#amo el ponche crema
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kiwicopi · 11 months ago
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thelastdada · 6 years ago
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Tus Ojos Brillan Diferente - Capítulo Final
Capítulo Anterior.
...
Capítulo Final: "Brillo"
El frió se colaba por las ventanas, las cortinas se movían levemente, mis ojos comenzaron a abrirse con dificultad. Prontamente me ubique en la cama de mi habitación, estaba abrazando a Samuel por la espalda, deje un beso en esta y me recosté en el otro lado de la cama. Cerré los ojos aun adormilado, estiré mis brazos para quitarme la pereza, ya que ese era un día importante. Me senté en la orilla de la cama y revisé mi teléfono, era veintitrés de diciembre, y eran las ocho de la mañana, el día en que les diríamos a nuestros padres de nuestra relación.
Habían pasado ya dos días desde que regresamos de Londres, de nuestro bonito descanso, o algo por el estilo, ya que pasamos mucho revisando las oficinas de allá. También había conocido por fin a James y a Jess, y a su pequeña bebé, ellos se habían portado muy bien conmigo, me habían recibido con mucha calidez, y sin duda estaban felices de conocerme. Pude fácilmente ver el cariño que tenían por Samuel, tanto por cómo me recibieron como por cómo me hicieron mil preguntas para conocerme mejor. Eran una familia muy agradable, y eso me hizo sentir más tranquilo, ya que Samuel había pasado de una mala época para encontrarse con ellos, ayudándole a seguir conquistando sus sueños.
—��Despierto? —dijo dando la vuelta para encontrarse conmigo, apenas pude asentir cuando sentí como me jalo del brazo para volverme a recostar— todavía tenemos tiempo —dijo mientras me dejaba besitos en la mejilla, haciéndome reír.
—¿No estas nervioso? —asintió y se alejó un poco de mí, tomando mi mano y entrecruzando nuestros dedos.
—Lo estoy, como no tienes una idea, sin embargo, acabamos de pasar dos días hibernando en tu casa, ya es tiempo de afrontar todo.
Asentí mirando como levantaba mi mano para jugar con ella —¿sospecharan?
—No creo, saben que sigo en Londres y será casual que nos unamos a su reunión de hoy, digo, ambos ya estamos de vacaciones.
—Entonces esperaremos hasta el final.
—Cuando solo queden nuestros padres.
Suspire y pude ver como tomo mi mano para dejar un beso en la palma —te amo —dije acercándome a él, deje un beso en sus labios, uno breve y tierno.
Una hora después ya estábamos en el salón, tumbados en el sofá y mirando la hora, ya que Carolina llegaría a visitar, puesto que faltaba muy poco para navidad, y se quedaría en mi casa. Todavía seguía sorprendido por el cambio que daban las cosas, hacia solo un año yo estaba tumbado en ese mismo sofá, mirando a la nada y deprimido por el hecho de pasar por esas fechas solo, ya que Santiago se iba con su familia a Italia, dejándome solo. Con todas las personas que más me hacían recordar a Samuel, porque si, en las fechas decembrinas era cuando más lo recordaba, gracias al clima y a los mínimos detalles. Recordaba perfectamente como tenía que quedarme escuchando anécdotas viejas, adornando el árbol, preparando postres y recibiendo una taza del famoso chocolate del padre de Samuel, receta de su abuela, el cual me traía recuerdos más profundos.
"Recibí dos tazas grandes, ambas con nubes de azúcar en la parte más alta y sin crema batida. Las tome con cuidado y fui hasta el salón, donde Samuel me esperaba, le entregue una con mucho cuidado y me senté junto a él, frente a la chimenea que su padre acababa de encender. Sonrió y chocamos las tazas en forma de brindis, me reí y bebí del delicioso chocolate, miro mi reacción todo el tiempo, cuando enfrente su mirada él se giró. Bebió de su taza y continuamos mirando al fuego, sin decir nada, solo manteniéndonos uno al lado del otro, sentí su hombro tocar el mío y mi corazón se aceleró, sin embargo, eso fue nada comparado a cuando sentí sus dedos tocar mi mano que descansaba en la alfombra. Abrí más los ojos y él fingió que no pasaba nada, sus dedos se aferraron a mi palma, buscando entrelazarse con los míos, yo tosí discretamente y miré hacia el comedor, donde no había nadie —tus padres están en la cocina —murmuré cerca de su oído.
—Vamos arriba —susurro de la misma forma.
—Sam... —me dio un golpe con su hombro y sonrió coquetamente.
Unos minutos después tomamos nuestras tazas y subimos corriendo por las escaleras, Samuel les gritó a sus padres que estaríamos jugando arriba, su padre dijo que estaba bien y nosotros desaparecimos. Una vez en su habitación él jaló la silla de su escritorio mientras yo dejaba las tazas allí, la coloco debajo de la manija y la pateo un poco, yo solo me reí por la acción, era como de película. Se rio junto conmigo y camino hasta mí, con torpeza dejo una mano en mi mejilla y se acercó lentamente, yo sentí mi corazón casi salir de mi pecho, poso sus labios en los míos, sin moverse, su otra mano se detuvo en mi cintura, haciéndome jadear. Se separó un segundo y me miro a los ojos, yo lo mire de vuelta, diciéndole con eso que estaba bien, cerré los ojos y junte nuestros labios de nuevo. Esta vez fui yo quien se movió un poco más, saboreé con temor su labio inferior, el movió su rostro a la derecha y comenzó a besarme, con esa habilidad que poco a poco crecía. Escuchamos la puerta principal abrirse, nos separamos, pero él dejo descansar su frente con la mía, nos congelamos con el ruido, por el silencio pudimos escuchar como llegaba la familia de Frank, el padre de Samuel dijo que estábamos arriba y enseguida escuchamos los pasos de Frank. Samuel dejo un beso fugaz en mis labios y fue a quitar la silla de la puerta, sonreí un segundo y toqué mis labios, donde había dejado ese beso, la puerta se abrió y regresamos a fingir que no pasaba nada."
La puerta principal se abrió mientras Samuel preparaba té y hacia una llamada, me levante rápidamente y ayude a Carolina con su maleta, ella me dio un abrazo y comenzó a quitarse su bufanda y su abrigo, estaba realmente frío el clima —¿quieres algo de beber? Sam está haciendo té.
—Verde, si tienes —asentí y le señale el sofá, me escabulló a la cocina y lo mire allí esperando a que el agua hirviera.
—¿Listo? —sirvió agua en las tres tazas y yo coloque las bolsitas. Habíamos planeado que decirle a Carolina, al menos de forma oficial, que llevábamos unos meses saliendo. Y por supuesto, que ella fuera una especie de practica para enfrentar a nuestros padres más tarde, aunque la prueba final fuese en blanco.
Fuimos al salón y dejamos las tazas en la mesa, nos sentamos en el sofá grande, mientras ella estaba en el individual, frente a nosotros —¿Qué pasa? —dijo cuándo los dos nos quedamos mirándola.
—Tenemos algo que decirte —dije con mi voz más grave.
Samuel recargó su mano en la mía —Guillermo y yo estamos saliendo —dijo seriamente.
—¿Del closet?
—Carol, esto es serio —me quejé.
—Guille, se de ustedes desde hace semanas, oh, espera, lo sé desde hace años.
—¿Puedes no divulgar eso ultimo? Gracias —dije molesto.
—Lo que pasa es que estamos haciéndolo formal —explicó Samuel, con más calma de la que yo tenía con mi hermana. Ella asintió y le prestó atención a él, como esperando a que continuara, estuve a punto de decirle algo cuando él habló— así que, de manera formal, estoy saliendo con tu hermano.
—Al menos admites que antes no fue formal.
—Carolina.
La mano de Samuel descanso en mi pierna, evitando que dijera algo más —entiendo a qué te refieres, pero eso ya quedo arreglado entre Guillermo y yo, es algo que hemos dejado pasar, y que hasta día de hoy intentamos olvidar —asentí escuchando sus palabras— estamos intentando algo real esta vez, estamos siendo demasiado serios Carol, de hecho, esta noche hablaremos con nuestros padres.
—¿Todos juntos? —pregunto sorprendida.
—Sí, por eso estábamos practicando contigo.
Ella se quedó pensando y sonrió levemente —eso será una gran noticia, y justo antes de navidad.
—No nos ayudas —dije mirándola mal.
—Es que yo también tengo una noticia que dar... pero yo necesito que estén todos allí.
—¿Qué tienes que decir? ¿Por qué no me has dicho? —ella miro a Samuel y luego a mí, como si él supiera algo— ¿Qué me perdí? —pregunte hacia ambos.
—Carolina quiere decirlo esta noche Guille, no arruines la sorpresa.
—¿Tú lo sabes?
—Sí, pero me entere por accidente, así que fingiré sorpresa —levante las cejas molesto— no te enojes Guille, tenemos algo importante que hacer hoy, no es momento.
—Pero quiero saber...
—En un rato más chiqui.
...
Suspire y me deje caer en el sofá de casa de mis padres, por alguna razón habían movido el lugar de reunión, de cualquier forma, eso me tenía poco preocupado, ya que tenía una angustia creciente entre lo que Carolina tenía que decir y lo que nosotros teníamos que decir. Dio un trago a mi ponche navideño, al cual en secreto le serví vodka, por eso de tener el valor más tarde. Vi a Samuel jugando cartas con otros en la mesa, miré mi reloj y me sentí impaciente, apenas pasaban de las ocho. Al siguiente día era el viaje, todo podía bien salir mal, nuestros padres podían molestarse, estar en desacuerdo... todo podía salir de la forma contraria a como nosotros planeábamos. Escuche un grito, era el padre de Frank, quien acababa de ganar la ronda de póker, en ese momento Samuel cruzo su mirada con la mía y se levantó de la mesa, caminando hacia mí, al otro lado de la casa.
—¿Estas bien? —negué dando un trago a mi bebida, él se sentó junto a mí tranquilamente— ¿quieres ir a tu habitación? —sonrió pícaramente.
—Estamos a poco de decirle a nuestros padres que llevamos meses saliendo ¿y quieres que nos escondamos en tu habitación? —murmure mirando hacia la ventana, de cierta forma acercándome a su oído— de hecho, espero que les sea complicado descubrir lo que hemos hecho estos meses a solas mientras nos desaparecíamos al mismo tiempo... y mientras compartimos habitación ese fin de semana.
—O cuando éramos jóvenes —ahogue mi risa.
—Se volverá todo muy obvio apenas lo confesemos.
Continúe medio riéndome y compartiendo miradas con Samuel, cuando de repente ya todos estaban en la sala, Alex se sentó junto a Samuel y lo hizo pegarse más a mí, yo me moví lentamente, disimulando la cercanía. Carolina se levantó y miro hacia todos —tengo dos noticias que compartir —dijo aclarando su voz— la primera es que a partir del próximo año estaré trabajando en el hospital La Paz, a la vez que termino mis estudios en la Universidad Complutense —yo sonreí, aunque esa noticia ya la conocía, los demás la felicitaron, sentí como Samuel estiro su brazo y de forma casual se recargó el sofá, cerca de mí—la otra noticia... —ella se giró un momento a su lado, donde vimos a Frank levantarse. La mano de Samuel se aferró a mi brazo, cerca del hombro, entendí de inmediato que buscaba calmarme, vi a Carolina mirarme fijamente.
—Desde hace algunos meses, Carolina y yo hemos estado saliendo —el agarre se volvió más fuerte y yo cerré los ojos, no pude ver las reacciones de todos, pero escuché a Alex diciendo que no era verdad y que no lo creía.
—Tranquilo —escuche el susurro de Samuel, asentí y regrese a mirar a ambos. Mis padres lucían sorprendidos, pero nada molestos, como si lo esperaran, los padres de Frank estaban de la misma forma, parecía ser una noticia agradable para todos.
Vi a Frank caminar hacia mí, me levanté y enseguida lo hizo Samuel, manteniéndose al margen —¿desde cuándo? —pregunté mirándolo seriamente.
—Van a ser casi dos años —rodé los ojos— perdón Guille, pero te juro por mi vida, que la amo, de verdad la amo.
—¿Cuándo comenzó?
—Hace dos navidades.
—¿Justo allí? ¿Nada antes? —él negó.
—No estamos jugando Guille, esto va muy en serio, por eso decidimos decirlo a todos —en mi mente reí al escucharlo, ya que eso mismo había dicho Samuel en la mañana, cuando estaba convenciendo a mi hermana. Le di una palmada en el hombro, y nada más— gracias.
—Estas vigilado —sentí a Samuel acercarse y vi como todos ya estaban de pie y dispersos, escuchando lo que decía Carolina desde el otro lado. Me senté en el sofá y terminé con mi ponche —¿lo sabías?
—Me entere hace unas semanas, los vi juntos en el departamento de Frank, estaba muy sorprendido.
—No sé cómo no lo note antes Sam —en mi mente ya tenían sentido todas las ocasiones en que ambos desaparecían, en que ambos salían casualmente, cuando llegaban a casa juntos porque se habían encontrado, la razón por la que Carolina se quedaba en mi casa. Todo tenía sentido ahora—son como nosotros —concluí.
Él se rió —tendrá sentido para todos después —asentí con una media sonrisa— ¿quieres hacerlo esta noche? Podemos esperar...
—No, no, aprovechemos que están felices —dije mirando a mis padres mientras abrazaban a Frank con una sonrisa sincera. Debían sentirse bien, de saber que esta con un chico al que conocen desde adolescente, desde que yo lo lleve a la casa presentándolo como mi amigo. Sentí escalofríos cuando pensé en que Samuel era lo mismo, y en como ellos vieron que me volví cercano con él, como cambié radicalmente al estar a su lado... así como sabían del cambio que di cuando se fue. Me abrume con los pensamientos y la negatividad, suspire pesadamente y mi compañía pudo sentir mi ánimo de inmediato.
—Estaremos bien —dijo desde una distancia prudente de mí, quiso sostener mi mano, pero se detuvo.
...
La puerta se cerró y despedimos a los papás de Frank, ahora solo quedaba la familia de Samuel, la mía y Frank. Sin embargo, este último y Carolina estaban hablando en la entrada, baje las escaleras y vi que ahora hablaban con Samuel, me acerque a ellos —¿seguro que no quieren que nos quedemos? —Samuel negó mientras me paraba a su lado.
—Será mejor si solo somos nosotros —dije tratando de calmarme.
Ambos asintieron y fueron a despedirse de nuestros padres, nosotros caminamos detrás, sentí la mano de Samuel rozar la mía, me sujeté a sus dedos y naturalmente sentí más calma en mí —vayan con cuidado, y recuerden que mañana a las dos de la tarde —les dijo mi madre, compartimos una última mirada y los vimos salir por la puerta principal.
—Deberíamos irnos ya, hay que verificar que no falte nada hijo —le dijeron a Samuel, él me miro y yo asentí levemente.
Fui hasta la cocina para encontrar a mis padres —¿pueden venir un momento? —les pedí, ellos me miraron con duda y me siguieron hasta el salón, donde los padres de Samuel nos esperaban de pie.
—Siéntense —les pidió.
Los cuatro lo hicieron a la vez que nos miraban extrañados, sentí un enorme nudo en mi estómago, pero que cuando les dije que me gustaban los chicos, no sabía porque, era extraño sentirme peor. Pero si lo pensaba más a fondo, esta era una confesión más importante, porque ya no les decía que solo me gustaban los chicos, ya les decía que me gustaba solo un chico... y que ese chico era Samuel. Él se aclaró la voz y comenzó —hay otra cosa que tengo... tenemos que decirles, a los cuatro —todos lo miraban fijamente, yo desvié la mirada y me pegué un poco más a él, rozando su hombro— Guillermo y yo estamos saliendo, desde hace unos meses —mi corazón se hundió, casi pude sentir mis piernas fallar, era como si no estuviese viviendo ese momento.
El silencio inundo la sala.
Gire a mirarlo, él me miro de vuelta y su mano toco mi espalda con suavidad, dando palmadas de ánimo, él era más fuerte, siempre lo sería. Mi padre se levantó y nosotros reaccionamos de inmediato, nos miró a ambos y se enfocó en Samuel, lo tomo del hombro y le dio un abrazo fuerte, me separe un segundo y sentí la mirada de mi madre en mí, como si quisiera averiguar algo. El papá de Samuel se levantó de la misma forma y medio un abrazo, enseguida nos separamos, estos dos se abrazaron, llamándose consuegros. Samuel sonrió y me miro, sin embargo, no pude devolver esa mirada, ya que su madre no lucía como nuestros padres, y prestando más atención, mi madre tampoco lucía bien.
—Hablaremos de esto mañana —dijo la madre de Samuel, se levantó y camino hacia la puerta. Mi madre hizo lo mismo y fue hasta el comedor.
Samuel compartió una corta mirada conmigo y desapareció para ir tras su madre —nos vemos mañana —dijo su padre, nos dio una media sonrisa y salió de la casa.
—Déjame hablar con ella —le pedí a mi papá, él asintió y subió al primer piso. Camine hasta la cocina, donde mi mamá lavaba platos y vasos, me acerque con temor y me detuve a un lado de ella, recargándome en la encimera. No dije nada, solo me mantuve a su lado, mirando como salían lágrimas de sus ojos, me acerque y la abrace, pero ella siguió llorando, me abrazo con fuerza por la cintura.
No entendía el porqué de sus lágrimas, me estaba confundiendo —¿él fue la razón? —preguntó mientras se separaba de mí— ¿por él cambiaste tanto hijo? —la miré y asentí cabizbajo— es cuando estas a su lado —sollozo mientras se quitaba los guantes de hule— brillas cuando estas con él. Pero él se fue... y tu empeoraste. Dios, era tan claro... no sé cómo no lo vimos nunca.
—Pero está bien ahora mamá, nosotros estamos bien.
Ella se limpió las lágrimas y sujeto mi mano —¿esto no es algo que comenzó hace unos meses verdad? —negué con la cabeza.
—Él llegó a cambiar mi vida mamá, de la forma que una y otra vez tu nos has contado con papá... él ha sido demasiado. Desde que lo conocí, él siempre vio algo en mí, algo que hasta la fecha yo no puedo encontrar, con él las cosas tenían color, y honestamente, no desearía compartir mi vida con alguien más que con él. A veces siento que es demasiado para mí, así lo sentí cuando éramos jóvenes, hace diez años sentí que yo era una piedra en su camino, y nunca tuve el valor de detenerlo y de decirle que él era para mí. Sin embargo, esos diez años nos enseñaron muchísimo, de nosotros mismos y de la vida, es por eso que estamos aquí. No quiero decir que sea destino, pero por algo él regreso, le dieron una oportunidad que no podía rechazar, y termino de vuelta en Madrid. De alguna forma yo termine dándome cuenta de que no estaba viviendo como quería, luego él llegó a mi trabajo, a la empresa que yo vi crecer, y aquí las reuniones nos juntaban de nuevo... simplemente no pudimos evitar que ese amor surgiera.
Mi madre sonreía y limpiaba sus lágrimas mientras me escuchaba —de verdad lo amas hijo.
—Con mi vida.
...
Media hora después ya me encontraba yendo de camino a mi casa, Samuel no me respondía el teléfono, supuse que estaría hablando con sus padres todavía. Mi mente seguía revuelta con las reacciones, mis padres estaban bien con lo sucedido, quizá mi madre solo necesitaba tiempo, tiempo viendo que estábamos bien y felices. Bajé del taxi y encontré a Samuel fuera, recargado en la puerta, corrí hasta él y lo abrace —está helando, ¿Por qué no me llamaste? —abrí rápidamente y lo deje pasar, encendí las luces y la calefacción.
—Creí que Carolina estaría aquí, pero supongo que se fue con Frank.
—¿Qué sucedió? ¿No hablaste con tus padres? —dije mientras el agua se calentaba en la estufa, él se recargo en el desayunador y me miro cabizbajo.
—No quiso hablar conmigo, dijo que nos veríamos mañana, y mi padre no insistió tampoco, me dijo que él hablaría con ella —me acerque y lo abrace por la cintura, dejando que su cabeza se recargara en la mía.
—Estará bien, solo necesita tiempo Sam, es normal, fue algo sorprendente para ellos.
El agua hirvió y la serví en nuestras tazas usuales, puse las bolsitas de té y le indiqué que subiera él primero. Nos quitamos la ropa hasta quedar solo en bóxer y camiseta, como solíamos dormir juntos, nos metimos debajo del edredón y yo deje que solo la luz de fuera nos iluminara. Se sentó junto a mí y le entregue su taza con cuidado, la sujeto con ambas manos mientras se acercaba más a mí —¿y tus padres?
—Están bien, solo mi madre se preocupó, pero sé que necesita tiempo también.
—¿Se preocupó?
Di un corto trago de mi té y asentí —entendió rápidamente todo, desde que éramos adolescentes.
—¿De verdad? —preguntó sorprendido.
—Ella vio todo Sam, ella impulso a mi padre a que nos mudáramos, porque, aunque yo no lo dijera, ella sabía que yo no estaba bien. Luego de la nada me miro sonreír, me miro con amigos, dice que me miraba brillar en ese tiempo. Pero después caí de nuevo, en ese momento no supo con exactitud la razón, puesto que veía a Frank y Alex junto a mí, sin embargo, como ya sabes, fue algo muy intenso en mi vida.
Samuel dejo su taza en la mesita y se separó un poco de mi —debe odiarme...
—No, no, solo estaba preocupada por mí.
—Por ti estando a mi lado —pude ver el miedo en sus ojos, la simple expresión me hizo estremecer.
—Le explique todo Sam, ella más que nadie puede ver mi sinceridad, entendió que te amo, y que las cosas son diferentes ahora. Que han pasado 10 años desde ese tiempo, que somos personas maduras, y que queremos compartir nuestra vida juntos.
Deje mi taza y me acerque para abrazarlo y darle un beso —a veces siento que te miro como ella lo hace.
—¿Cómo?
—Ella también puede ver el brillo que hay en tus ojos, ella pudo encontrar el cambio cada vez, ella debió ver como tus ojos brillan diferente. Cuando estás conmigo, cuando estas triste... el cambio es claro. Y siendo tu madre, debió ser horrible ver como ese brillo se apagó luego de mi partida. Necesito hablar con ella, necesita saber que no pienso irme Guille, que no te dejare de nuevo...
Sentí mi corazón detenerse un segundo, la forma en que decía esas palabras, me embelesaba por completo, me hacía sentir único, me hacía sentir necesario... —haz eso mañana, ahora dejemos de hablar de eso, ¿está bien? —cambie el tema, temí continuar por ese camino, además de que no quería que siguiera pensando en su madre.
Asintió y me dio un beso de vuelta —está bien, ¿pero podemos hablar de cómo reacciono tu papá? —sonrió más tranquilo.
—Cierto, tengo que admitir que me sorprendió.
—Te dije que me quería como yerno.
Me reí y me recosté, cubriéndome con el edredón, él hizo lo mismo, quedando a mi altura y mirándome a los ojos —¿crees que estaremos bien? En un futuro...
—Por supuesto —respondió con una sonrisa— nos imaginó con una enorme casa, con un perro, hijos... —dijo esa palabra con cuidado— con una piscina, un jardín donde hagamos reuniones y fiestas con la familia y amigos. Nos imaginó subiendo a nuestra camioneta familiar, con nuestros hijos, guardando maletas y todo lo necesario para ir a pasar la navidad en la casa del lago de los Díaz, junto con todas las demás familias.
—Madre mía, la imaginación —me burle.
—¿Lo imaginas? —dijo seriamente mientras pasaba sus dedos por mi mejilla.
—Lo imagino —sonreí, aferrándome a la imagen en mi mente.
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carlamgutierrez-blog · 7 years ago
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Amando las gaitas Venezolanas
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Me siento orgullosa porque desde niña la tradicionalidad de la gaita impregnó mis venas.
Recuerdo mucho que cuando iba creciendo notaba como mis familiares contemporáneos hablaban pestes de este singular ritmo tradicional, y ni hablar de los compañeros de clases que en vez de elegirla como representación, escogían los modismos musicales que con el transcurrir del tiempo iba formando parte de la escena.
Yo siempre me mantuve firme,me emocionaba cuando las emisoras de radio colocaban la primera gaita del año y que asomaba la llegada del reencuentro familiar, de las lucecitas multicolores, de los momentos que dibujaban sonrisas en los rostros de todos los que formaban parte de mi contexto.
Hoy estoy lejos del pedazo de tierra que me hizo florecer mientras escucho una gaita, pero al alzar mi taza de café me transporte a la sensación de degustar el primer ponche crema preparado por mi amada madre, la sonrisa de mi padre mientras toca la tambora acompañado por mi hermano que hace sonar las maracas, del rico aroma de las hallacas de mi madre, que junto a mis tías nos tomábamos una sangría al colocar pasitas, aliños y el delicioso guiso de relleno.
Las gaitas evocan momentos felices de mi vida más allá que la simbología navideña que vende en estos tiempos decembrinos, por eso amo la navidad, las gaitas y todo su tradicionalismo unificador, lleno de amor y de gracia, sobre todo en el núcleo de mi familia: mamá, papá, hermano...
Gracias elevo a las gaitas tradicionales, y estoy segura de que no moriré sin ir a la Feria de la Chinita.
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nyrgdan-blog · 7 years ago
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Capítulo 11 – La Noche De Nuestras Vidas. Parte 1
POV Jos
 Me veo en mi espejo nuevo, ni siquiera las cremas, el perfume, el traje, los tenis, el hilo dental y todo producto me hacían ver guapo y atractivo para Alan. Me siento en la cama a lamentarme cuando mi tía llama desde abajo.
 -¡José! Llegó tu nov...
 -¡Ya voy!
 Mi tía estaba a punto de arruinar todo, le había dicho que Alan y yo éramos novios y decirlo enfrente de él seria, según yo, perder nuestra confianza o dejarme plantado.
 Bajo lentamente y el flash de una cámara me aturde. Oigo la risa de Alan y le pongo una mirada retadora.
 -Lo siento, es solo que quiero una para el recuerdo.
 -Te ves maravilloso.
 Dice mi tía con lágrimas en los ojos.
 -Gracias.
 Termino de bajar las escaleras y me pongo al lado de Alan. Un silencio llena el lugar y los tres intercambiábamos miradas hasta que mi tía no evitó reírse.
 -Lo siento, subiré al cuarto por algo. Con permiso.
 Alan se hace a un ladito y mi tía sube, dejándonos solos. Le acomodo un poco la corbata a Alan y dice:
 -Me gusta ser tu novio.
 Me quedo perplejo, mis ojos se abren, me llega un nudo a la garganta difícil de quitar y mi frente empieza a sudar.
 -José, lo sé todo y me parece tierno.
 Me pongo rojo y me da un beso en la mejilla cuando mi tía baja.
 -Cuidadito Alan, eh.
 Ambos nos reímos y hablo para aclarar las cosas.
 -Tía, te mentí, Alan no es mi novio.
 -No lo soy, pero me pareció muy tierno de su parte. Le aseguro que el chico que sea su novio será muy feliz a su lado.
 Mi tía no puede evitar llorar, ambos entendíamos muy bien eso.
 -Esta bien, ya es hora de que se vayan. ¿A qué hora regresas?
 -Antes de medianoche él estará aquí, como Cenicienta.
 -Ella fue desobediente.
 -Pero yo cumplo mis promesas, José.
 Los tres nos reímos y le doy un beso de despedida a mi tía.
 -Diviértanse.
 POV Alan.
 -Esta es la jugada: Primero vamos a cenar, luego vamos al baile y después... lo demás es sorpresa.
 -¿Sorpresa?
 -Una muy grande.
 No puedo evitar reírme, tenía una sorpresa para él en la cuál su tía sería cómplice. Llegamos a un restaurante llamado "Stones&Soup", de clase alta, enorme, había reservado una mesa para dos el mismo día que le pedí ser mi cita.
El sueldo de una semana, gastado en una noche.
 -¿Tienen reservación?
 Pregunta un hombre de bigote peinado y con mucha cera en el cabello.
 -Sí, a nombre de Alan Leyva.
 -Sí... Mesa para dos, síganme por favor.
 El señor bigotón camina delante de nosotros y tomo a José de los dedos de la mano con la mía y lo guío. Mi corazón comienza a palpitar, no sé porqué, puede que sea por la sorpresa que le tenía.
 -Esto es muy caro.
 -Nada es caro o barato cuando es para ti, José.
 Llegamos a la mesa y nos sentamos, nos dan unas cartas y pedimos algo ligero, la sorpresa que le tenía lo iba a dejar satisfecho.
 El mesero se va y comenzamos a platicar, era tiempo de contarle a José la verdad.
 -José, tú has sido muy sincero conmigo y es hora de que yo lo sea.
 -¿Cómo?
 -No te enojes, pero tu tía me contó... todo.
 José bajó las manos de la mesa para guardarlas en sus pantalones, esa es su señal de defensa para cualquier ataque.
 -Sabes, yo también tengo un pasado oscuro. Yo... fui violado. A los 8 años, me quedé en casa de mis tíos porque mis padres salieron de la ciudad. Ya era hora de dormir pero no podía, estaba despierto, cuando, mi tío entró a mi cuarto y me dijo:
 “Guarda silencio. Vamos a jugar un juego, la única regla es que nunca contarás sobre esto”
 -Fue horrible, cuando mis padres llegaron por mí, mi tío me volvió a decir lo mismo. Desde ese momento no soy el mismo, sufrí un trauma y mis padres me llevaron a un psicólogo, les dijeron que estaba creciendo y empezaba a ver las cosas con madurez. Pero nada de eso era cierto, empezaba a oír que decían mi nombre por todas partes y ahora... Ha vuelto, he vuelvo a oír esas voces que dicen mi nombre, a veces tengo sueños donde soy violado.
 Guardamos silencio, a mi mente llegan los recuerdos de ese desgarrador suceso y José me agarra la mano.
 -Lo siento mucho, no sé que decirte pero te puedo asegurar que ambos superaremos esto, todos nuestros demonios se irán, no ahora, pero si seguimos juntos y disfrutamos la vida, se irán.
 Le sonrío y suelto una risita. Nuestras manos se bajan y un olor, un olor inconfundible llena el lugar. Un perfume que no se consigue en cualquier lado, ese tipo de perfumes de los cuáles se hacen 10 o menos ejemplares.
 -¿Hueles eso?
 Aspiro el aire, era droga para mi... Era el mismo perfume que usaba Alonso.
 -Sí, es muy delicioso.
 -Es el perfume que usa... Alonso.
 Me levanto y voy a la entrada intentando buscarlo, busco por todo el restaurante cuando José me detiene.
 -Alan, ¿Está todo bien?
 -Es solo que pensé que Alonso estaba aquí.
 -Vamos a sentarnos.
 Decepcionado y esperanzado volvemos a la mesa.
 -Alan, él no está aquí. Lo que pasa es que no lo has visto y el olor de ese perfume te recuerda a él. ¿Lo extrañas, cierto?
 -Demasiado, es mi mejor amigo.
 José agacha la cabeza y comienza a jugar con la servilleta de tela y a tocar las flores del florero cuando nuestra orden llega.
 Comemos, normal. Cuando acabamos, el mesero vuelve y se lleva los platos. Ignoramos el postre y oigo el susurro de mi nombre.
 -Psst, Alan.
 Volteo, regreso a mi posición y cierro los ojos. El recuerdo me atormentaba y batallaba dentro de mí para no acordarme de ese momento.
 -Alan, ¿Estás bien?
 -Sí, estoy bien. La cuenta por favor.
 Le digo al mesero que nos atiende. Me da la nota y pago, José se sorprende de lo tanto que pago y lo poco que consumimos.
 -Fue demasiado, aparte de la propina.
 -No me importaría gastar mi dinero contigo. Es hora de irnos.
 Nos levantamos y damos las gracias por el servicio brindado.
Sale primero, luego yo. Subimos a la camioneta que mi papá me había prestado y tomamos camino a la universidad.
 Eran alrededor de casi las 7:30pm, José necesitaba ir al baño así que me detuve en una gasolinera.
 -Listo, hemos llegado.
 Digo apagando el motor y bajando del carro para abrirle la puerta a José.
 -Gracias.
 -No hay de que agradecer, Señor Canela.
 Nos reímos. Caminamos directo a la entrada del salón de gimnasia donde todos los chicos del recorrido se encontraban, menos Metzli.
 POV Jos
 ¡Era tiempo de la foto del recuerdo! Grupal, individual y por pareja. Fue divertido, entramos al salón de gimnasia donde para entrar teníamos que pasar por un arco de globos azules y blancos, la decoración estaba perfecta y todos se asombraban.
 Había un DJ, una mesa con bocadillos y ponche y un estudio de fotos improvisado.
 La música estaba en lo más alto, la noche empezaba y todos bailábamos, después de todo, este baile sería el mejor de todos.
 La música para y Alfredo toma un micrófono con una copa de vino en la mano.
 -Probando... Buenas noches, plebeyos, digo, próximos alumnos de esta universidad y sean bienvenidos al Primer Baile de Graduación de Aspirantes. En nombre de mi padre, yo, Alfredo Pacheco doy por iniciada esta noche, la noche de nuestras vidas, donde los sueños se hacen realidad y donde todo... puede suceder.
 Lo siento, su última frase me ha llegado como una flecha al corazón, la había dicho mirándome a los ojos y con un tono serio.
 -Como ven, el salón está adornado de terciopelo, globos de helio y una piñata, por cierto las amo, y muchas cosas más. Esto no había sido posible sin mí, fui el único estudiante que quiso colaborar y eso merece un aplauso.
 Todos, obligados por su palabra, aplaudimos.
 -Gracias, ahora si, a un lado de la mesa de bocadillos se encuentra la urna de voto para Rey y Reina del Baile. Cada uno tomará dos papeletas, uno para el Rey y otro para la Reina, elegirá a solo uno de los tres postulados y hay una raya para que escriban el nombre del chico o la chica que quieran y no esté nominada o nominado.
Ahora si, disfruten la fiesta y por si se preguntan de donde saqué esta copa de vino, solo quiero decirles que tengo privilegios y ustedes no. Disfruten el baile.
 Suelta el micrófono y los aplausos llenan el lugar, la música vuelve a la normalidad y Alan me toca el hombro.
 -Acompáñame afuera.
 Me toma de la mano y salimos, lo noto algo preocupado y me atrevo a cuestionarlo.
 -¿Te pasa algo?
 -Alonso no me ha hablado y no contesta mis llamadas.
 -¿No te había dicho que iría a Acapulco?
 -Pero quería que yo fuera con él en verano, no ahora.
 -¿Me recuerdas como es Alonso? No logro acordarme de como lo describiste.
 Alan se para exactamente frente a mí dándole la espalda a la entrada del campus y comienza a hablar.
 -Bueno, es güero, tiene unos hermosos ojos de color, su risa es muy... Como te lo digo, es muy graciosa y su olor es el mismo que percibimos en el restaurante.
 Alan sigue hablando cuando, un chico con las mismas descripciones que Alan me había dado se pone atrás de él, Alonso estaba aquí.
 -Alan...
 Digo algo asustado. Se da cuenta de mi preocupación y se da media vuelta.
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jlizeth05 · 7 years ago
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10 COSAS SOBRE MI, gracias a mis amigas @ml068 y @ninagonzalezr 💞, que me nominaron para realizar esta interesante dinámica 😘 10 cosas sobre mi 👐, 📍Soy Publicista y me encanta mi carrera siento que va de la mano con todo 📍Soy peruana de Nacimiento pero Venezolana de corazón ya que llegue con 1 año de edad 👶 mi vida esta aquí... 📍Mi desayuno favorito una empanada de carne mechada 💘💞📍Mi producto de maquillaje actualmente favorito, las Paletas de Sombras, estoy obsesionada con ellas 😍 📍No me pierdo un capitulo de Game of Thrones, amo a Jamie Lannister 💞 y me identifico con Cersei y su lado malo Jajaja 📍Nunca me ha gustado rumbear 🎊📍Mi época favorita del año es Diciembre, amo la navidad 🎄 desde que era una niña 👧 📍Mi mejor amiga es mi madre 💘 es el amor de mi vida le puedo contar absolutamente todo de mi 📍Tuve un perro 🐶 que ame con el alma se llamaba Campeón era un pastor alemán 📍Si tuviera un gato 🐱 lo llamaría Ponche Crema 😍 Invito a mis amigas @alejandrateamj @darcyslucena @soyginarojas 💋 #JuliaCosmeticGV #JuliaCGV #PQSCEV #ProductosQueSeConsiguenEnVenezuela #MaquillajeVZLA #Positiva #TalentoVenezolano #MaquillajeVenezuela #ReviewMakeup #Makeup #Maquillaje #Cosmetica #HazloTuMisma #DIYBeauty #BloggerVenezolana #Smile #Venezuela #Peru #MakeupAdict #TipsDeMaquillaje #TuEresParteDeMiMundo #TipsMakeup #Influencer #BeautyBlogger​ #LasCosasQueMeGustan #TipsDeCosmetica #SerFelizEsUnaDecision #Sonrie #happy #10cosassobremi
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ofertasjamones · 7 years ago
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RT @nvtyliciouxxxx_: AMO LAS GAITAS, AMO DICIEMBRE, AMO LAS HALLACAS, AMO EL PAN DE JAMÓN, AMO EL PERNIL, AMO LA ENSALADA DE GALLINA, AMO EL PONCHE DE CREMA.
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ofertasjamones · 7 years ago
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RT @Natylicioussss: AMO LAS GAITAS, AMO DICIEMBRE, AMO LAS HALLACAS, AMO EL PAN DE JAMÓN, AMO EL PERNIL, AMO LA ENSALADA DE GALLINA, AMO EL PONCHE DE CREMA.
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jlizeth05 · 7 years ago
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Quiero darle las gracias a mis amigas @ml068 y @ninagonzalezr 💞, que me nominaron para realizar esta interesante dinámica 😘 10 cosas sobre mi 👐, 📍Soy Publicista y me encanta mi carrera siento que va de la mano con todo 📍Soy peruana de Nacimiento pero Venezolana de corazón ya que llegue con 1 año de edad 👶 mi vida esta aquí... 📍Mi desayuno favorito una empanada de carne mechada 💘💞📍Mi producto de maquillaje actualmente favorito, las Paletas de Sombras, estoy obsesionada con ellas 😍 📍No me pierdo un capitulo de Game of Thrones, amo a Jamie Lannister 💞 y me identifico con Cersei y su lado malo Jajaja 📍Nunca me ha gustado rumbear 🎊📍Mi época favorita del año es Diciembre, amo la navidad 🎄 desde que era una niña 👧 📍Mi mejor amiga es mi madre 💘 es el amor de mi vida le puedo contar absolutamente todo de mi 📍Tuve un perro 🐶 que ame con el alma se llamaba Campeón era un pastor alemán 📍Si tuviera un gato 🐱 lo llamaría Ponche Crema 😍 Invito a mis amigas @alejandrateamj @darcyslucena @soyginarojas 💋 #10cosassobremi #instamakeup #maquillajevzla #juliamakeup #maquillajevenezuela #beautiful #reseñamaquillaje #PQSCEV #lipsticklover #makeup #maquillaje #tendencias #belleza #cosmetica #hazlotumisma #diybeauty #bloggervenezolana #juliamakeupvzla #productosqueseconsiguenenvenezuela #reviewmakeup #venezuela #makeupvzla #makeupAdict #makeupartist #tipsmaquillaje #tipsmakeup #julializeth05 #juliacosmeticgv #influencer #beautyblogger
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