque de lleno en la boca, masticando y tragando en cosa de segundos. Estaba tragando la otra mitad, cuando la voz de Lúthien volvió a hacerse presente, e intrigado por el inicio de esa oración, se volteó lentamente, tragando antes dé. <<¿Y ahora qué?>> pensó, y pasaron mil cosas en cuestión de segundos por su mente, antes de que siquiera ella terminara su primera oración, porque paranoico se nacía. Pero a medida que fue hablando, se relajó, y finalmente, todo encajó. —Mierda, ¡es mi cumpleaños! —Exclamó, bien brillantemente (no, para nada). —Lo había olvidado, o sea, hoy, sabes que lo tenía presente, pero con el sueño y… —Se mordió el labio, porque cuando se ponía nervioso, hablaba demasiado, y su novia estaba diciendo cosas importantes en ese momento como para interrumpirla con sus desvaríos. Cogió la caja, y la miró con curiosidad, procesando lo escuchado y lo que veía en esos momentos. Examinó la cajita, que además era hermosa. No era del tipo de cosas que decía en voz alta, pero le gustaban mucho esos detalles, o las cosas antiguas en sí. Quizás y sí tenía alma de anciano. —Vaya… —dejó la frase en el aire, procesando nuevamente. —No sé cómo encaja esto —Movió la cajita con suavidad. —Con lo que me has dicho, pero… —Cogió la llave, y la metió con cuidado, pero antes de abrirla, deposito la caja sobre el colchón, tomó a su novia por las mejillas, la jaló contra él, y la abrazó fuerte. —Gracias… —No podía siquiera explicar lo que significaba ese momento para él. —Me intrigas cada vez más, así que ahora, veré que hay aquí. —La soltó, dando antes un beso en su frente, y giró finalmente la llave, mirando desconcertado el contenido. Se esperaba cualquier cosa, menos eso realmente. Los fue revisando uno a uno, acomodándolos con cuidado a un costado para que nada les pasara. —… ¿Me estás jodiendo? —Preguntó con los ojos abiertos de par en par cuando vio el tercero. —¿De verdad? —Estaba emocionado, y a la vez seguía en shock, luego de ver lo del “vale” al concierto de Rammstein. Lúthien sabía que era uno de sus grupos favoritos, y… wow. Solo wow. —¿Para cuándo? —Mientras esperaba respuesta, siguió revisando los demás cupones, riendo de vez en cuando ante alguna de las cosas que ahí salían. —Mhg, usaré muy bien alguno de estos. —Ronroneó, llegando al último. Finalmente. Y se quedó mirándolo por más de un minuto, casi sin parpadear. No llevaban mucho tiempo siendo pareja, la verdad, al menos, como para hablar de “esas” cosas. Pero estaba de por medio el hecho de que estaban vinculados, algo mucho más fuerte que cualquier otra cosa existente en el universo. Eso hacía que sentir fuera intenso para ambos, así como el hecho de no poder vivir sin el otro, literal. Cada vez que tenía a su novia lejos por demasiado tiempo, incluso si eran minutos; se desesperaba. Hasta ese momento no había pensado en un futuro. Vivía el presente, porque era a eso a lo que estaba acostumbrado, de toda su vida. Siempre tratar de sobrevivir el día actual, y ya vería que pasaría al siguiente. Pero ahora… Ahora que estaba la idea implantada en su cabeza, no veía nada más que eso. Porque, ¿qué mejor podía existir que vivir los años, muchos años de vida que les quedaban a ambos, juntos? Fue en ese momento que sintió como si algo más se apoderara de su ser, abriera su boca, y soltara de esta las palabras que nunca había pensado diría para alguien. Porque hasta Luna, nunca había tenido pareja de esa forma, jamás había estado enamorado. Su vida era un antes y después desde ella. Sabía que debía haber respondido a lo que ella le dijo antes, pero simplemente su cerebro estaba en otra frecuencia ahora. —¿Quieres casarte conmigo? ¿Ser mi Shellan? Ya sabes, con todas las de la ley. —Su especie tenía costumbres, sobre todo cuando de bodas y vinculación se trataba. Y de verdad, no sabía ni siquiera por qué no lo habían hecho antes. Conocía historias de vampiros que en el instante que quedaron vinculados de sus mujeres, se habían casado en cuestión de días luego de conocerles. Es más, ni siquiera tenían algo “oficial” por así llamarle. Solo… comenzaron. Eran ellos, su mundo, sus vidas juntos, existiendo. Y sí, contrario a lo que ella había pensado, el único “cupón” que quería canjear en esos momentos, era precisamente el último, el que, de hecho, seguía aferrado entre sus manos.
Lúthien
Estaba nerviosa, con el estómago revuelto completamente ante las acciones ajenas. No sabía como iba a reaccionar a ese regalo, sabía que no era el más imaginativo o más completo. Pero esperaba con todas sus fuerzas que le gustara. Ni siquiera le sorprendió que el pavo de su pareja hubiese olvidado que era su cumpleaños. Sus brazos apretaron fuerte, muy fuerte el cuerpo ajeno cuando se vieron unidos en un abrazo, y dejó ir el aire con suavidad. — No — dijo, sonriendo inmediatamente percibio su reacción justo al número que le había señalado en ese momento —. Tendrán dos o tres conciertos esta semana, hoy, mañana y pasado. Podemos ir el día que quieras — dijo, encogiéndose de hombros, ya que ella no tenía problemas en llevarlo cuando él deseara ir. — Más te vale. ¡Es uno por día! Así que piensatelos bien y no abuses. Y estaba pensando en dejarte uno por semana para que no pelearamos tanto — confesó, suspirando. El silencio la perturbó, porque había llegado al último. Lúthien, incluso si no podía imaginarse una vida sin él, incluso si le dolía como los mil demonios la idea de un vida sin estar a su lado, sabía que nada era eterno. Ni siquiera ellos, que eran vampiros, eran eternos. Sabía que bien el tiempo, la muerte o incluso sus propias decisiones los podrían separar algún día. El útlimo "vale por" era simbólico, era un deseo, incluso si a ella no le gustaba desea esa clase de cosas. Es por eso que no esperó que ese fuera el primero en ser canjeado. Su rostro se deformó en sorpresa, abriendo sus ojos más de lo normal y hundiendo el pecho, como si se hubiera quedado sin aire. Efectivamente se había quedado sin aire, porque esas palabras fueron bruscas, le cayeron como un balde de agua, hicieron que cada parte de su cuerpo se tensara. — ¿Ni siquiera vas a ofrecerme un anillo? — dijo, luego de más de un minuto de silencio, donde sólo se dedicó a mirarlo fijamente. Era broma, ya que sabía que los humanos tenían la costumbre de darse anillos de compromiso antes de casarse por la iglesia o una mierda así. Apretó fuertemente los labios, mientras bajaba la vista a sus dedos, que se apretaba firmemente contra los bordes del polerón. No sabía que hacer, o que decir, sus ojos se habían llenado de lágrimas de golpe, sin consultar. — Mingyu... yo... — comenzó, pero nuevamente se cortó, respirando de manera muy entrecortada, sintiendo que se le disparaba el pulso a la mierda —. ¿Sabes que no podremos volver atrás, cierto? — un susurro que apenas lograba escaparse de entre su mente shockeada. Y las lágrimas escurrieron sin control, pero no sollozó ni mostró una expresión apenada, ni siquiera parecía que estuviese llorando, simplemente se deslizaban junto a su respiración entrecortada y pesada. Era un desastre por su culpa. — Claro que quiero ser tu Shellan, oficialmente, frente a todos los hermanos — terminó por decir, con total seguridad. Y luego gateó por la cama aún más, para tomar el rostro ajeno entre sus manos temblorosas —. De verdad quiero pasar toda mi vida a tu lado.
Mingyu
Su estómago se había convertido en un nudo de nerviosismos una vez cerró la boca, luego de decir todo lo que tenía en su cabeza y corazón en ese instante. Porque no era una pregunta cualquiera, tampoco un compromiso simple. Era algo, realmente, enorme, profundo, y mucho más importante de lo que alguna vez pensó que podía ser algo así, ahora que lo sentía en carne propia, de verdad, había que tener cojones para enfrentarse a algo así. (Y lo pensaba alguien que día a día arriesgaba su vida) No rio con la broma. Es más, estaba bastante serio en esos momentos. Tenía cosas mucho más serias, e importantes que decir en ese momento. Iba a abrir la boca para decir un par de cosas, pero Lúthien, le interrumpió, así que le dio el pase para que hablara tranquila. Cuando las lágrimas comenzaron a deslizarse por sus pecosas mejillas, llevó ambas manos hasta su rostro, y con los pulgares las limpio, aún en absoluto silencio, sin dejar de prestarle atención en ningún instante. —Lo sé a la perfección, y es el motivo por el cual lo quiero. —Finalmente la abrazó por la cintura, unidos el uno al otro. —Esto es algo de lo que no deseo salir. Y no, no tengo anillos para ti, porque me conoces lo suficiente para saber que esto no es planeado. Pero tengo mucho más para ofrecerte que una simple joya. Te ofrezco mi vida, Lúthien, mi vida para siempre, y no solo eso, a pesar de que ya lo tienes desde el primer día que mis ojos se cruzaron contigo, te ofrezco mi corazón, así como también mi alma, y mi cuerpo, el que tendrá tu nombre para toda la eternidad. Te ofrezco cada suspiro de vida que me quedan en estos largos, largos años de vida que tenemos por delante…
Lúthien
Sus cuerpos encajaron perfectamente, apegados el uno al otro de forma maravillosa. Le encantaba la sensación de tenerlo así, apegado, incluso si sus lágrimas comenzaban a empapar el cuello ajeno y también su hombro, donde descansaba el rostro. Sus brazos le apretaron con muchísima fuerza, pero sabía que él la soportaba. ㅡ Eres más valioso para mi que la joya más exótica del mundo ㅡ respondió con total seguridad en su tono de voz. Y era verdad, porque ella podría cambiar toda la riqueza de su vida, todo lo material, o incluso entregar la extensa duración de su vida sólo por estar con él ㅡ. Mi vida, mi alma, mi corazón ya son tuyos, te los he entregado desde el primer momento en que admiti Cuanto te amo. Y mi cuerpo también tendrá tu nombre por toda la eternidad porque así como eres mío, yo soy tuya... Te ofrezco todo lo que podría darte.
Mingyu
Sus manos se encargaron no solo de seguir limpiando las lágrimas (que esperaba fueran de felicidad) también de acariciar su espalda, y posteriormente su rojo y largo cabello. —Mierda, Lúthien. Sabes cómo es... —Chasqueó la lengua para interrumpirse a si mismo. —Nada te hará cambiar de opinión respecto a eso, ¿verdad?
Luthien
ㅡ Nop ㅡ dijo simplemente, mientras se alejaba un poco de él y apoyaba sus frente durante unos segundos ㅡ. Si estamos juntos, estaremos juntos en todas ㅡ dijo simplemente. Y le besó, fue un beso lento, pero sincero. Expresaba en él todo el amor y pasión que podía, o al menos eso es lo que ella intentaba, intentaba demostrarlo cuanto lo quería, necesitaba y deseaba, cuan importante era para su vida.
Mingyu
— Bien. Bien. Solo con la condición de que sea yo el único que lo haga. Sabes que... aunque sean mis hermanos, no podría controlarme si te hacen daño. —Era una reacción instintiva. Demasiado marcado en su adn vampiro. De solo pensarlo, el labio inferior se le alzó, enseñando sus colmillos, a la par que un gruñido crecía en su pecho. Mas todo se calmó en su protectivo y posesivo ser al ser besado. Un beso al que respondió con calma, pero a la vez algo de ansiedad, sonriendo cuando de pronto sintió también sabor dulce en la boca de su ahora... ¿prometida?
Lúthien
ㅡ Es lo mismo para mi, y también tengo que aguantarme que ellos te hagan daño ㅡ se quejó, mientras fruncía en ceño y luego presionaba su mano contra una de las mejillas ajenas, al mismo tiempo que gruñia. Y ella no hizo también, casi de la misma forma que él y con su garganta vibrante. Suspiró contra los labios ajenos, disrayendose con el, en parte dejarse llevar por él. Sus brazos se apretaron un poco más fuerte, y luego de eso gimoteó y dijo, de forma instintiva ㅡ. Te amo.
Mingyu
¿Cómo no iba a amarla? ¿Cómo no iba a estar por completo embobado con ella, si era así? Joder, le encantaba escucharla gruñir así. Le encantaba que fuera tan fuerte. Que fuera una guerrera. Era tan perfecta para él... que a veces realmente seguía sintiendo como si todo fuera más que un mero sueño, porque ¿Cómo era posible ser tan feliz? ¿amar tanto? Eran conceptos a los que aún estaba tratando de acostumbrarse. Suspiró, cerrando sus ojos unos segundos, antes de darle un pequeño beso, murmurando un <te amo> de regreso. —Creo que este fácilmente podría volverse uno de mis días favoritos, y todo gracias a ti... gracias por este cumpleaños, amor, de verdad...
Lúthien
Ese te amo la relajó completamente, sin dudarlo. Y fue de esa forma en que todo su cuerpo volvió a destensarse, a acomodarse contra el ajeno de forma que encajaran casi a la perfección. ㅡ No tienes que agradecer ㅡ susurro suavemente, dejando que su nariz rozara la ajena. Le sonrió, porque no podía evitar sonreir cada vez que lo miraba, cada vez que lo tenía cerca de él ㅡ. El día aún no acaba. Nos quedan pendientes para hoy ¿No?
Mingyu
ㅡClaro que tengo, aunque sé que son cosas que haces porque te nace, y no para recibir palabras de agradecimiento, pero de verdad, ¿cómo no voy a sentirme agradecido por tener a alguien como tú en mi vida? Mhg, deberíamos comenzar entonces por terminar esos panqueques, ¿no? estaban deliciosos. ¿Los hiciste tú?
Lúthien
ㅡ Si, yo los prepare ㅡ comentó, porque las palabras ajenas la hicieron sentir un poquito avergonzada, simplemente gateo para atraer el platito con los panqueques ㅡ. Deberías tomar tu café también, a estas alturas es probable que no este tan caliente
Mingyu
ㅡ Mhgm, deberías cocinar para mí más seguido. ㅡAñadió, metiendo otro de los panqueques hasta su boca, porque realmente estaban muy ricos. ㅡMientras sea café, me da igual si está frío o caliente. ㅡAntes de hacer cualquier otra cosa, rodeó con un brazo la cintura (casi por completo) de Lúthien, para acomodarla mejor entre sus piernas. Y solo cuando la tuvo así con él, fue cuando cogió otro de los panqueques, llevando éste hasta los labios de su prometida para poder alimentarla.
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Réquiem pt. III
Los días y las noches habían pasado a ser oscuridad. Chase de vez en cuando miraba allí donde suponía que había dejado la puerta, esperando que se abriera, y que ahí estuviera su padre. Quería que le abrazase, pues la almohada hacía mucho que había dejado de ser cómoda y no conseguía consolarle. A veces se despertaba y encontraba en la mesilla una bandeja. Podía ser desayuno, comida, o cena. No lo sabía. Comía desganado, haciendo caso al rugido intermitente de su estómago.
Se sentía preso en su tristeza, en su cuarto. Quería que alguien le sacara, pero no había nadie. No se veía con fuerzas para salir del círculo vicioso en el que se había visto arrastrado.
Se sentía uno solo con la oscuridad que le rodeaba, demasiado cansado para llorar o seguir estando triste. Todo había perdido mucho de su sentido. ¿Cómo se llamaba? ¿Qué hacía ahí? ¿Por qué no se levantaba? Chase. Su madre había muerto. Su madre. Su madre. No más lecciones de piano, no más abrazos, no más risas.
Algo se removió en su cuarto, una sombra. Chase se sobresaltó. Había estado demasiado metido en sí mismo para darse cuenta de que seguía ahí, y podía moverse. Se levantó de la cama, lentamente. Parecía que su miedo a la oscuridad había remitido, pero no podía estar seguro. Era algo temporal. Todo era temporal. Su madre había sido temporal. Suspiró, sacudiendo la cabeza. Era algo extraño, sentir el pelo tan ligero. De nuevo, algo se movió. Chase forzó a sus ojos a acostumbrarse a la oscuridad, y buscó lo que fuera que se movía. Duquesa había entrado en su cuarto, y estaba tratando de alcanzar la comida en la mesilla. Una ola de cariño le sacudió, tan fuerte que se abalanzó hacia el minino. Ella pareció dejarse abrazar, y no se resistió cuando Chase la subió a la cama.
— Duquesa —murmuró el niño. Llevaba sin verla desde que salió de Hogwarts. Al menos ella estaba ahí. Acarició su pelaje, mirando a un punto fijo en la penumbra.— ¿Por qué te has ido, mamá? –Era mucho más real si lo expresaba en voz alta.— ¿Dónde está papá?
“Estoy solo. Me han dejado solo”, quería decir. Pero no le salió. Se quedó quieto, paralizado en la oscuridad. No quería estar solo. Claustrofóbico, de golpe, se levantó, y corrió a abrir las pesadas cortinas de sus ventanas. Le sorprendió que el sol brillara fuera, y tuvo que entrecerrar los ojos para no quedarse ciego. Podía sentir a Duquesa deslizándose al lado de su pierna. Se agachó, para cogerla en brazos y apartarse de la ventana. No se acordaba bien de cómo era su habitación. Al fin y al cabo, llevaba sin estar ahí desde navidad. Sin embargo, seguía siendo una jaula, incluso a la luz del sol.
La puerta de su cuarto se abrió lentamente, para dejar ver a su institutriz. Pareció desorientada por un instante, probablemente por verlo levantado.
— Señorito Chase, su padre quiere verlo. Chase alzó las cejas, sorprendido. Asintió con la cabeza, sin saber qué más decir. Su institutriz sacó la varita, para abrir la cómoda por algo de ropa, pero Chase se puso delante del armario.
— Quiero hacerlo yo. En Hogwarts no hay nadie que nos elija la ropa. Eso es de niños – Le sorprendió su propia confianza, y lo determinada que sonaba su voz. Vio en los labios de la señorita Ravenscroft una pequeña sonrisa, que reprimió.
— Entonces, su padre le espera en el comedor. ¿Tiene hambre?
— Un poco –De acuerdo, ahí estaba su voz de siempre. La mujer desapareció por la puerta, y Chase se desinfló como un globo. No esperaba encontrarse tan rápido con su padre. Ni siquiera sabía si estaba preparado. Se enfundó una camisa y un chaleco, así como unos pantalones de pinza normales. Le quedaban pequeño. ¿Había crecido? Lo dudaba.
Se dirigió al comedor, y encontró a su padre sentado al final de la gran mesa, con la comida delante, pero intacta, y leyendo el periódico. Había otro plato a su lado, donde Chase se sentó. Seguían sin llegarle los pies al suelo. Quizá no había crecido tanto.
— Has tardado. Espero que la comida no esté fría —Chase miró a su padre, pero solo por unos segundos. ¿Realmente era aquello lo primero que iba a decirle? No respondió, y se concentró en su plato. Cuando casi había terminado de comer, se dio cuenta de que su padre lo miraba.
— La muerte de tu madre ha sido una… —hizo una pausa— un fuerte golpe. Sin embargo, no debemos dejar que eso nos afecte. Yo he seguido con mi vida. No veo que encerrarte en tu cuarto sea la mejor forma de duelo –No sabía muy bien qué quería decir con “duelo”, pero continuó callado, tratando de no hacer contacto visual.— Mírame, Praesentinus —no tuvo más remedio que hacerlo—. A tu madre no le hubiera gustado verte lloriqueando como si fueras un bebé. Eres un Harrell.
Chase abrió los ojos como platos. Las palabras de su padre no concordaban con el tono sosegado que había utilizado. Había lanzado un golpe que no sabía cómo asimilar. No se lo esperaba.
— ¿Me has oído?
— Sí, padre —Respondió, tratando de sonar confiado. Quería que se sintiera orgulloso de él.
— De ahora en adelante seguirás con tu rutina de siempre. Agatha continuará con las clases de piano, de Teoría de la Magia y algunas de las materias que peor has llevado este año. Quiero que mejores tus notas. Como ya he visto que eres un inepto para el Quidditch, le he pedido que te enseñe esgrima. Es un deporte menos digno, pero al menos harás ejercicio –Asintió con la cabeza, teniendo miedo hasta de tragar saliva.— Puedes retirarte.
Chase echó hacia atrás la silla, reteniendo sus ganas de salir corriendo. De alguna manera, consiguió andar con calma hasta que estuvo fuera de la vista de su padre. Al final, llegó a su habitación. No tenía ganas de llorar, ni de dormir. No tenía ganas de estudiar. No quería hacer nada. Quería disolverse con el aire, desaparecer. Se encontró con un espejo, en su intento de alejarse lo más posible de la conversación que acababa de tener. Se miró. ¿Quién era el Chase que dejó esa casa el año anterior por primera vez? No lo conocía. Pero, ¿qué era ese Chase que estaba delante? Se parecía al antiguo, pero no lo era. No quería desaparecer, así que empezó a contar.
— Me llamo Chase Praesentinus Harrell, tercero. Tengo doce años. Cumpliré trece el año que viene, el día seis de febrero. Voy a empezar segundo curso en Hogwarts cuando termine el verano. Soy Ravenclaw. Mi padre se llama Chase Praesentinus Harrell, segundo, y mi madre Margaret Harrell. Mi madre murió el día dos de junio. Creo que mi padre no me quiere.
Había conseguido no ponerse a llorar tras repetir aquello diez veces. Era un avance. Se pasó la mano por el pelo. No quería volver a tener rizos. A su madre le gustaban los rizos, y debía desprenderse de su recuerdo si quería seguir adelante.
***
Una semana después. Chase no se levantó del suelo, donde había acabado tras una estocada rápida de su instutriz. La esgrima era extrañamente dura, y no estaba muy seguro de si le gustaba. Miró a la mujer, casi rogandole piedad con los ojos. Ella asintió, y con un movimiento de la espada, volvió a transformarse en una varita.
— Hemos terminado por hoy.
— ¿Habrá más clases?
— ¿Hoy? No, señorito Chase.
— De acuerdo. Gracias, Agatha —Se puso de pie, lentamente. Prefería llamarla "Agatha" en vez de "señorita Ravenscroft" La mujer se fue, y Chase se quitó el uniforme, que era agobiante. Debía evitar todo lo que le ponía así de claustrofóbico, ya que activaban el pánico, y volvía la tristeza. Había momentos en los que Chase se sentía terriblemente triste, y esos eran los que más odiaba. Se encontró agradeciendo la rutina, casi monótona. Sus veranos siempre habían sido así. No quería pensar en sus amigos, pasándoselo bien juntos. ¿Se habrían dado cuenta de que no estaba? Temía que le hubieran olvidado. Quería escribirles, pero también temía que no respondiesen. O que su padre no le dejase mandarla. Salió de la sala que habían escogido para entrenar. Se movió sin rumbo por los pasillos. Siempre había tenido prohibido subir al tercer piso, por lo que solo frecuentaba el primero y el segundo, en el que estaba su cuarto. Llegó hasta la sala del piano. Dudó, en el marco de la puerta, entre si debía entrar o no. Terminó accediendo, cerrando la puerta con suavidad detrás de sí. Estaba igual que la había dejado. Movió un dedo por el instrumento. Impoluto. Los elfos siempre hacen un buen trabajo. Entonces, se percató de algo. El gran cuadro de su madre había desaparecido. Ahogó un suspiro. Lo agradecía. No estaba listo para ver a su madre, y que le hablara, sabiendo que no era ella y nunca lo volvería a ser. Se mordió la mejilla, y dudó si sentarse ante el piano. Pese a que su padre lo había dicho, aún no había retomado sus lecciones. Quizá era cosa de Agatha. Quizá quería respetar durante un poco más el recuerdo de Margaret. Ella era la que más se había interesado por las clases de música. Se sentó en el banco, dubitativo. Presionó una tecla, para probar, y sonó tan de golpe que se sobresaltó. Nunca se daba cuenta del gran silencio hasta que se rompía. Abrió el libro de partituras, que estaba donde lo había dejado. La primera que encontró era el réquiem de Mozart, Lacrimosa. Tragó saliva, colocando los dedos donde debía y la espalda recta. Se quedó quieto durante unos segundos, pero terminó por destensarse, con un suspiro. No podía. Ahí había estado su madre, con él. Se tapó la cara con las manos, abatido. "Estás siendo estúpido. Es solo un piano." Se quitó las manos de la cara, y las volvió a colocar en el instrumento. Entonces, comenzó a tocar.
https://youtu.be/mVVjxmgJqoI
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3 problemas y soluciones de la salud ocular
Fuente original: 3 problemas y soluciones de la salud ocular Puedes ver más visitando Teleindiscreta - Las mejores noticias de actualidad, famosos, salud, belleza, cocina, motor, música y mucho más.
1. OCIO TECNOLÓGICO: EPIDEMIA DE MIOPÍA
Tablets, ordenadores y móviles pueden hacer que dejer de ver con nitidez lo que tienes lejos. En España hay más de 10 millones de personas con miopía simple. La prevalencia de esta enfermedad oscila entre el 20% y el 30% de la población. El aumento de los casos de miopía simple, sobre todo entre la población joven, está ligado al aumento del ocio tecnológico; es decir, al uso cada vez más extendido y prolongado de ordenadores, televisores, tablets y smartphones. Más del 40% de los jóvenes europeos de entre 25 y 29 años son miopes hoy en día, y las previsiones no son nada halagüe.as. Algunos datos, como los que maneja el Brien Holden Vision Institute, auguran un aumento notable de la prevalencia de esta enfermedad. La institución apunta que la mitad de las personas serán miopes en 2050, algo que ya sucede en países como China, Corea del Sur, Singapur o Taiwan, que superan esa mala expectativa. El riesgo es que estos casos de miopía simple pueden derivar en cuadros más graves y, eventualmente, en ceguera. Solo en España hay alrededor de un millón de personas con miopía patológica, una enfermedad que se produce por la distensión de la parte posterior del globo ocular y que provoca hemorragias, desgarros retinianos y desprendimiento de retina entre otros problemas a medida que avanza.
ES IRREVERSIBLE: La miopía es un defecto del ojo que dificulta ver correctamente de lejos. En lugar de hacer foco en la propia retina, el punto focal se forma delante, de modo que cuesta ver con claridad los objetos o personas que están a cierta distancia. Un gesto típico de quienes tienen miopía es entrecerrar los párpados cuando intentan leer algo que está alejado. Aunque la miopía no es reversible, se puede tratar mediante el uso de gafas y lentillas correctoras, con intervenciones quirúrgicas o con lentes intraoculares.
2. DIME QUÉ COMES Y TE DIRÉ CÓMO VES
Cuida tu alimentación y desecha tus hábitos sedentarios: la diabetes tipo 2 causa retinopatía. La retinopatía diabética es la primera causa de ceguera en los adultos menores de 50 años. Se trata de una enfermedad progresiva que comienza sin síntomas y afecta a los pequeños vasos sanguíneos de la retina, es decir, el tejido sensible a la luz que se ubica en la parte posterior de los ojos. Con el avance de la enfermedad, se dañan y obstruyen los vasos sanguíneos, y algunas partes de la retina no reciben sangre. Al detectarlo, el propio organismo se encarga de generar nuevos vasos que, sin embargo, son anómalos y demasiado frágiles. Si las paredes de estos vasos se rompen, pueden gotear sangre y ocasionar una pérdida severa de visión. La retinopatía diabética, como sugiere su nombre, está relacionada con otra enfermedad cada vez más habitual: la diabetes. Se calcula que el 8% de la población mundial la padece, sobre todo la de tipo 2, que responde a nuestros malos hábitos dietéticos, el sedentarismo y la obesidad. El reciente estudio [email protected] detectó que en España hay más de 5 millones de personas con diabetes tipo 2 y, lo que es aún más inquietante, que el 43% todavía no lo sabe.
RIESGO DE CEGUERA: Los problemas visuales son muy frecuentes en las personas que tienen diabetes.“La revisión del fondo de ojo debe realizarse en el momento en el que debutan, sin esperar a que aparezcan síntomas de enfermedad visual, ya que podría ser demasiado tarde”, señala el presidente del Consejo General de Colegios de Ópticos-Optometristas, Juan Carlos Martínez Moral. El National Eye Institute concuerda con él. Según esta entidad estadounidense, las personas con retinopatía proliferativa (el estado más avanzado) pueden reducir el riesgo de ceguera en un 95% con un tratamiento oportuno y un seguimiento adecuado.
3. EL LADO MÁS OSCURO DEL SOL: LOS RAYOS UV NOS DAÑAN
Ojos irritados y rojos, cataratas o casos de cáncer: de ahí la importancia de unas gafas adecuadas. La exposición de los ojos a los rayos del sol, ya sea de manera directa o usando gafas de mala calidad, puede causar graves lesiones internas y externas. Las quemaduras en la piel de los párpados son una de las consecuencias más frecuentes. Además del enrojecimiento puntual, estas quemaduras pueden producir lesiones más serias como la queratosis actínica –un relieve áspero que puede derivar en cáncer– o la enfermedad de Bowen, un tipo de cáncer escamocelular. Pero el alcance de los rayos UV también afecta al interior de los ojos. Un exceso puntual de luz ultravioleta provoca daños en la conjuntiva. La irritación y enrojecimiento son las típicas secuelas de un descuido. No obstante, cuando la exposición es regular y frecuente, puede derivar en el desarrollo del pterigión, un tumor de aspecto carnoso y forma triangular que crece sobre la parte blanca del ojo y que, incluso, puede extenderse sobre la córnea. El pterigión o ‘uña’ es un tumor no canceroso, pero hay otros que sí lo son y que tienen estrecha relación con el sol.
SI VA A MÁS: Otra de las lesiones que surgen o se agravan con los rayos UV son las cataratas, éstas son áreas nubladas que se desarrollan en la lente del ojo y que impiden el paso de la luz. En general, comienzan tímidamente y no causan dolor. Mientras se mantienen pequeñas, no ocasionan molestias ni alteran la visión; pero crecen dificultando la visión. El tratamiento es la cirugía. Con todo, es muy importante evitar a toda costa las gafas de mala calidad: es preferible no usar nada a ponerse gafas sin filtro UV. Los lentes malos no impiden el paso de estos rayos, pero sí atenúan la luz, de modo que las pupilas están más dilatadas y más expuestas a sufrir lesiones. Además, la Academia Americana de Oftalmología recuerda la dolorosa ceguera de nieve, producida por la exposición a los rayos UV, que se reflejan en el hielo y la nieve, especialmente a grandes alturas.
Fuente: La Razón
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