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Javier Pérez Jara, Realismo y antirrealismo desde la gnoseología materialista.
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Se você acha que a ciência é verdadeira, ou pelo menos aproximadamente verdadeira, e que as teorias descrevem ou explicam a realidade como ela é, então você provavelmente aceita o realismo científico. A ideia central é de que as teorias científicas são verdadeiras e falam de objetos que existem, sejam eles observáveis ou não. Talvez você nunca tenha visto o planeta Netuno, mas você diria que ele existe, provavelmente. Mas podemos observá-lo indiretamente num telescópio ou até prever a existência de planetas matematicamente antes mesmo de observá-los, como foi o caso de próprio Netuno. A descoberta de Netuno aconteceu porque astrônomos observaram perturbações na órbita de Urano que violavam a lei da gravitação universal de Newton. O que poderia explicar esse problema seria um corpo de massa suficientemente grande para afetar a gravidade, que no caso é um planeta.
Ok, então a ciência parece oferecer previsões e explicações sobre o que existe, e por isso muitas pessoas acreditam que as teorias científicas são completamente verdadeiras. Porém, essa percepção é historicamente e filosoficamente desinformada. Quando falamos sobre verdade numa teoria, não está claro exatamente ao que nós estamos nos referindo. A ciência é frequentemente tida como a fonte mais confiável de previsões e explicações. Ela "funciona" muito bem. Mas isso não necessariamente significa que a ciência é absolutamente verdadeira e todas as suas teorias estão corretas. Se esse fosse o caso, as ou os cientistas estariam desempregados agora. Felizmente existem muitos problemas em aberto e a história é uma grande aliada opara esclarecer como se dá o desenvolvimento científico. Mas sabemos que as teorias científicas mudam ao longo do tempo. Leis são descobertas ou criadas e teorias são refutadas ou substituídas e novas teorias surgem. Nós temos uma lista enorme de teorias científicas que já não valem mais e são consideradas faltas hoje em dia. Por exemplo, o lamarquismo na biologia, a teoria do flogisto na química,o éter na física, o geocentrismo na cosmologia, o miasma na medicina, entre tantas outras.
Então, se nós formos um pouco pessimistas, nós podemos induzir que as teorias atuais também vão ser, ou ao menos podem ser, abandonadas no futuro. Mas se elas são verdadeiras, como isso é possível? Essa é uma das objeções ao realismo científico, e o nome chique para esse argumento é meta-indução pessimista. E tem ainda uma outra forma de antirrealismo, que seria simplesmente dizer que as teorias científicas não são nem verdadeiras nem falsas,já que o objetivo da ciência não é explicar a realidade ou atingir a verdade, mas apenas oferecer um esquema linguístico que nos permite fazer as previsões que nos são úteis. E esse seria o instrumentalismo.
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5 añitos
He caído en una crisis profesional.
La pregunta por qué hago lo que hago en general hacía tiempo que no me preocupaba.
Las comparaciones son odiosas pero eso no significa que no se puedan hacer.
Es curioso como en las matemáticas se puede clasificar disciplinas con el mayor valor utilitario
(estadísticas orientadas a la confrontación de hipótesis científicas / finanzas y economía / ecuaciones diferenciales para la física / biología)
a las más aparentemente esotéricas matemáticas: puras y desconectadas de la realidad
(topología, teorías del infinito, abstracciones gratuitas).
Algunos argumentan que, sorprendentemente, teorías matemáticas desarrolladas por pensamiento puro (i.e geometrías no euclideas) luego encuentran aplicación en la ciencia.
Teoría de grupos simetría particulas, etc.
Particularmente la Física tiene mayor repercusión cultural.
¿A quién no le interesa los avances en Astrofísica y Cosmología?
Agujeros negros y la Relatividad General.
Una "Teoría del Todo" que pudiese "explicar" los fenómenos aun incomprendidos.
Unificación de conceptos como Maxwell hizo con la Electricidad y el Magnetismo.
Y luego se unificó con otras fuerzas fundamentales.
¿A quién no le interesan los extraños efectos de la mecánica cuántica?
La divulgación científica recurre a fórmulas de impacto, simplificación para explicar a una persona sin conocimiento en el tema los hallazgos obtenidos.
Particularmente a los jóvenes, y así conseguir atraer a estos a su campo y continuar con la labor milenaria por el progreso.
Eventualmente, se desechan teorías antiguas por oscuridad y conceptos erróneos. La física es la reina de las ciencias.
Las matemáticas son "el lenguaje (cada vez más esotérico)" con el que se explican estos fenómenos.
Pero no he escrito esto por envidia del status-quo de la física. "Mucho más real y útil" que las Matemáticas.
Sino como reivindicación de la *realidad matemática*. En cierto modo ver las matemáticas como simplemente un juego de lenguaje es como ver el ajedrez como un tablero con movimientos posibles.
Se categoriza el conocimiento matemático como Ideal. Alejado de la compleja realidad. Sin embargo, se utiliza de forma intensiva en las teorías de mecánica cuántica y relatividad.
¿Son estas menos ideales que los conceptos que utilizan?
De nuevo se entra en posiciones de teoría de la ciencia o más aún cosmovisiones (idealismo vs materialismo, realismo vs antirrealismo, Monismo vs pluralismo, etc). Todas de carácter filosófico.
Y que usan el lenguaje. Pero que claramente, no son sólo lenguaje. (Posición filosófica).
No vamos a copiar las ideas de Romero ni de E. Castro.
De hecho ni siquiera tenemos clara nuestra posición filosófica matemática.
El Platonismo queda rechazado. Y el formalismo también. Aunque desgraciadamente, tendemos a centrarnos en los formalismo y olvidarnos de los "significados" e "intuiciones".
Esencialmente, el problema filosófico de las matemáticas es el problema de una ficción muy real.
Y asumiendo que nuestro conocimiento de lo Real está limitado por nuestras condiciones biológicas/psicológicas actuales -> físicas ->(matemáticas). Se intenta establecer una jerarquía.
Pero no se pueden reducir completamente disciplinas a otras. Hay saltos cualitativos.
Hay intersecciones, mezclas, colisiones, transversalidad.
El lenguaje en sí es de lo más transversal.
Pero en general la información lo es más. Organizar información es una habilidad cognitiva. Y quizás lo difícil sea reorganizarla.
Desde el punto de vista evolutivo, se podría argumentar que esto nos ha permitido sobrevivir y continuar como especie.
La potencialidad de la vida no tiene tanta fama como las posibilidades del universo.
En cierto modo se ignora (visión científica impersonal) que nuestra aproximación a la realidad mediante la ciencia es una aproximación desde nuestra vida.
De hecho quizás no se ignore tanto y sea el antisesgo impersonal de la física y las matemáticas que tanto las caracteriza como importantes.
Aunque en cierto modo se sigue ignorando que nuestra vida se puede (re)comprender bastante en terminos empíricos. Impensables avances de la biología y medicina a través del análisis de la razón y continua comprobación con las observaciones.
En cierto modo, el conjunto de las Ciencias pretende ayudar a la Sociedad. Pero la simple curiosidad científica puede prevalecer al altruismo desinteresado.
Eventualmente estas curiosidades fundamentales se pueden aplicar en técnicas que mejoren el bienestar social.
No es una analogía intencionada con el Liberalismo y la Mano Invisible. Pero la sociedad (los individuos de esta) se organiza y actúan independientemente de sus desconocidas consecuencias.
Los problemas de sociedad son el abastecimiento de recursos. Comida, agua, luz. Hospitales, Carreteras.
Escuelas. Y recientemente Tecnología e Internet. Bienes públicos. Estos han ido cambiando y actualizándose desde un estado primitivo: agricultura, ganadería, metales.
El desarrollo de la Ciencia y La Técnica se disparó en primer lugar en la Ilustración y en segundo lugar en la Revolución Industrial.
La revolución industrial se basó en la mejora de la productividad para aumentar los beneficios. Y en ciertos modelos (fordismo) la calidad de vida de los trabajadores.
Las máquinas constituyeron una segunda fuerza de trabajo que puede ejecutar tareas repetitivas con un coste de electricidad/manufactura y mantenimiento.
La evolución de la máquina pasó por el almacenamiento de información. Y por el almacenamiento de programas (Cambio de paradigma).
En unos pocos años se construyeron máquina multipropósito. En principio con Cálculos Matemáticos.
¿Hasta cuánto puede llegar la tecnología?
¿Qué problemas se pueden resolver con un ordenador?
La tecnología explotó con las redes sociales y la virtualización del entretenimiento.
La atención se convierte en la moneda de cambio.
Porque suficiente atención es equivalente al dinero.
Ciertos números implican relevancia y fama o directamente dinero.
En mi cabeza lo que digo está mejor dicho.
Con unas palabras precisas y redactado de buena forma. Pero me conformo con esta _iteración_.
Una visión general que relaciona Sociedad, Historia, Ciencia, Tecnología, Matemáticas y
Razonamiento crítico.
Todo dentro del mindset particular en el cual se prefiere avanzar en este conocimiento a simplemente "disfrutar" hedonísticamente.
Estos dilemas "ó" se disuelven colisionado los conceptos que se oponen y viendo qué oposiciones verdaderas hay y cuantas son aparentes (falsa dicotomía).
Como si un ejercicio lógico distributivo de disyunción se tratara.
En concreto, uno puede disfrutar de su progreso con el conocimiento para la sociedad.
Quizás simplemente me hacía falta contexto. El contexto subraya las circunstancias de nuestras acciones.
En cierto modo soy un producto histórico y cultural. Mi aparente libertad para tomar decisiones se basa en la idea de que hemos aprendido a lo largo de los siglos a no cometer los mismos erorres.
Tal es la idea de progreso que nace de la comparación.
Lo contrario es el devenir sin rumbo. Un poco la generalización filosófica de nuestro estado psicológico de nuestro verano. Vamos, lo que viene siendo Soledad e Insuficiencia.
Mi contexto es el de una generación hiperconectada que prácticamente tiene acceso al contenido TOP de cada campo. Puedo ver Programadores y Matemáticos excelentes que resuelven problemas de forma creativa que ayudan a la sociedad (o no).
La verdad no me siento muy altruista últimamente.
Es más, es el deseo de marcar diferencia y aportar valor el que me mueve. Así es como se obtiene atención. B es como A pero se diferencia en esto. A veces son muy sutiles.
No vamos a caer en el fondo de este asunto. "Sentirse valorado", afecto, etc.
Realmente me importa.
Realmente creo que es importante.
Realmente creo que es importante.
Que es algo por lo que merece la pena luchar y constuir. Pero lo más natural y lógico es no sacrificar ciertas cosas por los demás.
El Amor es muy Chulo y todo eso.
Pero lo más natural y lógico es no sacrificar ciertas cosas por los demás.
Hablo de las cosas que eran "tuyas" y que te hacen ofrecer valor, sentirte valorado y experimentar el Amor de esa forma.
Hablo de no sacrificar lo que te permite desarrollarte profesionalmente para tener una vida agradable.
Porque "El Sistema" aka el modo que nos relacionamos cuando hay supervivencia y comparaciones de por medio, premia con la vida (vaya premio el que yo tenía) a los que obtienen dinero (que correlaciona con el valor subjetivo de los productos / servicios ofrecidos).
O dicho de otra manera, deja morir en la miseria a los desfavorecidos sin oportunidades.
Sinceramente prefiero decir "El Sistema" a "El Capitalismo".
Correcciones e intentos de superación se han hecho, y lo más cool y moderno que "hemos conseguido" según ciertas métricas sociales es el Sistema Mixto Nórdico.
Y, de nuevo, tomo partido como que "El Capitalismo es incompatible con la vida de la misma forma que el Sufrimiento y <<el Mal>> lo es".
Asumiendo sufrimiento y mal en la vida (no incompatibilidad) el capitalismo tampoco lo sería.
Esto no implica que sea inmutable.
Hubo URSS y hubo China.
URSS fracasó.
¿Por qué? ¿Fue mejor?
Probablemente en términos de igualdad sí pero no de libertad.
Y después de reflexionar mucho acerca de este término la libertad es un bien que se desconoce que se tiene hasta que te lo quitan.
Y cuando se tiene es insuficiente sin capacidad de ejercer esa libertad. "Eres muy libre de ir a Marte.".
Esta capacidad requiere entrenamiento disciplina, esfuerzo. Quizás incluso más en cierto sistema competitivo que en una campaña militar. Porque goza de ir en consonancia con la Voluntad en cambio de acatar una Autoridad.
Aunque todas esas ideas degeneran en la práctica y una Libertad inicial se convierte en una Autoridad. O cierta autoridad que priva de "libertades" paradójicamente implica un desarrollo de disciplina que permite disfrutar de libertad.
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[ Volviendo al "Sacrificio de algo tuyo".
Sentir algo como tuyo, de lo que estar orgulloso. Una marca diferenciadora y progresivamente
*perderlo*, *notar su desgaste* es probablemente el drama vital.
Y sorprendentemente se aplica a todo. Temporalidad, cambio, entropía, envejecimiento. ]
Idea central de esta entrada.
Si bien está ligada fundamentalmente a mi crisis profesional y el recuerdo todavía vivo de "El Sueño Infantil" de trabajar en aquello a lo que dedicábamos tiempo libre.
Muy relacionado con la sensación de libertad e imposición.
Ocio y trabajo.
Se generaliza dramáticamente como "la Vida es el bien más preciado "que se posee" y se pierde en el tiempo hasta desaparecer."
Al final somos 8B personas (y creciendo) en el mundo que nacen y mueren.
Pasajeros de tránsito en un universo. Igual que cierta civilización humana a lo largo de la historia.
La humanidad a lo largo de la historia planetaria,
galáxica, universal?
Igual que la vida surge una vez puede surgir más veces. Definitivamente no de *la misma forma*.
Duele aceptar que existe la irreversabilidad y la inexorabilidad -> Tiempo.
El tiempo es lo más valioso que hay en esta vida. Y la vida probablemente sea lo más valioso que hay nuestro tiempo. Porque ciertos seres que viven un tiempo trascienden y sobreviven eternamente-para-la-humanidad por su influencia, trabajo, fama, poder.
Este eternamente-para-la-humanidad asumimos que también es temporal.
En cierto modo hay ciertos infinitos que se pueden medir. O basta considerar [0,1] con tantos reales como la propia recta y sin embargo está acotado con rango 1.
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Volviendo al sacrificioy a la identidad relacionada con el Ocio / Trabajo -> Mi Pasión.
El dolor que supuso 1º de Carrera era consecuencia de la decepción de _lo aguantado por_. Lo _hecho por_.
La Prostitución del instituto la cual nos causaba placer criticar.
Que asegurabamos ir en contrar y que sin embargo también a favor........... por un bien mayor!
¡Qué peligro! El bien mayor era entrar a la Universidad en "El Doble grado de Ingeniería Informática y Matemáticas". Hay que recordar las dudas iniciales. -> "Me gusta programar" por que estudiar Matemáticas?
- BlueIBM influyó decisivamente. Esa guía para primero. PSI y 42. Luego el Príncipe de Persia. Y Jmx
Las Demostraciones, la lógica y las Olimpiadas.
El Teorema de Incompletitud de Gödel se veía como un resultado mayor.
La idea de recursividad estaba muy romantizada.
La Filosofía.
¿Cuál era la decepción?
El Shift de no comprender todo lo que se explica y requerir *mucho más estudio* (Matemáticas).
Las prejuzgadas personas del dgiim.
Excepciones: Julia, Beltik, Benni, Draco, Jeremy, Comeau
Incluso: Índigo, Cassie.
Fundamentalmente: Payton
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Probablemente estas personas ganaran mi admiración y categorificación inconsciente como "más capaces", "más inteligentes" a medida que superábamos (cada uno con sus condiciones) los obstáculos.
De hecho, quizás su desconocimiento de ciertas áreas jugara a su favor.
Es decir, el hecho de omitir y evitar los fallos que uno se encuentra cuando se tira a la piscina.
Por ejemplo en FP. Estudiar esa asignatura era como evaluar al profesor y la forma de enseñar a programar. De hecho, decía cosas muy útiles y sabias. Pero no dejaba de ser una *charla pasiva*.
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El mejor cuatrimestre académico fue el segundo de primero. Me sentía en un estado casi Zen. Estudiaba diagonalización con facilidad. Entendía GEO II incluso un poco más allá y resolví muchos problemas de base de Primero. MN era satisfactorio ir a clase.
Y no me hacía falta participar.
Me esforzaba en estudiar las demostraciones de las normas. Y en aprender máxima. La norma p. Vandermore.
Hice algo de trampa al final con las prácticas pero bueno.
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Me gustaba hablar con Benni sobre ello porque se enteraba y era técnico. Quizás en el fondo solo necesitábamos esa motivación y hábito.
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Cálculo II fue estudiada por mi cuenta. Y me sentí genial por sacar tan buena nota. 8.75! y me hizo media y me quedé con un 6.5.
EDIP fue falta de práctica. En dos semanas, nos sacamos un 8. Claro, está habiendo estudiado *muy* bien la teoría y haciendo ejercicios: quizás no suficientemente rápido como para mayor nota.
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En cambio, en 2do ya hubo un pequeño desgaste. Estaba bastante triste. Frío.
¿Qué fue? Velouria. Era increíble. Demasiado inteligente. Con demasiada experiencia. Una mujer mayor. Refinamiento. Excelencia. Pero muy estirada.
Aunque a veces se reía de forma llana. Me gustaba pero salía con Alice. Me bloqueaba. / Me superaba. ¿Alice no?
Y pensar que Velouria quería algo conmigo. Era obvio.
Como cuando Mina en 1Bach. Me sentía tan inseguro con la sexualidad entonces.
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Ahora, en mi opinión, es otra dimensión humana que hay gente que convierte en necesidad principal.
Es importante, pero no lo es todo. Como las otras dimensiones. Y también puede ser nada. Aunque el autoerotismo ya es algo.
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Vale, pero yendo al foco:
Sentir que estas personas "me adelantaban" por la derecha a mi supuesto adelentamiento anterior supuso una disminución de mi autoestima académica.
¿Cómo podía basar mi identidad en estos conocimientos si había otra gente que ya los adquiría y quizás tenía mejores habilidades - más rápidas - más audaces que yo?
Ahí es donde entraba el dilema de Lo Extra. El Underground. Estudio Sin Juicios. Los Verdaderos frikis.
Vs
La persona normal que se saca la carrera.
Hubo que desechar muchas ideas y mitos.
El fundamental, que hacer <<lo que te gusta>> como <<obligación>> es lo mejor.
Mi Relación Casi-Personal con esos conocimientos. Matemáticas Puras idealizadas de Bachiller-problema-orientado.
Y los problemas imposibles de las olimpiadas.
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Luego la relación, las amistades, etc.
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Entonces fui alejándome del ideal-sueño-valdiviano de software. Del que vengo de revisar viendo la charla de Mr. V y ayer de Mr. Anj.
Aka trabajar en una empresa tocha i.e Google, Bloomberg.
Y ser un muy buen comunicador e investigador en cuestiones técnicas a partir de un problema concreto (Mr.V) y un
outlier que se pasa de un PhD en física en 5 años (?) a ser CoreDev CPython.
Charlé con ellos y los convertí en mis ídolos. Dioses. Como Mr. V llamaba a los de BlueIBM. -> Esto influyó muchísimo hasta el punto de convertirse en
*Delirio* bastante gordo el año pasado. Y el anterior en particular con 42
Hasta el punto de hablarle privadamente en cifrado por Telegram. ¡RIDÍCULO!
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Solo indicaba una cosa. La idealización de mis referencias. Mis estándares.
Probablemente nadie de mi curso est��n a su nivel.
Podemos hablar de Julia en cuanto a funcional, algoritmos.
Podemos hablar de Draco en cuanto a emprendurimiento y capacidad general de influencia.
Comeau y Jeremy en cuanto a tecnicismos informáticos.
Todos estos en cuanto a productividad.
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El salto cualitativo y diferencial es la comunicación y el humor de Mr. V.
Se adopta una ética humilde para ser ese tipo de persona. Por otro lado, exige un rendimiento y gestión de estrés presión que no todo el mundo está dispuesto a soportar.
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Entonces me di cuenta de la diferencia entre la persona que hace y la que critica.
Literalmente el Delirio era la voz de toda esta gente:
participa en software,
participa en software,
participa en software.
La comparativa con El Príncipe de Persia.
(tampoco creo que aspire a ser un pro-developer-maxima-eficiencia).
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Entonces me di cuenta de una inseguridad fundamental.
[[ Mi creencia incapacidad personal de ofrecer soluciones originales a problemas ]]
[[ Es decir, dar con un algoritmo / estructura de datos / solución óptima sin buscarlo.
Demostrar algo un poco más difícil de lo normal yo solo.
Es decir, hacer matemáticas. ]]
Pero claro, eso realmente es aportar algo nuevo a un campo.
Que es de lo que debería ir la investigación.
Sé que en informática aportar algo nuevo al desarrollo de software es mucho más sencillo que en matemáticas.
¿Como coño se hacen matemáticas?
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Definitivamente dar esos pasos puede significar un cambio fundamental.
Tratar de Elaborar un Curriculum / trayectoria que me haga sentir orgulloso.
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Y eso puede implicar abandonar Granada y Alexandría, al menos unos años.
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Sin embargo, *una* opción racional es acabar el dgiim en Granada.
Otra sería empezar a trabajar, que daría un poco de risa sin experiencia y sin grado terminado. Y luego volver.
[...]
En conclusión, ese es el problema.
Reflexividad sin salto a la piscina.
Como cuando estudiábamos 42
Seguridad y Fundamentos se destruyen con un por qué a una inercia.
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Fails de mi personalidad: (valorable en filosofía)
- Perfeccionismo <-> Obsesión - Falta de control -> Sueño -
Reflexividad.
Pros:
- Resiliencia (capacidad de sobrevivir a una inercia)
- Profundidad de la cuestión.
- Contexto.
- Precisión
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La inercia es amiga de la degradación y la pérdida esenciales a la vida.
El cambio y la innovación es lo contrario a la inercia.
La lucha por la vida=creación es la historia del fracaso ante la degradación y el sufrimiento.
Hay una idea estancada en mi ser que es la incapacidad de "innovar" y la "no posesión de las ideas".
En cierto modo, soy un cuerpo alimentándose absorbiendo información y discerniendo su veracidad.
Cuando se comprende un concepto matemático, se comprueba un evento científico, pasa al terreno público.
Fue idea de tal persona. ¿qué más da?
Aquí falta ego.
Hay otras persona que mueren y matan por sus ideas.
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Cuando me desperté con una pierna colgando fuera de la cama toqué algo con el pie que no era el suelo. Era raro que no estuviesen allí mis chanclas como siempre. Pero lo que más grima me dio fue el extraño tacto de lo que tocaba con la planta del pie. Era como un huevo enorme. Ya iba a gritar. ¿Un huevo? Pues eso mismo parecía. Pisando con fuerza habría hincado la pierna en él hasta el corvejón. Si de verdad era un huevo, tenía que ser de un tamaño inusitado.
Mirando el techo ponderé si debía bajarme de la cama o no. Tenía pánico a que resultara ser el cascarón de un huevo... y al ponerme de pie se rompiera, tragándome a sus profundidades. Me repetía que no tenía que tener miedo: no sería más que la secuela de algún sueño infantil. De modo que cuando efectivamente vi un gran huevo meciéndose a mis pies, no me sorprendió tanto.
No cabía duda de que era un huevo y mayor que mi almohada, que se balanceaba junto a la cama como si lo acabaran de poner.
«¡L., alguien ha puesto un huevo aquí!», grité, al tiempo que me preguntaba: «¿pero quién?». No se me ocurría ninguna criatura capaz de poner un huevo así. Atravesé la habitación para despertar a mi hermana mayor L., que parecía seguir durmiendo de cara a la pared.
Para despertar a L. hay que chincharla como a un gato amodorrado. Y la verdad que no se podía parecer más a uno. Sacó las piernas del colchón como el gato que saca las garras de su mórbida carne, entreabriendo los ojos lánguidamente con un destello de patente mal humor.
Estaba yo cosquilleándole los fogueados pies cuando L. se puso en pie de un salto, como un mozo soldado que despierta al toque de diana.
—Te digo que hay un huevo —expuse a modo de disculpa. L., peinándose el largo cabello con los dedos de una mano, miró directamente al huevo y dijo seria: —Se trata del huevo de un extraterrestre.
—¿De un extraterrestre?
—Por supuesto. ¿Qué otra cosa va a ser?
Yo sonreía vagamente, intimidado por su seguridad. Sentí como si mi hermana, que sólo tenía un par de años más que yo, se hubiera vuelto de golpe tan madura como mi madre, dejándome atrás en el corralito con los juguetes, asomado solo al mundo de los mayores. Debía de tener algún conocimiento que la habilitaba como adulto, pues no había indicio de emoción o sorpresa en su rostro. Aquello me dejó chafado. No estaba de humor para quedarme en la cama con ella haciéndonos cosquillas como solíamos, como dos gatitos, hasta que mamá empezaba a chillar.
—¿Y qué hacemos? —marmoteé habiendo perdido toda mi confianza. Yo me esperaba que L. saliera con alguna idea genial, como solía ser el caso cuando nos confabulábamos para esconder o romper algo. Pero ella dijo gravemente: —Pues tenemos que incubarlo, claro.
—Sí, pero ¿cómo? —respondí inmediatamente, mirándole a los labios, sellados con la circunspección y autoridad de una maestra.
—Tenemos que mantenerlo caliente en la cama.
Pensé que era muy buena idea. Intenté levantar el huevo hasta mi cama. Con ayuda de L. lo puse de pie y lo rodamos. Yo estaba hecho un manojo de nervios, pensando que se iba a romper. Cuando acabamos, estaba bañado en sudor.
*
Cada mañana nos despertábamos deseando que el huevo se hubiera abierto y un animal desconocido yaciera en el suelo. Pero seguíamos sin encontrar nada sobre el limpio linóleo. Mirábamos bajo la cama uno por cada lado, viéndonos las caras al revés, y luego nos despojábamos del pijama junto con nuestras frustradas expectativas. Revisamos el huevo una y otra vez sin descubrir cambios. Supuse que la criatura que esperábamos sería de una especie muy compleja y avanzada, y L. estuvo de acuerdo. «Bueno, no hay que ser impaciente», decía L. desentendida, arrimando por la noche la barriga al huevo. Yo, por el contrario, estaba muy preocupado. Igual nuestro método de incubación era completamente errado. Quizás había que enfriar el extraño huevo en vez de calentarlo. Al fin y al cabo se trataba de un huevo extraterrestre, y cualquier cosa que nos pareciera un desatino podía ser lo correcto. Con todo L. seguía muy confianzuda. Quitaba el cobertor y tras empujar el huevo hasta el sol —se le había ocurrido ponerlo al sol durante el día— golpeaba la cáscara con la punta de los dedos, pegando la oreja, a ver si se oía algo.
—No se escucha nada. Todavía no se va a abrir.
—¿Cuánto queda?
—Una semana por lo menos.
Al parecer la ley de Hartree era aplicable al huevo. La invariable de Von Neumann era de una semana, de tal manera que independientemente de cuándo formularas la pregunta, la respuesta era siempre «en una semana». L. se ponía tan seria cuando decía aquello que de verdad parecía que el huevo estuviera gobernado por aquella ley de chiste.
—No hay que precipitarse. El huevo se va a abrir.
Pero yo estaba convencido de que habíamos hecho algo mal. Quizá algo se había torcido en el huevo hacía ya tiempo y ya no tenía arreglo, por muchos baños de sol que le diéramos. Teniendo en cuenta lo poco que sabíamos, igual lo estábamos matando lentamente. Podía ser que cuando finalmente lo rompiéramos desesperados lo que encontráramos fuera un horrible burujo de podredumbre que había ido hinchándose todo ese tiempo.
L. desechó mis temores entre risas y se fue a la facultad. Pero al minuto estaba de vuelta; había intuido mis intenciones de hacerle algo al huevo mientras ella no estaba. Y su instinto resultó pasmosamente certero esta vez porque lo que yo había resuelto era, para ser exactos, romper el huevo aquel mismo día sin permiso de L.. Tras hacerme de una piqueta de montañero y un martillo estaba allí embebido delante del huevo, escrutándolo, envuelto en un ampo de luz onírica como flojel. L. tuvo que verme desde la puerta entrecerrada: «¡Para, no seas loco!». Irrumpió desalada en la habitación como si fuera a detener un intento de suicidio y me abrazó la barriga por detrás. Aún así hundí la piqueta en el huevo sin mirar las consecuencias.
El cascarón se partió como si nada. Aunque no lo golpeé fuerte, para no dañar lo que fuera que hubiera dentro, se quebró como hielo fino. La inercia del golpe hundió la piqueta en el huevo como si éste se la tragara entera. L. bramó como si hubiera alcanzado el orgasmo. Luego la piqueta se me escapó de la mano y desapareció de verdad en el huevo. ¿Por qué razón la solté? Miré por la grieta pero no pude ver nada.
—¿Pero qué has hecho? ¡Habrás cortado al bebé! —me apartó violentamente y miró dentro—: No hay nada.
Dentro había una oscuridad total. Cualquier oscuridad revela algo cuando la luz penetra en ella, pero ésta repelía la luz como una masa. Pero no se trataba de un fluido viscoso o de una sustancia sólida... no había nada, ni siquiera un gas sutil. Con recelo fui tentando dentro. «¡Cagueta!», dijo L. remangándose como mujer que acomete sus faenas y metiendo el brazo en el huevo hasta el hombro. Me quedé atónita al descubrir lo intrépidamente osada que era. Luego palideció, boqueando en un grito inarticulado y haciéndome señas de auxilio. Pensé que el bicho dentro del huevo tenía que haberse molestado con la temeraria exploración de L. y le había mordido la mano, como haría una rata acorralada. Tiré de su brazo con todas mis fuerzas y L. cayó sentada sin poder evitarlo. Pero tenía el brazo todavía; no se había fundido en la oscuridad del huevo ni el desconocido animal se lo había arrancado. Me alivió verlo colgando de su hombro, tan flaco como siempre.
—¿Qué ha pasado? ¿Había alguien dentro?
—Nadie —L. sacudió la cabeza negando rotundamente—. No hay nada ni nadie... es como un vacío.
Pensé que no sería como un hueco normal y corriente. No podía ser un vacío de nada. Volví a mirar dentro, galvanizado, como si vislumbrara otro universo. Sin saber por qué sentí ganas de desaparecer por el negro agujero yendo a parar a otra parte. El impulso era tan fuerte que me puse a temblar. L. debió de sentir lo mismo. No debíamos volver a tentar así como así; eso determinó L., recobrando la dignidad que correspondía a una hermana mayor. Tratándome aspaventosamente como a un niño pequeño, parecía decidida a impedir que un muchachito inocente fuera tentado por aquello.
—Teniendo en cuenta la situación —aseveró L., como si fuera un jefe de obra—, lo único que podemos hacer es destruirlo.
—¿Qué...? —pero no me dio tiempo de más porque L. recogió el martillito y empezó decididamente a golpear el huevo. El cascarón se quebró con facilidad, haciéndose pedazos que iban cayendo en la sombra que encerraban, desapareciendo con cada golpe.
—¡Tú no te acerques! —diciendo esto, L. acabó con aproximadamente un tercio del huevo en un pispás. La tiniebla ovoide, privada ya de su cobertura, asomaba la cabeza. ¡Qué estupidez! La oscuridad debía desaparecer comida por la luz. Pero ésta sin embargo hincaba parte de sí en la luz, reteniendo la forma del huevo, con el resto aún cubierto por el cascarón blanco... la protuberancia semejaba un bálano liso y reluciente. L. rompió a reír ronca, sin parar, como si se hubiera vuelto loca. Aquel espectáculo le recordaba obviamente algo que yo ignoraba.
Pero enseguida nuestro jolgorio cesó. Contuve la respiración y a L. se le quedó la voz en la garganta, aún llorando de la risa. Del huevo, o mejor dicho de la sombra en forma de huevo, surgió el extraterrestre.
Kurahashi Yumiko
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El pasado ancestral se convierte en efecto en un pasado que no ha pasado nunca, que nunca ha sido presente, que retrocede del futuro hacia él mismo en lugar de progresar de sí mismo hacia un futuro. Todo antirrealismo parece implicar una destrucción del sentido de la ciencia.
Quentin Meillassoux (2019), Metafísica, especulación, correlación, Realismo Especulativo, Materia Oscura Editorial.
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El gran debate filosófico del siglo XX sigue abierto desde que Einstein rechazó el antirrealismo de Bohr y la interpretación de Copenhague | Xataka #ciencia #filosofia #fisica #fisicacuantica #einstein #epistemologia #ontologia
El gran debate filosófico del siglo XX sigue abierto desde que Einstein rechazó el antirrealismo de Bohr y la interpretación de Copenhague | Xataka #ciencia #filosofia #fisica #fisicacuantica #einstein #epistemologia #ontologia
Congreso Solvay celebrado en 1927 “Antonio Diéguez – 14 Agosto 2021 Suelo decirles a los alumnos de mis clases de filosofía de la ciencia que uno de los mayores debates científico-filosóficos del siglo XX casi nunca se les menciona con algún detalle a los estudiantes de filosofía (y hasta donde sé tampoco a los de ciencias). Me refiero al debate sobre la naturaleza de la realidad y los…
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Quando inquirimos se há a lógica correta, podemos perseguir dois cursos, o sim e o não. O antirrealismo advoga uma resposta negativa para a pergunta. Já conservadores caminham para uma resposta positiva, além de afirmar a existência, somos capazes de dizer qual, tal posição denomina-se realismo. Estes termos são usados em outras áreas do saber, e.g., Filosofia da Ciência, Ontologia, entre outras disciplinas, inclusive não-filosóficas, aqui, restringiremos estes conceitos no campo da Lógica.
Vamos caracterizar tais correntes. De um lado temos os sistemas formais e do outro a realidade. Sistemas formais possuem certa estrutura, alguns símbolos lógicos e não-lógicos, ou “constantes lógicas e símbolos interpretáveis”[1]. Estes sistemas tentam modelar a realidade, priorizando algum aspecto que queira ser formalizado, por exemplo, a lógica proposicional é demasiada fraca para representar a aritmética de Peano, precisamos de ferramentas mais expressivas, como as lógicas de primeira ordem (LPO). Quando cremos que um conjunto sistemas é de fato um espelho da realidade, correspondendo exatamente as estruturas existentes, i.e., o estado-de-coisas na realidade (objetos, propriedades, suas relações), estamos indo em direção ao realismo ingênuo, onde há uma correspondência entre a estrutura da linguagem e a realidade, e.g., no Tratactus é nítido a tentativa de construir algo parecido, ou com Carnap e sua “sintaxe lógica do mundo”, embora algumas interpretações sugiram que ele seja instrumentalista.
Agora, precisamos definir o antirrealismo. Tal posição pode ser caracterizada como instrumentalista, i.e., mesmo sendo um modelo da realidade, não há nada que assegure uma correspondência (ingênua ou não) com a realidade, não há nada que a lógica queira representar da realidade, antes, a lógica é apenas uma ferramenta que usamos, dentre todas as que criamos para fins pragmáticos. Nessa visão, cada ferramenta é avaliada em função de sua utilidade, assim, quando o contexto sugere falhas em uma lógica L subjacente, não culpamos a teoria (até poderíamos revê-la), o ponto é que podemos utilizar outra ferramenta, onde o trabalho seja menos desgastante. Pense na seguinte metáfora, para colocar um prego na parede, qual ferramenta você usaria, um martelo ou uma caneta? Até poderíamos, depois do labor, pregar com a caneta, mas seria muito mais simples utilizar o martelo. A analogia é rústica, mas serve para exemplificar que não estamos falando de verdadeiro ou falso, correto e incorreto, aplicar certa lógica L num contexto X, apenas reflete que tal escolha assenta-se em graus de utilidade, e qualquer outro critério pragmático que você queira elencar, no final, sempre, a escolha é decidida por valores, preferência, e não pela “(in)correção” deste ou daquele sistema, portanto, neste domínio a questão veritativa não faz sentido.
Agora, podemos responder melhor a questão. Podemos concluir que o realismo está mais próximo do monismo e do pluralismo. Monismo é a tese de que há apenas uma lógica correta, já o pluralismo diz que existe uma certa dúvida em relação a exclusividade de uma lógica, já que no século XX milhares de sistemas não-clássicos eclodiram. Mas, isto não derroga a posição monista, poderíamos escolher um monismo não-clássico, e.g., adotar um monismo dialeteísta, posição sustentada por Priest, ou um monista intuicionista, como Dummett.
O pluralista concorda que diferentes lógicas conseguem modelar adequadamente a realidade, aqui, seguindo Haack (1978), temos dois tipos, o global e o local. O pluralista local defende que diferentes sistemas lógicos são adequados (corretos) em relação a diferentes áreas do discurso, ou num plano ontológico, em diferentes cortes da realidade, assim, a lógica clássica consegue lidar bem com fenômenos macroscópicos, enquanto a ‘lógica quântica’ modela melhor os fenômenos descritos pela mecânica quântica. Não existe algo como validade, a validade é sempre relativa à um sistema específico, um argumento não é válido somente, mas válido-em-L. Agora, o pluralista global é caracterizado como compatível com o monista, alguns princípios lógicos valem independentemente do contexto, há “algo” que perpassa todas as lógicas. Contudo, enquanto o monista enxerga uma incompatibilidade entre um clássico e não-clássico, o pluralista global acabará por dizer que os dois estão falando de coisas diferentes, eis a tese da variação do significado, enunciado por Quine, muda-se a linguagem, muda-se o assunto. O conectivo “ou” da lógica clássica não tem o mesmo significado quando empregado na lógica intuicionista, aqui, podemos comparar, a palavra ‘espaço’ usada na geometria euclidiana tem outro significado de sua mesma grafia expressa numa aula de geometria lobachevskiana, a mudança de contexto gera uma incomensurabilidade semântica entre a disjunção, conectivos, traduções de fórmulas e assim por diante.
É impossível dar uma resposta definitiva para a questão, mas aceno que o monista, qual tipo for, terá em mãos grandes dificuldades em explicar por que e como as outras lógicas não são corretas. O simples fato de existir outras lógicas não-clássicas é uma evidência de que são legítimas, visto que as incorporamos em nossas práticas, são úteis etc., isto acaba por enfraquecer uma posição monista e creio até ser impossível sustentar tal posição. Nem todos os sistemas não-clássicos propõem substituir a lógica clássica em seu domínio não-problemático, i.e., em contextos que a LPC funciona, a manteremos sem nenhum problema. Confirmamos isto quando conseguimos reconstruir um sistema clássico dentro de outro sistema não-clássico.
Isto nos leva ao terceiro problema, como justificar a adoção de um sistema em certa situação? Bom, assumindo uma posição instrumentalista, a qual tenho mais simpatia, retomamos a analogia das ferramentas. Para apertar um parafuso, melhor do que o martelo, será necessário usar uma chave de fenda específica, assim como não usamos garfos para comer sopa, não porque é incorreto, antes, a justificação de tal ato é pragmática, em outras palavras, é inútil utilizar certas ferramentas em alguns contextos. Portanto, para justificar a escolha dessa ou aquela lógica, basta decidirmos qual fim desejamos em nossa investigação, destarte, a escolha da lógica resume-se aos critérios pragmáticos, vide o exemplo da aritmética de Peano. Bom, então isso abre espaço para o relativismo? Isto nos leva ao último problema.
Como escapar do relativismo lógico? Similar aos conceitos de realismo/antirrealismo, o relativismo é dito de muitas maneiras, e em muitas áreas. A ideia básica poderia ser condensada, espero que a simplificação não mutile o conceito. Em linhas tortas, todo relativismo é uma instanciação do seguinte esquema geral: Y é relativo a X. Cabe ressaltar aqui uma diferença entre pluralismo e relativismo semântico, enquanto o pluralista (local) afirma que 📷 e 📷, um relativista semântico diria que 📷, onde a discordância está na semântica da negação, quando interpretamos a negação sob as vistas da lógica relevante, não temos o princípio da explosão, ao passo que a negação clássica, em sua interpretação usual, acarreta na trivialidade. Isto difere drasticamente do pluralista, já que a diferença, para eles, está na consequência lógica, não na semântica. O relativismo pode ser dito forte ou fraco, e não necessariamente está ligado com o uso desta palavra em campos como a Ética, por exemplo. Um relativista lógico não necessariamente é um relativista moral. O relativismo também não implica que qualquer lógica seja adequada em um contexto específico.
Parece que a racionalidade, num sentido abstrato e nada definido, não abrirá de certas condutas de inferências em contextos bem delimitados. Considere o seguinte exemplo, um casal não-monogâmico, onde o rapaz possui duas namoradas. Ele mora em Florianópolis, uma em Santos e a outra em Recife. Ao ser questionado sobre qual das duas visitaria na data de seu aniversário, comunica às jovens que estará simultaneamente, num tempo t, tanto em Recife quanto em Santos. Existe um grande problema aqui, é impossível que isto aconteça, e qualquer pessoa sã, no lugar das duas infelizes namoradas, notaria uma contradição performática na afirmação do rapaz. Ninguém, em sã consciência, abandonaria a lógica clássica aqui, contradições não são bem-vindas quando o assunto é estar em lugar determinado com a pessoa que se ama! Com o rústico exemplo, quero salientar que ninguém estaria disposto a abandonar a ideia de que estar em Recife no instante timplica que é falso estar em Santos no mesmo instante t. Uma afirmação exclui a outra, e isso é extremamente aceitável, neste contexto. Agora, a Lógica não está interessada em casais não-monogâmicos, construímos sistemas para que eles sejam aplicados, geralmente na axiomatização de áreas do saber (Biologia, Física, Matemática etc). Os respectivos objetos das diversas ciências, que sempre adotam uma lógica subjacente (consciente ou inconscientemente), são tão distintos que o tratamento de todos sob uma única lógica torna-se complicado.
[1]Tal divisão é, em certo sentido, arbitrária e não há um consenso entre as demarcações, como Tarski já alertara em Sobre o conceito de consequência lógica. [2]RESTALL, Greg. Carnap’s tolerance, meaning, and logical pluralism. The Journal of Philosophy, JSTOR, v. 99, n. 8, p. 426–443, 2002.
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Neste programa, o terceiro da série Cinema Não Obstante, Marcos Beccari e Rogério de Almeida discutem sobre o filme “Bohemian Rhapsody” (Bryan Singer, 2018). Este programa foi gravado antes do Oscar, onde o filme foi contemplado com 4 premiações. Edição: Felipe Ayres
Arte da vitrine: Marcos Beccari >> 0h4min44seg Pauta Principal Links - E-book "Antirrealismo: uma breve história das aparências", de Marcos Beccari: https://marcosbeccari.com/books/. - Assine o feed do Não Obstante: http://feed.naoobstante.com/.
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Realismo
O realismo filosófico é uma corrente da filosofia que enfatiza a completa independência ontológica da realidade em relação a nossos esquemas conceptuais, crenças e pontos de vista. Os adeptos do realismo filosófico tipicamente (mas não necessariamente) defendem que a verdade é uma questão de correspondência entre as nossas crenças e a realidade. O realismo filosófico pode ser adotado em relação a setores específicos da realidade, como, por exemplo, à existência de outras mentes, à existência do passado ou do futuro, dos universais, das entidades matemáticas (tais como os números naturais), das categorias morais, dos objetos macroscópicos da experiência cotidiana ou das entidades teóricas das ciências (como os quarks e os buracos negros).
Tradicionalmente, a posição realista em epistemologia opõe-se à posição idealista – isto é, à doutrina de que os objetos físicos e os eventos do mundo exterior são de alguma forma construções do espírito humano. Contemporaneamente, o realismo se opõe ao antirrealismo, especialmente na filosofia da ciência.
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A falência do naturalismo como fundamento para os Direitos Humanos | Angus J. L. Menuge
INTRODUÇÃO Quase todas as pessoas são a favor dos direitos humanos, e muitos de nossos debates culturais dependem de se contrapor um suposto direito humano contra outro. Ambos dos principais instrumentos de direitos humanos, a Declaração Universal dos Direitos Humanos (1948) e a Convenção Europeia dos Direitos Humanos (1953) incluem o direito básico à vida, pelo motivo óbvio de que, sem vida, nenhum dos outros direitos pode ser exercido. Ainda assim, é comum alegar que o aborto e o suicídio assistido também são, fundamentalmente, direitos humanos. Dado que o conjunto de declarações de direitos é inconsistente, todos nós precisamos de um princípio que nos diga quando uma alegação particular é (ou não) justificada. Como Dave Baggett [1], Paul Copan [2] e Jon Warwick Montgomery [3] têm argumentado exaustivamente, o teísmo claramente nos fornece este princípio. No entanto, a maioria dos filósofos está comprometida com o naturalismo. Assim, é possível conferir um fundamento naturalista aos direitos humanos e evitar a necessidade de Deus? Iniciarei com alguns comentários sobre a natureza dos direitos humanos e indicar a implausibilidade prima facie das teorias naturalistas. Em seguida, examinaremos a ética evolucionista em mais detalhes, demonstrando que sua tentativa de alicerçar a moralidade na história natural enfrenta um sério dilema. 1. DIREITOS HUMANOS E NATURALISMO A ideia moderna de direitos humanos foi desenvolvida como uma resposta às atrocidades cometidas pelos nazistas na Segunda Guerra Mundial e à impossibilidade de se apelar às leis positivas de certas nações, dado que, em termos técnicos, tais atrocidades eram legais [4]. Nos julgamentos de Nuremberg foi reconhecido que os seres humanos possuem direitos fundamentais, valor intrínseco e dignidade a ser protegida, e o estado não possui autoridade de outorgar ou revogar os direitos humanos; tais direitos são universais (todos os humanos os possuem), inerentes (alguém os possui simplesmente por ser humano) e inalienáveis (não podem ser suspendidos ou tomados). Uma consequência interessante é que a obrigação de proteger os direitos humanos detém uma necessidade normativa. Um direito superior pode sobrepor um direito inferior (como o direito de autodefesa pode sobrepor o direito daquele que ataca uma vida), mas esse é um caso de dois direitos que são dignos de consideração moral e não de apenas um. Não se pode dizer, em um espírito utilitário, que alguém somente possui um direito humano se as consequências forem boas e que, assim, o agressor talvez não possuía direito à vida; pelo contrário, ele possuía genuíno direito humano à vida digno de consideração moral, mas este foi sobreposto pelo direito superior à autopreservação. Assim, mesmo que um direito possa ser sobreposto, a existência do direito humano como um fator moralmente considerável não é contingente às circunstâncias e esta é a razão pela qual a obrigação prima facie de proteger os direitos humanos possui uma necessidade normativa. Não é difícil ver porque o naturalismo encontra dificuldade para fundamentar tais obrigações. Este é apenas um caso especial da dificuldade geral que naturalistas encontram ao contabilizar a existência de valores e deveres morais objetivos. Para o naturalismo, o cosmos como um todo é um conjunto não intencional de processos naturais não direcionados. Não pode ser afirmado sobre estes processos que eles deveriam (ou não) acontecer de uma certa forma. Diante disso, os processos naturais que levam os membros de um regime tirânico a cometerem genocídio não são diferentes, moralmente falando, dos processos naturais que levaram Madre Teresa a cuidar dos pobres e doentes em Calcutá. Estes processos simplesmente são assim e não podemos dizer que alguns são bons (ex.: como os que protegem os direitos humanos) e outros são maus (ex.: como os que os violam). O problema geral é a bem conhecida falácia naturalística. Nenhuma quantidade de fatos acerca do que está se passando na natureza implica concluir algo sobre o que deveria, ou não, estar ocorrendo. Agora, um naturalista pode abraçar o niilismo ou alguma versão extrema de antirrealismo moral, mas não pode mais (sem cometer equívocos) justificar alegações sobre os direitos humanos porque, no fim das contas, ele não acredita que tais direitos existam. Assim, o que um naturalista que afirma a existência de direitos humanos pode fazer? Uma sugestão desesperada é o Platonismo Moral Ateísta (PMA) [5]. De acordo com o PMA, é apenas um fato bruto o fato de que a realidade contém tanto um universo físico como um reino “platônico” de universais morais (como justiça e bondade), o que torna possível a existência de deveres e obrigações morais objetivas. Contudo, isso é altamente implausível. Os defensores do PMA parecem ter sacado seus cartões de crédito filosóficos e adicionado os universais morais ao carrinho ontológico sem nenhum objetivo sério de demonstrar que os universais morais são fundamentados no universo físico [6]. E, uma vez que não há relação substancial entre os reinos físico e moral, não há razão para esperar que os universais morais tenham algo especial relacionado conosco. Por que eles não deveriam proteger os direitos das rochas e moluscos e permanecer indiferentes aos seres humanos? E mesmo que tais universais se aplicassem a nós, como poderiam gerar obrigações? É simplesmente incrível que tenhamos obrigações morais com universais impessoais como a bondade ou a justiça. E isto revela um problema ainda mais fundamental: em nossa experiência, obrigações morais (ex.: manter promessas, ser justo e imparcial, etc.) existem entre indivíduos, uma vez que são os indivíduos que prescrevem tais obrigações, indivíduos diante dos quais somos moralmente responsáveis, indivíduos com os quais podemos errar. A maior parte dos naturalistas percebe que deve demonstrar o motivo de valores e deveres morais serem esperados em um universo físico. Os naturalistas podem ser estritos ou gerais [7]. Para os naturalistas estritos, não há teleologia operando na natureza, portanto não há propósitos (nem mesmo impessoais) que poderiam fundamentar as obrigações morais. Se a natureza é assim, então J. L. Mackie estava completamente certo ao concluir que “características prescritivas intrinsecamente objetivas… constituem um conjunto de qualidades e relações tão estranho que é altamente improvável que ele tenha surgido no curso ordinário dos eventos…” [8]. De fato, não há como (a não ser por mágica) processos completamente não-teleológicos poderem fundamentar prescrições obrigatoriamente objetivas, pois não há uma forma como o mundo deveria ser. Não é surpreendente então que os naturalistas estritos constantemente concluam que uma aproximação não cognitiva à ética seja necessária (ex.: emotivismo ou construtivismo [9]). E isso significa que qualquer ideia de que devemos respeitar e proteger os direitos humanos deve ser apenas uma ilusão. Entretanto, os naturalistas gerais tipicamente afirmam [10] que, mesmo que a teleologia não esteja presente no nível das partículas básicas, à medida em que arranjos mais complexos destas partículas se desenvolvem em sistemas físicos, várias propriedades de nível superior aparecem (ex.: consciência, razão, livre-arbítrio, valores morais [11]). Além do mais, alega-se que essas propriedades ainda são qualificadas como naturalistas por conta de sua total dependência dos arranjos físicos das partículas (via superveniência ou emergência). Neste ponto de vista, a base para os direitos humanos é encontrada na história causal e natural dos seres humanos. Os seres humanos possuem direitos especiais somente devido ao fato de terem desenvolvido o tipo certo de complexidade. Ainda assim, é precisamente esta alegação de contingência histórica que aparenta ser incompatível com a própria ideia de um direito humano. 2. ÉTICA EVOLUCIONÁRIA Embora sejam possíveis várias versões da ética evolucionária (EE), uma afirmação compartilhada entre elas é a de que o senso moral dos seres humanos é o resultado de sua história natural. Dado que tal história é contingente, segue-se que nosso senso moral poderia ter sido diferente, nos levando a juízos morais diferentes dos que de fato fazemos. Darwin ilustra este ponto com uma notável ilustração: “Se…os homens fossem criados precisamente sob as mesmas condições das abelhas de uma colmeia, dificilmente teríamos dúvida de que nossas fêmeas que não se cassassem, assim como as abelhas operárias, acreditariam ser um dever sagrado matar seus irmãos, e as mães lutariam para matar suas filhas férteis, e ninguém pensaria em interferir.” [12] Neste cenário, humanos pensariam que atos seletos de fratricídio ou infanticídio não seriam apenas permitidos, mas obrigatórios. Mas Darwin não é claro sobre como estas crenças morais contrafactuais iriam corresponder a uma realidade moral diferente e isso deixa ao defensor da EE duas opções, que chamo de EE Fraca e EE Forte. Para a EE Fraca, é apenas a psicologia moral (nossas crenças morais) que seria diferente se tivéssemos sido criados como abelhas de uma colmeia. Logo, o fratricídio e o infanticídio ainda poderiam ser errados ainda que não pensássemos isso. Para a EE Forte, porém, é a própria ontologia moral (o que é certo e errado) em si que a história natural explica. Neste caso, se tivéssemos sido criados como abelhas, o fratricídio e o infanticídio seriam corretos. Agora, é certamente possível para um proponente da EE defender um ceticismo moral [13] ou alguma versão do antirrealismo moral [14]. Mas isso não seria suficiente para demonstrar que há uma obrigação moral genuína de se respeitar e defender os direitos humanos. Nossa questão, então, é se a EE, seja forte ou fraca, é ou não um fundamento plausível para esta obrigação. Eu afirmo que não é. A EE Forte enfrenta um sério problema ontológico: se ela for verdadeira, não parece existir nada que possa ser chamado de direitos humanos. Já a EE Fraca enfrenta um problema epistemológico: embora ela seja compatível com a existência de direitos humanos, torna-se incrível nessa proposição o fato de que podemos saber quais são esses direitos. De qualquer maneira, não há uma base efetiva e prática para se defender os direitos humanos. A. O PROBLEMA ONTOLÓGICO DA EE FORTE O problema com a EE Forte é que ela faz os direitos humanos serem inaceitavelmente contingentes. É claro que até mesmo um teísta dirá que tais direitos são contingentes de alguma forma: eles são contingentes ao fato de termos sido feitos à imagem de Deus. Entretanto, baseado nisso, o teísta afirma que ser humano é suficiente para assegurar nossos direitos e nega que quaisquer outras contingências (como classe, raça, inteligência, força ou saúde) sejam relevantes para o nosso valor. Em contraste a isso, na EE Forte, ser humano não garante que teremos qualquer conjunto específico de direitos, uma vez que nossos direitos também dependerão dos detalhes de nossa história natural. Assim, se fôssemos criados como abelhas, alguns atos de fratricídio e infanticídio seriam corretos, e isso significa que alguns irmãos e irmãs não teriam direito à vida. Se for assim, então qualquer direito à vida que irmãos e infantes tenham (porque de fato não fomos criados como abelhas) não é inerente: não temos esse direito porque somos humanos, mas por conta da forma como fomos criados. Agora, com certeza um defensor da EE Forte pode insistir e dizer que sua visão ainda nos permite alguns direitos no mundo real, no qual não fomos criados como abelhas. Mas este movimento incorre em graves e sérios custos. Em primeiro lugar, o defensor da EE Forte precisa negar haver qualquer necessidade normativa em nossa obrigação de proteger a vida; que o fato de irmãos e irmãs terem direito à vida é apenas uma coincidência. E, ainda assim, a única diferença entre estes indivíduos e outros que foram criados como abelhas é extrínseca (observe que não estamos assumindo um bizarro experimento genético, de modo que em um caso contrafactual os seres humanos realmente se tornam abelhas). Em segundo lugar, a EE Forte parece violar o princípio da diferença relevante: ela afirma que duas classes de indivíduos possuem valores morais distintos sem, no entanto, apresentar uma distinção relevante entre eles. E, em terceiro lugar, a EE Forte parece ter os mesmos problemas que o utilitarismo clássico. Quando confrontados com o fato de que pode ocorrer que uma maioria fique feliz pelo genocídio de uma minoria, utilitaristas tipicamente retrucam, dizendo que em um mundo real e no curso do tempo, a maior parte das pessoas se torna infeliz diante de tal atrocidade. Ainda que seja verdade, isso implicaria que, se um tirano fosse mais eficiente em realizar lavagem cerebral ou exterminar aqueles que discordam, o genocídio eventualmente seria correto. É certamente um absurdo sugerir que o genocídio só é errado no mundo real por conta da incompetência administrativa! Além do mais, o defensor da EE Forte não está em posição de alegar que os direitos humanos são inalienáveis ou necessariamente universais. Isso por que as diferenças nas futuras condições de vida poderiam afetar os direitos que temos. Assim, imagine que um tirano qualquer ame abelhas (ele as vê como cidadãos modelo) e decide que, a partir de agora, seremos criados de forma similar. Com um estalo, irmãos e infantes meninas perdem seu direito à vida. Então, mesmo que eles atualmente possuam tal direito, não é necessário que eles que eles o tenham e o Estado pode facilmente criar circunstâncias nas quais este direito é revogado. De fato, cenários ainda mais horríveis são possíveis – resquícios dos vários filmes e livros de ficção científica nos quais seres humanos são usados como baterias vivas, fertilizantes ou alimento e ninguém tem direito à vida. De forma mais realística, vemos que as sociedades frequentemente tentaram criar condições de vida em que (segundo afirmam) um grupo de pessoas não desfruta da totalidade dos direitos humanos: escravidão, trabalho infantil, sistema de castas, prostituição forçada, guetos e apartheid. Tudo isto constitui exemplos claros de abuso dos direitos humanos e reforçam o fato de que os direitos humanos não podem depender das condições de vida como a EE Forte afirma. Subjacentemente a essa falha da EE Forte está a realidade de que ela parece confundir duas noções de “bom”. A seleção natural consegue explicar a retenção de características que são boas para um organismo, uma comunidade ou uma espécie, no sentido de que elas aumentam a probabilidade de sobrevivência ou reprodução. Mas, como Richard Joyce aponta, o fato de que X é bom para Y não implica que X é moralmente bom [15]. O assassinato é bom para remover líderes políticos e exterminar pessoas em câmaras de gás com o fim de purificar a etnia, mas isso não faz do assassinato uma prática moralmente boa. E o mesmo ponto se aplica ao bem biológico. O fato de que mosquitos provocam bem biológico ao vírus da malária não implica que tais mosquitos possuem qualquer valor moral. E o fato de que guerras tribais (usando um dos exemplos de Darwin) servem ao bem biológico de uma tribo em particular aumentando a cooperação e a coesão dentro dela (mesmo que a guerra viole todas as condições de uma guerra justa), isto certamente não implica que a guerra tribal é moralmente boa. De fato, ela poderia constituir um claro exemplo de abuso dos direitos humanos. E, similarmente, o fato de que o fratricídio e o infanticídio feminino podem ser biologicamente bons para os seres humanos se vivessem como abelhas, não significa que estas práticas sejam moralmente boas. Desta forma, percebe-se um abismo lógico entre o que serve aos interesses biológicos das espécies e o que possui valor moral. Um problema ainda maior é o de que, uma vez que nossos direitos se tornam contingentes à real distribuição das capacidades naturais conferidas pela nossa história natural, não há uma boa razão para pensar que apenas os seres humanos, ou que todos os seres humanos, possuem direitos especiais. Se os direitos são baseados em nosso grau de adaptação biológica, então, como indica James Rachels, a humildade barata também está adaptada [16]. Desta forma, Peter Singer estaria correto em rejeitar a afirmação de que apenas seres humanos possuem direitos especiais, uma vez que isto seria um tipo de “especismo”. E se os direitos são baseados em nossas capacidades naturais, então sempre será possível encontrar indivíduos que sofrem de limitadas condições mentais ou físicas e, assim, que não possuem direitos. De qualquer maneira, as capacidades naturais não estão uniformemente distribuídas e isto minaria a equidade básica dos direitos humanos. Assim, como algumas pessoas são naturalmente mais inteligentes ou fortes que outras, parece que algumas delas terão mais direitos que outras. Mais uma vez, ser humano não é suficiente para o naturalismo: é necessário ser o tipo certo de humano. Isso subverte completamente a ideia de direitos humanos, direitos estes que uma pessoa tem simplesmente em virtude de ser humana. Assim, se a EE Forte é verdadeira, parece que não há, de fato, quaisquer direitos universais, inerentes e inalienáveis. Ainda que haja alguns “direitos” (ex.: direitos convencionais ou pactuais), os direitos humanos realmente não existem. B. O PROBLEMA EPISTEMOLÓGICO DA EE FRACA A EE Fraca, como tese modesta acerca da psicologia moral, é certamente consistente com a existência de direitos humanos. Entretanto, não tem nada que ver com a explicação acerca destes direitos. Neste ponto de vista, se tivéssemos sido criados como abelhas, teríamos acreditado que o fratricídio e o infanticídio feminino são corretos, mas isto não teria nada que ver com a realidade moral. Certamente, esta visão permite que tenhamos verdadeiras crenças morais, uma vez que o que nossa história natural nos leva a acreditar pode corresponder à realidade moral. Mas a EE Fraca certamente não fornece bases para pensarmos que poderíamos conhecer a realidade moral (incluindo os direitos humanos) e até mesmo alguma razão para pensarmos que não poderíamos conhecê-la. É praticamente universalmente aceito entre epistemologistas (sejam os internalistas que exigem dizer que podemos ver o porquê nossas crenças são verdadeiras, ou externalistas que estão satisfeitos desde que estejamos seguramente conectados à verdade) que é impossível conhecer p se alguém está certo em acreditar em p apenas por acidente. Assim, se eu olho para um relógio quebrado que indica o horário de 7h30 e o horário é realmente 7h30, minha crença é verdadeira, mas não tenho conhecimento porque eu só estava certo por uma coincidência acidental. Uma explicação natural do que deu errado aqui é: o fato de que era 7h30 não havia qualquer relação com o motivo pelo qual o relógio indicava ser 7h30 e, assim, nenhuma relação com a razão pela qual eu acreditava ser 7h30. Infelizmente para a EE Fraca, se isso for verdade, estamos, então, em uma situação precisamente similar com relação às nossas crenças morais. Neste ponto de vista, a história natural é causalmente relevante às nossas crenças morais, mas não diz nada sobre a realidade moral. Se tivéssemos sido criados como abelhas, pensaríamos que o fratricídio e o infanticídio são corretos mesmo que não fossem. E poderia acontecer de pensarmos que o fratricídio e o infanticídio são errados (porque não fomos criados como abelhas) ainda que eles fossem corretos. Mas agora suponha que nossa crença de que o fratricídio e o infanticídio são errados seja verdadeira. Ainda assim isto não é conhecimento, pois o que nos fez crer desta forma não tem qualquer relação com o motivo pelo qual nossa crença é verdadeira. Note que a convicção interna da certeza não tem qualquer proveito. Suponha que fôssemos conhecer uma tribo de humanos criados como abelhas. Eles estariam convencidos de que estamos errados, que estamos privados pela nossa ignorância supersticiosa acerca de nossos deveres sagrados envolvendo o fratricídio e o infanticídio; por outro lado, estaríamos convencidos de que o comportamento deles é moralmente abominável. Neste caso, então, o máximo que a EE Fraca pode esperar é que estejamos certos em relação à questão por conta do agradável acidente de termos sidos criados da maneira correta. Mas então, é claro, alguém também pode questionar sobre qual seria a probabilidade de nossas crenças se identificarem com a realidade moral se a EE Fraca for verdadeira. Já vimos que não há conexão lógica entre adaptação biológica (aquilo que é biologicamente bom para um indivíduo ou uma espécie) e o bem moral. Se for assim, e considerando o vasto número possível de histórias naturais que podemos ter tido, parece altamente improvável que nosso mecanismo de formação de crenças estaria apto para a verdade moral. Isto não ocorre meramente por conta do problema bem conhecido do naturalismo de que crenças biologicamente úteis não precisam ser verdadeiras. No caso das crenças acerca da realidade física, o naturalista pode pelo menos oferecer algum tipo de teoria causal de representação que conecte o estado físico das coisas com a crença; e não é completamente implausível o fato de que possuir algumas crenças verdadeiras sobre alguns aspectos locais do ambiente físico seja adaptativo. As questões são totalmente distintas das crenças morais, uma vez que os valores morais não são itens físicos com os quais o corpo ou cérebro de uma criatura pode causalmente interagir (pelo menos não em qualquer visão naturalista de causação). Como aponta J. P. Moreland, “propriedades de valor não são empiricamente detectáveis, nem são os tipos de propriedades cujas instâncias podem permanecer em relações físicas causais com o cérebro [17]”. Então, mesmo que valores morais existam no mundo, a evolução naturalista não possui um relato crível sobre como nosso mecanismo de formação de crenças poderia ser formado e aprimorado a ponto de sabermos quais são esses valores, fazendo do ceticismo moral a opção mais razoável. De fato, as coisas são ainda piores, como expressa Richard Joyce. Nos pressupostos naturalistas, teríamos os valores morais que temos porque eles são biologicamente úteis mesmo que nenhum valor moral objetivo sequer exista! [18]. Assim, se a explicação de nossas faculdades e crenças morais não depende nem mesmo da existência de valores morais, certamente se segue que não podemos saber se eles existem. Deste modo, se a EE Fraca é verdadeira, ainda que existam direitos humanos observados em algum lugar, nunca poderemos afirmar que sabemos quais são eles (do mesmo modo, por razões similares às descritas acima, não podemos sequer ter evidência de sua existência ou caráter). Isto não possui qualquer utilidade para justificar os direitos humanos ou para julgar afirmações concorrentes a respeito deles. CONCLUSÃO Não é difícil enxergar que o dilema da Ética Evolucionária é apenas um exemplo do problema geral da Ética Naturalista. Dadas apenas as contingências da causalidade naturalista, não há formas de se fundamentar afirmações que sustentam uma necessidade normativa. Assim como a autoridade da lógica dedutiva, a autoridade das obrigações morais fundamentais depende de um tipo de necessidade normativa que não depende apenas de – ou se reduz a – interações contingentes de seres humanos com seu ambiente físico. De fato, podemos levantar um argumento preciso, análogo ao argumento contra a EE apresentado acima, caso o naturalista apele à história de aprendizado individual ao invés da história natural das espécies. Se cremos em obrigações reais, como as obrigações de proteger e respeitar os direitos humanos, devemos abandonar o naturalismo. ___________________________ Notas: [1] Veja, por exemplo, a obra de David Baggett e Jerry Walls: Good God: The Theistic Foundations of Morality. New York: Oxford University Press, 2011. [2] Veja a obra de Paul Copan: “Ethics Needs God,” in eds. J. P. Moreland, Chad Meister e Khaldoun Sweis, Debating Christian Theism. New York: Oxford University Press, 2013, p. 85-100 e “Grounding Human Rights: Naturalism’s Failure and Biblical Theism’s Success” in ed. Angus J. L. Menuge, Legitimizing Human Rights: Secular and Religious Perspectives. Farnham, UK; Ashgate Publishing, 2013, p. 11-31. [3] Veja a obra de John Warwick Montgomery: The Law Above the Law. Minneapolis, MN: Bethany House Publishing, 1975 e Human Rights and Human Dignity. Dallas, TX: Probe, 1986. [4] John Warwick Montgomery, The Law Above the Law, p. 24. [5] Um exemplo deste ponto de vista é dado por Erik Wielenberg, “In defense of non-natural, non-theistic moral realism,” Faith and Philosophy 26:1 (2009) 23-41. [6] Veja a crítica de Wielenberg na obra de Paul Copan: “Grounding Human Rights: Naturalisms’s Failure and Biblical Theism’s Success”, 13-14. [7] Veja a obra de Stewart Goetz and Charles Taliaferro: Naturalism. Grand Rapids, MI: Eerdmans, 2008. [8] J. L. Mackie, The Miracle of Theism. New York: Oxford University Press, 1983, p. 115. [9] Sharon Street, “A Darwinian Dilemma for Realist Theories of Value,” Philosophical Studies 127:1 (2006): 109-66. [10] Uma exceção é Thomas Nagel [Mind and Cosmos. New York: Oxford University Press, 2012], que tenta construir a teleologia na natureza em um nível fundacional. Discutivelmente, esta teleologia natural mantém a mesma necessidade de explicação que todos os fenômenos excepcionais (consciência, razão e moralidade) invocados para explicá-la. Dessa forma, ela sofre de muitos dos mesmos problemas que o PMA, uma vez que não há razão para pensarmos que a teleologia é especialmente preocupada conosco, e nem é o tipo de coisa pela qual alguém teria uma obrigação moral. [11] Veja, por exemplo, a obra de Larry Arnhart: Darwinian Natural Right. Albany, NY: State University of New York Press, 1998) e Darwinian Conservatism. Exeter, UK: Imprint Academic, 2005. [12] Charles Darwin, The Descent of Man. Amherst, NY: Prometheus Books, 1998, p. 102. [13] Michael Ruse e E. O. Wilson, “Moral Philosophy as Applied Science,” Philosophy 61: 236 (1986): 173-92. [14] Sharon Street, por exemplo, defende a ideia de que não há fatos morais, mas que as verdades morais derivam do processo de equilíbrio reflexivo. Isso não é absolutamente útil para defender os direitos humanos porque, por exemplo, aqueles que se reuniram para planejar a “solução final” para o “problema judeu”, também alcançaram o equilíbrio reflexivo. [15] Richard Joyce, The Evolution of Morality. Cambridge, MA: MIT Press, 2007, p. 170. [16] James Rachels, Created From Animals. Oxford: Oxford University Press, 1990, p. 70. [17] J. P. Moreland, The Recalcitrant Imago Dei. London: SCM Press, 2009, p. 149. [18] Richard Joyce, The Evolution of Morality, p. 183. Traduzido por Felipe Wieira e revisado por Maria Gabriela Pileggi. Texto original: The Failure of Naturalism as a Foundation for Human Rights. Moral Apologetics. Angus Menuge é professor de filosofia na Concordia University Wisconsin e é presidente da Evangelical Philosophical Society. Seus interesses de pesquisa incluem as áreas de filosofia da mente, filosofia da ciência, apologética e C. S. Lewis. Obteve seu Ph.D. em filosofia da Universidade de Wisconsin-Madison e o Diploma em apologética cristã da International Academy of Apologetics, Evangelism and Human Rights, em Estrasburgo.
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Como había prometido volver a verlo, a pesar de sentir una compleja reticencia, hice hoy de íntima y jovial guía de K.. Emprendimos una entusiasta gira por los edificios del monasterio, desde la pagoda-relicario a las serpenteadas galerías, incluyendo el antiguo almacén.
Arrastrados por alguna misteriosa atracción dejamos atrás el viejo campanil en desuso y seguimos las revueltas de un sendero laberíntico entre la arboleda. Parecía que recorriéramos las vías del tiempo, descendiendo en espiral al interior de nuestras almas. A pesar del calor galopante el bosque había encapsulado aire verde y fresco en su red de follaje.
Vagamos por el sendero emboscado, esquivando el amago del sol que relucía sobre nosotros como un viejo broquel de bronce. La espesura de arces y hayas entrelazados sobre una alfombra de majuelo y romero de pantano pronto se extinguió, y entramos en un bosque de cedros perpendiculares como fustes. Cientos de haces de sol paralelos corrían entre los árboles traspasando nuestros cuerpos.
Me quité los zapatos para dejar que el musgo acariciara mis pies y, desoyendo la advertencia de K. que resonaba con estridente premonición, eché a correr entre los cedros como una culebra por la hierba. K. salió corriendo detrás de mí.
Seguimos con aquel extraño juego, aproximándonos para enseguida perdernos de vista, enredando cada vez más el hilo de nuestra persecución, hasta que de pronto nos saludaron dos límpidas fuentes. Eran seductoras celadas armadas por la tierra para atraparnos; ojos azules que nos miraban fijo. Nos lastimamos los pies desnudos pisando a la carrera los móviles guijarros. Aguantamos en silencio el penetrante frío.
Tras un largo intervalo K. y yo tendimos nuestras manos en un súbito acto de rapiña hasta que se enlazaron, y desde aquel instante de comunión vegetal nos rendimos al ingenio de nuestros dedos ardientes, halando uno del otro hasta el ávido receptáculo de su ser por medio del abrazo de nuestras manos.
Kurahashi Yumiko
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Si el pasado (ancestral) no existe en sí mismo y solo es una retroyección del presente, ha sido enteramente constituido (y no reconstituido) por nuestra proyección actual hacia él, ¿cómo proyectar (o retroyectar) un pasado queer para repensar el presente y favorecer una futuridad disidente?
¿Es posible pensar un pasado queer fuera de la tradición histórica que lo elimina? ¿Es posible pensar lo queer como pasado o, como Muñoz afirma, lo queer aún no está aquí, es un futuro que aún no ha llegado pero cuya potencialidad se puede desprender de eventos, gestos, huellas y obras del pasado y el presente? Lo queer existe en el pasado como potencialidad, pero ¿cómo sería articular/inventar/retroyectar un pasado queer igual que se ha hecho desde la cisheteronormatividad?
¿Cómo retroyectar este pasado y proyectar estos futuros bajo la influencia de lo queer desde el arte?
[pensar el pasado ancestral no tal cual lo afirma Meillasoux, sino identificándolo más bien con la idea de Historia, Ciencia y Archivo como “ficciones”]
“Todo antirrealismo parece implicar una destrucción del sentido de la ciencia.“
[cuidado de no confundir pasado ancestral con pasado subjetivo] [pero ¿qué pasaría si pensamos el pasado subjetivo igual que el ancestral? ya que bajo ojo queer, tiene una trayectoria histórica y de archivo que no ha contemplado lo queer]
pasado ancestral: anterior a toda humanidad, no tiene existencia antes de nuestra propia emergencia
pasado subjetivado: fue “habitado” por otros sujetos que existieron antes que yo, ha existido como una secuencia temporal correlacionada con sujetos trascendentales.
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La matemática Kelsey Houston-Edwards explica en este vídeo de PBS Infinite Series algunas cuestiones interesantes sobre el realismo y el antirrealismo en las matemáticas aprovechando los números primos, la conjetura de Goldbach y la definición del número π. El caso es que usamos los números como algo natural; a veces los «descubrimos» y otras veces creamos entidades complejas que no tienen un equivalente en el MundoReal™. ¿Acaso son las matemáticas algo inventado? Porque para haber salido de nuestra imaginación los números son bastante útiles: construimos con ellos cohetes que viajan al espacio y rascacielos que no se derrumban. Pero ni siquiera los matemáticas se ponen de acuerdo sobre esto. A lo largo de la historia ha habido muchas formas de ver las matemáticas, una llamada realismo que plantea los números como una descripción sobre algo idealizado, por ejemplo un círculo (que nunca es perfecto en realidad) en relación con su diámetro, de donde surgen números idealmente perfectos como π. También se conocen como la concepción platónica de las matemáticas. Lo contrario sería el antirrealismo, una de cuyas versiones es el formalismo. Básicamente dice que los matemáticos se «inventan las reglas», por ejemplo «cómo se define un círculo» y lo que surge de ahí son las consecuencias de esas reglas, como el número π y otras cuestiones geométricas. El problema del antirrealismo lo resumió un gran físico en una mítica frase: La irrazonable efectividad de las matemáticas en las ciencias naturales.– Eugene Wigner Que viene a demostrar el asombro, casi paradójico, de que las matemáticas sean tan precisas y «señalen el camino» de los avances y descubrimientos en muchas teorías, e incluso en predicciones empíricas. Para ser «algo inventado por nuestra imaginación» no están nada mal. # Enlace Permanente
http://www.microsiervos.com/archivo/ciencia/existe-numeros-son-inventados-matematicas-reales.html
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https://www.youtube.com/watch?v=DYDhazeGtzM June, 25, 2022, at, 11:03AM June 25, 2022 at 11:03AMFound on YouTube: Filosofia da ciência: Realismo e antirrealismo. https://www.youtube.com/watch?v=DYDhazeGtzM
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