#circunspección
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winterfable · 10 months ago
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Que a todo hay que acercarse con circunspección
En cada cosa mira los antecedentes y las consecuencias y acércate a ello de acuerdo con eso. Si no, al principio irás animoso, como el que no ha tenido en cuenta nada de lo que va a venir; pero luego, al ocurrir algo, te apartarás bochornosamente.
«Quiero vencer en Olimpia. Pues mira sus antecedentes y sus consecuencias. Y así, si te resulta provechoso, pon manos a la obra. Has de llevar una vida ordenada, someterte a un régimen alimenticio, abstenerte de dulces, entrenarte por fuerza a la hora señalada, con calor o con frío. Cuando toque, no tomar agua fría ni vino. Sencillamente: ponerte en manos del entrenador como de un médico. Y luego, en el combate, andar cogiendo tierra; a veces, desencajarte la muñeca, torcerte un tobillo, tragar mucho polvo, ser azotado. Y después de todo eso, a veces, ser vencido. Teniendo eso en cuenta, si aún sigues queriendo, ve a hacerte atleta. Si no, mira que te portarás como los niños, que tan pronto juegan a los atletas como a los gladiadores, como a tocar la trompeta, como a representar cualquier cosa que vean y les admire. Así también tú: tan pronto atleta como  gladiador, luego filósofo, luego orador, pero nada con toda tu alma, sino que, como el mono, todo lo que ves lo imitas y siempre te gusta una cosa tras otra, pero lo habitual te desagrada. Porque en nada te metiste con reflexión, ni tras haber repasado y haber puesto a prueba todo el asunto, sino al azar y con deseo poco ardiente.
--Epicteto en sus "Disertaciones"
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ojem-group · 1 year ago
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José Dionisio de la Trinidad de Herrera y Díaz del Valle (nacido el 9 de octubre de 1781 en Choluteca, Honduras - fallecido el 13 de junio de 1850 en San Salvador, El Salvador) fue un abogado y político hondureño y centroamericano, representante del liberalismo y uno de los más ilustrados de su época.
Es autor de la Ley de Independencia de Honduras y de la primera Constitución hondureña.
Elegido primer Jefe Supremo de Estado de Honduras en 1824 y destituido en 1827 por los conservadores de Guatemala tras una insurrección clerical encabezada por el canónigo Irias. Su gobierno siguió una línea progresista, a través de la cual organizó el estado hondureño.
Además, ha tratado de promover la agricultura, la industria y la inmigración, entre otras cosas. Por estas razones, en Honduras, es considerado como el "Padre de la Patria". Enviado a Nicaragua como pacificador por el gobierno federal, fue elegido Jefe Supremo de Estado, cargo que ocupó entre 1830 y 1833.
En 1834 fue elegido Jefe 🎓 Supremo de Estado de El Salvador, pero no aceptó su nombramiento. Se retiró de la política en 1838. Tenía notables dotes intelectuales, se distinguía por la firmeza de su carácter y también era reconocido como un hombre de circunspección y tino. Se convirtió en el único político en la historia de Centroamérica que fue elegido popularmente a la cabeza de tres estados.
#honduras #independencia #centroamerica #elsalvador #nicaragua #costarica #guatemala
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viagraliteraria · 2 years ago
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En aquel tiempo, antes de la gran guerra, cuando sucedían las cosas que aquí se cuentan, todavía tenía importancia que un hombre viviera o muriera. Cuando alguien desaparecía de la faz de la tierra, no era sustituido inmediatamente por otro, para olvidar al muerto, sino que quedaba un vacío donde él antes había estado, y los que habían sido testigos de su muerte callaban en cuanto percibían el hueco que había dejado. Si el fuego había devorado una casa en alguna calle, el lugar del incendio permanecía vacío por mucho tiempo, por que los albañiles trabajaban con lentitud y circunspección, y los vecinos, a los que pasaban casualmente por la calle, recordaban el aspecto y las paredes de la casa al ver el solar vacío ¡Así eran entonces las cosas! Todo cuanto crecía necesitaba mucho tiempo para crecer, y también era necesario mucho tiempo para olvidar todo lo que desaparecía. Pero lo que había existido dejaba sus huellas y en aquel tiempo se vivía de los recuerdos de la misma forma que hoy se vive de la capacidad para olvidar rápida y profundamente.
La Marcha Radetzky, Joseph Roth.
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gunelle · 4 months ago
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“Vive el presente con la mayor intensidad de la que seas capaz. El pasado es un camino, no siempre recto, para alcanzar el hoy; el mañana, si es que te llega, será una consecuencia que ha de traer entre sus manos su propio afán. El presente es tembloroso y casi nada. Se prolonga y se estira hora tras hora, y todas hieren, menos la última, que mata. Resárcete de esa dura ley. No sientas remordimientos del pasado; no sienta temor por el futuro. Siente no más el gozo del presente –carnal y lúcido, inevitable e inmediato-, o el dolor del presente, enriquecedor y válido también… Y antes de cualquier otra norma, ten ésta en cuenta: no te separes de la vida. No dejes de abrazarte a ella con fuerza: ni por cobardía, ni por pereza, ni por sensatez. Abandónate a la vida, sin que la manche ninguna pasajera tristeza, ningún pesimismo, ninguna sombra tuya. Y pregúntate de vez en cuando para qué estás aquí: quizás estés solo para averiguarlo. Si puedes, cuando puedas, sé feliz. Pero, aunque no lo seas, no lo olvides: el tesoro del niño está aún próximo a ti; lo tocarás si alargas la mano; no lo disminuyas a tu costa… Te lo repito: no te separes nunca de la vida; por nada de este mundo te separes. Cuando alguien te lo aconseje por prudencia, desóyelo y aléjate de él. La vehemencia es enemiga de la circunspección. Y recuérdalo a cada instante: la obligación más exigible de un ser vivo –la primera- es vivir: vivir por encima de todo lo demás. La vida es tu oportunidad, la tuya sólo: tus errores, tu inapelable fiesta, tus dudas, tus fracasos, tu muerte intransferible. Tu posibilidad, solo la vida. Sea o no un sueño. Porque hay que vivir el sueño y hay que soñar la vida apasionadamente.” Antonio Gala, “Ahora hablaré de mí”
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jgmail · 5 months ago
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El «homo festivus olympicus»
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Jean Montalte
La famosa y burda parodia de la Última Cena en la fiesta izquierdista de inauguración de los Juegos Wokolímpicos
Refiriéndose a los Juegos Olímpicos que, celebrados en Atenas en abril de 1896, acaban de ser recuperados por el barón Pierre de Coubertin, Charles Maurras escribió: "Nunca había habido una ocasión tan favorable para intentar distinguir exactamente el cosmopolitismo, que no es más que una confusa mezcla de nacionalidades reducidas o destruidas, del internacionalismo, que supone ante todo la conservación de los diferentes espíritus nacionales". Los Juegos Olímpicos de 2024, la mascarada que allí se ha representado, la humillación que, ante el mundo, Francia se ha infligido a sí misma, todo ello nos permite ver hasta qué punto lo que se ha impuesto es un cosmopolitismo lleno de sus más aberrantes disparates.
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En la ceremonia de inauguración de los Juegos Olímpicos se hizo también burla y befa de los guillotinados y masacrados por el Terror revolucionario. En una de las ventanas de La Conciergerie (Palacio de Justicia) apareció esta "Marie-Antoinette" decapitada y que cantaba el famoso canto de las turbas revolucionarias: "Ça ira, ça ira, ça ira, les aristocrates on les pendra!" [¡Ahí van, ahí van, ahí, a los aristócratas ahorcarán!"]
Emmanuel Macron, en su calidad de director de orquesta semiocultista y semiexhibicionista, fue su habitual oráculo, entonando extáticos hosannas dignos de la liturgia de la que es sumo sacerdote, pero ¿para celebrar a qué Dios? ¿Al nihilismo? El presidente alardeó con orgullo: "Los Juegos de París serán los más sostenibles, los más inclusivos, los más paritarios de la historia. Ningún país lo ha intentado hasta ahora".
Mientras el ministro del Interior Gérald Darmanin se felicita por haber reducido la delincuencia en París a "prácticamente cero", una serie de violaciones (incluida la de una turista australiana a manos de individuos magrebíes en una tienda de kebabs), robos y agresiones han desmentido, por desgracia, las fanfarronadas del gobierno. Para colmo de males, el entrenador de la selección masculina de fútbol de Argentina lamenta un robo durante un entrenamiento, cuyos daños se estiman en 50.000 euros. Al exfutbolista brasileño Zico, miembro de la delegación olímpica brasileña, le robaron en París un maletín con un contenido estimado en 500.000 euros. El día de la ceremonia de inauguración de los Juegos, los ferrocarriles franceses afirmaron ser víctimas de un "atentado masivo para paralizar la red de TGV". ¡Los alborotadores redoblan sus esfuerzos para estropearlo todo!
Ian Brossat, senador del Partido Comunista por París, declaró en BFM TV: "La inmensa mayoría de los parisinos están muy contentos de acoger los Juegos Olímpicos". Podemos agradecerle su circunspección. "Bastante contentos", poco más, un júbilo matizado, tenue, sin excesos.
Si ellos hubieran estado ahí...
Si Nietzsche hubiera estado ahí habría declarado en las columnas de Mediapart, tras asistir a los ensayos: "Sin la música de Aya Nakamura, la vida sería un error. Los Juegos Olímpicos de París una tarea agotadora, un exilio".
Si hubiese sido Oswald Spengler quien hubiera estado ahí, habría considerado el acontecimiento como una confirmación más de que Europa está "metafísicamente agotada" y que ha agotado todo su potencial. Declaró, aunque quizás pueda ser apócrifo: "Cuando la Cultura se estanca, la Civilización cierra el alma", refiriéndose sin duda a las numerosas barreras y vallas que dificultan la circulación por la capital.
Por su parte, un Julius Evola presente en tal ocasión, habría podido recordar, frente a las barbaridades, frente a todo el espíritu del acto inaugural, algunos textos de su obra maestra, Revuelta contra el mundo moderno: "En la antigüedad grecorromana, los juegos —ludi— tenían un carácter parcialmente sagrado, lo que los convertía en expresiones típicas de la tradición de la acción. [...] En la tradición griega, la institución de los juegos más importantes estaba estrechamente vinculada a la idea de la lucha de las fuerzas olímpicas, heroicas y solares, contra las fuerzas naturales y elementales. Los Juegos Píticos de Delfos recordaban el triunfo de Apolo sobre Pitón y la victoria de este dios hiperbóreo en la competición con los demás dioses. Los Juegos Olímpicos estaban igualmente vinculados a la idea del triunfo de la raza celeste sobre la raza titánica. Se dice que Hércules, el semidiós aliado de los Olímpicos contra los Gigantes en empresas de las que dependía estrechamente su paso a la inmortalidad, instituyó los Juegos Olímpicos extrayendo simbólicamente de la tierra de los hiperbóreos el olivo con el que se coronaba a los vencedores".
Por su parte, Philippe Muray, que, como creador de la idea de que el actual “homo festivus” ha acabado con el “homo sapiens”, no habiéndose quedado nada sorprendido por todo este desenfreno festivo, habría exclamado, algo cansado: "Todo está consumado”.
Por su parte, la LICRA (Liga Internacional contra el Racismo y el Antisemitismo) no habría dejado de denunciar a Louis-Ferdinand Céline por incitación al odio, a raíz de sus críticas a la composición étnica del equipo francés: "Quien no quiera ser negrificado es un fascista que debería ser ahorcado. Cualquier cosa que pueda provocar el más mínimo estallido emocional, la más furtiva revuelta, entre las masas perfectamente envilecidas [...] encuentra al crítico en una oposición inmediata, odiosa, feroz, irreductible". Estas palabras fueron calificadas de "insoportables" y no fueron apoyadas por nadie. El escritor intentó, en vano, justificarse señalando las posiciones anticoloniales expresadas en su novela Viaje al fin de la noche.
Les ruego que no me reprochen haber hablar a los muertos, pues no he pretendido ofender la virtud de la piedad filial, que me es la que más aprecio. Todo es una farsa. Y, sin embargo, tal vez haya algo de seriedad tras estas apariencias engañosas, como decía Rabelais de sus cuentos grotescos, comparándolos con las Silenas. ¿No dijo Auguste Comte que "los muertos nos gobiernan"?
 © Éléments
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yoymialterego · 5 months ago
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Kaibutsu (Monster)
Sucede algo bastante extraño en las primeras escenas de "Kaibutsu", la más reciente cinta de Hirokazu Koreeda. El comportamiento de Minato, por principio. Minato es un muchacho que llega a casa después de la escuela, y al verlo en pantalla lo mínimo que uno pensaría es que anda en drogas, o quizá que se hizo adepto a una secta (y para rematar, poco después nos enteramos que él cree firmemente que le cambiaron su cerebro por el de un cerdo).
Y luego la atmósfera enrarecida de la escuela. Los profesores actúan como zombies (o al menos como entes totalmente fuera del dominio de sus acciones) ante las protestas que les planta la mamá del chico. Allí mismo nos percatamos del rumor que corre por el colegio a propósito de que Minato es un abusivo, un "matón", aunque no existan evidencias claras del hecho. Y vemos que el director de la escuela sólo parpadea con una especie de circunspección delatora que atiza el fuego.
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Desde luego que el maestro Koreeda alimenta todas estas sospechas en las distintas vertientes de la historia con un total dominio de la escena, y nos apremia a cuestionarnos a propósito de nuestros propios escrúpulos, sobre lo que nuestro desconocimiento influye en la aceleración y dispersión de nuestras suspicacias, de nuestra cerril y personal censura. Nos hace ver con su fino estilo que claramente demonizamos casi de inmediato todo aquello que no conocemos, y que el tamaño de los prejuicios que enarbolamos es la medida de nuestra ignorancia, o en todo caso de nuestra intolerancia.
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Así, todo se vuelve turbio, sofocante, dentro de un ambiente casi metafísico. Pero el misterio de "Kaibutsu" se va diluyendo poco a poco para transformarse en un acto ejemplar que documenta la intimidación social que soportan en la escuela y en la casa los pequeños, sobre todo aquellos que son diferentes, y también los que de alguna manera les son fieles o afines. Pone de relieve incluso la presión paterna (y la materna, claro) que aparece de manera constante para mantener el secular "orden" de la familia "tradicional" y lo que ello significa para los niños. Vaya, en pocas palabras, la cinta habla más de la tenaz segregación sexual que sobrenada omnipresente en la normativa social, que muchas películas que tratan el tema directamente, y lo hace -virtud del maestro Koreeda- sin abordar el hecho con nombres y apellidos.
Y como siempre me sucede con las películas de Hirokazu Koreeda, me queda la sensación de haber asistido a una especie de rito de revelación, de haber quedado con un aprendizaje de algo tan remoto pero a la vez tan cercano, tan denso como ligero, tan trascendente como mundano, porque el director accede al lenguaje del cine de una manera que siempre me entusiasma -de hecho me extasía- y hace que me cuestione si todo lo que veo, si todo lo que nos muestra, pues, es "la verdad", así en abstracto, o simplemente sucede que lo que damos por hecho es solamente una versión de la realidad que le escolta, que le custodia, aunque al final nos desvele los hechos que nos devuelven, como es el caso aquí, al menos alguna clase de certidumbre.
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Así que ¿por qué un muchacho se comporta de una manera extraña? Bueno, hay un sinfín de posibilidades, algunas son "misteriosas", otras tienen cierta lógica dentro de la narrativa social tradicional, y otras simplemente son desconcertantes. Hirokazu Koreeda las intenta todas en "Kaibutsu", y vaya que lo hace con grandeza, con opulencia, con total capacidad y clarividencia.
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a-l-ouest · 1 year ago
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En aquella noche desierta oyeron en alguna parte el tañido de una campana que cesó donde no había campanas y cabalgaron sobre el redondo dosel de la tierra que era lo único oscuro, sin ninguna luz, y que llevaba sus figuras y las acercaba al enjambre de estrellas de modo que no cabalgaban debajo sino entre ellas y cabalgaban con arrogancia y circunspección a la vez, como ladrones recién liberados en aquella oscuridad eléctrica, como jóvenes ladrones en un vergel resplandeciente, con chaquetas sueltas contra el frío y diez mil mundos para elegir.
Todos los hermosos caballos, Cormac Mccarthy
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veerasm · 9 months ago
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‘ ¿cómo se llamaba tu abuelo? ¿no querías ser como él también? ’ la pregunta es disparada sin rodeos, asumiendo que si era una figura pública no habría problemas en intentar obtener tal información. y es que a aún si era conocido, no existía ninguna garantía de que veera lo reconociera. de ese modo, es como si el anonimato del otro se mantuviera en pie. ‘ digamos que… que no hubiera existido la obligación de venir. ¿te habrías quedado en casa de todos modos? ¿o hay algún sueño que tengas por cumplir? ’ balancea los pies de modo en que su talón se hunde en la tierra varias veces, más que todo como un movimiento inquieto que su pierna realiza por inercia. ‘ yo sí quiero ser detective. Irónicamente, mi mamá y mi hermana no parecieron muy convencidas de mi decisión. creo que hubieran preferido que me quedara con ellas pero, ya sabes, no querían sentir que me cortaban las alas, ’ en sus labios se estira una sonrisa liviana, mientras tanto baja la vista y mira el polvo de la tierra que levanta uno de sus zapatos. las había escuchado conversando una noche cualquiera, cuando le creían dormido y usaban la confidencia de la noche para compartir preocupaciones. aunque no guardaban emociones negativas al respecto, tenía bastante claro que no veían sus sueños del mismo modo que él. para ellas, aquellos eran los delirios que un veera pequeño había mostrado toda la infancia. ‘ ¿te acostumbraste a nosotros nada más? ¿dices que no nos tienes un poco de cariño? ’ insistió con una mirada de cachorrito abandonado, de ojos cómicamente grandes, cejas hundidas y mohín tembloroso. claramente quería tomarle el pelo, nada de hacerlo sentir culpable a un nivel genuino. con la conclusión que deriva del otro, la mueca no tarda en evaporársele del rostro. ¿de verdad lucía como el tipo de personas extremadamente sociales? ‘ ¿eso piensas? ’ su mano libre rasca la curvatura de su barbilla. no sabía qué decirle, tenía que pensarlo bien. ‘ nunca he sido de tener una gran cantidad de amigos. diría que siempre han existido los necesarios. ’ y de hecho, quien era su mejor amigo actual lo había sido desde kinder, así de estables solían ser sus vínculos. ‘ es decir, sí, disfruto escuchar sobre otras personas, pero no es algo que me gusta hacer todo el tiempo. soy muy de casa, muy de volver a los amigos de siempre. ’ va dibujando asentimientos a medida que se da la razón a sí mismo. ‘ eso y que, además, me emociona cada misión. desempeñarla, cumplir con los objetivos, descubrir a ese tal roman… quisiera demostrar que soy bueno para esto, y que podamos mejorar de categoría, ’ confiesa de último aunque no considera que haya gran secreto por revelar. todos tenían aspiraciones y motivos diferentes, las suyas no podían ser más que académicas.
está aguardando por su opinión, pestañeando lento y girando el rostro para fijarse en nada más que su compañero, cuando percibe los intentos por arreglar su peinado. ‘ ¿de aventura? ’ cejas altas se unen a la pregunta. su ahora expresión de circunspección se mantuvo imperturbable algunos segundos, cual ordenador que toma su tiempo para procesar una información. ‘ ¿los protagonistas de aventuras están despeinados? ’ ríe por debajo, ‘ los de los comics  tienen el cabello perfectamente engominado todo el tiempo. casi como si uno de sus superpoderes fuese también verse perfectos, ’ aunque le refuta, no se mueve. y al no hacerlo permite que un maomao sonriente sea su único panorama. con lo increíblemente fácil que en ese momento parecía disfrutar del momento, inevitablemente, se cuestiona: ¿alguna vez, en el mes que llevaba conociéndole, había sido testigo del deje de su risa? sin embargo, el momento se esfuma, veera le mira con sorpresa y... siente que la mirada que le devuelven es como la de los cervatillos cuando son abordados en su hábitat natural antes de desaparecer. porque eso es lo que hace, ocultarse como puede, huir. ‘ mmnh, ’ murmura quedito, esperando quizá que el otro levante la visera de la boina. para su decepción, no ocurre. ‘ gracias, ’ agradece, dedos entrelazándose en su regazo mientras subía y bajaba los hombros. ‘ pero no creo que seas un npc, ’ relaja la postura, cierra los ojos, y siente cómo algunos de los rayos del atardecer bañan su rostro. ‘ los npc son herramientas para el protagonista. su función es asistir en el crecimiento de otros, carecen absolutamente de profundidad. ’ inhaló profundo, luego exhaló. ‘ tú eres valiente, perseverante, inteligente, y has llegado muy lejos. ’ para él era bastante sencillo. tan sencillo que al abrir los ojos y al buscarle fue fácil que las palabras escaparan de sus labios. ‘ esta también es tu historia y tú eres el protagonista. conmigo, con todos. ’ en una voz más bajita, e inclinándose hacia el otro, opina: ‘ además, no creo que un npc tenga una sonrisa así de bonita. ’
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la soledad es cómoda, dijo él, y mao-mao casi estuvo de acuerdo. claro que lo era, pero solo porque se convenció de eso. si estabas solo nadie te podía lastimar, por muy extremo que sonase. " mh..." asintió ante su pregunta, porque el objetivo de su madre siempre fue sacarlo de su habitación. a veces lo intentó con mandados y encargos pequeños, pero luego de un tiempo se empezó a volver más y más impaciente. los problemas económicos tampoco ayudaban a que pudiese comprender lo que sucedía. " mi abuelo fue un detective y mucha gente lo quería. era el tipo de trabajo que ella consideraba la de un ciudadano de bien... de alguien que aporta a la sociedad" contrario a lo que él hacía. por mucho que ganase dinero jugando juegos o haciendo cosas aun más complejas en internet, seguía tratándose de algo que su familia no consideraba un trabajo real. " por eso estoy aquí..." habló en un tono de voz más bajito. no fue capaz de decirle a veera qué otras opciones le dio ella si no tomaba esto, y por qué no tuvo otra alternativa; por qué prefirió algo que le asustaba antes que lo demás. en el fondo quería a su mamá aunque fuese brusca con las palabras, y no quería manchar su imagen ante otras personas. la sensación del pulgar ajeno en su dorso lo sacó un poquito de sus pensamientos, y su mirada descendió a la mano que el otro todavía sostenía. la caricia se sintió tan cálida como extraña, y fue un gesto que le pareció desconocido. aun así no dijo nada, porque por muy desacostumbrado que estuviese, no le desagradó. " creo que sí..." ahí volvió a alzar la vista, pensativo. " supongo que me acostumbré a ustedes" afirmó. a fin de cuentas estaban conviviendo día a día. todavía no se sentía capaz de confiar lo suficiente, pero ya no estaba aterrado como el primer día. " quizás es cierto eso que dicen... los tiempos difíciles unen a las personas..." ¡y vaya que los vivieron! no ha podido olvidarse de lo mal que lo tuvieron en austria. la respuesta de veera lo hizo negar con la cabeza, porque no se refería a eso. avergonzado, bajo la mirada, inseguro de qué decir. " ¿debe haber personas con las que es más divertido conversar?" no se refería a la gente multimillonaria, sino... quién sabe, ¿a otros jugadores? " es que siento que te gusta hablar con la gente... conocerla " se sinceró. y él, bueno, él no era el más abierto. quizás solo echaba a correr la labia cuando hablaba de cosas que le entusiasmaban. de todos modos, la idea de estar jugando un papel le pareció divertido, sobretodo por como él lo planteó. parecía un juego de rol de esos que tanto le gustaban, cada uno con su propia función y un objetivo en mente, el jefe final que debían derrotar lo suficientemente cerca de ellos como para experimentar los nervios de esa partida definitiva. todo eso hizo que se llenase de una curiosa emoción. " no me gusta pausar..." admitió. ¡de hecho discutió eso mismo con jasper hace un momento! " pero..." ahí, parpadeó un poco. " de vez en cuando no está mal" tomarse un break del juego. desviarse un ratito del objetivo y hacer algo más antes de regresar. la idea lo llenó de una curiosa sensación de alivio. " bueno..." su mirada volvió al mayor cuando le dijo eso, y fue capaz de verle de frente ahora que la vista le dolía mucho menos. se encontró con verde y su rostro, y ese peinado que comenzaba a salirse de sitio, y eso lo distrajo lo suficiente como para tener que mover sus manos y tratar de peinárselo. fue inevitable.
" mmm... siempre pareces un protagonista cool " admitió, y esta vez si hubo una sonrisita pequeña en sus labios. " el otro día uno de una serie de romance. ahora el de una aventura" de esos que salvan a la gente con su amabilidad y no tienen problemas en hacer amigos nuevos. de esos que siempre tenían una frase llenadora para decir. los que se esforzaban mucho incluso si no eran tan buenos al principio. quizás eso fue lo que pensó cuando le fue conociendo. " ...hasta en lo despeinado" le molestó, entrecerrando los ojos y frunciendo el ceño porque no conseguía ordenar ese cabello aun. sus dedos se pasearon por las hebras, e intentó que el mechón le quedase liso de nuevo, con algo de dificultad. sus rodillas se flectaron y terminó ladeándose lo suficiente como para quedar sentado de lado ahora, encarando al otro. luego, cuando se dio cuenta de que estaba sonriendo y tocándole demasiado el pelo, sacó sus manos de golpe y las retrajo, tirando de su propia boina hacia abajo como si eso le pudiese ocultar el rostro. ¿no le hizo una cara rara al sonreír? ¿el otro la vio? ¿no lo espantó? sentía que no estaba acostumbrado. le dolían los músculos faciales. ¡siempre tenía la cara cubierta con la sudadera! nunca se tuvo que molestar en cuidar sus expresiones. pensar en eso lo avergonzó, y le coloró tanto las mejillas como las orejas. " yo creo que soy un npc..." admitió. no hacia mucho, solo existía allí. parecía lo más cómodo.
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ochoislas · 2 years ago
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En árboles de luz de la serena almunia la carne de las frutas suda gotas de oro, y la inmensa Bagdad dormijosa desmaya bajo el cielo asfixiante que el gran río azula.
Son las dos de la siesta. Al fondo de las salas frescas y silenciosas se sirve el almuerzo y el marino Simbad, bajo recios tapices, con gesto taciturno pasa la alcarraza.
Comen cordero asado y pasteles de almendra, dejan correr la vida, oyendo salpicar cubos que tira un negro allende el umbral blanco. Los que pasan, curiosos, a preguntar paran.
Es Simbad el marino que a almorzar convida, el prudente Simbad, de famosa opulencia, y al que todos escuchan con silencio atento. ¡Su bajel era hermoso surcando lejano!
Siempre oliendo a alcanfor y otras raras esencias. Su pelo perfumado, la aguileña nariz apuntando con sorna a su barba de lino: tiene el conocimiento y saber de las gentes.
Habla, y el sesgo sol lanza sobre Bagdad inmensa fogarada en que las palmas duermen, y, en prudente sosiego, oyen los convidados con gran circunspección los dichos de Simbad.
*
Dans le Verger où sont les arbres de lumière, La pulpe des fruits lourds pleure ses larmes d’or, Et l’immense Bagdad s’alanguit et s’endort Sous le ciel étouffant qui bleuit la rivière.
Il est deux heures. Les palais silencieux Ont des repas au fond des grandes salles froides Et Sindbad le marin, sous les tentures roides, Passe l’alcarazas d’un air sentencieux.
Mangeant l’agneau rôti, puis les pâtes d’amandes, Tous laissent fuir la vie en écoutant pleuvoir Les seaux d’eau qu’au seuil blanc jette un esclave noir. Les passants curieux lui posent des demandes.
C’est Sindbad le marin qui donne un grand repas C’est Sindbad, l’avisé marin dont l’opulence Est renommée et que l’on écoute en silence. Sa galère était belle et s’en allait là-bas !
Il sent très bon le camphre et les rares aromes. Sa tête est parfumée et son nez aquilin Tombe railleusement sur sa barbe de lin : Il a la connaissance et le savoir des hommes.
Il parle, et le soleil oblique sur Bagdad Jette une braise immense où s’endorment les palmes, Et les convives, tous judicieux et calmes, Écoutent gravement ce que leur dit Sindbad.
Francis Jammes
di-versión©ochoislas
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seisilere · 2 years ago
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Intro
A veces cuando navego en el estado de introspección siento que se ha borrado una etapa de mi vida. Soy consiente de todo lo que alguna vez me atormentó, todas las veces en que el desdén de haber nacido me incito a desaparecer. Sin embargo, todo ese caos interno se sosegó, dejando un profundo cráter en mi interior. Algo he perdido dentro de lo más profundo de mi ser y me ha dejado estéril de emociones, estoy en una circunspección total. No me limito, no exagero, solo respiro y vivo sin grandes fines. Los estímulos externos propios de una sociedad establecida poco hacen por mí. Pues la motivación que alguna vez me ilumino perdió su gracia y se transformó en un montón da palabras y aspiraciones vacías, carentes de reflejo.
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ruadasflores · 6 years ago
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Me bajo en Barcelona con los ojos apretaditos de no dormir
Hacían semanas yo pensaba en hacerlo, en punta, sin decir a nadie, con el corazón fijado en poner mala cara hasta que pudiera secretar a los playeros que la maestría de la vida en efecto guardan ellos. Lo que guardamos nosotros tiene otro nombre. La inaugural imagen a portarse como una niña de tobillos ágiles baja conmigo y la veo envuelta en un negro vestido de mariposas, y pisa en el mismo ritmo que yo, y mientras me quito el abrigo estira las manos como yo en la exacta misma danza pero dos pasos adelante y con los bracitos ya desnudos — me dijo que más reales son las personas que experimentan en tierra la misma claridad del espíritu que las crece con circunspección dentro de los aviones, interminable y hecha de sensaciones. Infantil y casi peligrosa.
El señor del hotel nos lleva sin necesidad hasta la puerta de número cuatrocientos tres y sin más ceremonias tira el pestillo para mostrarme el dormitorio en que yo me acostaré esta noche, la piel roja de rayos solares y las piernas hartas de caminar sin planos y el pecho mareado de seguir viviendo, y en pronto me mira asustada La Habitación De Hotel Más Pequeña Del Mundo. Contra mis costumbres yo reprimo a la risa. Leo a mi cuerpo en el espejo (no triunfante en hacer la habitación aparentar mayor que es en efecto) mientras Silencio baila adentro y cae de espaldas en la cama individual como quien juega a ser una pieza de madera, aunque lo hace con inevitable levedad y más parece una pieza de papel. Leo a mi cuerpo en el espejo y razono que tampoco soy yo la mujer más grande del mundo. No pasa nada, en cierto.
Catalunya me acuerda de Brasil en inmediato y me siento querida hasta los huesos, pero si tuviese que decirle algo jamás haría la insensibilidad de retratarla como algo que no Catalunya. Si tuviese que decirle algo escribiría grandiosas líneas con las más variadas vestimentas todavía a secar colgadas a ellas, todas afuera de las ventanas así como la Senyera y la Estelada. Plantas suspendidas y plantas erectas expandiéndose en medio a demandas valientes de Libertad e Independencia. Qué pasa ahora en estas calles es muy serio, yo explico a Silencio, que a su vez tiene en la cabeza solamente pensamientos de avión y hace poco a ninguno caso de los desdichados presos políticos. No es tan real la rebelión popular como el olor de pan y pescado cuando eres una niña de tobillos ágiles y mariposas en la ropa. [...]
#es
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margiralt · 2 years ago
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Tu cara, tu expresión de ansiedad de besarme. El cabello que te cae con ondas suaves…
Todo eso me seduce. Tu seriedad, y la circunspección con la que me invitas a tomar algo, así al pasar.
Lo más intimo puede ser lo más éxtimo.
El amor suele ser la cinta que une ambos extremos y mientras que el deseo hace el trabajo de mantener la distancia necesaria.
Yo te deseo.
Hace años te deseo.
Sin saberlo, como se desea todo en esta vida.
Con renuncias momentáneas, y nuevas arremetidas.
Con esa ingenuidad que pareciera ser pureza y simplemente es cobardía.
El deseo nos compromete tanto…
Verte y saludarte de lejos es sencillo. Y casi una tortura, pero una tortura sobrellevable.
La felicidad está a la vuelta de la esquina. Pero nosotros nos quedamos de este lado, mirando la plaza y pasar la vida.
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carloskaplan · 3 years ago
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Luis Paret: 'Circunspección de Dióxenes' (1780)
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tararira2020 · 3 years ago
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| Rara |
La muerte de la polilla
Virginia Woolf
No es apropiado llamar polillas a las polillas que vuelan de día; no suscitan esa placentera sensación de noches oscuras de otoño y brotes de hiedra que la más común Noctua Pronuba dormida en la penumbra de la cortina siempre despierta en nosotros. Son criaturas híbridas, ni alegres como las mariposas ni sombrías como su propia especie. No obstante, el espécimen al que aludo, con sus alas angostas color heno, ornadas con una borla del mismo color, parecía estar contento con la vida. Era una mañana agradable de mediados de septiembre, templada, benigna y sin embargo con una brisa más insidiosa que la de los meses estivales.
El arado ya marcaba los campos que se veían por la ventana, y allí donde había pasado la reja la tierra estaba aplanada y reluciente de humedad. Era tal la energía que llegaba de los campos y las cuestas lejanas, que era difícil mantener los ojos estrictamente clavados sobre el libro. Las cornejas también celebraban una de sus festividades anuales; sobrevolaban en círculos las copas de los árboles hasta dar la impresión de componer una vasta red con millares de nudos negros que había sido arrojada al aire y que, después de unos instantes, descendía lentamente sobre los árboles hasta que cada rama parecía tener un nudo en la punta. Luego, de improviso, la red volvía a ser arrojada al aire, esta vez formando un círculo más amplio, entre el clamor y la vocinglería más extremos, como si fuera lanzada al aire y descender despacio sobre las copas de los árboles fuera una experiencia tremendamente excitante.
La misma energía que inspiraba a las cornejas, a los labradores, a los caballos e incluso, parecía, a las cuesta yermas y desnudas, impulsaba a revolotear a la polilla de un lado al otro de su cuadrado de vidrio de la ventana. Era inevitable observarla. Por cierto, al hacerlo se tomaba conciencia de una rara sensación de piedad hacia ella. Esa mañana las posibilidades de placer parecían tan inmensas y tan variadas que desempeñar solo la parte de una polilla en la vida —y, por si fuera poco, la de una polilla diurna—parecía un duro destino, y el fervor del insecto por disfrutar al máximo sus magras oportunidades resultaba conmovedor.
Voló vigorosamente hacia un rincón de su compartimiento y, después de esperar allí un segundo, cruzó volando al otro. ¿Qué le quedará, excepto volar a un tercer rincón y luego un cuarto? Eso era todo lo que podía hacer, a pesar del tamaño de los cerros, de la vastedad del cielo, del humo lejano de las casas y de la romántica voz, de tanto en tanto, de algún vapor en altamar. Hacía lo que podía. Observándola, parecía que habían metido una fibra, muy delgada pero pura, de la enorme energía del mundo en su cuerpo frágil y diminuto. Cada vez que cruzaba el vidrio, yo imaginaba que un filamento de luz vital se volvía visible. No era ni más ni menos que la vida. No obstante, como era tan pequeña, y una forma tan simple de la energía que entraba por la ventana abierta y se abría paso a través de los numerosos corredores estrechos e intrincados de mi propio cerebro y de los de otros seres humanos había algo a la vez maravilloso y patético en ella. Era como si alguien hubiera tomado una partícula de vida pura y la hubiera adornado lo más levemente posible con plumón y plumas, y la hubiera puesto a danzar y zigzaguear para mostrarnos la verdadera naturaleza de la vida. Manifestada de ese modo, no podremos pasar por alto su extrañeza. Somos hábiles para olvidarlo todo sobre la vida cuando la vemos encorvada y engalanada y ataviada y entorpecida de tal modo que debe moverse con la alcaldesa circunspección y dignidad. Una vez más, la idea de todo lo que podría haber sido su vida si la polilla hubiera nacido bajo otra forma hizo que contemplamos sus simples actividades con una suerte de piedad.
Después de un rato, aparentemente cansada de su danza, se posó en el borde de la ventana, al sol; y una vez finalizado aquel raro espectáculo, me olvidé de ella.
Luego, cuando levanté la vista, volvió a cautivar mis ojos. Intentaba retomar su danza, pero parecía tan rígida —o tan torpe— que solo podía revolotear en la parte inferior del panel de vidrio, y cuando trataron de cruzarlo volando, no podía. Dado que estaba concentrada en otros asuntos, observé durante un rato aquellos intentos inútiles sin pensar, esperando inconscientemente que retomara su vuelo, como esperamos que una máquina que se ha detenido momentáneamente retome su actividad sin considerar las razones por las que falla. Después de quizás el séptimo intento resbaló por el borde de madera y cayo, agitando las alas, de espaldas sobre el alfeizar de la ventana. La indefensión de su actitud hizo que me despabilara. De pronto comprendí que estaba en dificultades; ya no podía levantarse sola; sus patas luchaban en vano. Pero cuando le acerqué un lápiz con el propósito de ayudarla a enderezarse, comprendí que el fracaso y la torpeza eran la cercanía de la muerte. Bajé el lápiz. Las patas se agitaron una vez más. Miré a mi alrededor como buscando al enemigo contra el cual peleaba. Miré hacia afuera. ¿Qué había ocurrido? aparentemente ya era mediodía y el trabajo en los campos había cesado. La quietud y el silencio habían reemplazado la animación anterior. Los pájaros habían ido a buscar comida en los arroyos. Los caballos permanecían inmóviles. Sin embargo, el poder seguía acumulado allí afuera, indiferente, impersonal, sin atender nada en particular. En cierto modo era lo opuesto a la pequeña polilla color heno. Era inútil intentar hacer algo.
Solo podrían observarse los extraordinarios esfuerzos que hacían aquellas pequeñas patas contra una condena que se avecinaba y que, de haberlo querido, podría haber sumergido una ciudad entera, y no solo una ciudad sino también masas de seres humanos; que yo supiera, nada tenía ninguna oportunidad contra la muerte. No obstante, después de una pausa exhausta, las patas volvieron a agitarse. Esta última protesta fue soberbia, y tan frenética que al fin consiguió enderezarse. Nuestras simpatías, por supuesto, estaban a favor de la vida. También, puesto que no había nadie a quien le importara o que lo supiera, aquel esfuerzo gigantesco de una pequeña polilla insignificante contra un poder de tamaña magnitud por retener algo que nadie más valoraba o deseaba conservar resultaba extrañamente conmovedor. Una vez más, de algún modo, se vio la vida: una partícula pura. Volví a levantar el lápiz, aun sabiendo que sería inútil. Pero, mientras lo hacía, las inconfundibles señales de la muerte hicieron su aparición. el cuerpo se aflojo y de inmediato se puso rígido. La batalla había terminado. La pequeña criatura insignificante ahora conocía la muerte. Mientras miraba la polilla muerta, aquel triunfo instantáneo de una fuerza tan grande sobre un antagonista ínfimo me llenó de asombro. Así como la vida había sido extraña unos minutos atrás, la muerte era ahora igualmente extraña. Como había logrado enderezarse, la polilla yacía más decente e impecablemente compuesta. Sí, sí, parecía decir, la muerte es más fuerte que yo.
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el-jujeniodeletras · 5 years ago
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Y entonces sobrevendrá el silencio, primero de uno, luego del otro, y por último de ambos, y ese silencio compacto, ese mutismo a dos voces, esa tregua no concertada, bueno, ésa es la verdadera soledad, porque todo queda adentro y se enquista, y la memoria hace y deshace ovillo tras ovillo, y en la caverna de uno mismo no hay cautela ni circunspección ni reticencia, los reproches se superponen con la melancolía...
Mario Benedetti. Andamios.
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veerasm · 9 months ago
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la confirmación indirecta que espera para terminar con su trabajo es un... color que no le lleva a ninguna conclusión. verde. verde. verde. ¿qué debería asumir de él? la pregunta no es transmitida por sus cuerdas vocales sino por el pequeño nudo que se forma entre ceja y ceja, cuando ladea el rostro y deja que la circunspección hable por él. ' ¿qué es...? ' siente aquello como la pieza de un rompecabezas que no calza en ningún espacio, pero que realmente no tarda en dejar atrás, ni siquiera porque deja los restos de una duda flotando en el aire. lo que sí quería escuchar no tarda en llegar para tironear de sus comisuras en una sonrisa más bien tímida. ' qué bueno que no te molesta. no quisiera hacer incómodo a un compañero... ' es decir, la simple concepción sonaba como si fuera completamente en contra de las reglas de la construcción de los equipos. ' aunque si llegara a pasar algún día, supongo que no tengo que decirte que puedes hablar conmigo de ello. ' con una alegría renovada vuelve a acercar el pincel a la punta de la nariz. lo que quiere decir ni siquiera queda oculto entre líneas: el contrario parecía el tipo de persona franca que no se reservaría muchas opiniones. ' sí, sí, ya casi, ' rezonga suavecito pero divertido. mientras deja los últimos toques de perfeccionista, termina de responder: ' no le tengo miedo a fallar o a equivocarme... aún si esto no es lo que esperaba, habrá sido una experiencia emocionante, nueva, fructífera. algo podré sacar de ella. ' de hecho, cree fielmente en la corazonada que le empujaba a seguir ese camino. pero porque suelen cuestionárselo y tildarlo de inmaduro, prefiere reservárselo. al terminar deja los instrumentos de pintura a un costado. abanica aire por delante del rostro ajeno, intentando secar inútilmente la pintura fresca adornándole la piel. finalmente, levanta el espejo que acomoda por delante, mismo que sólo desciende para asomar los ojos para comprobar su reacción. ' ¿qué tal? ahora eres un lindo panda. irá a juego con tus orejas. ' aún si la sonrisa queda oculta por el espejo, los ojos se le achican. ' ¿qué puntuación me darás por esta obra de arte? '
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" ¿eh? " la seguridad del otro lo hizo dudar y llevar las manos hasta la capucha, estirando un poco las orejas de esta. no se sienten como las de un oso, pensó, pero no se lo dijo. " no sé" reconoció, " leí en foros de internet que era misógino y un infiel " pero supuso que para la gente común, esa que no navegaba tan en lo profundo de la internet como él, aquella información era desconocida. sin detenerse a comprobar si su compañero de equipo le estaba escuchando o no, intentó reacomodarse un poco más en el asiento, apoyando las manos sobre este mientras negó con uno de sus dedos. cerrando los ojos, inclinó su rostro un poquito más hacia adelante, porque estirar demasiado el cuello comenzaba a doler. " no se me da bien el arte" cuando aun iba a la escuela y todavía no abandonaba los estudios, fue la asignatura que más se le dificultó. " mh... quizás solo un poco de photoshop " para falsificar cosas aquí y allí, omitió, " pero no es lo mismo " y sin inmutarse demasiado, cuando abrió los ojos y lo vio alejarse, asumió que quizás ya había terminado... pero aparentemente no fue el caso. la respuesta a su pregunta lo mantuvo en silencio, solo limitándose a escucharle, siguiendo el ritmo de sus palabras cargadas de sinceridad y sencillez. la paleta de tonos cambió y se transmitió hacia sí con un nuevo color en la voz opuesta que no reconocía de entre los otros, y ahí, su mirada siguió el rastro que dejó entremedio, que tomaba forma y luego se desvanecía hasta hacerse transparente. " verde " pronunció en voz alta, sin darse cuenta. había visto verdes antes, pero este era distinto; más limpio y claro, como un bosque. qué bonito. " ya..." su explicación sonaba tan simple que no supo como tomárselo. " ¿y no te da miedo? " su mirada descendió, mirando la pintura negra. " que no sea lo que esperabas " pero su voz era baja lo suficiente como para no estar seguro de qué tanto el otro escuchó. fue como un murmullo que se deslizó fugaz y se evaporó en el aire. cuando es él quien recibió una cuestión, sus ojos volvieron a elevarse, y ahí, negó con la cabeza. " ...no es eso" al menos no en un sentido negativo. su mano se alzó para restarle importancia, como si el gesto pudiese darle énfasis a su negativa, y allí dudó por unos segundos, sin saber como ponerlo en palabras. " es más como que... no estoy acostumbrado a la gente así " contrario a su propia introversión, el otro parecía el tipo de persona que podía llevarse bien con cualquiera, que atraía la atención y se sabía desenvolver y adaptar bien con los demás. no parecía causar incomodidad ni tampoco recelo. " pero... no me molesta" con esa sonrisa radiante y esa energía que parecía desbordarse, era la clase de sujeto que el mundo aceptaría sin dudarlo. seguro le caía bien a muchos. qué envidia. " ¿no vas a terminar...?" preguntó, cuando el otro todavía no acercaba el pincel a su cara, apuntándose a sí mismo. " si me dejas así, pareceré un fan de música emo" soltó, quitándole la seriedad.
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