#con: zhou xiaoyu

[ayakankmr]

Desbordante de alegría, interesante manera de verlo. ¿Desde hace cuánto no se siente de esa manera? Es difícil recordarlo entre tantos altibajos emocionales a lo largo del tiempo, donde cada probadita de felicidad siempre culminaba en un regusto amargo y desconsolador. Ayaka no puede evitar que sus mejillas se sonrojen muy levemente, un tono rosáceo que bien podría confundirse con el rubor del frío. "Disfruto el ambiente festivo, pues ni siquiera he tenido tiempo de subir a una atracción o de jugar en los puestos". La sensación de libertad, aun cuando se empeña en desempeñarse eficientemente en su actividad voluntaria, es tan gratificante como contradictoria en dicho contexto; sin embargo, es lo que la ha mantenido activa durante todas estas horas. "¿Usted ya visitó la feria? Dudo que tenga que quedarse aquí el día entero". Curiosa pero sutil, observa las coloridas pinturas con que trabajan, pensando en que le gustaría una flor rosada, en caso de sí tener que pintarse el rostro.

Una respuesta silenciosa confirmó las palabras de la menor. Ciertamente, nada parecía convencerle lo suficiente como para estar en ese lugar de buena gana; si bien las zonas concurridas no le molestaban en particular, cuando mencionaban tratar con personal podía sentir sus músculos tensarse en cuestión de segundos. "Aún cuando tus palabras expresan cansancio, tu rostro desborda alegria, ¿has disfrutado de las atracciones?" Tan ensimismada se encontraba en su propio pesar que había olvidado por completo las actividades que llenaban al lugar de diversión, para su mala suerte, la energía se le había agotado para los próximos tres días "Buena elección, flores serán" Tomó uno de sus pinceles y lo pasó por la pintura blanca, dejando lista la herramienta para cuando fuese necesaria.

[ayakankmr]

Agradecida por la esclarecedora charla compartida, delicada sonrisa cobra vida, iluminando la sombría expresión que la ha acompañado de vez en cuando. Ayaka dedica un vistazo de reojo a su acompañante, admirando la sabiduría que esa joven mujer parece desbordar, sin caer en entendimiento restringido como lo haría una persona mucho mayor a ambas. Con un suave asentimiento, acaba aceptando aquellas palabras que procurará no olvidar a futuro. "Tiene razón. Sigamos avanzando sin detenernos". Antes de que la escasa luz del sol desaparezca por completo, antes de que ojos curiosos las descubran 'cooperando', a paso firme deben continuar; pues dar marcha atrás nunca fue una opción.

Sus conclusiones sobre Ayaka fueron simples y concretas, así como ella se expresaba; mesurada para hablar y considerada con las personas a su alrededor -más de lo que algunos merecían-, sintió curiosidad por su familia y el rol que desempeñaba dentro de la misma, y sobretodo, el potencial que tenía para ser la heredera aún si ella no tuviese la ilusión de serlo. "Ya veo... el silencio también es una virtud, saber escoger cuándo hablar, con las palabras apropiadas y a quién dirigirlas" Era lo que ella solía hacer. Hablar lo necesario, enfocar su energía en lo que consideraba relevante y el resto dejarlo fluir a su ritmo; quizá no era el mismo caso, pero no estaba en ella darle lecciones de vida a Ayaka. Con esto en mente, consideró la posibilidad de no ser sólo la menor quien se estaba proyectando en la conversación. "Esperemos no sea el caso, entonces, sería molesto tener que lidiar con más problemas además del que tenemosnactualmente" Alzó la mano, refiriéndose a lo obvio. "Como digas, debemos darnos prisa si no queremos quedarnos en este lugar hasta la media noche."

[zxiyuu]

Asintió satisfecha. Una respuesta oportuna y de la cual compartía sentimiento. Cuánto cinismo en nuestras vidas, pensó, hacer de esto un juego por mero aburrimiento; una moneda al aire, la semejanza con su futuro. "En eso tienes razón. No me gusta el trabajo en equipo, pero por ti puedo hacer una excepción" La honestidad se percibía en sus palabras, mas no la confianza. Era difícil definir las intenciones del hombre, a pesar de sentirse tranquila e incluso disfrutar de la charla compartida; poco le importaba si después recibía el golpe de gracia, aunque a su ver, no le creía capaz "Puedes saber mi nombre, si me dices el tuyo. El resto, en ti quedará si deseas saber de mí" Una risa floja acompañó el gesto, divertida por la manera tan enigmática en que le retrataba "Zhou XiaoYu" Una leve reverencia acompañó su presentación "Un placer".

Inclinó su postura con el malsufrido deseo de conocer algo de aquella desconocida como lo hace un compinche. Miró primero su cabello, y se dio cuenta que era oscuro como las sombras del atardecer; cuando le respondió finalmente, pudo notar que en sus ojos había una luz semejante a la luz de las estrellas. ¿Iba a confesar también algo similar? Su compás moral le decía que sí, debía ser sincero de vez en cuando en la vida. Además, ¿cómo iba a saber si mentía? Eso hacía todo más interesante. “ Por supuesto que no tienen idea ” creció dentro de aquella población pero al menos estaba consiente de los pro y los contra. “ ¿Yo? ” nimia curvatura en sus labios dejó escapar un resuello. “ Estoy tan aburrido últimamente que he pensado en ello, aquellos en el poder son los que pueden cambiar al mundo, el resto solo pretende ” objetó. “ Además, nadie ha llegado hasta la cima solo y esto es un juego ” dejó escapar pequeña risita entre dientes. “ ¿Puedo saber cuál es tu nombre? ” añadió mientras cerraba el trato aceptando su mano. El momento de entrar al absurdo juego había comenzado. “ ¿O será mejor no saber nada de ti? ”

[ayakankmr]

Confianza. Le gusta cómo suena, incluso si mantiene sus reservas acerca de cuánto durará. Sin embargo, eso no significa que el tiempo compartido sea desvalorizado; sino todo lo contrario. Ayaka está profundamente agradecida de haberse encontrado con la dama en un momento tan adecuado, y por ello, no es de extrañar el que desee mantener contacto con ella; al menos, mientras su estadía en la ciudad finalice. Una breve tensión se apodera de la japonesa, aún desconcertada tras su propio despliegue de emociones y pensamientos. Lamenta haberse proyectado tanto en la pregunta, revelando información que a Xiaoyu, por supuesto, no tiene por qué interesarle en lo más mínimo. Y aun así, es lo suficientemente cortés como para ofrecerle otro amable comentario. "Es una lástima que, cuando tengo que hacerlo, las palabras desaparezcan de mi mente". A pesar de admitirlo con una sonrisa que intenta ser divertida, dicha realidad no hace más que complicar su vida; siempre incapaz de negarse o expresar su descontento ante la familia. "¿Se imagina? Eso sería catastrófico. Casi tanto como yo siendo madre. Oh—" Se detiene momentáneamente, echando un vistazo de reojo a un pequeño pasadizo de igual verdor, como todo en este lugar. "No, es otro callejón sin salida. Será mejor que continuemos hasta el final de este camino".

Hoy parecía ser un día de confesiones y conversaciones honestas, atípico de ella, quizá era la locura colectiva por verse forzados a competir por un premio misterioso lo que la orilló a cambiar su modus operandi, empero, comenzaba a ver las ventajas de su nueva estrategia e incluso disfrutaba de las conversaciones enriquecedoras que ha tenido durante el transcurso de la actividad. Certero era, las familias del club estaban integradas por personalidades interesantes. "Por supuesto, velo como una muestra de confianza" Una sonrisa moderada asomó sus labios. Sus pensamientos entonces se posaron en sus padres, específicamente, su madrastra y el tipo de relación que compartía con ella y sus hermanos. Sin embargo estos fueron interrumpidos por el repentino discurso desmesurado de su acompañante. "Nada que disculpar..." Pestañeó un par de veces, desconcertada por el cambio de actitud y se echó a reír. "Veo existen opiniones firmes dentro de ti, es una grata sorpresa, deberías expresarlas más a menudo" Prosiguió a dirigirse al camino señalado, aprovechando para pasar su mano derecha sobre las hojas del arbusto a su costado. "Quizás el premio misterioso es descubrir que nuestros padres son amenazados y por ello nos obligan a seguir estos juegos" Comenzaba a divagar en sus ideas, más por aburrimiento que por otra cosa. "No sabemos si aquí existe alguna madre con tu mismo sentir."

[ayakankmr]

Aunque ve en Xiaoyu una mujer tan joven y hermosa, la sabiduría que transmiten sus palabras es indudable. Lentamente, la japonesa parece serenarse una vez más, apaciguando cualquier intento de su cabeza por sabotearla y arruinar un momento que, si bien no buscaba, puede catalogar como imprescindible para sobrevivir este tedioso viaje. "Agradezco su honestidad". Oscuros ojos recuperan el brillo, aunque tenue. El abatimiento se desvanece al encontrar algo de claridad en aquello que escucha; o más bien, al hallar entendimiento. Ayaka siente que ha pasado demasiado tiempo desde que una conversación le resulta tan esclarecedora, desde que puede identificarse en otro pensar. Y esa sensación genera otra discreta sonrisa de su parte, al mismo tiempo que señala hacia el camino de la derecha. Más allá del instinto, ha observado el césped hundido por varias pisadas; quizá, a algunas personas les dio resultado tomar la misma ruta. "Por nada del mundo traería a mis hijos aquí, créame". Se le escapa un bufido, acompañado del sonido de una pisada firme para continuar con su marcha. "¿Cómo podría obligarlos a morir de aburrimiento? ¿Y si los laberintos les dan miedo? ¿Qué tal si tienen cosas más importantes que hacer? Además, ¿por qué tendría que exigirles el exponerse ante el ojo público para complacer algún delirio de grandeza? La sola idea me molesta. Y por último, ni siquiera conocemos el pre—" La verborrea es detenida en cuanto se percata de las proyecciones que hace. Apenada, Ayaka carraspea y rasca una de sus mejillas con el índice. "Disculpe, creo que me excedí con tanta palabrería".

Percibió el negativo efecto provocado en su acompañante a causas de su interrogamiento, observando de reojo el semblante decaído y perdido en algún monólogo interno. Mordiendo el interior de su mejilla, se sumió en el propio, sopesando las similitudes no sólo en carácter sino también en disyuntivas; el simple pensamiento de haber encontrado a una semejante le generó un sentimiento incómodo y reconfortante a la vez "Es difícil luchar por algo intangible, sobre todo cuando existe la posibilidad del descontento" Una bifurcación nueva apareció frente a ambas, un camino no recorrido y un paso más cerca de la meta "¿Por qué tendrías que imaginarlo? Ni siquiera le das oportunidad a la probabilidad" Señaló al camino dividido frente a ellas, esperando a que escogiese el rumbo de las dos. "No nos conocemos, pero creo, te debo sinceridad" Una ligera pausa, antes de proceder con su siguiente frase: "Yo tampoco sé qué haría con el premio, ni tampoco estoy segura de quererlo" Se encogió de hombros, restando importancia a sus palabras, fingiendo que las mismas no eran de gran importancia "Es incluso aburrido, y por más que le doy vueltas, no entiendo el propósito de hacer todo esto" Lógicamente, sabía por qué, junto a todas las oscuras implicaciones del juego y sus variables motivos; no obstante lo creía una pérdida de tiempo. "¿Te imaginas el futuro? Si tú y yo estuviésemos en el poder, ¿le haríamos lo mismo a nuestros hijos?"

[ayakankmr]

Con docilidad, Ayaka se deja guiar de regreso al interminable laberinto. Aunque su cuerpo avanza, paso a paso, por mera inercia y motivado gracias a la compañía, su cabeza parece haberse quedado atascada en pensamientos tormentosos. La mente es un caos, el corazón se comprime discreto ante la interrogante final, pues ese siempre ha sido su mayor dilema: no saber lo que desea, nunca darse el tiempo para conocer a su verdadera yo. Es casi risible, entonces, el decaimiento en semblante, el aspecto desdichado de una mujer tan joven. Si esta confusión se limitara, exclusivamente, a encontrar la salida de este lugar, las cosas serían diferentes y no vacilaría al responder que un tonto acertijo la exasperó, incluso podría sonreír, seguir como si nada. Pero nunca es tan sencillo, entre ella y su mente. "No lo creo. Mi familia da por hecho que siempre debemos ser los mejores, en todo". ¿Enorgullecerse de Ayaka? ¿Por esto? Tonterías. "Sobre mí..." El ritmo acompasado del caminar la mantiene en calma, concentrándose en cada pisada que da hasta llegar a una intersección y señalar, primero izquierda, luego derecha, preguntando qué camino deberían tomar ahora. "De lograrlo, desearía recibir el premio rápidamente y esperar que valga la pena el esfuerzo. Pero es imposible que gane, ni siquiera he podido imaginarlo, ni por diversión".

"Es un gusto, Ayaka" asintió, dando por finalizadas las presentaciones; impulsando a la joven a continuar el recorrido, le dio un suave empujón en dirección opuesta de dónde se encontraba el antiguo escondite, pues tiempo no debían perder aún si las intenciones no eran ganar el misterioso premio. "Al mal tiempo darle prisa, es lo que dicen" El ambiente, conforme el día anunciaba su fin, se tornaba lúgubre y confuso; sombras distorsionadas por las ramas salientes engañaban al ojo poco entrenado, haciendo al distraído girar a un pasillo sin salida. "Comprendo a qué te refieres" Habló, después de una corta pausa, evaluando el sentir de su nueva compañera "No todos están aquí por gusto, es normal sentirse confundida" Si bien sus palabras iban dirigidas a la contraria, de cierto modo se sentían a la vez para ella misma. "Aún estás a tiempo de demostrar aquello que deseas, cualquiera puede tropezar en su primer intento" Complicado resultaba, ver a una mujer luchar en contra de los deseos de su padre, sobretodo cuando en su propia dinámica familiar, opuesto era el conflicto. "¿Qué pasará si consigues el premio? ¿Tu familia estará orgullosa?" Chasqueó, negando con la cabeza. Esa no era la pregunta adecuada. "¿Qué harás tú si consigues salir antes que los demás?"

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Por supuesto, puede reconocer a una mujer seria y centrada cuando la tiene en frente; sin embargo, por algún motivo, las acciones contrarias no la exentan de cordialidad ante sus ojos. Y ahora, más relajada, Ayaka puede darse el lujo de despojarse de algunos temores iniciales, no solo correspondiendo la gentileza ajena con un último y suave apretón de manos, sino también con la mirada apacible, libre de desconfianza y miedo, que le brinda. "Entonces, usted puede llamarme Ayaka". El momento en que se libera del agarre, se encarga de atar mejor la bufanda, de abotonar el abrigo y alisar un poco los pliegues de la larga falda que usa. Al final, busca su teléfono para consultar la hora; vagamente calcula que llevarán dentro más de una hora, dos a lo mucho, incluso si el paso del tiempo parece eterno, congelado como el paisaje invernal. "¿Puedo ser sincera?" Es una pregunta retórica, usada para darse un respiro antes de proseguir, evocando la seguridad suficiente de que no se ganará una reprimenda, de que tolerará cualquier indicio de ser juzgada. "Nunca quise participar. A decir verdad, entré porque mi padre estaba observando y creí..." Su ceño se frunce en indecisión, procurando que sus palabras no suenen a capricho o debilidad. "Intenté creer que debía demostrar algo. Claramente, fue un error".

"No son necesarias las formalidades" Una vez estable, le ayudó a sacudir de sus ropas todo rastro de hojas y tierra. Reconoció el apellido con prontitud, como cualquiera allí presente, todos eran influyentes en su propio ramo y los Nakamura no eran cualquier familia. Con la información brindada fue suficiente para hacerse una idea de la persona frente a sí. "Puedes llamarme Xiaoyu, nos estaremos viendo con regularidad de ahora en adelante" La amabilidad no era su fuerte, ni tenía motivos para serlo; no obstante, conforme el tiempo pasaba dentro de aquél laberinto, comenzaba a considerar la importancia de las alianzas. "Es contra de las reglas ayudarnos mutuamente, pero, si sólo existe una salida, inevitablemente deberemos seguir el mismo camino." Y para formar una, requería alguien de fiar. "Ya tenemos bastante rato dentro, por lo que asumo hemos progresado en cierta medida" Se llevó la mano a los bolsillos, sintiendo una vez más la necesidad de seguir avanzando "Dime, ¿qué te motivó a querer esconderte?"

[ayakankmr]

Efectivamente, la distinguida dama se asemeja a su hermana, de alguna remota, intimidante y extraña manera que, quizá, solo cobra sentido dentro de la mente de Ayaka. "Muchas gracias". Alcanza a articular, la timidez impide que esas palabras se emitan con fuerza y claridad. De cualquier manera, sujeta suavemente las manos contrarias, lo suficiente para equilibrarse y evitar que un par de temblorosas rodillas la traicionen. Aunque la japonesa no sea el epítome de la belleza o la distinción, es sobria y recatada al vestir, procurando cumplir con los códigos de vestimenta, pero tratando de no destacar demasiado. Pulcra, es la palabra que usualmente la caracteriza, menos en este preciso momento y frente a esta mujer en particular; por supuesto que debía lucir lamentable, como un completo desastre. "Nakamura Ayaka. Es un placer, señorita Zhou". Con dificultad, se atreve a elevar la mirada hasta encontrar la impropia. Siendo su madre una fanática del calzado de lujo, un par de cosas ha escuchado acerca de la ilustre familia china y el maravilloso trabajo que realizan en el ámbito de la moda. Lo cual hace que su aspecto, ahora desaliñado, se convierta en su peor carta de presentación.

Apartó por unos segundos la mirada, observando a su alrededor: el follaje verde, el cielo gris, lo absurdo de la situación y su creciente hastío. "No hay nada de qué disculparse" Pronunció, sin mirar aún a la joven escondida entre los arbustos. "Aunque no es mala idea pasar entre las ramas para llegar más rápido a la salida, toda tu ropa terminará hecha un desastre" Sus ojos se posaron nuevamente en ella, analizando el estado de sus prendas. "Deja te ayudo con eso, sería lamentable si alguien te ve en ese estado" Poco o nada debería importarle la opinión ajena, dicho esto, no podía permitirse ver un atuendo desalineado aún si del propio no se trataba. Se agachó un poco, extendiendo las manos para poder sostenerla y ponerse de pie. "Creo que no nos conocemos, soy XiaoYu... Zhou" Reveló su nombre, esperando con eso tranquilizar a la desconocida.

[ayakankmr]

"Créame, no le habría gustado perseguir perritos extraviados por toda la feria". Aunque ha sido un día sumamente ajetreado, existe algo en este que resulta agradable. Será el ambiente festivo y conmovedor, o simplemente, el hecho de que estar tan ocupada no le permite quedarse a solas con su mente por demasiado tiempo; lo único cierto, es que Ayaka está disfrutando del extraño gusto a melancolía y nuevas experiencias que este evento le ha traído. "Puede pintar unas líneas de vez en cuando, no me molesta". Su sonrisa es conciliadora, ofreciéndole la confianza para hacer de su rostro una pintura abstracta, solo por el deseo de charlar unos minutos más. Es su descanso, a fin de cuentas, y la japonesa decide cómo pasarlo. "¿Un conejo?" Muy difícil, tal vez. "¿Y si mejor pinta una flor?"

"Gracias" Reafirmó su gratitud, esperando con ello calmar las ansias que le rodeaban. Dio un segundo sorbo disfrutando del sabor amargo en su lengua, con la esperanza de aterrizar sus sentidos y enfocarse una vez más en el presente "¿Qué? Estar en el área de seguridad suena más entretenido que pintar rostros de desconocidos" Bufó una risilla, la verdad es que no, pero hubiese sido menos agotador "Es un buen plan, si ignoramos el hecho de que los clientes notarán que no estoy pintando absolutamente nada" Aunque dudaba estar siendo monitoreada, a parte del incógnito autor de la carta entregada el día del laberinto; eran pocas las posibilidades de ser descubiertas. "Si alguien pregunta ¿cuál animal se supone debo pintar?"

[ayakankmr]

"¿Discul—?" Palabra agoniza en su garganta al hacer contacto visual. Basta una sola mirada para que la mente de Ayaka fuerce una similitud, una comparación repentina. Un aura desbordante de confianza, palabras severas pero certeras y postura elegante a pesar del camino dificultoso, le recuerdan inmediatamente a su hermana mayor. "¡Lo lamento!" Responde en automático, carente de razones para disculparse, mas es un impulso hacerlo. Torpemente, la japonesa abandona su escondite, gateando sobre el césped y esperando que esta mujer no la vea como si de un ratón se tratara. Dioses, qué humillante es esto. "Yo estaba— Solo quería... Olvídelo. M-Mejor ignóreme".

"¿Para qué quieres esconderte?" Sin aviso alguno soltó la pregunta. Ya llevaba rato perdida entre los arbustos, y lo que inició como una caminata serena pronto se vio ofuscada por la desesperación de querer salir; hasta que su trayecto se vio interrumpido por una mujer hablando consigo misma. "Independiente de si te interesa ganar o no, deberás salir del laberinto en algún momento" Pensó en dejarla sola en principio, sin embargo, percibió algo en ella que le generaba confianza. Hecho inusual, ha de admitir, pero podía intuir el por qué. "Anda, sal ahí antes de que alguien más te vea".

[ayakankmr]

"Por favor, es una mera cortesía". Su pequeña mentira blanca no debería causar daño alguno. No obstante, la japonesa tampoco podría admitir que, desde un principio, consideró la mejor manera de aproximarse a Xiaoyu una vez más; y, creyendo que lo adecuado para romper el hielo, era regalarle el mejor café que pudo conseguir, procedió sin dudarlo. "¿Suerte? No diría eso". Involucrada en temas de seguridad, ya ha atravesado por varios incidentes que lograron agotarla. Así que, en gran medida, también está huyendo de su trabajo, entre ronda y ronda. "Pero sí tengo algo de tiempo para ayudarla". Arrastra una de las sillas, tomando asiento con su postura erguida y expresión relajada. "Si pretende que está pintando mi rostro, puede librarse de otros clientes".

"¿Esperabas que pintase tu rostro?" Inquirió confundida por el semblante tan alegre de su nueva compañía "Veo que corres con mejor suerte que yo" Se cruzó de brazos, sintiendo la envidia nublar su juicio al verla tan despreocupada, sin el estrés de estar atendiendo niños "No hace falta, no creo que tenga tiempo de tomárselo" Tomó el recipiente con cuidado, apreciando el contenido del mismo antes de llevárselo a los labios "No hacía falta que lo trajeras, de cualquier manera agradezco el gesto". Hubiera preferido el cigarro.

[ayakankmr]

"Es una lástima". A diferencia de la última vez que tuvieron la oportunidad de encontrarse, la voz de Ayaka guarda un tono más animado, incluso jovial. La diestra se sacude suavemente de un lado a otro y el tenue sonido de un líquido chocando contra envase plástico rompe con el vacío que su silencio dejó. "Vine a traerle un café, pero me pregunto si también debo dárselo a su compañero".

Un suspiro amargo y prolongado abandonó sus labios, vaciando el oxígeno de sus pulmones. Cómo le gustaría un cigarro en esos momentos, pensó, a la par que maldecía a Theodore por obligarle a estar en el stand de pintacaritas. "Está cerrado" Espetó sin asomo de cordialidad en su tono cuando una presencia adulta se posó frente a ella. Lo cierto era, que no existía indicio alguno confirmando lo dicho, sólo mentía para ahuyentar a la gente y permitirse tomar un descanso "Puede pasar con mi compañero de a lado".

[jiaviz]

exhalación pesada abandona labios. incluso si ha sido ella quien ha dado espacio a tópico, no evita sentirse ligeramente molesta cuando hermana plantea realidad. desafío no habría sido suficientemente atractivo para esforzarse, haciendo que paciencia se drenase con facilidad. ' aunque probablemente habría encontrado cualquier excusa para no tener que estar aquí. ' presencia no es conflicto principal, sino trato con infantes. exagerada tos se abre paso, esbozando una sonrisita al final ' ningún padre quiere a sus hijos cerca de alguien enfermo. ' sencillo sería fingir un malestar que no existe, no siendo primera ni última vez que usaría una carta tan básica. le sacaría provecho mientras fuese funcional. ' qué dramática. ' virar de iris acompaña réplica. ' solo te doy una excusa, pero eres libre de quedarte lidiando con criaturas aquí. ' hombro se eleva de forma breve, descartando importancia de negativas. a pesar de posición ajena, parece dispuesta a moverse, instándole a emprender marcha. ' los juegos no están mal para pasar el rato. ' opina, suponiendo que decisión y entretenimiento, dependerían de ánimos femeninos aquel día. ' y escuché maravillas de la comida local. '

"A pesar de que carezco habilidades sociales, tú hubieses actuado peor que yo en mi lugar" Tiempo y esfuerzo le costaron sus métodos para reducir las posibilidades de algún arrebato, además, su constante e inconsciente necesidad de mantener la compostura en todo momento le impedía cruzar aquella línea imaginaría que había trazado por cuenta propia; Jia por el contrario tendía a ser mordaz con sus palabras y no temía a la confrontación, así que sí, hubiera sido mil veces peor. "Así que ahora me ordenas" Musitó con aburrimiento, llamado de atención superficial. Después de arreglar su vestimenta, tomó su abrigo siguiendo a la menor a un rumbo desconocido "Como digas" Torció los ojos ante la exagerada teatralidad que supondría ejecutar en caso de ser descubiertas, no obstante, el fingir preocupación y sacar a relucir sus dotes actorales le resultaba mejor plan que pintarle el rostro a niños "¿Algo ha sido de tu interés este día? Considerando, has tenido mayor oportunidad de explorar que yo."

[zxiyuu]

Apartó por unos segundos la mirada, observando a su alrededor: el follaje verde, el cielo gris, lo absurdo de la situación y su creciente hastío. "No hay nada de qué disculparse" Pronunció, sin mirar aún a la joven escondida entre los arbustos. "Aunque no es mala idea pasar entre las ramas para llegar más rápido a la salida, toda tu ropa terminará hecha un desastre" Sus ojos se posaron nuevamente en ella, analizando el estado de sus prendas. "Deja te ayudo con eso, sería lamentable si alguien te ve en ese estado" Poco o nada debería importarle la opinión ajena, dicho esto, no podía permitirse ver un atuendo desalineado aún si del propio no se trataba. Se agachó un poco, extendiendo las manos para poder sostenerla y ponerse de pie. "Creo que no nos conocemos, soy XiaoYu... Zhou" Reveló su nombre, esperando con eso tranquilizar a la desconocida.

"¿Discul—?" Palabra agoniza en su garganta al hacer contacto visual. Basta una sola mirada para que la mente de Ayaka fuerce una similitud, una comparación repentina. Un aura desbordante de confianza, palabras severas pero certeras y postura elegante a pesar del camino dificultoso, le recuerdan inmediatamente a su hermana mayor. "¡Lo lamento!" Responde en automático, carente de razones para disculparse, mas es un impulso hacerlo. Torpemente, la japonesa abandona su escondite, gateando sobre el césped y esperando que esta mujer no la vea como si de un ratón se tratara. Dioses, qué humillante es esto. "Yo estaba— Solo quería... Olvídelo. M-Mejor ignóreme".