#dani: sólo te pedí un lápiz
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🔓 archivo desbloqueado . . . ‘ el vino que tomé anoche en la cena aún está bailando en mis papilas gustativas ’ con @danielletylr
‘ ¿tan bueno estuvo...? ’ abre un ojo para espiar a la otra visitante del spa, desde la camilla en la que se encuentra. ‘ lo creas o no, este es el primer gusto que me doy desde que llegué ’ al spa, se refiere. a la necesidad de acudir en busca de un masaje por las contracturas con las que se ha levantado después de pasarse largas horas con la cabeza hundida en archivos que ha decidido investigar para la causa. ‘ y aunque sé que era literalmente necesario, me siento un poco culpable ’ le comenta. ‘ lo siento, te estoy obligando a ser mi terapeuta ’ sonríe, cuando se da cuenta que le está contando sus problemas. ‘ es que la masajista no parece tener ganas de charlar ’
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A DOS AÑOS DEL ACCIDENTE
..Ya son dos años de aquella terrible mañana en la que salí a carretera y me encontraría con definitivamente el reto más grande de mi vida.
Salía tarde, me dirija a un torneo que empezaba a las 8 de la mañana así que manejaba rápido. Decidí hacer una única parada en la última gasolinera antes de salir a la autopista, cargué gasolina y en ese lapso compré un café grande y unos cacahuates japoneses (lo sé, no es la mejor combinación) mientras pagaba recibí un mensaje de un amigo el cual había visto días antes y quedamos en que se iría conmigo, pero me escribía que se había quedado dormido pero que ya estaba listo. En mi mente pasó el regresarme por el, sin embargo pensé que no iba llegar y dije lo siento amigo, será en otra ocasión.
Subí a la camioneta, manejé hasta la caseta, le di un trago al café y en ese momento la carretera se convertía en una pista de carreras, normalmente manejaba rápido pero me “controlaba” porque venía con más personas en la mayoría de las ocasiones. Ese día estaba solo y decidí pisar el acelerador a fondo y recuerdo escuchar el sonido del motor, sentía como la adrenalina me circulaba. Decidí manejar por el carril izquierdo pensando que el camino estaría libre pero estaba saturada de camiones así que me tenía que frenar constantemente y en ocasiones algunos no se cambiaban de carril. Por más señas que le hiciera o tiempo que lo esperara atrás se tardaban en moverse y después de tener que esperar unos 8 camiones decidí hacer lo que no se debe hacer y empecé a pasarlos por la derecha, todo iba bien pero fue el sexto camión el que cambiaría mi forma de ver la vida...
Cuando estaba a unos 15 km de la tercera caseta al rededor de unos 700 metros de otro camión en el carril izquierdo, empecé a cámbiarle las luces de forma exagerada para que se cambiara de carril pero entre más me acercaba iba desacelerando y más me daba cuenta que no se iba a mover así que cambié la direccional a la derecha y empecé a cambiarme de carril y justo antes de pasarlo le hice más cambios de luces para que estuviera al tanto de que lo iba a rebasar, definitivamente me había visto así que volví acelerar y cuando apenas pasaba las llantas traseras, el camión me cerró o se me aventó no se cual sea la mejor definición pero todo pasó en cámara lenta o mi mente empezó a procesar información demasiado rápido. Traté de girar el volante lo más despacio que se pudiera para no perder el control de la camioneta y pasarme al carril de acotamiento, también pensé que si me salía de la carretera perdería control total o que podría caer en alguna coladera de estas que están en los costados de la carretera que casi miden dos metros así que trate de quedarme en el carril de acotamiento pero la velocidad no ayudo en nada y derrapó la camioneta. Gire la cabeza para ver si el camión se había regresado al carril pero me seguía cerrando así que me vi obligado a girar el volante contra el camión esperando que me empujaran las llantas pero no estaba tan atrás y el cofre se insertó en la parte intermedia de la caja del camión para que después pasaran las llantas por encima del cofre y después catapultar la camioneta Recuerdo ver las llantas pasar por enfrente y después ver la camioneta brincar y empezar a girar y en el momento que tocó el piso y la primer ventana se rompió cerré los ojos por miedo a que un vidrio me cortara el ojo pero sentía cada giro, escuchar la explosión de las bolsas de aire, sentir los vidrios que me caían al romperse conforme seguía volcándose la camioneta, hasta que por fin se detuvo. Volví a abrir los ojos y me encontraba boca bajo sostenido y salvado de no haberme salido de la camioneta por el cinturón y bien agarrado del volante me volteé a ver y no tenía ningún rasguño, sonreí y una satisfacción me llenó el cuerpo por que estaba vivo y no me había pasado nada entonces decidí que tenía que salir de la camioneta y desabrochar el cinturón pero cuando quise mover el brazo, no respondió, entonces cambié de pensar y me vino a la mente que tal vez si me había lastimado algo y la adrenalina no me dejaba sentirlo así que decidí calmarme y esperar a que alguien llegara pero no pasaron ni 30 segundos y me desmayé, únicamente recuerdo un tiempo después escuchar “tranquilo Luis (primer y prohibido nombre) ya te vamos a sacar. Sentí que todo iba a estar bien, pero me volví a desmayar, ese segundo desmayo que me dejaría en coma por unos días. En cuanto al camión ni si quiera se detuvo en mi opinión se asustó (por los exagerados cambios de luces) pensando que le iban a robar pero lo importante vendría después.
Ya estando en el quirófano tal cual ‘me les fui’ una vez la raya estaba recta, no había pulso y dejé de respirar. Los doctores y su equipo me lograron resucitar después en cuidados intensivos una vez más pero también inconsciente y una última estando ya consiente, nada más recuerdo como todo se fue haciendo negro, no tuve estas experiencias que algunos pasan, no vi ninguna luz al final de un túnel, mi vida no me pasó como película o hablé con seres queridos que ya fallecieron. Al estar en estado de coma lo único que si sufrí fue de alucinaciones las cuales me dijeron que sólo uno de cada diez las sufre y para mi suerte fui ese uno, estas fueron muy intensas desde que el doctor era un homicida hasta que en ocasiones me escapaba del hospital las cuales para mi por un tiempo fueron experiencias reales hasta el punto que cuando desperté no me hacían creer en el diagnóstico que me decían, lo cual me tenía muy confuso porque durante la noche yo había salido como si nada pero durante el día respiraba por un tubo, no podía hablar y no me podía mover. Con el tiempo empecé a sentir estos golpes de realidad, recuerdo le pedía a un amigo que me pusiera de pie que no se preocupara que nadamas necesitaba ayuda para levantarme pero se negaba y llegamos a un acuerdo donde me ayudaría a sentarme, no me pude ni sostener pero mi mente nadamas se negaba, así que le pedí que me acercaran una mesa, hoja y papel y le iba a demostrar escribiendo pero después de intentar levantar el brazo y fracasar todavía me hizo el favor de ponerme el brazo sobre la hoja y después el lápiz y ni si quiera pude cerrar los dedos para sostenerlo y fue ahí cuando me di cuenta que lo que me estaban diagnosticado era cierto y también me di cuenta que las alucinaciones habían sido alucinaciones y no experiencias. Mi mente empezó a procesar la cruda información y aunque en mi mente estaba el pensamiento continuo de “tranquilo estás vivo” las preguntas se empezaban a acumular y no había quien me contestara las respuestas y la intriga se hacía más grande porque ya me habían dado malas noticias antes de mi salud pero el proceso era aceptar lo que tenía y después preguntar, bueno ¿Cómo le hago para curarme? Y hacer todo para llegar a esa meta.
Así que fue pasando el día y entré en el proceso pedí ver al doctor pero ya se había ido y regresaba hasta la mañana del día siguiente recuerdo que esa noche no dormí pensando en las preguntas y en las posibles respuestas desde el mejor escenario hasta el peor. La mañana llegó y el doctor llegó unas horas después lamentablemente las respuestas eran peor de lo que había imaginado, desde que iba a respirar por una máquina por el restó de mi vida y que del cuello para abajo no me iba a mover, no existía una solución en si, era más en cómo tenía que aprender a vivir con esto para siempre. No me cayó nada bien pero mi mente necia dijo no. Algo se podrá hacer y empecé con la primer meta, salir del hospital pero ahí empieza otra historia, en mi mente se formó la idea de que conforme me fuera estabilizado menos la gente que iba a dejar de asistir que era como lo natural y lamentablemente la vida sigue y tenían que ir desde a la escuela o al trabajo o atender a sus familias pero no les puedo explicar el gran sentimiento que me da de contarles de que ningún día estuve solo desde un grupo de personas que fue Chio, Gus, Felipe, Andrea y Raúl que estuvieron diario en el hospital al pendiente mío y el de mi mamá y de contarles a los de más de en qué situación me encontraba que la verdad yo creo que mi historia sería distinta si no hubieran estado ahí y hasta de más personas que iban dos días de la semana o la quincena o el mes como Tucky, Ponchó, Barbara, Dani, Gabo, Sussy, Julia, Ale, Karen, Ovalle, Estefa, Regina, Romulo o Vazquez pero siempre volvían, en ocasiones nos juntábamos hasta 15 personas adentro de la habitación, personas que viajaron de fuera para pasar todos los días de su visita para estar conmigo como lo fue Bebo, Pilo, Primo, Roberto, Maye, Balbi, Barrios, Flore y Roselia y me encantaría nombrar a todas las personas que fueron pero si les digo que fueron 500 me quedo corto además de mi familia quienes durante un año fueron y vinieron cada semana a darme apoyo y bueno mi madre no les tengo que platicar ustedes saben más que yo, Chely mi asistente doméstica de la casa o la muchacha pero ella insiste en el primer título la verdad no importa el titulo es tan importante como cada miembro de mi familia pero a estado ahí por más de 15 años y dejó todo cuando mi mamá se mudó para acá y por ultimo enfermeros como Jorge, René, Víctor y Ruben que se volvieron amigos ninguno es más importante que otro, cada uno jugó su papel y dejó una marca importante en mi vida, no tengo palabras para terminar de agradecerles y toda la alegría que me compartieron además de que se volvieron mi fuente de inspiración porque lamentablemente cuando este tipo de accidentes pasan no solo te afectan a ti si no a los que te rodean pero recuerdo el principio, me enseñaron una foto de la sala de espera, la cantidad de gente era increíble.
Hoy les puedo decir que me encuentro mejor que nunca he viajado por tierra y aire desde ciudades de nuestro país hasta otros continentes, tratado con cada terapeuta y tratamiento y respiro sin necesidad de ninguna máquina, tengo control y movimiento total de mi cabeza además de un 50% del movimiento de mis brazos y tronco y sigo avanzando, cada día estoy más fuerte y más motivado con el cariño y amor de más gente del que tenia antes de entrar al hospital, también el apoyo que tenido de la fe de Dios. El fin de todo esto es darle gracias a todos el camino hubiera sido más difícil de lo que es y aunque falta camino por recorrer se que cuento con ustedes y que ustedes cuentan conmigo, hace tiempo me puse a pensar cuánto tiempo de vida me quedaba y calculé unos 50 años por lo menos y de pensar eso me dije, me voy a quedar 50 años en una cama o voy a luchar cada día tratando de cambiar el destino que me diagnosticaron, creo que ustedes ya saben la respuesta.
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