Tumgik
#cogotes
sudaca-swag · 2 months
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latinotiktok · 2 years
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sheila--e · 5 months
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Utena is like my telenovela. I watch it and start screamming at the screen cuz theyr treating anthy badly as if the characters cuold hear me
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toplifespot · 26 days
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Receta clásica de cogote de merluza al horno con patatas panaderas: delicioso y exquisito plato de pescado
Descubre cómo preparar una deliciosa receta de cogote de merluza al horno con patatas panaderas, un exquisito plato de pescado que te sorprenderá. ¡Anímate a cocinarlo en casa y disfrutar de su sabor único! Descripción: Descubre cómo preparar en casa una receta clásica de cogote de merluza al horno con patatas panaderas. Este plato de pescado, delicioso y exquisito, te transportará a los sabores…
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mieldelsol · 9 months
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Why did my dumbass buy a book in Spanish when I know I can’t read/understand most formal Spanish.. lol
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andreakedavra · 2 years
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NE TRAFYE UNA ESPINA
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the-acid-pear · 2 years
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Lit Killah no es lo mío y todos ya lo saben pero ese tema remix que saco del tema del chaqueño es buenardo mal
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quemirabobo · 10 months
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Mi hermanito: si a mí Messi me agarra del cogote no me vuelvo a limpiar el cuello
Primero, same
Segundo, Francia
Tercero, haría números en tumblr
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brian-visionnn · 6 months
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Rethemed to Gesaffelstein for a while
Gesa y GAMMA me tiene agarrada por el cogote ayuda
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loshijosdebal · 8 months
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Capítulo IV: El Festival de la Bruma pt. I
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Aquella tarde la Cabaña del Taumaturgo era una parada obligatoria para las gentes de Morthal, que acudían al jardín exterior para comprar algún arreglo floral que ofrecer a los dioses para pedir su protección durante los meses más duros del año. Pronto comenzaría la temporada de nieblas. En los meses fríos, la niebla caía sobre la comarca de Hjaal privando a sus habitantes del calor de Magnus (el sol) durante el día y ocultaba las estrellas por la noche. 
El jardín era acogedor y el vívido color de las flores que tenían plantadas en la parcela le daba un aire mágico. En aquel momento Lami animaba a Thonnir, que se lamentaba por pasar su primer Festival de la Bruma sin su esposa Lalette, mientras que Alicent se permitía un breve descanso del ajetreo del día. Apoyada en la cara interior de la valla del jardín, charlaba con Benor, un joven nórdico que se vendía como mercenario aunque aspiraba a formar parte de la guardia de la comarca algún día. Alicent conocía a Benor desde que tenía memoria y le tenía un cariño especial. A pesar de que tenía un carácter fuerte y áspero, con ella siempre se mostraba cercano. Era como un hermano mayor.
—Esa nube parece un conejo —señaló él.
Alicent levantó la cabeza al cielo, a dónde apuntaba su dedo pero, aunque lo intentó, no vio al animal.
—Sí, lo veo… —mintió. 
No tenía claro por qué dijo aquello; muchas veces se sentía incapaz de rebatir a quienes la rodeaban. Tenía la sensación de que si decía lo que pensaba, tal vez los demás pensarían que era boba, o que no merecía la pena dedicarle su tiempo. 
En ese momento Alva llegó al jardín y se acercó a ellos. Alva y Benor tenían un par de años más que su amiga Idgrod. Entre ellos la diferencia de edad se notaba ligeramente, pero con Alicent saltaba a la vista. Alva tenía la tez blanca, el pelo oscuro y liso y sus ojos, del color de la esmeralda, destacaban el porte elegante de sus facciones. Era la chica más bonita de todo Morthal y, aunque negaba tener algún tipo de relación con Benor, Alicent siempre los veía juntos y sospechaba que, en secreto, debían ser novios. 
—¿Todavía no has comprado el ramillete de la ofrenda? —preguntó en un tono mordaz, levantando las cejas.
Benor respondió con un resoplido brusco sin dirigirle la mirada. Luego le revolvió el pelo a Alicent con afecto.
—Estaba en ello. Ali, ¿por qué no me traes esas flores de las que me hablabas? —pidió Benor, que le guiñó un ojo. 
La recién llegada clavó su mirada en ella. Era una mirada incisiva que hizo que quisiera encogerse en el sitio. La mera presencia de Alva era intimidante. Alicent giró sobre sí y apuró el paso hacia la entrada trasera del edificio, donde se exponían las diferentes ofrendas dispuestas para la celebración. Podía sentir los ojos de Alva clavados en el cogote.
Se tomó unos minutos para elegir, de entre las decoraciones florales que quedaban, la ofrenda de Alva. Optó por una combinación de lavanda, flores púrpura y sinfocarpios recién cortados antes de volver junto a ellos. 
—Estas flores son de nuestro jardín —explicó con orgullo y ofreció el ramillete a Alva—. Esta mezcla es una ofrenda a Mara y Dibella, para pedir su bendición en la belleza y el amor. 
Alva tomó las flores complacida y Alicent sonrió abiertamente al comprobar que su elección fue un acierto. Aunque Benor soltó un bufido.
—Amor. ¿No tienes ya suficiente, mujer? —gruñó con una sonrisa burlona. 
Ella rodó los ojos y miró a Alicent con complicidad. Tenía una forma magnética de desenvolverse aun estando quieta. 
—Hombres. Si por ellos fuera ofrecerían un ramillete de flechas a los dioses —replicó.
Alicent tensó una sonrisa ante la mirada de ambos, sin saber qué decir. Odiaba las elecciones que implicaban posicionarse. En ese momento unos brazos la rodearon desde atrás, tomándola por sorpresa y liberándola de la incómoda situación.
—Alva, si yo fuera tú compraría ese ramillete cuanto antes. Cuando Alicent vea quién se acerca, no querrá deshacerse de esas flores —saludó Idgrod, con una amplia sonrisa coronando su expresión. 
—¡Idgrod! —exclamó Alicent, que giró entre sus brazos.
La saludó con un cálido abrazo, pero su mirada se dirigió a la entrada del jardín, buscando a la única persona a la que podía referirse su amiga con aquel comentario. 
Seth caminaba en su dirección. Su apariencia pulcra destacaba entre la tosquedad de Morthal y lo convirtió de inmediato en el centro de atención. Vio cómo los vecinos que rondaban el jardín acercaban sus cabezas para comentar su llegada con descaro.
Alicent se separó del grupo y avanzó hasta su invitado.
—¡Seth! ¡Has venido! —exclamó emocionada.
Él entrecerró los ojos y ladeó la cabeza. 
—Te hice una promesa, ¿no? —cuestionó con una sonrisa desenfadada.
Una vez más sintió el calor en las mejillas. Se colocó un mechón de pelo tras la oreja y en un impulso tomó su mano y tiró de él en dirección al grupo. Seth pareció sorprendido por su osadía. 
—Ven, deja que te presente a mis amigos. Ya conoces a Idgrod. —Esta alzó la mano para saludar—. Él es Benor y ella es…
—Alva —se adelantó Seth, sorprendido. 
Alva hizo una pequeña reverencia.
—Lord Athan, nuestros caminos vuelven a cruzarse —saludó de manera encantadora.
Alicent sintió su estómago contraerse. Había sentido algo semejante anteriormente, cuando Alva hablaba con Joric. Pero ahora era mucho más fuerte porque, a diferencia de Joric, Seth no parecía tener ninguna prisa por dejar de mirarla.
—Ali, ¡todavía no me has dado las flores! —exclamó Idgrod de repente, agarrando su brazo—. Volvemos enseguida —se disculpó. 
Se dejó guiar por Idgrod, que la alejó de allí en dirección al lateral de la cabaña donde, sobre una mesa, habían dispuesto los ramilletes. 
—¿Estás bien? —preguntó tan pronto estuvieron lo bastante lejos del grupo—. Deberías verte la cara, Ali. Parece que una cabra acaba de darte una coz —comentó entre risas.
La miró con reproche, dolida. 
—Yo…, estoy bien. Es solo que…
—Tienes celos —zanjó Idgrod, terminando su frase.
Alicent frunció el ceño y se cruzó de brazos frente a la mesa, donde clavó la mirada. 
—Yo no…, bueno. Igual sí. Un poco… —reconoció contrariada—. Es que… ¿de qué se conocen?¿Crees que…?
—Escucha Ali —la cortó Idgrod. Su amiga miró con disimulo hacia el grupo antes de volver a dirigirse a ella, bajando la voz—. Por lo que yo sé, el padre de Alva era íntimo de la familia de Seth. Lo mataron los renegados, igual que al padre de él. 
—¿Los renegados? —preguntó con confusión, antes de levantar de nuevo la mirada hacia su mejor amiga con los ojos abiertos de par en par—. ¿El padre de Seth está…?
No necesitó terminar la pregunta. Idgrod asintió, mientras examinaba un par de arreglos florales. 
—Es una cuestión política compleja. Alva vino a vivir con su tío después de eso. Imagino que debe de ser duro para los dos verse después de tanto tiempo. 
Alicent se sintió fatal por haber pensado mal de buenas a primeras. Idgrod tenía razón y ella lo sabía. Conocía bien lo que era perder a un padre y lo difícil que era enfrentarse a ese recuerdo. Seth reaccionó con sorpresa; de haber sido ella, probablemente se habría echado a llorar.
Idgrod cogió un ramo de campanillas con milenrama azul para sí y le tendió otro idéntico, sacándola de sus pensamientos. 
—Ten, anda. 
 Miró las flores entre sus manos pensativa: Todos los años hacían esa misma ofrenda. Sin embargo, este año tenía algo más en mente. Se quedó mirando otro ramillete, idéntico al que le había dado antes a Alva. Idgrod leyó sus intenciones.
—De eso nada. Ali, si sigues siendo así de obvia vas a terminar espantando a Seth. 
Alicent, avergonzada, desvió la mirada hacia el otro extremo del jardín. Seth y Alva charlaban mientras Benor se mantenía al margen, con cara de pocos amigos. 
—Deberíamos volver —propuso. 
—Vamos —aceptó Idgrod, poniéndose en marcha. 
—Idgrod —llamó Alicent. Ésta paró en seco y la miró—. Gracias —dijo bajito, con una sonrisa dulce, íntima. 
Su amiga le devolvió el gesto y ambas recortaron la distancia que las separaba del grupo. Cuando llegaron junto a ellos, hablaban del festival. 
—Todos parecéis estar bastante emocionados por el evento —comentó Seth—. ¿De verdad es para tanto?
—Incluso las caravanas de khajiitas vienen a Morthal por estas fechas —respondió Alva con cierto cinismo. 
Esto le arrancó a Seth una risa seca, breve. Luego sus ojos se volvieron hacia las chicas.
—Pero no termino de entender qué se celebra —confesó.
Alicent se apresuró a responder.
—El Festival de la Bruma es la fiesta más importante de nuestra aldea. Cuando llega la niebla, Morthal se vuelve un sitio peligroso —trató de explicarse lo mejor posible, al ver que tenía su atención—. La luz de Magnus no llega durante el día, y por la noche no se ven las estrellas ni las lunas. Hoy pedimos a los Ocho que nos protejan hasta que vuelvan a salir las flores. 
Seth asintió y contempló los ramilletes con la curiosidad intacta.
—¿Y las flores para qué son?
—Las utilizamos para pedir favores específicos a los dioses —respondió Alva—. Yo, por ejemplo, pido a Dibella y a Mara belleza y amor. 
Esto último lo dijo con un tono coqueto y a Alicent se le encogieron las tripas. A Seth, sin embargo, pareció hacerle gracia. La risa de este contrarió a Alva, que frunció el ceño.
—No parece que necesites más de ninguna —comentó, quitando hierro al asunto.
La mirada que les dirigió a ella y a Benor fue una muda insinuación. 
Alva abrió la boca para replicar, pero cambió de idea en el último instante bajo la atenta mirada de Benor, que permanecía en silencio. Seth se volvió a Idgrod y Alicent, reparando en que sus ofrendas eran idénticas.
—¿Y qué pedís vosotras? 
—Que Stendarr nos proteja de las brillantes ideas de mi hermano —replicó Idgrod sin pensarlo.
A Alicent le saltó la risa y Seth alzó ambas cejas. 
—A Joric le encanta salir de excursión y no se asusta por la niebla —explicó Alicent—. La verdad es que poder salir de Morthal, aunque sea solo un rato, está genial. Y aunque la comarca es peligrosa en los meses fríos del año, Stendarr siempre nos ha protegido en nuestras escapadas.
Idgrod rodó los ojos y miró a Seth, buscando su complicidad.
—Como ves, son dos contra uno. Quizá este año puedas ayudarme a equilibrar la balanza.
Seth sonrió. 
—Primero tendré que oír esas propuestas —dijo antes de volverse hacia Benor—. ¿Y qué hay de ti?
—Colocaré una flecha en mi plato para que Talos me de fuerza en las batallas —contestó con un orgullo lleno de reto. 
Por algún motivo, Idgrod pareció incomodarse y Seth alzó ambas cejas. Alva le dio un codazo y Benor le dedicó una mirada recia.
—Skyrim pertenece a los nórdicos —afirmó Benor.
Lo dijo con tanta seguridad que pareció dejar algo en claro. Algo que todos los allí presentes entendieron. Todos menos ella, que los miró confundida. De repente, el ambiente se había vuelto tenso.
—Seth… —empezó Alicent, buscando calmar el ambiente—. ¿Hay algo que te gustaría pedir?
Todos los ojos se volvieron a él, que meditó unos segundos antes de encogerse de hombros. 
—No realmente. Quizá nuevos conocimientos…, o suerte en mis negocios. 
—Ah, entonces deberías ofrecer algunas monedas a Zenithar —respondió Alicent. 
—O un pergamino a Julianos —añadió Idgrod. 
Seth chasqueó la lengua tras pensarlo.
—Ya veré qué hago. ¿Hay algo más del festival que deba saber?
—No realmente. Tras las ofrendas habrá una cena y un baile, lo habitual —respondió Idgrod. 
Seth se quedó helado al escuchar lo del baile y le lanzó una mirada fugaz que le aceleró el corazón. Alicent captó esta mirada y su corazón se aceleró. 
—No me habías dicho que habría un baile —protestó, mirándola ahora directamente. Aquello la bajó abruptamente de su nube.
—No me dio tiempo —se defendió. Se arrepintió al instante del tono que había usado—. Lo… Lo siento —tartamudeó.
Idgrod alzó ambas cejas y a Alva se le escapó la risa. 
—Igual tú también deberías ofrecer una flecha a los dioses. Cuando su novio se entere no va a estar muy conforme —soltó Alva. Tenía un brillo de malicia en la mirada. 
Al escuchar esto se le cayó la mandíbula, sin saber qué decir. Idgrod y Seth habían adoptado una expresión semejante, con el ceño fruncido y los labios apretados. Solo que Idgrod miraba a Alva y Seth tenía la vista puesta en ella. 
—Tampoco me habías dicho que Joric era tu novio —recriminó. 
—Nosotros no… —empezó Alicent, sin saber cómo seguir. Se había quedado en blanco ante aquel ataque tan gratuito.
Miró hacia Alva, buscando una explicación sobre por qué había dicho aquello. La mujer le dedicó un gesto suficiente. 
—Claro, claro. Ni yo y Benor, ¿verdad? —cuestionó, manteniendo su mirada. Era obvio que se lo estaba pasando bien con aquello.
Alicent bajó la cabeza, posando la mirada en el suelo y apretando los puños de rabia. Alva podía ser retorcida si se lo proponía. No entendía por qué la había tomado con ella ahora. Por suerte, Idgrod salió en su defensa. 
—Pero vosotros sois la excepción —comentó Idgrod como si nada, en un tono conciliador pero afilado.
Alva lanzó una mirada retadora a Idgrod, pero Benor la tomó de la mano antes de que pudiera responder. 
—Mujer, eres el diablo. Deja a la cría en paz —ordenó malhumorado. Aquel juego de Alva pareció agotar su paciencia—. Nosotros nos vamos ya.
Alva suspiró y tornó los ojos, pero asintió. 
—Qué aburrido que eres, Beni. Nos vemos en el festival —se despidió. 
Alva y Benor se alejaron, dejando un aura de incomodidad en el grupo. Aunque lo que acababa de ocurrir había puesto a Alicent de los nervios, no podía dejar de pensar en la reacción de Seth. ¿De verdad le ha molestado pensar que Joric y yo somos novios? Alzó la mirada y se encontró con la del chico. Seguía serio. 
—De verdad que no somos novios… —dijo en un tono tímido. 
—Y no porque a Joric le falten ganas —terminó Idgrod, que palmeó el hombro de Seth, quien se tensó, aunque Idgrod ni se dio cuenta—. Puedes sacar a bailar a Ali si quieres. Tienes mi bendición.   
Aunque su primera reacción fue fruncir el ceño, la expresión de Seth se relajó de golpe. Levantó ambas cejas desviando su mirada hacia Alicent. Abrió la boca para decir algo, pero no le dio tiempo. Lami, que acababa de atender al último cliente, se unió a ellos. Estaba despeinada y lucía cansada, aunque satisfecha. Olía a hierbas y a pociones.
—¿Todavía estáis aquí? —preguntó en un tono maternal, con las manos en las caderas y la mirada en Alicent e Idgrod—. Ali, ve a cambiarte y salid a disfrutar. Yo me encargo de cerrar. 
Alicent  miró hacia el cielo; no faltaba mucho para el atardecer. Luego sonrió a su madre, asintiendo.
—¡Gracias, mamá! ¿Me esperáis? No tardaré mucho —prometió.
Ambos asintieron y ella salió corriendo en dirección a la cabaña tras dejar a Idgrod sus flores. Se puso el vestido que reservaba para las ocasiones especiales: era amarillo y verde, sin remiendos, y con un cinturón marrón que se ceñía a su cintura. Se esforzó en peinarse lo mejor que pudo. Cuando salió de casa, el tono anaranjado de los rayos de Magnus anunciaban el final del día. 
La esperaban en el porche, Seth apoyado contra una columna de madera e Idgrod sentada en el tronco superior de la valla. Charlaban animadamente cuando el ruido de la puerta interrumpió la conversación. Ambos la miraron y, por un instante, Seth pareció aturdido, aunque recuperó la compostura rápido y adoptó esa expresión que la había vuelto loca desde la primera vez que se habían visto. 
—Bonito vestido —comentó como si nada, después de recorrerla con la mirada. 
Alicent volvió a ponerse roja y sonrió con amplitud, mientras al lado de Seth, Idgrod le hizo una mueca cómplice.
El barullo de las gentes de Morthal, ya congregadas en la otra orilla del río Hjaal era audible desde donde estaban. No faltaba mucho para que empezara la ceremonia. 
—Deberíamos ir ya —apremió Idgrod, que saltó al suelo y tomó la delantera, dejando a la pareja a sus espaldas. 
Alicent agradeció su gesto, sabiendo que era su forma de darles unos minutos de intimidad. Seth le tendió el brazo para caminar junto a él y Alicent lo tomó con mucho gusto.
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latinotiktok · 2 years
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solo descubri q enzo era de san martin pq mi tia (directora) me dice ahh si 😊 enzito venía a nuestra escuela nos mando un video saludando es un amor y yo como QUE???? unos desubicados los de bariloche la verdad yo les revoleaba un cascote...aparte aguante san martin Q otro municipio te trae A MIRANDA! gratis
ENZO MANDANDO VÍDEOS 💞💞💘💞💘💘 en ese viaje igual nos hicimos amigos de los pibes de otra escuela que compartieron el micro con nosotros, y se venían a nuestras casas desde Benavidez hasta San Mar. Sabes la cantidad de veces que los tenia que agarrar del cogote porque los boludos despistados se mandaban a caminar de noche lejos de nosotros???? Yo les decia loco por favor no los conocen les van a sacar todo 😭
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e-cavani · 10 months
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Desde q llegó cavani a Boke es todo un desastre. Mejor q se vaya o q se cuelgue del cogote
¿Pensaste lo mismo cuando marcó su gol contra Palmeiras y llevó a Boca para clasificarse en las finales?
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genokiwi · 2 years
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Being Spanish on the internet having to deal with all these people that think that Hispanic is a race is killing me.
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HI, I'M A SPANISH ENBY, I'M WHITE, YES, WE EXIST, HE NACIDO EN ESPAÑA GRINGOS DEL COGOTE, DEJAD DE RACIALIZAR TODO LO QUE SE MUEVE
👁️👄👁️
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sillysadduck · 2 years
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espera spera yo soy nuevo aquí, porque decían que tus humanizaciones son problemáticas?? se ven bien para mi
Porque dicen que Red es muy blanco y que en su versión humana sí o sí tiene que ser negro y no sé por qué jsjaja ay me van a atacar de nuevo 🥲 ya me comí como 10 call outs de gente diciendo que soy problemático ptm igual me chupa😺 si traducen esto me van a agarrar del cogote otra vez pero no voy a disculparme por algo que nunca fue cancelado antes, le duela a quien le duela :|
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juliancallejo · 2 years
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El amor y los cogotes.
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javier-carrasco · 2 years
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Conocí a un tipo que tenía un truco infalible para hacerte sentir ridículo en medio de una discusión acalorada. Cuando tú te encontrabas en el momento más altisonante, soltando toda la perorata por la boca, él componía un rostro impasible, mirándote con expresión vacía, como si enfocara no a tus ojos, sino más atrás, a tu cogote, y te dejaba seguir sin interrumpirte, sin decir nada, ni replicar a uno solo de tus argumentos. Había un momento en que te dabas cuenta de que te habías quedado solo, que estabas vociferando en el vacío... Y te callabas como un puta. Era muy humillante.   
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