#como enfrentar una crisis de ansiedad en la calle
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comunidadanamcara · 1 year ago
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EVITAR y SUPERAR UNA CRISIS ANSIEDAD, PÁNICO, ESTRÉS ► DALE TONO AL NERVIO VAGO TRUCOS PARA HACERLO   MOTIVACIÓN SALUD MENTAL RECURSOS EMOCIONALES - ESTAMOS EN YOUTUBE 
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awitaconchia · 4 years ago
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Pandemias y Cuidados: la complejidad de la catástrofe
¿Qué debe tener un trabajo para que alguien escuche que otro se dedica a eso y no le parezca extraño, absurdo, inútil, humillante, una pérdida de tiempo? ¿Qué hace al prestigio, a la satisfacción, al reconocimiento? ¿Cuándo llegamos a una estructura en la que hay que ganarse la vida como si, muy evidentemente, no la tuviéramos ganada, ni segura, ni valorada? Y a todo esto, ¿quién en este mundo quiere, pero realmente, quiere trabajar?
(Eme, 2018, p. 24)
Si damos un paseo a lo largo de la historia, no sólo de la humanidad, si no del universo entero, nos cruzaremos bastante seguido con situaciones que trascienden nuestro entendimiento y las cuales tan sólo de pensarlas nos infunden un miedo inexplicable, a lo enorme, a lo desconocido, a lo que nos rebasa, a la catástrofe.  
Catástrofe. Del lat. tardío catastrŏphe. Es un “suceso que produce gran destrucción o daño” (RAE, 2020). Pero también es importante saber que si nos referimos a otra de sus definiciones también la encontramos como “cambio brusco de estado de un sistema dinámico, provocado por una mínima alteración de uno de sus parámetros” (2020).
Por más drásticas que pueda leerse las definiciones, y por más que sintamos estos sucesos lejanos a nuestra realidad, la verdad es que no existiría el mundo como lo conocemos hoy de no ser por las constantes catástrofes que lo azotan. Al fin y al cabo, fue una explosión la que formó al universo como lo “conocemos”; los grandes terremotos fueron los encargados de moldear los continentes; la tierra se encuentra en constante rotación entre glaciaciones y deshielos masivos.
Las catástrofes, al menos siguiendo el hilo de su segunda definición, muchas veces generan vida; aunque la situación es diferente si pasamos nuestro enfoque de catástrofes naturales a su primera definición: las catástrofes que son causadas en su mayoría por el ser humano. En esta categoría tenemos las incontables guerras, las explosiones nucleares, el calentamiento global acelerado, la extinción desproporcionada de seres vivos, la esclavitud y hambruna causada por los sistemas políticos y económicos, y la verdad es que la lista de esta categoría podría ser interminable.
Podemos ver que los dos tipos de catástrofes están bien delimitadas y ubicadas, pero existe un caso curioso en el cuál conforme pasan los años y se vuelve a presentar, su origen y causas son cada vez más confusas y para este punto, no estamos seguros si estamos a merced de nuestras propias decisiones o de la manera en la que la naturaleza funciona.
Estoy hablando de las pandemias. La OMS (2010) define el término pandemia como la propagación mundial de una nueva enfermedad. Explica también que en su mayoría las situaciones de pandemia se han visto generadas por virus gripales que se propagan por el mundo y, al ser un virus nuevo, la mayoría de las personas no tienen inmunidad contra él.
Al igual que los demás ejemplos de catástrofes, las pandemias y epidemias se han presentado muchas veces a lo largo de la historia y las secuelas que estas han dejado son bastante conocidas. La primera epidemia de la que se tiene registro es la Peste de Justiniano, la cuál azotó a Constantinopla en uno de sus momentos de mayor esplendor. Para el momento en el que las cosas regresaron un poco a la normalidad, la capital ya había perdido casi el 40% de su población, y en todo el imperio habían muerto al menos 4 millones de personas.
Y ha sido creyendo que los avances médicos y tecnológicos nos brindaban una barrera lo suficientemente sólida para no tener que preocuparnos, que la situación mundial actual se ha visto atravesada por una nueva pandemia, la generada por el virus COVID-19. La OMS describe a los coronavirus (CoV) como una amplia familia de virus que pueden afectar a las personas de maneras diversas, generando desde un resfriado común hasta enfermedades más graves.
Existe un libro escrito hace muchos años que bien parece estar inspirado en la situación actual puesto que es un fiel retrato a la manera en la que el mundo ha reaccionado a esta pandemia. Con todo lo que Albert Camus relata en su famoso libro La Peste podemos asegurar que por más que el ser humano se jure lo suficientemente avanzado para enfrentar lo que sea que se le ponga enfrente, la realidad es que no es así. Camus entre sus páginas lo resume en un “se creían libres y nadie será libre mientras haya plagas.” (2016, p. 20)
En este momento me permitiré alargar el grupo de cosas que Camus pretendía abarcar con la frase anterior. Aunque sí podemos quedarnos con el sentido literal de que las enfermedades fatales son las que hasta cierto punto nos atan, también es verdad que podríamos encontrar muchísimas otras “plagas” rodeándonos actualmente.
La humanidad se encuentra en un punto quiebre en el que se ve rodeada por tantas “plagas” que su propia existencia está en juego. Como todos sabemos, para este momento el calentamiento global es prácticamente irreversible; los feminicidios van a la alza; hay guerras en Medio Oriente que para este momento han ocurrido durante años; la demanda de comida es tanta que ahora prácticamente consumimos únicamente cosas procesadas; la esclavitud ha tomado una nueva forma como trabajo en las maquilas; la vida sólo está siendo disfrutada por un pequeño sector de la población mundial, mientras que el resto de la misma lucha por sobrevivir, y la lista podría seguir y seguir.
Todas estas catástrofes no son unas que ocurran de un día para el otro, todas han requerido de años, incluso décadas enteras, para irse gestando hasta convertirse en los monstruos imparables que son hoy en día. Si todas las situaciones terribles por las que está pasando la humanidad se nos presentan de esta forma, es inevitable preguntarnos cómo es que dejamos que se salieran de control. La respuesta es simple, tendemos a olvidar nuestro papel dentro del todo y nos compramos la ilusión de protagonismo. En otras palabras, preferimos pensar que siempre estaremos un paso más adelante de cualquier cosa que pueda salir mal.
“La plaga no está hecha a la medida del hombre, por lo tanto, el hombre se dice que la plaga es irreal, es un mal sueño que tiene que pasar. Pero no siempre pasa, y de mal sueño en mal sueño son los hombres los que pasan.” (2016, p. 20) Con estas palabras Camus nos recuerda que, por más que así lo deseemos, el mundo jamás se adaptará a las necesidades y caprichos del ser humano. La naturaleza nunca tendrá la “cortesía” de hacerse pequeña para que nosotros quepamos.
El ser humano siempre ha pecado de inocente y eso se ha manifestado en su reacción ante la tragedia y lo inevitable. Al final siempre parece que en su vida están sucediendo veinte cosas más importantes que las tragedias que le rodean. Y es también en estos tiempos, mientras observo la calle desde mi encierro en casa, que entiendo que muchas personas podrían estar a dos centímetros de la muerte y aún así tendrán la tonta idea de que ““Esto no puede durar, es demasiado estúpido.” Y sin duda una guerra es evidentemente demasiado estúpida, pero eso no impide que dure.” (2016, p. 20)
Las catástrofes no sólo dejan secuelas a largo plazo, en realidad las cosas empiezan a cambiar drásticamente desde el primer momento y justo como podemos leer también en La Peste: “Ha habido en el mundo tantas pestes como guerras y, sin embargo, pestes y guerras cogen a las gentes siempre desprevenidas.” (2016, p.20)
El primer sector en verse afectado es siempre el económico, cuando existe una pandemia la productividad disminuye considerablemente, ya sea por medidas implementadas para evitar la propagación de la enfermedad (como la cuarentena), o por el simple hecho de que la misma ya comienza a cobrar vidas humanas y la cantidad de población apta para el trabajo disminuye.
En la situación actual también es importante destacar la manera en la que se ve afectada la salud mental de la población. El pánico se esparce y en situaciones de confinamiento la ansiedad crece, al igual que las situaciones de abuso doméstico. Por más que se podría creer que la casa es el lugar más seguro, hay veces en las que la inseguridad de la misma vence a la que nos enfrentamos con el virus.
Las deficiencias en el sector salud también son una de las cosas que la crisis saca a relucir. Se destapa más claramente la corrupción que genera falta de indumentaria, de capacitación y de compromiso dentro de los hospitales y clínicas; comienza el desvío de materiales y recursos, así como las disputas políticas y en algunos casos, el uso de las fuerzas militares.
Aunado a todas estas cosas que en una pandemia podrían salir mal, tenemos que admitir que la pandemia de COVID-19 nos ha hecho enfrentarnos con un panorama jamás antes visto. El mundo venía arrastrando desde el 2019 diversos movimientos sociales, desde Chile hasta Hong Kong los enfrentamientos entre estudiantes y policías se convirtieron en cosa de todos los días. Las movilizaciones inspiradas o en apoyo a las antes mencionadas, se esparcieron por el globo como pólvora y significaron el inicio de una de las coyunturas sociales más marcadas de la última década.
A inicios del 2020 el movimiento feminista recobró energía y se materializó en el Paro Nacional del 9M, generando un impacto social, mediático y económico como jamás se había visto. Este año definitivamente era el de los cambios estructurales, cambios que se generarían desde abajo y que de verdad mostraban atisbos de amenazar la dinámica mundial. Y esta en efecto se modificó, pero no como pensábamos.
Durante el mes de mayo policías estadounidenses asesinaron a plena luz del día a George Floyd, un ciudadano negro. El video de ese momento fue subido a las redes sociales y el efecto que tuvo fue instantáneo. Estados Unidos casi en su totalidad rompió la cuarentena y se movilizó para exigir justicia. Las redes sociales, las calles y los sentimientos de la población mundial durante esos días estuvieron sobresaturados. Llovía información, ocurrieron hackeos, los gobiernos se tambalearon. En México se realizaron marchas en apoyo al movimiento Black Lives Matter y al ocurrir agresiones de policías contra los manifestantes la lucha social se prolongó varios días.
La manera en la que se movió la sociedad, el tiempo y la información durante los meses de mayo y junio nos hace ver que conforme pasa el tiempo las pandemias, como la sociedad, también evolucionan y su complejidad aumenta cada vez que aparecen.
Otra manera en la que el COVID-19 se nos presenta como la pandemia más compleja hasta el momento tiene que ver también con la creciente globalización. Mientras que, en la época de la peste negra, las ratas tardaron meses en llegar al continente americano por medio de barcos, actualmente el virus únicamente tuvo que sobrevivir unas cuantas horas en un avión antes de que hubiese alcanzado el otro lado del mundo.
La globalización dio pie a una expansión mundial en menos de un mes, generando pánico entre la población y también exponiendo que, contrario a lo que los pensamientos clasistas puedan decir sobre la salud de la clase baja, los encargados de traer el virus y esparcirlo en nuestro territorio fue la clase alta que podía darse el lujo de estar vacacionando en Europa cuando todo explotó. Y justo es con el saber cómo es que llegó el virus a nuestro territorio que también podemos preguntarnos qué hacían las personas que no estaban conociendo territorios europeos. La respuesta es simple, trabajaban mientras intentaban sobrevivir y no han parado de hacerlo hasta el momento.
En su libro, Camus también nos dice “Hay los que tienen miedo y los que no lo tienen. Pero los más numerosos son los que todavía no han tenido tiempo de tenerlo.” (1947, p. 32) y así les va la vida. Entre los que podemos darnos el lujo de quedarnos en casa y salvaguardarnos del virus, mientras que la realidad de muchos les obliga a salir todas las mañanas, subirse al metro y trabajar jornadas interminables totalmente expuestos a la enfermedad.
Cuando hablamos de trabajo nos referimos a la forma más normalizada y básica de dominación, “Desde ese punto de vista, el control del trabajo es la base sobre la cual se articulan las relaciones de poder y, a la vez, el determinante del conjunto y de cada una de ellas.” (Quijano, p. 97) El capitalismo se ha forjado y diseñado alrededor de la explotación laboral de un sector mayoritario de la población y eso tiene un origen muy claro, siendo este que “Las relaciones intersubjetivas correspondientes, en las cuales se fueron fundiendo las experiencias del colonialismo y de la colonialidad con las necesidades del capitalismo, se fueron configurando como un nuevo universo de relaciones intersubjetivas de dominación bajo la hegemonía eurocentrada.” (p. 94)
Lo peor, es que aún cuando pensamos que el obrero de la fábrica es el que la tiene peor dentro la situación pandémica (o la vida “normal”), en realidad estamos olvidando observar nuestro entorno más inmediato, el que prácticamente esclaviza a personas específicas a tener al menos doble jornada laboral y lo peor, de forma no remunerada. Esta situación se explica cuando nos preguntamos ¿Qué tienen en común la guerra y las pandemias? Siendo ese punto de intersección el hecho de que todo el mundo puede entrar en pánico, excepto las mujeres.
Hemos moldeado nuestra existencia alrededor de la palabra productividad, generando la falsa idea de que aquél que no es productivo cien por ciento del tiempo está destinado al fracaso, es un estorbo o simplemente está “desperdiciando su vida”. Es por eso que hemos adoptado una rutina que Camus también resume en su libro: “Sin duda, nada es más natural hoy día que ver a las gentes trabajar de la mañana a la noche y en seguida elegir, entre el café, el juego y la charla, el modo de perder el tiempo que les queda por vivir.” (1947, p. 2) Y eso aplica para algunos de nosotros, pero no para todos.
Según un informe de la ONU, uno de cada cuatro hogares de América Latina está a cargo de mujeres, siendo esta la tasa más alta del mundo. Si en tiempos normales este hecho equivale a jornadas largas de cuidados, en la situación pandémica actual implica que exista incluso el doble de trabajo. Sumándose a la situación ya de por sí complicada, es necesario recordar que las tareas de cuidado atribuidas a las mujeres y su mayor exposición a la precariedad del empleo están entre las causas que las exponen más al COVID-19.
La manera en la que la sociedad concibe el trabajo es un problema que pasa desapercibido. Vivimos en un momento en el que mencionamos trabajo y nuestra mente viaja directamente a un escritorio, una fábrica o incluso a la calle. Pensamos en sindicatos, en la lucha por seguridad social, prestaciones, oportunidades de crecimiento, entre muchas otras situaciones que aquejan a la población trabajadora. Pero siempre ignoramos las formas más básicas y claves de trabajo, sin el cuál ninguno de nosotros estaría en donde está actualmente: los cuidados.
Las mujeres desde el inicio de los tiempos, por opiniones pseudocientíficas o normas sociales, se han visto cargadas con la tarea de cuidar. No sólo a sus hijos, si no a sus esposos, a sus familias extendidas, a la tribu, al otro. Se nos adjudica un poder sobrenatural dedicado específicamente a velar por la “seguridad” ajena, aunque al parecer esa seguridad derive en alimentar, escuchar, criar, sacrificar. El trabajo realizado en el hogar implica el mismo desgaste (o incluso más) que el trabajo de fábrica, a este se le aúna el desgaste emocional derivado de la constante necesidad de cuidar que todo esté en orden. La mujer se convierte en la obrera del obrero.
Según un informe rápido sobre la realidad de las mujeres durante la pandemia, a comparación con el 93% de los hombres, sólo el 67% de las mujeres de América Latina y el Caribe participan en la fuerza de trabajo formal y más de 126 millones trabajan en el sector informal. Y la realidad es más cruda al saber que antes de la aparición de la enfermedad, las mujeres latinoamericanas ya dedicaban casi 3 veces más tiempo al trabajo de cuidado no remunerado que los hombres. (CARE, 2020)
Siendo los cuidados informales lo que ha mantenido a la sociedad cuerda, no sólo durante esta pandemia, si no desde siempre, es necesario reformar la manera en la que se les “percibe”, porque la realidad es que apenas sabemos que existen. Ha sido una parte de la dinámica humana que ha estado durante tanto tiempo que para este momento ya lo percibimos como parte del paquete de la existencia femenina.
Es obligatorio recordar que los cuidados informales constituyen la parte invisible del gigantesco iceberg que representa la atención a la salud, la parte que no vemos puede suponer hasta el 80% de todos los cuidados requeridos, siendo el otro 20% los cuidados ofrecidos por los diferentes servicios de salud (Del Río, 2020).
El que nosotras y nosotros siendo pertenecientes a las clases media y baja seamos los primeros en invisibilizar lo que las mujeres hacen por todos nosotros nos convierte en parte del problema. Nos hacemos partícipes de perpetuar la manera en la que la historia ha borrado la voz de las cuidadoras, del pilar por el que toda la conformación de la sociedad comienza.
Nuestro deber, según el sociólogo Bassets es apostar por una sociedad del care. Es decir, el derrumbamiento de la razón en el centro de la personalidad y la recomposición de los afectos en torno a la razón y la comunicación. Una sociedad que nos reconecte con la sensibilidad hacia nosotros (para cuidarnos personalmente) y hacia los demás (para cuidar a las que cuidan).
Las pandemias y catástrofes parecen un hoyo negro en la historia de la sociedad, algo que nos absorbe material, espiritual y sentimentalmente. Es un punto quiebre en el que nos damos cuenta de todas las deficiencias que nos rodean y las que nos llenan por dentro. Pero como dije al principio, la catástrofe muchas veces también es sinónimo de vida. Lo que la vuelve efectiva o dañina a la larga, es la manera en la que el ser humano decide seguir llevando su existencia.
¿Aprenderemos algo de la situación que estamos viviendo, o volveremos a la rutina capitalista y silenciadora, sólo que ahora usando cubrebocas? La verdad es que no tengo la respuesta. Pero me gusta pensar que las cosas que han venido sucediendo desde el año pasado nos guiaron a una coyuntura de la que difícilmente podremos salir “ilesos”, “normales”.
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funarodrigonavas-blog · 6 years ago
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FUNA RODRIGO NAVAS ASENCIO
Ha pasado suficiente tiempo y creo que ya es hora de contar todo esto y poder cerrar la etapa de una vez por todas. Es algo que durante mucho tiempo había evitado, ya que le tenía miedo a la exposición y a la revictimización que un proceso de funa conlleva, pero en el último tiempo he visto a muchas mujeres conseguir el valor y la fuerza para llevarlo a cabo, y obtuve inspiración de sus historias y su fortaleza. Por esto, sin más preámbulos, procedo a contar mi testimonio respecto a la relación y las experiencias que tuve con Rodrigo Andrés Navas Asencio, ex-estudiante de Lengua y Literatura Inglesas en la Universidad de Chile, y actual estudiante de Teoría e Historia del Arte en la misma universidad.
Con Rodrigo (también conocido como Prócer durante su permanencia en la facultad de Filosofía y Humanidades) nos conocimos como mechones en Inglesa el 2013. Él era un par de años mayor que yo y antes había sido estudiante de Historia. Unas semanas después de entrar a clases iniciamos una relación informal, la cual con el pasar de los días pasó a ser un pololeo formal. Al principio parecía una relación completamente normal, era cariñoso y apañador, pero con el paso del tiempo empezó a dar pequeñas señales que en su momento no pude notar, o simplemente fallé al interpretarlas.
Tenía una tendencia a mentir y ocultar información, a veces completamente insustancial, y otras veces respecto a cosas que podrían haber hecho que cuestionara nuestro vínculo. Cuando pillé sus mentiras, se disculpó y se comprometió a cambiar sus actitudes, por lo cual lo perdoné y lo dejé pasar. Desconozco cuántas veces habrá cambiado pequeños detalles de su vida sólo por tratar de agradarme más. También era una persona celosa, pero esto lo ocultaba muy bien de mí. La mayoría de las escenas de celos durante el primer año de relación no las supe hasta ya terminada ésta, cuando amigos me las hacían ver, o me contaban ocasiones donde Rodrigo no las había ocultado de ellos. Progresivamente me distanció del grupo de amigos con el cual yo solía carretear, ya que ahí estaba un ex pololo mío, con el cual habíamos terminado en relativa buena onda y con el cual no había intención alguna de volver. Fue de una forma muy sutil, proponiéndome panoramas para el mismo día y haciendo como que no se acordaba de que yo saldría, sintiéndose enfermo, etc. Así fue como terminé distanciándome casi completamente de ese grupo de amigos en particular.
En enero de 2014, pasé por una experiecia personal muy fuerte que no quiero entrar a detallar, período en el cual él me apoyó mucho. Pero fue a raíz de esta misma situación que nuestra relación empezó a decaer progresivamente. Pasó de ser "simplemente celoso" a ser mucho más controlador y manipulador. Yo sufría (y sufro) de ansiedad, y a partir de un intento de asalto uno de los factores que me puede gatillar una crisis de pánico es andar en la calle por la noche. Muchas veces me invitaba a quedarme a su casa, y cuando yo llegaba me proponía ir a la casa de alguno de sus amigos por la noche. La mayoría vivía a distancias caminables, pero eso no me tranquilizaba realmente. Muchas veces lo acompañé a pesar de la ansiedad, y otras veces simplemente me negué, ya que yo iba a verlo a él y no tenía considerado salir. Si no lo acompañaba se enojaba, y si lo acompañaba y me quería devolver más temprano que lo que él quería (lo cual era casi siempre) también se enojaba. Muchas veces tuve que ceder y quedarme hasta la madrugada en casa de sus amigos, para luego devolvernos a la suya a pie mientras trataba de no terminar con una crisis. Nunca consideró que podía estar exponiéndome a riesgos, o que tal vez simplemente estaba mal forzarme a acompañarlo sabiendo lo que eso podía causarme.
De a poco todo esto comenzó a escalar. Tenía problemas serios de control de la ira y no sabía expresar sus emociones,  acumulaba rabia hasta que acababa por estallar y gritarme, apuntando todos mis errores y defectos de formas hirientes. Cuando había más gente nunca me decía nada, esperaba a que estuviésemos a solas para hacerme show. Lo peor de todo es que muchas veces eran cosas que caían de la nada y sobre las cuales yo no tenía ningún tipo de control, como "ese cabro me cae mal porque anda detrás tuyo" o "ese tipo te estaba joteando y tú te dejaste". Una vez hasta se molestó porque en el cumpleaños de su mejor amigo una chica presente me empezó a jotear y correr mano, y él pensaba que me estaba "dejando", a pesar de que yo le estaba pidiendo auxilio con la mirada y con gestos, porque no sabía cómo sacármela de encima. Son muchas las situaciones similares que podría contar, pero para que esto no se haga eterno, me iré a unas situaciones particulares más.
En una oportunidad nos quedamos a dormir mi amiga Macarena y yo en la casa de Rodrigo. Durante la noche nosotros discutimos, y yo me fui a encerrar al baño a llorar. Él me siguió y me insistió varias veces que abriera la puerta, hasta que al final cedí. Cuando entró seguimos discutiendo, y en un momento en particular se abalanzó de manera muy agresiva sobre mí, lo cual hizo que yo gritara y lo empujara, ya que pensé que me atacaría. Era la primera vez que me sentía físicamente amenazada por él. Mi amiga escuchó y me fue a buscar al baño, y lo amenazó para que me dejara en paz. Él obviamente se sintió intimidado, porque no se atrevía a enfrentar a otras personas, y porque mi amiga es chora (te amo Maca). Ella trató de convencerme de que nos fuésemos de ahí en cuanto comenzaran a pasar micros (él vive/vivía en La Florida y su casa no quedaba demasiado cerca de ningún metro como para que fuera seguro salir de madrugada), pero yo estaba todavía demasiado cegada. Al final me quedé, conversamos, lo perdoné y me perdonó (!!), así que ella se fue. Pasó un tiempo en el cual nadie mencionó esta noche, yo porque quería dejarla atrás, supongo que mi amiga tampoco lo hizo porque sabía que yo tenía un vínculo de dependencia formado que era demasiado fuerte. Él se había encargado de minar mi autoestima lo suficiente como para que yo sintiera que él era el único que podía validarme como persona.
Hubo unas cuantas ocasiones en las cuales las discusiones terminaban con arrebatos físicos de parte suya, como golpear paredes. Uno que jamás podría olvidar fue cuando en una oportunidad agarró una taza vacía y se empezó a golpear la cabeza con ella, mientras me gritaba y me preguntaba que si acaso eso era lo que quería. Tuve que rogarle que parara. Luego empezó a sentirse mal, y tuve que acompañarlo a urgencias. Se había causado un tec en la cabeza. Tuve que decirle a todo el mundo que se lo había causado al tropezar con su gata y golpeárse con la puerta. Todo eso me hacía mierda la cabeza, porque yo sabía que estaba mal, pero tenía la secreta esperanza de que no volviera a suceder, de que pudiese cambiar, y que por eso era más perjudicial que positivo decirle a los demás la verdad. No quería que le hicieran la cruz en caso de que cambiara. 
El peak de violencia sucedió el 14/15 de febrero de 2015. Nosotros habíamos terminado unas semanas antes (ya ni siquiera recuerdo la razón particular de aquella vez), y un amigo suyo había fallecido. Él me llamó llorando para contarme lo sucedido, y me pidió que lo fuese a apañar. Yo igual soy corazón de abuelita para estas cosas, así que partí a su casa. En la tarde fuimos a la casa de otro amigo suyo, donde tomamos para pasar el luto. Contaron anécdotas respecto al amigo fallecido, luego el tema derivó en otro, y así se fue haciendo tarde. Antes de que me diese cuenta, ya eran como las 3-4 am. Rodrigo en algún momento se había molestado porque mencioné a un cabro que a él le desagradaba "porque anda detrás tuyo po Isa", pero no dijo nada mientras estuvimos en la casa de su amigo. Cuando nos devolvíamos me empezó a gritar en la calle, y terminamos discutiendo. Cuando llegamos a su casa peleamos un rato más, pero luego paró. Pensé que ya todo había pasado. Pero, por razones que no creo necesario profundizar, se volvió a enojar. Nunca lo había visto tan enojado. Me empezó a gritar, a insultar con garabatos, me agarró de los brazos y me zamarreó. Luego de eso me empujó a su cama, me tironeaba, me golpeaba,me pegó cachetadas y me escupió, mientras yo estaba en shock y sólo lloraba. Todo esto debe haber durado unos minutos, pero se sintió como una eternidad. Al final terminó dándome una crisis, terminé hiperventilando y sólo con eso se calmó. Me abrazó, trató de tranquilizarme mientras me repetía que, a pesar de que yo me había mandado (según él) un cagazo enorme, él era benévolo y capaz de perdonarme, que sólo tenía que pedirle disculpas y mostrarme arrepentida. Incluso en esas circunstancias seguía con sus juegos mentales. Me pidió disculpas por golpearme, que no entendía lo que le había pasado, que no lo volvería a hacer. Honestamente lo que pasó después de eso para mí es un misterio, es como que mi cerebro hubiese bloqueado algo,y la verdad creo que es mejor no saberlo. Lo siguiente que recuerdo es despertar al día siguiente, ir a ducharme y ver moretones en mis brazos. Fue el primer momento en el que percibí algo del peso de la situación, y me largué a llorar. Cuando salí del baño y fui a mostrárselos con mis ojos hinchados, sólo me dijo "ya lo sé, pensé que ya lo habíamos dejado atrás", y se giró molesto. Y terminé pidiéndole disculpas por intentar que los viera.
A pesar de esto, seguimos juntos. Como un año más. No volvió a ponerme una mano encima (yo le había dejado en claro que si volvía a hacerlo era término definitivo de la relación), pero los insultos y el maltrato emocional y psicológico no paró. Sus arrebatos de rabia eran cada vez más frecuentes y largos. Me sentía agotada. No pude seguir en la universidad, porque le echaba la culpa a ésta de mi cansancio mental y emocional. No me la podía con estudiar. Debido a todo esto, dejé de sentir deseo sexual y me negaba a mantener relaciones con él, ante lo cual él se ponía insistente o sencillamente se enojaba. Perdí la cuenta de la cantidad de veces que tuvimos relaciones sólo para que no estuviese molesto conmigo. En aquellos momentos no fui capaz de darme cuenta de que eso es violencia sexual. Sólo quería tratar de llevar la relación en paz.
Durante mucho tiempo me sentí ajena a la realidad. Sentía que la relación transcurría en dos dimensiones paralelas: en una era un pololo normal, con el que cocinábamos, veíamos películas, nos tomábamos una chela y nos reíamos; en la otra, era una persona agresiva y violenta, posesiva y controladora, ante la cual tenía que ser sumisa o todo empeoraba. Ante esta última yo sólo cerraba los ojos y fingía que no existía. Dependía demasiado emocionalmente de él, porque así como hundirme fácilmente, también podía sacarme del hoyo en el que me sentía. Se manifestó como una especie de refugio para mis problemas personales y familiares. No era capaz de cortar la relación.
Hasta que un día, me llegó la iluminación divina. Ya no lo amaba. Antes había sido capaz de aguantar todo eso bajo la excusa del amor, pero toda esta violencia había acabado por matarlo. Ya no tenía razones para soportar todo eso, así que le di un ultimátum: si volvía a levantarme la voz, nuestra relación terminaba. Durante unos días se mantuvo controlado, pero un día estalló. Eran como las 10 de la mañana y me empezó a gritar y me dijo que me fuera de su casa. Le pregunté si es que entendía lo que eso significaba, y me dijo que sí, que estaba cansado de mí. Agarré mis cosas y me dispuse a irme. Sólo cuando me vio cerca de la salida se arrepintió y me pidió que me quedara. Junté toda la fuerza de voluntad que pude y me negué. Me fui y di por terminado nuestro tiempo juntos.
Eso debería haber sido el final de todo, pero no. Cerca de un mes después de terminar hablamos, y le manifesté mis intenciones de mantener una relación cordial y ver si eventualmente podíamos ser amigos, ya que seguía sintiendo cariño por él. Estuvo de acuerdo, y eso llevó a que nos juntáramos unas cuantas veces. Cada vez que él intentaba acercarse a mí de otra forma, yo lo paraba, y él me pedía disculpas y desistía. En ese lapso de tiempo conocí a otra persona, mi actual pololo, y empezamos a salir de manera informal. No le conté esto a Rodrigo, porque tenía miedo de su reacción, y porque igual no era un tema que le concerniera. Durante un mes las cosas estuvieron tranquilas, hasta que una noche en la que me quedé en su casa me revisó el celular. Vio mis conversaciones con la otra persona y se puso iracundo. Me despertó a gritos a las cinco de la mañana, tratándome de perra y un millón de cosas más, que cómo era capaz de hacerle eso, que le había cagado la vida, etc. Yo estaba en shock y no atinaba a responderle. Él siguió insultándome hasta que, para variar, me desencadenó otra crisis de hiperventilación. De nuevo empezó a consolarme, a decirme que él era capaz de perdonarme si es que volvía con él y cortaba todo contacto con el otro muchacho. Que ésa era la "forma correcta" de hacer las cosas. Yo no entendía nada, tenía una nube en mi cabeza.
Después de eso me quedé dormida (cualquier persona que haya tenido una crisis similar sabe lo agotadoras que son), y cuando desperté me trataba muy suavemente, pero me repetía las mismas frases manipuladoras que antes. Le dije que me tenía que ir, y no quería dejarme. Tuve que inventar que tenía que viajar con mi madre a Rancagua (mi familia es de allá), y que me comprometía a juntarme con él el lunes a hablar acerca de "nuestra relación" para que me dejara irme, de otra forma no me hubiese dejado salir. Todo esto pasó un viernes/sábado. En cuanto me subí a la micro me golpeó la realidad, y mientras más me alejaba de su casa más me convencía de que no tenía que volver con él jamás, de que no tenía por qué dejar de relacionarme con personas sólo porque a él lo quería así. Llamé al chiquillo con el que salía, y le pregunté si podía ir a verlo. No quería ir a mi casa, ya que sabía que no iba a poder calmarme ahí. Me dijo que sí, y al llegar le expliqué todo lo que había pasado. Me tranquilizó y me dejó dormir un rato, ya que había dormido sólo un par de horas la noche anterior.
Durante la tarde, Rodrigo me empezó a llamar y mandar mensajes. Me decía que había hablado con mi madre y que sabía que yo no estaba en Rancagua con ella. Empezó a exigirme explicaciones, y que si acaso pensaba traicionarlo otra vez. Ese fin de semana fue una pesadilla. No volví a mi casa en todo el fin de semana, porque tenía miedo de que fuera a buscarme. Tuve que mantener el celular apagado porque en cuanto lo encendía me estaba llamando, fueran las  diez de la mañana o las cuatro de la madrugada, era como si él no hubiese dormido durante esos días. Me llenaba de mensajes amenazantes. Al final ese lunes me junté con él, afuera de una estación de metro (porque obviamente no pensaba ir a su casa), con mi actual pololo rondando cerca por si es que se ponía agresivo o intentaba hacerme algo. Le expliqué que no pensaba volver con él, que no quería dejar de relacionarme con nadie sólo porque a él no le parecía, y menos aún después del acoso que recibí de su parte ese fin de semana. Él no escuchó razones, sólo me dijo que le había cagado la vida, que había tenido la oportunidad de arreglarlo todo y que sólo había empeorado las cosas. Al final nos despedimos y se fue.
Con eso no bastó para que me dejara tranquila. Después de eso durante semanas me escribía lluvias de insultos por facebook, luego me pedía disculpas y me bloqueaba. Y así durante días. Yo no podía bloquearlo ya que él me bloqueaba primero. A veces traté de dialogar con él y que me dejara en paz, pero nada servía. Volvía a caer en los insultos y a bloquearme. Al final después de una conversación igual de infructuosa que todas las anteriores, lo bloqueé yo.
Gracias a todo esto, mis problemas de ansiedad y depresión empeoraron significativamente. Llegué a tomarme un montón de pastillas mezcladas con alcohol un día, después de que me repitiera por enésima vez que le había cagado la vida. Si no fuera porque vomité podría haber muerto, me costaba respirar y el dolor y las taquicardias eran horribles. Temía salir a la calle porque tenía miedo de que me buscara o de encontrármelo por ahí, por lo cual desarrollé agorafobia. Intenté volver a estudiar, pero fracasé, porque no podía tomar el metro sin que me diera una crisis. Terminé viviendo encerrada y sin ver prácticamente a nadie durante meses. Perdí aún más amistades por esto. Si no hubiese sido por el apoyo de Samuel, mi actual pololo, y de mis mejores amigos, probablemente hubiese intentado suicidarme. Durante mucho tiempo me odié porque Rodrigo me convenció de que yo era detestable, de que yo había sido el problema todo este tiempo. Al principio mi relación con Samuel fue caótica, porque no recordaba cómo era construir relaciones sanas, y repetí de forma inconsciente un montón de comportamientos que mi relación previa me hizo naturalizar, como los celos. Fue un auténtico desafío el tratar de retomar mi vida después de esa relación.
Nosotros terminamos nuestra relación a principios de 2016, y recién el 2018 me sentí realmente capaz de retomar mis estudios y mi vida, así que decidí entrar a estudiar Licenciatura en Artes Plásticas en la Universidad de Chile. Y, a estas alturas ya no sé si tengo mala suerte o qué, pero al entrar a clases me lo encuentro en la facultad. Como estudiante de Teoría e Historia del Arte, carrera que jamás pensé que él querría estudiar. Traté de ir a clases con normalidad y fingir que él no existía, pero un día llegué tarde a una clase y me quedé haciendo hora en la entrada frontal de la facultad, y aprovechando que estaba sola se me acercó. Al principio entré en pánico y le grité que no se me acercara, pero de a poco lo hizo igual, diciéndome que quería hablar conmigo del tema y que quería pedirme disculpas. No sé por qué, pero lo escuché. Supongo que yo igual quería darle un cierre a la situación. Así que empezamos a hablar y le propuse un trato.
Parte de mis convicciones políticas son dudar de las instituciones estatales, desconfiar de la supuesta justicia que provee nuestro sistema judicial, y con las ideas punitivistas y carcelarias en general, lo que no significa que no pueda recurrir a ellas en determinados casos, pero sí me gusta la idea de ver vías alternativas y menos revictimizantes para este tipo de situaciones, a través de actos reparatorios para con las víctimas y responsabilización efectiva del victimario. Por lo cual, ya que el decía estar dispuesto a participar de la solución que mejor me pareciera, le propuse de partida que fuera al psicólogo, porque es lo mínimo y porque hay un problema de control de ira que jamás ha tratado, y debe ser resuelto para poder entablar relaciones interpersonales sanas. 
Segundo, le dije que no planeaba funarlo por redes sociales, pero que deseaba que reconociera sus acciones y se responsabilizara de ellas en una asamblea de facultad, ya que ese era nuestro espacio en común, y porque es una facultad con más estudiantes mujeres que hombres, que tienen que tener conocimiento de sus actos para decidir libremente si quieren vincularse con él de alguna forma o no. Y tercero, que organizáramos una instancia en la cual pudiésemos ayudar a otras personas y generar conciencia a través de compartir nuestras experiencias, para que pudieran reconocer ciertas actitudes tóxicas dentro de las relaciones y pudiesen ponerle freno a tiempo, tanto las víctimas como los victimarios. Me dijo que estaba de acuerdo y que me iba a ayudar a contactar a personas de la facultad que pudieran ayudar a realizar estas actividades. 
Ya que estoy contando esto, es evidente que no resultó. Se demoró bastante en concretar una reunión con los presidentes de centro de estudiantes, la cual más encima fue espantosamente revictimizante. Salí de esa reunión sintiéndome incómoda y desesperanzada. Cuento aparte es el tema de su ida al psicólogo, la cual tramitó por semanas, empezó a atenderse con un psicólogo que era más que indiferente al hecho de que él es violento, y al final tuve que interceder para que se atendiera con los psicólogos de la facultad. Yo por mi parte había empezado un tratamiento mucho antes, y finalmente decidí que iba a congelar, ya que necesitaba priorizar mi salud mental, la cual era muy inestable después de haber coincidido en el mismo espacio con él. Y tal vez haya sido por eso, ya que dejó de sentir la presión de mi presencia ahí, pero al final decidió echarse para atrás con toda la propuesta, argumentando que los psicólogos "lo habían hecho ver" cuán dañino era para él el exponerse como abusador frente a la asamblea, pasándose por la raja mi seguridad y la de todas las demás estudiantes de la facultad. En resumen, lo único que hizo fue aprovecharse de mi buena voluntad al ofrecerle una vía alternativa para ganar tiempo y evitar la funa.
A pesar de haberme sentido vulnerada por él una vez más, hasta el día de hoy no me había sentido capaz de hablar sobre esto de manera pública. Era algo que postergaba siempre, ya que le tenía miedo a todo lo que conlleva el levantar la voz y atreverse a funar, que puede ir desde cuestionamientos, pasando por las burlas hasta las amenazas y acoso de parte del funado y sus defensores. Pero a estas alturas me da lo mismo. Creo firmemente que las personas deben responsabilizarse de sus acciones, y este es el último recurso que me queda.
Hasta donde yo sé, él sigue estudiando como si nada. Antes tuvo una banda llamada Imnosis, su banda actual se llama Amigos Subterráneos, con los cuales participó en una tocata en la facultad de Artes en el segundo semestre del año pasado, después de que yo congelara. Se aprovechó de que la situación no se masificó en la facultad para seguir con su vida completamente normal e incluso participando de este tipo de eventos, cuando ya se han sabido hartos casos de tipos que se aprovechan de ser "músicos" para jotear cabras que no tienen conocimiento de su historial. A mí eso me pareció la guinda del pastel. Nunca tuvo intención de restarse aunque fuese de las actividades extracurriculares de la facultad.
Entre ayer y hoy se hicieron públicas múltiples funas por twitter de distintos casos de violencia y acoso, lo cual propició que yo en mi cuenta personal hiciera referencias a la idea de funar a este personaje. Por lo visto sigue revisando mi twitter, ya que cerró sus cuentas de facebook e instagram. Por suerte alcancé a sacarle una captura a su perfil, y también a su cuenta de twitter, la cual no usa, pero nunca está de más. Digo "sigue revisando", ya que no es la primera vez que sucede. En 2017 escribí que tenía intenciones de funar, pero que no estaba segura, y un par de días después me escribió un mensaje que voy a incluir en los screenshots de evidencia.
Adjunto capturas de pantalla de algunos de los mensajes que me envió cuando empezó a acosarme. Lamentablemente, por cambios de celular, no puedo mostrar los mensajes de whatsapp ni la cantidad de llamadas y mensajes de texto que hizo en ese lapso de tiempo, pero confío en que lo que adjunte baste para mostrar el tipo de acoso que sufrí.
Agradezco a las personas que se dieron el tiempo de leer mi historia, y se los agradeceré el triple si me ayudan a difundirla. Quiero que la gente sepa esto y decida conscientemente si desean relacionarse de manera afectiva con él, ya sea de manera amistosa o romántica. Al menos a mí me gustaría saber de antemano este tipo de cosas y que no me caigan de sorpresa a la hora de formar vínculos.
Espero que respeten mi decisión de omitir ciertos detalles que considero pueden ser demasiado revictimizantes, y también omitir algunas anécdotas y situaciones, ya que si no esto se haría eterno.
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acapulcopress · 5 years ago
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El mundo se acerca al millón de infectados por coronavirus
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] GINEBRA. * 1 de abril de 2020. | AFP. El planeta se acercaba el miércoles rápidamente al millón de infectados por coronavirus y a la cifra de 50.000 muertos, mientras Estados Unidos registró la víctima más joven que se conoce, un bebé de seis semanas. Cuando los gobiernos amplían las órdenes de confinamiento que afectan a la mitad del planeta, agencias internacionales advirtieron que algunas partes del mundo pueden enfrentar escasez de comida si las autoridades no navegan la crisis correctamente.
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Más de 900.000 casos han sido contabilizados en el mundo, y casi 46.000 personas han muerto desde que el virus surgió en la ciudad china de Wuhan a fines del año pasado, según un conteo de la AFP basado en cifras oficiales. "En los próximos días se llegará al millón de casos confirmados y a los 50.000 muertos", dijo el director general de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Tedros Adhanom Ghebreyesus. La inquietud crece en Estados Unidos, que ya ha contabilizado con más de 213.300 contagios y casi 4.800 fallecidos, según la Universidad Johns Hopkins. Entre los fallecidos estadounidenses figura un bebé de seis semanas en Connecticut. "Es con una tristeza que me rompe el corazón que podemos confirmar hoy la primera fatalidad pediátrica en Connecticut ligada al covid-19", dijo el gobernador de Connecticut, Ned Lamont, en su cuenta Twitter. "Pensamos que se trata de una de las personas más jóvenes en el mundo" víctimas del virus, añadió. La mayoría de las víctimas del nuevo coronavirus son ancianos, y abundan estremecedoras historias de adultos mayores hallados muertos y solos en España o Italia, países muy afectados por la pandemia. Pero casos recientes muestran que la enfermedad puede afectar a los más jóvenes. Los muertos incluyen a un niño de 12 años en Bélgica, un adolescente de 13 años en Francia y otro de la misma edad en Gran Bretaña, que no tenía ningún problema de salud. Illinois informó el fin de semana de la muerte de un bebé de nueve meses aparentemente ligada al coronavirus. Cierran parques de juegos en NYC Nueva York, el área más poblada de Estados Unidos, se ha convertido en el epicentro de la pandemia en el país. Camiones regrigerados ya se estacionan frente a los hospitales para hacer frente a la ola de muertos, 1.941 en el estado. El gobernador de Nueva York, Andrew Cuomo, anunció el cierre de los parques de juegos en la Gran Manzana y pidió a la policía ser más agresiva para hacer cumplir las reglas de distanciamiento social. "Se ven aún demasiadas situaciones de mucha densidad entre jóvenes", dijo Cuomo. "Usen el espacio abierto en un parque. Caminen por ahí, cojan un poco de sol (...) Sin densidad. Sin juegos de básquetbol. Sin contacto cercano. Sin violar el distanciamiento social, punto. Esa es la regla", recordó. Alemania extendió hasta el 19 de abril la prohibición de reuniones de más de dos personas afuera, y la canciller alertó que las familias no podrán visitarse durante las celebraciones de Pascua. "Una pandemia no reconoce vacaciones", dijo. La crisis ha borrado del calendario grandes eventos como el torneo de tenis de Wimbledon, cancelado por primera vez desde la Segunda Guerra Mundial. Poco a poco crece también la ola en América Latina, que reportó más de 20.000 casos. Más sombras que luces El cuadro está por el momento mucho más lleno de sombras que de luces. Los contagios parecen estabilizarse en España e Italia, los dos países europeos más afectados. Pero los saldos mortales son aún elevados, superiores a los 800 muertos diarios en ambos casos. "Es un poco 'escóndete, que viene el bombardeo'. Es un virus en vez de bombas", resume Pepa Peña, de 61 años, una ciudadana de Madrid, la región más golpeada de España por el virus. Más inquietante es la curva que empieza aparecer en Francia y Reino Unido, con más de 500 fallecimientos en las últimas 24 horas. Duplicación de muertos La escasez derivada de la pandemia ha provocado protestas en algunos países pobres. "En Nigeria, cuando uno trabaja ya pasa hambre. Imagínese cuando no puede trabajar", dice Samuel Agber, reparador de aparatos de aire acondicionado. Para frenar la propagación de la pandemia, más de 3.750 millones de personas, es decir, casi la mitad de la población mundial, están llamadas u obligadas a quedarse en casa, algo que no siempre es fácil de cumplir. En India, la policía mostraba en las redes sociales caras muy distintas: por un lado, efectivos bailando en las calles con cascos que representan el virus para disuadir a infractores del confinamiento, y por otro, agentes golpeando a quienes lo violaban. Masacre silenciosa En Italia, los médicos están inquietos por los pacientes que dejan el hospital cuando su vida ya no corre peligro, pero que siguen siendo contagiosos. En Italia, los médicos están inquietos por los pacientes que dejan el hospital cuando su vida ya no corre peligro, pero que siguen siendo contagiosos. A algunos de ellos se les envía a geriátricos y pese a las medidas de protección en marcha, hay expertos que temen una "masacre silenciosa" en estas estructuras. En América Latina, donde se han registrado más de 20.000 contagios y más de 500 muertos, varios países anunciaron una prolongación de las medidas, en un intento de evitar el colapso de sus sistemas sanitarios. El gobierno argentino estableció cupos para la repatriación gradual de ciudadanos que buscan retornar al país tras el cierre de fronteras. Nuevas pérdidas bursátiles El cierre temporal de empresas y el parón de la actividad económica que han provocado semejantes medidas en todo el mundo ha dejado a muchos trabajadores sin ingresos y sus consecuencias empiezan a notarse en los países más golpeados. La ansiedad por el avance de la pandemia volvió este miércoles con fuerza a los mercados, con fuertes pérdidas en las bolsas. Los ministros de Finanzas y gobernadores de los bancos centrales del G20, que se reunieron el martes por teleconferencia, prometieron ayudar a los países más pobres a soportar el fardo de su deuda y asistir a los mercados emergentes. La semana pasada, los líderes de este grupo de países ricos y emergentes habían dicho que inyectarían cinco billones de dólares en la economía global para disipar los temores de una recesión. En Wuhan, el confinamiento se va levantando progresivamente, y los primeros pasos al aire libre de sus habitantes son para homenajear a los muertos. Paralelamente, China reportó este miércoles 1.367 casos asintomáticos de coronavirus que se suman a los 81.554 contagios registrados, al publicar por primera vez el número de personas actualmente positivas pero sin manifestar fiebre y tos características de la COVID-19. Read the full article
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anngie-rotten · 5 years ago
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¿Te estás dando permiso para sentir lo que sea que necesitas sentir? Si no es así, ¿por qué? ¿Tienes miedo de llevar alguna de esas emociones a la acción? ¿Puedes permitirte sentir una determinada emoción sin actuar sobre ella? ¿Esto que sientes tiene algún lado positivo / curioso / interesante? ¿Te has dado permiso de simplemente observar lo que sientes, identificando qué genera en tu cuerpo? Date permiso de sentir lo que sea que estás sintiendo. Está bien sentir. Es bonito sentir, incluso cuando es incómodo. Es necesario sentir.
Siento incertidumbre constante y trato de calmar mi mente que es la que imagina lo peor, a veces me cuesta mucho trabajo dormir por la noche por eso prefiero dormir por el día porque me calma, siento el cansancio, también tengo miedo, ansiedad, me cuesta a veces respirar, he estado haciendo ejercicios de respiración y también yoga para calmar lo único que yo tengo control: mi mente. Todo esto se siente tan raro, es increíble como todo cambia tan rápido, ya no se qué creer o a quien creerle, nada de lo que veo en internet lo siento real, cerré mi facebook por lo mismo, quiero estar alejada de todo lo que me pone mal, ahorita me ha ayudado mucho estar cerca de mi, de mi silencio, de lo que siento, de lo que pienso, quizás es la ventaja que estoy sacando de esta crisis, el conocer el silencio, ver mis miedos tan profundos, el no juzgarme, es increíble como estamos siendo vulnerables unos más que otros y quizás solo quizás eso haga que las personas se cuestionen que están haciendo con sus vidas, a quien o que causas están sirviendo, es como romper el modo automático y darse cuenta de la herida ancestral que todos llevamos en nuestra historia como humanos, ver todo lo que repetimos, los abusos o cosas que nos creemos o pensamos que teníamos la razón, ya nada de eso importa porque el mundo como lo conocemos se acabó. Siento miedo, pensar que no hay nada seguro y no saber que pasará o como actuar si pasa algo que me pueda impresionar, cómo la represión y el abuso de la policía o los militares, la gente que está en la calle y pueda morir de hambre, los médicos y gente que está al servicio y rescate de otros,pienso en cada uno de ellos y no puedo pensar más que en la gratitud y en las formas que puedo hacer para no estorbar o ayudar, mi mente conspiranoica quiere creer que todo se trata de un plan del gobierno para tener un total control de la población, suena lógico, quizás pueda tener algo de razón, pero sigo creyendo en el amor y en la humanidad y en las personas que ayudan aún en los momentos más difíciles, pienso que puedo hacer desde donde estoy, se me ha ocurrido estar cerca de los vulnerables como yo, hablar con ellos que se sientas escuchados, acompañados, compartir cosas creativas y llenas de esperanza, que no olvidemos que podemos soñar y que somos creadores y tenemos el poder de modificar nuestra realidad en beneficio de todos, pido a Dios, le rezo para que interfiera por la raza humana, si creo en Dios y yo soy el amor encarnado, yo soy la vida y creo que todos somos uno, si todos abrieramos el corazón y nos percatamos que tenemos lo mismo, el mismo esqueleto, órganos, piel, la mente es la que nos divide, el ego, y también nos enriquece, solo es entender que en estos momentos necesitamos vibrar alto para poder alejarnos del miedo y enfrentar lo que necesitemos enfrentar y resolver. Sigo teniendo fé y esperanza, no sé que vaya pasar, no depende de mí, solo puedo controlar mis sentimientos, pensamientos y mi cuerpo físico, es lo único seguro en este momento.
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micaminoaprendiendo · 5 years ago
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Cap 3: “Salud mental.”
Leer Capítulos: Introducción | 1 | 2 | 3 | 4 | 5
La lista se compone por depresión, ansiedad, ataques de pánico, miedo, incapacidad de convivir con los demás libremente, aislamiento, obsesiones, constantemente no sentirse capaz de hacer nada bien o de lograr cosas, arrogancia por sentirme superior a los demás… la mente es muy curiosa,a nivel inconsciente toma medidas para emparejas las carencias que tenemos. Si somo brutalmente honestos, tenemos que decir que el obstáculo más grande que nos impide avanzar en la vida somos nosotros mismos, más específicamente hablando, la clase de pensamientos y creencias que tenemos en nuestra mente. Si lo piensan, ¿Que es lo que nos falta en realidad? puesto que tenemos un cuerpo que nos mueve, nos ayuda a comunicarnos entre nosotros y también tiene la habilidad de manipular y construir cosas; también estamos dotados de dones y cualidades asombrosas, entonces podemos deducir que la fuente de los conflictos está en otra parte.
La mente va construyendo aspectos que rigen nuestra vida, como los valores y principios que vamos a seguir, lo que la vida, el mundo y todas las cosas dentro de ellos significan para nosotros, y lo hace a través de las experiencias que vamos acumulando a través de los años. Si esas experiencias terminan fracturando tu mente, termina produciendo los pensamientos equivocados y es ahí cuando vienen los problemas y el caos a nuestra vida y las cosas pueden ir en aumento si nunca tomamos un tiempo para detenernos y meditar en lo que llevamos dentro y el fruto que están produciendo.
Estoy plenamente consciente de la clase de sociedad en la que vivimos, que está más concentrada en obtener beneficios económicos que en la introspección y la meditación. Desde muy chicos se nos enseña que si algo no nos da dinero, entonces no sirve de nada, lo aceptamos sin poner resistencia pero una sociedad en donde están presentes los crímenes, los asesinatos, la violencia, los problemas mentales como la demencia, la depresión, la ansiedad, todas ellas yéndose a la alza, es claro que nos está llevando al estilo de vida equivocado. Verán, he podido darme cuenta de que una persona es el resultado de lo que piensa y lo que hace, la buena noticia es que nuestra identidad tiene la capacidad de SIEMPRE ser maleable, modificable y transformable (Siempre que nosotros lo queramos) así que si algo no funciona en lo que pensamos y en lo que hacemos SIEMPRE tendremos la opción de hacer algunos ajustes procurando no dejar de ser gentiles y amorosos con nosotros mismos. y ¿Cómo podemos darnos cuenta si nosotros como personas estamos bien o necesito hacer algún cambio?, bueno, todo árbol se conoce por sus frutos (Lucas 6:43),así que te invito a que examines cuales son los resultados que estás obteniendo en cada área de tu vida para que tengas un poco de luz al hacerte esta pregunta. También aprendí que nuestros pensamientos son altamente influenciables por nuestro entorno, y más que en otro tiempo, en la actualidad estamos expuestos a muchísimas fuentes de pensamientos e ideas diferentes por lo que no es extraño que de repente tengamos alguna crisis existencial o de ansiedad por no tener claro ni siquiera a quien deberíamos de escuchar y a quien no, por lo que creo que lo más sabio es limitar las fuentes de información dejando solamente a lo que verdaderamente signifique una ayuda en nuestro camino. Realmente es muy difícil detenerse a inspeccionar estas cosas con el ritmo de vida que llevamos, pero la verdad es que es muy necesario detenerse en algún momento para hacerlo, y a veces, sin necesariamente contemplarlo, se nos presentan oportunidades en la vida con la forma de alguna crisis, que podemos utilizar para hacer esta pausa que es muy necesaria, te cuento un poco de como fue en mi caso:
Cuando recién me gradué, me vi forzado a tomar esa pausa, y no lo hice por voluntad propia, no encontraba trabajo. Vivía día a día desesperado y enfrentaba una gran crisis existencial por no tener claro que quería hacer con mi vida, estuve así por seis meses enteros, me dedique a aprender nuevas cosas, a saber un poco mas de Dios, y encontré que, cuando tú se lo permites, va moldeando tu persona a la imagen que él tiene de ti, y que esa imagen suya es mucho mejor que cualquier cosa que se nos puede ocurrir para nosotros, porque una de las características de esa persona que Dios tenía pensada, era la de una persona que viviera en plenitud y libre. Creo que TODO mundo sabe que al principio de la biblia dice que Dios nos creó a su imagen y semejanza (Génesis 1:26) bueno, pues Dios es un ser libre y pleno y quiere lo mismo para nosotros. Me ayudo a aprender las cosas que antes no había podido para poder sanar mis pensamientos y mi corazón (y eso que había intentado toda clase de lecturas, antes de la biblia estudie sobre el budismo, sobre la metafísica, sobre la ley de la atracción, las energías, la nueva era y el esoterismo, sobre la sabiduría maya, sobre magia egipcia, sobre los cuatro elementos, los wiccas… la lista puede continuar, pero al final lo único que me dejo ver la verdad sobre mi estado y encontrar la guía hacia la salida fue las escrituras, la palabra de Dios, la biblia), quiero hablar sobre cómo enfrentar los problemas más duros gracias a las palabras de este precioso libro que es la biblia. Así que voy a enlistar los problemas mas comunes relacionados con la mente y la nueva perspectiva que aprendí a tener de todos ellos a través de las escrituras:
Soledad y rechazo: Para mi es muy obvio que esto era lo que mas me había dolido en la vida, la primera vez que recuerdo haber estado deprimidisimo fue cuando mis amigos me dieron la espalda en un momento muy crítico cuando estaba en la secundaria y lejos de brindarme apoyo me hicieron saber que era molesto para ellos tener que soportarme. Esto fue muy doloroso para mi, no me llevaba bien con mis papas y ya no podía contar con quienes creí que eran mis amigos, esas cosas me afectaron mucho, pensaba constantemente en el suicidio por lo solo y rechazado que me sentía,y de hecho lo intente sin éxito, evidentemente. Deje de sentirme deprimido años después, pero ya no veía a las personas de la misma manera. Ahora solamente buscaba personas para cubrir mis propias necesidades emocionales y dejar de ser capaz de sentir empatia o hacer relaciones en un nivel profundo, mentía para no sentirme menos importante que mis amigos, los manipulaba y los chantajeaba, seguido trataba despreciablemente a las personas a mi alrededor casi compulsivamente y hacían lo mismo conmigo, mis amistades se convertían en toda una guerra y no disfrutaba vivir así, ¿Cual era el diagnóstico a ojos de la palabra de Dios? Me comencé a obsesionar con la idea de los amigos para evitar sentirme solo, así que la cura fue entender que la soledad es una mentira en muchos sentidos; primero, hay muchísimas otras personas que puedo conocer y quizás mejores para mi que esos que pensaba que eran mis amigos, y segundo y todavía más importante, Dios está a mi lado todo el tiempo y es muy MUY real, una vez incluso pude sentir que me abrazo cuando estaba totalmente solo, así que decidí entregarle esa necesidad tan grande que tenía de personas que me quisieran, que me hicieran sentir aceptado y que formaba parte de algo, de una familia, renuncie a eso que estaba buscando en el fondo, ademas quiero agregar que, esta misma necesidad me hacía vivir con unas constantes ganas de salir huyendo a otra parte, todo el tiempo decía que me quería ir de mi casa, que me quería ir de la ciudad o del país, me encantaba la idea de estar solo en carretera perdiéndome, pero algo dentro de mí hizo que me preguntara si realmente iba a sentirme como en casa si me iba a otra parte y cual era la garantía de que en ese lugar al que fuera las cosas no iban a resultar igual que aquí, si al final de cuentas yo seguía siendo la misma persona. Me di cuenta de que probablemente  el problema era yo, no el lugar en el que estaba, así que  renuncie a esa necesidad que tenia, estaba acorralado, porque no podía arreglar las cosas y no me servia de nada seguir cargándolas, con Dios las cosas funcionan cuando vacías las cargas que hay en tu corazón y dejas que El llene todo ese espacio, me gusta mucho un verso que habla de esto así
Además, les daré un corazón nuevo y pondré un espíritu nuevo dentro de ustedes; quitaré de ustedes el corazón de piedra y les daré un corazón de carne. - Ezequiel 36:26
La verdad es que no conozco nada más efectivo que darle tu entero corazón a Cristo, las personas son falibles e imperfectas, y yo estaba en una condición muy frágil después de todo lo que viví, y con el tiempo aprendes a aceptar esta imperfección en las personas y a vivir en paz con eso, contrario a lo que veo en el mundo actual, en donde las amistades se están volviendo más tóxicas y opresivas, en donde los “amigos” suelen reclamarse incluso cuando vez a alguien que no son ellos,  pareciendo que ya te piden exclusividad, mientras en Dios puedo andar libremente teniendo amistades muy saludables con personas imperfectas que también pueden lidiar con mis imperfecciones.
Inseguridad: La inseguridad a groso modo es no sentirte capaz de algo y se puede reflejar en muchos aspectos, problemas para socializar, para desarrollarte profesionalmente o personalmente. Yo crecí siendo golpeado en la escuela, por lo que también tenía cierta paranoia cada vez que caminaba por las calles, cuando veía a un grupo de muchachos caminando en la misma dirección que yo me ponía muy tenso. Una vez cuando estaba en la secundaria por distraído termine arreglándome para ir a la escuela en un día de asueto y camine con el uniforme y mi mochila unas cuadras y me di cuenta de que no había ni un solo muchacho con uniforme, entonces unos chiquillos me gritaron insultos por estar vestido con uniforme en día de asueto, podría haber sido solo una anécdota graciosa, pero eso me dolió profundamente, me dejó un trauma y desde entonces salia diario a la calle antes de vestirme para ver si alguien mas iba a la escuela también. En la universidad trate de emparejar mi inseguridad con una actitud altanera hacia los demás, pensaba que era mejor que le cayera mal a la gente a que pensaran que era débil, pero el resultado era el mismo, no me querían cerca de ellos. ¿Como se cura la inseguridad entonces? La respuesta es: cambiando tu identidad.
Esto que pase deja muy en claro que ponía mi valor como persona en lo que pensaran los demás de mi, así que renuncie a esta condición y aprendí que era mejor depender de lo que Dios creía de mi. No es difícil hacerlo cuando los demás no dan ni un peso por ti y piensan que no vales la pena y en cambio Dios piensa que:
“ (...) a mis ojos fuiste de gran estima, fuiste honorable, y yo te amé; daré, pues, hombres por ti, y naciones por tu vida. “ Isaías 43:4
Tuve que pasar un momento de mucha soledad en esa misma época en la que no tenía trabajo, en la que perdí el contacto con toda la gente con la que normalmente convivía, por el hecho de que la universidad había terminado, había estado con el mismo grupo de personas por cinco años y ahora cada uno iba por su propio rumbo, ese tiempo de soledad me sirvió para enderezar mi corazón hacia Dios y no hacia las personas, Dios es un Dios vivo, real y perfecto,  el es bueno por naturaleza, el no traiciona, no hace cosas para burlarse de ti, no quiere destruirte (lo que sí hace es disciplinar e impartir justicia por nuestros actos),  es la persona en toda la existencia en la que más podemos confiar, me queda claro porque fue muy bueno conmigo a pesar de que yo estaba negado a saber de Él y obedecerlo cuando comencé a descubrirlo, El es puro amor, y estoy tan agradecido de liberarme de mi dependencia de las personas enseñándome a depender de Él y lo que dice su palabra sobre mi, hay mucho que podría hablar sobre esto último, su palabra dice que fui creado para cosas buenas que él ya tenía planeadas para mi con anticipación (Efesios 2:10), que no estoy hecho para ser un esclavo del temor, sino para tener gozo, paz y dominio propio (2 Timoteo 1:7-9) Que soy heredero de las cosas de Dios junto con su hijo Jesús (Romanos 8:17) y bueno, realmente podría escribir un libro entero sobre todo lo que las escrituras dicen que en realidad soy, el punto es saber que cualquier cosa que me digan o piense yo mismo sobre mi persona, y no este alineada con lo que está escrito en la biblia, es una mentira y no tengo ninguna obligación de creerla.
Depresión: La depresión es un estado muy oscuro en el que cualquier persona se puede encontrar, recientemente se han dado cuenta de que no necesariamente tienes que tener un aspecto fúnebre y cabizbajo para estar deprimido, sino que incluso puedes ser muy sonriente y amigable como siempre, pero por dentro estar en este punto profundo y oscuro. 
Lo que pasa en este estado puede variar entre sentimientos de que la vida carece totalmente de sentido, en el que no quieres hacer nada en absoluto, en donde sientes una inmensa indiferencia ante la vida y las cosas que pasan en ella, o en el que tienes unas ganas tremendas de mejor estar muerto para ya no tener que cargar con la pena que estas cargando, pensando erróneamente que al estar muerto las cosas están mejor. Muchos atribuyen la depresión a una fuerte carga emocional de conflictos internos que no han sido atendidos, yo he visto en mi mismo varias cosas que me ayudaron a entender mejor esta situación.
Deprimido sientes que todo el mundo se te viene encima y no existe remedio o persona que alguna vez pueda ayudarte con lo que está pasando y Puede que lo que voy a decir te incomode un poco si estas actualmente en esta condición, pero la verdad es que la depresión necesita una medida muy grande de egocentrismo para que pueda tener lugar, te coloca en el centro del universo, por alguna razón te hace creer que eres el único que tiene problemas y que nada de lo que haga o te diga la gente te va a ayudar. Sin duda alguna la mejor forma de sobrellevar la depresión es haciéndonos a nosotros mismos aun lado por un momento, y hacer un esfuerzo por dar algo, lo que sea que tengamos, a alguien mas, (esto funciona al menos al principio por que también entiendo que hay casos de personas que cayeron en depresión precisamente por no atenderse a si mismos), creo que vale la pena considerar el hecho de que hay personas que están pasando por situaciones mas difíciles de las que nosotros estamos atravesando y seguramente apreciarían mucho sentirse apoyados por ti en medio de la que están pasando, un abrazo tuyo, una palabra de aliento, un gesto amable como una flor o un postre que quieras compartir podría significar el mundo para ellos, y seria un tesoro invaluable si en esos momentos sombríos en tu vida diriges tu mirada a aquellos que son menos afortunados que tu, insisto, solo es necesario al menos por un momento.
Recientemente tuve que lidiar nuevamente con la depresión, pero ahora tenía una mentalidad diferente, otra madurez y más experiencia en la vida que cuando estaba en la secundaria, por lo que no permití que me pasaran las mismas cosas que entonces, mire como al dar y compartir me dejaba un sentimiento de satisfacción lindo, cuando me siento deprimido para mi es toda una batalla levantarme de la cama en las mañanas, ya había pasado temporadas en las que solo me levantaba a comer y a ir al baño para después volverme a acostar, pasaba casi todo el día durmiendo o leyendo, sin querer salir, entonces ahora decía en mi interior “Dios, no me quiero levantar, vivir la vida se me hace un fastidio, pero tu amor es la cosa más real que he experimentado en toda mi vida, y estoy bastante seguro de que te amo, y como te amo y sé que te lastimaría si yo me lastimo, prefiero regalarte a ti el día de hoy, por ti me voy a levantar y hacer lo que sea que tu quieres que me ponga a hacer”. Esta segunda depresión vino en otra época en la que no tuve trabajo, estuve dos años sin tener un trabajo formal, había salido de mi anterior trabajo porque estaba viviendo una experiencia totalmente desagradable a nivel profesional, entonces sentía que como profesionista era un rotundo fracaso y me preguntaba si había valido la pena todo el esfuerzo y la inversión que costaron hacer 5 años en la universidad. 
Salir de ese estado resultó ser un proceso largo, no es que de la noche a la mañana y por arte de magia ya tenias nuevamente la alegría por la vida y todo el entusiasmo y la energía para salir a conquistarlo todo, es algo que se va recuperando un día a la vez, a veces sentía que la depresión me arrastraba de nuevo a retroceder, pero luchaba para que no fuera así, saque mi fortaleza de Dios, le pedía que me diera las fuerzas y que me ayudara, estaba seguro de que esa vida no su plan para mi, un día de la nada me callo un trabajo de maestro de inglés que era solo los sábados, después se fue extendiendo a más días a la semana hasta que al año siguiente me llamaron para ser profesor en una preparatoria técnica y nuevamente tenía un contrato y prestaciones y vi como salí de ese bache profesional y ayudó mucho a dejar la depresión por completo atrás. No quiero seguir sin darle el merito que le corresponde a Cristo, a Dios, por que El fue completamente quien movió todas las cosas para que me llegara este trabajo de la forma en la que lo hizo para que yo pudiera salir, por que honestamente, al principio, no tenia nada de ganas de salir del estado en el que estaba, pero el saber que esa no era la vida que Dios tenia para mi, me hizo tener un poquito de fuerzas que fueron suficientes para dar el primer paso, que siempre es el mas difícil, ya los demás vienen sin tanto esfuerzo, y asi, paso tras paso, en algún punto vas a encontrarte en la salida y haber dejado todo esto atrás.
Hay algo más que me gustaría decir de la depresión, y es que también tuvo mucho que ver el que por alguna razón... (bueno, ya sin rodeos, la razón fue dejarme influenciar por las personas equivocadas) termine creyendo que la vida no era para que yo me hiciera feliz a mi mismo, osea, el extremo opuesto a dedicarte a compartir y darle a los demás, puede sonar contradictorio, pero realmente la vida se trata sobre encontrar el equilibrio de ambas cosas, de ser capaz de dar a los demás y hacer cosas que te hagan sentirte feliz, la biblia dice que nuestra parte y premio en la vida es el gozar del fruto de nuestro trabajo (lee Eclesiastés 5:18, así búscalo en google, es mas, te recomiendo mucho leer todo el libro de eclesiastés, búscalo en internet o en la biblia si tienes una en tu casa) entre estas dos cosas se puede encontrar una armonía,  especialmente si dejas que Dios te enseñe a hacerlo, voy a hablar más de esto en el capítulo en el que hablaremos sobre el trabajo y la vida profesional, pero en si tenemos que cuidar no caer en solamente complacernos todo el tiempo por que nos podemos volver egoístas y vanidosos, y no ser co-dependientes y buscar complacer a los demás todo el tiempo por que ninguna de estas dos cosas son saludables, insisto en que el mejor camino para mi fue dejarme guiar por las instrucciones escritas en la biblia sobre cómo vivir la vida, esto funciona así, dejar que Dios te guíe en cada paso, pedir cada mañana que te deje saber que tiene planeado para ti, esto es lo mejor porque podemos tener la certeza de que ya tiene planes para nosotros y sus planes son mucho mejores que los que nosotros podemos hacer, en el último capítulo hablo de como tener esta clase de comunicación con Dios si deseas saber mas al respecto, por lo pronto, dejo el testimonio escrito de que esto me salvó de la depresión y del siguiente punto que te voy a hablar.
Ansiedad: La ansiedad es una preocupación o inquietud intensa, no lo había experimentado tan palpablemente como en esas épocas en las que no tenía trabajo, tenía una ansiedad muy grande porque no sentía que tenia el control de mi vida, por más que buscaba trabajo y mandaba curriculums y seguía leyendo y estudiando, no encontraba nada, lo que más me preocupaba era sentir que estaba desperdiciando mi vida y no me sentía con la capacidad de poder arreglarla, no podía definir el rumbo, estaba muy confundido con las cosas que pasaban en mi vida y las cosas nuevas que estaba aprendiendo de Dios, no me sentí apoyado realmente por alguien en este aspecto, en mi casa no les parecía la idea, y en la iglesia tuve algunos pormenores con ciertas personas específicas (siempre hay que buscar no generalizar). No me queda duda de que la cura para la ansiedad fue depositar mi entera confianza en Dios, estando convencido de que El era el dueño de mi vida (por que cuando decidí cambiar eso fue lo que yo le dije) y si El estaba a cargo de mi vida, y no me iba a despreciar en un momento en el que yo estaba tan vulnerable, me llevé un sorpresa al ver que el único versículo que encontré que hablaba de la ansiedad propone una solución demasiado simple: 
“Echando toda su ansiedad sobre Él, porque él tiene cuidado de ustedes” - 1 Pedro 5:7
Esto quiere decir que no debemos de preocuparnos (ojo que dije no preocuparnos, no dije dejar de cumplir con nuestras responsabilidades) por el rumbo de nuestras vidas, si la depositamos en sus manos, El va a encargarse de hacer algo muy bueno con ella, esto es opcional para cada persona, pueden perfectamente no entregar su vida a Dios y tratar de llevar por ellos mismos las riendas de su vida, yo solo lo estoy proponiendo como una opción en la que estoy seguro que puede vivirse plena y libremente a pesar de enfrentar dificultades. La palabra dice que los pensamientos de Dios son más altos que los nuestros, y que son de bien y no de mal (Isaías 55:9). Yo pensaba que era imposible tener paz en medio de todo lo que estaba atravesando, pero encontré también que la paz que nos ofrece Dios sobrepasa todo entendimiento, (Filipenses 4:7) eso significa que tienes una paz que no tiene ningún sentido de ser puesto que lo que estás pasando para nada puede dejarte tener paz. Así que la biblia sigue ganando como antídoto a cosas que por años quise contrarrestar y muchas personas lo padecen tratando de terminar con ella sin éxito, de verdad, considera esta otra alternativa de alinear tus pensamientos a lo que dicen las escrituras.
Pensar siempre lo peor y quejarse (Pensamientos negativos): Cuando digo pensamientos negativos me refiero a pensar siempre lo peor de cualquier circunstancia o persona, esperar que lo peor es lo que siempre va a suceder, mi mente es muy hiperactiva, a mi me cuesta trabajo apagarme y simplemente estar y descansar, y desafortunadamente me hacía ver todas las formas en las que todo podría salir mal, y creo que este punto es crítico en todas las cosas que he hablado en el capitulo, por que en si, sanar la mente significa tener que renovarla, desechar viejos pensamientos y creencias que no sirven y sustituirlos por nuevos que nos dejaran avanzar, todo el resto de este libro habla de lo que pensaba de cada aspecto de mi vida y como los tuve que redefinir, pensaba que la sociedad era cruel y malvada y que el mundo vivía dominado por iluminatis psicopatas que lo único que querían era nuestra destrucción para seguir llenando sus bolsillos, y la palabra de Dios me enseñó que Dios señorea encima de cualquier poder maligno que gobierne la tierra; pensaba que todo era una trampa y la gente solo quiere aprovecharse de mí de forma egoísta, pero con Dios aprendí que aun y cuando fuera cierto, El estaba a mi lado, quiere cuidarme y es más fuerte que cualquier persona o cosa que quisieran amenazarme, otra cosa que me atormentaba era el tema de la muerte, pero aprendí gracias a estudiar profundamente la biblia que la muerte no era ni es su plan para nosotros y que ya tiene un remedio para esta circunstancia (que hablare con detalle en la parte final del libro), claro que para creer esto es necesario tener fe, y afortunadamente no es una fe ciega, hay evidencia muy fuerte que comprueba la veracidad de la biblia, pero para demostrarlo tendría que escribir, (y de hecho, ya se han escrito) libros y libros al respecto, al final compartiré contigo alguna literatura que habla sobre este punto si te interesa.
En conclusión, la salud mental se puede arreglar transformando y renovando profundamente nuestros pensamientos, muchas personas no tienen éxito en esto porque sus experiencias y vivencias o inclusive la realidad de lo que est��n viviendo les pueden estar diciendo lo contrario de aquello que necesitan creer, es por eso que la palabra me parece la solución fulminante ya que se sobrepone a la realidad de las circunstancias y claro, para creer esto se necesita fe, y no todos quieren dar ese salto de fe porque no tienen pruebas que logren convencerlos. Todo puede juzgarse por sus frutos, (Jesús lo dijo) así que pienso que tenemos una prueba contundente para los que buscan pruebas, cuando evaluamos el resultado de vivir en esas dos diferentes mentalidades, la de creer en las circunstancias y nuestras vivencias, o creer en la palabra de Dios a pesar de lo que vemos, ¿Cual de estas dos posturas resulta en una forma de vida como la que te gustaría tener? ¿Siguiendo por el mismo camino (postura mental) podrías obtener los resultados que esperas? ¿Por cuánto tiempo lo has intentado? ¿Podrías dar una oportunidad a algo nuevo permitiéndote experimentar cosas diferentes en tu vida? Quiero terminar con un versículo para que reflexionemos en lo trascendental del conocimiento de la palabra de Dios encima de todas las cosas que pasan en este mundo lleno de caos.
“El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras permanecerán para siempre” - Mateo 24:35
Lee el siguiente capitulo “La familia y el impacto que tiene en nuestra vida” en el mes de Abril. 
Leer Capítulos anteriores: Introducción | 1 | 2 | 3 | 4 | 5
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lanetasiempre · 5 years ago
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La pandemia del coronavirus vino a alterar la rutina de todos, pues en la mayoría de países las personas tuvieron que abandonar sus hábitos de ir al trabajo, a restaurantes, centros comerciales, gimnasios y, en general, de estar en la calle, para estar encerrados en sus casas cumpliendo una cuarentena ordenada por la Organización Mundial de la Salud y evitar que se siga propagando el virus.
De acuerdo con un comunicado de prensa, ya varios expertos han alertado acerca de cómo este aislamiento social puede afectar la salud mental de las personas. Pero el reconocido influencer Ismael Cala halló, a través de la meditación, una forma de encontrar nuevamente la paz mental y espiritual, y quiso ayudar a que las demás personas pudieran hacer lo mismo. Aquí te contamos cómo.
¿Cómo afecta la salud mental?
En periodos de cuarentena como los que estamos viviendo, es normal reacciones como estrés, ansiedad, irritabilidad, nerviosismo, confusión, miedo y culpa, como mecanismo de defensa ante el peligro y la amenaza. Sin embargo, según Marisa Páez Blarrina, doctora en Psicología, a todos les puede afectar de manera diferente:
“Sobre todo va a depender del modo en que cada cual sepa afrontar situaciones de estrés, soledad, angustia y pérdida”.
Ismael Cala también sabe de esto, pero tiene una visión bastante positiva sobre la crisis que el mundo entero está viviendo:
"Una epidemia genera una ola de incertidumbre, miedo y ansiedad. Afuera, las cosas seguirán su curso, de acuerdo con las medidas que se adopten; pero nosotros podemos enfrentar mejor la situación si aprendemos a gestionar el miedo. Hay que evitar que el miedo nos congele. En las crisis debemos ser proactivos y sacar lo mejor de nosotros mismos".
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La meditación, ¿cómo ayuda?
¿Pero cómo sacar lo mejor de cada persona en momentos como estos? ¡Con la meditación!
Ismael Cala es fiel creyente de que la meditación purifica el alma y es un combustible para seguir andando:
“Al terminar soy más positivo, estoy más centrado, paciente armónico y tolerante”".
Es por esa razón que creó Escala Meditando, una aplicación en la que el comunicador va guiando a las personas a través de meditaciones, pues Ismael sabe lo beneficioso que es para la salud mental y física poder hacerlo, en especial en momentos como estos en los que hay que aliviar el estrés.
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¡Encuentra meditaciones gratuitas!
Y como parte de su contribución, quiso compartir con las personas siete meditaciones gratuitas en su app durante esta época de aislamiento social por el coronavirus, para que las personas puedan empezar a contrarrestar un poco los efectos secundarios de la cuarentena.
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Estas meditaciones son:
Manantial de luz.
Sé como el bambú.
Manejo del estrés.
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Contra la intolerancia, más amor.
Calma desde la paz.
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Esta aplicación, que tiene más de 10 mil descargas, está disponible para iOS y Android.
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thelastdada · 6 years ago
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Tus Ojos Brillan Diferente - Capítulo 22
Capítulo Anterior.
...
Capítulo 22: "Últimos destellos del pasado"
Estábamos más que ansiosos, habíamos llegado al acuerdo de que sería mejor dar la noticia antes de irnos a Londres, ¿por qué? Porque parecía que esa última semana el único objetivo de quienes nos rodeaban, era emparejarnos con alguien más, estábamos recibiendo mucha atención, como si supieran nuestra situación y quisieran vernos confesar. Sin embargo, no era así, nadie sabía, las 'citas' que nos arreglaban eran un intento muy sincero e inocente por ayudarnos a conocer a alguien. Lo que yo encontré más sorprendente fue cuando incluso la madre de Samuel le preguntaba si ya había conocido a alguien, luego de haber 'terminado' con Elliot.
En cuanto a mis padres, ellos sentían que quizá ya era tiempo de que saliera con alguien más después de la ruptura con Santiago, pero yo me negaba rotundamente, al menos tenía a Carolina de mi parte, pero Samuel no tenía nadie que lo apoyara.
—¿Crees que alguien sospeché? —dije mientras bebía de mi té y regresaba a recostarme en el sofá, recargándome en su espalda.
—Pues nuestras relaciones terminaron casi al mismo tiempo, eso podría ser pista, aunque honestamente creo que ni se lo imaginan un poco. Quizá en las fantasías más lejanas de tu padre.
—Sigo sintiendo que eso no es verdad, mi padre amaba a Santiago ¿Cómo iba a quererte como yerno también?
—Eso quiero entender yo, quizá me quería como yerno desde antes —me reí, mi padre tenía una muy buena relación con Santiago, ese amor no se pudo disolver tan pronto lo vio a él, era complicado por no decir medio imposible— el día en que hablemos con ellos, enfócate en su reacción, seguro estará muy feliz. Soy el yerno perfecto ¿sabes?
Me reí todavía más —¿Cómo estas tan seguro de eso? ¿Cuantos suegros pueden respaldar tu afirmación?
Silencio, como lo esperaba —pero puedo pescar, y a tu padre le gusta pescar.
—Allí tienes un punto.
Prontamente cambiamos el tema y nos levantamos por fin del sofá, fue a ducharse mientras yo terminaba de vestirme para salir, ya íbamos tarde para la oficina, y yo odiaba llegar al mismo tiempo que él, me hacía sentir culpable de cierta forma. Siempre trataba de no pensarlo tanto, pero en algún momento debía decirle todo a Ann y a Eduardo, decirles que salía con nuestro jefe, y que él era ese viejo amor del que les conté. Eventualmente los demás lo notarían, y por supuesto que hablarían de ambos, y más de mí, pero como el juego se había cancelado, al menos eso me hacía sentir más aliviado.
—¿Dijiste que saldrías hoy?
—Sí, veré a Elena por la tarde ¿quieres esperarme esta noche?
—¿Puedo verte mañana?
Asentí, él solo miro hacia la ventana —¿está todo bien? —desde la noche anterior lo había visto extraño, no nos habíamos besado tanto tiempo, al menos no como solíamos hacerlo cada noche, él quiso dormir temprano, así que supuse que estaría cansado, aunque no lo pareciera del todo— oh, ya casi llegamos, ¿puede dejarme en esta esquina? —regrese a mirarlo antes de bajarme, no le había dado oportunidad de responder, así que solo me dio una media sonrisa— gracias— dije al bajarme, mire el auto avanzar y continúe caminando lo poco que faltaba.
Detestaba verlo así, algo le molestaba, tal vez del trabajo, aunque desde la última vez ambos acordamos ser honestos para evitar malentendidos, si algo sucedía él debía decírmelo. Cruce la calle y pase a la cafetería, ya iba tarde así que entre y pedí un té, ya no me sentía tan relajado luego de esa expresión que tenía Samuel.
Las semanas después de la primera noche que pasamos juntos fueron buenas, estábamos siendo eso que siempre buscamos de jóvenes, estar juntos todo el tiempo, compartir ratos sin necesidad de escondernos... o al menos así parecía ser. Ya que de una u otra manera seguíamos ocultando lo nuestro, era por ello que él me insistía en decirle a nuestros padres, honestamente en mi aun existían dudas, pero al final acepte y acordamos hacerlo ese mismo viernes. Harían una reunión para arreglar los asuntos de navidad, ya que estaban pensando en viajar a la casa del lago de nuevo, ellos sabían del viaje de Samuel, pero todavía no les decía que yo iría también.
Era jueves y a mí me comía la ansiedad, por ello es que decidí llamar a Elena, para hablar con ella y que de alguna forma me hiciera ver las cosas, antes de terminar acobardándome por decir la verdad. Estaba siendo impulsivo, lo sabía, pero no conseguía controlarme, quizá Samuel había percibido eso, y por eso lucía extraño.
...
"Esa mañana fue fría, más fría de lo que se podía, era invierno, estábamos próximos a navidad, y la noche anterior había peleado con Samuel. Mis ojos se sentían hinchados, eran vacaciones y mi familia debía seguir durmiendo, los había dejado preocupados luego de haber llegado tarde a casa. Fui hasta el baño de mi habitación y me deje envolver con agua caliente, deje que el vapor envolviera el cuarto de baño, deje que se empañara la pequeña ventana y el espejo.
Caí un momento, deje que mis piernas me vencieran y me quede sentado en la tina de baño, dejando que el agua me cayera por completo. Mis lágrimas no tardaron en aparecer, pero no se sentían del todo gracias a la regadera, comencé a sollozar, abrace mis piernas y baje la cabeza.
Esa debilidad seguía conmigo.
Había creído que luego de conocer a Frank y a Alex las cosas cambiarían, después llegó Samuel y la oscuridad parecía estar yéndose, sin embargo, no era así, fui iluso. Eso que cargaba conmigo era para siempre, esa profunda oscuridad en mi era para toda la vida, nunca se iría. Samuel podía ser mi mejor escape, pero, aun así, él no era del todo lo que yo necesitaba, él sabía lastimarme, él sabía tumbarme fácilmente.
La pelea había sido tonta, lo sabía, yo me había molestado porque me soltó de la mano y se separó demasiado de mí, algo simple, pero el significado detrás de su acción me dijo demasiado. Él no quería que supieran de mí. Y lo entendía, era difícil estar tomados de la mano en muchos lugares, era imposible ser bien vistos, y menos a nuestra edad. Él dijo algo importante la noche anterior: 'no quiero que te lastimen por esto', me enoje, no pude controlarme más y continúe discutiendo con él.
No entendía todavía que quien terminaba lastimándome más era él."
Desperté asustado, una mano tocaba mi hombro —se terminó la ruta, muchacho —asentí y me levanté, me había quedado dormido, y había tenido el peor recuerdo. Baje y cruce la calle, estaba a dos estaciones de casa de Elena, limpie mi escaso sudor y ajuste mi bufanda, el frío en Madrid era cada vez peor.
Toque al llegar a su casa, ya iba media hora retrasado, pero ella me abrió la puerta —¿estás bien? Luces medio enfermo.
—Me quedé dormido en el autobús, tuve una especie de pesadilla —me senté de inmediato en el sofá del salón, ella fue hasta la cocina y regreso con dos tazas de té, esas mismas tazas de barro que ya nos era costumbre usar cuando hablábamos.
—¿De eso querías contarme? —ella sabía todo sobre Samuel, incluso que era mi jefe, se lo había contado sin problemas, claro que se sorprendió, pero al final termino muy interesada en la historia. Así que solté todo lo nuevo, incluyendo un poco del recuerdo, explicando la pelea.
—Soy un idiota —luego de haber dicho todo en voz alta, las cosas se armaban a la perfección, ahora yo era quien temía mostrarlo con orgullo, ahora era yo quien soltaba su mano y lo hacía a un lado.
—El pasado te detiene todavía, ¿verdad? —asentí, estaba siendo estúpido— necesitas confiar en él Will, decirle todo esto que sientes, ¿no has pensado que es por esto que tampoco llegan tan lejos en la cama?
—Joder, es cierto, anoche se comportó raro por eso.
—Piensa que él te ama, y es normal que cuando ames a alguien quieras avanzar, y más si entre ustedes nunca ha sucedido. Honestamente siento que él está siendo un buen novio, y de acuerdo a todo lo que me has contado, también creo que ha cambiado, y que te lo está demostrando. Quizá eres tu quien no está listo para enfrentar el compromiso, estas asustado. Y es lo más normal —dejo su mano en mi pierna, regresándome a la realidad, donde sus palabras acababan de golpearme con fuerza— habla con él. Si es quien yo creo, lo entenderá por completo, si no, ya no habrá que ir más lejos en esa relación.
—No sé qué haría sin ti —la abrace con fuerza, me sentí mil veces más aliviado.
Luego de hablar un rato más, me enseñó a hacer una pasta muy buena y sencilla, mis clases con ella se estaban volviendo rutina y estaban ayudando demasiado a distraerme. Sin embargo, la hora llegó, pasaban de las diez de la noche, imagine que Samuel ya debía estar en su departamento, me despedí de Elena y lo llame mientras caminaba a la avenida.
—¿Sí?
—¿Estás en tu departamento?
—Sigo en la oficina —sonaba serio.
—Te necesito esta noche.
Escuche un suspiro —te veo en tu casa.
—Vale.
Colgué y tome un taxi enseguida, mi estómago se revolvió rápidamente, no sabía a donde nos llevaría esa conversación, como podíamos terminar todo, como podríamos ir al siguiente día a decirles a todos que estábamos saliendo desde hacía más de un mes. Todo podía suceder.
En cuanto llegué encendí un par de velas para tranquilizarme, prepare té y me quede en el sofá esperándolo. Pasando las 11 me levante y fui hasta el librero, me quede mirando todo para no ponerme más nervioso, recibí un mensaje donde decía que ya no tardaba mucho. Tome uno de mis libros más viejos, un libro de mitología que mi padre me había regalado, algunas hojas tenían arrugas, porque solía leerlo para calmar mis crisis, y terminaba dejando caer mis lágrimas en sus hojas. Malos recuerdos, lo cerré y lo dejé en su lugar otra vez, estaba a punto de enfrentarme a eso, al pasado. La puerta se abrió y lo mire pasar con su camisa medio desabrochada y con su saco desordenado.
—Está helando fuera, ¿Cómo puedes salir así? —camine hasta él y toque sus mejillas, tome una manta del sofá y lo envolví, camine hasta la cocina mientras él se sentaba. Prepare dos tazas de té y regrese a mi usual lugar en el sofá, tomo la taza y la acercó a él rápidamente— espera, toma esto —saqué medicamento que tenía a la mano y se lo entregue, lo bebió y dejo la taza en la mesita, mirándome fijamente— estas molesto ¿verdad? —asintió seriamente.
—Perdón, es mi culpa, sé que no debo presionarte, pero... pero siento que todavía no confías en mí, siento que aún no logro tener otra imagen en ti, que sigo siendo el hijo de puta que te dejo de la peor forma.
—No Sam...
—No Guillermo, sé quién soy en realidad, se del daño que te hice, que le hice a tantos. Tan solo estoy pagando por mis errores, si quieres dejarlo aquí, no tengo el derecho de insistir. Lo perdí hace mucho.
—Hey, quien tiene el problema soy yo —me acerque más a él, continuo con la mirada abajo, pero me tenía mucho más cerca— soy yo quien estaba dudando, soy yo el idiota que seguía viéndote mal, soy yo quien está equivocándose, no tú.
—Creo que estas equivocándote por estar conmigo, no soy quien crees Guillermo —no me gustaba su mirada, ni su tono de voz, estaba demasiado herido, y no era solo por mí— no soy esta persona amable, quizá nunca lo he sido, soy quien te dejo en un parque llorando, soy quien te oculto por miedo a ser criticado, soy una de las personas que más te han lastimado. Y por más que quise cambiar, al final no pude hacerlo, al final te lastimé de nuevo, porque esa es mi naturaleza, así que será mejor que te alejes.
Sus lágrimas salían en silencio, yo me quede sin comprenderlo, estaba explotando por algo más —esto no es por mí, ¿qué paso Samuel? ¿por qué mencionas todo esto? —negó con la cabeza, levanté su mirada y lo hice enfrentarme— ¿qué sucedió? ¿alguien te dijo todo eso? —se soltó de mi agarre y limpio sus lágrimas— escúchame bien, tú no eres así Samuel, que me hayas lastimado a mi o a otras personas no te hace así, todos cometemos errores, unos más que otros, pero no por eso no mereces ser feliz. Creo que tengo más derecho que nadie en decir que no eres así, he sido quien más ha sufrido por ti, y créeme que no soy tan estúpido como para mantenerme al lado de alguien malo, por eso no pienso alejarme Samuel.
—No me lo hagas más difícil.
—Oh, lo haré más difícil todavía, porque esas palabras no salen de ti, alguien te dijo algo, alguien te metió estas ideas en la mente.
—No podemos huir de nuestro pasado, nadie me dijo nada, vi a alguien y esa persona me recordó quien soy, nada más.
—¿Quién era esa persona? ¿Por qué te lo recordó?
Suspiro pesadamente y dejo sus manos en sus piernas —lo conocí cuando tenía unos trece años, yo... yo lo molestaba, así como te molestaban a ti. Yo era una de esas personas que te lastimaban, lo fui durante años.
Mi corazón se hundió, un silencio nos inundó a ambos, eso... eso no lo sabía, pero no, no podía ser —no Sam, tú no eres así... no podrías.
—Cuando era más niño yo era molestado, y demasiado, así que de alguna forma me volví uno de ellos, me convertí en lo que más odiaba. Y a esa persona que vi, le hice la vida imposible, pagué con él todo lo que yo sufrí antes, los chicos con quienes me juntaba eran iguales, así que me llenaban más de valor. Pero no era más que un cobarde, el más grande de todos, es por eso que te lo digo Guillermo, no soy quien tú crees.
—No... tú no eras así con los demás, jamás te vi portarte así, tú me defendiste.
—¿Crees que solo les pedí que te dejaran en paz? Los tuve que amenazar Guille, conseguí que unos amigos les dijeran quien solía ser, porque si, era el idiota completo, con fama incluida. Por algo se alejaron de ti. Y no, cuando me conociste yo ya no era así, en un punto ese chico termino por cambiarse de escuela y cuando se fue me dejo una carta, él dijo que cuando me conoció creyó que yo sería su amigo... y eso fue todo para mí, por eso cambie.
Sentí escalofríos por todo mi cuerpo, había sido como sentir que tiraban agua fría sobre mí, mi respiración se aceleró un poco, y cuando regrese a mirarlo... él seguía llorando, dejo su cabeza en sus manos y pude escucharlo sollozar.
Él pudo ser así antes, pero ahora... él ya no era esa persona.
Lo abracé con fuerza, lo mantuve entre mis brazos con necesidad, sus sollozos destrozaban un poco más mi corazón, no quería verlo sufrir, él no merecía eso —tú ya no eres esa persona, Samuel. Cambiaste, desde hace mucho lo hiciste, has sufrido lo suficiente como para pagar tus errores, todos merecemos una segunda oportunidad. Y yo soy tu segunda oportunidad.
...
// True Colors - The Weeknd //
La noche comenzó a pegar con más fuerza, la madrugada llegó y yo seguía manteniéndolo en mis brazos, nos cubrí con la manta, él se recargo en mi pecho luego de tanto llorar, acaricie su espalda con delicadeza, ayudando a que sus emociones se tranquilizaran a la vez que las mías —¿te sientes mejor?
Se movió con dificultad para quedarse mirándome de frente —me siento mejor, perdón.
—No pasa nada, todo va a estar bien, estaremos bien —sonrió y se acercó a dejar un suave beso en mis labios, jale de su camisa para profundizar el beso, empuje mi lengua contra sus dientes, buscando el acceso, él me dejo entrar de inmediato. Nuestras lenguas comenzaron a enredarse a la perfección, lo escuche gemir y enseguida encontró la forma de estar sobre mí, cruce mis brazos sobre su cuello para aferrarlo a mí, mi mente no podía más, lo necesitaba en ese momento.
—Perdón —dijo alejándose— no es el momento.
Jale de su camisa y provoque otro beso profundo, lo solté y aprecie su mirada llena de lujuria y deseo —es el momento —compartimos la mirada por unos segundos, él no creía del todo mi cambio, pero mi inseguridad y temor se había ido desde que lo mire llorando frente a mí. Era inútil esperar, cuando lo deseaba tanto, cuando me deseaba tanto, solo estábamos retrasando lo inevitable.
Sus labios me respondieron con un rotundo 'si', sus manos se aferraron a mis piernas, y en susurro me dijo —sostente —me sujete de su cuello y me levanto con facilidad, subió las escaleras sin muchos problemas, salvo por el cuadro que casi tiramos.
Caí de golpe en la cama, el trepo sobre mí de inmediato y regresamos a los besos, su olor me impregnaba por completo y me estaba volviendo loco, necesitaba sentir su piel sobre la mía, así que comencé a jalar con desespero su camisa. Sus manos se colaron debajo de mi camiseta y por primera vez no me tense ante su tacto, esta vez confiaba en él como en nadie lo he hecho.
—¿Estás seguro? —dijo mientras subía mi camiseta, yo solo asentí— te voy a dar la mejor noche de tu vida —volvió a besarme con destreza, me hizo levantar los brazos para quitarme la parte de arriba, sus besos bajaron hasta mis clavículas, donde encontró la forma de hacerme gemir más sonoramente, aquella era de mis zonas más erógenas.
—¡Ahh! —chillé cuando llegó hasta mis pezones, lamio con toda la habilidad necesaria, yo no era fan de aquello, pero dios, su lengua era tan hábil, que mi cuerpo no hacía más que retorcerse. Sonrió cuando solté un gemido porque se alejó, lo mire quitarse la camisa del todo, se puso de pie y desabrocho su pantalón, quedando solo en boxers negros.
Se me fueron los ojos con aquella escena.
Subió de nuevo a la cama y comenzó a desabrochar mi pantalón hasta dejarme en boxers, subió acariciando mis piernas y dándome una mirada llena de lujuria, sus besos llegaron a mi abdomen para luego bajar al más que notorio bulto entre mis piernas, dio un par de besos sobre la tela y me acaricio con parsimonia, me mordió ligeramente, haciéndome gemir alto.
Casi podía odiarlo.
Se olvidó de la tela prontamente y su mano se encargó de masturbarme suavemente, mordió levemente mis piernas mientras sus movimientos se aceleraban un poco, sus dedos jugaron con mi cabeza fácilmente, lo mire sonreír gracias a mis sollozos y gemidos, aquello lo prendía más. Cerré los ojos por un segundo, y por inercia mi cabeza se estiro hacia atrás, algo cálido me rodeaba, al instante sentí su lengua jugar conmigo, abrí los ojos y pude ver cómo me lamia de arriba a abajo. Regreso hasta la punta solo para devorarme por completo, jadee intensamente, se sentía como el puto paraíso, sus mejillas succionaban a la par que subía y bajaba, era demasiado.
—Sam... no puedo... me voy a correr —traté de moverlo, pero fue inútil, había terminado en su boca, él me miro con una sonrisa e hizo desaparecer mi esencia, nunca en mi vida había visto una escena tan malditamente erótica. Me quede como muerto luego de aquel orgasmo —fue muy pronto, lo siento —dije al sentir sus besos en mi cuello.
—Oh cariño, estamos empezando —solté una media risa y correspondí el beso que me dio, sabía tan caliente, estaba destrozándome— ¿Qué quieres hacer? No tengo problema con lo que elijas —su mano derecha regreso a darme atención abajo, ayudándome a despertar, mi respiración seguía alterada, pero su tacto ya me hacía efecto.
—Hazme el amor.
Sus sonrisas me estaban dando la vida misma, su piel se pegó con la mía y sus labios se cruzaban con los míos con pasión, su lengua jugaba con la mía el mejor juego de la historia, sus manos acariciaban mis piernas, las cuales envolví en su cintura, acercándolo a mí.
—¿Tienes lo necesario? —dijo entre besos, señale el baño rápidamente, él me soltó y corrió hasta allí, dejándome la mejor vista de la vida— espero hayas disfrutado —se burló cuando vio como lo miraba con morbo.
—Oh créeme que lo hice.
Nos reímos mientras sus manos acariciaban mis brazos con suavidad —no te muevas, quedémonos así —asentí, hacía años que no estaba en esa posición, no desde las primeras veces que dormía con Santiago, elimine prontamente esos recuerdos. Sentí sus dedos fríos jugando en mí entrada, se acercó más a mí y abrió mis piernas, me beso para distraerme mientras me preparaba, se sentía tan diferente estar con él, podía sentir la atención que él me otorgaba —aquí voy —asentí con desespero, sentí la ausencia de sus dedos, la cual no duro mucho cuando él entro, cerré los ojos con fuerza, el tamaño no se comparaba, fruncí el ceño del repentino dolor.
—Estoy bien, estoy bien —aseguré, él me miro todo el tiempo, abrí los ojos y observe su preocupación, beso mis labios para distraerme, prontamente luego de ir sumamente lento, pude mover mis caderas para indicarle que podía aumentar el ritmo. Dejo sus manos a mis lados y beso mi cuello con ligeras mordidas, se movía poco a poco más rápido, me estaba acoplando, tanto que lo necesitaba más rápido.
—¡Ahhh! —solté cuando entro por completo, estaba matándome. Sus labios atacaron los míos sin misericordia, sus estocadas eran más rápidas e intensas, cada movimiento llegaba hasta mi punto, me estaba llevando al maldito infierno de tanto placer. El sonido de nuestras pieles chocando, de nuestros gemidos y jadeos, era la mejor melodía posible, sus labios en mi piel se sentían como una necesidad, y sus caricias, eran asuntos de otro mundo.
Una de sus manos se aferró en mi cintura, ayudándole a tener más apoyo, luego paso a mi miembro, comenzando a masturbarme al ritmo en que iban sus embestidas, rápidas y salvajes —eres perfecto —gemí profundamente, el ruido que estaba haciendo en ese momento era increíble, en mi vida había sido así de ruidoso, pero Samuel me estaba sacando de mis casillas— córrete conmigo —asentí con desesperación, sus embestidas continuaron con fuerza y cada vez más profundas, ambos estábamos llegando al punto, me sentía en la gloria. Su cadera se empujó con fuerza contra mí a la vez que soltaba un gruñido de satisfacción, había llegado a su orgasmo. Su cuerpo se pegó al mío prontamente quedando a mi lado, su mano más cercana se encargó de mí, con un suave movimiento y con un profundo beso termine en su mano y en mi abdomen.
Sus brazos me acogieron con cariño, nuestros rostros quedaron cerca, respiraciones inestables mezclándose, y miradas más que intensas —te amo —susurro mirándome a los ojos.
Sentí toda mi vida pasar en milésimas de segundos frente a mí, todas las tristezas, las crisis, los intentos de suicidio, así como los momentos felices, con mis amigos, con mi familia, esos pocos que adornaban mi mente aun, todo un resumen de lo más importante, casi como si estuviera a punto de morir. Y entonces al final, allí estaba dicha escena, yo en sus brazos, compartiendo la misma cama, respirando el uno frente al otro, teniendo una vida juntos.
Y si, amándonos plenamente —también te amo —beso con suavidad mis labios, me tome la paciencia de saborear la dulzura de los suyos, era delicioso. Me separe y acaricie su mejilla, me tome mi tiempo observando cada parte de su rostro, delineando con cariño, sus ojos se enfocaban solo en mí— no vuelvas a ocultarte frente a mí Sam, quiero conocerte por completo, quiero confiar en ti plenamente.
—Eres demasiado para mí —me acercó a su pecho y sentí sus labios en mi frente, dejando un beso lleno de ternura. Aquella noche dormí plenamente, sintiendo su piel contra la mía era todo lo que necesitaba, solo saber que estaba a mi lado me dejaba descansar en paz, saber que estaba a mi lado y que era feliz estando conmigo.
...
Nos besamos una y otra vez mientras salíamos de mi casa, en el camino cada luz roja eran más besos, estábamos más que deseosos y los besos nos calmaban los nervios. Estaciono lejos de su casa, para que pudiéramos llegar caminando, sostuvo mi mano con fuerza y caminamos lentamente, cada quien preparándose para lo que diríamos —deberían... —mis palabras fueron cortadas cuando me empujo hasta quedar contra una de las paredes de una casa cercana, sus labios me encontraron con rapidez, entendí que necesitábamos motivación— deberíamos saludar primero...
—Dejemos que hablen de toda su organización y de sus planes, al final cuando terminemos de cenar les pedimos su atención y... lo decimos.
—¿Qué diremos? Estoy nervioso, tus padres, los míos... todos juntos.
Acarició mi mejilla para tranquilizarme y esbozo una sonrisa tierna —diremos que somos novios.
Sonreí inevitablemente, era gracioso por fin decir que él era mi novio —novios —afirme dándole un beso simple y comenzando a caminar hacia la casa.
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olenrott · 7 years ago
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Aprendizaje.
En enero del 2013 supe lo que era sufrir una crisis de ansiedad formal. Experimenté pánicos y temblores por tres horas y todo era muy irracional.  Me diagnosticaron y recetaron Hiperikan, un medicamento muy leve que me quitó las ganas de llorar a cada hora.
Estaba en duelo porque iniciaba una nueva etapa en la vida y además tenía muchas otras cosas arrastrando... pero no supe de ellas ni cuántas eran hasta que en abril logré encontrar esa ayuda que el primer médico me dijo que buscara. Entré, muy a mi prejuicioso pesar, a un grupo de psicoanálisis en una clínica, fue raro. En las sesiones de integración conocí a gente con problemas mucho mayores a los míos: una mujer vivió el asesinato de sus padres en su propia casa, otra perdía el conocimiento por completo y gastaba mucho de su dinero en compras compulsivas e incluso andaba por las calles desnuda... 
Cuando me asignaron un grupo definitivo me encontré con tres personas y una terapeuta, conté lo que me había llevado ahí: que ya no podía viajar en transporte público, sufría una desesperación intensa que me despertaba un sentido de peligro irracional y también tenía problemas en la escuela, sobre todo cuando entraba al laboratorio de fotografía. Sufría, yo, quien a simple vista no tenía “motivos” inmediatos para experimentar esos síntomas. 
La primera sesión me identifiqué con una persona que asentía a cada uno de mis comentarios haciéndome saber que él padecía de lo mismo también y entonces no me sentí como el único ser al que esto le ocurría; había también un escritor entre mis compañeros, era fascinante, su plática y análisis eran constantes y muy acertados. Me confrontó varias ocaciones y me hizo pensar mucho. Después de un tiempo dejó el grupo porque se mudó de ciudad, no me regaló los libros que me prometió. 
Durante estos cuatro años y ocho meses de análisis entraron y se fueron catorce personas. Gente que el grupo fue “sacando” o gente que no soportó lo que el psicoanálisis supone. No es una tarea fácil, te descompone para volver a componerte en una persona más sólida, una que pueda tener el valor de enfrentar las cosas y vivirlas siendo buenas o malas. Aprendes a expresar lo que no podías. 
Yo aprendí que la ansiedad es un estado normal de los humanos, es algo que nos permite reaccionar ante diversas situaciones. Es lo que activa a tu cuerpo, lo que le dice que debe correr cuando hay peligro, lo que te detiene si es que vas muy rápido. En mí se disparaba casi todos los días, desde que era muy, muy joven... se transformaba, primero era miedo, náuseas, escalofríos, luego mareos, espasmos, jaquecas, dolores abdominales, vómitos y culminó en pánico y todo eso te cansa... se fue transformando en un estado de desánimo total. Aprendí que no se quita... que nunca se va, aprendí qué la desataba. 
En 2014 la primera psiquiatra me indicó que sufría depresión, por lo menos desde los quince años y me recetó un par de medicamentos que nunca tomé...(luego, en un consultorio general me recetaron y dieron dos pastillas de fluoxetina, las cuales me inducían crisis nerviosas aleatorias... por ello las dejé, era demasiado) en septiembre de 2017 la segunda psiquiatra confirmó mi ansiedad como un trastorno y una depresión leve como consecuencia del sobre esfuerzo que me supone resistir cada crisis, fingir que no me ocurre nada, fingir compostura cuando en realidad quisiera salir corriendo del lugar donde me encuentro, aguantar todo en vez de dejarme dominar por la crisis y desvanecerme. [Me recetó Mirtazapina, no de golpe, 15 miligramos para después llegar al doble]
Aprendí a leer a la gente, aprendí de dónde viene mucho de lo que me aqueja, aprendí sobre mis gustos y sobre mis miedos, sobre mis filias, sobre el género, sobre todo aquello que no puedo nombrar. Aprendí que no se puede estar siempre feliz, que no se puede ser “obediente”, aprendí a decir lo que pienso. Salí de casa más de lo que nunca hice durante diez años pero ahora me he vuelto a encerrar...  
Después de cuatro años de contención entré en un bache, uno de donde aún no puedo salir. Decidí dar un paso distinto, uno que, según yo me renovará para seguir mi camino. Después de un año ya no quise morir por venganzas, sin embargo, después de cuatro, quise hacerlo por desmotivación y por falta de concentración... pero ese es también otro síntoma. 
Volviendo a la gente que conocí adentro, cada una es un reflejo de lo que pude hacer, de lo que no me gusta ser. Hubo tres personas insoportables, una con locura extrema, otras fueron muy tiernas conmigo, me regalaron cosas y pasteles en mi cumpleaños, me dieron consejos, me procuraron; otras nunca se abrieron y dejaron el grupo cuando se les confrontó. 
La idea es entrar a un grupo nuevo, si todo es posible. Un gran avance es que tu terapeuta te haga saber que tus decisiones son sensatas. Se debe hacer un cierre y debe haber una despedida. Mejor hacerla a finales de año.  
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mrmapacheco · 8 years ago
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Análisis
Voy a hablar como si llevara razón en lo que digo; no voy a plantear dudas, no voy a sugerir ideas a medio argumentar, no voy a contar una fábula ni una metáfora.
Llevas media hora de examen, todo marcha bien, está siendo bastante fácil y has tenido suerte con lo que te has encontrado. El siguiente cruce se acerca, y las instrucciones son "aquí, a la izquierda".
Enfrentar situaciones requiere una serie de pasos. No voy a ponerme a explicar todos, pero sí que pretendo hablar del primero.
Despiertas bajo cartones, empapado por el rocío. El resto del mundo ya ha arrancado sus motores, y los engranajes rechinan y traquetean como si fueran anónimos seres saliendo del metro, maletín en mano. Podrías cumplir perfectamente un papel; de entre todos los disfraces que has ido usando a lo largo de los años, uno de ellos era la viva imagen de una de esas tuercas. ¿Qué pasó?, tras años entrenando, ¿qué salió mal? La carrera no fue suficiente, por lo menos no para conservar tu trabajo tras el ERE. Y, despojado de tu empleo, vas perdiendo el control poco a poco de la pequeña fortaleza que habías estado construyendo. Primero el divorcio, los niños, luego la casa; después, una a una, el resto de tus cosas, el alquiler; y por último la comida. Y te preguntas por qué es tan necesario hipotecar tu vida a cambio de un disfraz.
Es muy simple, el análisis consiste en ver, comprender y etiquetar. ¡Bam! Recepcionista de un hotel. ¡Bam! Enfermero de urgencias. ¡Bam! Mendigo. ¡Bam! Policía, borracho, profesor, madre, ladrón, novio, conductor, amigo...
La más alta traición, un terrible destino ineludible, la impotencia, la prisión. Sentada en el asiento de atrás te miras los pies que han tenido que calzar tus padres a la fuerza. Las medias que tanta ilusión te hacía ponerte la semana pasada ya no parecen más que otro instrumento de tortura. Todo el mundo está en tu contra, sobre todo el dentista.
Oh, sí; las etiquetas, la idealización, los roles. Si todo el mundo lo hace tan bien, ¿por qué yo no soy capaz?; si parecen tan a gusto y les sale con tanta naturalidad, ¿cómo es que a mi me cuesta tanto? Bueno, siendo francos, cuesta más o menos dependiendo de muchas cosas. De la experiencia (directa o indirecta), de la motivación, de la compañía, de que sea jueves, de haber desayunado bien, de llevar la bata en prácticas...
El cruce consiste en dos vías perpendiculares, ambas reguladas por semáforos. Muy bien, estamos en urbano, así que sabemos el límite, aunque nos sea superfluo aquí. Centrémonos, ¿qué ves a la izquierda?, una vía de un carril con una línea de detención justo antes de llegar al cruce. Vale, ¿qué crees que es?, una vía en sentido contrario al que voy, con un stop regulando el tráfico entrando en el cruce. Muy bien, busca más salidas, te han dicho a la izquierda, ¿qué ves delante?, otra vía exactamente igual, no entiendo, el único sitio por el que puedo ir es por la derecha...
La primera vez que comprendí hasta qué punto somos humanos ocurrió cuando la chica que había idealizado durante años me contó que ella también había tenido crisis de estudio. Véase: gritar de frustración. Véase: aporrear la mesa, lanzar tus cosas por los aires. Véase: llorar en el suelo tras tirar la toalla. Me explico: ya imaginaba que mucha gente pasaba por cosas similares; pero no ella. La imagen que tenía de ella en la cabeza no era compatible con hacer las cosas mal, con sentirse insegura, con dudar de sí misma. Y, ¡Bam! Cristina, de 43 años, hija única que tuvo miedo durante años a compromenterse sentimentalmente; lo que le llevó a una disminución del rendimiento académico durante los años de bachillerato por ansiedad; acabó estudiando informática en lugar de bioquímica porque en el fondo no estaba segura en absoluto de qué quería... ¡Bam! Miguel, de 27 años, el pequeño de tres hermanos, que se siente estúpido porque cada domingo se deprime y valora el suicidio, aún cuando sabe que su yo-alegre jamás lo consentiría... ¡Bam! Victor, 30 años, primero aceptó su condición de adicto sexual; después aceptó su naturaleza de idiota sexista, intolerante, insensible, ordinario y cretino; después aceptó ser todo lo malo que se esperaría cualquiera...
Todo sucede muy rápido. Tan pronto estás tirada en el coche en medio de una pataleta, como lanzada a 60 kilómetros por hora contra la parte de atrás del asiento de tu padre. Notas en los intestinos el movimiento y la parada, pero no oyes más que un pitido sordo, no ves más que un agujero negro en mitad de tu campo visual.
Y es que con un análisis no vale. Ni con dos. A cuanta más información tengamos acceso, mejor será el modelo que podemos crear de la realidad; pero en realidad ningún modelo será realmente preciso, realmente justo, realmente comprensivo. Ni a nosotros mismos llegamos a comprendernos. Por muchas lentes y filtros con que veamos las cosas, para empezar por lo simple e ir construyendo por inducción, no llegaremos a cubrir jamás el espectro electromagnético entero. Y ésto es así en la teoría: una utopía, un ideal. Pero en la práctica no buscamos lo ideal, sino lo bueno; aceptar que, aunque no podemos hacer un modelo perfecto, podemos manejarnos con lo que vamos conociendo, sin dejar de tener en cuenta el superunknown de que no todo lo que parece, es; y no todo lo que es, parece.
El chillido de la ruedas, el olor a goma quemada que llena repentinamente la atmósfera. Milésimas de segundo antes del ruido del choque. Murmullos de alarma y de asombro entre los engranajes; algunos se paran y miran con las cejas en gesto de misericordia. No todos, desde luego: los hay que tienen prisa, los hay que llevan cascos, los hay sin remordimientos. Pasan los segundos y nadie se ha cambiado de ropa. Te levantas en cuanto comprendes qué ha pasado; te acercas a los dos coches y analizas rápidamente la situación, la enfrentas con la desinhibida mente del desnudo. Alguien tiene que llamar al 112, la niña está inconsciente. Ayudas a sacarla por la ventanilla del coche. Sus padres no ven al mendigo al que normalmente habrían dicho "no se acerque a mi hija, señor"; sino al héroe. Y tú asumes el papel.
Y, sin embargo, sea cual sea el disfraz que me haya puesto, puedo notar cómo parte de mis dimensiones se obstruyen. Se inflaman, se irritan. Cada vez más, hasta que cambio el disfraz por otro más adecuado para ellas (¿y le hago esto a cada persona que analizo a la ligera por la calle?). Pero, cinco días lectivos; quince días en un campamento; un mes de voluntariado; tres meses estudiando los mismos exámenes; un año más hipotecándome; diez años de infancia; veinte años de búsqueda... ¿cuál es la vía de escape?
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