#como siempre en mi caso prefiero menor/mayor en cualquier cosa con diferencia de edad
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goldammerchen · 1 year ago
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"eso es incesto!!!" es mentor/aprendiz[/mentor] si se usa un poquitín de imaginación y no se es obtuso de mente... y pseudo-incesto también si se quiere jajajaja
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lerino · 4 years ago
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He decidido transcribir a mano poco a poco el estudio de Ricardo Sanmartín Arce sobre la familia nuclear igualitaria de la Comunidad Valenciana!
He omitido algunas páginas donde se habla de las cuadrillas, los grupos de amigos de los valencianos, pues no tiene nada que ver con el sistema familiar y además ese concepto grupal de la amistad que los valencianos comparten con vascos, navarros, aragoneses y catalanes no me gusta... Prefiero centrarme en el tema del sistema familiar, que es nuclear e igualitario, como en Castilla o Andalucía. :D
Bueno, estas son las partes que llevo transcritas hasta el momento... Iré actualizando esta página a medida que avance en mi transcripción del estudio.
“La afirmación tripartita de los valores de libertad, igualdad y fraternidad, con la que se buscaba un fundamento legítimo para el nuevo régimen, plasma con singular acierto tres puntos de apoyo para un difícil equilibrio o tensión. Afirmarlos como objetivo a alcanzar suponía desencadenar una larga, variada y compleja serie de estrategias con las que se pretendía dar cauce a un nuevo estilo de ciudadano y sociedad que pugnaba por emerger en el ámbito público de la sociedad civil. Doscientos años después de aquella proclamación mi intención no es histórica. Sólo pretendo aproximarme a algunos rasgos de la etnografía valenciana analizándola como ilustración del uso local, por parte de los actores, de dichos valores. Mi deseo es, por tanto, reflexionar sobre esa etnografía en cuanto suministre información que facilite la comprensión de algunas pautas de conducta en las que cabe detectar irresolubles tensiones entre la esfera pública y la privada, difíciles equilibrios entre distintas fuentes de legitimación de la acción o de construcción de la identidad y estrategias que, revelando la precariedad de todo proceso institucional, nos muestran en operación el color local de algunas dimensiones de la naturaleza del hombre. La etnografía a la que se refiere el presente capítulo procede básicamente de mi trabajo de campo en la provincia de València, desarrollado a lo largo de la segunda mitad de los años ochenta en torno a la familia, las relaciones entre los hermanos, entre los amigos en sus cuadrillas y entre los vecinos, con datos obtenidos de la observación y la entrevista desde Fontanars de l'Alforí hasta Pedralba, con una mayor atención a la Ribera Alta del Xúquer (L'Alcúdia, Carlet, Guadassuar, Algemesí, Alzira, Alberich) y de algunos puntos próximos a la ciudad de València, en la comarca de l’ Horta, como son El Palmar, La Torre, Font de S. Lluis o Castellar, para estudiar más sus semejanzas que sus diferencias. No pretendo hacer un estudio de los modos locales de vida, analizados ya en las escasas aun pero excelentes monografías sobre la zona (Mira, Cucó, Asensi, Ariño) o en mis trabajos sobre los pescadores de la Albufera. Tampoco, a pesar de su importancia, trataré de los problemas ecológicos, ni políticos. Pretendo centrar la reflexión en cómo, para la construcción del sentido de su experiencia, los actores hacen uso de los valores que dan título al capítulo, y en cómo, coordinando ese proceso, la identidad del sujeto juega un papel directo al tratar de dotar a su acción de unidad, continuidad y coherencia, ganando esas cualidades frente a aquellos tipos de actos con quienes interactúa con mayor frecuencia. Familia, amistad, vecindad y trabajo reúnen a los actores en sus roles de mayor interacción social. De acuerdo con una reciente encuesta sobre la vida familiar de los valencianos, dirigida por el profesor M. García Ferrando, la frecuencia con que se ven los amigos y los familiares es prácticamente diaria en un 44 por 100 de los casos y del 20 por 100 varias veces a la semana. Frecuencia diaria que crece hasta el 60 por 100 en la medida en que disminuye el tamaño de la población. Dicha interacción se encauza institucionalmente a través de la concreta configuración que adopta en la Comunidad Valenciana la familia, la cuadrilla de amigos y la vecindad. Etnográficamente la familia monógama independiente, o nuclear, es el tipo más extendido de manera universal. El caso valenciano no es una excepción y la misma encuesta corrobora lo indicado. Tanto por el número más frecuente de personas que viven en el hogar (4) como por el número de hijos (de 0 a 2 en un 74,5 por 100 de los casos encuestados) y por la relación familiar que une a sus miembros (74,8 por 100 entre parejas o matrimonios solo y matrimonios con sus hijos) cabe deducir que la unidad doméstica adopta la estructura nuclear. Tan sólo en un 11,8 por 100 de los casos se detecta la presencia de tres generaciones bajo el mismo techo, lo cual podría sugerir una ampliación de la estructura familiar. Con todo, si atendemos a la etnografía de campo es fácil comprobar cómo no es esa la tendencia dominante. Normalmente se trata de la convivencia de uno o de ambos abuelos con la menor de las hijas o el menor de los hijos, o de su estancia temporal en la casa de cada uno de sus hijos en aquellos casos en los que, no rigiendo la vinculación inversa, el acuerdo entre los hermanos para cuidar de los padres en su vejez ha desembocado en un reparto temporal de dicha carga. En cualquier caso, se trata de un incremento del número de lazos matrimoniales y de generaciones presentes en el hogar en la etapa final del ciclo doméstico, nunca en su fase álgida, como ocurriría si fuese preferente que se casara en casa el mayor de los hijos, como sucede en aquellas zonas de la franja Norte de España en las que la estructura estructura extensa de la familia tiene una mayor incidencia. Todos los autores que han elaborado o comentado los datos etnográficos de la Comunidad Valenciana y buena parte de los que han trabajado en Aragón (G. Segura, A. Rivas) y Catalunya (A. Barreras, I. Jociles) no han podido dejar de notar la estructuración de la amistad a través de las cuadrillas. La pujanza de la institución, busvcada o no por el etnógrafo, ha terminado poniendo la realidad. La amistad, mas duda, tiene muchos grados y formas de cumplirse, pero es a través de la quadrilla como adquiere carta de naturaleza. En la citada muestra, en más del 50 por 100 de los casos se apunta a la quadrilla de infancia de parejas como el tipo de amigos con los que la relación es más frecuente, ascendiendo hasta el 62 por 100 a medida que disminuye el … de la población.
[…]
EL SÍNDROME PERSONAL:
La mayor vigencia de la familia nuclear no supone, obviamente, una semejanza entre casos concretos tan estrecha como amplia en su extensión. Por otra parte, tampoco toda la riqueza de la diversidad etnográfica puede abarcarse en la elaboración de tipos o modelos. Intentamos la síntesis de síntomas en un síndrome, destacando su relativa congruencia, para clarificar el sentido de los matices que subrayan los actores. Unas diferencias de matiz, de sesgo o énfasis contextual, en el modo según el cual plantean los actores sus dilemas desde la perspectiva de los valores, son siempre pequeñas, pues bastan para fundar en ellas la experiencia de un estilo diferente, unido eventualmente como seña de identidad. Una de las primeras diferencias de este caso con el del síndrome casal del Norte es la estructura nuclear de la familia. La unidad doméstica la componen los padres y sus hijos e hijas solteros. A medida que hijos e hijas se casan se establecen en viviendas separadas, con independencia de sus respectivas familias de origen. La filiación es cognaticia y la herencia bilateral, se divide a partes iguales entre los hijos sin distinción de edad ni sexo. Al margen de la detección estadística de esta estructura, como vimos al principio del capítulo, los propios actores tienen clara su preferencia: “Hoy ya quieren, cada uno, cuando se casa, largarse... Se dejan a los abuelos solos en casa. Ahora se casan y se van. Como la gente ha ido pudiendo más, y todas esas cosas, pues ya se hacen vivienda. Hoy todos quieren vida independiente... La gente quiere vivir en casa nueva... se quedan un pisito de estos que están construyendo continuamente para pagar en quince años, pagan medio millón de entrada y luego se casan todos con su pisito nuevo”. El modelo no se da sin excepciones y, aun en aquellos casos en que se cumple rigurosamente, esconde por lo general, tras su aparente nitidez, todo tipo de complicaciones. Sin embargo, unas y otras, excepciones y complicaciones, como ocurría en el síndrome casal con el caso del Suroeste de Orense, no hacen sino subrayar principios y valores congruentes con el estilo del síndrome personal. La residencia independiente no tipificaba antaño sino la etapa central del ciclo doméstico, esto es, aquella que da la impronta al estilo local, residencia a la que se tiende siempre que los medios lo permiten. Como señalan los informantes, “antes se casaban y se ponían en casa de los padres... la vivienda estaba más obligado a aportarla el hombre, la casa el hombre. Ahora bien, que la aportase la mujer, pues ha habido casos, como todo, que la mujer ha podido más”. Estas mismas familias que iniciaron así su andadura, tan pronto como tienen ahorros suficientes se independizan y siguen así hasta su última etapa, en la que vuelven a una situación de dependencia con respecto a la familia de sus hijos. El desarrollo experimentado en el país desde los años sesenta y la extensión de la Seguridad Social ha producido cambios relevantes: “hoy, gracias a Dios, ha cambiado todo mucho, pero ha sido por la Seguridad Social. En aquellos años que no había eso pues entonces un viejo se quedaba muy desprotegido, y tenían que ser los hijos, si había buen acuerdo y armonía en la familia, los que se hacían cargo y tal. Hoy no hay ese problema”. ”La edad no perdona, y uno, cuando se encuentra viejo, es como si fuese un chiquillo y entonces hay que atenderle, aunque no falten los medios, pero es una carga. Entonces los padres, pues si hay una hija pues prefieren... preferencia de quedarse casi siempre, casi siempre, aquí lo normal es siempre más la hija”. Esa convivencia preferente con la hija, además de ilustrar una concepción culturalmente marcada por los cometidos asignados a los roles sexuales, indica igualmente una ausencia de presión casal. No son tanto razones partrimoniales las que subyacen a la preferencia, sino personales, evitando en lo posible mezclar a los afines, disminuyendo la forzosa interacción bajo un  mismo techo de quienes, procediendo de distintas familias, están educados en dos ambientes diferentes. Entre padres e hija queda más a salvo la libertad de cada cual en la convivencia y su mayor intelección mutua, su más rico y matizado conocimiento recíproco, permitiendo a los actores dar muchas cosas por supuesto, libera sus energías para atender, con el rigor y virtuosismo que el afecto puede integrar, a la riqueza de matices que hacen de la vida cotidiana un arte. Todos esos factores se tienen en cuenta a la luz del valor de la libertad entendida como independencia, como autonomía de la persona. El carácter y todo influye. Con el carácter de mi suegra y el mío, yo casi seguro que no hubiese vivido mucho tiempo. Ella habría querido dominarme y a mí no me habría dominado. Era una de estas que llaman “matapersonas”, comprendes? Mi marido es muy parecido y yo es que no soy así. Pero cada uno es como es.Esa preferencia por residir con la hija se une al deseo paterno de permanecer en la propia vivienda. Así lo indican padres e hijos de L' Horta y la Ribera: “¡Yo nací aquí!”...En la medida en que la solución ideal no sea alcanzable caben otras: “que vaya un mes a casa del hijo y un mes a casa de la hija, como hacen la mayoría en los pueblos que sigue la costumbre. Aquí la ha habido siempre, de un mes el hijo, el otro mes el otro hijo, el otro mes la hija, y los padres volanderos por ahí como si fuesen perros, que eso es la pura verdad, porque la mayoría de los padres como quieren el bien de los hijos y les dan la herencia y después tropiezan con que no, no tienen apoyo de ninguna clase. Ir los padres, como si dijeras rodando por ahí, a los hijos, es para mí algo feo”. Pero como cualquiera de las soluciones afecta al conjunto de hermanos, para lograrla se debe contar con ese “buen acuerdo y armonía” del que hablan los informantes. Tanto el necesario acuerdo fraterno -que nos ilustra de la igualdad básica entre los hermanos- como la negativa valoración paterna de la otra solución, demuestran, una vez más, la inversión de la dependencia paterno-filial en la etapa del ciclo doméstico en la que la familia pierde la pureza de su estructura nuclear. Libertad y fraternidad no se subordinan aquí, como en el síndrome casal, a la desigualdad entre los vivos. Por el contrario, es la igualdad entre los hermanos, plasmada en el acuerdo y en el reparto igualitario de cargas o compensaciones, y la independencia o libertad de cada una de las familias de los hijos con respecto a la de los padres, la que caracteriza el síndrome personal. En otros lugares, como Fontanars de l'Alforí, en los que aparece la vinculación inversa, tampoco la situación presenta los síntomas del síndrome casal. Se trata de un contexto en el que la explotación de las fincas rústicas en aparcería o medianería cuenta con tradición, siendo transmisible la posición de aparcero del padre al hijo menor. El patrimonio, sin embargo, se reparte por igual entre los hijos e hijas. Esa distinción entre tipos de derechos a los que corresponde un sistema de transmisión diferente y residencia del hijo menor con los padres, es similar a la tradicional de los pescadores de la Albufera, si bien en su caso el conjunto de los derechos de pesca o redolí pasa del abuelo al nieto mayor. En el caso de l'Alforí lo expresan así los informantes: “la herencia era a partes iguales. En eso no había discriminación. Era todo igual, exactamente igual. Pero al quedarse el más pequeño allí, en la finca, suponía que la casa paterna se había de respetar y los abuelos tenían que morir con el hijo menor. Porque, claro, ese se consideraba que era un empresario. Los otros tenían que irse de braceros a ganarse el jornal o buscarse otro medio. El menor se quedaba allí y sabía que tenía la obligación de no tirar a los padres fuera de la casa. Yo lo veo muy fácil, porque usted imagínese que de mi padre al menor puede ser que se llevasen quince años. Y él ya al casarse, el mayor, o tenía que despachar a los padres o quedarse allí criando niños con su padre. ¿Dos amos para criar niños, de qué forma y con quién partimos? O se va el padre o me voy yo, ¿no? “Cuando yo termine tú me sustituirás. Mientras yo criaré a los que son más jóvenes que tú y acabaré mi vida”. “La costumbre era: cuando se hacía cargo de la finca, buscarle al padre cuatro o cinco ovejas o cabras para que el abuelo se entretuviese con tal de que se ganase algo para la vejez ¡ayudar al hijo! ¡Ayudar al hijo! Usted imagínese que al mayor le hubiese dado la finca. ¿Qué hacemos?” También en este contexto encontramos hermanos solteros conviviendo con el menor y los padres, pero con un matiz diferente al caso del Norte que resulta significativo: ”Los solteros, mientras han vivido los padres, han estado con el hermano ayudándole a cuidar de los padres y han trabajado en la finca. No han tenido, como si dijéramos, derecho a nada... ha sido el tonto, ha comido y ha trabajado, ha estado con los padres y tal, pero ya, al morir los padres, cuando han faltado los padres entonces no. Lo normal ha sido que él se haya ido con la hermana mayor a otra finca, no quedarse con la cuñada. Normalmente los casos que conozco de quedarse soltero, son de personas que no han estado bien del todo. Sí para trabajar, pero no para desarrollar una familia o todo eso. Han sido de esos que decimos cortos, que han estado muy pegados a la madre y después pues la hermana ha sustituido a la madre. Que aún hoy está eso viviéndose. Casos de esos conozco dos o tres”. No queda, pues, el soltero en la finca como quedaría en la casa al morir los padres, bajo la dirección del hermano menor. Por otra parte es el padre quien se supedita y ayuda al hijo y no a la inversa, todo lo cual se suma a un mayor énfasis en la igualdad e independencia fraterna, evitando que el esfuerzo de unos hermanos contribuya a la crianza de la familia de los otros. A pesar, por tanto, de la mayor semejanza con el síndrome casal de los casos como éste, el modo como interpretándola viven los actores la situación no coincide con lo que caracteriza el síndrome casal del Norte. No hay propiamente casa en la que permanecer o a la que volver, salvo mientras persiste la relación entre padres e hijos solteros. Cuando la relación se rompe al perder su naturaleza alguno de los dos extremos, por muerte de los padres o por matrimonio de los hijos, cesa la familia al cesar su titular o aparecer otro u otros nuevos, titulares a su vez de nuevas familias. En el síndrome personal la familia tiende siempre a conservar y reproducir su estructura nuclear ideal como garantía de independencia, autonomía y libertad de cada uno de los hermanos que parten de una posición de igualdad. En un esquema como éste, la casa a engrandecer o mantener, foco de referencia de las estrategias de los actores, no es la casa paterna. Tampoco lo es, sin más de la de uno u otro de los hijos o hijas. O no es ninguna, o lo son todas ellas por igual. El “domocentrismo” es múltiple e implica una eclosión permanente de familias nucleares. La igualdad engendra la libertad tensando la fraternidad. Es más, un aspecto fundamental del cometido propio de cada familia es, llegado su momento, ser capaz de dar nacimiento y viabilidad a la nueva familia de cada uno de sus miembros. Frente a la verticalidad de la casa prima aquí la horizontalidad reticular del síndrome personal, orientándose en función del futuro de los hijos:  “Todo se hace por los hijos. Todo se hace por ellos. Nosotros en vez de comprar la finca ese dinero lo estamos metiendo en los hijos. Se nos ha pasado la vida sin darnos cuenta y, a parte de que los hijos hemos conseguido que estudiaran, lo demás ¿qué hemos conseguido en esta vida? Esfuerzo mucho, pero nosotros lo damos por bien empleado con tal de que los hijos estén mejor que hemos estao nosotros. La mayoría... están encaminando al personal para que vivan de algo que no sea la tierra”. Coinciden así los informantes con el 48 por 100 de los encuestados que señalan como factor más importante para que un joven asegure su futuro unos “buenos estudios”. Prefiriendo, por tanto, la educación a lo que la calidad del patrimonio familiar pueda suponer, expresan su valoración de la educación, esto es, de un bien que como capacitación se adscribe y va con ella. Es en todo caso el patrimonio familiar quien se hipoteca con la carga del futuro personal de cada hijo. En esa dirección se encamina la transformación de la empresa agrícola. “La ilusión se pone en estos chiquillos. Todo para los hijos, toda la vida para los hijos. ¡Es que no hay ninguna cosa como un hijo! Los hijos son quienes se comen la carne de la olla. Esto ya no es un pueblo agrícola. Agrícola pues tendrá un treinta por cien si acaso. De unos diez años a esta parte ha cambiado por completo, porque las técnicas hoy son eso del no-cultivo. El trabajo que hace un hombre hoy, si uno se organiza regular, sin agobiarse, es equivalente, seguro, a la de quince hombres. Bueno, de continuo, continuo, a la de cuatro o cinco hombres de antes. Pero como rendimientos, en cuanto a productividad, a la de veinte hombres. ¿Un labrador de hoy? Pues más de veinte de antes, ¡ya lo creo! El trabajo con maquinaria ha hecho sobren brazos en los campos. Y luego está la industrialización. Aquí hay mucha gente que cuando su padre se jubila o cuando se hace un poco así de edad avanzada les de las tierras a los hijos y los hijos no las quieren: “no, yo estoy en X, o estoy en Y, o estoy en una fábrica de muebles. Yo no quiero tierra. La tierra para usted. Si nos la da es para venderla. Trabajarla no queremos. Si es para vender sí”. Hacer dinerillo para ellos comprarse lo que quieran los chicos, si quieren un coche, si quieren un chalet”. “Los que vivimos ahora, al transformar fincas de secano en regadío, vamos a dejar la propiedad pa los otros que vengan mucho más valorizá. Ellos son el futuro y nosotros dentro de unos años no seremos nada ya!” Y tanto como la ilusión, también el dolor se tiñe con el color del futuro. Lamentan los actores la pérdida de los padres o del cónyuge, no sólo por su ausencia, sino porque su partida les impidió gozar viendo crecer a sus hijos y conocer sus logros profesionales y familiares. Esas mismas valoraciones del esfuerzo por el futuro de los hijos, de la formación de su personalidad, de la igualdad básica y de la fraternidad como modelo de solidaridad, aparecen plasmados en sus ritos festivos. Uno de los elementos que se repiten en muchas de las fiestas locales, que en la Ribera Alta se celebran a primeros de septiembre, es la construcción de torres hermanas (Castellets, Negrets, Moixaranga) cada pocos metros, en el recorrido procesional que se efectúa acompañando imágenes de la Virgen, bajo distintas advocaciones. Forman parte de la Moixaranga unos cuarenta o cincuenta hombres, jóvenes y niños de edades comprendidas entre diez y cincuenta años aproximadamente; uniformados con un mismo traje a rayas de colores y tocados todos con un mismo gorro. Al sencillo y emotivo son de la Moixaranga interpretado por tabalet i dolçaina, uno de sus miembros de mayor edad, portando un largo bastón de mando, elige a quienes de tan nutrido grupo van a formar la torre o castell. Con gestos, palmas y voces decididas da las órdenes, designando a los mayores y más recios para formar la base. Corrige la posición de un brazo o de las piernas, vigilando el modo como entrelazan sobre los hombros unos brazos con otros formando un sólido círculo de individuos de igual estatura y fortaleza. Sobre ellos se aúpan otros, en menor número, de menor peso y edad, entrelazándose de la misma forma. El tercer nivel lo componen dos o tres jóvenes y sobre ellos se encarama un niño trepando hasta la cúspide. Para facilitar la subida de la torre se agacha, coordinando sus movimientos todos sus integrantes, y a la voz de “¡Amunt!” (arriba!) de quien controla y dirige el esfuerzo colectivo, se eleva finalmente la torre en un solo movimiento equilibrado, ante la temerosa mirada de los numerosos espectadores. Puesta en pie la torre todo el mundo aplaude, y el niño que la culmina, como fruto de árbol tan humano, da con su mano besos al aire, o apaga una vela o abre en cruz sus brazos alardeando de su equilibrio y coraje. Las formas y variantes son muchas, con más o menos niveles, con varios o un solo miembro en cada nivel subrayando el autocontrol del equilibrio, andando unos metros con la torre levantada o elevando varias de ellas a la vez formando un dibujo geométrico, simulando un entierro que entra a un muerto (l' enterro), o subiendo al niño del extremo superior a un balcón, donde es recibido por otro miembro adulto de la Moixaranga, parta que entre en la casa y baje luego por la escalera de la vivienda. En los demás casos se deshace la torre bajando el niño por el hueco central de la torre. No falta nunca la emoción del riesgo, los gritos de algunas mujeres asustadas al observar algún movimiento en falso que hace tambalear la torre o ante la expresión del rostro del niño que transparenta con claridad el miedo y el esfuerzo que le cuesta superarlo. No obstante, ante la indecisión de algún niño que puede hacer fracasar el proyecto, no escasean las órdenes para que suelte sus manos y se levanten los ánimos de todos y las riñas sin cejar hasta que, inevitablemente, lo consigue. Aplauden todos entonces el feliz resultado de esa superación personal y del esfuerzo colectivo felicitando con caricias al niño. Son muchos los elementos que en tan intenso minuto condensan los actores elevando su edificio. De ellos cabe destacar el uso expresivo que con el rito se hace de la igualdad como técnica que garantiza el equilibrio, del saber que posee la persona por su experiencia capacitándola pues dirige, reconociendo los otros su autoridad para ello. El logro colectivo se hace posible al repartir por igual el peso de esa expectativa de futuro que el niño representa, asumiendo cada cual su cuota con su esfuerzo, una cuota diferente según el nivel pero igual a la de sus compañeros en la igualdad de cada estrato, acumulando sus esfuerzos, como las generaciones, en una misma dirección, culminando el rito cuando el niño asume su papel ante la tensa expectación de la comunidad que objetiva y sanciona el logro con el juicio de su aplauso. Provoca el goce la contemplación esperanzada de la propia obra que condensa el futuro bajo la forma de su posibilidad, y ello se asienta sobre el equilibrio que se alcanza entre todos los componentes, reconociendo y haciendo uso de la distinta calidad de cada persona (su edad, su fuerza, su peso, su experiencia, su coraje) tanto como de su igualdad, organizando sus diferencias en sucesivos círculos coordinados de igualdad. Esa orientación hacia el futuro que exige el desarrollo de tantos esfuerzos para que cada uno de las nuevas familias sea viable, transformando la naturaleza del propio patrimonio, capitalizando el campo en aras de liberar a los hijos de las ataduras de una agricultura tradicional, para que puedan seguir su explotación tan solo con el tiempo que sus otras dedicaciones laborales les dejen libre, vendiendo incluso las tierras, se asienta, claramente, sobre un modo de vida diferente a la agricultura de montaña. El ideal autárquico de la casa cede aquí en favor de los cultivos comerciales y de la agricultura intensiva, del comercio, del trabajo asalariado en la industria y la oficina. Aun cuando pese hoy más la industria que la agricultura en toda la Comunidad Valenciana, ambas se han desarrollado complementándose, con mayor armonía que en otros contextos, como ya se apuntaba en el capítulo II, sin quebrar el talante, las características básicas de su cultura, impulsando, más bien, aquellos valores con los que tradicionalmente se identifican los actores, favoreciendo incluso su afirmación festiva como puede apreciarse en la expansión de algunos ritos, como las fiestas de Moros y Cristianos que, sobrepasando el marco local de antaño, se han extendido por amplias zonas urbanas. Mantener la igualdad y procurar la viabilidad de la familia de cada uno de los hijos, aun contando con tasas menores de natalidad, sería impracticable sin una multiplicación de los recursos paralela al crecimiento de la población o a la búsqueda de cotas más altas de bienestar. El cambio de cultivos, la capitalización y modernización de la agricultura, la puesta en explotación de nuevas tierras desecando lagos o escalonando el monte, la transformación de secanos en regadíos, la búsqueda de mercados para la exportación, el meticuloso aprovechamiento del agua siempre escasa, la industrialización y el turismo, tareas todas ellas emprendidas en distintas épocas desde el siglo XVIII hasta el presente, han marcado la experiencia de los actores no solo imprimiendo una mayor dinamicidad a sus estrategias, sino exigiendo además el desarrollo y puesta en operación de recursos culturales adecuados para hacer frente a unos sistemas de organización más amplios, diversificados y complejos que en el caso del síndrome casal. Comunidades de regantes, cooperativas agrícolas, sindicatos, mutualidades, instituciones financieras y cuadrillas de distinto tipo, han supuesto la esforzada creación de marcos para la puesta en común de criterios y alternativas a decidir, de foros para la discusión y la cooperación que han vuelto a tensar la esfera pública y privada, la libertad e independencia de la persona y la solidaridad entre sus iguales, superando en cada caso los límites de la casa.
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whispers-of-ink · 8 years ago
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La Bella y la Bestia (2017)
No sabía muy bien qué esperar de esta película. Por una parte, soy una gran fan de Disney. Puedo pasarme una semana entera escuchando la misma playlist de canciones de Disney, sin cansarme, y la Bella y la Bestia es una de esas películas que, aunque no es mi favorita, sí guarda un lugar muy especial en mi corazón. Por otra parte, últimamente han estado sacando muchos reboots de películas de nuestra infancia, y no todas ellas me han gustado. No obstante, fui a verla con ilusión, o quizá esperanza, sobre todo al leer que introducía el primer personaje gay de Disney. Y la verdad es que me ha encantado.
A continuación, mis pensamientos por apartado.
APARTADO GRÁFICO Y DISEÑO
Empezando por lo que siempre queda más a la vista al tratar de recrear con actores de carne y hueso la magia de la animación, debo decir que el apartado gráfico de esta película es simplemente excepcional. Todo ha sido recreado con un nuevo estilo en mente, creando algo nuevo con un fuerte aroma a nostalgia. El castillo, la bestia y los personajes más emblemáticos reciben un lavado de cara sin dejar de ser lo que eran. En especial el primero, el castillo, luciendo un bellísimo concepto asimétrico que se extiende a cada habitación y ropaje de los personajes en su interior.
VESTUARIO
El estilo nuevo que mencionaba en el apartado anterior también se extiende a lo que llevan puesto los personajes de carne y hueso. Incluso en el vestuario de la bestia, que es CGI puro, se ha tenido un cuidado máximo. Con fuertes tintes franceses, el vestuario no decepciona en ningún momento.  
Salvo, quizá, en el emblemático vestido de Bella. Una constante que se extiende en todo lo relacionado con la bestia y su castillo es el oro, la pomposidad y la extravante asimetría. Esto también pasa por Belle, que luce un precioso adorno en su oreja izquierda durante su baile con la Bestia y sobre el que no tengo quejas, pero a cambio nos encontramos con un vestido de baile más bien simple y lo que parece ser un colgante de oro atado a su cuello con un hilo de lana. Ahora, es sabido que Emma Watson solicitó que ese vestido en concreto fuera simplificado para poder bailar en él en la escena, y es cierto que a la larga uno se olvida del vestido porque la puesta en escena, incluyéndolo, es espectacular. Además, más adelante, cuando acude en rescate de su padre, el vestido sigue estando presente frente al cambio de ropa que sufre en la película de animación, y va quitándose capas a lo largo del tercer acto. Por tanto, la simplicidad del vestido cobra sentido en tanto que lo pidió para poder bailar sin ahogarse, y que lo va a llevar mientras monta a caballo, algo que no debe de ser nada sencillo con un vestido de tantas capas y corsé. 
Aunque me cuesta perdonar ese hilo de lana.
LA MÚSICA
Me cuesta más dar una opinión en este apartado porque no he tenido la ocasión de verla en inglés. Personalmente, prefiero el V.O. frente a los doblajes, en especial porque los actores tienden a dar ciertos matices con sus voces que son muy difíciles de replicar en un estudio. 
Por tanto, quiero que quede constancia antes de avanzar hacia la música que, en el apartado de doblaje, no tengo ninguna queja. Es más, la calidad de las voces es muy buena y en ningún momento me ha hecho sentir fuera de lugar con lo que estaba viendo. Sólo espero, a falta de ver la versión inglesa, que no se hayan borrado acentos si los hubiera. Odio cuando un actor hace el esfuerzo de poner el acento de otro idioma o cultura en su personaje y no queda reflejado en el doblaje.
Dicho esto, debo decir que la música no es exactamente la misma que la original. Era de esperar, y en la mayor parte de los números estoy bastante contenta. En especial con Gaston, que me gusta más, incluso; y el waltz de la Bella y la Bestia, que a pesar de no ser Angela Lansbury, Emma Thompson queda totalmente a la altura. 
No estoy tan contenta con «¡Qué festín!». Para mi gusto, aunque la puesta en escena sigue siendo espectacular, la música ha perdido el ritmo y la animosidad cabareteña que tenía la original. Además, se da cierta pasividad en Belle que no me ilusiona, precisamente, frente a la Belle animada que aplaudía y admiraba la excepcionalidad de lo que se le estaba presentando. Personalmente, me quedaría con la escena si tuviera la misma música que en la película animada.
Por otra parte, se han añadido algunas canciones nuevas que, en mi opinión, aportan poco o nada. La mayoría de ellas destinadas a tramas secundarias que al final de la película sólo otorgan cierta profundidad más a personajes más bien secundarios, o invisibles.
DOBLAJE
Aunque he dicho que el doblaje era más que correcto, lo cierto es que las traducciones no. Se nota muchísimo la diferencia en calidad de las letras antiguas frente a las nuevas. Las canciones antiguas tienen la misma letra o alguna palabra añadida, mientras que las nuevas apenas riman. Éste es un problema que he visto darse cada vez más en nuestras versiones dobladas al castellano, y la principal razón por la que prefiero el V.O. sobre cualquier otra cosa.
EL GUIÓN 
Para mí, un aspecto importante de esta película es la obvia diferencia de edad entre Belle y la Bestia, lo que sólo refuerza la sensación de Síndrome de Estocolmo que padece la protagonista. Ella sigue siendo valiente e inteligente, aunque un poco ensimismada. En un par de ocasiones se mencionan su inocencia e inmadurez, siendo ella misma la que reconoce que siempre ha vivido bajo el ala de su padre y ahora que debe aprender a volar sola, es dentro de una jaula. 
La Bestia, por otra parte, se nos muestra como un príncipe caído en desgracia debido a su vida de libertinaje y su explotación del pueblo que le servía. Me alegra en gran medida que no se haya intentado esconder el carácter previo de la Bestia, sino que además nos lo enseñan con cierta crudeza (apta para menores de edad), pero se intenta suavizar la razón de dicho carácter metiendo una canción sobre por qué se volvió así, algo que no me agrada tanto.
Por otro lado, la Hechicera, cuyo papel no acaba en la introducción, hace que todo el mundo se olvide de quién vivía en su castillo, incluidos los seres queridos de aquellos atrapados con el Príncipe. Esto implica que sólo pasen unos años entre el momento en que sentencia la maldición y ésta se rompe, dejando apenas una semana cronológica para la película, y para que los pétalos de la flor decidan caerse todos seguidos. Esto me suscita preguntas sobre el gobierno de Francia y qué habría pasado con el pueblo, pero estoy dispuesta a pasar por alto ese agujero argumentativo y dejarlo para un post filosófico en otro momento.
Especial mención a la ira de un pueblo que decide que un ser diferente (un jabalí humanoide, en este caso) amenaza su existencia tras cinco minutos de sabiendo que lleva viviendo años recluido cerca. La cohesión y furia colectiva quedan perfectamente retratadas. 
Merece otra especial mención cuando Belle intenta enseñar a leer a una niña y el profesor del pueblo la reprende por ello, sólo para ser apoyado por otra mujer del pueblo, ambos defendiendo el machismo y el analfabetismo de la mujer en la época
Con todo esto, estoy bastante contenta con la presentación de la historia. La psicología de los personajes queda muy bien retratada, e incluso explorada más allá de lo que se hizo inicialmente.
Por último, quiero hablar sobre el personaje gay, Le Fou, y su posible futuro interés romántico. No se nos dice abiertamente su sexualidad, aunque es muy percibible por su comportamiento y su lenguaje no verbal, algo que Josh Gad hace con elegancia y naturalidad en todo momento, y sus escenas no son pocas. Su actuación fue mi preferida en toda la película. 
Aunque es cierto que se trata de un personaje secundario y por tanto quizá no hubiera necesidad a nivel de guión, me parece una pena que no se haya profundizado más en el tema, dándonos sólo unas miguitas de pan para toda la controversia que generó. Se nos podría haber dado una escena completa donde enfrentara sus sentimientos por Gaston, en vez de una frase de costado de la Sra. Pots que, conste, al menos es algo, se hace abiertamente, y se agradece. Espero que de aquí en adelante se nos vayan enseñando más personajes LGBT+, que nos den un pan entero de ellos, y se normalice el que existan en los mundos de fantasía.
EN RESUMEN
Me ha gustado mucho más de lo que esperaba. Si bien es cierto que echo de menos algunas cosas y me sobran otras cuantas, es una de las mejores rendiciones que he visto de películas de nuestra infancia. El guión es bastante correcto, la música no deja que desear y el apartado escénico es simplemente espectacular. Todo ello evoca la historia presentada por Disney en su animación original, acentuando ciertos puntos  críticos de la historia. 
La recomiendo con entusiasmo.
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thebrains2017-blog · 7 years ago
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Observacion N°6
Contexto de observación:  Relatos sobre situaciones de acoso en diversas circunstancias y lugares
Objeto de observación: comparación de relatos de víctimas de acoso (fuera de los integrantes del grupo) para encontrar diferencias y semejanzas.
Fecha-Hora: martes 28 de noviembre del 2017/ 22.00 pm
Metodología utilizada:Relatos
Integrantes del grupo durante la observación: Fernanda Garay, Maite Bautista, Consuelo Vargas, Kamila Araya, Iara Pinto
Descripción del contexto de observación
Siguiendo la línea de nuestra observación anterior, también quisimos presentar relatos de personas ajenas al grupo como comprobación de que esta situaciones no son solo entregadas desde nuestra perspectiva.
1 “ A los doce años un hombre de unos cuarenta años pasó corriendo al lado mio y en aquel momento me agarró el poto.  Fue demasiado triste y humillante sólo era una niña. A los 16 hacía práctica (dual) en una institución pública, y el instructor del que estaba a cargo, siempre andaba a toqueteos conmigo.  Recuerdo una ocasión en que me enseñó algo en el computador y puso su mano en mi pierna (yo usaba uniforme de liceo).  Nunca más volví al lugar al sentirme acosada, tampoco nunca lo denuncié por miedo a que no me creyeran, si le conté a mi profesora del liceo y prácticamente se rió en mi cara. Y así han sido múltiples situaciones que he vivido de acoso no sólo en la calle desde que soy una niña. Siento que de algún modo todas hemos sido acosadas en menor o mayor grado, y no son situaciones que podamos controlar.”
2 “El acoso callejero es una temática difícil de tratar. En nuestra sociedad actual cada vez existe mayor conciencia entre las mujeres de qué es acoso y qué hacer, a diferencia de los hombres que aún tienen una visión machista en su mayoría. Como experiencia personal me enfrente a mi acosador, esto motivado por la nula ayuda de la gente, todo casi llega a golpes y nadie hacía nada. Gracias a carabineros que andaba cerca pude tener un apoyo y ahí las personas reaccionaron. El vivir esta experiencia me dejó por semanas mal, insegura y emocionalmente pésimo. Lo peor es pensar que no soy la única persona que vive esto, sino que somos muchas.” 3 “Una mujer tocó mis genitales en un concierto era pequeño menor de edad y en ese momento no le di importancia con el tiempo y la conciencia que se ha formado al respecto creo que ahora la detendría no correspondía”
4 “Cuando salía de la u camino de mi casa vi sentadas a unas niñas como de 7 básico comiendo tranquilamente en eso llega un caballero eso de los 60 años y empieza a preguntarle a las niñas su nombre y cosas asi yo me pare a escuchar que onda y vi en su cara angustiada de las niñas y fui donde el caballero a decirle que dejara de molestarlas y se fuera que si no llamaría a carabineros ... le pregunte a las niñas si lo conocían o algo claramente dijeron que no que llegó y empezó a preguntarle de todo ... así que les dije que quedaran cerca de gente que cualquier cosa gritaran no mas y pues lo que me da rabia que mucha gente quedó mirando” 5 “Desde los 12 años recuerdo haber sufrido acoso, 12 años, recién comenzaba a usar sostenes y cada vez que salía a cualquier lado por mi comuna sola comenzaban esos "piropos", piropos que me daban asco, piropos de personas que podían ser mis abuelos, desde autos, bicicletas, caminando al lado mío. Yo iba vestida normal, si era verano y usaba shorts, solo tenía calor. Todos los días cuando volvía del colegio a mi casa, lamentablemente, usaba una falda. Yo solo caminaba, no recuerdo ni una vez que el "piropo" me haya gustado o haya levantado mi autoestima. Se acercaban tanto a mi... si no gritaban, se acercaban lo más que podían a mi con tal de que yo escuchara y los viera, sus caras, a veces hasta caras asquerosas de calientes, se calentaban con una niña, personas de todo tipo de edad. Estos gritos nunca se detuvieron, por lo menos hasta que tuve 19 años, fue cuando engordé y no volví a usar ropa que mostrara mis piernas, por un tema de baja de autoestima al principio, pero luego me di cuenta que así estos gritos en la calle cesaron, no digo que se hayan acabado, pero sí disminuyeron. Esto me dio una seguridad al salir que nunca tuve, salía sola y me mantenía sola, sin externos que se sumaban a mi caminar sin siquiera ser invitados. Ahora me toca estar muerta de calor cada verano, sin ganas de salir de día porque los jeans y pantalones me asfixian de calor. Pero en fin, prefiero salir así. No me gusta, para nada, pero al menos puedo salir sola, al fin...sola.”
6 “Estaba comprandole comida a mis perros, de esos sacos de 18 kilos, y como era verano andaba con un traje de baño y polera sin mangas, en ese momento yo tenia 17, y viene una señora de unos 40-45 años y me dice "estás entero rico" con una cara asquerosa, y se me queda mirando, la otra ocasión fue en el metro, eran como las 6:40 de la mañana y el vagón no estaba lleno, y llega una tipa de unos 28-30 años y de la nada se me tira, el metro no hizo ninguna frenada ni nada de eso, me pide perdón, le ayudó a recoger sus cosa y se queda alfrente mio de espalda , y de a poco se tira hacia atrás y me aplasta con tu poto contra la puerta del otro lado del vagón y le digo que pare, pero ella comenzó a moverse estilo frotandose conmigo, y le digo que pare  de nuevo y como no paro me cambie de vagon.”
7 “Me enfrenté a las personas que estaban gritándome obscenidades por el parque japonés, cuando les empiezo a responder que se preocupen de su vida y dejen de gritar “weas”, a lo que me respondieron “si igual te gusta, maraca culiada”. Después de esa experiencia nunca me he enfrentado a un acosador, no por trauma ni nada, si no para evitarme malos ratos, y nunca me han acosado a tal nivel de sacarme tanto de quicio o pasándome tanto a llevar, por ejemplo, que me vengan diciendo cosas al oído, que me saquen fotos, que me toquen, etcétera.”
Hallazgos
Entre los relatos entregados (los cuales sólo representan un pequeño número en comparación de los que conseguimos) descubrimos que no solo las mujeres somos víctimas del acoso callejero, si no que también existen perpetradoras que realiza esta acción a varones, como se pudo ver en los casos, las víctimas hombres son menores de edad y la mujer es mayor que ellos.
Asimismo aunque se pudieron ver los casos en que los hombres son las víctimas, la mayoría de los relatos son de mujeres y jóvenes mujeres. demostrando una tendencia  del acoso a personas de este sexo.  también se puede ver como la edad donde se empieza a ser acosada es alrededor de los 12 años y es producido por hombres que fácilmente podrían ser sus padres o abuelos.
Entre otro punto que se pudo notar es que la sociedad que presencia o se le informa de un acoso lo toma como si fuera algo normal e incluso en algunos casos gracioso, de esta manera no llegan a interferir cuando es necesario y solo reaccionan cuando alguien como un carabinero se involucra. Incluso en estos casos a veces se le culpa a la víctima diciendo que “ella se lo busco”.
Existen casos en donde las mujeres no solo sufren de miradas lascivas sino que también estas llegan a tocamientos y seguimientos e invasión del espacio personal.  
Interpretación de los Hallazgos  
Como se pudo ver en los hallazgos la mayoría de los casos de acoso es hacia el sexo femenino en comparación con el sexo masculino, eso se puede avalar al revisar estadísticas como la de SERNAM, las cuales dicen que el
“59% de las mujeres y el 30% de los hombres encuestados declara haber sufrido algún acto clasificado como acoso callejero”(servicio nacional de la mujer SERNAM 2012).
Sin embargo en base a esto no podemos comprobar si de verdad son menores los casos de acoso hacia el hombre en comparación con la mujer,  debido a que existe la posibilidad que el varón no se percate de la acción acosadora hacia su persona.  
“La distancia entre distinguir que se fue víctima de alguna forma de agresión sexual y la identificación de la ocurrencia, es entre dos y tres veces en el caso de los hombres,  y  en el caso de las mujer de dos veces. Los hombres son menos conscientes de haber sido víctimas de acoso, lo cual puede explicarse por las representaciones sociales de género.” (M.Billi, M.Guerrero, L.Meniconi, M.Molina, F.Torrealba. 8° congreso chileno de sociología 2014 y encuentro pre-alas 2015)  
Ya sea hombre o mujer, si es cierto que la sociedad no responderá a esto como si fuera algo malo, mas bien lo normalizaran y lo harán ver como si fuera algo obvio.
“La práctica del acoso callejero responde a esquemas de percepciones que se imponen como trascendentales y ahistóricos, y por lo tanto incuestionables y obvios” (Bourdieu, 2000)
Llegando incluso en momentos permitir los tocamientos indebidos y la violación del espacio personal de las víctimas.
“El acoso callejero se plantea así, por un lado como la re afirmación de la posición inferior de la mujer en el espacio público, que históricamente ha sido masculino, recordando constantemente que no es su lugar y que al usarlo su cuerpo es público, por lo que puede ser comentado, tocado y violado”. (Arendt, 2001. Bourdieu, 2000)
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