#ballenero soviético
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La primera confrontación
El barco en cuestión era el Hvalur 9, que evoluciona lentamente mientras buscaba ballenas. Súbitamente, a unos cientos de metros, apareció un banco de cetáceos, y el barco viró con decisión hacia su objetivo. Greenpeace entró en acción lanzando cuatro pequeñas lanchas hinchables que salieron disparadas para interponerse entre las ballenas y el ballenero. Allan Thornton describe la escena:
Nos acercamos al cazador Número 9 hacia las 8 de la mañana. A esa hora había mar moderadamente gruesa, con olas de 2,5 a 3 metros, y el barco daba proa al viento, por lo que nos resultaba muy difícil mantener los botes a distancia.
«Pero ese día logramos por fin colocarnos ante los arpones. La persecución, que servía para cansar a los animales, tocaba a su fin, y justo ante nosotros, a unos 30 metros, irrumpieron dos ballenas azules. El capitán recorrió a la carrera el breve espacio que separaba el puente del arpón; empezó a montar el arma, y realmente pensó que iba a disparar. Yo estaba asustado de veras. La situación era muy tensa».
El enfrentamiento duró al menos seis horas, a lo largo de las cuales las lanchas, con fallos de motor y continuamente azotadas por el mar, tenían cada vez mayores dificultades para mantener sus posiciones. Al fin, el Hvalur, incapaz de apuntar con certeza a ninguna de las ballenas, puso proa a Reykjavik. El Warrior había probado por vez primera el sabor de la victoria.
Pero antes de que la tripulación tuviera tiempo de celebrarlo, se produjo un segundo enfrentamiento, aún más prolongado que el anterior, con otro ballenero. Cada vez que el ballenero se adentraba en la fuerte marejada, Greenpeace le seguía la estela. La situación se mantuvo así durante todo el mes siguiente, a lo largo del cual los ecologistas siguieron a los balleneros cada vez más al norte. Para cuando se vieron obligados a volver a puerto, no sólo habían logrado salvar la vida a numerosas ballenas, sino que además habían convertido el asunto de la captura de cetáceos en motivo de debate para los islandeses.
Un nuevo objetivo prioritario
Junio tocaba a su fin, y el Rainbow Warrior se dirigía hacia España para continuar con la protesta por la captura de ballenas pero, mientras ponía combustible en Dublín, hubo de emprender una campaña totalmente distinta. Su misión: interceptar al Gem, un buque británico que había partido del Reino Unido para verter en aguas internacionales 2.000 toneladas de residuos radiactivos.
Greenpeace había investigado y descubierto que varios países europeos llevaban veinte años vertiendo su basura nuclear en una profunda fosa de 3.000 m de profundidad que se abría en el fondo del mar, 600 millas (1.000 km) al suroeste de la costa de Cornualles. EE.UU. había abandonado este vertedero en 1972 por razones de protección del medio ambiente.
Greenpeace llevaba algún tiempo vigilando la situación, pero se vio inducida a entrar en acción al enterarse de que, el día anterior a la partida del Gem desde Sharpness Docks, cerca de Bristol, un camión articulado de la Royal Navy había entregado a bordodos barrilles amarillos. Se filtró a Greenpeace una información según la cual los barriles contenían barras de combustible nuclear agotado procedente de submarinos; si era cierto, la carga violaría la Convención de Londres sobre vertidos, un acuerdo internacional que prohibía arrojar al mar materiales intensamente radiactivos.
La naturaleza exacta del material que contenían los barriles nunca se revelaría pero, en cualquier caso, cuando el Gem puso rumbo a la zona de vertidos, llevaba seis horas de ventaja sobre el Warrior. El plan de Greenpeace era situar las lanchas hinchables
Acción a favor de las ballenas
En la temporada de captura del verano de 1977. Greenpeace entró de nuevo en acción en defensa de las ballenas.
El 17 de julio, el James Bay zarpó de San Francisco y se puso al acecho de una de las flotas soviéticas —formada por el Vladivostok, de 180 metros, y sus ocho ballenero— a unas 700 millas (1.100 km) al suroeste de Los Ángeles, frente a las costas de la Baja California.
Cuando los balleneros localizaron un grupo de ocho cachalotes, las Zodiacs de Greenpeace pasaron cuatro horas tratando de frustrar la caza. Rex Weyler recuerda la escena: «Uno tras otro, todos los barcos de la flota se unieron a la cacería, hasta que hubo 10 arponeros en persecución de un grupo de cetáceos. Por fin, el barco que iba en primer lugar disparó, sin darnos nosotros ni a los cachalotes. Cuando los animales,aterrorizados, subieron a la superficie, los barcos cerraron filas. Los arpones estallan a nuestro alrededor, mientras nosotros comprobamos nuestra impotencia. Mataron a todos los animales del grupo, machos, hembras y crías». Al menos, la cámara de Greenpeace logró captar el incidente en la película.
Persecución encarnizada Una lancha hinchable con dos motores persigue al Dalniy Vostok enarbolando una pancarta que dice «Nyet» a la captura de ballenas por parte de los soviéticos. Un mes más tarde, varios miembros de la tripulación del James Bay (Patrick Moore, Rex Weyler, Bob Taunt y Rusty Frank, que hablaba ruso), abordaron uno de los balleneros soviéticos, abarloado al Vladivostok, para exponer su causa ante los marineros.
Mientras el james Bay se encontraba en el mar, el Ohana Kai («Familia de los mares»), un cazasubmarinos de 50 metros que había pertenecido a la armada estadounidense y que fue el primer barco adquirido en propiedad por Greenpeace, perseguía a toda máquina la segunda flota soviética, formada por el Dalniy Vostok y sus correspondientes arponeros, que había localizado unas 1.200 millas(1.900 km) al norte de Hawaii. El Dalmiy Vostok era demasiado lento para escapar al barco de Greenpeace. Un equipo de Greenpeace, formado por Paul Spong, Kazumi Tanaka, Nancy Jacks y Dexter Cate, llevó las Zodiacs justo hasta la rampa de popa del Dalniy Vostok y subieron a cubierta, donde regalaron a los sorprendidos, pero curiosos, marineros insignias de ballenas y literatura en contra de la caza de cetáceos escrita en ruso.
Originally published at https://cuidarelplaneta.com/ August 02, 2023.
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1945. Balleneros soviéticos a bordo del barco Slava.
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Greenpeace: tras las huellas de los primeros tiempos de la ONG
La historia de los primeros grandes pasos dados por Greenpeace está hecha de iniciativas exitosas y de fracasos. Todos ellos, forman el gran capital de experiencias que han posibilitado a la ONG su desarrollo mundial. Hoy presentamos algunos momentos clave de su importante trayectoria
La primera acción de Greenpeace no fue exitosa.Tras el duro fracaso al no poder impedir que las pruebas nucleares en Amchitka tuvieran lugar , los primeros activistas de Greenpeace se centraron en coordinar acciones para frenar las pruebas nucleares francesas en el atolón Mururoa (Polinesia Francesa). Para sumar voluntades a esta iniciativa, la ONG se puso en contacto con David McTaggart, un destacado ambientalista y acaudalado hombre de negocios de Nueva Zelanda.
Mc Taggartpuso enseguida a disposición de la ONG importantes recursos económicos. Por el año 1972 el yate Vega, propiedad de McTaggart, se sumó a la flota guerrera y , bajo el nombre de Greenpeace III, partió a detener las pruebas nucleares en el atolón de Mururoa.
Esta acción que resultó con serios disturbios y heridos, fue organizada por la rama de la Campaña para el Desarme Nuclear de Nueva Zelanda. En el operativo de contención, la Marina Francesa intentó detener las protestas y acciones de los activistas por todos los medios. La estrategia incluyó la violencia y David McTaggart fue golpeado quedando seriamente herido. Sin embargo, los compañeros de McTaggart hicieron que los hechos se difundieran por los medios , dando un giro positivo , al menos para la misión. Luego de conocidos los hechos alrededor del mundo Francia decretó el cese inmediato de las pruebas nucleares en la Polinesia.
Las primeras oficinas , primer búnker de acción
Greenpeace tuvo su primera oficina en Kitsilano, Vancouver (Canadá) . Allí,por los comienzos de 1974, se montaron las oficinas administrativas en un espacio compartido con Sociedad la Promoción de la Conservación Medioambiental.
En esos tiempos, los primeros activistas de Greenpeace comenzaron con el Proyecto Ahab, una acción que tenía como fin mitigar la caza de ballenas. Luego, ya en 1975 el buque Phyllis Cormack zarpó de Vancouver para detener a los buques balleneros soviéticos. Los activistas se pusieron entre las ballenas y los buques que buscaban darle muerte a los animales logrando interrumpir la caza. Las acciones dieron una vez más, la vuelta al mundo, logrando conmover a la audiencia y sumando voluntades y medios económicos para continuar adelante la lucha ambiental. Cuando finalizaba la década de 1970, la ONG amplió su rango de acción abarcando diversas propuestas para evitar la contaminación del agua y tierra por desechos tóxicos y también para frenar la caza de focas.
Poco a poco, a lo largo de los 70’ fueron surgiendo los primeros grupos bajo el nombre oficial de la ONG : Greenpeace. Para 1977 ya tenían existencia unos 20 núcleos con esta misma denominación a lo largo y ancho del mundo y la familia se hacía mundialmente famosa y convocante.
Malos tragos capitalizados en adhesiones de voluntarios
Los acontecimientos del atolón de Mururoa, no quedaron allí y David McTaggart llevó a la justicia su caso,dando con ello una batalla contra el Estado francés. Esta lucha propició el compromiso de nuevos grupos de personas interesadas en el cuidado ambiental en toda Europa. Finalmente, luego de sortear numerosos obstáculos administrativos y legales ,el 14 de octubre de 1979 se creó Greenpeace International.
En el tiempo, fueron surgiendo muchas luchas al interior de los países, y por ejemplo en los Estados Unidos , Greenpeace vio revocado su estatus de organización con fines benéficos. Además, estas luchas persistieron a lo largo del tiempo y los gobiernos y empresas multinacionales han combatido a la ONG de muy diversos modos. En este sentido, cabe mencionar el caso más álgido y penoso que tuvo como protagonista al velero Rainbow Warrior. Este barco emblema de la ONG fue hundido en 1985 con explosivos por los servicios secretos de Francia, ocasionando la muerte del fotógrafo portugués Fernando Pereira quien se encontraba a bordo.
En la actualidad Greenpeace para difusión y visibilidad de sus acciones, realiza un evento anual de entrega de premios en donde destaca el compromiso de personajes públicos de todos los países del mundo . Allí, se dan a conocer las acciones llevadas adelante por estas personas notables en favor del cuidado del medioambiente. Una manera especial en la que Greenpeace celebra y difunde las iniciativas que merecen ser conocidas y replicadas a lo largo y ancho del mundo. Entonces así, sorteando los momentos difíciles que acontecen en el camino, todos los que adhieren al cuidado del Planeta pueden encontrar inspiración e ideas para continuar la lucha.
Originally published at https://armoniaverde.com/ on April 18 2023.
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Carniceros de Ballenas
Greenpeace fue advertida de que las autoridades canadienses estaban informando a los rusos sobre su posición. En consecuencia, para despistarlos, el Cormack navegó durante algunos días hacia el norte antes de retroceder subrepticiamente a Winter Harbour para reponer combustible. Allí, los tripulantes se enteraron de que McTaggart había obtenido una victoria parcial en su pleito contra la marina francesa, éxito que se celebró a bordo la noche anterior al 18 de junio, fecha en que se dirigieron hacia el punto en que debía producirse su primera confrontación. El 23 de junio, el Cormack captó una emisión radiofónica procedente del buque factoría soviético, el Dalniy Vostok.
Al cabo de unos pocos días avistaron los buques soviéticos a unas 50 millas (80 km) al oeste de Eureka, California. También descubrieron un cachalote muerto; los balleneros habían fijado una boya al cadáver para volver a recogerlo más adelante. El animal sangraba tan profundamente, que el agua había adquirido un repugnante color rosado. Además, parecía de talla bastante pequeña.
Paul Wilson declaró a la revista Vancouver: «Sorprendimos a los carniceros de ballenas con las manos en la masa, en el acto de capturar una ballena de tamaño inferior al permitido. Me acerqué a Zodiac y salté de la lancha al cachalote asesinado. que tenía la piel cálida y aceitosa y sangraba por la herida del costado, ardiente al tacto. Me aferré a la aleta, me estiré para llegar al ojo, abierto y de Vlastní— que acababa de descargar seis ballenas en el buque factoría y que ahora iba a cazar más. Pronto empezaron a verse surtidores de ballenas a proa del barco soviético. En unos minutos, las Zodiacs estaban en el agua. En una de ellas, Hunter y Korotva volaron para situarse entre los cañones arponeros y las ballenas. Patrick Moore luchaba por mantener su lancha al costado de la anterior mientras Rex Weyler tomaba fotografías frenéticamente. En la tercera embarcación, Watson y Fred Easton saltaban sobre las olas para unirseles.
Súbitamente, un arpón pasó volando sobre las cabezas de Hunter y Korotva y se hundió en el cuerpo de una ballena situada justo a su lado; la granada del proyectil estalló en el lomo del indefenso animal.
El cable del arpón daba trallazos a menos de metro y medio de Korotkova y Hunter. «Les importaba un comino hacernos volar en pedazos», exclamó colérico Korova. Los fotógrafos captaron este disparo a corta distancia que pronto se haría famoso. «Por vez primera en la historia de la caza de la ballena», comentaba el New York Times, «seres humanos se interponen en la línea del fuego dirigido a los cetáceos».
Aunque la infortunada criatura murió, las acciones de Greenpeace permitieron a otros ocho animales escapar de los arpones soviéticos.
Cuando el Dalniy Vostok se alejó hacia el horizonte, el Cormack puso proa a San Francisco, donde la prensa les esperaba junto a una multitud de partidarios y gente que deseaban darles la bienvenida.
Daba la impresión de que todos los países con enlaces de prensa se habían hecho con las fotografías de Weyler. Cadenas de televisión de Estados Unidos, Canadá, Europa y hasta Japón pasaron la película de Greenpeace con sus miembros ante los arpones del
Vlastní. La misión había tenido un éxito inconmensurable.
Durante los dos años siguientes, los grupos que se hacían llamar Greenpeace se multiplicaron desde Tennessee hasta Saskatchewan: sus fundadores ardían de entusiasmo en las conferencias de Spong y Hunter. «Al menos una docena de bandas independientes de eco libertarios, todas autodenominadas Greenpeace, abrieron espontáneamente oficinas en sitios como Honolulu, Boston, Los Ángeles, Seattle y Nueva York», dijo Hunter,que había asumido la dirección. «En Canadá, nos entendemos por Lethbridge. Edmonton. Winnipeg. Thunder Bay, Toronto, Montreal y, aunque brevemente, Terranova. En la Columbia Británica, los grupos de Greenpeace surgían en docenas de pueblos y puertos interesados por la ecología».
Aunque Hunter afirmó que en 1976 tenían más de 10.000 defensores, muchas de las «oficinas» consistían únicamente en un individuo interesado que alquilaba un teléfono y una habitación para celebrar reuniones ocasionales. En realidad, Greenpeace era todavía una organización en ciernes con un núcleo de sólo 30 colaboradores activos. Pero en San Francisco estaba empezando a formarse un grupo sólido que organizaba campañas de recogida de fondos. lo que permitió abrir una oficina en esa ciudad el año 1976.
En Vancouver, la oficina principal de Greenpeace tenía una deuda de 40.000 dólares y necesitaba profesionalizar un poco su funcionamiento. Se formó una junta directiva con Hunter como presidente y Moore, Korotva y Rod Marining (miembro de Greenpeace desde los días de Amchitka) como vicepresidentes responsables de política, comunicaciones y operaciones, respectivamente. Buscaron asesores financieros y contables, contrataron un jefe de oficina en régimen de dedicación completa, organizaron un servicio informatizado de envíos por correo, abrieron una tienda de objetos relacionados con Greenpeace y lanzaron su propio periódico.
A principios del verano de 1976, Greenpeace había reunido dinero suficiente para financiar una segunda misión contra los balleneros. Partió de Vancouver el 13 de junio, esta vez a bordo del James Bay, un dragaminas de 47 metros de la Real Marina Cana- diense retirado del servicio. Firmaron un complicado contrato de flete en virtud del cual se comprometían a hacerle reparaciones por valor de 50.000 dólares de trabajo para ponerlo en orden de navegación. Irónicamente, era similar al que había embestido a David McTaggart en 1972, con la sola diferencia de que el James Bay ostentaba un arco iris recién pintado en la amura.
El James Bay era lo bastante rápido para aguantar el ritmo de los balleneros y tenía sitio para 36 tripulantes. «Si Rusia y Japón deciden seguir cazando ballenas, advirtió Hunter, «tendrán que pasar por encima de nuestros cadáveres»
Originally published at https://cuidarelplaneta.com/ Juny 17, 2023.
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Guerreros del Arcoiris
Partieron del lugar en que se celebraba la conferencia «Hábitat» sobre medio ambiente organizada por las Naciones Unidas, que lograron alargar de manera que la clausura coincidiese con el inicio de su expedición. En el muelle, Fred Mosquito, hechicero Cree, dijo a los tripulantes: «Vosotros sois los guerreros del arco iris»
Tras hacer escala en San Francisco y Portland, Oregón, el barco de Greenpeace partió al encuentro de los balleneros. Una vez más, detectaron a la flota soviética en torno al buque factoría Disney Vostok. El mes de julio, para interrumpir una cacería en marcha que se estaba desarrollando a unas 1.400 millas (2.250 km) al suroeste de San Francisco, cuatro lanchas hinchables de Greenpeace formaron una barrera entre los barcos soviéticos y una familia de pequeñas ballenas, imposibilitando a los arponeros hacer blanco.
Durante 10 días, el barco de Greenpeace se enfrentó a la flota soviética o la siguió muy de cerca. En una ocasión lograron colocarse al costado del Daily Vostok y. a través de los altavoces, pedir a la tripulación en seis idiomas distintos que dejasen de cazar Círculo de vida Desde tiempo ballenas. Durante el viaje de vuelta hacia el norte, los ocupantes del inmemorial, el motivo de dos ballenas James Bay se dieron cuenta de que les seguía un submarino; éste se formando el círculo infinito de la mantuvo en su estela, emergiendo y sumergiéndose, durante una naturaleza ha simbolizado el deseo de semana, pero nunca se acercó lo suficiente para identificarlo, y pueblo marinero de los Kwakiutl de nunca descubrieron qué país se dedicaba a vigilarlos con tanto vivir en armonía con el mundo ahínco natural.
Para los miembros de los balleneros japoneses no daban señales de vida, pese a Greenpeace fue un honor aceptar el informe del servicio de guardacostas de EE.UU. según el cual una como símbolo cuando les fue ofrecido. La flota japonesa operaba cerca de las islas Hawaii. Con la ayuda oficiosa de los simpatizantes pertenecientes a dicho servicio. Greenpeace organizó una exploración aérea sobre una superficie oceánica de unos 440.000 km 1⁄2, desde Oahu hasta Midway, pero en seis días de búsqueda, el equipo de reconocimiento no logró dar con los japoneses. Más tarde, comenta Robert Hunter, «un informe procedente de Honolulu indicó que el embajador de EE.UU. había sugerido al de Japón que, dada la fuerza que habían cobrado los sentimientos contrarios a la caza de la ballena, consideraría oportuno un enfrentamiento entre balleneros y antiballeneros en aguas de los alrededores. La petición de abandono no afectó sólo a la flota ballenera, sino también a todos los barcos de pesca japoneses
Según Paul Spong, durante su segunda campaña anti ballenera. Greenpeace salvó directamente a cien cetáceos e indirectamente, al apartar a los barcos de las zonas normales de caza, a 1.300 o más.
Originally published at https://cuidarelplaneta.com/ Juny 19, 2023.
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La nueva Greenpeace
Tras la muerte, en octubre de 1974, de Irving Stowe, principal defensor de una Greenpeace exclusivamente antinuclear, y con la dimisión del presidente, un profesor llamado Neil Hunter, la Fundación Greenpeace prácticamente dejó de funcionar. De hecho, Robert Hunter y los demás miembros del comité del Programa Achab se convirtieron en la nueva Greenpeace.
A primeros de 1975 alquilaron su primera oficina de verdad, tres pequeñas habitaciones pertenecientes al grupo anti contaminación situadas en la Cuarta Avenida Vancouver, donde empezaron a recaudar fondos para financiar la expedición. Organizaron conciertos benéficos, vendieron insignias, camisetas, pegatinas y carteles. subastaron pinturas y esculturas y sortearon una parcela que les había entregado un autoproclamado chamán zen.
Localizar los barcos para el viaje fue esta vez cosa fácil:el Phyllis Cormack y el Vega entraron de nuevo en acción (el Vega lo compró a McTaggart un profesor de derecho retirado llamado Jacques Longini, que se puso junto con el barco a disposición de Greenpeace).
La organización sólo tenía que superar un último obstáculo: alguien del grupo tendría que localizar a las flotas balleneras, porque de otro modo los barcos de Greenpeace se verían obligados a recorrer el Pacífico entero hasta dar con ellas.
El trabajo recayó en Paul Spong que, a primeros de 1975, se desplazó a Europa para consultar los archivos de la Oficina internacional de estadísticas sobre la caza de ballenas, situada en Sandefjord, Noruega. Presentándose como investigador de las ballenas, Spong consiguió cartas de navegación en las que figuraban los puntos donde las flotas soviética y japonesa habían cazado en años anteriores. Si los balleneros volvían a las zonas de captura de temporadas anteriores, Spong calculó que, dado el escaso radio de acción de las embarcaciones de que disponían, la mejor oportunidad de interceptar a alguna de las dos flotas se presentaría en junio, fecha en la que los soviéticos pasarían a 60 millas (100 km) de las costas de California.
Temiendo que la flota soviética adivinase sus planes, Greenpeace decidió salir dos meses antes, lo que además permitiría a los participantes realizar experimentos de comunicación con las ballenas. El 27 de abril de 1975, el Phyllis Cormack y el Vega zarparon de Vancouver enarbolando la bandera de las Naciones Unidas y llevando el símbolo recién adoptado para la campaña de la ballena: el emblema de la orca de los indios Kwakiutl. Acudieron a despedir- les a Jericho Beach, una base aérea abandonada cercana al centro de la ciudad, alrededor de 23.000 personas.
Al cabo de unos días, los periódicos japoneses estaban llenos de reportajes sobre la protesta, y el gobierno de ese país amenazó con emprender acciones jurídicas si Greenpeace interfiere sus operaciones de caza de ballenas.
Se encargaron de coordinar la cobertura en los medios Robert Hunter y el responsable de fotografía, Rex Weyler, un desertor norteamericano refugiado. En esta ocasión, los cámaras Fred Easton y Ron Precious filmaron toda la misión, con el fin de realizar un documental que Greenpeace esperaba vender en todo el mundo.
También formaban parte de la tripulación del Cormack Patrick Moore, Walrus Oakenbough (especialista en nutrición y «hermano guerrero» adoptivo de los Oglala Sioux), Paul Watson (asimismo adoptado como guerrero por los Sioux, con el nombre de Lobo gris aguas claras, tras participar en la insurrección india de Wounded Knee, Dakota del Norte, en 1973). Ramon Falkowski (que navegó a Moruroa en el Fri en 1973), George Korotva (de nacionalidad checoslovaca) y Carlie Trueman, de Victoria (ambos expertos en inmersión y en el manejo de lanchas Zodiac).
Durante las cuatro semanas siguientes, los dos barcos. operando desde una base situada en Winter Harbour, en la isla de Vancouver. realizaron varias incursiones a la búsqueda de ballenas. Siguiendo los consejos del experto en comunicación con las ballenas. Dr. John Lilly, se montaron en el Cormack altavoces e hidrófonos subacuáticos, mediante los que Greenpeace podría reproducir música para las ballenas y recoger las posibles respuestas de los cetáceos.
Con ocasión del primer encuentro con un grupo de ballenas grises se comprobó que éstas no eran aficionadas a la música de gustos indiscriminados. Según relató Jack Richardson a Playboy, «Los tonos más ásperos del sintetizador y la música rock no despertaban mucho entusiasmo entre los cetáceos, que responden sumergiéndose y reapareciendo al cabo de varios minutos en un lugar muy alejado del origen del concierto. ‘Son de gustos clásicos’. afirmó Korotva y. como para corroborar este punto de vista, diversos pasajes de la Quinta Sinfonía de Beethoven suscitaron una respuesta feliz».
El 1 de junio los dos barcos tomaron rumbos divergentes. El Vega se dirigió hacia Long Beach, al sur de la isla de Vancouver, para seguir entreteniendo con su música a las ballenas. La misión del Cormack tomó un carácter más serio.
Originally published at https://cuidarelplaneta.com/ Juny 14, 2023.
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