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Congreso internacional «Entre dos aguas: poesía y realidad»:
¿Poesía y cómic? Poesía en formato cómic, liricómic, poetry cómic… no importa cómo lo llamen, lo que sí es cierto es que las dos expresiones se combinan y complementan, y por eso vamos a disfrutar de este taller gratuito contigo. Congreso internacional «Entre dos aguas: poesía y realidad»: Biblioteca María Moliner, Facultad de Filosofía y Letras, Universidad de Zaragoza los días 4 y 5 de mayo…
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#alfredo saldaña#biblioteca maría moliner#cómic#Congreso internacional «Entre dos aguas: poesía y realidad»:#filosofía y letras#JOSEMA CARRASCO#Marta Martínez#nacho escuín#POESÍA#Taller de ilustración y cómic#universidad de zaragoza
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Carta Local podcast: abril | FEMP
Ya está disponible el último número de Carta Local. En esta nueva edición, el podcast de la Federación reconoce la labor de las bibliotecas municipales. Porque “las bibliotecas no sólo son almacenes de libros, son centros de amor a la cultura y a la difusión de la cultura”, así lo aseguró el Ministro de Cultura y Deporte, Miquel Iceta, en la entrega de los Premios María Moliner. Así lo reflejan…
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Moliner, María. Diccionario de uso del español. Reimpreso por Gredos en 1984. Dos tomos.
El prestigio de este célebre diccionario podría resumirse en términos de su tamaño, si se acoge tanto el sentido de su notable extensión como el de su dimensión histórica. Lo escribió una mujer nacida con el siglo pasado, la bibliotecaria, historiadora, filósofa, filóloga y por supuesto también lexicógrafa María Moliner, quien pasó quince años trabajando en la primera edición, publicada en 1967, y el resto de su vida revisando fichas y creando nuevas entradas (“metros de palabras” hasta el final de sus días, diría Gabo, uno de sus muchos admiradores). Varios aspectos resultan innovadores en su composición: la organización no alfabética de las entradas sino la agrupación lógica de los conceptos, a la manera de un tesauro, y a la cual subyace toda una comprensión filosófica de la lengua, tal como puede verse en el estudio profundo que sirve de presentación a la obra, que postula sus propios conceptos, como el de 'cono léxico', para dar fundamento a la estructura de la misma; el no ofrecer definiciones tautológicas ni autoreferenciales, a diferencia de las que abundan en el diccionario de la rae; de hecho, más que definiciones, ofrece un repertorio que alumbra de modo exhaustivo los modos de decir y los regímenes en el español vivo que la autora conoció en su natal España hasta el año de 1981. De manera que, siendo un diccionario de uso, se dirige sobre todo a aprendices de la lengua española, pero es también un diccionario para escritores, según lo dijo María Moliner misma y se constata al consultrarlo. En otras palabras, esta obra constituye un ambicioso y disciplinado compendio de usos para la mirada estudiosa de la lengua. La última reimpresión que contó con su aprobación es la nuestra; luego de su muerte, Gredos comenzaría a intervenir el diccionario a partir de las reediciones publicadas desde 1998 y hoy circula en las librerías una muy costosa versión que es ajena a la obra emprendida con tamaño juicio por esta aragonesa única.
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María Moliner ❤️📚 #repost @casalector "La educación es la base del progreso; considero que leer es un derecho incluso espiritual" #TalDíaComoHoy en 1900 nace #MaríaMoliner, #bibliotecaria, #filóloga y #lexicógrafa española, autora del #Diccionario de uso del español. #FGSR #libros #bibliotecas Il. @FVicente_Illust https://www.instagram.com/p/CNCM_7jhZ04/?igshid=1hang68nzg921
#repost#taldíacomohoy#maríamoliner#bibliotecaria#filóloga#lexicógrafa#diccionario#fgsr#libros#bibliotecas
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El 'bautizo' de la Biblioteca María Moliner abre en Barrio Archilla-Cañada Sebastiana la XVIII Antorcha de las Letras
El ‘bautizo’ de la Biblioteca María Moliner abre en Barrio Archilla-Cañada Sebastiana la XVIII Antorcha de las Letras
La decimoctava edición de Antorcha de las Letras, el programa de formento a la lectura que como es habitual se pone en marcha en Vícar, con motivo del Día Internacional del Libro, se ha abierto por vez primera en Barrio Anchilla-Cañada Sebastiana con el ‘bautizo’ de su biblioteca con el nombre de María Moliner, la bibliotecaria, filóloga y lexicógrafa española autora del Diccionario de uso al…
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Noticia > La Biblioteca Municipal María Moliner acogerá de nuevo el 'Aula de Conversa en Valencià Antoni Almunia' - Diario de la Vega http://dlvr.it/SXgWFr < biblioteca
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María Moliner trabajaba también en casa.. "El hecho es que se aíslaba y se aíslaba para trabajar con una intensidad tremenda. Una labor diaria e individual. Mi madre sacaba tiempo antes de ir a la biblioteca de la Escuela de Ingenieros Industriales de Madrid. Madrugaba, trabajaba y luego siempre había que quitar las cosas de la mesa para poder desayunar". https://www.instagram.com/p/CKVMF4NHwaV/?igshid=6a3ugju9yd4a
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Con un lápiz y una cuartilla empecé a esbozar el diccionario….”. Con la sencillez y humildad de quien describe una tarea rutinaria y nimia, María Moliner relata el origen de su diccionario. Con las palabras escogidas, optó por no mencionar su inteligencia, sus conocimientos, su capacidad de trabajo y de entrega, su amor por los vocablos, su valía. Porque un lápiz y una cuartilla no crean un almacén de significados, un semillero de libros.
Con un lapicero y una cuartilla de inicio, y con una vieja Olivetti Pluma 22 durante gran parte de los 15 años de labor solitaria, María Moliner, encasillada habitualmente como bibliotecaria, creó el Diccionario de uso del español (DUE) (editado por Gredos, ahora RBA, cuya tercera edición fue publicada en 2007), sin duda uno de los más consultados en castellano. Toda una referencia que mejoró la propuesta que tenía entonces la Real Academia Española (RAE), más hermética, compleja y, en ocasiones, hasta inútil. Moliner, mucho más que una compiladora de palabras, una lexicógrafa, lo exprimió y manoseó para lograr una obra de una gran utilidad y pertinencia, a la que casi todo el mundo aplaudió menos la RAE, que no permitió que la zaragozana fuera la primera académica de la lengua.
“Es un diccionario que partió de cero, lo redactó desde la base. María Moliner tenía claro que lo que quería hacer era un diccionario de las palabras que de verdad se usaban en español. Su voluntad era hacer un diccionario de nueva planta, moderno y diferente”, explica a este medio la investigadora del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) Pilar García Mouton.
“Implicaba una ruptura, una refundación del oficial realizada desde la individualidad y la soledad de una única investigadora. Era una obra de creación literaria y a la vez un compendio de filología”, escribe por su parte la periodista Inmaculada de la Fuente, en la biografía El exilio interior. La vida de María Moliner.
La transgresión de la obra también venía por ser mujer, en una época en la que los roles de género estaban remarcados por la franquista Sección Femenina. Y, como recuerda De la Fuente, otra osadía era recoger el habla del pueblo y fundamentarla, “lo que la convertía en una pionera y en una lexicógrafa brillante”.
No es honesto resumir una obra colosal y milimétrica en unos pocos párrafos, ni tampoco su trayectoria como definidora de conceptos e ilustradora de acepciones. Aunque ella no se diera importancia. O tal vez, desde una reflexión feminista, vivía el síndrome de la impostora. Así definía su trabajo: “Mi biografía es muy escueta, en cuanto que mi único mérito es el Diccionario”, dijo cuando se presentó su candidatura a la Academia. “El Diccionario era ella. Pero ella era mucho más que el Diccionario”, sentencia De la Fuente. Ha sido hace pocos años cuando, por ejemplo, se ha alumbrado su aporte al estudio del aragonés: María Pilar Benítez Marco publicó en 2010 el libro María Moliner y las primeras estudiosas del aragonés y del catalán de Aragón, donde se subraya que fue secretaria redactora del Estudio de Filología de Aragón (EFA), lo que le permitió formarse como lexicógrafa y colaborar en la redacción del diccionario de la EFA. Fomento de la lectura
Moliner vivió una infancia y una juventud complejas, tras el abandono de su padre, un ginecólogo que trabajaba en barcos transatlánticos y que nunca regresó de uno de sus viajes. A pesar de que pospuso sus estudios para ayudar económicamente a la familia, estuvo vinculada a la Institución Libre de Enseñanza y logró ir a la universidad para estudiar Filosofía y Letras, en la especialidad de Historia. Fue la sexta mujer, y la más joven, en lograr plaza en el Cuerpo Facultativo de Archiveros, Bibliotecarios y Arqueólogos. Un trabajo que la llevó a Simancas (Valladolid) y a Murcia, donde fue de nuevo pionera: logró un puesto en la Universidad y con ella “ingresaba el elemento femenino por primera vez”, recoge un acta de 1924 citado en su biografía. Ya en Valencia, durante la República y la Guerra Civil, formó parte de las Misiones Pedagógicas y se dedicó a poner en pie bibliotecas, a repartir libros y a fomentar la lectura, sobre todo en entornos rurales y empobrecidos. “El perfil profesional de Moliner se agiganta en esta década. Por una parte, su condición de archivera; por otra, su dimensión pedagógica y social, germen de una tercera actividad que eclipsará con el tiempo a las anteriores: su compromiso con el fomento de la lectura y la renovación cultural”, escribe De la Fuente. Con la instauración de la dictadura fue depurada por su trabajo, es decir, se eliminaron todos sus méritos y carrera profesional.
El ostracismo no la frenó: “Frente a aquella indigencia moral, su mente se rebeló”, anota la biógrafa. Como respuesta al castigo franquista, Moliner escribió un diccionario. Casi nada. “Es una obra que nace del aislamiento, de la represión y de la negación de lo que había sido; una obra que surge en medio de la dictadura y de la mediocre vida intelectual de la década de 1950”, añade la periodista. Describir las palabras y los usos de las mismas fue su estrategia para que la dictadura no borrara su identidad, ya perenne. Sin cuarto propio
Inmaculada de la Fuente, quien escribió las 368 páginas de su biografía, explica a Pikara Magazine lo que más le sorprendió del estudio detallado de Moliner: “Que lograra en 15 años hacer un diccionario tan completo y con tantos matices, que crea vínculos entre palabras afines y que ofrece tratados de gramática”. Y lo hizo sin cuarto propio, la mesa del comedor fue durante un tiempo su lugar de trabajo, aunque luego toda la casa quedó inundada por sus fichas.
En 1966 se publicó el primer tomo del Diccionario de uso del español; el segundo, un año después, a pesar de que en un diccionario nunca se puede dejar de trabajar, como dijo la propia Moliner mucho después, porque la viveza de la lengua y de sus usos obliga a un reciclaje y a una revisión continua.
La lexicógrafa, que por aquel entonces trabajaba como bibliotecaria de la Escuela Oficial de Ingenieros Industriales, redefinió palabras, aportó vitalidad y claridad a las acepciones, quitó tufos reaccionarios y machistas, incluyó algunos conceptos mucho antes que el diccionario de la RAE y también eliminó las dobles letras, como la “ch” y la “ll”, anticipándose a la Academia.
“Más que un mundo de palabras es una interpretación del mundo a través del idioma”, escribe De la Fuente, quien recuerda que era difícil que la censura entrara a buscar ideología en una investigación filológica. Y por supuesto que la hay, porque nombrar las cosas de un modo u otro implica una posición. Por ejemplo, según recoge en un artículo García Mouton, desde 1936 hasta 1992 la Academia definió “hazaña” como “faena casera habitual y propia de la mujer”, mientras que Moliner la definía como “faena, trabajo casero”.
Aunque contó con alguna colaboración, la labor de María Moliner fue personal, artesanal, brillante, ingente, innovadora, prolija, minuciosa, ciclópea, decisiva, popular… Los adjetivos pueden ser numerosos porque decantarse por uno sería cometer un expolio: ¿cómo calificar con una palabra a la creadora de un diccionario? Vicky Calavia, autora del documental María Moliner. Tendiendo palabras, subraya “heroicidad”. La riqueza y versatilidad del DUE causó asombro no solo en los círculos académicos, sino en la universidad y en los medios de comunicación. Para las mujeres cultas y universitarias fue, además, un acontecimiento que removió sueños y deseos olvidados. A la admiración que sintieron por la obra de Moliner habría que añadir el factor generacional y emocional. (…) En un país en que las mujeres eran tratadas como menores de edad, María Moliner se había saltado con su tesón todas las barreras reales e imaginables impuestas por la dictadura”, recoge su biografía. “Asco de misoginia y putrefacción”
La aristócrata Isidra de Guzmán de la Cerda fue nombrada en 1784, por imposición real, la primera académica de la lengua. Gertrudis Gómez de Avellaneda intentó en 1853 ingresar en la RAE, pero los académicos de entonces se opusieron, como medida general, a que entraran mujeres. Sin matices. Emilia Pardo Bazán también lo procuró en tres ocasiones, pero el pacto misógino estuvo vigente demasiados años, dejando fuera de la institución a María Moliner. Camilo José Cela votó en contra de su ingreso porque, escribió por carta, “es mejor producirla en tiempos de menos barullo”. Como reflexiona Inmaculada de la Fuente, a la lexicógrafa no se la presentaba por ser mujer, sino por ser autora del DUE, pero por ser mujer (o por no ser hombre) no se le permitió entrar. Y todo ello, a pesar de que los académicos usaban “el Moliner” para resolver sus dudas.
Carmen Conde, poeta, dramaturga y ensayista, escribió en su agenda personal que la RAE es “un asco de misoginia y putrefacción” el día que la Academia rechazó la entrada su amiga Moliner. Justicia poética tal vez, Conde fue la primera académica en 1979.
María Moliner nació en Paniza, Zaragoza, en 1900. Y falleció en Madrid, en 1981. “Me resultó tremendo conocer la paradoja de cómo acaban sus días: una persona que lo había dado todo por la lengua perdió la memoria, no se sabía el nombre de las cosas”, comparte por teléfono Calavia. El alzhéimer llegó a la vida Moliner para borrar definiciones y significados. Nos queda su diccionario.
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Vídeo: Pioneras de las letras en España
Aprovechando que el domingo es el 8M hemos creado un vídeo recordando a algunas de las pioneras del mundo de las letras en España, desde ensayistas a impresoras pasando por escritoras. No están todas, por supuesto, solo una muestra. Hemos optado, en este caso, por seleccionar algunos nombres que no son los habituales.
Si queréis saber más sobre ellas, aquí os dejamos unos recursos:
Egeria
Poco se sabe de Egeria, aunque existen varias ediciones del texto que escribió en el siglo IV (nosotras tenemos Exeria. Viaxe a Terra Santa, publicada en los 90 por Xerais). Egeria era una mujer de la Gallaecia, la región romana que más o menos es ahora Galicia, y viajó en 381 y 384 a Jerusalén. De su viaje dejó una serie de anotaciones (en latín, claro), una suerte de libro de viaje.
Puellae doctae
Varias mujeres fueron eruditas en la España del Renacimiento, tanto que algunas llegaron a ser profesoras universitarias. Beatriz Galindo o Luisa Sigea son dos ejemplos. Más sobre su historia.
Beatriz Bernal
Otra mujer de la que se sabe muy poco, salvo que era escritora con voluntad profesional. Esto es, escribía con plena consciencia de ser autora. Publicó Cristalián de España, una novela de caballerías en el siglo XVI. Cuando falleció, su hija volvió a solicitar permiso de publicación, lo que demuestra que la novela generaba ingresos. Existe una tesis doctoral sobre ella.
Brígida Maldonado
En la historia de la impresión y la revolución que la imprenta generó en el mundo del libro y la lectura también estaban presentes las mujeres. La Biblioteca Nacional le dedicó una guía que recuerda sus historias y sus trayectorias, visibilizándolas. Nos quedamos con Brígida Maldonado como muestra porque fue la responsable de la imprenta Cromberger, la más importante de Sevilla en el XVI. Maldonado se hizo cargo de la imprenta tras la muerte de su marido. Los años de mayor prosperidad de la imprenta fueron, explican, aquellos en los ella estuvo al frente.
Francisca de Aculodi
Otra mujer de la que sabemos muy poco, pero es la pionera – con nombre conocido – de la prensa en España. Era editora de periódicos entre 1687 y 1689, lo que hace que deba ser considera la pionera global y no solo en España (aunque habitualmente se indica a una británica en esta posición). Asumió el control de la imprenta de su marido tras su muerte y lanzó su propia revista de noticias en San Sebastián.
Josefa Amar y Borbón
Una de las mujeres ilustradas y uno de los nombres del protofeminismo en España. Escribó un Discurso en defensa del talento de las mujeres y de su aptitud para el gobierno y otros cargos en que se emplean los hombres, que se puede leer aquí. Fue también traductora.
Inés de Joyes
Otra ilustrada protofeminista. Además de traducciones, dejó una proclama por los derechos de la mujer. Hablábamos de ella hace unos años en este artículo.
Magda Donato
¿Metemos a Magda Donato en todos nuestros listados? Es posible, pero es que creemos que deberíais leerla (aquí varias razones) y que debería ser más conocida. Magda Donato fue una de las grandes periodistas de las primeras décadas del siglo XX, escribiendo crónicas y lo que ella llamaba reportajes vividos. Básicamente, Donato vivía la noticia, era una periodista infiltrada. Sus crónicas, que fueron publicadas por Renacimiento hace unos años, son todavía textos que se disfruta leyendo.
María Moliner
Antes de la Guerra Civil, Moliner fue una de las grandes pioneras del cuerpo de bibliotecarias del estado, haciendo grandes cosas. Después, fue purgada por el régimen franquista. Moliner se centró en los años 50 en escribir un diccionario de la lengua. Trabajó a mano, sola y desde su casa y creó un diccionario muy popular. Una biografía recuperaba hace unos años su historia (y es fácil encontrar muchos reportajes sobre su recorrido, aquí uno).
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María Moliner, nuestra señora de las palabras
Una mujer menuda que trabajaba en la biblioteca de la Escuela Técnica Superior de Ingenieros Industriales de Madrid, una señora de aspecto inofensivo que, sentada un día en su casa a sus cincuenta años, decidió escribir un diccionario. Su tarea, que escogió como solo se escoge un amor o un apostolado, duró quince años desde el momento de la decisión y la primera ficha de la primera palabra hasta la publicación del primer tomo del Diccionario de uso del español en 1966.
etiquetas: maría moliner, diccionario
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El jueves 19 de diciembre a las 12:30 en la Biblioteca María Moliner hablaremos de Clásicos Ilustrados #clasicosilustrados #fernandovicente (en Maria Moliner, biblioteca) https://www.instagram.com/p/B6LxBTbKSDz/?igshid=o651f1qzfwgr
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Zacatecas, Zac.- En su gira de trabajo por el extranjero, el alcalde capitalino Ulises Mejía Haro concretó este sábado el hermanamiento oficial con la ciudad de Orihuela España, que desde hoy está unida a Zacatecas para generar mejores condiciones económicas, turísticas y culturales de ambas ciudades.
El solemne acto tuvo lugar en el claustro de la Biblioteca Municipal “María Moliner”, donde el alcalde de Orihuela, Emilio Bascuñana Galiano, y el alcalde Zacatecas, Ulises Mejía Haro, firmaron el documento oficial de hermanamiento cuyo proceso comenzó desde septiembre del 2018.
En su mensaje, el primer edil de Zacatecas expresó que a partir de ahora, ambas ciudades inician “una nueva etapa de vinculación y cooperación internacional para fortalecer el desarrollo mutuo”.
Asimismo, destacó que “para Zacatecas es un honor este hermanamiento que firmamos con Orihuela, el primero de esta provincia de Alicante, España, porque a través de la cultura demostramos el valor de ser zacatecanos, habitantes de una ciudad Patrimonio Mundial llena de riquezas que se fortalecen con la cooperación internacional”.
En este sentido, agradeció la anfitrionía de las autoridades de Orihuela, así como las facilidades para que este hermanamiento pudiera llegar a buen puerto, “gracias a todos quienes de alguna manera han contribuido a este hecho histórico que hermanará a dos ciudades tan importantes”.
Dicho evento también contó con la presencia de la Excelentísima Roberta Lajous Vargas, Embajadora de México ante el Reino de España y el Principado de Andorra.
En su intervención, el alcalde Emilio Bascuñana expresó que este hermanamiento “es un gran instrumento de oportunidades que nos permitirá construir puentes para facilitar un intercambio cultural, comercial, turístico, educativo, de conocimiento y talento”.
Agregó además que “Orihuela siempre tendrá las puertas abiertas a nuestros hermanos zacatecanos”, al tiempo que compartió su deseo de que ambas ciudades hermanadas “hagamos que este acuerdo prospere pronto y repercuta en Orihuela y Zacatecas para su pleno desarrollo y puesta en valor, en el ámbito internacional de las relaciones institucionales”.
Este hermanamiento permitirá enriquecer actividades y programas de intercambio académico, promoción comercial y turística, así como pasantías técnicas para que los estudiantes puedan realizar prácticas profesionales en Orihuela y viceversa.
Orihuela y Zacatecas se hermanan was originally published on Periódico Mirador
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Noticia > La Biblioteca de Salteras recibe el premio María Moliner y destinará su cuantía a incrementar los fondos literarios - Aljarafe y más logo http://dlvr.it/SXbpx7 < biblioteca
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Maria Sagués
María Sagués Molins compra Bellesguard el 12 de junio de 1900.
Por Esteban Galindo.
Es cierto que en muchos artículos anteriores hemos afirmado que la Torre Bellesguard ha tenido una fuerte personalidad durante toda su historia y que por ello ha mantenido su nombre. Hay que tener presente que normalmente el apellido del propietario quedaba adscrito a la vivienda, encontrando una hilera de topónimos por una misma construcción.
Este aspecto no pasó con la torre de Martín el Humano, pero sí con la casa homónima que erigió Antoni Gaudí. Desde su construcción, en 1900, hasta el año 1944, momento de la compra por parte de la familia Guilera, en varios documentos se hace mención de Bellesguard como la torre Figueras. ¿Quién era esta familia?
Los Figueras son un ejemplo del ascenso social de la burguesía que se da a finales del siglo XVIII. De campesinos de la ciudad de Piera a convertirse en industriales del sector de la alimentación y comerciantes textiles en Barcelona. Fue el 12 de junio de 1900, cuando María Sagués y Molins, viuda de Jaume Figueras y Barullo, compró la finca de Bellesguard por 65 mil pesetas al obispo de Astorga, Juan Bautista Grau. Ambos, Jaime Figueras y el obispo Grau eran amigos de Antoni Gaudí.
De lo que explica un descendiente de esta familia, José María Figueras y Bas, en su libro “La familia Figueras”. “Los señores de Bellesguard”, destacaría varios apuntes. Uno de ellos sería el momento de la obra. Explica el autor que los planos originales se modificaron constantemente y el precio inicial varió hasta triplicarse.
Otro, hace referencia a los jardines. Explica que, debido a la afición de Maria Sagués por la miel mielada y confituras, el colono, Pere Ballart y Ventura, ajardinó el terreno con árboles frutales, además de otros como castaños de las indias, sauces, adelfas, laureles, tilos y palmeras.
A la muerte de María Sagués, la torre Figueras se dividió entre sus tres hijos. El terreno y la casa Bellesguard se adjudicó a Joan Figueras y Sagués. Otro dato destacable del descendiente de los Figueras es el que indica que en 1929, Bellesguard pasa como prenda de una deuda a Francisco Soler Smith, quien había prestado cien mil pesetas a los Figueras sobre Bellesguard.
Una vegada adquirida per subhasta pel Sr. Soler, aquest se’n va portar els mobles de la casa, fets per Gaudí, a la seva torre de Can Pahissa a Vilanova i la Geltrú. Una mostra d’aquests mobles la podem veure en una imatge recollida en una placa de vidre estereoscòpica, conservada a la Biblioteca de Catalunya, feta per Josep Salvany i Blanch, allà pel 1910. Veiem dues cadires a l’entrada de la casa.
Sota la propietat de Soler, ens diu el descendent dels Figueras que Bellesguard va romandre tancada durant la Guerra Civil. Semblaria que a la Segona Guerra Mundial hauria estat utilitzada com a orfenat d’infants francesos, perquè hem trobat escrits en aquest idioma en algunes parets de la casa. Possiblement, el fet haver-se servir com a casa d’acollida dels infants va evitar que Bellesguard fos saquejada.
Potser la torre no va romandre tancada durant la Guerra Civil. Creiem que les guixades a les parets les van poder fer membres de les Brigades Internacionals durant el conflicte a Espanya, ja que segons consta, a l’Arxiu de la Generalitat, Bellesguard va estar expropiada per acollir nens bascos i valencians. La Generalitat, a començament de l’any 1937, oferta una plaça d’administrador per al sanatori de Bellesguard, aspecte que indicaria que encara hi havia activitat, si més no administrativa. Reforcen aquesta idea els documents d’agost de 1939 de Manuel Azcárate, dirigent del PCE, on en una llista de subsidis per als membres del partit en l’exili, es cita a Miquel Sol Torres com a director de la casa d’acollida de Lleida i Sanatori de Bellesguard. El 30 de novembre de 1944, el Sr. Abdón Bordoy Pastor va vendre la casa Figueras al Sr. Lluís Guilera Molas per 450 mil pessetes. A partir de llavors, la torre construïda per Gaudí va recuperar el nom de Bellesguard fins a l’actualitat. El paper de la torre durant la Guerra Civil i postguerra sembla força interessant, però serà qüestió d’un altre article.
Una vez adquirida por subasta por el Sr. Soler, este se llevó los muebles de la casa, hechos por Gaudí, en su torre de Can Pahissa en Vilanova y la Geltrú. Una muestra de estos muebles la podemos ver en una imagen recogida en una placa de vidrio estereoscópica, conservada en la Biblioteca de Cataluña, hecha por Josep Salvany i Blanch, allá por el 1910. Vemos dos sillas en la entrada de la casa.
Entrada y escalera de la residencia Bellesguard, 1921. Fotografía de Josep Salvany i Blanch. Placa de vidrio estereoscópica, Fondo Salvany – Biblioteca de Cataluña.
Bajo la propiedad de Soler, nos dice el descendiente de los Figueras que Bellesguard permaneció cerrada durante la Guerra Civil. Parecería que en la Segunda Guerra Mundial habría sido utilizada como orfanato de niños franceses, porque hemos encontrado escritos en este idioma en algunas paredes de la casa. Posiblemente, el hecho de haberse utilizado como casa de acogida de los niños evitó que Bellesguard fuera saqueada.
Quizás la torre no permaneció cerrada durante la Guerra Civil. Creemos que las tachaduras en las paredes las pudieron hacer miembros de las Brigadas Internacionales durante el conflicto en España, ya que según consta, en el Archivo de la Generalitat, Bellesguard estuvo expropiada para acoger niños vascos y valencianos. La Generalitat, a principios del año 1937, oferta una plaza de administrador para el sanatorio de Bellesguard, aspecto que indicaría que todavía había actividad, al menos administrativa. Refuerzan esta idea los documentos de agosto de 1939 de Manuel Azcárate, dirigente del PCE, donde en una lista de subsidios para los miembros del partido en el exilio, se cita a Miquel Sol Torres como director de la casa de acogida de Lleida y Sanatorio de Bellesguard. El 30 de noviembre de 1944, el Sr. Abdón Bordoy Pastor vendió la casa Figueras al Sr. Lluís Guilera Molas por 450 mil pesetas. A partir de entonces, la torre construida por Gaudí recuperó el nombre de Bellesguard hasta la actualidad. El papel de la torre durante la Guerra Civil y posguerra parece bastante interesante, pero será cuestión de otro artículo.
La entrada Maria Sagués se publicó primero en Torre Bellesguard | Exclusive Gaudí.
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Aparecen pintadas fascistas en la biblioteca María Moliner
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